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Historia Crítica

Print version ISSN 0121-1617

hist.crit.  no.43 Bogotá Jan./Apr. 2011

 

BLOGS DE HISTORIA: USOS Y POSIBILIDADES*

Nicolás Quiroga
Magíster y Doctor en Historia de la Universidad Nacional de Mar de Plata (Argentina) y docente de la misma universidad. Es investigador de cünicet y miembro del Centro de Investigaciones Históricas de la Facultad de Humanidades (cEhis), y del grupo de investigación "Movimientos sociales y sistemas políticas en la Argentina moderna". Su tema actual de investigación es la historia política argentina del siglo xx, en el área de estudios sobre peronismo. Las últimas dos publicaciones sobre el tema son: en coautoría con Omar Acha, "La normalización del primer peronismo en la historiografía argentina reciente", Revista Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe (eial) 21 (diciembre de 2009):7-34; y "Las Unidades Básicas durante el primer peronismo. Cuatro sentencias a debate", en Nuevo Mundo Mundos Nuevos (en línea), http://nuevomundo.revues.org/index30565.html, 2008. nfquirog@gmail.com


RESUMEN

Este artículo estudia las relaciones entre una herramienta digital específica (el weblog o blog) y la práctica histórica. Repasamos algunas cuestiones básicas (¿qué es un blog?, ¿para qué sirve?); luego exponemos algunos tipos de blogs de historia, indicando distintos ejemplos; y finalmente avanzamos sobre ciertas particularidades de la lectura de éstos, fundamentales a la hora de reflexionar sobre su impacto en las comunidades específicas.

PALABRAS CLAVE
Historia digital, humanidades digitales, blogs, comunidades interpretativas.


HISTORY BLOGS: THEIR USES AND POSSIBILITIES

ABSTRACT

This article interrogates the relationship between a specific digital tool (the weblog or blog) and the discipline of history. We go over some basic questions (What is a blog? What role does it play?). Then, with different examples, we present various types of history blogs. Finally, we highlight certain particularities about the reading of blogs that are fundamental to reflecting on their impact within specific communities.

KEY WORDS
Digital history, digital humanities, blogs, interpretive communities.

Artículo recibido: 30 de junio de 2010; aprobado: 20 de octubre de 2010; modificado: 7 de noviembre de 2010.


1. UN NUEVO SENSORIO

    "Debemos esperar de cualquier objeto inanimado, independientemente de su composición o configuración, que se comporte en cualquier momento de una manera completamente inesperada, por razones que son totalmente oscuras o misteriosas"1.

La embolia del rígido; el cartucho vacío; la "desconfiguración" del driver; los senderos opacos de los correos electrónicos; los imperfectos algoritmos contra el spam —que envían a otra carpeta un mensaje vital; ese troyano; el chip del móvil que capitula y que arranca del mundo cientos de contactos; el formato ilegible; la poco intuitiva interfase del sistema de carga de datos; el sitio colapsado; la mala señal.

1.1  LA MALA SEñAL

El sistema viviente del que hacemos parte ha hecho de esa variante de la Ley de Murphy que incluí como acápite, un fundamento de la vida moderna. La maldad de los objetos inanimados se corresponde con la poderosa presencia de ellos en nuestras vidas cotidianas. Independientemente de cuán funcionales o instrumentales creamos que resulten, no tardaremos en pronunciar algunas de las excusas que arriba enumeré. Hace veinte años en las calles de una gran ciudad todavía podíamos sentir el anonimato que sedujo a Edgar Allan Poe. En la actualidad, muchos de los transeúntes tramitan con su celular potentes realidades alternas. Algunos de ellos, como si fueran actores o políticos ensayando en la intimidad de sus domicilios, avanzan hacia nosotros por la misma acera discutiendo con sus padres o amigos, en pleno trance bluetooth. El sistema nervioso que Susan Buck-Morss delineó en uno de sus brillantes textos para pensar la obra de Walter Benjamin2, o la ciudad textual que Peter Fritzsche imaginó en Berlín 1900, son hoy algo sustantivamente diferente. Nuevos lenguajes, nuevos organismos —como los virus informáticos—, nuevas prácticas, nuevas desigualdades forman parte del sensorio de la época.

Conviene al objetivo de este texto haber señalado una dimensión particularmente ocluida en las aproximaciones sobre las herramientas digitales para la enseñanza o la investigación. Cualquiera de las herramientas, instrumentos o máquinas —para usar una clasificación que le debemos a Marcel Mauss— que forman parte de nuestra contemporaneidad deben ser parte del hacer historiador, en tanto los "restos del pasado" están cada vez más mediados por los dominios de esos seres. Sólo recientemente, acaso muy recientemente, la historiografía ha comenzado a reflexionar sobre una extendida y rígida separación de los medios y los contenidos (escansión bajo la cual fue posible durante mucho tiempo conjeturar sobre lo que una fotografía "decía", o referir los dichos de un entrevistado como si fueran parte de un texto). Mientras eso ocurre, las fronteras entre los medios de comunicación comienzan a hacerse más inestables, y lo que hasta hace poco podía ser englobado bajo las lógicas del broadcasting, hoy está ligado a formas más reticulares de producción de sentidos, incluso si estas son definitivamente jerárquicas.

Los debates sobre las nuevas tecnologías de la comunicación y su impacto sobre las culturas no cesan de multiplicarse, en el mismo momento en que muchas de las prácticas del campo intelectual se vinculan con instrumentos de comunicación no tradicionales. Cualquiera de los servicios de Internet, y especialmente la Web, resignifican en tanto que éste es un soporte cada vez más extendido entre los materiales de archivo, y en tanto forma parte integral del laboratorio de la investigación y la docencia (correo electrónico, bibliotecas online, publicaciones digitales, etc.)3.

En este trabajo nuestra intención será, en principio, presentar críticamente —a través de un recorrido impresionista— al weblog o blog. Al repasar las relaciones entre el blog y los historiadores —en el marco general del blogging y del blogging entre disciplinas sociales—, nuestro objetivo es alentar a los colegas a participar de emprendimientos online, pero a la vez discutir los alcances de ese tipo de prácticas en el momento actual de nuestra profesión. Justo entre el "paraqueísmo" ("¿para qué un blog?") y los fascinados por la fluidez de las comunidades virtuales, este trabajo es apenas un modo de enfocar la relación entre la investigación de signo académico y los medios de comunicación de masas4.

¿Debemos comenzar a considerar herramientas de uso masivo para la tarea académica (en la investigación y en la docencia)? ¿Debemos hacerlo por su potencial comunicativo o por sus ventajas con respecto a herramientas tradicionales en el área? ¿Cuál es el panorama actual de los blogs de historia? Para intentar aproximarnos a esos interrogantes repasaremos algunas cuestiones básicas (¿qué es un blog?, ¿para qué sirve?); luego expondremos algunos tipos de blogs de historia, indicando distintos ejemplos; y finalmente avanzaremos sobre ciertas particularidades de la lectura de éstos, fundamentales a la hora de reflexionar sobre su impacto en las comunidades específicas. El blog ha dejado de ser una novedad en algunas comunidades, pero no es habitual en la "caja de herramientas" del historiador. La pregunta sobre sus usos es, también, espero, un intento por desnaturalizar visiones excesivamente instrumentales en torno a las herramientas digitales.


2. USOS

Las definiciones de blog o bitácora son muy variadas. La Wikipedia en español, por ejemplo, lo define como:

    "[...] un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente"5.

Hay que indicar, además, la alta frecuencia de posteo. Un post es cada una de las publicaciones del blog. En el espacio del blog, estructuralmente, un post o entrada es una anotación con ciertos atributos (título; contenido; permalink —su url particular; fecha y hora; autor, entre muchas otras). La forma estándar de presentarlos es por un orden cronológico inverso (el primero es el último escrito)6. El post tiende a ser breve. Rebecca Blood, una pionera en el tema, define al blog de modo más esquivo:

    "Lo que tienen en común [los blogs] es su formato: una página web con nuevas entradas situadas en la cabecera, actualizadas a menudo (incluso varias veces al día). A menudo en un lado de la página existe un listado de enlaces que apuntan a sitios web similares en la red. Algunos sitios web consisten solamente en un weblog. Otros incluyen el weblog como parte de un sitio mayor. Los weblogs son más que un listado de enlaces y son menos que una revista electrónica, son difícilmente descriptibles pero fácilmente reconocibles"7.

La reflexión sobre la escritura, el aura metarreflexiva que los propios bloggers han multiplicado en sus posts, terminaron por ligar el artefacto a las poéticas y hacer del acto de escritura también un artefacto: el blogging (bloguear). Una de esas aproximaciones, entre muchas, afirma:

    "Cualquiera que haya blogueado sus pensamientos durante largo tiempo reconocerá este mundo. Nosotros los bloggers tenemos pocas oportunidades de espigar nuestros pensamientos y de esperar hasta que los sucesos se asienten y emerja un modelo claro. Blogueamos ahora, mientras las noticias nos llegan y los hechos aparecen [...]. Pero un blog no es tanto escribir diariamente como escribir cada hora. Y con ese nivel de temporalidad, la provi-sionalidad de cada palabra es cada vez más ajustada —y el riesgo de error o la excitación de la presciencia mucho mayor"8.

Por momentos, incluso los análisis parecen asumir que existe un discurso blogger, una forma blogger de pensar la realidad. Los adjetivos para ese ejercicio son variados: posmoderno, pospolítico, irónico, nihilista, melancólico, hedonista9. Algunos historiadores, por su parte, han tratado de ponerlo en sintonía con otras formas conocidas de intervención política:

    "El abuso breve, rápido, se prodigó en todos los sistemas de comunicación: los vilipendios garrapateados en los palacetes durante las peleas del Renacimiento italiano, los insultos rituales conocidos como 'playing the dozens' entre los afroamericanos, los carteles en las manifestaciones contra regímenes despóticos, y el graffiti en numerosas ocasiones, como durante el alzamiento parisino de mayo a junio de 1968 (uno de ellos decía: 'Voici la maison d'un affreux petit bourgeois'). Cuando se mezclan con tino, provocación y eficacia pueden ser dinamita, el equivalente escrito de los cócteles Molotov"10.

Pero lo que, quizás, los historiadores no han hecho tanto como lo merecería es historiar el ejercicio entre los colegas, o mejor, entre los "profesionales del conocimiento"11. Ralph Luker escribió hace tiempo un texto sobre la blogósfera de los historiadores norteamericanos:

    "Los blogs hechos por académicos conforman sólo una pequeña parte del mundo de los blogs o blogósfera, que algunas estiman que incluye más de 5 millones de blogs, aunque el número cambia constantemente y nadie lo sabe a ciencia cierta debido a que la tasa de desgaste es también alta [...]. A mediados de noviembre de 1999, Kevin C. Murphy de 25 años fue probablemente el primer (futuro) historiador que comenzó un blog. él era por entonces ayudante de James Carville, consejero político del Presidente Clinton, y actualmente es un graduado orientado a la historia política americana del siglo xx, en la Universidad de Columbia. Pese a su juventud, el temprano lanzamiento de su Ghost in the Machine [http://www.ghostinthemachine.net] le granjeó el honor de ser el patriarca de los historiadores bloggers"12.

También entre los historiadores hay manifiestos, proclamas como la de Sullivan citada anteriormente, que nos dicen por qué bloguear. El historiador español Justo Serna —quien administra un blog de notable amplitud temática (http://justoserna.wordpress.com/ lo concibe como una "agenda pública" para opinar sobre el mundo, o bien como "un esbozo de otras escrituras"13. En su blog Easily Distracted, Timothy Burke hizo su propia vindicación (conviene citarla en extenso):

    "Porque quiero introducir algunas ideas e influencias inesperadas en mi trabajo intelectual y académico. Quiero desestabilizar la demasiada domesticada y a menudo hermética forma de pensamiento que sobreviene con la especialización académica. Quiero introducir un mutational vector en mi labor intelectual.
    Porque quiero un lugar para publicar pequeños escritos, escritos impares, escritos residuales, especulaciones perezosas, hipótesis a medio desarrollar. Quiero un lugar para publicar todas las cosas que, pienso, tienen un valor pero no el suficiente como para poseer legitimidad académica. Quiero una oportunidad para adentrarme en nuevas áreas de especialización, de reducido nivel de intensidad y formalidad.
    Porque quiero encontrar las maneras de traducir mi trabajo académico en una conversación con un público más amplio. Muchos de mis escritos sobre Iraq, por ejemplo, son elaboraciones a partir de mis escritos más eruditos de mi actual investigación, son, verdaderamente, traducciones de mi compromiso académico con la historiografía sobre imperialismo.
    Porque quiero pensar un modelo para mí mismo y para otros sobre cómo deberíamos comportarnos en una ideal esfera pública democrática. Quiero figurarme cómo debemos comportarnos responsable pero también generosamente; quiero figurarme cómo sacar lo mejor de mi naturaleza comunicativa. Porque soy un chismoso compulsivo"14.

Con todo, escribir no es la mejor palabra para definir el ejercicio de publicar en un blog. Algunos de los mejores blogs concentran sus energías en comunicar por medio de lenguajes no escritos o de escritura no tradicional. Esto ha derivado en formas de publicación específicas como podcasts, vblogs, fotoblogs, tumblelogs, sketchblogs, linklogs y microblogs, entre otras15. El término "escribir" ha sido reemplazado por el verbo "bloguear", no sólo por la multiplicidad de recursos que intervienen en la producción, sino también porque esa acción expresa mejor las otras actividades que la herramienta permite administrar: comentarios, links, blogrolls, trackbacks y pingbacks, por citar las más conocidas. Sobre todo las dos últimas, ambas versiones de linkbacks16, fueron particularmente importantes en la consolidación de lo conocemos como "blogósfera". Este término, sin embargo, debe ser utilizado en plural, porque su plural ("blogósferas") expresa más apropiadamente el tipo de comunidades a las que un determinado blog se vincula a través de las herramientas citadas más arriba. La blogósfera, el sistema viviente que conecta a todos y cada uno de los blogs, es una forma cómoda de pensar el fenómeno del blogging en términos estadísticos o generales, o una estrategia mercantil adoptada por algunas de aquellas comunidades, o bien un área centrada en los protocolos, el software de gestión, las reglas de etiqueta, las prácticas más genéricas, los tipos sociales, etc., que surgen del uso de las herramientas vinculadas al blog. El state of the blogosphere con el que año tras año Technorati.com nos informa sobre el comportamiento estadístico de los blogs es una práctica que contribuye a extender el supuesto de que es posible concebir un mundo o un ecosistema que conecte a todos y cada uno de los blogs del planeta, utopía de la masividad promovida por el sitio y por muchos bloggers. "Blogósferas" es, entonces, un término que nos permitirá relacionar una práctica ligada a las nuevas tecnologías con otras más tradicionales del mundo de la lectura, a través de la noción de "comunidades interpretativas"17. Una blogósfera —más o menos densa— es un sistema viviente de máquinas y personas en el que lenguajes informáticos y naturales, técnicas informáticas y políticas, prácticas editoriales y afectos definen un espacio en el que los blogs son los nodos principales, pero no los únicos.

Repasemos algunos usos para tratar de observar las distintas prácticas con las que el blog está enredándose entre los historiadores.

En primer lugar —acaso de modo previsible— los blogs se articularon muy rápidamente con la docencia. Son cada vez más los blogs que se configuran como pizarra de cátedra. Se colocan allí desde el programa de la materia hasta trabajos de los estudiantes. Algunos suben o "linkean" archivos digitales. En algunas universidades, el blog sirve como plataforma "natural" para un programa de la materia plagado de links a bases de datos de revistas académicas, sistemas de reserva electrónica, etc.

Existen blogs sobre recursos didácticos, orientados particularmente a la presentación, divulgación y evaluación de herramientas digitales para el docente de ciencias sociales y humanidades. Digizen (http://www.vidadigital.net/blog/) y AcademHack (http://academhack.outsidethetext.com/home/) son dos buenos ejemplos de este tipo de bitácoras. Es cierto que, a medida que el blog gana años y sus autores experiencia, los objetivos iniciales se hacen más amplios, más sofisticados o más abstractos. Las metarreflexiones, los intentos por comprender cabalmente el tipo de comunidad de la que se participa, no tardan en ganar su propio espacio.

Con el aumento de máquinas fotocopiadoras con capacidad de guardar copias digitales, y con la consolidación de comunidades de intercambios legales, semi o directamente ilegales, el blog fue utilizado como plataforma para distribuir gratuitamente material bibliográfico (libros, artículos, revistas, claves de bases de datos, etc.).

Los historiadores han ensayado esporádicamente algunos blogs orientados a este tipo de contenidos (especialmente sobre fuentes de archivo). Las áreas nacionales más investigadas —del más transitado siglo xix— se ven beneficiadas por este tipo de blogs, en buena medida por las políticas de digitalización de archivos documentales (censos, fuentes ministeriales, periódicos, etc.). En lo que respecta a la divulgación de recursos digitales, la historiografía se nutre de fuentes diversas (blogs sobre visualización de arreglos estadísticos, visualización de redes, reconstrucción nominal a través de base de datos, metodología vinculada a la historia oral, aproximaciones a la fotografía, etc.).

En segundo lugar, el blog es utilizado como herramienta institucional. Algunos centros y grupos de investigación, asociaciones, departamentos y facultades han publicado sus propios blogs. Sólo utilizan algunas de sus funcionalidades, y en términos generales la función del blog no se diferencia demasiado de otros modos de publicación (aunque, sin duda, hacer un blog es más sencillo de aprender a escribir html). Este tipo de uso de la herramienta refuerza la idea de que también en la definición de blog deben incorporarse tipos de contenidos específicos. Esto parece un contrasentido, pero además de servirnos como baliza contra un determinismo tecnológico, nos permite distinguir prácticas próximas o propias del blogging, de prácticas comunicativas más bien tradicionales, en las que la herramienta posee y precisa exclusivamente un uso instrumental.

En tercer lugar, el blog es utilizado como una técnica de investigación: un cuaderno de notas, un diario etnográfico, un sitio de recuperación de información por fuera de los géneros académicos. En disciplinas afincadas en el laboratorio, el blog es un ámbito de interacción, pero también de intercambio de materiales, resultados, recursos, etc. En disciplinas como la historia, en la que la investigación se desarrolla en archivos públicos o privados y no en todos los centros académicos existen las oficinas de trabajo, los contenidos de los blogs son más heterogéneos. Los primeros posts pueden dar cuenta de las incertidumbres de la investigación, de las angustias de los doctorandos, de los caminos abandonados, las asombros y las serendipias, pero a medida que el blog halla a sus lectores, y los investigadores sus ritmos, esa relación inicial entre el trabajo detectivesco y el diario de anotaciones se desliza hacia formas más familiares (información, disquisiciones, reseñas de lecturas, etc.). Un ejemplo de ese camino puede hallarse en PhDinHistory (http://phdinhistory.blogspot.com), un blog que comenzó publicando materiales polémicos sobre cuestiones académicas y mercado de trabajo, y que hacia el 2009 se bifurcó: por un lado, en un blog llamado History Education (http://www.phdmhistory.org/), de breves notas sobre docencia, aprendizaje y recursos didácticos en historia, y por otro, en un blog llamado Clio Machine (http://cliomachine.wordpress.com/), en el que el autor de PhDinHistory publicaría sus reflexiones sobre la profesión y reseñas de lecturas (cosa que, hasta la fecha de control de los sitios referidos en este trabajo, nunca hizo). Ejemplos provenientes de otras disciplinas ofrece resultados distintos, acaso exitosos: en Filosofitis (http://www.filosofitis.com.ar/ ), Alejandro Piscitelli, uno de los nombres más importantes en el campo de la investigación sobre nuevas tecnologías y educación, ha publicado largos posts sobre las problemáticas que aborda en sus investigaciones. Muchos de esos textos fueron parte de sus libros en soporte papel18.

También Mathemagenic (http://blog.mathemagenic.com/), el blog de Lilia Efimova, mezcla abundantemente reflexiones sobre su investigación acerca del blogging entre los "trabajadores del conocimiento", sobre metodología aledaña, y sobre su propia vida cotidiana (hay muchas referencias a sus posts en su tesis —citada en este trabajo). Podría decirse que aquella sorpresa y aquellos debates que originó la publicación de los diarios de Malinowski, a fines de los años sesenta, en la actualidad buscan ser aliviados a través de la incorporación de materiales vagos, sensaciones fatuas, expectativas y vagabundeos googleanos a la reflexión del trabajo en progreso. El blog, el etiquetado (tags), la posibilidad de incorporar soportes audiovisuales y la hiperconexión con redes sociales han profundizado y estabilizado un ritmo que, antes, en el diario escrito de un hombre solo en las islas Trobiand, no produjo sino un efecto descorazonador. Es así como Twitter o Facebook multiplican los efectos reticulares que la exposición de los materiales del "estar haciendo" intenta explotar: comentarios, exposición, aliento y tal vez no en ese orden. En el ejemplo de Filosofitis, la hiperconexión del blog, Twitter y Facebook se hace densa, además, porque el autor viaja, asiste a congresos, mantiene reuniones con los mismos intelectuales que cita y difunde. Piscitelli se mueve en los bordes del patrón letrado: empuja a su audiencia hacia la reflexión digital, pero no cesa de sobrecargar su aparato crítico. Son esos bordes los más complejos en el barrio de los blogs académicos, en tanto traen al debate cuestiones ligadas a la escritura de divulgación, la especificidad del público, y las disposiciones necesarias para cristalizar un espacio de debate —las que se dan por supuestas. Por otro lado, no siempre —y tal vez aquí debería escribir "casi nunca"— los blogs concebidos como cuaderno de campo vuelcan los resultados que más tarde alimentan (aunque tampoco figurará el blog en la bibliografía de muchas tesis). El campo académico infecta, en este punto, la zona más densa de las comunidades de las ciencias sociales y el blogging: el libro tradicional es un objeto de culto. La mayoría de los investigadores muestra su extensa producción en los sidebars (columnas de un blog), pero no es fácil dar con alguien que nos autorice a leer dicho material en formato digital (.pdf, .lit, etc.) y gratuitamente.

Robert Darnton alguna vez imaginó una web enciclopédica que permitiera al investigador desplegar sus archivos, sus "cajas de zapatos" repletas de fichas, a través de la espesura de páginas web y links. Un texto madre con muchos niveles hasta las fuentes de archivos mismas, puestas a disposición del lector. Darnton incluso promovió un sitio con tesis online, algo trunco19. Es importante la distancia entre ese sueño bastante tradicional, bastante lineal si se quiere, y el sueño que alimenta los posts de Lisa Spiro en su blog Digital Scholarship in The Humanities (http://digitalscholarship.wordpress.com/ )20.

En cuarto lugar, los blogs son utilizados por los historiadores, en términos más tradicionales, como un diario de noticias. Información bibliográfica, entrevistas a historiadores y polémicas actuales, entre otras inquietudes, conviven en esas bitácoras. Las más pobladas consumen enormes energías para mantener una periodicidad de posteo apenas por encima de un post por día. El mejor ejemplo de esta actividad es el que hoy puede ser considerado el mayor hub del blogging historiador: Cliopatria (http://hnn.us/blogs/2.html). Se trata de un blog colectivo coordinado por Ralh E. Luker (http://www.ralphluker.com/), un historiador de la Universidad de Lincoln. Luker mapea un corpus amplio de revistas, diarios, sitios y editoriales norteamericanas y europeas para postear con alta frecuencia sobre notas, libros, columnas y novedades histórico-centrados. El blog coordina los Cliopatria Awards, premios simbólicos para blogs y posts de historia. También se relaciona con los Carnival de historia (un post tipo resumen, en sede rotativa, sobre los mejores posts en distintos blogs de historia). Administra, además, el blogroll más extenso y calificado de blogs de historia (http://hnn.us/blogs/entries/9665.html y http://hnn.us/blogs/entries/55068.html ). Entre los blogs de historia en español se destaca Clionauta (http://clionauta.wordpress.com/), el blog de Anaclet Pons, historiador de la Universidad de Valencia (http://www.uv.es/apons/inves.htm/ ). Clionauta abunda en información sobre historia contemporánea, presenta traducciones de textos y mucha información sobre las digital humanities.

Un quinto uso del blog como herramienta historiadora es más bien experimental. Un espacio en el que uno o más historiadores comunican desarrollos de vanguardia, como fue durante mucho tiempo para la ciberintelectualidad el sitio de Mckenzie Wark, GAM3R 7H30RY (http://www.futureofthebook.org/gamertheory/). El más interesante de todos ellos, en la medida en que su autor es un programador experto y un interesado por aprontes filorrobóticos, es Digital History Hacks (http:// digitalhistoryhacks.blogspot.com/), de William Turkel (http://history.uwo.ca/faculty/turkel/), profesor de la Western Ontario University. Su participación en el debate ya citado, "Interchange: The Promise of Digital History", mostró a las claras la distancia entre su propuesta (formar historiadores programadores) y las ideas sugerentes pero más funcionales de los otros participantes. En Digital History Hacks, Turkel alternó información sobre sus cursos, lecturas sobre nuevas tecnologías, educación, software, hardware, investigación virtual y pastillas del lenguaje python para procesar datos.


3. RECEPCIÓN

En el mismo momento en el que leemos el título de este apartado comenzamos a sospechar. 'Recepción' es un término muy problemático para ser aplicado en la comunicación virtual (lo era, por otra parte, en su nicho de origen). Pero incluso en sus ejemplos más vanguardistas, los blogs de historia se parecen mucho, demasiado, a una publicación tradicional.

El predominio de la palabra escrita y la escasez de intentos por conjurar su hegemonía son sin dudas los principales argumentos en favor de la hipótesis. Aunque Dan Cohen (http://www.dancohen.org/), por medio de sus podcasts21, y Making History Podcast: The Blog (http://makinghistorypodcast.com/) son dos ejemplos en contrario. Por otro lado, los blogrolls no cumplen con lo que tal vez pueda ser un modo de recomendación entre pares: las listas de blogs sugeridos nunca exponen sus criterios de inclusión y exclusión, y en muchas ocasiones giran en torno a pretensiones de vastedad (es el caso del blogroll de Cliopatria) y de reciprocidad, o son resultado de las distintas "conversaciones" entabladas a través de los comentarios. De ese modo, la visibilidad de un blog, además de estar necesariamente ligada a las estrategias de los webmasters y sus trucos para convocar a Technorati y a Google, no se relaciona con convenciones meritocráticas, como sí lo hacen otras producciones académicas de los mismos bloggers. Y si bien algunos de éstos se esmeran en señalar su esfuerzo por escapar de moldes rígidos y jerárquicos, también la reflexión intelectual en un blog postula destinatarios, lectores implícitos y comunidades a las que aspira "tocar". Sus lectores, incluso si estos encuentran ese blog mientras buscan en la red, se dibujan en los gestos que el blogueo acentúa o desplaza.

Las expectativas que los comments cumplieron largamente en otras comunidades, en la historiadora permanecen insatisfechas. Las experiencias son variadas: de blogs que sencillamente cancelan la posibilidad de comentarios, hasta los que buscan afanosamente convertirse en foros encubiertos (el foro resulta una herramienta que las comunidades historiadoras, hasta el momento, rehúyen), pasando por blogs en los que sus autores deben luchar denodadamente contra los exabruptos. En términos generales, tampoco los comentarios han contribuido para que los blogs escapen de la jaula de hierro del patrón letrado. Es justo indicar, sin embargo, que no son muchos los que pretenden salir de esa zona, y es aún más atinado apuntar que son muchos, muchísimos, los autores que amasan viscerales sospechas contra el anonimato que prolifera en los comentarios. La sociabilidad que se practica en foros, salones de chat o en la zona de comentarios ha dado lugar a ciertas clasificaciones de los comportamientos, que se han convertido en estereotipos: trolls, lurkers y flamers, entre otros22.

De todos esos roles, el troll (alguien que, escudado en un seudónimo para la ocasión, postea mensajes provocativos y desubicados, los que a su vez generan respuestas airadas por parte de otros participantes), y el concern troll (alguien que se dice partidario pero siembra argumentos corrosivos) son los más temidos por las comunidades. En rigor de verdad, es la ruptura de la equivalencia 'una persona-una' voz lo que alimenta los miedos de algunos bloggers provenientes del campo académico, acaso porque la comunidad con la que sueñan es muy distinta a las comunidades políticas que historiadores y cientistas sociales conocen muy bien, en las que abundan brulotes y traidores. El affaire Figes es, en ese sentido, la materialización de los sueños más ominosos de las comunidades intelectuales con el comment23. Orlando Figes, autor de El baile de Natacha y Los que Susurran, entre otros libros, fue acusado por otra especialista en historia de la Unión Soviética, Rachel Polonsky, de haber escrito comentarios oprobiosos en Amazon.com contra su libro Molotov's Magic Lantern y contra trabajos de Robert Service y Kate Summerscale. Unos días más adelante, Figes informó a la prensa que la autora de esos comentarios había sido su esposa. Finalmente, confesó su autoría y pidió disculpas a todos. Amazon retiró los comentarios, pero en algunos sitios todavía pueden leerse.

Lo siniestro de este episodio para el imaginario algo baladí de los bloggers letrados es que el troll de la fábula es uno de su propia especie. Sin embargo, lo que queda como moraleja es la fascinante potencialidad de los diálogos de comentarios para construir un canon diferente, pero no alternativo, al que edifica el e-commerce, el pagerank de Google y el canon de los especialistas. Así lo advirtió Paul Gutjahr en un artículo en el que hacía corresponder los comentarios en Amazon. com de una comunidad cristiana y el auge de la novela cristiana en Estados Unidos24. Varios de los protagonistas del affaire Figes podrían haber profundizado sus vínculos con la comunidad de lectores específica (tanto Figes como Polonsky —quien contrató los servicios de especialistas informáticos para rastrear los comentarios anónimos— parecen haber comprendido la importancia de los diálogos entre lectores y reseñistas amateurs). En lugar de eso, multiplicaron sus opiniones, análisis y descargos en una danza en la que no faltaron agentes, editores y ventas.

No todos se comportan como Figes ni todas las comunidades académicas que giran en torno al comment pueden considerarse tan influyentes como la cristiana que analizó Gutjahr, pero esta anécdota de los barrios alejados de la representatividad expone potencialidades, miedos y expectativas en la gesta de un blog, una herramienta que para la mayoría de los autores ligados a la historia es un complemento al libro, revista o acta de papel25.

Por otro lado, en el nivel de los emprendimientos editoriales, la velocidad de distribución y circulación de la producción intelectual es un tesoro que las comisiones directivas de revistas académicas paladean toda vez que sus técnicos les sacuden con estadísticas de lectores, downloads, clicks y tiempo de permanencia. Un blog es lo suficientemente rápido —porque se potencia con redes y sindicación de contenidos26— como para animar a los miembros o dueños de esas revistas a encender algunos blogs en los sitios de las publicaciones. Sin embargo, muchas revistas sudamericanas agonizan para editar trescientos o quinientos ejemplares en papel: Internet es, para la gran mayoría de los académicos vinculados a la edición de textos específicos, un espacio muy caótico, poco regulado, pero muy útil por gratuito y veloz. Usar la red es una consigna que se repite, incluso entre los que advierten los bordes grandilocuentes del deseo, pero muy pocos pondrán en duda la importancia de trescientos ejemplares en papel para canje. En la actualidad son escasas las revistas electrónicas de historia que no son impresiones, copias digitales de lo que se publica en papel. Algunos emprendimientos, como Nuevo Mundo Mundos Nuevos (http://nuevomundo.revues.org/), han incorporado secciones totalmente orientadas a contenidos online, pero a la hora de publicar blogs de sus miembros, en el caso referido, los ha puesto por fuera del esqueleto de su revista (http://http://nuevomundoradar.hypotheses.org/), y esto, que puede resultar obvio para quienes participan de diverso modo en publicaciones académicas, no debe ser naturalizado. El formato de las revistas científicas fue cambiando también por el ritmo de las velocidades técnicas en sus comunidades específicas.

No hay que sorprenderse de esas demoras en incorporar nuevas herramientas en el campo historiador. En un espacio plagado de evaluaciones, definiciones y rigurosas delimitaciones de área (aun si van acompañadas de la muletilla que versa sobre las "fronteras permeables" y la interdisciplinariedad), ejercicios como bloguear —que se rigen por diferentes propósitos y que se practican en ámbitos que presumen de libérrimos—, pueden interactuar conflictivamente con la producción de conocimiento bajo protocolo científico.

Con la divulgación y con la didáctica aplicada los blogs se llevan mejor. Pero como suele suceder en otros terrenos, la reflexión continua sobre la práctica no hace sino derramar interrogantes, aproximaciones y críticas sobre la disciplina en general. El problema en este punto es que aquellos que demonizaron con esfuerzo a los luditas de la Web, a los que soslayan los efectos de las nuevas tecnologías en la profesión, no saben muy bien cuál es el tipo de relación que promueven entre la construcción del conocimiento específico, las nuevas tecnologías, el nuevo sensorio y la escritura académica. Proponen cosas novedosas para alcanzar los mismos objetivos que los apocalípticos; conciben la tecnología como un instrumento que conduce energías tradicionales. Así, "usar la red" es una premisa compartida entre tecnófilos y tecnocidas.

'Bloguear' es el verbo de la comunidad que tiene al blog como unos de sus elementos principales de interacción. La acción requiere pocos conocimientos específicos, pero mientras más disposiciones técnicas, usos y poéticas del blogging se conozcan, más amplios serán los dominios del verbo. Sin embargo, en un determinado punto, es operativo pensar a los miembros de las blogósferas como searchers más que como diletantes de una forma concreta de intervención online. Cuando se trata de comunidades de naturaleza académica, esa sutileza es aún más importante. O debería serlo. Cualquiera de sus miembros puede definirse como básicamente buscador. La mayoría de los docentes e investigadores que merodean blogs confían demasiado en su juicio analítico. El supuesto de que el territorio de lo escrito también alcanza esas zonas de baja calidad formal y voz bien alta, les ha permitido a algunos manifestarse dudosos o contrarios de la práctica del blogging. Resulta particularmente importante en este punto argumentar que son muy pocos los investigadores que están en condiciones de leer una comunidad interpretativa, mapeando sus nodos, sus nodos concentradores, sus intercambios a través de diversas tecnologías, sus guiños, etc. Esto no debería resultar extraño: la mayoría de ellos pertenece a lo que Jakob Nielsen clasificó como usuarios de baja experiencia (no más de tres años conectados; menos de diez horas por semana sin contar las que invierten en el email; muy escasos conocimientos avanzados —técnicas de chateo, bookmarks, actualización de browsers, diseño de páginas web; requieren de especialistas para reparar su computadora; no manifiestan interés por la información sobre tecnologías)27. Para Nielsen, los usuarios de baja experiencia tienen éxito en un 59% al buscar un sitio específico, y un 52% al realizar una búsqueda (contra un 72% y un 67% respectivamente de los usuarios avanzados). Invierten casi cuatro minutos y visitan 3,2 sitios en una búsqueda. En verdad son pocos los que dan vuelta a la primera página en los resultados de búsqueda.

Por otro lado, pero en la misma dirección, hay que indicar que son pocos los internautas que conocen y utilizan métodos de búsqueda allende los operadores booleanos más conocidos, es decir, son pocos los que articulan búsquedas complejas. Sucede nítidamente con las comunidades ligadas a la medicina: si no operamos con búsquedas sutiles, los primeros resultados de un "googleo" serán tan agoreros que no le recomendaremos a nadie con cefalea un ejercicio de búsqueda online, pues todo lo que recibirá serán evangelios negros28.


4. REFLEXIONES AL FINAL DEL RECORRIDO

Durante cientos de años la imagen de las personas en pleno trance vicario con un libro ha logrado hacernos pensar que los intercambios que rodean a la lectura están resumidos en la palabra 'concentración'. Pues bien, surfear requiere la misma concentración, pero los espacios de comunicación virtuales implican prácticas particulares, nuevas texturas y deliberaciones. Las comunidades académicas ligadas a las ciencias sociales permanecen, hasta hoy, a la vera de la interacción online: expectantes por una convocatoria que nunca llega, creyentes acérrimos del patrón letrado, miran con sospecha mal disimulada esas ágoras que se promocionan como enciclopédicas pero que fraguan con los mercados, no jerarquizan como la meritocracia, son mediadas por ciclos muy cortos de interés y rechazo, y encima amenazan con la posibilidad de saturarse con imágenes y otras formas de comunicación no logo-centradas. Sin embargo, los blogs, como parte de esos mundos virtuales, y en especial como nodos de comunidades interpretativas, nos ofrecen modos de articular lecturas, escrituras y búsquedas, piezas definitivas entre cientistas sociales e historiadores.

Hace ya tiempo, Carlo Ginzburg escribió un artículo increíble sobre una experiencia de búsqueda29. El artículo gira en torno a una imagen casi mítica: el hombre frente a la máquina. En el texto la escena implicaba al investigador frente al catálogo online de una biblioteca universitaria (ucla). Esa escena (por muchos motivos dramática) está montada sobre otra aún más patética y que el propio Ginzburg define como "el momento entre el surgimiento del caso y la formulación de las primeras hipótesis de investigación". Ginzburg no lo dice, pero es el momento del "cuestionario". El historiador italiano conoce muy bien los procedimientos de pesquisa, incluso ha tratado de formalizar algunos de ellos. En el artículo pone dos ejemplos de procedimientos clásicos de "hacer frente a la desproporción entre una ingente masa documental", dado un cierto límite de tiempo y a partir de alguna intervención del azar en los sondeos. Uno de ellos es el relevamiento de una muestra robusta a partir de la lectura de n cantidad de casos. El otro es la conversión de una serie de sospechas o indicios a condiciones de una búsqueda específica (a través de operadores booleanos). Pero esos modos son insuficientes si afronta el desafío que se ha propuesto superar en ese artículo: establecer una serie en la que podría inscribirse un libro determinado, o bien, a partir de "golpes disparados en la oscuridad", revisitar un red de referencias de un texto dado, o de modo más ambicioso, el contexto intelectual en el que ese trabajo se escribió o publicó.

Al final de sus búsquedas, Ginzburg alcanza distintos niveles de éxito. Eso no le preocupa. Eso es cuestión de los resultados, dice. La conclusión consiste más bien en la recuperación de la distinción establecida por K. Pike entre contexto emic (formulaciones en el lenguaje de los propios actores) y el contexto etic (construcciones a partir de los conceptos barajados por el investigador), para luego argumentar que frente al azar

    "este recurso presupone la importancia decisiva de las preguntas etic planteadas a la documentación por parte de quien lleva a cabo la investigación: pero intenta complicar el diálogo introduciendo elementos emic de perturbación, constituidos por los datos de hecho inesperados, aquellos que no se buscan, e incluso aquellos de los que ni siquiera se sospecha la existencia"30.

Aunque el autor es consciente de los problemas propios de los modos de indexar y recuperar información, no considera tales problemas en su texto. El acento está puesto en la importancia del encuentro con catálogos para los procesos propios de la investigación en historia. Así, luego de comparar los tanteos en las búsquedas con la batalla naval (por los golpes en la oscuridad para adivinar una forma), hace lo propio con la apertura en el ajedrez, con los frotagges de Max Ernst, con el objet trouvé surrealista, con esas manchas de humedad en las paredes que Leonardo le recomendó a Plinio mirar para inspirarse, y finalmente con la fotografía:

    "[...] el vagabundeo del historiador a través de los Catálogos (electrónicos o impresos) no es muy diferente del trabajo del fotógrafo que camina por una ciudad, listo para captar en una instantánea una realidad contingente y fugaz"31.

La idea nos devuelve a los textos que en los comienzos de este trabajo citamos como ejemplos de reflexiones sobre las sensibilidades urbanas. El texto de Ginzburg es importante porque la escena dramática que menciona en su comienzo es una que rápidamente se instaló en algunos ámbitos y que será cotidiana para los historiadores en la medida en que los catálogos sean cada vez más extensos. Al llamarle poéticas a esos procedimientos propios del hiato comienzo de la investigación-primeras hipótesis, Ginzburg reconoce que lo que podrían parecer derivas no amenazan la investigación en la medida en que tales movimientos se orientan a partir de esa "lenta acumulación de la experiencia" y lo hacen en términos de saberes no computados.

Existen, sin embargo, modos de prevenir variantes y me temo que esos modos han proliferado en la investigación académica. El relato de las búsquedas, el relato de las pesquisas siempre es más acuciante hoy en día que la enumeración de las reglas o la discusión sobre la efectividad de las búsquedas: cada uno de los relatos sobre lo que sucedía en la cabeza de Sherlock Holmes siempre le hacía creer a Watson que la cosa era sencilla. Narrar las búsquedas, contar nuestros vagabundeos: un principio para bloguear.


Comentarios

* El presente artículo es resultado de la investigación del autor sobre el papel de las nuevas tecnologías y el hacer hístoriográfíco. Este proyecto a su vez ha sido complementado con el trabajo del autor como editor del sitio -historiapolitica.com (http://historiapolitica.com) y su participación en el blog Tapera (http://tapera.info) —una iniciativa que duró tres años. Otros dos trabajos en esa línea son: "Historiapolitica.com y Boletín Bibliográfico Electrónico: ¿dos iniciativas cada vez más cerca del papel?" en Nuevo Mundo Mundos Muevos, http://nuevomundo.revues.org/59535/. , 2010; y Nicolás Quiroga, "Las humanidades e Internet. Límites y posibilidades de algunos emprendimientos digitales" (en línea) http://historiapolitica.com/digitales/, 2008.

1. Se trata de la "Flagle's Law of the Perversity of Inanimate Objects", una de las tantas derivaciones de la Ley de Murphy. Andreas Gotz, The Ultímate Collection of Murphy's Law, http://murphyslaws.net/ , (22/10/2010).

2. Susan Buck-Morss, "Estética y anestésica: una reconsideración del ensayo sobre la obra de arte", en Walter Benjamin, escritor revolucionario (Buenos Aires: Interzona, 2005), 169-221.

3. Un debate reciente entre historiadores sobre la promesa de la digital history y sus espacios: Daniel Cohen y otros, "Interchange: The Promise of Digital History", Journal of American History 95: 2 (2008): 452-491. Puede leerse en http://wwwjournalofamericanhistory.org/issues/952/interchange/index.html (15/06/2010).

4. Los asuntos están completamente enmallados. Una mirada más rigurosa debe pensarse en otras escalas: las nuevas tecnologías de la comunicación y las ciencias sociales; Internet y las disciplinas sociales; áreas de investigación y herramientas digitales, etc. Este trabajo se ajusta problemáticamente a la digital history y a sus ya muchas variantes ("digital humanities", "cybercultural studies", etc.).

5. Wikipedia. La enciclopedia libre, voz "Blog", http://es.wikipedia.org/wiki/ Blog (15/06/2010). Existen muchos gestores de blogs. Entre los más conocidos: Wordpress, Blogger, Typepad. Como sucede con los idiomas y las jergas, hay un límite muy impreciso entre la terminología técnica de las comunidades y los términos que ya han dejado de ser técnicos. Para conocer los significados de aquellas voces que no defino en este artículo, puede consultarse la misma enciclopedia.

6. Sin desestimar la dimensión técnica y su relación con la escritura blogger, sólo conviene mencionar aquí que los gestores de blogs basados en lenguaje de programación dinámico y bases de datos presentan los posts a través de lo que se conoce como "bucle": se aplican determinadas rutinas para cada una de las entradas que los autores produjeron. Páginas "estáticas", plugins y widgets son otros elementos (en su mayoría paratextuales) que nos recuerdan los límites de este artículo y las posibilidades de la imaginación técnica alrededor de las comunidades digitales.

7. Rebecca Blood, Universo del Weblog (España: Planeta Deagostini, 2002), 19.

8. Andrew Sullivan, "¿Por qué blogueo?", en Penúltimos días [weblog], http://www.penultimosdias.com/2008/10/21/¿por-que-blogueo-de-andrew-sullivan/ (15/06/2010). Sullivan es un reconocido political blogger. Publicó su blog, The Daily Dish, desde fines del 2000, primero en el sitio de Time Magazine y luego en The Atlantic. El texto original puede leerse aquí: http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2008/11/why-i-blog/7060/(15/06/2010).

9. Uno de los mejores analistas de los vague media, entre ellos el blog, es Geert Lovink. Puede consultarse de su autoría Zero Comments. Blogging and Critical Internet Culture (Nueva York: Routledge, 2008). El primer capítulo de ese libro, "Blogging, the Nihilist Impulse", puede leerse traducido al español por Anaclet Pons en http://tapera.info/?page_id=265 (15/06/2010).

10. Robert Darnton, "Bloguear, ahora y entonces", en Penúltimos días. http://www.penultimosdias.com/2010/03/27/blogueando-ahora-y-entonces/ (15/06/2010). El texto original en The New York Review of Books (18 de marzo de 2010), http://www.nybooks.com/blogs/nyr-blog/2010/mar/18/blogging-now-and-then/ (15/06/2010).

11. Un intento, pero que no proviene del campo de la historia, en: Lilia Efi-mova, Passion at Work: Blogging Practices of Knowledge Workers (Holanda: Novay, 2009).

12. Ralph Luker, "Were There Blog Enough and Time", Perspectives (mayo de 2005), http://www.historians.org/Perspectives/Issues/2005/0505/0505tec1.cfm (15/06/2010). Una traducción al español del texto en http://tapera.info/?p=205 (15/06/2010).

13. Justo Serna, "El pensamiento ordinario. La experiencia del blog", Pasajes de pensamiento contemporáneo 27 (2008): 45-53.

14. Timothy Burke, "Burke's Home For Imaginary Friends", http://www.swarthmore.edu/SocSci/tburke1/perma12605.html (15/06/2010). Traducción al español en http://tapera.info/?p=61 (15/06/2010).

15. Wikipedia, The Free Encyclopedia, Voz "Blog", http://en.wikipedia.org/wiki/Blog (15/06/2010).

16. En términos gruesos, los linkbacks son modos de comunicar una referencia entre el sitio referente y el referido. El trackback, por ejemplo, es el espejo del link: este último nos lleva de A a B y el lugar de llegada no retiene la existencia de esa cita en A. El trackback indica a B que en A fue citado, que existe una referencia a B en algún lugar (A). Las ligaduras son, gracias a esas tecnologías, multidireccionales, y la densidad de las comunidades más acentuada. Los blogrolls son listados de blogs u otros sitios, links recomendados, comentados o sólo citados.

17. Stanley Fish, is Their A Text In This Class?: The Authority of Interpretive Communities (Cambridge: Harvard University Press, 1980).

18. Por ejemplo, Alejandro Pisciteli!, Nativos digitales. Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación (Buenos Aires: Santillana, 2009).

19. Robert Darnton, "A Historian of Books, Lost and Found in Cyberspace", http://www.historians.org/prizes/gutenberg/rdarnton.cfm (15/06/2010). El sitio de tesis online de Columbia University Press es Gutenberg<e> [http://www.gutenberge.org/] (15/06/2010).

20. Algunos de sus posts traducidos en http://tapera.info/?cat=20(15/06/2010).

21. "El podcasting consiste en la distribución de archivos multimedia (normalmente audio o vídeo, que puede incluir texto como subtítulos y notas) mediante un sistema de redifusión (rss) que permita suscribirse y usar un programa que lo descarga para que el usuario lo escuche en el momento que quiera" en Wikipedia. La enciclopedia libre, voz "Podcasting", http://es.wikipedia.org/wiki/Podcast (15/06/2010).

22. Como introducción a los roles y su relación con el número y la calidad de los posts ver: Erno Vanhala, "Roles in online communities" en Introduction to online communities. Publicado en Online Community Research. http://tbrc-community.lut.fi/ocr/book/roles-online-communities (15/06/2010).

23. Puede seguirse el asunto a través de Cliopatria y Clionauta, blogs ya citados.

24. Paul Gutjahr, "No Longer Left Behind: Amazon.com, Reader-Response, and the Changing Fortunes of the Christian Novel in America", Book History 5 (2002): 209-236.

25. Entre los bloggers ligados a la historia digital los debates sobre las posibilidades cognoscitivas del blogging alcanzan a los tópicos relacionados con los referidos en las revistas académicas de las comunidades específicas. Con todo, el debate no se limita al género. Al respecto, una visión general y otra particular pueden leerse en el blog sobre el asunto de la revista Nature, http://blogs.nature.com/peer-to-peer/, y en este post de Dan Cohen, http://www.dancohen.org/2010/10/19/peer-review-and-the-most-influential-publications/ (20/10/10), respectivamente.

26. Por medio de código, los sistemas de difusión por sindicación envían datos a otros servidores. Los agregadores pueden leer esos envíos y poner a disposición las actualizaciones de nuestros sitios predilectos, muy rápidamente.

27. Jakob Nielsen, "The Web User Experience", en Prioritizing Web Usability. Berkeley: New Riders Press, 2006. Puede consultarse otros trabajos desde la sociología en Web Use Project, http://www.webuse.org/(15/06/2010).

28. Decididamente Google no nos devolverá lo mismo si buscamos "Green Day" (entre comillas) y "Green Day" (sin las comillas). El resultado es muy diferente si probamos, por ejemplo, con esta cadena "-inurl:htm -inurl:html intitle:"index of" "green day"" mp3" (sin comillas). La buena sintaxis, el uso de hacks y la consulta a otros buscadores o metabuscado-res, etc., modifican de modo consistente el "universo" operativo de las búsquedas.

29. Carlo Ginzburg, "Conversar con Orion", en Tentativas (Rosario: Prohistoria, 2004), 229-239.

30. Carlo Ginzburg, "Conversar con Orion", 235.

31. Carlo Ginzburg, "Conversar con Orion", 239.


Referencias

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