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Investigación y Desarrollo

Print version ISSN 0121-3261

Investig. desarro. vol.20 no.2 Barranquilla July/Dec. 2012

 

DISCURSOS AMBIENTALES: UNA MIRADA HISTÓRICA A LA CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO
DEL PNN KATÍOS EN COLOMBIA Y SU ZONA DE AMORTIGUACIÓN

Environmental Discourses: A Histórical Look at the Configuration
of the PNN Katios Territory in Colombia and its Buffer Zone

Mónica Pérez Marín

Profesora e Investigadora de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Candidata a doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia, magíster en Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá) y licenciada en Filosofía de la Universidad de Antioquia.
Dirección: Calle 67 n° 53-108, Bloque 12, Oficina 111. Ciudad Universitaria, Universidad de Antioquia. Medellín (Colombia). perezmoni2000@yahoo.com

Fecha de recepción: agosto 3 de 2011
Fecha de aceptación: febrero 15 de 2012


Resumen

Este artículo intenta identificar y caracterizar desde una perspectiva histórica "los discursos ambientales" que se han construido y han circulado alrededor de lo que actualmente conocemos como Parque Nacional Natural en Colombia, particularmente sobre el PNN Ka-tíos. Se defiende la idea de que dichos discursos se han construido, propagado, institucionalizado y legitimado como medio y factor dinamizador de un discurso más amplio que hemos denominado "discurso del desarrollo".

Palabras clave: Discursos ambientales, Historia ambiental, Parque Nacional Katíos, Darién, Regímenes de Representación y Desarrollo.


Abstract

This paper attempts to identify and characterize, from a histórica!perspective, "the environmenta! discourses" that have been createdand have circulated on what we now know as National Parks in Colombia, specifically on the PNN Katios National Park. The research argues that such discourses have been constructed, propagated, institutionalized and legitimized as a means and dynamic factor in a broader discourse we have called "development discourse."

Keywords: Environmenta/ discourse, environmental history, Katios National Park, Darien, representation and development regimes.


Introducción

La discusión teórica que actualmente se viene desarrollando en Latinoamérica sobre el tema ambiental se estructura a partir de tres frentes de trabajo: las teorías y los métodos de la historia ambiental latinoamericana; el estudio de las interrelaciones entre expansión territorial, bienes de exportación y nuevos conocimientos entre 1870 y 1930; y finalmente, la lectura cultural de la historia ambiental (Gallini, 2009).

Autores provenientes de distintas escuelas de pensamiento como Flórez (2000), Guimares y Barcena (2002), Ángel (2003), Palacio, González, Yepes, Carrizosa y Palacio (2001) y Palacio (2002) han insistido desde mediados de la década de los noventa en que es preciso re-direccionar los estudios que actualmente se vienen desarrollando sobre medio ambiente hacia el campo de la política y la cultura, ya que los problemas ambientales se han explicado a partir de teorías hegemónicas provenientes de las ciencias naturales -especialmente la biología y la ecología-cejando por fuera los aportes de las Ciencias Sociales y Humanas. La invitación consiste, entonces, en abordar los temas ambientales desde modelos alternativos en los que se supere la idea de que los problemas ambientales solamente pueden ser explicados desde los modelos técnicos y económicos. Escobar, Álvarez y Dag-nino (2001) nos dan pistas teórico/metodológicas para avanzar en este sentido cuando proponen que pensemos la política desde dos perspectivas: "de la cultura a la política cultural" y "de la política cultural a la cultura política".

Desde la primera perspectiva -de la cultura a la política- se pretende superar la definición tradicional de la cultura como un bien estático, "engastado en un conjunto de textos, creencias y artefactos canónicos" (Escobar, Álvarez & Dagnino, 2001, p. 19), tratando de visibilizar y desenmascarar las prácticas culturales cotidianas que configuran la política a través de construcciones colectivas que dan origen a nuevas producciones de significados y a la reconstrucción de relaciones sociales inéditas. La segunda perspectiva -de la política cultural a la cultura política- centra la atención en la lucha por la significación y el reconocimiento; de esta manera, "los significados son elementos constitutivos de procesos que implícita o explícitamente buscan dar nuevas definiciones de poder social" (Escobar, Álvarez & Dagnino, 2001, p. 26).

Inspirados en estos presupuestos, que se remontan a los Estudios Culturales2, nuestra investigación intenta identificar y caracterizar "los discursos ambientales" que se han construido y han circulado alrededor de lo que actualmente conocemos como Parque Nacional Natural en Colombia, especialmente alrededor del PNN Katíos. La investigación parte de la hipótesis de que estos "discursos ambientales" se han construido, propagado, institucionalizado y legitimado como medio y factor dinamizador de un discurso más amplio: el discurso del desarrollo3, que ha tenido como interlocutor y soporte a la modernidad.

Para el caso concreto de la zona de estudio, donde se encuentra ubicado el PNN Katíos, estos discursos no pueden ser analizados dejando de lado el tema del "conflicto armado", que mediante desplazmientos, confinamientos, amenazas y atentados ha intentado debilitar y romper los procesos organizativos y comunitarios de los grupos étnicos que viven en la zona de amortiguación del PNN Katíos; casos emblemáticos de estos sufrimientos son las comunidades de la cuenca del río Cacarica y la comunidad indígena de los cuna-tule, ubicados en la zona de Arquía, cerca de Unguía.

La revisión de la literatura realizada hasta fecha sobre "medio ambiente" y "conflicto armado" en la zona en el PNN Katíos, unido al trabajo de campo4, nos ha comenzado a mostrar que los "procesos comunicativos y mediáticos"5 han jugado un papel central en la "resistencia" de estos pueblos; adicionalmente hemos encontrado evidencia de que estos procesos no solamente han contribuido a la "divulgación" y "visibilización" de sus discursos sino que también han ayudado a reconfigurar sus procesos identitarios, organizativos y comunitarios en el afán de supervivencia y de retorno a sus territorios, apoyándose en los mecanismo participati-vos que les ha dado la Constitución de 1991 (Colombia, 1991).

De acuerdo con Arturo Escobar (1996), el discurso del desarrollo "debe ser visto como un régimen de representación, como una "invención" que resultó de la historia de la posguerra y que desde sus inicios moldeó ineluctablemente toda posible concepción de la realidad y la acción social de los países que desde entonces se conocen como subdesarrollados" (p. 14). Los regímenes de representación están asociados con un determinado orden que el discurso produce, en los cuales se identifican unos "modos permisibles de ser y pensar al tiempo que descalifican e incluso imposibilitan otros" (p. 23).

En este punto es importante precisar que la mayor parte de las investigaciones que se ha realizado sobre medio ambiente y sobre la historia ambiental en Colombia6 han analizado los fenómenos desde una perspectiva lineal, resaltando el carácter evolutivo de la misma; este punto de vista ha imposibilitado la emergencia de otros relatos y de otros discursos que den cuenta de su comple-jidad7. En este sentido, nuestra investigación intenta actualizar y complementar las versiones que se han tenido sobre la historia ambiental colombiana a partir de otras fuentes de información, en las cuales se evidencie la diversidad de posiciones y puntos de vista que se tienen -y se han tenido- sobre la naturaleza, el medio ambiente y la reciente figura de Parque Nacional Natural en la zona del Darién colombiano.

Metodología

Esta investigación está inscrita en una perspectiva cualitativa, con la cual intentamos dejar de lado la pretensión de cuantificar toda realidad humana; a cambio de ello, hemos privilegiado el estudio del contexto, la función y el significado de los actos humanos (Martínez, 1996). El proceso investigativo se ha apoyado en datos cuantitativos de otros estudios e investigaciones, rescatando aquellos elementos claves para la comprensión de los procesos estudiados; sin embargo, nuestra investigación ha privilegiado una postura que asume la realidad como una construcción "subjetiva" que resulta de la socialización e interacción en contextos espacio -temporales delimitados.

Esta mirada supone entonces una entrada etnográfica que ha intentado prestar especial atención a las prácticas comunicativas; de acuerdo con Tezanos (1998), la inserción del investigador en la cotidianidad del otro, durante el tiempo que fuere necesario, es crucial para compenetrarse de la esencia del "movimiento del todo social". Esta mirada es complementada por Woods (1998), para quien la etnografía es una correspondencia entre teorías, métodos (diarios de campo, encuestas, observaciones, entrevistas, conversatorios, talleres, historias de vida) y procedimientos de la vida cotidiana. Desde esta visión, los participantes en la investigación no se presentan de modo inmediato a los investigadores; también ellos son construidos a través de una relación con los sujetos que investigan. Esta relación de confianza, proximidad, acompañamiento, y hasta complicidad, hace posible profundizar en las formas de construcción de sentidos y maneras de abordar las problemáticas de parte de las comunidades.

En cuanto a las técnicas de investigación empleadas en el proceso investigativo8, hemos empleado las siguientes:

a. Análisis documental:

- Estado del arte de la historia ambiental en Colombia.

- Revisión de prensa sobre temas ambientales y conflicto en la zona de Urabá.

- Revisión del archivo del PNN Katíos que se encuentra ubicado en el Centro de Documentación de la Oficina de Parques Nacionales en Bogotá.

- Revisión de los productos comunicativos de los diferentes actores, sitios en internet, comunicados de prensa, etc.

b. Trabajo de campo:

- Entrevistas semiestructuradas: con los representantes de las organizaciones y/o actores.

- Estudios de casos: la indagación se ha concentrado en dos casos de estudio, uno con una comunidad afrodescendiente y otro con una comunidad indígena. El estudio de casos es una forma de organizar datos sociales, de modo que se conserve el carácter unitario del objeto social que se está estudiando (...) casi siempre esta forma de proceder incluye el establecimiento de dicha unidad que puede ser una persona, una familia u otro grupo social, un conjunto de relaciones o procesos (Goode & Hatt, 1980).

Este texto retoma los resultados obtenidos en el análisis documental.

Contexto histórico y regímenes de representación sobre el territorio en la zona del pnn katíos: una mirada a los hallazgos

El PNN Katíos se encuentra ubicado en el paso biológico entre el norte y el sur de América. Limita por el este con la línea fronteriza que separa a Colombia de la República de Panamá; por el nordeste con el río Peye; por el oeste y norte con la margen derecha del río Atrato, que incluye una porción del Tapón del Darién y la Ciénagas de Tumaradó; por el sur con el caño Gumercindo y los ríos Pe-rancho y Cacarica; el Parque tiene jurisdicción en los municipios de Ungía (2 %) y Riosucio (63%, en el departamento de Chocó) y Turbo (35%, departamento de Antioquia), (PNN, Planes de Manejo, 2005). El PNN Katíos se creó mediante el Acuerdo 037 de 1973, con una superficie de 52 000 ha, y mediante el Acuerdo 016 del 25 de junio de 1979 se amplió su superficie a 72 000 ha. Geográficamente se ubica al noroccidente del país, entre los 7° 42' y los 7° 56' de latitud norte y entre los 77° 03' y 73° 19'de longitud oeste (Azobional, 1988). A principios de la década de los 70, los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia acordaron crear zonas de manejo de la región del Darién básicamente con dos propósitos: protección ecológica y como filtro natural para la propagación de la fiebre aftosa a Centro y Norteamérica (PNN, 2005).

La historia del Darién9 se puede "dividir en cuatro grandes periodos: la conquista española, el dominio de la nación Cuna, la reconquista del Darién por parte de la República, y finalmente, el siglo XX con sus dinámicas económicas y el proceso de pobla-miento" (David, 2003, p. 28).

A continuación pasaremos a explicar los "regímenes de repre-sentación"10 a partir de los cuales se han articulados los discursos ambientales en lo que hoy denominamos PNN Katíos; si bien este ejercicio de análisis sigue una estructura cronológica, es importante precisar que lo que nos ha interesado es captar los núcleos a partir de los cuales se crea y construye un determinado orden en el ámbito del discurso; en el cual se identifican unos "modos permisibles de ser y pensar al tiempo que descalifica e incluso imposibilita otros" (Escobar, 1996, p. 23). Así mismo, este se constituye en "un espacio intersubjetivo y un espacio de deseo, en tanto el sujeto depende del reconocimiento de otros sujetos" (Rojas, 2001, p. 29); al tiempo que se constituye en un modelo alternativo de interpretación histórica, en el que se puede estudiar más nítidamente los vínculos entre los actores y sus representaciones.

El Darién en la época de la Conquista:
una mirada mítica y fantástica

Se cree que la región del Darién fue la puerta de entrada para los primeros pobladores de América del Sur hace 20 000 años, convirtiéndola desde entonces en un área estratégica para las Amé-ricas. Los antiguos habitantes de la zona de Urabá fueron los indígenas cuna, pescadores y navegantes, quienes pertenecen a la familia lingüística chibcha; estos fueron forzados a abandonar el área por los embera-katío, quienes habitaron posteriormente la zona e inspiraron el nombre del parque, PNN Katíos,

en el momento de la llegada de los españoles -el Darién- era ocupado por diferentes grupos indígenas con costumbres, estructura social, económica y política propia, junto con una red de intercambios y una relación propia con el entorno; de estos el más importante es el grupo de los Cuevas (...) en sus fronteras se encontraban los Tules o Cunas al sur del río Atrato y el mar Pacífico, los Urabáes al oriente en la culata del Golfo de Urabá, y grupos diversos al occidente en el Chame panameño (David, 2003, p. 28).

Los escritos que antecedieron los primeros viajes hacia América y las primeras crónicas "estuvieron plagados de una mirada mítica y fantástica asombrada por la exuberancia y exotismo de la naturaleza"; estos relatos estuvieron alimentados por los mitos que "habían creado las culturas medievales y renacentistas en Europa acerca de las tierras que ellos desconocían más allá del mar" (Flórez, 2000, p. 31). En la zona que actualmente conocemos como Katíos,

los españoles buscaban los grandes tesoros del templo consagrado a la diosa Dabeiba, que según la fama, poseía mucho oro. Conforme a las creencias de los indígenas, Dabeiba fue una hermosa mujer que enseñó a los indígenas a cultivar la tierra, fabricar telas y construir bohíos. Desde el cerro León, Dabeiba se elevó al cielo convirtiéndose en la diosa de los indígenas antioqueños. Desde allí presidía los fenómenos de la naturaleza como la lluvia, el rayo, los terremotos, el huracán y las tempestades. A ella los indígenas le consagraron el templo más rico en oro existente en las nuevas tierras descubiertas (Ocampo, 2001, p. 165).

En la carta del 20 de enero de 1513 Balboa cuenta al rey de España que

en esta provincia del Darién hay descubiertas muchas y muy ricas minas; hay oro en mucha cantidad; están descubiertos veinte ríos; treinta que tienen oro salen de una sierra (...) Yendo este río Grande [de San Juan] arriba treinta leguas sobre la mano izquierda entra un río muy hermoso 'grande' yendo dos días por el arriba estaba un cacique que se dice Devaive (Dabeiba) es muy grande señor muy grande tierra y muy poblada de gente, tiene oro en mucha cantidad en su casa (... ) dícenme muchos indios que lo han visto que tiene este cacique Devaive ciertas cestas de oro (... ) este cacique Devaive tiene grande fundición de oro en su casa, tiene cientos de hombre a la cantina que labran oro (...) sobre el mar Pacífico, dícenme que la otra mar es muy buena para navegar en canoas porque está muy mansa a la continua (... ) yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad muy gordas (Carta de Vásco Núñez de Balboa al rey de España, 20 de enero de 1513).

La primera ciudad española continental fundada en el territorio más cercano a lo que hoy conocemos como PNN Katíos fue Santa María la Antigua del Darién, la cual contó con una

efímera vida al ser fundada en 1510 y abandonada en 1524, debido a los ataques de los indígenas y la fundación de Panamá, que pasó a ser la capital de la provincia Castilla de Oro. Con la conquista por parte de los españoles de otros territorios como Panamá y el pacífico sur, se pierde interés por el territorio del Darién, quedando en la postración administrativa y el aislamiento geográfico desde entonces, pasando a ser simplemente un área de comercio y usufructo de sus recursos por medio de la extracción (David, 2003, p. 28).

Durante el tiempo que los españoles permanecieron allí, su interés estuvo centrado en la extracción del oro, a través de los métodos del

rancheo, el rescate y la esclavización de indígenas para trabajar en las minas, lo que generó un gran genocidio; la aguerrida resistencia de los indígenas y las enfermedades traídas por los españoles diezmaron la población amerindia a tal punto que sólo quedaron a la salida de los españoles de la región el 3 % de la población indígena original (David, 2003, p. 28).

El periodo en el que funcionó como centro administrativo la ciudad del Darién trajo como resultado una reconfiguración del territorio gracias al mestizaje, al desplazamiento territorial de los grupos indígenas y a la llegada de unos nuevos habitantes, los negros:

este hecho, el de la esclavitud negra, es uno de los aspectos más importantes de la reconfiguración del Darién y de la nacionalidad colombiana en general, constituyendo un fenómeno singular a escala mundial, en cuanto refundación cultural a raíz del traslado masivo de población entre continentes; configuración marcada por procesos de aculturación y sincretismo de prácticas religiosas, económicas y políticas, generadas por la presión de la conquista española (David,2003, p. 28).

La mayor parte de los esclavos en la zona del Chocó pertenecían a amos de la Provincia de Popayán; de acuerdo con Colmenares (1979), para 1711

catorce propietarios payaneses, muchos de ellos ausentistas, poseían un poco menos de la mitad de los esclavos que trabajaban en el Chocó, en concurrencia con otros propietarios procedentes de Cali, Carta-go, Anserma, Toro, Santa Fe y residentes permanentes en la provincia. Entre estos propietarios payaneses se destacaban dos familias, la de los Mosqueras y la de los Arboledas (p. 145).

Para 1759 se presenta en la zona de Chocó el fenómeno de las grandes cuadrillas de negros, al igual que en las provincias de Nóvita y Citará; en la historia de Colombia esta época se conoce como el "segundo ciclo de oro" (Colmenares, 1989). La mayor parte de la explotación aurífera se sostuvo

con mano de obra esclavizada ante la ausencia de mineros libres e independientes; por eso, desde un comienzo, la gente negra esclavizada va a ser primordial en la vida económica del Chocó, y sobre todo si se entiende que en esta región todas las actividades, tanto agrícolas y comerciales, estaban supeditadas a la minería esclavista (Mosquera, 2001).

En el siglo XIX se presenta la manumisión11 de los esclavos, que comienza legalmente con la Ley de Libertad de Vientres promulgada en 1821; sin embargo, para ser libres, sin condicionamientos de ningún tipo, los esclavos tendrían que esperar hasta el primero de enero de 1852. Luego de lograr la libertad, los que fueron esclavos y sus descendientes decidieron quedarse en esta zona organizados en cuadrillas de mazamorreros independientes, combinando la extracción de oro con la pesca y la agricultura, siempre desde asentamientos ribereños sobre el curso principal del río Atrato o en la parte baja de sus afluentes.

El poblamiento de los territorios por parte de las comunidades negras e indígenas presenta algunas diferencias en las cuales es importante detenernos. Para las comunidades negras, de acuerdo con Leal y Restrepo (2003), la familia está constituida por una amplia red de parientes que se conoce como "familia extensa",

es común que en determinada sección de un río, manglar o playa, predomine una familia, que suele ser fundadora. Los fundadores son los descendientes de los primeros pobladores de un caserío o una vereda. Además los lazos parentales, el compadrazgo, forma de parentesco ritual ha jugado un papel central (... ) existen varias modalidades de compadrazgo asociadas con diferentes rituales (pp. 27 y 28).

Esta particularidad ha permitido que los grupos de parientes hayan sido

la base para establecer las relaciones de trabajo en las minas de canalón, y también, han sido importantes para construir las cuadrillas de corteros, pescadores, leñadores y concheras. Las relaciones de vecindad también han sido relevantes en la conformación de los grupos de trabajo. El peso de las relaciones de parentesco y de vecindad ha facilitado el uso de formas asociativas de trabajo (p. 28).

De otro lado, las comunidades indígenas de los embera y los cuna, de acuerdo con Vargas (1993), han estado acostumbrados a "vivir dispersos o nucleados de acuerdo a las condiciones sociales del momento. Su relación con el entorno está dada en relación con su cosmovisión y en dónde según el eje de los ríos se distingue entre el mundo de arriba y el de abajo" (p. 41). A diferencia de las comunidades negras, que temen a la selva, los indígenas embera y los cuna conocen detalladamente "los distintos caminos de la selva, las plantas y animales están presentes en sus representaciones y sueños" (p. 41).

Es importante anotar que aún en nuestros días esta región sigue rodeada por un manto de misterio, dándole una connotación mítica y utópica al territorio, al conservarse el imaginario de que allí existe siempre la posibilidad de que algo grande ocurra (David, 2003).

Los relatos de viajes: sistematización de la naturaleza como naturalización de la autoridad

El estudio de la Historia Ambiental, para Flórez (2000) y Palacio et. al (2001), comienza, en estricto sentido, en América con los relatos de viajes de Cristóbal Colón, quien dejó en sus crónicas y diarios de viaje información acerca de las primeras impresiones que tuvieron los españoles de la naturaleza y sus pobladores. En un segundo momento, estos estudios fueron complementados por los relatos elaborados por Humboldt12, en los cuales se plasmó una mirada del mundo anclada a la convención europea decimonónica de la dualidad Civilización vs. Barbarie, desde la cual se construyó y legitimó una "identidad" en la que se observa -se controla y gobierna- y una "otredad" que tiende a ser exótica y pintoresca por ser extraña, desconocida (Londoño, 2003).

Esta hipótesis es trabajada y desarrollada en mayor detalle por Pratt (1992), quien afirma que estos discursos construyeron y legitimaron, desde dos narrativas, la expansión europea, que se puede rastrear, de un lado, en la historia natural, que estuvo presente en todas las narrativas de viajes en la segunda mitad del siglo XVIII, y de otro lado, en una narrativa de vanguardia capitalista, que llegó a Latinoamérica después de la Independencia, a mediados del siglo XIX. La sistematización de la naturaleza contribuyó a una naturalización de la autoridad y la presencia global de Europa; así mismo, "el encuentro con la naturaleza, como constructo ideológico, permitió la reapropiación y organización del planeta desde una perspectiva europea unificada" (Rojas, 2001, p. 55).

En los relatos de José Celestino Mutis el estudio de la naturaleza

es motivado al comienzo por el interés científico, luego por las posibilidades económicas que esa naturaleza le representa y al final, ambos parecen abandonar al narrador del texto, quien opta por el silencio. En el momento de salir de España a su viaje por América, el narrador habla con la autoridad que le da su fe en la ciencia y en el conocimiento y la enorme confianza en que Europa debe revelar la naturaleza americana a la mente ilustrada. En la tercera parte del texto, hay un narrador ausente, la primera persona ha desaparecido y la vigilia y el sueño de las plantas son su único motivo de desvelo (Pérez, 2002, p. 30).

Volviendo a nuestro lugar de estudio, podemos decir que los españoles estuvieron muy interesados en conquistar la zona del Darién apelando a cualquiera de los argumentos explicados en los párrafos anteriores; sin embargo, la resistencia de los indígenas de la zona del Darién impidió continuar tal propósito, obligándolos a salir. En el siglo XVII los cunas emigraron del Atrato Alto y Medio por las presiones recibidas por parte de los emberas -quienes, a su vez, se encontraban presionados por los españoles-; desde entonces se inició el periodo llamado de "dominio de la nación Cuna" en la zona del Darién, que se extendió durante los siglos XVII y XVIII.

Despensa y fuente infinita de recursos

De acuerdo con Leal y Restrepo (2003), la zona del Darién desde el periodo de la colonia ha sido percibida como una "gran despensa", razón por la cual se desde ese entonces se consolidó un modelo económico de carácter "extractivo" de la

que se han tomado diversos productos naturales para venderlos más allá de los límites regionales. El caso de la madera, en la segunda mitad del siglo XX, es apenas una parte de esta larga historia. A finales del siglo XIX y principios del siglo pasado se recolectaron semillas de la palma tagua y látex de árboles de caucho para venderlos en los mercados de Estados Unidos y Europa. Durante los años cincuenta y sesenta se tumbaron cientos de manglares rojos para extraer el tani-no de su corteza que fue utilizado en las curtimbres del país. En la década de los ochenta, y hasta hace pocos años, se enlataron cogollos de la palma de naidí para el deleite de los paladares franceses. Pero la extracción de recursos naturales en el Pacífico colombiano no comenzó con la venta de productos del bosque. Durante la Colonia, la minería del oro marcó el inicio del uso de la región como despensa natural (p. 1).

Los cuna ejercieron el control político-administrativo por fuera del sistema de la Colonia con un idioma propio; sus territorios para el siglo XVIII se extendieron casi hasta el Sinú, el golfo de Urabá, una parte de la desembocadura del río Atrato y el León, y todo lo que hoy conocemos como el Darién panameño. Durante este periodo de tiempo, los cunas establecieron

relaciones comerciales con ingleses, franceses e irlandeses, con lo que se da una densa red de comercio en la Costa Caribe, cuya característica es la alianza, al tener ambos grupos (europeos e indígenas) un enemigo común: los españoles (David, 2003, pp. 29 y 30).

A finales del siglo XIX, de acuerdo con el historiador local Luis Vélez,

debido a la demanda mundial y a los altos precios que ostentó el cacao, colonos procedentes de Riosucio se asentaron en Sautatá13, entre ellos el cartagenero Juan Carlos Olier, quien montó una finca llamada "Las Delicias" con 400 ha, cultivadas en coco, café, cacao, caucho, tabaco, caña dulce, arroz, ñame, yuca, plátano, árboles frutales y una ganadería muy prometedora; hacia el interior de Sautatá, Mr. Greyer, hijo de un empresario de Filadelfia, después de haber fracasado en la concesión para la construcción del ferrocarril Urabá-Medellín, estableció una hacienda ganadera y agrícola denominada "Yankulumbia"; "yankie en Colombia" le decían los nativos. Los Abuchar, tíos de los Meluck, fueron los primeros sirios que se establecieron en el Chocó. Don Miguel Abuchar hacia el año 1893 inició en Sautatá una finca denominada "La María", época en la que ya se había configurado un caserío en el sitio a orillas del río Atrato. La Ordenanza 42 de 1896, expedida por la Asamblea del Cauca, trasladó la cabecera municipal de Riosucio a Sautatá. En 1899 Salomón Abuchar, hermano de don Miguel, recibió en concesión nacional tierras baldías contiguas a "La María"; en 1900 conformaron una sociedad denominada "Abuchar Hermanos", la cual compró a Juan Carlos Olier la finca "Las Delicias", escritura 236 de 10 de noviembre de 1900, Notaría de Cartagena, Archivo Histórico de esa misma ciudad; también compraron la hacienda "Yanculumbia", de Mr. Greyer, y las parcelas de algunos de los colonos. Las labores iniciales de los Abuchar se centraron en el desmonte y explotación de la madera, trabajo dirigido por el boli-varense Campo Elías Medina (Programa Radial, Pasaporte Antioquia, Emisora Cultural Universidad de Antioquia, dirección general Beatriz Helena Mejía, 10 de diciembre de 2007).

Para Leal y Restrepo (2007), el Bajo Atrato, zona en la cual se encuentra ubicado el PNN Katíos, ha sido el área más importante de extracción maderera de Colombia debido a que en esta zona se encuentran los "cativales",

la fase inicial de la industria maderera en el bajo Atrato comienza con la instalación de los aserraderos pioneros en las primeras décadas del siglo. En esa fase, además de la madera aserrada, se presentaba un flujo de madera en bruto con destino a Cartagena y Barranquilla. En 1913 había aserríos en Quibdó, Riosucio, Sautatá con capacidad entre 6 y 10 mil pies cuadrados diarios (...) el aserrío más importante era el de Sautatá. Esta empresa, propiedad de las familias siriolibanesas Abuchar y Meluck, se hizo conocida por su ingenio azucarero, que fue percibido por la instalación de un aserrío y una fábrica de muebles que se mantuvo hasta que el ingenio azucarero fue cerrado en la década del cuarenta (pp. 62 y 63).

Navarro (2008) complementa el relato precisando que

la hacienda durante la primera década de 1900 se fue diversificando en los negocios y además de las actividades agrícolas estableció un alambique, un aserrío y una fábrica de muebles, pertenecientes a la naciente "Empresa agrícola de Sautatá". En 1919 los hermanos Abu-char, dueños de la mayor parte de la empresa (junto con sus primos turcos los Meluck), en compañía de inversionistas puertorriqueños, realizaron el montaje de un ingenio azucarero, que operó entre 1920 y 1944 en medio de las dificultades y la inestabilidad económica regional (.) concluida la actividad azucarera de Sautatá, la tierra fue usada como potreros (p. 3).

¿Área "traslapada" o de "superposición"?

Marta Herrera (2009) sostiene la tesis de que el ordenamiento espacial además de reflejar estructuras de significado más complejas y cifradas crea mundos, crea realidades que pasan desapercibidas por los sujetos, "un determinado ordenamiento del espacio, que es incorporado en la experiencia del individuo desde su más tierna infancia, termina por ser para él ordenamiento natural de las cosas y no uno de los tantos ordenamientos posibles" (p. 1). Un ejemplo de esta percepción o de esta "naturalización" se encuentra en la idea de muchos de los habitantes de la Nueva Granada de que los ríos habían sido puestos "por natura" para dividir jurisdicciones.

En este sentido, para Herrera (2009), el proceso de planear, ordenar y controlar el espacio debe ser susceptible de estudios más detallados en los cuales se intente dar cuenta de los conflictos y las luchas sociales desde la cotidianidad. Esta mirada solamente es posible cuando, de un lado, reconocemos que existe una estrecha relación entre el ordenamiento espacial, el ejercicio del poder14 y los mecanismos para confrontarlo y, de otro, cuando somos capaces de generar reflexiones a partir de evidencia empírica de cómo el problema que estudiamos guarda una estrecha relación con la esfera económica, social y política.

A partir de un estado del arte de las investigaciones que han dado cuenta del ordenamiento espacial en el siglo XVIII, la autora encuentra que la mayor parte de los estudios se han centrado en las ciudades y las villas, dejando de lado los asentamientos nuclea-dos rurales -pueblos de indios, parroquias y sitios, considerados casi por definición como no urbanos-; y generalmente cuando son abordados "se han estudiado fundamentalmente en su relación con la gran propiedad -haciendas, latifundios y plantaciones"(Herrera, 2009, p. 2).

El enfoque teórico metodológico trabajado por Rojas (2001) y Herrera (2002, 2009) se cruza directamente con una mirada crítica de la historia en la que se cuestiona la idea de una comprensión única y la posibilidad de una mirada global de los acontecimientos; en la misma línea de Foucault (1983), estos proyectos le apuestan a desenmascarar la idea de que

una sola historia global que sólo reconoce una visión del mundo, un sistema de valores y una civilización. La historia global presupone que la misma historicidad trabaja igualmente para todas las instituciones sociales y produce el mismo tipo de transformaciones (Rojas, 2001, p. 25).

El modelo económico de carácter extractivo que ha caracterizado la zona en la cual se encuentra localizado el PNN Katíos ha traído como consecuencia, desde la época de la Conquista, la apropiación del territorio; recordemos que la población indígena, específicamente los embera,

decreció debido a las duras condiciones de vida, los españoles se habían afianzado a partir de la consolidación de la hacienda y la adecuación de las redes comerciales. Además afrochocoanos esclavos y la creciente población mestiza reemplazaron la mano de obra indígena (Vargas, 1993, p. 42).

La dinámica de poblamiento español generó un conflicto de intereses entre el ordenamiento territorial que tenían las sociedades nativas -embera y los cunas- y los centros poblados españoles como San Sebastián de Urabá, Santa María la Antigua del Darién, Panamá, Toro, Santa Fe de Antioquia y la provincia de Popayán. Este conflicto, que debe ser nombrado como "superposición", de territorios de acurdo con Vargas (1993),

ha sido un hecho olvidado por la historiografía tradicional, y es que mientras los españoles respaldados en el cristianismo se apropiaron nominalmente de parte del continente, los nativos como naciones independientes, mantenían de hecho sus territorialidades y formas tradicionales; por esto la ocupación española debe verse como un proceso que adquirió características particulares en las diferentes regiones en relación a la reacción de los nativos (p. 43).

De acuerdo con Juan Houghton (2008), es importante diferenciar entre los conceptos de "traslape" y "superposición", ya que el primer concepto, común en la literatura colombiana, se usa

para referirse a las áreas que son designadas al mismo tiempo territorios indígenas y áreas protegidas. Tal término hace referencia consciente a la supuesta coexistencia de dos figuras jurídicas que se intersectan en tanto tienen igual fuerza y nivel jurídico, supuesto al cual nos oponemos. Por ello se utiliza el concepto de superposición de áreas protegidas sobre territorios indígenas, que explicita de mejor manera la situación jurídica y política de ambas (p. 3).

Yellowston, precursor de la figura del Parque Nacional Natural en Colombia

El concepto de Parque Nacional Natural, precursor del discurso de medio ambiente, surge en Estados Unidos de América durante la expansión del Lejano Oeste. En 1872 el Congreso de Estados Unidos utilizó por primera vez la denominación Parque Nacional para reservar y separar cualquier impacto de colonización y ocupación humana de 899 139 ha, en el curso superior del río Ye-llowstone (Wyoming), "dedicado y establecido como un parque público o lugar de esparcimiento para el beneficio y placer de la gente" (Rummenhoeller, 1995, p. 65). Con esta nueva denominación, los territorios de los indígenas Shoshoní, Crow y Blackfeet no solamente dejaron de ser los centros sagrados para su hábitat y supervivencia se transformaron en parcelas destinadas a la agricultura, la ganadería extensiva y obras de infraestructura. Con este nuevo discurso, además de complacer el deseo de las élites de disfrutar de espacios para el ocio y el descanso, se buscó disponer de un nuevo dispositivo de control, una nueva "excusa" para tener el dominio y garantizar el progreso económico de la nación.

Con el argumento de proteger y preservar algunos "escenarios superlativos, flora y fauna de trascendencia nacional para que el público en general lo disfrute y pueda beneficiarse si es puesto bajo control público" (Rummenhoeller, 1995, p. 66), se inicia una confrontación inédita de muchas aristas, que dará origen a algunos de los conflictos ambientales que hoy conocemos. En 1940, los representantes de casi todos los países suraméricanos suscriben en Washington la "Convención sobre la protección de la naturaleza y conservación de la fauna silvestre en el hemisferio occidental". Colombia firmó dicha convención en 1941.

En 1948 se expide en Colombia la Ley 52, con la cual se declara a la Serranía de la Macarena como la primera Reserva Nacional Natural, adscrita administrativamente a la Universidad Nacional de Colombia. Diez años más tarde, en 1958, se crea la Comisión de Parques Nacionales (CIPN), y en 1968 se crea el Instituto Nacional de Recursos Naturales -INDERENA-, que manejaba los recursos naturales y el medio ambiente a nivel nacional. Su liquidación fue ordenada por la Ley 99 de 1993, que es llamada la Ley del Medio Ambiente, creada por el Ministerio del Medio Ambiente; las funciones del INDERENA fueron asumidas por las corporaciones creadas en todo el país en virtud de la Ley 99 de 1993.

El PNN Katíos fue creado mediante el Acuerdo de la junta directiva del INDERENA 37 del 10 de septiembre de 1973 y aprobado mediante Resolución ejecutiva 172 del 6 de agosto de 1974, con una extensión de 52 000 hectáreas. Mediante la Resolución ejecutiva 239 del 12 de septiembre de 1979 se incrementó su área a 72 000 hectáreas. De acuerdo con la revista Espacio Común de Parques Nacionales de Colombia (1986), "la situación de tenencias de la tierra se encuentra totalmente concluida y legalizada ya que el instituto terminó de cancelar en 1983 todos los predios particulares existentes en el área del Parque" (PNN, 1986, p. 14).

Teniendo en cuenta su posición estratégica y la calidad de los ecosistemas del PNN Katíos, la Unesco lo declaró en 1994, en Tailandia, como Sitio de Patrimonio Mundial debido a su gran oferta de bienes y servicios ambientales como Sumidero de CO2, regulación hídrica, protección contra la erosión, conservación y protección de la diversidad biológica y cultural, recreación, educación ambiental y turismo.

De acuerdo con las versiones oficiales de los medios de comunicación colombianos, el PNN Los Katíos ha sido incluido en la lista de parques en peligro por la Unesco, desde junio de 2009, debido a la tala ilegal de árboles maderables y a la presencia de la etnia wounnan, que cada día exige un mayor número de recursos del parque (El Espectador, 28 de junio de 2009).

En el pasado Congreso Nacional de Áreas Protegidas, celebrado en Bogotá entre el 27 y 29 de octubre de 2009, en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, gran parte de las conversaciones formales e informales giraron en torno a dicha declaratoria por parte de la Unesco; la mayor parte de los asistentes, funcionarios de Parques Nacionales, académicos y estudiosos de los temas ambientales se encontraban alarmados por la situación del Parque; sin embargo, cuando tratábamos de indagar un poco más sobre las dimensiones de la problemática se agotaban las palabras y todo se reducía a la tala ilegal de los árboles y a las consecuencias que podría traer dicha deforestación.

De otro lado, la información oficial suministrada por la Oficina de Parques Nacionales Naturales y respaldada en el Plan de Manejo 2005-2009 del Parque Katíos (PNN, 2006) reconoce los siguientes problemas como prioritarios en el Parque:

la inestabilidad en el orden público de la región por acción de actores armados ilegales -conflicto armado, allí se incluyen todos los grupos al margen de la ley como la guerrilla y los paramilitares-; la sobre explotación del recurso pesquero (captura de individuos con tallas irreglamentarías, artes de pesca irreglamentarias), los sistemas mo-noproductivos a gran escala (plátano, palma africana, ganadería); la extracción forestal irracional por empresas madereras en la región; la cacería con fines comerciales que genera deterioro en las poblaciones de especies con importancia comercial, tanto al interior como en la zona de influencia del Parque; falta de sostenibilidad financiera que afecta directamente la plataforma de soporte a la gestión técnica, administrativa, operativa y financiera; vacíos de información con respecto al estado y presión de los valores OC (Objeto de Conservación), no se tiene un plan de investigación y una estrategia de monitoreo; déficit en el número de personal para el manejo del área; debilidad en la articulación de los niveles de planificación de lo local a lo regional; proceso de sedimentación y colmatación de las ciénagas de Tumaradó; extracción selectiva de especies forestales de importancia comercial al interior del PNN Los Katíos; estrategias de manejo insuficientes; cacería de subsistencia; vertimiento de residuos a los cuerpos de agua; ampliación de la frontera agrícola; incendios forestales provocados y obras de canalización de humedales (pp. 212 - 214).

Fuente de empleo y progreso

El desarrollo de una economía ganadera y bananera a comienzos del siglo XX "creó una poderosa élite empresarial, protegida por el Estado y alentada por la cultura paisa; una especie de ética calvinista" (Molano, 2007, p. 73). Esta economía en crecimiento llevó a que muchos campesinos y trabajadores se desplazaran a la zona con el anhelo de encontrar mejores condiciones de empleo en las fincas de los medianos y grandes empresarios; estos trabajadores, a instancias de la izquierda, se unieron para reclamar mejores condiciones de empleo y oponerse a la explotación laboral creando los primeros sindicatos en la zona; un ejemplo de ello fueron Sintrainagro, Sintrabanano y la Unión de Bananeros de Urabá, conocida también como Uniban. Con los años estas organizaciones se fortalecieron y comenzaron una gran confrontación con los empresarios de la zona, donde "los paros en las fincas, las huelgas regionales y las movilizaciones cívicas chocaban con las políticas empresariales que burlaban los derechos laborales e imponían bajos salarios" (Molano, 2007, p. 73).

La llegada de la guerrilla a la zona fortaleció la organización sindical, logrando que

la izquierda y los sindicatos llegaran a controlar la mayoría de los concejos y de las alcaldía municipales. La derecha se vio gravemente amenazada. La fuerza pública se mostraba incapaz de controlar dentro de la ley a los movimientos de protesta, por lo que el atropello de los derechos humanos fue imponiéndose como política para debilitar las demandas sindicales y cívicas (Molano, 2007, p. 73).

El fenómeno paramilitar surge en 1985 cuando la Unión Patriótica triunfa en las elecciones; esta situación lleva a la conformación de organizaciones clandestinas de derecha como una justificación por parte de los gobiernos de una

organización armada de grupos civiles, que por lo demás era un recurso convencional de la guerra. En el fondo la idea era armar a los civiles -que por su carácter social estuvieran más cerca de la población- para controlar las regiones más rebeldes y hacer la guerra sucia, lo que por ley estaba vedado (...) la nueva política expulsó a mucha gente a zonas baldías sin ley o hacia ciudades carentes de servicios por el inusitado crecimiento (Molano, 2007, p. 81).

El Frente 57 de las FARC ha estado presente en el Parque Nacional Katíos aproximadamente desde los años 80; así mismo, las AUC, específicamente el Bloque Elmer Cárdenas, al mando de Freddy Rendón Herrera, alias "el Alemán", se instaló en el área protegida desde 1997 hasta su desmovilización, que inició en abril de 2006. De acuerdo con el artículo "Denuncian control de paramilitares al comercio en Chocó", publicado en Semana.com:

hombres con armas largas y cortas, portando radios de comunicación y a veces vestidos con camuflado, transitan actualmente por los municipios chocoanos de Riosucio, Carmen del Darién y Belén de Bajirá. Estos municipios tienen suelos aptos para cultivar palma africana, frutas y verduras. Son ricos en árboles maderables, en minería y cuentan con llanuras atractivas para criar ganado. Allí, estos hombres armados deciden quién puede transportarse por tierra o por el río Atrato y por cuáles municipios, qué se puede cultivar, cuánta madera explotar y qué cantidad de alimentos puede llevar la gente. La violencia, las amenazas y las que llaman 'muertes ejemplarizantes' son la manera como hacen que les obedezcan, según denuncias conocidas por Semana.com. (.) Después de tantos años azotados por esta organización, los habitantes conocieron bien a sus victimarios. Hoy, denuncian que muchos de quienes conformaban el desmovilizado bloque de 'el Alemán' son los que están atemorizándolos. La diferencia es que ahora adoptaron las "franquicias" de las Águilas Negras y las Autodefensas Gaitanistas, pero, según las descripciones, tienen la misma vocación de las Autodefensas Unidas de Colombia (revista Semana, 18 de enero de 2010).

En una entrevista que concedió a la revista Semana, "el Alemán", líder de las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC-, detalla el negocio de la madera del siguiente modo:

El negocio de la madera era porque necesitábamos finanzas. Nosotros les entregábamos la motosierra, la comida y el combustible al precio que valía. Y como la tropa avanzaba combatiendo a la guerrilla, ellos trabajaban en zonas que estaban más controladas y nos vendían la madera a nosotros al precio que se vendía en Riosucio. Si nos vendían a 700 mil, nosotros se lo vendíamos al comprador de Cartagena a 850 mil, por decir algo. En Cartagena nos compraban directamente a nosotros. Manejábamos 200 motosierras, 400 o 500 mulas, que podían producir 100 millares de madera trimestral.

También agrega que

los campesinos tenían los permisos y lo único que nosotros hacíamos era una venta. Pagábamos a la proveedora, pagábamos combustible y pagábamos un porcentaje a la máquina y a los semovientes. Le vendíamos al que nos trajera la plata en efectivo, nosotros no fiábamos. Nos llegaba la plata en costal. Había meses de 200 millones, 100 millones. Era la participación que teníamos nosotros. Y el campesino tenía la posibilidad de volver al monte e ir pagando la herramienta que no tenía (revista Semana, 14 de octubre del 2009).

En nuestros días, la disputa y el conflicto continúan bajo la impronta de una

alianza estratégica de los grupos financieros locales con el capital transnacional, la perpetuidad del despojo y concentración de la propiedad territorial, el afianzamiento de la llamada agricultura de plantación basada en la sobre-explotación de la mano de obra, debilitando la agricultura campesina, indígena y afro. El modelo al servicio de la financierización transnacional, vuelve a estar anclado sobre un régimen terrateniente que encuentra en los gobiernos local, regional y nacional, un aliado oportuno para beneficiar su avance (Carmona, Escobar & González, 2007, p. 25).

Conclusión

En este artículo se ha intentado identificar y caracterizar desde una perspectiva histórica "los discursos ambientales" que se han construido y han circulado alrededor de lo que actualmente conocemos como Parque Nacional Natural en Colombia, especialmente alrededor del PNN Katíos. Así mismo, se ha defendido la idea de que los "discursos ambientales" se han construido, propagado, institucionalizado y legitimado como medio y factor dinamizador de un discurso más amplio que hemos denominado "discurso del desarrollo".

A lo largo del artículo se presentaron y explicaron los "regímenes de representación" desde los cuales se ha pensado la zona del PNN Katíos. Hemos optado por esta unidad de análisis porque nos permite desenmascarar las estructuras de "poder" que la mayor parte de las veces los discursos ocultan.

Los regímenes de representación han estado alimentados por la idea de "desarrollo", propia de la modernidad, en la cual lo "mítico y lo fantástica" se debilita, imponiéndose una mirada "apropiación y explotación" del territorio. El modelo económico extractivo ha estado presente desde la Colonia, inicialmente con extracción la madera y el oro y posteriormente con la ganadería y el banano.

Finalmente, en este artículo se ha defendido la idea de que no es posible realizar un análisis del los discursos ambientales si dejamos de lado el contexto histórico y el estudio del conflicto armado que se ha presentado.


1. Este artículo presenta parte de los resultados obtenidos en la investigación "Identificación y caracterización de las prácticas comunicativas de los actores con intereses en el PNN Katíos" (2011) que actualmente se encuentra en curso. Una versión preliminar de este texto fue presentada en el pasado congreso del IAICS (Asociación Internacional de Estudios de Comunicación Intercultural), realizado en San Cristobal de las Casas (México), del 6 al 10 de junio del 2011. La investigación ha sido financiada por las siguientes dependencias de la Universidad de Antioquia: el CODI —Convocatoria de Regio-nalización 2010—, el Grupo MASO —Grupo de Investigación Medio Ambiente y Sociedad—, la Corporación Ambiental y la Facultad de Comunicaciones; de la Universidad del Norte Barranquilla participan las siguientes dependencias: el Grupo de Investigación PBX y el Departamento de Comunicación Social. El equipo de investigación está conformado por Mónica Pérez Marín (investigadora principal), Manuel Jair Vega Casanova (coinvestigador de la Universidad del Norte, Barranquilla); la ecóloga Adriana María Urueta (de la Corporación Ambiental); el estudiante de la maestría en Comunicaciones David Montoya y la estudiante del pregrado en Comunicaciones Loraine Cumplido. También hemos contado con el apoyo de los estudiantes de pregrado de la seccional de la Universidad de Antio-quia en Urabá Karen Yuleysi Mena Moreno y Luis Alberto Welsh Valoyes. En la revisión del archivo de prensa nos ha acompañado la "joven investigadora de la Universidad de Antioquia" María Camila Muñoz. Agradecemos a los funcionarios de Parques Nacionales Naturales el apoyo logístico para realizar la primera parte del trabajo de campo de la investigación entre el 2 y el 10 de abril de 20011.

2 Autores como Carey (1981) y Worrall Redal (2008) coinciden en afirmar que el eje central y distintivo de los estudios culturales se encuentra en el estudio de la cultura, develando las estructuras de la política a partir de un análisis detallado del poder y la dominación. Estas estructuras, la mayor parte de las veces, han pasado por alto o han quedado invisibilidades en los estudios que se realizaron a principios del siglo XX, tanto en Estados Unidos como en Europa. De acuerdo con Carey (1981), a los estudios culturales no les interesa "explicar la conducta humana", ni tampoco "reducir las acción humana a sus causas y estructuras"; así mismo, tampoco les interesa "predecir la conducta"; todo lo contrario, les interesa comprender el significado "que otros han dado a la experiencia, construir un registro verídico de lo que se ha dicho en otras épocas, en otros lugares y de otros modos, ampliar la conversación humana mediante la comprensión de lo que los otros dicen" (p. 476). Worral (2008) va un paso más adelante al afirmar que un punto central de los estudios culturales se encuentra en comprender el papel que la política juega en la configuración de la cultura (p. 270).

3 La mirada sobre la naturaleza ha estado fuertemente arraigada en el concepto de desarrollo, que de acuerdo con Everett Rogers (1976) surgió de algunos sucesos históricos, como son: la Revolución Industrial en Europa y Estados Unidos; la experiencia colonial en América Latina, África y Asia; el empirismo cuantitativo de las ciencias sociales en Norteamérica. Las principales influencias académicas e históricas en el antiguo concepto de desarrollo fueron las siguientes: 1) La Revolución Industrial que estuvo acompañada "por la colonización extranjera y la urbanización interna durante la segunda mitad del siglo XX (...). El antiguo paradigma destacaba el crecimiento económico por medio de la industrialización como clave de desarrollo; el núcleo de la industrialización era la tecnología y el capital que sustituían la mano de obra (Rogers, 1976, p. 201). 2) La Tecnología intensiva de capital, la idea parecía bastante sencilla "al introducir la tecnología en los países menos desarrollados, estos también se volverían relativamente más desarrollados" (Rogers, 1976, p. 202). 3). El Crecimiento Económico, "los economistas llevaban la batuta en los programas de desarrollo; definían el problema del subdesarrollo principalmente en términos económicos y fueron ellos quienes mantuvieron el control" (Rogers, 1976, p. 202). 4) La Cuantificación, "las políticas de desarrollo de las décadas de 1950 y 1960 prestaban poca atención a la equidad de los beneficios del desarrollo. La mentalidad de "el crecimiento primero y la equidad después" muchas veces fue justificada por la teoría de que, luego de su propio progreso, los sectores dominantes extenderán sus ventajas a los sectores rezagados (Rogers, 1976, p. 203).

4 La primera salida de campo se realizó entre el 2 y el 10 de abril de 2011. Se visitó la comunidad indígena de Arquía y las comunidades afrodescendientes de Tumaradó y Puente América. Agradecemos a los funcionarios de Parques Nacionales Naturales el apoyo logístico y el hospedaje en la hacienda Sautatá, que está ubicada dentro del PNN Katíos.

5 El concepto de "masa" propuesto por J. B. Thompson (1998) toma distancia de la idea generalizada "de que los destinatarios de los productos mediáticos constituyen un vasto mar de individuos pasivos e indiferenciados; se trata de una imagen asociada a algunas de las más tempranas críticas a la "cultura de masas" y a la "sociedad de masas", críticas que generalmente asumen que el desarrollo de los medios de comunicación ha tenido un largo y negativo impacto sobre la vida social moderna, creando un tipo de cultura blanda y homogénea que entretiene a los individuos sin desafiarlos, que cautiva su atención sin requerir sus facultades críticas, que les ofrece una gratificación instantánea sin cuestionar las bases en las que se basa semejante gratificación" (p. 44). 3) El término "comunicación de masas" resulta inapropiado hoy en día, ya que se encuentra asociado con ciertos tipos de transmisión mediática; por ejemplo, con la difusión masiva de periódicos, con las emisiones radiofónicas y televisadas (p. 46).

6. Algunos de los trabajos que se han aventurado a proponer una mirada histórica de las discusiones sobre medio ambiente en Colombia son: von Arcken (2001); Marino de Botero (2008); David (2003); Flórez (2000); Ortiz Pérez y Muñoz. (2007); Palacio (2003 y2006).

7 Para Flórez (2000), todavía falta para el caso colombiano una propuesta sistemática que profundice el análisis de la historia ambiental, prestando especial atención a la interacción "naturaleza sociedad". La historia ambiental también ha dejado por fuera lo que fue el proceso colonizador, ya que la mayor parte de los estudios históricos se han centrado en los eventos militares, políticos y económicos de la época (p. 32).

8. Teniendo en cuenta las características de los conflictos que se presentan en la zona de amortiguación del PNN Katíos, el nivel de aproxi-

mación y de interacción del trabajo de campo en la zona de Urabá ha estado sujeto a los problemas de orden público en la zona.

9 De acuerdo con Vargas (1993), el golfo fue conocido en las primeras épocas de invasión hispánica como Darién, en la margen izquierda, y como Urabá en la derecha; fue una zona estratégica y de interés para los europeos en las épocas de dominio español, debido a su posición ístmica y haber sido centro de extracción y elaboración aurífica" ( p. 34). La zona más minera ha estado por Istmina, hacia el San Juan. En cambio, esta zona del Bajo Atrato ha tenido como actividad económica principal la explotación de madera.

10 Este punto de partida presta una especial atención a los relatos, las invenciones —creaciones— o "regímenes de representación" con los cuales Occidente ha intentado moldear la política, la economía y el mundo social; lo que nos permite dar cuenta de los mecanismos de elaboración y las consecuencias de la construcción del discurso que se han realizado sobre Medio Ambiente, en el sentido que lo han propuesto Escobar (1996) y Rojas (2001).

11 José María Urbina fue designado Jefe Supremo de Guayaquil entre el 17 de julio de 1851 y el 17 de julio de 1852. Urbina fue el precursor de la "abolición de la esclavitud" o "manumisión".

12 López de la Roche (1989) precisa lo siguiente: "La ciencia europea, luego del viaje y las publicaciones de Humboldt, hubo de retractarse de muchas opiniones que rayaban en el mito, de muchas ideas absurdas relacionadas con la naturaleza, la población, la cotidianidad y la vida social en las colonias españolas y portuguesas. Ideas como la de la degeneración de la especie humana en el trópico o la del carácter infantil, raquítico y antiestético de la naturaleza americana, debieron ahora de ser abordadas con mayores dosis de crítica y escepticismo" (p.10).

13. Sautatá es el nombre de la casa en la cual viven actualmente los operarios del PNN Katíos, que anteriormente era una finca.

14. De acuerdo con Rojas (2001): "Un análisis de la literatura sobre el desarrollo proporciona los fundamentos para estudiar la forma como la violencia "se expresa en el discurso" y los efectos de este discurso sobre las relaciones de poder y dominación" (p. 18).


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