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Cuadernos de Economía

Print version ISSN 0121-4772On-line version ISSN 2248-4337

Cuad. Econ. vol.23 no.41 Bogotá Jul./Dec. 2004

 


HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO Y PROGRESO DE LA CIENCIA ECONÓMICA. UNA PERSPECTIVA PLURALISTA

Álvaro Gallardo*

* Profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería. Trabajo realizado con el apoyo financiero de DINAIN (Universidad Nacional de Colombia). El autor agradece los comentarios de Ángela Diaz, así como también de los integrantes del CESDE (Corporación Escuela para el Desarrollo) y reslata las conversaciones con los preofesores Ada Torres, Óscar Benavides, Nestor Garza y Noel Cuenca. Enviar comentarios al correo: lgallard@escuelaing.edu.co . Artículo recibido el 10 de septiembre de 2004, y aprobado el 2 de noviembre del mismo año.


Resumen

La necesidad del pluralismo teórico y de la historia del pensamiento económico como motor de esta perspectiva metodológica, nace de la falta de fundamentación y de justificación empírica de la economía actual. El artículo propone una visión de la historia del pensamiento económico adecuada para cumplir con esta función, dado que las perspectivas de la historia del pensamiento económico dentro de la visión ortodoxa son insuficientes para cumplir con esta exigencia.

Palabras clave: historia del pensamiento económico, metodología económica. JEL: A11, B10 y B41.

Abstract


The need for theoretical pluralism and the history of economic thought as the driving force behind such methodological perspective arises from current economics' lack of support and empirical justification. This article proposes a view of the history of economic thought adapted for fulfilling this function, given that perspectives concerning the history of economic thought are insufficient for fluffing such demands from an orthodox viewpoint.

Key words: history of economic thought, economic methodology. JEL: A11, B10 y B41.

Résumé


Le besoin de la pluralité théorique et de l´histoire de la pensée économique en tant que moteur de cette perspective méthodologique, naît du manque de fondement et de justification empirique de l´économie actuelle. L´article propose une vision de l´histoire de la pensée économique adéquate pour remplir cette fonction, étant donné que les perspectives de l´histoire de la pensée économique dans la vision orthodoxe sont insuffisantes pour remplir cette exigence.

Mots clés : histoire de la pensée économique, méthodologie économique. JEL : A11, B10 y B41.


Considerar la historia del pensamiento económico como un tópico importante para los economistas, parece una labor reducida a justificar que un grupo de ellos pretenda mantenerse dentro de la profesión sin necesidad de responder a las exigencias teóricas de frontera, hoy por hoy, demasiado complejas. Igualmente, se puede entender como un escape a la exploración de problemáticas relacionadas con realidades del mundo práctico que constantemente necesitan del concurso de los economistas, con el objetivo de contribuir al beneficio privado y social.

Este texto se separa de esa clase de perspectivas y considera la historia del pensamiento económico como una herramienta de análisis necesaria para el desarrollo tanto de actividades prácticas como teóricas, de manera epistémicamente 1 satisfactoria. Es en este sentido que se orienta la elaboración de este ensayo.

En la visión ortodoxa de la profesión, la historia del pensamiento económico no tiene la suficiente importancia como para compensar el tiempo gastado en su estudio. La Economía de frontera desarrolla un conjunto de técnicas y de instrumentos de alta complejidad, por ende, la mayoría de las veces el que se interesa por el conocimiento económico debe realizar una elección sobre a qué saberes dedicarse, sujeto a la temporalidad de la vida, y más exactamente del aprendizaje del ser humano, el economista realiza así una especie de maximización del beneficio en la parcela de su conocimiento. De la misma manera, en lo referente al hacer práctico las técnicas de análisis son cada vez más especializadas y necesitan de mayor conocimiento, y el arte de manipular y crear datos es accesible tan sólo a personas expertas, en este sentido, es costoso el estudio de autores que aparecen como irrelevantes para nuestra experiencia cotidiana. Dado este escenario, un esfuerzo por la justificación del pensamiento económico, hoy marginal en la estructura de los programas de estudio, se hace necesario 2.

Las preguntas a responder con este ensayo son:

• Qué tipo de análisis de historia del pensamiento económico debemos realizar según el estado actual de la Economía;

• Cómo cumplir con ese objetivo, y

• Qué importancia debe tener en la escala de nuestra profesión.

La primera sección se ocupa del qué. Involucra los avances de la teoría convencional y el lugar de la historia del pensamiento económico en ese escenario; la segunda se ocupa del cómo, es decir, de la forma metodológica para analizar la historia del pensamiento económico; la tercera se ocupa de la importancia de esta disciplina dentro del conjunto de la ciencia económica. Y una cuarta sección, a manera de conclusión, resume la intención de este ensayo: postular la Historia del pensamiento económico como una herramienta que contribuye al desarrollo del saber económico en el estado actual de la disciplina.

La tesis a desarrollar pretende demostrar que el estudio de la historia del análisis del pensamiento da mayores elementos para reflexionar sobre problemas teóricos desde una visión pluralista, considerada aquí fundamental para el desarrollo del espíritu crítico en la explicación satisfactoria de cualquier fenómeno social.

BREVE MIRADA A LA ESTRUCTURA TEÓRICA NEOCLÁSICA

La teoría neoclásica (TN) se nos presenta como una ciudadela teórica encargada de definir el conjunto de planteamientos económicos. Al interior de la misma, existen diversos edificios, modelos de alta perfección analítica construidos con cimientos y estructuras donde se generan las directrices metodológicas o reglas de trabajo de la ciudad y sus miembros. Unido a estos rasgos centrales, existe un elemento no menos trascendental pero poco tenido en cuenta: la fortificación que esta ciudad tiene. Esta última se caracteriza por un conjunto de elementos que se encargan de definir las estrategias para defender la ciudad de los ataques intelectuales de las teorías heterodoxas (TH) que, de manera dispersa pero continua, tratan de tomar preeminencia dentro de la ciudad de las ideas económicas.

La conservadora ciudad TN, que poco espacio deja para el comercio de ideas con las diversas TH, se estructura para no perder su preeminencia, y para ello determina preceptos sobre cómo deben realizarse los planteamientos económicos. Preceptos que si bien hacen posible el progreso de ideas, se desarrollan preservando los cimientos de la ciudad, así todo lo que pueda verse como peligroso para el mantenimiento de su estructura debe ser negado con argumentos como falta de rigurosidad o carencia de contenido para el desarrollo y crecimiento de la ciencia. La ciudad TN se expande alrededor del mundo gracias a su labor de conquista de ideas. Tienen un aparato diplomático y de divulgación que se encarga de hacer ver los beneficios de pertenecer a la ciudad, permitiendo el fortalecimiento de los valores que desde allí se promueven.

Igualmente, la expansión de la TN se acrecienta cuando logra compatibilizar sus posturas con elementos pertenecientes a las TH; gracias a esta estrategia consigue menguarlas, se apropia de algunas de sus ideas y las termina incluyendo dentro del control de la ciudad. Muestra de lo anterior es el desarrollo de posiciones keynesianas, marxistas, institucionales, al interior de la TN 3.

Por otro lado la TN, cuyo centro de producción de ideas es el equilibrio general, se sigue consolidando y progresa continuamente, hasta el punto de descentralizar algunas de sus fuentes de conocimientos trasladándolos a diversos suburbios como el de las interacciones y el de la elección social; suburbios que desarrollan diversos esquemas de análisis formal pero relacionados con el centro de la ciudad 4, relación que implica que el progreso de la ciudad se hace manteniendo las premisas centrales que permiten su expansión.

Este pequeño recuento de la TN (como una ciudad de ideas) sirve como contexto para analizar la teoría económica en nuestros días. Según lo expresado en los párrafos anteriores, existe un progreso continuo dentro de la TN gracias a la estructura metodológica, a las reglas de trabajo y a la estrategia que se tiene con las posturas alternativas. El panorama se nos devela, a primera vista, de forma positiva. La teoría se desarrolla sin desacuerdos que minen el avance del conocimiento, las teorías sólo se diferencian por la manera de aproximarse a ciertas problemáticas aplicadas, pero sin desacreditar el edificio teórico; en este sentido "todos somos neoclásicos ahora, aun los keynesianos" [Weintraub 1999]. Sin embargo, un análisis más detallado, como el que se adelantará a continuación, nos revela problemas que conducen a cambiar la manera de mirar el desarrollo y el avance científico y que, para nuestro caso, validarían que las corrientes alternativas y la historia del pensamiento económico tengan cabida en el comercio intelectual de ideas económicas.

Las guías de acción o premisas centrales 5 de la TN son dos pilares que se conciben como criterios, a partir de los cuales se desarrolla la investigación teórica, son su ‘alma'. Premisas que se erigen como condición de posibilidad para entender la esencia de la sociedad mercantil y que, por ende, deben ser respetadas so pena de perder los privilegios académicos y sociales que se tienen al pertenecer a la TN, así se convierten en los elementos meta-teóricos de la misma 6. Estas dos premisas son:

• El análisis siempre se realiza a partir de individuos que hacen elecciones bajo diversas restricciones (individualismo metodológico 7).

• El equilibrio (parcial y general), como mecanismo social de coordinación de los agentes individuales.

El individualismo metodológico se encarga de delinear el enfoque de las diversas investigaciones. Todo análisis se estructura desde el individuo y sus interacciones; en estos términos el éxito o fracaso económico se evalúa según lo que le ocurra al comportamiento individual. Adicionalmente, para evaluar si la situación es o no exitosa, es necesaria una teoría social, un mecanismo de coordinación de las intencionalidades individuales, que se hace explícito con el equilibrio de las acciones individuales en el nivel general y parcial 8.

Junto a estas premisas de análisis, entran en escena reglas o acuerdos metodológicos de segundo orden, encargados de dotar de lenguaje al estudio de los fenómenos económicos. Gracias a estos criterios se construyen diversos modelos que permiten abordar las diversas problemáticas relevantes para los economistas 9, determinan cómo se elaboran los conceptos, cómo se incluyen supuestos y cómo se evalúan los diversos modelos.

Criterio de generalidad para abordar problemas teóricos y empíricos

La jerarquización de los modelos, la cual es vital para el desarrollo de las reflexiones en Economía, se determina en función del criterio de generalidad. Para clarificar este tópico se toma como ejemplo la teoría del equilibrio general y sus derivados.

El equilibrio general se concibe como una explicación del sistema mercantil, su potencia se debe a que se convirtió en el modelo base para hacer explícito el sistema económico en general [Debreu 1959]. El modelo de equilibrio general adquirió el estatus de modelo central, porque además de desarrollar conclusiones teóricas relevantes, se convirtió en estructura metodológica para abordar diversas problemáticas económicas. En otras palabras, con el equilibrio general se instituyó un método, una manera de mirar y reflexionar económicamente.

El equilibrio general de horizonte finito (modelo Arrow-Debreu), al convertirse en eje del análisis dentro de una determinada estructura teórica, ofreció la posibilidad de derivar un sinnúmero de modelos que explican situaciones cuando no se cumplen ciertas propiedades del modelo base 10. Las estrategias de desarrollo teórico son de dos clases:

• La primera estrategia consiste en analizar qué le pasa a las conclusiones de la teoría una vez algún supuesto es relajado: en este caso, el equilibrio general es referente porque evalúa la potencia de los modelos derivados (modelos walrasianos).

• La segunda posibilidad de desarrollo teórico se da cambiado la estructura teórica, en este caso los cambios del modelo hacen que éste se aleje de la estructura del equilibrio general, y entonces el equilibrio no es referente sino punto de partida y posibilidad para pensar problemas que no entran dentro de la estructura de análisis convencional (modelos no-walrasianos). En Fisher [1999] se hace un análisis de modelos de estabilidad que se desarrollan relajando supuestos de equilibrio general, hasta el punto de construir modelos no walrasianos, porque los cambios son tan radicales que afectan la estructura teórica en sí misma. Estos modelos propuestos en Fisher no son walrasianos porque al plantear intercambios en desequilibrio y no poder converger a ningún equilibrio por la manera como se construyen, dejan de utilizar el análisis de equilibrio como elemento heurístico fundamental.

En estos casos, tanto los modelos que tienen como referente el equilibrio general como los que se alejan de esa estructura tienen conexiones de ligadura entre sí, esto porque trabajan respetando los criterios globales de análisis reseñados para la teoría neoclásica. En síntesis, son estos criterios, más que las estructuras formales, los que dan la unión o coherencia a los diversos modelos; en otras palabras, la jerarquía de los modelos plantea la tesis de que el avance del conocimiento implica, la mayoría de las veces, la separación de una determinada estructura formal (en este caso del modelo walrasiano de Equilibrio general y sus premisas centrales 11), pero asegurando su coherencia al respetar los criterios globales de análisis propios de la teoría neoclásica.

Con relación a las problemáticas empíricas, la forma de acceder a las mismas no puede hacerse sino reduciendo la escala de generalidad y llegando a modelos situacionales (verdades contingentes) que se relacionan también con los modelos generales, y más exactamente con la TN por el respeto a sus premisas generales (ya sean modelos con referente en el EG o que lo toman como punto de partida). Así, para acceder a un fenómeno particular no se parte del fenómeno en sí mismo, sino que desde la estructura teórica central y desde los esquemas derivados de la misma se llega a la situación bajo estudio 12. Estos modelos siempre serán subsidiarios porque son producto del relajamiento de su referente teórico.

Criterios para evaluar el éxito mercantil

La coordinación en el nivel agregado (como en los modelos generales donde se involucra a todos los mercados o a versiones simplificadas de la Economía, como es el caso de la Macroeconomía ortodoxa) y en el nivel parcial (como los modelos de la microeconomía tradicional y sus desarrollos recientes), se define en términos de maximización racional de las preferencias individuales sujetas a diversas restricciones, el proceso económico se entiende así como un proceso de elección.

Es indispensable en unos casos, como en el nivel de teoría económica más abstracta solo la información de los precios (escenario de comportamiento donde se obtienen los más exitosos resultados por la propiedad de óptimo de sus esquemas centrales); en otras situaciones dependiendo del ambiente del modelo (sus características institucionales, las restricciones impuestas y la estructura de información), nos encontramos con comportamientos estratégicos y en otras situaciones, se da nacimiento a las interacciones entre los agentes; en este último caso deben especificarse las reglas que gobiernan la interacción de los agentes, como plantea Backhouse [1998], en el lenguaje de la teoría de juegos se debe "hacer el juego explícito" 13.

Como el objetivo de este trabajo versa sobre el lugar de la historia del pensamiento económico en la TN, y no sobre el desarrollo de esta teoría, nuestro análisis no buscará diferenciar las diversas estructuras formales y tampoco se centrara en su utilidad para la resolución de problemas económicos. En honor a la claridad, cuando se haga referencia explícita a alguna área del saber neoclásico, esta se limitará principalmente al equilibrio general por las siguientes tres razones:

• Por ser el esquema teórico más desarrollado de TN.

• Por ser el punto de referencia para alejarse o ampliar los desarrollos recientes de la teoría económica.

• Por ser el eje de las disputas que sobre el mercado tienen las teorías alternativas y desde visiones del pasado estructuran sus reflexiones, contrapuestas a la TN.

Teniendo como referente el esquema de Equilibrio General (EG) se puede argumentar que la TN basa su progreso en la obediencia de la agenda de investigación o heurística de trabajo, que según lo dicho anteriormente, consta de tres tópicos importantes: 1) no afectar las premisas fundamentales, 2) conservar estructuras analíticas fundamentadas, reglas de trabajo y acuerdos metodológicos en lo referente a la construcción de modelos, y 3) creación de diversos modelos particulares con un sin-número de conclusiones teóricas y en algunos casos empíricos. En este sentido, el progreso es principalmente de naturaleza teórica, sin embargo la pregunta que nace a continuación es ¿qué garantiza el que ese progreso dé a su vez cuenta de los fenómenos económicos concretos? Esta pregunta es de suma importancia porque busca los valores epistémicos 14 de la TN cuando plantea sus modelos económicos. En otras palabras, dar cuenta de esta pregunta nos interroga sobre el carácter empírico de sus afirmaciones.

Para resolver dicha pregunta, se ponen en discusión dos temáticas: a) La solidez de los modelos generales, y b) la pertinencia empírica de los modelos aplicados, las cuales interrogan por los cimientos teóricos que validan los modelos particulares y por si algunos modelos, que por sus características buscan analizar realidades económicas concretas, son justificados epistemológicamente y, por ende, son canales válidos para la elaboración de políticas económicas.

Asumiendo al EG como estructura básica, se puede argumentar que busca hacer explícito los elementos centrales sobre el mercado, para luego derivar modelos en situaciones específicas. Concentrándonos solo en el modelo base, se constata que es un estudio sobre las condiciones teóricas adecuadas que garantizan la coordinación mercantil. Es por ello que es un estudio principalmente sobre las leyes de los precios. Su fortaleza se debe, al lograr con Arrow-Debreu, una demostración matemática de la existencia de precios y de los teoremas del bienestar, que garantizan una asignación eficiente de los recursos en el proceso mercantil. Sin embargo, al decir de algunos críticos, estos resultados no son suficientes 15.

Cuando se habla del mercado se debe caracterizar, en abstracto, los elementos fundamentales del mismo 16. Debe darse cuenta del fenómeno que conduce al equilibrio (estabilidad), de la ley de formación de precios, la unicidad y el proceso descentralizado de intercambios. El problema central es que los resultados obtenidos en algunas de estas problemáticas no se conquistan con las necesarias condiciones de generalidad, y muchos de los análisis se basan en supuestos ad hoc .

Los supuesto ad hoc 17 son aquellos que al utilizarse para resolver algún problema teórico, se postulan afectando bien sea alguna de las premisas fundamentales o algunas de las reglas y acuerdos metodológicos centrales de una determinada estructura teórica. Por ejemplo, la estabilidad se obtiene violando la racionalidad individual, lo cual afecta además de la estructura formal del equilibrio general 18 y la solidez de las premisas centrales de la TN; de la misma manera, la inclusión del dinero se postula sin demostrar que sea producto de preferencias individuales, ni que tenga valor [Hellwig 1996]. En este sentido, la teoría monetaria actual contradice las dos premisas fundamentales de la TN: el dinero no se deriva de la lógica individual y a su vez su equilibrio no refleja procesos de coordinación. Desde esta perspectiva, el modelo general de precios no es capaz de ejercer la función unificante que se le asigna. El referente no valida los diversos modelos particulares porque no los unifica a la estructura teórica ni a la regla de valores centrales de la teoría neoclásica, por ende, el contenido teórico de los modelos periféricos se vuelve dudoso. Se podría objetar, sin embargo, que todo esquema conceptual nunca está terminado y que avances posteriores en técnicas y en el conocimiento llevarán a la solución de las problemáticas 19; sin embargo, aún admitiendo la reducida probabilidad de darle solución a estas temáticas, la solidez y el contenido teórico de los modelos empíricos que se fundamentan en los mencionados modelos generales, está por ahora en entredicho.

Pasando a la pertinencia empírica de la TN, algunas consideraciones preliminares, deben ser planteadas:

• Primero, los modelos generales no pueden ser puestos a evaluación empírica por su misma naturaleza. Las predicciones que pueden realizarse a partir de los mismos son genéricas y por ende sin contenido empírico [Rosenberg 1994]. Lo empírico solo hace referencia a modelos particulares o a simplificaciones de la Economía en su totalidad.

• Segundo, no todos los modelos particulares resisten la prueba empírica, algunos son elaborados con el fin de desarrollar esquemas explicativos nuevos, una vez se han relajado los supuestos del modelo central, son semiteorías , cuyo objetivo es hacer entendible fenómenos económicos, son el resultado de la búsqueda de la explicación de problemas que la misma estructura de la TN hace relucir 20. Dentro de estos esquemas podemos considerar a los modelos de generaciones traslapadas, que son esquemas metodológicos para entender problemas teóricos y empíricos, como la inclusión del dinero y su regulación; así mismo, los modelos de Akerlof, Spence y Stiglitz 21 en teoría de la información, abren intuiciones para entender problemáticas teóricas y fenómenos del mercado laboral y financiero, entre muchos otros.

• Tercero, los modelos empíricos son los últimos dentro de la estructura teórica, son la conjunción de las premisas básicas y los supuestos adicionales de los modelos esquemáticos de supuestos auxiliares y manipulaciones econométricas. Son los encargados de llevar el peso de la justificación de toda la estructura teórica y a ellos haremos referencia a continuación.

Los modelos empíricos tienen como pretensión central entender fenómenos del mundo económico y por esta vía responder a las problemáticas concretas. Dejan así de ser centrales teóricamente, su fuerza se basa en tomar la estructura de análisis de los otros modelos (los esquemáticos y el general), unido a supuestos auxiliares y condiciones particulares del fenómeno bajo estudio, para así intentar dar cuenta de las problemáticas concretas. Podemos decir que gracias a estos modelos y sus problemáticas es que clasificamos la ciencia económica como una ciencia empírica.

Desde esta óptica los problemas a tratar no son teóricos, como en el caso de los modelos generales donde se destacan preguntas como: si es posible una coordinación descentralizada, la existencia de precios de equilibrio, la existencia de una demanda de dinero, las raíces del crecimiento económico y si los agentes son o no racionales. En los modelos de Economía empírica, se estudian fenómenos de naturaleza concreta como el desempleo, la inflación, la distribución de los ingresos; problemas todos ellos estudiados dentro de una determinada sociedad y marco institucional. Sin embargo, aunque se trate de problemas de naturaleza distinta a la de los modelos de corte general y esquemático, tienen en común con ellos su pretensión de validez universal. Buscan ser válidos para cualquier realidad concreta que pretendan explicar. Sus predicciones por ende deben encontrar, por medio de una serie de manipulaciones, alguna relación con la realidad a explicar. Dado este fuerte requisito epistémico, deben encontrar justificación en relación con sus objetivos empíricos 22.

Los economistas, al menos en cuanto a su retórica se refiere, esperan justificar sus teorías por medio de la contrastación de sus modelos empíricos. El problema es que esta metodología se aplica de manera laxa, no se tienen en cuenta todas las implicaciones que su rigurosa adherencia sobrellevaría para la teoría económica y su desarrollo. Es un hecho notablemente constatado que cuando los resultados empíricos contradicen las conclusiones de los modelos, lo que se hace es recurrir a explicaciones alternativas no necesariamente nacidas de la teoría. Ninguno de los modelos referentes (generales o particulares) es puesto en duda. La teoría se vuelve inmune a los resultados de las pruebas empíricas 23.

La Economía se convierte, con su forma de abarcar lo empírico, en una ciencia para resolver problemas. Si un modelo empírico es contradicho por la realidad, se buscan, si existen, explicaciones alternativas dentro del arsenal teórico. Lo empírico pierde así cualquier criterio para juzgar las teorías económicas. En síntesis, los problemas de contrastación nos conducen a la incertidumbre epistémica. No se puede saber cuál de las hipótesis está equivocada, ni que modelo es pertinente para una determinada situación.

El proceso de producción y validación de las teorías lleva a que la Economía se divida en dos grandes ramas: i) la de los teóricos, que en general no validan sus modelos empíricos sino en términos de plausibilidad con ciertos fenómenos del mundo y se fundamentan en el lenguaje matemático de por sí coherente; y ii) la de los encargados de la práctica económica, es decir, la de realización de modelos aplicados (principalmente econométricos) para hacer política económica. Estos últimos si bien utilizan algunos elementos de la teoría, elementos que como se dijo no se validan epistemológicamente, reciben su fortaleza y solidez teórica más que de la teoría económica, de las herramientas estadísticas 24.

En síntesis: la falta de una adecuada conceptualización del proceso de mercado y la falta de contrastación de los modelos empíricos lleva a que el equilibrio general, y con ella gran parte de la teoría neoclásica, tenga dos grandes fallas epistémicas:

1. Falta de contenido teórico de parte de buena parte de los modelos económicos, porque muchos trabajan con supuestos teóricamente ad hoc, lo cual implica que no solo se alejan del modelo base de equilibrio general, sino también de la TN en sí misma.

2. Falta de justificación empírica. Lo empírico se fundamenta solo en su solidez estadística.

De lo anterior se deriva la siguiente conclusión: no hay criterio epistémico que conduzca a afirmar que la TN es mejor teoría que las alternativas.

Esta situación, reconocida implícitamente en la disciplina, conduce a la consolidación de estrategias defensivas de la TN para justificarse como teoría dominante. Las estrategias van desde la negación del carácter científico de las teorías rivales, porque no exhiben los criterios formales necesarios o porque no tienen una comunidad de investigación desarrollada, hasta criterios de unificación que consisten en incluirlas como casos particulares de la TN; en este último caso, se les da un espacio para la discusión de sus problemáticas al costo, de negar sus preceptos fundamentales y de aceptar los de la teoría dominante 25. Estas estrategias posibilitan que la TN domine el espacio académico de la Economía: Sin embargo, lo que hace patente la incertidumbre epistémica es que la TN es aceptada por la comunidad científica con argumentos de autoridad.

Es en este breve escenario donde se inscribe la problemática de la historia del pensamiento económico. Si lo científico es lo neoclásico o lo que pueda ser unificado por él, entonces el estudio de antiguas teorías que tienen otras premisas fundamentales y estrategias (reglas o acuerdos metodológicos) de investigación, no deben ser tenidas en cuenta dado que pueden erigirse como elementos teóricos importantes de teorías alternativas. Las teorías del pasado se analizan desde la óptica neoclásica como un estadio primitivo del desarrollo intelectual de nuestra ciencia, y por ende el gasto de esfuerzo en escudriñar esta área del saber no debe ser amplio.

Sin embargo saliéndonos de la estrategia de difusión y concentrándonos en el problema de la generación y progreso del conocimiento de la Economía como ciencia empírica, se invalida –como ya se planteó–, la posibilidad de pensar de esta manera. Si la TN no tiene criterios epistémicos para validar sus teorías económicas, nada impide que teorías alternativas, entre ellas las del pasado, puedan ser estudiadas en igualdad de condiciones que la teoría dominante; después de todo, la autoridad no puede definir lo que es mejor para la disciplina.

Para poder fortalecer esta tesis debemos adentrarnos en el cómo debe ser realizada la investigación histórica. La historia del pensamiento y del análisis económico dentro de la TN –se piensa–, debe realizarse sólo con la función de formar intelectual e integralmente al economista, pero no con la función de formarlo teóricamente. En esta óptica solo hay dos maneras de hacer análisis 26 del pensamiento económico: el racional y el contextual. Un análisis de los mencionados sentidos de análisis así como la posibilidad de otro alternativo, dada la conclusión de esta sección, se analizan a continuación.

LINEAMIENTOS PARA ESTUDIAR HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

Dos son los lineamientos para el análisis de la historia del pensamiento económico que han utilizado la mayoría de los analistas ortodoxos: una es la lectura contextual que se encarga de analizar las diversas posturas teóricas del pasado teniendo en cuenta los contextos que les dieron vida; en este sentido, la teoría sólo tiene validez en su momento particular. Si se justifica algún estudio de los autores y su relación con el presente, es sólo por el escrutinio de las maneras como la teoría actual obtuvo credencial en el mundo académico. Otra es la lectura racional que pone énfasis en que las teorías tienen, adicionalmente al contexto que les dio vida, unos presupuestos analíticos y unas condiciones de validez que si bien son imperfectas, pueden traducirse en términos de un análisis desde el presente y con las herramientas actuales. Lo válido de las teorías del pasado son sus conclusiones teóricas y la posibilidad que dentro de la estructura analítica del presente, esas conclusiones puedan tener cabida 27.

Cuando se acoge el estudio contextual, la característica es que las diversas teorías se hacen inconmensurables. Esto conduce a que las visiones del pasado no tengan el mismo estatus que le corresponde a las visiones del presente, porque los contextos han cambiado y por ende la naturaleza de los fenómenos bajo estudio.

Miembros más apegados a las visiones analíticas de las teorías científicas privilegian el análisis racional, los miembros de esta postura basan sus argumentos en la creencia de que el análisis económico en el transcurso del tiempo es producto del esfuerzo racional del hombre por progresar en su entendimiento de los fenómenos, por lo tanto, los elementos y las conclusiones teóricas del pasado, por su reducido nivel de desarrollo analítico y metodológico, tienen sentido sólo cuando logran ser incluidas dentro de la teoría dominante, la cual en la escala lineal de progreso, es la más sobresaliente.

Al interior de la TN se pueden hallar ejemplos de ambas perspectivas. Dentro de los ejemplos de análisis histórico se encuentran trabajos que pretenden explicar en sus propios contextos las razones que dieron origen a las diversas posiciones teóricas y cómo los conceptos derivados de ellas han evolucionado y cambiado en el tiempo. Como ejemplos recientes de esta postura tenemos los análisis de Giocolo [2003]; Morgan [2001a; 2001b] y Blaug [1999]. En el análisis racional encontramos las posturas que quieren unificar la ciencia económica dentro de un esquema analítico, en este caso el neoclásico. Ejemplos abundan en la literatura económica reciente, este proceso lleva consigo la inclusión, como casos particulares, de diversas teorías como la keynesiana (ver Vercelli [2000] para un análisis crítico de la síntesis keynesiana), la teoría marxista (Morichima [1973] y Roemer [1988]) y la teoría clásica [Hahn 1982], para citar lo que muchos consideran de manera potencial, teorías alternativas.

El objetivo de este apartado es plantear que ninguna de estas dos estrategias posibilita el entendimiento de la historia del pensamiento económico, ni explica la importancia que debería tener en la situación actual de nuestra ciencia, caracterizada como se planteó en el apartado anterior, por adolecer de incertidumbre epistémica.

Si se toma partido por la visión contextual, lo privilegiado sería la labor pedagógica y aclaratoria de los conceptos teóricos, la influencia de los autores y el conocimiento de posturas que antes dominaron la escena intelectual y académica del economista. En este sentido, el análisis matizado por el contexto, si bien es muy importante, por sí solo no puede servir como base para el entendimiento de las teorías económicas ni para la adopción potencial de preceptos teóricos alternativos. La razón de ello es que al analizar las teorías y pensar que son válidas para sus situaciones históricas concretas, ellas quedan atrapadas en sus propias maneras de apropiarse del mundo; en otras palabras, las teorías se vuelven totalmente inconmensurables 28. El análisis contextual al plantear inconmensurabilidad se convierte así en un arma para preservar el statu quo de la ciencia económica.

De otra parte, si se acepta la visión racional, el problema es que las posturas del pasado se entienden como casos particulares de la TN, lo que contribuye a consolidar a esta teoría como la mejor dentro de las existentes a lo largo de la ardua reflexión económica.

En síntesis, aceptar la visión contextual o la visión racional conduce a validar el hecho factual de que en los programas de Economía la historia del pensamiento tenga poca cabida. Igualmente valida el que su difusión tanto en los currículos universitarios como en las revistas más importantes sea mínima. Un análisis de las más importantes revistas, según factor de impacto para la profesión, confirma esta posición 29(ver cuadro 2).

El lugar accesorio del pensamiento económico que la estructura institucional preserva hace que algún interesado en este tipo de trabajos decida no dedicarse a su investigación. Un académico que pensara en desarrollar un estudio sobre análisis de la historia del pensamiento sabe que no encontraría mayor reconocimiento al publicarlo, dado que su escenario de divulgación sería marginal 30.

Muestra de lo anterior es que en las cinco principales revistas de Economía, por el porcentaje de citación, la historia del pensamiento económico tiene un lugar marginal 31.

Así mismo, estas publicaciones se concentran en temas bien definidos y que se consideran son la frontera del conocimiento así, tenemos que:

Mientras que en el AER la historia del pensamiento económico se desarrolla sólo en un 2% de los artículos, los principales temas en este Journal son: Microeconomía (D) con un 16%; Economía demográfica y del trabajo (J) con un 14% de los artículos; Macroeconomía y Economía monetaria (E) con un 11%; Economía internacional (F) con un 10%; y desarrollo económico, cambio técnico y crecimiento (O) con el 8%.

En el caso de la revista eminentemente más abstracta de las cinco, Econométrica tenemos que mientras el pensamiento económico sólo ocupa el 1% de los artículos, los temas más importantes son: Métodos matemáticos y cuantitativos (C) con un 48%; Microeconomía (D) con un 30%; Macroeconomía y Economía Monetaria (E) y Economía Financiera (G) con un 4%; y Economía demográfica y del trabajo (J) con un 3 %.

En el Journal of Economic Theory , los temas más importantes son: Microeconomía (D) que se trabaja en el 54% de los artículos; métodos matemáticos y cuantitativos (c) con un 25%; Macroeconomía y Economía Monetaria (E) con un 6%; Economía Financiera (G) y desarrollo, Cambio técnico y crecimiento (o) con el 4%.

En el caso del Journal of Political Economy , el cual si bien tiene dentro del conjunto de revistas analizadas la mayor cantidad de artículos de pensamiento económico (3%), comparado con los temas más trabajados, su porcentaje es mínimo: Microeconomía (D) se trabaja en un 23% de los artículos; Economía demográfica y del trabajo (J) con 13%; Macroeconomía y Economía Monetaria (E) con un 10%; Organización industrial (L) y Desarrollo Económico, Cambio Tecnológico y Crecimiento (O) con un 7%.

Finalmente, el Quarterly Journal of Economics quien sólo trabajó la historia del pensamiento económico en dos artículos, los temas centrales tratados en esta revista son: Economía demográfica y del trabajo (J) con el 19%; Microeconomía (D) con el 17%; Desarrollo Económico, Cambio tecnológico y Crecimiento (O) con el 14%; Macroeconomía y Economía Monetaria (E) con el 11%; y Economía financiera (G) con el 10%.

Esta revisión corrobora el lugar mínimo de la historia del pensamiento, lo cual contribuye a que los economistas no incluyan dentro de su función objetivo de maximización del prestigio, la posibilidad de hacer un artículo sobre este tema 32. La gráfica 1 resume la importancia mínima de esta área dentro del conjunto de las revistas de Economía más influyentes dentro de la profesión.

En este escenario, el esquema racional es el único que adquiere respeto dentro de la profesión, porque no es necesario un conocimiento completo de las teorías del pasado, lo único indispensable es desarrollar las conclusiones del autor en el lenguaje moderno. Por otro lado, el análisis del pensamiento económico desde la perspectiva contextual es una temática para revistas especializados en historia económica.

Saliéndonos de la estructura institucional de la Economía estándar la cual, como se hace explícito aquí, es la encargada de preservar el status quo de la disciplina. En este ensayo se propone otra manera de analizar la historia del pensamiento económico 33, opción que se trabaja desde algunas corrientes heterodoxas. Esta última perspectiva pretende ser camino para el análisis teórico en un escenario pluralista y con miras al desarrollo del conocimiento y el progreso científico. Esta vía se propone como base de análisis de las teorías alternativas, pero también de la misma ortodoxia. Sin embargo, antes de analizar esta visión se hace necesario entender por qué existe en gran parte del mainstream un desconocimiento tan profundo de esta visión.

El poco estudio de la perspectiva propuesta en este ensayo se debe en gran parte al desconocimiento de las diferencias entre la construcción de las teorías y la construcción de modelos. Con la ayuda del esquema descrito en primera sección para la Economía Neoclásica, analizamos a continuación la posibilidad de una lectura alternativa de la historia del pensamiento económico.

Como se analizó en la primera sección, una teoría no puede ser confundida con el desarrollo de los modelos. En principio estos hacen parte de las teorías y la suma de los diversos modelos permite hacer explícita la estructura teórica; sin embargo, las teorías no se agotan en los modelos, estos últimos describen partes de la misma y además de manera idealizada. Una teoría debe incluir además de sus afirmaciones parciales, lo que permite darle identidad a sus modelos, esto es las premisas centrales (principios generales de cómo investigar una sociedad), las reglas y acuerdos metodológicos y elementos generales que definen los modelos de cada estructura formal. En otras palabras, los modelos tienen dos elementos centrales que están por fuera de ellos mismos: i) la identidad teórica, y ii) la identidad formal con la estructura a la que pertenecen. 34

En términos muy sintéticos podemos decir que las teorías no pueden ser develadas como ocurre con los modelos, éstos últimos pueden ser hechos inteligibles al ser elaborados, las teorías por otro lado es un conjunto de elementos de diferente naturaleza, unos ontológicos, otros metodológicos y otros formales que no permiten su reificación completa. La única manera de definir una teoría es por medio de algunos de sus componentes, por ejemplo: un conjunto estático y definido de premisas centrales, unas reglas y acuerdos metodológicos estables y un conjunto variable de preceptos generales a cada estructura formal de la teoría 35.

La función de las teorías es ponerles el alma a los modelos que le pertenecen, les imprimen una identidad y una fundamentación para validar sus posteriores desarrollos. Así, los modelos se encargan de construir en escenarios ideales intuiciones teóricas para, en última instancia, hacer explícitos los fenómenos empíricos que la teoría pretende explicar.

Como se hizo ya explícito, en la teoría neoclásica no existe validación epistemológica (empírica ni de fundamentación) de sus modelos, esto da como resultado la preeminencia de los elementos teóricos 36. Éstos no sólo les imprimen a los modelos los criterios generales y su lenguaje sino también confianza teórica 37. Si los principios son aceptados, esto permite el desarrollo de los modelos generales y a partir de ellos de los modelos particulares, siendo este un buen índice de fuerza y acuerdo teórico dentro de una disciplina. Sin embargo este criterio ‘coherentista' de desarrollo y de progreso teórico 38 no es suficiente, éste no posibilita la preeminencia de una teoría sobre otra, cuando de una ciencia empírica se trata, es decir, no da cuenta de los criterios epistémicos de progreso y de elección teórica.

Si se acepta la diferencia entre teorías y modelos, aparecen preguntas sobre: ¿qué se expone cuando se afirma que la TN incluye dentro de sus modelos como casos particulares a la teoría de Marx, Ricardo y Keynes? ¿Se incluye toda su teoría, algunos de sus componentes o sus conclusiones? Cuando se dice que Marx es un caso particular de Ricardo ¿a qué se hace referencia? ¿Cuando se dice que la teoría de Keynes es más (o menos) general que la TN del empleo ¿qué se quiere significar?

En muchos de estos casos la inclusión o la mayor generalidad de una teoría sobre otra obedece al aspecto formal de las mismas, lo cual hace referencia a poder incluir conclusiones de otras teorías en una estructura teórica determinada; la visión racional haría referencia principalmente a este tipo de análisis. La visión contextual, al plantear la irreducible inconmensurabilidad nacida de los diferentes escenarios donde nace cada teoría, no da respuestas a este tipo de preguntas. En resumen, estos interrogantes hacen parte exclusiva del análisis racional del pensamiento económico.

Sin embargo, esto no quiere decir que la única manera racional de estudio del pensamiento económico sea la de la postura descrita para la teoría neoclásica, en contra de esta postura el análisis propuesto aquí busca delinear una alternativa racional pero que no sólo considere el estudio en términos de modelos, sino principalmente de las teorías que les dan vida.

En la búsqueda de hacer explícitas las teorías, se propone en este ensayo una reconstrucción histórica que busque desentrañar los elementos nucleares de las mismas. Se busca extraer el armazón teórico en su mayor riqueza, haciendo hincapié en que este nunca será hecho entendible en su totalidad. Un buen ejemplo de este tipo de análisis es el de Sraffa [1960] y su interpretación clásica de Ricardo, o Hollander [1979] y su interpretación neoclásica de Ricardo. Desde ambas perspectivas se argumenta que la teoría de Ricardo es en esencia (es decir en sus premisas centrales, reglas y acuerdos metodológicos) diferente a la TN en el primer caso o similar a ella en el segundo.

En síntesis, la diferencia de esta perspectiva con los historiadores que tienen la visión racional estándar es que estos últimos solo buscan incluir las conclusiones de los teóricos sin respetar sus esquemas teóricos de análisis, es decir, vaciando de contenido real a las teorías del pasado. El análisis racional propuesto aquí permite conservar, aunque de manera imperfecta, su contenido teórico.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos así diferenciar dos visiones racionales de la historia del pensamiento económico: 1) Visión racional de teorías, y 2) Visión racional de modelos. Siendo la primera la que este ensayo quiere destacar, dado que conlleva el estudio de las teorías en el presente, pero respetando en la medida de lo posible su propia lógica y estructura de análisis: Por su parte, la visión racional estándar es del segundo tipo porque lo que interesa es incluir a los autores del pasado dentro de una misma teoría como un modelo más. Lo que está en juego en ambas posiciones es la manera racional de interpretar el pasado. La visión racional neoclásica considera que las teorías del pasado pueden ser traducidas al lenguaje presente. Por su parte, la visión heterodoxa plantea por el contrario la imposibilidad de la traducción de teorías, lo único realizable es la interpretación de las mismas, esto último puede conllevar a conclusiones neoclásicas pero también a la apertura de posiciones alternativas de análisis económico 39.

El análisis racional de las teorías no sólo recoge los elementos centrales de una reconstrucción racional sino que para su desarrollo recoge elementos del análisis contextual. Esta historia del pensamiento económico sería una simbiosis del discurso contextual y del discurso racional estándar; si bien busca develar las conclusiones teórica a partir de los presupuestos fundamentales (lo cual es racional y a-histórico) el llegar con éxito a esos resultados implica derivarlos de los contextos que les dieron nacimiento. Sólo en este sentido se logrará una visión racional de la historia del pensamiento económico dando a conocer sus elementos teóricos, que en muchos casos hacen imposible (por su inconmensurabilidad) 40 la síntesis con la teoría económica dominante, cualquiera que ella sea.

En suma, la historia del análisis económico de las teorías se caracteriza por desarrollarse en dos etapas: a) Fase interpretativa: es aquélla donde se analiza la teoría en su momento de formulación, sus fortalezas y sus incoherencias. De ella se extraen, en la medida de lo posible, las premisas centrales, los esquemas y reglas de análisis, siendo ésta una fase de análisis contextual. En otras palabras, aquí se desarrollan los elementos centrales de análisis que definen el programa de investigación. b) Fase racional: consiste en utilizar el arsenal teórico para realizar la reconstrucción racional del autor o de la teoría en consideración, conservando su heurística de trabajo y sus componentes teóricos (premisas, preceptos y reglas de trabajo 41). Se llega así a una visión teórica fresca con la pretensión de ser alternativa 42, es decir, más fuerte teóricamente y mejor dotada para los análisis económicos que la TN 43. Se puede concluir que el análisis de los esquemas de pensamiento económico tiene como objetivo el desarrollo de esquemas de análisis alternativos a la TN, con todo lo que ello implica, con sus propios criterios de validación, de desarrollo y de justificación teórica.

La gran dificultad de esta postura es la de develar los elementos centrales de las teorías; los estudios históricos que buscan ese objetivo no pueden separarse de los contextos, es por ello que encontrar la teoría subyacente es un esfuerzo grande del investigador. Un análisis que logre llegar al alma de la teoría nunca es posible en la precisión total, no es posible salirnos del presente para entender en su plena lógica la teoría del pasado, pero hacer ese esfuerzo intelectual con miras a luego hacer la reconstrucción racional en términos de las problemáticas actuales, es la labor que un analista del pensamiento económico debe hacer.

La ganancia de este tipo de análisis es que si tomamos en cuenta la pretensión de indagar por las teorías económicas dejamos de lado que los análisis se remiten a los contextos o a las estructuras formales y nos centramos en las directrices centrales de las teorías, la historia del pensamiento se transformaría en un subcampo dinámico de discusión y en disciplina importante para el desarrollo presente de nuestra profesión. No sólo como encargado de una investigación particular, sino principalmente como un campo que se encargaría de fundamentar el conocimiento económico.

Una vez hecha explícita la reconstrucción racional de las teorías surge la pregunta por la importancia de este tipo de análisis: ¿para qué tener diversas teorías alternativas y no quedarse sólo con una que, aunque imperfecta, esta bien estructurada y goza de gran prestigio? La respuesta tiene que ver con la importancia del pluralismo teórico en una ciencia que como la Economía, no ha resuelto sus problemas de fundamentos ni su justificación empírica.

IMPORTANCIA DE LA VISIÓN RACIONAL DE LAS TEORÍAS ECONÓMICAS

De lo expuesto en las secciones anteriores, el estudio del análisis del pensamiento económico y, en general, de todo lo que pudiera ser considerado diferente a la versión ortodoxa del pensamiento, es completamente justificado dada la imposibilidad epistémica que tiene la TN para justificar sus creencias teóricas.

En primera instancia, la historia del pensamiento posibilita el que las discusiones no se mantengan en el grado de unanimidad teórica prevaleciente, en el que las diferencias, si existen, se manejan en el mundo de los modelos y por ende dentro de una misma teoría, manteniendo los argumentos atrapados en un solo marco teórico, el cual puede no ser la mejor opción para pensar los fenómenos económicos.

La historia del análisis económico posibilita el desarrollo de marcos conceptuales independientes del ortodoxo y por esa vía de opciones analíticas independientes a la versión estándar y así a diferentes posturas para hablar de lo concreto. Podría pensarse que esta visión sería una ruta al relativismo teórico donde toda posición se considera de igual valor dentro de su reducido marco de análisis. Este ensayo no defiende esa idea, lo que hace patente la historia del pensamiento de las teorías es, entre otras cosas, la necesidad de realizar notables esfuerzos por definir parámetros de elección claros de las teorías para la comunidad científica. Esta perspectiva considera que si la TN no adoleciera de incertidumbre epistémica ni de falta de fundamentación, sería difícil la justificación del análisis del pensamiento económico como un estudio necesario para desarrollar la teoría económica. Podría ser considerado más bien como un campo que genera ideas e intuiciones olvidadas por el marco de análisis dominante pero con el objetivo de incluirlas en el marco más desarrollado; en otras palabras, la historia del análisis se enmarcaría dentro de los tradicionales criterios contextuales y racionales prevalecientes en nuestra disciplina.

Es la incertidumbre epistémica la que le da una dimensión más central a la historia de las teorías económicas. El hecho firme de que la TN no exhibe maneras de demostrarse como ciencia empírica y no se fundamente en un sólido conocimiento teórico, hace válidas las teorías alternativas que, al igual que ella, pretenden condiciones de validez universal y general, sean estas realizadas en el siglo XVI o en el presente. Si el marxismo o la Economía clásica, por citar algunos ejemplos, pueden demostrar coherencia y criterios autónomos de progreso y justificación de su estructura teórica (ya sea en sus versiones originales o en sus recientes reformulaciones teóricas), entonces demuestran estatus comparable a la TN.

La búsqueda de criterios de justificación comienza por dejar de lado argumentos de autoridad como los prevalecientes en el unanimismo teórico presente; en este caso, hacer ver que autores como Ricardo, Marx y Veblen ente otros, pueden ser entendidos en marcos diferentes a la TN, con sus propios criterios de validación y justificación, se convierten en ejes de presión en la búsqueda de criterios de validez epistémica para la disciplina.

Como consecuencia de lo anterior, se puede postular que hasta que no se encuentren criterios claros sobre la elección teórica (que no recurran a retóricas y argumentos de autoridad), la alternativa para desarrollar la ciencia es el ‘pluralismo teórico'. Con incertidumbre epistémica, algunas ventajas para el desarrollo y progreso de la disciplina, con la ayuda de la historia del pensamiento económico, se reseñan a continuación:

La historia de los esquemas de pensamiento teórico

como necesario para el diseñador de política

En un escenario donde no se puede definir epistemológicamente cuál modelo es el más apropiado, en términos de ser el más verdadero, el probablemente más verdadero, el más adecuado empíricamente, el más bello o el más útil. Una salida viable, ante semejante escenario, es dejar oír las diversas opiniones sobre el tema, para que el hacedor de política defina con sus criterios cual podría ser la más adecuada para una determinada problemática. Se reivindica desde esta postura la vieja pero cada vez más válida idea de John Stuart Mill de la política económica como un arte, donde es mejor tener una visión amplia del fenómeno a tratar 44. En este sentido qué mejor forma de hacerlo que tener diversas opiniones sobre un mismo tema.

El diseñador de política, como artista que es, debe tener una visión amplia de la sociedad y un conocimiento de la situación concreta. Las diversas visiones del mundo de las diversas teorías económicas, muchas de ellas nacidas de un estudio histórico de su esquema de pensamiento teórico, hacen parte del fortalecimiento de la visión amplia de los procesos económicos que el hacedor de política debe tener.

Los esuqmemas del pensamiento para el economista ortodoxo

El estudio de los esquemas de pensamiento es útil para el economista ortodoxo. Una vez se desarrollan las visiones alternativas con herramientas como el pensamiento económico. Visiones con sus propios criterios metodológicos y teóricos, muchos de los problemas de la Economía que son centrales para su reivindicación como teoría social (base de las teorías generales), como otros sobre temáticas empíricas y que no han sido resueltos por la teoría predominante, vuelven a tener sentido; así mismo cobra relevancia el que las teorías justifiquen sus creencias más allá de lo formal.

Cuando no existen teorías alternativas tenidas en cuenta por la profesión, muchos de los problemas teóricos centrales no resueltos se olvidan o se dejan de estudiar haciendo que la demás parte de la profesión piense que ya han sido resueltos; es un lugar muy común en los libros de texto el plantear que la TN ha logrado una correcta especificación de la teoría del mercado, del dinero, del crecimiento económico y de otros temas. Sin embargo, en muchos casos las respuestas teóricas nunca han sido satisfactorias. El problema es que al no existir un contrapeso teórico, se asume que ya hay solución a muchos "misterios" científicos. Existe así una difusión optimista de la ciencia que es enseñada a los iniciadores en Economía [Lavoie 1991].

Por otro lado, en lo referente a problemas empíricos como las crisis económicas, muchas veces la notable imposibilidad de los modelos de la TN para dar cuenta del "enigmático fenómeno", demuestra que si se tuvieran teorías alternativas existirían más opciones para desarrollar solución a esa problemáticas. Adicionalmente, la visión dominante se sentiría presionada y generaría incentivos para que sus investigadores desarrollaran sus propias visiones sobre las problemáticas. Si no hay teorías alternativas, los teóricos se despreocupan de esos problemas y dejan la labor a los encargados de la política económica que abusan de las teorías que pretenden aplicar. Con contrapeso teórico, la responsabilidad social del economista ortodoxo se convierte en una presión sobre su trabajo porque la sociedad se daría cuenta, por la crítica de las teorías alternativas, de que la solución a una determinada problemática dentro de la teoría dominante, a pesar de los libros de texto, es poco satisfactoria. El economista utilizaría sus conocimientos no sólo para responderle a su comunidad científica imbuida en sus desarrollos formales, sino también para responderle a la sociedad.

En este sentido la historia del pensamiento se convierte en un inquisidor que le ayuda al pensamiento dominante a que no se anquilose en sus "verdades científicas", que no sólo se preocupe por problemas particulares y por perfeccionar sus herramientas, si bien necesarias para su avance, olvidando la relación con las problemáticas de la realidad económica.

La historia del análisis del pensamiento teórico como elemento

para la construcción de teorías alternativas

No sólo la historia del análisis económico sirve para fortalecer las visiones del pasado y darles un estatus teórico en condiciones similares a la teoría ortodoxa; la utilidad de esta perspectiva histórica es que le hace tomar conciencia a parte de la comunidad de economistas –no muy felices sobre cómo se desarrolla la teoría actual– que la única manera de salirse del paradigma dominante es salirse de su lenguaje. El estudio de teorías diferentes hace tomar conciencia sobre qué es una teoría alternativa. Se hace patente que no sólo por hacer modelos de diversa índole (con diversos supuestos) se está cambiando de teoría. Es necesario un proceso de conocimiento referente a las teorías que son las encargadas de darle vida a los diversos modelos.

Lograr hacer una teoría alternativa es además de plasmar las intuiciones en un modelo y con nuevas herramientas formales un esfuerzo por una nueva fundamentación teórica, por nuevos esquemas de análisis y por criterios de justificación, diferentes a los de la teoría estándar. Quién no esté de acuerdo con la manera neoclásica de hacer Economía, tiene así un reto fundamental sino quiere ser atrapado por la teoría dominante.

En términos propositivos, el estudio de la historia del pensamiento económico desde una perspectiva racional de las teorías no busca recoger el concurso de la historia para reproducir viejas ideas sino allanar el camino para unas nuevas .

PROPUESTA

Planteadas estas ventajas del pluralismo de ideas en las cuales la historia del pensamiento económico sería fundamental, resta una pregunta central: ante tantos beneficios del pluralismo teórico y del análisis del pensamiento de la teoría económica ¿porqué no se propugna por su estudio y difusión en las universidades, centros de investigación y revistas más importantes?

A primera vista se puede plantear que la teoría dominante no tendría ninguna razón para aceptar inquisidores, lo cual es totalmente válido como argumento de poder, sin embargo, saliéndonos de las preferencias de los teóricos dominantes, los cuales están convencidos del carácter "científico de sus teorías" 45, el punto conflictivo es cómo hacer que las generaciones posteriores no caigan en el dogmatismo teórico de una teoría epistémicamente discutible.

Cuando el aprendiz de economista se encuentra imbuido en una retórica que no sólo se compone del discurso científico sino de una estrategia que considera lo alternativo como "no científico" porque contiene diferentes estándares de lo que se considera "buena ciencia", no es suficiente con plantear, como se ha dicho aquí, que no existen razones epistémicas para la unanimidad. El nuevo economista debe intelectivamente, esto es con plena conciencia, abrir su mente y aceptar o romper con los esquemas conceptuales que lo mantienen atrapado dentro de la estructura teórica ortodoxa.

La única manera que se divisa para ello es abrir el esquema institucional de desarrollo de la disciplina hacia alternativas de pensamiento; el mecanismo para desarrollar esta posición necesariamente afecta y transforma la formación educativa para que de esta manera los economistas amplíen diversas herramientas para generar conocimiento científico plural 46.

El punto central del proceso educativo es que los nuevos economistas miren las teorías alternativas en igualdad de condiciones (al menos en el terreno epistémico) que la teoría dominante. Esto es un gran avance, porque una condición para la apertura del conocimiento es que se las viabilice, y esto sólo es posible si no se las niega autoritariamente, antes de empezar la discusión, como se hace actualmente. En otras palabras, solo una educación plural podría cumplir con ese objetivo.

CONCLUSIÓN

La historia del pensamiento económico, si quiere ser útil para la Economía, tiene que cumplir con una visión interrogadora del hacer económico actual. Debe dar herramientas que justifiquen el desarrollo de teorías alternativas, dada la incertidumbre epistémica de la teoría dominante.

Adicionalmente, las teorías ortodoxas pueden usar elementos de las teorías alternativas, en la medida que temas y problemáticas vuelven a tener sentido cuando las teorías alternas develan su importancia; importancia que ha permanecido en la oscuridad (entre otras por su impotencia para responderlas) por la retórica de la teoría dominante, una vez erigida como paradigma de lo que se considera ‘verdadero' en Economía.

Hecho el balance anterior, se plantea que esto sólo es operativo cambiando la estructura institucional de la disciplina para que los economistas vean factible y rentable, desde los parámetros con que los economistas y su comunidad evalúan el prestigio académico.

Con la historia del pensamiento económico se tendería a una actitud pluralista no sólo en términos formales sino teóricos, posibilitando así el que los economistas no sólo sean competentes en su labor sino también, y esto es tal vez más importante, que sean intelectualmente capaces de definir su ruta en el análisis de los problemas económicos.

Este trabajo dice igual que Blaug [2003] "por favor no más historia de las ideas, nosotros somos economistas". Sólo difiere cuando se asume que ser economistas no es sólo aquel que pertenece a la comunidad de la TN, en este sentido: "por favor más historia de las ideas económicas, nosotros somos economistas sin dogmas"

NOTAS AL PIE

1 El cáracter epsitémico hace referencia a las condiciones de posiblidad del discurso ecconómico de manera objetiva, es decir, la posibilidad de un conocimiento validado racional e intersubjetivamente.

2 De hecho, en el escenario tradicional existe una justificación del pensamiento económico en términos de una especie de divertimento intelectual y el de hacernos por esa vía mejores personas [Roncaglia 1996]. Sin embargo, lo que he defendido en este artículo es ‘la capacidad de la historia del pensamiento para la generación de conocimiento científico y práctico' al igual que cualquiera de las más veneradas ramas de la teoría económica actual.

3 Algunos miembros de estas teorías han sido renuentes al proceso colonizador f ormando suburbios de análisis independientes como el post-keynesiano, el circuito de la producción, el circuito monetario, el circuito económico, el Marxismo, el institucionalismo y la teoría Sraffiana entre otros.

4 Como se planteará en el desarrollo del artículo, el centro de la ciudad no es algo unificante en el sentido de ser la norma de diversos modelos (llamados aquí Walrasianos). Si bien cumple con esta función también es punto de partida de otros desarrollos (modelos no walrasianos) y de otros que se alejan de la estructura formal de manera radical (modelos de interacciones).

5 Estas premisas centrales son asimilables a lo que Laudan [1977] llama ‘afirmaciones globales'. Se diferencian de éstas porque no se considera que varíen en el tiempo. Las premisas al reflejar una ontología y unos valores compartidos no pueden sufrir alteración, son así esenciales. Para un análisis del empleo de la metodología de Laudan ver Rappaport [2001].

6 Como metateoría se indica la capacidad metodológica de las premisas para generar diversos modelos económicos. El análisis de la teoría neoclásica como metateoría o código, se encuentran en Weintraub [2002] y Punzo [1999].

7 El individualismo metodológico tiene varias caras y no es privilegio exclusivo de la teoría neoclásica, sin embargo, este elemento es fundamental para ella, dado que todas sus investigaciones se hacen exclusivamente desde esta perspectiva metodológica. En Economía existen perspectivas (visiones heterodoxas) no individualistas para realizar análisis económico, como versiones marxistas [ Wolff, R. et al . 1987] y algunas perspectivas institucionalistas, ligadas a teorías evolucionistas [Hodgson 2002].

8 Para resaltar la importancia de estas premisas centrales basta sólo con recordar que desde esta perspectiva se niega cualquier análisis económico que considere en algo la intencionalidad colectiva, criterios no agentivos, que sería el caso de muchos análisis de la escuela clásica y del marxismo (para ver la importancia de la intencionalidad colectiva en análisis sociales desde un punto de vista funcional, consultar el trabajo de Searle [1997]. Desde la visión marxista, el trabajo de Wolff et al . [1987].

9 Este análisis denota la convicción que la ciencia se define por sus métodos de trabajo. En este sentido, lo que se describe con las premisas centrales, reglas y acuerdos metodológicos, son los elementos heurísticos que posibilitan el desarrollo de los modelos al interior de la teoría neoclásica. Estos métodos no son sólo formales, sino que reflejan, – como ya se mencionó – una ontología; incluyen valores de lo que es o no es el conocimiento científico.

10 La generalidad se define en términos de la posibilidad de que una teoría sea abarcante, es decir, que sea capaz analíticamente de entender fenómenos complejos derivando modelos. Modelos que se caracterizan por poseer mayor contenido teórico o empírico; por ejemplo, la teoría de los mercados incompletos contiene como caso límite al equilibrio general. En este sentido, el equilibrio general se convierte en un caso especial de las diversas estructuras de información en los mercados. Lo fundamental es que el equilibrio general se convierte en el punto de partida que hace pensable teóricamente un conjunto de fenómenos económicos de mayor complejidad. En este ejemplo, pensar diferentes estructuras de información y poderlas evaluar, sólo se hizo posible con el desarrollo de las teorías de equilibrio general [Backhouse 1998].

11 Estas premisas centrales tienen muchos elementos en común en cuanto a su manera de trabajar con las premisas globales, son elementos que le dan vida a los diversos modelos, en este caso pueden considerarse como miniafirmaciones. La diferencia con las afirmaciones globales es que son presupuestos de análisis cambiantes, dependen de la evolución de los modelos subsidiarios. Por ejemplo, los primeros modelos de equilibrio general sólo consideraban información completa ahora consideran diversas estructuras de información en sus modelos periféricos que dependen de la relevancia del fenómeno [Backhouse 1998].

12 Esta manera de abordar los fenómenos concretos resaltan el hecho mencionado anteriormente, de las teorías más que elementos explicativos deben ser consideradas métodos para abordar diversas problemáticas.

13 Se hace patente la distinción entre dos tipos de análisis teóricos: el más abstracto donde el comportamiento del agente no es evaluado, es decir donde se estudia el sistema económico sin que importe un comportamiento humano en particular y un segundo análisis donde se incluyen ambientes económicos más complejos y se analizan los comportamientos humanos en sí mismos. Esto permite grados de libertad en la estructura teórica, la posibilidad de diversos patrones de comportamiento en los sistemas económicos y la relación con otras ciencias sociales. Para un análisis resumido de esta visión ver Pasinetti [2003].

14 Los valores epistémicos hacen referencia a la relación de las teorías con los fenómenos empíricos que se pretenden explicar, indagan por la pertinencia del trabajo de los economistas. Dentro de los valores más importantes que los economistas han acogido sin mucha discusión, tenemos la predicción y la explicación de los fenómenos. No es este un trabajo que indague si estos valores son los más adecuados para la ciencia económica, lo que se constata en este trabajo es solamente la intención retórica de los economistas cuando dicen que hacen ciencia económica.

15 Entre los críticos encontramos autores heterodoxos: Benetti et al . [1992], Klower et al . [1992], Ingrao et al . [1990], pero también ortodoxos: Ackerman [2002], Fisher [1989], Kirman [1989 y 1992]. Lo más destacable es que las críticas sobre los resultados obtenidos nacieron desde la misma corriente ortodoxa –crítica de Sonnenschein [1972]–. Lo negativo es que con el tiempo estos problemas ya no se estudian, y mas grave aún, se asumen como resueltos gracias a la difusión del conocimiento basado en los libros de texto [Marc Lavoie 1986].

16 Estas ideas parten de la concepción de la Economía como una teoría social. En este sentido si se quiere cumplir con su objetivo, debe dar cuenta de las condiciones de posibilidad de la sociedad, en este caso de la sociedad económica.

17 En sentido formal, gran parte de lo que hoy se conoce como TN es derivado de manera ad hoc , el equilibrio general, si bien tuvo la pretensión de derivar problemáticas económicas de gran amplitud como la teoría del comercio exterior o la teoría del capital [Debreu 1959], las investigaciones desde el equilibrio general y su estructura formal son más la excepción que la regla. La TN no explica desde sus axiomas fundamentales (referentes a la Microeconomía, la racionalidad y a la técnica formal) la derivación de modelos con mercados incompletos o rendimientos crecientes a escala entre otros (ver Amable et al. [1992] para un análisis de esta temática). Sin embargo cuando se hace referencia en este ensayo a lo ad hoc , no se hace referencia a la estructura formal que les da nacimiento. Lo ad hoc hace referencia al sentido teórico del desarrollo de los modelos; en otras palabras, una vez se plantea un modelo (la mayoría de las veces formalmente ad hoc ) este debe ser estudiado respetando las premisas fundamentales, acuerdos y reglas metodológicas, que el neoclasicismo metodológico comparte. Si no se desarrolla de esta manera la investigación entonces se considera teóricamente además de formalmente ad hoc.

18 Para un análisis completo de la evolución del tema de la estabilidad y sus pobres resultados, ver [Fisher 1999].

19 Una posición de defensa del EG asumiendo que su estudio permitirá avances y mejoras del modelo, reconciliándolo con el individualismo metodológico se encuentra en Katzner [1999 y 2004].

20 El fenómeno de la creación de esquemas de análisis hace posible el progreso teórico de la disciplina. Son elementos de avance científico porque se derivan de la misma teoría, nacen de la imposibilidad de los esquemas formales y de las herramientas de trabajo para dar cuenta de problemáticas originadas con el avance del conocimiento teórico. Este tipo de perspectiva que recoge los ideales sobre el progreso científico se encuentra en Backhouse [1997].

21 Un análisis de la importancia de estos trabajos para el desarrollo interno de la TN se encuentra en Foley [1991zz; Bowles y Gintis [2000] y Rosser [2003].

22 Los modelos empíricos no deben confundirse con los modelos aplicados, estos últimos son los que utilizan los diseñadores de políticas. A los modelos empíricos se les pide criterios de justificación; en este sentido a los modelos empíricos se les interroga, no por su aplicación, sino por sus criterios de validez objetiva.

23 No se está diciendo aquí que el único criterio de justificación científica aceptado por la Filosofía de la ciencia es la contrastación empírica. Esta disciplina esta plagada de controversias sobre el tema y no hay acuerdo sobre lo que valida o no las teorías científicas. El punto por el que este artículo hace referencia a la contrastación empírica se debe simplemente al hecho que los economistas en su retórica, plantean la contrastación empírica como su norma de cientificidad, y poca referencia se hace a otros criterios de justificación; ver Backhouse [1997], Blaug [1980] y McCloskey [1988]. Es de anotar, sin embargo, que los economistas de manera marginal han planteado otros criterios de justificación teórica. En este sentido tenemos la perspectiva instrumentalista (de Milton Friedman [1986]) o la que basa la fortaleza de la teoría económica en los axiomas iniciales (como en Mill [1836]). Sin embargo, no nos centraremos en estas perspectivas porque no son las más populares dentro de la perspectiva de los economistas. P ara un análisis de esta temática ver Mayer [1993] y Boland [1989].

24 Análisis de esta problemática se encuentra en variados artículos entre los cuales podemos citar Darnell y Evans [2000], Kærgård [2000] y Texeira [2000].

25 Ver diversos artículos en Salanti et al . [1997].

26 La mayoría de los autores trabajan estos conceptos en términos de reconstrucciones historiográficas; ver Bianchi [2002], Blaug [2003], Coats [2000] y Signori [2003], terminología que tiene su origen, al menos para el economista, en el trabajo de Rorty [1990] sobre la reconstrucción de la filosofía. Se ha preferido en este ensayo no usar esta terminología y hablar más bien de análisis, para con ello hacer referencia a la historia del pensamiento como un conocimiento vivo que contribuye al desarrollo teórico del análisis económico de la disciplina.

27 La visión racional de la Historia asume que las teorías del pasado tienen intuiciones válidas, sin embargo, por lo poco formal y la escasa reflexión económica del pasado, estas teorías son imperfectas e incoherentes. La función del historiador del pensamiento es aprovechar muchas de esas ideas y encuadrarlas en una estructura teórica más desarrollada que posibilita una mejor comprensión de lo que los teóricos del pasado no pudieron desarrollar. La historia se concibe de esta manera en términos lineales.

28 Esto quiere decir que las diversas teorías no son bajo ningún punto de vista que se considere relevante, comparables entre sí. Cada una corresponde a su momento particular y están por ende atadas a sus condicionamientos históricos. Las teorías se construyen por ende para mundos totalmente diferentes.

29 Las más importantes revistas en Economía, según factores de impacto, no miden necesariamente calidad sino influencia, aunque se puede argumentar que al interior de una teoría determinada, en este caso la TN, se puede plantear que las revistas de mejor rango son al mismo tiempo las más influyentes para la profesión en su conjunto y las de mejor calidad, en el interior de la estructura teórica neoclásica.

30 La alternativa para muchos interesados en la historia del pensamiento es la de incluir este tipo de disciplina no en la Economía, donde encuentra poco reconocimiento, sino en áreas donde encontraría mayor dinamismo como en la historia de la ciencia; ver [Schabas 2002].

31 La elección de las revistas se basó en el trabajo de P. Kalaitzidakis et al . [2001]. El método usado para calcular las temáticas se basó en el tema principal de cada artículo según la clasificación del Journal Economic Literature. Los datos se extrajeron de la base EconLit.

32 Temas como el prestigio y la fama unido al desarrollo del conocimiento científico se han convertido en áreas de investigación epistemológica de lo que hoy se conoce como Economía del conocimiento científico. Para un análisis más detallado de esta interesante área de estudio de la microeconomía, en un campo mas allá de su tradicional objeto de estudio, ver Boland [2001], Mirowski y Sent [2002] y Zamora [2001 y 2002].

33 Esta manera alternativa de ver la historia del pensamiento económico es propio de algunas vertientes heterodoxas y podría decirse que el gran iniciador de esta perspectiva en el siglo veinte fue Sraffa, quien con la publicación de su libro "Producción de mercancías por medio de mercancías" marca una pauta de cómo utilizar a autores antiguos para generar con esa influencia, propuestas teóricas. En siglos anteriores uno de los grandes autores fuente de inspiración de esta manera de analizar la historia fue Marx, con sus teorías de la plusvalía y cuyo mayor desarrollo propositivo dio como resultado su máximo trabajo en Economía: el capital.

34 Se asume que los modelos son los intermediarios entre las teorías y el mundo. Permiten conceptualizar las intuiciones de la teoría para lograr algún objetivo analítico. Las teorías son, en este sentido, más que los modelos, son cuerpos de ideas globales; ver Domen [2002], y principalmente Leijonhufvud [1997]. El punto central es que pueden ser hechos explícitos solamente a través del recurso heurístico de los modelos que son afirmaciones parciales. En síntesis, las teorías sólo se manifiestan a través de los modelos. Estos últimos son al decir de Rappaport [2003] miniteorías de las teorías que son globales.

35 Un análisis más elaborado de este tipo de intuiciones será desarrollado en un informe posterior. Lo central de este trabajo es plantear las diferencias entre teorías y modelos, para desarrollar intuiciones sobre como hacer posible la historia del pensamiento económico.

36 Aunque muchas veces estos elementos se nieguen o no se conozcan por el carácter aparentemente instrumental de los modelos; ver Lavoie [1991].

37 Lo que se quiere resaltar es que el economista ortodoxo al buscar afianzar sus argumentos y con ello el prestigio y la fama, debe confiar en algo, en este caso en un lenguaje que haga viable sus desarrollos teóricos.

38 El progreso teórico en este contexto tiene que ver con la capacidad de una determinada teoría de resolver enigmas que ella misma ha planteado con el desarrollo de sus modelos. Este criterio de progreso si bien es importante para el avance de la ciencia, no posibilita la elección teórica. Este criterio es interno a una teoría. Los únicos criterios de comparación entre teorías y por ende de progreso científico en general, son los elementos de justificación empírica de las teorías, criterios donde la teoría neoclásica, como se ha analizado a lo largo de este artículo, no ha logrado resultados exitosos.

39 Para un análisis sobre la diferencia metodológica entre traducir e interpretar, ver Ramzas [1999].

40 La inconmensurabilidad de este análisis no es radical en el sentido de que no pueda entrar en diálogo con la teoría dominante, lo central es que no son traducibles ambos lenguajes, se puede entrar en diálogo pero cada una dentro de sus fuentes teóricas; en estos términos, el debate se hace según su fortaleza para hacer frente a los problemas económicos.

41 En la teoría clásica tenemos como precepto de las teorías del mercado la concepción de equilibrio especificada en tasas de ganancia iguales en todos los sectores, así como la división de los agentes por clases sociales bien definidas y caracterizadas por su propia intencionalidad colectiva.

42 No se niega que el análisis interpretativo puede conducir a una evolución lineal del pensamiento económico. Lo que se resalta es que el análisis se debe realizar con el método propuesto aquí y no asumiendo, como es el caso del análisis de la historia racional de los modelos o el estudio historiográfico, como asunto dado la linealidad del conocimiento económico.

43 No se dice con esto que las teorías alternativas necesariamente tengan que recurrir a ideas del pasado, no se impide la construcción de nuevas teorías sin nada previo; lo que pretende este análisis del pensamiento económico es que muchas ideas teóricas podrían ser enriquecidas teniendo marcos de análisis diferentes al ortodoxo, entre otras cosas para escapar del lenguaje y de las técnicas predominantes. Ahora bien, realizar una teoría alternativa no necesariamente implica respetar los esquemas. Podrían construirse nuevos esquemas, lo importante es tomar conciencia de que la visión neoclásica no es la única posible.

44 Esta visión sobre la política fue promovida también por Neville Keynes (1891) y más recientemente en David Colander (1994).

45 Sea porque creen en su potencia por un acto intelectivo, o porque fue la única que les enseñaron, o simplemente porque da prestigio.

46 Es común que algunos economistas planteen inconformidades sobre cómo se desarrolla el estudio de su disciplina. Sin embargo, son ellos mismos los que contribuyen al estado actual de la misma. La razón es que la inconformidad no puede convertirse en acto, por el hecho de que el esquema institucional de enseñanza no promovería lo que muchos economistas quisieran desarrollar. Ante esto, los inconformes tienen que acomodarse a la situación reinante.


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