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Análisis Político

Print version ISSN 0121-4705

anal.polit. vol.18 no.54 Bogotá May 2005

 

Democracia

 

LAS ELITES Y EL PUEBLO, SUS ALIANZAS Y SUS DIVISIONES.
Estudio comparativo de las coaliciones democráticas en Bolivia (1952 y 1985) (1)


 

The elites and the people, their alliances and divisions. A comparative study of the democratic coalitions in Bolivia (1952 and 1985)

 

María Teresa Pinto

Politóloga, Profesora Universidad del Valle


RESUMEN

Bolivia es el único país de América del Sur que ha vivido una revolución popular de dimensiones políticas y sociales importantes. Tuvo una de las dictaduras más severas y represivas de la región andina y, en la actualidad, ha encontrado una estabilidad democrática. ¿Qué factores nos explican esta trayectoria? Y, más específicamente, ¿qué factores han contribuido a establecer los períodos democráticos en este país? El presente artículo pretende comparar dichos procesos democráticos a través de puntos de encuentro que permitan responder estas preguntas, además de conocer las condiciones que favorecen las alianzas de gobierno y la estabilidad democrática, y no la estabilidad autoritaria. La autora utiliza la aproximación metodológica de Yashar, que propone analizar las coaliciones favorables al establecimiento de la democracia en un país determinado.

Palabras claves: élites, alianzas, Bolivia.


SUMMARY

Bolivia is the only country of South America which has gone through a popular revolution of important political and social dimensions. It had to support one of the most severe and repressive dictatorships of the Andean region and at present has encountered democratic stability. Which factors help to explain this trajectory? And, furthermore, what factors have contributed to establish the democratic periods in this country? This article attempts to compare such democratic processes through points of encounter which permit to respond these questions, besides knowing the conditions which favor the government alliances and democratic stability and not authoritarian stability. The authoress uses Yashar’s methodological approximation which proposes to analyze coalitions in favor of the establishment of democracy in a determined country.

Key words: elites, aliances, Bolivia.


INTRODUCCIÓN

La trayectoria democrática de Bolivia es apasionante. Es el único país de América del Sur que ha vivido una revolución popular de dimensiones políticas y sociales importantes, tuvo una de las dictaduras más severas y represivas de la región andina y, en la actualidad, ha encontrado una estabilidad democrática duradera. ¿Qué factores nos explican ésta trayectoria?. Y, mas específicamente, ¿qué factores han contribuido a establecer los períodos democráticos en este país?, el primero de los cuales se estableció tras la 'revolución de abril' (entre 1952 y 1964) y, el segundo, la 'democracia pactista' (desde 1985 hasta hoy), que se implantó tras la transición democrática del gobierno militar de Hugo Banzer.

En este contexto, el presente trabajo pretende comparar dichos procesos democráticos a través de puntos de encuentro entre ellos que nos permitan responder a la pregunta: ¿Cuáles son las condiciones que permiten que las alianzas de gobierno concluyan en etapas de estabilidad democrática y no de estabilidad autoritaria o de simple inestabilidad?. Para responder a dicha pregunta seguimos la aproximación metodológica de Yashar (1997) que propone trabajar las coaliciones que permiten el establecimiento de la democracia en un país determinado.

CONDICIONES PARA ESTABLECER UNA COALICIÓN DEMOCRÁTICA

Para responder a la pregunta acerca de las condiciones que han permitido el establecimiento de la democracia en Bolivia analizamos las condiciones previas al establecimiento de la misma ya que consideramos que estas condiciones privilegian la posibilidad de acción de ciertos sectores sociales y median en el abanico de las oportunidades de coalición política. Consideramos que son tres las condiciones que han permitido el establecimiento de la democracia en Bolivia: la división dentro de la élite autoritaria que daba sustento al régimen dictatorial, la movilización de los sectores populares y la visibilización de nuevos actores gracias al cambio dentro de los discursos para el desarrollo.

Elite autoritaria dividida

Las teorías de la democratización han argumentado que previamente a todo proceso de transición debe existir una división de las élites entre el bando de los 'duros' y el bando de los 'blandos' 1 - 3(2). Los primeros creen que la perpetuación del régimen autoritario no solo es posible sino deseable mientras que, los segundos, profesan la necesidad de instaurar un sistema democrático por diferentes razones: la búsqueda de legitimidad electoral o de apoyo internacional, el deseo de retirarse a los cuarteles, entre otras.

Asimismo, Yashar 4considera que, para la fundación de la democracia, se requiere del rompimiento de la unidad política de las élites y que se creen las oportunidades políticas para que nuevas coaliciones puedan asumir el control del aparato estatal. Por ello, es importante analizar las condiciones que permiten que se forme esa coalición democratizadora. Como veremos, el caso de Bolivia corrobora la afirmación de que es necesaria una fractura previa en el gobierno autoritario. Sin embargo, al analizar este caso, vemos cómo esta ruptura dentro de la élite autoritaria ha estado determinada por el tipo de régimen que existía previamente al inicio del proceso de la transición. Tabla 1

Tabla 1
Régimen político a partir de los sectores de la coalición
y de la forma de cohesión5
(3)

Analicemos las diferentes coaliciones gubernamentales que han existido en la historia de Bolivia para, de esta manera, examinar cómo los gobiernos militares reaccionarios han sido los que han antecedido las coaliciones democráticas. En el cuadro No. 2 se presenta la trayectoria política de Bolivia a través de la caracterización del tipo de régimen político (autoritario o democrático) y de la alianza que permitió que el mismo se estableciera.Tabla 2

(i) La forma de acceso al poder constitucional incluye elecciones (fraudulentas o no), sucesiones por muerte o renuncia del presidente, y todas los otros mecanismos constitucionales de sucesión y las insurrecciones populares incluyen aquellas formas de acceso al poder, como en 1952, donde fue la presión popular la que determinó el cambio de gobierno.

(ii) Este período también ha sido denominado como 'democracia censitaria y oligárquica' ya que el ejercicio de la ciudadanía estaba restringida a los varones alfabetos que fueran propietarios de inmuebles o gozaran de una renta anual de 200 bolivianos (Mayorga 1999. 329-336).

(iii) Denominada también como democracia populista (Mayorga 1999. 336-345). Esta democracia implica la supremacía política y electoral total de un partido (en este caso el MNR) sobre el sistema político y social.

(iv) Denominada también democracia consolidada por sus niveles de participación, competencia y respeto de los derechos políticos y sociales (Centellas 1999).

Examinando el c uadro No. 2 dividimos los períodos presentados desde 1936, en tres fases de acuerdo al tipo de cohesión y de coalición que los caracteriza. Por un lado, los gobiernos militares del nacionalismo revolucionario (donde la cohesión es por la fuerza y la alianza que da sustento al régimen se da entre los militares y los sectores populares) 6 - 8, por otro lado, los gobiernos militares reaccionarios (donde la cohesión es por la fuerza y la alianza entre los militares y las sectores económicamente dominantes es la que predomina) y, finalmente, los gobiernos democráticos (donde exista la cohesión por consenso y una alianza multiclasista).

El análisis de la trayectoria política de Bolivia nos permite argumentar que en este país existe un ciclo pendular de oscilación de los regímenes políticos entre 1936 y 2002 9, 10(4). Este ciclo se caracteriza por la siguiente continuidad de regímenes: regímenes del militarismo revolucionario (1936-1939 y 1964-71), seguidos por regímenes reaccionarios (1939-52 y 1971-82), y finalmente, por regímenes democráticos (1952-64 y 1982- hasta la fecha). Durante el período trabajado se encontraron dos secuencias completas del péndulo (5).

Para el caso de los ciclos pendulares, además de las diferencias sobre la forma del régimen político (democrático o dictatorial), encontramos un ciclo en cuanto a la alineación política de los gobiernos, donde cada uno de los períodos militares constituye un extremo dentro de la división izquierda-derecha (en el que los regímenes del nacionalismo revolucionario están a la izquierda y los regímenes reaccionarios están a la derecha), y los gobiernos democráticos están en el centro (comparativamente, por supuesto). Podemos imaginarnos cómo la trayectoria política de Bolivia está caracterizada por el recorrido entre dos extremos ideológicos.

Para el caso que nos interesa, el de las coaliciones democráticas, podemos ver cómo el régimen previo a la democracia estuvo constituido, en los dos casos, por dictaduras reaccionarias (con el régimen militar del Sexenio y el del general Hugo Banzer), de las cuales es importante anotar las siguientes características:

Primero, los regímenes dictatoriales reaccionarios se caracterizan por su énfasis en el internacionalismo económico a través de medidas que buscan favorecer a los sectores vinculados al mercado exterior y a los agentes del capitalismo mundial. Por ejemplo, las medidas del gobierno del general Carlos Quintanilla (1939-1940) quién puso fin al decreto dictado por el coronel Busch en 1939, que obligaba la entrega de las divisas al Banco Central por parte de los exportadores(6). Igualmente, el gobierno de Hugo Banzer promulgó la Ley de Inversiones que buscó exonerar "a la totalidad del pago de impuestos de importación y exportación a las nuevas inversiones, se autorizaba la amortización total de activos en plazos de cuatro y cinco años (...). Como si fuera poco se garantizaba que por siete años los aumentos de impuestos no afectarían a las empresas inversionistas pero que éstas sí se beneficiarán de las posibles rebajas" 11, 12. Asimismo, como lo expresa Antonio Mayorga, en relación a la alianza política que permitió el asenso del coronel Banzer al poder (denominada Frente Popular Nacionalista, e integrado por el Movimiento Nacional Revolucionario-MNR- y la Falange Socialista Boliviana-FSB-), ésta constituyó "un mecanismo de defensa de los intereses de empresarios y clases medias que habían sido amenazados por el surgimiento de la Asamblea Popular durante el débil gobierno de Torres" 13. Recordemos que el gobierno de Banzer tuvo como objetivo explícito mantener y garantizar la estabilidad, el orden y la paz social con el fin de estimular y garantizar la inversión nacional y extranjera (Decreto Ley 11947 de noviembre de 1974)14. Es de anotar que la alianza que condujo al poder al coronel Banzer incluyó a la Confederación de Empresarios Privados15, principal organización empresarial y comercial del país.

Frente a estos regímenes dictatoriales contraponemos a los regímenes militares del 'nacionalismo revolucionario' 16 que se caracterizan por una serie de medidas encaminadas a recuperar para el Estado el control de los recursos naturales de la nación. Sus principales exponentes fueron los gobiernos del coronel David Toro (1936-37), del coronel Germán Busch (1937-39) y del general Juan José Torres González (1970-71). Entre las medidas nacionalistas revolucionarias más importantes del Gobierno de Toro tenemos la nacionalización del petróleo, con la expulsión de la Standard Oil (la cual fue la primera nacionalización que se hizo en toda América Latina); la creación de la empresa estatal del petróleo (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos-YPFB-); la creación del Ministerio de Trabajo (en junio de 1936) y el nombramiento como Ministro de Trabajo de un obrero fabril, Waldo Álvarez, quién implantó el código de trabajo y la sindicalización obligatoria (en agosto de 1936). Entre las medidas más importantes del Gobierno de Busch tenemos, la aprobación de la Ley General de Trabajo (el 24 de mayo de 1939) en la cual se decretó la jornada laboral de ocho horas diarias y el derecho a la huelga.

Estos dos gobiernos marcaron el fin de una etapa de liberalismo económico y el comienzo de una era caracterizada por el intervencionismo y el sindicalismo estatal. Tal fue la presencia de los sectores sindicalizados en la administración del Estado que algunos autores hablan del 'Estado sindical boliviano' durante los gobiernos de los coroneles Toro y Busch ya que durante este tiempo los sindicatos jugaron un papel relevante 17. Ejemplo de ello fue el decreto que instauró la sindicalización obligatoria (el 19 de agosto de 1936) y que señalaba: "La sindicalización general y obligatoria debe ser fundamento para instituir el nuevo régimen de ejercicio de ciudadanía y debe concursar como uno de los factores básicos para el funcionamiento del mecanismo electoral y para la constitución de los Poderes Públicos de la República" 18.

Segundo, los regímenes reaccionarios que antecedieron el establecimiento de la democracia nunca tuvieron un carácter permanente sino que se consideraban como gobiernos excepcionales por las condiciones de seguridad nacional específicas; como una etapa entre un momento de desorden y caos y el establecimiento de la legitimidad constitucional. Por ejemplo, 'Sexenio' (1946-1952) consistió en una alianza conservadora que buscó reestablecer el orden previo a la derrota de la guerra del Chaco, los gobernantes de este período nunca se consideraron como permanente dentro de la esfera política sino como un gobierno que buscaba contener los avances del discurso nacional revolucionario. Es así como llaman a elecciones el 6 de mayo de 1950 buscando poder regresar el poder a líderes legítimamente elegidos(7).

A partir de esta caracterización de los regímenes reaccionarios, analicemos, entonces, las condiciones que llevaron al surgimiento de una alianza democrática por medio de la división de la coalición autoritaria en dos bandos y de la crisis de legitimidad del sistema de político.

Bandos o alas

En cuanto a la división de la coalición autoritaria en dos alas, específicamente en las fuerzas armadas quienes abanderaban el control del país, tenemos dos 'fermentos' específicos que dieron lugar a esta ruptura. El primero de ellos, los 'fermentos del Chaco' 19, condujeron a la participación directa de las fuerzas armadas en la conducción política del país, ya que los militares concibieron la derrota en la guerra como un mal paso de los civiles (Barios 1989:14). Este acuerdo sobre la necesidad de participación de los militares en la política condujo a la división del ejército en dos alas de acuerdo a la orientación política dada a dicha participación. Por un lado, el ala conservadora que mantenía su vinculación con las élites mineras y hacendatarias del país; y, por otro lado, un ala denominada como 'nacionalista revolucionaria' que implicó el paso de una sección del ejercito al lado del pueblo 20(8). René Zavaleta 21 define esta división como ' esquizofrénica' por la presencia de dos ejércitos.

Esta alianza entre el ejército y el pueblo se encuentra claramente explicitada en el Mandato Revolucionario de las fuerzas armadas, documento que fue hecho público en septiembre de 1969 cuando las fuerzas armadas bolivianas dan un golpe de Estado al débil gobierno de Luis Adolfo Siles Salinas, y señala:

"Las Fuerzas Armadas, mediante esta decisión institucional, se ponen al servicio de la Revolución y comprometen su concurso en la lucha por la Justicia Social, por la grandeza de la Patria y por la auténtica Independencia Nacional, hoy en riesgo de zozobrar por el sojuzgamiento extranjero"22.

"El desarrollo de un país que, como Bolivia, pertenece al área de la miseria y de la dependencia, no puede basarse en un sistema exclusivamente capitalista ni en un sistema excluyentemente socialista, sino en el modelo revolucionario nacional, donde coexistan la propiedad estatal, la propiedad social, cooperativa y comunitaria de los medios de producción y la propiedad privada" 23.

El segundo de ellos, los 'fermentos del gobierno del general Luis García Meza' (julio de 1980 a 1981), condujo nuevamente una división como la anteriormente descrita tras la comprobación de que este gobierno había estado relacionado con las mafias del narcotráfico y con mercenarios neofascistas 24(9). Por un lado, un sector radicalmente opuesto a la participación directa de las fuerzas armadas en la escena política y, por el otro, un sector que apoyaba la participación política de las fuerzas armadas, y que estaba liderado por el general Hugo Banzer, con el apoyo del general Juan Pereda Asbún, candidato oficial de Banzer en las elecciones de 1978, del coronel Alberto Natusch Busch quién gobernó en noviembre de 1979 y, finalmente, del general Luis García Meza Tejada (1980-81). El sector que se oponía a la participación directa de las fuerzas armadas en la política estuvo liderado por e l general David Padilla Arancibia ( 1978-79) quién apoyó la candidatura de Paz Estenssoro, la alternativa civil más aceptable para los militares entre las que parecían tener perspectivas de éxito 25. Tabla 3

Crisis de legitimidad

En cuanto a la crisis de legitimidad, es sintomático que los gobiernos reaccionarios terminan con un gran desprestigio de los militares y de los otros sectores que hacían parte de la alianza a causa del uso recurrente de la violencia física contra la población. Dicha utilización de la violencia dirige, a algunos sectores de la alianza autoritaria, especialmente a los organizados en partidos, hacia la salida democrática, ya que empiezan a tomar conciencia de las dificultades de mantener el apoyo popular con las políticas represivas. Por ello, la falta de apoyo popular y la intensificación de la represión, fracturan a la alianza autoritaria.

Como se presenta en el Cuadro No. 3, la represión ha sido mayor durante estos gobiernos, especialmente durante el gobierno de militar de Banzer con la masacres de Tolata, la masacre del Valle en Cochabamba (enero del 1974) y la ocupación militar de las minas (1976) ante las protestas de los sectores campesinos y mineros por las medidas económicas del gobierno que aumentaron los precios de algunos productos tradicionales para ellos . Otras de las medidas de este gobierno fueron: la prohibición las actividades de los sindicatos; la cancelación de la Central Obrera Boliviana-COB- y toda organización sindical y la clausura de las universidades, el asesinato del coronel Andrés Selich, ex ministro del Interior de ese mismo gobierno; y en la participación de Bolivia en la llamada Operación Cóndor al lado de las dictaduras de Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, que generó represión, muertes y desapariciones 26.

Por otra parte , los gobiernos militares reaccionarios se caracterizan por el uso recurrente de los fraudes electorales y el desconocimiento de las elecciones (1947, 1950 y 1978-1982(10)) lo cual nos muestra cómo estos gobiernos nunca tuvieron la legitimidad necesaria para ganar unas elecciones limpiamente.

Podemos concluir este aparte retomando la idea de Yashar que nos plantea que se requiere de una división dentro de las élites de la coalición autoritaria para la fundación de la alianza democrática. Dicha ruptura de la unidad política de las élites permite que se creen las oportunidades políticas para las coaliciones democráticas que incluyan parte de las élites divididas y parte de los sectores populares 27. Para el caso de Bolivia, esta división se ha dado por la presencia de regímenes militares reaccionarios previamente al establecimiento democrático, los cuales conducen a la división en alas de la coalición autoritaria, a su desprestigio y deslegitimidad.

Sectores populares movilizados

La hipótesis que nos habla de la relación existente entre la presencia de élites autoritarias divididas y la salida democrática depende, a su vez, de la necesidad de que exista un proceso de organización fuerte dentro de los sectores populares(11). Tal y como lo muestra el caso de Bolivia, ésta fue otra de las condiciones que permitió el establecimiento de la democracia.

La democracia de 1952, se instauró gracias a la presencia transformadora de los sectores populares, liderados por los mineros. Los cuales habían logrado superar el problema central de la acción colectiva, (¿Por qué actúa colectivamente la gente cuando es más fácil beneficiarse sin correr los riegos de movilizarle?28(12)), gracias a varios factores tales como su localización estratégica en el aparato productivo lo que le confería un fuerte poder de veto29. Asimismo, se ha enfatizado cómo el hecho de que los mineros vivieran en concentraciones masivas fundaba ciertos elementos de convivencia cotidiana que permitieron la formación de un fuerte tejido social y de fidelidades internas30. Finalmente, la idea de que el desarrollo del país dependía de la actividad minera impulsaba aún más las demandas de dicho sector31.

Estos elementos, que favorecían la acción colectiva del sector minero y su liderazgo dentro de la sociedad, se vieron favorecidos por "el hito fundacional de la revolución misma -prueba contundente de la eficacia de la acción colectiva- que encontraba su resonancia y reactivación en los sucesivos enfrentamientos con el estado, y en particular, en las masacres y episodios de represión"32 y las condiciones que ésta estableció tales como los contratos laborales indefinidos que permitían a los mineros disfrutar de estabilidad social y previsibilidad en el tiempo 33.

En cuanto a los campesinos ellos también participaron del proceso de movilización. Rivera Cusicanqui describe ampliamente cómo durante la fase oligárquica se produjeron varios momentos de rebelión popular, uno entre 1910 y 1920 cuyo epicentro fue la provincia Pacajes en el Altiplano Paceño, otro en la década de los treinta con el surgimiento del movimiento sindical en los valles cochabambinos y, finalmente, la rebelión general de 1947 que se localizó en las provincias de Los Andes en La Paz y Ayopaya en Cochabamba34.

El papel del partido Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) es central para entender el proceso organizativo de las masas campesinas durante esta etapa así como el contenido de sus demandas, debido a que el Movimiento Nacional Revolucionario MNR logra cooptar a las masas campesinas tras un largo trabajo político.

"A partir de la rebelión de 1947, el MNR se dará a la tarea de 'campesinizar' al movimiento indio, organizando estructuras de captación y control sindical que le permitirán convertir a las masas rurales en receptoras pasivas de las nuevas propuestas civilizadoras movimientistas [del MNR]. Cientos de agitadores indios serán incorporados en este movimiento envolvente, que les hará cambiar paulatinamente incluso la percepción que tenían de sí mismos; poco a poco abandonarán su adscripción étnica para asimilarse al ilusorio paraíso de la igualdad ciudadana. El triunfo revolucionario de 1952 sorprenderá al campesino indio con el fin-momentáneo- de su utopía comunitaria"35.

En relación con la democracia pactista de la década de los ochenta, es claro el papel central que jugaron las movilizaciones populares contra la dictadura reaccionaria de Banzer. Esta ola de movilizaciones estuvo relacionada con la ruptura del pacto militar-campesino(13), pacto que había sido " diseñado como una estructura institucional de enlace entre el sindicalismo paraestatal y el Ejército vigente durante el período del MNR" 36, y que se rompió por la política de aumento de precios de los productos básicos lo cual condujo a la oposición de los campesinos en enero de 1974 y a la Masacre de Tolata y la del Valle en Cochabamba.

Esa autonomía alcanzada por los campesinos tras una fuerte etapa de cooptación(14), legado político del gobierno democrático del Movimiento Nacional Revolucionario-MNR-, estuvo relacionada con el proceso de formación del Katarismo el cual bebió de dos vertientes: primero, de la migración rural a la ciudad favorecida por los efectos de la reforma agraria y la educación rural. En éstos asentamientos indios en el medio urbano, se vivieron con intensidad los fenómenos cotidianos de la discriminación y la exclusión, lo cual condujo a la formación "de una subcultura urbana con rasgos originales, que cuenta con múltiples mecanismos, formales e informales, de difusión y reproducción"37.

La segunda vertiente de la cual bebió el Katarismo estuvo constituida por la generación de campesinos que no habían vivido como propias las transformaciones que trajo consigo la revolución nacional, lo que los hizo "mucho más sensibles a los anacronismos y distorsiones que arrasa la estructura del sindicalismo heredado de 1952, que se expresa en el servilismo y la corrupción de los viejos dirigentes y en el inocultable desprecio del criollaje por los valores, modos de comportamiento y formas de organización andinos" 38.

Al lado de los campesinos, los obreros también participaron de los procesos de movilización. Por ejemplo, en diciembre de 1977, éstos sectores realizaron una huelga de hambre reclamando una amnistía general e irrestricta a los detenidos políticos por el gobierno de Banzer, y decretaron paro general de actividades contra el golpe militar del Corone Alberto Natusch Busch (golpe realizado en noviembre de 1979) y que constituyó, para Zavaleta, la p rimera huelga general obrera que se hace en defensa de la democracia representativa en Bolivia . No olvidemos que la " COB se mantuvo firme en la condena del golpe [ del Coronel Alberto Natusch Busch ], pese a haber recibido de Natusch una oferta de cogobierno que incluía el compromiso de que la central sindical podría definir la política económica del nuevo régimen. Sin duda existieron algunas dudas iniciales, perfectamente explicables dada la retórica populista de Natusch, pero lo cierto es que, en los hechos, la COB se negó a negociar la interrupción del proceso democrático a cambio de ventajas corporativas ciertamente importantes"39.

Podemos concluir, entonces, con la Tabla 4 de Yashar que esquematiza claramente la idea de la necesidad de una élite autoritaria dividida y de unos sectores populares movilizados para el establecimiento de una coalición democrática en el poder.

Discursos para el (¿sub?) desarrollo

La tercera característica que ha marcado las posibilidades formación de una coalición democrática en Bolivia ha sido el cambio internacional en el discurso para el desarrollo económico y político. Cada una de las dos situaciones democráticas a las que hemos hecho referencia (1952 y 1985) estuvo marcada por el asenso de un nuevo discurso económico y político que fue liderado por un sector 'progresista' de la élite y el cual facilitó, asimismo, las condiciones de ruptura dentro de la coalición autoritaria en el poder y la revitalización del proceso organizativo de los sectores populares que se apoyaron en éste discurso.

La década de los cuarenta se caracterizó por el ascenso del discurso por un nuevo modelo de capitalismo, que puede ser considerado como capitalismo de Estado, el cual hacia oposición a la orientación liberal de la economía que se había manejado en Bolivia durante principios del siglo XX. Esta idea introducía una dimensión nacionalista a la política y replanteó que el problema de la pobreza en el país se encontraba en las condiciones de la explotación de las riquezas naturales (sobre todo la minería) que permitían que la mayoría de los recursos económicos generados por la producción interna terminaran en el exterior. Por ejemplo, una de las medidas de esta ideología fue la puesta en vigencia del Decreto-Ley de junio de 1938 por parte del gobierno de Busch que obligaba a los productores de minerales a entregar la totalidad de las divisas extranjeras provenientes de sus negocios de exportación al Banco Central de Bolivia. Este decreto fue ideado y proyectado por hombres que luego fundarían el Movimiento Nacional Revolucionario-MNR- tales como Paz Estenssoro .

Del mismo modo, el cambio del discurso del desarrollo durante este período se relacionó con el declive de los precios del estaño en 1927, las perturbaciones derivadas de la Gran Depresión y con la derrota de las armas bolivianas en la Guerra del Chaco, todos ellos factores que permitieron el hundimiento de las bases que habían sustentado la estabilidad de la democracia oligárquica entre 1880 y 1930 40 y las bases ideológicas de su dominación.

Veamos, entonces, cómo el cambio en el discurso sobre el desarrollo, tiene una incidencia en el declive de los gobiernos autoritarios en la medida en que destruye o invisibiliza a ciertos actores y favorece a otros. En ese proceso de visibilización / invisibilización, permite el establecimiento de las condiciones necesarias para la fundación de la democracia ya que sienta las bases ideológicas para una nueva alianza.

Por ejemplo, durante la década del cuarenta, dicho discurso para el desarrollo estuvo muy vinculado con la pérdida de hegemonía de las élites mineras y hacendatarias, así como con la presencia, en la escena política institucional, de un nuevo sector que hasta el momento había permanecido relegado: el sector popular, especialmente los mineros y los campesinos. Dichos actores fueron visibilizados gracias al discurso de desarrollo 'nacionalista' que reivindicaba, entre otros, el trabajo digno de los mismos. A su vez, este nuevo discurso visibilizó un nuevo actor político: el Movimiento Nacional Revolucionario-MNR-, que fue del vocero de dicha arenga. Por ejemplo, Víctor Paz Estenssoro, siendo Ministro de Hacienda del mayor Gualberto Villarroel (1943-46), desarrollo una política que reordenó el sistema impositivo y administrativo buscando controlar la fuga colosal de ganancias de las empresas mineras hacia el exterior.

En la década de los ochenta, el discurso neoliberal en asenso se relacionó estrechamente con la política de libertad democrática. En este sentido, mas que una explicación complotista que analiza el discurso del 'pluralismo' y la 'diversidad' como una forma de cooptación de algunos sectores por parte del neoliberalismo, consideramos que ésta combinación hace parte del formato de dicho pensamiento en el cual se prima la libertad sobre otros valores. Por ello, para esta ideología, la libertad y la pluralidad entran en escena como un ideal político a realizar. De esta manera, este nuevo 'espíritu de época', con su propuesta de libertad en lo económico, implicó la introducción del reconocimiento étnico que visibilizó a un nuevo sector de la sociedad, los indígenas, los cuales se habían silenciado dada la 'centralidad obrera' 41(15) y la campesinización de los indios.

En este sentido, la visibilización de lo indio constituyó una ruptura capital ya que, durante mucho tiempo, el problema del indio había sido equiparado al problema de la tierra y, por ello, había tenido como respuesta del Estado una política asimilacionista de los indios, que implicaba su campesinación y el proyecto de un país mestizo 42, "este concepto se tomaba en un sentido muy semejante al que adquirió la revolución mexicana, es decir, un país cuyos indios acaban por asimilarse al modelo blanco dominante" 43. Como bien lo expresó el presidente Lázaro Cárdenas 'nuestro indigenismo no pretende indianizar México sino mexicanizar al indio'.

Dicha política tuvo su máxima expresión en el pacto militar-campesino "por medio del cual los militares prometían obras en el campo a cambio de lealtad política" 44 que tomó forma durante el gobierno del general René Barrientos Ortuño (1964 - 69). En las propias palabras del general, e n un discurso pronunciado en Cochabamba el 27 de noviembre de 1966, dijo : "campesinos como militares deben ser eternamente aliados y amigos; esa es la finalidad del pacto Militar-Campesino (...) Quedan solamente dos fuerzas en Bolivia que pueden ser la esperanza de la patria. Estas son los campesinos y las Fuerzas Armadas" 45.

Por ello, no es coincidencia que haya sido en el primer mandato de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-97) quien, a la vez que profundizaba el neoliberalismo, ampliaba la participación política de los indígenas, no solo a través de la presencia de un antiguo líder Katarista en la vicepresidencia, Víctor Hugo Cárdenas, sino introduciendo una de las leyes mas progresistas en términos de participación de las comunidades indígenas : la Ley de Participación Popular 46. Para Mayorga:

"La ley de participación popular y la ley de descentralización han sido a la vez esfuerzos creativos y significativos en la búsqueda por poner el gobierno municipal en el centro de la estructura de toma de decisiones, donde encontramos el primer reconocimiento legal de la autonomía territorial de las organizaciones indígenas y sus propios mecanismos de decisión, y como una búsqueda significativa por articular la democracia representativa con los mecanismos de participación en el gobierno local" 47.

La centralidad adquirida por los indígenas dentro de la política boliviana de hoy, se encuentra relacionada con el importante proceso de toma de conciencia que tuvo este sector desde finales de los años 60 con el desarrollo del Katarismo y la creación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia-CSUTCB-. Según Albó (2002: 119) el Katarismo está "(...) caracterizado ante todo por el redescubrimiento de la identidad aymara tan diluida en el período anterior (...). Algunos de ellos se expresaron explícitamente al decir que se les había reducido a una 'clase social', perdiendo, a cambio, su posición de 'pueblo aymara'". Esta etapa ha sido catalogada como el 'despertar indio'.

En este sentido, consideramos que los elementos internacionales entran en la escena nacional indirectamente a través de los diferentes discursos para el desarrollo argumentados en cada época específica; por ejemplo, la ideología de la seguridad nacional y el modelo de sustitución de importaciones para la década de los cincuenta, y la ideología por el respeto a los derechos humanos y las políticas neoliberales para los ochenta. Entonces, los diferentes factores internacionales no son obligantes y solo constituyen un campo de oportunidad que invisibiliza o visibiliza actores, los cuales, por sus propias dinámicas históricas, se ven o no favorecidos (como en el caso del Katarismo).

PARA CONCLUIR

Para concluir el presente estudio presentamos una síntesis de los factores y las condiciones que condujeron al establecimiento de los dos períodos democráticos en Bolivia.

Primero, la movilización de los sectores populares es un factor democratizante en Bolivia. Ellos han jugado un papel fundamental en el establecimiento de los dos períodos democráticos, específicamente con la insurrección de 1952 y con el proceso de protesta entre 1977 y 1982(16). Sin embargo, no podemos considerar que los sectores populares se levantan por encima de todo en defensa del régimen democrático, por ejemplo, es evidente que no se hubieran movilizado si el partido ganador de las elecciones de 1951 hubiera sido el Partido Liberal o, en 1978, la Alianza Democrática Nacional-ADN- (partido del ex dictador Hugo Banzer). Consideramos que este apoyo a la salida democrática se da, en buena medida, como respuesta a la fuerte violencia que caracteriza a los regímenes militares reaccionarios.

Segundo, podemos afirmar que los militares no han participado activamente de los períodos democráticos y, por el contrario, su exclusión de la coalición parece ser un prerrequisito para el establecimiento de la misma. Esta afirmación esta de acuerdo con la teoría de las transiciones y las consolidaciones democráticas para la cual el control civil de los militares es la base de la estabilidad democrática 48. En Bolivia esta exclusión ha tomado características especiales debido a la forma en que se dio el proceso de transición. Por ejemplo, la democracia de 1952, se estableció tras la derrota militar del ejército por parte del pueblo lo que condujo a la sustitución del ejército por las milicias populares (obreras y campesinas) que se convirtieron en los "detentadores de los mecanismos de violencia legítima del Estado" 49. Del mismo modo, la crisis generada por la dictadura del general García Meza (1980-1981), generó una apatía política en los militares durante la última etapa del proceso de transición hacia la democracia en la década de los ochenta. Definitivamente, la alianza democrática en Bolivia tiene un carácter antimilitarista.

Tercero, la democracia se hace posible cuando los intereses de algunos de los sectores de la élite y populares coinciden. En este sentido, el papel del Movimiento Nacional Revolucionario- MNR- ha sido central ya que su discurso aglutinador y policlasista 50(17) ha sido el eje de los dos procesos democráticos gracias a que logró conciliar los intereses de algunas fracciones de dichos dos sectores, por lo menos en cuanto a la forma del régimen político a implantar. Recordemos el papel hegemónico que ha jugado en las etapas democráticas ya que d e las 10 elecciones que ha tenido Bolivia bajo los regímenes democráticos el Movimiento Nacional Revolucionario- MNR- ha ganado 9(18). Pareciera que un requisito para la democracia en la región andina es la existencia de partidos "atrápalo todo"(19).

De todas maneras, esta alianza es bastante inestable ya que las demandas de cada uno de estos sectores tienden a no coincidir. Por ejemplo, las élites tienen un fuerte compromiso con los principios capitalistas mientras que los sectores populares buscan formas alternativas de modernización. Por esto, esta alianza necesita de un contexto económico, social e internacional favorable para que se pueda propiciar. Tal fue el caso en 1952 cuando se estaba viviendo una crisis de hegemonía al interior de la élite oligárquica y, en 1978, con el cambio de política de los Estados Unidos frente a su apoyo a las dictaduras, y con la crisis económica que vivía el país.

El conflicto entre estos dos sectores se ha resuelto a través de formas institucionales y políticas específicas. En 1952 la democracia tomó la forma del cogobierno ya que el sector popular ejercía un poder sin el cual era imposible gobernar, mientras que, en 1985, tomo la forma de una democracia pactista a causa del fracaso de la izquierda para generar una estrategia sostenible de gobernabilidad y superar la hiperinflación.

Acerca de la democracia pactista podemos decir que se caracteriza por la limitación a las posibilidades de alternación política en el gobierno. Siguiendo la noción de régimen de Gerardo Munck 51(20), la actual democracia en Bolivia implica que las diferentes reglas formales e informales que determinan el tipo de actores que tienen acceso a las posiciones de gobierno, el método para acceder a dichas posiciones y las reglas para tomar las decisiones públicas, encuentran limites formales e informales que ponen en cuestión la 'incertidumbre de la democracia'(21). Estas limitaciones en el acceso al gobierno resuelven el problema de la formación de mayorías en el Congreso en situaciones de fraccionalismo extremo con un gobierno de tipo consociacional52(22)

Consideramos que varias características de los regímenes consociacionales nos pueden ser útiles para estudiar el proceso democrático en la Bolivia contemporánea. Por ejemplo, la presencia de coaliciones estables de gobierno basadas en compromisos y concesiones mutuas entre partidos políticos, como las existentes en Bolivia desde el gobierno de Paz Estenssoro . Asimismo, la despolitización útil ('purposive depolitization') que busca remover el conflicto político de ciertas arenas(23). En palabras de Mayorga:

"Desde 1985, bajo la influencia de la llamada nueva política económica, se ha desarrollado un campo de enfrentamiento ideológico menos virulento y radical entre las élites políticas y económicas que impulsan la modernización política y económica de la sociedad y del Estado. Estas fuerzas han desplazado a los movimientos populistas tradicionales y nuevos por la vía de la marginalización o de la integración contribuyendo así a la desaparición del antagonismo entre las tendencias de modernización y la izquierda marxista-populista" 53.


COMENTARIOS

1.Este documento fue realizado en el marco del programa Jóvenes Investigadores de Colciencias del cual participé en el año 2002. Agradezco al grupo de investigación Conflicto e Instituciones en una Perspectiva Comparada del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales –IEPRI- de la Universidad Nacional de Colombia y, muy especialmente, al profesor Francisco Gutiérrez, por todas las ideas compartidas y discutidas.

2. Por ejemplo, O´Donnell y Schmitter y Przeworski para quienes la división dentro del bloque autoritario se da entre intransigentes y reformadores (o liberalizadores) y dentro del bloque de la oposición entre moderados y radicales.

3.Para construir una tipología de los regímenes políticos que ha vivido Bolivia seguimos a Moore en el sentido de que la manera en que los diferentes sectores responden al reto de la cohesión social determina la forma que tome el régimen.

4.Ya otros autores como Malloy y Seligson han desarrollado la idea de que en América Latina existe un patrón pendular de oscilación entre democracia y dictadura, donde cada ciclo difiere del precedente.

5. Nótese como el período comprendido entre 1850 y 1936 ha sido caracterizado como un 'modelo oligárquico de democracia restringida' lo que refuerza nuestra hipótesis de los ciclos pendulares.

6. El decreto del coronel Busch fue dictado el 7 de junio de 1939 y estableció la obligatoriedad de la entrega de divisas provenientes de la exportación de minerales al Banco Central, medida que buscaba controlar los recursos provenientes de la actividad minera.

7. Las elecciones dan como ganador al MNR y, por ello, terminan a un intento de golpe de Estado por parte de Mamerto Urriolagoitia (1949-51) para evitar que este partido asumiera el poder.

8.Es importante anotar cómo, en cada una de las alas, existían tendencias diferenciadas internas, por ejemplo, dentro del bando nacionalista revolucionario, la Logia Razón de Patria (o Radepa) estaba a la derecha y los militares como el coronel David Toro y el general Juan José Torres González se encontraban a la izquierda.

9. Entre los nazis vinculados al gobierno del general García Mesa tenemos a Klaus Barbie, el 'Carnicero de Lyón'.

10.En 1947 tenemos el fraude electoral por medio del cual Enrique Hertzog Garaizábal, del Partido de la Unión Socialista Republicana (PUSR), llega al poder (gobierno del Sexenio). En 1950 tenemos el desconocimiento por parte de Mamerto Urriolagoitia de las elecciones que daban como ganador al Movimiento Nacional Revolucionario-MNR-. Y, entre 1978 y 1982, tenemos una serie de fraudes electorales y desconocimiento de las elecciones.

11.Definitivamente, la idea de la necesidad de sectores populares movilizados concuerda con la hipótesis de Moore (1973) acerca de que uno de los prerrequisitos para el establecimiento de la democracia es la noción del derecho a resistir a una autoridad injusta.

12.Esta pregunta fue planteada por Mancur Olson quién planteó los problemas de la acción colectiva debido a que el individuo 'no' se moviliza porque piensa que, de todas formas, se beneficiará de los logros alcanzados por los actores movilizados; o bien, solo se moviliza si puede conseguir algún provecho inmediato y concreto de su movilización (en ingles a las personas que asumen este comportamiento se les llama 'free rider'). Para Olson éste problema se evitaba a través de la restricción o de la estimulación selectiva, conocida como 'la zanahoria o el garrote'.

13. El pacto militar-campesino forma durante el gobierno del general René Barrientos Ortuño (1964-69).

14. Silvia Rivera Cusicanqui describe esta situación de subordinación en los siguientes términos: "Con la revolución nacional de 1952, se logró socavar en buena medida este rol intersticial de las autoridades indias y con ello se abrió paso a un creciente predominio de las mediaciones sindicales en la relación comunidades-Estado".

15. Históricamente la tradición popular boliviana estuvo liderada por los obreros y los mineros sindicalizados en la Central Obrera Boliviana-COB-. Por ejemplo, pensemos en la estructura organizativa de la COB donde para ser secretario general se debía ser un minero.

16. Por ejemplo, la huelga decretada por la Central Obrera Boliviana-COB- tras el golpe de Estado de coronel Natusch (1979) y el enfrentamiento de la población de La Paz y de los centros mineros con Ejército (noviembre de 1979).

17.Los partidos en Bolivia están divididos en las agrupaciones clasistas, las agrupaciones étnicas, y las policlasisitas

18.En 1989 Gonzalo Sánchez ganó las elecciones populares pero no pudo ser ratificado en el Congreso por la oposición expresada por la Alianza Democrática Nacional-ADN-. De todas maneras, no podemos olvidar la participación abierta que ha tenido el MNR en algunos gobiernos militares tal como en los golpes de Estado del mayor Gualberto Villarroel (1943), del general Banzer (1971) y del coronel Natusch (1979). Lo cual nos refuerza la idea de que la democracia no solo depende de la presencia del Movimiento Nacional Revolucionario- MNR- sino del apoyo de los sectores populares.

19.Comparemos los casos de largas tradiciones democráticas como las de Colombia y Venezuela que tienen partidos centristas, frente a las de inestabilidad institucional como las de Perú y Ecuador con partidos fraccionados y radicales.

20. Munk propone trabajar la noción de régimen a partir de dos dimensiones: la procedimental y la comportamental. En cuanto a la dimensión procedimental ella supone todas las reglas formales y informales que determinan el tipo de actores que pueden tener acceso a las posiciones de gobierno, el método para acceder a esas posiciones y las reglas que se siguen para tomar decisiones públicas. En cuanto a la dimensión comportamental ella supone la aceptación de dichas reglas por parte de los actores políticos relevantes.

21.Algunos autores definen a la democracia como incertidumbre regulada.

22. La noción de 'consociacionalismo' busca dar cuenta de aquellos gobiernos democráticos en sociedades donde "las tendencias centrífugas inherentes en una sociedad plural son contraatacadas por actitudes cooperativas".

23. Franco Gamboa plantea cómo los consensos políticos en Bolivia desde 1985 promueven la despolitización.


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