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Análisis Político

versão impressa ISSN 0121-4705

anal.polit. v.22 n.67 Bogotá set./dez. 2009

 

La construcción de la IAP: Una exploración en la obra del autor(1)

The construction of IAP methodology: An exploration into the author's work

José María Rojas Guerra
Profesor de la Universidad del Valle


RESUMEN
Este artículo se circunscribe a un período de 10 años, sobre el supuesto o hipótesis según la cual entre 1967, con la publicación del libro "La subversión en Colombia", y 1977, con el Simposio Mundial de Cartagena sobre Investigación Activa, Orlando Fals Borda formuló los fundamentos de la que, desde comienzos de los ochenta, se conoce como la metodología de la Investigación Acción Participativa, IAP. No examinaremos, paso a paso, la inserción del autor en el contexto sociopolítico nacional y los posibles cambios, saltos y rupturas en el nivel de su pensamiento; primero, porque esto no ocurre como una mera relación causa-efecto y, segundo, porque la temporalidad de estos procesos no es puramente histórica, en tanto que discurren también en el inconsciente de los sujetos. Aquí nos limitaremos a señalar solamente algunos acontecimientos que pudieron ser cruciales en la formulación de la IAP.
Palabras clave: Investigación, Acción, Participación, Fals Borda.


SUMMARY
This article is circumscribed to a ten-year period, on the hypothesis according to which between 1967, with the publication of the book "La subversión en Colombia", and 1977, with the event named "Simposio Mundial de Cartagena sobre Investigación Activa", Orlando Fals Borda formulated the basis of which, from the early eighties, is known as "Metodología de la Investigación Acción Participativa, IAP". We will not examine step by step the insertion of the author in the sociopolitical national context and the possible changes, leaps and ruptures in the level of his thought for two reasons: First, because this does not happen as a very cause-effect relationship and, second, because the temporality of these processes is not purely historic, given that they deliberate also occur in the individual€™s unconscious. We will be limited to indicate only some events that could have been crucial in the formulation of his API methodology.
Key words: Investigation, action, participation, Fals Borda.


NOTA INTRODUCTORIA

Debe señalarse, en primer lugar, que toda exposición sobre un aspecto en particular o sobre el conjunto de la obra de un autor es siempre una interpretación. Más aún, es preciso admitir como muy probable que el autor sería el primero en estar en desacuerdo con nuestra interpretación.

En el desarrollo de las teorías sociológicas, a partir de una formulación original, han tenido mucha importancia los ejercicios especulativos exegéticos o expositivos, talvez mucho más que las investigaciones empíricas de la realidad social. Marx puso en práctica el procedimiento que denominó crítica (de la filosofía, de la economía, por ejemplo), el cual ha revelado sus virtudes para el desarrollo de las teorías, pero también para su ideologización y estancamiento. Desde entonces, el mismo Marx puso en evidencia que hay dos tipos de exposición: uno que denominó genético y que consiste en averiguar por los orígenes y otro que denominó el de la forma desarrollada, que es prácticamente el inverso y el que utiliza en la exposición de El Capital. No haremos aquí ni lo uno ni lo otro.

Nuestra interpretación se circunscribe a un período de 10 años, sobre el supuesto o hipótesis según la cual entre 1967, con la publicación del libro "La subversión en Colombia", y 1977, con el Simposio Mundial de Cartagena sobre Investigación Activa, Orlando Fals Borda formuló los fundamentos de la que, desde comienzos de los ochenta, se conoce como la metodología de la Investigación Acción Participativa, IAP. No examinaremos, paso a paso, la inserción del autor en el contexto sociopolítico nacional y los posibles cambios, saltos y rupturas en el nivel de su pensamiento; primero, porque esto no ocurre como una mera relación causa-efecto y, segundo, porque la temporalidad de estos procesos no es puramente histórica, en tanto que discurren también en el inconciente de los sujetos. Aquí nos limitaremos a señalar solamente algunos acontecimientos que pudieron ser cruciales en la formulación de la IAP.

I. POR UNA CIENCIA PROPIA

1. El libro La subversión en Colombia que lleva por subtítulo El cambio social en la historia, fue publicado por Orlando Fals Borda el 10 de Abril de 1967, transcurridos escasos 14 meses de la muerte de Camilo Torres Retrepo, un acontecimiento de impacto político nacional e internacional que marcó profundamente a los profesores y a quienes éramos estudiantes de Sociología en la Universidad Nacional.

La compleja elaboración sociológica que introduce el concepto de subversión en la explicación del cambio histórico-social en Colombia desde antes de 1493 hasta 1966 se podría interpretar que constituye una toma de conciencia intelectual, en el oficio del sociólogo, en torno al significado de un acontecimiento que por su simplicidad, la muerte de un colega, a todos nos resultaba inaceptable(2)

De una dialéctica entre subversión y orden social que atraviesa todo el libro, antes que el paradigma conceptual o modelo teórico que orienta la interpretación del cambio histórico-social, pensamos que es el concepto de telos, que podríamos caracterizar como metodológico, el que establece el puente hacia (y, por tanto, está en el origen de) la investigación-acción.

En la medida en que la desintegración de un orden social y la configuración de uno nuevo implica una transición, establecer el cómo y el porqué de esa transición pasa a ser fundamental. Entonces, con el propósito de identificar la direccionalidad del cambio histórico-social el autor introduce el concepto de télesis, originalmente elaborado por Lester Ward. Ahora bien, la intensidad de las crisis y de los conflictos sociales por los que atraviesan las sociedades latinoamericanas constituyen las evidencias empíricas de que están en tránsito hacia un nuevo orden social. La investigación de este tipo de sociedades tiene las siguientes implicaciones:

1. En primer lugar los modelos conceptuales elaborados por los sociólogos norteamericanos y europeos tienen como referencia empírica a sus respectivas sociedades y ponen toda su atención en los factores de estabilidad, integración y conservación de sus respectivos órdenes sociales. Es así como estos paradigmas teóricos resultan inadecuados para el estudio de sociedades en transición como las latinoamericanas.

2. En segundo lugar, el modelo de objetividad en que se sustenta la cientificidad de tales paradigmas teóricos es el de la neutralidad valorativa por parte del investigador social. Con este tipo de objetividad el sociólogo no puede investigar la realidad del cambio sociocultural latinoamericano(3). Por el contrario, el sociólogo está exigido de comprometerse prácticamente con la transformación del orden social:

"La razón primordial de esta posición que adopta un científico, de compromiso con la transformación social y de identificación con los procesos de desarrollo socioeconómico de un país radica en la constatación de que estos procesos tienen una finalidad o telos, cuya trascendencia y sentido solo puede aprehenderse mediante la participación activa en ellos" (1967, pp. 274-75).

3. En tercer lugar y como corolario de lo anterior el autor considera que resulta lógico practicar un método que estudie el presente "pero ante el reflejo del futuro y con miras a transformarlo conscientemente" (1967, p.275). A este método lo denomina telético, proyectivo o anticipante. De este modo, el libro La subversión en Colombia concluye con un planteamiento de reconstrucción de modelos teóricos a partir de un tipo de investigación telética en la cual se plantea un nuevo modelo de objetividad científica que se funda en un compromiso del sociólogo con la transformación del orden social. La subversión es entonces un concepto telético.

2. Entre 1967 y 1970 Orlando Fals Borda elaboró varios textos con el propósito de desarrollar algunas tesis y conceptos metodológicos enunciados en el libro La Subversión en Colombia(4). También durante este período desde el Instituto de Investigaciones de la ONU para el Desarrollo Social (UNRISD) dirigió un proyecto de investigación sobre experiencias de cooperación y cambio en Ecuador, Colombia y Venezuela. Lo que hay de común entre los trabajos de reflexión y la experiencia de investigación sobre el cambio dirigido (cooperativas y sindicatos) es el fortalecimiento de una perspectiva latinoamericana para la construcción de una Sociología de la liberación.

2.1 En el ensayo sobre Ciencia y compromiso de noviembre de 1967, se apoya en los desarrollos de una corriente crítica de la sociología norteamericana representada por Mills, Vidich, Moore, Redfied y en los trabajos pioneros de los latinoamericanos Costa Pinto, Fernández, Cardoso, González Casanova, Di Tella, para rechazar un tipo de sociología aséptica, libre de valores y aparentemente neutral, pero en la realidad comprometida con la conservación del orden social. Para Orlando Fals Borda

El sociólogo (y los otros científicos) en países en desarrollo no puede dejar de hacer estimaciones valorativas, porque se espera de él un diagnóstico de la sociedad en transición.

2.2 En el ensayo sobre Las Revoluciones inconclusas en América Latina de Noviembre de 1968 vuelve sobre el papel de las antiélites en la transformación del orden social y plantea que la subversión de las antiélites generacionales no cambia el orden social, mientras que la subversión de las antiélites ideológicas, si está acompañada de la irrupción de nuevos disórganos (organizaciones populares) sí podría llevar a un cambio del orden social. En el fondo de este planteamiento se avizora una autocrítica sobre lo planteado en el libro La subversión en Colombia en relación con el grupo de "La Ceja".

2.3 En el prólogo a Estudios de la realidad campesina: cooperación y cambio, que incluye los informes y materiales de campo recogidos en Venezuela, Ecuador y Colombia en el curso de una investigación sobre instituciones rurales y cambio dirigido en los años 1968-1969, el autor señala que el reformismo no resuelve la crisis latinoamericana, sino que

en cuanto al cooperativismo, se tecnifica el paternalismo y el caudillismo locales, se planifica la perpetuación de la pobreza y se racionaliza la subordinación (1970, p.XIV)

En otros términos, podríamos decir que de las entrañas del reformismo no puede esperarse siquiera la emergencia de una antiélite. Aunque el autor no lo exprese así, se podría decir que aquí está el telos del cambio dirigido que la investigación telética puso de manifiesto.

Por lo que respecta a la metodología de esta investigación telética el autor señala que en relación al marco conceptual de referencia dos de los autores(5)

Se vieron obligados a irlo modificando con base en el contacto con la realidad y empleando una técnica de trabajo de campo que en otro estudio he denominado observación-inserción (1970, p. XVII).

Pero este procedimiento apenas está en el camino de lo que posteriormente va a ser la investigación-acción.

3. En enero de 1970, estando todavía en Suiza el autor escribe la primera versión de Ciencia propia y colonialismo intelectual. Los textos de este libro, de amplia difusión en América Latina

se dirigen, en especial, a los profesores y colegas y a los jóvenes universitarios de varios países cuyas preocupaciones son convergentes con los temas aquí tratados (1987, p. 11)(6)

De entrada se pregunta si es posible una Sociología de la liberación. La agudización de la crisis que experimenta América Latina, no solamente la hace posible sino que la exige, porque si las concepciones científicas están condicionadas por las estructuras de las sociedades, también el sociólogo

Mientras más conciencia tiene de la conexión entre conocimiento y conflicto, más efectivo puede llegar a ser, bien como científico o como miembro de la comunidad (1987, p. 17).

La crisis latinoamericana(7) deja al descubierto que el reformismo solamente ha inducido cambios marginales en la sociedad y que son imperiosas las soluciones integrales de tipo estructural (1987, p. 35). El estudio de la crisis y la transformación radical del ordenamiento social son inseparables. Teoría y práctica, idea y acción comportan una unidad de mutua implicación. La sociología de la liberación, dice el autor, sería un acto de creación científica (1987, p. 38) que además de responder a los requisitos del método y la acumulación de conocimiento científico, es un aporte a la lucha y a las tareas concretas por la reestructuración de la sociedad latinoamericana.

Dicho en lo términos precisos del autor, la sociología de la liberación se propone

la utilización del método científico para describir, analizar y aplicar el conocimiento para transformar la sociedad, trastocar la estructura de poder y de clases que condiciona esa transformación y poner en marcha todas las medidas conducentes a asegurar una satisfacción más amplia y real del pueblo (1987, p. 15-16).

Con la propuesta de una ciencia nueva que denomina inicialmente sociología de la subversión y luego sociología de la liberación, Orlando Fals Borda se inscribe explícitamente dentro de la corriente intelectual latinoamericana que procura alcanzar un pensamiento autónomo sobre nuestra realidad(8).

II. LA INVESTIGACIóN-ACCIóN

1. Lo primero que debe destacarse aquí es que la investigación-acción solo puede ser realizada por parte de los sociólogos que asumen un compromiso con la transformación radical de las sociedades en crisis. En la sociología de la crisis, el compromiso

es la acción o la actividad del intelectual que, al tomar conciencia de su pertenencia a la sociedad y el mundo de su tiempo, renuncia a una posición de simple espectador y coloca su pensamiento o su arte al servicio de una causa (1987, p. 53)

Se trata entonces de un compromiso-acción que el autor, apoyándose en Sartre, caracteriza como el opuesto al compromiso-pacto que es el tipo de compromiso, propio de la captación de las antiélites, compromiso con la defensa y conservación del orden establecido. El compromiso-acción es un compromiso con la subversión del orden. Pero la manera como se concreta en el científico el compromiso-acción es una cuestión relativamente compleja puesto que la formación de una actitud ante las realidades de la crisis social, económica y política implica que en la mente del científico se establezca una convergencia entre la conciencia sobre los problemas de la realidad que observa y el conocimiento de la teoría y los conceptos aplicables a esos problemas. Entonces el científico procede a elegir los temas a investigar y a poner en marcha la creación y la originalidad puesto que

Cuando se tiene la actitud de compromiso con una rebelión o insurgencia de significación que se considera necesaria, estas posibilidades [la creación y la originalidad. J. R.] aumentan porque se rompen los moldes antiguos, así en la sociedad como en la ciencia, el arte y la cultura (1987, p. 55)

El proceso del compromiso-acción implica, finalmente, que el científico se dirija a aquel o aquellos grupos claves que merecerían ser servidos por la ciencia, (1987, p. 55) y se identifique con ellos haciéndoles sus grupos de referencia(9). El autor advierte que, de este modo, el compromiso no es un mecanismo puramente académico y que el científico tiene que correr el riesgo de perder su nicho profesional, sus "posiciones burocráticas". Más aún, considera que la sociología latinoamericana tiene la urgente tarea de brindar pautas que permitan determinar y conocer los grupos claves que quieren reconstruir la sociedad y que, en consecuencia, merecen ser servidos por la ciencia y deben ser los grupos de referencia de los científicos.

Todo parece indicar que el autor es conciente de la volatilidad y el sectarismo de la diversidad de organizaciones políticas que han asumido la tarea de revolucionar el orden social, lo cual introduce un alto grado de incertidumbre en la elección del grupo de referencia. En ese momento la apelación a la sociología latinoamericana no deja de ser una utopía. El mismo Orlando Fals Borda es consciente de ello y sabe que el compromiso-acción lo debe asumir el sociólogo por su propia cuenta y riesgo.

A Orlando Fals Borda le preocupa que los científicos pudieran encontrar

que los militantes están a veces obsesionados por consignas irreales, o dominados por sus emociones, y que en la práctica no aprecian totalmente el aporte científico cuando este contradice sus simplificaciones o prejuicios (1987, p. 57).

Consciente de este tipo de dificultades que parecen insalvables, el autor, que es un científico decidido a asumir el compromiso-acción, tal y como él mismo lo está concibiendo, concluye que

El sociólogo no fomentaría el dogmatismo, sino que resistiría las mitologías de los medios políticos, oponiéndose a los macartismos y mostrando la vía de la evidencia y de los hechos, así sea esta una tarea dura y malagradecida (1987, p. 58).

2. Dispuesto a asumir el compromiso-acción tal y como lo había concebido, Orlando Fals Borda dio inicio en el primer año de la década de los setenta a la pionera experiencia de investigación-acción en el departamento de Córdoba, la cual extenderá posteriormente a Sucre y Bolívar. No está dentro de nuestros alcances reconstruir los pormenores de tan ambicioso y original proceso de investigación(10). Básicamente nos referiremos a lo que el mismo autor produjo en términos de reflexiones metodológicas sobre esta experiencia de investigación.

Lo primero que se debería destacar es que el autor tomó como grupo de referencia al Movimiento Campesino de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) en la región donde alcanzó el mayor radicalismo político y donde se llevaron a cabo las más grandes movilizaciones en la toma de tierras: Córdoba, Sucre y el Sur de Bolívar. La presencia de la mayor parte de las organizaciones políticas de inspiración marxista era allí evidente y desde luego sus confrontaciones ideológicas sectarias debieron estar a la orden del día. Cómo pudo echar a andar el proceso de la investigación entre la intensidad del despliegue de la lucha social y la turbulencia de la lucha ideológica, es una cuestión de notable importancia sociológica, que aún no se ha estudiado.

No cabe duda que el científico logró abrirse allí un espacio y que echó a andar su original proceso de investigación. Uno de los primeros resultados de esa dialéctica entre pensamiento y acción fue la de recuperar para el movimiento campesino a la ya octogenaria campesina Juana Julia Guzmán(11), quien a comienzos de los años veinte libró con su compañero, el inmigrante italiano Vicente Adamo, una denodada lucha por organizar a los campesinos en sindicatos contra la dominación terrateniente. Como Adamo, Juana Julia(12) había sido una dirigente anarquista.

El modo como la investigación fue avanzando y alimentando el proceso de la lucha campesina no ha sido estudiado en profundidad, si bien dejó algunas expresiones o condensaciones bajo la forma de folletos o cartillas monográficas ilustradas, algunas de ellas como Tinajones. Un pueblo en lucha por la tierra, también bajo la forma de relato escrito(13), Así luchamos por recuperar la tierra, Lomagrande. El baluarte del Sinú, Felicita Campos, El Boche, y 14 Preguntas sobre Economía Política. Un texto mimeografiado, con la autoría de Orlando Fals Borda y el muy significativo título de Modos de producción y formaciones sociales concretas en la Costa Atlántica colombiana, fue editado en Montería por la Universidad de Córdoba en octubre de 1973(14). En este texto resulta relevante constatar que la muy valiosa información histórica sobre la ocupación del territorio, la formación de haciendas y empresas agrarias capitalistas con la consiguiente expropiación y explotación de indios, negros y campesinos, constituyen el referente empírico de los muy abstractos conceptos Modo de Producción y Formación Social que el marxismo académico debatía y transmitía especulativamente(15) en las universidades y en los círculos de estudio de El Capital de Marx. Entre este modo normalmente exegético, libresco, y el modo empírico-histórico en el fragor de la lucha social, entre estos dos modos de acceder a la conceptualización del marxismo hay una diferencia abismal, especialmente cuando se trata de la praxis del intelectual(16).

En 1975 el autor recoge en un texto unitario los artículos que por entregas había venido publicando en la revista Alternativa sobre el problema agrario nacional(17), junto con otros trabajos que también eran el resultado del trabajo con grupos de intelectuales y campesinos en diferentes regiones del país(18). El orden de exposición de este libro indica una notable comprensión de las tesis sociológicas de Marx a la luz del largo proceso histórico que va desde las formas de producción indígena hasta el desarrollo del capitalismo agrario, pasando por la formación del latifundio, la formación del campesinado, el desarrollo técnico y los procesos de disolución y proletarización. Desde luego todo este proceso está marcado por el conflicto, por la resistencia de indios, negros y campesinos.

Ahora bien, si lo anteriormente expuesto es lo que el lector puede constatar por lo que respecta a la conceptualización, en el mismo texto el autor consigna en los siguientes términos los procedimientos metodológicos.

Además, se cumplieron las tareas generales que exige el método de la investigación activa: el análisis de las clases sociales dando especial atención a los grupos regionales; la encuesta simple, el sondeo investigativo, la entrevista y la fuente oral donde fueron necesarias, con el control y auspicio de la organización campesina respetiva; la recuperación crítica de elementos históricos y culturales, según su utilidad para la lucha de clases; y la devolución sistemática a los grupos campesinos de toda la información recogida, según técnicas desarrolladas a varios niveles de comunicación (1975, p. VII).

3. Dos años más tarde, en Abril de 1977, con motivo del "Simposio Mundial sobre Investigación Activa y Análisis Científico", convocado por el autor y realizado en Cartagena, presentó su ponencia Por la Praxis: el problema de cómo investigar la realidad para transformarla, en la cual consignó lo que a su juicio constituye lo fundamental de su trabajo de intelectual comprometido desde la publicación del libro La Subversión en Colombia en 1967. Como la mayor parte de los planteamientos consignados en la ponencia ya habían sido elaborados en el texto de 1970 (Ciencia propia y colonialismo intelectual), de lo cual ya nos hemos ocupado, lo que habría de nuevo y que queremos destacar del texto de 1977 es que, para Orlando Fals Borda, el compromiso-acción del sociólogo es equivalente al compromiso del intelectual orgánico de Gramci. Así mismo consideramos que hay dos cuestiones que revisten una especial significación:

a) La primera se refiere al saber popular y la interdisciplinariedad de las ciencias. Lo que desde un comienzo (1967) percibió como una contradicción entre el saber teórico y la necesidad de intervenir y participar en la transformación radical del orden social, con la experiencia de la investigación-acción pudo constatar que no solamente se trataba de un problema de inadecuación de la teoría sociológica respecto de la realidad latinoamericana, sino que había una completa ignorancia y desprecio intelectual con respecto al saber popular y que este saber era múltiple y diverso(19). Podríamos decir que la sociología, por sí sola, por más subversiva que fuese, no puede reconocer al saber popular e incorporarlo al proceso de construcción científica. Se requiere del concurso de la historia, de la antropología, de la demografía, de la agronomía, de la botánica, por ejemplo, cuando se trata del saber popular de campesinos e indios. Y como estos son los grupos de referencia para este intelectual que realiza la investigación-acción y no las academias, el conocimiento debe retornar a estos grupos, los únicos que lo pueden convertir en un arma cultural contra la dominación y explotación imperialista. Esta nueva ciencia, o mejor, esta nueva manera de hacer ciencia fue lo que Orlando Fals Borda denominó ciencia popular.

Ahora bien, ¿qué papel jugó el marxismo en todo esto? En palabras del autor, el siguiente:

En esta nueva ciencia social del pueblo y para el pueblo trabajador había necesidad de integrar diversas disciplinas: no era con la sociología sola, ni esta como fundamento general. Era el materialismo histórico, como filosofía de la historia, el que brindaba el punto culminante de la unificación, como se había demostrado en otras épocas y latitudes, por muchos estudiosos competentes (1978, p. 221).

Y, como corolario, es preciso afirmar que el término participación, que se agrega a los términos investigación-acción para identificar como metodología IAP a todo este proceso de creación intelectual y de lucha social, hace específicamente referencia a la intervención de los trabajadores y, por extensión, a las organizaciones populares como sujetos históricos y como grupos de referencia portadores de un saber popular en la construcción de una "ciencia popular".

b) La segunda cuestión es la hipótesis de la recuperación(20) crítica de la historia. La situación de subordinación y explotación de los grupos y clases sociales en una sociedad en un momento histórico dado, siempre es el resultado de situaciones anteriores de confrontación y resistencia con los grupos y clases dominantes. En la reactivación de la lucha por la defensa o la conquista de derechos y libertades siempre será fundamental traer al presente o recuperar del pasado la capacidad de resistencia y de lucha alcanzada por los sujetos históricos ignorados u olvidados por quienes "escriben" la historia. Ya hemos señalado que Ernesto Parra Escobar hizo un estudio evaluativo sobre la experiencia de la investigación-acción realizada bajo la dirección de Orlando Fals en la Costa Atlántica y recogió el testimonio de líderes campesinos que participaron en dicho proceso(21). Es un estudio que hoy cobra un notable valor histórico, cuando se hace pública y de viva voz la barbarie paramilitar de los últimos veinticinco años en la región donde se llevó a cabo tan singular experiencia de investigación social y acción política. En su estudio, Parra cita el siguiente testimonio de quien fuera el investigador principal, de Orlando Fals:

"Yo recuerdo por lo menos unos diez ancianos y ancianas que habían pertenecido a aquella época de Vicente Adamo. Por supuesto, estaban ahí esperando turno para la grabación, así que la cosa fue más interesante. Una vez que se descubre esta veta, el movimiento campesino incorpora a Juana Julia Guzmán y a los otros ancianos a la lucha misma. Los llevan a reuniones, les hacían hablar. Eso era emocionante. A Juana Julia la descubren y ella misma se redescubre. Entonces la viejita echaba unos discursos que le erizaban a uno el pelo; ¡una viejita de 80 años exhortando a la lucha! Por eso bautizaron con su nombre uno de los baluartes en honor de ella" (p.139).

La originalidad de esta experiencia es no solamente la de haber recuperado la memoria de los luchadores populares, sino la de haberlos incorporado como fuerza rediviva a las luchas del presente. Pero podríamos decir que, en términos generales, la recuperación crítica de la historia se hace con la participación del saber popular en un proceso de lucha social al que se ha incorporado orgánicamente el intelectual. En el Simposio de Cartagena, haciendo un balance de su propia experiencia de investigación-acción, el autor afirmó que el reto continuaba

"pero este reto es mucho más para los partidos revolucionarios de izquierda como tales, que para los intelectuales comprometidos" (1978. p. 233).

Hoy, ante la profunda crisis del país y ante el despertar de las luchas obreras e indígenas ¿por qué no recuperar el pensamiento y el ejemplo intelectual de Orlando Fals Borda?.

Cali, Noviembre de 2008.


COMENTARIOS

1. Este texto fue elaborado con motivo del "Homenaje al maestro Orlando Fals Borda. Una mirada a su obra científica" que el IEPRI llevó a cabo el día 26 de noviembre en la Universidad Nacional.

2. El libro dio lugar a muchos reparos entre nosotros, sus alumnos. Pienso que todos cuestionábamos que al lado de Camilo en la dedicatoria estuviese Otto Morales Benítez y que el grupo liberal de la Ceja encabezado por Hernando Agudelo Villa, constituyera la antiélite llamada a subvertir el orden social-burgués, causante de la muerte de Camilo. Hoy, cuarenta años después, pienso que estas cuestiones de coyuntura nos impidieron reconocer: a) que la convergencia entre historia y sociología que propone Orlando Fals Borda se da en el proceso de la investigación empírica y en función de los intereses liberadores de los grupos y clases sociales subordinados; b) que el modelo conceptual del libro constituye un ejemplo paradigmático de lo que en el proceso de la investigación empírica se denomina Marco Teórico y que fue la mayor falencia de nuestros trabajos de grado; c) que la erudición sociológica del autor nos resultaba abrumadora: todos los autores incluidos en las 15 páginas de la bibliografía son citados a lo largo del texto.

3. "Por ejemplo, no parece posible estudiar a fondo la violencia y sus efectos dentro de la sociedad colombiana con guantes profilácticos y máscara facial; ni llegar a los sitios estratégicos del cambio, así en barricadas urbanas como en vecindarios campesinos humildes, con la augusta distancia del científico que solo piensa en la acumulación del conocimiento mediante las publicaciones que hará sobre el particular" (1967, pp.273-74).

4. Véanse, por ejemplo: Ciencia y Compromiso: problemas metodológicos de libro "La Subversión en Colombia" que lleva fecha de Noviembre de 1967 y fue publicado en la revista APORTES No. 8 de Abril de 1968; Las revoluciones inconclusas en América Latina 1809-1968, publicado en Noviembre de 1968 por la Editorial Siglo XXI en México; Cooperación, Reformismo y Crisis, prólogo a los Informes y materiales de campo en Venezuela, Ecuador y Colombia, publicados en el libro Estudios de la realidad campesina: cooperación y cambio, UNRISD, Ginebra, Marzo de 1970; Ciencia propia y colonialismo intelectual, publicado en Fundación La Rosca de Investigación y Acción Social, 1970.

5. Con Hernando Ochoa, recién vinculados como profesores a la Universidad de Antioquia, fuimos incorporados al equipo de investigación que dirigió Orlando Fals Borda en el marco de un proyecto de investigación en tres países y que él concibió en términos comparativos y como un ejercicio de "investigación telética". Hoy recuerdo que en su rol de director, Orlando fue implacablemente riguroso y minucioso en la exigencia de llevar un diario de campo y de involucrarnos activamente en el discurrir de las organizaciones (en nuestro caso una cooperativa de Ahorro y Crédito bajo control del cura párroco del municipio de Támesis en Antioquia), a fin de identificar a los personajes claves a quienes haríamos entrevistas en profundidad y quienes nos podrían aportar documentación, haciéndoles de cierto modo partícipes de la investigación. También recuerdo que en las reuniones del equipo de investigación el núcleo de la discusión fue siempre la metodología y no la teoría, en la cual con Hernando estábamos mucho más interesados. Nuestra monografía de grado (Cambio Estructural y Cambio Dirigido. Estudio de la Cooperativa San Antonio de Támesis), que fue también nuestro Informe de Investigación, así lo revela.

6. En las citas textuales de Ciencia propia y colonialismo intelectual se utiliza aquí la Tercera Edición de Carlos Valencia Editores. Bogotá, 1987.

7. El autor señala indicadores de la crisis latinoamericana de ese momento que tienen hoy plena actualidad en la sociedad colombiana: "corrupción administrativa, bancarrota moral, control abusivo de la propaganda y los medios de comunicación de masas, el prurito reaccionario de la seguridad nacional". (1987, p.27).

8. Desde muy temprano fue evidente la importancia que los fundadores del programa de sociología le dieron a la formación de los estudiantes. Así se puede constatar en la ponencia de Camilo Torres en Buenos Aires en Septiembre de 1961 con ocasión de las Jornadas Latinoamericanas de Sociología (Cristianismo y Revolución, México, Editorial ERA, 1970, pp. 159.165). En 1966 Orlando Fals Borda pudo poner en marcha en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional el Programa Latinoamericano de Estudios del Desarrollo, PLEDES, primer Plan de Estudios de Postgrado en Sociología en América Latina, vinculando como profesores a sociólogos e intelectuales de reconocido prestigio en Latinoamérica: Luis A. Costa Pinto, Jorge Graciarena, Luis Ratinoff, Guillermo Briones, entre otros.

9. En el marxismo esta es la cuestión relativa al "compromiso de clase", generalmente asumida de manera teórica por parte de los intelectuales. El leninismo mantuvo la tesis de la externalidad de la teoría respecto de la clase obrera pero introdujo la mediación del partido como concreción del compromiso de clase. La historia ha demostrado que estar en el partido no necesariamente implica estar orgánicamente vinculado a la clase. Antonio Gramci elaboró el concepto de intelectual orgánico para caracterizar a este segundo tipo de intelectual.

10. Es algo que está en mora de hacerse. Todas las notas de campo y una multiplicidad de documentos fueron donados por el autor al Banco de la República con sede en Montería (véase la Réplica a Berquist, mímeo, p. 14). Es posible que todavía sobrevivan algunos de los protagonistas; dirigentes campesinos, maestros, militantes de organizaciones políticas, por ejemplo. El libro de PARRA Escobar Ernesto, La Investigación-acción en la Costa Atlántica. Evaluación de La Rosca 1972-1974, registra testimonios de algunos líderes campesinos y activistas políticos, así como también las publicaciones en folletos, discos y videos producidos que seguramente él (Parra Escobar) pudo tener a su disposición a comienzos de los ochenta.

11. Más adelante volveremos sobre el significado de este hecho ejemplar. El libro de Ernesto Parra contiene valiosa información al respecto.

12. En 1972 se crearon formas organizativas de la producción campesina y la acción política, los Baluartes de Autogestión Campesina con los nombres de Vicente Adamo, Juana Julia, el Boche y Urbano de Castro en homenaje a estos luchadores históricos (1975, p. 144).

13. Ambos documentos (con el mismo título), el relato gráfico y el relato escrito, fueron publicados por el Centro Popular de Estudios de Montería, dando crédito de autoría al Sindicato de Agricultores de Palermo (diciembre de 1972) y editados a comienzos de 1973.

14. Tres años después, en 1976, con el título Capitalismo, hacienda y poblamiento en la Costa Atlántica, el texto fue editado en Bogotá.

15. El estudio académico del marxismo parece haber tenido una dimensión internacional a finales de la década de los sesenta y comienzos de los setenta. Los libros de Martha Harnecker, discípula del filósofo Luis Althusser, se difundieron ampliamente por América Latina y, al menos en Colombia, los "conceptos fundamentales" del materialismo histórico y del Capital fueron transmitidos en las universidades a través de estos libros como manuales de texto. Entonces hubiera sido normal preguntarnos en qué círculo estaría Orlando Fals Borda leyendo el Capital (!).

16. Si asumimos que hacia 1972 ya Orlando Fals Borda había optado por la conceptualización del marxismo en el análisis de la realidad social y que esta opción discurre en su incorporación a la lucha social, la firmeza y la coherencia por él demostrada hasta el final de su vida, contrasta abrumadoramente con la conversión reaccionaria (la captación, diría Orlando) de tantos intelectuales que en las décadas de los sesenta y los setenta tuvieron su formación teórica y política en un marxismo académico, que los hizo tan denodadamente sectarios y dogmáticos.

17. El libro se titula Historia de la cuestión Agraria en Colombia y fue editado por la Fundación Rosca de Investigación y Acción Social (Bogotá, 1975).

18. Por eso, este libro puede considerarse en buena medida como un producto colectivo al que hemos contribuido personas interesadas en conocer mejor la realidad colombiana, y a quienes nos anima también la urgencia de actuar sobre esa realidad para hacer avanzar el proceso revolucionario de nuestra sociedad. (1975, p. VI).

19. Porque, como diría Lévi-Strauss, este saber es el resultado de un pensamiento totalizador y sintético.

20. El concepto de recuperación ha sido fundamental en la reactivación del movimiento indígena desde la fundación del CRIC en 1971. Recuperación del territorio, recuperación de la lengua, de usos y costumbres son concreciones fundamentales para potenciar la capacidad de lucha.

21. PARRA Escobar, Ernesto: La investigación-acción en la Costa Atlántica. Evaluación de la Rosca, 1972-1974. Cali, FUNCOP, 1983, especialmente los capítulos VII, IX y X.


REFERENCIAS

1. Fals Borda, Orlando. 1967. La Subversión en Colombia. El cambio social en la historia. Monografía Sociológica No. 24. Bogotá, Editorial Tercer Mundo y Sociología Universidad Nacional.        [ Links ]

2. Fals Borda, Orlando. 1968a. Ciencia y Compromiso: problemas metodológicos del libro la Subversión en Colombia. Revista Aportes No. 8. Paris, Instituto Latinoamericano de Relaciones Internacionales.        [ Links ]

3. Fals Borda, Orlando. 1968b. Las revoluciones inconclusas en América latina 1809-1968. México, Editorial Siglo XXI.        [ Links ]

4. Fals Borda, Orlando. 1970a. Ciencia propia y colonialismo intelectual. Primera edición Bogotá, Editorial Nuestro Tiempo. Se cita aquí la edición de Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1987.        [ Links ]

5. Fals Borda, Orlando. 1970b. Cooperación, Reformismo y Crisis, prólogo a Estudios de la realidad campesina: cooperación y cambio. Ginebra, Instituto de Investigaciones de la ONU para el Desarrollo Social, UNRISD.        [ Links ]

6. Fals Borda, Orlando. 1973. Modos de Producción y formaciones sociales concretas en la Costa Atlántica de Córdoba.        [ Links ]

7. Fals Borda, Orlando. 1975. Historia de la cuestión agraria en Colombia. Bogotá, Fundación Rosca de Investigación y Acción Social.        [ Links ]

8. Fals Borda, Orlando. 1976. Capitalismo, hacienda y poblamiento en la Costa Atlántica. Bogotá, Editorial Punta de Lanza.        [ Links ]

9. Fals Borda, Orlando. 1978. Por la Praxis: el problema de cómo investigar la realidad para transformarla. En el Tomo I de Crítica y Política en Ciencias Sociales. Bogotá, Editorial Punta de Lanza.        [ Links ]

10. Fals Borda, Orlando. 1987. Ciencia propia y colonialismo intelectual. Bogotá, Carlos Valencia Editores.        [ Links ]

11. Parra Escobar, Ernesto, 1983. La investigación-acción en la Costa Atlántica. Evaluación de la Rosca, 1972-1974. Cali. FUNCOP.        [ Links ]

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