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Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  no.51 Bogotá set./dic. 2013

 

Moreno Egas, Jorge. Del púlpito al Congreso. El clero en la revolución quiteña. Quito: Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito, 2012, 250 pp.

Santiago Cabrera Hanna*

* Profesor agregado de la Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador). Magister en Estudios de la Cultura por la misma universidad y candidato a Doctor en Historia Social por la Universidade de São Paulo (Brasil). Es miembro del grupo de estudio Lab Mundi del Departamento de Historia y Geografía de la USP. santiago. cabrera.hanna@gmail.com

DOI: dx.doi.org/10.7440/histcrit51.2013.13


El estudio de la Iglesia católica en la Audiencia de Quito -sus actividades, participación durante la crisis de la monarquía española, sus aportes a la cimentación del pensamiento ilustrado o las posturas realistas y patriotas- enfrenta de entrada el problema del acceso a un conjunto de fuentes que, por diversas razones, no siempre están al alcance del investigador. De ello resultan escasos trabajos que enfaticen en la dimensión religiosa del proceso insurgente e independentista en esta Audiencia. Por lo que el reciente libro publicado por el investigador Jorge Moreno Egas merece un especial reconocimiento en el ámbito académico latinoamericano.

Del púlpito al Congreso. El clero en la revolución quiteña aporta al estudio de los religiosos que apoyaron los movimientos revolucionarios en la Audiencia de Quito. Un registro de 150 clérigos en un marco temporal que va desde 1760 hasta 1809, y la transcripción de un conjunto de documentos (algunos de los cuales no han sido consultados) pertenecientes al clero o relativos al proceso revolucionario iniciado con la instalación de la Junta de Gobierno en agosto de 1809, hasta el Congreso Constituyente 1812, que expidió la llamada "Constitución Quiteña" y proclamó la independencia de la Audiencia del Consejo de Regencia, constituyen las contribuciones más importante de este libro1. Estos registros denotan el esfuerzo de Moreno por "volver sobre las fuentes", con el objetivo de resaltar el carácter religioso que también contenían las acciones del movimiento insurgente en ciudades como Quito, a pesar de ser un texto que no dialoga, mayormente, con la bibliografía especializada en este campo de estudio.

Este libro, en primera instancia, aborda tanto las revueltas populares y las imbricaciones del pensamiento ilustrado en dichas movilizaciones como el papel de los religiosos, su dinámica interna y motivaciones en relación con la sedición que depuso a las autoridades coloniales en el verano de 1809. Pero además explora el accionar del obispo José de Cuero y Caicedo, originario del sur de la Nueva Granada, durante la crisis monárquica y su rol en las dos Juntas organizadas en este territorio. Esto permite, sin duda, poseer un cuadro más amplio de la participación del clero, con todas las divergencias que ello supone, del que carecía la historiografía ecuatoriana.

De igual forma, el trabajo de Moreno recuerda que dichas acciones fueron animadas, e incluso movilizadas, por una clerecía que, como es bien conocido, intervenía activamente en todas las facetas de la sociedad colonial y que, desde el inicio de la crisis monárquica, se manifestó opuesta al anticlericalismo napoleónico entrelazando la defensa de la religión con la acción insurgente. Al mismo tiempo que participaba activamente en las movilizaciones populares animándolas o sancionándolas desde el púlpito, proveyendo a las milicias de donaciones, o realizando convites populares en su faceta de tribunos de la plebe.

Si bien algunos de estos aspectos no parecen constituir una novedad en el campo historiográfico, esta investigación tampoco puede ser vista como una reinterpretación del papel de la facción religiosa realista en la coyuntura de la crisis de la monarquía española. Más aún teniendo en cuenta que Del púlpito al Congreso es una aproximación ordenada a las fuentes sobre la participación parcial de este sector, desde donde puede surgir una serie de interrogantes que logren develar el papel de la Iglesia en el proceso de independencia de la Audiencia de Quito, en un contexto de análisis más novedoso, dialógico y renovado de análisis.

Este libro tiene nueve capítulos, precedidos de una introducción y una sección conclusiva. Cada apartado parece organizarse a través de temas que, de acuerdo con el autor, componen el repertorio narrativo del rol de los clérigos insurgentes. Se destacan en este relato dos aspectos fundamentales de la actuación religiosa: por un lado, su papel en la difusión de las ideas ilustradas, y, por el otro, la conformación de la Sociedad de Amigos de Quito. El primero de ellos, por ejemplo, es considerado como "un fenómeno que alentó la Independencia a pesar de que las ideas independentistas comenzaron muy temprano en el continente" (p. 34).

La propagación de las ideas ilustradas, como ha sido resaltado por varios historiadores, si bien contribuyó a la maceración de las acciones insurgentes, no constituyó el único depósito del ideario en torno a la soberanía y su ejercicio. Los conceptos y enfoques trabajados por Jaime E. Rodríguez, Federica Morelli, Clément Thibaud y María Teresa Calderón2, por ejemplo, retoman la cuestión de la soberanía en una encrucijada entre la tradición hispánica, las interpretaciones de orden teológico en cuanto a la majestad y el ejercicio de los derechos políticos; al igual que la cuestión territorial y los mecanismos de gestión del poder, entre otros aspectos. No obstante, Del púlpito al Congreso, a pesar de aludir a esta historiografía en algunos apartados, abandona estas discusiones para volver sobre los trabajos, muy conocidos en el medio historiográfico ecuatoriano, de José Gabriel Navarro, Ekkehart Keeding o Roberto Andrade3.

Los capítulos que suceden dedican su atención a la conformación de la Sociedad de Amigos del País de Quito, la Escuela de la Concordia y la formulación del "Plan Espejo" (cap. 3). En este último apartado estudia, mediante la transcripción de comunicaciones y cartas, las relaciones entre las Primicias de la Cultura de Quito, para más adelante describir la participación clerical en los sucesos de agosto de 1809 (cap. 4); la reacción realista y la prisión de los curas sediciosos (cap. 5), con especial hincapié en la participación del obispo Cuero y Caicedo, personaje central en la pacificación de los actos violentos del 2 de agosto de 1810; el retorno de Ruiz de Castilla, depuesto de sus funciones un año antes; la aprobación de la Constitución de 1812, así como la postura de defensa de la autonomía de la Audiencia (caps. 6, 7 y 8).

Con estos objetivos el autor recurre, como mecanismo de caracterización, a la transcripción de numerosos documentos, que, a pesar de ser concebidos como un soporte fundamental del relato, no son interrogados, analizados ni cuestionados en esta investigación. Por ejemplo, en el capítulo 9, concebido como un resumen de las relaciones entre los clérigos rebeldes y el papel del púlpito en la propagación de las ideas sediciosas, presenta un listado de religiosos insurgentes, cuya descripción procede en su gran mayoría de los trabajos previos de sistematización de Isaac J. Barrera -publicados en el Boletín de la Academia de Historia4-, Alfredo Costales Samaniego, Dolores Costales Peñaherrera, Isaías Toro Ruiz, entre otros.

De igual forma, el aspecto narratológico del libro conmemora las fórmulas tradicionales del relato histórico, organizadas a partir de un conjunto de "antecedentes" que cimentan determinada participación social, o sus actitudes ante la crisis. Por lo que cabría preguntarse: ¿por qué no iniciar con el relato de la vida de algunos de los religiosos envueltos en la crisis (descritos al final, sólo de pasada), con el objetivo de "darle rostro" al clero, en lugar de seguir una secuencia narrativa cronológica ceñida a las fórmulas historiográficas más comunes? Una entrada microhistórica al tema, en lugar de la que nos ofrece Del púlpito al Congreso, posiblemente enriquecería la visión de la intervención de este sector de la sociedad colonial quiteña, iluminando aspectos y detalles que la narración histórica tradicional -antecedentes, causas, conflictos y desenlaces- no ha conseguido aún.

Es importante tener presente también que la tendencia a escribir trabajos historiográficos bajo la divisa de grandes relatos o narrativas que pretenden abarcar todo un conjunto de cosas desemboca en aportes que -si bien interesantes e informados- dejan al lector con la sensación de que "algo falta" (de ausencia), al no proponer nuevas perspectivas de análisis, renovadas posiciones teóricas y otras metodologías para enriquecer el análisis histórico. En efecto, en este libro, por la manera en que han sido empleadas las fuentes históricas -sermones, comunicaciones del clero, relaciones de visitantes y extranjeros, así como documentos de carácter administrativo tanto de la Iglesia como de la Audiencia-, el autor no logra ir más allá de una exposición en la que los documentos sirven para ilustrar, más que para interrogar. Lo que, irremediablemente, lleva a las habituales consideraciones sobre la participación del clero o de otros sectores sociales en la crisis del reino español y las posteriores luchas de independencia.

Lo aquí comentado invita a la lectura de este importante trabajo. De acuerdo o no con la forma en que se presenta el clero insurgente, De púlpito al Congreso es, qué duda cabe, una seria investigación en dirección al desentrañamiento de las implicaciones históricas, políticas y sociales de la intervención clerical en los procesos que, luego, desembocaron en la gestación del Ecuador. Queda pendiente -y Jorge Moreno lo anuncia ya- una caracterización análoga de los religiosos que se mantuvieron en el bando realista promoviendo denodadamente aquella causa. Esfuerzo historiográfico que supondrá, también, un balance de parte de los historiadores.


Comentarios

1 Las fuentes revisadas por Moreno, y que contribuyen a su ensayo, provienen de la serie Religiosos del Archivo Nacional del Ecuador, Archivo del Convento de San Francisco, Archivo del Convento de La Merced, la Serie Gobierno del Archivo de la Curia Metropolitana de Quito, la Serie Documentos sobre la Revolución de Quito de 1809, del Archivo Metropolitano de Historia, y del Fondo Antiguo del Archivo Histórico del Banco Central del Ecuador: Fondo Jacinto Jijón y Caamaño (actualmente, Archivo Histórico del Ministerio de Cultura).

2 Jaime E. Rodríguez, La revolución política en la época de la independencia. El Reino de Quito 1809-1822 (Quito: Universidad Andina Simón Bolívar/Corporación Editora Nacional, 2006); Federica Morelli, Territorio o nación. Reforma y disolución del espacio imperial en Ecuador, 1765-1830 (Madrid: cepo, 2005); María Teresa Calderón y Clément Thibaud, La majestad de los pueblos en la Nueva Granada y Venezuela (1780-1832) (Bogotá: Universidad Externado de Colombia/Taurus, 2010).

3 José Gabriel Navarro, La Revolución de Quito del 10 de agosto de 1809 (Quito: IPGH, 1962); Ekkehart Keeding, Surge la nación. La Ilustración en la Audiencia de Quito (Quito: Banco Central del Ecuador, 2005); Roberto Andrade, Historia del Ecuador. Primera Parte (Quito: Corporación Editora Nacional, 1982).

4 En Isaac J. Barrera, "Documentos Históricos. Los Hombres de Agosto. Juicios seguidos a los próceres", publicados en varios números del Boletín de la Academia de Historia 57: XXI (1941): 106-126; 58: XXI (1941): 223264; 59: XXII (1942): 103-118; 60: XXII (1942): 249-264; y 73: XXXI (1949): 93-127.