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Estudios de Filosofía

versão impressa ISSN 0121-3628

Estud.filos  no.60 Medellín jul./dez. 2019

https://doi.org/10.17533/10.17533/udea.ef.n60a13 

Reseñas

Hirsch, E. (2018). Radical Skepticism and the Shadow of Doubt: A Philosophical Dialogue . London, England: Bloomsbury

Jens Gärtner Gutiérrez 1  

1 Instituto de Filosofía, Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia. E-mail: jens.gartner@udea.edu.co

Hirsch, E.. (, 2018. )., Radical Skepticism and the Shadow of Doubt: A Philosophical Dialogue. ., London, England: :, Bloomsbury,


Un libro refrescante y profundo. El contenido de Radical Skepticism and the Shadow of Doubt no es nuevo: originalmente titulado Epistemology noir, fue, desde diciembre del 2014 hasta su republicación en diciembre del 2017, un texto de público acceso en la página personal del autor (https://sites.google.com/a/brandeis.edu/eli-hirsch/).

¿Hay razón para dudar de si tenemos contacto con la realidad externa? Si tuviéramos razones para dudarlo, ¿dudaríamos? ¿O es imposible tener semejantes dudas? Éstas son algunas de las preguntas que Eli Hirsch nos plantea y aborda junto a nosotros y tres pintorescos personajes en su libro. Y lo hace en tantos niveles que tendrá que emerger (pues se reduplican en cada acto) una última duda: aun si descubriésemos que para los protagonistas es lícito dudar del Yo, de la realidad externa y de la filosofía como el oficio de la duda por excelencia, ¿es lícito para nosotros (y para Hirsch) dudarlo?

Lo primero sobre lo que hay que poner atención es también lo primero que Hirsch señala de su libro: éste habita un límite. En palabras del autor:

Obviamente tiene mucha más filosofía que una típica obra de teatro, pero también tiene mucha más acción no- filosófica que un diálogo corriente. Lo que espero -añade Hirsch- es que los diferentes aspectos de este libro […] encajen para ofrecer una perspectiva novedosa de cómo hablamos sobre el escepticismo (Hirsch, 2018, p. ix; las traducciones son del autor de esta reseña).

Es importante llamar la atención sobre esta yuxtaposición de dos registros, no sólo porque, como lo hace ver Hirsch, ofrezca una nueva perspectiva, sino porque dice algo de un punto de partida del autor, a saber, que, aunque se puedan conjugar y confundir, hay de hecho una separación entre filosofía y literatura. Posición complicada si consideramos, haciendo eco tanto del Círculo de Viena como de los laberintos borgianos1, que “[la] filosofía es un género literario” (Gómez Dávila, 2005, p. 252).

La obra se divide en tres actos: “La ansiedad de Vatol2”, “Vatol y nosotros” y “La imposibilidad de la duda”. A lo largo de éstos, Lev, Yitzhak y Daniel, tres profesores de filosofía entrados en años, discuten en el baño de una Yeshiva3 acerca de ciertos temas fundamentales para arrojar luces sobre el escepticismo radical: la duda, la creencia y la ansiedad epistémica, entre otros.

Lo más inmediatamente notable del libro es que, en lo que a su forma concierne, es una obra de teatro en toda ley. Así, a pesar de que su autor y su contenido se asemejan a los que comúnmente encontramos en la tradición filosófica anglosajona del último siglo (por regla general llamada “filosofía analítica”), Radical Skepticism and the Shadow of Doubt queda inscrito en el género didáctico, acervo de la literatura (aunque los presupuestos de Hirsch sugieran que desea evitarlo). Es llamativo que nos veamos inclinados a considerar como innovadora la forma de este libro, pues tratar teatralmente un tema filosófico es una práctica cuando menos tan antigua como los diálogos platónicos. Y, sin embargo, no resulta anticuado ni por sus tres viejos, ni por sus discusiones exegéticas, ni por su formato bimilenario. Ya nos lo decía ese otro escéptico, tan radical a su manera, Nicolás Gómez Dávila: “La literatura es toda contemporánea para el lector que sabe leer” (Gómez Dávila, 2005, p. 52).

Pero no sólo la forma resulta innovadora, sino también las maneras novedosas en que los tres protagonistas abordan los temas. Muy consecuentemente con su condición de filósofos estudiosos del Talmud, Lev, Yitzhak y Daniel no discuten sobre el dogmatismo epistemológico o la duda cartesiana con la parquedad y distancia de una enciclopedia, sino que han vivido y viven estos temas, se ven afectados emocionalmente por los alcances de su cavilación conjunta, evitan y buscan hablar de aquello que les resulta de una u otra manera significativo. La duda no les importa tanto como su sombra, la ansiedad, pues “¿qué te pone ansioso si no la duda?” (Hirsch, 2018, p. 9).

Por ejemplo: en lugar de plantear la posibilidad de dudar de la existencia del mundo para buscar un Yo (à la cartésienne), Lev les cuenta a sus amigos de aquella vez en que le manifestó a su psiquiatra el pánico ocasionado por dudar constantemente de la existencia del mundo (Hirsch, 2018, p. 10). “Ah”, responde Daniel, en lugar de poner el chascarrillo como epígrafe en su propio tratado. “¿Era judío?”, pregunta Yitzhak, en vez de escribir una objeción para poner como epílogo en la segunda publicación de la anécdota de Lev.

Y no es una cuestión decorativa o un intento de hacer más “entretenido” un libro que de estar escrito de otra manera resultaría quizás impenetrable. Las emociones, los chistes, los caprichos y vacíos de los personajes dicen de hecho algo sobre los temas; y los personajes son conscientes de esto al punto de hacerlo un tema de reflexión. Daniel incluso se muestra reticente a ser un personaje tan unamunesco4. Lev quizás hace el apunte más agudo respecto a la forma de este libro cuando, al hacer sus compañeros explícita referencia a Esperando a Godot, la obra inmortal de Beckett, dice decididamente: “Hay más verdad epistemológica en esa obra que en cien trabajos típicos de filosofía analítica” (Hirsch, 2018, p. 51).

Célebremente, Pascal escribió (2012, § 513) que burlarse de la filosofía era en verdad filosofar. Yitzhak pregunta perspicazmente: “¿Está la verdad dentro de la comedia o la comedia está dentro de la verdad?” (Hirsch, 2018, p. 63). Y, en verdad, Hirsch consigue que su obra evidencie que no hay manera más seria de tomarse la filosofía que no tomándosela demasiado en serio.

Así es como en Radical Skepticism and the Shadow of Doubt hacemos un recorrido poco tradicional por la tradición filosófica. Predeciblemente, como con Platón (y con cualquier libro de filosofía que merezca la pena), quien tome este libro buscando recoger respuestas saldrá decepcionado, pero quien lo lea con la intención de cosechar preguntas verá pronto sus frutos. Pues, como diría otra vez Gómez Dávila: “Según el lector, y el libro, se trata de lectura o de aventura” (Gómez Dávila, 2005, p. 104).

Para cerrar una reseña necesariamente demasiado corta, como Hirsch, como Beckett: “No podemos seguir. Debemos seguir” (Hirsch, 2018, p. 51).

Referencias

1. Borges, J. L. (1989). Obras Completas . Volumen I. Barcelona: Emecé. [ Links ]

2. Carnap, R. (1965). Superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

3. Gómez Dávila, N. (2005). Escolios a un texto implícito. Tomo I. Bogotá, Colombia: Villegas Editores. [ Links ]

4. Hirsch, E. (2018). Radical Skepticism and the Shadow of Doubt: A Philosophical Dialogue. London: Bloomsbury. [ Links ]

5. Pascal, B. (2012). Obras. Madrid: Gredos. [ Links ]

6. Unamuno, M. de. (2014). Niebla. Ciudad de México: Purrúa. [ Links ]

1Son conocidas las críticas de Rudolf Carnap, quien insistía, a veces con más, a veces con menos tosquedad, que el contenido de la metafísica “no es teórico” y que más bien sirve “para la expresión de una actitud emotiva frente a la vida” (1965, p. 85). Jorge Luis Borges repetía, no sin cierta ironía, que la metafísica era “una rama de la literatura fantástica” (1989, p. 436).

2El nombre de Vatol, protagonista de un experimento mental planteado por Lev (uno de los protagonistas del libro), es un juego de palabras que refiere al famoso experimento del cerebro en la cubeta (brain in a vat en inglés).

3Institución generalmente dirigida a judíos varones que funciona como un centro de estudios talmúdicos. La imaginería judaica es utilizada permanentemente para contrastar, matizar y problematizar tópicos del canon filosófico occidental.

4Como se sabe, en la novela del filósofo y literato español Miguel de Unamuno, Niebla, el protagonista, Augusto Pérez, se hace consciente de su condición y, subsecuentemente, enfrenta el problema existencial de ser un personaje de novela.

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