SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número68Counterrevolution and Revolt, fifty Years later. Kant, Marx, and the Relevance of Herbert Marcuse’s aesthetic DimensionCarl Einstein and Cubism as a Historiographical Method índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Estudios de Filosofía

versão impressa ISSN 0121-3628

Estud.filos  no.68 Medellín jul./dez. 2023  Epub 08-Ago-2023

https://doi.org/10.17533/udea.ef.350818 

Artículo de investigación

Cosas heideggerianas. Perspectivas en torno a las cosas y la ocupación práctica del Dasein en tres períodos de la obra de Heidegger (1927-1951)* **

Heideggerian Things. Perspectives about Things and the practical Occupation of Dasein in three Periods of Heidegger’s Work (1927-1951)

Luis Fernando Butierrez1 

1Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina. Email: luisbutierrez@yahoo.com.ar ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9502-2234.


Resumen

En el siguiente trabajo analizaremos e interpretaremos tres elaboraciones en torno a las concepciones relativas a las cosas, los entes intramundanos y la ocupación práctica del Dasein en el mundo, en tres trabajos correspondientes con tres momentos de las elaboraciones de Heidegger: el primero, de la época de Sein und Zeit y los otros dos, a un período de transición y posterior a la Kehre. En este marco nos proponemos demostrar y circunscribir las implicancias del cambio de perspectiva en uno y otro período, que se desplazan de la centralidad dada al campo práctico y funcional del Dasein, a un enfoque marcadamente relacional, lo cual se radicaliza en su escrito de 1951. Como veremos, esta distinción permite identificar y relacionar un desplazamiento del énfasis en el modelo manual de relación primaria con el mundo y en las proyecciones éticas que suponen tales tratamientos.

Palabras clave: cosas; útil; obra de arte; Dasein; cuerpo; mundo; Kehre

Abstract

In the following Work we will analyze and interpret three elaborations around the conceptions related to things, intramundane entities and the practical occupation of Dasein in the world, in three works corresponding to three moments of Heidegger’s elaborations: the first, from the time of Sein und Zeit and the other two, to a transition period and after the Kehre. In this framework we intend to demonstrate and circumscribe the implications of the change in perspective in both periods, which move from the centrality given to the practical and functional field of Dasein, to a markedly relational approach that is radicalized in his 1951 writing. This distinction allows us to identify and relate a displacement of the emphasis in the manual model of primary relationship with the world and in the ethical projections such treatments suppose.

Keywords: things; useful; artwork; Dasein; body; world; Kehre

Introducción

En los estudios recientes de la obra de Heidegger encontramos un interés creciente en las interpretaciones de sus trabajos relativos al giro (Kehre) en su perspectiva y orientación de análisis, a partir de diversos tópicos que dialogan con otros desarrollos filosóficos contemporáneos. Entre ellos se destacan la tematización heideggeriana de la técnica, la praxis, la animalidad, el lenguaje, la significación, etc.

En este contexto, en los análisis de Heidegger sobre la consideración de la relación entre las cosas y el mundo pueden agruparse aquellos que analizan los trabajos y seminarios de la época de Sein und Zeit y las lecturas que abordan las respectivas elaboraciones desde 1930, con vistas a circunscribir su comprensión en los trabajos de la Kehre. Allí podemos reconocer distintas interpretaciones de la comprensión heideggeriana en torno a las cosas y la ocupación práctica del Dasein.

Por un lado, la reelaboración heideggeriana de la praxis aristotélica, desde las lecturas de Volpi, centradas especialmente en las elaboraciones de Sein und Zeit (SuZ),1 permite dar cuenta de un entramado irreductible entre el Dasein, el Mundo y los entes intramundanos (Volpi, 2012). En tal sentido destacamos aquellas recepciones que interpretan una continuidad entre sus elaboraciones de la década de 1920 y aquellas posteriores a 1930 (Parente, 2008a; Mascaró, 2012; Thanassas, 2012; Jordán Chelini, 2013 y Belgrano, 2017).

Por otro lado, también encontramos debates sobre ciertas discontinuidades en los trabajos de madurez de Heidegger: desde las críticas que distinguen un abandono explícito de sus consideraciones fundamentales de la analítica, en su tentativa por despegarse de la perspectiva del Dasein (Calle Zapata, 2016), hasta aquellas recepciones que identifican los marcos éticos y políticos en tales especificaciones heideggerianas de las cosas y objetos del mundo (Muñoz, 2010). Junto a ello se destacan los estudios sobre la implicación corporal de la mano en tales elaboraciones de los entes intramundanos (cf.Derrida, 2011; Franck, 1989), en especial, a partir del diálogo entre las recepciones de J. Derrida y J-L. Nancy (Derrida, 2011; Derrida, 2017; Nancy, 2010) y los análisis de las relaciones técnico-prácticas en el mundo en sus trabajos de madurez (Agamben, 2019; Johnson, 2020; Llorente, 2016).

El presente artículo se inscribe en el marco de esta tradición de investigaciones, mediante un análisis e interpretación del estatuto de la cosa en tres elaboraciones fundamentales de Heidegger: a) la cosa en tanto útil, en los trabajos de la época de SuZ; b) la cosa y la obra, tal y como la distingue en un escrito de transición de su perspectiva; y c) la cosa analizada desde el cambio de enfoque en un trabajo de la Kehre. Nuestras lecturas se desarrollarán en torno a la siguiente hipótesis: los análisis respecto de los entes intramundanos de la época de SuZ se realizan de un modo diferente a las elaboraciones posteriores a 1930, pues se articulan desde un enfoque relacional, esto es, tomando como punto de análisis las relaciones, más allá del campo práctico y funcional del Dasein. Ello se articula con un desplazamiento de la dimensión corporal que Heidegger considera en los ejemplos de las relaciones del Dasein con los útiles y cosas: un pasaje de la primacía del modelo manual a las figuras del andar y el caminante. Para dar cuenta de estos desplazamientos, en primer lugar, analizaremos sus especificaciones ontológicas en torno a los útiles en SuZ, con el objeto de especificar el enfoque y perspectiva de análisis. En segundo lugar, analizaremos dos obras posteriores de significativa recepción entre los estudios recientes de su obra: Der Ursprung des Kunstwerkes (publicada en Holzwege, 1977) y Das Ding (publicada en Vorträge und Aufsätze, 2000). En este marco seguiremos las elaboraciones relativas a las cosas y los útiles para diferenciar aquellos aspectos que son clarificados o desarrollados de aquellos otros que son desplazados o abandonados, respecto de sus elaboraciones anteriores. Con este recorrido nos proponemos circunscribir la comprensión de Heidegger respecto de las cosas y entes intramundanos en estos tres períodos diferentes, en vista de contribuir con el desarrollo de los estudios del pensamiento de Heidegger en sus trabajos de la Kehre.

1. La cosa como útil

Desde trabajos de comienzos de los años 20, Heidegger desarrolla sus lecturas de la distinción aristotélica entre praxis, phronesis y poiésis, las cuales confluyen en una re- jerarquización que le permite subrayar una dinámica o relación más originaria: el trato del Dasein con los entes es derivado de una comprensión ya-abierta en la captación inmediata y unitaria del mundo. Con estas elaboraciones e interpretaciones, nuestro autor busca dar cuenta de las relaciones del existente humano con los entes en el mundo, desde una perspectiva ontológica.

En tal sentido entiende que la praxis, en su carácter ontológicamente originario, pierde la determinación estática atribuida por la tradición contemplativa de Aristóteles (Gethmann, 2007): las relaciones cotidianas con los entes remiten, en definitiva, a las posibilidades de acción, entendidas aquí como modalidades de despliegue del proyecto del Dasein.

Esta re-jerarquización ontológica implica también el desplazamiento de la orientación aristotélica a la producción, a la consideración del uso en el contexto instrumental del Dasein como ser-en-el-mundo (Heidegger, PhIA). Ello permite a Volpi reconocer la ontologización heideggeriana de la praxis, considerada como modo esencial del ser del Dasein en la inmediatez de la vida fáctica (Volpi ,1994).

A continuación, analizaremos tales especificaciones en la analítica en torno a SuZ, con el objeto de poner en evidencia la articulación específica de la constelación Dasein-útil-mundo allí desarrollada. Con ello buscaremos cotejar el estatuto ético de este marco comprensivo, en contraste con sus respectivos abordajes hacia mediados de siglo. Para ello, en primer lugar, especificaremos su comprensión del Dasein desde la estructura de ser-en-el-mundo, tal como la elabora desde aquellas lecturas de textos aristotélicos hasta mediados de la década de 1920. Luego, distinguiremos sus índices o referencias relativas al carácter originario del ser a la mano (Zuhandenheit), esto es, en la perspectiva desde la que analiza las relaciones con los entes en el mundo en su obra de 1927 Sein und Zeit (SuZ). Finalmente, buscaremos cotejar en qué medida estas figuras de las relaciones con los útiles pueden entenderse como referencias a una proyección ética o proto-ética ontológica relativa a las relaciones del Dasein en el mundo.

1.1. Modalidades de acceso a los entes en el mundo

En los primeros trabajos de Heidegger de los años 20 podemos reconocer su interés creciente por la orientación de la práctica filosófica hacia la vida y la facticidad. Ello puede distinguirse ya desde el conjunto de lecciones impartidas en Friburgo, allí donde nuestro autor se manifiesta proclive a la búsqueda de una filosofía auténtica, aquella que denomina como “ciencia originaria de la vida (Urwissenschaft)” (Heidegger, BP, p. 15 [19]).2 Desde esta perspectiva entiende que el vivenciar se manifiesta rodeado e inmerso en significaciones, cuyo entramado en relación con el mundo requiere una dilucidación apropiada. Para ello, ya en su trabajo Natorp Bericht (2005), subraya la importancia de un abordaje de los conceptos tradicionales para deshacer el estado de interpretación heredado, sus encubrimientos y desvíos respecto de las experiencias originarias (Butierrez, 2022a).

Precisamente aquellas tramas significativas de la vida se ponen de manifiesto desde sus interpretaciones de la noción de praxis en la tradición aristotélica, en especial, en la distinción entre “téchnê y phronesis” de la Ética (Heidegger, GbaP, pp. 25s.). En sus elaboraciones de 1924-25, Heidegger desarrolla su interpretación de aquellas disposiciones de acción particulares, pero con un cambio de acento fundamental: la vida humana se caracteriza por un dinamismo, contingencia y finitud que requiere un modo propio de acceso. En tal sentido subraya que aquellas elaboraciones tradicionales no han sido desarrolladas desde el ámbito fenomenal propio de la existencia humana, ni han realizado un tratamiento adecuado del mundo humano de la praxis, limitaciones que entiende ligadas a los compromisos implícitos con la tradición metafísica y su comprensión del ser respectiva. Con estas interpretaciones y reelaboraciones busca apartarse del modelo tradicional contemplativo-teorético que entiende la praxis desde la relación objetual con los entes en el mundo (Heidegger, PS).

En detalle, nuestro autor diferencia dos modos de acceso y comprensión del mundo en torno: la contemplación (o teoría) y la circunspección (Umsicht). Ambas determinan condiciones para el descubrimiento de los entes e implican un enfoque que destaca determinados perfiles significativos de los mismos. A diferencia de la mirada contemplativa (Hisehen) que descubre los entes simplemente ahí, como cosas presentes, Heidegger parte de la mirada inscripta en la circunspección en el mundo, donde el ente se revela implicado en la ocupación del Dasein en tanto útil, es decir, con su aspecto usual, una perspectiva que diferencia del ente ante los ojos de la contemplación, esto es, la cosa como mera cosa en su ser-ahí en el mundo.

Así, a diferencia de la tradición que ha partido de la actitud contemplativa para dar cuenta de los entes en el mundo, nuestro autor analiza la existencia humana en un ámbito pre-teórico: desde sus relaciones intra-mundanas y en su cotidianidad (Durchschnittlichkeit) habitual en el mundo. Precisamente en este marco el Dasein se relaciona con el ente en tanto cosa útil (Zeug), esto es, el ente inscrito en su actividad, trabajo y producción. Por ello Heidegger lo describe en su modo de ser específico como útil a-la-mano (Zuhandenheit), especialmente en sus desarrollos de la analítica de Sein und Zeit (SuZ).

1.2. Los entes más allá de su mera presencia

En el tercer capítulo de la primera sección de SuZ, nuestro autor articula una breve tematización del cuerpo a partir de la diferencia entre la consideración de lo cósico (en su manifestación material) y la apertura proyectiva del existir (al que le es donado el ser de los entes en el mundo). Desde allí destaca que las magnitudes perceptibles o físicas del cuerpo y de los entes a la mano no son apropiadas para la tematización del existir, pues sólo remiten a precisiones respecto de la dimensión óntica (Fernández Beites, 2011).

Por el contrario, las relaciones de originariedad ontológica no reducen estas consideraciones a lo meramente presente en su materialidad, sino que permiten dilucidar las respectivas remisiones al ser que abre el Ahí (Da) del mundo, donde se articulan los entes y se manifiestan con distintas modalidades de ser, a saber: a) la mera presencia ante los ojos (Vorhandenheit), b) el ser a la mano/utilizabilidad y c) el Dasein como ser ahí al que se le abre el ser. Precisamente con ello articula un segundo giro respecto a la comprensión tradicional de los entes intramundanos, pues destaca la primacía ontológica de esta última modalidad y el carácter ontológicamente derivado de la mera presencia de los entes en el mundo. Esto permite al autor tematizar los entes del mundo en el contexto de uso práctico donde se revelan sus remisiones y relaciones de significatividad

En efecto, entre los parágrafos 14 y 19 de SuZ, Heidegger analiza la mundaneidad del Dasein en el marco de la denominada dimensión práxica de la utilizabilidad. Desde esta perspectiva de pragmaticidad (Zeughaftigkeit), el punto de partida es el horizonte del trato (Umgang) del Dasein con el mundo circundante, el cual pone de manifiesto el modo propio de ser de los utensilios: comprendemos lo que estos son precisamente utilizándolos. De esta manera, lo más propio de la cosa es convertirse en útil, ser usada, articulada en la vida en el mundo (Parente, 2008a).

En tal sentido destaca la estructura de remisión (Verweisung) y de condición respectiva (Bewandtnis) como los caracteres ontológicamente primarios del ente. El carácter remisional da cuenta de la relación significativa con los otros entes y, en última instancia, con el proyecto del Dasein en el mundo. Por esta vía, nuestro autor interroga el para qué del ente, en su remisión última al por mor de qué o por lo que (Worumwillen), aquél que es relativo a la proyección fáctica del Dasein. De esta manera, la comprensión circunspectiva se percata, de un modo preteórico y antepredicativo, de que el trato cotidiano y usual del útil se inscribe en un sistema de relaciones de significatividad (Bedeutsamkeit), de carácter remisional, el cual constituye un mundo en función del proyecto del Dasein.’

Dicha comprensión, entonces, permite desplegar una descripción de las co- relaciones primarias entre el Dasein y el mundo por medio del útil, aquella dimensión de la cosa que Heidegger reconoce como la de mayor originariedad. Junto a ello, esta descripción le permite destacar el contacto manual como la relación primigenia con los entes en el mundo.

Por ello, el aspecto cósico del ente en tanto objeto no se manifiesta de inmediato en esta comprensión circunspecta y ocupada. Más bien, ello es posible por medio de la comprensión contemplativa, derivada de la anterior, que permite tematizar estos aspectos de los entes por fuera del marco remisional y referencial en el que se hallan inscritos. Ello revela al ente en su mero estar presente en el mundo, simplemente ahí en su modo de darse ante los ojos. En pocas palabras, en la comprensión teórica- contemplativa el ente se manifiesta como mera cosa (Ding), o bien, como objeto (Gegenstand) de conocimiento, tal y como es comprendido en la tradición aristotélica y en la perspectiva científica.

En definitiva, en dicha modalidad Heidegger reconoce el modo predicativo de acceso al ente en tanto objeto, que se revela como derivado de la comprensión circunspecta en la que Dasein y mundo se hallan irreductiblemente relacionados. Ello implica que el existente humano no habita primigeniamente en un mundo poblado de objetos o cosas en tanto tales, sino de útiles, por medio de una relación manual en/con el mundo. Ello supone la pertenencia de los entes intramundanos al mundo, aquello que nuestro autor denomina Mundicidad (Weltmässigkeit). Precisamente cuando se ve interrumpido el carácter remisional del útil queda expuesta la mundicidad de los entes intramundanos. En efecto, entre las características que nuestro autor destaca de la manifestación primaria del útil es su particular modo de retirarse al pasar inadvertido en el uso cotidiano. En tal sentido, Heidegger identifica la primera experiencia de Mundicidad en el modo de la llamatividad. En este caso describe una particular manifestación de la mera cosa cuando describe el fenómeno de la falla del útil, esto es, cuando se desconecta de las remisiones en el proyecto del Dasein. En este caso, el útil descompuesto se torna visible para el Dasein, llama su atención al quedar desconectado de su empleabilidad y utilidad, al tiempo que se revela en su mero ahí como ente ante los ojos. El ente intramundano se manifiesta como una “cosa usual (Zeugding)” (Heidegger, SuZ, p. 73 [100]).

Asimismo, nuestro autor describe la experiencia de la ausencia de lo que está a la mano, que denomina apremiosidad (Aufdringlichkeit): el útil aquí se torna necesario de modo urgente o apremiante. Finalmente destaca la rebeldía del útil como tercera experiencia de la Mundicidad del ente, aquella por la cual se manifiesta un obstáculo o estorbo que interrumpe el hacer del Dasein. De esta manera, distingue tres manifestaciones que muestran los útiles a la mano en su carácter de estar-ahí, que los señalan como presentes y pertenecientes al mundo circundante, es decir, al sistema de relaciones que remite al proyecto del Dasein.

Esta descripción de Heidegger nos permite identificar un ente que se desprende de su carácter originario y primario en la relación Dasein-Mundo, un ente inútil, faltante o que estorba, que vuelve llamativo al ente intramundano al desarticularse del proyecto del Dasein. Se trata aquí de un pasaje que va del estar a la mano (útil), hasta el manifestarse de su facción ante los ojos (cosa usual e inútil, estorbo, útil faltante), aunque sin por ello hacerse patente como objeto de la comprensión contemplativa. Especialmente con la descripción de la cosa usual y del estorbo podemos identificar una manifestación intermedia del ente, o bien “fronteriza” (Mascaró, 2012, pp. 135-137), una patencia degradada respecto al marco proyectivo del Dasein en el mundo.

1.3. La relación manual con el mundo

Ahora bien, por medio de especificaciones de la modalidad práctica del dejar ser (sein lassen) (en sentido óntico y ontológico) nuestro autor inscribe la condición para que el ente comparezca en el trato y en relación con su puesta en libertad en tanto ente a la mano. Este modo de relación práctica con los entes ya supone una apertura de aquello respecto a lo cual pone en libertad el ente. Precisamente en este contexto Heidegger articula los ejemplos y figuras manuales de estas relaciones con los útiles.

Entre ellos encontramos aquellas relativas a la doble sensación táctil: el abrir la puerta y el uso del picaporte, el escribir con pluma, un ejemplo de martillar y la conducción de un vehículo (Heidegger, SuZ). En la misma línea temática de la mano destaca en este pasaje de SuZ una serie de útiles específicos: el reloj pulsera, el martillo, el clavo y alicate; así como también las plantas del botánico, un andén techado, instalaciones de alumbrado público, etc. Con ello, el comportamiento práctico puesto de manifiesto permite dar cuenta de las remisiones en el mundo en aquella correlación irreductible Dasein-Mundo-útil, a partir del marco corporal específico desde el cual el Dasein articula su relación irreducible con el mundo: la mano (Johnson, 2020). Así, Heidegger busca apartarse de una mirada puramente teorética hacia las cosas, que implica no reducir la tematización del ser a la mano al mero carácter aprehensivo relativo a su materialidad: los caracteres de sustancialidad, extensión y contigüidad ocultan el entramado remisional del modo de ser del útil a la mano. Así, cuando nos referimos cotidianamente a las cosas podemos comprender que no se nos manifiestan primariamente como sustancias, tal y como han sido concebidas en el pensamiento tradicional (Butierrez, 2021a).

En suma, con estas elaboraciones nuestro autor se propone dejar de lado la distinción tradicional entre teoría y praxis, para distinguir esta última como vía de acceso eminente para las relaciones del Dasein en el mundo. Con ello logra articular un desplazamiento de la respectiva comprensión sujeto-objeto, hacia la articulación Dasein-mundo, con un especial énfasis en la comprensión del mundo en tanto instaurado en el marco del proyecto del Dasein. En este contexto, los vínculos prácticos del Dasein con los útiles suponen relaciones manuales para este entramado remisional. Tales relaciones ponen en evidencia una estructura propia del Dasein: su disposición y cuidado de los entes en el mundo que nos permite identificar las proyecciones proto-éticas en este contexto de la analítica.

1.4. El ocuparse del Dasein

Aquella constitución esencial del existir del Dasein se despliega, a su vez, como una relación constante con las cosas que le rodean, poniendo en evidencia que de un modo primario se halla abierto, preocupado y volcado sobre su mundo circundante.

En este sentido, Heidegger articula la modalidad primaria de praxis en la estructura ontológica del cuidado (Sorge), aquella que remite al trato práctico primario del Dasein con el mundo. Más aún, nuestro autor sostiene que este trato también se manifiesta en la multiplicidad de la ocupación (operativa) cotidiana (Besorgen) con los entes, la cual supone un conocimiento práctico para su utilización. Las cuestiones fácticas de la existencia son determinaciones cuya raíz unitaria se encuentra en el cuidado: la facticidad se articula en el uso de cosas y el trato con los entes, pues el Dasein se encuentra, de manera esencial, ocupado y absorto en los entes que comparecen ante él.

Así, el Dasein se despliega, proyecta, crea, abre posibilidades y, en definitiva, existe y va desocultando su mundo, en tanto que el cuidado es un rasgo característico de su constitución. Ya sea en su trato con los útiles, en su relación con los otros existentes como solicitud (Fürsorge) o en un cuidar de sí mismo (Selbstsorge), el Dasein hace transparente la (pre) ocupación por su existencia, como un estar originariamente involucrado, interesado y ocupado de los entes intramundanos, de los otros y de sí.

Por esta estructura primaria, Heidegger reconoce que el Dasein manifiesta un compromiso con el ser y una responsabilidad sobre la existencia: en su apertura al mundo ha de relacionarse con los entes que en él habitan. Por ello, al describir el cuidado como totalidad originaria señala su carácter fundante, constitutivo y manifiesto en todo hacer del Dasein: las diversas concreciones ónticas del cuidado no pueden sino manifestar y determinar el cómo (wie) de su existencia. Precisamente estas especificaciones nos permiten reconocer una posible proyección ética de este análisis ontológico: en las relaciones inherentes a la ocupación el Dasein, en su cotidianidad, puede volver a sí mismo y en su ser-para-la-muerte (en tanto que anticipación) se le abre la posibilidad de una “existencia propia” (Heidegger, SuZ, pp. 235-301 [257-319]). Así, esta posibilidad de desplazamiento dinámico de la mismidad del Dasein, inscripta en la estructura del cuidado, no puede comprenderse por fuera de las relaciones manuales con los útiles en el mundo.

2. La pregunta por la cosa en textos de transición a la Kehre

Ahora bien, aquellos análisis tienen otros tratamientos en la obra de Heidegger, en especial, en dos trabajos posteriores a 1930. Tales elaboraciones se articulan en línea con los trabajos de los años de transición a la Kehre (1930-1936), allí donde nuestro autor se desplaza del Dasein como la perspectiva central de sus análisis. Con elaboraciones tendientes a un enfoque marcadamente relacional desde el vínculo Dasein-Ser, clarifica diversos tratamientos de su analítica de 1920, tales como la consideración del cuerpo, los temples anímicos, la temporeidad, la época de la técnica, las relaciones prácticas en el mundo, entre otras (Butierrez, 2021b).

Precisamente en el marco de las relaciones intramundanas retoma la pregunta por la esencia de la cosa, en vistas de dar cuenta de un estrato más originario que aquél analizado en SuZ. Es aquí donde sus indagaciones se desplazan del complejo instrumental y remisional en el que se halla imbricado el Dasein en su proyecto, para dar cuenta con mayor claridad de una relación primaria donde el existente humano co-participa de modo lateral y complementario. Como veremos, en este período de su pensamiento circunscribe la esencia de la cosa en una constelación relacional más amplia que en sus elaboraciones anteriores.

En los siguientes dos apartados analizaremos trabajos de Heidegger en torno a estas cuestiones, Der Ursprung des Kunstwerkes (publicada en Holzwege, 1977) y Das Ding (publicada en Vorträge und Aufsätze, 2000), con el objeto de cotejar el modo en que despliega dicha pregunta por la cosa. Por un lado, nos proponemos dar cuenta del lugar que allí ocupa el trato práctico del Dasein en la manifestación de mundo que le es correlativa; por otro lado, buscaremos poner en evidencia en qué sentido es posible reconocer los rudimentos de una proyección ética en la ontología y estética, en este período, especialmente vinculada a la comprensión heideggeriana de la alteridad.

2.1. El mundo desde un par de botas

En los primeros años de la década de 1930 podemos encontrar una profundización y desarrollo de sus especificaciones en torno a los entes intramundanos en sus conferencias reunidas en Der Ursprung des Kunstwerkes (El origen de la obra de arte) (1935-1936) publicado luego en Caminos del bosque (Holzwege, 1977).

En la primera parte de este trabajo titulado La cosa y la obra, Heidegger procede fenomenológicamente en torno a la cosa, al dar cuenta de aquello que la cosa muestra en sí misma, en especial, a partir de una singular lectura y análisis de las botas campesinas del célebre cuadro Par de botas de Van Gogh (1886): un óleo sobre lienzo que Heidegger ve en Ámsterdam en 1930, según destaca M. Shapiro en su correspondencia.

Dichas botas, que nuestro autor reconoce como pertenecientes a una campesina, le permiten dar cuenta tanto de la cosa, como del útil y la obra de arte. Por esta vía desarrolla y clarifica sus respectivas especificaciones de la época de SuZ.

Específicamente, Heidegger se pregunta allí por el origen (Ursprung) de la obra de arte a partir de su carácter primario de cosa, lo cual implica articular la pregunta por el qué es (Was-sein) y cómo es (Wie-sein) la cosa en su esencia. En tal sentido, estas elaboraciones pueden leerse tanto como una “indagación ontológica sobre la obra de arte” (von Herrmann 1994, pp. XVIII-XIX), así como también como una “clarificación ontológica sobre el ser del ente intramundano” (Belgrano, 2017, pp.189 ss.).

Para Heidegger, la determinación de una cosa proviene de la comprensión de su ser, de aquello que le es esencial, lo cual, como vimos anteriormente, no depende de su percepción directa ni de su aprehensión en una actitud contemplativa: la experiencia más sencilla de las cosas está orientada por la comprensión subyacente. En tal sentido, los entes y las cosas no podemos experimentarlas desde sí mismas, sino a partir de una comprensión de su ser determinada. Precisamente por ello indaga en torno al ser-cosa de la obra y busca dar cuenta de su esencia propia.

En primer lugar, distingue entre la cosa en tanto tal, el útil y la obra de arte: la cosa remite al ente del cual se habla, sin reducirse a una función determinada; el útil, como vimos, al ente relativo al uso o función en el proyecto del Dasein; la obra de arte, en cambio, es aquel ente que permite el acontecimiento de la verdad (Ἀλήθεια [alétheia]). Con esta comprensión se opone a la concepción tradicional de la obra, tal y como se inscribe en el marco del subjetivismo moderno que reconoce en la categoría de genio su fundamento primario. Desde allí diferencia el útil como la cosa que tiene por finalidad el cumplimiento de una determinada función, por lo cual carece de autonomía: el útil se agota en el uso y se invisibiliza cuando funciona bien. A diferencia de ello, la obra de arte se manifiesta autónoma respecto de todo tipo de funciones específicas: es visibilidad, presencia y mostración que no se limita a una función en el mundo. Esta autosuficiencia desliga la obra de arte del marco pragmático del proyecto del Dasein: las relaciones en las que se articulan ya no se comprenden desde la perspectiva articulada en SuZ.

En segundo lugar, nuestro autor expone las principales interpretaciones y conceptos del ser de la cosa en el pensamiento occidental para dar cuenta de su insuficiencia para captar el carácter propio de la cosa. Tales conceptos son: a) la sustancia (ὑπόστασις) portadora de accidentes (συμβεβηκότα), b) la unidad de las múltiples percepciones de las determinaciones sensibles (la cosa como αἰσθητόν) y c) el compuesto de materia (ὕλη) y forma (μορφή), la cual remite al aspecto en el que se nos presentan las cosas (su εἶδος) (Heidegger, 1977). Estas tres modalidades de interpretación, basadas en la unidad y la sustancia (caracteres propios del ser instrumental de la cosa) han obstruido el pensamiento de la cosa en tanto tal, al omitir que nuestro acceso a las cosas se da en un marco comprensivo y práctico. Esta falta de suelo o fundamento (Bodenlosigkeit) del pensar occidental según Heidegger ha confluido en una excesiva cercanía, con la consecuente tendencia a la apropiación y manejo de los entes, una modalidad práctica de estar en el mundo que nuestro autor reconoce articulada desde el marco comprensivo del ser reducido a la presencia.

Frente a ello despliega su pensamiento a partir de la indagación en torno a un útil en particular: el par de botas del célebre cuadro de Van Gogh. El lienzo revela que el ser útil de las botas reside primariamente en su confiabilidad o fiabilidad (Verlässlichkeit) para el uso. Con ello Heidegger distingue que la servicialidad de su ser instrumental (que en SuZ se mostró como primaria) es derivada del carácter de fiabilidad, el cual genera confianza y seguridad para ordenar nuestro mundo.

Para nuestro autor estos caracteres esenciales del útil (que incluyen la puesta en evidencia de la estructura remisional del ente a la mano) quedan especialmente manifiestos a partir de esta obra de Van Gogh. Así, lo que este lienzo destaca con energía, no es un par casual de botas de campesina, sino el haberle servido a alguien de un modo propio. En tal sentido entiende la obra de arte como reveladora de esencias, precisamente al producir la desocultación del ser del útil, que aquí se hace patente de un modo marcadamente relacional.

Con ello clarifica el carácter remisional, el sistema de relaciones que distingue en sus elaboraciones de SuZ. En efecto, nuestro autor interpreta que en este par de zapatos se manifiesta el trabajo de una campesina y su regreso al hogar. Junto a ello reconoce el temple anímico que la acompaña: el temor de no tener seguro el pan y la alegría por vencer la miseria, la angustia ante la muerte y la búsqueda de consuelo. En tal sentido el privilegio de la obra para esta indagación reside en poner en juego lo visible e invisible, la aparición y desaparición.

Esta dinámica es lo que Heidegger identifica como una tensión o disputa (Streit) irreductible entre Mundo y Tierra: el Mundo se manifiesta y emerge de la obra, la cual torna patente la Tierra, aquello que se oculta en la misma manifestación. Aquí Tierra (Erde) designa el ámbito hacia donde lo manifiesto se retira (y lo que emerge de esa retirada): es aquello que en la obra queda oculto como estrato de significaciones. Así, este vaivén entre ocultamiento-desocultamiento entre Mundo-Tierra se pone de manifiesto por medio de la obra de arte, lo cual permite la manifestación de la esencia del ente, de la cosa en tanto tal.

Junto a ello podemos encontrar una descripción del mundo a partir del Partenón griego. Aquí el mundo se manifiesta como atmósfera espiritual que nutre una época, en una manifestación que no es objetivable ni se da de una vez por todas.3 El templo abre el mundo de la existencia y destino histórico de la comunidad griega. Aquí también esta relación es fundante: la obra de arte pone de manifiesto una lucha entre lo que se muestra y lo que se oculta, así como también entre lo indecible y lo decible, pues siempre hay una reserva de significados que nunca pueden hacerse explícitos definitivamente.

Este planteamiento sobre la obra de arte, como algo que se yergue por sí mismo (ln-sich-Stehen) y como algo que abre el mundo (Welt-Eröffnen), constituye una comprensión estética de la obra cuya estructura ontológica se desliga de la subjetividad y, con ello, de la tradición metafísica respectiva. Frente a tal tradición, nuestro autor da cuenta aquí de un sacudimiento (Stoss) (von Herrmann, 1994) en el que se abre (y funda) un mundo inédito: en la obra se instaura una experiencia de verdad que solo se alcanza por ella.

De esta manera, Heidegger continúa sus desarrollos anteriores respecto del concepto de verdad, frente a la tradición que la comprende como correspondencia entre el conocimiento y el objeto, la cual se halla condicionada por supuestos y comprensiones no tematizados en el pensamiento occidental. Para nuestro autor la verdad en sentido originario remite a la verdad del ser y no del ente, una comprensión que recupera desde los orígenes del pensamiento griego: verdad como aletheia, comprendida como desocultamiento (Unverborgenheit) del ser, un desocultamiento que nunca es pleno ni definitivo (Heidegger, 1950).

No obstante podemos identificar aquí ciertos desplazamientos respecto de los tratamientos en SuZ, especialmente en relación a sus indagaciones ontológicas en torno a los entes intramundanos. Por un lado, el modelo de las botas pone en primer plano la tematización del andar como modo privilegiado de contacto con el mundo, a diferencia del carácter primario de las relaciones manuales que hemos destacado en sus análisis anteriores. Más aún, tanto el título de la obra que recopila este trabajo (con su referencia a los caminos que no llevan a ninguna parte), como la misma selección de un lienzo de Van Gogh, lo cual implica destacar parte de su obra (con un marcado interés por el modelo de zapatos y botas) y su respectiva biografía (usualmente caracterizada por el tránsito, la búsqueda, el anhelo de pertenencia), bien pueden sugerir , por parte de Heidegger, un énfasis privilegiado al modelo del andar como relación existencial y corporal con el mundo (Godoy Contreras, 2014). En este sentido, Heidegger en diversas ocasiones ha puesto de manifiesto una concepción del pensamiento como un encaminarse que crea sendas en el lenguaje.

En suma, en estas elaboraciones la obra de arte no se reduce al mundo desde el cual emerge o al que pertenece, tal como describe el útil en sus trabajos anteriores. Mientras el rasgo esencial del útil es la fiabilidad, sobre la cual descansa la servicialidad; la esencia de la obra de arte, en cambio, pone en obra la verdad del ente: abre un mundo y trae consigo lo oculto de toda manifestación, lo cual traduce para Heidegger el conflicto entre Mundo y Tierra. Su carácter autosuficiente permite poner el foco en un conjunto de relaciones que no confluyen, en última instancia, en el proyecto del Dasein: en estas elaboraciones las cosas no se inscriben solamente dentro del campo pragmático y funcional del existente humano.

De esta manera la obra se muestra como un ámbito eminente para el acontecimiento de la verdad: su rol es hacer visible un mundo que constantemente se escapa. En el marco descriptivo de este ente privilegiado para dar cuenta de tales esencias, nuestro autor destaca que allí se revela la esencia de la cosa como el aspecto sustentador de la Tierra con su cerrarse sobre sí misma.

Ahora bien, si en SuZ es posible acceder a la existencia auténtica mediante la comprensión de nuestra finitud desde las relaciones irreductibles de los útiles en el mundo, en estas especificaciones el mundo revelado implica una puesta de manifiesto de nuestra existencia y sus posibilidades, aunque sin considerar la existencia del Dasein como eje central del análisis.

Esta diferencia respecto de la perspectiva de la analítica, no solo se halla inscripta en este pasaje de la relación manual con el mundo hacia el modelo del andar, tal y como distinguimos en los entes que aquí describe Heidegger y en ciertas figuras que utiliza en sus trabajos de esta época, sino también en el desplazamiento de la metafísica de la subjetividad que podemos reconocer en los análisis respectivos, en especial, a partir del desarrollo de un enfoque marcadamente relacional. Tal desplazamiento ha suscitado algunas polémicas interpretaciones posteriores.

2.2. Una interpretación subjetivista

En efecto, el modelo de las botas ha suscitado algunas polémicas en cuanto al estatuto legítimo de sus interpretaciones y el carácter problemático de las lecturas subjetivistas de estas elaboraciones de Heidegger. En especial destacamos las observaciones del historiador del arte M. Shapiro y las lecturas posteriores de J. Derrida.

En escritos posteriores a la publicación de Heidegger, Shapiro (1999) argumenta que Van Gogh se encontraba en París en el año de la creación de aquella pintura, por lo que entiende que tales botas no podrían pertenecer a una campesina. En lugar de ello, este intérprete estima que el motivo de su cuadro pueden ser unos zapatos de su época de ministro, que el pintor guardaba en aquella residencia. A partir de allí Shapiro destaca que no hay indicios en el cuadro de aquello que describe Heidegger, más bien se trata de los zapatos del propio artista, un hombre del pueblo y la ciudad.

Más en detalle: esta crítica se despliega a partir del intercambio epistolar “un poco ingenuo” (Derrida, 2001, pp. 290s.), aquel por la cual Shapiro consulta a Heidegger en 1965 por la referencia específica entre los diversos cuadros de botas y zapatos de Van Gogh. La respectiva respuesta lo remite al cuadro N. 255 del catálogo de La Fille, a partir de lo cual rechaza la posibilidad de que sean las botas de una campesina de Schwarzwald, sino de unas “botas de hombre de ciudad” (Schapiro, 1999a, p. 149). Desde aquí este intérprete reconoce cierta arbitrariedad y prejuicios en la lectura de Heidegger, pues el lienzo muestra tan solo el significado que tales botas tienen para Van Gogh, tal y como puede reconocerse en las memorias de Gauguin (Schapiro, 1999b).

Tiempo después, Derrida decide mediar en torno a la lectura e interpretación de este par de botas, en línea con la propia comprensión de Heidegger y cuestionando la simplificación que realiza Shapiro en su lectura. En efecto, en el capítulo Restituciones de su obra La verdad en pintura (2001) pone en discusión la tendencia de vincular las botas del lienzo de Van Gogh con su dueño, una disposición a completar aquello que les falta a las botas, por medio de localizar sus portadores, al punto de atribuir “el sujeto de la obra (los zapatos) al sujeto de la obra, o sea a su verdadero sujeto, el pintor, Van Gogh” (Derrida, 2001, p. 289).

En este sentido Derrida retoma la premisa heideggeriana del dejar-ser al ente, donde el portador o sujeto se vuelve una cuestión insignificante, que contrapone frente a la tendencia de ambos intérpretes de hacer hablar aquellas botas o de buscarle el portador adecuado. Dicha tendencia a devolverle un propietario, no sólo cierra una obra para volverla explicable y clara, sino que también supone un sujeto, un supuesto que se aparta de la comprensión heideggeriana de la relación irreductible entre Dasein y Mundo.

Con ello este autor actualiza la perspectiva de Heidegger donde el combate entre Mundo y Tierra se comprenden como irreductibles. Derrida identifica que la verdad de la obra no reside en el portador de las botas, lo cual es secundario hasta en el mismo texto de Heidegger (Derrida, 2001), sino de aquello que se abre con y en la obra misma: es precisamente la definición de Mundo lo que Heidegger desarrolla con esta interpretación como constitutiva de la obra de arte, y no una cuestión concerniente al campo de la subjetividad.

En este sentido, entendemos que este desplazamiento de Heidegger respecto de sus elaboraciones anteriores descansa en gran medida en haber desarrollado y clarificado su comprensión en torno a la alteridad, tal y como se evidencia especialmente en una dilucidación posterior de la esencia de la cosa.

3. La radicalización de la perspectiva relacional en el análisis de los entes intramundanos (1951)

Específicamente, entre los trabajos de Heidegger publicados en Vorträge und Aufsätze (2000) podemos encontrar una profundización de aquellas elaboraciones de 1936, en especial, a partir de sus especificaciones en su conferencia Das Ding (La cosa, 1951), un texto propio de la Kehre heideggeriana.

En línea con la indagación fenomenológica, el texto se desarrolla a partir de la pregunta por la esencia (lo cósico de la cosa), sin las limitaciones de una captación hecha por el pensar objetivable y representativo, aquella modalidad del pensar que reduce los fenómenos a su mero estar presente, y en el marco de una ampliación de su comprensión de la alteridad que parte irreductiblemente del entramado de relaciones en el que aquellos se articulan (Butierrez, 2022b).

Allí Heidegger destaca que la cosidad permanece oculta y olvidada (Heidegger, 2000), su esencia no accede nunca a la patencia que se da en el lenguaje (Butierrez, 2016). No obstante, este descuido en el pensamiento occidental también revela un darse de las cosas que permanece ignorado: el hombre sólo puede descuidar aquello que con anterioridad se ha despejado e iluminado desde sí mismo.

Primeramente, distingue la cercanía (Nähe) de aquello que no es lejanía (Ferne), así como también el ámbito donde están las cosas. Desde aquí se pregunta por la esencia de la cosa, sin pensar la cosa como aquello que está a la mano (Vorhandene) o se manifiesta como objeto (Gegenstand). En lugar de ello se propone pensar la cosidad (das Dinghafte) a partir de un ente presente en su cercanía: una jarra. En este contexto es posible seguir en este trabajo su indagación en torno a la cosa, o bien, respecto de la estructura ontológica de la cercanía en sí misma.

Pues bien, nuestro autor despliega su pensar a partir del análisis de una jarra, la cual pone de manifiesto su imbricación en/de cuatro ámbitos (tierra, cielo, divinos, mortales), cuya relación irreductible denomina Cuaternidad (Geviert). En el desarrollo de esta indagación, la esencia de la jarra se muestra en el acoger (fassen) que la constituye como recipiente (Gefäβ), en especial, un acoger el vacío, tal y como se manifiesta en el tomar, contener el líquido y en el ofrecer (schenken). Así, lo vertido por la jarra reúne los elementos en una Cuaternidad y en tal reunir (versammeln) se manifiesta la esencia de la cosa. Esta descripción le permite reconocer que en la cosa se da el encuentro de la Cuaternidad, pues trae, acerca y reúne a estos cuatro ámbitos desde su lejanía. Precisamente aquí desarrolla la pregunta por la cercanía de la cosa, en una época donde predomina lo indistante, el estrechamiento de la distancia que deja morar la cosa en esta cuádruple relación.

Ahora bien, ¿cómo caracteriza nuestro autor estos cuatro ámbitos o estructuras que reúne la cosa en su esencia? Pues bien, por medio de sus funciones esenciales:

1) la tierra como portadora que “construye, la que fructifica alimentando, abrigando aguas y roquedos, vegetales y animales”; 2) el cielo como “la marcha del sol, el curso de la luna, el fulgor de los astros […] la bondad y la inclemencia del tiempo”; 3) los divinos “son los mensajeros de la deidad, los que dan señales de ella” al permanecer ocultos e incomparables respecto a lo que existe en presencia; 4) los mortales “son los hombres que se llaman así porque pueden morir […] son capaces de la muerte como muerte” (Heidegger 2000, pp.170s. [131]). A nuestro entender, con ello reúne cuatro dimensiones de mutua alteridad constitutiva respecto a la cosa, cuyas relaciones irreductibles constituyen el mundo y la vida. Una alteridad que se manifiesta como tal, en una singular modalidad de relación.

En efecto, esta comprensión de la alteridad se presenta aquí desarrollada respecto de sus elaboraciones anteriores, más aún si consideramos que la relación entre estos ámbitos no es pensable en una comprensión tradicional. Se trata aquí de una relación irreductible de copertenencia (Zusammengehörigkeit), por lo cual pensar en uno de ellos implica pensar también los otros. Por ello Heidegger menciona esta relación como un juego de espejos (Spiegel-Spiel) que revela la simplicidad (Einfalt) de los cuatro. Se trata entonces del reflejo mutuo de sus propias esencias donde, simultáneamente, cada uno de ellos es propio (eigen), único (einzig) y se mantiene unido (einig) en una totalidad simultánea, aunque desde sí mismos y no en una superposición o imbricación mutua.

De esta manera, no se trata de cuatro dimensiones particulares superpuestas, sino que cada una es desplazada de su propiedad en una relación que pone de manifiesto la mundaneidad del mundo, su modo de hacer mundo. Sin agotarse en el mero estar unos junto a otros, los cuatro ámbitos están mutuamente confiados.

Estas especificaciones en torno a la alteridad de los cuatro le permiten a Heidegger puntualizar un modo de relación con la cosa desde una perspectiva ética, una modalidad práctica de ocupación del Dasein. En este sentido, insiste en la importancia de cuidar la cosa como tal, por medio de un pensamiento de su esencia que permita acercar el mundo, pues “en la medida en que cuidamos de la cosa como cosa, habitamos la cercanía” (2000, p.174 [133]). Por el contrario, en la ausencia de la cercanía la cosa como tal queda aniquilada. De esta manera, el pensar objetivante y representativo, así como las manipulaciones técnicas del hombre, no permiten la manifestación de la esencia de la cosa. Aun así, Heidegger reconoce que la cosa en su esencia requiere de la vigilancia atenta de los mortales, es decir, del existente humano en tanto se halla imbricado irreductiblemente en la Cuaternidad.

El aspecto práctico de esta imbricación queda así situado en el pensar rememorante, el pensar que da un paso atrás para salir de aquella representación objetivante que reduce los entes a la mera presencia. Una distinción que también se articula con sus consideraciones de las cosas insignificantes o de poca monta. Tales objetos indiferentes requieren de un pensar rememorante de los mortales (Heidegger, 2000).

De esta manera, nuestro autor sitúa una función práctica del Dasein (aquí articulado como mortal) en el marco relacional en el que la cosa habita y se manifiesta. Ello sugiere una proyección proto-ética, allí donde las relaciones humanas con los entes remiten al cuidado y al dejar ser, en un rol secundario y correlativo con otros ámbitos o dimensiones ontológicas.

Con ello Heidegger se propone un desplazamiento de los lastres comprensivos de la metafísica de la subjetividad, una tentativa de abandono del pensamiento fundacional que se cristaliza en aquellos conceptos tradicionales no tematizados. Nuestro autor abre el tránsito que trae a la cercanía aquello del pensar occidental que permanece lejano, una modalidad de relación irreductible entre los cuatro, la cosa y el mundo. Esta relación irreductible acontece en el vaivén del manifestarse presente (An-wesen) y el estar ausente (Ab-wesen), aquella dinámica de ocultarse y des-ocultarse que analizamos en el ejemplo del par de botas. Junto a ello el existente humano en tanto mortal se halla imbricado y relacionado con la tierra que habita, con la profundidad del cielo, en la espera de los signos de la divinidad, en una relación irreductible de alteridad que se proyecta hacia el horizonte de mutua apropiación entre el Dasein y el Ser.

A modo de conclusión

A continuación, nos proponemos especificar sumariamente los enfoques en torno a las relaciones con los entes intramundanos en estas tres elaboraciones de Heidegger, de tal modo que nos permita circunscribir el marco comprensivo en el cual se articulan estas consideraciones en torno a la cosa y los entes intramundanos. De esta manera, buscaremos precisar y argumentar respecto de nuestra hipótesis de partida.

En primer lugar, analizamos sus especificaciones respecto de la comprensión del mundo y del útil en trabajos fundamentales en torno a SuZ. En este contexto destacamos la perspectiva desde la cual da cuenta de las relaciones irreductibles entre el Mundo, el Dasein y los entes intramundanos, allí donde los útiles se inscriben en un sistema de relaciones cuya remisión, en definitiva, se articula en vista del proyecto del Dasein. En tal sentido la analítica despliega un enfoque principalmente desde el Dasein, en su ocupación y trato manual con los útiles, motivo por el cual la constitución del Mundo y la dimensión manifiesta de la cosa (en tanto útil) se ciñen a su propia dimensión ontológica. Precisamente en ello distinguimos allí una orientación proto-ética en tales descripciones de las relaciones del Dasein: las dinámicas concernientes a la mismidad propia del Dasein se configuran principalmente en tales relaciones primarias.

En segundo lugar, nos detuvimos en un texto de transición a sus trabajos de la Kehre con el objeto de dar cuenta del desplazamiento que allí puede reconocerse en torno a la comprensión de aquel sistema de relaciones con los entes intramundanos.

En el contexto de su interpretación del par de botas del lienzo de Van Gogh subrayamos el marco relacional irreductible en el que concibe la manifestación de la esencia del útil y el carácter fundante del mundo propio de la obra de arte. Aquí el carácter de la cosa se manifiesta en una dimensión más originaria que la utilidad, por medio de la fiabilidad. Junto a ello, las especificaciones respecto de la obra de arte dan cuenta de una autosuficiencia respecto del marco funcional y operativo del proyecto del Dasein. Con ello puede destacarse una dimensión ontológica de los entes intramundanos más allá de la estricta esfera concerniente a la constitución del Dasein. De un modo correlativo este desplazamiento se articula a partir de otras figuras concernientes a la dimensión corporal del Dasein. Si en la analítica de SuZ las figuras y ejemplos dan cuenta de la primacía de la mano para las relaciones corporales del Dasein en el mundo, a partir de este trabajo gana terreno el modelo del andar y sus figuras relativas del caminante, el labrador, etc. En tal sentido entendemos que estas elaboraciones se enmarcan en una comprensión que se va desligando del lastre de la metafísica de la subjetividad, tal y como evidenciamos en los contrapuntos entre M. Shapiro y J. Derrida.

Finalmente, abordamos sus elaboraciones en torno a la esencia de la cosa, en un escrito propio de sus trabajos de la Kehre, con el objeto de evidenciar de qué modo es posible sostener una radicalización del enfoque relacional de sus especificaciones en torno a las cosas y los entes intramundanos, respecto de sus trabajos anteriores. Para ello analizamos sus puntualizaciones a partir del ejemplo de una jarra en su escrito de 1951. En este marco, sus distinciones respecto de la Cuaternidad y la caracterización de las respectivas relaciones como una co-implicación espejada, nos ha permitido identificar una comprensión de las relaciones entre el Dasein, las cosas y el mundo, sin las limitaciones de los conceptos de sustancia, materia, forma, derivadas de la comprensión del ser reducido a la mera presencia.

Por esta vía hemos reconocido una proyección proto-ética para estas relaciones que se desplaza de aquella concerniente a sus elaboraciones anteriores. En estas elaboraciones posteriores a 1930, las relaciones del Dasein con los entes intramundanos articuladas desde otro enfoque, le permiten a Heidegger subrayar la importancia del dejar-ser a los entes intramundanos, por medio del pensar meditativo que no busca manipular ni dominar a los entes con conceptos que obstruyan su carácter propio. En este sentido, la posición del Dasein es lateral y secundaria respecto de las dinámicas que permiten la manifestación de la esencia de las cosas en el mundo.

Con ello podemos reconocer los elementos fundamentales para sus análisis de la época de la técnica en la perspectiva del Ereignis, de un modo correlativo con el lugar apropiado en que concibe la inscripción práctica del Dasein en el mundo: el carácter lateral, condicional y relacional para todo obrar concreto del existente humano dan cuenta de una concepción de mundo que no queda ceñida a las limitaciones de la manipulación y dominio humanos.

Referencias

1. Agamben, G. (2019). Creación y anarquía. La obra en la época de la religión capitalista. Adriana Hidalgo. [ Links ]

2. Belgrano, M. (2017). Todo arte es completamente inútil. Continuidades y discontinuidades entre Ser y tiempo y “El origen de la obra de arte”. Tópicos, 53, 175-202. http://dx.doi.org/10.21555/top.v0i53.829. [ Links ]

3. Butierrez, L. (2016). Los conspiradores del lenguaje. Políticas y estrategias del discurso en las elaboraciones de Heidegger y Derrida. Diferencia(s), 3(2), 41-61. http://www.revista.diferencias.com.ar/index.php/diferencias/article/view/65Links ]

4. Butierrez, L. (2021a). En torno a los gestos corporales y la mano en dos elaboraciones de Heidegger (1927-1959), Revista latinoamericana de filosofía. 47(2), pp.284-306. https://doi.org/10.36446/rlf2021232Links ]

5. Butierrez, L. (2021b). La promesa de un cuerpo. Relaciones prácticas con la corporalidad en elaboraciones de Heidegger de 1959-1969. Thémata, 63, 223-245. https://doi.org/10.12795/themata.2021.i63.12Links ]

6. Butierrez, L. (2022a). Tradiciones abiertas. La comprensión de la tradición y nuestras relaciones con la herencia filosófica en dos períodos fundamentales del pensamiento de Heidegger. Tópicos , 62, 165-192. https://doi.org/10.21555/top.v62i0.1637Links ]

7. Butierrez, L. (2022b). Hacia otra comprensión de la sexualidad humana: en torno al enfoque y las interpretaciones de Derrida de las elaboraciones de Heidegger en 1928-1929. Studia Heideggeriana, 11, 91-109. https://doi.org/10.46605/sh.vol11.2022.166Links ]

8. Calle Zapata, M. (2016). Martin Heidegger y el intento por pensar la esencia de la técnica como una reorientación en el Ethos. Revista Perseitas, 4(1), pp. 41-61. https://doi.org/10.21501/23461780.1803Links ]

9. Derrida, J. (2017). Geschlecht II. La mano de Heidegger. En Derrida, J. Psyché. Invenciones del otro (pp. 495-534), Ed. La Cebra. [ Links ]

10. Derrida, J. (2001). La verdad en pintura (M. González, D. Scavino, trad.). Paidós. (Original publicado en 1978). [ Links ]

11. Derrida, J. (2011). El tocar, Jean-Luc Nancy (I. Agoff, trad.). Amorrortu. [ Links ]

12. Escudero, J.A. (2010). Heidegger y la genealogía de la pregunta por el ser. Herder. [ Links ]

13. Escudero, J. A. (2011). Heidegger y el olvido del cuerpo. Lectora, 17, 181-198. https://revistes.ub.edu/index.php/lectora/article/view/7214Links ]

14. Fernández Beites, P. (2011). Errores descriptivos en la teoría heideggeriana del “ser a la mano”. Pensamiento, 67(252), 241-264. https://revistas.comillas.edu/index.php/pensamiento/article/view/1634Links ]

15. Franck, D. (1986). Heidegger et le problème de l’espace. Minuit. [ Links ]

16. Gethmann C.F. (2007). Vom Bewusstsein zum Handeln. Das phänomenologische Projekt und die Wende zur Sprache, München. https://doi.org/10.30965/9783846743270Links ]

17. Godoy Contreras I. (2014). Veintiséis zapatos y un manifiesto suicida. El andar en la obra de Vincent van Gogh, una visión fenomenológica desde Martin Heidegger. Alpha: revista de artes, letras y filosofía, 39, 203-218. https://doi.org/10.32735/S0718-2201201400039%25xLinks ]

18. Heidegger, M. (1977). Holzwege. Klostermann. [Heidegger, M. (1995). Caminos del bosque (J. Escudero, trad.). Alianza.] [ Links ]

19. Heidegger, M. (1987) [BP]. Zur Bestimmung der Philosophie. 1. Die Idee der Philosophie und das Weltanschauungsproblem. Klostermann. [Heidegger, M. (2005). La idea de la filosofía y el problema de la concepción del mundo (J. Escudero, trad.). Herder.] [ Links ]

20. Heidegger, M. (1992) [PS]. Platon: Sophistes (Wintersemester 1924/1925). Klostermann. [ Links ]

21. Heidegger M. (2000). Vorträge und Aufsätze. Klostermann [Heidegger, M. (1994). Conferencias y artículos (E. Barjau, trad.). Ed. Del Serbal]. [ Links ]

22. Heidegger, M. (2002) [GbaP]. Grundbegriffe der aristotelischen Philosophie. Klostermann. [ Links ]

23. Heidegger, M. (2005) [PhIA]. Phänomenologische Interpretation ausgewählter Abhandlungen des Aristoteles zu Ontologie und Logik (Natorp Bericht)(SS 1922). Klostermann. [Heidegger, M. (2002) Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles. Indicación de la situación hermenéutica (Informe Natorp) (J. Escudero, trad.), Trotta.] [ Links ]

24. Heidegger, M. (2017). Zollikoner Seminare. Klostermann. [Heidegger, M. (2014). Seminarios de Zollikon (A. Xolocotzi Yáñez, trad.). Herder]. [ Links ]

25. Heidegger, M. (2018) [SuZ]. Sein und Zeit. Klostermann. [ Heidegger, M. (1997). Ser y Tiempo (J.E. Rivera, trad.) Ed. Universitaria de Chile] [ Links ]

26. Johnson, F. (2020). ¿Cómo pensar el cuerpo al margen de la idea de sujeto corporal? Mera presencia y claro del ser en Zollikoner Seminare de Heidegger. Revista Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 37(1), 85-98. https://doi.org/10.5209/ashf.62324Links ]

27. Llorente, J. (2016). Heidegger y el estatuto ontológico del cuerpo. Una confrontación con la fenomenología de la carnalidad de Michel Henry. Ideas y Valores, 65(162), 261-289. http://dx.doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.48418Links ]

28. Martínez, M. (2017). La contienda mundo-tierra en la fundación heideggeriana de la obra de arte: análisis y valoración de su actualidad conceptual. Páginas de filosofía, 18(21), 87-107. https://revele.uncoma.edu.ar/index.php/filosofia/article/view/1864Links ]

29. Mascaró L. (2012). Heidegger y la dimensión fronteriza entre el útil y el objeto: un estudio acerca del empleo del término “cosa usual” [Zeugding], en el contexto de Ser y Tiempo. Problemata: R. Intern. Fil., 03(01), 125- 143. https://doi.org/10.7443/problemata.v3i1.12160Links ]

30. Muñoz, A. (2010). Anotaciones sobre una posible fundamentación de la ética en Ser y tiempo de Martin Heidegger. Praxis Filosófica, 31, 99-108. https://doi.org/10.25100/pfilosofica.v0i31.3429Links ]

31. Nancy, J-L. (2010). Corpus. Arena libros. https://doi.org/10.2307/j.ctt13x04c6Links ]

32. Parente, D. (2008a). La concepción Heideggeriana del Artefacto en Grundbegriffe der Metaphysik. Signos Filosóficos, 10(20), 75-93. https://signosfilosoficos.izt.uam.mx/index.php/SF/article/view/389Links ]

33. Parente, D. (2008b). Observaciones sobre uso y función de artefactos en Sein und Zeit de M. Heidegger. Contrastes, Revista internacional de filosofía, 13, 37-59. https://doi.org/10.24310/Contrastescontrastes.v13i0.1593Links ]

34. Peters, M. E. (2019). Heidegger’s embodied others: on critiques of the body and ‘intersubjectivity’ in Being and Time. Phenomenology & the Cognitive Sciences, 18(2), 441-458. https://doi. org/10.1007/s11097-018-9580-0Links ]

35. Rodríguez Suárez, LP. (2019). La naturaleza hermenéutica de la experiencia corporal y del fenómeno del dolor según Heidegger. Claridades. Revista de filosofía, 11,187-211. http:// dx.doi.org/10.24310/Claridadescrf.v11i1.5454Links ]

36. Shapiro, M. (1999a). La naturaleza muerta como objeto personal: unas notas sobre Heidegger y Van Gogh. En M. Schapiro (1999). Estilo, artista y sociedad. Teoría y filosofía del arte. Tecnos. [ Links ]

37. Shapiro, M. (1999b). Unas cuantas notas más sobre Heidegger y Van Gogh. En M. Schapiro (1999) Estilo, artista y sociedad. Teoría y filosofía del arte . Tecnos. [ Links ]

38. Thanassas, P. (2012). Phronesis vs. Sophia: On Heidegger’s ambivalent Aristotelianism. The Review of Metaphysics, 66, 31-59. https://www.jstor.org/stable/41635551Links ]

39. Thurnher, R. (1991). Heideggers Denken als Fundamentalethik? , en Heidegger Technik, Ethik, Politik. Königshausen und Neumann Verlag. [ Links ]

40. von Herrmann, F.W. (1994). Heideggers Philosophie der Kunst. Eine systematische Interpretation der Holzwege -Abhandlung «Der Ursprung des Kunstwerkes». Klostermann. [ Links ]

41. Volpi, F. (1994). La existencia como praxis. Las raíces aristotélicas de la terminología de Ser y Tiempo. En Gianni Vattimo (comp.). Hermenéutica y racionalidad (pp. 327-383). Grupo Editorial Norma. [ Links ]

42. Volpi, F. (2012). Heidegger y Aristóteles. Fondo de la Cultura Económica. [ Links ]

1Las referencias a las obras canónicas de Heidegger hasta Sein und Zeit se indican con las abreviaturas correspondientes más usuales (por ejemplo, SuZ para Sein und Zeit). En la lista de referencias del final del artículo cada sigla se especifica al lado del año de edición.

2En las referencias de las obras de Heidegger indicaremos, en primer lugar, la paginación en la edición alemana y, en segundo lugar, la paginación en la traducción española más relevante, si la hubiere.

3A diferencia del carácter universal de esta estructura en las elaboraciones de SuZ, aquí la mención de Heidegger remite a un mundo (Martínez, 2017).

* El artículo se vincula al proyecto de investigación La perspectiva postfundacional del carácter comunitario y relacional del Dasein en textos de la Kehre de M. Heidegger (1929-1935) desarrollado en Conicet (Argentina).

**Cómo citar este artículo: Butirrez, L.F. (2023). Cosas heideggerianas. Perspectivas en torno a las cosas y la ocupación práctica del Dasein en tres períodos de la obra de Heidegger (1927-1951). Estudios de Filosofía, 68, 139-160. https://doi.org/10.17533/udea.ef.350818

Recibido: 11 de Agosto de 2022; Aprobado: 02 de Febrero de 2023

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons