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Investigación y Desarrollo

Print version ISSN 0121-3261On-line version ISSN 2011-7574

Investig. desarro. vol.28 no.2 Barranquilla July/Dec. 2020  Epub Nov 04, 2021

https://doi.org/10.14482/indes.28.2.338.98 

Reseñas

EL MONSTRUO DE LA GLOBALIZACIÓN: DESAFÍOS Y ALTERNATIVAS, DE JACQUES B. GÉLINAS

The Globalization Monster: Challenges and Alternatives of Jacques B. Gélinas

Antonio Boada1 

Ana María Gómez-Trujillo2 

1 Licenciado en educación mención física y matemáticas de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela. magíster en finanzas por el instituto de estudios superiores de administración (IESA). Docente de Ceipa Business School. antonio.boada@ceipa.edu.co

2 Negociadora internacional, magíster en negocios internacionales y candidata a doctor en administración por la Universidad EAFIT. Docente de Ceipa Business School. ana.gomez@ceipa.edu.co


RESUMEN

Este artículo describió la evolución histórica del término globalización, acompañada de diferentes acontecimientos económicos, políticos y sociales que dan cuenta del estado actual de concentración extrema de riqueza que ocasiona desigualdades y fracturas sociales en el mundo. En la obra El monstruo de la globalización: desafíos y alternativas, de Jacques Gélinas, traducida al español en 2006, Gélinas presenta una propuesta de desarrollo de un pensamiento único cultural que invita a comprender, criticar, resistir y construir alternativas de los fenómenos socioeconómicos y del sentido de la historia, para despertar consciencia planetaria y lograr un balance mundial entre las aspiraciones económicas, sociales, culturales y ambientales. Asimismo, se hace una reflexión sobre el caso colombiano, donde la discrepancia ideológica se presenta precisamente por la concepción conservadora de la sociedad colombiana, niveles salariales no tan elevados y cohesión local en función de los productos agrícolas y textiles; de la misma manera, el alto nivel de regionalismo, potenciado por la limitación geográfica y de vías de comunicación, ha ralentizado en Colombia el desarrollo de productos manufacturados, que se han enfocado como continuidad histórica en la dependencia de commodities como café, petróleo, minería y productos agrícolas.

PALABRAS CLAVE: Colombia; ideología política; ideología económica; desafíos políticos; sociedad ecológica

ABSTRACT

This text describes the historical evolution of the term globalization, accompanied by different economic, political, and social events that account for the current state of extreme concentration of wealth, which causes inequalities and social fractures in the world. In the work "The Globalization Monster: Challenges and Alternatives" by Jacques B. Gélinas, translated to Spanish in 2006, the author presents a proposal for the development of a unique cultural thought, one that invites us to understand, criticize, resist, and build alternatives to socioeconomic phenomena and the meaning of history, to awaken planetary consciousness, and to achieve a global balance between economic, social, cultural, and environmental aspirations. Likewise, a reflection is made on the Colombian case, where the ideological discrepancy is presented, precisely because of the conservative conception of Colombian society, not-so-high salary levels, and local cohesion based on agricultural and textile products; in the same way, the high level of regionalism, enhanced by geographical limitations and communication routes, have slowed down the development of manufactured products in Colombia, focusing as a historical continuity on dependence of commodities such as coffee, oil, mining, and agricultural products.

KEYWORDS: Colombia; political ideology; economical ideology; political threats; ecological society

INTRODUCCIÓN

Este artículo reflexiona sobre la obra de Jacques Gélinas en referencia al término globalización, analizado y conceptualizado a nivel social, económico e histórico. A partir de esta posición, se presenta un caso específico del departamento de Antioquia (Colombia), que contraviene a su pensamiento.

Para Gélinas, un aspecto interesante que se destaca en el mundo es que, a pesar de que el modelo capitalista consolida su estructura y potencia su impulso con la Revolución Industrial, el origen del sistema como concentración de riqueza y poder se remonta al término de la mundialización con más de quinientos años de existencia. La mundialización aparece con la primera interconexión marítima de los continentes en el siglo XV. Posteriormente, en el siglo XX, explica, este concepto migra hacia la denominada "globalización", y así se establece como "una creación de nuestra época".

La "primera mundialización" se presenta entre 1498 y 1763, consistente en la expansión de fronteras por los comerciantes europeos en su conquista de otros continentes, lo que potenció el comercio y confirió a la economía una dimensión mundial mercantilista caracterizada por la prosperidad y basada en la acumulación de metales preciosos y bienes exóticos, que generó el enriquecimiento rápido de los comerciantes y el fortalecimiento del Estado.

En este sentido, los comerciantes transoceánicos recientemente enriquecidos se hacen fabricantes y crean las primeras y grandes manufacturas que emplean a centenares de obreros y facilitan la posterior conformación del modelo capitalista y la Revolución Industrial. Este aspecto es notoriamente similar a lo experimentado posteriormente en Colombia, donde las empresas mineras (principal motor económico del país en el siglo XIX) invirtieron sus excedentes en la mecanización y generación de la industria manufacturera, lo cual generó una migración de la estructura económica al ámbito textil.

Según Gélinas, la segunda etapa de la mundialización estuvo impulsada por la expansión del capitalismo (1763-1883) y, además, representada por el nuevo sistema de producción mecanizada, basado en la abundancia de capital, el progreso técnico y una nueva organización de trabajo asalariado. Esta tomará el nombre de capitalismo como combinación de trabajo, tecnología y capital en un mercado consolidado con poder adquisitivo y perspectivas de consumo.

A diferencia del mercantilismo, el cual era frecuentemente sometido a las fluctuaciones de los recursos externos, el capitalismo goza de una dinámica interna propia e ilimitada del capital, lo que genera una mayor estabilidad en producción, generación y comercialización. Esto es impulsado por la eficiencia cada vez superior de las maquinarias de producción, y así lograr generar una sobreproducción que debía ser vendida en las colonias y "países independientes" y convertirlos en mercados mundiales.

Por su parte, la Revolución francesa de 1789, destaca Gélinas, expone al mundo una concepción que no puede dejarse por alto y que afectará el futuro cercano y la concepción del modelo capitalista de manera directa, ya que propone la consolidación de los derechos humanos, la generación del Estado nación, la separación de poderes y el imperio de la ley, y así generar una "revolución política" con el impulso de la democracia, e incluso una "revolución cultural" en la que se impulsa la secularización, el sistema escolar formal, la separación de la Iglesia y las reformas de la educación.

Para Gélinas, la tercera mundialización, "la era de las multinacionales", se da entre 1883 y 1980, con el auge del petróleo y la electricidad. En este periodo, se impulsaron las adquisiciones, alianzas y fusiones, y se crearon titanes multinacionales de concentración industrial y financiera a través de diferentes formas de monopolios, oligopolios, clústeres, holdings y carteles.

Para Gélinas, el primer signo precursor de la globalización inicia en la década de los sesenta, cuando los Estados Unidos, en medio de la caída de las reservas de oro y la guerra de Vietnam, aumenta su liquidez monetaria, que compromete su convertibilidad y genera una "perturbación financiera mundial".

Luego, a comienzos de la década de los ochenta, Gélinas resalta el protagonismo de las empresas multinacionales, potenciado por la revolución informática y marcada por abundancia de herramientas de telecomunicación y automatización, las cuales se posicionan y transforman en corporaciones trasnacionales, y hacen de la globalización un mundo de espacio racional, no solo en comunicaciones e intercambios, sino de integración profunda de las redes de producción, investigación, tecnológico, ético e, incluso, cultural.

DISCUSIÓN

El monstruo de la globalización presenta una forma de expresión diatriba de la globalización como fenómeno. A diferencia de Shumpeter (1983), Gélinas expresa una perspectiva histórica de la mundialización a la globalización, matizada bajo una forma críticamente interesante con la cara oculta del mercado global y los "amos" del mundo globalizado, y así expone al lector una ideología de evasión contra las construcciones matemáticas de los economistas racionales.

Asimismo, la extrema concentración de la riqueza, lo que implica una profundización de las desigualdades entre los países, disparidades regionales y fracturas sociales en los Estados, son expuestos por Gélinas como "el efecto más perverso de la globalización", y así genera los tugurios de la denominada "aldea global", donde a escala mundial los centros de aglomeración se sobredesarrollan a costa de la periferia que se subdesarrolla.

Este aspecto puede ser trasladable a Colombia, donde históricamente las grandes ciudades han presentado un comportamiento y estructura de desarrollo divergente a las zonas rurales, potenciado por el regionalismo e impacto geográfico y de los medios.

Para Gélinas, el apetito de las megasempresas ha originado una perversión del mercado, donde alrededor de cinco empresas dominan más de la mitad del mercado mundial en un sector dado, lo que evidencia una situación de control monopolístico, potenciado por los tratados de libre comercio (TLC). Asimismo, esta existencia de mercado global ha generado el dominio del capital financiero sobre todos los demás sectores de la economía, especialmente potenciado por el área tecnológica. Así es como desde esta concepción dominantemente financiera, un aspecto interesante desarrollado por la globalización ha sido la "fuga" del pensamiento económico en construcciones matemáticas abstractas que modelizan y formalizan ecuaciones coherentes (racionales), pero que terminan por sustituir la realidad por el dogmatismo propio del enfoque neoclásico (ampliamente financiero) y donde potenciado por los procesos de cómputo se desconectan de la complejidad de las realidades sociales, se concentran en el reduccionismo de objetos especializados y desconocen que la vida económica de los seres humanos tan solo puede ser comprendida en su complejidad social, cultural y ecológica de manera integral.

De esta manera, este reduccionismo, concepción positivista y ampliamente racional, ha hecho que los efectos de la globalización hayan traído como consecuencia una serie de tragedias de los bienes comunes de un planeta llamado Tierra, que contemplan aspectos como la contaminación, sobreexplotación de los recursos, escasez de agua dulce, degradación de los suelos, reducción de la biodiversidad, control de patrimonio genético e, incluso, dominación del ciberespacio.

Por ello, según Gélinas, a pesar de todos estos aspectos no existe ninguna teoría que sustituya al neoliberalismo y la globalización, pero se propone el desarrollo de un pensamiento único cultural, una interpretación infalible de las motivaciones humanas, de los fenómenos socioeconómicos y del sentido de la historia, con participación activa de la sociedad civil que ayude a despertar la consciencia planetaria y lograr un balance mundial entre las aspiraciones económicas, social, cultural e, incluso, ambiental; todo esto a través de una reapropiación de los procesos mediante cuatro formas indispensables y complementarias:

  • Comprender. Para poder impugnar eficazmente un sistema primero debe ser comprendido, tomando consciencia de la realidad y constituyendo la etapa previa a la indignación, la crítica y la resistencia. En esta sección, Gélinas establece una fuerte crítica en la que el modelo económico patriarcal y depredador imperante actualmente oculta un problema moral, cuyo asunto no es superficial, sino que se trata más bien de una cuestión ética fundada en la consciencia de que todos pertenecemos a la misma humanidad y planeta, por lo que se debe impulsar la equiparación y redistribución justa.

  • Criticar. Para cuestionar el sistema actual y sus valores; sin embargo, esta labor es difícil, ya que significaría ir en contra de la sociedad predominante; es allí donde Gélinas expone que esta acción no debe quedar en manos de "expertos", sino más bien debe ser una actitud colectiva, la cual nunca debe ser minimizada.

  • Resistir. Saber oponerse y negarse son actos indispensables para expresar la negativa de imposición de un sistema, frenando el desarrollo del totalitarismo y regresando a las libertades civiles que ha fundado la democracia desde la primera declaración de los derechos humanos.

  • Construir alternativas. Finalmente, para Gélinas es necesario reconocer y valorar un orden alternativo, que concretice nuevas prácticas, nuevas solidaridades y nuevas prácticas de la economía desde la base, e implemente proyectos locales, basados en el compartir, la solidaridad y la equidad.

Por ello, para Gélinas, reconstruir el mundo sobre nuevas bases es fundamental, y desarrolla fuertes acusaciones en referencia a la globalización y sus "amos", todo esto bajo la mirada incólume del ser humano, que se debería llamar homo sapiens demens en lugar de homo sapiens sapiens, tal como lo indicó el filósofo Edgar Morin. Asimismo, Gélinas indica fehacientemente el problema del ser humano al dejarse llevar por la ambición, la ceguera y el egoísmo, pero siempre reanudando su marcha en su incesante búsqueda de libertad, igualdad, conocimiento y progreso.

Esta perspectiva sesgada y crítica de Gélinas se contextualiza bajo un pensamiento utópico de inercia e inactividad del ser humano, a pesar de que el hombre es un ser social de sentimientos, potenciado por objetivos aspiracionales, que lo impulsan a la búsqueda de su concepción de "felicidad" a través del desarrollo y la evolución progresista dentro de un ambiente de libertad, igualdad de oportunidades y conocimiento, lo cual difiere de la posición de Gélinas, para quien el individualismo y la aspiración se transforman en ambición, ceguera y egoísmo. El reto entonces está en lograr un balance desde las perspectivas individual, social, cultural y ambiental.

EL CASO COLOMBIANO

De manera más específica, si se analiza la perspectiva de Colombia con respecto al fenómeno de la globalización, se puede ver que para el siglo XIX en el departamento de Antioquia predominaba el sector minero y comercial, que impulsó el desarrollo y la consolidación de la clase obrera rural con poder adquisitivo estable, y así estimuló el consumo de bienes y servicios (Mejía, 2014). Ante el agotamiento de las minas, y la migración de la población obrera de Santa Fe de Antioquia a las ciudades de Medellín y Rionegro, el área comercial se potencia, en conjunto con el desarrollo textil e industrial de la zona. Asimismo, la migración económica hacia cultivos como el café fue impulsada no solo por las grandes haciendas, sino también por los pequeños y medianos empresarios. Esta facilidad en los cultivos del café, con alta calidad y mano de obra económica, así como la estabilidad del mercado internacional originada por Brasil, estimuló la producción de este, y así se convirtió en un commodity por excelencia para la exportación, que brindó especial protagonismo a las fincas no solo de producción cafetera, sino también de otros productos agrícolas (Gómez-Trujillo, 2020).

Luego de la crisis de los 1000 días, Colombia presentó recuperación económica del café. Entre 1924 y 1929, con la Gran Depresión de los Estados Unidos, aparece la primera gran bonanza cafetera para Colombia, donde aproximadamente 800 millones de dólares de la época se invirtieron en infraestructura: trenes, cables, túneles, creación de la Contraloría General de la Nación y la creación del Banco de la República, aspectos que ayudaron a consolidar el mercado interno (fuerza de trabajo asalariada) y la formación de capitales en diversos sectores de la economía, a aumentar los recursos fiscales y la capacidad de importar en el país, así como a impulsar la capacidad de compras externas del país y una mayor capacidad de endeudamiento en el exterior.

Los fundadores de las empresas textileras fueron en su mayoría los comerciantes, quienes se fueron especializando alrededor de organizaciones familiares (antiguos comerciantes y trilladores de café). Por ello, en el caso de Colombia, a través del desarrollo de los cultivos de café, se permitió "romper" con los aspectos y barreras precapitalistas de la región para entrar en la modernización, y así lograr el principal legado del café: "La creación del mercado interno" (potencial de consumo), que incrementó efectos globalizadores del país con el resto del mundo, principalmente en los sectores de industria y el comercio, a pesar de las limitaciones locales en infraestructuras viales (Cerquera y Orjuela, 2015).

El aspecto hídrico facilitó la generación de energía eléctrica para las empresas, por lo que existió una pequeña asociación con empresas norteamericanas, pero para producir tejidos a base de fibras artificiales. Sin embargo, llama la atención el rechazo de telas extrajeras por parte del pueblo de Antioquia, ya que se consideraban antipatriótico e inmoral.

A diferencia de otras economías de la región, la producción cafetera colombiana fue controlada enteramente por nacionales, lo que ayudó a consolidar el mercado interno y resguardarlo de la globalización de las corporaciones multinacionales, así como brindó protagonismo y compenetración con el consumo de los productos nacionales, especialmente en el ámbito agrícola. Asimismo, a pesar de tener una rápida bonanza industrial, la industria textil demostró un gran grado de madurez (con capacidad y disposición para reinvertir utilidades), y así determinó que la participación de capital extranjero en la industria textil fuera casi irrelevante.

Para el caso particular colombiano, a diferencia de la globalización descrita por Gélinas, la industria comenzó a levantarse sin desplazar ninguna actividad artesanal o manufacturera socialmente importante, ya que este desplazamiento lo habían efectuado las importaciones textiles en el siglo XIX, las cuales desplazaron la industria artesanal.

El histórico protagonismo minero y agrícola, así como los salarios bajos a nivel industrial, han hecho de la economía colombiana una potencia de producción global; sin embargo, cohibida en inmigraciones y vías de comunicación, y por su perspectiva altamente conservadora, el país ha acudido a un "proteccionismo" que busca alejarlo de intereses económicos transnacionales y supraestatales para mantener su independencia relativa.

En este sentido, lo expuesto por Gélinas a través del impulso de las grandes corporaciones multinacionales y las tendencias monopolistas del mercado global mediante los TLC no han tenido en Colombia una gran aplicación, precisamente por la concepción conservadora, niveles salariales no tan elevados y cohesión local en función de los productos agrícolas y textiles. Sin embargo, por otra parte, el alto nivel de regionalismo, potenciado por la limitación geográfica y de vías de comunicación, ha ralentizado en Colombia el desarrollo de productos manufacturados, que se han enfocado como continuidad histórica en la dependencia de commodities como café, petróleo, minería y productos agrícolas.

CONCLUSIONES

En cuanto a la concepción de Gélinas sobre la globalización, se debe reconocer que es necesario en ocasiones analizar los escenarios desde aspectos polarizados, para valorar la perspectiva de cada librepensador. La globalización efectivamente es un monstruo, el cual debe y necesita ser domesticado para lograr un balance entre los aspectos positivos y las distorsiones de impacto negativo, situaciones que no son sencillas de alcanzar en el mundo actual en atención a las perspectivas individual, social, cultural y ambiental. Así pues, estas posturas rígidamente desafiantes y poco conciliadoras no aportan a una "evolución" de la situación actual, sino más bien generan una "revolución" y deseo de cambio que obvia los aspectos positivos históricamente logrados, y produce un eventual retroceso en lugar de crecimiento.

En el caso de Colombia, si bien bajo la comprensión de Gélinas estaría clasificado como un país del "tercer mundo", encontrándose en la raíz del mal la dependencia estructural (dependencia financiera y monetaria que acorrala el endeudamiento y la desacumulación) y la dependencia industrial y tecnológica (economía de subcontratación), es necesario resaltar que históricamente ha sido una de las pocas economías que ha logrado aplicar el capitalismo con un pequeño matiz social (potenciando la educación) e, incluso, ambiental (consciencia ecológica), aspectos que obviamente no han sido suficientes, pero pueden generar una espiral de desarrollo futuro como pionero de este mundo globalizado cada vez más "socialmente ecológico".

Finalmente, es importante recordar que todo análisis al modelo socioeconómico actual dará solo una propuesta crítica de la situación actual, más si se pretende tener un cambio real. Se debe entonces recordar las palabras de Schumpeter (1983), quien astutamente indica que "estos análisis no nos dicen nunca lo que sucederá al modelo, sino solamente lo que le sucedería si continuasen actuando lo mismo que habrían actuado durante el intervalo de tiempo abarcado por nuestra observación y si no entraban en juego otros factores" (p. 95).

REFERENCIAS

Cerquera Losada, Ó. H. y Orjuela Yacué, C. F. (2015). El acompañamiento institucional en el desarrollo del sector cafetero colombiano. Revista Finanzas y Política Económica, 7(1), 169-191. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5343097Links ]

Gélinas, J. (2006). El monstruo de la globalización: desafíos y alternativas. Hombre Nuevo. [ Links ]

Gómez Trujillo, A. M. (2020). Reseña: A lomo de mula de Germán Ferro Medina. Cuadernos de Economía, 39(79), 389-395. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v39n79.77620Links ]

Mejía Cubillos, J. (2014). El auge económico antioqueño del siglo XIX desde un enfoque de desarrollo económico local. Ensayos de Economía, 24(45), 11-34. https://revistas.unal.edu.co/index.php/ede/article/download/50429/50932Links ]

Schumpeter, J. A. (1983). Capitalismo, socialismo y democracia. Orbis. [ Links ]

Recibido: 20 de Febrero de 2020; Aprobado: 31 de Agosto de 2020

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