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Investigación y Desarrollo

Print version ISSN 0121-3261On-line version ISSN 2011-7574

Investig. desarro. vol.29 no.2 Barranquilla July/Dec. 2021  Epub May 01, 2022

https://doi.org/10.14482/indes.29.2.303.66 

Artículos de Investigación

Enlazando voces para la paz. Representaciones del conflicto armado en la región del sumapaz: caso TIBACUY - pasca

Linking voices for peace. Representations of the armed conflict in the Sumapaz region: Tibacuy - Pasca case

Ana Mónica Grismaldo-Moreno1 
http://orcid.org/0000-0003-1471-7742

Alfonso Alberto Angarita-Buitrago2 
http://orcid.org/0000-0001-5157-1952

1Comunicadora social - periodista de la Universidad de Boyacá (Uniboyacá); especialista en Relaciones Internacionales de la Jorge Tadeo Lozano y Master Art in Education Online Education, de la UÑAD Florida. Docente de educación virtual y coordinadora de programas radiales como Caminando por Nuestra Tierra y Contando hasta io. Docente ocasional Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD). ana.crismaldo@unad.edu.co

2Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con maestría en Desarrollo Humano de la Universidad Pedagógica. Durante doce años se desempeñó en la Alcaldía de Fusagasugá como apoyo Oficina de Comisaría de Familia. Líder en investigación, jurado y director de diversos proyectos de grado relacionados con el área de las ciencias sociales, artes y humanidades. Líder del proyecto Docente auxiliar Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD). alfonso.angarita@unad.edu.co


Resumen

El proyecto titulado "Enlazando voces para la paz. Representaciones del conflicto armado en la región del Sumapaz: Caso Tibacuy - Pasca" es una propuesta que surgió desde la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la UNAD. Los relatos de vida de los pobladores del municipio de Tibacuy, relacionados con los hechos victimizantes acaecidos durante el conflicto armado, tales como el desplazamiento forzado y el homicidio, expresan las representaciones colectivas construidas. Dichos contenidos son socializados en el escenario académico de la Normal de Pasca, a través de los programas radiales emitidos por la Radio UNAD virtual, y allí los estudiantes, a partir de los episodios contados, construyen versiones colectivas de lo acontecido en Tibacuy. A partir de un ejercicio grupal se busca activar un espacio de reflexión, discusión y apropiación en el cual se pretende un acercamiento a la vivencia propia sobre el conflicto armado, que involucra eventos familiares y/o hechos sociales y políticos asociados. Lo anterior permite actualizar las representaciones acerca del conflicto armado como experiencia colectiva localizada. Se avanza, de esta forma, en la posibilidad de escucha y la capacidad de poder entender y comprender al otro, apoyados en la mediación radial, como punto de encuentro que abre la posibilidad de diálogo, de acercamiento y el despertar de la conciencia y de la memoria histórica. Esto es posible, además de la cercanía geográfica, porque ambos municipios compartieron situaciones de conflicto similares.

Palabras clave: conflicto; memoria; radio; relatos; representación

Abstract

The project entitled "Linking voices for peace. Representations of the armed conflict in the Sumapaz region: Case Tibacuy - Pasca", is developed as a proposal that arises from the School of Social Sciences, Arts and Humanities" of the UNAD. The life stories of the inhabitants of the Municipality of Tibacuy, related to the victimizing events that occurred during the armed conflict, such as forced displacement and homicide, express the collective representations constructed. Said contents are socialized in the academic scene of the Normal de Pasca, through the radio programs broadcast by the virtual Radio UNAD and there the students, starting from the episodes counted, construct collective versions of what happened in Tibacuy. Starting from a group exercise, it seeks to activate a space for reflection, discussion and appropriation in which an approach to one's own experience of the armed conflict is intended, which involves family events and / or associated social and political events. This allows updating the representations about the armed conflict as a localized collective experience. In this way, progress is made in the possibility of listening and the ability to understand and understand the other, supported by radio mediation, as a meeting point that opens the possibility of dialogue, rapprochement and the awakening of consciousness and awareness. historical memory. This is possible, in addition to the geographic proximity, because both Municipalities shared similar conflict situations.

Keywords: conflict; memory; radio; stories; representation

Introducción

La intención de este ejercicio investigativo es que desde la historia narrada de un lugar se incida en la historia de otro lugar. Aunque Pasca y Tibacuy ni siquiera comparten fronteras ni características geográficas y poblacionales, lo cierto es que son parte de una región que representa cierta intención de unidad que se valida tanto en sus semejanzas, como en sus diferencias.

El objetivo primordial es acercar reflexivamente a las víctimas de Tibacuy con los estudiantes de Pasca y así desnudar la insuficiencia de una historia general y desprovista de tonalidades, que es la que habitualmente define el carácter y el sentido de las actuaciones institucionales. La narrativa de lo local a través de la radio implica el reconocimiento que le permite a ese otro, llamado oyente, transformar el pasado a partir de una reconfiguración de los órdenes y los sentidos en un reordenamiento del recuerdo. Pasca escucha lo acontecido en Tibacuy y ello le permite modificar la mirada frente a su conflicto interno, organizar sus hechos y proveer de significado la vivencia de sus antecesores.

Metodológicamente hablando, resulta esencial una postura comprensiva, que busca rescatar tanto la mirada del habitante de Tibacuy como la disposición reflexiva del estudiante de la Normal de Pasca. Aquí ocurre algo fundamental para este proyecto, pues el estudiante de la Normal, por cuenta de unas historias ocurridas en otro lugar y a personas que desconoce, pasa de ser un espectador lejano y apático a convertirse en alguien con disposición para conectarse con su pasado, con una ruta de acontecimientos y una temporalidad que siendo extraña a su conciencia, de alguna forma lo representa. Es una forma peculiar de inclusión, que aquí recobra sentido cuando se despierta una "conciencia de pasado" en la colectividad, cuando se busca la dignidad y el reconocimiento, en un escenario de paz, que se debe construir con el otro, sea este cercano o lejano.

El énfasis se marca en el rescate de la memoria mediada por la narrativa oral, como un ejercicio comunicativo mediante el cual, por un lado, se reactivan los hechos que por diversos factores van quedando en el olvido. En palabras de Yerushalmi (1989, citado en Klein, 2017)

Lo que llamamos olvido en el sentido colectivo aparece cuando ciertos grupos humanos no logran, voluntaria o pasivamente, por rechazo, indiferencia o indolencia, o bien por causa de alguna catástrofe histórica que interrumpió el curso de los días y las cosas - transmitir a la posteridad lo que aprendieron del pasado.(p. 93)

Se rescata esa posibilidad de transmitir, de conectar realidades, versiones o hechos, para superar cierta sensación de ruptura, una grieta que representa el vacío de las nuevas generaciones frente a la historia vivida por sus congéneres. Aquí es donde la radio se convierte en conector, en recurso que recupera, desde un lugar distinto al propio territorio, que cuenta su historia y que conmueve a quien escucha lo narrado. Por otro lado, se reconstruye la historia local a partir de la percepción de eventos de violencia que en el marco del conflicto armado han marcado una significativa incidencia en la dinámica social, política, cultural y económica de los habitantes de algunos municipios pertenecientes a la región del Sumapaz.

Marco teórico

Para este ejercicio investigativo se tuvo en cuenta inicialmente el concepto de memoria histórica como un referente que, desde la víctima y la audiencia -sujeto de reconstrucción y el reconocimiento del otro- activan sentidos que conllevan a la resignificación de los hechos, a la comprensión del dolor y a la posibilidad de eliminar la culpa social y, por ende, la indiferencia. Activar la memoria trae consigo la posibilidad de que las víctimas encuentren una ruta clara frente a la comprensión de lo sucedido alrededor de cada uno de los hechos que fueron definiendo su historia; vivencias que los fraccionaron, los hicieron temerosos y vulnerables ante el otro; una comunidad que se vio obligada a callar, a guardar silencio, y seguir con el dolor y con la convicción de que toda posibilidad de construir colectivamente y defender sus derechos quedaba sesgada.

Se pone énfasis en el rescate de la memoria mediada por la radio, en la que la narrativa oral, como un ejercicio comunicativo, reactiva los hechos que por diversos factores van quedando en el olvido.

Lo que llamamos olvido en el sentido colectivo aparece cuando en ciertos grupos humanos no logran, voluntaria o pasivamente, por rechazo, indiferencia o indolencia, o bien por causa de alguna catástrofe histórica que interrumpió el curso de los días y las cosas -transmitir a la posteridad lo que aprendieron del pasado. (Hayim ,1989)

Según el informe "BASTA YA" (capítulo 5), "Las memorias (..) sus énfasis narrativos e interpretativos, y del significado que tienen para quienes cuentan sus experiencias, constituye el método mediante el cual nos acercamos a comprender quiénes son las víctimas del conflicto armado en Colombia"; (p.329) porque no es lo mismo narrar el conflicto desde la historia oficial; hay historias que necesitan ser contadas, escuchadas, y aquí los medios de comunicación juegan un papel relevante como mediadores para la construcción de la realidad social desde lo colectivo, en contraposición de esa realidad oficial que excluye, niega y degrada la realidad cotidiana, en palabras de Jesús Martín Barbero, descontextualiza las culturas.

Y es que comunicar es un hecho social, que invita al encuentro, a interpretar y comprender; a situarse en el lugar del otro para reconocerlo y hacerlo sujeto de derechos, en ese sentido, "La comunicación es mediación, ruptura y puente" (Hayim, 2018, p.100). Ruptura a la indiferencia que victimiza aún más, que niega, desconoce e indigna mitigando en la victima su capacidad para autorrealizarse y, por ende, su potestad para ser agente activo en el constructo de un colectivo en palabras de Honneth (1997): " [...] la reproducción de la vida social se cumple bajo el imperativo de un reconocimiento recíproco, ya que los sujetos sólo pueden acceder a una autorrelación práctica si aprenden a concebirse a partir de la perspectiva normativa de sus compañeros de interacción, (...)" (p.158)

La comunicación como puente que visibiliza a las víctimas activa las voces y pone en contexto la palabra, la palabra de la acción a la que Martín Barbero (2018) alude como comprensión y toma de conciencia: "Comprender es tomar un conjunto, totalizar, un desciframiento o hermenéutica que pasa la abstracción de los momentos "explicados" para hacerlos unidad en lo concreto (...) Tomar conciencia es situarse a la vez en el discurso y en la vida (...)" (p.143). La radio entonces media legitimando, creando conciencia, dinamizando comprensiones, representando voces, activando sentidos, humanizando el conflicto.

Ruta metodológica

Se entiende la ruta metodológica como los pasos dados para dar cuenta de los avances de la investigación, sean estos producto de procesos de observación o aplicación de instrumentos metodológicos dentro de la propuesta de campo.

El primer paso en la ruta metodológica apunta a recoger, desde los relatos de vida de las víctimas del conflicto armado residentes en Tibacuy, las versiones que corresponden a experiencias individuales, en términos de las situaciones violentas más frecuentemente presentadas. Los programas radiales en los que compartieron sus relatos acerca de estos eventos corresponden a esta primera etapa.

Estas apreciaciones, compartidas en el Festival de Radio Viva de 2018, abrieron la posibilidad de ser socializadas con los estudiantes de la Normal. Este segundo paso resulta fundamental, pues es aquí donde se empieza a percibir de manera más clara el valor de la radio como recurso mediador para recuperar una apreciación sensible del conflicto armado. Las reflexiones y remembranzas de líderes y habitantes del municipio de Tibacuy conmueven varias representaciones que se venían imponiendo en las lecturas construidas alrededor del tema; entre ellas la idea que se hacía de las víctimas y el mismo impacto del conflicto tanto en el territorio geográfico de la región del Sumapaz como en el espacio psicológico de la persona individual, quien ve afectada su existencia de diversas maneras.

Este evento permite definir un tercer paso, que se encuentra relacionado con las acciones proyectadas con los estudiantes de la Normal de Pasca en el contexto de su formación en el ámbito de lo comunicativo. Entre estas acciones se destaca la utilización de algunas emisiones radiales del programa "Contando hasta diez", que fueron compartidas con la comunidad educativa a raíz del profundo impacto generado por la experiencia del Festival de Radio Viva - 2018.

Estos tres pasos responden a la generalidad del proceso investigativo relacionado con la exploración del alcance de la radio universitaria como recurso para la recuperación de la memoria en el marco del conflicto armado vivido en la región del Sumapaz.

Muestra representativa e instrumentos

Desde las metodologías comprensivas - descriptivas, con enfoque fenomenológico, se consideran las llamadas muestras intencionadas. Inicialmente, el trabajo de campo contempla el universo de las víctimas del conflicto en el municipio de Tibacuy, un total de 1726 identificados como la población afectada por la violencia. Esta información fue suministrada por la personería del municipio, entidad encargada del registro de las denuncias y versiones libres y espontáneas relacionadas con este tipo de casos. Se tomó como muestra "intencionada" entendida por Hernández, Fernández y Baptista (2010) aquella que está sujeta a la evolución del proceso inductivo, la población que en su momento formó parte de la mesa de víctimas, legalmente reconocida por la Personería del municipio. Fue, entonces, la vinculación de esta comunidad la que permitió avanzar en el primer paso de la ruta metodológica.

Posteriormente, en el escenario y los programas radiales se vincula a un total de 95 estudiantes del ciclo de formación de la Normal Superior de Pasca cuyas edades oscilan entre 16 a 22 años, vinculados en el ejercicio del taller de resignificación del conflicto y las víctimas. Cabe anotar que este municipio, aunque fue corredor de tránsito habitual de varios de los actores armados del conflicto, no ha puesto especial énfasis en el rescate de sus experiencias de memoria colectiva relacionada con el conflicto armado en su territorio. Este escenario permite el desarrollo del segundo y tercer paso de la mencionada ruta metodológica.

Técnicas e instrumentos de investigación

De acuerdo con el enfoque cualitativo, seleccionado, se relacionaron como técnicas de investigación las siguientes:

1. Entrevista en profundidad: la cual fue dirigida particularmente a las víctimas de la violencia. Se basó en preguntas abiertas que permitieron ahondar en aspectos claves para la consecución de los objetivos expuestos. Fue grabada con el consentimiento de las víctimas para ser emitidas a través del programa radial "Contando hasta 10", emisora on line de Radio Unad Virtual.

El instrumento aplicado fue la guía de preguntas, que contiene información como nombre del entrevistado, fecha de realización, hora, lugar, entrevistador(es) y finalmente un grupo de preguntas generales de las cuales se desprende el diálogo abierto, que progresivamente permite la recuperación de contenidos emergentes. Cada relato permitió identificar eventos o acontecimientos significativos para la comunidad del municipio de Tibacuy, relativos al conflicto y sus representaciones simbólicas; así como caracterizar las posibles percepciones que los habitantes tienen sobre la paz y las prácticas sociales y culturales mediadoras para la construcción de un ambiente de reconciliación. La aplicación de la entrevista apunta a la ejecución del primer paso de la ruta metodológica.

2. Taller. Grupo de discusión : "Resignificación de las víctimas del conflicto": consistente en un ejercicio comunicativo que aproximó a la audiencia radial del programa en línea "Contando hasta 10", para el caso estudiantes de la Normal de Pasca, cuyo objetivo fue el de conocer la percepción y conocimiento que los estudiantes tienen sobre el conflicto que vivió el municipio de Tibacuy entre 1998 y 2003 y su resignificación posterior a un ejercicio de escucha de relatos de vida sobre dos hechos victimizantes: el homicidio y el desplazamiento, que fueron trasmitidos a través del programa radial "Contando hasta 10", espacio institucional de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD). El grupo de discusión apunta a la ejecución del segundo y tercer paso de la ruta metodológica.

Esta sería la parte final del marco metodológico. Procuramos correlacionar cada componente de la muestra y de los instrumentos con los pasos definidos en la ruta metodológica, para que reflejara cierta coherencia.

Resultados

Los resultados se registran de acuerdo con cada uno de las fases propuestas en la ruta metodológica.

Primer paso de la ruta metodológica. El conflicto armado en el municipio de Tibacuy

La UNAD considera significativo el desarrollo de este proyecto debido a la necesidad de conocer los hechos que configuran las formas de organización y estructuración social, económica y política en el contexto del conflicto armado. También es necesario conocer cómo se reconfigura la cultura local, su identidad y modos de resurgir a partir de subjetividades que se transforman y determinan el hacer presente y la construcción de nuevos futuros. La cultura, como sabemos, es base de la estructuración de lo social. Por ello se indica que es perentorio aprender de la propia historia desde la voz de sus protagonistas y testigos, valorar cómo los hechos incidieron e inciden hoy en ellos y cómo puede esto ser plataforma para decidir, con mayor conciencia, sobre la comunidad que quieren tener. La memoria es poder de conciencia, apropiación y reconocimiento; la conciencia posibilita poder de acción, con la posibilidad de sentirse agente político en el propio contexto.

Las razones están en la voz de las víctimas:

.. .parte fundamental de la construcción de esta historia son los campesinos desde sus diferentes veredas, organizaciones y puntos de vista; deben ser escuchados y tenidos en cuenta. Es importante que ellos tengan la posibilidad de contar su historia, además de reivindicar ese dolor y esas condiciones difíciles que marcaron sus vidas, esas situaciones que ellos no han tenido la oportunidad de expresar seguramente por temor o porque precisamente no existen los espacios en los cuales se nos tenga en cuenta; entonces es importante buscar todas esas miradas, todas esas visiones, todo aquello que no ha sido contado, que también se tenga en cuenta, y pues se les permita mostrar lo que realmente hay en su corazón y lo que realmente quieren aportar, porque es muy importante lo que la gente tiene para aportar, y sería una construcción de un país más plural, de una manera más incluyente y más extensa de ver las cosas desde la misma región, y no desde lo que se ha se ha venido recogiendo generalizado. Hay voces que no han sido escuchadas, y esas voces también son importantes en este momento de la historia... (Marínela Rico, lideresa del municipio)

Tibacuy es una comunidad singular. Se sabe que el conflicto armado en Colombia tiene fuertes matices estructurales que se acentuaron desde la violencia partidista, dando origen a movimientos de guerrilla, algunos de los cuales afectaron al municipio y la región de manera particular. Es por esto que se requiere un análisis particular para la comprensión, apropiación y proyección de una comunidad que cuenta con unas condiciones históricas, geográficas, poblacionales, de recursos y posibilidades diferentes. Conocer desde los sujetos propios y su presente conduce a una construcción de conocimientos y proyección de acciones posibles, reales y con sentido intencionado.

El proceso de recuperación de la memoria histórica incluye valorar el papel de los distintos actores en el conflicto, muchos de ellos hoy agentes potenciales para la transformación que demanda el país y la región. Si lo que se busca es una paz que se consolide en el tiempo, para que sea duradera y estable, se debe escuchar la voz de todos esos actores y proyectarlos como agentes de transformación. La memoria, desde el enfoque de la comunicación positiva, es insumo para activar la voluntad de cambio.

Ahora bien, lo anterior colinda con el reconocimiento de las habilidades para construir paz. El estudio podrá mostrar tanto el estado de estas habilidades como demanda de las mismas. Como se indica, la paz local se construye con las personas y sus instituciones sociales, valorando la capacidad organizativa y de gestión. Cuando esa capacidad no existe o está en estados iniciales, es necesario instalarla o fortalecerla. Lo necesario e importante es identificar el estado en el que se encuentran.

La recuperación de la memoria histórica es un detonante de la inclusión, toda vez que escucha a quienes no se ha escuchado o se significa lo que estaba en lo intrascendente o en el olvido. La inclusión fomenta la participación y construcción de discursos colectivos que todos sienten propios al verse reconocidos. Esto es forjar identidad colectiva, lo que posibilita la cohesión entre agentes, instituciones sociales, sujetos y organizaciones de Tibacuy. Es entre todos cómo se da paso a la necesidad de definir y construir nuevos principios y fortalecer aquellos que impulsen la convivencia y la productividad. Solamente en la medida que se conozca la memoria histórica, se pueden perfilar acciones sociales, culturales, políticas y de gobierno que hagan posible la paz.

El estudio se aborda desde los campos de la comunicación y la psicología, que tienen, como disciplinas para la formación, la responsabilidad de generar conocimiento pertinente, relevante y trascendente para transformar la realidad desde apuestas estratégicas que transformen las condiciones que determinan el afincamiento de dicha realidad. Allí está la necesidad de aportar a la construcción de paz. Así las cosas, solo se puede transformar lo que se conoce a través de procesos de abordaje científico; se trata pues de un encuentro interdisciplinario que comparte metodologías y puede aportar escenarios de proyección al campo de la psicología y de la comunicación, retomando, fundamentando, relativizando y proponiendo elementos conceptuales que posibiliten o potencien el análisis de la interacción para la convivencia, el reconocimiento y el respeto, claves para la vida en democracia.

Hallazgos relacionados con el primer paso de la ruta metodológica

Algunas comprensiones que van surgiendo

Las narraciones de las víctimas por desplazamiento en el municipio de Tibacuy permiten mostrar la dinámica de un conflicto con múltiples matices, entre los cuales se identifican y presentan algunos de ellos. Como en todo escenario, aparecen situaciones, actores y actuaciones cuyo telón de fondo es el conflicto armado. Aquí es importante contextualizar que no se registran situaciones de combate o confrontación armada directa entre los grupos en confrontación, sino que el conflicto se desarrolla en un marco de tensión regulada por el grupo armado que tiene el poder de manera ilegal sobre la población civil, lo que no hace a la población un afectado indirecto de un conflicto entre dos bandos, sino que se coloca a los civiles en el centro y objeto del conflicto, lo que potencializa su condición de vulnerabilidad y victimización por ser, claramente, civiles.

Actores en el conflicto

  • Con los ya conocidos actores ilegales armados, como guerrilla y paramilitares, y los armados legales representados por el Ejército y la Policía, se mencionan funcionarios del Estado que como empleados sufrieron las incidencias del conflicto al convertirse en objetivo militar y debieron, en algunos casos, desplazarse hacia otros municipios. Se encuentra también la comunidad del municipio, representada esencialmente por los pobladores campesinos y del casco urbano tanto de Tibacuy como de Cumaca, que se caracterizan por no ser combatientes; y se menciona también como un grupo intermedio a civiles que fungieron como informantes para los grupos armados. Este grupo en particular es significativo para el sentir de la población y de las víctimas por su connotación de ser coterráneos o vecinos sobre los cuales se espera siempre un valor de identidad y solidaridad que, como se indica más adelante, no cumplieron.

  • Actores armados y el traslado de autoridad. Traslado de autoridad y poder que se da con la presencia de los grupos armados, legales e ilegales. La presencia de la guerrilla primero y los paramilitares después movió y tensionó el conflicto especialmente entre 1998 y 2003. Posteriormente, en 2004, la presencia del ejército, actor intermitente hasta ese momento, se denota e instala desde la legitimidad perdida por el Estado en ese periodo. Los relatos muestran que los grupos armados ilegales impusieron en su momento y en las subregiones del municipio su dominio con normas, convocatorias, persuasiones y sentencias que incluían el asesinato y destierro.

  • Actores civiles alineados con los grupos armados ilegales. Dentro de la lógica de tomarse el poder y ejercer autoridad por parte de los grupos armados ilegales sobre la población civil, aparecen también actores intermedios que sin ser de las tropas simpatizan con estas, que cumplieron funciones de informantes especialmente, y que desde ese papel obtuvieron beneficios económicos mediante prácticas ilícitas sobre sus coterráneos; se menciona la extorsión a nombre de la guerrilla a comerciantes en algunos casos, y a familiares de víctimas por asesinato en otros; también se presume que incidieron en la sentencia y muerte de coterráneos para lograr beneficios económicos o políticos. Algunos de estos informantes se sumaron luego a la guerrilla y se fueron del municipio con la llegada de los grupos paramilitares; sin embargo, otros se quedaron y hacen parte hoy de la comunidad, significando con ello un reto de asimilación a las víctimas por la no aceptación de su implicación y autoría de delitos.

Situaciones

  • El oportunismo como quebrantamiento social. Las acciones delictivas de estos actores intermediarios evidenciaron el oportunismo como práctica de guerra que puede connotar el resquebrajamiento de valores como confianza, lealtad y solidaridad, necesarios para soportar el tejido social ante situaciones críticas. Como lección, las víctimas y la población consultada manifestaron que se pudo conocer quién es el otro, aludiendo a aquellos que como informantes principalmente aprovecharon las circunstancias para ganar prebendas para sí, dañando o afectando a otros miembros de la población.

  • Prevención y resistencia pasiva hacia los desplazados. Algunos de los habitantes manifiestan actitudes de rechazo hacia ellos, aludiendo que no son del municipio.

  • Conciencia de la necesidad de ser escuchados. Como ya se citó, en palabras de uno de los entrevistados, "parte fundamental de esta historia son los campesinos desde sus diferentes veredas, organizaciones y puntos de vista, deben ser escuchados y tenidos en cuenta". Es un reclamo por el reconocimiento, que va más allá de ser nombrados, que en algunos casos se sienten como señalados. El reconocimiento en este caso es local, situacional y crítico.

Actuaciones

Evasión de la responsabilidad. Este comportamiento, como ya se mencionó, para el caso de los informantes, se expresa lesivo para las víctimas. Más aún en el caso de los jefes guerrilleros que protagonizaron las situaciones más complejas y escabrosas, como el Negro Antonio y Rafael, quienes, según el parecer de los entrevistados, no reconocieron su responsabilidad y, por ende, han evadido el deber de esclarecer hechos y pedir perdón.

Liderazgo continúo. Entre las víctimas se destacan acciones de liderazgo como factor resiliente que les permite posicionarse ante la comunidad, y sobre todo ante sí mismos, como sobrevivientes que proyectan acciones en favor de las víctimas.

Demandas o necesidades para la recomposición del tejido social

Frente a la búsqueda de las percepciones que los habitantes tienen sobre su convivencia y aporte al tejido social, manifiestan la expectativa que las cargas se empaten, que aquellos que fueron victimarios se pronuncien, expliquen y pidan perdón. Señalan que algunos actores que se identificaron como víctimas cumplieron durante el conflicto un papel de victimarios ya sea como informantes o parte de la guerrilla, pero ahora figuran como víctimas, y gozan incluso de beneficios como tales. Con ello sienten que aún no confían en la justicia.

Derechos

Algunos de los primeros hallazgos en materia de derechos humanos permiten ver que las víctimas no tienen un conocimiento pleno de sus derechos. Para algunos de los entrevistados es mejor dejar las cosas en el olvido; para otros, la esperanza está en escuchar de los victimarios una expresión de paz, aun renunciando a derechos establecidos en la Ley de Víctimas como indemnizaciones. En otros casos, la indemnización económica se gastó y las víctimas no superaron ni el dolor ni la capacidad de reconstituir sus vidas. De esta forma, el derecho tiene límites que no alcanzan necesariamente condiciones de dignificación de la víctima.

  • Sí bien la mesa de víctimas está constituida por víctimas del conflicto armado, entre las cuales hay desplazados externos, no todos se sienten allí representados, y la participación es vista como un oportunismo para lograr prebendas, particularmente de quienes llegaron al municipio venidos de otros conflictos. Otros actores, víctimas también, prefieren mantenerse alejados de espacios como la Mesa de Víctimas y en su decisión alejan el objetivo de hacer de la participación un medio y un objetivo.

  • La participación puede ser entendida como una disputa de poder en la cual se constata aún persecución por ideologías. En ese sentido, pensar en derechos parece subversivo.

  • Colindando con lo anterior, el empoderamiento está en proceso, toda vez que algunos de los testimonios dan cuenta de desprendimiento y resignación, pero otros se asumen líderes e inciden en espacios de participación pública. Aún con esto, prevalecen imaginarios de incomodidad con las víctimas, entre las cuales se encuentran los desplazados.

  • La experiencia de quienes sufrieron desplazamiento individual, saliendo de su municipio, es de abandono por parte del Estado. Ante el acecho de los grupos armados, la opción fue sacar a sus familias, pero no de manera masiva, sino de forma individual, aunque mantuvieron sus labores productivas o de empleo en el municipio.

  • Algunos desplazados que partieron de forma individual y luego volvieron se autoexcluyen para evitar mayor persecución o señalamiento social o discriminación de agentes del Estado. En esta circunstancia, al autoexcluirse, se quedan al margen de los derechos que les son propios por desplazamiento, duplicándose la vulneración del derecho. No hay confianza en los procesos que buscan aplicar la ley. Una manera concreta de esta autoexclusión es no vincularse a las asociaciones u otros grupos para ser identificados.

  • Se revela también la necesidad de ir más allá de la compensación económica e intervenir con apoyo psicosocial a las víctimas.

En Tibacuy, lo escuchado hasta el momento da cuenta de que los desplazados tienen un capítulo especial, pues algunos de sus líderes son observados por algunos actores sociales como oportunistas, como si los derechos no fueran universales sino particulares.

Segundo paso de la ruta metodológica: El Festival Radio Viva - 2018. Se medía desde la radio para construir sociedad

Este es una primera tentativa de llevar la experiencia de los habitantes de Tibacuy con relación al conflicto armado a un espacio académico. Tres fueron los líderes que participaron en este escenario de diálogo. Cada una de sus intervenciones, así como el papel que desempeñó la radio universitaria en el proceso de mediación, se acompañan de breves referentes teóricos de autores que refuerzan aspectos sobre el papel de los medios de comunicación en el conflicto, la memoria histórica, la identidad y el valor del reconocimiento como generador de convivencia; categorías emergentes del diálogo.

El Festival de Radio Viva - 2018, en el marco del evento académico liderado por el programa de comunicación social de la UNAD, Cátedra Comunicación, reunió en un ejercicio de diálogo, de reflexión y de acercamiento local a un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, sede Fusagasugá, y a estudiantes del ciclo complementario de la Normal Superior de Pasca con tres de las víctimas del conflicto del municipio de Tibacuy, particularmente con relación al hecho victimizante de desaparición forzosa. Durante dos horas y al "aire" el programa radial "Contando hasta 10", que se trasmite por la emisora universitaria Radio Unad Virtual, fue ese puente que permitió despertar el interés de una generación de jóvenes que hasta el momento tenía una información vaga o poco precisa respecto a los hechos que han marcado históricamente el conflicto armado en Colombia, particularmente en una región como la del Sumapaz. Los medios de comunicación en el país, si bien revelan noticias de forma permanente sobre hechos de violencia, como, por ejemplo, el asesinato de líderes sociales o ataques a poblaciones a causa de grupos al margen de la ley, se quedan en el mero proceso informativo, poco reflexivo y carente de profundidad, que termina desinformando y tergiversando lo sucedido. Son los medios de comunicación los llamados a narrar el conflicto de manera transparente y veraz, desligando intereses tanto económicos como políticos; no obstante, la realidad colombiana ubica a los medios en manos del poder político y económico, lo que repercute en la forma como se narra el conflicto en Colombia. "Este aspecto de la propiedad de los medios es el primer factor que incide en la forma como se construyen los relatos del conflicto armado en la prensa nacional y local" (Valencia, 2014, p. 37).

Han sido más de 50 años de historia del conflicto narrada por medios de comunicación monopolizados que sesgan la realidad y que convierten la violencia en un simple hecho noticioso el resultado es la configuración de una mirada cotidiana que pierde todo sentido, toda posibilidad de sensibilidad y toda capacidad de comprensión y análisis. "En todos estos casos, los periodistas actúan como simples notarios de sucesos, de registros de hechos que no ofrecen contexto alguno para que las audiencias entiendan las causas estructurales, la gravedad y la crueldad de la guerra vivimos (...)" (Valencia, 2014, p. 42). No se trata de reducir las implicaciones sociales del conflicto armado a un lenguaje periodístico descriptivo carente de veracidad, que desvincula a otros actores y delega la responsabilidad a unos pocos.

Se media, en este orden de ideas, a través de la radio universitaria, como un espacio en el que narrar cobra un significativo sentido, ya que visibiliza la realidad local del conflicto armado a través de relatos humanizados, en la voz de las víctimas invitan a reconstruir los hechos, a sensibilizarlos, a comprender lo que hay tras de cada historia, de cada lucha, de cada experiencia personal. Se trata entonces de rescatar la memoria histórica desprovista de su carácter oficial y darle paso a una historia que, desde lo local precisa del entendimiento de los hechos, de la activación de un pasado que las futuras generaciones están obligadas a conocer y entender, pues si bien el olvido intencionado desvincula, es a través de la activación del pasado que se pueden comprender las dinámicas políticas, culturales, sociales y económicas actuales de una región,

... es una historia que se interesa más por la construcción de los acontecimientos en el tiempo , por su desaparición y por el resurgir de sus significaciones, que por los acontecimientos en sí mismos; más por la reutilización y usos del pasado y su impronta sobre los sucesos presentes, que por el pasado tal como ha acontecido ... (Nora Pierre, como se cita en Sánchez, 2003, p.774)

En un ejercicio dialógico, la radio media a partir de los testimonios que van dando cuenta de lo ocurrido a través de narraciones que, en voces de las víctimas, despiertan en los oyentes sentires, los impulsa a elaborar imágenes y construir mutuamente significados; en palabras de Rincón (1998), son los medios de comunicación haciendo cultura, ".. .en cuanto construyen redes de significados compartidos (...) y legitiman visiones de la realidad" (p. 43).

Surgen preguntas reflexivas y activadoras de la memoria, como el contar acerca de los motivos que obligaron a abandonar sus tierras, y entonces se narra en detalle y de manera descriptiva, a través de la radio, la historia de una Tibacuy que se caracterizaba por ser una tierra pujante, en el que la actividad agrícola, particularmente la producción el café, despertaba el interés de muchas personas que veían en este municipio un espacio ideal para instalarse, no obstante, a partir aproximadamente de 1992 y hasta 2003 la historia cambia, la presencia allí de grupos al margen de la ley rompe con la cotidianidad y la tranquilidad de sus habitantes, el miedo, la desconfianza, el temor y la ansiedad se asientan en los corazones de sus pobladores, y comienza a surgir en ellos la idea de huir y buscar refugio en otras partes: madres cabeza de familia que buscan principalmente la protección de sus hijos, pues eran objetivo de los grupos, quienes los obligaban a formar parte de sus filas. Norma relata cómo tuvieron que abandonar sus casas, el lugar donde habían nacido y habían construido sus sueños:

(...) no aguantaba la presión, nos tenían vigilados, yo trabajaba en la alcaldía y nos habían prohibido atender al público, debíamos estar afuera, en la calle, yo me hacía al lado de una venta de aguacates; de forma constante éramos vigilados, pasaban con frecuencia en sus motos, vigilando que no hiciéramos nada de lo que nos habían ordenado. Solo se escuchaban las noticias frecuentes de asesinatos de personas que conocíamos, en San Francisco, en Bateas, San José... fue una época dura, los nervios no daban (...) y es entonces cuando decido salir para salvaguardar a mi familia.

Desde otro testimonio, fue el miedo a la muerte lo que obligó a un líder comunitario a abandonarlo todo, pues el asesinato de sus amigos y las amenazas eran una constante; temas como defender los derechos del otro se convirtieron en la principal causa para acabar con la vida de personas, quienes no comprendían por qué abogar por lo que les correspondía por derecho era un error:

Yo vengo de otra región, del Magdalena Medio, una tierra rica en hidrocarburos, con tierras demasiado productivas, ganadería extensiva, y la presencia de industrias multinacionales (...) como líder defendía a mis campesinos, a mi territorio, sus recursos, su cultura. mi pecado, denunciar las injusticias, no estar de acuerdo con algunas decisiones que allí se tomaban y que vulneraban los intereses de la gente.

Otra pregunta surge en el diálogo: ¿Cómo se vivió ese proceso de transición, a pasar de una tierra en la que se sentían en algún momento seguros a un lugar totalmente desconocido? Se narran aspectos como la forma en que fluyen sentimientos de soledad, ya que se llega a tierras desconocidas, en el que se es nadie para el otro; y entonces la indiferencia y el sentimiento de abandono, de desarraigo, y la pérdida de identidad se apoderan de cada uno, como lo señala Lida: Se llega a una tierra que no nos pertenece, sin ninguna posibilidad, en la que nos debemos adaptar a otras costumbres; hay un desarraigo (.) se siente la soledad, la extrañeza, no hay solidaridad, el núcleo familiar se desintegra, se rompe; tuve que retirar a mi hija de la escuela; tuve que buscar otras opciones de trabajo en una ciudad con condiciones complejas.

La identidad en este caso se pierde, es uno de los aspectos que afecta a los desplazados, porque implica dejar una ciudadanía para convertirse en víctima:

(...) No se siente uno, se siente otra persona; hay traumas, de este tema no me gusta hablar; hubo secuestro, violación; vienen emociones fuertes, dolorosas. Lo cultural no se siente bien, la manera de hablar molesta a los demás, no es fácil encajar, sin embargo, se debe continuar (.), llegar a una región diferente culturalmente, el mismo clima, hasta la comida. uno quisiera haber traído un pedazo de pueblo a donde se va. A donde se llega no se conoce a nadie, no nos importa lo que le pasa al otro, hay una indiferencia a la que no estamos acostumbrados, pues se siente la marcada diferencia con las zonas rurales, esencialmente campesinas; allí nos convocan intereses comunes. (Larios, 2018)

El escenario donde se teje la vida, el de la cotidianidad, allí donde se creció, se compartieron momentos no solo en familia sino con los vecinos; aquel lugar donde saludar era habitual, donde todos se conocen, el lugar en el que se hace el jornal, se hace y se vive la cultura, los eventos del día a día, allí donde sucedió todo ya no está, se perdió, porque desplazarse conlleva la pérdida de la esencia, no hay una comprensión de las culturas, el que llega, sin lugar a dudas, deberá adaptarse.

Y no podía faltar la pregunta de uno de los oyentes: ¿cuál su posición frente al proceso de paz?, a lo que Lida de forma contundente precisa:

El conflicto duró muchos años y pensar en la dejación de armas, en no más atentados, secuestros, es un respiro de tranquilidad; hemos vivido en conflicto permanente, por más de 50 años, en donde matar y secuestrar, así como acabar con la tranquilidad de una región, de una familia, era el pan de cada día; hoy el acuerdo mantiene activa la esperanza, porque con los acuerdos se da un paso importante, se genera progreso para el país, se da estabilidad para los jóvenes, la posibilidad de que ellos respiren paz y tranquilidad, un país donde no se escuche hablar de la violencia.

Y como complemento la pregunta: ¿Están de acuerdo con lo que se plantea en esos acuerdos, hay justicia? Para víctimas o victimario hay un desconocimiento del proceso y los puntos del tratado de paz, sin embargo, enfatiza Lida, "hay que mirar lo positivo, hay que concertar una paz, que cese la violencia, somos hijos de la guerra. debe cesar, así el acuerdo tenga algunas falencias".

Lo que narra se convierte en una ventana en la que se visualiza la realidad de muchas familias que abandonaron sus tierras, sus viviendas, sus raíces; ubicarse en el lugar del otro abre la mente y activa la sensibilidad de ese quien escucha y comprende que salir no es una decisión fácil; la lectura de la realidad mediada por la radio a través de las voces que relatan parte de lo que fue el conflicto, dejan entrever una realidad oculta, que se disfraza en una simple noticia, que no precisa de lo humano y que finalmente se vuelve algo transitorio y cotidiano. Plantea Rincón (1998) en cuanto a la función y responsabilidad que tiene los medios como cultura "(.) los medios de comunicación son dispositivos de expresión de la subjetividad, de la colectividad, de la identidad" (p.44); no excluyen, integran, reconocen; en ese sentido se apela al reconocimiento de ese sujeto de derechos que ha sido deslegitimado, que se ha visto condicionado a las circunstancias, inclusive ha quedado sometido a ellas; el reconocimiento social en un contexto violento como en el que se vive niega y desintegra; en palabras de Honneth (2006) "las prácticas de reconocimiento no efectúan un fortalecimiento de los sujetos sino, al contrario, su sometimiento"(p.130); he aquí la verdadera causa por la cual se permanece en una constante lucha social.

Tercer paso de la ruta metodológica: Estudiantes de la Normal de Pasca. La radio mediadora de encuentros

Radio Unad Virtual es una emisora on line que se trasmite a nivel internacional; cuenta con una programación variada, dirigida especialmente a la comunidad universitaria; dentro de su programación se ubica "Contando Hasta 10"; espacio a través del cual los estudiantes entraron en contacto con las narraciones de las víctimas, punto de encuentro en donde se extiende un puente para la escucha, el diálogo, el despertar de la conciencia histórica.

En ese sentido, la radio comienza a desempeñar un papel relevante en la construcción social de los contextos y de las situaciones para el caso de violencia y vulneración de los derechos de las víctimas del conflicto en el municipio de Tibacuy. Se trata de develar esa parte del conflicto a través de las voces como vehículos que establecen una relación de cercanía entre el sujeto víctima y el otro - audiencia; relatos que actúan como un recurso de mediación pedagógica que activan la interlocución y el intercambio, siendo la mediación, en palabras de (Prieto,1999, citado en Padula, (s.f.) el acto de "Mediar entre áreas del conocimiento y de la práctica humana y quienes están en situación de aprender algo de ellas". Se trata de conocer la historia local, analizar e interpretarla, de contex-tualizarla y aprender algo de ella: se aprende a reconocer las subjetividades del sentir de quien narra, de la forma como reconstruye los hechos; se aprende a compartir la construcción de los sentidos desde otras miradas que sensibilizan, aproximan y vinculan al otro.

Y es que la radio universitaria no se queda en el simple tránsito de la anécdota, sino que hace histórico el suceso y revela la historización de los sujetos, tanto las víctimas como la audiencia -oyente; es el puente para la inclusión sobre las memorias históricas del conflicto que vivió la población de Tibacuy y que le dio el apelativo de "zona roja"; representando a aquellos sectores y brindando la posibilidad de relatar a los otros para su reconocimiento, para la construcción de conciencia y la reparación simbólica. Y es que, en palabras de Ricoeur (1999), la memoria da sentido de pertenencia, de identidad y la posibilidad de construir confianza y establecer relaciones basadas en la solidaridad.

Lo que la radio comunica, lo que percibe la audiencia

Conocer la historia local desde la voz de las víctimas del conflicto armado en Colombia abre la posibilidad de fortalecer el sentido de lo colectivo hacia lo vivido; esa ruptura hacia la indiferencia es un paso para el rescate de la identidad y la construcción democrática de la paz, del tejido social; cuando ese oyente -para el caso estudiantes del ciclo complementario de la Normal de Pasca-, se acerca a la realidad, mediada por la radio, se sensibiliza; comprende que lo que le pasó a otros tiene que ver con la forma como concibe su presente y construye su futuro. Los Jóvenes tienen ese derecho de conocer su historia, de entender las dinámicas de un país que siempre ha estado enmarcado en el conflicto.

El taller denominado "Resignificación de las víctimas del conflicto" pone de manifiesto el grado de conciencia que tiene la población estudiantil respecto a los hechos que han marcado la historia de su país, de sus regiones; si bien no desconocen esa realidad, nunca se aproximaron a las víctimas de forma tan directa como lo hicieron cuando escucharon las voces de las víctimas del conflicto en Tibacuy a través del programa "Contando hasta 10"; su percepción se amplió y su capacidad de comprensión les invitó a replantear conceptos como el de víctima, estigmatizados como "personas oportunistas que viven de los recursos el Estado"; así mismo, destacan el papel de la mujer, que en medio de un conflicto lucha y surge sola por amor a sus hijos frente a la pérdida sin explicación de su esposo, líder, defensor de los derechos y a quien asesinan injustamente.

Un acercamiento a las representaciones que los estudiantes de la Normal de Pasca construyen acerca del conflicto armado, sus dinámicas y actores

Cinco escenarios enmarcan la respuesta a este ítem:

El saber

El conflicto es interpretado como un hecho histórico que acompaña la dinámica de vida de muchos escenarios del país desde hace más de sesenta años. Sus víctimas se ubican especialmente en los sectores rurales, es decir, el conflicto ocurrió lejos de los centros urbanos y su accionar fue endosado a los grupos armados al margen de la ley, léase guerrilla y paramilitares. Esta dinámica, según los estudiantes, ha desencadenado el desplazamiento de la población de sus fincas y parcelas, a partir de hechos delictivos como homicidios y extorsiones. El análisis relacionado deja por fuera del contexto interpretativo la violencia propia de centros urbanos, la injerencia en el conflicto de los actores armados estatales y el reconocimiento de otros actores distintos a la llamada categoría de "las víctimas".

Las víctimas

Se ubican territorialmente en las zonas alejadas de los centros poblados del país, hablando preferencialmente de veredas o fincas. Su condición de víctimas está definida a partir de las acciones delictivas asociadas al secuestro, el homicidio, las extorsiones y, como consecuencia de ello, el desplazamiento forzado. Los conciben como protagonistas inermes en medio de una situación violenta que los ubica en medio del conflicto, pero sin posibilidad de decidir por su existencia. La pérdida de sus tierras los arrojó a las calles y los convirtió en "vividores", que quieren que tanto el Estado como la caridad ciudadana les suplan sus necesidades. De cierta forma, los conciben como oportunistas que se aprovechan de su condición. Esta percepción dista de algunas posturas de los habitantes de Tibacuy, que se definen como sobrevivientes, que desean la verdad más que la retribución económica y que consideran el tema de su dignidad humana como el último bastión al que renunciarían.

Los medios de comunicación

Son representados como actores mediados por intereses de orden comercial, que manipulan la información y esconden la verdad. Pertenecen a sectores poderosos, como la clase política, que regulan sus conductas a partir de intereses que hacen que la información se sesgue y aunque visualizan a las víctimas, lo hacen parcialmente y de acuerdo con sus intencionalidades. No se registra en su percepción la labor de medios no convencionales que hacen denuncia e investigación con el in de conocer la verdad y, a su vez, dignificar la condición de las víctimas.

Las narrativas

Los estudiantes de la Normal reconocen que el texto que da a conocer el conflicto armado está enmarcado en historias de dolor y sufrimiento asociadas a la pérdida de familiares producto de homicidios o desapariciones. Destacan el rol de control asumido por la guerrilla, además de algunas respuestas de parte de la población enmarcadas en la resistencia y una postura valiente frente a los actores armados que los violentaron y afectaron de manera notable su existencia.

Algunos efectos

En varios casos los estudiantes se acercaron a su propia realidad en términos del impacto del conflicto. Diríamos que la memoria se activa por contigüidad. Algunos recordaron lo sucedido en Pasca, municipio mucho más cercano a la incidencia de las FARC en su territorio que el mismo Tibacuy. Uno de ellos habla de su tío desaparecido y al cual aún esperan, pues no volvieron a saber que fue de su vida. Otra estudiante rememora cómo sus padres tuvieron que trasladarse a Fusagasugá para huir de las amenazas y los señalamientos del grupo armado. De cierta forma, la narrativa escuchada a través de los testimonios de víctimas en Tibacuy genera la emergencia a una experiencia muy seguramente reprimida e inactivada social e históricamente por cuenta de un mecanismo de defensa que termina teniendo un efecto negativo sobre la memoria como un recurso generador de conciencia sobre el conflicto.

La narrativa radial en este caso dirime ese bloqueo generando recuerdo, reflexión y conciencia histórica.

Un relato generador de sensibilidad, en el cual los detalles de hechos en los que alguien pierde la vida o tiene que abandonar todo lo que era su mundo de un momento a otro: este relato, de una u otro forma, involucra un coterráneo; alguien que culturalmente es equiparable y, por ende, comparte criterios de actuación, valores y formas de ver la vida. La radio, en este caso, allana los caminos y acerca a las personas. Producto de ello se da un replanteamiento en dos líneas:

La primera de ellas apunta a fracturar o debilitar los imaginarios o las representaciones que se han construido desde lugares un tanto insostenibles sobre lo que es el conflicto armado y su impacto en las personas. El relato dice que la víctima es una persona que tenía una vida y la ha perdido por cuenta del conflicto. Desde esta perspectiva, sus actuaciones y sus reclamos buscan recuperar esa vida. Es una mirada totalmente distinta a la inicial, en la que, por ejemplo, la víctima se percibe como alguien que desangra al Estado. Muchos de estos imaginarios tienden a cambiar en los estudiantes de la Normal de Pasca como producto de su acercamiento a los relatos de los habitantes de Tibacuy.

Conclusiones

  1. El derecho a la comunicación está dado por la posibilidad de incluir aquellas voces que han permanecido en silencio, abriendo espacio a la mirada no oficial del conflicto que le da validez al discurso local. Lo local representa la diversidad del conflicto, la particularidad de quien conserva los matices del efecto del conflicto en la propia existencia. No se puede hablar de una generalidad factible si no se consideran esas tonalidades que aportan la mirada íntima representada en la historia local. Allí actores, derechos y prácticas se particularizan y construyen sus propias rutas para expresar las circunstancias localizadas de un conflicto. Ello, en últimas, reclama la necesidad de que cada historia sea escrita como documento vital que ofrece un camino a la posibilidad de que la memoria derrote al olvido.

  2. La memoria genera sentimiento, activa el pasado en un presente que rompe con el olvido y activa la conciencia histórica necesaria para reconstruir el tejido social, fraccionado por sentimientos emergentes de miedo y desconfianza. Recordar, historizar, reconstruir; he ahí la ruta garante de la memoria. Cada uno es testigo y, de alguna forma, actor de los hechos que alimentan esa memoria. Se trata, entonces, de valorizar el acontecer local y garantizar su registro sea en la tradición oral propia de los pueblos o en los documentos y escritos formales de las distintas instituciones sociales y culturales.

  3. Se modifica el sentir, se comparten percepciones alrededor de quien es la víctima, sus experiencias, su dolor, su afán, en casos de desplazamiento, de surgir, de no detenerse. Esta es la manera de superar la mirada que invisibiliza el alcance del drama implicado en la emoción de los afectados y en la conciencia de un pueblo que debe abrir los ojos frente a la magnitud de lo acontecido. Uno de los grandes impactos en este sentido se encuentra relacionado con la forma en que se avienen las experiencias individuales de las víctimas, con las aproximaciones colectivas e institucionales, que en su afán de generalización invisibilizan circunstancias muy importantes en cada caso.

  4. Se reconoce al sujeto víctima y se valida el rol de los medios, en este caso la radio como mediadora para descubrir de la verdad, de acercamiento real, de construcción de memoria y de historia; de espacios que aproximan e invita a construir colectivamente. La dinámica de movimiento de roles debe ser tenida en cuenta a la hora de analizar el conflicto armado. En el caso de Tibacuy, por ejemplo, algunos actores fueron víctimas en un principio; posteriormente tomaron posturas que los colocaron del lado de los victimarios y terminaron constituyéndose nuevamente en víctimas que reclamaron los beneficios ofrecidos por el gobierno.

  5. El acercar a los actores del conflicto, en este caso a los pobladores del municipio de Tibacuy, a los espacios académicos, como el Festival Radio Viva - 2018, propuesto por la UNAD, permite abrir un espacio de análisis crítico y situado. Se reflexiona sobre lo que sucede en el entorno inmediato, y ello supone la emergencia de un actor académico orgánico que vincula a su análisis intelectual las categorías propias de su realidad más inmediata.

  6. La radio universitaria, menos cuestionada y condicionada que los medios tradicionales, permite un acceso a actores y situaciones que requieren ser contados y apropiados desde diversos escenarios. Así, la radio universitaria se convierte en mediadora entre víctimas y oyentes, y de esta forma dinamiza la emergencia de sentidos colectivos, diversos y múltiples.

  7. Entre la tradición y la experiencia cotidiana se construyen versiones que merecen ser puestas en cuestión. Para el caso de esta investigación, en algunos escenarios sociales e institucionales se ha actualizado una idea de "víctima" como alguien que llega de afuera, se apropia de los exiguos recursos municipales y exprime el presupuesto local, afectando el derecho adquirido de sus habitantes del disfrute de ciertos beneficios, por su condición de coterráneo. Es decir, de alguna forma, la víctima se convierte en un victimario. Esta mirada, como muchas otras relacionadas con el conflicto armado y los procesos de desplazamiento, termina destruyendo categorías muy sensibles del tejido social, relacionadas con la solidaridad, la empatía y la sensibilidad frente las grandes tragedias que han afectado a muchos sectores de la sociedad.

Referencias

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Recibido: 11 de Agosto de 2020; Aprobado: 11 de Marzo de 2021

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