SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número40WOUNDED MEMORY: EL SALVADOR'S CIVIL WAR IN THE CHILDHOOD MEMORY OF A GANG MEMBER"BREAK THE STOREFRONT TO SEE WHAT'S BEHIND": FEELINGS, MORAL VALUES, AND ACTS OF "RESISTANCE" AMONG POLITICAL PRISONERS IN VILLA DEVOTO JAIL DURING THE LAST MILITARY DICTATORSHIP IN ARGENTINA (1976-1983) índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Historia Crítica

versão impressa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.40 Bogotá jan./jun. 2010

 

SER CHUQUICAMATINO: LA CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA DE LOS DESPLAZADOS DE CHUQUICAMATA EN EL NORTE DE CHILE, 2002-2007*

Daniela Ibáñez Carvajal
Antropóloga Social de la Universidad Academia Humanismo Cristiano y estudiante de Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile, Santiago, Chile. Coinvestigadora del Núcleo de Investigación "Antropología y Sociedades Mineras en Chile" de la Universidad Academia Humanismo Cristiano. Sus intereses investigativos son los impactos socioculturales generados en la gran minería de cobre, trabajo minero, identidades locales, memorias sociales y comunidades mineras, entre otros. daniela.ibanezc@gmail.com; consoconz@gmail.com.


RESUMEN

El presente artículo pretende analizar, a partir de los conceptos de memoria social, identidad y lieux de mémoire, cómo la sociedad chuquicamatina, tras el cierre de su ciudad y el desplazamiento de su comunidad, logró reconstruir su identidad y fortalecer su memoria en un escenario completamente distinto y ajeno al tradicional. Para ello se rescatan percepciones y opiniones de sus habitantes respecto a lo que ha significado este cambio. En sus relatos es posible apreciar cómo en periodos de disputa y crisis las sociedades tienden a volverse introspectivas y vuelcan su mirada hacia la esencia de sus identidades, donde las preguntas por el qué y por el quiénes los llevan a reformularse una serie de interrogantes que por un momento habían dejado de ser tratados.

PALABRAS CLAVE
Memoria social, campamento minero, identidad, desplazamiento, impacto sociocultural, Chile.



TO BE CHUQUICAMATINO: THE CONSTRUCTION OF MEMORY AMONG THE DISPLACED PEOPLE FROM CHUQUICAMATA, NORTH CHILE, 2002- 2007

ABSTRACT

Through the concepts of social memory, identity, and lieux de mémoire, this article analyzes how Chuquicamatinas, after their city was closed and community displaced, managed to reconstruct their identity and strengthen their memory in a place completely foreign to what they were used to. To do so, community members were asked their perceptions and opinions of this change and what it has meant to them. In their accounts, it is possible to see how, in periods of dispute and crisis, societies tend to become introspective and turn their attention to the essence of their identities. Questions about what happened and who they are raised a series of issues that they had ceased to be asked.

KEY WORDS
Social memory, mining camp, identity, displacement, socio-cultural impact, Chile.

Artículo recibido: 15 de julio de 2009; aprobado: 15 de diciembre de 2009; modificado: 29 de enero de 2010.


1. El cierre de chuquicamata: el fin de una historia, el paso de la memoria

La desaparición del campamento minero de Chuquicamata (Chuqui), ubicado en el norte de Chile, y el traslado de su población a la ciudad de Calama fue un tema que conmocionó a la población chilena, no sólo por las características del suceso, sino también por sus efectos.

El campamento minero de Chuquicamata, perteneciente a la provincia de El Loa, estaba ubicado en la cuenca noroeste del desierto de Atacama, a dieciocho kilómetros al norte de la ciudad de Calama y a doscientos cincuenta kilómetros de Antofagasta, capital regional. Se caracterizaba por ser un centro urbano ubicado a 3.000 metros de altura que dependía exclusivamente de la actividad minera.

La explotación del cobre en la zona se remonta hacia tiempos inmemoriales. Antes de la llegada de los españoles, los indios chucos estaban asentados en el desierto de Atacama y se dedicaban a la extracción de cobre en estos yacimientos. De ellos proviene el nombre de Chuquicamata, que significa "límite de la tierra de los Chucos". La extracción de mineral continuó durante la invasión incaica y después de la llegada de los españoles. Con la independencia latinoamericana, esta región quedó bajo la soberanía boliviana, que logró explotar superficialmente las vetas hasta el año 1879. Producto de la guerra del Pacífico en dicho año, estas tierras pasaron a manos de la soberanía chilena. Un par de años más tarde, en 1882, se instaló la primera faena industrial con la que llegaron miles de trabajadores de la desgastada industria salitrera de la región de Tarapacá y campesinos de la zona central del país en busca de nuevas oportunidades laborales. Hacia el año 1910 se inició la explotación y extracción de la mina a manos de capitales extranjeros.

En 1915 se inauguró oficialmente la faena industrial en Chuquicamata, convirtiéndose en la mina a rajo abierto más grande del mundo. Desde esos años la industria minera de cobre se convirtió en el sustento económico nacional más importante hasta el presente.

No obstante, Chuquicamata, uno de los enclaves mineros de la industria de cobre más importantes de Chile, llegó a su fin después de noventa y dos años de plena actividad y desarrollo como pequeño centro urbano dependiente de la industria de cobre con mayor explotación de la región. Su clausura oficial se celebró el 31 de agosto del año 2007, fecha conmemorativa para todos sus habitantes.

El cierre del campamento de Chuquicamata se venía planificando formalmente desde el año 2002 por Codelco1, división norte. Las principales razones que entregó la empresa para justificar el cierre fueron de dos tipos: la primera se relacionaba con el crecimiento del mineral y con la carencia de un espacio físico donde depositar sus residuos y evitar con ello costos elevados del transporte; y la segunda, las malas condiciones de salud de las familias que allí vivían, producto de la contaminación.

El proceso de traslado de la población se inició en el año 2004, cuando concluyeron las construcciones, en la ciudad de Calama2, de las nuevas viviendas donde serían radicados los chuquicamatinos. Junto con el abandono y cierre de cientos de viviendas quedaban atrás miles de recuerdos e historias que formaron parte de esta pequeña ciudad. El traslado no sólo implicó un traslado físico de su población, sino también de su idiosincrasia. Esto generó un fuerte sentimiento de nostalgia por haber abandonado lo que por años fue el hogar que albergó la vida de cientos de personas.

Actualmente, el arribo de las familias chuquicamatinas a la ciudad de Calama no ha sido un proceso fácil, más aún si se considera que debieron dejar atrás la huella identitaria que los caracterizaba, que los conglomeraba y los representaba para integrarse en un sistema sociocultural distinto, forjando allí nuevos vínculos sociales para reconstruir su identidad y sentido de pertenencia. Son múltiples las opiniones vertidas respecto al traslado. Un número importante de la población chuquicamatina ya ha internalizado su situación, otros aún se encuentran en proceso de adaptación, y en definitiva, pasará algún tiempo para construir un discurso social que los unifique. Dejar atrás el campamento, aquel lugar que les ha concedido parte de su historia para plasmarse en la suya propia, e instalarse en un lugar ajeno y distinto, pero con nuevas proyecciones, es lo que contiene el discurso construido.

Durante la realización del trabajo de campo en la ciudad de Calama (entre enero y marzo de 2007) se logró identificar en el discurso de los entrevistados una constante evocación hacia el pasado, debido a su experiencia de haber vivido en el campamento. El pasado es lo que son, pues forjó su identidad. Sin duda, toda la carga simbólica e histórica que esto significa en la vida de cada uno de ellos deja una huella imborrable. Remitirse a este pasado nostálgico los define como individuos. A pesar de que se encuentren en un contexto distinto y que aquello que los caracterizaba se diluyó, la impronta de 'ser chuquicamatino' es potente e imponente en la conformación de su identidad actual.

Discutir el concepto de memoria entregará las herramientas necesarias para entender cómo es posible que la identidad chuquicamatina se mantenga en un contexto tan distinto al que pertenecía. Para los efectos de este trabajo se procederá a una discusión de los conceptos sobre memoria colectiva, identidad/memoria y lugares de memoria, con el objetivo de elaborar un marco interpretativo que permita la aplicación de dichos conceptos a la situación particular de los chuquicamatinos. Para ello se incluirán fragmentos de relatos de sus habitantes, lo que nos permitirá articular el análisis teórico con la situación práctica.


2.
La colectividad del recuerdo: una memoria de chuquicamata

Una vez cerrado el campamento y trasladados a Calama, los chuquicamatinos debieron reconstruir su marco identitario desde el cual se conformaban como tales. Si bien toda identidad necesita de un lugar donde anclar su existencia, para los chu-quicamatinos ese espacio es la memoria. A partir de ella es posible reafirmar su 'ser chuquicamatino', es decir, su identidad social. El campamento no existe; tampoco pueden volver a habitar en él, por tanto el referente colectivo que los aglutina como tales es el discurso que transmiten sobre su paso por Chuquicamata.

Para la elaboración de ese discurso deben apelar a los recuerdos, a la memoria, la que cada vez que se enuncia construye y deconstruye, una y otra vez, la vida del campamento. Esa enunciación se realiza desde un lugar lejano en tiempo y en espacio de lo que en algún momento fue Chuquicamata. Lo anterior se debe a que la memoria siempre es una construcción que se hace desde el presente, pues el recordar supone la alusión a un acontecimiento pasado que permite leer e interpretar el futuro. Esa realidad pasada, para Lavabre, no explica sino la verdad del presente tal como la sociedad la construye, pues, y siguiendo a Halbwachs "el recuerdo no se conserva: se reconstruye a partir del presente"3

El acto de recordar, tal como lo plantea Halbwachs4, siempre está asociado a un conjunto o grupo de personas. Si bien la memoria como ejercicio práctico es individual, siempre se ejerce en función de un referente colectivo. Al depender, ya sea de los contextos en los que vivió y vive quien recuerda, su análisis no puede subyugarse a los hechos individuales sin considerar los factores socioculturales que constituyen al sujeto. Puesto que "nunca estamos solos"5, en nuestros recuerdos individuales permanecen los otros, el colectivo al cual pertenezco. Siguiendo a Ramos, la reconstrucción de ese pasado es un acto colectivo e individual al mismo tiempo, debido a que "mis recuerdos coexisten con los recuerdos de los demás y que esa coexistencia lleva a una tupida interpretación comunicativa de la que resulta un pasado reconstruido que es producto de todos y de ninguno en particular"6

Aunque si bien el hecho de recordar o de hacer memoria se contiene en lo que Joel Candau denomina "percepciones fundamentales", recuerdos compartidos por varios individuos e incluso por toda la sociedad, en cada individuo dicho recuerdo no es igual al del resto, pues "las secuencias de evocación de estos recuerdos estarían obligatoriamente diferenciadas individualmente, simplemente porque los individuos no piensan todos las mismas cosas en el mismo acontecimiento"7 Esto es lo que plantea Halbwachs al señalar que cada memoria individual es un punto de vista sobre la memoria colectiva, la cual cambia de acuerdo al lugar que el individuo ocupa, lugar que cambia "según las relaciones que mantengo con los otros ámbitos"8

El acto de hacer memoria significa llevar a la superficie de las prácticas sociales el acto de construcción del pasado, es decir, ya no sólo relegarlo a un ámbito individual como si fuera una propiedad exclusiva de cada individuo, sino considerarlo como un nexo relacional y colectivo. De esta manera estaríamos asumiendo el carácter intersubjetivo de la memoria y

    "que las explicaciones que construimos sobre el pasado son producciones contextúales, múltiples versiones creadas en circunstancias comunicativas concretas, donde el diálogo, la negociación, el debate, son componentes fundamentales, lo que implica considerar la memoria como acción social"9

Hacer memoria, recordar el pasado, no debe comprenderse como un acto fijo, estático o reiterado. Por el contrario, cada vez que hacemos alusión al acto de recordar el escenario se modifica, se agregan o eliminan componentes, manteniendo, eso sí, las estructuras que lo contienen. "La memoria es un proceso dinámico y conflictivo relacionado con escenarios sociocomunicativos"10 El discurso chuquicamatino nunca es único. El acto de rememorar se hace en función de los recuerdos de un sujeto o del grupo familiar.

Es por ello que se observan contradicciones en el discurso, pues algunos omiten cosas que otros recuerdan.

Para Alejandro Isla la memoria colectiva, o "las representaciones colectivas del pasado"11 expresadas en los discursos de los actores, nunca son homogéneas y tampoco estables. Es un fermento que se encuentra en permanente elaboración. En definitiva, la construcción de la memoria permite no sólo recordar e interpretar un determinado acontecimiento, sino también crear ámbitos que actúan como referentes para interpretaciones futuras.

El acto de memoria en el interior de una sociedad, para Candau, si bien remite a lo que se comparte, no es más que aquello que olvidaron de su pasado común: "[...] sin dudas la memoria es más la suma de los olvidos que la suma de los recuerdos"12 La sociedad, entonces, se encuentra más unida por sus olvidos que por sus recuerdos, teniéndose más certeza de aquellos acontecimientos olvidados que de los recuerdos seguros. Otra de las ideas propuestas por este autor dice relación con el acto de repetición, ya que para que un recuerdo persista y se mantenga al interior del grupo es necesaria la repetición. Para que dicha mantención del recuerdo sea posible, es imprescindible el rol de los marcos sociales y colectivos13 de la memoria, es decir, a partir de la memoria de los otros es posible completar nuestros recuerdos.

Este marco social de la memoria posee un poder de evocación significativo, tanto para el recuerdo como para el individuo que lo evoca. Es el individuo quien permite, ya sea mediante el lenguaje, códigos o convenciones verbales, que el recuerdo no se olvide. En cierta forma es un mecanismo de socialización de un acontecimiento. Cuando estos marcos se destruyen o se transforman, los modos de hacer memoria se modifican para adecuarse a los nuevos marcos sociales que habrán de establecerse.

El hacer memoria permite conferir continuidad a las discontinuidades de la experiencia y de la sociedad; es mediante la memoria como logramos conectar el pasado, presente y futuro, produciendo simultáneamente nuevos sentidos y coherencias a esos pasados, presentes y futuros. Gracias al poder simbólico de la memoria se logran mantener fuertes vínculos con el imaginario social, convirtiéndola en elemento susceptible de producir inestabilidades y perturbaciones, y potencialmente, se convierte en aquello que puede suscitar los efectos en el futuro. Como lo plantea Alejandro Isla:

    "La memoria, entonces, como narración del pasado pero que incide en el presente y en el futuro, especialmente cuando intenta contribuir al mismo como emblema político, es un campo de fuerzas, de luchas de poder por inscribir determinados símbolos, y además por el sentido mismo de ellos. De allí que podamos hablar de varias memorias en disputa dentro de un mismo grupo social"14

La memoria y el acto de rememorar no sólo se remiten a un discurso y al recuerdo de ciertos acontecimientos, sino también a objetos y lugares. Como lo plantea Halbwach, el lugar recibe las huellas del grupo que lo habita y a la inversa, logrando en ambos casos plasmar significaciones simbólicas e identitarias del grupo y en el grupo. "Todo lo que hace el grupo puede traducirse en términos espaciales, y el lugar que ocupa no es más que la reunión de todos los términos"15 Por tanto, cada detalle y aspecto de ese lugar tiene un sentido que sólo pueden comprender los miembros del grupo, "porque todas las partes del espacio que ha ocupado corresponden a otros tantos aspectos distintos de la estructura y la vida de su sociedad"16

El marco espacial le entrega al grupo un sentido de pertenencia que, por lo general, suele aflorar en situaciones en las que se está a punto de romper ese lazo, o bien en aquellas ocasiones de celebración. El campamento sería para los chuquicamatinos el marco espacial que otorga pertenencia. Una vez fuera de él, se intensifica su necesidad de nombrarlo, de recordarlo, pues está a punto de desaparecer no de manera física, sino simbólica. Es por ello que el día del cierre oficial de Chuquicamata (31 de agosto 2007) los chuquicamatinos radicados en Calama y en otras ciudades del país llegaron a despedirlo.


3.
Monumento y discurso: lieux de mémoire

El proyecto de rescate del centro cívico de Chuquicamata17, como patrimonio material de esta sociedad minera, puede concebirse como una forma de intentar preservar e inmortalizar su historia. En la actualidad es posible hablar del campamento como un museo abierto, un centro de conmemoración, un lugar de memoria.

Un lieu de mémoire18 para Pierre Nora, más que un monumento físico o un acontecimiento, es un constructo simbólico cargado de significación al cual los individuos acceden por medio de sus códigos a la rememoración de ese objeto o hecho, que requiere de un soporte (objeto, monumento, celebración, archivos) que permita reactivar el recuerdo. "El lieux de mémoire es una noción abstracta, puramente simbólica, destinada a desentrañar la dimensión reme-moradora de los objetos, que puedes ser materiales, pero sobre todo inmateriales, como fórmulas, divisas, palabras claves"19 A su vez, un lugar de memoria se define como los 'restos'20 que han quedado de ese pasado, en este ejemplo, el centro cívico, las casas y los edificios públicos de Chuquicamata.

Pero también es posible hablar de un lugar de memoria asociado a lo discursivo, en este caso a los recuerdos que las personas emiten sobre el campamento cada vez que se refieren a él. Su paso por Chuquicamata es una impronta identitaria que los caracteriza como tales y a la que hacen referencia cada vez que se les pregunta por su origen. De esta manera, Chuquicamata vive en el recuerdo de sus antiguos habitantes por medio del relato.

Las ruinas del campamento en la actualidad y su intención de convertir el centro cívico en patrimonio nacional son los rezagos de una vida próspera que hace un siglo atrás dio vida a este inconmensurable desierto.

Hoy es posible hablar de un espacio físico-simbólico al cual se acude presencialmente y por medio de los recuerdos, una forma de unir la historia de Chuquicamata con la memoria de los que fueron sus habitantes. Para Nora, este ejercicio de rememoración es producto de "la administración general del pasado en el presente"21 Por lo tanto, es la utilización que se hace desde el presente de ese pasado que pretende permanecer intacto en la materialidad del recuerdo. Ese recuerdo permite que la memoria de Chuquicamata se ancle a la historia, evitando así desaparecer de ella. Los lugares de memoria permiten mantener resguardados los recuerdos de un grupo, pues según Nora "los lugares de memoria nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea, que hay que crear archivos, que hay que mantener los aniversarios, organizar celebraciones [...] porque estas operaciones no son naturales"22


4.
Nostalgia del pasado

La remisión constante a este pasado glorioso que hacen los chuquicamatinos desde su nuevo lugar de residencia permite sugerir la existencia de una visión nostálgica de éste. Este pasado se añora, se recuerda, se rememora una y otra vez, como si mediante este acto el campamento volviera a cobrar vida. La no evocación, la omisión, es percibida como el olvido, lo que justamente no quieren permitir que suceda.

La mayoría, por no decir todas las opiniones vertidas respecto a su paso por Chuquicamata, se hacen en relación con la que actualmente se lleva en Calama. Así, la vida en el campamento se tiende a idealizar desde la distancia, se mira con nostalgia y se engrandecen los recuerdos del pasado.

    "No hay un lugar en el mundo que se parezca a eso. La tranquilidad, eso era lo que uno respiraba, pura tranquilidad para toda la familia. Además de todo eso bonito, estaba también la compañía de los vecinos. Uno se hacía hasta compadres de ellos, si toda una vida compartiendo con ellos, los conoce tanto uno que pasan a ser parte de la familia"23

Chuquicamata, tal vez por su ubicación geográfica y por las condiciones generadas por el entorno, conformaba un lugar especial para vivir. La hospitalidad, la generosidad y la protección de su gente lo hacían un lugar tranquilo y seguro.

Dentro de los recuerdos que guardan de su paso por el campamento está la intensa vida social que en él se desarrollaba. Las actividades recreativas que se organizaban en cada club social o deportivo de Chuquicamata reunían a todo el pueblo. Ellos participaban activamente de estas festividades, esperadas por todos. Ese era el momento preciso para reunir al trabajador con su familia y a la comunidad en general. Los deportes cumplían un rol fundamental en la sociedad chuquicamatina —tradición heredada de los "gringos24"— y se desarrollaban en modernos recintos deportivos con canchas de tenis, de béisbol, bowling, basquetball, transformándose en lugares exclusivos e innovadores si se toma en cuenta que se ubicaban en un campamento minero.

    "La pasábamos bien en Chuquicamata. Se hacían varias cosas bien entretenidas. Se juntaba casi todo el pueblo para esas fiestas, el cine, el teatro, esos eran los lugares típicos de Chuquicamata donde uno iba con la familia a recrearse. Los mismos deportes también juntaban a harta gente, los campeonatos de basquetball, el béisbol, el bowling, todo eso era como una festividad para uno"25

Tal como se expone, una de las actividades que lograban reunir a la colectividad chuquicamatina era el deporte. En torno al éste se juntaban las familias y se compartía. Pero esta reunión pudo conservarse por poco tiempo, ya que las nuevas generaciones de familias, especialmente las que provenían de otras regiones, no tenían el mismo sentido de colectividad, por lo que las relaciones se fueron disgregando e individualizando con el paso del tiempo.

    "Las actividades deportivas, pero eso fue, yo te estoy hablando de hace quince, veinte años atrás, porque después llegó gente nueva, como otra generación entonces ellos eran más individualistas. La gente como más de edad era más colectiva, era más preocupada del vecino, del otro y así. Después la gente nueva que llegó a trabajar a Chuquicamata era más individualista, más superior a los demás que estaban ahí, entonces eso mismo hizo cambiar la percepción que uno tenía de Chuquicamata, uno siempre queda añorando a lo que era Chuquicamata antiguo"26

Es posible apreciar en el discurso un quiebre en el sistema de relaciones sociales de la población con la llegada de familias de otras regiones. A pesar de que siempre estaba llegando personal de trabajo desde otras ciudades a Chuquicamata, el sistema comunitario seguía funcionando como de costumbre, pero los hábitos y la mentalidad de las nuevas generaciones fueron transformando dicho sistema, volviéndolo cada vez más impersonal e individualista. Así, se fueron viendo sometidos al consumismo y a la competitividad, que forman parte de las características de la sociedad chilena actual.

    "La gente era más comunicativa, se cuidaban unos a los otros. Si uno salía, el vecino le cuidaba la casa; había una actividad y todos iban, había otra actividad y no andaban preocupados de 'qué te compraste tú, que yo tengo esto, yo me voy a comprar esto otro'. No andaban preocupados de eso. Después la gente nueva que llegó cambió todo ese sistema. Las mamás, todos se juntaban en la pulpería, entonces había mucha más comunicación, la gente no era tan egocéntrica, la gente ahora es totalmente consumista y competitiva27".

Una de las características más recordadas de los antiguos habitantes de Chuquicamata era su capacidad de establecer lazos sociales comunitarios y consolidarlos. Además, está el sistema familiar que funcionaba como el eje central de toda la sociedad, ocupando un lugar importantísimo en todos los aspectos de la vida. En resumen, la familia y la comunidad eran los pilares de la sociedad chuquicamatina. En torno a ellas funcionaba el campamento y la mayoría de las actividades sociales que se realizaban estaban dirigidas a la familia con el propósito de consagrarla y protegerla.

El estilo de vida en Chuquicamata se caracterizaba por desarrollarse en un ambiente familiar y tranquilo donde primaban las relaciones comunitarias y de compadrazgo. A su vez, como la mayoría de las personas que vivían allí, tenían a sus familiares en otras zonas del país. Los vecinos, los amigos y la comunidad lograban llenar el vacío dejado por ella, transformándose ellos mismos en su familia propia. La vida barrial también jugaba un papel fundamental en la manera como los chuquicamatinos vivían el espacio. Tal como lo define Gravano28, el barrio es la conjugación del espacio físico-arquitectónico con las prácticas sociales, límites, identidades, símbolos y unidad social que desarrollan los individuos, dando como resultado lo barrial. En lo barrial las interacciones sociales de orden primaria son las que resaltan. En Chuquicamata, como se destaca en sus relatos, las relaciones entre vecinos cobran vital importancia en lo que significa vivir el espacio.


C
onclusiones

La idea de incluir aquí la visión que poseen los ex habitantes de Chuquicamata sobre lo que fue su paso por el campamento, tiene como fin enfatizar que estamos frente a un rescate de la memoria social. Todos estos relatos revelan situaciones sumamente importantes, no sólo para quienes los vivieron, sino también para las generaciones nuevas que necesitan de una historia oral que les cuente y les recuerde cómo era vivir en Chuquicamata, así como también elaborar un fundamento que le dé sentido a su pertenencia.

La memoria social como la define Halbwachs29 no sólo permite recordar el pasado, sino también reconstruirlo. Cada relato representa un fragmento de esta historia común; de esta manera todos participan de una u otra forma en esta construcción. La memoria, por ende, es colectiva. El individuo no participa aisladamente de este proceso, sino que todos contribuyen con sus diferentes relatos, a veces distintos, exagerados y recargados, en dicha construcción.

El mecanismo que permite el funcionamiento y la difusión de esta memoria es la reiteración. Es por ello que los chuquicamatinos una y otra vez hacen alusión a los mismos acontecimientos. La idea es no dejarla expirar, sino revivirla a cada momento. Cuando se hace memoria de algo, de alguien o de un acontecimiento, este acto permite unir pasado, presente y futuro a la vez. Otorga sentido a las experiencias y potencia el imaginario social. Este ejercicio de recordar el pasado debe comprenderse como un acto dinámico, pues el escenario se modifica, ya sea agregando o eliminando componentes, pero siempre manteniendo las estructuras que las contienen.

Los discursos que emiten los individuos son heterogéneos e inestables, pues es un constructo social que constantemente se reformula. En instantes, algunos recuerdos tendrán más fuerza que otros, dependiendo del contexto en el que se exprese. En este caso la vida comunitaria cobra más fuerza, pues el contexto de marginación en el que se encuentran los hace destacar esos elementos por sobre otros. El ejercicio de referirse con nostalgia a Chuquicamata no implica otra cosa que recordar el origen de donde se viene, lo que permite reforzar la identidad.

La construcción de este pasado contiene varios elementos que permiten definirlos como utópicos. Esto porque se intenta rescatar aquello que conviene recordar y no lo que los pueda perjudicar, para así mantener intacto el sistema sociocultural que los contiene. Si se utilizara un discurso crítico de ese pasado, tal vez el sentido de pertenencia, el 'ser chuquicamatino' se disolvería. Aludiendo a lo planteado por Hopenhayn30 respecto a la construcción utópica y a los factores que lo fundan como tal, podríamos señalar que para el caso chuquicamatino la tranquilidad sería un ejemplo de ello. Esto porque se habla de silencio y tranquilidad como si fuesen atributos exclusivos de Chuquicamata.

En síntesis, ser trasladados a Calama, aquel lugar que nunca fue bien considerado y que hasta la actualidad aún se percibe con recelo, significa para los chuquicamatinos insertarse en un espacio totalmente ajeno y distinto. Sin duda las diferencias que existen entre una ciudad y un campamento son enormes, más aún si se le suma toda la carga simbólica que les permitía diferenciarse de este lugar y de sus habitantes. Calameños y chuquicamatinos eran opuestos complementarios y sus identidades se configuraban en relación al otro, pues eran lo que ellos no son. Tal como lo define Viviana Manríquez31, la identidad se construye con el fin de diferenciarse de los otros y de autoidentificarse entre pares. Una vez expulsados de su territorio que le daba a su existencia un sentido de pertenencia, los chuquicamatinos debieron aceptar su inclusión a la ciudad de Calama.

Ahora, objetivamente hablando, son ciudadanos "calameños". No obstante y gracias a la construcción de un discurso identitario basado en la memoria, aún pueden autodenominarse chuquicamatinos, pues la inexistencia de su territorio no impide que sus prácticas y costumbres se disuelvan. Es más, y tal como se percibe en los relatos, la carga simbólica que estampan cada vez que hacen alusión a su origen manifiesta el hecho de que aún siguen siendo chuquicamatinos a pesar de que se encuentren viviendo en Calama.


Comentarios

* El artículo es resultado del trabajo de campo llevado a cabo en el año 2007 para la realización de la tesis de pregrado con el proposito de optar al título de Antropóloga Social. Asimismo, es producto del Proyecto Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) n.o 1095007, "Familia y trabajo en la economía de exportación: incidencia de los regímenes laborales excepcionales en familias vinculadas a la minería, la fruticultura y la salmonicultura".

1 Corporación Nacional del Cobre, Chile.

2 Calama es la capital de la provincia de El Loa, región de Antofagasta, ubicada a dieciocho kilómetros al sur de Chuquicamata. Posee una población total aproximada de 143.800 habitantes.

3 Marie Claire Lavabre, "Maurice Halbwachs y la sociología de la memoria", en http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/escontenido.php (fecha de consulta: 9 de julio 2009).

4 Maurice Halbwachs, "Memoria Individual y memoria colectiva", Revista Estudios 16 (otoño 2005): 163-187.

5 Maurice Halbwachs, "Memoria", 164.

6 Ramón Ramos, "Maurice Halbwachs y la memoria colectiva", Revista de Occidente 100 (1989): 71.

7 Joel Candau, Antropología de la Memoria (Buenos Aires: Editorial Nueva Visión, 2002), 62.

8 Maurice Halbwachs, "Memoria", 186.

9 Félix Vázquez, "La memoria como acción social: relaciones, significados e imaginario", series en Temas de Psicología 10 (Barcelona: Editorial Paidós, 2001), 163.

10 Félix Vásquez, "La memoria", 164.

11 Alejandro Isla, "Los usos políticos de la memoria y la identidad", Revista Estudios Atacameños 26 (2003): 43.

12 Joel Candau, Antropología, 64.

13 El concepto de "marco social de la memoria" es propuesto por Maurice Halbwachs en su texto Les cadres sociaux de la mémoire (París: Presses universitaires de France, 1925), con el fin de reemplazar al de "memoria colectiva". Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria (Barcelona: Anthropos, 2004), 40.

14 Alejandro Isla, "Los usos", 43.

15 Maurice Halbawchs, La Memoria Colectiva (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004), 133.

16 Maurice Halbawchs, La Memoria Colectiva, 133.

17 En el centro cívico de Chuquica-mata se encontraban las principales instalaciones del campamento como la plaza, comercio, bancos, teatros, cines, clubes y sindicatos. Actualmente es posible visitar el campamento, previo acuerdo con la administración de la empresa, quienes cuentan con una visita guiada a los turistas. El barrio cívico, como se le conoce, ha sido refaccionado, manteniendo las fachadas originales de cada uno de los centros comerciales, cines, teatros, bancos, plaza central y auditorio central.

18 Pierre Nora, "La aventura de 'Les lieux de mémoire'", en Memoria e Historia, ed. Josefina Cuesta (Madrid: Ed. Macial Pons, 1998), 17-34.

19 Pierre Nora, "La aventura", 32.

20 Pierre Nora, "Entre memoria e historia. La problemática de los lugares". En Les Lieux de Mémoire, Pierre Nora (Santiago: Editorial LOM, 2009), 24.

21 Pierre Nora, "La aventura", 32.

22 Pierre Nora, "Entre memoria e historia", 5.

23 Entrevista a Diego Fernández, Calama, 28 de marzo de 2007.        [ Links ]

24 Extranjeros norteamericanos que iniciaron la faena industrial de este mineral.

25 Entrevista a Hernán Cornejo, Calama, 2 de abril de 2007.        [ Links ]

26 Entrevista a Sonia Gallardo, Calama, 4 de abril de 2007.        [ Links ]

27 Entrevista a Sonía Gallardo, Calama, 4 de abril de 2007.

28 Ariel Gravano, Antropología de lo Barrial. Estudios sobre producción simbólica de la vida urbana, (Buenos Aires: Espacio Editorial, 2003), 58.

29 Maurice Halbwachs, La Memoria Colectiva, 134.

30 Martin Hopenhayn, "La utopía contra la crisis o como despertar de un largo insomnio", en Serie Libros de la CEPAL 33 (Santiago, Naciones Unidas, 1992), 333.

31 Viviana Manríquez, "Identidad e identidades: Una aproximación desde la etnohistoria a las identidades de las poblaciones indígenas del Partido de Maule en los siglos XVI y XVIII", Revista de la Academia 04 (1999): 121.


Referencias

Fuentes primarias

Entrevistas:
Entrevista a Diego Fernández, Calama, 28 de marzo de 2007.

Entrevista a Hernán Cornejo, Calama, 2 de abril de 2007.

Entrevista a Sonia Gallardo, Calama, 4 de abril de 2007.

Fuentes secundarias

Candau, Joel. Antropología de la Memoria. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión, 2002.        [ Links ]

Gravano, Ariel. Antropología de lo Barrial. Estudios sobre producción simbólica de la vida urbana, Buenos Aires: Espacio Editorial, 2003, 85-90.        [ Links ]

Halbwachs, Maurice. La Memoria Colectiva. España: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004.        [ Links ]

Halbwachs, Maurice. Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Anthropos, 2004.        [ Links ]

Halbwachs, Maurice. Les cadres sociaux de la mémoire. París: Presses Universitaires de France, 1925.        [ Links ]

Hopenhayn, Martin. "La utopía contra la crisis o como despertar de un largo insomnio". En serie Libros de la cepal. Santiago: Naciones Unidas, 1992, 321-341.        [ Links ]

Isla, Alejandro. "Los usos políticos de la memoria y la identidad". Revista Estudios Atacameños 26 (2003): 35-44.        [ Links ]

Lavabre, Marie Claire. "Maurice Halbwachs y la sociología de la memoria". En http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/escontenido.php. (9 de julio 2009).        [ Links ]

Le Goff, Jacques. El Orden de la Memoria: el tiempo como imaginario. Barcelona: Editorial Paidós, 1991.        [ Links ]

Manriquez, Viviana. "Identidad e identidades. Una aproximación desde la etnohistoria a las identidades de las poblaciones indígenas del Partido de Maule en los siglos XVI y XVIII". Revista de la Academia 04 (1999), 119-135.        [ Links ]

Nora, Pierre. "Entre memoria e historia. La problemática de los lugares". En Les Lieux de mémoire, Pierre Nora. Santiago: Editorial LOM, 2009, 19-38.        [ Links ]

Nora, Pierre. "La aventura de 'Les lieux de mémoire'". En Memoria e Historia, editado por Josefina Cuesta. Madrid: Ed. Macial Pons, 1998, 17-34.        [ Links ]

Ramos, Ramón. "Maurice Halbwachs y la memoria colectiva". Revista de Occidente 100 (1989): 63-81.        [ Links ]

Sobral, Juan Carlos. "Memoria social, Identidad y Conflicto". Revista de Antropología Social 13 (2004): 137-159.        [ Links ]

Vázquez, Félix. "La memoria como acción social: relaciones, significados e imaginario". En Series en Temas de Psicología 10. Barcelona: Editorial Paidós,         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons