SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número41PORTILLO VALDÉS, JOSÉ MARÍA. CRISIS ATLÁNTICA. AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA EN LA CRISIS DE LA MONARQUÍA HISPANA.: MADRID: FUNDACIÓN CAROLINA, CENTRO DE ESTUDIOS HISPÁNICOS E IBEROAMERICANOS, MARCIAL PONS HISTORIA, 2006, 318 PPCOLEMAN, BRADLEY. COLOMBIA AND THE UNITED STATES: THE MAKING OF AN INTER-AMERICAN ALLIANCE, 1939-1960. KENT: KENT STATE UNIVERSITY PRESS, 2008, 303 PP índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  n.41 Bogotá mayo/ago. 2010

 

AGULHON, MAURICE. EL CÍRCULO BURGUÉS. LA SOCIABILIDAD EN FRANCIA, 1810-1848.
BUENOS AIRES: SIGLO XXI EDITORES, 2009, (1° ED. 1977), 207 PP.

Leandro Carbón
Historiador e investigador. Universidad de Buenos Aires, Argentina. leandrocarbon@hotmail.com.


Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad París 1 desde 1972 y catedrático de Historia de la Francia Contemporánea en el Collège de France entre 1986 y 1997, Maurice Agulhon es uno de los más importantes especialistas en historia francesa de los siglos XIX y XX. Ha sido también un renovador dentro del campo historiográfico, caracterizándose por un enfoque etnográfico a la hora de realizar sus trabajos dedicados al estudio de los ámbitos de sociabilidad. Dueño de una prolifica trayectoria dedicada al estudio de la historia de la cultura y las mentalidades políticas y, particularmente, al problema del republicanismo francés, su nombre es aún hoy relativamente desconocido en el mundo hispano, en parte como consecuencia de la falta de traducciones de sus obras. Por ello, la reciente publicación castellana que Siglo XXI Editores ha realizado de su trabajo El círculo burgués resulta un hecho digno de celebración, si tenemos en cuenta que se trata de un estudio pionero sobre las formas que revistió la sociabilidad francesa durante la primera mitad del siglo XIX.

Antes de adentrarnos en el contenido de la obra es importante señalar que a Agulhon no le preocupa realizar una definición exhaustiva del término "sociabilidad" ni enfrascarse en discusiones teóricas sobre éste; para él simplemente se trata de una cualidad humana especifica que se halla "más allá del individuo singular y más acá de la especie" (p. 31), y que posee una genealogía propia que puede remontarse al siglo XVIII, habiendo sido utilizado por figuras tan disimiles como Charles Bonnet y Eugène Lerminier. En el caso de Bonnet, desde una visión naturalista y metafísica propias del siglo XVIII, que veía en el hombre un ser que, por su naturaleza, tendía al "estado de sociedad" (p. 32) y cumplía de ese modo con los designios de la caridad divina. Lerminier, por el contrario, desde una posición racionalista clásica del siglo XIX veía en la sociabilidad no más que un eslabón en el progreso civilizatorio, que tarde o temprano llevaría al hombre a cumplir con su destino colectivo, entendido éste como la vida en sociedad.

En cambio, el objetivo principal del libro reseñado radica en demostrar que el círculo fue la forma típica de sociabilidad burguesa durante la primera mitad del siglo XIX en Francia. Estos círculos —que el autor compara como equivalentes galos de los clubs ingleses— fueron la forma específica de asociación mediante la cual las clases medias conquistaron un espacio social que les permitió diferenciarse a la vez de los salones aristocráticos y de los cabarets, frecuentados por los sectores populares. A nivel teórico, El círculo burgués representa el intento de aplicar el concepto de 'sociabilidad meridional', acuñado por Agulhon en 1968 en su estudio sobre los Pénitents et francs-maçons de l'Ancienne Provence[1], al más amplio contexto nacional francés.

Sobre esta base, la obra se divide en dos partes. La primera se dedica a la historia de la institución. Si bien el autor se enfoca en el siglo XIX, cuando los círculos se multiplican sin condicionamientos, señala que los orígenes de las reuniones de burgueses datan de la época de Luis XVI, aunque se realizan en un clima de semilegalidad por considerárselas siempre sospechosas de prohijar la disidencia política. No obstante, desde entonces experimentan una evolución y florecen, aunque con diferencias notables: mientras que en París, gran ciudad pletórica de cafés y salones que brindan las condiciones necesarias para la proliferación de reuniones y tertulias, su aparición es tardía, en los pueblos y las pequeñas ciudades del interior, carentes de espacios apropiados para la reunión de nutridos grupos de personas, su aparición resulta temprana y permanece estrechamente ligada a las posibilidades comerciales que la asociación de burgueses facilita. Con todo, el crecimiento de los círculos a nivel nacional no se sucederá sino hasta la década del treinta del siglo XIX, mientras que durante el Imperio y la Restauración, éstos no son más que un fenómeno exclusivo de algunas comarcas. Es decir, Agulhon observa que el círculo, en tanto que institución de la sociabilidad burguesa, termina por florecer y multiplicarse en toda Francia bajo el régimen burgués por excelencia, la Monarquía de Julio (1830-1848), reemplaza el sistema de vida social que había existido bajo el Antiguo Régimen.

La segunda parte del libro se ocupa del análisis de la institución propiamente dicha. El autor comienza abordando la cuestión del lenguaje. Los círculos, a medida que logran un mayor grado de formalización, desarrollan un lenguaje propio que los diferencia de las sociedades, cofradías y salones. El estatus de miembro deja de tener un sentido en el círculo burgués donde se hablará de "abonados", designando así a quienes pagan su cuota para mantener el lugar en el que se realizan las reuniones. Se avanza así, de acuerdo con el autor, hacia una colectivización de la vida y de prácticas sociales que en tiempos pretéritos habían sido de índole exclusivamente privadas, tales como la lectura, el ocio, el juego de billar; todas ellas pasan a partir de entonces a formar parte de un ámbito común y se desarrollan en un contexto de relativa igualdad; se trata, en última instancia, de un grupo en el que todos son abonados. Esto marca uno de los rasgos más fuertes del carácter burgués del círculo frente al salón aristocrático. El otro es su condición de espacio de sociabilidad puramente masculino y laico. Si los salones eran parte de una tradición que incluía a las mujeres y en los que la religión tenía lugar, los círculos romperán con este orden de cosas.

Sin embargo, el aspecto más importante del círculo burgués como institución está signado por su relación con la política y la cultura. Con respecto a la primera, Agulhon advierte que si bien el círculo no es esencialmente político, pues en su interior se siguen desarrollando actividades diversas relacionadas con el ocio y el comercio, la política francesa decimonónica tomará las estructuras de la sociabilidad de este ámbito para desarrollarse. Es decir que existe una relación entre lo cívico y lo político. En este sentido, la vida privada, la vida de círculo, permitiría responder a algunos de los interrogantes planteados por la política.

En cuanto a la cultura, éste se halla en un escalón intermedio entre la cultura de élite, exclusiva de los salones aristocráticos, y la popular, propia del cabaret. Esta jerarquía marca otra característica específica de una época en la cual "los estadios de la sociabilidad no remitían sólo a niveles sociales sino también a niveles culturales" (p. 144).

Como se puede apreciar hasta aquí, Agulhon se preocupa por delimitar cuidadosamente su estudio. Analiza una clase social específica, la burguesía, en un ámbito determinado, el círculo, y con un cronotopo definido, el siglo XIX en Francia. ¿Pero cuál es la inquietud que subyace en este trabajo? Creemos que la respuesta a esta pregunta se encuentra íntimamente relacionada con tres cuestiones particulares. En primer lugar, con el problema de la decadencia de la civilización burguesa. El círculo burgués es un trabajo posterior al Mayo Francés, a la Primavera de Praga y a la matanza de los estudiantes de Tlatelolco, todos eventos que sacudieron el paradigma de sociedad imperante. En esa época de cambios y estallidos, Agulhon comienza a plantear el fin de esa forma específica de sociedad que conocemos como "la sociedad burguesa". Lo que ésta implica, la sanción de conductas específicamente burguesas —es decir un conjunto de normas, reglas, valores y formas de organización—, ya no existe hacia 1970 o existe de un modo completamente diferente.

En segundo término, el problema que interesa a Agulhon es el del republicanismo francés. Más exactamente, de dónde surge la conciencia republicana francesa si, como puede apreciar en las fuentes de la época, en las elecciones de 1848 el norte, región en la que se encuentra el corazón industrial, vota mayoritariamente blanco —es decir, a favor de la monarquía— y el sur, donde prima el campesinado, vota rojo —o sea, por el partido republicano. ¿Cómo llega el republicanismo al sur? ¿De dónde surge en una época como la primera mitad del siglo XIX en la que no hay grandes sucesos, como los que jalonarán las cinco décadas posteriores a 1848? En otras palabras, ¿qué sucede cuando nada parece suceder? Esta particularidad del período es la que lleva al autor a sospechar que lo que acontece es la construcción de una nueva conciencia política en un nivel micro; a partir de entonces comienza a rastrear en la sociabilidad de círculos y cafés los orígenes de esa conciencia.

Por último, surge la pregunta por el modelo: ¿es el modelo de sociabilidad burguesa válido para analizar la sociabilidad popular? La respuesta debe contemplar el hecho de que escenario francés posterior a 1968 presenta una realidad totalmente diferente a todo lo que lo había precedido. Hasta entonces la concepción cultural hegemónica era iluminista y pedagógica; dentro de ese marco la cultura de élite era concebida como punto de llegada, es decir, como expresión cultural por antonomasia. El clima posterior al Mayo Francés será completamente diferente. La cultura popular dejará de formar parte, en los estudios académicos, de esa proyección pedagógica y comenzará a avanzarse hacia una concepción que le reconocerá una jerarquía propia, no residual ni derivada de la cultura de élite, generando nuevos enfoques y perspectivas para el análisis.

En conclusión podemos aseverar que este trabajo es innovador en al menos dos sentidos. Desde el punto de vista histórico, porque presenta la originalidad de indagar, pues toma como herramientas la etnografía, la sociología y la génesis del republicanismo francés decimonónico. Y desde el terreno de la teoría, debido a que realiza un aporte fundamental al aplicar a la disciplina histórica el término 'sociabilidad', hasta entonces circunscripto al ámbito de las ciencias sociales.

Como obra, El círculo burgués resultará de particular relevancia para quienes se dediquen al estudio de la historia política y cultural del siglo XIX, especialmente en Francia. También podrán hallarla de interés aquellos que consagren sus esfuerzos a la sociología histórica. Y en vista de la escasez de traducciones castellanas que actualmente padece la obra de Maurice Agulhon, este libro se torna de inestimable valor para todos aquellos que, a pesar de no dominar la lengua francesa, deseen acercarse a los problemas que plantea la historia de la cultura y las mentalidades políticas.


Comentarios

[1]. Maurice Agulhon, Pénitents et francs-maçons de l'Ancienne Provence. Essai sur Sociabilité Méridionale (Paris: Fayard, 1968).

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons