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Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.40 Bogotá ene./jun. 2010

 

FIGUEROA SALAMANCA, HELWAR HERNANDO. TRADICIONALISMO, HISPANISMO Y CORPORATIVISMO: UNA APROXIMACIÓN A LAS RELACIONES NON SANCTAS ENTRE RELIGIÓN Y POLÍTICA EN COLOMBIA (1930-1952).
BOGOTÁ: UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA, 2009, 252 PP.

Michael J. LaRosa
Profesor asociado, Rhodes College, Memphis, Estados Unidos. Es autor de De la derecha a la izquierda: la iglesia católica en la Colombia contemporánea (Bogotá: Planeta, 2000). Es miembro del Comité Editorial de la revista Historia Crítica. LaRosa@rhodes.edu.


El libro del joven historiador Helwar Figueroa se inscribe en la línea de investigación del papel de la religión (en este caso, la iglesia católica española y la colombiana) en la sociedad y en la política. El reto de Figueroa es grande, pues en los últimos quince años se ha producido una literatura sobre el tema, que incluye entre otros los trabajos de Ana María Bidegain, José David Cortés, Ricardo Arias y Thomas Williford1 Figueroa se enfoca en las tendencias conservadoras de la iglesia desde mediados del siglo XIX hasta la época de la Violencia, en la segunda mitad del siglo XX. El estudio, desafortunadamente, tiene algunas deficiencias serias. El problema más grave es una falta casi total de fuentes primarias, lo que lleva a que la obra se convierta en una aproximación en exceso narrativa al tema, sin un fuerte rigor analítico.

Al principio del libro el autor anuncia que su obra consta de un conjunto de capítulos que a su vez forman parte de su investigación para el título de Maestría en Historia de América Latina de la Universidad de Toulouse, Francia, y que los capítulos "han sido publicados parcialmente o leídos en diferentes escenarios académicos" (p. 12). El libro se podría leer como cuatro artículos independientes, pero como conjunto le falta algo de coherencia, especialmente en cuanto al tema central de esta investigación. Por ejemplo, el primer capítulo (unas setenta páginas del texto) se ocupa de la segunda mitad del siglo XIX. Es decir, casi la tercera parte del libro sirve como telón de fondo para un estudio que, según aparece en su título, se centra en un periodo de veintidós años, entre 1930 y 1952. En el siguiente capítulo, "Los partidos políticos y la cuestión religiosa en Colombia", el autor hace un estudio conceptual sobre el hispanismo que, en vez de enfocarse en Colombia, lleva el lector a Europa, a la Guerra Civil Española y al desarrollo del fascismo español durante los años veinte y treinta. El tercer capítulo define los siguientes veinte años de la iglesia católica colombiana como una época de corporativismo, y el capítulo final trata la cuestión religiosa durante la Violencia. Los libros del colombiano Fernán González, el norteamericano James D. Henderson y el inglés Christopher Abel han examinado la mayoría de estos temas a profundidad2 El aporte de Figueroa, entonces, consiste en revisar esta literatura insistiendo en el poder y la durabilidad del corporativismo en la institución de la iglesia en Europa y Colombia. Sin embargo, pierde la oportunidad de aportarle a tal literatura estudiando, por ejemplo, los efectos cotidianos de la iglesia en la gente, la sociedad o la estructura social en Colombia.

Quizás el problema radica en lo que el autor considera política y sociedad. La perspectiva y el análisis están casi totalmente enfocados en los grandes políticos, intelectuales y figuras clericales de la época. El pueblo no existe en este estudio -el autor nunca busca información o fuentes para dar contexto, sustancia o vida a la gente de Colombia-. Como resultado, el libro es un poco estático y seco, en el que se nota la ausencia del colombiano que vivió durante la época. Los estudios de Ana María Bidegain, como el que se titula Historia del cristianismo en Colombia: corrientes y diversidad3, muestra claramente la diversidad de personas e ideas en la historia religiosa de Colombia.

El libro es un estudio del alto clero y la política de élite en Colombia, pero también adiciona otro elemento: el hispanismo en la península ibérica. Por eso, Figueroa incluye información sobre la influencia de regímenes fascistas, como España bajo Franco y Portugal durante el régimen del dictador Salazar. Habría sido un gran acierto incluir otro estudio de caso de América Latina, como por ejemplo Argentina, Chile o Brasil. Colombia, siendo un país latinoamericano, guarda correspondencia con las tradiciones, prioridades e instituciones del resto del continente. Cuando el autor sí menciona otro caso latinoamericano, el de México, no lo trabaja con la profundidad necesaria: no trae fuentes primarias ni información nueva a una discusión de la historia de la iglesia y política en dicho país. En efecto, el caso mexicano es sumamente importante para entender la división social causada por la tensión violenta que ha existido entre iglesia y estado. Por supuesto, esta historia es significativamente diferente del caso colombiano, tanto en el siglo XIX como en el XX, debido a la pérdida de la mitad del territorio mexicano a favor de los Estados Unidos después de la guerra mexicano americana, la intervención de los europeos con la llegada de Maximiliano como emperador, la revolución mexicana y la rebelión cristera (1926-1929), que representaba casi una huelga de la iglesia. De todos modos, al comparar este caso sistemáticamente con el colombiano, Figueroa habría podido profundizar su análisis de manera más efectiva y contextualizada.

El segundo capítulo, "El hispanismo y su impacto en Colombia", muestra por qué es importante entender el fascismo en la península ibérica para comprender la historia política de la iglesia colombiana, en tanto que trata la llegada de ideas reaccionarias europeas, principalmente de España, a Colombia. De todos modos, aunque el capítulo estudia la historia del fascismo español, ignora su contexto socio económico. Más importante para el autor es la recepción en Colombia del hispanismo, que según el autor, fue fomentado por los Jesuitas, específicamente dentro de la publicación de la Revista Javeriana. El autor correctamente insiste en la importancia de estudiar la Revista Javeriana, especialmente las ideas del padre Félix Restrepo, S.J., y en la importancia de tal revista, entre otras, para difundir ideas corporativistas en Colombia. Aunque su interpretación de la Revista Javeriana y otros periódicos es un aporte importante, a Figueroa le faltó ir más allá de las fuentes publicadas. En vez de buscar archivos relevantes de estas publicaciones para entender el contexto y el pensamiento detrás de las revistas, Figueroa depende más que todo de fuentes secundarias ya publicadas, conocidas y discutidas.

Los últimos dos capítulos tratan el periodo comprendido entre la época de posguerra y la de Laureano Gómez. Aun en su revisión de la literatura relevante a su estudio, al autor le falta rigor. Figueroa cita el importante trabajo de James D. Henderson sobre Laureano Gómez, titulado Las ideas de Laureano Gómez; pero en el 2001 el Profesor Henderson publicó un nuevo libro, basado en una investigación exhaustiva, sobre la época de Gómez: Modernization in Colombia: the Laureano Gómez Years, 1889-19654 Este nuevo libro, publicado por la University of Florida Press y cuya traducción será próximamente distribuida en Colombia, es una contribución importante a la época del líder conservador, y hubiera sido de mucho valor para los propósitos de Figueroa. Figueroa se enfoca en los años de la Violencia en el último capítulo y nos da un breve análisis del movimiento sindical durante tal época, pero de nuevo, y lamentablemente, el autor no ofrece ningún tipo de investigación nueva y los documentos citados son los textos de siempre.

Para concluir, el libro de Helwar Figueroa realmente no trae nuevas interpretaciones ni fuentes sobre el rol de la iglesia católica y el estado colombiano durante la importante época que va de 1930 a 1952. Sin embargo, hay que resaltar que el autor tiene una escritura muy agradable, y al estar organizado cronológicamente, el libro procede a un paso lógico. El trabajo de Figueroa ofrece la síntesis de una historia ya conocida, pero desafortunadamente no ofrece algo innovador.


Comentarios

1 Ana María Bídegaín, Iglesia, pueblo y política: un estudio de conflictos de intereses (Bogotá: Pontificia Universidad Javeríana, 1985); José David Cortés, Curas y políticos. Mentalidad religiosa e intransigencia en la diócesis de Tunja, 1881-1918 (Bogotá: Ministerio de Cultura, 1998); Ricardo Arias, El Episcopado colombiano: intransigencia y laicidad 1850-2000 (Bogotá: Unian-des - CESO, Instituto Colombiano de Antropología, 2003); Thomas Williford, Laureano Gómez y los masones: 1936-1942 (Bogotá: Planeta, 2005).

2 Fernán González, Poderes enfrentados: iglesia y estado en Colombia (Bogotá: CINEP, 1997); James D. Henderson, Las ideas de Laureano Gómez (Bogotá: Tercer Mundo, 1985); Christopher Abel, Política, Iglesia y partidos en Colombia, 1886-1955 (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, c1987).

3 Ana María Bidegain dir., Historia del cristianismo en Colombia: corrientes y diversidad (Bogotá: Aguilar - Altea -Taurus - Alfaguara, 2004).

4 James D. Henderson, Modernization in Colombia: the Laureano Gómez Years, 1889-1965 (Gainesville: University of Florida Press, 2001).

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