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Cuadernos de Economía

Print version ISSN 0121-4772

Cuad. Econ. vol.32 no.59 Bogotá Jan./June 2013

 

HOMERO CUEVAS: LA DIVULGACIÓN DE LA ECONOMÍA CLÁSICA

Alejandro Fiorito1

1Licenciado en Economía, profesor de la Universidad Nacional de Lujan (Buenos Aires, Argentina). E-mail: alejandrofiorito@yahoo.com, afiorito@mail.unlu.edu.ar. Dirección de correspondencia: Fray J. Santamaria de Oro 3086, 6 piso, 64 cp. 1425 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina).

Este artículo fue recibido el 31 de enero de 2013, la nueva versión el 14 de marzo de 2013 y su publicación aprobada el 18 de marzo de 2013.


Resumen

En este documento se aborda brevemente la tarea intelectual de Homero Cuevas, describiendo algunos de sus libros y trabajos, en donde a lo largo de su vida llevó a cabo una labor de divulgación y elucidación de los principales economistas clásicos contemporáneos. Se destaca, en su obra su originalidad en el planteo crítico de los autores que analizó, sin dejar de señalar algunos problemas en las observaciones de Homero Cuevas.

Palabras clave: Homero Cuevas, economía clásica, Sraffa, pensamiento económico, Colombia.

JEL: B31, B32, B51.

Abstract

In this paper the intellectual work of Homero Cueva is briefly shown, describing some content of his books and papers. During his life, his task to spread the classic theory from main contemporary classical economists was remarkable. Indeed, the originality of Homero Cuevas in his critical approach of different authors is highlighted, without forgetting some problems of his observations.

Keywords: Homero Cuevas, classical economics, Sraffa, economic thought,Colombia.

JEL: B31, B32, B51.

Résumé

Le présent document examine brièvement la tâche intellectuelle de Homero Cuevas, décrivant certains de ses livres et de ses articles, où tout au long de sa vie a fait un travail de diffusion et d'élucidation des principaux économistes classiques contemporains. On met l'accent, dans son ouvrage son originalité concernant l'analyse des auteurs, tout en notant quelques problèmes dans les observations de Homero Cuevas.

Mots clés: Homero Cuevas, économie classique, Sraffa, pensée économique, Colombie.

JEL: B31, B32, B51.


Es necesario volver a la política económica de los Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Y uno debe proceder en dos direcciones: i) purgar la teoría de todas las dificultades e incongruencias que los economistas clásicos (y Marx) no fueron capaces de superar, y, ii) seguir y desarrollar la relevante y verdadera teoría económica como se vino desarrollando desde "Petty, Cantillon, los fisiócratas, Smith, Ricardo, Marx". Este natural y consistente flujo de ideas ha sido repentinamente interrumpido y enterrado totalmente, invadido, sumergido y arrasando con el alza de una ola marina de economía marginal. Debe ser rescatada.

Sraffa

Pasinetti (2001, pp. 10-11).

INTRODUCCIÓN

Con la desaparición física de Homero Cuevas se va uno de los mayores pensadores de la teoría de la economía política en Colombia. Su obra como investigador y divulgador de la economía clásica es extensa en idioma español y está embebida de un espíritu desprejuiciado con respecto a saberes remanidos. Cuevas se diferenció en la línea clásica del pensamiento económico con intentos explicativos que iban desde el origen del concepto de economía política hasta las aporías planteadas en los distintos debates contemporáneos.

En ese sentido la importancia del trabajo de Homero Cuevas reside en que en su obra revisa crítica y extensamente a los economistas clásicos más importantes, buscando en cada uno de ellos los aspectos relevantes de sus aportes, para integrarlos en un esquema clásico renovado, como conceptualmente titula a uno de sus libros2. En ese intento, a su vez importa el hecho de divulgar en la región hispanoparlante el interés por el estudio de los clásicos en la economía, tan confundido con lo convencional. Y claro está que la importancia de los clásicos reside en su esquema abierto y, por lo tanto, pertinente empíricamente a diversas configuraciones sociales y económicas.

La cita inicial recuerda que la tarea de navegar a contracorriente en las aguas de la corriente principal económica no es una empresa fácil. Con ese panorama de aislamiento se encuentran en la economía todos aquellos investigadores que parten y sostienen teorías alternativas. No sólo es el esfuerzo de estar constantemente observando en cada trabajo las incrustaciones teóricas convencionales, sino también escudriñando para tomar ideas compatibles con dicho esquema alternativo. Se agrega por último la dificultad de acceder a tiempo a la obra de otros economistas clásicos contemporáneos, que por todo el mundo han ido "floreciendo" a la luz de diferentes coyunturas de crisis, pero que siguen siendo minoría en la profesión. A veces, en parte por las dificultades de acceso a dichos trabajos y otras por el contexto local en donde un economista heterodoxo se desenvuelve, se presentan inconvenientes extras al proceso de histéresis gnoseológica que se genera cuando se estudia economía en el curso de grado, con las influencias y sesgos que no se eligen, pero que se incorporan a la "mochila" del caletre como un verdadero costo hundido. A todo esto hizo frente Homero Cuevas como economista de visión alternativa al convencionalismo.

Y a este respecto es claro que un planteo de reivindicación clásica sobre un contexto confuso o adverso, suele ser la condición normal de la investigación-con solo recordar que vía Keynes, se denomina clásico también a la teoría marginalista- y como el propio Sraffa que encontró un lenguaje similar para conceptos totalmente diferentes:

... desde 1870, los teóricos de la economía usaron de hecho el mismo vocabulario, el mismo lenguaje y términos de referencia que antes, pero los conceptos en cuestión sufrieron un "terrible" cambio. Sraffa se muestra atónito: No están Smith y Ricardo en un lado y los marginalistas y Marshall en otro discurso del mismo lenguaje inglés? ¿Por qué nadie se dio cuenta de que el real contenido, los conceptos que se encuentran detrás de las mismas palabras, se convirtieron totalmente en algo diferente y concerniente en cosas distintas? Hay realmente un "abismo insondable" (Pasinetti, 2001, p.144).

La obra de Homero Cuevas a la que he logrado acceder muestra a un investigador dedicado a dar en primer lugar un resumen de la historia del pensamiento, basado en elucidar los aportes y falencias de diferentes economistas clásicos, según su propio y original punto de vista. Eso lo lleva desde temprano a establecer vínculos epistolares con grandes de la economía como Paul Sweezy y Paul Samuelson, y que claramente incorpora en su crítica en su libro "Valor y Sistema de Precios" de 19863. Un primer punto de acuerdo manifestado implícitamente es la incorporación de autores marxistas dentro de la tradición clásica, basado en un estableci- miento similar de puntos de partida (núcleo) que conforman una deducción clásica de los precios, superando así una estéril e interminable discusión, más vinculada a posicionamientos políticos que teóricos. Y en efecto, no es sólo la diferencia en el uso de funciones matemáticas lo que separa ambos enfoques, como bien sugiere Cuevas, sino que se trata de teorías basadas en supuestos teóricos (núcleos) distin- tos y que luego de 1940 poseen metodologías diferentes. En este punto es central contar con una clara demarcación teórica.

UN BREVE REPASO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE ECONOMÍA CLÁSICA Y MARGINALISTA

El núcleo hipotético clásico para la deducción de los precios, parte de tres variables que se asumen dadas. Son hipótesis intermedias4 entre la esfera deductiva y la que se encuentra fuera de dicho núcleo, más inductiva que se presenta en los clásicos para analizar la selección de técnicas y la demanda. Este núcleo consta de: la producción física dada con la tecnología dominante, el salario físico dado para la determinación de los precios relativos, y la tasa de ganancia como variable distributiva. Pero el desconocimiento real de los rendimientos existentes en la economía, obliga a separar el tema del crecimiento de las cantidades de la determinación de los precios (Crespo, 2008).

It is evident that when increasing or diminishing returns are present, the output changes that accompany a change in, say, the wage rate must influence unit input requirements and hence prices. No economist has ever denied this. What is at issue is the appropriate way of handling such interdependencies (Mongiovi, 1991, p. 718).

En otras palabras, para el enfoque clásico la ortogonalidad de precios y cantidades no significa que la demanda no afecte a los precios relativos toutcourt, sino que en el enfoque clásico a diferencia del marginal, no tiene necesidad de que las técnicas ni la distribución varíen cuando se modifican las demandas relativas. Sraffa es explícito en esto en su carta de respuesta a Arun Bose (1965):

I am sorry to have kept your MS so long-and with so little result. The fact is that your opening sentence is for me an obstacle which I am unable to get over. You write: It is a basic proposition of the Sraffa theory that prices are determined exclusively by the physical requirements of production and the social wage-profit division with consumers demand playing a purely passive role.? Never have I said this: certainly not in the two places to which you refer in your note 2. Nothing, in my view, could be more suicidal than to make such a statement. You are asking me to put my head on the block so that the first fool who comes along can cut it off neatly. Whatever you do, please do not represent me as saying such a thing (Sraffa, 1965; citado por Sinha, 2007, p. 65).

Por el contrario el núcleo hipotético marginalista, parte de las preferencias de los consumidores, una tecnología axiomática vía funciones de producción y la dotación de recursos, haciendo endógenas todas las variables en la idea de un equilibrio general. En este sentido los supuestos de rendimientos no dan cuenta de los reales existentes y son una simplificación que los lleva a ignorar que no se puede determinar una "cantidad de capital" (agregado o desagregado), sin haberse dado antes exógenamente la distribución del ingreso entre salarios y ganancias (Fiorito, 2008).

En cambio la teoría clásica define desde su núcleo un excedente en un esquema abierto, que puede tener distintos cierres para el crecimiento y la producción. El que eligió Sraffa se vincula con la demanda efectiva de Keynes y Kalecki, y el acelerador de la inversión que lo independiza de un cierre marginalista determinado por oferta y demanda en equilibrio general.

"En la primavera de 1963 o en el otoño" de 1964, le pregunté a Sraffa como es que él no había preferido tomar como dato, no sólo la tasa de salario, sino la tasa de ganancia y había sostenido que el nivel de esta última podría ser influenciado en particular por los niveles de tasas de interés monetario. Él me respondió que en el pasado los empresarios, al decidir cuánto invertir, estaban fuertemente influenciados por el crecimiento general de la economía y la forma en que se había manifestado este crecimiento en los periodos anteriores. Actualmente en cambio estamos en el '63-'64, estos inversores esperan que las autoridades serán capaces de regular el crecimiento del sistema adecuándolo a un nivel de crecimiento normal. Esperan, por lo tanto, que la rentabilidad de sus inversiones volverá rápidamente al nivel normal. También los banqueros razonan de esta manera. Es así como las tasas de interés representan un indicador de la tasa de ganancia normal. Es por eso que ya no existen más "las oscilaciones del pasado, y por lo tanto el crecimiento del sistema es más estable" (Cozzi, 1986 p. 200).

Cuevas (1986) parece escribir su trabajo pensando en la obra que permitió el revival de la económica clásica contemporánea, pero para rebatir un aporte de Piero Sraffa al aproximarse a la idea de Smith y de Ricardo en la búsqueda de una mercancía patrón5. Por eso mismo, esta parte del documento se basará en este autor para contrastar el núcleo clásico de deducción de precios relativos, una variable distributiva y el núcleo marginalista.

UN RÁPIDO DECURSO POR EL TRABAJO ANALÍTICO DE CUEVAS

Entre los economistas analizados por Cuevas, destaca a Adam Smith como iniciador de lo que él considera un punto de partida del problema de la teoría de los precios en línea clásica. En su opinión, el trabajo de Smith es incomprendido por el análisis moderno, no tanto por la interpretación ortodoxa que se hace hoy, sino por recaer finalmente en la consideración de que Smith es asimilado como si fuera Ricardo (Cuevas, 1986, p. 21).

Parece, sin embargo, evitar una caracterización más amplia del comienzo de la teoría clásica, que es posible desde Petty y los fisiócratas, aunque indica las similitudes con Smith, con respecto al uso de cantidades físicas y especial búsqueda de la medición precisa del valor, los vuelcan hacia el enfoque del excedente con sesgo objetivista y mensurable, tal vez con menores problemas de cuantificación que la posterior elaboración de Smith y Ricardo. Al respecto, se opone al uso de coeficientes basados en cantidades físicas mensurables por el inadecuado tratamiento que hasta Sraffa, se le había dado a los salarios, por asimilarlos a un mero insumo (como alimento para caballos, etc.) y no "como un valor absoluto, real y coherente" (Cuevas, 1986, pp. 128, 210-212).

El reclamo reivindicado por el autor para Smith, es la consideración "simple y recia" del trabajo como patrón de medida del valor sin "ningún criterio preestablecido acerca de la proporción en que deben intercambiarse las mercancías" (Cuevas,1986, p.20) sin las complicaciones y simplificaciones posteriores. Es, sin embargo, más allá de los supuestos de "ese estado rudo y primitivo" del cual habla Smith, que establece la norma del intercambio según las cantidades de trabajo que cuesta producir las mercancías, pero sintiéndose libre para circunscribir la norma de intercambio en una sociedad pre-capitalista.

En el capítulo 6 de Cuevas (2001) intentará corregirlo y completarlo en oposición a la no consideración por parte de Ricardo y el silencio de Marx (Cuevas, 2001); sin embargo, con conceptos provenientes de líneas teóricas que no cuadran con los supuestos de la teoría clásica, por ejemplo, con el capital humano de Becker. Aquí parece que el tratamiento del trabajo complejo y la parte del salario "de excedente" por Cuevas, sufre una incrustación marginalista que no tiene que ver con la concepción clásica6.

Cuevas critica el supuesto simplificador formulado por Ricardo al asumir que las mercancías se intercambian en su valor trabajo, identificando los cambios en el valor como los de los precios; sin embargo, Ricardo ofrece un aporte al establecer la "conexión íntima" entre precios y distribución, al criticar a Smith. Es por ello que el análisis de ambos tiene continuidad de enfoque y explica la queja de Cuevas, cuando reprueba que se trate a Smith como si fuese Ricardo. Pero el aporte de Ricardo, se basa en establecer un nuevo y audaz supuesto: el intercambio de mercancías se hace de acuerdo con el trabajo incorporado en las mismas.

Hasta el momento con el planteo de Smith se podrían tener distintas tasas de ganancia, dependiendo del producto y dado el consumo necesario para producirlo. Si con base en la suma de salarios más ganancias de acuerdo con sus tasas naturales, se intenta tomar una medida real (por la variabilidad de la mercancía patrón elegida, indagada por Smith, con trigo u oro), cuantificada en trabajo, surgía un problema cuando se quería aplicar esta medida real a una tasa como donde si existen 2 millones de trabajadores el consumo necesario anual consumirá 2 millones de años-trabajo con un valor de dos millones. Pero el valor natural del producto social P es igual al consumo necesario más las ganancias a una tasa r. Por ende, P será 2,2 millones si la tasa r = 10%, mientras que la P será de 4 millones si la r = 100%. Al querer determinar la tasa de ganancia se convertía en un círculo vicioso con P (Garegnani, 1979, p. 34).

Con respecto al aporte fundamental de Marx en el cálculo de la tasa de ganancia, Cuevas en su crítica a Hilferding, muestra igual reconocimiento sobre las críticas de Marx a Smith con relación a la importancia del capital constante en el denominador de la ecuación de la tasa de ganancia (Cuevas, 1986, p. 100).

En efecto la crítica de Marx a la determinación de la tasa de ganancia en Ricardo, se efectúa con el agregado del capital constante en el denominador. Con ello, Marx y luego Sraffa en su sistema de ecuaciones, establecen una tasa máxima de ganancia, que en las anteriores formulaciones como en la del propio Bortkiewicz, desde una versión austríaca, podía tender a infinito.

Bortkiewicz did not see that Marx had made an important analytical advance over Smith and Ricardo in the analysis of the wage-profit relationship by recapturing the circularity aspect of production (which had been present in the physiocrats, but was somewhat lost by Smith and Ricardo). Bortkiewicz, Sraffa maintained, by criticizing Marx from the standpoint of Ricardo's "Austrian" construction, had indeed taken the analysis of the wage-profit relationship a step backward from where Marx had left it (Gerkhe y Kurz, 2006, p. 128).

Cuevas (1986, cap. 9) dedica bastante espacio a escudriñar la labor de Bortkiewicz, y su doble limitación por el particular número de mercancías considerado y el tratamiento del salario, como opuesto a Smith, Ricardo y Marx. Pero Cuevas desde el inicio observa el error de Marx o en tal caso la indeterminación de "su" solución para un tema tan discutido como la transformación de valores en precios, sin por ello, abandonar la idea que lo guía en toda su obra: la medición en trabajo es la única válida. Marx se da cuenta de ello, cuando afirma que los propios valores de los insumos tienen que ser transformados, lo que lleva a la crítica de su resolución como iteración y no simultaneidad. La posibilidad de resolución del sistema de ecuaciones lineales simultáneo planteado por Ricardo y Marx, no era en su época conocida por lo que el recurso a una "economía trigo" o una teoría del valor trabajo, era la forma de evitarse la circularidad del efecto precios (Garegnani, 1978).

Esquemáticamente, se puede realizar junto a Cuevas una comparación formal, de valores y precios7:

[1]

[2]

[3]

[4]

Si se supone igualdad de valores con precios, los resultados posibles son irrelevantes (r = 0) o implica la existencia de un solo tipo de mercancía por igualdad de composición orgánica ó , como puede deducirse de la última expresión:

[5]

He de aquí que Cuevas al tener claro esto (aunque sin exponerlo formalmente), puede ser muy preciso en su crítica a quienes lo postulan.

UN ANÁLISIS DETALLADO DEL DEBATE SOBRE EL PROBLEMA DE LA TRANSFORMACIÓN

En Cuevas (1986), en un muy rico capítulo 5, analiza algunos autores principales del siglo XX, que trataron el problema de la transformación. Otra vez describe metódicamente los resultados hallados, manteniendo un correcto posicionamiento en la estricta no igualdad de la suma de precios y valores, considerando la inherente mala terminación en Marx de dicho cálculo. En ese punto es claro que los "fieles seguidores" del maestro optaron por tres opciones de igualdades para efectuar la transformación de valores a precios, puesto que en el propio Marx existe la ambigüedad de la invariante a tomar8. Uno a uno, Bortkiewicz, Mozkowska, Hilferding, Swezy, Seton, Meek, Emmanuel, Shaick, Dostaler, Cuevas (1986) muestra las falencias de sus intentos, fundamentalmente de aquellos que concluyen con la igualdad de precios con valores.

Hay que reconocerle a Cuevas la impronta de un investigador con "garra" teórica, independientemente sus conclusiones en el debate de la transformación, dado que este tema posee una larga historia de debates entre grandes economistas variopintos, por lo que acometer hoy la discusión del mismo enfrenta enorme probabilidad de no poder innovar mucho.

Es importante en el análisis del intento de Seton en la elaboración posterior sobre Steedman y Sraffa, la crítica que realiza Cuevas (1986, pp. 121-126) sobre el uso de coeficientes técnicos y no valor-trabajo, basado en cantidades físicas de insumos y trabajo.

ANÁLISIS DE SRAFFA Y LA MERCANCÍA PATRÓN

Es Sraffa quien en el siglo XX culminó, con su trabajo Producción de Mercancías por medio de Mercancías, una etapa del debate que había originado sobre la medición del capital, Joan Robinson siete años antes. Produciendo desde allí una gran cantidad de seguidores que con distintas aproximaciones, desarrollaron el revival de las ideas clásicas.

Sobre su base, se perfiló con mayor claridad la continuidad de la visión del excedente (surplus approach) que permitió establecer claras delimitaciones de las características metodológicas y teóricas de la visión clásica (Garegnani, Petri, Kurz, Serrano, entre otros)9. Es tal vez, por esto, que Cuevas tiene en cada paso presente la obra de Sraffa como referencia a su crítica central, en vista de lo que consideraba la expansión de un error lógico del autor italiano.

En efecto, Cuevas centra su crítica a Sraffa en su capítulo denominado "surrealismo de la mercancía patrón" (Cuevas, 1986, cap. 8) en múltiples momentos de toda su obra, tomando a esta como primer axioma y centro de la importancia de Sraffa para la economía clásica, al igual que la diferenciación entre mercancías básicas y no básicas (aquellas que son insumo de sí mismas o de otras mercancías no básicas).

Cuevas (1986, 2001) argumenta que Sraffa, 1960, p.46) da una visión falseada de la economía real, cuando en el intento de seguir lo que este afirma allí, deja los precios sin alterar para comprobar que las variaciones distributivas pueden ser separadas del efecto de los precios si se toma un numerario adecuado. Dicha demostración de Sraffa, Cuevas la ve como un error lógico, al vincularla con el sistema efectivo con cualquier numerario.

Thus, if the influence of "non-basics" prices on "basics" prices is demonstrated, following Sraffa's argument is not a demonstration at all but a mere erroneous assumption, an unjustifiable assumption which contradicts the very internal logic of the own model, as will be shown below (Cuevas, 1984, p.124).

Sin embargo, esta observación no es correcta, debido al significado de la mercancía patrón en Sraffa, como intento de observar el comportamiento de los precios relativos en relación con los cambios distributivos10. De allí, Sraffa obtiene el resultado central que se adecua con el método clásico de Smith, Ricardo y Marx, que se basa en la separación causal de los precios, con respecto a las cantidades, cuando demuestra que puede encontrar en cada sistema efectivo, uno único equivalente (sin las mercancías no base), en el cual la distribución no afecta los precios.

En primer lugar el propio Sraffa cuando elaboró la mercancía patrón hizo perdurable en sus manuscritos que: "But the whole point of these schemes is to give a picture, not a quick method of calculation" (Gilibert, 2010, p. 1). En efecto, el supuesto clave es la constancia de la técnica con respecto a las variaciones de la distribución y, por lo tanto, de los coeficientes por el que se saben cuáles mercancías son básicas y cuáles no. Pero una vez establecida la tecnología dominante o más difundida, esta opera y se mantiene por más tiempo que los movimientos de las variables de distribución, por lo que la distinción entre mercancías básicas y no básicas cobra sentido en la permanencia de los coeficientes técnicos (Crespo,2008).

Un cambio en el método para producir un producto puede hacer no básico un insumo que antes era básico, pero Sraffa no supone rendimientos de ningún tipo y

[. . .] una utilización rigurosa de la distinción sraffiana entre bienes básicos y no básicos sólo es posible, en efecto, en el contexto del problema teórico afrontado por Sraffa: la determinación de los precios de producción y de la influencia sobre ellos de las variables distributivas (Roncaglia, 1980, p. 72).

En segundo lugar, es posible entender que una mercancía no base, al formar parte nada más de sí misma o de otra mercancía no base, siempre puede ser agregada a un sistema determinado, con los mismos resultados de tasa de ganancia y precios relativos previos, en tanto los coeficientes técnicos no se modifiquen con el reescalamiento de la producción. Simplemente, la ecuación de la mercancía no base recibirá un precio, del resultado de reemplazar los datos del sistema efectivo del cual que forma parte, pero se verá afectado en más o menos el precio del bien no básico agregado, sin repercutir en la tasa de ganancia (Pasinetti, 1984,pp.135-141).

[. . .] una mercancía no base no es técnicamente necesaria para la obtención de las mercancías base a pesar de que requiera a estas últimas para su producción. El cambio, incluso de todos los coeficientes del proceso de producción de una mercancía no base altera el precio de esta (y de las mercancías no base que la necesitan en su producción), pero deja inalterados los precios de todas las mercancías base (siempre que se expresen en términos de una mercancía también base) tampoco sufren cambio el tipo máximo de beneficio y el tipo de excedente uniforme del sistema y la relación 11 entre el salario unitario y el tipo de beneficio queda inalterada (Pasinetti, 1984, pp. 138-139, subrayado fuera del original).

Siempre existirá al menos un precio en la relación salarios y tasa de beneficio, que es el de la mercancía numerario. Si en cambio se toma cualquier mercancía (y no la mercancía patrón), dicha relación distributiva no será lineal y monotónicamente decreciente del tipo de beneficio (en el primer cuadrante); representará una relación polinómica de grado n − 1 en la tasa de ganancia (orden de la matriz no reducible), relacionada con la cantidad de mercancías básicas del sistema (Pasinetti, 1984, pp. 111-117).

Por último, las equivalencias de un sistema viable efectivo con el standard o sistema tipo, se expresan con la existencia de la misma tasa máxima de ganancia en ambas, con la única diferencia de tener distintas proporciones dentro de las ecuaciones de cada producto por lo que "el tipo de beneficio en el sistema patrón aparece así como una razón entre cantidades de mercancía independiente de sus precios" r = R(1 − w) (Sraffa, 1960, p. 29).

Por lo que Cuevas (1986 y 2001) se equivoca al considerar que los coeficientes técnicos deben modificarse cuando varía la producción de mercancías base que sirven a la producción de mercancías no base12. Si el sistema patrón elimina a las ecuaciones de las mercancías no base no se afectará la técnica, dado que no se alteran los métodos de producción o tecnología dominante13.

Un ejemplo numérico tomado del propio Sraffa (1960, p. 25) y convertido en notación matricial con sus coeficientes técnicos, reordenados en un sistema de cantidades se observa en el Cuadro 1 (cada fila integrada por la composición sectorial de la misma mercancía).

El Cuadro 2 con 4 mercancías se agrega una mercancía no básica: terciopelo. Ambos sistemas tienen el mismo autovalor máximo menor que uno14 (lambda ). Del mismo autovalor surge la misma tasa máxima de ganancia como la propiedad estructural de las tres primeras filas básicas: R = (1/0, 832) - 1 = 0, 2019 = 20, 19%.

Dada la técnica, lo que implica coeficientes que no han cambiado, al agregar una mercancía no básica no se alteran sus propiedades, lo que no significa que cualquier otra operación con la matriz efectiva y con la matriz standard tengan que coincidir. Es decir, que si para producir terciopelo se debe fabricar 190 toneladas de hierro en vez de 180 toneladas, para aportar 10 toneladas de insumos al terciopelo, el coeficiente 0,5 es el que perdura (al no cambiar la técnica de producción), y lo que se modifica es la cantidad absoluta de hierro insumida para hacer hierro (de 90 a 95 toneladas).

A la objeción de Cuevas sobre la falta de determinación de precios absolutos y no sólo los relativos en el sistema de precios, se puede afirmar que en la estructura de producción del sistema de ecuaciones de cantidades, la escala del sistema se completa con la ecuación de coeficientes de trabajo incorporado. Estos coeficientes son también tomados en relación con la unidad en la cual se mide (Numerario).

En tanto que bajo la perspectiva de Sraffa su sistema de ecuaciones no era un sistema de equilibrio general "clásico" al estilo walrasiano15. De hecho, Sraffa mismo da indicaciones precisas cuando busca que no se piense en una "determinación mecánica del salario" para el capitalismo, sino una determinación exógena del mismo (Pivetti, 2008), o bien como alternativa a la tasa de interés exógena, en su carta a Garegnani el 13 de febrero de 1962, en ocasión de la reseña que estaba preparando este último sobre Sraffa.

El no entendimiento de esta posición donde la continuidad con los clásicos y Smith llega al desarrollo de la gravitación de los precios de mercado en torno a los precios de producción (Smith 1858; Ricardo 1959; Garegnani, 1990a, 1990b; Serrano y Bellino, 2011) lleva a considerar que Sraffa es incompleto y que le falta terminar su sistema al estilo de la crítica de Hahn (1982) como "caso particular".

Cuevas lamentablemente no trabaja -en la bibliografía que pude acceder-, los muy conocidos trabajos en lo relacionado al debate del Capital de Cambridge vs. Cam- bridge y el revival de la economía clásica luego de Sraffa (ver Lazzarini, 2011). Esta prolífica línea de trabajo se ha evidenciado en las obras de Garegnani (1960, 1970, 1998, 2003); Petri (2004), Kurz y Salvadori (1995), Pivetti (1991), Serrano (1995), entre otros, que no utilizan un sistema standard para el análisis macroeconómico, pero que sí hacen uso su principal resultado: la separación de precios y cantidades clásica, sin caer en las formulaciones de la corriente principal en la economía, con su equilibrio general de oferta y demanda.

Al revés el trabajo de Sraffa ha potenciado el instrumento keynesiano de corto plazo para explicar vía demanda efectiva al crecimiento económico y no sólo al ciclo económico. Esto obliga a trabajar con estáticas comparativas, tomando como dados los precios para el crecimiento o las cantidades para la determinación de precios, sabiendo que no puede ignorarse que los cambios distributivos afectan las "cantidades de capital".

MIRANDO AL FUTURO

Más allá de observaciones críticas a la obra de Homero Cuevas, que en nada desdibujan su perfil de investigador teórico de fuste y divulgador de la perspectiva clásica en Colombia y Latinoamérica. Es importante señalar que a partir de la obra de Cuevas en Colombia se abre la posibilidad de seguir profundizando y revisando las múltiples vertientes clásicas contemporáneas y que no se agotan en el trabajo de Sraffa. En realidad, se han abierto para diversas líneas de lo podría considerarse un programa de investigación clásico indicativo, en el cual diversos ejes temáticos son abordados: distribución del ingreso, precios relativos, niveles de producto y empleo, y temas monetarios (Aspromourgos, 2004).

El trabajo que deja Cuevas permite dar un primer paso para internarse en el estudio de la economía política con los autores clásicos contemporáneos, tomando la ventaja de un frondoso grupo de trabajos en todo el mundo, en la base de la economía del excedente.

Seguramente la emulación de la capacidad de análisis desprejuiciado y no dogmático del profesor Cuevas será un valioso legado para las actuales generaciones de economistas hispanoparlantes.

NOTAS AL PIE

2 Economía Clásica en Renovación (Cuevas, 2001).

3Sección 5.3 y 5.8.3 respectivamente.

4El carácter de Hipótesis Intermedias implica que en otro momento analítico, por fuera del núcleo clásico que permite deducir los precios de producción, son puestas como incógnitas a resolver y dejan de ser supuestos dados.

5Es claro para todos hoy que dicha mercancía patrón de Ricardo solo es obtenible para variaciones de la distribución y no para cambios de la técnica.

6En efecto toda la idea de capital humano parte de intentar explicar la existencia de desempleo en las economías capitalistas por falta de calificación, partiendo del supuesto que se tiende al pleno empleo de recursos. En toda la historia del capitalismo, nunca existió la escasez de mano de obra, vía inmigraciones, trabajo femenino, infantil y los avances tecnológicos, esto muestra las limitaciones de la explicación convencional del capital humano. Cabe recordar que Becker se inserta entre economistas marginalistas, con supuestos de pleno empleo o tendencia al pleno empleo para su teoría del capital humano, mientras que Ricardo estando de acuerdo con la ley de Say, nunca supuso pleno empleo.

7Dos sectores k= bien de inversión y c= bien de consumo como subíndices. Para el sistema de valores; Valk y Valc son los valores totales del bien K y del bien C; l es coeficiente de trabajo directo; K es coeficiente de capital. Para el sistema de precios, Pc, Pk y w, son precios de bien de consumo, de capital y salario, respectivamente.

8Igualación de precios y valores; de ganancias y plusvalor, o igualación de mercancía standard en valor y en precio de producción (Pasinetti, 1984, p. 179, pie de página 16).

9"In the classical method of logical separation, however, there is no presumption that the interdependencies among prices, outputs, distribution, etc. are negligible. On the contrary, they are in general presumed to be nonnegligible, as in the Ricardian analysis of diminishing returns, rent and the profit rate. The distinction which is made in classical theory is not between markets which may and those which may not legitimately be examined in isolation from other markets, but between relationships that have a necessary and quantitatively exact character by virtue of the rules which govern markets under capitalism, and those relationship which, because they are not logically necessary, cannot be examined with the same degree of formal precision. The question is whether a relation has the status of logical necessity in the following sense. Given the fundamental data of the classical theory, the imposition of the condition that the profit rate be uniform across sectors means that long-period normal prices must coincide with those established by the solution to Sraffa's equations. By contrast, the wage rate, outputs, technical conditions, etc. depend as much upon historical and psychological factors as they do upon prices and incomes; and so it cannot be said that logic requires them to assume one particular set of values rather than another (though there may be logical constraints on the values they can take: e.g. negative outputs are inadmissible)" (Mongiovi, 1996, p. 221).

10No es la mercancía patrón de Ricardo, en tanto no existe la posibilidad de obtenerla ante cambios en la técnica, cosa perfectamente aclarada desde el inicio de la obra en Sraffa, con la no necesidad de supuestos de rendimientos.

11A es la matriz de coeficientes interindustriales, an el vector de inputs de trabajo, es la tasa de beneficio, e1 el vector unitario de la mercancía 1, w el salario unitario expresado en la mercancía 1.

12En realidad (Cuevas, 1984, p.127; 1986, p. 226-227) no se expresa en términos de coeficientes, pero siguiendo el cap. 3 de Sraffa (1960), Cuevas (1984, 1986) concluye que si se elimina una mercancía no base i se sustrae (L/K)i, afectando a la tasa de ganancia, expresada como la relación L/K total. Agrega Cuevas (1984, 1986) que no ocurriría esto sólo si cada mercancía no básica extraída tiene la misma proporción que L/K total. Sin embargo si la técnica no cambia, producir más insumos (más L y más K) para una mercancía no base, no altera la relación de L/K.

13Se denomina técnica al conjunto de métodos (ecuaciones) simples (uno por ecuación y mercancía) compuesto por la matriz de coeficientes técnicos y vector de trabajo (Pasinetti, 1984, pp. 95-94).

14Que por el teorema de Perron-Frobenius garantiza que los componentes de los autovectores sean positivos y con sentido económico (ver Gantmacher, 1959). Los autovalores del Cuadro 1 son: 0,832; 0,188; 0,173; mientras que los del Cuadro 2 son: (0,832; 0,188; 0,173 y 0,500).

15"Sin embargo para la reseña tal vez sea mejor no aventurarse demasiado en este terreno: yo no he pretendido decir nada muy comprometedor, y en general sólo he querido dejar fuera algunas señales para evitar que se crea que el sistema se presenta como "fundamento" para una teoría de la oferta relativa del capital y del trabajo. Es la negación lo que me parece importante: en cuanto a la afirmativa no tengo ninguna intención de adelantar otra teoría mecánica que , de una manera u otra, convalide la idea de que la distribución está determinada por circunstancias naturales, o tal vez accidentales (y aquí, dicho sea entre nosotros, tengo en mente la teoría de Cambridge, como la ha bautizado Pasinetti, que hace depender de la tasa de ganancia de la tasa de crecimiento)pero de cualquier modo capaces de volver fútil cualquier acción, de una parte o de la otra, para modificarla. En conclusión, yo diría que en la reseña es mejor no insistir demasiado sobre el obiterdictum de la tasa de interés monetario (D3/12/111)" (Pivetti, 2008, pp. 493-494).


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