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Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.30 Bogotá jul./dic. 2005

 

LEAL, Claudia y RESTREPO, Eduardo, Unos bosques sembrados de aserríos. Historia de la extracción maderera en el Pacífico colombiano,Medellín, Colciencias – ICANH, Colección Clío, Convenio Universidad de Antioquia - Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, 2003, 165 pp. (con referencias citadas, un glosario, 3 tablas, 6 figuras o mapas, fotografías).

Oscar Almario G.*

*Profesor asociado, Escuela de Historia, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín.


Este libro se inscribe dentro de una línea de investigación relativamente reciente en los estudios sociales del país, pero cuyo futuro es promisorio: la historia de la economía extractiva y su incidencia en la configuración del territorio colombiano y sus regiones. Centrados inicialmente en la experiencia de la Amazonia1, posteriormente estos estudios descubrieron su potencial epistemológico con relación a un proyecto mayor en gestación, una "historia ambiental" del país, según la expresión de uno de sus investigadores2, así como en la posibilidad de establecer comparaciones entre varios casos regionales3. Dicho futuro prornisorio parece confirmarse con los avances de investigación sobre el Pacífico, otro de los grandes biomas que le dan diversidad a Colombia4 y puntualmente con el estudio que aquí reseñamos, como pieza clave para entender la configuración de esta vasta y heterogénea región y sus complejas relaciones con el país y el mercado mundial. Con acierto, su análisis concibe esta historia como parte de un proceso mucho más dilatado en el tiempo, o lo que es lo mismo, como la fase contemporánea de un proceso de larga duración que ha mantenido vigente la economía extractiva durante varios siglos en el Pacífico colombiano. Este trabajo, al tiempo que hace un aporte puntual a la reconstrucción y comprensión de ese proceso, invita a que otros investigadores realicen los suyos desde esa perspectiva.Precisamente, el capítulo primero del libro se ocupa de ilustrar los componentes centrales de esa historia, al establecer el marco contextual (procesual e histórico-social) y al definir los conceptos (con base en la geografía cultural y la antropología económica), que permiten comprender los sucesivos ciclos, productivos y depresivos, del modelo extractivo persistente en la región: el del oro en la colonia, el de la tagua y el caucho entre finales del siglo XIX y principios del XX, de nuevo del oro en las primeras décadas del XX y, finalmente, el de la madera a lo largo del siglo pasado, como los más importantes. Los autores no desconocen que también se dieron otros ciclos de extracción de los recursos renovables y no renovables -como el de las tortugas, el del manatí, el de la corteza de mangle y el de los cogollos del naidí-, pero muestran que, no obstante su relativa importancia en las zonas y localidades donde se practicaron, ésta fue menor en comparación con los grandes ciclos extractivos ya reseñados, que sí representaron un impacto global sobre la región y que por lo mismo pueden explicar su configuración histórica y presente.

Según los autores, de todos estos ciclos extractivos, el de la madera, objeto central de su estudio, ha sido el de mayor impacto en lo ecológico y social, por su capacidad de modificar sustancialmente el medio y la estructura sociocultural de la gente negra asociada con estas prácticas productivas. En esta experiencia los cambios tecnológicos mundiales y la creciente demanda interna y externa de maderas, aunados al hecho de la construcción de un espacio social o territorio que los grupos negros en libertad han identificado como propio desde el siglo XIX, se conjugaron para dar forma a una nueva fase del imaginario que ha alimentado durante siglos la relación del país andino con esta región, su gente y la explotación de sus recursos. Este proceso no hacía más que expresar una situación social más compleja que, entre otras cosas, supuso una modificación de las anteriores percepciones sobre la naturaleza. De la interacción de este conjunto de circunstancias y procesos -históricos, económicos, ambientales, sociales y culturales-, saldrían el precipitado peculiar y las características singulares de la sociedad regional que todavía nos son desconocidas y que este trabajo empieza a develar.

El estudio parte de los datos sobre los bosques arrasados y los cálculos del invaluable plustrabajo de los negros del que se apropiaban las empresas, para visibilizar las distintas tensiones que debieron experimentar las sociedades locales. Estas últimas sistemáticamente se debatieron entre la desestructuración y la reestructuración, ante la presión creciente de la explotación intensiva de los bosques maderables y la consiguiente modificación drástica de los entornos de sus comunidades, al hilo de lo cual se producían nuevas formas de identidad, contacto e hibridación entre la sociedad nacional y la cultura negra.

La hipótesis fundamental que anuda los seis capítulos que se dedican a la historia de la extracción maderera en el Pacífico propone que esta modalidad económica fue posible por cuanto en ella se articulan dos lógicas o visiones distintas aunque complementarias en relación con la naturaleza. Este problema resulta medular porque, en últimas, es la naturaleza la que hace posible la oferta ambiental imprescindible para que funcione el modelo de economía extractiva. La primera de estas lógicas o visiones, presente desde el imaginario colonialista hispánico y reafirmada con los ciclos extractivos posteriores, se sintetiza en el afán de obtener las mayores y más rápidas ganancias a costa de los recursos naturales de los territorios dominados. Se buscó, fundamentalmente, de beneficiar intereses externos alas regiones explotadas, sin importar las consecuencias degradantes que sobre el medio ambiente y las comunidades implicadas generaban las "empresas" extractivas. La otra lógica o visión es la que agencian los pobladores negros de este territorio, que conciben como su "casa colectiva". A ésta habrían llegado como consecuencia de una apropiación social y simbólica, después de adaptarse a sus distintos nichos ecológicos (costa-esteros, ríos y quebradas, parte alta de los ríos) y de desarrollar las diversas prácticas productivas conexas (pesca, agricultura, minería, caza, recolección y extractivismo a escala) y complementarias entre sí. Esta lógica o visión también implica la explotación de los recursos naturales pero, a diferencia de la anterior, no obedece a la idea de ganancia o acumulación frenética que tienen los agentes externos. Descansa, por el contrario, sobre una peculiar manera de entender su relación con la naturaleza y un denso entramado de necesidades y relaciones sociales que se satisfacen a través de complejos dispositivos de parentesco, afinidades y reciprocidades de los cuales se nutre toda la vida social. Sin embargo, a lo largo de la historia, han sido precisamente los ciclos extractivos los que han insertado a las gentes de la región en el mercado nacional y mundial, al monetarizar sus economías de escala y conectar al territorio con el país andino.

El análisis pormenorizado de las relaciones económicas, sociales y culturales que se configuraron en torno a la extracción maderera durante el siglo XX en el Pacífico colombiano, constituye un excelente e inédito aporte a la historia social de esta región y para los fines pretendidos, el trabajo acude a las más variadas estrategias. De tal manera que, por un lado, se sintetizan los hallazgos de historiadores, antropólogos y geógrafos culturales acerca del poblamiento, las actividades productivas y los circuitos que contribuyeron a la configuración de la región a lo largo del tiempo. Por otro, se contrasta esta síntesis con el modelo teórico de la economía extractiva como la constante estructurante de la región en el largo plazo. El conocimiento y adecuado uso de los hallazgos de los científicos naturales acerca de las características del entorno (capítulo segundo), se convierten en recursos fundamentales de esta investigación para explicar cuestiones como las relaciones entre naturaleza y cultura o entre el medio y los hombres, determinar las interacciones del modelo extractivo y la oferta ambiental, y distinguir las distintas formas locales, zonales y globales de comportamiento del modelo de acuerdo con las variables ecológicas. La pertinente documentación y su novedosa interpretación se vuelven funcionales a la narración mediante los conceptos de áreas de influencia y ejes (Tumaco, Buenaventura, bajo y medio Atrato) y fases (1900-1950, 1950-1975, 1975-2000) de la actividad maderera, haciendo comprensibles los espacios, los tiempos y las dinámicas implicados (capítulo tercero).

En forma reiterada, en sus trabajos sobre la historia social agraria del país5, el historiador e investigador social J. A. Bejarano sugirió que dicho esfuerzo necesariamente debía conducir a una historia de las tecnologías productivas, prescripción que se cumple con creces en este trabajo. En efecto, para explicar cómo fue posible que la madera llegara desde el monte hasta el mercado, los autores describen con soporte etnográfico las técnicas de extracción (manuales y mecánicas), los sistemas de procesamiento (una secuencia que va de lo simple a lo complejo: aserríos, plantas de molduras y plantas de chapas y triplex) y el papel de las cadenas comerciales (capítulo cuarto). No cabe duda que, mediante una combinación de historia social, geografía cultural y política y antropología económica, los autores logran desentrañar buena parte este proceso y exponerlo de manera inteligible. Es precisamente por el riguroso trabajo de descripción y análisis de esta actividad económica, que pueden salir a la luz cuestiones sustanciales. Se entiende, entonces, por qué las dos lógicas o visiones presentes en la región, adquieren durante la extracción maderera del siglo XX una enorme intensidad, que se objetiva en los aserríos (empresas) y los corteros (cuadrillas), los principales protagonistas de esta historia. Más allá de discusiones ortodoxas acerca de la presencia o no de “espíritu empresarial” en las iniciativas madereras, el hecho es que a la racionalidad productiva propia del modelo económico extractivo, se le unieron condiciones particulares y excepcionales, ecológicas y sociales, que abarataron sensiblemente los cálculos y riesgos de los "empresarios", entre otras cosas, porque ni el bosque ni la mano de obra hacían parte de los costos de la producción.

Al tiempo que el modelo extractivo mantuvo su avance agresivo sobre los bosques de la región, las sociedades negras locales también se vieron forzadas a redefinirse frente al modelo y a reafirmarse sobre el territorio. La sesgada lectura republicana de estos territorios como “baldíos nacionales”, con base en la cual se otorgaron las concesiones de tierras y las reservas forestales fueron puestas al servicio de los empresarios madereros, fue interpelada en los hechos por los grupos negros, cuyos efectivos demográficos se distribuían entre las concentraciones urbanas y un todavía poderoso poblamiento rural y ribereño, circunstancias que les permitieron resistir el modelo extractivo y el cambio social.

Por otra parte, el clásico debate de las ciencias sociales acerca de los condicionamientos de la estructura social sobre la experiencia histórica y la iniciativa de los sujetos colectivos, es tratado con pragmatismo y sentido crítico por los autores. Ellos muestran cómo la actividad maderera se soportaba en los “anclajes locales” de las redes de parentesco, formas de dependencia y sentidos de reciprocidad, por lo que el mecanismo del endeude (avances en metálico o en especie para que los corteros puedan realizar su trabajo en el monte) deviene en el núcleo clave de toda la actividad (capítulo quinto). Este mecanismo, por una parte aseguró el control del producto a bajo costo, mientras que por otra con una mínima transformación en el aserrío multiplicó ampliamente su valor y finalmente propició el funcionamiento de las cadenas comerciales al garantizar que la madera aserrada llegara a los ejes de Tumaco, Buenaventura o Riosucio, puertas de entrada al mercado nacional o externo.

Para completar su análisis, los autores se interrogan por las consecuencias del modelo extractivo en la región, para lo cual consideran varias dimensiones: la ecológica (degradación de los bosques y de la biodiversidad), la demografía histórica (cambio demográfico y concentración de la población en los centros urbanos), la geografía política (los aserríos como ordenadores del espacio, la circulación de bienes y el poder), la espacial (estructuración compleja de lo local, lo regional y lo nacional) y el cambio social y cultural (respecto de la representación de la naturaleza y sus recursos) -capítulo sexto-.

Debo subrayar que los positivos logros de este estudio no son providenciales ni accidentales. Los autores, dos jóvenes y talentosos investigadores, vienen trabajando sobre la región desde hace varios años, asociados con otros proyectos o como investigadores principales. Como parte de sus búsquedas han debido permanecer largos períodos en el terreno, experiencia que complementan con trabajo de gabinete, la realización de proyectos editoriales y eventos especializados sobre la región. Cabe destacar también, su notable capacidad para articular con solvencia varias disciplinas académicas, sin descuidar por ello sus identidades disciplinares (economista-geógrafa y antropólogo, respectivamente) y la construcción de enfoques propios.

No sobra decir que este trabajo está muy bien escrito y que su temática es de sumo interés para historiadores, antropólogos, economistas, sociólogos, científicos naturales, políticos y funcionarios del orden nacional y regional, así como para los líderes étnicos afrocolombianos e indígenas y, en general, para todos aquellos que se preocupan por el Pacífico colombiano y su gente. Finalmente, debo decir que el libro es, además de todo lo dicho, oportuno, porque contribuye a relacionarlos antecedentes económicos con las actuales circunstancias políticas de la región, a donde se ha trasladado otra lógica inflexible, la de la guerra, cuyos efectos parecen ser más letales todavía que los de los ciclos extractivos de los recursos naturales.


Notas al Pie

1 DOMINGUEZ, Camilo, Amazonia colombiana: visión general, Bogotá, Banco Popular, 1985; DOMINGUEZ, Camilo y GOMEZ, Augusto, La Economía Extractiva en la Amazonia Colombiana, 1850-1930, Bogotá, Tropenbos

2 PALACIO, Germán (ed.), La naturaleza en disputa: ensayos de historia ambiental en Cohmbia, 1850-1995, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia - Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2001.

3 PALACIO, Germán, Civilizando la tierra caliente, la supervivencia de los bosquesinos amazónicos, 1850-1930, Bogotá, ASCUN, 2004.

4 DEL VALLE, Ignacio, y RESTREPO, Eduardo (eds.), Renacientes del guandal, Bogotá, Proyecto Biopacífico - Universidad Nacional, 1996.

5 BEJARANO, Jesús Antonio, El régimen agrario de la economía exportadora a la economía industrial, Bogotá, Ed. La Carreta, 1979 y Economíay Poder: La SAC y el desarrollo agropecuario colombiano, 1871-1984, Bogotá, SAC-CEREC, 1985.

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