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Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.38 Bogotá mayo/ago. 2009

 

Grupo de Investigaciones en Historia Social-GIHS.
MODERNIZADORES, INSTITUCIONES Y PRÁCTICAS MODERNAS. ANTIOQUIA, SIGLOS XVIII AL XX.
Colombia: Centro de investigaciones sociales y humanas, Universidad de Antioquia, 2008, 299 P.P.

Decsi Arévalo H
Profesora del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia). darevalo@uniandes.edu.co


Esta obra colectiva compendia ocho contribuciones de profesores, egresados y estudiantes del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia, quienes hacen parte del Grupo de Investigaciones en Historia Social. Como el título bien lo explica, el eje del libro es el proceso de modernización en Antioquia, pero en este caso especialmente ligado al desenvolvimiento empresarial.

El libro que aquí se reseña viene a nutrir la reciente historiografía sobre modernidad en Colombia, presentando casos en los que se muestra con bastante detalle la manera como se constituyeron las empresas, los empresarios involucrados, el desenvolvimiento de algunas de sus actividades y los elementos de innovación, entre otros. Además de la temática, los artículos presentan unidad en su modo expositivo, en tanto sitúan el caso antioqueño en las tendencias ya sea europea, latinoamericana o colombiana. Sin embargo, situarlo no es lo mismo que vincularlo. Con lo primero se logra hacer evidente que hace parte de un movimiento; con lo segundo se buscan las razones por las cuales se comparte la tendencia. Esto quiere decir que es necesario encontrar los nexos bien sean ideológicos, económicos o políticos que insertan lo local a los ámbitos nacional e internacional. Esperamos que dicho componente haga parte de la promesa que aparece en la presentación de libro: "[T]rabajar por alcanzar una historia comparada de nuestras regiones y localidades" (p. xii).

El primer aporte que se encuentra en el libro es de Beatriz Patiño, "El papel de las sociedades en los negocios de los comerciantes antioqueños del período colonial", en el que sostiene que "una de las características de las sociedades modernas es la multiplicación de asociaciones, organizaciones e instituciones especializadas en el cumplimiento de sus funciones [...] los antioqueños a comienzos del siglo XIX empezaron a orientar sus acciones económicas en ese sentido, no obstante que desde el punto de vista social, cultural y religioso estuvieran anclados en las tradiciones" (p. 49). Esta última idea, que subyace al conjunto de artículos que componen el libro, reafirmaría las tesis generales sobre el proceso de modernización en Colombia, fijadas en expresiones como: modernización inconclusa o modernización incompleta, con las que se sugiere que, aunque hubo cambio económico, es decir, implantación del capitalismo, no hubo las equivalentes transformaciones políticas y sociales.

Las conclusiones que encuentra Patiño sobre las sociedades de capital en la Nueva Granada son cuatro. La primera es que esta organización fue propia de los comerciantes o empresarios cuyos negocios tenían un amplio radio de acción, lo que llevaría a discutir las hipótesis historiográficas de fuerte segmentación de la economía colonial; la segunda es que estuvieron circunscritas a círculos familiares; la tercera es que provinieron de comerciantes de origen español familiarizados con la experiencia en Europa; y la última es que, en general, quedaban compuestas por un socio capitalista y otros socios industriales. Para observar el caso antioqueño, Patiño nos muestra a través de fuentes de archivo cuatro ejemplos de asociaciones: para la explotación minera, comercial, gremial y de transporte de carga. En ellos se encuentran experiencias que desbordan la asociación exclusiva con el círculo familiar y su extensión por fuera de la economía local.

La participación de extranjeros en la experiencia modernizadora, con visiones distintas la abordan Rodrigo García y Jean-Jacques Goineau, quien se ocupa específicamente de los franceses. Con una perspectiva más tradicional que la de García, Goineau estudia los sectores en los que estuvieron involucrados los empresarios franceses así como sus aportes técnicos. Una de sus conclusiones fuertes es que la presencia francesa estuvo ligada a una élite y fue resultado, en parte, de la acción de redes. Esto quiere decir que la participación francesa provenía de la búsqueda de contactos que hacían los antioqueños en Europa, y por ello se encuentran vinculados en primer lugar a la actividad minera, en donde se encuentran sus principales contribuciones tecnológicas. No obstante, también participaron en los ramos manufactureros, comercial y de transporte, en particular en el Ferrocarril de Antioquia y el tranvía de Medellín, y no es despreciable la venida de órdenes religiosas con su consiguiente impacto en los asuntos sociales.

Por su parte, García aporta una mirada sobre los conflictos suscitados por la presencia de los extranjeros. Se destaca en este artículo la coexistencia de un discurso oficial sobre la importancia de la inmigración extranjera, con uno de rechazo e inclusive manifestaciones xenófobas por parte de algunos grupos de la población, sustentadas tales manifestaciones en el peligro que representaba dicha presencia para la autonomía de los pueblos, circunstancia que inhibió en Antioquia, a diferencia de otras regiones, la existencia de colonias de extranjeros. Sin desconocer los aportes de los extranjeros al proceso modernizador, García señala las diferentes fuentes de conflicto a que dio lugar la inmigración extranjera, entre ellas: relaciones laborales, abuso de confianza, lucha por los recursos naturales y orden social y moral.

Si bien el trabajo que aquí se reseña tiene como propósito insistir sobre las prácticas, en este punto como en otros artículos se echa de menos una reflexión sobre el alcance de los conflictos, en particular porque aquí se establece un nexo entre lo nacional y lo local: el primero, interesado en generar ventajas para el establecimiento de compañías extranjeras, varias de ellas amparadas en los gobiernos de su país y con sentimientos de superioridad frente a los nacionales, y los locales presionando por una mejor distribución de los recursos. Pero el asunto no sólo consiste en estudiar cómo se resuelve el conflicto, sino también lo que significa la presencia extranjera en términos de jalonar un proceso modernizador. Quizá habría que considerar de manera distinta el énfasis modernizador. En tanto son empresas que por su calidad de extranjeras se consideran modernas (avanzadas), no obstante adoptan las condiciones de explotación de recursos y laborales igual que las locales más tradicionales o atrasadas. En consecuencia podría no tratarse de un proceso modernizador, sino del aprovechamiento de las condiciones locales para aumentar las ganancias, o la generación de economías de enclave, tan significativas a principios del siglo XX en Colombia.

De esta manera y tal como se podría señalar para el artículo de Jairo Campuzano sobre la industria en Medellín, no necesariamente los empresarios extranjeros desarrollan las mejores técnicas ni cumplen juiciosamente las normas emanadas de la administración pública. Por esta razón, aunque resulta pertinente contar con ejemplos prácticos sobre la manera como se desenvolvían las empresas, vale preguntarse a qué obedecen las diferencias, porque unos empresarios se esfuerzan en implantar procesos modernizadores a todo lo largo del complejo de producción y relaciones laborales, y por qué otros aprovechan la innovación tecnológica apropiándose de los incrementos de productividad del trabajo y manteniendo los trabajadores en deficientes condiciones y, por consiguiente, cuál puede ser la relación que se establece con los productores locales en ese aspecto.

Siguiendo con el tema de la lógica empresarial, y para el artículo de Campuzano, podría indagarse un poco más en la relación entre control laboral por las vías morales y las relaciones salariales modernas, en busca de explicar por qué el empresariado considera más provechosa aquella vía que el control a través del compromiso productivo, por ejemplo. Este último aspecto es particularmente importante al vincularlo con la religión. Si tomamos el artículo de Yudian Acevedo sobre los adventistas en Medellín, en el que se hace un recorrido desde la llegada de éstos hasta la creación de la Universidad Adventista, junto con el de Campuzano, encontramos que la relación trabajo-religión en la modernidad antioqueña encuentra al menos dos facetas, dos maneras de relacionarlos. Del lado local católico se recurre a la religión para conservar la disciplina laboral y del lado adventista se hace uso del trabajo para mantener la virtud religiosa. De ser cierta esta perspectiva habría que preguntarse si ello no le imprime un carácter especial a dicho proceso modernizador.

Dos artículos más, uno de Liliana Londoño sobre la Compañía del Ferrocarril de Amagá y el de Juan de Dios López sobre la cárcel La Ladera, permiten abordar otro tópico de la modernización antioqueña. En el primero el propósito es mostrar la manera en que "una empresa ferroviaria puede afectar los más diversos aspectos del desarrollo social y aportar considerablemente a la modernización de su área de influencia" (p. 164). El trabajo se circunscribe a una mirada desde la perspectiva de los contratos y la infraestructura (redes, paraderos, obras complementarias), lo cual no permite elucidar con claridad el alcance económico del ferrocarril, que expresaría con mayor fuerza el aporte; para ello sería preciso examinar los encadenamientos hacia atrás y hacia delante que genera el ferrocarril. El caso de la cárcel La Ladera se aborda como "una de las manifestaciones de los procesos de modernización acaecidos en la capital antioqueña" (p. 227), aun cuando en el texto no se produce ningún sustento sobre el particular, más allá del hecho de ser creada en el contexto de mejoramiento de la infraestructura municipal, y de mencionar al paso la intención de adelantar un proceso de "readaptación por medio del trabajo, la salud y el descanso". Es decir, la novedad del tema implica explicarle al lector qué es lo moderno en el proceso carcelario, en particular, cuando éste tiene en mente el texto de Foucault, Vigilar y castigar.

Aunque distintos, estos trabajos muestran dos elementos en común: la participación gubernamental y la lentitud en la realización de las obras. Estas coincidencias obligan a plantearse preguntas respecto a la relación entre el empresariado y el gobierno, así como entre éste y la sociedad, pues en dos distintas acciones que comprometen a la sociedad, una con el desarrollo económico y otra con el bienestar social, se encuentran las mismas tendencias. Si bien la explicación evidente es la disponibilidad de ingresos, tal cosa no es más que una apariencia, pues la disponibilidad es una decisión que se toma según las preocupaciones de la autoridad económica y de quienes en ella inciden. Es posible concebir que los retrasos en la realización de las obras sean los indicadores de las verdaderas intenciones de la sociedad, y es ella la que genera ese movimiento de avance y retroceso en el proceso modernizador. Los casos menos o no exitosos pueden mostrar la capacidad demagógica de un discurso y la escasa disposición para ponerlo en marcha, porque los recursos orientados a la modernización tiene una dirección fija: ciertas actividades económicas. Esta circunstancia obliga a realizar miradas desagregando la población, observando distintos grupos sociales y sus posibilidades de incidencia en las decisiones públicas.

Por último quiero referirme a un artículo que está ligeramente al margen de la tendencia seguida en los trabajos precedentes: Clubes sociales y deportes en Medellín, de Luciano López. El autor parte de la idea de que la extensión de la pertenencia a clubes, así como la expansión de la práctica deportiva a los cambios en la estructura urbana y en su composición social, afectaron las formas de sociabilidad y ocupación del tiempo libre de los medellinenses. Teniendo esta idea sólo como base, en el texto se presentan las formas a través de las cuales se introdujo en la ciudad la práctica de deportes como hípica, patinaje, tenis y fútbol, así como la construcción de los escenarios que hacían posible su ejercicio. Este trabajo puede considerarse un abrebocas a un tema de muy reciente aparición en la historiografía colombiana, pero sobre el cual ya existe un gran conjunto de subtemas propuestos, entre otros, el papel del deporte en el control del tiempo libre, la relación entre deporte y cultura corporal, los nexos entre deporte y disciplina laboral, el paso del deporte de élite a su popularización, la conformación del negocio deportivo y la creación de clubes y federaciones.

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