EDITORIAL

Discurso dado por la doctora Clara Eugenia Escobar, Decana de la Facultad de Odontología de la Universidad de Antioquia, en la celebración de los 25 años de la revista

Con enorme satisfacción, y en nombre de toda la Facultad, les doy gracias por venir hoy a celebrar el 25° aniversario de la Revista Facultad de Odontología Universidad de Antioquia.

Quienes se ocupan de esas lecturas, han planteado que todo lo que nace ocupa un lugar en la construcción de la sociedad humana y contribuye a su permanencia.

Pienso que la revista se erigió para construir la historia de la facultad a través de la publicación de su quehacer científico y cultural. Sabemos que la investigación científica y tecnológica es de paciencia y dedicación, y que los investigadores se empeñan en buscar conocimientos nuevos, en aportar a la transformación, no solo de la disciplina y de la profesión, sino de la sociedad. De allí que sus resultados merecen salir a la luz pública, para que otros los puedan aprovechar en beneficio de todos.

De igual manera, la cultura se construye con acciones cotidianas que se van tomando la dinámica social. A los odontólogos nos reconocen por ciertas maneras de hacer las cosas, de esta forma educamos a nuestros estudiantes.

Esa labor, la de investigar, la de escribir, la de enseñar, es un trabajo que se construye y se soporta en los profesores de la facultad, en su afán de dar a conocer sus ideas, su forma de percibir e interpretar el mundo.

El conocimiento científico cambia a ritmos cada vez más acelerados y registra un impacto innegable en la vida cotidiana. Puede decirse que hoy somos lo que la ciencia ha querido hacer de nosotros. Eso es lo que llamamos desarrollo, no solo en términos materiales, sino en la manera de percibir e interpretar el mundo.

De ahí que se plantea que el pensamiento va hacia nuevas concepciones sobre los hombres y las mujeres, sobre la sociedad y sus instituciones.

Los odontólogos, como académicos y profesionales, no somos ni podemos ser ajenos a esa realidad, no podemos esperar que el mundo nos pase por delante. Debemos abrir nuestra vida, transformarla. ¿Y qué más acertado que hacerlo desde nuestra profesión, aquella que hace años decidimos estudiar para realizar nuestro proyecto de vida? La odontología es una manera de ver e interpretar el mundo, porque es allí donde queremos realizar nuestros sueños y expectativas.

La investigación, la controversia científica, la información y el cúmulo de saberes se pasean a diario en la facultad; el afán, el dinamismo de sembrar las inquietudes y la avidez en un sitio que fuera -y queremos que lo sea de nuevo- referente para la profesión, hizo que el sueño de la revista llegase a ser realidad. Se había creado un medio de comunicación para difundir todo ese conocimiento en la sociedad.

No es utópico colaborar para construir una sociedad diferente en la que las relaciones entre los seres humanos y la de estos con el entorno, tuvieran como base la ciencia, la nueva ciencia llamada a alimentar nuevos horizontes físicos y espirituales.

Se tenía que divulgar el conocimiento e interesar a los profesionales para que compartieran los frutos de su labor. La cooperación para dar a conocer lo que se iba investigando beneficia a todos y hace crecer el número de odontólogos, buscadores del conocimiento, con la incorporación de nuevos saberes y nuevas tecnologías.

Es en ese contexto como la Facultad, hace más de 25 años, consideró que debía sembrar su semilla en la profesión odontológica, compartiendo sus conocimientos, reflexiones y temas para contribuir al desarrollo de la sociedad desde la competencia de nuestra disciplina, la salud bucal.

Así, en 1989, sale a la luz la Revista de la Facultad de Odontología, que tuvo como antecedente el Acta Clínica Odontológica, resultado de un trabajo gremial de la época, que se convirtió posteriormente en Temas Odontológicos, órgano conjunto de la Sociedad Odontológica Antioqueña y la Facultad de Odontología. Su dirección estaba a cargo de los doctores Javier Echavarría R. y Julián Cadavid G. Su publicación era trimestral, en formato revista, con distribución gratuita. Ya como Revista Facultad de Odontología Universidad de Antioquia, su primer editor fue el doctor Gabriel Tobón Cambas, posteriormente el doctor Fabio Becerra Santos, quien logró incluir la revista en el Publindex de Colciencias, en Categoría C. El actual editor, Julio Roberto Saldarriaga Molina, continúa con el trabajo de la revista y la clasifica en categoría B y luego en A2. Hoy es la revista de odontología con la clasificación más alta en el país, y una de las pocas en Iberoamérica. Tiene un Comité Editorial y un Comité Científico conformado, cada uno, por 10 miembros, el 60% internacional y la mayoría con título de doctorado. Publica semestralmente un promedio de 8 artículos derivados de investigación, revisiones de literatura y casos clínicos, en español e inglés, con evaluación por pares, en su mayoría externos, con título de maestría o doctorado.

La historia nos muestra que ha tenido un significativo número de lectores, lo que hace que sea una obligación moral seguirla publicando.

La revista está abierta siempre para aquellos que deseen aportar al desarrollo de la disciplina y de la profesión, pero no son los únicos que en ella inciden; también hay otras personas que son menos conocidas pero que juegan un papel imprescindible, trascendental en esta tarea: todo el equipo de trabajo, el comité editorial, el comité científico, los evaluadores de textos. Y cómo no nombrar, aunque sea de manera anónima, las secretarias, los auxiliares y todos aquellos que aportan su granito para que hoy podamos estar de plácemes.

En esta historia, los aquí presentes, los muchos ausentes, los primeros y los recién llegados, han sido necesarios para posibilitar la creación de esta revista y su permanencia a lo largo de 25 años. Unos han aportados sus saberes, otros apoyaron con su amistad, su comprensión y su afecto.

Otros, los lectores, objetivo principal de la revista, han servido de estímulo para persistir en el empeño, gracias a su receptividad e interés.

Hoy las nuevas realidades del siglo XXI nos demuestran que estábamos en lo cierto. Nunca tuvo la humanidad tantas razones para poder construir un mundo mejor, a partir de una nueva consciencia, liderada por muchas personas mayores pero, sobre todo, por los jóvenes. Una conciencia que habla de respeto, dignidad, justicia y solidaridad.

Por todo ello, con alegría y con agradecimiento, les hemos reunido hoy aquí, espacio en el que regularmente se comparten tantos conocimientos y tantas experiencias, para celebrar los logros y para darles las gracias a todos los familiares, amigos y lectores.

Confiamos en todos, sobre todo en la juventud de hoy, y los animamos a darle su sello: la especie y la sociedad humana siempre han sabido que tienen un futuro pero que es su responsabilidad construirlo.

Una vez más quiero agradecer a todos los presentes por acompañarnos en el día de hoy.

Gracias.

Clara Eugenia Escobar G.

Decana