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Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía

versión impresa ISSN 0121-215Xversión On-line ISSN 2256-5442

Cuad. Geogr. Rev. Colomb. Geogr. v.21 n.1 Bogotá ene./jun. 2012

 

Territorialidad nasa en Bogotá: apropiación, percepción y sentido de lugar

Territorialidade nasa em Bogotá: percepção, apropriação e sentido de lugar

Nasa Territoriality in Bogotá: Perception, Appropriation and Sense of Place

Martha Isabel Bernal Mora*
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

*Geógrafa de la Universidad Nacional de Colombia, 2010. Actualmente apoya en la Secretaría Distrital de Integración Social el desarrollo de la metodología cartográfica social en el proyecto Participación y Redes Sociales para los territorios sociales en Bogotá.
Dirección postal: carrera 73F n.° 60A-51 Sur, apto. 102. Bogotá.
Correo electrónico: magapete@gmail.com

Recibido: 31 de mayo del 2011. Aceptado: 29 de septiembre del 2011.
Artículo de investigación sobre la apropiación del espacio urbano de Bogotá por parte de miembros del pueblo indígena nasa.


Resumen

Esta investigación persigue comprender y analizar las representaciones de las dinámicas y los imaginarios del pueblo indígena nasa en el contexto urbano de Bogotá. A partir de la Investigación Acción Participativa, la cartografía social, la etnografía, el diálogo de saberes, la observación participante, los relatos de vida y los recorridos ambientales se incentivó la participación activa de la comunidad para registrar cómo percibe ella el valor simbólico del territorio. Se encontró que los indígenas nasa se apropian del espacio urbano al recorrer, nombrar y representar simbólicamente los lugares donde habitualmente interactúan, es decir, mediante el significado de sus representaciones espaciales, el uso de la jigra (un tipo de mochila típica de la región), la educación propia, los recorridos urbanos, los encuentros interétnicos o retornado intermitentemente a sus territorios de origen.

Palabras clave: cartografía social, investigación acción participativa (IAP), territorialidad nasa.


Resumo

Esta pesquisa pretende compreender e analisar as representações das dinâmicas e dos imaginários do povo indígena nasa no contexto urbano de Bogotá. A partir da Investigação Ação Participativa, da cartografia social, da etnografia, do diálogo de saberes, da observação participante, dos relatos de vida e dos percorridos ambientais, incentivou-se a participação ativa da comunidade para registrar como ela percebe o valor simbólico do território. Encontrou-se que os indígenas nasa se apropriam do espaço urbano ao percorrer, nomear e representar simbolicamente os lugares onde habitualmente interagem, isto é, mediante o significado de suas representações espaciais, do uso da jigra (um tipo de mochila típica da região), da educação própria, dos percorridos urbanos, dos encontros interétnicos ou retornado intermitentemente a seus territórios de origem.

Palavras-chave:cartografia social, investigação ação participativa (IAP), territorialidade nasa.


Abstract

The objective of this research project was to understand and analyze the dynamics and imaginaries of the indigenous Nasa population in the urban context of Bogotá. The active participation of the community was fostered through Participatory Action Research, social cartography, ethnography, knowledge dialogue, participant observation, life stories, and environmental field trips, in order to determine how they perceive the symbolic value of territory. Findings showed that the indigenous Nasa population appropriates urban space by moving through, naming, and symbolically representing places where they usually interact, that is, through the meaning of their spatial representations, the use of jigra (a type of bag, typical of the region), self-education, urban treks, inter-ethnic encounters, or periodically returning to their places of origin.

Keywords: social cartography, Participatory Action Research (PAR), Nasa territoriality.


Introducción

El pueblo nasa ha encontrado diferentes maneras de apropiarse del territorio urbano. Para entender esta dinámica es necesario remitirse a su origen, migraciones, contexto histórico y marco geográfico en el que interactúan, asimismo a la manifestación de sus formas de manejo, apropiación y representación espacial de la ciudad.

A continuación se describen las estrategias que usan los indígenas nasa para recrear su identidad en espacios que se convierten en lugares identitarios, concebidos de manera simbólica; entendiendo sus formas de construir territorio por medio del significado y uso de la jigra, de la conciencia de una memoria colectiva, de las formas de educación propia, de sus formas autónomas de gobierno y organización, de la realización de encuentros interétnicos, de la exigencia de sus derechos fundamentales en espacios de representación y de las maneras de relacionarse con la naturaleza en ambientes urbanos. Por último se exponen algunas consideraciones, resultado de la interacción con los indígenas en la ciudad.

Esta investigación ahondó en el significado de la presencia nasa en la ciudad, considerando su proceso de "resistencia cultural", en el que se rechaza toda forma de opresión. En este contexto, los indígenas luchan por mantener su identidad, en la que el territorio es un elemento vital, ya que les ha sido heredado ancestralmente. El abordaje conceptual se realizó desde la geografía humanista y la geografía de la percepción1; también se fundamento en el concepto de territorialidad e identidad con una perspectiva de lugar: "relaciones sociales cercanas construidas históricamente, como espacios vividos cada día que son a la vez conflictivos y contradictorios" (Montañez y Delgado 1998, 206), para entender las estructuras socio-espaciales presentes en la ciudad.

El 'lugar' es ese espacio donde se recrea la identidad y la vida cotidiana; para Fals Borda, es el bioespacio como el "reflejo de realidades vivas que aparecen como respuesta a procesos locales y regionales de desarrollo social, económico y político que vinculan actividades vitales de producción y reproducción con los recintos en que se ejecutan y de donde se derivan elementos de continuidad y diversidad cultural" (2000, 9). La construcción de lugares implica que se establecen relaciones interpersonales o vínculos simbólicos, materiales y afectivos que permiten sentir pertenencia; Yi-Fu Tuan (2001) argumenta que el uso e intercambio de palabras revela los lugares humanamente construidos.

Para entender la territorialidad nasa fue necesario abarcar las dimensiones políticas, económicas y simbólicas del territorio examinadas por Gómez y Ruiz (1999), destacando las formas de apropiación simbólica del territorio urbano. Los aportes de Rapapport (1989) para entender la conservación del territorio nasa, hacen énfasis en la defensa y posesión por medio de tres prácticas en la región: sembrar, observar y recorrer. Del mismo modo, la exploración que realizó Oslender en las comunidades negras de la región del Pacífico colombiano ha sido importante para este trabajo debido a su concepción de lugar como elemento constitutivo de la identidad colectiva, retomando el concepto de 'triespacialidad', planteado por Lefebvre, en torno al espacio percibido, concebido y vivido (Oslender 2002, 2). Estos y otros aportes conceptuales y experienciales permitieron entender la territorialidad nasa y la articulación de sus relaciones urbanas.

En este sentido fue fundamental preguntarse:

  • ¿Cómo es la construcción territorial para los indígenas nasa en Bogotá a partir de sus particularidades culturales?
  • ¿Cómo es la relación nasa-territorio en Bogotá?

Metodología

La Investigación Acción Participativa -en adelante, IAP- es la base conceptual de este estudio; a través de ella fue posible acercarse a las problemáticas sociales, entendiéndolas y generando propuestas de cambio para mejorar; los nasa se involucraron en la producción de conocimiento como parte de un proceso de cambio orientado a atender sus intereses y necesidades, y a incrementar así su capacidad de incidencia política. Para el caso particular, se examinaron las condiciones socioeconómicas, políticas, culturales y ambientales, y las concepciones, vivencias, experiencias, relaciones culturales y territoriales que recrean los nasa en el paisaje urbano. Desde la perspectiva de construcción social del territorio, el tema territorial y su enfoque ambiental han aportado a las políticas de ordenación del territorio ya que comprenden las interrelaciones presentes en el espacio, y, por ello, el valor de propuestas metodológicas de tipo participativo que contengan técnicas cualitativas de investigación como: recopilación de información en bibliotecas o en otras instituciones; obtención, realización y análisis de mapas y reseñas bibliográficas; descripción; recorridos; talleres; entrevistas a profundidad; relatos de vida; observación participante; etnografía en colaboración; trabajo de campo, y cartografía social. Estas técnicas son herramientas idóneas para el trabajo con comunidades debido a que son investigaciones en las que se indaga acerca de la experiencia cotidiana de las personas en diferentes tiempos y espacios.

La finalidad fue acercarse a la comunidad haciendo parte de algunos procesos, reconociendo diversos puntos de vista y abordando realidades y experiencias producto de las vivencias. Este acercamiento contó con la colaboración específica de dos núcleos población: por un lado, la Asociación Indígena Páez-Cabildo Nasa de Bogotá, que concentra sus acciones en el barrio Tintalito, de la localidad de Kennedy, donde funciona desde hace más de 10 años; y por otro lado, los integrantes de la Asociación Protierradentro, que son jóvenes provenientes de Tierradentro que viven en una casa del barrio Teusaquillo, estudian en diferentes universidades y comparten un espacio colectivo desarrollando acciones que fortalecen su identidad.

El trabajo de campo se realizó en Bogotá, durante un periodo aproximado de dos años, durante los cuales fue posible percibir la presencia nasa en la ciudad como una manera de construir nuevos escenarios y de trasmitir un legado ancestral y una historia de pensamiento propio. Por medio de la observación participante se pudo "detectar situaciones en que se expresan y generan los universos culturales y sociales en compleja articulación y variedad" (Guber 2001, 56) y, entre otras cosas, hacer parte del acontecer indígena en la ciudad. La participación en actividades cotidianas, como asambleas, fiestas, reuniones, concertaciones, caminatas, clases y visitas en las casas de los comuneros, fue fundamental para entender y hacer parte de la territorialidad nasa en la ciudad.

La cartografía social es un mapeo colectivo de realidades (construido culturalmente de manera participativa por las personas). Se empleó como metodología alternativa y, por medio de un ejercicio conversacional, se lograron encuentros y diálogos. Dicha cartografía es "un camino para el reconocimiento del mundo cultural, ecológico, productivo y político que se expresa en el territorio, también es un enfoque que nos invita a construir un pensamiento relacional para entender la vida y sus expresiones de una manera compleja" (García 2005, 3). El objetivo era usarla para construir conocimientos que se permearan con los contextos cotidianos y para que se revaloraran el significado y las representaciones del territorio. En los primeros talleres se realizaron ejercicios no condicionados, sin ningún referente documental gráfico o escrito, que consistían, básicamente, en dibujar el espacio urbano y las relaciones que allí se evidenciaban. Los talleres se organizaron por grupos; se usaron marcadores, colores y papel en blanco, en pliegos, dispuestos sobre superficies amplias para que se propiciara un dialogo horizontal. Este ejercicio de percepción requirió de dos horas por cada grupo; se les ofrecía una breve introducción a la cartografía, como ejercicio facilitador, y luego las personas debían plasmar en un plano el significado de sus relaciones con la ciudad. De este modo expresaron los elementos que constituyen su cotidianidad, al igual que describieron, localizaron y resignificaron culturalmente los lugares más importantes. Todo ello permitió distinguir los "mapas mentales" y las representaciones nasa del espacio urbano, para lo que los aportes hechos por Kevin Lynch, citado por Escobar Martínez (1992), acerca de las imágenes espaciales en la ciudad fueron de gran importancia.

Se pidió a los nasa que graficarán los hitos más importantes, es decir, los puntos de referencia que usan para orientarse, y también los nodos, que son núcleos centrales y están ligados a cruces de carreteras; las vías recorridas habitualmente; los límites, elementos lineales internos o externos que rompen continuidades, y los barrios, que en este caso son áreas que definen un sentido de pertenencia (Escobar Martínez 1992). Un elemento clave para el desarrollo de este ejercicio fue la socialización de los productos, en la que fue posible resaltar aquellas cosas más relevantes en el proceso cartográfico.

Como resultado del proceso de diálogo y categorización participativa, los nasa tuvieron un rol central en el trabajo investigativo (Rappaport 2007), en el que los avances fueron socializados personalmente y sus comentarios fueron incluidos en el texto. Gracias a esta herramienta (la interacción con los científicos sociales que hacen parte del desarrollo de este tipo de metodología promueve la incorporación de la dimensión humana junto con instrumentos técnicos, lo que permite avanzar en la comprensión de situaciones problematizantes, sus causas y posibles soluciones, a través de propuestas y acciones conjuntas) fue posible entender a los indígenas como personas enfrentadas cotidianamente a hechos comunes.

Territorio nasa

Los nasa2 viven bajo una organización social de tipo familiar, cultivan diversos productos en casi todos los pisos térmicos, hacen parte de una gran diversidad de grupos étnicos que hoy en día se encuentra en Colombia3 e históricamente han enfrentado flagelos como el genocidio, el desplazamiento y la violación de sus derechos fundamentales, en medio de un agravado conflicto interno. "Desde la época de la conquista desarrollan procesos de resistencia cultural, discursos de carácter histórico y acciones políticas para conservar su derecho ancestral al territorio" (Gómez y Ruiz 1999, 24). Entre otras practican la minga4, que es una antigua tradición de trabajo colectivo en la que se comparten actividades. Nasa Kiwe es su territorio, y es la base de su cultura, lo que reclaman:

Estamos hablando de nuestro origen, cuando nace un niño el cordón umbilical se siembra en el fogón para ligar la persona nuevamente con la tierra, para conectar con la historia de origen y asegurar que cuando crezca sea buen nasa y no sienta vergüenza de su territorio, para que haya legitimidad de reclamar lo nuestro. (Entrevista Inocencio Ramos, Consejo regional indígena del Cauca -en adelante, CRIC- 2008)

Los nasa se localizan en la región suroccidental del territorio colombiano, moldeada por la presencia de cordilleras andinas que configuran un paisaje de montañas y valles; zona de gran actividad geológica y de permanentes riesgos de tipo natural. Allí se reconoce su territorio ancestral, Tierradentro, lugar que históricamente han ocupado y que posee gran riqueza natural debido a la presencia del volcán Nevado del Huila5, el páramo de las Delicias, el páramo de Moras, (IGAC 1993), la laguna de Juan Tama6 y los cañones del Páez, Símbola, Ullucos, San Vicente y Malvasa o Negro de Narváez, que pertenecen a la cuenca del Alto Magdalena, los cuales hacen de Tierradentro una región muy dinámica y una de las más ricas hidrológicamente (figura 1).

De acuerdo con Gómez y Ruiz (1999), los nasa se han desplazado desde la selva húmeda tropical incluso desde antes del siglo XVI, distribuyéndose de manera dispersa, ocupando los Andes y habitando su territorio ancestral organizados familiarmente y gobernados jerárquicamente. Hacia el siglo XVII, la Encomienda7 fue implantada en esta región como modalidad de explotación. De la misma manera, la conformación de resguardos8 fue una herramienta para lograr la fragmentación socioespacial y ejercer un control social y económico. El posicionamiento de varios líderes indígenas hacia el siglo XVIII favoreció el reconocimiento de los cacicazgos de "Páez, Togoimá, Vitoncó, Toribio y Pitayó a través de la ejecución de las cédulas reales" (Fernández 1994, 4). En el siglo XIX la presencia de terratenientes caucanos perpetuaba las relaciones de dominación y control sobre la fuerza del trabajo y la tierra; el terraje obligaba a los indígenas a trabajar a cambio del permiso para vivir en sus tierras, cultivar, tener animales y poder entrar y salir del territorio (Findji 1993). Una característica bien definida era que las tierras de resguardo disminuían, en contraste con el crecimiento incansable de las haciendas terrajeras para el comercio de exportación.

En la Era Republicana se redujo significativamente el territorio ancestral y los nasa empezaron a incorporarse con rapidez a la vida urbana. El siglo XX fue una centuria de fuertes enfrentamientos y masacres debido a la política agraria moldeada en el momento; como resultado, la implacable violencia fue difundida en la zona por grupos armados. La organización indígena consolidó el CRIC, que floreció en 1971, para "recuperar, ampliar y unificar las tierras de resguardo, fortalecer los cabildos, no pagar terraje, hacer respetar las leyes sobre indígenas, defender la historia, lengua y costumbres indígenas y formar profesores bilingües" (Gómez y Ruiz 1999, 100). Estos momentos históricos, y las reivindicaciones en torno a la tierra -inducidas por Manuel Quintín Lame-, han venido marcando el proceso de lucha histórica por el territorio y por la recuperación de la cultura, que propende por retomar lo propio en torno a la comunidad, la familia, el territorio, la autonomía, la memoria, la autoridad y la solidaridad.

Territorialidad urbana

Debido al conflicto interno que se vive en el país desde tiempos históricos, la población se ha visto obligada a desplazarse de sus lugares de origen. Los indígenas no son ajenos a esta dinámica de movilidad espacial, encontrándose en una situación bastante compleja a su llegada a la ciudad ya que su identidad se marca dentro de un proceso de cambio (Bastos y Camus 2000). Algunos indígenas nasa migran desde sus lugares de origen a Bogotá por diversas condiciones, tales como: violencia política, desplazamiento forzado, asesinato, persecución, despojo, conflictos dentro de la comunidad o, simplemente, tras la búsqueda de mejores condiciones laborales y posibilidades de preparación académica en un ámbito más amplio.

En la ciudad los indígenas conservan un sentido de arraigo a su territorio ancestral y a sus autónomas formas de organizarse: "crean y desarrollan redes de interacción en la ciudad con sus comunidades de origen y recrean sus tradiciones culturales que los diferencian del resto de la población capitalina" (Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Educación 2010, 50).

Los nasa en la ciudad

La ciudad es percibida como un lugar de intensas relaciones sociales donde se puede acceder a mejores niveles académicos y económicos; es, además, un escenario conflictivo y caótico, pues existen particulares condiciones socioeconómicas, políticas, ambientales y de heterogeneidad cultural que aceleran los procesos de aculturación9. Tales condiciones marcan claramente la identidad nasa en un contexto urbano que se transforma y adquiere nuevos matices:

Nosotros buscamos la convivencia. Hay un camino bueno, el cual debemos encontrar. A nadie sin discriminar, a nadie sin dividir, sin equivocarlos. Todos trabajaremos unidos para el bienestar de todos. Los nasa tenemos una visión unida, pensada desde la cultura de los pueblos ancestrales, desde nuestros mayores, que nos dejaron su

legado. (Entrevista Cabildo Nasa de Bogotá 2009)

Se puede afirmar que los nasa llegan a Bogotá en un acto de reafirmación cultural, como forma de recrear su identidad, su memoria colectiva y sus acciones de control, manejo, cuidado, defensa y apropiación del espacio en diversos sentidos. El acontecer nasa en el contexto urbano se relaciona con su historia de lucha y de resistencia, con sus formas de reivindicación territorial, que se hacen evidentes cuando se trasladan a las ciudades y desde allí trasmiten un legado mitológico inscrito en la historias de sus luchas, que les ha sido heredado históricamente, como: el caso del legado del legendario cacique Juan Tama, en 1700, quien luchó para preservar la cultura a través de estrategias jurídicas y defendió así los territorios indígenas; las peleas frontales de la cacica Gaitana (1535-1550), quien gobernó varios territorios en el sur del país y asumió la defensa armada de los mismos contra los europeos - en particular, se rememora su lucha frontal contra Pedro de Añasco-, y hasta las reivindicaciones jurídicas del líder Manuel Quintín Lame, quien, en defensa de lo propio, resistió y defendió los derechos de los indígenas, basado en un accionar de autonomía, respeto, identidad, defensa cultural y territorial.

Territorio urbano

El territorio nasa es concebido ya desde el mito de origen, el cual recrea aquello que ha sido trasmitido por los antepasados. Esta noción cosmológica acerca del origen es bastante espiritual y sagrada, pues existe respeto y devoción a los tres mundos que se conciben y a la reafirmación de ser hijos de la estrella y del agua; es, además, territorial porque, a partir de la unión de los dos padres espirituales (Uma y Tai), nace Kiwe, que es el lugar donde actualmente habitan e interactúan los nasa:

Se habla de la unidad de dos seres creadores, Uma y Tai, de ahí empezó la procreación de mucha gente, personas sin cuerpo material. Ellos habitaron el territorio de arriba [...]. De tanta gente que fue abundando hubieron peleas internas, a chocarse entre hermanos, y ellos mismos dijeron: "así no podemos seguir, mejor pidámosle consejo a nuestros padres", y Uma y Tai les dicen: "ustedes son hermanos, no deben pelear, abrácense todos". Así que esas personas espíritus se abrazaron, y de este abrazo se fue formando una masa que se fue compactando, y hoy en día es la tierra que llamamos Kiwe; es de la unión del agua y de la estrella que nacemos el género humano, nosotros los nasa". (Entrevista Inocencio Ramos - CRIC 2008)
'Territorio' es el sitio donde nosotros nos ubicamos, es la lengua que hablamos, es compartir unos con otros, es esa unidad que hay. Territorio no es solamente ese pedazo de tierra, sino la comunicación, el contacto, la convivencia, en donde podemos estar día a día en unión los unos con los otros en trabajos de minga, en trabajo de fortalecimiento, todo esto es territorio para nosotros. (Entrevista Oliva Prado, Cabildo Nasa de Bogotá 2009)

En el territorio urbano tienen cabida las experiencias de la vida cotidiana, entenderlo es interpretarlo desde sus contradicciones, su dialéctica, su complejidad y desde procesos identitarios, resultado del desplazamiento histórico de un pueblo ancestral desde su territorio de origen. Este es el escenario donde se plasman identidades, vivencias, descripciones, sentimientos e imaginarios (Fals Borda 2000).

Bogotá es la principal receptora del fenómeno de movilidad y desplazamiento poblacional, allí los indígenas se encuentran dispersos y, cuando llegan, son recibidos por otros familiares, amigos o vecinos, quienes habitan en las periferias urbanas y barrios populares. La figura 2 es una aproximación de la distribución nasa en Bogotá, calculada en base al censo del cabildo nasa (cuantificando el número de personas por localidad), complementado mediante un ejercicio de cartografía subjetiva, llevado a cabo con los estudiantes de la casa Protierradentro. Se encontró que las localidades con mayor presencia de indígenas nasa son Suba, Kennedy, Usme, Bosa y Teusaquillo.

El cabildo nasa de Bogotá construye territorio

El cabildo es una institución que desde la colonia ha sido apropiada como mecanismo para resistir la anulación cultural; hoy en día es una figura que propende por los derechos indígenas y la conservación de los territorios ancestrales. En Bogotá, el cabildo nasa de Bogotá plantea su fortalecimiento como estrategia para resistir culturalmente, como sujetos colectivos, y proyectar su sentido identitario, comunitario y solidario a través de nuevas propuestas políticas; además se constituye en mecanismo para obtener una mejor calidad de vida en cuanto a salud, vivienda, educación y afirmación política (figura 3).

Es evidente la falta de reconocimiento colectivo por parte del Estado, ya que las leyes no garantizan la totalidad de los derechos políticos y territoriales para los indígenas nasa en Bogotá; el proceso administrativo del Ministerio del Interior y de Justicia no los reconoce aún como cabildo urbano, y esto "les quita espacios de participación y no les permite gozar de los derechos que constitucionalmente deberían tener" (Romero, Puche, Ochoa y Ruano 2009, 4). Esta negación influye en gran medida en la conservación de su identidad y de las tradiciones culturales en un contexto urbano: "La organización del cabildo es con el fin de apoyar a todo lo regional, y hemos encontrado el apoyo, somos una familia, somos hermanos, queremos la unidad, eso es lo que estamos buscando, fortalecer no criticar" (Entrevista Oliva Prado, Cabildo Nasa de Bogotá 2009).

Ante la negativa del Ministerio del Interior para que el cabildo fuese reconocido legalmente, la organización llevó a cabo diferentes encuentros de pueblos indígenas con el fin de organizarse para la defensa de sus derechos. El encuentro de pueblos, realizado para agosto del 2009 en el colegio La OEA, en Kennedy, buscó asociar a los pueblos indígenas de la ciudad y fortalecerlos culturalmente; siendo visto como un acto de reivindicación, se hicieron propuestas desde las mesas de trabajo, en las que se discutieron sobre temas territoriales, la educación propia, la discriminación de sus formas tradicionales, la lengua materna, la vivienda, la autoridad, los conflictos ambientales, la economía, la salud, la adecuada alimentación y la legitimidad indígena en los contextos urbanos:

El intercambio de conocimientos, el colorido, las formas más tradicionales, la diversidad, las maneras de construir, de participar, de realizar mingas de pensamiento se hacen en pro de fortalecer las redes solidarias de los indígenas en Bogotá, y es un esfuerzo propio de los pueblos por seguir unidos. (Entrevista Humberto Victorino, encuentro interétnico Secretaría Distrital de Integración Social - SDIS 2010)

El cabildo urbano es un lugar apropiado para el intercambio de discursos y de las prácticas que en él se llevan a cabo; las personas que acuden allí llevan una historia, una memoria y una experiencia de vida diferente y única. En este lugar se programan visitas, se discute, se aprende y se comparte con miembros de la etnia. Estos eventos fortalecen la identidad nasa en Bogotá; la ciudad es también vista como un escenario para obtener recursos económicos, para acceder a la educación y como un lugar político propicio para el diálogo y la concertación. Esta interacción se convierte en una forma de "reterritorializar" las identidades, de recrear nuevos escenarios, de buscar mejores condiciones laborales, académicas, económicas o políticas: varios jóvenes nasa estudian en diversas universidades e institutos capitalinos; otras personas del pueblo indígena trabajan en fábricas, empresas o en el sector informal, ellos construyen su territorio, ya que le imprimen al espacio un significado especial, y lo politizan con propuestas en un diálogo constante. Es así como la ciudad se convierte en un lugar propicio para el autorreconocimiento, para la configuración de nuevas identidades que expresan la razón de ser indígena nasa en la ciudad (Herrera 2002); es un espacio adecuado para relacionarse con los demás, para reivindicar el territorio ancestral, pero también para ser apropiado y recreado de manera única debido a la particular forma de ser ocupado.

Las representaciones espaciales, producto de la cartografía social, que se realizaron en el cabildo son la expresión de sus saberes, del uso y sus costumbres en la ciudad. Es evidente la importancia de la esfera ambiental, en la que los cerros orientales, las zonas verdes, los humedales o los ríos son considerados parte de la vida misma, pues es a partir del recorrido por estas representaciones que se expresan formas particulares de apropiación territorial y reivindicación cultural en el paisaje urbano (figura 4).

Protierradentro, un lugar colectivo

Protierradentro es una casa donde se congregan indígenas y campesinos provenientes de la región de Tierradentro, está ubicada en la localidad de Teusaquillo (calle 32 con carrera 15). Es allí donde conviven jóvenes estudiantes de diferentes universidades de la capital que han venido a la ciudad a ampliar sus expectativas y mejorar su calidad de vida. Los estudiantes permitieron ser entrevistados de manera abierta para indagar sobre temas generales hasta llegar al objetivo de la investigación; las preguntas fueron orientadas en torno a los sentimientos hacia sus lugares de origen: ¿cómo es?, ¿cómo vivían allí?, ¿por qué vinieron a la ciudad? y ¿cuáles son los lugares que más les gustan o les disgustan de la ciudad? La información obtenida se organizó en fichas según la clasificación Murdock (Sandoval Forero 2003).

La casa de Protierradentro es una escuela política, donde hemos empezado a adquirir una claridad política y asumir una posición frente a lo que pasa actualmente. La movilización no se logra de un momento para otro, es fruto de un trabajo grande. Pienso que así estamos representando el inconformismo de otras organizaciones sociales [...]. Aquí en la casa se ve la convivencia y poder trabajar juntos, tanto indígenas como campesinos, pues la posición no es neutra sino que busca la unidad. (Entrevista Gerardo Rivera, habitante de Protierradentro, agosto de 2009)

El reconocimiento de sujetos participantes en la construcción colectiva de conocimiento y la resignificación de procesos, saberes y acciones fueron posibles mediante una interacción dialógica con los indígenas en la ciudad, comprendida como el "principio, enfoque, referente metodológico y como un tipo de acción (Guiso 2000, 3). Esta práctica permitió valorar la diversidad en un ejercicio donde lo simbólico, las creencias, las identidades, las experiencias, los lenguajes y las memorias cobran gran valor, pues tienen en cuenta diferentes formas de comprender el mundo.

Existe una apropiación del espacio desde Protierradentro ya que allí se reivindica el territorio ancestral a través de la memoria, del manejo colectivo de las actividades, del significado que posee este lugar, de las fiestas tradicionales, o por el retorno intermitente a los territorios de origen. A través de la cartografía social estos jóvenes describieron el significado de los espacios con los que interactúan cotidianamente, definiendo las dinámicas de apropiación al dibujar su casa como una jigra que contiene todo el saber, la cosmovisión, el conocimiento y la concepción sagrada que unifica a este pueblo en un mismo sentir.

Protierradentro es una extensión de nuestro territorio, Tierradentro, aquí intentamos vivir organizativamente como vivimos allá y asumir las tareas conjuntamente, en solidaridad, en colectividad, generando unidad para preservar el territorio y la cultura. Como nasas, queremos irradiar esos principios de vida, el interés de colectivizar y la conciencia de lucha, de dignidad y de identidad. (Entrevista Delio Hernán Trujillo, habitante de Protierradentro 2009)

En la casa Protierradentro se realizan mingas de pensamiento, en las que están presentes las preocupaciones colectivas, como el territorio, la educación, la organización y la cultura; se incorporan las esferas de lo político, lo económico, lo ambiental, lo cultural y lo recreativo, reproduciendo un proceso que traen consigo desde sus territorios. Las representaciones urbanas y las expresiones colectivas en la asociación son importantes para la construcción de territorio porque permiten la conservación de la identidad, la consecución de proyectos urbanos y la participación activa.

Relatos memorables

La memoria se refiere al registro mental de la vida, el origen y los saberes; es un sentimiento que emana desde el corazón (Yule y Vitonas 2004). La memoria colectiva refuerza la identidad como pueblo ancestral, y es rescatada con base a las narraciones nasa:

Soy del resguardo de Yaquivá, en Tierradentro. En el resguardo donde vivo pasaba el camino nacional en la época de la Colonia, que conecta al sur con el centro del país; por ese camino empezaron a pasar los blancos, los criollos, y el Gobierno decreta en su momento que, por el tema de colonizar, se puede tomar tierra al lado y lado del camino [...]. Desde que llega la Conquista, los nasa vivían en los valles del Huila, Cauca y Tolima, donde nace el río Magdalena, y sus riberas, tierras muy fértiles. La madre en ese momento era de todos, producía de todo; luego viene la Conquista, llega la invasión, y es a raíz de la resistencia que hemos logrado quedarnos en Tierradentro, donde actualmente vivimos. (Entrevista Delio Hernán Trujillo, Protierradentro 2009)

En estas historias se distinguen como elementos comunes: el intercambio de productos, el rechazo a las formas de dominación y su carácter organizativo, ya sea porque estas situaciones se han vivido, se han escuchado o han sido trasmitidas de generación en generación. La irrupción de la Colonia en las formas tradicionales de conocimiento, reafirmación y organización socioespacial ha impregnado la conciencia nasa, siendo una constante el reclamo de tierras y del respeto a habitar y conservar el territorio ancestral. Cuando miembros de la comunidad nasa en Bogotá recuerdan el lugar de origen, mencionan que la variedad de pisos térmicos promueve el intercambio de productos como plátano, fríjol, auyama, guineo, papa, fique, café, yuca, naranja, maíz, queso, coca e infinidad de plantas medicinales; la biodiversidad de allí les asegura la vida misma, y sus formas más tradicionales de producción reivindican y reproducen sus propias lógicas.

La memoria de los lugares donde han vivido los nasa les sirve de referente para construir el territorio desde la imaginación y la memoria. La reivindicación colectiva del territorio de origen se hace a través de las historias, los rituales, los relatos, la música, los mitos o las leyendas; es el espacio concebido y la representación del espacio mental construido por abstracciones lógicas y formales, expresado a través del lenguaje, que representa la utopía y la visión, la imaginación y lo creativo (Soja 1996).

La jigra

La jigra es una mochila usada como elemento de trabajo para recoger lo que brota de la huerta, cargar la coca para mambear, trabajar y pensar. Es tejida por las mujeres, quienes desde muy niñas aprenden a hacerla; representa el útero, y por ende, el lugar de donde se proviene, el lugar que se añora, pues ahí se creció, se aprendió, y todo ello se guarda en la memoria.

En la cohetandera o jigra se tejen las escaleras que es el trajinar de nuestra vida, lo más alto, que es la cúspide, y el descenso, que no es de caída sino es el principio, pues vuelve y da la rotación. Si unimos las dos partes, se hace el rombo, que son los pasos que damos; tenemos el poder pero volvemos a descender y volvemos a tenerlo, es algo que no tiene fin. Para arriba es lo mismo que para abajo. (Entrevista Mauricio Puchinga, Cabildo Nasa de Bogotá 2009)

La jigra o cohetandera constituye un fuerte elemento de identidad porque representa la cosmovisión; a través de ella se cuenta el origen mítico y la lucha indígena (figura 5).

Educación propia

La Escuela de Formación Indígena es un proyecto llevado a cabo por los comuneros del cabildo. Ha sido apoyado por algunas universidades y la Alcaldía Menor de Kennedy. Con ella se busca reafirmar los valores de la cultura indígena en la ciudad ya que educar, para los nasa, es un acto de asociar, añadir o completar lo que falta (Yule y Vitonas 2004). La educación propia es una manera de defender lo propio y es un mecanismo de reafirmación cultural, que se constituye en una estrategia de fortalecimiento cultural; es "una forma de apropiar la escuela y lograr una relación directa de esta con la empresa comunitaria, con la tienda comunitaria y con el cabildo" (Ramos y Rojas 2005, 6). La comunicación y el aprendizaje de la lengua materna buscan fortalecer la identidad étnica en la ciudad. El nasa yuwe (boca de los seres) se basa en el poder que posee el intercambio de las palabras y en cómo estas frases construyen lugar (Tuan 1991).

Los números en nasa son: 1 tech, 2 enz, 3 tekj, 4 panz, 5 tang, 6 tjeeng, 7 tjang, 8 taw, 9 tjemb, 10 ksemba, 100 jiuk, 1000 jiuk wala. Así como envolvemos el tejido, también envolvemos nuestro pensamiento, eso nos enseña a defender lo propio, lo nuestro, e identificar con quién se vive, para qué se vive y en dónde; por eso se debe educar. (Entrevista Cabildo Nasa de Bogotá 2009)

El uso del nasa yuwe en el contexto urbano es un reto para la organización indígena, pues no existe un mecanismo institucional que garantice esta reproducción cultural en Bogotá. La escritura también presenta diversos desafíos pues, a pesar de que existe una propuesta unificada para el uso de la lengua, existen diversas formas de enseñarla. En la ciudad, el proceso educativo es un elemento que transforma y unifica la cultura pues mantiene un vínculo de respeto e intercambio con los demás actores sociales, interesándose en las cuestiones ambientales y en los procesos organizativos, y de este modo "busca conjugar estos aspectos como reafirmación de lucha partiendo desde el conocimiento ancestral, desde la cosmovisión y la forma de vida comunitaria" (Ramos 2009, 25). Todo ello es una estrategia política, ya que inserta el espacio escolar en la vida comunitaria a través del Proyecto Educativo Cultural (PEC)10.

La reivindicación del territorio por medio del uso de la jigra y la consecución de procesos autónomos, como la educación propia, constituyen el espacio percibido, ya que estas "prácticas espaciales están asociadas con las experiencias de la vida cotidiana y con las memorias colectivas de formas de vida diferentes, más personales e íntimas" (Oslender 2002, 14). Estos procesos recrean la identidad nasa en la ciudad.

Lugares identitarios

Con la llegada a las ciudades, los indígenas sienten que sus raíces territoriales y las particularidades culturales de sus territorios de origen se deterioran (Gupta y Fergusón 2008). Pese a esta situación, la interacción con nuevos escenarios les recrea lugares imaginados y construidos simbólicamente, "lugares donde se plasma la vida cotidiana" (Fals Borda 2000, 14). Desde esta perspectiva (las experiencias convierten cada lugar en espacios únicos), en Bogotá tiene lugar la cotidianidad indígena, como un territorio apropiado, caracterizado por "el papel primordial de la vivencia y la posibilidad de desplazamientos frecuentes" (Giménez 1999, 31).

Es muy complejo pensar que territorio es solo allá, donde uno sembró, el ombligo. Se sabe que se es hijo de la tierra, independiente de dónde se tiene la casa; para nosotros este no tiene límite, sino que uno mismo es el territorio porque donde estemos somos hijos de la tierra, donde estemos somos territorio. (Entrevista Inocencio Ramos - CRIC 2008)

Producto de las representaciones espaciales que se obtuvieron en los talleres de cartografía realizados en Bogotá, están las cartografías temáticas que se encuentran a continuación. Los mapas de la ciudad imaginada revelan los lugares que son apropiados por los nasa en Bogotá, que son espacios vitales donde se expresan diferentes puntos de vista, donde se redefinen territorialidades y donde se fortalece su identidad étnica (figura 6).

Aquellos lugares identitarios, como el cabildo, la escuela San Pedro Claver, el centro social AMAR, las casas de los comuneros y Protierradentro, son recreados a partir de un sentido comunitario y de autorreconocimiento. Los lugares de socialización son aquellos donde los nasa interactúan con diferentes estilos de vida y de pensamiento; en estos espacios ellos se encuentran con otros colectivos, individuos o instituciones, y realizan propuestas, como también acuden a ampliar sus conocimientos o a reclamar sus derechos. Lugares como las universidades capitalinas, las bibliotecas públicas, la alcaldía local de Kennedy o la Plaza de Bolívar son recreados desde la lógica indígena, pues la acción colectiva inserta en ellos facilita sus propias formas organizativas. Los cerros orientales y los humedales son lugares sagrados, considerados como fuentes de vida que merecen especial cuidado; en estos lugares se encuentra gran diversidad bilógica y plantas usadas para la medicina tradicional de los nasa:

Yuú tashs, plantas de agua; jung tashs, buchón de agua, para hacer baños de riqueza; fitju tuca es el palo bobo; cela tashs es laurel; shumbu tashs es la uchuva, buena para la visión; vira vira, chochos para el mal de ojo, es buena protección; platanillo, juki pland; eka tashs es la achira; hay platanillo del diablo o borrachero y es ech pland; mbatz es cabuya o fique; la jaba india es tashs kpuun; hay quinua, usada como cereal; manzanilla, yuú patu, que es el pato acuático. (Entrevista Jorge Iván, humedal de la Chucua de la Vaca 2009)

Las plazas de mercado son revaloradas al ser fuentes de empleo para muchos comuneros y espacio para la provisión de alimentos en la ciudad. En la figura 7, los truenos de color rojo simbolizan el poder organizativo indígena en la ciudad: el CRIC, la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), la ONIC y la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), en el centro histórico de la capital, son lugares apropiados desde las lógicas nasa, pues estas instituciones propenden por los derechos, el territorio, la educación, la cultura y la autonomía. El territorio de los espíritus es muy importante porque en este lugar se conecta la palabra y la cultura, desde allí se produce una comunicación con los dioses, se acude para mirar el tiempo o armonizar las actividades cotidianas mediante la realización de eventos rituales en los cerros orientales y en los humedales capitalinos:

Los cerros son para nosotros los sitios de conocimiento. Los rituales que se hacen con los niños en su primer corte de pelo, los médicos traen plantas que siembran en el cerro para que los niños crezcan sanos, fuertes e inteligentes. Entonces hay ritualidad que nos va enseñando a nosotros cómo estos sitios son tan importantes. (Entrevista Inocencio Ramos - CRIc 2008)

A partir de lo anterior, puede considerarse que el territorio apropiado por los nasa en Bogotá es la ciudad imaginada, que es un lugar recorrido, nombrado y apropiado desde las lógicas indígenas. Es posible afirmar que 'la ciudad imaginada' es aquel espacio vivido que representa las "formas de conocimientos locales y menos formales; son dinámicos, simbólicos y saturados con significados, construidos y modificados en el transcurso del tiempo por los actores sociales, la construcción de estos escenarios en el contexto urbano hacen parten de la espacialidad vivida en ellos, de la historia que poseen o de una relación dialéctica con las formas de representación espacial dominantes" (Oslender 2002, 2).

El territorio lo constituyen las vivencias y sentimientos, siendo parte de la vida individual y colectiva. Es ese lugar donde se evidencian relaciones de poder; también es un escenario de reivindicación, confrontación o concertación, es un espacio en constante transformación y un campo relacional. Para Giménez (1999) el territorio es apropiación y, además, valoración instrumental del espacio por su carácter geopolítico o económico y simbólico, por su base cultural en la que se evidencian identidades.

Conclusiones

Los nasa llegan a Bogotá en un acto de reafirmación cultural y como una forma de recrear su identidad étnica, su memoria colectiva y su territorialidad11. Lo hacen a partir de la apropiación simbólica y material de los lugares, recorriendo, nombrando y representando simbólicamente los lugares donde habitualmente interactúan.

A través de esta investigación se encontró que los nasa ejercen territorialidad desde espacios como el cabildo, la escuela, las casas de los comuneros, los cerros orientales, los humedales, las plazas, los parques y las universidades; lo hacen realizando rituales, congresos, celebraciones, mingas de pensamiento, narraciones y recorridos urbanos. Igualmente, recrean su memoria colectiva, la educación propia y revitalizan su lengua materna a partir de la representación simbólica del territorio urbano, mediante la ejecución de prácticas que los cohesionan con estos espacios; todo ello es visto como un mecanismo de apropiación territorial.

Usando la cartografía social con miembros del pueblo nasa en Bogotá se identificó una apropiación del espacio urbano a través de la realización de sus prácticas rituales, de la venta y comercialización de productos, de la reapropiación de sus tradiciones culturales, de la realización de encuentros interétnicos y de las prácticas de reconocimiento territorial. Estas relaciones presentan diversos matices, como la participación en eventos de la vida social urbana, el aprendizaje y la capacitación para hacerle frente a las dificultades que viven dentro de sus comunidades. Como proyecto cultural ello es una forma de reivindicación, ya que el pueblo indígena se encuentra dentro de un proceso de resistencia.

Es posible afirmar que la territorialidad nasa en Bogotá contiene elementos identitarios que, vistos desde una perspectiva de lugar, se articulan con la trilogía espacial planteada por Oslender, basándose en Lefebvre, acerca del espacio percibido, concebido y vivido. Los nasa sienten arraigo a su territorio ancestral, se identifican con los elementos de su cultura y se apropian de los espacios como mecanismos de reivindicación. Bogotá, como un lugar apropiado desde las lógicas indígenas, es aquel espacio de interacción donde se han establecido vínculos simbólicos, subjetivos y afectivos; según Tuan (2001), es donde se establecen relaciones interpersonales o vínculos simbólicos, materiales y afectivos que hacen sentir pertenencia.

Es evidente la conciencia política del acontecer indígena en un contexto urbano ya que tiene que ver con su historia de lucha y de resistencia, pero también con un proyecto político viable, en el sentido comunitario, como una forma de identidad colectiva, exigiendo, reclamando y uniéndose a otros sectores sociales, como estudiantes, trabajadores o sindicalistas, para protestar por las políticas de privatización y monopolio de las economías, las culturas y los espacios.

A través de este trabajo fue posible entender la territorialidad nasa en Bogotá y cómo se articulan sus relaciones urbanas. De esta manera el territorio fue analizado hacia dentro, como mecanismo de consolidación de un proceso cultural, y hacia fuera, teniendo en cuenta procesos de reivindicación política del territorio ancestral. La IAP fue esencial en el entendimiento de las formas de recrear la identidad por parte de los nasa en la ciudad; por medio del trabajo colectivo fue posible la resignificación cultural nasa, a través de procesos participativos en los que la reflexión identitaria e histórica se preocupó por la educación, la cultura, la salud, la organización y el uso y manejo de los recursos. Visto de este modo, la construcción de territorio es una relación que evidencia identidades y acciones de tipo organizativo, educativo, social y de pensamiento.

Se espera que con este trabajo puedan delinearse políticas y brindar soluciones para mejorar las condiciones de vida, recuperar la identidad étnica y el espacio territorial de los pueblos ancestrales en los contextos urbanos, acciones que deben ser enmarcadas en un plan de vida propio, bajo la mirada particular de los indígenas.


Pie de Página

1La base fundamental de la geografía humanística es el existencialismo de Sartre, para quien el sujeto se define únicamente en la existencia; y la fenomenología de Husserl, que privilegia la intencionalidad de la conciencia, la atención en las vivencias y el papel de la subjetividad (Delgado 2003). La geografía de la percepción se revaloró en este trabajo pues ayudó a entender las experiencias de las personas respecto a los lugares cercanos mediante un análisis de las representaciones y las relaciones que constituyen la vida cotidiana, profundizando en la cartografía cognitiva, "que comprende un reconocimiento de elementos espaciales percibidos" (Escobar 1992, 48).
2Significa gente y todo lo que tiene vida.
3Según la Organización Nacional Indígena de Colombia -en adelante, ONIC- (2008), los nasa hacen parte de los ciento dos pueblos ancestrales localizados en el territorio colombiano.
4Es una forma de cohesión social, económica y comunitaria para agradecer a la madre tierra por el alimento.
55.750 msnm, que representa la mayor altura de esta zona.
6En la mitología nasa es el lugar de donde provienen, la casa del trueno, donde se refrescan las varas de mando en los cabildos cada año, antes de entregar el mando.
7Institución que permitía a los encomenderos recibir impuestos por los trabajos que los indígenas debían tributar a la Corona, pagados en especie o en servicios personales. El español podía adueñarse de las cosechas para venderlas; trabajaban incluso las mujeres y los niños.
8Institución de origen colonial, heredada de España, conformada en un territorio determinado donde habitaba población indígena con título de posesión colectiva.
9La aculturación señala procesos asimétricos de intercambio.
10Su antecedente es la Ley General de Educación n.° 115, artículo 73 de 1994. El reivindicar la escuela y la vida comunitaria es su estrategia, práctica social donde se involucra a todas las personas que hacen parte del proceso.
11Son acciones de control, manejo, cuidado, defensa o apropiación del espacio en diversos sentidos: político, simbólico, económico, etc.


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