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Historia Crítica

versão impressa ISSN 0121-1617

hist.crit.  no.48 Bogotá set./dez. 2012

 

Paredes Cisneros, Santiago. Algo nuevo, algo viejo, algo prestado. Las transformaciones urbanas de Barbacoas entre 1850 y 1930.Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Artes, 2009, 236 pp.

Jorge Luis Aparicio

Docente contratista de la Universidad del Valle, Sede Regional Norte del Cauca (Santander de Quilichao, Colombia). Comunicador Social de la Universidad del Valle (Cali, Colombia). jorgeluisaparicio@yahoo.com


El libro Algo nuevo, algo viejo, algo prestado. Las transformaciones urbanas de Barbacoas entre 1850y 1930, del arquitecto Santiago Paredes Cisneros, es una deriva de su tesis de Maestría en Historia y Teoría del Arte y la Arquitectura de la Universidad Nacional, trabajo acreedor de la mención de Laureada por parte de los jurados evaluadores en 2008, elemento que quizá fue decisivo para su publicación en forma de libro al año siguiente.

El centro de interés del autor lo constituyen los cambios urbanos en la ciudad de Barbacoas entre 1850 y 1930. Se trata, en efecto, de un tema de vital importancia para el campo de la historia cultural de la sociedad colombiana de finales del siglo XIX e inicios del XX. El autor intenta vincular los cambios materiales de la ciudad con los proyectos promovidos por las élites para moldear y modular las prácticas y costumbres relacionadas con las formas de habitar los espacios entre algunos de sus habitantes, especialmente los habitantes pobres.

Para el análisis de estas transformaciones urbanas, se llevó a cabo un proceso de revisión, organización y análisis de un conjunto de fuentes documentales, destacándose especialmente el lugar central que en éste ocupa el registro de eventos y ordenanzas de diverso tipo publicados en la prensa oficial y no oficial editada en Barbacoas entre 1859 y 1913. Esta decisión pone de presente la importancia de considerar la prensa como una fuente altamente reveladora para una aproximación a las transformaciones urbanas de Barbacoas entre 1850 y 1930 y, de manera más amplia, a la historia de los procesos de modernización en las llamadas "tierras bajas" de la costa del Pacífico de Colombia en este período.

El autor acierta cuando indica, en la introducción, la ausencia en el medio académico colombiano de un trabajo histórico exhaustivo sobre los cambios urbanos de esta ciudad-provincia entre los siglos XIX y XX, pues exceptuando los retratos que sobre esta ciudad nos han dejado algunos viajeros, misioneros y empresarios en este período (Miguel Triana, Jorge Brisson, Bernardo Merizalde y Santiago Eder, por ejemplo), y los pocos trabajos que constituyen más bien una crónica desproporcionada, apologética y lineal 1, es muy poco lo que sabemos sobre este fenómeno.

Este aspecto, sin duda, le otorga al libro de Paredes Cisneros un estatuto de novedad y pertinencia, en la medida en que constituye uno de los trabajos con mayor pretensión de siste-maticidad para acercarse a la configuración urbana moderna de esta ciudad. Establece, asimismo, un impulso para abrir posibles vetas para futuras investigaciones en el campo de la investigación histórica y, en general, en las Ciencias Sociales. Por este mismo camino, el libro es una contribución más general a la bibliografía sobre los cambios urbanos de "ciudades pequeñas" de Colombia, no en el sentido de extensión geográfica o en número de edificaciones de cemento, sino en relación con la precaria vinculación de sus sociedades a los procesos de modernización. Además, las láminas concernientes a las minas y al casco urbano de esta región que aparecen en el libro (que incluyen grabados, ilustraciones, fotografías y planos) pueden contribuir como un antecedente importante para estudios de arqueología y patrimonio en la actualidad.

Los logros que se han mencionado, no obstante, tienden a empequeñecerse frente a una serie de datos, proposiciones y referencias que atraviesan el cuerpo del libro de Paredes Cisneros y que están relacionados, de distintas maneras, con su propia labor de investigador de un fenómeno social desde una perspectiva histórica y, más exactamente, con la escritura del texto (algunas formas de argumentación, uso crítico de las fuentes documentales y presentación y distribución de la información presentada). Habría que señalar que cualquier investigación dentro del campo de la historiografía reclama de sus lectores un examen detenido de la información y de los análisis que suministran sus autores. Sin embargo, a despecho de lo anterior, en las pocas líneas que siguen se comentarán algunos escasos pero reveladores apartes del mismo escrito, que ponen de presente las profundas discrepancias entre la cantidad de información que acopia el autor y el más bien escaso tratamiento al que somete dichas fuentes en varias secciones del libro.

Veamos sólo algunos casos. En la introducción, Paredes Cisneros aclara que "las propuestas y los adelantos en materia de higiene, aseo, ornato y comodidad [de las élites locales de Barbacoas] siguen al pie de la letra la noción de Civilización como decantado de la cultura, sustentada por Norbert Elias en su obra Sobre el tiempo" (pp. 19-20, énfasis del autor). Esta afirmación, tal como el autor la enuncia, pareciera deslizarse rápidamente sobre el portentoso análisis del sociólogo e historiador alemán tanto sobre el tiempo como sobre la civilización, en la medida en que no se demuestra ni sustenta su utilidad en un período analizado relativamente corto (80 años), y, más concretamente, con el interés del autor, que son las transformaciones urbanas acaecidas en Barbacoas. Habría que recordar que la noción de civilización trabajada por Elias en El proceso de la civilización fue construida y aplicada por el autor con relación al estudio de procesos de larga duración en Europa, y que buscó hilvanar en obras posteriores, tales como Sobre el tiempo, y en los ensayos contenidos en Compromiso y distanciamiento 2. En este sentido, se confirma la coherencia de una noción -ahora "utensilio teórico" de numerosos investigadores para explicar los más diversos objetos de investigación- que Elias utilizó a lo largo de su trayectoria académica. Reducir su definición al "decantado de la cultura" (frase por lo demás imprecisa) es también desaprovechar las enormes implicaciones teórico-metodológicas de su aplicación, las cuales no son desarrolladas en toda su extensión y profundidad.

En el trabajo de Paredes Cisneros no se hace referencia, en ningún momento, a las posibles transformaciones acaecidas sobre las concepciones del tiempo entre los habitantes de Barbacoas en el tránsito entre el pasado colonial y la sociedad republicana, ni tampoco se alude a un aspecto nodal en el análisis propuesto por Elias, a saber, la idea de que muchos fenómenos considerados como "naturales" e "individuales" tienen un origen de orden social. La cita o referencia a ciertos autores u obras en las investigaciones históricas no está exenta de las convenciones propias de las investigaciones en Ciencias Sociales. En este sentido, citar o señalar a un autor en otro texto debe acompañarse de una discusión sobre la conveniencia y pertinencia de sus ideas en nuestra investigación, así como los posibles distanciamientos, críticas y reparos que se tengan sobre el autor/ texto invocado, en especial cuando los textos citados se distancian de nuestros propios objetos de investigación no sólo por años y espacios, sino por tradiciones académicas, metodologías, archivos y, lo más importante, particularidades de los nuevos problemas en que se plantea su uso.

Otro aspecto espinoso en el trabajo de Paredes Cisneros tiene que ver con el tratamiento dado a sus fuentes documentales, en especial a la prensa. Como mencionamos anteriormente, una gran parte del material empírico sobre el que se basa su investigación lo constituyen las publicaciones periódicas, tanto oficiales como privadas (periódicos, registros municipales, revistas, hojas sueltas), editadas en Barbacoas en el período señalado. No obstante, pareciera que en muchos casos las opiniones e interpretaciones publicadas en los registros periodísticos se asumieran como "verdades", para luego ser consideradas como prueba o testimonio fiel de procesos sociales más generales (siguiendo quizás la vieja creencia de que "la prensa refleja la sociedad", es decir, asumiendo que los textos periodísticos narran de manera transparente la "realidad"). Èsta es una de las mayores limitaciones del texto de Paredes Cisneros, pues impide apreciar matices de fenómenos y prácticas sociales más amplios y complejos.

En otros apartes del libro, el texto adolece de problemas sobre los cuales no le queda más al lector que aventurar su posible origen, y que tienen que ver con la ausencia de rigurosidad en el tratamiento de la información suministrada por las fuentes. Un ejemplo: en el primer capítulo del libro menciona el caso -publicado en el periódico El Montaraz- de un "relojero y mecánico brasilero" llamado Alfredo Tupper, como muestra de un fenómeno al perecer aún mayor: los viajeros y trabajadores que pasan por Barbacoas y que en algunos casos se establecen en esta provincia (p. 60). Sin embargo, si se revisan dos ediciones más adelante del mismo periódico, nos percatamos de que el personaje en cuestión, Alfredo Tupper, fue catalogado por los propios redactores como un "perverso farsante", que

    "[...] desapareció cuando ni siquiera se repartía esta publicación, el día de su fecha, robándose mil y mas [sic] pesos en unos cuántos [sic] relojes de bolsillo, varias alhajas, algún dinero y hasta la pequeña herramienta que aquí se le facilitó generosamente, para que, mientras le llegaba la que él decia [sic] esperar, pudiendo trabajar en su profesión de relojero y mecánico, una de las muchas que poseía [sic] segun [sic] él [...]" 3.

De igual manera, si examinamos el anuncio en la cita de referencia que menciona el autor sobre este caso: "Anuncios", El Montaraz, No. 22, 31 de enero de 1880, p. 90, nos percatamos de que en ninguna parte se menciona la nacionalidad "brasilera" del personaje que anuncia Paredes Cisneros, aspecto que sí se menciona en la cita que transcribimos anteriormente, desde luego, con severas dudas por parte de los redactores. ¿Este aspecto probaría que Paredes Cisneros sí leyó dicha nota pero decidió ignorar la parte que juzgó no conveniente para ilustrar su afirmación?

Otro ejemplo: en líneas anteriores del mismo capítulo, el autor sostiene que "Con respecto a la abolición de la esclavitud en 1851, a pesar de que se liberan 16.468 esclavos, las minas siguen siendo explotadas, como puede verificarse en el establecimiento de una casa de fundición en Barbacoas en 1838" (p. 26, énfasis del autor). Como vemos, para el autor un dato suficiente para verificar -esto es, para confirmar- la explotación continuada de las minas de oro posterior a la abolición de la esclavitud en 1851 no es un hecho posterior a dicha fecha, sino un evento (el establecimiento de una casa de fundición del preciado metal) ocurrido trece años antes de decretada la abolición. Fallas del mismo tenor se encuentran en otras secciones del libro.

Acerca del material allegado sobre el tema de interés de Paredes Cisneros, hay que mencionar que el autor no explicita al lector cuáles son los criterios para determinar el recorte documental o para insertar una u otra referencia primaria sobre Barbacoas. Así, pues, pese al eventual valor heurístico de las descripciones sobre la geografía y la sociedad de Barbacoas de los personajes antes señalados al inicio de esta reseña (Triana, Brisson, Merizalde y Eder), Paredes Cisneros prefiere no tenerlas en cuenta en su análisis, sin tampoco exponer las razones de esta decisión.

Igualmente, son varios los interrogantes que la lectura del texto suscita en los posibles lectores de la obra, derivados en gran medida de la falta de aclaración de ciertos términos y datos ofrecidos, cuyo significado no contextualiza, u omite alguna clase de aclaración o fuente. Capítulo tras capítulo, el intento por indagar los vínculos entre los cambios sociales y materiales de Barbacoas entre 1850 y 1930 se convierte en un acto de revisión de documentos (principalmente periodísticos), que permiten fijar fechas y datos, y cuya "verificabilidad" (discutible, como hemos visto) es posible confirmar revisando los datos consignados en los pies de página.

Algunos lectores pueden desdeñar el pequeño análisis propuesto a los apartes escogidos del libro de Paredes Cisneros. ¿Pueden considerarse las anteriores observaciones "problemas menores"? Lo que he intentado es poner de presente que la investigación histórica -de la que su escritura hace parte fundamental- está regida por una serie de reglas y pactos básicos, cuyo incumplimiento puede ser letal para el conocimiento de las sociedades del pasado y, especialmente, de los problemas que sobre dichas sociedades se plantean los historiadores del presente. Desde luego, sería un error considerar que los descuidos antes anotados con relación a esta producción intelectual son de uso exclusivo de Paredes Cisneros.


Comentarios

1 Por ejemplo, el libro de Gonzalo Guerra Ángulo, Tierra del oro. Reseña histórica de Barbacoas (Pasto: Imprenta Departamental de Nariño, 1980).

2 Norbert Elias, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticasy psicogenéticas (México: FOE, 1988); Sobre el tiempo (México: FOE, 1989), y Compromiso y distanciamiento (Barcelona: Península, 2002) .

3 "Pepitoria", El Montaraz, Barbacoas, 6 de marzo, 1880, 97.