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Análisis Político

Print version ISSN 0121-4705

anal.polit. vol.20 no.60 Bogotá May/Aug. 2007

 


Democracia

La Información Y El Rumor En Zonas De Conflicto


Information And Rumor In Conflict Areas

Fernando Estrada

Profesor e Investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE), Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales. Universidad Externado de Colombia.


RESUMEN

Las fuentes de información, la creación de redes de informantes y los trabajos de inteligencia local se han convertido en objetivos de suprema importancia en los cálculos de poder político de paramilitares e insurgentes. Los fenómenos de información y rumor pueden por esto mismo ofrecernos aspectos centrales para comprender la marcha de acontecimientos que tendremos en la vida política en el contexto local. El texto introduce un análisis fenomenológico de la información (sus desviaciones) a fin de comprender la dinámica del conflicto armado a nivel local.

Palabras clave: Información paramilitarismo, insurgencia, conflicto armado.

SUMMARY

Information sources, creation of informant networks and labors of local intelligence have become very important goals in political power calculations of the paramilitary and insurgents. Phenomena of information and rumor can disclose central aspects to understand the direction of events yet to be seen in local politics. The text presents a phenomenological analysis of information (and its deviations) to understand the dynamics of armed conflict at a local level.

Key Words: information, paramilitarism, insurgency, armed conflict.


Todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo. Lo que ande a cuatro patas, o tenga alas, es un amigo. George Orwell Rebelión en la granja .

Introducción

Un aspecto sobresaliente del análisis sobre las guerras civiles es el manejo de la información y sus efectos a nivel local1-9. La confrontación directa entre tropas enemigas va precedida regularmente por operaciones de inteligencia con informantes capacitados para ofrecer detalles que permiten reducir riegos. La información constituye una pieza clave para comprender la vida en una localidad, generalmente se la usa con la finalidad de reconocer aspectos relevantes sobre recursos económicos, contratos, funcionarios e inversiones. Pero la información ha servido además para identificar perfiles de la población y características de los cargos de poder en el gobierno, sus alcances y sus límites. Los agentes de conflicto utilizan la información que pueden obtener con la finalidad de imponer sobre la población normas, hábitos de conducta, amenazas o castigos; hasta culminar en homicidios y masacres.

El tema sobre las funciones estratégicas de la información y el rumor en zonas bajo influencia paramilitar o insurgente sugiere varios interrogantes: ¿Qué función ha tenido la información en el panorama de lucha por el poder en territorios locales?, ¿Cómo fluye la información en contextos de conflicto por el poder político?, ¿qué caracteriza la información en zonas de influencia paramilitar o insurgente?, ¿quiénes se encargan de la información?, ¿qué tipos de actos surgen de la información?, ¿cómo se han elaborado las denominadas "listas negras"?, ¿cómo opera el rumor derivado de la información?, ¿qué especie de valores promueve la información en localidades bajo la autoridad de los agentes armados violentos?, ¿cómo operan la información de "abajo" hacia "arriba y viceversa?(1).

Junto al despliegue de diversas tácticas de asalto estratégico, escalonamiento de acciones violentas en las tomas de poblados y el temor impuesto por los asesinatos selectivos, surgen también tareas sistemáticas para recoger información en las zonas bajo la influencia de los distintos frentes insurgentes o paramilitares, compilar datos con nombres y características y seleccionar a las potenciales víctimas (enemigos de la causa), informantes o, en algunos casos, objetivos estratégicos que se tenían que usar selectivamente con el único fin de expulsar a los "contrarios"10-14 (2).

Durante el período reciente los acontecimientos y las acciones del conflicto armado colombiano han tenido cambios considerables en materia estratégica. Tanto por lo que respecta a las dinámicas de repliegue y golpes militares en contra de as FARC, la desestructuración orgánica del ELN, así como el impacto que han tenido las negociaciones con las autodefensas o paramilitares15 (3). Con relación a estas agrupaciones, la lógica de sus despliegues por el predominio estratégico territorial y el poder local en las regiones es evidente con la proximidad de las elecciones de alcaldes, gobernadores y concejales, como se deriva de los informes dados por medios de opinión y analistas16. Parte de la encrucijada de las negociaciones en marcha dependerá de lo que pueda suceder con el poder político y militar que han logrado durante un cuarto de siglo los paramilitares a nivel local. Toda vez que está demostrada la insuficiencia logística de las fuerzas armadas para copar los territorios abandonados por estas agrupaciones violentas y las muestras palmarias de municipios y localidades que viven bajo las condiciones de un Estado anómico17.

Los informes sugieren que los territorios "abandonados" por los paramilitares están siendo copados por agrupaciones emergentes: En el suroeste de Antioquia están las 'Águilas Negras', en los municipios de Salgar, Titiribí, Santa Bárbara y Amagá. 'René', un 'para' fugado de Ralito, es uno de sus jefes. En Salgar, en la vereda Las Margaritas, la Policía abatió a seis hombres armados que portaban brazaletes de un grupo llamado Protección a Campesinos, PAC. En el nordeste, en antigua zona de 'Macaco', se ha denunciado la presencia de entre 60 y 70 hombres del 'Central Bolívar'. En Urabá hay presencia de grupos del desmovilizado 'Élmer Cárdenas' y de la banda que lidera 'HH'. En Santander, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, un grupo de desmovilizados de las autodefensas de Puerto Boyacá y del 'Central Bolívar' crearon 'Las Águilas'. Se dedican al narcotráfico y al robo del poliducto de Ecopetrol. En Cauca, grupos armados provocaron un desplazamiento en dos veredas de Rosas. En el Valle, 'Machos' y 'Rastrojos', los ejércitos del cartel del Norte del Valle, se presentan como 'paras'. Se han extendido a Chocó y Nariño. En Caldas el 'Cacique Pipintá', un grupo de 'Ernesto Báez', no se desmovilizó. También hay denuncias contra antiguos 'paras' de Ramón Isaza. Véase "Se calcula que hay entre 30 y 60 'bandas emergentes' surgidas de los grupos 'paras' desmovilizados

Los dilemas políticos que están apareciendo como parte de las revelaciones y confesiones de políticos y actores armados paramilitares van más allá. Porque en el fondo se trata no sólo de legitimar acciones que ponen en entredicho la presencia institucional del gobierno, sino que la existencia misma del Estado es puesta en duda. En algunas regiones del país como se ha demostrado en estudios anteriores, se experimenta a nivel local aquello que Robert Nozick describe bajo condiciones precedentes a la formación del Estado: comunidades enteras que viven bajo el mando y la intimidación de agencias de protección privada (paramilitares o guerrilleros) y que no identifican durante largo tiempo qué es aquello que pueda ser el "Estado"18 (4).

Los casos de bombas explosivas en las ciudades grandes y medianas, los secuestros colectivos por parte de las agrupaciones armadas, representan sólo una muestra de cómo el conflicto armado violento ha tomado un curso decisivamente abierto en el que están predominando las labores de inteligencia y el manejo de información como armas estratégicas19,20. Las reveladoras manifestaciones en favor de un conocimiento en detalle sobre los contextos de influencia política paramilitar e insurgente, la manipulación de contratos en sectores tan necesarios para la población como salud y educación, y los escándalos provocados por los vínculos de la clase política en departamentos de la Costa Atlántica como Sucre, son acontecimientos que están marcando decisivamente la actualidad del conflicto armado colombiano21-26.

En el contexto de estas estrategias por el poder local y regional las apuestas de los agentes violentos se encuentran en un momento clave. A raíz de los acuerdos de Santa Fe de Ralito y los acontecimientos que se han venido presentando en las negociaciones irregulares con los paramilitares, las agrupaciones se han dispersado heterogéneamente en las localidades regionales, y los reportes muestran un volumen de violencias recursivamente estratégicas por parte de los carteles de las drogas, paramilitares e insurgencia; este género de violencias afecta más directamente a los ciudadanos, como en el caso de las muertes selectivas, los secuestros, la extorsión, el incremento de las amenazas y el chantaje27-31. En las zonas bajo influencia paramilitar o guerrillera no tenemos aquello que en términos de Clausewitz podría denominarse "un ascenso de los extremos". Antes bien, la concentración de fuerzas de las agrupaciones violentas, ha dado paso a una suerte de naturalización del conflicto armado. Una proliferación de efectos del conflicto violento que obra mediante la selección cuidadosa de las víctimas y los recursos disponibles de información dsiponible en cada localidad32,33 (5).

Las fuentes de información, la creación de redes de informantes y los trabajos de inteligencia local se han convertido en objetivos de suprema importancia en los cálculos de poder político de paramilitares e insurgentes. Las relaciones de arriba abajo entre comandantes y tropas irregulares, y la participación horizontal directa de la población involucrada, se tramitan ahora mediante un extenso juego estratégico que relaciona rencillas políticas y sentimientos encontrados (odios, celos, venganzas). Las elecciones de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados están sujetas a los intereses de poder de los agentes violentos. De modo que es posible advertir, con las variantes del caso, que los ciclos de elección irregular que han predominado durante las últimas décadas, estarán presentes en las elecciones de alcaldes, gobernadores y concejales en el 2007.

Los fenómenos de información y rumor pueden por esto mismo ofrecernos aspectos centrales para comprender la marcha de acontecimientos que tendremos en la vida política en el contexto local.

En lo que sigue este artículo se propone básicamente los siguientes objetivos: 1) Ilustrar cómo opera la información dentro de las condiciones de una masacre; (2) Qué aspectos sobre los cambios intracomunitarios revela la información que circula por parte de los agentes violentos (3) El tipo de relaciones asimétricas que produce la información a nivel de la comunidad local (4) Se identifica cómo la información en el contexto del conflicto político local estructura una identidad de las poblaciones y sus formas de poder político

En síntesis, el texto introduce un análisis fenomenológico de la información (sus desviaciones) a fin de comprender la dinámica del conflicto armado a nivel local. Más o menos información o una información limitada puede derivar, para el caso de las poblaciones en donde actúan los agentes de conflicto, en mayores o menores represalias.

Lo que sustenta el autor es que la información llega a ser un instrumento claves para comprender los aspectos dominantes de tipo estratégico por parte de los agentes de la guerra; son las herramientas propias de las redes de informantes que tendrán los guerreros y políticos para probar su mayor capacidad de penetración e inteligencia contra sus enemigos.34,35

La información y el informante

Una escena cotidiana de una comunidad asediada por el conflicto armado basta para ilustrarnos los alcances de la delación contra los habitantes de una población; los alcances de la información y el rumor en manos de un informante. Los hechos acontecen en el corregimiento de Chengue (Montes de María, Sucre)36-39. Tomaremos este caso, porque contiene los ingredientes necesarios del análisis que se propone:

Todos cuentan que con una lista de informantes fueron llamando a más o menos 40 personas por su nombre propio y los reunieron a la brava en la plaza principal [1]. Ante la mirada aterrada de sus paisanos, 25 hombres encontraron la muerte de una manera espantosa [2] . Los que corrieron con mejor suerte recibieron un disparo seco en la cabeza [3] y los demás fueron degollados a machete limpio, como si fueran marranos [4] . Toda la gente del pueblo presenció la carnicería [5] y no valieron los ruegos de padres, hijos y hermanos para que les respetaran la vida a sus familiares [6] . Los verdugos uniformados [7] terminaron su masacre, incendiaron 30 casas [8] explicaron que su acción buscaba limpiar la zona de guerrilleros [9] tomaron a 10 campesinos como rehenes [10 ] y salieron de Chengue tan rápida y ruidosamente [11] como habían llegado dos horas antes [12] 40.

La descripción que comunica el acontecimiento está enmarcada en una compleja red común a la estrategia que tienen los agentes violentos por el poder político local. El acto se cumple como un ritual con componentes simbólicos y la maquinaria del miedo que incluye armamento bélico y armas corto punzantes de uso doméstico. El auditorio reunido es amplio: la totalidad de la población. Cerradas todas las entradas y salidas, nadie tiene modo de escapar. Rotas las comunicaciones con el exterior. Se trata de lograr una afirmación de poder que pueda ser testificada por hombres, mujeres y niños. El contexto general de relato se percibe de manera pasajera frente a detalles de fondo. Y las condiciones de lugar son determinantes [1] .

El relato pone énfasis en "la mirada aterrada" de los paisanos. Y cualifica el acto [2] . Compara y refiere a la "suerte", el tipo de muerte de las víctimas [3] . Identifica los instrumentos del daño como parte de la gravedad del duelo que se va a causar [4] y establece una analogía vulgar con la sensación de horror [4] . El trasfondo narrativo resulta familiar y cercano a todos [5] . Y la tipología queda cubierta en un lenguaje analógico para subrayar los grados comparativos que distancian a estos seres humanos de animales domésticos sacrificados para la mesa. Se trasladan las cosas y las personas como medios de un destino inexpugnable.

El contexto de la acción criminal refleja poco respeto hacia los símbolos y expresiones religiosas. La masacre tiene componentes de paganismo. Y no admite lugar para otras formas expresivas ajenas a la misma barbarie [6] . Importan poco también los ruegos o las súplicas provenientes de lazos sanguíneos entre familiares. Una tragedia local en Colombia que puede verse con los caracteres de un poder que obra sin que nada lo limite, como el poder usado por Creonte en tiempos de la Grecia Clásica41. El vestuario de los atacantes queda memorizado como signo de una evidencia macabra [7] . Y el fuego que consume es un elemento integrado a las señales de terror que han querido sembrar los victimarios sobre las víctimas [8] .

Las razones alegadas por los agentes violentos para cometer la masacre tienen un carácter débilmente retórico. Además de emplear una metáfora en uso de la guerra, la necesidad de "depurar", "desinfectar", "limpiar la zona de la influencia guerrillera"42. En realidad se trata de una explicación en términos eufemísticos sobre los motivos de la acción [9] que apela al discurso general de órdenes de "arriba". "Abajo" la muerte y la barbarie, "arriba" la justificación ambigua en una unidad de información aprendida. Y después la retirada [10] creando una agónica incertidumbre. Con el repliegue de salida, el sello de quienes son los únicos autores del magnicidio. Finalmente el testimonio comunica el curso del tiempo de la tragedia [11] en un tono que, aunque no in-intencionado, deja la mordacidad de la comparación [12]43.

Esta acción comprende globalmente lo que se podría denominar una tipología del dominio territorial y la estrategia por hacerse al poder local44. Los aspectos comunes del escenario, los protagonistas, las víctimas y toda la escenografía del horror que se causa a la población. Aunque sin mención explícita en el texto, se supone la lista con los nombres de los acusados por los informantes, el acontecimiento narra la llegada estruendosa de los criminales, la localización de las víctimas, la convocatoria pública en la plaza principal de la población. La acción deliberada de matar sin mostrar odio, el cálculo del daño que se debe causar a las víctimas, las huellas que los testigos deben presenciar. Muchos más detalles que en este pasaje pueden hacer "visible" los acontecimientos, sin alcanzar a cubrirlos en su total crueldad45.

El conflicto en las regiones y los municipios ha reflejado muchas escenas de este tipo46. Si es que puede tener algún valor la taxonomía y los recursos tecnológicos de cálculo que se emplean para clasificar a las víctimas. Pero si la guerra deja muertos inocentes, los muertos "culpables" pueden igualmente haberse convertido en víctimas gracias a la tenebrosa información que los acusó de ser: "enemigos". Porque en la guerra toda víctima siempre será: "enemigo y culpable". Inocentes o culpables, muchas de las víctimas del conflicto surgen como efecto indirecto de redes de información e informantes que archivan listados completos en cuadernos o en memorias electrónicas. En la masacre paramilitar de la Gabarra la población reunida por los asesinos veía con terror que el comandante abría su computador portátil y comenzaba a llamar por su nombre a las víctimas47. Esta fenomenología de la confrontación violenta enseña además, cómo los hechos duros del conflicto dependen cada vez más de cómo circula la información a nivel local48.

Porque en la guerra como en la vida cotidiana la información cuenta decisivamente para movilizar las acciones individuales y colectivas. Un ligero cambio, una ligera distorsión de los mensajes puede tener consecuencias lamentables, ¿Cómo opera la información entre los contendores del conflicto armado?, ¿Cómo se adquiere y circula la información en las zonas de conflicto?, ¿Qué tipo de aspectos presenta la información? ¿Cómo se desarrollan las dinámicas de la información dentro de las comunidades afectadas por la guerra? ¿Qué relaciones operan entre la información y la violencia que obra de arriba hacia abajo?

Más importante para la cuestión que aquí nos interesa abordar, ¿Cómo distorsiona el rumor la información?, ¿Qué es lo que va del rumor a la información?, ¿Cómo puede el rumor convertirse en un poderoso instrumento de daño?49 (6).

Rumor y violencia intracomunitaria

Para introducir el análisis de este problema se sustenta una hipótesis sobre una variante clave de la información50-52 (7). La hipótesis es que en cualquiera de estos dominios (conflicto o vida cotidiana) el rumor corresponde a un tipo de comportamiento políticamente dirigido. Que el rumor se instala fenoménicamente como ruido en la información y que tiene un propósito deliberadamente racional en sus fuentes cuyo fin es causar daño en contra de un contradictor.

En zonas de conflicto el rumor extiende prejuicios deparados previamente por choques interpersonales, celos, envidias y odios. Y permite e nivel del discurso público proyectar estas emociones negativas sin la inclusión directa de quienes las experimentan. El rumor cumple ciclos argumentales53, en los que cada uno de los ciclos añade o agrega algo de acuerdo con los propios intereses de los implicados. Y como una bola de fuego inicialmente toma la fuerza de los testimonios lo sustentan. Consolidando un factor importante para inestabilizar a las víctimas, dejarlas vulnerables, y preparando de este modo el golpe de gracia. Este aspecto lo subraya Kalyvas en los siguientes términos:

Muchas de las descripciones detalladas de la violencia sugieren la presencia de considerable suministro e iniciativas locales en la producción de ésta. En lugar de ser impuesta sobre las comunidades por extraños, esta evidencia sugiere que la violencia con frecuencia (pero no siempre) crece desde el interior mismo de las comunidades aún cuando ésta sea ejecutada por forasteros; es, en otras palabras, íntima54.

El rumor intracomunitario sobrevive entre la información veraz y la mentira; que sea lo uno o lo otro depende de condiciones de estabilidad o inestabilidad deliberativa del contexto social en el cual esté inmersa la gente. Existen condiciones intracomunitarias propensas a los efectos del rumor; en tales condiciones las emociones de las personas (o el peligro físico) se torna más vulnerable55-57 (8). El rumor no es información clara, suele ocultar sus fuentes primarias, y comporta un grado de ambigüedad bastante laxo que exonera de responsabilidad directa a los agentes interesados por los que circula. Nadie sabe a ciencia cierta quien lo dijo. El rumor se porta inofensivo al comenzar, porque aparentemente un comentario que otro no causa daño. Puede parecer un juego inocente, pero en zonas de conflicto armado cobra una fuerza descomunal de graves consecuencias58.

Podemos compararlo con una imagen. La información que circula a nivel local conserva todos los componentes de una red en la que se distribuyen líneas de comunicación interna. Los sensores de la red representan unidades básicas de habla que pueden dirigirse en distintas direcciones con especificidad. Un sensor de información a nivel local es un agente que reconoce comportamientos, actos de habla, i.e., distintos modos de comunicación, y que está en condiciones de diferenciar a otros agentes con nombres propios y señales diferenciadas. En una población local es posible advertir, para una mayoría de casos, que la información circulante sobre individuos tiende a ser determinista, como lo sugiere el siguiente gráfico: gráfico 1

Adaptation de: Efficient adaptive dispensing, against omission failures, Darek Kowalski, Michall Strojnowski59 (9).

Las características condensadas por esta imagen - red nos ayuda a comprender que la distribución puede conservar ciertos niveles de equilibrio. Un sistema de intercambios en el que cada componente se encuentra potencialmente en capacidad para procesar y transmitir información circulante.

Carácter asimétrico de la información

En el caso de la información y el rumor en zonas de conflicto, sin embargo, difícilmente podemos asumir un carácter determinante de la misma. No estamos ante un sistema cerrado, sino en el contexto de sistemas abiertos. Porque entre otras cosas, el informante se relaciona con estrategias de intimidación y tácticas para contrarrestar las acciones del enemigo. Más específicamente, la información es útil para el propósito de seleccionar a aquellas personas sobre las que se presume a potenciales enemigos. Deben por esto ser declarados como "objetivo militar" (10). Como una fase previa a la obtención de información, el informante presta cuidado al rumor, éste comienza como información dudosa que corre de un lado a otro sin que se muestre alguien que sustente su contenido. Sin embargo, puede llegar a poseer una fuerza persuasiva mucho más eficaz, en cuanto simbólicamente amenaza un peligro que se oculta desde la incertidumbre (11).

Una característica de la información que circula en estas zonas es, en principio, su naturaleza confidencial; y, en consecuencia, ésta se distribuye de manera asimétrica entre los actores políticos y los civiles60 (12). De ahí que su carácter primario proviene regularmente del comentario superficial. Circula con énfasis dependiendo de los grados de daño que se pretende causar, el rumor se proyecta hasta causar el impacto previsto. Bajo condiciones de incertidumbre las poblaciones asediadas por los agentes violentos están expuestas psicológicamente a ser afectadas por el rumor de una posible masacre. Los agentes de violencia pueden acceder a la información por vía del temor en casos excepcionales, pero lo común es infiltrar algunos miembros en tareas de inteligencia para obtener la información espontánea de la gente. 61-63

Preguntarse y responder, por ejemplo, cómo se llevo a cabo la acción de secuestro colectivo en el edificio de Neiva, para ilustrar tan sólo un caso, es redescubrir toda una variada red de interrelaciones entre informantes, inteligencia militar y proyección política sobre los alcances de la acción. Para detectar movimientos, consultar posiciones, adquirir datos de las personas residentes y especificar las condiciones sobre el día y la hora de la operación, se requirieron previamente disposiciones tácticas muy precisas. Lo que implica que en la guerra las acciones violentas no pueden separarse de la estructura de operaciones de inteligencia previa que se acompañan. Es importante tomar en cuenta los incentivos y las expectativas racionales de los individuos y de las comunidades, tanto en lo que respecta a quienes tienen poder en la zona así como a sus potenciales enemigos64.

Empíricamente el desenvolvimiento de la guerra en distintas poblaciones del territorio en disputa, muestra cómo las comunidades se han ido fragmentando hacia dentro, es decir, como efecto de los desequilibrios generados por la intimidación y el terror, las comunidades son propensas a un ambiente social de desconfianza y división. No se trata de actores unitarios que puedan tomar medidas uniformes contra sus enemigos (aunque tenemos excepciones), antes bien, es claro que: (1) Las acciones de los actores sobre determinadas zonas dispersa los intereses y los proyectos de la población; (2) La violencia generada busca enemistar entre sí a los propios pobladores de la misma comunidad65.

En el contexto de una confrontación estratégica por el predominio de una zona entre guerrillas o paramilitares, la información y el rumor se instrumentalizan con el propósito de clasificar bipolarmente a los "amigos" y "enemigos"66. En donde antes coexistían distintas formas de intercambio y compañerismo, aparece la desconfianza y el oportunismo, los lazos de solidaridad se pierden, los separa una dinámica de amedrantamiento y temor que se visualiza en la propia comunicación entre los distintos miembros de la comunidad67, 68 (13). La composición de la violencia en la zona en disputa proviene así de dos tipos de transacciones o compromisos: por una parte los agentes "externos" (tanto insurgentes y paramilitares, como actores políticos en el ejercicio del poder), y por la otra, los agentes "internos" (civiles, informantes, milicianos, gente común de la localidad). La interacción de estos agentes exógenos y endógenos produce selectivamente la violencia con base en la información obtenida69.

La información, que circula regularmente como rumor en zonas de conflicto tiene como fin denunciar, y las denuncias tienen su origen en todo tipo de conflictos locales: de carácter privado únicamente (una enemistad recurrente de familia), o reflejos locales de un pleito de mayor envergadura (un conflicto entre indígenas y terratenientes). Las denuncias pueden estar ligadas al conflicto (los adversarios por un pleito de tierras, pueden alinearse en campos políticos opuestos), y pueden generarse en el conflicto mismo (los actores políticos pueden invertir recursos disponibles en una comunidad determinada), y causar competencia con sus adversarios)70.

Así describe Kalyvas como devienen los complejos fenómenos de intimidación, temor y denuncia en las dinámicas intracomunidad:

La denuncia no sólo brinda beneficios; también conlleva costos considerables. Los individuos que están dispuestos a denunciar a sus vecinos lo harán casi siempre únicamente cuando los beneficios de la acción superen el costo que ella implica. Debido a la enorme dificultad que comporta su análisis, hasta los antropólogos y los historiadores han pasado por alto los cálculos de los denunciantes (potenciales) componente esencial del fenómeno de la violencia. El principal costo de la denuncia es el riesgo de los castigos futuros que confronta el denunciante71.

Ocasionalmente la denuncia está motivada por el apoyo verdadero a un actor político (el caso del miliciano), tenemos una denuncia en su estado "puro". Pero la mayoría de las veces las denuncias están motivadas por intereses mezquinos, egoístas, resultado de un interés por resolver venganzas personales (denuncia malintencionada). En estos casos la información y el rumor desempeñan en la denuncia un papel parasitario de la guerra; quien delata, tiene la intención de causar daño contra las personas acusadas72.

La información que circula como rumor puede ser vista como una imagen expansiva que procede básicamente, como fenómeno empírico a partir de un diálogo elemental entre dos, y que va tomando una dirección creciente a través de nodos concatenados. Observemos que en los vínculos creados por el rumor cada uno de los puntos vecindarios comprende un potencial de expansión hacia una zona adyacente en una dirección orientada. A ello se suma el tiempo transcurrido, que en los casos empíricos estudiados para zonas de conflicto, puede tomar tan sólo algunas horas o días. La imagen nos permite apreciar estos aspectos de manera bastante simple: gráfico 2

Adaptation de: Efficient adaptive dispensing, against omission failures, Darek Kowalski, Michall Strojnowsk73.

Esta relación entre información y denuncia, pasa, prima facie por la fenomenología del rumor. Los individuos que a menudo están dispuestos a denunciar a sus vecinos con el fin de obtener beneficios o protección y seguridad. La denuncia puede tomar otros caminos, una vez que se despacha bajo la forma del rumor ("dicen que", "algunos dicen", "por ahí se dice"). La ocasión creada por el rumor, es la oportunidad para el ajuste de cuentas de pequeños altercados o discrepancias. Pero los resultados pueden tener consecuencias lamentables. En esta red de unidades que van trasladando la información y la denuncia, se entrecruzan intereses personales y colectivos; los primeros están relacionados con prebendas que recibe quien denuncia, en el segundo caso, la movilización estratégica lleva señas de terror con el fin de intimidar a quienes estén cercanos a las víctimas (14).

Las unidades de información correlacionadas con el rumor no siempre operan bajo condiciones plenamente estructuradas. Así, un nodo que contiene potencialmente información clave puede relacionarse con puntos estratégicos en la red que se encargarían de reproducir la información en áreas adyacentes. La dirección que toma la información no es concretamente unidireccional. Visto en otro sentido, lo que tenemos en la estructura es una relación interactiva con evidentes fallos: vacíos de información, distorsión o casos de unidades de la red que se comportan indiferentes.

Las claves para interpretar la fenomenología de las masacres paramilitares como la del cañón de las Garrapatas74 (15) O el Playón de Orozco, un caserío perdido en el centro del departamento del Magdalena75, debemos encontrarlas, no únicamente en los movimientos estratégicos de tipo militar, sino en los trabajos selectivos de búsqueda de información y rastreo de detalles por parte de los informantes. Uno de los casos más explícitos fue la masacre cometida por los paras en la Gabarra Tibú, Norte de Santander. El reportero Éditson Chacón, hace uso de un titular tomando las palabras textuales del comandante criminal: "De aquí no se mueve nadie". Con un saludo macabro en medio de los pobladores aterrados en miedo: "Pongan música que esta fiesta apenas comienza"76.

El siguiente gráfico nos ilustra un modelo sobre como pudieron operar los canales de información entre miembros de la población civil y los agentes violentos. gráfico 3

Adaptation de: Efficient adaptive dispensing, against omission failures, Darek Kowalski, Michall Strojnowsk77.

Estamos ante uno de los problemas más complejos en la presente negociación con los paramilitares. Sus activos más apetecidos son precisamente las tierras fértiles y los lugares estratégicos que han copado en sus acciones de extensión y predominio bélico. Y es complejo, porque estas tierras han sido durante las dos últimas décadas también el principal objeto del cultivo de amapola y coca, y han servido como campamentos para los laboratorios de procesamiento de la droga. La devolución de estos terrenos y, consecuentemente, la destrucción de una de las fuentes económicas más rentables de narcotraficantes y paramilitares es todavía un dolor de cabeza para quienes están negociando la reinserción de estas agrupaciones78.

El rumor como la denuncia se puede colegir en condiciones de incertidumbre, cuando los agentes violentos no disponen del tiempo para corroborar los datos recogidos, se toma el rumor como información válida. Es la ocasión propicia, denunciar a los enemigos personales cuando una causa, o los propios actores políticos, asumen todos los costos del riesgo. En muchos casos, la violencia exime de responsabilidades. El escenario del conflicto se torna denso, oculta bajo las sombras del anonimato al denunciante. Se paga y se dota de armas sofisticadas a un ejército de mercenarios con el fin de liquidar a los enemigos o de obtener beneficios sobre propiedades y tierras79-83.

Esta amalgama de complejos intereses dentro de la confrontación, afecta conciente e inconcientemente a los individuos que se someten de este modo a un poder privado para asegurar su integridad84. Crecen ejércitos alternativos para proteger intereses particulares, con lo que directamente pierde legitimidad el uso de la fuerza por parte del Estado. Como dice Kalyvas: "el Estado se entrega en concesión, por así decirlo, a individuos de la región, quienes utilizan su recién adquirido poder para luchar por sus intereses personales y ajustar cuentas pendientes"85-93.

Muchos casos de violencia que en apariencia (y para los observadores externos) dan la impresión de originarse en motivaciones exclusivamente políticas o ideológicas, imputables o no, después de un examen riguroso resultan ser "causados no por cuestiones políticas o ideológicas, sino por odios personales, venganza o envidia"94.

Conclusión

En Colombia el escalamiento de la confrontación armada y la inclusión creciente de la población civil por parte de las agentes de violencia ha ido creando una personalización del conflicto, es decir, se han incrementado los eslabones subjetivos para justificar los actos de barbarie. Todo lo cual no hace más que coadyuvar al incremento de las venganzas personales, de familia o de grupos milicianos. La guerra se libra entonces, no entre bandos claramente diferenciados, sino en espacios de intercambio común entre los agentes armados y la población civil.

Estos intercambios violentos constituyen un ciclo irregular que afecta las relaciones sociales, desde fenómenos de choque y fuerza microsocial (los casos de venganza personal) hasta la rivalidad entre ejércitos irregulares. Tenemos así como prototipo para estudio, un conflicto cuyas dimensiones, pese a comprender aspectos heterogéneos en su detalle, corresponden a un conjunto estructurado en el que interactúan violencias dispares95 (16).

En tiempos de guerra, la denuncia no sólo puede brindar beneficios, también conlleva riesgos y peligros considerables. Quienes participan de la información y el rumor, los denunciantes, están dispuestos a denunciar a sus vecinos, siempre que el beneficio de esta acción supere el costo que ella implica.

Cuando actúa en la ciudad el informante tiene las ventajas relativas que da el anonimato, ponerse al tanto de objetivos político- militares, camuflar su identidad, puede resultar poco problemático. La movilidad y los cambios de identidad juegan a favor de las estrategias que tienen los grupos armados para recolectar información. No es así en poblaciones pequeñas, en donde el reconocimiento de las personas resulta familiar, se conocen pequeños pleitos, riñas y diferencias entre las familias, etcétera. Quien denuncia en un medio social pequeño, se expone a la retaliación posterior por parte de los afectados. De ahí el cálculo racional del delator, la medida sobre las consecuencias de su acción.

Mantener esta línea de interpretación del conflicto a nivel local, comprende varias tareas: (a) identificar los movimientos territoriales de las agrupaciones (b) Estudiar las asimetrías en los mecanismos de información entre la población y los agentes violentos (c) Analizar los intercambios estratégicos racionales (d) Elaborar un mapeo lo más detallado posible sobre las relaciones entre los distintos discursos del conflicto (e) Estructurar con base en lo anterior, una prospectiva sobre los desarrollos entre el conflicto y la economía política en Colombia.


COMENTARIOS

1. Estas preguntas imponen al analista una condición de obligatoria investigación sobre las teorías comparadas del conflicto. Además de sugerir también que los medios de opinión tienen una función que puede contribuir a despertar inquietudes a nivel de las comunidades, y debe servir de puente para protegerlas. Son preguntas que requieren trabajos avanzados en la compleja red de intereses en contienda por el poder político local.

2. Los fenómenos de información y rumor en zonas y territorios estratégicos no son un tema nuevo en el contexto histórico del conflicto armado y la violencia en Colombia. Mary Roldan, profesora de historia latinoamericana en Amherst Collage en Massachussets y en Cornell University, New York, ha documentado ampliamente estos fenómenos con evidencias de orden local en el caso de las violencias que marcaron la identidad regional de Antioquia.

3. Los ensayos que reúne Echandía tienen la propiedad de situar nuevos aspectos metodológicos para estudiar con mayores detalles el problema del conflicto armado, en abierta controversia con los enfoques convencionales.

4. Sin embargo, los graves dilemas de concreción y presencia estatal en muchas localidades, no debería restarle fuerza a una concepción heredada sobre la legitimidad de las instituciones democráticas en Colombia. Los problemas teórico – empíricos que se desprenden del debate sobre las distintas formas de constitución del Estado en Colombia son un tema demasiado denso para ser tratados en el presente aparte. La referencia a las categorías analíticas de Nozick para abordar el contexto de nuestro conflicto armado son recursivamente limitadas. En el sentido de plantear que sí existen formas identificables de poder político y militar en el caso colombiano que reproducen aspectos sustantivos del marco teórico nozickiano.

5. Está por fuera de la teoría clásica de la guerra concebir este tipo de fenómenos. En la perspectiva de Clausewitz la intimidación y el temor de la población civil sólo podían contar como elementos en contra del agente de la guerra no a su favor.

6. Conviene indicar que apenas sí, damos un primer paso para plantear una diferenciación necesaria en el análisis de la información sobre el papel que cumple el rumor en zonas de conflicto. El rumor circula con la información de manera parasitaria. Contiene "verdades a medias". Oculta aspectos claves cuya confirmación lo diluiría. Pero tiene mucha fuerza, cuando puede encontrar adaptación en un medio social surtido por toda suerte de intereses en contienda, celos, envidias, venganzas, odios. El rumor permite simular discursivamente estas emociones negativas, liberando a quien lo padece de la visibilidad social.

7. Debo estas consideraciones (y muchas otras) al brillante trabajo de investigación que vienen desarrollando el profesor Boris Salazar con María del Pilar Castillo, desde la Universidad del Valle.

8. En efecto, una detallada fenomenología de la información en las zonas del conflicto, debería mostrarnos por qué existen comunidades más propensas al rumor y sus efectos intra-comunidad. Con lo que sólo confirmamos el papel determinante del contexto social en el cual se inscribe la información. Ésta no dependerá únicamente de la veracidad de la fuente (o el informante), sino también de una compleja constelación de factores sociológicos, antropológicos e históricos, en los que se inscribe la propia comunidad local.

9. El modelo gráfico que adaptamos de Kowalski – Strojnowski se relaciona más precisamente con una investigación sobre sistemas complejos de tipo logarítmico con aplicaciones a tecnologías de comunicaciones.

10. El agente original del rumor, ocasionalmente padece efectos anímicos provenientes de la sospecha de que "hay" enemigos a su alrededor. Tales estados de sospecha cunden como material de apoyo al rumor, y le sirven como vehículo en la comunicación interpersonal e intra-comunitaria.

11. Habría que subrayar que el rumor hace parte de una familia de fenómenos de la comunicación con carácter parasitario. Cercano al chisme, la maledicencia y la calumnia. Una familia de conceptos que bien vale la pena explorar con un poco de más atención. Estos fenómenos comportan un agravante ético central entre los seres humanos, cuyo análisis se ha elaborado con riguroso detalle en la tradición religiosa.

12. Sobre el carácter asimétrico de la información, tenemos complejas evidencias en las que se puede advertir cómo las víctimas (casi siempre) son las últimas en estar al tanto de la trama que se teje sobre ellos. Los datos, nombres y apellidos, direcciones, familiares, labores y relaciones, se obtienen sin mayor dificultad. Esta intersección de la información en muchos casos ha contado con la cooperación de las autoridades locales. En el conflicto colombiano la visión panóptica de los victimarios, resulta fácilmente documentable. Quizás porque la más poderosa metáfora sobre este fenómeno se escribió en una crónica literaria insuperable.

13. Esta pérdida de los lazos comunitarios, en el caso de la violencia en Colombia, tiene distintas versiones, desde la literatura hasta la exposición artística en los trabajos y pinturas de Fernando Botero. Aquello que encuentra reflejado un observador en las obras de Botero pasa por las rupturas causadas por la violencia en las escenas de la vida cotidiana intracomunitaria. El pueblo y sus gentes, se encuentran de pronto bajo condiciones desprovistas de los vínculos ordinariamente familiares.

14. El conjunto reproduce casi todos los aspectos decisivos sobre el impacto de la desinformación y el rumor en zonas de conflicto. De un lado, los campos estratégicos de predominio territorial, y la avanzada de las tropas sobre los territorios que van abandonando por miedo los habitantes de los lugares. Por otro lado, el intercambio de juegos de racionalidad en conflicto que va surtiendo complejos procesos de imitación y sorpresa. Y finalmente, el tema del que nos hemos ocupado, los mecanismos e impactos de la información y el rumor. La información como unidad coherente se transforma en un rumor que genera una multiplicación dispersa de efectos ambiguos, aprovechados estratégicamente por los agentes de violencia.

15. San José del Palmar, Chocó, fue el escenario de cruentos combates entre las FARC y un grupo de autodefensas recién creado en Risaralda. En este caso particular las poblaciones fueron sometidas en estricto rigor a toda suerte de intimidaciones por parte de los diferentes frentes en confrontación.

16. Como se puede colegir, hemos dado un paso complementario a este ensayo de Deas, convertido con el tiempo en una fuente indispensable para comprender el conflicto colombiano. La idea de derivar las diversas manifestaciones de la guerra en Colombia, a partir de la violencia de los 50, y de ésta a los impactos complejos del narcotráfico, deberá revisarse nuevamente. Estamos metodológicamente dando pasos en tal sentido.


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