SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.33 issue100THE MATTER OF THE SUBJECT OF FEMINISM: REALISM, NOMINALISM AND GENDER SCEPTICISM author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Análisis Político

Print version ISSN 0121-4705

anal.polit. vol.33 no.100 Bogotá July/Dec. 2020  Epub Apr 05, 2021

https://doi.org/10.15446/anpol.v33n100.93367 

Reseñas

POLITÓLOGOS: ¿REFORMAR O DEMOLER LA CASA? RESEÑA A THE POLITICS OF POLITICAL SCIENCE. RE-WRITING LATIN AMERICAN EXPERIENCES, DE PAULO RAVECCA

Miguel Obando Tobón1 

1Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia. Docente ocasional de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, adscrito al grupo de investigación Gobierno y Asuntos Públicos de la misma universidad.Colombia Correo electrónico: luis.obando@udea.edu.co


Los académicos tenemos el vicio de preguntar por qué” (Maria Teresa Uribe)

Abruptly, we will be asked if the house should be reformed -again- to become a home, or if it should simply be demolished” (Paulo Ravecca, 2019, p. 8)

Que todas las horas de trabajo son inútiles si olvidamos que por encima de todo está la solidaridad y la justicia; que todos los libros que leemos no tienen ningún valor, si olvidamos que el gran encanto del conocimiento está en la posibilidad de acceder a argumentos que permitan cuestionar el poder y volver trizas las verdades establecidas, incluso, por la ciencia; que las investigaciones realizadas son inútiles si no sirven para enfrentar, críticamente, el miedo que produce la guerra, la ceguera que producen las delicias democráticas, las claudicaciones y seducciones que produce el ruido de los patriotas, y las melancolías que producen las utopías no realizadas; que todo lo aprendido pierde su valor si nos refugiamos en oficinas de cristal y nos convertimos en expertos, especialistas y consejeros profesionales de las burocracias y de los príncipes” (Alonso, 2009, p. 114).

El libro de Paulo Ravecca plantea una reflexión teórica sobre la relación entre conocimiento y poder con un soporte empírico en la historia de la ciencia política chilena y uruguaya, que tiene como argumento central que el conocimiento se ve impactado por las condiciones en las que se produce y, a su vez, que este impacta las condiciones de producción. En él traza los retos y alcances futuros para la ciencia política y su comunidad académica luego de una demoledora crítica al mainstream politológico. Allí están sus reflexiones de diez o más años en torno a preguntas que lo han desvelado, y cuyos avances se conocieron en diferentes publicaciones (2014a, 2014b, 2015, 2015, 2019a y 2019b) que dan muestra de su pasión, interés, preocupación y profundo cariño por el conocimiento, la ciencia política y su comunidad.

Si el conocimiento es un campo de batalla, como lo expresa el autor desde el inicio del libro, la ciencia política no está por fuera de la relación conocimiento-poder. Ravecca entiende la ciencia política como un espacio de vida y, por esto mismo, se pregunta por cómo se ha habitado, pues si el poder está presente en la disciplina, este tiene efectos en el cómo se hace y se piensa. Por esto las relaciones humanas que se tejen en la disciplina tienen las dos caras de Jano: una de subordinación, dominación y marginación; y otra de solidaridad, justicia y cooperación. La primera cara es, precisamente, la que el autor quiere evitar que aparezca en la comunidad politológica.

Basado en varios autores neomarxistas, posmarxistas y posestructuralistas -enriquecidos con estudios culturales y queer-, y en diferentes epistemologías y metodologías, más una reflexión de su propia experiencia, que encuentran como núcleo la teoría crítica, Ravecca desentraña la relación conocimiento-poder para cuestionar la ciencia política y su pretensión de objetividad. El discurso mainstream de la misma -aquel que afirma que el desarrollo de la disciplina se ha dado en democracias liberales- es puesto en duda por Ravecca, no solo porque el caso chileno muestra lo contrario, sino también porque se pregunta qué hay detrás de dicho relato y qué oculta, como en el caso uruguayo, en el que encuentra aspectos ideológicos que revelan que las relaciones de poder están en la academia, y que esto repercute en la manera cómo se relata el desarrollo de la disciplina, en el cómo se nombran las cosas, en los temas que se priorizan y en las agendas de investigación.

En el relato mainstream, que quiere hacer ver el progreso de la disciplina con asepsia, en realidad lo que hay, sostiene Ravecca, es un ocultamiento del poder que ha ejercido violencia epistémica y ha logrado naturalizar el orden liberal y el capitalismo. Por eso cuestiona su objetividad y neutralidad, y el supuesto vínculo, o lo que él denomina la santísima trinidad, entre liberalismo-democracia-ciencia política. Esto le permite hacer un llamado en doble vía a la comunidad politológica: tanto en la necesidad de hacer más estudios empíricos que permitan encontrar los matices necesarios sobre la trayectoria disciplinar, como en problematizar la identidad que se ha creado de la ciencia política. En la manera como se construyó el relato disciplinar, denuncia Ravecca, el capitalismo y el neoliberalismo como un todo desaparecieron de los temas de debate, quedando reducidos a críticas de políticas o programas específicos.

¿Cómo fue posible que los politólogos, que tenemos como fascinación el estudio del poder, la dominación, la autoridad, la influencia y, por supuesto, las resistencias al mismo, no nos hayamos percatado de esto? ¿Cómo fue posible, incluso, que pensáramos que la academia y el relato sobre la disciplina estaban libres de dicha dinámica, peor aún, que la reprodujeramos inconscientemente o acríticamente? ¿Qué nos pasó y qué nos llevó hasta acá, si desde nuestros inicios en los estudios sabíamos que el compromiso y el deber más grande de nuestra profesión estaba en desenmascarar las simulaciones, las ideologías, el poder, las mistificaciones, y que es precisamente allí donde radica la importancia de nuestra disciplina? ¿Por qué vimos neutralidad y ciencia en el liberalismo y no una ideología? ¿Por qué sancionamos al marxismo de ideológico, negamos cualquier posibilidad de construcción durante las dictaduras y aceptamos el relato mainstream sin los estudios empíricos suficientes y sin las preguntas que nos permitieran no engullir las cosas?

Ravecca nos permite acercarnos a las respuestas. Lo primero que advierte es que no hemos tenido el lenguaje para poder verlo, no lo encontró él en sus profesores ni en los trabajos sobre la historia de la ciencia política en América Latina. Trabajos que considera rigurosos pero que no tienen el lenguaje para develar lo que estaba allí implícito, en parte por la naturalización que logró el mainstream de estos asuntos. Lo segundo es que precisamente no se tenía el lenguaje porque el mainstream tiene una obsesión con la institucionalización, y al mirar sus requisitos internos, olvida la incidencia de las estructuras externas, pues solo analiza una de tantas, el régimen político, de ahí que se suela afirmar la relación entre ciencia política y democracia liberal olvidando un entramado más complejo de relaciones. Este énfasis en la institucionalización hizo olvidar las relaciones de poder que se presentan en los diferentes niveles, y es ahí donde Ravecca problematiza el relato sobre la ciencia política, al preguntarse qué es lo que está siendo institucionalizado y cuáles son sus implicaciones.

Así, desnaturaliza la narrativa mainstream politizándola. Esto logra hacerlo porque encuentra el lenguaje en la teoría que usa, por lo tanto, hace una redescripción problematizada de la historia disciplinar en Chile y Uruguay a partir de la teoría crítica, superando lo que él considera el carácter descriptivo y ateórico de la literatura existente sobre el tema, que no logra ser consciente de las implicaciones de sus elecciones. Al aplicarle teoría crítica y vincularla con el poder y el contexto, cuestiona el relato lineal de la ciencia política.

Ravecca logra develar lo que debería ser obvio para los politólogos a través de su teoría, sus epistemologías y metodologías. El marco teórico que construye tiene como centro la teoría crítica y como núcleo el supuesto de que el conocimiento y el poder son inseparables, de allí que logre hacer preguntas diferentes a la academia y a la identidad de la ciencia política.

En sus epistemologías y metodologías, Ravecca propone metafóricamente una narrativa no lineal sino de temperaturas, que va desde lo intelectual frío (análisis cuantitativo de revistas), pasando por lo cálido (la subjetividad y el discurso) para llegar hasta lo caliente (meditación íntima sobre lo queer). Así, encuentra diferentes lenguajes y métodos para los análisis, que tiene que ver con su apuesta de que el conocimiento necesita del pluralismo y pluralizarse, por lo cual transita diferentes caminos, que lejos de ser jerárquicos, implican el reconocimiento de que lo frío, cálido y caliente son necesarios para develar y comprender las relaciones entre la ciencia política y la política de la ciencia política. Para Ravecca la crítica necesita de la cuantificación. Las temperaturas, o los métodos, se necesitan recíprocamente y por eso están llenos de mixturas y porosidades. Esta es una enseñanza básica, cierta y necesaria: los métodos son medios y no fines, las preguntas y los objetivos se apoyan en los métodos, y estos no son, ni deben ser los que tracen las preguntas.

Iluminar lugares no preguntados y encontrar asuntos en lugares que parecían no tener nada para decir tiene dos implicaciones para su trabajo y para el quehacer politológico. La primera tiene que ver con que su teoría le permite nombrar las cosas, pensar conceptualmente los problemas y, en ese sentido, al nombrarlas, las hace visibles y las problematiza. Sus conceptos más importantes giran en torno a la política de la ciencia política, el relacionamiento complejo, la ciencia política autoritaria y la democracia protectora o protegida. La segunda es que Ravecca supera el maniqueísmo, sabe que la dominación puede estar en cualquier lugar y que la crítica implica reconocer aspectos emancipatorios y opresivos en todas las teorías. De allí que no crea en la asepsia de los lugares de enunciación, ni siquiera en el suyo. Por eso cuestiona los objetos no para juzgarlos, sino para comprenderlos y explicarlos. Sabe que el movimiento dialéctico implica negar y afirmar, lo cual trae consigo la necesidad de conocer a profundidad aquello que se critica y, por eso mismo, reconocer lo valioso que puede también haber allí. No hay crítica sin apropiación. Por esto Ravecca logra demoler el mainstream y la literatura sobre el desarrollo de la ciencia política en América Latina, pues la conoce a profundidad.

Dicha superación es lo que le permite encontrar que tanto en una democracia o en una dictadura las condiciones en que se produce el conocimiento impactan al mismo. Por lo tanto, le parece tan problemático pensar que ciencia y conocimiento no participan del ejercicio del poder, como que este mismo los anule -premisa que se supone en las dictaduras-. Superarlo le permite, además, como él mismo lo afirma, tener gestos de apertura intelectual que lo llevan a reconocer el avance de la ciencia política durante la dictadura chilena, dejando a un lado prejuicios democrático liberales que niegan la contribución del conservadurismo o del marxismo.

Metodológica y epistemológicamente el análisis del caso chileno es la parte más fría porque para construir la historia de la ciencia política en ese país recurre al análisis de datos empíricos y numéricos producto de la lectura sistemática de 1194 artículos de la Revista de Ciencia Política, Revista Política y Revista Uruguaya de Ciencia Política, desde su fundación en 1979, 1982 y 1987, respectivamente, hasta el 20121. A cada artículo se le aplicaron ochenta y nueve variables para operacionalizar la política de la ciencia política. Con esta metodología, el capítulo busca, como sostiene Ravecca, las mentes y no los corazones. Aquí la teoría aparece para desnaturalizar la imagen mainstream de la ciencia política.

Esto le permite interrogar teóricamente los datos, los hechos, las fotos, y encuentra que los elementos fundamentales, aquellos que se usan para medir la institucionalización de las disciplinas, fueron producidos durante y por el régimen. Ravecca descubre, sin negar las barbaridades del régimen, que durante el mismo se configuró una ciencia política autoritaria, que legitimó el régimen, pero que no por eso dejó de ser compleja, académica, internacionalizada, con lenguajes, metodologías y autores propios de la disciplina. De hecho, la Revista Política y la Revista de Ciencia Política tuvieron una mayor publicación durante el periodo de la dictadura que durante el periodo democrático.

Además, esta ciencia política autoritaria construyó un modelo o concepto de democracia protectora que enfatiza en la necesidad de protegerla de los enemigos internos y externos, y para ello debe recurrir, si es necesario, a la restricción de derechos y libertades. Acá se restringe el pluralismo político y se enfatiza en el rol de las fuerzas armadas para la democracia, por lo tanto el gobierno militar se presenta como apolítico y no partidario. Ravecca es claro al afirmar que la ciencia política autoritaria chilena fue ciencia política y, por lo tanto, no acepta los argumentos -que encuentra fáciles y negadores de la discusión- que reivindican que aquello no puede calificarse como tal. La disciplina fue autoritaria, lo cual es lamentable, pero nada implica que por fuera de las dictaduras la disciplina no siga sirviendo a los regímenes políticos, sean estos democrático liberales o de otro tipo. Por eso el libro nos recuerda que el poder no desaparece de la ciencia con la democracia.

En el caso uruguayo, que es la parte más cálida del libro porque está construida a partir de la experiencia y la subjetividad como material analítico, las memorias y experiencias personales conseguidas a partir de 58 entrevistas semiestructuradas, sirven para analizar discursivamente la marca ideológica que la dictadura deja en la ciencia política, y por lo tanto, problematiza la narrativa del desarrollo disciplinar para pensar en el tipo de ciencia política que hemos construido. Acá la metodología y su marco teórico le permiten preguntarse por los sentidos, los discursos y las identidades.

En Uruguay no hubo ciencia política autoritaria, ni el régimen produjo centros de conocimiento, por lo tanto, la disciplina solo se desarrolló e institucionalizó después de la transición. Pero Ravecca encuentra que esta ciencia política fue acrítica con los partidos y las élites y, en ese sentido, funcional al establecimiento y las narrativas posdictadura. Encuentra, además, que se instauró la democracia no como un objeto a interrogar sino como el idioma de la disciplina, lo cual produjo la incapacidad de tener un distanciamiento crítico frente a la misma, por lo que la califica de conformista.

La parte más caliente del libro, por su parte, está en el lugar más íntimo del mismo, pues a partir de una autoetnografía, desde la intimidad, desde su experiencia como estudiante queer, desde las heridas que le dejaron la homofobia, narra sus experiencias en la academia uruguaya y canadiense mostrando cómo el vínculo conocimiento-poder no respeta los límites que se le imponen o imponemos. Como narra desde la intimidad, advierte que está a punto de quemarnos. Sin embargo, se puede intuir que también esta parte es caliente porque al fundir los límites entre historia, sujeto y objeto, produce debate y crítica en la academia en torno a la idoneidad de este abordaje. Cuando Ravecca complejiza su experiencia logra universalizarla, en parte por la función que le ha asignado (2014b) a la teoría política: la de transformar una anécdota en algo relevante. Por eso este capítulo le da a la escritura un papel fundamental, que ya había sido trazado por el escritor Juan José Millás, el de abrir y cauterizar las heridas al mismo tiempo.

¿Reconocer que la disciplina tiene una dimensión ideológica implica que Ravecca no cree en la posibilidad del conocimiento científico o que es un relativista? De ninguna manera, pues siempre insiste en que aquello no puede llevar a afirmar que la ciencia política no existe o que no es científica. Por eso se cuida de subsumir ciencia en ideología o de reducir el conocimiento al poder, además, de confundir esferas, pues no comparte la unión que hacen algunos círculos críticos entre ciencia y activismo, pues sostiene que tienen lógicas y espacios diferentes. De todas maneras, si bien weberianamente cree que la ciencia es por definición no política, esto no le impide reconocer que al ser una actividad humana está permeada por su entorno.

La política de la ciencia política es, entonces, la intersección que se presenta entre la literatura sobre el desarrollo de la ciencia política y la teoría crítica, que examina precisamente la relación entre el objeto de estudio y su discurso analítico. Para esto el concepto de relacionalidad compleja es fundamental, pues para el análisis del poder, permite mirar el proceso desde una interpretación unificada, o ensamblar la multiplicidad, a partir del reconocimiento de las diferentes partes de la sociedad que involucra la producción del conocimiento y su difusión. Por eso es compleja y relacional, pues todos se afectan mutuamente. Acá es imposible no pensar en el concepto de totalidad marxista, tal vez no usado por Ravecca por los múltiples debates y tergiversaciones que ha sufrido el mismo.

Su trabajo, precisamente por su relacionalidad compleja, logra ir más allá de la historia disciplinar y dar mayores conocimientos sobre los regímenes políticos. Por lo tanto, proponer las ciencias sociales como políticas le permite dar luces sobre la política como un todo, reflexionar sobre la política de nuestro tiempo y, con ello, hacer un llamado a reescribir las experiencias latinoamericanas.

Por todo lo anterior, y como bien lo han dicho otras reseñas (Alcántara, 2019; Cardozo, 2019a; Cardozo, 2019b; Ríos, 2019; Rossello, 2019 y Schenck, 2019), The Politics of Political Science. Re writing Latin American Experiencies, es uno de los libros más importantes en ciencia política - y sobre su historia disciplinar - en lo que va del siglo XXI, pues frente al llamado de atención, reto e invitación que plantea a la comunidad politológica, aporta los elementos teóricos-metodológicos y el lenguaje para afrontarlo en las investigaciones futuras en torno a la disciplina.

En Ravecca la vida académica y la vida personal parecen ser inseparables a lo largo de su trayectoria y, en ese sentido, busca construir otro tipo de disciplina. Una que no sea opresiva ni reproduzca las relaciones de poder dominantes, que no sea cómplice de los abusos, ni dogmática, una en que los académicos se hagan cargo de lo que asumen, pues si el conocimiento es político, sus integrantes deben ser política y éticamente responsables. La lectura de su libro nos permite comprender que todos hemos naturalizado y reproducido las estructuras de dominación en las conferencias, aulas de clase y espacios del día a día.

Por eso Raveca encuentra en el salón de clase su lugar favorito de la academia, pues infiere uno que es este el lugar central para tejer las nuevas posibilidades de la disciplina y mejores comprensiones del mundo. Su propuesta es una autoreflexión o introspección que sirvan para no convertirnos en opresores. Por eso el salón de clase, ese espacio en el que tanto se ha naturalizado la propuesta mainstream, puede ser el espacio para lograr lo que busca: querer y criticar a la disciplina, quererla interrogándola, olfateándola, problematizándola. Y esto se logra manteniendo un principio de esperanza, pues Ravecca sabe que el conocimiento también es un refugio o un lugar para el cambio de la historia.

La invitación de Ravecca, entonces, es a asumir este desafío con los riesgos que implica, pues la crítica, al definirla como disruptiva y divisiva, también toca lo más profundo de aquel que se involucre en la travesía, más aún cuando lo que se estudia tiene que ver con los lugares de afecto y de compromisos políticos, como es el caso uruguayo y chileno, o latinoamericano, para el autor. Por eso sabe que el placer, la alegría y la imaginación son necesarias en la ciencia, pues el estudio, como enseñó Rafael Gutiérrez Girardot (2011) “es una pasión, no una profesión; una aventura y un riesgo, no una carrera; un fuego, no un acto burocrático, el desafío de la libertad… y lo demás se da por añadidura y con creces” (p. 1).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alcántara Sáez, Manuel. 2019. “Paulo RAVECCA. The Politics of Political Science. Re-Writing Latin American Experiences.” América Latina Hoy, no. 83, 2019, p. 139+. Gale OneFile: Informe Académico, Accessed 29 Aug. 2020. [ Links ]

Alonso Espinal, Manuel Alberto. 2009. “Un calidoscopio para leer al Estado”. En: Giraldo, Fabio y López, Liliana (Editores). Las tramas de lo político. Homenaje a María Teresa Uribe de Hincapié. Medellín: Universidad EAFIT, Universidad de Antioquia, Instituto de Estudios Políticos. [ Links ]

Cardozo, David Santiago. 2019a. Ravecca, Paulo. The Politics of Political Science. Re-Writing Latin American Experiences. New York, Estados Unidos de América: Routledge. 275 p. _Las Torres de Lucca. International Journal of Political Philosophy_ 8 (15):251-256. [ Links ]

Cardozo, Nelson. 2019b. Review - The Politics of Political Science. E Internacional Relations. Recuperado de: https://www.e-ir.info/2019/11/10/review-the-politics-of-political-science/?fbclid=IwAR1TDnn8LlASzoAkiYnk3K83gL6mfEjpRSvVzUMiSOW8mrHvmNgqLYyz_7cLinks ]

Gutiérrez Girardot, Rafael. 2011. Ensayos sobre literatura colombiana II. Medellín: Ediciones Unaula. [ Links ]

Ravecca, Paulo y Torres-Ruiz, Antonio. 2014a. “The Politics of Political Science and Toxic Democracies: A Hemispheric Perspective. Crítica Contemporánea”. Revista de Teoría Política, No 4 Dic, - ISSN 1688-7840. [ Links ]

Ravecca, Paulo. 2014b. La política de la ciencia política en Chile y Uruguay: Ciencia, Poder, Contexto. Primeros hallazgos de una agenda de investigación. Documento preparado para el 7mo Congreso Latinoamericano de Ciencia Política 25, 26 y 27 de setiembre Uniandes. Bogotá. Recuperado de: https://www.academia.edu/7832767/La_pol%C3%ADtica_de_la_ciencia_pol%C3%ADtica_Ciencia_poder_contextoLinks ]

Ravecca, Paulo. 2015. “Our disciplina and its politics. Authoritarian Political Science: Chile 1979-1989”. Revista de Ciencia Política/ Volúmen 35, N°1, p 145-178. [ Links ]

Ravecca, Paulo. 2016. “The comparative politics of political science: Chile and Uruguay in authoritarian times”. Revista Andina de Estudios Políticos, Vol. VI, N° 1, pp. 4-17. [ Links ]

Ravecca, Paulo. 2019a. Respuesta a Jerónimo Ríos Sierra y Diego Rossello.Eunomía.Revista en Cultura de la Legalidad,16,394- 403. doi:https://doi.org/10.20318/eunomia.2019.5044Links ]

Ravecca, Paulo. 2019b. The Politics of Political Science. Re-writing Latin American Experiences. New York: Routledge. [ Links ]

Ríos Sierra, J. 2019. Política y Ciencia Política en América Latina o cuando el poder interfiere en la forma de producir conocimiento en la región. Comentario a Paulo Ravecca, The Politics of Political Science: ReWriting Latin American Experiences. Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, 17, 382-387. doi: https://doi.org/10.20318/eunomia.2019.5042Links ]

Rossello, D. 2019. Politizando la Ciencia Política: Paulo Ravecca y el “yo disciplinar” de la ciencia política latinoamericana. Comentario a Paulo Ravecca, The Politics of Political Science: Re-Writing Latin American Experiences. EUNOMÍA. Revista en Cultura de la Legalidad, 0(17), 388-393. doi:http://dx.doi.org/10.20318/eunomia.2019.5043Links ]

Schenck, Marcela. 2019. “Sobre el poder del conocimiento, o el conocimiento como poder: Reflexiones sobre la política de la Ciencia Política”. Civitas - Revista de Ciências Sociais, 19(3), 646-652. Epub January 27, 2020.https://dx.doi.org/10.15448/1984-7289.2019.3.34329 Links ]

1 En las tres revistas analizadas por Ravecca - Revista de Ciencia Política, Revista Política y Revista Uruguaya de Ciencia Política - los que aparecen como los enemigos del capitalismo y de occidente, los enemigos de la democracia, son precisamente todos los autores que usa en su marco teórico: Marx, Nietzche, Freud, etc. De hecho, encuentra en las dos primeras que en el periodo analizado el 62 % de los artículos son anticomunistas y el 48% se refieren al marxismo en términos negativos. En la revista restante encuentra que el 4% de los artículos hablan de manera negativa sobre el marxismo, mientras el resto lo presentan ya no como un enemigo sino como algo ideológico y no moderno.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons