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Suma Psicológica

versión impresa ISSN 0121-4381

Suma Psicol. vol.19 no.1 Bogotá ene./jun. 2012

 

VALIDACIÓN DE LA ESCALA DE EXPRESIVIDAD EMOCIONAL EN UNA MUESTRA DE UNIVERSITARIOS ARGENTINOS

THE EMOTIONAL EXPRESSIVITY SCALE VALIDATION IN ARGENTINE UNIVERSITY STUDENTS

Sebastián Eduardo Piemontesi
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina

La correspondencia relacionada con este artículo puede ser dirigida a Sebastián Eduardo Piemontesi. Dirección postal: Enrique Barros esq. Enfermera Gordillo, Ciudad Universitaria, Córdoba (5000), Argentina. Correo electrónico: piemontesi@psyche.unc.edu.ar.

Recibido: Abril 15 2012 Aceptado: Mayo 20 2012


Resumen

Está demostrado que la Expresividad Emocional, entendida como la capacidad de expresar los estados emocionales en conductas observables, resulta de vital importancia para el funcionamiento saludable de las personas, asociándose positivamente con el bienestar, autoestima y satisfacción con la vida, y negativamente con patologías como esquizofrenia, depresión, trastornos de la personalidad y estrés postraumático. Para responder a la necesidad de contar con un instrumento en el ámbito local que pueda evaluarlo de manera válida y confiable, el presente estudio exploró las propiedades psicométricas de la Escala de Expresividad Emocional adaptada al español. Para ello se realizó un análisis factorial exploratorio replicándose la solución unidimensional, se obtuvo un coeficiente alfa de .94, diferencias entre sexos con mayor puntuación en mujeres, y coeficientes test-retes para un intervalo de cuatro semanas con valores de .88 en mujeres y .86 en hombres. Adicionalmente se realizaron análisis factoriales confirmatorios independientes para cada sexo obteniéndose valores adecuados en todos los índices de ajuste, pero no así en hombres. Finalmente son discutidos los resultados, alcances y limitaciones de este trabajo.

Palabras clave: expresividad emocional, validación, estudiantes universitarios, argentina.


Abstract

Emotional Expressivity, defined as the ability to express emotional states in observable behaviors, is essential for individuals healthy functioning, and was positively associated with wellbeing, self-esteem, life satisfaction and negativelyrelated with diseases such as schizophrenia, depression, personality disordersand post traumatic stress disorder. To answer the need for an instrument which can evaluate this construct in a valid and reliable manner, this study explored the psychometric properties of the Emotional Expressivity Scale adapted into Spanish. For this reason, an exploratory factor analysis replicating the one-dimension solution was performed, a coefficient alpha of .94 was obtained, gender differences with higher scores in women, and test-retest coefficients for a 4-week interval with values of .88 in women and .86 in men. Additionally, confirmatory factor analyzes were performed separately for each gender obtaining appropriate values for all fit indices, but not in men. Finally the results, scope and limitations of this paper are discussed.

Key words: Emotional expressivity, validation, university students, Argentina.


La Expresividad Emocional (EE) es entendida como la capacidad de las personas para expresar sus estados emocionales en conductas observables (Kring, Smith, & Neale, 1994). Esta capacidad resulta de vital importancia para un funcionamiento saludable de los seres humanos, tanto en aspectos psicológicos individuales como en ámbitos sociales (Dobbs, Sloan, & Karpinski, 2007). Existen claras diferencias en la medida en que las personas exhiben sus emociones, por lo tanto, estas diferencias individuales han sido de interés para investigadores de distintas áreas de la psicología, tales como la personalidad (Gross & John, 1995; Kring et al., 1994), la psicología social (Riggio & Riggio, 2002), la psicopatología (Kring, Kerr, Smith, & Neale, 1993), psicología y salud (Berry & Pennebaker, 1998), neurociencia social cognitiva y afectiva (Zayas, Tabak, Günaydýn, & Robertson, 2009), evolución y conducta humana(Schug, Matsumoto, Horita, Yamagishi, & Bonnet, 2010), diferencias de género (Buck, 1984; Kring & Gordon, 1998; Lasa Aristu, Vallejo Pareja, & Domínguez Sánchez, 2007), entre otras.

En general, los estudios han demostrado que las personas emocionalmente expresivas reportan mayor autoestima, bienestar, satisfacción con la vida, contacto social, y menores niveles de anhedonia social (Gross & John, 1997; King & Emmons, 1990; Kring et al., 1994). Por otra parte, la falta de EE se encuentra implicada en varios trastornos psicológicos como la esquizofrenia (Lee et al., 2008), la depresión (Sloan, Strauss, Quirk, & Sajatovic, 1997; Sloan, Strauss, & Wisner, 2001), el trastorno límite de la personalidad (Herpertz et al., 2001), y el estrés postraumático (Tull, Jakupcak, Paulson, & Gratz, 2007). Además, numerosos estudios han señalado que las mujeres son emocionalmente más expresivas que los hombres, (Buck, 1984; Kring & Gordon, 1998; Lasa Aristu, et al., 2007), y esta diferencia parece deberse más a estereotipos sociales que a factores biológicos, siendo los hombres más proclives a expresar emociones como el enojo y las mujeres emociones como la felicidad, la tristeza y o el miedo (Kelly & Hutson-Comeaux, 1999, 2000).

Existen dos posturas teóricas sobre la EE, la primera o modelo general de EE enfatiza la disposición general de los individuos hacia la expresión de sus emociones sin diferenciar entre las emociones expresadas (alegría, miedo, enojo, etc.), el canal de expresión (facial, vocal o gestual, etc.) o la valencia de la emoción (positiva o negativa, Kring et al., 1994). La segunda propone modelos jerárquicos conformados por diferentes niveles de análisis, incluyendo un nivel de factor general, coherente con la definición anterior, un nivel dimensional que distingue entre dos dimensiones relativamente independientes de expresividad negativa y positiva, y un nivel inferior que consiste en múltiples emociones específicas, enfatizando que las personas pueden variar en el modo de expresar cada una de las mismas (Gross & John, 1998; Humrichouse, 2010; Trierweiler, Eid, & Lischetzke, 2002). Sin embargo la evidencia empírica hasta el momento ha brindado mayor apoyo a la concepción general de la EE (Dobbs et al., 2007).

Evaluación de la EE

Dado que las emociones pueden manifestarse en distintos niveles tales como el subjetivo, el conductual o el psicofsiológico, se han establecido diferentes métodos de evaluación de la EE. A nivel conductual el método de evaluación más utilizado es el sistema de codificación observacional; este método definen a priori los eventos conductuales a observar, las observaciones son realizadas por expertos y se registran de manera sistemática las conductas para obtener medidas sobre la intensidad y frecuencia en que las personas expresan emociones (ej.: FACS, "Facial action coding system"; Ekman & Friesen, 1978). A nivel psicofsiológico un método utilizado es la electromiografía de facial, ésta es una técnica que permite explorar directamente la actividad eléctrica de los músculos faciales y mediante electrodos se puede registrar la señal eléctrica generada por las fbras musculares inervadas por un mismo axón durante la actividad muscular, obteniéndose como medidas la duración, amplitud y número de tales señales mientras la persona expresa una emoción (Gutiérrez-Rivas, Jiménez, Pardo, & Romero, 2008). Aunque existen varias ventajas en los métodos anteriores, la mayor limitación que comparten es que no es factible su uso fuera del laboratorio lo que disminuye la validez ecológica (Burin, Drake y Harris, 2007) en sus mediciones.

A nivel subjetivo, el uso de auto-reportes permiten una evaluación más extensa que los métodos observacionales y psicofsiológicos debido a que pueden explorar la EE tanto dentro como fuera del laboratorio, tanto de manera general como en contextos específicos, y permiten evaluar diferentes modalidades como las expresiones faciales, gestos corporales, o infexión vocal (Dobbs et al., 2007). No obstante, los auto-informes poseen las limitaciones propias de éste método, tales como estar basados en la introspección, la memoria y el lenguaje; ser difíciles de administrar en niños pequeños; diferentes fuentes de sesgos de respuestas y el hecho de que las mismas pueden falsearse de manera voluntaria o no (Tornimbeni, Pérez, & Olaz, 2008). Teniendo en cuenta estos riesgos resulta relevante que los instrumentos para su evaluación sean psicométricamente válidos y confiables.

Existen en la literatura diferentes instrumentos de auto-informe para la evaluación de la EE (Gross & John, 1995; Humrichouse, 2010; King & Emmons, 1990; Kring et al., 1994). La Escala de Expresividad Emocional (Emotional Expressivity Scale, EES; Kring et al., 1994) es el único instrumento basado en el modelo general de la EE dado que no contiene ítems referidos explícitamente a la valencia de las emociones expresadas ni a los canales de expresión. Está compuesto por 17 ítems y las personas deben responder, en una escala Likert de 6 puntos, la medida en que son descritas por los mismos (1=nada de acuerdo, 6= totalmente de acuerdo). Del total de ítems de la escala, 11 están codificados negativamente (ej., "Even when I am experiencing strong feelings, I do not express them outwardly; Aunque esté experimentando fuertes sentimientos, no los expreso exteriormente"). En diferentes muestras de estudiantes universitarios y mediante análisis factorial exploratorio (AFE) se determinó que todos los ítems se agrupaban en un mismo factor (Kring et al., 1994). Posee un coeficiente alfa de Cronbach de .90 y un coeficiente de correlación test-retest de .90 evaluado en un intervalo de cuatro semanas. Ha demostrado evidencia de validez convergente con otras medidas de EE y ha correlacionado positivamente con variables externas como Extraversión, Neuroticismo, Satisfacción con la vida, y negativamente con Anhedonia Social. Posteriormente, mediante análisis factorial confrmatorio (AFC), el modelo de un factor obtuvo adecuados índices de ajuste a los datos (Dobbs et al., 2007).

El Cuestionario de Expresividad de Berkeley (Berkeley Expressivity Questionnaire, BEQ; Gross & John, 1995) está basado en el modelo jerárquico de la EE y evalúa la Fuerza del Impulso (ej., "I have strong emotions; Experimento fuertes emociones"), Expresividad Positiva (ej., "When I'm happy, my feelings show; Cuando estoy feliz mis sentimientos se muestran"), y Expresividad Negativa (ej., "It is difficult for me to hide my fear; Es difícil para mí esconder mi temor"). Este instrumento está compuesto por 16 ítems que deben responderse en una escala Likert de 6 puntos (1=totalmente en desacuerdo, 6= totalmente de acuerdo) y se pueden obtener puntuaciones para la escala total y para cada una de las sub-escalas. En una muestra de 1379 estudiantes universitarios y mediante AFE los ítems se agruparon en los tres factores propuestos. Posee un coeficiente alfa de .80 para la escala total, .73 para Fuerza del Impulso, .68 para Expresividad Negativa, y .65 para Expresividad Positiva; y un coeficiente de correlación test-retest de .86 evaluado en un intervalo de 2 a 3 meses. Ha demostrado evidencia de validez convergente con otras medidas de EE y ha correlacionado positivamente con variables externas como Extraversión, Neuroticismo y negativamente con Control Emocional. Además, las escalas de expresividad positiva y negativa predijeron diferencialmente las puntuaciones conductuales de expresiones positivas y negativas registradas mediante videograbación. No obstante, en un AFC posterior (Dobbs et al., 2007), no se encontró apoyo suficiente para la estructura factorial propuesta.

Por otra parte, el Cuestionario de Expresividad Emocional (Emotional Expressiveness Questionnair, EEQ; King & Emmons, 1990) basado en el modelo jerárquico, evalúa la Expresión de Emociones Positivas (ej., "I laugh a lot; Me río mucho"), Expresión de Emociones Negativas (ej., "When I am angry people around me usually know; Cuando estoy enojado la gente a mi alrededor se da cuenta"), y Expresión de Intimidad (ej., "I ofiten tell people that I love them; Con frecuencia le digo a las personas que las quiero"). El mismo está compuesto por 16 ítems que deben responderse en una escala Likert de 7 puntos (1= en desacuerdo, 7= de acuerdo) y se obtienen puntajes para la escala total como para cada faceta individual. Ha demostrado moderada consistencia interna para la escala total con un coeficiente alfa de .78, y coeficientes alfa menores para sus facetas entre .53 y .69 (Gross & John, 1998). Adicionalmente, se ha demostrado evidencia de validez convergente con otras medidas de EE.

Finalmente, las Escalas de Expresividad Emocional de Iowa (Iowa Scales of Emotional Expressivity, ISEE; Humrichouse, 2010) se han basado en la conceptualización jerárquica de tres niveles de la EE y fueron construidas mediante un conjunto de escalas que evalúan emociones básicas, las cuales se agrupan para crear nuevas escalas de orden superior. Permite obtener un puntaje total de Expresividad Emocional General (α=80), puntajes de Emocionalidad Negativa (α=83) y Positiva (α=83) y siete escalas de emociones básicas de Miedo (α=78), Hostilidad (α=77), Culpa/Vergüenza (α=82), Tristeza (α=81) que conforman la escala de emocionalidad negativa, y Jovialidad (α=83), Confanza (α=83) y Diversión (α=74) las cuales conforman la escala de emocionalidad positiva. La estructura del instrumento fue evaluada mediante AFE de primer y segundo orden. La estabilidad temporal fue evaluada con un intervalo de 2 semanas obteniéndose correlaciones entre .60 a .75 para las diferentes emociones. Las escalas de Expresividad Positiva y Negativa demostraron relaciones con Extraversión, Neuroticismo y predijeron la Afectividad Positiva y Negativa, respectivamente. A pesar de ser un instrumento cuidadosamente desarrollado y que permite evaluar la EE desde diferentes niveles de análisis, tanto sus escalas como el manual para la administración están en proceso de desarrollo (Humrichouse, comunicación personal, 7 de octubre del 2011) por lo cual aún no se encuentra disponible.

En síntesis, la validez de constructo de la EE como su evaluación mediante auto-informes ha sido apoyada por la construcción de las escalas anteriores. Sin embargo, siguiendo los criterios establecidos por otros autores para la selección de un instrumento de evaluación en psicología (Carretero-Dios & Pérez, 2007), es posible enfrentarse a limitaciones como la no disponibilidad (ISEE), la baja confiabilidad (EEQ, BEQ) y la falta de evidencia suficiente que apoye al modelo propuesto (BEQ). De esta manera, la EES se destaca como la alternativa psicométrica de mayor validez y confiabilidad.

Considerando que EE constituye una variable de suma relevancia para el funcionamiento saludable de las personas y ante la ausencia de herramientas en lengua española que evalúen el constructo, resulta importante contar con instrumentos psicométricos válidos y confiables adaptados a la población local. Por tal motivo, el presente trabajo tiene como objetivo explorar las propiedades psicométricas de la adaptación al castellano de la EES en una muestra argentina. Además, teniendo en cuenta las diferencias que se han observado entre sexos para la EE, se explorará si las mismas se presentan entre los participantes de este estudio (Buck, 1984; Kring & Gordon, 1998; Lasa Aristu, et al., 2007).

Método

Participantes

Los participantes fueron 438 estudiantes universitarios de ambos sexos (varones= 30,3%; mujeres= 69,7%), pertenecientes a diferentes facultades (arquitectura, ciencias agropecuarias, ciencias económicas, ciencias exactas, ciencias químicas, derecho, flosofía y humanidades, lenguas y psicología, entre otras) de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, con edades comprendidas entre los 17 y 66 años (media = 25.59, desviación típica = 7.18). Se trata de un muestreo no probabilístico, específicamente es un muestreo por conveniencia o accidental (Coolican, 1994).

Instrumentos

Escala de Expresividad Emocional (Kring et al., 1994). La versión traducida estuvo compuesta por 17 ítems (ej. "La gente puede darse cuenta de mis emociones") de los cuales 11 están codificados negativamente (ej. "Aunque esté experimentando fuertes sentimientos, no los expreso exteriormente"). Los participantes deben responder el grado de acuerdo en que los ítem los describen en una escala Likert de 5 puntos (1=nada de acuerdo, 5= totalmente de acuerdo). Las propiedades psicométricas del instrumento original fueron descritas en un apartado anterior.

Procedimiento

Se realizó un estudio de tipo instrumental (Montero & León, 2007) con el fin de adaptar al español y explorar las propiedades psicométricas de la escala. En primer lugar, los ítems fueron traducidos de manera directa del inglés al español conjuntamente por un experto en el idioma inglés y por el autor de este trabajo, las versiones fueron comparadas y se seleccionó la traducción más adecuada de cada ítem de acuerdo a la claridad en la redacción y adecuación al lenguaje coloquial local. Posteriormente, los ítems fueron administra dos a una muestra piloto de 10 participantes con el objetivo de examinar la correcta comprensión y el proceso de respuesta a los mismos. Sobre la base de lo anterior se efectuaron modificaciones mínimas ya que la mayoría de las personas (N= 9) pudieron comprender con claridad la totalidad de los ítems. Posteriormente se administró el instrumento a la muestra de investigación vía internet mediante el sistema de administración de encuestas de la Facultad de Psicología de Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (programa LimeSurvey; Pérez, 2007). Para poder ajustar el instrumento al sistema informático fue necesario reducir la escala de respuesta de la escala original de 6 puntos tipo Likert por una de 5 puntos. Los participantes debieron consentir al momento de completar la escala, garantizándoles el carácter anónimo y confidencial de sus respuestas y ofreciéndoles una devolución individual de los resultados a quienes lo desearan.

Resultados

Análisis preliminares

Los datos fueron ingresados en el programa estadístico SPSS 15.0, en primer lugar fueron recodificados los ítems inversos, seguidamente se examinaron casos atípicos univariados mediante el cálculo de las puntuaciones típicas de cada variable obteniéndose en todos los casos valores adecuados dentro del rango ±3 (Tabachnick & Fidell, 2001). Finalmente, fueron usados los índices de asimetría y curtosis para evaluar la distribución de las variables, seleccionando las puntuaciones entre ±2 como valores aceptables de normalidad para ambos índices (George & Mallery, 2007) obteniéndose en todas las variables valores adecuados.

Análisis Factorial Exploratorio

Para evaluar la factibilidad de llevar a cabo el AFE se exploró la interrelación entre los ítems de la escala mediante el índice de adecuación muestral Kaiser-Meyer-Olkin (KMO= .927) y la prueba de esfericidad de Bartlett (χ²= 2363,24; gl= 136; p<0,00) obteniéndose resultados adecuados (Tabachnick y Fidell, 2001). Una vez comprobados los supuestos estadísticos se realizó el AFE mediante la extracción de ejes principales. Si bien la regla Kaiser-Gutman permitió identificar 3 factores con autovalores mayores a 1, la interpretación del Scree Test (Cattell, 1966) y el Análisis Paralelo (Horn, 1965) indicaron la conveniencia de interpretar 1 factor que explicó el 51,2% de la varianza de respuesta al test. Todos los ítems presentaron correlaciones con un único factor entre .537 y .849. Con el objeto de evaluar la consistencia interna de la escala se calculó el coeficiente Alfa de Cronbach obteniéndose un valor de α = .94.

Diferencias de Género y Test-retest

Para explorar las diferencias entre sexos se realizó la prueba T para muestras independientes de diferencias de medias observándose diferencias significativas (t=4.33, p<.001) con mayores puntajes para las mujeres y un tamaño del efecto pequeño (d=.42; Cohen, 1992). Considerando estas diferencias, se exploró en primer lugar el índice de confiabilidad test-retest con un intervalo de 4 semanas para un total de 126 casos obteniéndose un índice de correlación de r=.87 estadísticamente significativa (p<.001), de manera independiente para cada sexo se obtuvo una correlación de r=.88 para mujeres (N=93, p<.001) y de r=.86 para hombres (N=33, p<.001).

Análisis Factorial Confrmatorio

En función de las diferencias encontradas entre hombres y mujeres, se decidió realizar un AFC para cada sexo de manera independiente utilizando el programa LISREL 8.54 (Jöreskog & Sörbon, 2003). Dado que los ítems del instrumento son respondidos mediante una escala tipo Likert, las variables se consideran categóricas o discretas (Flora & Curran, 2004), por lo tanto, para la estimación de parámetros y de los índices de ajuste se utilizó la matriz de correlaciones policóricas y el método de estimación de mínimos cuadrados ponderados diagonalizados (Diagonally Weighted Least Squares; Mîndrila, 2010). Se utilizaron múltiples índices de ajuste, específicamente el Satorra-Bentler Scaled Chi-Square (S-Bχ²), la razón χ²/gl (CMIN/DF), el índice de tras-validación supuesta (ECVI), criterio de información de Akaike (AIC), el índice de ajuste incremental (IFI), el índice de ajuste comparativo (CFI), el índice de bondad de ajuste (GFI) y el error de aproximación cuadrático medio (RMSEA). Adicionalmente, los dos modelos originales (modelos A para hombres y mujeres) se compararon con los modelos de independencia o nulo. Como resultados ambos modelos presentaron mejor ajuste a los datos que los modelos de independencia correspondientes, comparando los índices de ajuste se observó que, si bien tanto el modelo de hombres como el modelo de mujeres ajustaron con valores óptimos (>0.95) en los índices IFI, GFI y CFI, el índice RMSEA se encontró fuera de los parámetros considerados aceptables (0.05-0.08, Hu & Bentler, 1999) tanto en mujeres (0.089) como en hombres (0.123). Esta dificultad también se presentó en estudios anteriores y fue salvada al re-especificar el modelo incluyendo índices de modificación (Dobbs et al., 2007) lo cual mejoró el ajuste del mismo. Por tal motivo, siguiendo criterios teóricos (ítems con contenido semántico similar) y empíricos (índices de modificación superiores a 3.84 como valor crítico del estadístico χ² con 1 grado de libertad al nivel de confanza del 5%; Arias, 2008), fueron incluidos los índices de modificación (ver Figuras 1 y 2) obteniéndose un incremento general del ajuste de ambos modelos, pero a pesar de la mejora, el modelo de hombres no alcanzó valores aceptables para el índice RMSEA (Hu & Bentler, 1999; ver Tabla 1).

Discusión

Está demostrado que la Expresividad Emocional es una capacidad relevante para el funcionamiento saludable de las personas tanto en lo que respecta a sus estados psicológicos como a sus interacciones sociales (Dobbs, et al., 2007). Esto se debe a que se encuentra asociada positivamente con el autoestima, el bienestar, la satisfacción con la vida, el contacto social, y negativamente con la anhedonia social (Gross & John, 1997; King & Emmons, 1990; Kring et al., 1994). Además, se ha encontrado que sus déficits se asocian a la depresión (Sloan, et al., 1997; Sloan, et al., 2001), el trastorno límite de la personalidad (Herpertz et al., 2001), y el estrés postraumático (Tull, Jakupcak, Paulson, & Gratz, 2007).

Estas características hacen que resulte importante contar con instrumentos que puedan evaluarla de manera válida y confiable (Tornimbeni, et al., 2008). Si bien existen métodos conductuales, psicofsiológicos y psicométricos para su evaluación, estos últimos se caracterizan por poseer mayor validez ecológica y de poder evaluar diferentes modalidades y canales de expresión en distintos contextos (Burin, et al., 2007; Dobbs et al., 2007). En el ámbito internacional se han construido varias pruebas de auto-informe, no obstante, poseen algunas limitaciones las cuales debilitan la capacidad de los mismos para evaluar adecuadamente el constructo (Gross & John, 1995; Humrichouse, 2010; King & Emmons, 1990). En consecuencia, se destaca la Escala de Expresividad Emocional de Kring et al. (1994) por ser el único instrumento disponible que respeta todas las propiedades psicométricas; por tal motivo y para responder a la necesidad de contar con una herramienta en el ámbito local, el objetivo de este trabajo fue adaptar al español este instrumento en una muestra de estudiantes universitarios argentinos.

Los resultados alcanzados tras el proceso de adaptación fueron coherentes con la escala original. En efecto, mediante AFE fue replicada la estructura factorial unidimensional agrupándose todos los ítems en un único factor y con una consistencia interna adecuada (α=.94). Dado que está demostrado que los hombres diferen de las mujeres en su expresividad emocional (Buck, 1984; Kring & Gordon, 1998; Lasa Aristu, et al., 2007) se exploraron las diferencias entre los sexos corroborándose que las mujeres se reconocen emocionalmente más expresivas que los hombres (d=.42). Este resultado es coherente a los hallazgos en investigaciones sobre estereotipos sociales y EE donde las mujeres manifiestan mayores niveles de EE que los hombres (Kelly & Hutson-Comeaux, 1999, 2000).

Adicionalmente, debido a la vinculación que tienen los déficits de EE en diversas patologías y la importancia que tiene para los procesos terapéuticos, se evaluó la estabilidad temporal del constructo en un intervalo de cuatro semanas obteniéndose resultados adecuados para la muestra total y para cada género de manera individual (coeficientes de correlación test-retest entre .86 y .88). Este hallazgo incrementa la garantía de que las diferencias observadas entre las evaluaciones pre y post intervención que se realicen con este instrumento se deban al tratamiento en sí más que a cambios temporales imprevistos.

Finalmente se brindó apoyo adicional al modelo general de la EE (Kring, et al. 1994) mediante AFC obteniéndose índices de ajuste adecuados en mujeres pero no así en hombres donde se obtuvieron valores fuera de lo aceptable en el índice RMSEA (Hu & Bentler, 1999).

A pesar de que el instrumento adaptado posee adecuadas propiedades psicométricas, se destacan como limitaciones del presente trabajo no haber explorado evidencias de validez convergente o discriminante con otras variables, por lo que resultaría conveniente en estudios futuros evaluar las relaciones con otros auto-informes que evalúen la EE, con sistemas de codificación observacional de conducta o con técnicas de evaluación psicofsiológica. También sería recomendable estudiar las relaciones con variables externas teóricamente asociadas tales como el autoestima, bienestar, satisfacción con la vida, contacto social, anhedonia social, entre otras (Gross & John, 1997; King & Emmons, 1990; Kring et al., 1994).

En conclusión, la adaptación de la Escala de Expresividad Emocional (EEE) al español ha brindado adecuadas propiedades psicométricas las que hacen factible su uso en la población local. Salvando las limitaciones anteriormente descriptas, este instrumento permitirá explorar la EE de las personas de acuerdo al modelo general y de una manera válida y confiable.


Referencias

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