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Historia Crítica

 ISSN 0121-1617

        17--2023

https://doi.org/10.7440/histcrit90.2023.03 

Dossier

La Unidad Popular chilena y el comunismo español: análisis, solidaridad y lecciones políticas (1970-1973)*

Chilean Unidad Popular and Spanish Communism: Analysis, Solidarity and Political Lessons (1970-1973)

A Unidade Popular chilena e o comunismo espanhol: análise, solidariedade e lições políticas (1970-1973)

Pedro Marchant Veloz** 

**Pedro Marchant Veloz Máster en Historia Contemporánea y Mundo Actual por la Universitat de Barcelona (España) y la Universitat Oberta de Catalunya. Actualmente es doctorando del programa Societat i Cultura de la Universitat de Barcelona. Ha realizado investigaciones relacionadas con el movimiento estudiantil universitario chileno ligado a las Juventudes Comunistas de Chile durante la década de 1980 y a la solidaridad juvenil de Barcelona con Chile en la dictadura chilena. Entre sus publicaciones destacan “La Conferencia Mundial de Solidaridad con Chile (Madrid, 1978). Relaciones solidarias entre España y Chile en clave nacional y transnacional” (Segle xx. Revista catalana d’història 1, n.º 15 (2022): 128-149), y “Solidaridad política con Chile desde el comunismo catalán: Partit Socialista Unificat de Catalunya y Joventut Comunista de Catalunya (1973-1980)” (Izquierdas, n.º 49 (2020): 1310-1329). pmarchve7@doct.ub.edu, https://orcid.org/0000-0001-7383-6851


Resumen

Objetivo/Contexto:

Este artículo analiza la recepción de la “vía chilena al socialismo” y de la Unidad Popular (up) de Salvador Allende en el Partido Comunista de España (pce) y el Partit Socialista Unificat de Catalunya (psuc). También se estudian las expresiones iniciales de solidaridad con Chile. Ambos procesos tienen lugar en el contexto del tardofranquismo.

Metodología:

Se trabajan analíticamente fuentes primarias partidistas de facciones comunistas españolas y catalanas, además de la prensa y otros medios de comunicación clandestinos de las organizaciones comunistas del periodo 1970-1973. También se han consultado fuentes secundarias que permiten reconstruir el contexto político del período y las dinámicas trasnacionales que contribuyeron en la conformación de la visión española sobre Chile.

Originalidad:

Aunque la literatura se ha interesado en el impacto de la up chilena y el golpe de Estado en el escenario internacional, los casos de los países europeos con dictaduras, como España, no han sido destacados, como tampoco lo ha sido el papel del comunismo en la oposición al franquismo. El aporte de este artículo consiste en estudiar dos actores partidistas (pce, psuc) desde los aprendizajes y lecciones que sacan de la experiencia chilena, destacando el carácter trasnacional de la transferencia de ideas desde Chile hacia España, que se adaptan siempre a la realidad nacional.

Conclusiones:

Las lecciones que deja al comunismo español en la experiencia chilena durante y después de la up se relacionan con las posturas previas del pce y del psuc, y justifican la pertinencia de la vía democrática al socialismo como proyecto nacional. Al mismo tiempo, la transferencia de ideas desde la realidad chilena hacia el contexto europeo sirve de base para las revisiones del comunismo en España y las acciones de solidaridad.

Palabras clave: Chile; Comunismo español; solidaridad; tardofranquismo; Unidad Popular; “vía chilena al socialismo”

Abstract

Objective/Context:

This article analyzes the reception among the Communist Party of Spain (pce) and the Partit Socialista Unificat de Catalunya (psuc) of the “Chilean Road to Socialism“ and Salvador Allende’s Unidad Popular (up). The initial expressions of solidarity with Chile are also studied. Both processes take place in the context of the late Francoism.

Methodology:

We work analytically on primary Party sources from Spanish and Catalan communist factions, the press, and other clandestine media of communist organizations between 1970-1973. Secondary sources have also been consulted to reconstruct the political context of the period and the transnational dynamics that contributed to the conformation of the Spanish vision of Chile.

Originality:

Although the literature has been interested in the impact of the Chilean up and the coup d’état on the international scene, the cases of European countries with dictatorships, such as Spain, have not been highlighted, nor has the role of communism in opposition to Francoism. The contribution of this article is to study two partisan actors (pce, psuc) from the learnings and lessons they draw from the Chilean experience, highlighting the transnational character of the transfer of ideas from Chile to Spain, which were always adapted to the national reality.

Conclusions:

The lessons left to Spanish communism by the Chilean experience during and after the up’s government related to the previous positions of the pce and the psuc and justified the pertinence of the democratic way to socialism as a national project. At the same time, transferring ideas from the Chilean reality to the European context served as a basis for the revisions of communism in Spain and solidarity actions.

Keywords:  Chile; Spanish Communism; solidarity; late Francoism; Popular Unity; “Chilean Road to Socialism”

Resumo

Objetivo/contexto:

Neste artigo, é analisada a recepção do “caminho chileno para o socialismo” e da Unidade Popular de Salvador Allende no Partido Comunista da Espanha (pce) e no Partit Socialista Unificat de Catalunya (psuc). As expressões iniciais de solidariedade com o Chile também são estudadas. Ambos os processos ocorrem no contexto tardio do franquismo.

Metodologia:

O trabalho analítico é realizado nas fontes primárias do partido das facções comunistas espanholas e catalãs, bem como na imprensa e em outras mídias clandestinas de organizações comunistas do período de 1970 a 1973. Fontes secundárias também foram consultadas para reconstruir o contexto político do período e a dinâmica transnacional que contribuiu para a formação da visão espanhola do Chile.

Originalidade:

Embora a literatura tenha se interessado pelo impacto da Unidade Popular chilena e do golpe de Estado no cenário internacional, os casos de países europeus com ditaduras, como a Espanha, não foram destacados, nem o papel do comunismo na oposição ao franquismo. A contribuição deste artigo é estudar dois atores partidários (pce e psuc) a partir dos aprendizados e das lições que tiram da experiência chilena, destacando o caráter transnacional da transferência de ideias do Chile para a Espanha, sempre adaptadas à realidade nacional.

Conclusões:

As lições deixadas ao comunismo espanhol pela experiência chilena durante e após a Unidade Popular estão relacionadas às posições anteriores do pce e do psuc, e justificam a relevância do caminho democrático para o socialismo como um projeto nacional. Ao mesmo tempo, a transferência de ideias da realidade chilena para o contexto europeu serve de base para revisões do comunismo na Espanha e ações de solidariedade.

Palabras clave: Chile; comunismo espanhol; franquismo tardio; solidariedade; Unidade Popular; “via chilena ao socialismo”

Introducción

La Unidad Popular (up) y el 11 de septiembre de 1973 tuvieron un amplio impacto global. El fin de la “vía chilena al socialismo” y la caída de una democracia estable, convirtieron a Chile en un punto de atención ante la posibilidad de la aparición de regímenes autoritarios en cualquier escenario1. Los actores de esta experiencia demostraron su propia agencia en la conformación de nexos internacionales y trasnacionales bajo un prisma de historia global, en que las ideas de las izquierdas chilenas interactuaron con otras realidades2, en la novedad de la intersección entre socialismo y democracia.

La historiografía ha generado lecturas amplias sobre Chile, en especial en lo concerniente a su influencia en organizaciones de izquierda y los movimientos de solidaridad tras el golpe de Estado. Para Europa, diversos trabajos se han enfocado en contextos nacionales y dinámicas trasnacionales3, ligadas a los apoyos concedidos al exilio chileno organizados por múltiples activismos4. Sin embargo, uno de los marcos territoriales de menor desarrollo historiográfico ha sido el sur europeo. Salvo el caso del Partido Comunista Italiano (pci), abordado de manera amplia por Alessandro Santoni5, la compilación para Italia de Raffaele Nocera y Claudio Rolle6 y las investigaciones de Eugenia Palieraki para Grecia y Chipre7, las especificidades de las izquierdas de Europa meridional han tenido una cobertura reducida y menor aún en los casos que, salvo Italia, estaban bajo dictaduras. Para España, si bien hay investigaciones importantes sobre la relación gubernamental entre ambos países8, la variante de la influencia de la up en la oposición política ha sido estudiada obviando el papel del comunismo9 o tratándolo tangencialmente respecto a las reacciones tras el golpe de Estado10.

Por ende, considerando a las organizaciones comunistas como principal fuerza del antifranquismo11, este trabajo propone analizar las posturas del Partido Comunista de España (pce) y el Partit Socialista Unificat de Catalunya (psuc) sobre Chile, para responder el interrogante de cómo la up fue parte del lenguaje, acciones y estrategias en la política del comunismo español. Ante esto, establecemos tentativamente que la “vía chilena” fue primordial en la justificación del proyecto socialista en democracia planteado por estas orgánicas.

En este sentido, se propone explicar las huellas políticas dejadas por la up en el comunismo español, particularmente en el pce y psuc. Para esto, se abordarán sus estrategias desde la década de 1950 hasta el desarrollo del Pacto para la Libertad de 1969. En seguida, tras la victoria electoral de Salvador Allende en 1970, se analizarán las interpretaciones del comunismo español durante su gobierno y la presencia de dirigentes y militantes en Chile. Asimismo, se observan las lecciones posteriores al golpe de Estado y la defensa de la vía democrática al socialismo, con referencia también a las primeras expresiones de solidaridad de los partidos comunistas españoles hacia la resistencia chilena. El enfoque analítico se propone desde un prisma de historia cruzada, como una aproximación trasnacional en el entrecruce de los procesos de ambos países12.

Son necesarias algunas clarificaciones previas. En primer lugar, el foco en el pce y el psuc es una aproximación que se inspira en los estudios de los partidos comunistas. Según Eric Hobsbawm, son necesarias las distinciones que efectúan estas organizaciones sobre elementos nacionales e internacionales para comprender cómo toman sus decisiones políticas, si mediante la imitación de los ejemplos extranjeros o a partir de la crítica y sus propias reflexiones13, todo ello patente en las visiones del pce y el psuc sobre Chile. Del mismo modo, la presencia de dos partidos comunistas en el territorio español se explica porque el Komintern aceptó la existencia de ambas organizaciones bajo su alero el 24 de junio de 193914. Esta distinción marca la relación entre ambos partidos, autónomos en sus estructuras, pero con elementos compartidos en lo relacionado con la política internacional. Por último, sin desconocer las diversas tendencias comunistas durante el franquismo (trotskistas, maoístas), las referencias al comunismo español en el texto se centran en el pce y el psuc, en especial por el papel central de ambos partidos en la oposición al franquismo.

Metodológicamente, este artículo es fruto de la revisión de diversas fuentes, algunas de ellas nunca antes utilizadas para el estudio de esta temática, especialmente documentos e informes efectuados por la militancia comunista española sobre la situación chilena. También se analizan documentos del Archivo Histórico del Partido Comunista de España (ahpce) de Madrid y del Arxiu Nacional de Catalunya (anc) de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). A la par, es importante el uso de la prensa comunista clandestina, como las publicaciones oficiales del pce, el psuc y sus organizaciones locales. Por otra parte, las transcripciones de Radio España Independiente son un elemento importante para saber qué acceso tenía a la información política e internacional la militancia que vivía en España.

1. Las políticas del comunismo español: Reconciliación Nacional y Pacto para la Libertad

Tras la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, el comunismo español enfrentó nuevos desafíos ante el franquismo. España había roto el aislamiento internacional por sus cercanías con el Eje, con la firma de los Convenios de Madrid con Estados Unidos en 1953, permitiendo la presencia de bases militares norteamericanas en su territorio a cambio de ayudas económicas,15 y por su ingreso a la Organización de las Naciones Unidas en 195516. Por otro lado, el xx Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (pcus) de 1956 y el informe secreto de Nikita Jrushchov, crítico del estalinismo, remecieron al Movimiento Comunista Internacional (mci) y al monolito de la urss17. A su vez, la noción de “coexistencia pacífica” de los bloques durante la Guerra Fría se acompañó de la adopción de la estrategia de vías nacionales al socialismo, rompiendo así con la unicidad del modelo soviético18. En algunos partidos comunistas europeos occidentales como el italiano, dirigido por Palmiro Togliatti, este cambio estratégico permitió la adopción de la noción de policentrismo, es decir de unidad en la diversidad del mci19.

Ante estas modificaciones, el pce optó por un giro táctico avizorado desde inicios de la década de 1950. Los eventos de 1956 en el mci no fueron determinantes pero generaron las condiciones de posibilidad de esta nueva estrategia20. En agosto de este año, el partido ratificó la declaración “Por la reconciliación nacional, por una solución democrática y pacífica del problema español”, que inició la Política de Reconciliación Nacional (prn). Esta planteó superar las divisiones de la Guerra Civil (1936-1939) mediante un mecanismo que uniera a los diversos sectores sociales bajo un programa mínimo que sentase las bases de un régimen democrático, descartando el problema de la ilegitimidad del régimen franquista ya avalado a nivel internacional21. Este giro táctico permitiría generar consenso entre las fuerzas democráticas que habían vivido la Guerra Civil y las generaciones más jóvenes mediante una agenda común: el respeto por las elecciones, la amnistía, la democratización y la independencia sindical22.

Durante la década de 1960, pce y psuc participaron en las movilizaciones sociales, incidiendo en la lucha sindical y el fortalecimiento de las comisiones de obreros23, antecedente para la creación de Comisiones Obreras (ccoo). Esta era una organización que tenía nexos con el comunismo y fue una de las principales expresiones contra el franquismo24. A la par, el movimiento estudiantil también tuvo influencia comunista. La militancia del psuc incidió en la creación de organizaciones democráticas paralelas al oficialista Sindicato Español Universitario, que derivó en el Sindicat Democràtic d’Estudiants de la Universitat de Barcelona25. Este escenario potenció al comunismo como fuerza opositora. A nivel teórico, promover la unidad social fue un objetivo central, como lo expresó el secretario general del pce, Santiago Carrillo, cuando invitaba a formar la “alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura” en 1967, cuyo objetivo fue la conformación de un movimiento de masas como vía para el acceso al poder y como base de la futura democratización española -y de una posible construcción posterior de un sistema socialista-26.

El contexto internacional también influyó en la definición de esta nueva línea. La Primavera de Praga de 1968 inició el distanciamiento entre el pce y la urss, percibida como freno a la construcción de un socialismo con rostro humano27. Santiago Carrillo, en un pleno del partido realizado en París en septiembre de 1968, criticó el dogmatismo del que daba muestras la respuesta del Pacto de Varsovia ante los acontecimientos checoslovacos. En él, Carrillo, como secretario general del pce, vio un impedimento para los proyectos nacionales de los partidos comunistas occidentales, ya que este bloquearía el desarrollo de alianzas con otros sectores sociales. Poco después, la aprobación mayoritaria de un informe condenatorio de la invasión por parte del Comité Central del pce demostró el inicio de la autonomía respecto a la urss28.

En 1969, Francisco Franco designó a Juan Carlos como su sucesor en la jefatura de Estado, generando un quiebre en la continuidad dinástica y de legitimidad de la casa borbónica29 al ser nombrado Príncipe de España30. El pce condenó la instauración de una futura monarquía, llamando a todas las fuerzas antiautoritarias a plegarse a la lucha democrática31. Este fue el inicio del Pacto para la Libertad como actualización de la prn. En la conferencia del Comité Central del pce del verano de 1970, Santiago Carrillo profundizó sobre la libertad contra el franquismo y cualquier intento de opresión, alineado a las críticas contra la urss. Agregó que la forma de conseguir los objetivos democráticos era sumar a todas las fuerzas antifranquistas y crear alianzas en las que el comunismo debía ocupar un lugar central para no quedar fuera de un marco de pactos32. El máximo dirigente comunista retomaba ideas provenientes del vi Congreso (1960): gobierno provisional de coalición, amnistía general, retorno de las libertades políticas y elecciones libres para conformar las Cortes Constituyentes y establecer un nuevo régimen político33. Estas ideas fueron revalidadas en el viii Congreso del pce (1972), confirmando la vía española al socialismo, sin negar la dictadura del proletariado pero asumiendo la importancia de las libertades en un proceso gradualista de cambio, autorizando una etapa antifeudal y antimonopolista previa al socialismo mediante convergencias sociales provenientes de la “alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura”34. Santiago Carrillo lo ratificó al señalar que el cambio político en España no se conseguiría mediante una revolución socialista, sino gracias a la unidad de las fuerzas democráticas para generar un cambio a nivel nacional35.

Así, el comunismo español estableció su línea política desde los fundamentos de las realidades nacionales y la heterodoxia. Algunas de estas concepciones estaban en consonancia con lo que estaba sucediendo en ese entonces en Chile. El gobierno de Salvador Allende y su proyecto socialista y democrático llamaba la atención contemporánea y era objeto de una circulación transnacional de ideas de izquierdas.

2. Las interpretaciones del comunismo español sobre la experiencia chilena (1970-1972)

La victoria electoral de la up el 4 de septiembre de 1970 validó la “vía chilena al socialismo” como muestra de heterodoxia marxista, en especial por su gradualismo y carácter pluriclasista36. El resultado fue saludado por los medios de comunicación clandestinos del comunismo español. Radio España Independiente, conocida como La Pirenaica, destacó la unidad de los partidos obreros, encarnada en la alianza del Partido Comunista de Chile (pcch) y el Partido Socialista de Chile (psch), así como el triunfo de las masas obreras y progresistas37.

También resaltaron otros puntos. La militancia comunista universitaria de Valencia no solo defendió a la up como alianza de izquierdas, sino también comparó su programa con el del frente antifeudal, antimonopolista y antiimperialista del pce38. Estos elementos eran compartidos por el pcch, que en 1969 desarrolló ideas similares respecto al proceso de construcción del socialismo39 y que la up tomó como propios40. Pese a estas similitudes, los nexos entre el pcch y el pcus eran significativos, desde sus formas de financiamiento41 y especialmente respecto a la línea ideológica 42, en contraste al pce y el psuc, divergentes de Moscú. El partido chileno, si bien respetaba los cauces institucionales del proceso revolucionario, mantenía la dictadura del proletariado como finalidad. En otras palabras, su modelo seguía siendo el soviético, con algunos matices propios43.

Por ende, los comunistas españoles leyeron la experiencia chilena en función de sus propias necesidades. Cuando ellos veían las alianzas y la política de acuerdos como un factor clave para los éxitos democráticos de la up, estaban defendiendo su propio Pacto para la Libertad y la construcción de una vía española al socialismo. En este sentido, Chile era “la prueba de la justeza de una política de convergencia nacional de todos los sectores sociales y tendencias políticas para poner fin a la dictadura franquista”44. El mismo Santiago Carrillo afirmó que “[e]s la primera vez que en un país capitalista, una coalición que se propone ir al socialismo llega al poder por vías electorales constitucionales. Yo querría subrayar cuán cierto es, camaradas, que la diversidad de vías y modelos socialistas será cada día mayor, y cuán absurda es la actitud dogmática incapaz de captar esta realidad”45.

Los vientos a favor de la up en 1971, electorales y económicos46, robustecieron los apoyos y las justificaciones de las políticas comunistas españolas. El psuc indicó que el gobierno de Salvador Allende era:

“Enseñanza valiosa por cuanto nos dice que las fuerzas revolucionarias y democráticas de Chile ponen de manifiesto haber lanzado por la borda clichés dogmáticos y burocráticos que en muchos partidos y países obstaculizan todavía el diálogo político con las masas. La inexperiencia revolucionaria, el mantenimiento de ideas y creencias diferentes a las nuestras y otros posibles prejuicios no pueden ser más una justificación para no entablar el diálogo y trabajar conjuntamente”47.

En este sentido, el dirigente del pce, Jesús Izcaray, señaló que la experiencia chilena, aunque no podía ser reproducida fuera de su contexto, sí era una fuente de enseñanzas útiles para el partido, en especial porque tenía un carácter análogo a lo planteado en sus documentos internos48.

Tras la visita a Chile, en 1971, de Marcos Ana, poeta español y militante comunista que destacó los marcos pluralistas, democráticos y de libertad del proyecto de la up49, Santiago Carrillo fue invitado por el Comité Central del pcch a las celebraciones de su 50º aniversario. Este era un hito central para la organización chilena que servía para recordar su antigüedad, para reforzar sus posiciones frente a las no siempre concordantes del psch y para repensar su propia narrativa histórica50. La asistencia del dirigente español reforzó la imagen del pcch como partido de gobierno, capaz de ofrecer solidaridad a los camaradas perseguidos. Para el pce significó una visión directa de la experiencia chilena.

A su regreso a París, Santiago Carrillo dio una entrevista a la revista teórica del comunismo español Nuestra Bandera. Aunque el dirigente apoyó la experiencia chilena, expresó algunas preocupaciones sobre el clima político en Chile, especialmente por las movilizaciones opositoras y las acciones de boicot económico contra el gobierno de la up51. Ante esta situación, el secretario general del pce puso el acento en la importancia de las clases medias, destacando que lo central era la protección de la pequeña y mediana propiedad, para evitar una deriva derechista de estos grupos sociales ante una socialización apresurada de los medios de producción52. En su lógica de las amplias mayorías era primordial la “necesidad de ganar para las transformaciones sociales y económicas a la gran mayoría del pueblo, y de neutralizar a la mayor cantidad posible de las gentes que pueden hallarse bajo la influencia imperialista, monopolista”53 y potenciar la influencia sobre las masas mediante la unidad interna, corrigiendo errores para atraer a nuevos aliados54.

Así, la movilización de masas era interpretada como un mecanismo indispensable para consolidar apoyos y evitar que las clases medias se alejasen de la up. Esto, por la particularidad de la experiencia chilena respecto a otras revoluciones, ya que “est[a]s últim[a]s resolvieron, en primer término, el problema del aparato del Estado. Es decir, derribaron, por la violencia, el aparato de Estado burgués, le reemplazaron por un aparato de Estado revolucionario, y utilizando éste como palanca, comenzaron a realizar, después, las transformaciones económicas, culturales y sociales”55. Sin embargo, la up solamente tenía el control del gobierno y no del Estado. El aparato institucional seguía existiendo y los poderes legislativo y judicial eran autónomos al gobierno, además de un Ejército que para Santiago Carrillo no era foco de preocupación por su tradición institucionalista. La postura española de reducir la solución a la movilización de masas presentaba una doble dimensión problemática. En primer lugar, adolecía de voluntarismo al reducir en una sola táctica la solución a los problemas internos y, por otro lado, obviaba los acuerdos entre la up y el Partido Demócrata Cristiano (pdc) sobre las garantías constitucionales, demostrando cierto desconocimiento de Santiago Carrillo respecto al contexto chileno.

A partir de 1972 se evidenciaron las complejidades internas de la up por el aumento de las acciones de desestabilización opositoras, las dificultades económicas, comerciales y productivas, algunas de ellas potenciadas por Estados Unidos56. Ante este panorama, la militancia comunista española en Chile reflexionó que:

“El asunto es que la movilización de la up no se realiza en el nivel necesario, que al parecer los obstáculos y sobre todo económicos aumentan por el boicot y el sabotaje interno y la falta de créditos afuera. La producción agrícola se estanca o retrocede y las gentes, con el disparo del costo de la vida se asustan o nos asustamos, para ser más reales. Las medidas económicas que se han tomado dicen que cambiará la cosa y todo es esperar unos meses para hacer que la imagen vuelva a aparecer, pues hoy es más nublada que cuando estuviste con nosotros”57.

Esta expresión de pesimismo incidió en la forma en que los comunistas españoles reportaron sobre los acontecimientos de Chile durante la primera parte de 1972, evitando mostrar las falencias de la “vía chilena”. Las referencias solo ilustraron esporádicamente el papel sedicioso de la oposición en Chile. El fin de la up se volvió plausible para los comunistas españoles, ya que “el objetivo principal de este complot no es sólo derrocar al Gobierno sino cortar los avances revolucionarios, devolver sus antiguos privilegios a los monopolios norteamericanos, que vuelvan los latifundios a poder de los grandes terratenientes […] y sumir al pueblo trabajador en una redoblada explotación y en la miseria.”58. Esta impresión se agudizó tras el paro del gremio de los camioneros de octubre de 1972, en Chile. Los comunistas enfatizaron el papel antidemocrático de la derecha y sectores del pdc junto a la oligarquía chilena59, mediante la violencia política y el desabastecimiento60. A fines de 1972, la supervivencia del proyecto socialista en Chile estaba en tela de juicio para el pce y el psuc.

3. Las dificultades de 1973 a los ojos del pce y el psuc

Las elecciones de marzo de 1973 fueron un momento álgido en la trayectoria de la up. La importancia de estos comicios radicó en una posible acusación constitucional contra Salvador Allende. Sin embargo, los resultados que le dieron a la Confederación Democrática el 54,2% de los votos y a la Unidad Popular el 43,9%, volvieron imposible tal acción para la oposición. Pese a la ventaja opositora, el porcentaje de escaños fue insuficiente para destituir al presidente de la República, situando a la oposición en una disyuntiva sobre qué camino seguir; mientras que para el gobierno chileno el resultado se analizó como una victoria, porque el desgaste electoral fue considerado como aceptable61.

En el pcch, las elecciones eran parte de su cultura política y objetivos estratégicos -el frente de masas, el diálogo con estas y el debate ideológico con otras organizaciones de izquierda-62. Así, estos resultados los interpretaron en su momento como el inicio de una movilización para copar gradualmente posiciones de poder, sin apurar las confrontaciones con la oposición63. Sin embargo, estos comicios configuraron un escenario diferente al privilegiado por el pcch. En él, la oposición fue considerando cada vez más plausible una salida no institucional de la crisis política. Por otra parte, las elecciones potenciaron a los sectores más izquierdistas de la up, reagrupados en torno al psch que salió reforzado de las urnas64 y llamó a la conquista del poder para instaurar a corto plazo una democracia popular65.

Tras los comicios, el pce envió dos telegramas de felicitaciones a la up y al pcch66, mientras que la cobertura en prensa fue escueta, si bien destacó un comunicado conjunto de los comunistas españoles con sus pares rumanos en que se señaló la satisfacción por los resultados67. Por su parte, la prensa del psuc subrayó que:

“EN CHILE la Unidad Popular ha destruido, con su importante avance, las ilusiones de la derecha de paralizar la marcha al socialismo desde el Parlamento, por la ‘vía constitucional’. Las masas trabajadoras, pese a los movimientos sediciosos, los intentos de la derecha de desprestigiar al gobierno creando artificialmente la penuria de ciertos productos, reconocen en la UNIDAD POPULAR su gobierno”68.

A la par, otros medios informaron que las elecciones “han supuesto una gran victoria del Frente Popular [sic], siendo el único gobierno, que estando en el poder se ha consolidado, superando la votación por la cual había subido al poder. Pese a los esfuerzos realizados por la itt, cía y otras compañías monopolistas para hacer fracasar la subida de Salvador Allende al poder”69. También se destacó que los resultados demostraron los avances internacionales de las izquierdas, cuyas lecciones unitarias reafirmaron al Pacto para la Libertad como estrategia70.

El impulso de la elección de marzo de 1973 fue breve. La polarización y la adhesión de sectores militares al intento de golpe de Estado del 29 de junio de 1973 evidenció la profunda crisis política que se agudizaba cada vez más en Chile. Pese al fracaso del llamado Tanquetazo, quedó manifiesta la debilidad del gobierno ante el poder militar, que dejó de ser un garante del orden71. El comunismo español condenó el golpe fallido y dio apoyos a la up, como lo expresó La Pirenaica:

“Pero nuestra seguridad en el triunfo del pueblo chileno se afianza después del triunfo obtenido ayer. Bien lo sabemos, la reacción no cejará en sus esfuerzos. No ceja nunca, mientras disponga de recursos, de atentar contra los intereses de la clase obrera y del pueblo. Pero la unidad de las fuerzas revolucionarias sale reforzada. Y también los medios legales de que puede disponer el gobierno de Allende para liquidar nuevas maniobras futuras. De todas maneras, estaremos alerta”72.

En otros medios, el intento de golpe tuvo una mínima cobertura. En Mundo Obrero hubo un breve comentario en la portada del número del 1 de julio73. Posteriormente, en su siguiente edición, apareció una referencia a Dolores Ibárruri (conocida como “la Pasionaria), que apoyó al gobierno chileno y celebró la derrota contra el golpismo74.

Sobre la situación chilena, se destaca el testimonio documental de un militante español, bajo el pseudónimo de Pedro, quien realizó un viaje por Chile y Argentina durante agosto de 1973. En su reporte al Comité Central del pce destacó las dificultades y la situación de violencia interna e impune efectuada por los grupos movilizados de derecha, debido a que “las fuerzas de Carabineros y del Ejército, según mi observación personal, se mueven en un plano que va: desde la lealtad pasiva a la legalidad constitucional; hasta la complicidad activa con los grupos fascistas desesperados de ‘Patria y Libertad’”75.

En su encuentro con “Pedro”, el líder chileno Luis Corvalán clarificó el análisis político del pcch sobre el peligro en que se encontraba el gobierno, aseverando que:

“La correlación de fuerzas nos es desfavorable, y no logramos modificarla suficientemente a nuestro favor. Es un hecho real que nuestro Gobierno defiende los intereses de los obreros, de los campesinos, de los empleados, de las capas medias. Pero también es un hecho, que hay obreros, más campesinos, muchos más empleados, y muchísimos más sectores de las capas medias, que no están al lado del proceso revolucionario”76.

Corvalán mantuvo esta línea al indicar que la indefinición sobre la propiedad privada provocó el distanciamiento de las clases medias y su apoyo a la oposición. También tuvo palabras críticas hacia el izquierdismo dentro y fuera del gobierno, representadas en un psch que con su radicalidad potenciaba la sedición y al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (mir) en su oposición a la up77.

Posteriormente, tras una reunión con personeros del pcch, “Pedro” subrayó la sinceridad de Corvalán al analizar estos problemas e indicó que el dirigente chileno confiaba en recuperar la movilización de masas. Sin embargo, la falta de uso legal de la fuerza del gobierno ante la oposición era lo que más le preocupaba, alertando sobre la posibilidad de que las Fuerzas Armadas se sumasen a la oposición y actuaran contra la clase obrera78. Así, la visita del militante español deja constancia de la cercanía con el pcch, motivada por la solidaridad propia del mundo comunista y el apoyo a la “vía chilena al socialismo”. Los hechos de septiembre y el fin de la up, más que frenar estas relaciones, potenciaron nuevas expresiones de cooperación y aprendizaje político.

4. El comunismo español ante el golpe de Estado: solidaridad y lecciones

El 11 de septiembre de 1973 para los comunistas españoles se volvió un hito, que estuvo sujeto al análisis y motivó su solidaridad. La lectura de la up por parte del pce y el psuc fue una más de las diversas reacciones y discusiones de las izquierdas europeas sobre el caso chileno y cómo comprender la vía democrática al socialismo en el marco de la pasión política que generó su violento fin79.

La condena fue inmediata. El Comité Ejecutivo del pce hizo de Salvador Allende un héroe de la causa democrática y socialista, a la vez que solidarizó con los partidos y movimientos de la up y pidió la movilización activa por Chile80. Por su parte, el psuc rechazó las acciones de las Fuerzas Armadas chilenas, que habían frenado las trasformaciones democráticas y una vía novedosa al socialismo. Ante esto, los catalanes llamaron a la unidad contra el golpe de Estado, ya que la causa chilena era común a todos los demócratas81.

Las expresiones solidarias y de unidad y apoyo a la up se basaron en una historia común y en experiencias compartidas. Así lo dijo “la Pasionaria” en una alocución contra el golpe de Estado, equiparando la reacción chilena al franquismo82. En La Pirenaica, la empatía se volvía una justificación internacionalista de la lucha española y la cooperación con los demócratas chilenos parte de la lucha por la democracia en España: “nuestra solidaridad con Chile está en precipitar la quiebra del sistema franquista […] Lo que está sucediendo en Chile es algo que a todos nos concierne directamente. Su combate es el nuestro”83.

Pese a las restricciones impuestas por la dictadura, hubo espacio para movilizaciones públicas. Las principales fueron en Cataluña, donde la presencia del psuc en el movimiento social y en plataformas unitarias democráticas, como la Assemblea de Catalunya84, facilitaron estas actividades. En Barcelona, el psuc85 convocó y las fuerzas juveniles universitarias democráticas86 organizaron el mitin del 13 de septiembre de 1973, tras el cual marcharon desde el Edificio Histórico de la Universidad de Barcelona hasta el consulado chileno87. El 20 de septiembre se realizó la mayor concentración en las calles de la ciudad condal, que reunió a 1.500 personas88. Lo particular de esta manifestación fue que “los manifestantes ondeaban banderas chilenas y rojas y repartieron miles de octavillas. La mayoría de ellas llevaban las siglas de ccoo y del psuc”89. Con ello, demostraron la presencia pública de la militancia comunista en estas concentraciones de apoyo a Chile y su protagonismo activo en instancias de lucha común por las libertades democráticas.

En el marco europeo, el comunismo español participó en diversas instancias unitarias de solidaridad y condena, como ocurrió en una manifestación convocada por fuerzas políticas neerlandesas y el llamado conjunto en apoyo al pueblo de Chile90. Estas acciones se replicaron en otros países, como Suiza, donde el pce y la Unión de Juventudes Comunistas de España (ujce) participaron en un encuentro convocado por organizaciones helvéticas91.

La ujce también participó en foros internacionales, con una comitiva que estuvo presente en la reunión en apoyo a Chile, sostenida en París el 22 de septiembre de 1973, realizada por la Federación Mundial de Juventudes Democráticas y por la Unión Internacional de Estudiantes92. El 29 y 30 de septiembre se desarrolló la Conferencia Internacional de Solidaridad con Chile en Helsinki, primera gran instancia activa de respaldo a nivel europeo y de gran potencial unitario para la causa chilena93. Organizada por el Consejo Mundial de la Paz y auspiciada por miembros del gobierno finlandés94, la Conferencia contó con la presencia de más de 200 delegados de 17 organizaciones internacionales y 57 países95. Esta fue la principal instancia de coordinación inicial de apoyos para Chile en el marco global. La Conferencia no solo fue una demostración de las redes transnacionales en construcción junto al exilio y la resistencia, sino una vía para unificar a las izquierdas europeas occidentales en torno a la causa chilena como un elemento compartido96. Por parte de las fuerzas políticas españolas, participaron el pce y la Assemblea de Catalunya, quienes adhirieron a las acciones solidarias y conclusiones de la cita97, además del saludo de “Pasionaria” a través del líder del Consejo Mundial de la Paz, Romesh Chandra98. La presidenta del pce y una delegación española también fueron parte del Congreso Internacional de las Fuerzas de Paz de Moscú de octubre de 1973, donde Chile fue un tema central y Hortensia Bussi, viuda de Salvador Allende, la invitada de honor99.

Por otro lado, el golpe de Estado acarreó la revisión de la up y la vía democrática por parte del comunismo español y europeo. En el marco comunista occidental, el principal análisis fue el de Enrico Berlinguer, secretario general del pci, en las Riflessioni sull’Italia dopo i fatti del Cile, que se enfocó en la defensa del socialismo en democracia, en unidad y la colaboración entre el mundo católico y el movimiento obrero. El dirigente llamó a la Democracia Cristiana italiana y al Partido Socialista Italiano a construir un compromiso histórico entre las fuerzas democráticas para oponerse a la extrema derecha y a la posibilidad de una regresión autoritaria100. En cuanto al comunismo español, este derivó su análisis en otros temas, debido a que su problema era la instauración de la democracia101. La distinción estuvo en la transformación del Estado y la situación del poder cuando el gobierno es socialista y la institucionalidad capitalista102, además de las etapas de la revolución.

Para el pce, esta revisión tenía un carácter urgente, porque era necesario defender su posición tanto frente a los ataques de la derecha como ante la izquierda radical, que afirmaba la invalidez y el fracaso de la vía democrática como opción para Chile y, por extensión, también para España103. Era necesaria la crítica de la “vía chilena” no solo para sacar lecciones, sino también para seguir subrayando la importancia de las mayorías, identificada por Santiago Carrillo como principal debilidad de la up, minoritaria en el parlamento e incapaz de generar un apoyo amplio entre las masas para democratizar al país104. Si en España se quería evitar esto, era primordial la amplia unidad que dictaba la estrategia comunista.

La primera crítica a la up fue el izquierdismo. Un militante comunista español residente en Chile durante el periodo del gobierno socialista y que vivió el golpe de Estado destacó en una carta a Santiago Carrillo que se habían acelerado las reformas sin considerar que las condiciones no eran las apropiadas105. El secretario general del pce tuvo una percepción similar, criticando el salto de etapas y la falta de cambios graduales como causantes del debilitamiento de los apoyos sociales al proyecto socialista106, rechazando el izquierdismo que negaba las fases de la revolución107. Estas posturas reflejaron la defensa del gradualismo comunista para encauzar los apoyos mayoritarios, contraria al “avanzar sin transar” presente en sectores del psch.

Por otra parte, los comunistas españoles argumentaron contra los errores reformistas de la up. Este parecer fue planteado por “Pedro”, al exponer que, si bien comprendía la importancia de la legalidad en Chile, esta terminó siendo un obstáculo para realizar los cambios requeridos y le dio fuerzas a una oposición que no dudó en destruirla para alcanzar sus objetivos108. En esta línea, los estudiantes universitarios del psuc consideraron que “no en la teoría, pero en la práctica la Unidad Popular cayó en el espejismo reformista que confunde Gobierno y Poder”109. En la misma sintonía, las juventudes comunistas gallegas criticaron a la up al establecer que “el poder solo lo tienen las masas cuando el Estado capitalista ha sido sustituido por un Estado formado por las propias masas organizadas”110.

Otro punto del reformismo fue la confusión de la vía democrática con la pacífica. Santiago Carrillo indicó su importancia, ya que “aunque sea por la vía democrática forzosamente tiene que haber rasgos de violencia […] Si esto se da, se tiene que dar por la propia naturaleza de la lucha de clases, mantener el principio de la vía pacífica a ultranza es hacerle el juego al adversario. La u.p. ha caído un poco en esto”111. El uso del monopolio legal de la fuerza por parte de la up no fue un instrumento desarrollado en defensa de sus intereses, siendo uno de los diversos causantes de su derrota. Según la revisión hecha por los comunistas españoles, esta debilidad se evidenciaba en la interpretación de la política militar del gobierno de Salvador Allende, pues consideraban que:

“un exceso de ilusiones en cuanto a la legalidad constitucional, […] ha conducido a la Unidad Popular a un callejón sin salida. A veces en la historia no basta con querer evitar una guerra civil. Sucede que si no se desarma al adversario y no se hacen los preparativos para enfrentarse con él en todos los terrenos […] las cosas concluyen en una cruel cacería contrarrevolucionaria”112.

Lo particular de la crítica al reformismo por parte del pce y el psuc son los argumentos utilizados: sus percepciones se inspiran en ciertas interpretaciones izquierdistas usando, no obstante, un lenguaje propio del comunismo. ¿Sólo la movilización de masas permitiría lograr el control del Estado? ¿Había que avanzar rápidamente hacia la transformación del Estado? Estas posturas fueron más cercanas al mir o al psch, que se opusieron vehementemente la defensa a la democracia burguesa por parte de la up, aseverando que el poder popular era la única opción para construir un Estado Socialista113. Por ende, hubo una comprensión parcial y a veces con incoherencias sobre el caso chileno en pos de apurar la defensa española en torno a la pertinencia de la vía democrática al socialismo. Si bien, como parte de la crítica, la producción de interpretaciones de este tipo es propia de las revisiones de diversas experiencias, no deja de ser central la funcionalidad de la up para reforzar las posturas del pce y el psuc en su oposición al franquismo.

A la par de estos análisis, las acciones de solidaridad se articularon, y transformaron al caso chileno en un elemento de lucha contra la dictadura española, donde la participación de la militancia comunista fue importante. Esta apropiación se proyectó en actividades transversales que enmarcaron las luchas comunes. La cultura influyó mediante la Nueva Canción Chilena, especialmente tras la visita de Quilapayún a Barcelona y Madrid en 1974114, aunque esta maduración dio sus frutos a partir de 1975. Tras la muerte de Franco, la confirmación de un compromiso democrático desde la solidaridad por parte de la sociedad civil y los partidos de izquierdas115 derivó en la Conferencia Mundial de Solidaridad con Chile en Madrid (1978), principal hito de la cooperación transversal de fuerzas democráticas y el exilio durante la transición española116. La up se transformó, por lo tanto, en un foco de enseñanzas y dio pie a la formación de apoyos que, en el caso del comunismo español, se mantuvieron durante toda la década de 1970 hasta su implosión en 1982.

Conclusiones

La “vía chilena al socialismo” influyó en los análisis de parte de las izquierdas europeas occidentales, especialmente comunistas. La revisión de sus propias realidades nacionales, como en el caso italiano, se enfocó en los peligros de las regresiones autoritarias y la pertinencia de la vía democrática al socialismo. Chile fue un foco de atención que permitió revisar las estrategias políticas en diversos territorios, desde la esperanza por una praxis revolucionaria original hasta la desazón por el violento fin de la up, generado por las fuerzas opositoras cívico-militares.

Para el comunismo español, el caso chileno marcó análisis y aprendizajes en torno a su propia lucha. Por sobre todo, fue el reflejo para el pce y el psuc de sus políticas y la posibilidad de fortalecer un camino propio. Desde la reformulación estratégica del Pacto para la Libertad y su consolidación en el viii Congreso de 1972, la construcción de un socialismo en libertad y pluralismo, en contextos capitalistas, se transformó en la punta de lanza de los criterios de los partidos comunistas españoles para la movilización y acción contra la dictadura. Si bien los éxitos iniciales de la up fueron remarcados como ejemplificadores, sus problemáticas fueron analizadas críticamente para establecer los conocimientos necesarios para potenciar su línea política.

Las lecciones de Chile para el pce y el psuc les permitieron considerar elementos particulares de la up y de las causas del golpe de Estado. La relación entre gobierno y Estado, las críticas duales al izquierdismo y al reformismo o la relación con el Ejército fueron criterios que fortalecieron la política y teoría del comunismo español con un enfoque nacional, que hacía que sus políticas apuntasen a mejores vías para la recuperación democrática y la posibilidad de construir un proyecto socialista en unidad con otras fuerzas políticas.

Además, la solidaridad que se levantó tras el 11 de septiembre también hizo que el comunismo español se insertara paulatinamente en una amplia red de apoyos con Chile, de características trasnacionales, donde el desarrollo de experiencias compartidas ante el fracaso de proyectos de izquierdas y el horror de la represión permitieron al pce y al psuc potenciar la movilización solidaria hacia la resistencia chilena como parte de su propia lucha contra el franquismo.

Si bien, desde una mirada actual, el proyecto del pce y el psuc no tuvo los frutos deseados durante la transición española, no se puede desconocer que la experiencia de la up en Chile se transformó en una veta que permitió justificar y fortalecer sus posturas en el tardofranquismo, en consonancia con el contexto desarrollado por los partidos comunistas europeos occidentales y su alejamiento de la ortodoxia marxista. El despliegue del eurocomunismo en España, así como en Italia y Francia, y los quiebres con el internacionalismo soviético tuvieron como referencia el fortalecimiento de las vías nacionales, siendo la up un ejemplo a partir de las interpretaciones aprendidas con su desarrollo y en la potenciación de discursos democráticos ligados al socialismo. Del mismo modo, la revisión de la experiencia de la up en sectores de la izquierda europea occidental también impactó en los procesos de renovación socialista chilena en el exilio, alejándola de la ortodoxia marxista. El ejemplo de la up y su influencia en las organizaciones que abrazaron al eurocomunismo y a las nuevas interpretaciones del socialismo, también arroja una paradoja, si se consideran los nexos del pcch con la urss y del psch con Cuba durante el gobierno de Allende, que se distanciaban de la visión pluralista de una parte de los partidos europeos occidentales de izquierda. Se trata de tensiones y contradicciones a tener en cuenta para pensar futuros trabajos.

El análisis de la up, los aprendizajes de sus políticas y el inicio de las dinámicas solidarias fortalecieron el proyecto político del pce y del psuc en torno a la vía democrática al socialismo. El cruce de las experiencias reforzó el compromiso democrático de los comunistas españoles durante los últimos años de la dictadura y el inicio de la Transición en su país respecto a la relación con otros pueblos. En estas interacciones, Chile potenció la proyección de las luchas compartidas contra las dictaduras gobernantes en la época.

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*Este artículo se deriva de la investigación “Chile en el corazón. Las relaciones de solidaridad política del Partido Comunista de España (pce) y del Partit Socialista Unificat de Catalunya (psuc) con la democracia chilena (1970 - 1982) del programa doctoral Societat i Cultura, Universitat de Barcelona, financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (anid)-Programa Becas Chile, doctorado en el extranjero (72200243).

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2Tanya Harmer, “Towards a global history of the Unidad Popular”, Radical Americas 6, nº. 1 (2021): 4.

3Kim Christiaens, Idesbald Godderis y Magaly Rodríguez García, European Solidarity with Chile, 1970s-1980s (Frankfurt am Main: Peter Lang Editions, 2014); Claudia Rojas Mira y Alessandro Santoni, “Geografía política del exilio chileno: los diferentes rostros de la solidaridad”, Perfiles Latinoamericanos 21, n.º 41, (2013): 123-142.

4Jan Eckel, “‘Under a Magnifying Glass’: The International Human Rights Campaign against Chile in the Seventies”, en Human Rights in the Twentieth Century, editado por Stefan-Ludwig Hoffmann (Cambridge: Cambridge University Press, 2010), 321-342; Patrick William Kelly, “The 1973 Chilean coup and the origins of transnational human rights activism”, Journal of Global History 8, n.º 1 (2013): 165-186; Chris Moores, “Solidarity for Chile, Transnational Activism and the Evolution of Human Rights”, Moving the Social - Journal of Social History and the History of Social Movements 57, (2017): 115-136; Kim Christiaens, “European Reconfigurations of Transnational Activism: Solidarity and Human Rights Campaigns on Behalf of Chile during the 1970s and 1980s”, International Review of Social History 63, n.º 3 (2018): 413-448.

5Alessandro Santoni, El comunismo italiano y la vía chilena. Los orígenes de un mito político, (Santiago: RIL editores, 2011), 195-197; “El Partido Comunista Italiano y el otro ‘Compromesso Storico’: los significados políticos de la solidaridad con Chile (1973-1977)”, Historia 2, n.º 43, (2010): 523-546; y “El Partido Comunista Italiano, la lección de Chile y la lógica de los bloques”, en Chile y la Guerra Fría Global, editado por Tanya Harmer y Alfredo Riquelme Segovia (Santiago: RIL editores, 2014), 133-153.

6Raffaele Nocera y Claudio Rolle Cruz, Settantatré. Cile e Italia, destini incrociati, (Nápoles: Think Thanks edizioni, 2010).

7Eugenia Palieraki, “‘Le Chili est proche’: Les mouvements antidictatoriaux grecs et les septembres chiliens”, Monde(s) 8, n.º 2 (2013): 45-64; y “Patriots and Internationalists: The Greek Left, the Cyprus Question, and Latin America”, en Cypriot Nationalisms in Context, editado por Thekla Kyritsi y Nikos Christofis (Londres: Palgrave Macmillan, 2018), 307-328.

8María José Henríquez Uzal, “Los mil días hispano-chilenos. 1970-1973” (tesis de doctorado, Universidad Autónoma de Madrid, 2009).

9María José Henríquez Uzal, “El antifranquismo y la vía chilena al socialismo, 1970-1973”, Ayer 116, n.º 4 (2019): 243-275.

10Cristina Luz García Gutiérrez, “La reacción de España ante el golpe militar en Chile”, Naveg@mérica. Revista electrónica de la Asociación Española de Americanistas, n.º 6 (2011): 1-21.

11Carme Molinero y Pere Ysàs, Els anys del psuc. El partit de l’antifranquisme (Barcelona: L’Avenç, 2010); y De la hegemonía a la autodestrucción. El Partido Comunista de España (1956-1982) (Barcelona: Crítica, 2017).

12Henríquez Uzal, “El antifranquismo…”, 247.

13Eric Hobsbawm, Revolucionarios. Ensayos contemporáneos (Barcelona: Crítica, 2010), 18.

14Josep Puigsech Farràs, “El peso de la hoz y el martillo: la Internacional Comunista y el pce frente al psuc, 1936-1943”, Hispania. Revista Española de Historia 69, n.º 232 (2009): 467.

15M. del Rocío Piñeiro Álvarez, “Los convenios hispano-norteamericanos de 1953”, Historia Actual Online, n.º 11 (2006): 176.

16Antonio Fernández García y Juan Carlos Pereira Castañares, “La percepción española de la onu (1945-1962)”, Cuadernos de Historia Contemporánea 17, (1995): 138.

17Eric Hobsbawm, Historia del Siglo xx (Buenos Aires: Crítica, 1994), 396.

18Pavel Kolàř, “Post-Stalinist Reformism and the Prague Spring”, en The Cambridge History of Communism. Volume ii. The Socialist Camp and World Power 1941-1960s, editado por Norman Naimark, Silvio Pons y Sophie Quinn-Judge (Cambridge: Cambridge University Press, 2017), 171.

19Silvio Pons, The Global Revolution. A History of International Communism. 1917-1991 (Oxford: Oxford University Press, 2014), 211-212.

20Francisco Erice, “El Partido Comunista de España, el giro de 1956 y la lectura selectiva del xx Congreso”, Nuestra Historia: Revista de Historia de la fim, n.º 2 (2016): 69-70.

21Molinero e Ysàs, De la hegemonía…, 21-22.

22Francisco Erice, “El cambio de rumbo. El Partido de la reconciliación nacional (1954-1965)”, en Un siglo de comunismo en España i: historia de una lucha, dirigido por Francisco Erice (Madrid: Ediciones Akal, 2021), 158.

23José Gómez Alén y Víctor Santadrián Arias, “El pce y el movimiento obrero”, en Un siglo de comunismo en España II: presencia social y experiencias militantes, dirigido por Francisco Erice (Madrid: Ediciones Akal, 2022), 104-105.

24Emanuele Treglia, “El pce y la huelga general (1958-1967)”, Espacio, tiempo y forma. Serie V, Historia Contemporánea, n.º 20 (2008): 255-256.

25Molinero e Ysàs, Els anys del…, 63.

26Santiago Carrillo, Nuevos enfoques a problemas de hoy (París: Éditions Sociales, 1967), 173-175.

27Giaime Pala y Tommaso Nencioni, “La nueva orientación de 1968. El pce-psuc ante la Primavera de Praga”, en El inicio del fin del mito soviético. Los comunistas occidentales ante la Primavera de Praga, editado por Giaime Pala y Tommaso Nencioni (Barcelona: El Viejo Topo, 2008), 139-201.

28Emanuele Treglia, “La elección de la vía nacional. La Primavera de Praga y la evolución política del pce”, Historia del presente 2, n.º 16 (2010): 88-90.

29Las relaciones entre Franco y Juan de Borbón, heredero del antiguo monarca Alfonso xiii, fueron tensas. El dictador promulgó la Ley de Sucesión de la Jefatura de Estado (1947) que lo reafirmó como jefe de Estado, declarando a España como una monarquía y dándole a este la potestad de designar a su sucesor, sin restaurar a Juan como rey. Además, el Caudillo logró que Juan Carlos, hijo de Juan, se formara en España bajo los preceptos del Movimiento Nacional, mecanismo de participación política, ideológica y organizativa del régimen. Para más información ver Paul Preston, “Franco i els Borbons”, en La dictadura franquista. La institucionalització d’un règim, dirigido por Antoni Segura, Andreu Mayayo y Teresa Abelló (Barcelona: Edicions de la Universitat de Barcelona, 2012), 21-40.

30El cargo de Príncipe de España no existía en la continuidad dinástica borbónica, ya que el sucesor debía asumir el título de Príncipe de Asturias. Por ende, su creación fue la forma en que Franco rompió la legitimidad sucesoria de la Casa Real española, cambiándola por una impuesta por él como jefe de Estado. En Preston, “Franco i els…”, 39.

31“Declaración del Partido Comunista de España. Un pacto para la libertad que ponga en manos del pueblo el poder de decisión”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 2 de septiembre de 1969, 1.

32Molinero e Ysàs, De la hegemonía..., 114.

33Jesús Sánchez Rodríguez, “Teoría y práctica democrática en el pce. 1956-1982” (tesis de doctorado, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2001), 301.

34Sánchez Rodríguez, “Teoría y práctica…”, 310-311.

35Santiago Carrillo. Hacia la libertad. Informe del Comité Central presentado al octavo congreso del P.C. de España (París: Editions Sociales, 1972), 50.

36Rolando Álvarez, “La Unidad Popular y las elecciones presidenciales de 1970 en Chile. La batalla electoral como vía revolucionaria”, Observatorio Social de América Latina 9, n.º 26 (2010): 236.

37Virgilio Fernández, “Páginas internacionales. Virgilio Fernández comenta el triunfo del candidato de Unión Popular, Salvador Allende, en las elecciones presidenciales de Chile”, Bucarest, 5 de septiembre de 1970, Archivo Histórico del Partido Comunista de España (ahpce), Madrid-España, fondo Radio España Independiente, vol. 554, f. 1.

38“Chile, victoria de la Unidad Popular”, Lluita. Organización universitaria en Valencia del Partido Comunista de España, Valencia, octubre de 1970, 8.

39Alfredo Riquelme Segovia, Rojo atardecer. El comunismo chileno entre dictadura y democracia (Santiago: DIBAM, 2009), 79.

40Rolando Álvarez, Augusto Samaniego y Hernán Venegas, “prefacio” a Fragmentos de una historia. El Partido Comunista de Chile en el siglo xx. Democratización, clandestinidad y rebelión (1912-1914) (Santiago: ICAL, 2008), 8.

41Olga Uliánova y Evguenia Fediakova, “Algunos aspectos de la ayuda financiera del pc de la urss al comunismo chileno durante la Guerra Fría”, Estudios Públicos, n.º 72 (2008): 135.

42Mariana Perry Fauré, Exilio y renovación. Transferencia política del socialismo chileno en Europa Occidental, 1973-1988 (Santiago: Ariadna Ediciones, 2020), 76-77.

43Marcelo Casals Araya, El alba de una revolución. La izquierda y el proceso de construcción de la “vía chilena al socialismo”. 1956-1970 (Santiago: LOM Ediciones, 2010), 434, https://play.google.com/books/reader?id=-IZxCgAAQBAJ&pg=GBS.PT445.w.0.0.99_32&hl=es, Google Play Book Reader

44Virgilio Fernández, “Nota internacional. Una victoria histórica en Chile. Comenta Virgilio Fernández”, Bucarest, 8 de septiembre de 1970, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 554, f. 1.

45“Gran mitin con Santiago Carrillo en Bruselas”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 14 de noviembre de 1970, 8.

46Pedro Milos, “Introducción” a Chile 1971. Primer año de Gobierno de la Unidad Popular (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2013), 18.

47Josep Montoliu, “Xile. Confirmació i esperança”, Nous Horitzons, primer y segundo semestre de 1971, 49-50.

48Jesús Izcaray. “Las elecciones municipales en Chile. Una victoria en la marcha hacia el socialismo”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 17 de abril de 1971, 7.

49Marcos Ana, “Chile. Su vía hacia el socialismo. Un año de afirmación”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 24 de diciembre de 1971, 7.

50Ariel Mamani, “Aproximación crítica al Cincuentenario del Partido Comunista en tiempos de la Unidad Popular, 1972”, en 1912-2012. El siglo de los comunistas chilenos, editado por Olga Ulianova, Manuel Loyola y Rolando Álvarez (Santiago: Instituto de Estudios Avanzados, 2012), 317-318.

51“La experiencia de Unidad Popular en Chile. Una interviú con Santiago Carrillo”, Nuestra Bandera. Revista teórica y política del Partido Comunista de España, primer trimestre de 1973, 29.

52“La experiencia de Unidad Popular …”, 30-31.

53“La experiencia de Unidad Popular …”, 31.

54“La experiencia de Unidad Popular …”, 32.

55“La experiencia de Unidad Popular …”, 34.

56Arturo Valenzuela, El quiebre de la democracia en Chile (Santiago: FLACSO, 1989), 157-158.

57Magallanes “Querido amigo”, Santiago, 21 de septiembre de 1972, ahpce, fondo Colecciones ahpce (1920-1977), sección Emigración Política, subsección Chile, caja 102, carpeta 5/2, f. 16.

58“Al lado de la Unidad Popular chilena”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 28 de septiembre de 1972, 7.

59Jesús Izcaray, “Experiencias chilenas”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 27 de octubre de 1972, 7.

60“Todos los días, a mediodía…”, La Hora de Madrid, diciembre de 1972, 2.

61Joaquín Fermandois, La revolución inconclusa. La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular (Santiago: Centro de Estudios Públicos, 2013), 611-612.

62Rolando Álvarez, Arriba los pobres del mundo. Cultura e identidad política del Partido Comunista de Chile entre democracia y dictadura. 1965-1990 (Santiago: LOM Ediciones, 2011), 98, https://play.google.com/books/reader?id=mjfDBwAAQBAJ&pg=GBS.PT1&hl=es, Google Play Book Reader.

63Fermandois, La revolución…, 621.

64Valenzuela, El quiebre de la…, 231-233.

65Fermandois, La Revolución…, 622.

66“Victoria de Unidad Popular en Chile. Dos telegramas del p.c.e.”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 15 de marzo de 1973, 7.

67“Comunicado conjunto”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 11 de abril de 1973, 7.

68“França i Xile. El socialisme avança!”, Treball. Òrgan del Partit Socialista Unificat de Catalunya, 14 de marzo de 1973, 8.

69“El avance de las izquierdas”, Delta del Llobregat. Portavoz del C.L. del psuc - El Prat de Llobregat, 10 de abril de 1973, 4.

70“El avance de…”, 4.

71Valenzuela, El quiebre de la…, 248-249.

72“Nota internacional: El fracasado intento de golpe militar en Chile”, Bucarest, 30 de junio de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 655, f. 1.

73“Al cerrar”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 1 de julio de 1973, 1.

74“Discurso de clausura de la reunión del Comité Central”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 5 de septiembre de 1973, 5-6.

75Pedro, “Informe sobre mi viaje a Chile y Argentina”, España, septiembre de 1973, ahpce, fondo Colecciones ahpce (1920-1977), sección Relaciones Internacionales del pce, jacq. 588-589, f. 1.

76Pedro, “Informe sobre mi viaje…”, f. 4.

77Pedro, “Informe sobre mi viaje…”, f. 5.

78Pedro, “Informe sobre mi viaje…”, f. 8.

79Oliver Compagnon y Caroline Moine, “Pour une historie globale du 11 septembre 1973”, Monde(s) 2, n.º 8, (2015): 12-15.

80“¡Solidaridad con los obreros y demócratas chilenos! ¡Denunciemos el criminal golpe militar fascista contra la Unidad Popular! Llamamiento del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España”, París, 13 de septiembre de 1973, Arxiu Nacional de Catalunya (anc), Sant Cugat del Vallès-España, fondo Antoni Gutiérrez Díaz, caja 7, f, 1.

81“Comunicado del Comité Ejecutivo del Partit Socialista Unificat de Catalunya”, París, 12 de septiembre de 1973, anc, fondo Partit Socialista Unificat de Catalunya, caja 8, f. 1.

82Dolores Ibárruri, “Sobre la represión en Chile (inicio)”, Moscú, s.f., ahpce, fondo sonoro, sección Dolores Ibárruri, DVD-17.

83“La actualidad”, Bucarest, 19 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 662, f. 2.

84Molinero e Ysàs, Els anys del psuc…, 133.

85“Solidaridad y emoción en Barna por Chile”, Bucarest, 27 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 663, f. 1.

86“Actualidades españolas”, Bucarest, 24 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 663, 1.

87“Relación de las manifestaciones habidas en el mundo entero en solidaridad con el pueblo chileno”, Libertad. Órgano del comité local de Santa Coloma de Gramenet del psuc, s.f, 1973, 4.

88“Solidaritat amb Xile”, Treball. Òrgan del Partit Socialista Unificat de Catalunya, 2 de octubre de 1973, 2.

89“La actualidad”, Bucarest, 21 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 663, f. 1.

90“¡Se siente, se siente! ¡Allende está presente!”, Mundo Obrero, suplemento emigración, 3 de octubre de 1973, 2.

91“Tribuna del lector. Especial Chile”, Información española, Bruselas, 1 de noviembre de 1973, 26.

92“Especial sobre Chile”, Bucarest, 24 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 663, f. 8.

93Santoni, “El Partido Comunista Italiano…”, 536.

94Christiaens, “European Reconfigurations…”, 9.

95Fernando Camacho Padilla, “Solidaridad y diplomacia. Las relaciones entre Chile y Suecia durante tres experiencias revolucionarias”, (tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2013), 473.

96Santoni, “El Partido Comunista Italiano…”, 536.

97“Chile en el corazón de España”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 17 de octubre de 1973, 1.

98“El Congreso Mundial de Fuerzas de la Paz. Documentos”, Bucarest, 1 de noviembre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 667, f. 5.

99“Los españoles en el Congreso de Fuerzas de la Paz”, Bucarest, 30 de octubre de 1973, ahpce, fondo Radio España Independiente, vol. 666, f. 1.

100Santoni, El comunismo italiano…, 195-197.

101Molinero e Ysàs, Els anys del psuc…, 142.

102José Miguel Insulza, “Eurocomunismo y socialismo europeo en la situación chilena”, Foro Internacional 21, n.º 3 (1981): 295.

103“Chile: el fascismo contra un pueblo”, Crítica. Organización universitaria de Zaragoza del Partido Comunista de España, noviembre de 1973, 1.

104Santiago Carrillo, “Tras la experiencia de Chile, la vía democrática y pluralista al socialismo sigue siendo tan válida como antes”, Nuestra Bandera. Revista teórica y política del Partido Comunista de España, cuarto trimestre de 1973, 6-7.

105“Los acontecimientos de Chile”, Santiago, 25 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Colecciones ahpce (1920-1977), sección Emigración política, subsección Chile, jacq. 567, ff. 4-5.

106“Análisis de lo ocurrido en Chile”, París, 18 de septiembre de 1973, ahpce, fondo Colecciones ahpce (1920-1977), sección Nacionalidades y Regiones, subsección Asturias/Cantabria, jacq. 405, f. 3.

107“Sobre el problema de Chile”, París, 4 de octubre de 1973, ahpce, fondo Colecciones ahpce (1920-1977), sección Nacionalidades y Regiones, subsección Andalucía/Extremadura, jacq. 840, f. 1.

108Pedro, “Informe sobre mi viaje a Chile y Argentina”, f.14.

109Lluis Altisench, “Chile y la lucha por el socialismo”, Universitat. Òrgan del comité d’estudiants del Partit Socialista Unificat de Catalunya, 7 de noviembre de 1973, 4.

110“Chile, una trágica experiencia “, Revolución. Portavoz de la Juventud Comunista de El Ferrol, 20 de octubre de 1973, 8.

111“Sobre el problema de Chile”, f. 2.

112“Después del golpe militar en Chile, la cuestión del trabajo en el ejército”, Mundo Obrero. Órgano del Comité Central del Partido Comunista de España, Madrid, 28 de noviembre de 1973, 4.

113Marcelo Casals y Mariana Perry, “De la democracia revolucionaria a la democracia posible. Trayectorias políticas y conceptuales de la democracia en la izquierda marxista chilena, c.1950-c.1990”, Historia 53, n.º 1 (2020): 30.

114Ángel Medina y Toya Solís, “Primeras presencias de Quilapayún en la España de mediados de los 70: cantos de compromiso y esperanza”, Cuadernos de Etnomusicología, n.º 13 (2019): 123-128.

115Pedro Feria Vázquez, “Relaciones hispano-chilenas durante la Transición española (1975-1982): sociedad civil y mecanismos de solidaridad”, Ayer. Revista De Historia Contemporánea 126, n.º 2 (2022): 271-299.

116Pedro Salvador Marchant Veloz, “La Conferencia Mundial de Solidaridad con Chile (Madrid, 1978). Relaciones solidarias entre España y Chile en clave nacional y transnacional”, Segle xx. Revista Catalana d’història 1, n.º 15 (2022): 128-149.

Cómo citar: Marchant Veloz, Pedro. “La Unidad Popular chilena y el comunismo español: análisis, solidaridad y lecciones políticas (1970-1973)”. Historia Crítica, n.° 90 (2023): 51-73, doi: https://doi.org/10.7440/histcrit90.2023.03

Recibido: 13 de Marzo de 2023; Aprobado: 05 de Julio de 2023

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