SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número85Reputación, racismo, género y honor en las cortes municipales de la Ciudad de Panamá, 1914-1917País sediento: Estado, agua y la “guerra contra la sequía” en Chile en la década de 1960 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Historia Crítica

versión impresa ISSN 0121-1617

hist.crit.  no.85 Bogotá jul./sep. 2022  Epub 13-Jul-2022

https://doi.org/10.7440/histcrit85.2022.04 

Tema abierto

La alianza cubano-soviética y sus desafíos para el tercerismo uruguayo en la primera mitad de los años sesenta: una mirada desde los archivos de la inteligencia checoslovaca

The Cuban-Soviet alliance and its challenges for Uruguayan tercerismo in the first half of the 1960s: a view from the Czechoslovakian intelligence archives

A parceria cubano-soviética e seus desafios para o terceirismo uruguaio na primeira metade dos anos 1960: um olhar a partir dos arquivos da inteligência checoslovaca

Michal Zourek* 

*Universidad Mendel de Brno, República Checa. Doctor en Estudios Iberoamericanos por la Universidad Carolina de Praga. Realizó una investigación postdoctoral en el Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani (UBA/CONICET), en Buenos Aires. En la actualidad, es profesor del Departamento de Estudios Territoriales en la Facultad de Desarrollo Regional y Estudios Internacionales de la Universidad Mendel de Brno. Recientemente, ha publicado (en coautoría con Aldo Marchesi) “The New Latin American Left in a Polarised Cold War: The story of Vivian Trías”, Cold War History 22, n.°1 (2022): 19-40, doi: 10.1080/14682745.2021.1923697; “Czechoslovakia and Latin America´s Guerrilla Insurgencies: Secret Services, Training Networks, Mobility and Transportation”, en Toward a Global History of Latin America´s Revolutionary Left, editado por Tanya Harmer y Alberto Martín Alvarez (Gainesville: University Press of Florida, 2021), 27-66, https://doi.org/10.2307/j.ctv1hqdj9q.7. zourek@centrum.cz


Resumen

Objetivo/Contexto:

Este artículo analiza varios factores que, en la primera mitad de los años sesenta, ayudaron a establecer el vínculo entre Vivian Trías, el destacado intelectual y político uruguayo, que se definía a sí mismo como latinoamericanista y tercerista y que se distanciaba explícitamente del mundo comunista y de la Seguridad del Estado (StB), el servicio secreto de Checoslovaquia subordinado a los intereses del servicio de inteligencia soviético, KGB.

Metodología:

El análisis se basa, principalmente, en fuentes del archivo de la inteligencia checoslovaca que, a su vez, se complementan con textos publicados por Trías.

Originalidad:

Por medio del análisis del caso concreto del tercerismo uruguayo, que tuvo una repercusión mayor en el socialismo, la investigación presenta una nueva mirada a los desafíos que generó el acercamiento cubano-soviético en la izquierda no comunista latinoamericana, y revaloriza el papel de los servicios secretos de los países comunistas en la Guerra Fría latinoamericana.

Conclusiones:

En 1961, a partir de la proclamación de Castro sobre el carácter marxista-leninista de la Revolución cubana, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) empezó a ser considerada por algunos sectores del tercerismo -incluido Trías- como una potencia capaz de defender los pueblos del Tercer Mundo contra la agresión estadounidense, y ya no como una forma de imperialismo, como lo proclamaban anteriormente. Aunque la relación soviético-cubana estuvo marcada por grandes tensiones, los checoslovacos fueron un importante aliado del gobierno de Castro, donde la StB operaba como un mediador entre los soviéticos y actores ideológicamente heterogéneos, que, a su vez, mostraban cierta simpatía por la Revolución cubana. Así, el reclutamiento de Trías por la StB en 1964 resultó ser una gran coincidencia de intereses mutuos orientados a limitar la influencia estadounidense en América Latina.

Palabras clave: Checoslovaquia; Guerra Fría; Revolución cubana; servicios secretos; Uruguay

Abstract

Objective/Context:

This article analyzes several factors that in the first half of the 1960s helped establish the link between Vivian Trías, the outstanding Uruguayan intellectual and politician, who defined himself as a Latin-Americanist and tercerista, and who would get explicitly distant from the communist world and the StB, the Czechoslovak secret service subordinated to the interests of the KGB.

Methodology:

The analysis is mainly based on sources from the Czechoslovak intelligence archive which are supplemented with texts published by Trías.

Originality:

Analyzing the specific case of Uruguayan tercerismo, represented by Trías, this research study presents a new look on the challenges brought by the Cuban-Soviet approach within the non-communist Latin-American left. Furthermore, it gives a new value to the role played by the communist secret services in the Latin-American Cold War.

Conclusions:

While before 1961, terceristas saw in the Soviet Union a way of imperialism, Castro’s declaration on the Marxist-Leninist nature of the Cuban Revolution helped to redefine this view. The Union of Soviet Socialist Republics (USSR) started to be seen by some sectors of the tercerismo, Trías included, as a power that could defend the third world peoples against the US aggression. Although the Soviet-Cuban relationship was marked by great tensions, the Czechoslovaks were an important ally of the Castro government, and the StB operated as a mediator between the Soviets and the ideologically heterogeneous actors, who, in turn, showed some sympathy for the Cuban Revolution. Under these circumstances, the fact that Trías had been recruited by the StB as its agent in 1964 turned out to be a great coincidence of mutual interests aimed at curbing the influence of the US on Latin America.

Key words: Cold War; Cuban Revolution; Czechoslovakia; secret services; Uruguay

Resumo

Objetivo/contexto:

Neste artigo, são analisados vários fatores que, na primeira metade dos anos 1960, ajudaram a estabelecer o vínculo entre Vivian Trías, o destacado intelectual e político uruguaio, que se definia a si mesmo como latino-americanista e terceirista e que se distanciava explicitamente do mundo comunista, e a Segurança do Estado (StB), o serviço secreto da Checoslováquia subordinado aos interesses do serviço de inteligência soviético, KGB.

Metodologia:

A análise está baseada, principalmente, em fontes do arquivo da inteligência checoslovaca que, por sua vez, são complementadas com textos publicados por Trías.

Originalidade:

Por meio da análise do caso concreto do terceirismo uruguaio, que teve uma maior repercussão no socialismo, a pesquisa apresenta uma nova visão dos desafios que a aproximação cubano-soviética gerou na esquerda não comunista latino-americana e revaloriza o papel dos serviços secretos dos países comunistas na Guerra Fria latino-americana.

Conclusões:

Em 1961, a partir da proclamação de Castro sobre o caráter marxista-leninista da Revolução Cubana, a União das Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)começou a ser considerada por alguns setores do terceirismo - incluindo Trías - como uma potência capaz de defender os povos do Terceiro Mundo contra a agressão estadunidense e já não como uma forma de imperialismo, como proclamava anteriormente. Embora a relação soviético-cubana estivesse marcada por grandes tensões, os checoslovacos foram um importante parceiro do governo de Castro, em que a StB operava como mediadora entre os soviéticos e os atores ideologicamente heterogêneos que, por sua vez, mostravam certa simpatia pela Revolução Cubana. Assim, o recrutamento de Trías pela StB em 1964 acabou sendo uma grande coincidência de interesses mútuos orientados a limitar a influência estadunidense na América Latina.

Palavras-chave: Checoslováquia; Guerra Fria; Revolução Cubana; serviços secretos; Uruguai

Introducción

Los documentos guardados en el Archivo de las Fuerzas de Seguridad (Archiv bezpečnostních složek, ABS) en Praga disponen de información acerca de las actividades de los servicios secretos de la Checoslovaquia comunista en el exterior, incluyendo once países latinoamericanos. La Seguridad del Estado (Státní bezpečnost, StB) era solamente uno de los varios servicios secretos de los países comunistas que operaban en América Latina. En los documentos figuran, por ejemplo, menciones sobre las actividades de la inteligencia soviética, alemana oriental, cubana, rumana y yugoslava. Debido al acceso limitado a los documentos de estas agencias, por ahora es muy poco lo que se sabe sobre sus actividades en Latinoamérica. Lo mismo ocurre con los archivos de las inteligencias de Estados capitalistas. De esta manera, los documentos de la StB, de libre acceso, representan una fuente extremadamente valiosa para poder entender los objetivos y mecanismos de los servicios secretos bajo el mando de la KGB y su papel en la Guerra Fría latinoamericana1.

Hasta ahora, la gran mayoría de los documentos del ABS no han sido estudiados, no solo porque el idioma checo representa un obstáculo para los investigadores extranjeros, sino también porque están escritos de una manera que dificulta su interpretación, ya que contienen muchas hipótesis y teorías que no se corresponden con la realidad, lo cual hace que sea necesario contrarrestar la información con otras fuentes2. Los recientes avances en la investigación se reflejan en los estudios dedicados a los vínculos entre la StB y los destacados representantes del anticolonialismo africano, Amílcar Cabral y Mehdi Ben Barka3, así como el importante intelectual y exsecretario general del Partido Socialista del Uruguay (PSU), Vivian Trías.

El caso de Trías demuestra que el fácil acceso a información confidencial de figuras políticas e intelectuales importantes también puede dar paso a que esta se use como un instrumento en su contra4. La primera fuente que dio a conocer a Trías como un agente de la StB fue un blog anticomunista brasileño en 2017. Esta noticia generó una gran repercusión, debido a que se trataba de la primera confirmación respecto de la colaboración de un político uruguayo con un servicio secreto. Además, la importancia de la noticia fue acentuada por tratarse de un intelectual que se definía a sí mismo como latinoamericanista y tercerista, y que se distanciaba explícitamente del mundo comunista. Por eso, para muchos, era muy difícil poder entender por qué alguien como Trías aceptara transmitir, en forma reservada y remunerada, información sobre asuntos de su propio país a una inteligencia de cualquier Estado. Además, de un Estado que formaba parte del Bloque Soviético.

Aparte de la gran cantidad de notas de carácter periodístico que han fortalecido el discurso de la “conspiración comunista”, la problemática también ha sido tratada en dos libros que han causado gran controversia5. Ambos trabajos presentaron a Trías como un agente a sueldo, cuya actividad política e intelectual estaba subordinada a los intereses del Bloque Soviético. Por otro lado, los investigadores familiarizados con la vida y obra del uruguayo, así como con el contexto de la Guerra Fría, han sido más cautelosos al señalar que ha habido una serie de ambigüedades en el caso6.

En su análisis de la colaboración de Trías con la StB, Aldo Marchesi y Michal Zourek mostraron algunas limitaciones de los documentos del ABS. Basándose en la prensa de la época, entrevistas y, principalmente, en la obra del mismo Trías, demostraron que, como en el caso de otras residenturas, los informes enviados desde Montevideo a la central en Praga tendían a exagerar los resultados de su trabajo, así como las posibilidades que tenían sus colaboradores locales de alcanzar los objetivos establecidos. De esta manera, los autores cuestionaron que el político uruguayo estuviera realmente subordinado a los objetivos de la inteligencia checoslovaca, y argumentaban que no solamente existía una gran coincidencia de intereses entre ambas partes, sino que, en reiteradas oportunidades, era el mismo Trías quien incluso dirigía la agenda7.

Este artículo busca demostrar, por medio del caso de Trías, que, a pesar de estas limitaciones, los documentos de la inteligencia checoslovaca nos abren paso a una interpretación completamente nueva respecto de varios procesos de la historia reciente. A diferencia de los textos existentes que se dedican a describir el desarrollo del largo vínculo entre el uruguayo y los espías checoslovacos, que tuvo lugar entre los años 1961 y 1977, este estudio se enfoca más detalladamente en el inicio de esta colaboración; presenta varios factores que ayudaron a establecer la relación y llevaron a Trías, un importante representante del socialismo nacional, a convertirse en agente de la StB en 1964. No es posible poder entender esta actitud sin antes prestar atención a la influencia de la política internacional; concretamente, a los grandes dilemas y desafíos que provocó la Revolución cubana y su siguiente orientación a los grupos de la tan llamada nueva izquierda latinoamericana, que originalmente criticaban el orden geopolítico de la Guerra Fría y abandonaban la vieja izquierda relacionada con el mundo soviético8.

Por medio del análisis de los archivos de la inteligencia checoslovaca dedicados a Vivian Trías, este estudio presenta una nueva mirada a las consecuencias que trajeron estos procesos políticos en Uruguay; concretamente, para el tercerismo, la corriente principal de la intelectualidad uruguaya desde la década de los años cuarenta hasta la mitad de los sesenta, que, al mismo tiempo, tuvo una influencia decisiva en la configuración del panorama político de la izquierda no comunista9. La concepción tercerista fue instalada como una opción al mundo bipolar de la posguerra, en cuya raíz se situaba un antiimperialismo puro que no distinguía banderas. La Revolución cubana inicialmente generó un gran entusiasmo y una adhesión incondicional; sin embargo, esta postura pronto empezó a aparecer como difícilmente vinculable a ciertos principios fundamentales del tercerismo; particularmente, por su independencia respecto de los dos bloques (capitalista y comunista), desde que la Revolución cubana acentuó en su política internacional su adhesión a uno de ellos, con una frecuencia cada vez mayor10.

1. La “refundación” del Partido Socialista de Uruguay

Las raíces del tercerismo están vinculadas con el semanario Marcha, que, a partir de su fundación en 1939, impulsaba debates culturales y políticos de la época. Sus cabezas más visibles, Carlos Quijano y Arturo Ardao, declararon que el tercerismo no era una ideología, sino una postura ante la política internacional, e insistían en que su posición no implicaba neutralidad política ni ideológica. Los terceristas uruguayos cuestionaban el enfoque de la izquierda nacional tradicional del Partido Comunista (PCU) prosoviético y del PSU pro-occidental. No buscaban, como otros tercerismos de la época, un camino intermedio entre capitalismo y socialismo, sino que se reconocían partidarios de un socialismo democrático11. Desde este lugar, criticaban duramente al peronismo argentino por sus inclinaciones autoritarias12. A pesar de que su base esencial, tal como la de otras formas de la tercera posición, consistía en el antiimperialismo, el tercerismo criticaba con el mismo rigor tanto el imperialismo capitalista como el imperialismo soviético, diferenciándose de esta manera del concepto clásico de la izquierda de ese período. Por lo tanto, el tercerismo ganó en Uruguay una forma particular y se puede considerar un fenómeno nacional13. El tercerismo fue constituido por corrientes muy diversas, pero su crecimiento durante el inicio de la Guerra Fría de forma más clara y definida tuvo una repercusión mayor en el socialismo. A partir de su fundación en 1910, el PSU estuvo bajo la fuerte influencia de su secretario general, Emilio Frugoni, que lo alineó con la socialdemocracia europea manteniendo una posición férreamente anticomunista. Bajo su liderazgo, el partido estuvo más involucrado en la política parlamentaria que en aspectos como el debate interno y la posición frente a las masas14.

En la atmósfera del comienzo de la Guerra Fría, Frugoni adoptó una evidente posición a favor de Estados Unidos. Esta visión de Frugoni fue parte del optimismo nacional que alimentaba la creencia, sostenida por muchos uruguayos, de que su país estaba mucho más cerca de Europa que de Sudamérica y sus problemas. Por otro lado, las posiciones del líder histórico del partido -política proestadounidense en lo internacional y “anticlasista” en lo nacional- eran cada vez más incompatibles con las nuevas concepciones que se abrían paso bajo la influencia de la crisis económica15.

La nueva generación de militantes socialistas, que, a su vez, mantenía estrechos vínculos con la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay, cuestionaba la interpretación frugonista de socialismo uruguayo y su raíz prooccidental y eurocéntrica16. Estos grupos más radicales, fuertemente marcados por el tercerismo, se reconocían como parte de la tradición marxista o anarquista, y pretendían la renovación del socialismo uruguayo. El mayor vocero de este proceso, que algunos llaman “la refundación del partido”, fue Vivian Trías, cuya influencia en el partido comenzó a crecer rápidamente a lo largo de los años cincuenta. En 1953, fue electo miembro del Comité Ejecutivo del PSU y, tres años después, ingresó a la Cámara de Diputados17.

Al mismo tiempo, Trías se convirtió en el mayor teórico del partido, al ofrecer una interpretación radicalmente nueva de la historia, muy próxima a la corriente del revisionismo latinoamericano histórico, cuyo máximo exponente fue su amigo Abelardo Ramos18. El pensamiento del escritor argentino ayudó a Trías, hacia principios de la década de los años cincuenta, a construir una corriente del socialismo nacional. Esta línea condenaba fuertemente el eurocentrismo del frugonismo y, al mismo tiempo, se propuso la tarea de “nacionalizar” el marxismo, sin perder la visión global. Los problemas uruguayos fueron interpretados en la clave latinoamericana y tercermundista como el producto de la contradicción entre naciones dependientes y naciones hegemónicas19. La resolución de este problema consistiría, según Trías, en la derrota del imperialismo y la liberación de los pueblos del Tercer Mundo20.

Esta postura fue fortalecida por la crisis económica de Uruguay, suponiendo que la dependencia llevó al país a la ruina material y, al mismo tiempo, estuvo fuertemente influenciada por el contexto internacional. La lucha anticolonial de pueblos africanos y asiáticos fue un fenómeno que marcó la posguerra. En América Latina, tuvo mucha repercusión la invasión norteamericana en Guatemala y, en el socialismo uruguayo, resonó aún más fuerte la violenta intervención francesa en Argelia, que contaba con el apoyo de miembros del amistoso Partido Socialista de Francia. Estos hechos impactaron en el desarrollo del socialismo uruguayo y apoyaron decisivamente el crecimiento del discurso antiimperialista21.

Aunque la nueva generación de socialistas prestaba mayor atención a la política estadounidense, por tratarse de una amenaza más cercana; en general, condenaba todas las formas de imperialismo, incluso la política soviética. Esta posición la ilustra claramente el texto de Trías Enigma en Poznan, publicado en 1956, en el contexto de las protestas llevadas a cabo durante el mes de junio en Polonia, que habían sido reprimidas violentamente por los soviéticos. En esta obra, el uruguayo afirma que, a pesar de que la URSS no era un “país capitalista”, podía ser considerado imperialista por el hecho de explotar a otros pueblos.

“Y, lo cierto es que si el imperialismo capitalista deforma la economía de los territorios sub-desarrollados y somete a sus pueblos a una cruda explotación, la presencia del Ejército Rojo y la influencia soviética en su glasis europeo, ha motivado, también un tipo de deformación económica sui genéris y ha traído el subconsumo y la miseria para sus masas populares”22.

Trías destacaba que la expansión hacia el oeste en busca de naciones industrializadas, donde el estándar de vida en algunos lados, como en Praga, era superior al de la URSS, representaba un nuevo tipo de realidad colonial. Si tenemos en cuenta el deterioro de las condiciones de vida de los países sojuzgados en beneficio del desarrollo económico de la URSS, es evidente, concluye Trías, que existe un imperialismo soviético23. Unos meses después, el PSU condenó la intervención de la URSS en Hungría como una “bárbara opresión encerrada en el colonialismo soviético” y el propio Trías criticó duramente la agresión en un discurso parlamentario24. Al mismo tiempo, estos eventos dificultaron las posibilidades de la unificación de los partidos izquierdistas. A pesar de que los comunistas uruguayos habían pasado por un proceso de desestalinización, lo que llevó a la cabeza del partido al destacado intelectual Rodney Arismendi, y favoreció que los miembros del partido estuviesen particularmente a favor de formar frentes electorales sin exclusiones25, su apoyo a los sucesos en Europa Oriental motivó a los socialistas a reafirmar la imposibilidad de colaborar con un partido que era capaz de justificar tales actos de autoritarismo e imperialismo26.

Por tanto, no hay duda de que, además de las críticas a Estados Unidos y la reacción al proceso de descolonización, la oposición al comunismo soviético fue una base importante del socialismo nacional. Sin embargo, mientras que el anticomunismo de la generación anterior perteneciente al PSU estuvo significativamente influenciado por la experiencia de 1921, cuando la fracción prosoviética se separó, y, en el caso de Frugoni, incluso por su experiencia personal en la misión diplomática en Moscú, la generación más joven de militantes no había tenido ninguna relación directa e inmediata con los soviéticos. Entre la generación joven, por ejemplo, era muy popular la lectura de Rosa Luxemburgo, que representaba un cierto contrapeso a Lenin, entre otras cosas, porque sus textos daban lugar a una mayor capacidad de interpretar los principios revolucionarios en las condiciones latinoamericanas27. Mientras que la oposición al imperialismo norteamericano se basaba en los problemas de la realidad latinoamericana y estaba estrechamente vinculada al desarrollo de la nación, la resistencia de la joven generación al imperialismo soviético estaba dada, principalmente, por la teoría y no era percibida como una amenaza inmediata, además apenas aparecía en declaraciones políticas28.

La fuerte posición que tenía el socialismo nacional en el PSU quedó en evidencia durante su XXXI Congreso, en 1957. La vieja orientación eurocéntrica había perdido su influencia a expensas de un partido de amplia base, activo y de mayor definición ideológica en línea con el tercerismo radical29. El triunfo de la izquierda nacional fue confirmado en el XXXII Congreso del PSU, celebrado en enero de 1960, en el que Trías fue elegido secretario general. Durante este Congreso, también culminaron los desacuerdos de larga data con el Partido Socialista de Francia por su apoyo a la ola represiva en Argelia. El PSU, tanto como antes la juventud partidaria, se retiró de la Internacional Socialista en 1960, pero mantuvo su vínculo con el Secretariado Latinoamericano de la Internacional Socialista30.

En medio de las transformaciones profundas en el socialismo uruguayo, entró en escena la Revolución cubana. Por primera vez en su historia, los sectores irreconciliables de la izquierda latinoamericana compartieron una movilización conjunta y masiva para apoyar y defender la revolución. En Uruguay, el éxito de los barbudos liderados por Fidel Castro tuvo impacto en personas de diferentes orígenes y posturas políticas, incluyendo los partidos tradicionales31. La radicalización de la política norteamericana con respecto a América Latina que, después de Cuba, parecía caracterizarse por la idea de que cualquier medio es válido con tal de evitar la sombra de una nueva revolución, llevaba necesariamente a un gran crecimiento del discurso antiimperialista.

Además de una gran vitalidad, la Revolución cubana también generó nuevos desafíos para el tercerismo uruguayo. En primer lugar, incentivó el surgimiento de intensas polémicas, que, a lo largo de la década, se dirigieron, por un lado, a la lucha armada y, por el otro, al proceso de unificación. Al mismo tiempo, la próxima orientación del Gobierno cubano hizo necesaria la redefinición radical de la postura de los terceristas hacia la URSS. Estas circunstancias no solamente llevaron a la ruptura del último fuerte vínculo entre la vieja guardia y la nueva generación del PSU que representaba el anticomunismo. A su vez, aparecieron en escena nuevos aliados en la lucha contra el imperialismo.

2. Checoslovaquia: un intermediario en la alianza cubano-soviética

La Revolución cubana generó un gran interés por América Latina en los países comunistas europeos. El liderazgo soviético reconocía, gradualmente, el notable valor geopolítico de Cuba, así como el gran entusiasmo que generó la instalación del gobierno de Castro en la región. Por lo tanto, a pesar de los numerosos conflictos políticos y las disputas ideológicas, la URSS no quería perder su posición de influencia en la isla y, para facilitar esto, ofrecía muchas concesiones al Gobierno cubano32. La alianza cubano-soviética tuvo una gran incidencia en los satélites soviéticos, principalmente para Checoslovaquia, ya que varias de las concesiones fueron realizadas por medio de este país, por su posición especial. Esta posición consistía, en primer lugar, en el hecho de que Checoslovaquia había mantenido estrechos vínculos diplomáticos y económicos con América Latina ya desde la época de entreguerras, incluso más fuertes que la URSS y cualquier otro de sus satélites. Además, Checoslovaquia era percibida en la región como un país económica y culturalmente avanzado, y, por lo tanto, se convirtió en el principal mediador de la influencia soviética en Cuba y, más tarde, en el principal defensor de los intereses cubanos en el continente latinoamericano33.

Checoslovaquia suministró a la isla grandes obras industriales, armas y el servicio de sus expertos en diversas áreas34. La cooperación también estuvo presente en el campo de los servicios secretos. Los checoslovacos jugaron un papel clave en la creación del aparato de inteligencia del régimen cubano. Tras la crisis de los misiles, cuando se cancelaron las vías aéreas con Cuba, la línea La Habana-Praga era una de las pocas posibilidades de poder viajar a la isla de la libertad. A lo largo de la década de los años sesenta, miembros de varios grupos guerrilleros viajaron a Cuba vía Checoslovaquia para recibir entrenamiento militar. Este apoyo tan crucial para la política revolucionaria cubana muestra que el gobierno de Castro sabía usar las tensiones con los soviéticos para su beneficio. Por otra parte, la política procubana, forzada por la URSS, era un gran impedimento para Checoslovaquia, ya que, entre otros, amenazaba seriamente sus intereses comerciales en la región35.

La ayuda checoslovaca se reflejó también en un aumento significativo de actividad de la StB en los países de América Latina. A principios de 1960, los espías checoslovacos empezaron a operar en seis estados de la región: 1960, Cuba; 1961, Uruguay, Bolivia, Colombia y Venezuela; 1962, Chile. De esta manera, estos países se unieron a Argentina, Brasil y México, donde la StB ya operaba desde la década de los años cincuenta36. Los objetivos de los servicios secretos de Checoslovaquia en América Latina reflejaban la política de la URSS frente a Cuba. El primer objetivo consistía en luchar contra el “mayor enemigo”; concretamente se trataba de recopilar información sobre la presión política y económica estadounidense en la región y analizar las consecuencias desfavorables de la alianza con Estados Unidos. El segundo principal objetivo era “consolidar y defender la Revolución cubana a través de la creación de un movimiento para proteger la Revolución cubana en América Latina y otros países utilizando las medidas disponibles”. Este último objetivo fue realizado, principalmente, por medio de publicaciones de artículos y folletos, la organización de discursos de funcionarios destacados y reuniones públicas37.

Como la actividad de la StB se encontraba subordinada a los soviéticos, era la KGB quien dirigía los planes de trabajo y, asimismo, la orientación de todas las actividades de la StB en América Latina. Los soviéticos evaluaban estas actividades teniendo acceso a todos los documentos de la StB. Los residentes checoslovacos que se encontraban en los países latinoamericanos colaboraban y se reunían regularmente con los espías soviéticos. En Uruguay, la KGB operaba ya desde los años cincuenta. El personal de las residenturas era responsable de obtener acceso a informaciones específicas, especialmente acerca de las actividades de Estados Unidos en la región. Parte de la información recopilada se transmitía a los cubanos. En enero de 1964, Manuel Piñeiro, jefe del aparato de seguridad cubano, calificó el nivel de ayuda de la inteligencia checoslovaca como muy alto, y añadió que la información proporcionada era de mejor calidad que la del KGB38. Otra tarea de los espías consistía en realizar medidas activas (aktivní opatření). Este término utilizado por los servicios secretos comunistas se refería a cualquier actividad secreta destinada a debilitar o confundir al enemigo. Las residenturas enviaban las propuestas a la Central, donde el Ministerio de Interior, según las instrucciones de los soviéticos, decidía sobre su realización. El resto de las medidas activas las planteaba directamente la KGB.

De lo anteriormente mencionado, es evidente que el establecimiento de la residentura de la StB en Montevideo fue parte de un proceso amplio que reflejaba la específica posición de Checoslovaquia en los complejos vínculos cubano-soviéticos. Los asuntos internos de Uruguay no eran precisamente objeto de interés para la StB. La residentura en Montevideo formaba parte de una amplia red continental destinada a debilitar el imperialismo. Los objetivos de trabajo no diferían mucho de un país a otro, y, de ser así, sucedía por la situación particular de cada país. En el caso de Uruguay, se destacaba lo siguiente:

“Ofrece posibilidades para la realización de medidas activas, ante todo publicaciones, que luego pueden ser difundidas a otros países de América Latina. Asimismo, en el país hay buenas posibilidades para propagar y apoyar la Revolución cubana porque la Cuba revolucionaria es bastante popular en Uruguay, sobre todo entre los estudiantes e intelectuales”39.

Para cumplir con los planes de trabajo, era necesario establecer una red de contactos locales. Dentro de los servicios secretos comunistas existía cierta división de trabajo y, por lo tanto, el trabajo de la StB difería significativamente de la KGB, en cuanto a la orientación política de los colaboradores. En los países capitalistas, según el acuerdo de junio de 1961, los miembros de la StB tenían explícitamente prohibido tener cualquier tipo de contacto con los miembros de los partidos comunistas locales o de las organizaciones bajo su influencia directa. Estas personas estaban bajo la supervisión de la KGB40. Para cumplir sus objetivos, las residenturas latinoamericanas de la StB se centraban en la búsqueda de “nacionalistas progresistas” que apoyaran los movimientos de liberación nacional.

La actividad de la StB en cada país dependía, en primer lugar, de la capacidad de sus empleados, oficiales de carrera, verificados e ideológicamente seguros. El primer residente, Vlastimil Veselý (nombre clave Vlasák) trabajó desde enero de 1961 hasta agosto de 1965, y fue legalizado al ser nombrado segundo secretario de la Legación. Es decir, además de su trabajo para la StB, debía responder a sus obligaciones como diplomático. Antes Veselý había trabajado en la residentura en Buenos Aires (1956-1960), por lo que conocía muy bien el idioma y el ambiente latinoamericano.

El objetivo de “averiguar el estado del movimiento nacionalista y la existencia de las organizaciones y alas progresistas, democráticas y no comunistas”41 incrementó el interés de la StB por los tres siguientes partidos políticos: el Partido Colorado, el Partido Nacional y el PSU. Es decir, los servicios secretos de Checoslovaquia apuntaban a ganar aliados de todos los partidos relevantes en el país, menos del PCU. La StB no buscaba reclutar “agentes” dentro de los blancos y colorados. Debido a la importancia que implicaban los partidos tradicionales, su tratamiento debía ser más delicado. El valor de los potenciales colaboradores en estos dos partidos consistía, principalmente, en obtener información sobre la política del Gobierno, especialmente sobre sus vínculos con Estados Unidos y su postura frente a Cuba42. Por otro lado, el PSU no tenía un gran peso en la escena política. En las elecciones de 1958, obtuvo un 3,5 % de los votos y ganó tres diputados y un senador. La importancia de los socialistas para la StB radicaba, principalmente, en su gran capital intelectual. La coincidencia de intereses entre ambas partes, junto con los recursos limitados de los socialistas uruguayos, dieron lugar a una alianza más duradera y exitosa.

3. Establecimiento del vínculo entre la inteligencia checoslovaca y el Partido Socialista

El primer contacto de Veselý con un militante socialista tuvo lugar en junio de 1961, cuando, con el fin de averiguar las posibilidades de llevar a cabo las medidas activas a favor de Cuba, visitó la editorial del semanario socialista El Sol. Allí conoció al periodista Guillermo Chifflet, cuyo perfil, que se envió a Praga, se destacaba por ser de orientación socialdemócrata y mantener diferencias con el comunismo. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para el desarrollo del vínculo. Lo esencial era que Chifflet era partidario de Cuba y que tenía una conciencia fuertemente antiimperialista. Además, según Chifflet, la mayoría del Comité Central del Partido pensaba de la misma manera43.

Chifflet tampoco se resistió a mantener contacto con Veselý, al considerar que era un diplomático que tenía interés por ayudar al régimen cubano. Durante julio y agosto de 1961, se llevaron a cabo cuatro reuniones más, en las que Chifflet recibió el nombre clave Ruiz. Luego de las reuniones, Veselý envió un informe a la Central, en el que expresó su sorpresa y preocupación por la influencia que tenía el socialismo yugoslavo en el partido, ya que una de las características del régimen de Tito era su postura crítica frente al sistema soviético. Sin embargo, justificó este hecho con el argumento de que Yugoslavia era el único país con el que el PSU había tenido cierta experiencia hasta ahora y que, por lo tanto, no significaba necesariamente una amenaza para Checoslovaquia44.

Veselý quedó impresionado, principalmente, por el interés que tenía Chifflet en publicar artículos de orientación antiimperialista. El residente hacía referencia al profundo odio que manifestaba Chifflet hacia Estados Unidos, ya que se podía utilizar en pro de la política cubana. Incluso fue el propio Chifflet quien presionó a Veselý para que se embarcara rápidamente en una campaña de prensa relacionada con la próxima Conferencia de Consejo Interamericano Económico y Social (CIES), que tendría lugar en agosto en Punta del Este. En este contexto, en el mes de julio, Chifflet presentó a Veselý al secretario general, Vivian Trías, quien mostró, de inmediato, interés en ayudar con las publicaciones. A partir de este momento, Trías figura en los documentos internos de la StB bajo el nombre clave Ríos45.

Durante la conferencia CIES a la que asistió, entre otros, Ernesto “Che” Guevara, la StB implementó dos medidas activas llamadas SOL y PINA. Ambas consistieron en la publicación de artículos críticos frente a la política estadounidense en el semanario El Sol. Estos textos se escribieron basados en instrucciones checoslovacas otorgadas directamente por Veselý a Chifflet y Trías, quienes luego facilitaron su publicación. Como en todas las medidas activas de prensa realizadas por la StB, el problema es que en los archivos no figura información explícita sobre estas instrucciones o tesis, por lo que solamente podemos especular acerca de qué artículos se trata. Más allá de esto, la publicación de estos artículos fue considerada como la mejor operación realizada por la residentura checoslovaca en Montevideo durante todo el año 1961.

El 8 de septiembre de ese año, Chifflet viajó a Yugoslavia invitado por la Unión de Juventudes Comunistas. Aunque nunca se estableció una colaboración más estrecha entre él y la StB, el hecho de haber puesto en contacto a Veselý con su amigo Trías tuvo un gran significado para los siguientes acontecimientos. Trías no solo fue secretario general del PSU, también, gracias a sus contactos, mostraba un gran potencial para obtener información y realizar medidas activas de prensa.

En la reunión de octubre, Trías le presentó a Veselý su nuevo libro El Plan Kennedy y la Revolución Latinoamericana, en el que historizaba el imperialismo norteamericano y caracterizaba la Alianza para el Progreso como su nueva encarnación. La obra es una interpretación poco ortodoxa de los conceptos de desarrollo desigual, inspirada en varios teóricos como Lenin, Luxemburgo, Kautsky, Baran, Sweezy, Kardelj y Mao. Lo llamativo es que, en este libro, Trías presenta una visión de la URSS que se diferencia de la de sus textos de la segunda mitad de los cincuenta. Ya no se enfoca en los aspectos imperialistas de la política exterior soviética en Europa del Este, ni en los problemas del interior del país, sino que, más bien, destaca su autonomía. Trías describe la estrategia de los soviéticos como “adecuada a una nación que ya ha liquidado la explotación imperialista de su propia economía, que ha superado el subdesarrollo y que reclama la paz para completar sus objetivos internos”46.

Este cambio, sin duda, estaba relacionado con el desarrollo en Cuba que, bajo la presión estadounidense, se inclinaba cada vez más hacia el Bloque Soviético. Mientras que el 16 de abril de 1961, luego del entierro de las primeras víctimas en la invasión de Bahía de Cochinos, Fidel Castro declaraba por primera vez el carácter socialista del proceso cubano, unos meses después, Trías afirmó: “El apoyo económico y político de la Unión Soviética puede ser decisivo en el triunfo de la revolución nacional y, luego, en su rápido tránsito hacia la revolución socialista”47. Justamente, en el apoyo otorgado a las revoluciones de la periferia colonial, Trías vio la contradicción más aguda que enfrenta a Estados Unidos y a la Unión Soviética48. Según el uruguayo, es “un deber de los movimientos revolucionarios de los países subdesarrollados hacer lo posible por que la URSS esté cada vez más, en mejores condiciones de apoyarlos y ayudarlos. Es un deber para consigo mismos, una necesidad de su estrategia”49. Esta postura de Trías no escapó a la atención de la residentura checoslovaca. En noviembre, Veselý envió a Praga este libro junto con un informe en el que lo calificaba como un análisis actual y excepcionalmente erudito, que, con su aguda crítica al imperialismo y al capitalismo en los países subdesarrollados, coincide completamente con los objetivos de la StB50.

4. Acercamiento cubano-soviético y su resonancia en el socialismo uruguayo

Después de un año de tensas y difíciles relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el 2 de diciembre de 1961, en un mensaje televisado pr cadena nacional, Fidel Castro anunció abiertamente y de forma categórica a Cuba y al mundo: “Con entera satisfacción y con entera confianza soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida”51. La nueva orientación cubana cuestionó la razón por la cual la Revolución cubana despertaba tanto entusiasmo de los terceristas uruguayos, es decir, por ser una rebelión antiimperialista independiente.

El 8 de diciembre, Carlos Quijano, fundador y director del semanario Marcha, manifestó abiertamente su decepción respecto de la declaración del líder cubano.

“Aliarse a uno de los bloques, entregarse a uno de los bloques, brazos y piernas ligados, es traicionar -empleamos la palabra sabiendo lo que decimos- nuestro destino. […] Con directivas internacionales no es posible hacer revoluciones nacionales y lo que América Latina necesita es eso: una revolución nacional”52.

Una semana después, Quijano fue aún más lejos en su crítica, y destacó que la Revolución cubana, que para él representaba el punto de partida del proceso de liberación nacional para toda América Latina, traicionó las esperanzas de los pueblos de estos países con su nueva orientación.

“No nos preocupa que un país se declare socialista. Por el contrario, nos alegramos. Nos preocupa sí que al declararse socialista formule implícita o expresamente su adhesión a Moscú. […] Esta alternativa de un socialismo que repose sobre nuestra tierra, de un socialismo nacional alejado de Moscú, es la que debemos buscar, aunque resulte más cómodo -otra forma de cobardía-copiar el ajeno modelo”53.

A diferencia de Quijano, el secretario general del PSU, Vivian Trías, no hizo una declaración pública al respecto; sin embargo, como muestran los archivos checos, su posición estaba en línea con el director de Marcha. En la reunión con Veselý, el 5 de diciembre de 1961, Trías afirmó que la reciente proclamación de Castro dañaría gravemente el prestigio de Cuba entre la opinión pública latinoamericana. En concreto, mencionó que los comités uruguayos que apoyaban a Cuba dejarían de funcionar como centros de acción del Frente Popular, ya que los partidos tradicionales los dejarían de lado y recibirían solo el apoyo de los socialistas y comunistas. Él mismo rechazaba, categóricamente, la posibilidad de crear una alianza con los comunistas, y creía que la Revolución cubana era una gran oportunidad para ganar el apoyo de otros sectores de la sociedad. En este contexto, Trías veía la orientación prosoviética del Gobierno cubano como una gran amenaza para el posible éxito de su partido54.

A fines de diciembre de 1961, Trías viajó a Cuba, invitado como miembro activo del Comité Coordinador de apoyo a la Revolución cubana. Si antes tenía ciertas dudas, la experiencia propia lo convenció de que Cuba había tomado el camino correcto. Los textos que escribió poco después de su regreso reflejan su gran entusiasmo. En estos, describía a Fidel Castro, con quien se había reunido dos veces, como “un héroe”, “un trabajador infatigable”, “con un corazón bondadoso y sensible”, “un ideólogo original y penetrante”55.

“Una visita a la Cuba revolucionaria de nuestros días es una experiencia apasionante. Nadie que no sea un cipayo irremediable, un rico accionista de alguna corporación, o que no haya perdido hasta la última gota de sensibilidad por la justicia, sale de Cuba como ha entrado”56.

Trías argumentó que el principal logro del proceso cubano era haber creado una solución teórica y práctica para la revolución latinoamericana, frente a una serie de intentos de reformas y revoluciones previas que habían resultado en fracaso. Al mismo tiempo, Trías empezó a relativizar la definición marxista-leninista, planteada por Castro, al argumentar que la revolución no había recibido su ideología desde afuera, que no fue impuesta desde el otro continente, sino que fue la consecuencia de la propia historia de Cuba, su lucha contra la opresión y la injusticia. Asimismo, afirmaba que era posible denominar la experiencia cubana como el marxismo-fidelismo57.

Otro aspecto de la posición de Trías frente a la orientación cubana nos la presenta el informe de la StB sobre su visita a la isla. Más allá de su gran entusiasmo, Trías reconoció, durante su visita, algunos problemas económicos del Gobierno cubano, que estaban relacionados, principalmente, con el tema del suministro. En este contexto, refuerza el argumento de su libro Plan Kennedy, publicado meses atrás, sobre la importancia de la ayuda soviética en el proceso de liberación de los países subdesarrollados. Según el documento checoslovaco, después de regresar de Cuba, Trías se mostró más comprensivo con la orientación marxista-leninista del Gobierno revolucionario. La alianza con los soviéticos fue vista como algo lógico e inevitable que, en el contexto de la creciente presión norteamericana, podría garantizar la supervivencia de un régimen en el que veía un modelo para otros países del continente58.

Para los terceristas, la Revolución cubana en sí misma representaba un logro que, de cualquier manera, había que defender. Por otro lado, esta misma idea, llevada a sus extremos, podría terminar en el abandono del tercerismo. El acercamiento cubano-soviético generó grandes tensiones y polémicas, aunque, en su conjunto, no implicaba retirar el apoyo al proceso cubano. Los representantes del tercerismo eran conscientes de que, para mantener la estrategia nacional y popular del socialismo uruguayo, era inevitable mantener un rumbo procubano. El camino planteado por Castro significó, más bien, una necesidad de redefinición del tercerismo, especialmente las ideas sobre la independencia con respecto a los dos bloques. Principalmente, se cuestionaba el antiimperialismo, hasta entonces asociado tanto con Estados Unidos como con la URSS, ya que representaba un factor que unía y definía a los terceristas con respecto a otros grupos.

Como explica Aldo Solari en su análisis del tercerismo uruguayo, la adhesión a Cuba era necesaria justamente por la política de Estados Unidos, que, al mismo tiempo, se había convertido prácticamente en la única fuerza con la cual se identificaba el imperialismo.

“La condena de la política norteamericana tiene mil veces más oportunidades para reproducirse que la de la política rusa, o en los últimos tiempos, la china. La unidad tiende a producirse alrededor de uno de los antiimperialismos; pero ese mismo fenómeno tiende a corroer la equidistancia contra ambos y a empujar a grupos originariamente terceristas mucho más cerca de los comunistas. Hungría es un fenómeno ignorado u olvidado por las nuevas generaciones de estudiantes, una política se condena cuando se siente cercana o reitera actos contrarios a los valores más firmemente aceptados”59.

Mientras que la colaboración entre los socialistas y comunistas, para ese momento, era un tema que aún generaba controversia en el PSU, el desarrollo cubano daba cada vez más paso al fortalecimiento de los vínculos entre los socialistas y la inteligencia checoslovaca.

5. Elecciones de 1962: el establecimiento de la Unión Popular y el papel de la Seguridad del Estado

El dominio de los blancos y colorados, quienes hasta el momento eran los que recibían los votos obreros, causaba una frustración de larga data en la escena izquierdista. Los esfuerzos para unir a los socialistas y comunistas, con la intención de que la izquierda tuviera una presencia más fuerte en la escena política, se pueden observar a partir de 1930, cuando ambos partidos postularon un candidato presidencial en común, Emilio Frugoni, y así hacer frente a la dictadura de Terra. La cuestión de una posible coalición se reabrió seriamente antes de las elecciones de 1962 y, tal como en los casos anteriores, la gran mayoría de los socialistas se opuso a la idea de una cooperación60. Uno de los principales oponentes fue Vivian Trías; para él, la conexión entre el régimen cubano y los soviéticos era geopolíticamente inevitable. Sin embargo, una alianza entre comunistas y socialistas en el contexto uruguayo podría traer consecuencias más bien negativas. Además de las profundas diferencias ideológicas y teóricas, Trías señaló “que en todos los planteos (inclusive en el de la coexistencia pacífica) todavía los partidos comunistas son parciales respecto a uno de los bloques de la Guerra Fría”61.

La StB tampoco buscaba ayudar a establecer la unión entre socialistas y comunistas. Veselý solo consultó con Trías si, en teoría, la Constitución uruguaya permitiría la creación de una nueva coalición electoral. Según Trías y sus partidarios, esta coalición debía tener rasgos terceristas, lo que implicaba tener un carácter popular, nacionalista y antiimperialista62. Además de ganar el apoyo de ciertos grupos menores, como, por ejemplo, la Agrupación de Nuevas Bases, Trías tenía gran esperanza en una alianza con la Lista 41, la más votada dentro del herrerismo en 1958, ya que esta podía contribuir a un crecimiento significativo del apoyo popular. El principal representante de esta lista era Enrique Erro, un político conocido por ser honesto y austero, quien, durante su gestión al frente del Ministerio de Industria y Trabajo, en el primer año del gobierno blanco, mantuvo duros enfrentamientos con Nardone. Además, Erro era crítico del imperialismo norteamericano y partidario incondicional de la Revolución cubana. Por lo tanto, Trías creía que representaba un vasto sector popular y que, de esta manera, podía apoyar moral e ideológicamente su proyecto.

A pesar de que una parte del partido no estaba de acuerdo con la alianza con Erro, en el XXXIII Congreso del PSU realizado en el mes de marzo de 1962, más del 80 % de los delegados se expresaron a favor y, de esta manera, fue aceptada la creación de la Unión Nacional y Popular63. Por primera vez en la historia uruguaya, un partido de izquierda se lanzaba a una coalición con otras fuerzas. Tras terminar el Congreso, Trías destacó que el fin del proyecto era echar las bases de un amplio movimiento de masas, cuyos objetivos eran la reforma agraria, el desarrollo económico y la nacionalización del comercio exterior, entre otros64. Al mismo tiempo, explicó las razones que habían evitado una posible colaboración con los comunistas.

“El movimiento no puede ser anticomunista, ni el Partido Socialista lo es. Pero en esta etapa nos parece fundamental ampliarlo en extensión y en profundidad y la presencia de los comunistas significa más un obstáculo que una ayuda. Quiero decir, por razones tácticas: contra los comunistas, opera una gran resistencia, sobre todo de parte de las masas rurales”65.

Unos meses después, Trías profundizó, aún más, en las razones por las cuales los socialistas habían rechazado la unidad de las izquierdas sin exclusiones. Según él, esta alianza habría resultado más excluyente, porque significaba omitir otras corrientes importantes en la lucha por romper el cuadro del bipartidismo. El argumento de los comunistas de que la exclusión de su partido implicaba directamente excluir a la clase obrera era considerado por Trías como una opinión sectarista, porque, en realidad, la clase obrera uruguaya no era comunista, ni socialista, sino blanca y colorada66. Durante los primeros días de julio de 1962, se celebró el XIX Congreso Extraordinario que ratificó la resolución aprobada en marzo sobre la creación de la coalición67.

Las negociaciones electorales hicieron que Trías estuviera muy ocupado durante 1962, por lo que tuvo relativamente pocas reuniones con Veselý. Si bien la Central de Praga envió una solicitud durante el mes de abril, para que se discutieran aspectos de la coalición electoral con Trías, la atención que se le dio al tema de las elecciones durante las conversaciones fue mínima. Es evidente que la StB no tenía esperanzas en el éxito electoral de la Unión Popular. Para las acciones contra Estados Unidos, que era lo más importante, resultaban más útiles los contactos con los partidos tradicionales.

Por otro lado, uno de los aspectos que Veselý tomaba en cuenta era que Trías conocía mucha gente y que tenía acceso a informaciones valiosas. Por lo tanto, propuso la medida activa ANCAP, se trataba de que Trías hiciera públicos los contratos entre ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) y las compañías petroleas norteamericanas, y destacara lo poco ventajosos que estos resultaban para la empresa pública uruguaya68. Este tema se concretó en las reuniones de septiembre y octubre, en las que, además del contrato con ANCAP, se discutió la publicación del convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de mostrar sus desventajas para Uruguay (medida activa FOND). Trías propuso la publicación de estos materiales en el semanario El Sol, con un análisis que destacara la política imperialista estadounidense, al llevar a cabo la difusión de estos materiales durante las reuniones preelectorales y discusiones parlamentarias, y haciéndolos públicos en un programa de televisión69.

La mención sobre la coalición electoral aparece en los documentos de la StB por primera vez en el informe de Veselý de la reunión del 28 de septiembre: “Dado que, a partir de nuestra iniciativa, el proceso de unificación del Frente Nacional y Popular ha tenido avances, no es necesario seguir dedicándose a esta parte de la medida activa, sino más bien a consolidar formas organizativas y a generar una adecuada propaganda preelectoral”70. La afirmación de que el proceso de unificación avanzó gracias a la StB resulta extraña por varios motivos. Aunque los documentos de la StB mencionan que el establecimiento de la Unión Popular formó parte de la medida activa JEDNOTA, no podemos encontrar ningún dato concreto que indique de qué manera específica ayudó la StB al establecimiento de dicha coalición. Además, el nombre de la Unión Popular ni siquiera aparece en los documentos, siempre se habla de un Frente Nacional y Popular. Hasta donde podemos concluir, el informe de Veselý muestra más bien sus esfuerzos por destacar la importancia de su propio trabajo, lo que se manifiesta claramente también en otros asuntos. Si la StB participó de alguna manera en la campaña electoral, lo hizo de una forma indirecta, por medio de las operaciones dirigidas contra Estados Unidos, como en el caso de las mencionadas medidas activas ANCAP y FOND.

El residente menciona aspectos más concretos de la coalición recién en el informe de la reunión del 15 de octubre. Según este documento, Trías confirmó en el encuentro que el Frente ya se había terminado de formar, y, a su vez, lamentó no haber podido incorporar la Lista 99, liderada por Michelini. Esta intención resulta bastante sorprendente, ya que las fuentes uruguayas de la época no mencionan nada sobre el hecho que, para Trías, era prioridad establecer una alianza con el joven político colorado. Asimismo, en el informe, se menciona que Trías pudo compensar este fracaso con el hecho de que, contrario a lo que se pensaba, logró ganar más simpatizantes del Partido Blanco. Esta afirmación fue probablemente una reacción a la alianza con Erro71.

6. El fracaso electoral: sus interpretaciones y resultados

Las elecciones de noviembre de 1962 tuvieron resultados negativos para la Unión Popular, el único grupo que se autodefinía como auténticamente tercerista en el período preelectoral. A pesar de las predicciones, la coalición obtuvo solo 27.041 votos (2,3 %), menos que lo que había obtenido el PSU cuando se postuló solo cuatro años antes. La coalición FIDEL, liderada por los comunistas, en cambio, superó las expectativas y obtuvo 40.886 votos (3,6 %)72. Los comunistas lograron superar su umbral máximo de votación, alcanzado en los comicios de 1946. Obtuvieron tres diputados y un senador, lo que se percibió como un gran éxito. Respecto a las elecciones anteriores, la votación de los socialistas y comunistas fue casi inversa.

Aunque la Unión Popular ganó dos bancas en la Cámara de Diputados, ambas cayeron en manos de la Lista de Erro. A pesar de los acuerdos preelectorales, los socialistas se quedaron sin representación parlamentaria, por primera vez desde 1928. Debido a la alianza con Erro, el partido se volvió impredecible para los votantes de la izquierda, algunos de los cuales dieron su voto a la coalición FIDEL y a la Lista de Michelini, cuyo éxito electoral fue una sorpresa. Los resultados demostraron claramente que, a nivel popular, la unidad con los comunistas tenía más aceptación73.

No resulta sorprendente que el tema central de la reunión de enero de 1963 entre Trías y Veselý haya sido el análisis del fracaso electoral. Cabe destacar que en el informe de esta reunión aparece por primera vez el término “Unión Popular”. En este documento, Trías enfatiza que el resultado fue producto de una mala campaña electoral, que no logró convencer a los votantes de los objetivos del Frente. Por otro lado, en el informe, no se menciona nada respecto de la responsabilidad que tenía Trías como secretario general del partido en el resultado obtenido74.

Pocos días después, Veselý, que se encontraba más bien decepcionado por la derrota de los Colorados, que tenían una mayor importancia en los planes de la StB, escribió a la Central que el resultado de los socialistas había traído ciertos beneficios. Según él, quienes se oponían a la alianza con los comunistas abandonaron el partido, lo que podría abrir el camino para la formación de un frente de izquierda en las próximas elecciones. Este grupo, junto con los votos de la fracción de Michelini, afirmó el residente, podría influir seriamente en la política del país75. Casi cinco meses después, en el informe de mayo de 1963, Veselý hizo nuevamente referencia a las bajas del partido. Según él, los socialistas se habían fortalecido en los últimos meses, “porque al depurar el partido de elementos oportunistas liderados por el ex fundador del partido, Frugoni, se dio paso a que regresara gente de orientación izquierdista, lo que permitiría implementar mejor la política del Comité Central del PSU, que los oportunistas siempre habían tratado de girar a la derecha”76. En realidad, la renuncia del viejo fundador, Emilio Frugoni, que tuvo lugar durante el mes de enero de 1963, tuvo una repercusión enorme en el partido y, sin duda, afectó sus bases77.

A pesar de la profunda crisis que transitaba el PSU, Veselý aún se mantenía optimista. Recientemente, Trías había perdido el cargo de diputado. En un principio, de acuerdo con las reglas de la conspiración, su posición como parlamentario era lo que le imposibilitaba acceder al grado más alto de cooperación con la StB. Ahora, bajo estas nuevas condiciones, se abría una puerta para desarrollar su cooperación a un ritmo mucho más acelerado. La instrucción enviada por la Central durante el mes de enero tenía un mensaje claro:

“Antes del 31 de marzo de 1963, debe estar listo el informe detallado sobre RIOS y se lo debe terminar de convencer para unirse a la colaboración. Dirija el desarrollo del contacto de tal manera, que para antes del primer semestre ya lo hayan contratado como contacto confidencial. A futuro queremos implementar políticas de influencia y medidas activas efectivas por medio de RIOS”78.

El objetivo se cumplió y, a fines de junio de 1963, Trías había sido calificado como “contacto confidencial”, el segundo grado más alto de la colaboración, después del “agente”. Este hecho fue precedido por las reuniones de mayo, en las que Trías entregó el Convenio de Asistencia Militar entre Uruguay y Estados Unidos, que obtuvo de su amigo que trabajaba en el archivo del parlamento. Este documento fue utilizado por la residentura en la elaboración del informe sobre la infiltración militar y económica de Estados Unidos en Uruguay79. De esta manera, Trías demostró claramente su voluntad de seguir colaborando con Veselý en la lucha contra el imperialismo.

En el XXXIV Congreso del PSU, fue aprobada la disolución de la Unión Popular. Este paso, aunque lógico, volvió a provocar debates sobre una coalición con los comunistas. Sin embargo, los socialistas, débiles y divididos, rechazaron la oferta, tal como luego la rechazarían en otras oportunidades durante la década de los años sesenta. Por otro lado, en las declaraciones partidarias, se muestran claramente cambios en la postura hacia la URSS, que ya no era percibida como un imperio. Al contrario, se valoraba su apoyo en la lucha contra el imperialismo. La revolución nacional proclamada por los socialistas formaba parte de esta lucha80.

Trías mantuvo el cargo de secretario general en el Congreso; sin embargo, unos días después, la residentura informó a la Central que el uruguayo estaba dispuesto a renunciar y a retirarse de la vida política, para poder dedicarse de lleno al trabajo intelectual. Poco tiempo después, realmente dimitió, y José Pedro Cardoso fue elegido su sucesor. Es muy poco probable que la StB interfiriera en esta decisión. En este tiempo, aún no existía tanta confianza entre Trías y la StB y los documentos archivísticos tampoco lo indican. En cualquier caso, Veselý agradeció este paso, argumentando que el uruguayo tendría más tiempo para escribir un folleto contra el imperialismo norteamericano. Además, también hizo referencia a su situación económica, dado que, tras retirarse del parlamento, volvió a trabajar tiempo completo en el Liceo de Las Piedras, donde recibía un salario relativamente bajo de 1800 pesos. Según la inteligencia checoslovaca, los problemas económicos de Trías y su mayor disposición de tiempo creaban las condiciones ideales para una cooperación aún más estrecha. Este proceso, según los planes de la StB, debería culminar con la conversión en un agente de pago regular81.

Al mismo tiempo, Trías presentó su revaluación respecto del papel de la Unión Soviética en varias proclamaciones públicas. Por ejemplo, en 1963, advirtió que el conflicto geopolítico ya no se podía plantear en términos de una lucha entre dos imperios, sino que “la contradicción más profunda y tajante es la que enfrenta al imperialismo con las colonias y semicolonias”. Además, Trías agregó que la revolución soviética se alinearía con los pueblos coloniales, que estarían defendiendo así sus propios intereses. Por eso, según su argumento, los latinoamericanos no debían posicionarse en los conflictos del mundo comunista, sino mantener buenas relaciones con él y alinearse con el posicionamiento cubano82.

El proceso del acercamiento de Trías con los checoslovacos culminó en junio 1964, cuando aceptó la propuesta de convertirse en agente de la StB83. Esto garantizaría un contacto más organizado y seguro. Al mismo tiempo, empezó a recibir dinero por sus actividades. Al analizar los vínculos entre el destacado representante del socialismo nacional y la inteligencia checoslovaca, que están documentados en unas 2500 páginas, resulta indiscutible que la colaboración tenía un carácter consciente, sistemático y estable. Entre 1961, año en que estableció contacto con el residente Veselý, y 1977, cuando fue cancelada la residentura checoslovaca en Montevideo, se realizaron 348 reuniones entre Trías y su órgano directivo. Asimismo, el uruguayo participó en 35 medidas activas. En general, es posible decir que su colaboración consistía en las siguientes actividades: el desarrollo de publicaciones antiimperialistas, actividades de inteligencia sobre la influencia norteamericana y la solidaridad con diferentes proyectos antiimperialistas en América Latina. Lo que parece claro a partir de los documentos de la StB y las fuentes primarias del período es que no existían mayores contradicciones entre los objetivos políticos de Trías y los objetivos de la StB en Uruguay y en la región84.

Conclusiones

Los archivos de la inteligencia checoslovaca representan un importante aporte para entender las lógicas de la Guerra Fría latinoamericana; no solamente respecto del papel que jugaron los países de la órbita soviética en esta, sino que también revelan mucho sobre la evolución de la izquierda latinoamericana, lo que nos ayuda a comprender su dimensión global. Por medio del análisis de estos documentos, hemos dado a conocer una nueva perspectiva de los desafíos que generó el acercamiento cubano-soviético dentro del tercerismo uruguayo. Esta corriente se caracterizó por una firme postura antiimperialista que condenaba ambas grandes superpotencias, reivindicando la construcción de un modelo auténticamente nacional. A partir de la década de 1960, el tercerismo se modificó con base en internas polémicas influenciadas por la Revolución cubana, que fue apoyada por los terceristas casi en su totalidad. Mientras que anteriormente la Unión Soviética era vista por unanimidad como una amenaza imperialista, a partir de 1961, cuando Castro proclamó el carácter marxista-leninista de la revolución y manifestó su alianza con el Bloque Soviético, se fortalecieron las voces que empezaron a considerar a la URSS como una potencia capaz de defender los pueblos del Tercer Mundo contra la agresión estadounidense. Entre los representantes que reevaluaron su postura hacia el Bloque Soviético se encontraba Vivian Trías, uno de los principales representantes del socialismo nacional, corriente que estuvo fuertemente influenciada por las ideas terceristas.

De esta manera, se abrió una puerta que hacía posible -aunque no inevitable ni imprescindible- una eventual alianza con los servicios secretos de Checoslovaquia. Se trataba de una organización subordinada a la KGB y a los intereses soviéticos, cuyo objetivo en América Latina consistía en la defensa de la Revolución cubana, mediante el apoyo de varias operaciones, con el fin de debilitar al imperialismo norteamericano. Por lo tanto, la cooperación establecida entre Trías y la StB fue producto de una gran coincidencia de intereses, a pesar de que ambas partes eran claramente conscientes de las contradicciones ideológicas mutuas, que, a su vez, creaban un marco claro para la cooperación. Aunque el acercamiento cubano-soviético llevó a una redefinición de la posición tercerista de Trías, ni siquiera la colaboración con la StB logró que abandonara el marxismo abierto, alejado de la doctrina soviética en su discurso y análisis85. En consecuencia, podemos interpretar la colaboración entre el político e intelectual uruguayo con la inteligencia checoslovaca como una alianza pragmática que otorgaba ciertas ventajas a ambas partes con el fin de alcanzar sus objetivos políticos.

El cambio de perspectiva frente a la URSS, originado por el proceso cubano, que fue reflejado en la colaboración con la inteligencia checoslovaca, no es un fenómeno que influyó exclusivamente en Vivian Trías y el tercerismo uruguayo, sino también en otros sectores no comunistas. Los archivos del ABS documentan la colaboración de varios políticos, intelectuales y periodistas latinoamericanos, cuyas historias aún esperan ser publicadas. Al mismo tiempo, los trabajos recientemente publicados sobre los líderes de la liberación africana muestran que, también en otros países del Tercer Mundo, existían sectores nacionalistas y antiimperialistas, cuyos miembros empezaron a dialogar con los servicios secretos checoslovacos. Estos vínculos, sobre los cuales hasta ahora sabemos muy poco, resultan ser un instrumento útil para entender, no solamente varios dilemas que los políticos e intelectuales enfrentaban durante el proceso de polarización de la Guerra Fría, sino también para reevaluar la importancia de los servicios secretos comunistas en este conflicto.

Bibliografía

Fuentes primarias

Archivos

Archiv bezpečnostních složek (ABS). Praga-República Checa. Fondo I správa Sboru národní bezpečnosti (I. správa SNB). [ Links ]

Publicaciones periódicas:

Castro, Fidel. “Soy marxista leninista y lo seré hasta el último día de mi vida”, Hoy, 2 de diciembre de 1961, 1. [ Links ]

Corti, Aníbal. “Trías, la Unión Soviética y el socialismo nacional”. Brecha, 6 de abril de 2018, Brecha, 6 de abril de 2018, https://brecha.com.uy/trias-la-union-sovietica-socialismo-nacional/Links ]

Fernández, Mario César. “¿Frugoni se va del socialismo?”. Reporter 5, 25 de enero de 1961, 23. [ Links ]

Galeano, Eduardo H. “¿El partido socialista nace de nuevo?”. Marcha, 30 de marzo de 1962, 32. [ Links ]

Marchesi, Aldo y Michal Zourek. “Vivian Trías y Checoslovaquia: ¿Qué sabemos hasta ahora?”. La Diaria, 17 de marzo de 2018, https://findesemana.ladiaria.com.uy/articulo/2018/3/vivian-trias-y-checoslovaquia-que-sabemos-hasta-ahora/. [ Links ]

Quijano, Carlos. “Las declaraciones de Fidel Castro”. Marcha, 8 de diciembre de 1961, 5. [ Links ]

Quijano, Carlos . “Digamos nuestro mensaje”. Marcha, 15 de diciembre de 1961, 5-6. [ Links ]

Solari, Aldo E. “Réquiem para la izquierda”. Gaceta de la Universidad, n.° 22 (1962): en línea. [ Links ]

Trías, Vivian. “Diálogo con Fidel Castro”, Marcha, 26 de enero de 1962, 11 y 30. [ Links ]

Trías, Vivian. “Trías: A la búsqueda de la mejor tradición”. Marcha, 30 de marzo de 1962, 32. [ Links ]

Trías, Vivian . “La política de la Revolución cubana”. El Sol, 18 de octubre de 1963. [ Links ]

“Una declaración ante la grave situación del país”. Marcha, 23 de marzo de 1962, 15. [ Links ]

Fuentes secundarias

Alburquerque, Germán. “Tercermundismo y tercerismo en el campo intelectual uruguayo (de los años cincuenta a los noventa)”. Revista Latino-Americana de Historia 4, n.º 13 (2015): 156-180. [ Links ]

Alburquerque, Germán. Tercermundismo y no alineamiento en América Latina durante la Guerra Fría. Santiago: Ediciones Inubicalistas, 2020. [ Links ]

Alonso, Jimena. Uruguayos mirando Chile: el problema de la unidad de la izquierda y el acceso al poder por la vía electoral (1956-1971). Tesis de maestría. Universidad Nacional de La Plata, 2017. [ Links ]

Blight, James G. y Philip Brenner. Sad and Luminous Days: Cuba’s Struggle with the Superpowers after the Missile Crisis. Lanham and Oxford: Rowman & Littlefield, 2002. [ Links ]

Blixen, Samuel. José Pedro Cardoso. Recuerdos cargados de futuro. Montevideo: Trilce, 1991. [ Links ]

Blixen, Samuel. Sendic. Montevideo: Trilce , 2000. [ Links ]

Bortlová, Hana. Československo a Kuba v letech 1959-1962. Praha: Filozofická fakulta Univerzity Karlovy v Praze, 2011. [ Links ]

Chagas, Jorge y Gustavo Trullen. Guillermo Chifflet. El cobate de la pluma: 1926-1973. Montevideo: Rumbo, 2011. [ Links ]

Dip, Nicolas. “La nueva izquierda en la historia reciente en América Latina. Un diálogo entre Eric Zolov, Rafael Rojas, Elisa Servín, María Cristina Tortti y Aldo Marchesi”. Escripta. Revista de Historia 2, n.º 4 (2020): 290-323. [ Links ]

Fernández Huidobro, Eleuterio. El Tejedor. Montevideo: Tae, 1995. [ Links ]

Giudice, Gerardo.Frugoni. Montevideo: Proyección, 1995. [ Links ]

Koura, Jan. “A Prominent Spy: Mehdi Ben Barka, Czechoslovak Intelligence, and Eastern Bloc Espionage in the Third World during the Cold War”. Intelligence and National Security 36, n.º 3 (2021): 318-339, https://doi.org/10.1080/02684527.2020.1844363Links ]

Leibner, Gerardo. Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay. Montevideo: Trilce , 2011. [ Links ]

López D‘Alesandro, Fernando. Vivian Trías. El hombre que fue Ríos; la inteligencia checoslovaca y la izquierda nacional (1956-1977). Montevideo: Debate, 2019. [ Links ]

Marchesi, Aldo y Michal Zourek. “The New Latin American Left in a Polarised Cold War: The Story of Vivian Trías”.Cold War History22, n.º 1 (2022): 19-40, https://doi.org/10.1080/14682745.2021.1923697Links ]

Opatrný, Josef et al. Las relaciones entre Checoslovaquia y América Latina 1945-1989 en los archivos de la República Checa. Praha: Karolinum, 2015. [ Links ]

Petrilák, Vladimir y Mauro Abranches Kraenski. La STB: el brazo de la KGB en Uruguay. Los archivos secretos del espionaje comunista desde los años 60. Montevideo: Planeta, 2018. [ Links ]

Real de Azúa, Carlos, ed. Tercera posición, nacionalismo revolucionario y Tercer Mundo, vol. 3. Montevideo: Cámara de Representantes, 1996. [ Links ]

Rey Tristán, Eduardo. La izquierda revolucionaria uruguaya 1955-1973. Sevilla: CSIC/ Universidad de Sevilla, Deputación de Sevilla, 2005. [ Links ]

Richterova, Daniela y Natalia Telepneva, eds. “The Secret Struggle for the Global South: Espionage, Military Assistance and State Security in the Cold War”.The International History Review43, n.º 1 (2021), en línea. [ Links ]

Marchesi, Aldo yMichal Zourek . “The New Latin American Left in a Polarised Cold War: The Story of Vivian Trías”.Cold War History 22, n.º 1 (2022): 19-40. [ Links ]

Ridabero, Martín. Tiempo de profetas. Ideas, debates y labor cultural en la Izquierda Nacional de Jorge Abelardo Ramos (1945-1962). Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2017. [ Links ]

Sierra, Carmen de. “Marcha en el contexto político-económico internacional del siglo XX”. En Marcha y América Latina, editado por Horacío Machín y Mabel Moraña. Pittsburg: Universidad de Pittsburg, 2003, 33-78. [ Links ]

Solari, Aldo E. “El tercerismo en el Uruguay”. En Tercera posición, nacionalismo revolucionario y tercer mundo. Vol. 3, editado por Raúl Real de Azúa. Montevideo: Cámara de Representantes , 1996, 643-806. [ Links ]

Telepneva, Natalia. “‘Code Name SEKRETÁŘ’: Amílcar Cabral, Czechoslovakia and the Role of Human Intelligence during the Cold War”. The International History Review 42, n.º 6 (2020): 1257-1273. https://doi.org/10.1080/07075332.2019.1678508Links ]

Trías, Vivian. El Plan Kennedy y la Revolución Latinoamericana. Montevideo: Ediciones El Sol, 1961. [ Links ]

Trías, Vivian. Aportes para un socialismo nacional. Obras de Vivian Trías, tomo 6. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1989. [ Links ]

Trías, Vivian. La crisis del imperio. Obras de Vivían Trías, tomo 13. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental , 1989. [ Links ]

Van Aken, Mark. Los militantes. Una historia del movimiento estudiantil universitario uruguayo desde los orígenes hasta 1966. Montevideo: FCU, 1990. [ Links ]

Yaffé, Jaime. Izquierda y democracia en Uruguay, 1959-1973. Un estudio sobre la lealtad en tiempos de la Guerra Fría latinoamericana. Tesis de doctorado, República de Uruguay, Montevideo, 2016. [ Links ]

Žáček, Pavel. “Rozvědka.” En Biografický slovník náčelníků operativních správ Státní bezpečnosti v letech 1953-1989, editado por Milan Bárta, et al., 53-92. Praha: Academia, ÚSTR, 2017. [ Links ]

Zourek, Michal. “Uruguay en el Archivo de las Fuerzas de Seguridad en Praga”. Contemporánea 9, n.º 9 (2018): 228-231. [ Links ]

Zourek, Michal. “Los servicios secretos del Bloque Soviético y sus aliados en América Latina: el Partido Colorado y el Partido Nacional en los planes de la inteligencia checoslovaca en Uruguay”. Izquierdas, n.º 49 (2020): 4120-4139. [ Links ]

Zourek, Michal . “Czechoslovakia and Latin America´s Guerrilla Insurgencies: Secret Services, Training Networks, Mobility and Transportation”. En Toward a Global History of Latin America´s Revolutionary Left, editado por Tanya Harmer y Alberto Martín Alvarez. Gainesville: University Press of Florida, 2021, 27-66, https://doi.org/10.2307/j.ctv1hqdj9q.7Links ]

Zubillaga, Carlos y Romeo Pérez. Los partidos políticos. Montevideo: CLAEH, 1983. [ Links ]

1 Acerca de las tendencias en el estudio de las actividades de los servicios secretos del Bloque Soviético en Asia, África y América Latina, véase Daniela Richterova y Natalia Telepneva, “The Secret Struggle for the Global South: Espionage, Military Assistance and State Security in the Cold War", The International History Review 43, n.º 1 (2021), en línea.

2Michal Zourek, “Uruguay en el Archivo de las Fuerzas de Seguridad en Praga”, Contemporánea 9, n.º 9 (2018): 228-231.

3Véase Natalia Telepneva, “‘Code Name SEKRETÁŘ’: Amílcar Cabral, Czechoslovakia and the Role of Human Intelligence during the Cold War”, The International History Review 42, n.º 6 (2020): 1257-1273; Jan Koura, “A Prominent Spy: Mehdi Ben Barka, Czechoslovak Intelligence, and Eastern Bloc Espionage in the Third World during the Cold War”, Intelligence and National Security 36, n º 3 (2021): 318-339.

4Por ejemplo, en febrero de 2018, el diario The Sun informó sobre el vínculo de Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, con un espía checoslovaco durante los años ochenta en el Reino Unido. Sin embargo, de acuerdo con la información de los documentos, resulta evidente que Corbyn no sabía que se reunía con un representante de la inteligencia comunista.

5Vladimir Petrilák y Mauro Abranches Kraenski, La STB: el brazo de la KGB en Uruguay. Los archivos secretos del espionaje comunista desde los años 60 (Montevideo: Planeta, 2018). Fernando López D‘Alesandro, Vivian Trías. El hombre que fue Ríos; la inteligencia checoslovaca y la izquierda nacional (1956-1977) (Montevideo: Debate, 2019).

6Véase Aldo Marchesi y Michal Zourek, “Vivian Trías y Checoslovaquia. ¿Qué sabemos hasta ahora?”, La diaria (2018), https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2018/3/vivian-trias-y-checoslovaquia-que-sabemos-hasta-ahora/; Aníbal Corti, “Trías, la Unión Soviética y el socialismo nacional”, Brecha (2018), https://brecha.com.uy/trias-la-union-sovietica-socialismo-nacional/

7Aldo Marchesi y Michal Zourek, “The New Latin American Left in a Polarised Cold War: The Story of Vivian Trías”,Cold War History 22, n.º 1 (2022): 19-40.

8Véase Nicolas Dip, “La nueva izquierda en la historia reciente en América Latina. Un diálogo entre Eric Zolov, Rafael Rojas, Elisa Servín, María Cristina Tortti y Aldo Marchesi”, Escripta. Revista de Historia 2, n.º 4 (2020): 290-323.

9Germán Alburquerque, “Tercermundismo y tercerismo en el campo intelectual uruguayo (de los años cincuenta a los noventa)”, Revista Latino-Americana de Historia 4, n.º 13 (2015): 156-180.

10Aldo E. Solari, “El tercerismo en el Uruguay”, en Tercera posición, nacionalismo revolucionario y tercer mundo, vol. 3, editado por Raúl Real de Azúa (Montevideo: Cámara de representantes, 1996), 666.

11Carmen de Sierra, “Marcha en el contexto político-económico internacional del siglo XX”, en Marcha y América Latina, editado por Horacío Machín y Mabel Moraña (Pittsburg: Universidad de Pittsburg, 2003), 71.

12Sobre la tercera posición en varios países de América Latina, véase Germán Alburquerque, Tercermundismo y no alineamiento en América Latina durante la Guerra Fría (Santiago: Ediciones Inubicalistas, 2020).

13Acerca del tercerismo uruguayo, véase Carlos Real de Azúa, ed., Tercera posición, nacionalismo revolucionario y Tercer Mundo, vol. 3 (Montevideo: Cámara de Representantes, 1996).

14Gerardo Giudice,Frugoni(Montevideo: Proyección, 1995).

15Eduardo Rey Tristán, La izquierda revolucionaria uruguaya 1955-1973 (Sevilla: CSIC, Universidad de Sevilla, Deputación de Sevilla, 2005), 71. Samuel Blixen, Sendic (Montevideo, Trilce, 2000), 44.

16Mark Van Aken, Los militantes. Una historia del movimiento estudiantil universitario uruguayo desde los orígenes hasta 1966 (Montevideo: FCU, 1990).

17López D‘Alesandro, Vivian Trías, 42-43.

18Martín Ridabero, Tiempo de profetas. Ideas, debates y labor cultural en la Izquierda Nacional de Jorge Abelardo Ramos (1945-1962) (Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2017).

19Bajo la influencia del revisionismo, Trías, en línea con los planteos de la izquierda, intentó marcar una continuidad entre las luchas populares rurales del siglo XIX y las luchas de la izquierda en el siglo XX. Este interés se reflejó en varias obras como Las montoneras y el Imperio Británico (1961), Por un Socialismo Nacional (1967) y Juan Manuel de Rosas (1970).

20López D’Alesandro, Vivian Trías, 52.

21Samuel Blixen, José Pedro Cardoso. Recuerdos cargados de futuro (Montevideo, Trilce, 1991): 147-148.

22Vivian Trías, "Enigma para Poznan", El Sol, 6 de junio, 1956, citado en Vivian Trías, Aportes para un socialismo nacional, Obras de Vivian Trías. Tomo 6 (Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1989), 33.

23Vivian Trías, "Enigma para Poznan", El Sol, 6 de junio, 1956, citado en Trías, Aportes para un socialismo, 33-34.

24López D‘Alesandro, Vivian Trías. El hombre que fue Ríos; la inteligencia checoslovaca y la izquierda nacional (1956-1977) (Montevideo: Debate, 2019), 69.

25Gerardo Leibner, Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay (Montevideo: Trilce, 2011), 243-244.

26Jaime Yaffé, Izquierda y democracia en Uruguay, 1959-1973. Un estudio sobre la lealtad en tiempos de la Guerra Fría latinoamericana (tesis de doctorado, Universidad de la República, Montevideo, 2016): 226.

27Blixen, Sendic, 42.

28Jorge Chagas y Gustavo Trullen, Guillermo Chifflet. El cobate de la pluma: 1926-1973 (Montevideo: Rumbo, 2011), 106.

29López D‘Alesandro, Vivian Trías, 141.

30Jimena Alonso, Uruguayos mirando Chile: el problema de la unidad de la izquierda y el acceso al poder por la vía electoral (1956-1971) (tesis de maestría, Universidad Nacional de La Plata, 2017).

31Rey Tristán, La izquierda revolucionaria, 51-84.

32James G. Blight y Philip Brenner, Sad and Luminous Days: Cuba’s Struggle with the Superpowers after the Missile Crisis (Lanham and Oxford: Rowman & Littlefield, 2002), 27-28.

33Josef Opatrný et al., Las relaciones entre Checoslovaquia y América Latina 1945-1989 en los archivos de la República Checa (Praha: Karolinum, 2015).

34Hana Bortlová, Československo a Kuba v letech 1959-1962 (Praha: Filozofická fakulta Univerzity Karlovy v Praze, 2011).

35Sobre la actuación de Checoslovaquia en la compleja alianza entre la URSS, Cuba y la izquierda radical latinoamericana, véase Michal Zourek, “Czechoslovakia and Latin America’s Guerrilla Insurgencies. Secret Services, Training Networks, Mobility and Transportation”, en Towards a Global History of Latin America’s Revolutionary Left, editado por Tanya Harmer y Alberto Martín Alvarez (Gainesville: University Press of Florida, 2021), 27-66.

36Pavel Žáček, “Rozvědka”, en Biografický slovník náčelníků operativních správ Státní bezpečnosti v letech 1953-1989, editado por Milan Bárta et al. (Praha: Academia, ÚSTR, 2017), 53-92.

37“Zápis z jednání mezi KGB při Radě ministrů SSSR a ministerstva vnitra ČSSR”, 26 y 30 de junio de 1961, en Archiv bezpečnostních složek (ABS), Praga-República Checa, I. správa Sboru národní bezpečnosti (SNB).

38“Imon”, 10 de enero de 1964, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 80723/012.

39Založení rezidentury při čs. vyslanectví v Montevideu - Uruguay”, 2 de noviembre de 1960, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 11381/000.

40“Směrnice pro agenturně operativní práci v zahraničí”, agosto de 1964, en ABS, I. SPRÁVA SNB, “AO Družba”, octubre de 1964, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

41“Plán práce referátu Uruguay na rok 1962”, 12 de enero de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 80758/013.

42Michal Zourek, “Los servicios secretos del Bloque Soviético y sus aliados en América Latina: el Partido Colorado y el Partido Nacional en los planes de la inteligencia checoslovaca en Uruguay”, Izquierdas n.º 49 (2020): 4120-4139.

43“Zpráva z Montevidea č. 43 ze dne 7. 6. 1961”, 7 de junio de 1961, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 80758/013.

44“Chifflet - záznam ze schůzek dne 14. 7., 25. 7. a 1. 8.”, 15 de agosto de 1961, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 11503.

45“Chifflet - záznam ze schůzek dne 14. 7., 25. 7. a 1. 8.”, 15 de agosto de 1961, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 11503.

46Vivian Trías, El Plan Kennedy y la Revolución Latinoamericana (Montevideo: Ediciones El Sol, 1961), 169.

47Trías, El Plan Kennedy, 192.

48Trías, El Plan Kennedy, 170.

49Trías, El Plan Kennedy, 192.

50“Trías - záznam ze schůzek dne 9. 10. a 25. 10.”, 1de noviembre de 1961, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

51Fidel Castro, “Soy marxista leninista y lo seré hasta el último día de mi vida”, Hoy, 2 de diciembre de 1961, 1.

52Carlos Quijano, “Las declaraciones de Fidel Castro”, Marcha, 8 de diciembre, 1961, 5.

53Carlos Quijano, “Digamos nuestro mensaje”, Marcha, 15 de diciembre, 1961, 6.

54“Trías - záznam ze schůzek dne 17. 11., 28. 11., 5. 12.”, 17 de diciembre de 1961, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

55Vivian Trías, “Diálogo con Fidel Castro”, Marcha, 26 de enero, 1962, 11.

56Trías, “Diálogo con Fidel Castro”, 11.

57Trías, “Diálogo con Fidel Castro”, 11.

58“Ríos - záznam ze schůzek dne 5. 2. a 1. 3.”, 6 de marzo de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

59Solari, “El tercerismo en el Uruguay”, 715.

60Eleuterio Fernández Huidobro, El Tejedor (Montevideo: Tae, 1995), 247.

61Mario César Fernández, “¿Frugoni se va del socialismo?”, Reporter 5 (1961): 23.

62“Una declaración ante la grave situación del país”, Marcha, 23 de marzo de 1962, 15.

63Eduardo H. Galeano, “¿El partido socialista nace de nuevo?”, Marcha, 30 de marzo de 1962, 32.

64Vivian Trías, “Trías: a la búsqueda de la mejor tradición”, Marcha, 30 de marzo de 1962, 32.

65Trías, “Trías: a la búsqueda de la mejor tradición”, 32.

66Vivian Trías, “La Unión Nacional y Popular”, El Sol, 1 de junio de 1962, citado en Trías, Aportes para un socialismo nacional, 110-115.

67Rey Tristán, La izquierda revolucionaria, 86.

68“Ríos - záznam ze schůzek dne 14. 5. a 24. 5.”, 27 de mayo de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

69“Ríos - záznam ze schůzky dne 15. 10.”, 14 de noviembre de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

70“Ríos - záznam ze schůzky dne 28. 9.”, 1 de octubre de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

71“Ríos - záznam ze schůzky dne 15. 10.”, 14 de noviembre de 1962, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

72Carlos Zubillaga y Romeo Pérez, Los partidos políticos (Montevideo: CLAEH, 1983), 115.

73Aldo Solari, “Réquiem para la izquierda”, Gaceta de la Universidad, n.° 22 (1962): 33-53.

74“Ríos - záznam ze schůzky dne 9. 1.”, 2 de febrero de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

75“Všeobecné volby v Uruguayi”, 28 de enero de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 11381, p. 7.

76“Ríos - záznam ze schůzek dne 4. 5., 10. 5. a 22. 5.”, 3 de junio de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000,

77Véase las polémicas entre Trías y Frugoni en las páginas de Marcha, publicadas en las ediciones de mayo de 1964.

78“Ríos”, 25 de enero de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000,

79“Ríos - záznam ze schůzek dne 4. 5., 10. 5. a 22. 5.”, 3 de junio de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

80López D‘Alesandro, Vivian Trías, 141.

81“Ríos - záznam ze schůzky dne 3. 7.”, 8 de julio de 1963, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

82Vivian Trías, “La política de la Revolución cubana”, El Sol, 18 de octubre de 1963.

83“Návrh na verbovku uruguayského státního příslušníka”, 4 de mayo de 1964, en ABS, I. SPRÁVA SNB, 43943/000.

84Marchesi y Zourek, “The New Latin American Left”.

85Un claro ejemplo es la actitud de Trías frente a la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia en agosto de 1968. Aunque los documentos de la STB no mencionan nada al respecto, el semanario Izquierdas, dirigido por Trías, adoptó una posición que condenaba la intervención. El hecho de que la visión del orden internacional que tenía Trías se alejaba de la ortodoxia soviética, se puede apreciar en el libro La crisis del imperio (1970). Después de seis años de ser agente de la STB, el intelectual uruguayo destacaba que la vanguardia de la lucha antiimperialista no era la URSS, sino los movimientos de la liberación nacional en el Tercer Mundo. Al mismo tiempo, afirmaba que el evento central de nuevo ciclo de revoluciones antiimperialistas había sido la Revolución China de 1949 y, como su principal referencia teórica, mencionaba a Mao Zedong. Vivian Trías, La crisis del imperio, Obras de Vivían Trías, tomo 13 (Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1989), 27.

Cómo citar: Zourek, Michal. “La alianza cubano-soviética y sus desafíos para el tercerismo uruguayo en la primera mitad de los años sesenta: una mirada desde los archivos de la inteligencia checoslovaca”. Historia Crítica, n.° 85 (2022): 75-98, doi: https://doi.org/10.7440/histcrit85.2022.04

Recibido: 29 de Noviembre de 2021; Aprobado: 29 de Marzo de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons