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Análisis Político

versión impresa ISSN 0121-4705

anal.polit. v.22 n.67 Bogotá sep./dic. 2009

 

Claves del ascenso pacífico de china y su paralelo fallido en américa latina1

Keys of the pacific rise of china and the failed arallel in latin america

Gabriel Méndez
Docente Universidad de Caldas. Filósofo Universidad Nacional de Colombia. Candidato a doctor en Ciencias Políticas -Universidad Complutense de Madrid.


RESUMEN
La mayoría de los analistas del proceso de reformas en la China contemporánea, desconocen la crucial dependencia de dicho proceso de la larga y (quizá) fallida historia de la expansión de la economía-mundo capitalista por el Extremo Oriente. Una historia que incluye el choque e hibridación del modo capitalista de producción con las innovaciones de la manera asiática de producción tales como la invención de un sistema internacional de naciones-estado centrado en China, que era operativo e independiente del sistema westfaliano de equilibrio de poderes; o del desarrollo en China de una revolución tecnológica (industrious revolution) distinta de la revolución industrial europea y de mayor impacto sobre el PNB mundial. Por otra parte, los analistas pertenecientes a la escuela de sistemas-mundo, más sensibles a las influencias de los procesos de larga duración sobre las reformas actuales, aun así no habían detectado un curioso y asimétrico paralelo entre la reformas de la china contemporánea y la historia tanto de la escuela filosófica pragmática americana y su relación con el marxismo, como de las vicisitudes de un movimiento revolucionario latinoamericano, especialmente el asociado al grupo Golconda, en su amarga búsqueda de un modelo auténtico de desarrollo. Este trabajo intenta registrar la existencia de dichas conexiones inéditas.
Palabras clave: Reformas chinas, economía-mundo, pragmatismo, Golconda, revolución industriosa.


SUMMARY
Most contemporary China-reform process analysts ignore its critical reliance on the long and (perhaps) unsuccessful history of capitalist global economic expantion into the Far East; a history that include the clash and fusion of capitalistic production methods with Asiatic innovations such as the inventionmajor impact of a Sinocentric international nation-state system operating independet of the Westphalian balance of power model; or, developement in China of a technological revolution (industrious revolution) with a major impact on world GNP, different thab the European industrial revolution. In addition, world-systems-school analysts, although more sensitive to the influences of long-term processes on current reforms, have failed to note a curious asymetric parallel between contemporary Chinese reforms and the history of both Amercican philosophical pragmaticism and its Marxist association, and, the vicissitudes with the Golconda Group, in its bitter search for an authentic development model. This paper attempts to chronicle the existence of such unecxplored connections.
Keywords: China-reforms, world-economy, pragmatism, Golconda, industrious revolution.


INTRODUCCIÓN

Pocos observadores, tanto en China como en el exterior, pudieron prever las implicaciones de la resolución del tercer pleno del XI Comité Central del Partido Comunista de China, (PCCh, diciembre de 1978), según la cual la modernización socialista es una "revolución"2. La dimensión del cambio en China que siguió a esta "nueva revolución" de 1978 es tal que, treinta años después de su inicio, se puede constatar cómo está alterando el orden económico y político mundial3.

Dicha resolución se puede leer en el contexto de la historia de los movimientos revolucionarios suscitados en todo el mundo por la revolución bolchevique de 1917 y sus posteriores intentos de reforma, seguidos de amargas frustraciones y derribos definitivos. Esta historia tan accidentada constituye, quizá, el hilo conductor del transcurrir del siglo XX. Tal vez, el término "revolución"4 se ha utilizado en exceso durante los últimos cien años de la Historia de China: desde la Rebelión Bóxer de 1900, hasta la "contrarrevolución" democrática de 19895, pasando por la Revolución Cultural (1966), la Revolución Republicana (1911) y la propia Revolución Comunista de 1949.

En este punto, conviene recordar que a la par que se producía la "modernización socialista" en China, en el mundo occidental se vivía una revitalización de la discusión académica con la crítica al liberalismo político contemporáneo6. Lo anterior no era sino el preludio de un enorme desplazamiento geopolítico de amplias repercusiones para el siglo XXI ante la emergencia de dos grandes proyectos rivales.

Uno de esos proyectos intenta constituirse en el máximo desarrollo del proyecto liberal, mientras que el otro intenta posicionarse como su principal alternativa radical. Me refiero, al proyecto de constituir una Unión Europea según el ideal kantiano-rawlsiano que sintetiza la "situación cosmopolita" de Kant y "la justicia como equidad" de Rawls7, versus el proyecto asiático de instaurar un espacio geopolítico novedoso con la constitución de un país con dos sistemas8 antagónicos de producción, esto es, el socialismo de mercado chino.

La mayor parte de la bibliografía sobre el fenómeno del ascenso pacífico de China al grupo de países con más influencia internacional, se ha venido centrando en el análisis de sus reformas económicas y su impacto global9. Se tiende a pasar por alto así el estudio de la base filosófico-política que subsume las reformas anteriores. Muchos autores10 de la tradición liberal han despachado el caso chino como un ejemplo más de "dictadura desarrollista" que, tarde o temprano, se verá envuelta en un proceso democratizador análogo a las clásicas trayectorias de los estados nacionales herederos de la Revolución Francesa.

Durante la mayor parte del siglo pasado, el marxismo se constituyó no sólo en el rival teórico principal del liberalismo, sino también en su mayor enemigo geopolítico. Como resultado de dicha rivalidad, el mundo vivió gran parte de ese tiempo inmerso en lo que algunos historiadores han denominado la "Guerra Civil Mundial"11. No obstante, varias décadas antes de la desaparición de la Unión Soviética, algunos teóricos y dirigentes comunistas de Europa oriental y occidental - bautizados en 1975 como "eurocomunistas" - y de América latina intentaron una serie de reformas profundas de los regímenes socialistas, con el fin de instaurar verdaderas "democracias socialistas" y poder así transformar la "guerra civil mundial" en "coexistencia pacífica"12. En el plano filosófico, el eurocomunismo se puede interpretar como la búsqueda de una conexión inédita entre Kant y Marx; es decir, entre el liberalismo y el marxismo occidental. Pero todo ese proceso reformador fue cancelado - cuando no aniquilado manu militari - por la Unión Soviética y los Estados Unidos en sus respectivos "patios traseros"13.

En la región Asia-Pacífico, y durante el mismo periodo, también se vivieron algunos episodios de la "guerra civil mundial". Una oleada de violentos conflictos - la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la sucesión de Mao, el "holocausto" del pueblo camboyano, la guerra entre China y Vietnam, las brutales guerras contra-insurgentes en Indonesia, Taiwán, Corea de Sur, etc. - determinaría en buena medida la trayectoria del enfrentamiento geopolítico entre marxismo y liberalismo, entre capitalismo y socialismo.

De la conmoción interna en China, posterior a la muerte de Mao, emergió un grupo de dirigentes encabezados por Deng Xiaoping cuya divisa fundamental era: "Poco importa que el gato sea blanco o negro, con tal de que cace ratones". La vía de la reforma china poseía entonces un tinte novedoso y poco estudiado por los filósofos políticos occidentales: la conexión marxismo-pragmatismo14 en lugar de la habitual disputa entre marxismo y liberalismo.

Las filosofías occidentales más influyentes en el siglo XX en China han sido el pragmatismo y el materialismo. El primero, recogido en los escritos de Hu Shih, alumno del filósofo estadounidense John Dewey, (discípulo de C.S. Peirce) concebía las ideas generales como instrumentos para hacer frente a las situaciones reales y puso énfasis en los resultados. Por lo tanto (el pragmatismo) era apropiado para una filosofía de la reforma y desempeñó un papel importante en el Movimiento Nueva Cultura (iniciado en 1917), que pretendía modernizar la vida social e intelectual (de China). Hacia 1924, sin embargo, el pragmatismo empezó a perder popularidad, tal vez porque carecía de un ideario político integrado. El materialismo en China ha consistido sobre todo en su vertiente dialéctica, como fuera descrito por Karl Marx, cuyos trabajos fueron muy conocidos hacia 191915.

Lo que es interesante para los propósitos de este artículo es que durante esos mismos años, en la periferia del sistema-mundo moderno16, en América Latina, un grupo de intelectuales y activistas marxistas (más cercanos a la tradición pragmática americana que sus colegas europeos) dieron con una de las claves de la vía china. Desafortunadamente, este original intento reformador también fue aniquilado en el fragor de la "guerra sucia" contra-insurgente desencadenada en Latinoamérica por los Estados Unidos (y sus agentes locales) durante la guerra fría.

Esos precursores latinoamericanos17 de la reforma del socialismo, habían ya detectado, durante su participación en el gobierno de Salvador Allende (quien intentó trasladar el modelo socialista europeo a la realidad chilena) y con asombrosa lucidez, las causas del fracaso económico de los países socialistas, que se harían evidentes desde ese momento y que concluirían con la caída del muro de Berlín.

Los hallazgos hechos en el fallido intento chileno les permitieron formular propuestas audaces de reforma del socialismo fundadas en descubrimientos de sociología industrial. Uno de ellos era que debido al deterioro de la calidad intelectual de la población urbana latinoamericana, despojada durante siglos de medios propios de subsistencia18, sólo quedaban dos sectores realmente productivos en las sociedades: los campesinos, que son capaces de producir "obras totalizadas y de competir en el mercado internacional"19, y el sector burgués, aquél en que se concentran las habilidades del empresariado (analizadas en otro contexto por Joseph Shumpeter).

No quiero decir que el socialismo no sirva para nada, sino que hay unas bases culturales fundamentales que no las han recogido ni el capitalismo ni el socialismo para generar un modelo productivo auténtico, porque no creo que las empresas se vuelvan improductivas (bajo el socialismo) sino que nunca han sido productivas. Pero ellos, los capitalistas que han tenido experiencia, logran producir más que nosotros que no tenemos experiencia; pero todos somos improductivos20.

La afirmación de que el empresariado burgués y el campesino son los verdaderos hacedores del proceso productivo, y no el proletariado, se aparta de toda la ortodoxia marxista.

Al contrario del obrero mecanizado y rutinizado por la máquina, el campesino conserva frente a los más sofisticados aparatos el mismo inocente asombro que frente a una planta. Esta actitud (...) es fuente de sus calidades productivas: al obrero se le ordena una tarea y la cumple, pero no va más allá; el campesino la ejecuta cabalmente, no importa el horario o lo que digan las conquistas sindicales; tiene un control total sobre lo que va a hacer y regula todo el proceso productivo cuidándolo. Se maravilla ante la máquina, pero la vigila, no se abandona a ella, como el obrero. El campesino ha estado acostumbrado a realizarlo todo; por eso, (...) en vez de convertir en algo mecánico la tarea de meter materia prima y la de retirar productos acabados de la máquina, él pone lo mejor y retira con cariño los productos como si fueran frutos de cosecha. Para él, el proceso interior de la máquina es lo que Dios en la naturaleza. Por eso (...) es capaz de producir la más alta calidad21.

Años después de que la experiencia socialista chilena fuera aniquilada, estos puntos de vista estaban siendo expuestos en una conferencia ante un grupo de industriales en la frontera mexicana con Estados Unidos, "cuando uno (de los empresarios) impresionado por la lucidez y originalidad de la exposición, se acercó para preguntar: ¿cree que se puede hacer?"22

Ese fue el comienzo del segundo intento: un proyecto de investigación en sociología industrial que reunía la experiencia adquirida en Chile con los recursos financieros de un sector del empresariado mexicano23. Zabala, líder del proyecto lo relata así:

Nos metimos a la zona maquilera de la producción textil mexicana que se vende entre Dallas y Nueva York. Me entregaron las empresas con el 63% de productividad respecto de la productividad norteamericana; comencé cambiando los controles mecánicos por controles automatizados y (la productividad) nos subió al 70%; la investigación siguió hasta que logré encontrar todas las dinámicas de los nodos estructurales, (...) generamos los incentivos en esos nodos y la productividad se fue al 114%. El (empresario Ricardo Marcos Touche) enloqueció de entusiasmo. Entonces decidí regresar a Colombia para aplicar el método. Esto era en el año de 1987 (...) pero nadie quiso creer24.

Casi al mismo tiempo, en la República Popular de China se estaban llevando a cabo una serie de reformas que guardan cierto paralelismo asimétrico25 con este experimento latinoamericano. Resulta muy interesante estudiar las semejanzas y diferencias entre los dos procesos. A continuación, intentaré presentar sucintamente dicha relación, hasta el momento inédita, entre la vía china y la infructuosa búsqueda latinoamericana de "un modelo auténtico" de desarrollo.

Para el estudio de la vía china resultan muy valiosos los descubrimientos realizados recientemente por Giovanni Arrighi26, sociólogo y economista de la Universidad JohnsHopkins27, (y que el diplomático Eugenio Bregolat confirma, por otro lado, en el libro La segunda revolución china28).

La base pragmática en la vía china

En su obra más reciente titulada Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo XXI, G. Arrighi argumenta que

contrariamente a una creencia muy generalizada, el principal atractivo de la RPCh (República Popular China) para el capital extranjero no han sido únicamente sus enormes reservas de mano de obra barata; tales reservas abundan en el mundo (...) pero en ningún lugar han atraído al capital de forma parecida29.

En efecto, el subcontinente indio tiene una "reserva de mano de obra barata" tan basta como la de China. Suramérica también posee ingentes recursos laborales - aunque no tan formidables como los de Asia- y al igual que India, pero a diferencia de China, está gobernada por regímenes democráticos pro-capitalistas. Entonces, ¿por qué es más "atractivo" para los "capitalistas extranjeros" invertir su dinero en China?

El principal atractivo, como argumentaré, ha sido la alta calidad de esas reservas (de mano de obra) en términos de salud, educación y capacidad de autogestión30. (Cursiva añadida).

Como señala Arrighi, estos "atractivos" no los creó el capital extranjero "sino un proceso de desarrollo (...) autóctono, incluida la tradición revolucionaria que dio origen a la RPCh"31. En otras palabras, todo intento de explicar el origen y dinámica del ascenso chino debe partir de una investigación social histórica que de cuenta de la combinación de la milenaria herencia política de China y el comunismo de Mao32.

Los descubrimientos de Arrighi giran en torno a una serie de anomalías cuyo estudio se ha incrementado en las dos últimas décadas. Por ejemplo, ¿por qué China contando con la economía de mercado más desarrollada del mundo durante los siglos XV-XVIII, no "evolucionó" hacia una economía capitalista y un estado imperialista al igual que las grandes potencias europeas? ¿Qué factores dan cuenta de tan Gran Divergencia33 entre Europa occidental y Asia oriental? En segundo lugar, ¿por qué el eclipse de la China en el siglo XIX-XX? Finalmente, y quizá más importante aún, ¿cómo logró China salir del eclipse en un tiempo tan corto como constata por su veloz recuperación durante las últimas décadas del siglo pasado y el comienzo del XXI?

Arrighi ofrece amplias respuestas a estos interrogantes por lo que no es necesario detenernos aquí en los detalles de su argumentación. Basta resumir sus claves de manera muy sucinta para después intentar compararlas con el inconcluso proyecto latinoamericano de construcción de un modelo autóctono de desarrollo buscado por algunos movimientos políticos de izquierda.

En la cuarta parte del libro citado, Arrighi revisa los orígenes del renacimiento que actualmente experimenta China y su espacio marítimo circundante: la Gran China34. A diferencia de las habituales simplificaciones economicistas y su tendencia a "olvidar" la Historia de las Civilizaciones para centrarse en los contextos inmediatos, él se sitúa en una perspectiva histórico-mundial de larga duración,esencial en los escritos de los analistas de sistema-mundo35.

La explicación de la llamada Gran Divergencia entre Europa occidental y Asia oriental gira en torno a dos conceptos centrales: el de dinámica smithiana y el de equilibrio estacionario de alto nivel.

La esencia de esta dinámica es un proceso de mejora económica impulsado por el aumento de productividad derivado de una división del ' cada vez más dilatada y profunda, limitada únicamente por la amplitud del mercado. A medida que el crecimiento económico eleva las rentas y la demanda efectiva, la amplitud del mercado crece, creándose las condiciones para nuevas oleadas de división del ' y crecimiento económico. Con el tiempo, no obstante ese círculo virtuoso choca con los límites impuestos a la amplitud del mercado por la escala espacial y el marco institucional del proceso. Cuando se alcanzan esos límites el proceso llega a un equilibrio de alto nivel al que regresa siempre que las perturbaciones que pueda experimentar no sean excesivas (un atractor estable), por lo que se puede entender como una trampa duradera. De ahí se sigue que, si Europa y China experimentaban la misma dinámica smithiana, el auténtico enigma no es por qué quedó atrapada China en ese equilibrio de alto nivel, sino cómo consiguió Europa escapar a esa trampa mediante la Revolución Industrial36.

Este razonamiento intenta explicar por qué las trayectorias de Europa y China divergen a pesar de compartir un proceso comparable de formación de mercados. Una historia magistralmente analizada por "uno de los más frecuentemente aludidos pero también de los menos leídos"37 pensadores clásicos de todos los tiempos en su obra cumbre La riqueza de las naciones. Sin embargo, para entender dicho proceso es necesario señalar tres equivocadasinterpretaciones de la obra de Adam Smith que distorsionan su legado, a saber:

que teorizó y preconizaba los mercados "autorregulados"; que teorizó y propugnaba el capitalismo como motor de una expansión económica "sin fin"; y que teorizó y respaldaba el tipo de división del ' que aparecía en la fabrica de alfileres descrita en el primer capítulo de La riqueza de las naciones. En realidad, todas y cada una de estas tres afirmaciones son falsas38.

Como diversos especialistas han señalando, en la obra de Adam Smith la economía no es una disciplina aislada de la política. Por el contrario, Smith describe la economía política como "una rama de la ciencia del legislador o el estadista" lo que hoy llamamos ciencia política.

Lejos de teorizar un mercado autorregulado que funcionaría mejor que un Estado minimalista o sin ningún Estado, La riqueza de las naciones, como La teoría de los sentimientos morales o las Lecciones de jurisprudencia (no publicadas), presupone la existencia de un Estado fuerte capaz de crear y reproducir las condiciones para la existencia del mercado, que lo utilizará como instrumento eficaz de gobierno, que regulará su funcionamiento y que intervendría activamente para corregir o contrarrestar sus consecuencias social o políticamente indeseables39.

Así pues, lo que Adam Smith ya conocía, pero el pensamiento dominante en economía "olvidó" posteriormente, eran las innumerables actividades en las que era aconsejable y deseable que el legislador interviniera para que funcionase el mercado,

incluida la protección frente a las amenazas internas y externas a la seguridad de los individuos y del Estado (policía y defensa nacional), la administración de justicia, la construcción de infraestructuras físicas para facilitar el comercio y las comunicaciones, la regulación del dinero y del crédito y la educación del conjunto de la población para contrarrestar los efectos negativos de la división del ' sobre sus cualidades intelectuales40.

Como ya había teorizado Smith en su tiempo, China y Holanda se destacaban como los casos más probables de estados "plenamente poblados en proporción a lo que su territorio puede mantener o su capital emplear"41>. Por tanto, eran estados que habían usado el mercado hasta los límites que imponían la extensión espacial y el marco institucional vigente. Sin embargo, Smith también advierte, aunque no explica, que esa situación de equilibrio de alto nivel se había desarrollado por vías muy diferentes. Claramente ya desde el siglo XVIII el mercado nacional chino era con mucha diferencia, en extensión y densidad demográfica, más grande que la suma de todos los mercados europeos.

De lo anterior se deduce que la superioridad en el desarrollo del mercado no puede considerarse el motivo por el cual Europa desplazó a China en el siglo XIX como centro de la economía mundial. En otras palabras, si como Smith había mostrado los mercados necesitan de un Estado fuerte para funcionar adecuadamente y China tenía el mercado más desarrollado del mundo, y por tanto, el Estado más fuerte del mundo, entonces ¿por qué China se vio eclipsada por Gran Bretaña?

Según Arrighi42 la respuesta es que la muy desarrollada (en términos de la dinámica smithiana) economía de mercado china no siguió la misma trayectoria geopolítica europea. Por el contrario, Europa escapó a la "trampa" del equilibrio estacionario de alto nivel por medio de una Revolución Industrial capitalista cuyas causas tampoco están bien explicadas por los economistas ortodoxos. En efecto, la mayoría de las explicaciones sobre la revolución industrial tienden a "olvidar" el papel del Estado (a través del desarrollo "sin fin" de las fuerzas militares) como causa principal de la transformación de las economías de mercado europeas en capitalistas globales43.

Para Arrighi otro de los grandes equívocos de la ciencia social occidental es que "olvida" que mucho antes de que surgieran los Estados nacionales europeos y su sistema internacional westfaliano en el siglo XVI, "los Estados de Asia oriental más importantes - desde Japón, Corea, y China hasta Vietnam, Laos, Tailandia y Kampuchea- (ya) eran Estados nacionales"44 con su propio "sistema internacional" de relaciones. Esto le permite realizar un interesante análisis comparativo entre el sistema internacional europeo y el asiático con el fin de explicar la subsiguiente Gran Divergencia. En primer lugar, señala que el sistema del Este asiático estaba mucho más concentrado en su centro (China) que el sistema europeo. Arrighi encuentra que "durante el 'prolongado' siglo XVI esta diferencia se hizo todavía más patente con la instauración del sistema de equilibrio de poderes en Europa Occidental, por una parte, y el fracaso de los intentos japoneses de desafiar la centralidad militar china, por otra parte"45.

En segundo lugar, los dos sistemas se relacionan de una manera muy distinta con el mundo exterior. El comercio a larga distancia era mucho más importante en el sistema europeo que en el del Este asiático. Independientemente de las causas de estas diferencias, su acentuación desembocó en la gran bifurcación de las trayectorias de desarrollo respectivo46.

La vía europea de desarrollo de sus mercados rompió el estado estacionario smithiano cuando los imperativos del sistema de equilibrio de poderes (la competencia interestatal europea por el dominio del comercio a larga distancia) se tradujo en la carrera de armamentos que suministró la demanda (inexistente sin ella) para el despegue de la Revolución Industrial. Detrás de la financiación y construcción de los complejos militares-industriales europeos (que el sistema de equilibrio de poderes imponía a los Estados) se encuentra el origen de la Revolución Industrial. Más aún, estos imperativos geopolíticos abrieron el camino para que los estados europeos más desarrollados fueran "capturados" por los capitalistas. En otras palabras, para que los Estados europeos "interiorizaran" en el centro del sistema al capitalismo. De ahí la insistencia de Braudel en señalar que

el capitalismo únicamente triunfa cuando se identifica con el Estado. Cuando es el Estado47.

En Asia Oriental, por el contrario, el capitalismo al nivel del sistema geopolítico quedó "externalizado" ante la ausencia de una carrera de armamentos "sin fin" que lo reiniciara y de un comercio "a largas distancias" que lo sustentara en un círculo virtuoso de acumulación interminable. Sin embargo, aunque en el centro del sistema asiático, es decir, en China, no hubo el paso del mercado desarrollado al capitalismo, y por tanto, no hubo algo como la Revolución Industrial, sí se dio lo que Kaoru Sugihara ha identificado como la Revolución Industriosa (industrious revolution).

Desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII el desarrollo de instituciones de absorción laboral y tecnologías de 'intensivo en respuesta a las restricciones de recursos naturales (especialmente a la escasez de tierra) permitió a los estados de Asia Oriental experimentar un mayor aumento de la población acompañado no de un deterioro, sino de una modesta mejora del nivel de vida48.

En otras palabras, si bien en la vía asiática no hubo el proceso geopolítico que a Europa le permitió saltar de la trampa de equilibrio de alto nivel smithiana, y pasar al capitalismo, no por eso se debe interpretar esa trayectoria como "estancamiento" o "subdesarrollo"49. Por el contrario, en Asia del Este (y probablemente también en India) hubo una Revolución Industriosa que les permitió a los Estados escapar de una trampa demográfica de tipo malthusiano. Especialmente notorio es el caso de China cuya población no pudo superar el tope de 100-150 millones durante la mayor parte de su milenaria historia, mientras que con la Revolución Industriosa, alrededor de 1800, aumentó hasta casi los 400 millones.

Este milagro chino tuvo un impacto en el PNB mundial que superó con creces el producido por la revolución industrial británica, y que más tarde se repitió a menor escala territorial en Japón, donde el crecimiento de la población fue menos explosivo que en China, y la mejora del nivel de vida más significativa"50. (Cursiva añadida).

El marco institucional detrás de la revolución industriosa postulado por Sugihara, está caracterizado por el privilegio de la familia y de la comuna aldeana. Lejos de la opinión convencional de que la producción a pequeña escala choca con la aceleración del progreso socioeconómico, dicho marco institucional posee ventajas comparativas frente a la producción a gran escala basada en las clases antagónicas que dominaba el escenario de la Revolución Industrial en Inglaterra. En especial, mientras a los trabajadores ingleses se les cerraban las oportunidades de participar en la gestión de la producción industrial y, por tanto, de desarrollar las habilidades necesarias para la especialización flexible, en el Este asiático se privilegiaba el desempeño en múltiples tareas, en lugar de la sub-especialización, lo cual se traducía en el fomento de la cooperación con otros miembros de la familia y la comuna en lugar del sólo talento individual.

Compárese esto con el "descubrimiento" de los marxistas latinoamericanos señalado más arriba de que "debido al deterioro de las calidades intelectuales de los obreros industriales" sólo hay dos sectores realmente productivos en la sociedad: los campesinos y los empresarios. Con Sugihara ahora sabemos que la críptica afirmación de Zabala según la cual "solo los campesinos son capaces de producir obras totalizadas", no es sino el descubrimiento en América Latina de una base cultural similar al proceso que privilegia la especialización flexible de la Revolución Industriosa del Este asiático51.

El modelo británico, es decir, el modelo capitalista, era la antítesis de la vía tomada por China. Mientras el modelo chino/asiático alcanzó la estabilidad geopolítica gracias a la concentración del sistema en su centro y al privilegio de los intercambios a corta distancia, gozando así de una "Paz de Quinientos Años"52, el modelo británico/europeo, en cambio, privilegió la guerra interestatal y la formación de imperios comerciales o territoriales sobre largas distancias.

Desde el siglo XIV hasta mediados del XX, es decir, desde la Venecia de Marco Polo hasta la Alemania de Hitler, la guerra y la construcción de un imperio exterior, conjuntamente, caracterizaron la trayectoria cíclica del sistema interestatal europeo. Durante ese mismo periodo en Asia Oriental no se registró un "ciclo de autorrefuerzo"53 de ese tipo. En Europa, por el contrario, los extensos gastos gubernamentales por causas bélicas crearon una industria pesada "excesiva" para tiempos de paz. Sin embargo, al proporcionar dicho excedente se creó una enorme base tecnológica lista para enriquecer fabulosamente a quienes fueran capaces de hallar nuevos usos civiles y, por supuesto, militares (ferrocarril, barcos de hierro), en un ciclo autorreforzado e interminable de innovaciones.

Cuando en la espiral del siglo XIX se volvieron a encontrar la vía asiática industriosa y la europea industrial se aceleró el eclipse de Asia Oriental cuyo punto máximo quedó representado por la masiva destrucción infligida al Japón (en respuesta a su intento fallido de "copiar" la vía europea) por el heredero "natural" del imperio Británico, los Estados Unidos, en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de entonces, la lucha por el control geopolítico de Asia Oriental derivada de la derrota japonesa de 1945 y la creación de la República Popular de China en 1949, ha acompañado el asombroso y rápido proceso de recuperación del Este asiático.

Según Arrighi, la clave del veloz ascenso económico de Asia Oriental se debe a la convergencia de la revolución industriosa y de la revolución industrial en sus economías domésticas.

El hecho de que la convergencia ha sido particularmente fuerte en el contexto de Asia Oriental puede establecerse en parte debido al legado de la Revolución Industriosa centrada en China, la cual, tal como hemos indicado antes, no privó a los obreros de la oportunidad de participar en asuntos de gestión que fomentaban más la versatilidad que la especialización en un determinado'54.

En la segunda mitad del siglo XX, una nueva ronda de hibridación entre la revolución industriosa y la tecnología occidental, primero en Japón y Corea del Sur y luego en la periferia de la Gran China, (y ahora en su centro), sumada a la derrota militar americana en Vietnam, y a la ruptura entre la RPCh y la URSS, causaron el veloz resurgimiento geopolítico de Asia Oriental.

La Guerra de Corea había instituido el régimen centralizado en los EEUU de Asia Oriental excluyendo a China continental (...) a través del bloqueo y las amenazas bélicas. La derrota en la Guerra del Vietnam, por el contrario, forzó a los Estados Unidos a readmitir a China dentro de las relaciones comerciales y diplomáticas habituales con el resto de Asia Oriental. De este modo, la esfera de la integración y expansión económica de la región se ampliaba considerablemente aunque la capacidad de los EEUU para controlar políticamente su dinámica quedó reducida proporcionalmente55.

La ruptura Chino-Soviética

Arrighi no analiza la ruptura chino-soviética, un acontecimiento, en mi opinión, tan importante como la derrota estadounidense en Vietnam para entender la espectacular recuperación del control de la dinámica geopolítica de Asia Oriental en manos de la RPCh. Me ocuparé ahora de este factor crucial:

En 1956 la asistencia al V Congreso del PCCh había traído mi atención hacia la colaboración de los comunistas (chinos) con los "capitalistas nacionales"; una experiencia que presentaba particularidades interesantes cuando el PCE (Partido Comunista de España) acababa de pronunciarse por la reconciliación nacional (en España). Los legendarios líderes de la Larga Marcha (...) daban la impresión de ser los grandes portadores de la milenaria sabiduría China. Al lado de ellos los líderes soviéticos del momento parecían quedarse pequeños. Cuando después de explicar a Mao nuestra política de reconciliación nacional nos felicitó diciéndonos: "Ofrezcan ustedes diez mil años de vida a su burguesía" nos quedamos meditando sobre nuestra pequeñez y la diferencia con que, por lo menos metafóricamente, los chinos enfocaban la perspectiva histórica56.

Nótese como desde mucho antes de la sucesión de Mao, ya estaba presente en la cúpula del partido la "semilla" de una posible alianza entre el Partido Comunista chino y los "capitalistas nacionales". Sin embargo, tomaría su tiempo y no pocos riesgos para que se desarrollara el proceso. Uno de esos momentos dramáticos se presentó cuando la tensión entre China y la URSS llegó al enfrentamiento militar en la frontera siberiana. Según el relato de Santiago Carrillo (confirmado independientemente por H. Kissinger en su obra Diplomacia57) las poblaciones de los dos países daban "por casi inevitable" un enfrentamiento nuclear que "llevó a la construcción (en China) de una red de refugios en diversas ciudades".

Se me llegó a decir que en el Estado Mayor soviético se había llegado a manejar la hipótesis de un ataque preventivo sobre la provincia de Singkiang, donde al parecer los chinos preparaban su armamento nuclear58.

Nótese la postura independiente y crítica de muchos líderes eurocomunistas ante la crisis chino-soviética. Un aspecto central frecuentemente "olvidado" en la historia del movimiento comunista internacional.

Después de los acontecimientos del 68 en Checoslovaquia, (...) comenzamos a plantearnos estos problemas, perdida ya la confianza en las informaciones que sobre los problemas con China nos había dado el equipo de Brezhnev. Si habían tratado de engañarnos respecto a la situación real de Checoslovaquia ¿por qué no iban a hacer otro tanto cuando nos hacían llegar informes sobre China?59

Señalo lo anterior porque los revolucionarios latinoamericanos también vivieron trágicamente todas las contradicciones internas del movimiento comunista internacional. Volviendo a la China en aquellos días de grave crisis, "lo que seguía siendo claro era la hostilidad a la URSS" al punto de que

a gran profundidad, en el subsuelo de Pekín, habían perforado una ciudad subterránea, donde refugiarse en caso de bombardeo nuclear de los soviéticos. Descartaban claramente cualquier amenaza de ese tipo por parte de los norteamericanos, pero la consideraban muy probable de Moscú60.

Pero, ¿qué proceso motivó la ruptura chino-soviética hasta semejante punto crítico y cuál es su relación con la vía asiática de desarrollo? Según Immanuel Wallerstein, durante la década de 1950, comenzaron a aflorar los primeros signos de los importantes desacuerdos entre Rusia y China. Todo comenzó con un debate teórico en torno a la cuestión de la "transición gradual al comunismo"61. Los soviéticos argumentaban que cada país socialista podía llevar a cabo de forma independiente esa transición, mientras que los chinos planteaban que todos los países socialistas la llevarían a cabo simultáneamente.

Obsérvese que el enfoque del PCCh estaba sosteniendo que el "comunismo" (sea lo que sea) "no era algo propio de los Estados-nacionales" como lo concebían en Occidente, "sino del conjunto de la economía-mundo"62. Una de las consecuencias más importantes de ese debate fue el papel reservado para la "lucha de clases" en todo el proceso de transición. Para Mao, la lucha de clases no terminaba con la instauración del socialismo en los estados nacionales. Y esta aseveración se constituyó en la clave del proceso que daría lugar a la Revolución Cultural. Con ese argumento, Mao invitaría a los Guardias Rojos, una década más tarde, a "abrir fuego contra el cuartel general" de Pekín. Por el contrario, los soviéticos argüían que la URSS se había convertido en un país sin lucha interna de clases.

Son notables las diferencias entre ambas posturas. Mientras Mao defendía, de cara a los soviéticos, una exacerbación de la lucha de clases en todos los ámbitos de la confrontación socialismo-capitalismo; el nuevo dirigente soviético Jruchev quería superar y denunciar el brutal periodo estalinista y alcanzar algún tipo de "coexistencia pacífica" con los EEUU. Pero, al mismo tiempo, Mao no desechaba alianzas con el capitalismo como parte de una estrategia a largo plazo del movimiento comunista internacional. Las contradicciones de Mao quizá se debían a la difícil situación geopolítica de China en los años cincuenta y sesenta.

Hoy en día, la historia de la disputa chino-soviética por el control del movimiento comunista internacional parece un debate esotérico. Una especie de escolástica marxista que sin embargo estuvo a punto de desencadenar, durante la guerra fría, una conflagración nuclear en Asia.

El hecho es que China, durante esos años y debido a su amplia participación en la guerra de Corea contra EEUU, no tenía reconocimiento internacional (excepto de la URSS y sus "satélites"). Su "lugar" en el sistema internacional lo estaba usurpando el régimen de Taiwán. Por tanto, a los ojos de los dirigentes chinos, la revolución no estaría terminada hasta que no se lograra la unificación plena del territorio, lo cual implicaba extender la guerra contra los estadounidenses desde Corea hasta Taiwán. No obstante, para que China estuviera en condiciones de continuar la guerra con EEUU después de la tregua pactada en Corea, necesitaba la ayuda técnico-militar de Rusia. Pero los rusos condicionaban toda su ayuda a la subordinación de China a las necesidades de la política exterior soviética. Y en ese momento, los soviéticos no estaban listos a enfrentar una guerra nuclear contra los EEUU. Aunque en 1949, el mismo año de fundación de la RPCh, Rusia había detonado su primer ingenio nuclear, eso no equivalía a tener una superioridad militar sobre su rival americano. Además, la Rusia de comienzos de los años 50 aún estaba muy devastada por la guerra contra la Alemania nazi. No obstante, en la Conferencia Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (...) en 1957 en Moscú (...), dos personalidades dominaban la conferencia: Mao y Jruchev (...). El discurso más relevante lo pronuncia Mao Tse-Tung. Aunque una de las tesis centrales de la conferencia era que la guerra podía ser evitada, Mao rompió abruptamente esa visión optimista. Vino a decir: "Bien, y si la guerra estalla ¿qué puede suceder? Incluso si se lanza la bomba atómica ¿qué pasaría? Nada irreparable. Aunque murieran doscientos millones de chinos, siempre quedaran otros seiscientos millones y con ellos construiríamos el socialismo"63.

En 1957, China no tenía armamento nuclear propio. Luego Mao estaba involucrando a Moscú, sin su consentimiento, en un peligroso "juegos de guerra" contra EEUU64. La verdad es que las contradicciones entre China y la URSS se remontan hasta el origen del PCCh. Desde los años veinte, Mao se había opuesto a la injerencia soviética sobre el joven partido comunista chino. Para él65 estaba claro que el PCCh no podía ser un partido "obrero" al igual que sus hermanos "mayores" occidentales. Las sociedades asiáticas son fundamentalmente "campesinas". Stalin, por el contrario, no sólo había apoyado a los rivales de Mao, en particular al Kuomintang de Chiang Kai-shek66, sino que venía de una tradición revolucionaria que había exterminado a decenas de millones de campesinos soviéticos al considerarlos una "clase" contra-revolucionaria.

A mediados de los años sesenta, las diferencias entre Mao y los dirigentes soviéticos alcanzaron el nivel máximo de tensión. Al romper relaciones con su único aliado, China quedaba totalmente aislada del mundo exterior. Previendo una inminente guerra nuclear con la Unión Soviética, Mao decide desmantelar los centros urbanos e industriales del país, y prepararlo para una nueva guerra popular y prolongada contra el invasor soviético. Sin embargo, el tiempo pasa y la invasión no se produce pero el costo de su errada previsión estaba siendo inmenso para la exhausta y totalmente aislada economía china. Comienza a sentirse en el interior del PCCh la oposición a sus políticas. Entonces, para defender su posición éste contraataca lanzando la Revolución Cultural. Algunos dirigentes chinos, que de jóvenes habían recibido formación político-militar en la Rusia soviética, intentan hacerse con el poder y realinearse con la URSS. Finalmente, los planes soviéticos de someter a China por medio de un golpe de estado fracasan.

Sin embargo, por esas fechas también fracasa la intervención estadounidense en Vietnam. Así pues, casi simultáneamente quedan en evidencia los límites de las nuevas potencias occidentales en su último intento de dominar Asia Oriental en la segunda mitad del siglo XX. Y son estas condiciones geopolíticas las que hacen que EEUU se vea obligado a facilitar el retorno de China al escenario internacional, en un intento de recuperar algo de su hegemonía en la región.

Las modernización de China según Deng Xiaoping

Tras la desaparición de Mao, sus herederos más pragmáticos abandonan su legado más radical: la Revolución Cultural. El ala "moderada" del PCCh, encabezada por Deng Xiaoping, se hace con el control del Estado y, sin romper con los principios revolucionarios que dieron origen a la RPCh, en especial, el principio de la concentración del poder en un Estado fuerte, para recuperar y sostener la unidad nacional frente a los "demonios extranjeros", ya sean británicos, japoneses, rusos o estadounidenes (un principio que coincide con la milenaria tradición de la China Imperial), lanza un programa de modernizaciones, hoy teorizado como el "ascenso pacífico", cuyo impacto el mundo observa desde entonces con asombro67.

Aspiramos a una política de "un país, dos sistemas". Más específicamente, esto significa que al interior de la RPCh, el continente con mil millones de personas, conservará el sistema socialista, mientras que Hong Kong y Taiwán continuarán bajo el sistema capitalista. En los últimos años, China ha trabajado duro por superar errores de "izquierda" y ha formulado sus políticas concernientes a todos los campos con el principio de proceder desde la realidad y buscando la verdad en los hechos (...) El mundo enfrenta la elección entre métodos pacíficos y no pacíficos de resolución de conflictos. De una forma u otra deben resolverse. Nuevos problemas deben ser resueltos por nuevos mecanismos. La exitosa resolución de la cuestión de Hong Kong puede promover elementos útiles para la solución de conflictos internacionales. ¿Ha perseguido algún gobierno en la historia mundial, una política tan generosa como la China? ¿Hay algún registro, en la historia del capitalismo de que algún país occidental haya hecho algo similar?68

Según Wang Hui, investigador de la Universidad de Tsinghua, el origen del programa de modernización se halla en una reacción compartida ampliamente dentro y fuera del PCCh, contra las caóticas luchas entre las distintas facciones políticas, evidenciadas durante el clímax de la Revolución Cultural. Aún así, el PCCh, aunque repudió en general la Revolución Cultural, "no repudió ni la Revolución China, ni los valores socialistas, ni el conjunto del pensamiento de Mao"69.

Desde el punto de vista filosófico, parecía que la dirigencia comunista china hubiese hecho suya los aspectos utilitaristas de la máxima del pragmatismo70del filósofo norteamericano Charles S. Peirce, según la cual hay que considerar los efectos prácticos posibles de todas nuestras concepciones. Esto implicaba el abandono de toda concepción extrema a cambio de un proceso de mediación entre todas las concepciones posibles. De ahí la célebre divisa: "Poco importa que el gato sea blanco o negro, con tal de que cace ratones". En otras palabras, poco importan los extremos opuestos (capitalismo/socialismo, mercado/Estado, individuo/colectivo, etc.,) lo relevante es considerar sus efectos prácticos posibles ("si cazan ratones")71.

En 1978, la dirigencia china, al no repudiar el conjunto del pensamiento de Mao (por "las consecuencias prácticas" negativas de sus ideas más extremas en los tiempos de la Revolución Cultural), estaba "vacunando" al sistema, aunque sin saberlo, para enfrentar la contrarrevolución democrática-liberal de 1989, cuyas consecuencias no deseadas llevarían al derrumbe definitivo del sistema socialista europeo en 1991. Ese ha sido el método que está detrás de la evolución de las reformas chinas72.

La tradición socialista ha funcionado en cierta medida como restricción interna de las reformas estatales. Cada vez que el sistema de Estado-partido realizaba un importante cambio de política, tenía que matizarlo teniendo en cuenta esa tradición (pragmática). En segundo lugar, la tradición socialista daba a los obreros, campesinos y otros colectivos sociales algunos medios legítimos para poner en cuestión o negociar los procedimientos de mercantilización corruptos o generadores de desigualdad implementados por el Estado. Así, dentro del proceso histórico de negación de la Revolución Cultural, una reactivación del legado chino proporcionaba también una apertura para el desarrollo de una política de futuro73.

Esa síntesis entre el método pragmático y el marxista sirve para entender la aparente falta de lógica entre la represión contra el movimiento democrático pro-capitalista de la Plaza de Tiananmen, en 1989, y la promoción de una estrecha alianza entre el Partido y los capitalistas de la diáspora china desde 1978.

El "intermediario" que facilitó el encuentro entre el capital extranjero y los trabajadores, empresarios y funcionarios del gobierno chino fue el capital chino en la diáspora. Ese papel de intermediario se vio posibilitado por la determinación con la que la dirección de la RPCh encabezada por Deng Xiaoping buscó la ayuda de los chinos expatriados para abrir China al comercio y las inversiones y para recuperar Hong Kong, Macao y finalmente Taiwán, de acuerdo con el modelo "una nación, dos sistemas"74.

Deng Xiaoping visitó Singapur en 1978, año en que alcanzó la máxima instancia del poder político: la Presidencia de las Comisiones Militares Centrales. Así, fue testigo de primera mano de cómo la decaída colonia británica, que había visitado décadas atrás (en 1920 había pasado por Singapur en su viaje a Francia75), se había convertido en uno de los países más avanzados del mundo. Desde esas fechas, Lee Kwan Yew, el arquitecto del Singapur actual, pudo ejercer una significativa influencia sobre Deng Xiaoping y sus sucesores. Para el nuevo dirigente chino era evidente que las poblaciones de Taiwán, Hong Kong y Singapur, (tres de los "cuatro tigres") que son mayoritariamente chinas, en un par de décadas habían progresado asombrosamente. Igualmente observaba que las minorías chinas de los restantes países del sudeste asiático también eran muy prósperas. Es decir, los pragmáticos dirigentes chinos veían intrigados que los chinos eran económicamente prósperos en todas partes menos en la RPCh. Entonces, ¿por qué no integrarlos a todos en un vasto proyecto geopolítico? De esta manera, mucho antes de la represión de Tiananmen se estableció así una alianza política entre el PCCh y las empresas chinas en el extranjero76.

¿Qué relación puede haber entre esa alianza y el esotérico debate de los años cincuenta en torno a la "transición al comunismo"? Es posible encontrar una pista en el artículo de Deng Xiaoping "¿Qué es el comunismo?":

El comunismo supone el fin de la explotación del hombre por el hombre y se basa en el principio "de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades". Dar a cada cual según sus necesidades (el viejo sueño de ir a la tienda y coger lo que uno quiera gratis) sólo será posible con una enorme riqueza material, lo que exige unas fuerzas productivas muy desarrolladas. La tarea fundamental en la etapa socialista, previa a la comunista, es, por tanto, el desarrollo de las fuerzas productivas (...). Sólo la guerra mundial nos haría cambiar la prioridad de las "cuatro modernizaciones", el desarrollo de las fuerzas productivas77.

Según los cálculos de Zhao Ziyang78, la "fase inicial del socialismo" en la que se enmarcan las "cuatro modernizaciones" durará "al menos cien años" contando desde el triunfo de la revolución comunista de 1949, lo que sitúa su final en torno al año 2050. Luego seguirá una "fase intermedia" y después una "fase avanzada".

Si las dos últimas (fases), a juzgar por la duración de la "fase inicial", pudieran durar un siglo o más, podríamos situarnos fácilmente en el año 2300 o 2400 antes de que se dieran las condiciones para establecer el comunismo.79

Como se puede ver no es sólo metafóricamente larga la manera en que los dirigentes chinos "enfocan la perspectiva histórica". Practican, efectivamente, una perspectiva de larga duración.

De momento, las reformas o "modernizaciones" introducidas a partir de 1978 no tienen otro objetivo que el de desarrollar al máximo "las fuerzas productivas" como condición necesaria para la instauración del comunismo (que es el particular Ideal o summum bonumm de los comunistas). Los empresarios chinos de ultramar eran expertos en hacer ese tipo de desarrollo de las fuerzas productivas al máximo. Lo habían aprendido muy bien de sus colegas japoneses y coreanos herederos de sus respectivos procesos autóctonos de hibridación de la revolución industriosa y la revolución industrial.

Liu Ji, uno de los principales ideólogos del PCCh, haciendo un balance de las reformas en el 2003 señalaba:

Deng Xiaoping dijo que si no se reforma el sistema político no se podrá profundizar en la reforma económica, e incluso se perderá el éxito de ésta. Sin reforma política nos encontraremos en un callejón sin salida. Según el marxismo, en efecto, la economía es la base y la política es la superestructura. Cuando cambia aquella debe hacerlo ésta. La URSS reformó el sistema político sin hacer antes la reforma económica. Esto va contra el marxismo. El resultado fue una "revolución" que hundió la base económica socialista. Esto nos enseñó mucho. Sin embargo, cuando el sistema económico cambia y no hay reforma política estamos contraviniendo también las ideas básicas del marxismo... Para crear un sistema democrático socialista son necesarias varias generaciones. Intentarlo de golpe es ilógico y sólo puede conducir al caos (...) Un Partido Comunista con altas cotas de democracia dirigirá la construcción de un sistema político democrático con características chinas80.

Y agregaba:

Deng Xiaoping dijo que China no debía seguir el ejemplo Estados Unidos y el Reino Unido, donde los partidos se turnan en el gobierno, pero no dijo expresamente que no pudiera permitirse un sistema multipartidista (de hecho, la sola incorporación a la RPCh de las provincias con autonomía especial de Hong Kong, Macao, Taiwán y Tíbet, crearía de facto esta situación); Deng también dijo que se oponía a la división de tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, pero no se pronunció contra un mecanismo de controles y contrapesos ("checks and balances") dentro del sistema (...) Ciertos elementos de la democracia burguesa (en especial, los mecanismos de accountability)pueden ser adoptados por China81.

Más allá de la reflexión política normativa, el hecho es que en China continental las "modernizaciones" tuvieron como primer referente la economía agraria82. La reforma principal fue la introducción en 1978-1983 del Sistema de Responsabilidad Familiar (SRF), que devolvía a los hogares del campo el control sobre los excedentes agrícolas hasta entonces en manos de las comunas. Al mismo tiempo, se permitió una liberación de los precios agrícolas en origen lo que incentivó la producción en el campo. La productividad agrícola y los ingresos de los hogares campesinos aumentaron notablemente.

Ahora bien, no se debe olvidar que, a diferencia de los países capitalistas, en la China comunista la propiedad de la tierra es y sigue siendo del Estado. Hasta 1978 el Estado, a través de las comunas, controlaba la explotación y uso de las tierras. Con el Sistema de Responsabilidad Familiar dicho control pasaba a las familias a través de contratos de arrendamiento por varias décadas. Pero la propiedad de la tierra seguía siendo del Estado.

La siguiente fase fue permitir a los campesinos de las comunas donde se ensayaba el SRF realizar negocios fuera de sus aldeas con el fin de buscar salidas para sus productos.

Fue la primera vez en toda una generación que a los agricultores chinos se les dio el derecho a realizar negocios fuera de sus lugares de residencia83.

A continuación, en 1984, se flexibilizaron aún más las regulaciones que controlaban la movilidad espacial de los campesinos para permitirles trabajar en ciudades cercanas a sus aldeas de residencia en las Empresas de Pueblo y Ciudad (EPC) de propiedad colectiva, cuyo explosivo crecimiento, era un resultado inesperado del exitoso Sistema de Responsabilidad Familiar. En efecto, las EPC eran el medio para la reasignación de los excedentes agrícolas producidos por los incrementos de la productividad rural desencadenados por el SRF.

El resultado fue un crecimiento explosivo de la mano de obra rural dedicada a actividades no agrícolas, que pasó de 28 millones de campesinos en 1978 a 176 millones de 2003, la mayoría de ellos empleados en las EPC84.

Puesto que la propiedad colectiva de las EPC estaba asignada a todos los habitantes del correspondiente pueblo o ciudad, aunque los gobiernos locales tenían autoridad para nombrar y despedir a los administradores o delegar esa autoridad en una agencia gubernamental especializada y, debido a que los beneficios de las EPC debían asignarse obligatoriamente en las propias empresas y en obras sociales locales, en China se estaba gestando una gigantesca acumulación de capital industrial sin desposesión85 de los trabajadores.

La siguiente fase de la modernización de la economía china fue la internacionalización de las EPC a través del contacto entre las autoridades locales del PCCh, que controlaban su gestión, con los capitalistas de la diáspora china residentes en Hong Kong, Singapur y Taiwán, por medio de la creación de colosales Zonas de Procesamiento de Exportaciones (ZPE). En síntesis,

Modernización = SRF + EPC + ZPE

Nótese que aún está sin explicar la relación entre dicho proceso modernizador y la tajante afirmación de Arrighi de que "la principal ventaja competitiva de los productores chinos no es únicamente los bajos salarios". La clave hay que hallarla dentro del proceso de producción mismo. Se trata del uso intensivo de una tecnología punta, heredera de la revolución industriosa asiática, y que, según Arrighi, economiza como ninguna otra en "máquinas y directivos caros"86. Un buen ejemplo es la fábrica de automóviles Wanfeng cerca de Shanghai, donde

no hay ni un solo robot a la vista. (...) Motores y grandes piezas de carrocería que en una fabrica occidental, coreana o japonesa, se trasladarían de una sección a otra en cintas automáticas, se llevan aquí a mano y en carretillas. Así es como Wanfeng puede vender en Oriente Próximo sus Jeep de lujo hechos a mano por 8.000 o 10.000 dólares. La empresa no gasta dinero en máquinas multimillonarias para construir los automóviles, sino que utiliza trabajadores muy capacitados cuya paga anual (...) es menor que el salario mensual de los recién contratados en Detroit87.

Según Arrighi, en las ZPE chinas el ' cualificado, relativamente barato, sustituye no sólo a la maquinaria más cara, sino especialmente a los directivos y capataces costosos.

Pese al enorme número de obreros en las fábricas chinas, la cifra de los directivos que los dirigen y supervisan es notablemente pequeña según las pautas occidentales. Dependiendo del ', se pueden ver 15 supervisores por cada 5.000 trabajadores, lo que indica lo increíblemente autogestionados que están88.

No obstante, lo que Arrighi no sabe es que la tecnología ahorradora de "directivos caros", que él señala acertadamente como "el principal atractivo de la RPCh para el capital extranjero", ya había sido "inventada y ensayada" en el México de los años ochenta del pasado siglo por un atípico grupo latinoamericano de investigadores marxistas y empresarios capitalistas.

Pero antes de volver al precursor experimento mexicano, hay que entender el significado que aquí se le da al término "tecnología". Vale la pena citar la acertada explicación de Paul Krugman:

Los economistas usan la palabra "tecnología" de una manera algo diferente que la gente normal. (...) Si, por ejemplo, un fabricante descubre que otorgándole poder a los trabajadores, dándoles voz de cómo debe funcionar la fábrica, mejora la calidad y permite a la planta emplear menos supervisores, entonces en el sentido económico esto sería una mejora tecnológica, una que se inclina en contra del empleo de administradores. Si, por el contrario, un fabricante descubre que los trabajadores producirán más cuando hay muchos supervisores vigilándolos constantemente, esto también es una mejora tecnológica aunque inclinada hacia el empleo de administradores 89. (Cursiva añadida).

Sin embargo, en este caso, no se trata de "un fabricante" sino de la propiedad mixta de las fábricas por parte de funcionarios y trabajadores chinos y los capitalistas extranjeros.

A continuación, daré cuenta brevemente de la curiosa historia del experimento llevado a cabo en México, prácticamente desconocida, y que permite, junto a la síntesis entre marxismo y pragmatismo, ver "semillas" americanas en el asombroso ascenso pacífico chino, que sin embargo en Latinoamérica no dieron el fruto esperado90.

Precursores latinoamericanos de la vía china y su historia fallida

Dentro del extenso campo de la metodología histórico-comparativa macrocausal91 es posible realizar (entre otras) comparaciones universalizadoras en las que se comparan un tipo ideal y al menos dos casos reales verificadores. En este ', el tipo ideal es el esquematizado por el modelo un país, dos sistemas y los dos casos verificadores los suministran las investigaciones independientes de Arrighi, sobre las ZPE chinas, y Zabala acerca de las innovadoras maquilas mexicanas (arriba reseñadas). A continuación, volveré al segundo caso.

En 1987, Germán Zabala92 regresa a Colombia de México con el fin de divulgar sus descubrimientos acerca de un revolucionario modelo industrial basado en lo que él llamaba "tecnología punta"93, y que respondía a la necesidad de hallar un "auténtico modelo de desarrollo" para América latina, en el contexto del doble fracaso del experimento socialista chileno (debido a la injerencia estadounidense) y de las "malas copias" del modelo insurreccional cubano (debidas a la injerencia soviética94).

Llegué a Colombia pero nadie me quiso creer. A finales de 1991 me llamó telefónicamente el empresario Ricardo Marcos, para decirme: "Necesito que vengas porque lo que hiciste es una fantasía". Yo no quería volver pero a los seis meses me llamó Hugo Andrés Araujo, jefe de la bancada parlamentaria del PRI. Entonces viajé a Méjico. Me esperaba Marcos y su saludo fue: "Aquí regalando empresas y ganando como nunca, haciendo lo que me dijiste"95.

Volvamos al relato de Zabala de su experimento en México. El empresario mexicano le saluda diciendo:

Después de que te fuiste volvió a bajar la productividad y buscando la causa volví a leer tus informes en donde decías que mientras no se encontrara la lógica de pensamiento popular no había posibilidad de desarrollar el modelo. Entonces me fui a buscar esa lógica en los ejidos96.

El ejido es un terreno no cultivado, de uso común, situado en el linde de una población, pero que, en el caso mexicano, hace referencia a la propiedad rural de carácter colectivo, de suma importancia en su historia agraria. Obsérvese que el experimento de Zabala parte de una forma de propiedad colectiva de la tierra que mutatis mutandis es común tanto a China como a México. Sin embargo,

allí la gente me puso (poca atención). Les monté una planta con un 45% de productividad. Entonces leí lo tuyo: hay que expulsar la tecnología extranjera para poder generar un proceso de producción solidaria, y dije: hay que sacar a los ingenieros; los saqué y al mes la productividad había subido al 60%; saqué a los capataces que había traído de las fábricas y dejé solos a los campesinos, y la productividad se elevó al 90%97. (Cursiva añadida).

Esta experiencia posee algunas de las características del modelo de producción que es conocido en la sociología industrial como "postfordista" y que, siguiendo a Krugman, "otorga poder a los trabajadores, dándoles voz de cómo debe funcionar la fábrica". Por otra parte, es la experiencia que sale al encuentro de lo que Arrighi señala como clave del atractivo de China para el capital extranjero: el ahorro en "máquinas y directivos costosos". Pero lo que Arrighi publicaría en sus investigaciones de 2007 como clave del atractivo competitivo chino, para ese entonces ya estaba funcionando más o menos bien, desde una década y media antes, en las maquilas mexicanas debido al trabajo de Zabala.

La gente (de los ejidos) subió su nivel de vida, se rompió la estructura, todo se cambió. Al siguiente mes la productividad se había elevado al 150%. Había desaparecido la explotación y la opresión con la desaparición de ingenieros y capataces y las ganancias habían dejado de ser para una sola persona. Entonces le preguntaron al empresario: "¿Y usted cómo gana si usted fue el que lo hizo todo?" Su respuesta fue: "Estoy ganando como nunca porque estoy colocado en la comercialización internacional y todas las ganancias las tengo para mí"98. (Cursiva añadida).

Siguiendo con el paralelismo, el empresario mexicano hace las veces del empresariado de la diáspora china, cuyas ganancias son obtenidas al estar "colocado en la comercialización internacional" o en palabras de Arrighi de 2005

Si la mayor atracción para el capital extranjero que posee la RPCh han sido sus amplias y altamente competitivas reservas de mano de obra (...) el "casamentero" que ha facilitado el encuentro del capital extranjero y la mano de obra china ha sido la diáspora capitalista de los chinos de ultramar99.

Así como Deng Xiaoping, bajo la dirección del PCCh, recurrió a los empresarios chinos de ultramar para modernizar las fuerzas productivas chinas, como paso previo a la instauración del comunismo y según el modelo pragmático "un país, dos sistemas", del mismo modo, salvando las diferencias, Germán Zabala recurrió a un sector del empresariado mexicano, bajo la cobertura del PRI, para desarrollar un modelo de producción solidario realmente competitivo, cuyo despliegue permitiría a los mexicanos "ilusionarse" con su pronto ingreso al mundo desarrollado.

De vuelta en Colombia, Zabala busca replicar el anterior modelo de producción solidaria en el contexto del proceso de paz del gobierno de Belisario Betancourt.

Participa en la investigación para la formulación del Plan Agroindustrial del Magdalena Medio (...) con el profesor Jean Louis Serre, quien pertenecía al grupo Economía y Humanismo del sacerdote Louis Joseph Lebrel. Sin embargo, debido a la presión de los organismos multilaterales de crédito, el plan resulta bloqueado porque su desarrollo no se instala en el circuito de préstamo de los Estados Unidos sino en Europa (específicamente en Francia)100.

Nótese el paralelo con la experiencia china. Veámoslo rápidamente: (i) el papel protagónico de los campesinos portadores de tradiciones no industriales sino industriosas; (ii) la participación de unos revolucionarios desencantados con los resultados del modelo soviético pero dispuestos a buscar una "vía capitalista al comunismo"101; (iii) una alianza con empresarios capitalistas dispuestos a trabajar con sus antiguos "enemigos" de clase; (iv) el actor estatal garantizando la cobertura política del experimento (el PCCh en China y el PRI en México) y (v) la síntesis entre pragmatismo y marxismo.

Ese es el modelo que ha elaborado Golconda, capaz de transformar el continente. Pero con gente capaz de administrar, porque si no es así, eso es mentira y otro robo que se le hace a la gente102.

Efectivamente, esa "mentira" y "robo" es lo que han experimentado desde entonces millones de trabajadores chinos y mexicanos víctimas de "innumerables episodios de sobreexplotación"103. Por eso se han disparado la conflictividad laboral y los disturbios sociales en ambos países desde los años noventa. En ese contexto, no está de más recordar que, según Liu Ji, uno de los ideólogos de las reformas chinas, el socialismo era definido como "la eliminación de la explotación, la liberación de las fuerzas productivas y la evitación de la polarización excesiva de la sociedad"104 y afirmaba

¿Es Bill Gates un explotador? Evidentemente no, porque ha hecho una gran aportación al desarrollo económico y social de su país y del mundo entero. ¿Quiénes son los explotadores? Son los empresarios, como los que hay en la provincia de Cantón, que hacinan en barracones a miles de trabajadores a los que no pagan el salario mínimo, tampoco pagan la seguridad social ni los impuestos. Pero si un empresario contribuye al desarrollo del país, cumple con la legislación laboral, paga el salario mínimo, los impuestos y la seguridad social, no es un explotador105.

En otras palabras, y para concluir este relato con un proverbio complementario al del color de los gatos "no se debe tirar el agua sucia de la bañera con el niño adentro". Pero abordar las respuestas a este viejo desafío (la corrupción política del sistema) sería tema para otro artículo.

CONCLUSIÓN

He intentado mostrar aquí la existencia de un curioso paralelismo entre cierta base pragmática de las reformas modernizadoras del socialismo chino y la historia semidesconocida de un experimento modernizador latinoamericano, conducido bajo el signo de un original encuentro entre la tradición filosófica americana pragmática y el marxismo. Un experimento de rasgos similares, aunque desarrollado a una escala territorial y política inconmensurablemente mayor en Asia Oriental que en América Latina (debido al legado de la Gran Divergencia), y que se constituye en un modelo "capaz de transformar" nuestro continente, suponiendo que la hipótesis de la presencia de los rasgos de la Revolución Industriosa de Asia Oriental se verifique para el caso de la América precolombina. Pero, como ha sido la constante a través de nuestra amarga historia política, mientras las elites locales no se decidan a romper con el modelo de acumulación por desposesión, tutelado por los Estados Unidos, no saldremos del círculo vicioso de ilusiones, mentiras y robos.


COMENTARIOS

1. Trabajo realizado gracias al proyecto de investigación: La reforma política china versus el liberalismo contemporáneo, de la Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados de la Universidad de Caldas. Agradezco a Jaime Lozano Martínez por sus valiosos comentarios al primer borrador de este artículo.

2. BREGOLAT Eugenio, La segunda revolución china, Barcelona, Destino, 2007, p. 12.

3. CHUN Lin, La transformación del socialismo chino, Barcelona, Ed. Intervención cultural, El viejo topo, 2008, pp. 15, 318-319. MEARSHEIMER John, The Tragedy of Great Power Politics, New York, W. W. Norton, 2001, p 402.

4. En el ámbito de las ciencias políticas el término 'revolución' generalmente alude al cambio violento de un sistema de gobierno por otro diferente. Estos cambios de régimen político suelen ir acompañados de transformaciones profundas en la cultura política de la población y las elites. ¿Qué causa las revoluciones? A diferencia del enfoque de las frustraciones o privaciones relativas, este trabajo se alinea con el enfoque estructuralista de Theda SKOCPOL, según el cual, la combinación de las frustraciones de las masas campesinas sumada a la incapacidad del Estado pre-revolucionario de enfrentar fuertes presiones extranjeras, causa la movilización de la población más frustrada en asociación con sectores inconformes de la burocracia y las elites tradicionales. No obstante, en estos tiempos de globalización por "fuertes presiones extranjeras" no se debe entender solamente "Estados extranjeros"; quizá sea más importante mirar hacia el "crimen organizado transnacional". SKOCPOL Theda, States and social revolutions. A comparative analysis of France, Russia and China. Cambridge: Cambridge Univerity Press, 1979.

5. Así calificada por la dirigencia del PCCh con Deng XIAOPING a la cabeza.

6. PETTIT Philip, Republicanismo: una teoría sobre la libertad y el gobierno, Barcelona, Paidós, 1999.KYMLICKA Will, Filosofía política contemporánea, Barcelona, Ariel, 1995. BOTERO Juan José (editor), Con Rawls y contra Rawls, Bogotá, Universidad Nacional, 2005.

7. HABERMAS Jürgen, El occidente escindido, Madrid, Trotta, 2006, p. 111.

8. XIAOPING Deng, "Un país, dos sistemas", en Marxists Internet Archive. www.marxists.org/deng/1984/junio22/htm

9. CASTELLS Manuel, "La nueva revolución china", en CASTELLS Manuel, La era de la información, Vol. 3, Fin de milenio, Madrid, Alianza, 1998-1999, p. 319.

10. KRUGMAN Paul, "The Myth of Asia's Miracle", en Foreing Affairs 73 (6), 1994, pp, 62-78. HUNTINGTON Samuel, "Occidente único, no universal", en Política Exterior, Nº 55, enero-febrero, 1997. LIN Jing, The Openig of the Chinese Mind: Democratic Change in China since 1978, Westport (CT), Praeger, 1994. FUKUYAMA Francis, El fin de la historia y el último hombre, Barcelona, Planeta-Agostini, 1995.

11. HABERMAS Jürgen, Facticidad y validez, Madrid, Trotta, 4ª Ed, 2005, p. 60.

12. CARRILLO Santiago, Memorias, Barcelona, Planeta, 2006, pp. 536.

13. WEINER Tim, Legado de cenizas. La historia de la CIA, Barcelona, Debate, 2008. ATEHORTÚA Adolfo; ROJAS Diana y VARELA David, "Los archivos de Estados Unidos: fuente clave para la historia de Colombia", en Análisis político, Nº 59, enero-abril de 2007, pp 57- 74. Y, en general, el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en http://www.gwu.edu/~nsarchiv/

14. Sobre la historia del pragmatismo y su influencia en la evolución de las ideas políticas en América véase, MENAND, Louis.: El club de los metafísicos, Barcelona, Destino, 2002. No obstante, dicha influencia trata de una versión "degenerada" del pragmatismo de Peirce (pragmáticos sin pragmaticismo). Este último, el "Pragmaticismo", se refiere a la denominación que el mismo Peirce le dio a su verdadero pensamiento para diferenciarlo de otras interpretaciones del pragmatismo que ignoraban su original base metafísica. Véase, ZALAMEA Fernando, Ariel y Arisbe. Evolución y evaluación del concepto de América Latina en el siglo XX, Bogotá, Tercer Mundo, 2000.

15. TAN, Sor-Hoon Tan, "China's Pragmatist Experiment in Democracy: Hu Shin's pragmatism and Dewey's Influence in China", en Metaphilosophy, Vol. 35, Issue 1-2, Published Online, Feb 27 de 2004, Pág 44-64.

16. WALLERSTEIN Immanuel, Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos, Madrid, Ed. Akal, 2004.

17. Germán Zabala, Daniel Palma, Darío Marcoti, y otros.

18. Véase entre muchos otros el trabajo de APRILE-GNISET Jacques, "La ciudad colombiana", Tomo II (Siglo XIX-XX), Bogotá, Biblioteca Banco Popular- Colección textos universitarios, 1992.

19. RESTREPO Javier Darío, La revolución de las sotanas. Golconda 25 años después, Bogotá, Planeta, 1995, p, 107 ss.

20. Ídem.

21. Ídem., p. 123.

22. Ídem.

23. En particular los asociados al Grupo Libra que opera decenas de plantas maquiladoras en varios estados mexicanos bajo la figura de Sociedades Solidarias Sociales (SSS) esquema "que consiste en la integración de las comunidades al proceso productivo a partir de la corresponsabilidad y participación en los beneficios de las empresas".

24. RESTREPOJavier Darío, Ob. Cit., p. 124.

25. La asimetría se encuentra en el tamaño de los proyectos, muy pequeños en América latina comparadoscon la escala de los proyectos en China.

26. ARRIGHI Giovanni, Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo XXI, Madrid, Ed. Akal, 2007, pp. 365-403.

27. Como dato curioso vale la pena señalar que esta es la misma universidad en la que Charles S. Peirce, el fundador del pragmatismo, desempeño el único cargo docente estable de su vida en las postrimeras del siglo XIX. F. ZALAMEA, El caso Peirce: modalidades de resistencia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, (Mimeo), 1997.

28. BREGOLAT Eugenio, La segunda revolución china, Barcelona, Destino, 2007.

29. ARRIGHI Giovanni, Ob. Cit., p. 365.

30. Ídem.

31. Ídem.

32. Al respecto el ex-secretario de Estado estadounidense H. KISSINGER advertía a su gobierno en un artículo titulado muy apropiadamente "China. Containment Won't Work" The Washington Post, 13 de junio de 2005 que "(usar el tono arrogante) no es apropiado para tratar con un país que ha mantenido su autogobierno ininterrumpidamente durante cuatro mil años."

33. Expresión acuñada por Kenneth POMERANZ en The Great Divergente. Europe, China, and the Manking of the Modern World Economy, Princeton, Princeton University Press, 2000.

34. La Gran China comprende, además de China continental a Hong Kong, Taiwán, Macao, y las redes de capitalistas chinos expatriados en Singapur, Malasia, etc., más conocidas como "la diáspora china".

35. WALLERSTEIN Immanuel, World-Systems analysis. An Introduction, Durham, Duke University Press, 2004.

36. ARRIGHI Giovanni, Ob. Cit., p. 34.

37. "Sea o no así, (Smith) es ciertamente, junto con Marx, uno de los peor entendidos" ARRIGHI G, Ídem., p. 51.

38. Ídem.

39 Ídem., p. 52.

40. Véase entre otros WINCH Donald, Adam Smith's Politics. An Essay in Historiographic Revision, cit., caps. 5, 6 y citado en ARRIGHI G., Ob. Cit., p. 52 (nota al pie N° 6).

41. SMITH Adam, Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, México DF, FCE , 2004, p. 89-94.

42. ARRIGHI G., Ob. Cit., pp. 71 ss.

43. En especial Fernad Braudel es uno de los pocos historiadores que más insistía en diferenciar economía de mercado del capitalismo y consideraba a la China imperial como el mejor ejemplo de esta diferencia. BRAUDEL, Fernand, Civilización material, economía y capitalismo, siglos XV-XVIII, 3 Vols. Madrid, Alianza, 1984.

44. ARRIGHI, Ob. Cit., pp. 329 ss.

45. Ídem.

46. Véase el estudio comparativo completo en ARRIGHI Giovanni, PO-KEUNG Hui, HO-FUNG Hung, y SELDEN Mark, "Historical Capitalism, Est and West", en ARRIGHI, G, HAMASHITA, T y SELDEN, M, (eds.) The Resurgence of East Asia. 500, 150 and 50 Year Perspectives. London and New York, Routledge, 2003.

47. ARRIGHI Giovanni, "Estados, mercados y capitalismo, Oriente y occidente", en Seminario REGGEN Alternativas a Globalizacao, (8-13 de octubre, Río de Janeiro), Memorias, 2005, p. 346.En contraste con la tesis de Braudel, muchos analistas de las reformas en la RPCh se empeñan en afirmar que China es un país capitalista porque su economía ya es de mercado y hay capitalistas. Sin embargo, sólo se puede hablar rigurosamente de sistema capitalista cuando las funciones legislativas y militares del Estado no sólo no riñen con los intereses de los capitalistas sino que además les sirven.

48. SUGIHARA Kaoru, "The Esat Asian Path of Economic Development: A Long-term Perspective", en ARRIGHI G., SELDEN M., y HAMASHITA, M (eds.), Ob. Cit, pp 78 ss.

49. Como parece que concluyen los historiadores Landes, Needham, Quin, Jones y Mokyr según Manuel Castells, Ob, Cit., Vol 1, La sociedad red, p.33-36.

50. Ídem.

51 Sería interesante hacer un estudio comparativo entre la vía asiática y la trayectoria de la América precolombina para el momento de la llegada de los conquistadores europeos con el fin de detectar las huellas de una posible Revolución Industriosa en las civilizaciones Inca o Azteca.

52. ARRIGHI, G.: Adam Smith en Pekín, Ob. Cit., p. 328.

53. McNEILL William, The Pursuit of Poower: Tecnology, Armed Forced, and Society since A.D. 1000, Chicago, Chicago University Press, 1982.

54. ARRIGHI Giovanni, "Estados, mercados y capitalismo, Oriente y occidente", en Seminario REGGEN Alternativas a Globalizacao, (8-13 de octubre, Río de Janeiro), Memorias, 2005, p. 339-352.

55. Idem.

56. CARRILLO Santiago, Memorias, Barcelona, Planeta, edición actualizada, 2006, p. 553.

57. KISSINGER Henry, Diplomacia, México, FCE, 2° ed., 2001, pp. 713-725.

58. CARRILLO S, Ob. Cit., p. 554.

59. Idem., p. 555.

60. Idem., p. 558.

61. WALLERSTEIN I., Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos, Madrid, Ed. Akal, 2004, p. 94.

62. Idem.

63. CARRILLO S, Ob. Cit., pp. 502-504.

64. JIAN Chen, La China de Mao y la guerra fría, Barcelona, Paidós, 2005, pp. 296-297.

65. LEW Roland, "Maoism and Chinese Revolution", en The Socialist Register 1975, London, Merlin Press, 1975, pp. 115-159.

66. JIAN, Chen, Ob. Cit., pp. 92-94.

67. Zhen Bijiang subraya que la teoría del "ascenso pacífico" no supone la renuncia al uso de la fuerza en el caso de que Taiwán o el Tíbet dieran pasos decididos hacia la independencia. BIJIANG Zhen, Peaceful rise. China's new road to development, Beijing, Central Party School Publising House, 2005, pp. 31-34 y 84.

68. XIAOPING Deng, "Un país, dos sistemas", en Marxists Internet Archive. www.marxists.org/deng/1984/junio22/htm

69. WANG Hui, "Política despolitizada, de Oriente a Occidente", en New Left Review, N° 41, Madrid, Ed. Akal, 2006, p. 34-45.

70. PEIRCE Charles S., CP 5.402, 1878. CP se refiere a los Collected Papers of Cherles Sanders Peirce, 8 vols, (eds. Hartshorne, Weiss, Burks), Cambridge (MA), Harvard University Press 1931-1958, Edición electrónica en CD-ROM: Intelex.

71. En realidad, se trata de un antiguo proverbio de Sichuan: "Sea amarillo o blanco, un gato que caza ratones es un buen gato", que Deng Xiaoping tomó prestado a Liu Bocheng, uno de los diez mariscales del Ejército Popular de Liberación (EPL), que lo empleaba a menudo. YANG Benjamín, Deng: A Political Biography. New York, M.E. Sharpe, 1998, p. 151. El proverbio suena a pragmatismo. No obstante, como se afirmaba más arriba, se trata de un pragmatismo sin pragmaticismo. Para Peirce, el propósito de la acción humana está más allá de los asuntos vitalmente importantes, es decir, de las cuestiones practicas corrientes tan centradas en la racionalidad individual. Según Peirce, el pragmaticismo tiene que ver es con lo Ideal, lo Admirable. "La cuestión de si el género homo tiene alguna existencia excepto como individuos es la cuestión de si hay algo de mayor dignidad, valía e importancia que la felicidad individual, las aspiraciones individuales, y la vida individual". (CP 8.38, 1871). Y para Peirce, "el mayor de todos los fines posibles es la razonabilidad concreta" (CP 2.34, 1902) por lo cual, "el pragmaticista no hace que el summum bonum consista en la acción, sino que hace que consista en ese proceso de evolución por el que lo existente llega a encarnar más y más esos (ideales) generales a los que se acaba de decir que está destinado, que es lo que tratamos de expresar al llamarlos razonables". (CP 5.433, 1905). Para una primera aproximación a la influencia del pragmatismo en la teoría política normativa, TALISSE Robert, A Pragmatist Philosophy of Democracy, New York, Routledge, 2007. Una devastadora critica al trabajo de Talisse por "olvidar" el verdadero punto de vista peirceano se encuentra en MAYORGA Rosa María, "On Talisse's 'Peirce-pective' on Democracy", en Transactions of the Charles S. Peirce Society, (en prensa).

72. Y también es el método que nos sirve para explicar la lógica de los intentos modernizadores del socialismo en el experimento latinoamericano que más adelante reseñaremos.

73. WANG Hui., Ob. Cit.

74. ARRIGHI G., Ob. Cit., p. 365.

75. AA.VV, "Fiche biographique de Deng Xiaoping", en Revo. Cul. Dans la Chine pop. Antologie de la presee des Gardes rouges, París, 1974, p. 275.

76. ARRIGHI G., Ob. Cit., p. 366.

77. XIAOPING Deng, Fundamental issues in pressent-day China, Beijing, Foreing Language Press, 1987, p. 54.

78. Secretario general del PCCh entre 1987-1989, citado en BREGOLAT E., Ob. Cit., p. 33.

79. Idem.

80. Intervención de Liu Ji en el Foro Europa-China, Dublín, Septiembre 5 de 2003, citado en BREGOLAT Eugenio, La segunda revolución china, Barcelona, Destino, 2007, p. 311.

81. Idem., p. 312.

82. JINGLIAN Wu, Understanding and Interpreting Chinese Economic Reform, Mason (Ohio), Thomson, 2005, p. 20.

83. ARRIGHI G., Ob. Cit., p. 367.

84. Idem., p. 376.

85. Se refiere al nombre de una pauta observada en los procesos de industrialización de Taiwán y China por Gillian Hart, según la cual el "desmantelamiento a fondo del poder de la clase terrateniente", precede "una acumulación industrial rápida y descentralizada sin desposesión de la tierra". HART G., Disablig Globalization. Place of Power in Post-Apartheid South Africa, Berckeley, University of California Press, 2002, citado en ARRIGHI G., Adam Smith en Pekin, Ob. Cit., p. 379. No obstante, todo indica que muchos altos cargos del PCCh han permitido la generalización de múltiples prácticas de acumulación por desposesión después de que la "tercera generación" de dirigentes (encabezada por Jiang Zemin) se hizo con el control del proceso de reformas. Al respecto, véase, CHUN Lin, Ob. Cit., p. 284-319 y ARRIGHI G., Adam Smith en Pekin, Ob. Cit., p. 383.

86. ARRIGHI G., Adam Smith en Pekin, Ob. Cit., p. 379.

87. Idem., p. 380.

88. FISHMAN T.C., "The Chinese Century", en China, The New Yorker Magazine, 4 de julio de 2004, citado en ARRIGHI G., Ob. Cit., p. 381.

89. KRUGMAN Paul, Internacionalismo pop, Bogotá, Norma, 1999, pp. 223-224.

90. Sin embargo, esta afirmación habría que matizarla de cara a los resultados positivos de los actuales gobiernos de izquierda moderada (¿pragmática?) de Brasil y Chile. "En particular el caso chileno, que manutuvo un alto ritmo de crecimiento de su economía y que redujo la pobreza a la mitad desde el comienzo del gobierno democrático y del de Brasil, que disminuyó en una tercera parte el porcentaje de habitantes por debajo de la línea de pobreza durante la década de los noventa." CAPUTO Dante, "Una agenda para la sustentabilidad de la democracia", en Foreingn Affaire en español, Vol. 5 (4), 2005, p. 39.

91. CAIS Jordi., Metodología del análisis comparativo, en Cuadernos Metodológicos, N° 21, Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, 2ª Ed. Madrid, 2002, p. 63-83.

92. Para una primera aproximación a la obra de Zabala, véase MENJURA Francy Elena, MEJÍA Álvaro Hugo, ZABALA, Vladimir y ZABALA Nadiesda, "Germán Zabala. Travesías de un pensamiento político humanista", en Nómadas, N° 29, Bogotá, Universidad Central, octubre de 2008, pp. 160-169.

93. Comunicación personal y entrevista a Javier Darío Restrepo en La revolución de las sotanas, Ob. Cit., p. 124.

94. VALENCIA León, Mis años de guerra, Bogotá, Ed. Norma, 2008, p. 202-205.

95. Idem.

96. RESTREPO Javier Darío, La revolución de las sotanas, Ob. Cit., p.124.

97. RESTREPO Javier Darío, La revolución de las sotanas, Ob. Cit., p.124. Para una valoración global e independiente del experimento de Zabala en algunas empresas del Grupo Libra véase: BENDESKY León, DE LA GARZA Enrique, SALAS Carlos, "La industria maquilera de exportación en México: Mitos y realidades", en http://docencia.izt.uam.mx/egt/proyectos/repfinmaq.pdf

98. Idem., p. 125.

99. ARRIGHI G., "Estados, mercados y capitalismo, Oriente y occidente", en Seminario REGGEN Alternativas a Globalizacao, (8-13 de octubre, Río de Janeiro), Memorias, 2005, p. 350.

100. "Germán Zabala. Travesías de un pensamiento político humanista", Ob. Cit., p. 165º.

101. VAN DER VEEN Robert y VAN PARIJS Philippe, "A Capitalist Road to Communist", en Theory and Society, 15, 1986, pp. 635-657.

102. RESTREPO Javier Darío, La revolución de las sotanas, Ob. Cit., p.125.

103. ARRIGHI G., Adam Smith en Pekin, Ob. Cit., p. 374. Para el caso mexicano, si bien en los años noventa el Grupo Libra se había convertido en un gran exportador a los Estados Unidos gracias a las bondades del NAFTA o Tratado de Libre Comercio de América del Norte y al apoyo gubernamental del entonces presidente de la república - y hoy tristemente célebre- Carlos Salinas de Gortari, hoy en día, varias empresas del grupo han cerrado bajo la competencia procedente de China dejando sin empleo a miles de trabajadores. No obstante, todos esos "episodios de sobreexplotación" son parte de los ciclos "normales" de la economía-mundo capitalista a la que, de momento, se encuentra integrada no solamente la "economía socialista de mercado" china, sino las economías americanas a través de los TLC's.

104. Citado en BREGOLAT E., Ob. Cit., pp. 53-54.

105. Idem., p. 54.


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