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Análisis Político

Print version ISSN 0121-4705

anal.polit. vol.20 no.59 Bogotá Jan./Mar. 2007

 

Artículo/Jovenes Investigadores

Bogotá En La Globalización

Bogota Within Globalization

Eduardo Corredor Gómez.

Economista de la Universidad Nacional de Colombia con maestría del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales –IEPRI UN-. Actualmente se desempeña como profesor en la facultad de economía de la Universidad del Rosario.ecorredo@urosario.edu.co


RESUMEN

El presente artículo aborda la situación de la ciudad de Bogotá en medio del proceso de globalización económica. Es un análisis comparado que tiene como objetivo mostrar el lugar que ocupa la capital colombiana en el nuevo escenario urbano dado por la globalización. Se pondrán a prueba las tesis propuestas por Saskia Sassen en su libro La ciudad global que se refieren a la concentración de la actividad económica contemporánea y al lugar clave para las finanzas.

Palabras Clave: Globalización, ciudad global, Bogotá, concentración económica, finanzas urbanas.


SUMMARY

This article tackles Bogotá's situation in terms of economic globalization. It analyses the place of the Colombian capital within the new urban scenario provided by globalization. It tests the hypothesis that contemporaneous economic activity is concentrated in the capital and that it is the key place for financial transactions. Such thesis is put forward by Saskia Sassen in the book called the "Global City".

Keywords: Globalization, global city, Bogotá, economic concentration, urban finance.


Cuenta Sassen que cuando Max Weber analizó las ciudades medievales de la Liga Hanseática determinó que sus relaciones comerciales se originaban en el intercambio del excedente de producción. Weber concluyó con este análisis que la ciudad medieval abandonaría el comercio exterior al autosustentarse, a una escala reducida. Sin embargo, esto no es lo común actualmente y dista mucho del horizonte deseado por las ciudades en este tiempo.

Las tendencias asociadas a la globalización demandan lugares de producción para las principales industrias de información de nuestro tiempo y estos lugares son las ciudades. Estas industrias de la información están atadas en algún momento a la ciudad debido a la combinación de recursos que requieren para su producción. Sassen explica que:

"la dispersión geográfica de las actividades económicas y de integración al sistema que descansa en el corazón de la actual era económica, ha contribuido con nuevas o ampliadas funciones centrales, y la complejidad de las transacciones ha incrementado la demanda de servicios altamente especializados por parte de las empresas. Tal enfoque nos permite ver la globalización, así constituida, a través de una malla global de sitios estratégicos que emergen como una nueva geografía de centralidad" 1

En este artículo profundizáremos las dos principales de tesis de La Ciudad Global aplicadas a Bogotá. La primera función expuesta por Sassen que examinaremos es sobre la concentración que logran algunas ciudades entorno a la actividad económica contemporánea. Sassen expone que las ciudades globales son puntos de comando altamente concentrados desde donde se organiza la economía mundial. Esta hipótesis adaptada al caso de Bogotá consiste en determinar qué tanto controla la economía urbana bogotana en el escenario nacional para luego compararla dentro del entorno latinoamericano. Esta tesis dice que la dispersión territorial de la actividad económica contemporánea genera necesidades crecientes de control, a nivel económico este control se ve reflejado en la internacionalización de la economía porque es en estos renglones donde se observa qué tantas son las relaciones económicas de la ciudad con el resto del mundo. Mediremos qué tanto las funciones que desempeña la ciudad de Bogotá a nivel económico son las requeridas para que el ordenamiento de la economía mundial se mantenga. Para saber si ese nivel es importante lo comparemos con Ciudad de México, Santiago de Chile, Buenos Aires y La Paz.

La segunda tesis que contrastaremos en la economía bogotana es que las ciudades globales son localizaciones claves para las finanzas. Para Sassen2 "las cosas que produce una ciudad global son servicios y bienes financieros". Las ciudades no sólo son puntos de control, son, como afirma Friedman3 sitios particulares de producción de servicios financieros. Para lograr contrastar esta hipótesis en Bogotá analizáremos, tanto el mercado financiero como las finanzas públicas. A su vez examinaremos los bancos y sus actividades, y veremos, como lo hizo Sassen en su libro de La Ciudad Global, cómo se asumen las nuevas funciones económicas.

En ambos análisis, asumiremos que entre más globalizada deviene la economía más alta es la aglomeración de funciones centrales. Esa aglomeración la cuantificaremos con la importancia que tiene la ciudad como centro económico.

Concentración de las economías urbanas

Ahora bien, es tiempo de iniciar el contraste de la primera tesis de La Ciudad Global. La concentración de la ciudad de Bogotá la tomaremos como hace Saskia Sassen de manera que la concentración de las actividades económicas de la ciudad dependerá de tres indicares básicos; su economía interna, la inversión extranjera y el comercio exterior. Estos indicadores son tomados para inferir la concentración de Bogotá frente a otras ciudades de Latinoamérica. Grafica 1

Gráfica 1: El PIB de Bogotá por sectores económicos


Fuente: DANE, 2003.

La economía de Bogotá es la más dinámica del país, sus tasas de crecimiento del PIB fueron del orden de 3,6% durante el decenio de 1990. 4 La participación del PIB de la ciudad en el total nacional alcanzó a finales del siglo xx un cuarto de la producción nacional, siendo los sectores con mayor participación los servicios financieros, la industria manufacturera y el comercio. La economía de Bogotá no es una economía importante dentro de las ciudades latinoamericanas. La Ciudad de México tiene un PIB superior en más de cuatro veces al de Bogotá.(1) Si quitamos de la muestra la economía urbana mexicana, Bogotá se aleja de ciudades como Buenos Aires y Santiago pero no en la misma proporción. Frente a Santiago se observa que esta ciudad es más productiva en un 65% y frente a Buenos Aires ellos tienen su PIB un 32% más alto que nosotros, sin embargo el PIB bogotano es mayor al de La Paz en una escala de 10 a 1.

Ahora el PIB respecto a la población: el PIB per cápita capitalino se aleja del promedio nacional en casi U$ 800 presentando una brecha considerando que la población residente en Bogotá es menos de una quinta parte del total nacional, el PIB per cápita colombiano no alcanza los U$ 2.000. 5 De esta forma Ciudad de México presenta unos impresionantes U$ 9.229 per capita, 6 lo cual es efecto de una distorsión, ya que al calcular el PIB per capita utilizan la población del DF que es de menos de 10 millones de habitantes,7 sin embargo esta no es la población a tener en cuenta porque la cantidad de personas que laboran para el DF viven en su mayoría en lo que es conocido como Ciudad de México que cuenta con una población de casi 28 millones de habitantes, 8 arrojando así un PIB per cápita de un poco más de U$ 2.800, incluso más bajo que el de Bogotá. En este renglón vemos a una Bogotá productiva, sólo superada por Santiago, y con relación a Buenos Aires se presenta una relación de casi dos a uno.

La economía bogotana es importante para Colombia, no solamente por ser la más grande sino por ser la más sensible tanto para las crisis como para los periodos de crecimiento sostenido, el crecimiento bogotano jalona el nacional haciendo que sea el nodo que ejerce mayor control económico a nivel nacional, Bogotá genera cambios en la producción de la mayoría de regiones colombianas9. Sin embargo, nuestra economía rural es pequeña frente a las ciudades latinoamericanas que tienen algunas funciones globales, indicado así que es difícil en una primera instancia lograr una concentración de funciones que podría hacer a los centros de poder global, es decir, las funciones que recibiría Bogotá de ciudades como Nueva York o Londres son muy pocas. Las ciudades globales preferirían economías un poco más grandes que puedan ejercer algún mando sobre la región.

Hasta aquí hemos visto que la robustez de la economía de Bogotá es baja a nivel latinoamericano, pero sólo hemos registrado el dinamismo de la economía urbana hacia el interior, para complementar empecemos observando su balanza comercial con el exterior.

Al comparar las participaciones de las exportaciones urbanas frente a las de sus naciones encontramos que Bogotá produce el 30% de las exportaciones colombianas, es decir, tan sólo una de las 24 regiones de Colombia transa casi un tercio de los bienes exportados. El rol exportador de la ciudad es el más importante de la nación, incluso este indicador es el más alto a nivel latinoamericano a excepción de Santiago. Para Chile las exportaciones que genera la ciudad de Santiago son más de la mitad del total de exportaciones de toda la nación chilena. El resto de ciudades de la lista mantienen una prudencial participación de alrededor de un cuarto del total de las exportaciones.

El sector más exportador en Bogotá es el químico que con la fabricación de plaguicidas y productos de uso agropecuario se coloca a la cabeza de las exportaciones, a su vez este sector produce pinturas, barnices, productos farmacéuticos y medicinales además de jabones, detergentes y perfumes. Otros productos que componen la canasta exportadora son materiales de transporte, textiles, imprenta y editoriales, además de maquinaria, en este rublo es importante destacar a la Compañía Colombia Automotriz CCA que ensambla los vehículos marca Mazda y Mitsubishi. El sector automotriz es buen ejemplo del nivel de industrialización y tecnología de las economías. El destino de las exportaciones bogotanas es en su mayoría la Comunidad Andina de Naciones, siendo Venezuela su mayor receptor, Estados Unidos se sitúa detrás de resto de América, y con respecto a la Unión Europea los productos bogotanos llegan en menor cuantía que al continente asiático.

Ya sabemos que Bogotá genera un peso importante de las exportaciones a nivel nacional y que esta proporción es tan alta que es la segunda de mayor magnitud de las ciudades que dan el marco comparativo, pero ¿esto significa que exportamos lo suficiente para la economía bogotana genere control económico en la región? La respuesta es no. Las exportaciones de Bogotá se encuentran en un rango bajo, sólo supera a La paz. Es aventajada ampliamente por Ciudad de México que con más de 37 mil millones de dólares es la ciudad latinoamericana que generó mayores exportaciones 10. Las exportaciones de Bogotá representan un 6% de las de los mejicanos. Sin embargo las distancias exportadoras de Ciudad de México con las demás ciudades latinoamericanas son también muy aventajadas. Con respecto a Santiago, ésta sólo exporta una cuarta parte de lo vendido al exterior por parte de Ciudad de México. Gráfica 2

Gráfica 2: Tasa de apertura exportadora

Fuente: Institutos de Estadística de cada país, 2003. La tasa de apertura exportadora es la relación entre exportaciones y PIB.

Si hacemos el balance de las exportaciones per cápita es claro que no pertenecemos de una forma importante a la estructura exportadora de las ciudades latinoamericanas. La brecha se abre aun más. Mientras un ciudadano santiagueño participa cinco veces más que un cachaco, son casi siete veces más las exportaciones de un bonaerense y para la comparación con un 'manito' la brecha es trece veces mayor. Escasamente superamos a los paceños que exportan 0,8 veces lo que un bogotano. En conclusión, los habitantes de las ciudades estudiadas son más productivos en términos de exportación que los bogotanos.

Bogotá es importante en la participación de las exportaciones en Colombia; esta proporción es mayor que el promedio latinoamericano, pero el inconveniente es que Colombia tiene un nivel exportador muy bajo, la realidad es que la proporción es alta porque el divisor es muy pequeño. La ciudad tiene poca vocación exportadora. Sus exportaciones no representan una participación importante dentro de las ciudades latinoamericanas. Las exportaciones de Buenos Aires superan en relación de tres a uno a Bogotá, Santiago logró exportar más de cuatro veces y si comparamos nuestras exportaciones con las del gigante de las exportaciones, el DF, encontramos que son 17 veces más exportadores que nosotros. Sin embargo no somos la ciudad menos exportadora, las exportaciones La Paz representa una doceava parte de las exportaciones bogotanas.

Pero, no sólo debemos mirar este indicador de una forma plana y nominal, al acercarnos más a la estructura exportadora tomamos la variación de las exportaciones, en este indicador ratificamos que Bogotá no ha generado comportamiento exportador como sus ciudades compañeras de la muestra. Bogotá presenta una mínima variación positiva del 1,2% en la década de 1990, para el mismo periodo Buenos Aires y Ciudad de México crecieron en un 11% y Santiago en un 8%, dejando un claro rezago exportador de Bogotá. De nuevo nos salva del frío suelo exportador de La Paz que contrajo sus exportaciones en más del 18%. Aunque no se presentó un crecimiento de dos cifras como Santiago, Buenos Aires y Ciudad de México, sí mostramos un cambio positivo. Esto se puede explicar debido a los afanes de las naciones donde se encuentran ciudades como Santiago y Ciudad de México, las cuales fueron primeras en la firmas de tratados de libre comercio con Estados Unidos. Implicando así una mayor inserción de la producción de estos países, y por supuesto de las ciudades, dentro de la economía más grande del mundo.

Para complementar esta explicación, y de acuerdo con la metodología de 'la ciudad global', hemos decido observar la importancia que tienen las exportaciones dentro del PIB de cada ciudad. Si bien es cierto que las exportaciones bogotanas son bajas en comparación a las demás ciudades latinoamericanas, también es cierto que no es parte importante dentro de su producción total. Más del 11% del PIB bogotano son exportaciones, el cual representa un porcentaje bajo, es el más bajo de las ciudades de la muestra, mientras para Buenos Aires éste es del 26%, 31% para Santiago y un gran 46% para la Ciudad de México. Incluso La Paz nos supera al participar con el 14% de las exportaciones en el PIB urbano. Es decir, para la ciudad de Bogotá la producción de su economía urbana, en su mayoría, se queda dentro de la ciudad.

Entonces, Bogotá no genera un nivel importante dentro de las exportaciones creadas por las ciudades a nivel latinoamericano, esto se debe a que Colombia no inició procesos de integración económica con Estados Unidos tan rápida y aceleradamente como lo hicieron Chile y México. Sin embargo, Bogotá mantiene un mayor aporte proporcional al país que pertenece que el resto de ciudades estudiadas. Bogotá no emite un control de funciones globalizadoras, es decir, Bogotá no genera un peso importante dentro del escenario económico latinoamericano, el rol de la ciudad es secundario en este aspecto.

¿Este comportamiento se reflejará de igual forma en el otro extremo de la balanza? Al detallar las importaciones urbanas de las ciudades en cuestión observamos el siguiente comportamiento. Gráfica 3

Gráfica 3: Tasa de penetración de las importaciones

Fuente: Institutos de estadística de cada país, 2003, la tasa de penetración de las importaciones es la relación de las importaciones en el PIB.

Bogotá consume más de la mitad de las importaciones de Colombia, la concentración de la ciudad frente a Colombia es más que notable, este índice refleja que la mayoría del alto poder de compra de la economía colombiana se sitúa en Bogotá. Las importaciones realizadas por la ciudad son en su mayoría (44%) de bienes de capital. El 42% de las importaciones tienen como origen Estados Unidos, Venezuela y México se sitúan consecutivamente con 9% y 5% respectivamente.11 Al ser Bogotá el nodo en que se genera la mitad del consumo de bienes importados es claro que la concentración de funciones globales al interior de la nación tiene como lugar a Bogotá.

En el marco de la comparación, Ciudad de México sigue en la cabeza del comercio internacional, es la ciudad más exportadora e importadora, sus importaciones se elevan casi a los 60 mil millones de dólares, cifra que es muy lejana para el resto de ciudades de Latinoamérica, su más cercana rival es la ciudad de Santiago, que con un poco más de 8,5 miles de millones de dólares es la siguiente en la lista. En este rango la situación bogotana no es para nada baja, incluso sobrepasa ligeramente en este indicador a Buenos Aires que importa el 0,94 de lo que importa Bogotá. También superamos, en este caso con mayor margen a La Paz que sólo llega al 6% de nuestras importaciones. Santiago supera a nuestra capital en tan sólo 0,3 de nuestro nivel. La relación entre Bogotá y Ciudad de México es de 1 a 9.

La tendencia de Bogotá a la importación es creciente, la variación es positiva y es estimada para la última década en más del 8%, contrario a la tendencia de ciudades como Ciudad de México y Buenos Aires que han reducido sus importaciones en un 13% y 5% respectivamente en el mismo periodo, Santiago ha presentado crecimiento en sus importaciones, cerca de un 10%, lo que la ubica muy cercana a Bogotá. En La Paz las importaciones crecieron un escaso 2,6%. (2)

Detallemos un poco la cuestión de las importaciones. Las importaciones de Bogotá son más de la mitad de las importaciones de Colombia al igual que de Santiago, denotado así un gran poder de compra de estas ciudades, caso distinto es el de Buenos Aires y Ciudad de México, las cuales importan tan sólo un tercio de sus naciones. Un cuarto de las exportaciones de Bolivia son consumidas por La Paz, en esta ciudad es más fuerte la tendencia de una menor concentración en las importaciones. Aunque Ciudad de México represente una relativa baja proporción en las importaciones, éstas se equiparan en un 73% del PIB urbano. Es decir, la Ciudad de México no es el gran importador de México, pero su mercado importador es fundamental para su propia economía.

Bogotá tiene un nivel alto de sus importaciones en relación a su producción, sus importaciones representan el 35% de su PIB, aunque no es tan elevado como el de la Ciudad de México, lo es teniendo en cuenta que la economía cachaca no tiene la larga tradición de apertura económica. En un rango menor se encuentran las ciudades de Buenos Aires y Santiago, que mantienen unas importaciones alrededor de un cuarto de su PIB. Menor aún es la relación de La Paz con un quinto de su PIB.

Con estas cifras vemos que las importaciones per cápita bogotanas son bajas, por cada divisa que importa un ciudadano bogotano, el mexicano importa siete, el bonarence el doble y el santiagueño más de una y media vez. Un paceño importa tan sólo el 0,4 que el mismo ciudadano bogotano. La recepción de funciones globales en Bogotá es mayor que su emisión, vimos que en las exportaciones la ciudad capital participa en niveles bajos, sin embargo en las importaciones la participación aumenta y mantiene un nivel alto para el tamaño de la economía urbana. Entonces, Bogotá recibe un caudal fuerte del exterior, nuestra ciudad es más importante como receptora de las redes económicas globales que como emisora de las mismas. Es de resaltar este comportamiento porque se ha presentado constantemente desde la década de 1990 y esto sólo es posible si la economía es fuerte. En suma, aunque Bogotá no envía, de manera significativa, flujos al circuito económico global, si lo aprovecha al recibir una parte de estos.

El desbalance es fuerte, nuestras relaciones comerciales con el exterior están desequilibradas y nuestra producción es muy baja, Bogotá no participa de una forma importante en el comercio internacional. Aunque el déficit comercial de Ciudad de México es mucho mayor que el de Bogotá, cinco veces, nosotros no somos una quinta parte de su economía. Nuestra balanza comercial se ha reducido en un 5,5% mientras la balanza de los manitos ha crecido a una tasa del 2%. No somos los únicos que no hemos crecido en comercio exterior, Buenos Aires, Santiago, La Paz han mostrado niveles negativos en este aspecto.

La tasa de apertura de Bogotá es baja, es superada por todas las ciudades de la muestra. La tasa de apertura de Buenos Aires es más del doble que la nuestra, la de Santiago es casi tres veces y la de Ciudad de México nos multiplica por cuatro, incluso La Paz tiene un 2% más amplia la tasa de apertura que la economía bogotana. Con respecto al otro sentido del flujo comercial, la tasa de penetración de las importaciones, cambiamos de posición, estamos a la par de Santiago, conservado el ya conocido rezago con Ciudad de México que casi nos dobla en tal indicador, superamos a Buenos Aires y La Paz. No somos una economía muy internacionalizada, nuestra tasa arancelaria promedio es superior que la de Santiago y Ciudad de México, pero somos dos puntos porcentuales menos impositivos que Buenos Aires y La Paz.

Con respecto a los flujos de capitales que llegan al país son percibidos por Bogotá, siendo los sectores de electricidad y gas los preferidos por los inversionistas extranjeros, ejemplo de esto es el consorcio de las empresas Endesa España, Enersis y Chilectra que se unieron para distribuir la energía eléctrica en la ciudad bajo el nombre de Codensa. En este consorcio también hacen parte el Grupo Financiero Popular de Colombia y el fondo de inversión norteamericano Fondelec en menor cuantía12. Cuadro 1

Cuadro 1: Luz de Bogotá: estructura de propiedad
(En porcentajes del total accionario)

Fuente: Codensa, 2005

El indicador de la IED en Bogotá es bajo a nivel Latinoamericano; una vez más nos superan las ciudades de México, Santiago y Buenos Aires. La IED que llega a Bogotá es de un poco más de cuatro mil millones de dólares, lo que es un onceava parte de la IED que llega a Ciudad de México, menos de una quinta parte de lo que llega a Santiago y una y media vez lo que llega a Buenos Aires. Aunque Bogotá presenta una tendencia a la alta en este renglón, con crecimiento de 7,6% superamos los 4,2% de Buenos Aires pero muy debajo del estruendoso 36,5% en que ha aumentado en IED La Paz, con ese crecimiento y su IED es tan sólo el 4% de Bogotá, las asimetrías son grandes en este rublo, por ejemplo Santiago presentó un decrecimiento en 20 puntos, pero con ese decrecimiento su IED es el 65% de su PIB. En este punto podemos afirmar que la economía santiagueña es realmente abierta, con una balanza equilibrada y representado un mercado altamente concentrado de su nación, es la ciudad que mejor cumple la primera función de ciudad global en el entorno latinoamericano. Santiago tiene la mayor proporción de IED per cápita, incluso doblando en este indicador a Ciudad de México, por nuestra parte este indicador no llega a los mil dólares por habitante de Bogotá, por cada dólar que recibiría en IED un bogotano, los residentes de Ciudad de México reciben casi nueve dólares, casi seis en Santiago y más de tres en Buenos Aires.

Las únicas ciudades latinoamericanas que podemos considerar como activas dentro del proceso la globalización económica con un peso relativamente importante son Santiago y Ciudad de México. Sus mercados concentran más funciones que cualquier ciudad latinoamericana, aunque entre estas dos ciudades hay una brecha grande, son las únicas que pasan satisfactoriamente los indicadores de la Globalización.

La economía bogotana es la única importadora neta de las ciudades de la muestra, (3) es cerrada y concentra muy poco del flujos económico global a nivel latinoamericano, no somos una centralidad como mercado urbano a nivel latinoamericano, la productividad tiene como objetivo el mercado interno y la balanza comercial es pequeña comparada con las ciudades top de la muestra, pero es importante dentro de la nación. Al hacer la comparación con los indicadores de globalización encontramos que Bogotá tiene un puntaje de 5,06 muy cercano a los 5,26 de Buenos Aires y muy lejos de los 15,15 de Ciudad de México, mientras que Santiago con sus 9,92 le sigue en la lista, por su parte, La Paz logró un puntaje de 2,58. Estos puntajes se dan en un rango de 0,0 a 17,0 donde la puntuación de 17,0 es la ciudad latinoamericana que tendría en cada uno de los indicadores de globalización el mejor registro. (4)

La posición de Bogotá en la globalización económica no es sobresaliente, la importancia que le dan los mercados globales es mínima, la concentración de funciones es baja en la ciudad porque las preferencias de los agentes globales, no es significativa para Bogotá. El primer lugar de presencia es sin duda Ciudad de México, que ejerce un mayor control dentro de la geoeconomía de Latinoamérica. Ciudad de México tiene altas relaciones con ciudades de frontera como es el caso de Ciudad Juárez, mientras las relaciones de Bogotá con las ciudades fronterizas son casi nulas, hecho que describe Sassen como fundamental para las ciudades globales, mientras Ciudad de México opera como un centro de control de las plantas ubicadas en las ciudades fronterizas, Bogotá es una economía cerrada, incluso es novedoso el plan de ciudad región. La economía de Bogotá está en función de su mercado interno, esto puede ser explicado por su intricada geografía que le hace difícil mantener relaciones comerciales con otras ciudades, el costo del flete se incrementa en un 63% de un container con destino Miami si el lugar de origen es Bogotá en lugar de ser una ciudad costera13. Otro factor, poco cuantificable, es el enclaustramiento de la sociedad capitalina, que con tintes de arribismo, ha mostrado a lo largo del tiempo un autoaislamiento de las demás regiones del país14. Otro punto que debemos considerar es que la IED de Ciudad de México es altísima en comparación a la bogotana debido a que se tiene un mayor número de empresas que sitúan sedes en esta ciudad, a su vez los flujos monetarios no empresariales son altos por las remesas de inmigrantes y emigrantes, este hecho es la llamada dolarización a dos puntas que también describe Sassen, los inmigrantes mexicanos que en su mayoría trabajan en USA envían parte de sus salarios que reciben en dólares a familiares que se encuentran en Ciudad de México, a su vez, altos ejecutivos que llegan a laborar en las diversas firmas con sedes en esta ciudad, reciben su ingreso en dólares. Esto no ocurre de igual forma en Bogotá, aunque el crecimiento de remezas que llegan a la ciudad es significativo para la economía y cada vez representa una proporción mayor del PIB, no es tan alto como los niveles presentados en Ciudad de México debido a que las migraciones no son tan altas. (5) En cuanto a los altos ejecutivos que hacen posible la otra punta de la dolarización tampoco lo hacen en igual medida, debido a que transar en dólares no es atractivo debido a la gran cantidad de dólares provenientes del narcotráfico que se pagan a un precio menor que al oficial.

Actividad financiera en Bogotá

Uno de los sectores más importantes para cualquier economía, y en especial dentro del proceso de la globalización, es el financiero. Su relevancia radica en el papel de canalizador del ahorro a la inversión, además de manejar el sistema de pagos de cualquier economía. En la globalización ésta es una de las actividades que ha tenido una vinculación más acelerada a las redes mundiales, al punto que los movimientos financieros superan el intercambio comercial entre los países y, desde luego, las ciudades no son ajenas a ese proceso.

La apertura de los mercados de valores a los inversionistas extranjeros y la privatización de las empresas públicas han sido arenas institucionales cruciales para la articulación de esta nueva modalidad geoeconómica mundial.

El mercado financiero y las finanzas públicas bogotanas sobresalen a nivel nacional. Las cifras del DANE muestran que Bogotá aporta el 45% del PIB relacionado con las finanzas a nivel nacional, a su vez las finanzas públicas presentan un manejo pulcro y estable. Tal manejo ha permitido que la ciudad pueda asumir créditos en divisas sin el respaldo de la Nación. El sector financiero resulta estratégico dentro de la economía bogotana, ya que su aporte al PIB (sin impuestos), incluyendo los seguros y los servicios a empresas es cerca del 26%.

Mercado financiero

Bogotá es el centro financiero y de negocios más importante de Colombia. En la ciudad se encuentran la totalidad de instituciones financieras que funcionan en el país, 84, entre ellas 29 son establecimientos bancarios de los cuales 21 son nacionales y 8 extranjeros; 15 siendo el Bancolombia el más grande del país con activos por 13,8 billones de pesos, después de la fusión con los bancos Conavi y Corfinsura, pero este gran capital está localizado en la ciudad de Medellín, que por el momento no es objetivo de nuestro estudio, sin embargo la segunda institución financiera del país es el Banco de Bogotá, incluso es la quinta empresa más grande de Colombia con activos por 11 billones de pesos16. Le siguen en importancia el BBVA Banco Ganadero y Bancafé, estas últimas con sus sedes principales en la ciudad capital. El sector financiero de la ciudad es considerado como el segundo de América Latina. Los más importantes bancos internacionales que han llegado a Colombia en los últimos años son el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) que adquirió 45% del Banco Ganadero (US$ 300 millones), el Banco Central Hispano que compró 26% del Banco de Colombia (US$ 200 millones) y el Banco Santander Central Hispano que adquirió 55% del Banco Comercial Antioqueño (US$ 155 millones) y una participación mayoritaria de Invercrédito, la principal institución de crédito de consumo del país (US$ 93 millones). Todas estas adquisiciones se hicieron a través de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC). También tienen oficina de representación en Bogotá entidades como National de París, Barclays Bank de Miami, Deutsche Bank, Dresdner Bank, Société Genérale NY, Citibank NY, ING Barings y Bank of Boston.

Por otra parte, Bogotá posee la Bolsa de Valores más importante del país, con el mayor número y volumen de operaciones, y una de las más estables del continente. Es la sede principal de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) institución que agrupó las bolsas de Bogotá, Cali y Medellín. Los datos que registraremos acá serán de la BCV, debido a que no hay ningún tipo de discriminación que permita diferenciar las transacciones por ciudades.

Las bolsas de valores de las diferentes ciudades de la muestra a estudiar tienen el mismo perfil. Es decir, son los centros de transacción bursátil de sus respectivos países. Cumplen con las mismas funciones y son comparables, ya que todas estas instituciones están fuertemente arraigadas a las economías urbanas. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), La Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Bolsa de Santiago (BS) y la Bolsa Boliviana de Valores (BBV) se ubican en las ciudades más importantes para las economías de sus países, son estas ciudades quienes pueden soportar las demandas de diversos servicios para se pueda realizar la globalización. Tales servicios van desde los básicos como lo son los públicos, hasta los culturales (dirigidos a los altos ejecutivos) y llegando a los de alta tecnología.

Para hacer la comparación con las otras bolsas de valores, se calculó el total de las transacciones realizadas en 2003 de las acciones que hacen parte de la canasta con la que se calcula el índice general de cada bolsa. En este caso se incluyó en la muestra la Bolsa de Valores de Caracas. (6) Gráfica 4

Gráfica 4: Rentabilidad de la bolsa de valores, 2003

Fuente: BVC, Bolsa de Comercio de Santiago y Bloomberg.

El balance comparativo deja altamente rezagado el mercado financiero bogotano. Transamos a un nivel tan bajo y lento que los manitos transaron en 2003 la desequilibrada comparación de 36 veces más que la BVC, la relación cae a casi 14 veces con Santiago y con Buenos Aires es casi 8 veces, con respecto a Caracas el mercado financiero bogotano es escasamente menos de la mitad. Esto muestra que como centro financiero Bogotá no está empalmada dentro del circuito financiero latinoamericano, además de ser explícito el poco interés de las empresas nacionales para utilizar este medio como creador de riqueza; son pocas las empresas que cotizan en la BVC.

Ahora pasemos a los rendimientos de las grandes bolsas latinoamericanas. La rentabilidad, calculada a partir del índice en dólares, mostró que la BVC tuvo un nivel del 45%, que es mayor al de la mayoría de inversiones financieras, sin embargo, al comparar estos rendimientos con otras bolsas encontramos que estamos por debajo del promedio de rendimientos, es así como la Bolsa de Caracas presentó un fabuloso rendimiento de más del 200%, la Bolsa de Buenos Aires llegó a un nivel de rendimiento del 130% y la Bolsa de Santiago presentó un crecimiento del 77%, pero el rendimiento bogotano superó a la Bolsa Mexicana, que con un rendimiento del 30% es la de menor rendimiento de la bolsas en estudio. En otras palabras, la BVC no es atractiva para los inversionistas a nivel latinoamericano.

Dado que se toma el índice en dólares para facilitar la comparación internacional, estos resultados involucran el comportamiento de la tasa de cambio. Una alta devaluación hace que se reduzca la rentabilidad en dólares de las inversiones en la bolsa, sin embargo, el diferencial entre la BVC y las otras bolsas latinoamericanas no se puede atribuir a ella. Entre 2002 y 2003, si bien la moneda colombiana se depreció casi un 15%, Venezuela tuvo una devaluación mayor (38,5%) y México una cercana (11,73%), mientras que Chile mantuvo estable su tipo de cambio (0,36%) y Argentina una leve reevaluación después de la caída de la paridad peso argentino dólar (4,53%). Adicionalmente, el valor en dólares de las transacciones de la BVC en 2003 se redujo respecto al año anterior, aún cuando la economía del país mostraba signos de recuperación y la rentabilidad de las acciones fue mayor que la de otros activos; mientras tanto, en las bolsas de Buenos Aires, Santiago y Caracas, la variación fue positiva.

Al analizar los comportamientos de las bolsas de valores es imperceptible la relación entre el sistema financiero y los ciudadanos. En economías emergentes no es común que los habitantes inviertan en la bolsa de valores, sino que en su lugar, adquieren activos de menor rentabilidad y mayor confianza, como los certificados de depósito a término o los depósitos de ahorro. Para el caso de Bogotá, por ejemplo, las transacciones en la bolsa de las acciones incluidas en el Índice General de la Bolsa de Colombia (IGBC) son equivalentes al 42% de las captaciones del sistema financiero durante 2003, (7) haciendo necesario analizar el funcionamiento del sistema financiero, excluyendo el mercado de valores y el asegurador.

Si se compara el total de los depósitos a 31 de diciembre de 2003 de Bogotá con otras ciudades latinoamericanas, el resultado no es muy alentador, ya que tanto en términos absolutos como relativos, Bogotá está lejos de lograr niveles como los del Distrito Federal, Santiago o Buenos Aires, aunque supera ampliamente a La Paz. En términos absolutos, aunque el valor en dólares de los depósitos de Bogotá es de 12 veces los de La Paz, es sólo tres cuartas partes el de Buenos Aires, casi la tercera del de Santiago y por poco la cuarta del Distrito Federal.

En términos relativos, el calculo del valor per cápita de los depósitos, el Distrito Federal, Buenos Aires y Santiago tienen un promedio que casi triplica el bogotano, para diciembre de 2003 fue US $ 1.756. Mostrando así que en promedio los bogotanos utilizan poco el sistema financiero para guardar su dinero respecto a las demás ciudades latinoamericanas del estudio.

Un punto a favor es la infraestructura del sector financiero bogotano, en especial los bancos dado que tienen 1.209 oficinas bancarias para atender la población total de la ciudad y la cobertura financiera de las ciudades, medida como habitantes por sucursal bancaria, para el 2002 se esperaba que a menor número de habitantes que deba atender cada oficina, el acceso al sistema bancario sea mejor. Bogotá tiene un nivel ligeramente mejor al del Distrito Federal y sólo es superada por Buenos Aires, en donde cada oficina atiende un poco menos de cuatro mil habitantes. Es importante señalar que este indicador, como cualquier promedio, no permite ver la distribución de las oficinas en las ciudades ni de la población, factor que puede ser determinante en el acceso de la población al sistema financiero.

Bogotá, si bien cuenta con una infraestructura bancaria, que en apariencia es más que aceptable según la comparación en Latinoamérica, ésta no produce los resultados que debería. La banca bogotana no es suficientemente competitiva al compararla con otros países latinoamericanos. Un estudio realizado en 1999 por Demirgüç y Hizinga muestra que el margen de intermediación el cual puede ser entendido como una medida de eficiencia y competitividad del sistema, estuvo sobre el promedio latinoamericano (10,25%) en el periodo 1988-1995. Sin embargo, las diferencias entre países son notorias. Los más avanzados en el tema, como Argentina, El Salvador, Ecuador, y Chile tuvieron márgenes de 3,3%, 4%, 5,8% y 6,3%, y los más rezagados como Bolivia o Perú, presentaron márgenes del 24,6% y 32% respectivamente.

La situación en el mercado de seguros es un poco mejor. El monto en dólares de las primas emitidas durante el 2003, coloca a Bogotá en un punto intermedio entre el Distrito Federal y Buenos Aires, sin embargo, para comparar ciudades de distinto tamaño en cuanto a población y PIB resulta más conveniente utilizar cifras relativas en lugar de datos absolutos. El indicador primas emitidas/PIB muestra que es en Bogotá donde se destina una mayor proporción del PIB a la adquisición de seguros, con un poco más del 6%, mientras en Buenos Aires es el 4% y en el Distrito Federal cerca del 3%. Esto ratifica la importancia del sector financiero para Bogotá. En cuanto al monto de las primas emitidas respecto a la población total de cada ciudad, para establecer el valor promedio de la prima adquirida por habitante, Bogotá resultó tener el valor más bajo. Por cada dólar que un bogotano destina a adquirir seguros, un mexicano gasta más de US $ 2,5 y un bonaerense US $ 1,38.

La posición de Bogotá en la relación primas emitidas/PIB tiene más relación con el ingreso per cápita que con el riesgo, ya que el ingreso per cápita de un bogotano es casi la sexta parte del ingreso de un mexicano y la mitad del de un bonaerense. Si lo relevante fuera el riesgo, habría más razones para tomar un seguro en Bogotá que en Buenos Aires o en el Distrito Federal. Dado que los seguros son un mecanismo de cobertura frente a eventos inesperados, una mayor percepción de riesgo crearía incentivos a adquirir primas de seguros. El ranking de ciudades del año 2003 elaborado por la revista América Economía cataloga a las tres ciudades como muy peligrosas, pero hay datos que crean diferencias y sitúan a Bogotá en una posición más insegura que Buenos Aires, como la tasa de homicidios que es más de dos veces la de Buenos Aires (34,5% frente a 12,7%) y el nivel de criminalidad, que en una escala en la cual un menor puntaje indica mayor inseguridad, Bogotá obtiene un puntaje de 2, Ciudad de México de 3, mientras que el puntaje de Buenos Aires es 5.

Los mayores incentivos a adquirir seguros por la mayor inseguridad en Bogotá se traducen en el mayor valor del total de las primas emitidas respecto al PIB, 6% frente a 4% de Buenos Aires y 3% de Ciudad de México, no en un mayor valor de la relación primas emitidas por habitantes.

El sector financiero resulta estratégico al interior de la economía bogotana, ya que su aporte al PIB (sin impuestos), incluyendo los seguros y los servicios a empresas es cercano al 26%. Esta es la segunda más alta participación en las ciudades latinoamericanas, sólo superada por Buenos Aires que con un 34%. Incluso supera a Ciudad de México que llega a portar al PIB urbano 11%. En la economía bogotana el peso que da el sector financiero es en proporción alto, mostrando así que la economía del distrito ha iniciado su proceso terciarización.

Al sumar el total de la participación de la administración pública, los servicios financieros y los servicios inmobiliarios encontramos que estos suman aproximadamente el 40% de la producción de Bogotá. Considerando que dejamos de lado otros servicios como el de transporte o los de gas natural y agua, (8) la participación del total de servicios en la economía bogotana resulta ser en realidad mayor. El proceso en el que se encuentra la economía bogotana se ratifica al observar la dinámica empresarial de Bogotá-región, muestra una ciudad en la que cada año la gran mayoría de las sociedades que se constituyen pertenecen a los sectores comercial y de servicios. El porcentaje de empresas que se dedican a otras actividades como el la industria es realmente bajo. (9)

Comparando la estructura económica bogotana con la de otras ciudades latinoamericanas, encontramos que la relevancia proporcional del sector servicios resulta ser una tendencia más o menos generalizada para todas ellas. Sin embargo, al comparar por ejemplo la sumatoria del los servicios concernientes a los financieros (intermediación financiera), seguros y servicios a las empresas, Bogotá muestra un mayor peso dentro de su economía que la de otras ciudades. Bogotá es superada sólo por Buenos Aires, que con un porcentaje aproximado del 34% supera ampliamente a las otras ciudades de la comparación, sin embargo la participación de este sector en la producción de Bogotá, que es de un 26%, se muestra muy significativa. Llama la atención el hecho que en ciudades como Ciudad de México y Santiago el sector financiero logre sólo 11% y 14% en su orden, de participación sobre el total de su producción, lo que sería incluso contrario a la percepción que se tiene del sistema financiero de estas ciudades.

Otro de los sectores importantes cuando de servicios se habla, es el de los servicios sociales, comunales y personales, cuya participación porcentual sobre la producción total de estas ciudades difiere bastante de la anterior. Ciudad de México es en la que en mayor medida participan los servicios sociales sobre el total de su producción, 18% aproximadamente, posteriormente se encuentra de nuevo Buenos Aires y Santiago cerrando el grupo de las ciudades en las que estos servicios son más relevantes cada uno con 18% y 16%. Para Bogotá esta participación es del 12%, mostrando que es lo suficientemente importante en su estructura productiva. Se observa que las ciudades en las que mayor gasto se haría en sectores como educación y salud (que hacen parte de estos servicios sociales y comunales), son precisamente las que se perfilan como las que ofrecen mejores condiciones económicas y de calidad de vida para sus habitantes.

Finanzas públicas

Ahora compararemos las finanzas públicas de Bogotá respecto al Distrito Federal, Buenos Aires y Montevideo. (10) Tomaremos como primera aproximación la calificación de riesgo de la ciudad, que muestra la evaluación de un agente externo sobre su capacidad de pago y luego se analizan algunos indicadores como el déficit fiscal, el servicio de la deuda pública, el ahorro y la inversión.

La calificación de riesgo vigente de Bogotá tanto en el corto como en el largo plazo es AAA, lo que muestra que las finanzas de la ciudad se consideran sólidas y por tanto, la probabilidad de que no cumpla con los compromisos adquiridos es baja, este indicador para Colombia es BB, es decir, tiene menor riesgo dar crédito a Bogotá que a Colombia. La calificación vigente del Distrito Federal a agosto de 2003 también era AAA, mientras la de Buenos Aires era BBB que indica parámetros adecuados de protección comparados con otras obligaciones argentinas, pero vulnerabilidad frente a cambios en las circunstancias económicas que debiliten la capacidad de pago de la ciudad. La calificación de riesgo, al mostrar de alguna manera la probabilidad de no pago ( default ) de una entidad, tiene importantes repercusiones en las condiciones a las que le es otorgado un crédito (plazo, tasa, colaterales exigidos). (Gráfica 5)

Gráfica 5: Déficit fiscal como porcentaje del PIB, 2002

Fuente: Secretarías de Haciendas de cada ciudad.

Durante el decenio de 1990 y en los primeros años de este siglo las administraciones de Bogotá han buscado sanear las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal sin sacrificar la inversión de la ciudad. Un déficit fiscal bajo hace que el financiamiento que requiere la ciudad en un determinado periodo también lo sea. Cuando el endeudamiento que se debe contratar en una vigencia es bajo, los intereses a pagar en periodos posteriores también serán bajos, por tanto, una política de bajo déficit fiscal garantiza, hasta cierto punto, la salud de las finanzas públicas en vigencias futuras, con lo que los tenedores de la deuda pública tienen menor probabilidad de default y por lo tanto pueden exigir una mejor tasa de interés, generando un ciclo virtuoso.

Las ciudades de la muestra presentan déficit, pero en ningún caso supera el 1% del PIB, es decir, ninguna presenta un nivel que se considere elevado y ponga en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas. Colombia ha reducido su déficit fiscal a un 1,4% mientras que Bogotá se sitúa en un nivel intermedio, con un déficit menor al de Buenos Aires casi medio punto porcentual, pero que es más del doble del déficit del Distrito Federal y más de ocho veces el de Montevideo. Sin embargo, es importante aclarar que Bogotá logró una reducción significativa del gasto público en el año 2002 (62%) mientras en Buenos Aires aumentó 71,36% y en Montevideo 306%, al pasar de superávit a déficit.

La inversión, como se mencionó antes, no ha sido sacrificada en el proceso de ajuste de las finanzas públicas bogotanas. Mientras la inversión pública en Bogotá durante 2002 superó el 7% del PIB, en el Distrito Federal fue del 1,51% y no alcanzó el 1% en Buenos Aires ni en Montevideo.

En cuanto al servicio de la deuda, Bogotá maneja un 1,72% del PIB urbano mientras Colombia presentó en 2003 un 7,6%. La proporción del PIB que destina Bogotá para su pago es más de tres veces la de Buenos Aires y más de cuatro veces la del Distrito Federal. Eso no sólo se puede atribuir al saldo de la deuda y a la tasa a la que está contratada, sino también podría tener que ver con su perfil, es decir, el plazo y la distribución de los pagos de intereses y capital a lo largo del tiempo. (11)

Si bien el servicio de la deuda es mayor para Bogotá frente al de las otras ciudades –en términos relativos– el proceso de saneamiento llevado a cabo en la capital colombiana asegura los recursos para el pago de la deuda. El ahorro corriente, que se define como la diferencia entre ingresos corrientes y gastos corrientes, incluyendo, dentro de los últimos el pago de intereses de la deuda, en el 2002 fue del 3,5% del PIB, mientras el servicio total de la deuda fue del 1,7%. Es decir, de los recursos corrientes queda disponible para el pago del total del servicio de la deuda (intereses y amortización) y quedan recursos para destinarlos a inversión. La capacidad de ahorro, que tiene en cuenta ingresos corrientes, gastos de funcionamiento y servicio de la deuda, también muestra un excedente del 1,93% del PIB. El panorama es muy distinto en el Distrito Federal y en Buenos Aires. En el Distrito Federal, si bien el ahorro corriente es positivo, es menos del 1% del PIB y en Buenos Aires es negativo, lo que hace que esta última ciudad tenga una mayor dependencia de los ingresos de capital y que los recursos provenientes del endeudamiento se utilice para cubrir los gastos corrientes.

Con esto podemos decir Bogotá no es un sitio clave para desarrollar el mercado financiero que requiere el proceso de la globalización. Los bajos niveles de transacción son muestra clara de que los flujos financieros no tiene como destino a Bogotá, aunque parezca que en algunos indicadores Ciudad de México sea rebasado por los de Bogotá, también se debe al espejismo de los porcentajes, si bien en algunas proporciones nuestros resultados son mayores, hay que ver la magnitud de la economía urbana de Ciudad de México. Los servicios financieros que ofrece Bogotá son insípidos, la demanda por estos es aún reducida, los agentes prefieren coordinar los flujos financieros desde otros lugares clave y los ciudadanos bogotanos mantienen una aversión al riesgo que los desmotiva a entrar en el juego del mercado financiero. Pero también es cierto que el manejo de las finanzas públicas por parte de las autoridades es pulcro y responsable, lo que ha generado un buen nombre de la ciudad en las entidades crediticias internacionales y ha mantenido un nivel de inversión pública alto para la ciudad.

Competitividad social y cultural

Bogotá presenta un buen balance en indicadores sociales en comparación con las ciudades de la muestra. Por ejemplo, el costo de la calidad de vida es más bajo en Bogotá que en Ciudad de México, Santiago y Buenos Aires. Este es el factor más buscado por los centros productivos para asignar funciones productivas. Pero no sólo somos baratos también tenemos más museos por habitantes que las ciudades latinoamericanas estudiadas.

Bogotá es una ciudad que culturalmente presta mayores servicios, tiene más teatros por habitante que Ciudad de México y Santiago. En cuanto a seguridad tenemos una menor tasa de homicidios que Ciudad de México. En el 2002 se denunciaron 74 secuestros en Bogotá mientras que en Santiago se denunciaron 19, sin embargo este índice no es alto, en Buenos Aires se denunciaron 390 en 2003 y en Ciudad de México 136 pero hay que tener en cuenta que en esta ciudad sólo se denuncia tres de cuatro secuestros. 17 Respecto a robos, 5.037 vehículos fueron robados en Bogota el año pasado, en Santiago 836 pero 32.693 en Ciudad de México18.

La situación de seguridad en Bogotá es complicada a pesar de haber disminuido en algunas dimensiones, requiere mayor atención en inversión y capacitación de agentes de policía y bomberos, pero frente a la problemática propias de las ciudades está en mejor situación que otras ciudades latinoamericanas. (Gráfica 6)

Gráfica 6: Distribución del ingreso

Fuente: Informe de Desarrollo Humano para Colombia, 2003.

En cuanto a los salarios mínimos mensuales fijados por las autoridades en las ciudades de referencia se puede decir que Bogotá cuenta con el segundo más alto, con un poco más de US$ 130 mensuales se coloca por encima de Buenos Aires con US$ 118,8, Ciudad de México que cuenta con un salario mínimo oficial de US$ 113,97 y La Paz con US$ 65,1, pero por debajo de Santiago el cual no admite un salario menor a US $ 190. 19-22 Los ciudadanos bogotanos de bajos recursos tienen asegurado un mayor ingreso frente a los de las otras ciudades, es decir, entre los sectores que devengan mensualmente ingresos bajos en las diversas ciudades, los bogotanos tienen un relativo mayor ingreso.

En este último punto debemos aclarar que, si bien en Bogotá se percibe un salario mínimo mayor que en el resto de ciudades estudiadas, el número de ciudadanos que reciben el ingreso mínimo en las otras ciudades es menor en proporción a sus respectivas poblaciones. En Bogotá se percibe un salario mínimo mayor que es devengado por una proporción alta de la población, por esto el promedio del salario es uno de los más bajos.

Bogotá ofrece a sus habitantes la capacidad detener una educación básica de mayor cubrimiento que en ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México y Santiago. La tasa de analfabetismo de Bogotá es la más baja de las ciudades del estudio, al ser de 2,03%; aunque las de Buenos Aires y La Paz están muy cerca (2,4% y 2,3% respectivamente) y Ciudad de México y Santiago presentan una tasa de analfabetismo de 3%.23-27

La ciudad capital de Colombia tiene una cobertura en educación básica de más del 92% 28, aunque la capacidad bogotana para generar educación superior no es la más amplia si mantiene una brecha alta frente a Santiago que tiene diez universidades menos que Bogotá, además tenemos el mismo número de universidad que Ciudad de México (26), pero estamos muy por debajo de las 86 universidades bonarences. (Gráfica 7)

Gráfica 7: Tasas de cobertura neta de educación en Bogotá, 1999-2003

Fuente: Casa Editorial El Tiempo et al . (2003)

En cuanto a la salud pública, los ciudadanos de Bogotá han presentado un continuo crecimiento en la prestación de servicios de salud, en los últimos cinco años el cubrimiento ha aumentado en casi el 40% 29. Con casi 8.000 centros de atención de las diferentes IPS los bogotanos acceden al cuidado de su salud. Uno podría asumir que cada centro atendería a menos de 900 personas, sin embargo, el sistema general de seguridad social y salud presentó sólo 1.369.970 afiliados. Esto se ve reflejado en un rezago comparativo frente a las demás ciudades latinoamericanas, es así que nuestra esperanza de vida es más corta en dos años que la de los santiagueños y la de los manitos mexicanos, nuestra esperanza de vida es similar a la de los bonarences y superior en una década a los 63 años de esperanza de vivida de los paceños. (12) De cada mil niños que nacen en Bogotá, 15 mueren antes de alcanzar la adolescencia, cifra que es alta en comparación de ciudades como Santiago y Buenos Aires que su tasa de mortalidad infantil es menor a 9 niños, sin embargo nos situamos por debajo de Ciudad de México que con un poco más de 20 menores presenta una situación preocupante de este fenómeno, claro que no tan bajo como en La Paz que tiene un 56% en el mismo renglón. (Gráfica 8)

Gráfica 8: Población afiliada al régimen subsidiado de salud en Bogotá, 1999-2003

Fuente: Casa Editorial El Tiempo et al . (2003). Datos de 2003 tomados de SDS, Dirección de Desarrollo de servicios de salud Área.

Entonces, no por el hecho de tener una inserción mayor en la globalización económica implicaría que la población puede disfrutar de mayores estándares en su vida cotidiana, en Ciudad de México los indicadores de globalización económica superan en gran medida a los de Bogotá, sin embargo la población bogotana tiene mejores recursos en su vida diaria. No recursos de capital financiero, pero si recursos de capital social.

Conclusión

El lugar de Bogotá dentro del circuito económico global no es notorio. En Latinoamérica, Santiago y Ciudad de México han asumido un liderazgo en la región, son ciudades que logran concentrar determinadas funciones de control económico, su inserción en el circuito económico no sólo se hace en mayor magnitud sino en una participación de productos innovadores, es decir, mientras que lo poco que inserta Bogotá a las redes globales son materias primas o bienes de bajo valor agregado, la productividad de Santiago y el DF está enfocada a bienes tecnológicos como es el caso de la comunicación en Ciudad de México. Aunque estas ciudades están bastante lejos de convertirse en centros de poder global, sí han logrado acercarse más a las ciudades globales y asumir tareas que éstas requieren.

Entonces aunque Bogotá participa en el circuito económico global, no tiene una inferencia significativa dentro de éste. Esto concuerda con el estudio de Global Networks 30 que sitúa a Bogotá en la categoría que tiene 'algunas evidencias de funciones globales', en este rango están ciudades como El Cairo, Seattle y Vancouver, pero aclaramos que esta categoría es la más baja registrada en el citado estudio. Las ciudades que están en la categoría de 'fuertes evidencias de funciones globales' son Río de Janeiro y Helsinki. Al subir en la clasificación general llegamos a la cuarta división de 'ciudades con funciones globales' y en ella encontramos a 35 ciudades, entre ellas a Santiago, Buenos Aires, Washington y Melbourne. En este estudio las categorías están divididas en ciudades con funciones globales de primera división en las que están las ya conocidas Nueva York, Tokio y Londres, además de Paris y Frankfurt que en 2003 alcanzaron esta categoría, en la segunda división sólo se sitúan cinco ciudades, entre ellas Hong Kong y Los Ángeles. En la tercera división están presentes diez ciudades en las cuales Ciudad de México se ubica como la primera ciudad latinoamericana en este listado, comparte categoría con Moscú y Zurich. En este listado no se encuentran ciudades como La Paz, Montevideo o Quito.

El estudio de la European Telework Online31 midió la conectividad entre los diferentes países, su metodología medía el costo de una llamada desde la ciudad capital de cada país hacia la ciudad de Nueva York. Es decir, más que medir las distancias de la geografía telefónica de los países, media la distancia entre ciudades. Como resultado arrojó que entre Nueva York y Londres no hay ninguna distancia, la conectividad es total y no hay ninguna barrera, a esta relación le dio un coeficiente de 1, de esta forma no hay ningún coeficiente menor. En este estudio la primera ciudad en posicionarse es nuevamente Ciudad de México, que se sitúa a una distancia 2,6 veces más lejana que entre Nueva York y Londres, nuestra posición es lejana: Bogotá se sitúa a una distancia de 7, más cercana de lo que se sitúa Buenos Aires (7,3) y La Paz (10,1) pero más lejana que Santiago que está a una distancia de 3,1. Nuestra distancia al 'centro' de la economía red es similar a la de Ciudad del Cabo.

Con relación al rol del sector financiero, como indicador de 'la ciudad global' de Sassen concluimos que efectivamente en Bogotá este sector ha aumentado su participación en la producción de beneficios. Este es un comportamiento que se presenta también en Ciudad de México, Santiago y Buenos Aires.

Y en general el sector servicios en Bogotá gana cada vez más participación en la actividad económica; al agregar los servicios prestados por la administración pública, los servicios financieros y los servicios inmobiliarios llegan a sumar un poco más de la mitad del PIB urbano32, lo cual pone de manifiesto la terciarización de la economía de la ciudad.

Como Sassen advierte, el sector financiero produce beneficios extraordinarios mientras el sector industrial apenas sobrevive33. Y este el comportamiento sectorial de Bogotá, pues la participación de la industria es de menos de 20% del PIB. 34 No obstante, en Bogotá la industrialización no es un proceso fenecido y para varios autores es de vital importancia lograr un mayor nivel este campo antes de iniciar procesos integradores intensivos como el caso de un posible TLC con Estados Unidos.

En conclusión, aunque Bogotá a terciarizado su economía, las funciones que cumple dentro del circuito económico global son pocas y de bajo valor agregado, el mercado bogotano no ha fijado sus preferencias para insertarse a esta red y esto lo demuestra la fortaleza de su mercado interno que ha permitido sostener un desbalance comercial con el exterior. La ciudad tiene como factor competitivo, más que sus ventajas económicas, su ventajas sociales.


COMENTARIOS

1. Las respectivas fuentes de datos para esta sección son: DANE – Secretaria de Hacienda Distrital (2003) para Bogotá, Indec (2003) para la ciudad de Buenes Aires, Sistema de información e integración de mercados (2004) para la Ciudad de México, INE (2003) para Santiago de Chile, INE (2004) para La Paz.

2. Cálculos del autor en base a las fuentes oficiales ya mencionadas.

3. El índice de Balanza Comercial Relativa, relaciona los flujos de comercio de la ciudad. Este indicador tiene rango de -1 a 1. Sí el indicador muestra un resultado entre -0,33 y 0,33 es porque el mercado está en equilibrio, si está entre 1 y -0,33 la economía es importadora neta, y si se encuentra entre 0,33 y 1, es una exportadora neta. BCR=(X-M)/(X+M).

4. Cálculos del autor siguiendo la metodología de indicadores de globalización de AT Kearney - Foreign Policy.

5. Mientras por Bogotá no alcanzaron a salir del país dos millones de pasajeros (DAS 2003), en Ciudad de México salieron más de seis millones (Conapo 2003).

6. Los datos de la Bolsa de Valores de Caracas corresponden al periodo 27-01- 2003 a 31-12-2003, ya que en los primeros días de enero la Bolsa de Valores no funcionó debido al paro general. Para las demás cifras se tomó como fuente los anuarios estadísticos de cada bolsa del año 2003.

7. La variación de los depósitos entre diciembre de 2002 y diciembre de 2003.

8. Lo hacemos de esta forma para facilitar las comparaciones posteriores.

9. Según el CID en el 2001 industria en Bogotá representaba el 16% de su PIB.

10. Las cifras de este aparte son tomadas de: Secretaría de Hacienda Distrital para Bogotá, Secretaría de Desarrollo Económico para Ciudad de México, Secretaría de Hacienda y finanzas para Buenos Aires y Departamento de Recursos Financieros p ara Montevideo.

11. No se contó con esa información para ratificarlo.

12. Fuente en para el dato de Bogotá el DANE y para las demás ciudades, los respectivos Instituto Nacional de Estadística, 2003.


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