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Innovar

Print version ISSN 0121-5051

Innovar vol.17 no.30 Bogotá July/Dec. 2007

 

 

 

Darío Mesa Chica y la ciencia social en Colombia

 

Wilson Hernando Ladino Orjuela

Sociólogo. Máster en Sociología, D.E.A. y candidato a Ph.D. en Gobierno y Administración Pública del Instituto Ortega y Gasset, Universidad Complutense de Madrid. Profesor ESAP Territorial Once. Núcleo de Estado y Poder. Asesor y consultor en políticas públicas y planeación regional. Correo electrónico: wilsonladinorjuela@gmail.com


 

El significado de la obra intelectual del profesor Darío Mesa Chica, en el pensamiento científico social colombiano durante la segunda mitad del siglo XX, está por precisarse. En los próximos años habrá de rescatarse el destacado esfuerzo de este profesor que, junto con otros, puso a Colombia en la condición de “contemporánea filosófica” de las principales tendencias de pensamiento moderno europeo.

Nacido en Abejorral, Antioquia, en 1921, de padre ganadero y relacionado con la cultura literaria a través de su señora madre, quien leía a los niños del pueblo los primeros libros en su tierna infancia, experimentó luego la vida de la ciudad de Medellín de los años treinta; allí cursó la secundaria y conoció el naciente movimiento obrero sindical colombiano. Podemos decir que la pasión del profesor Mesa no fue la acumulación de riqueza material, ni la búsqueda del poder político y el prestigio que acarrea, sino la apropiación personal de las más variadas manifestaciones del espíritu humano, hasta donde le era posible.

En la década de los cuarenta, luego de ser identificado por el profesor Francisco Socarrás, se desplazó a la ciudad de Bogotá para estudiar en la Escuela Normal Superior. Allí aprendió idiomas (griego, latín, inglés, francés, italiano) y se adentró en el pensamiento filosófico y político universal de la mano de profesores europeos, refugiados de la Guerra Civil española, los primeros estertores del nacional socialismo y la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, impulsado por la necesidad de conocer de primera mano a grandes teóricos y pensadores, se dedicaría al estudio del alemán, el ruso y el mandarín. En la Escuela Normal Superior tuvo su primera aproximación consistente a pensadores occidentales como Aristóteles, San Agustín, Bodino, Maquiavelo, Montesquieu, Kant, Hegel, Marx y Weber, entre otros, y supo del significado y valor de la obra de estos filósofos, teólogos, politólogos e historiadores para el pensamiento y la cultura universal. Pero también allí accedió a manifestaciones diversas en la literatura, el teatro, la pintura, la música y el cine. El joven Darío Mesa tuvo la oportunidad de saber que la humanidad había esperado casi dos mil años para dar un salto en el pensamiento y avanzar de la lógica formal aristotélica a la lógica dialéctica hegeliana. A su vez, Marx, discípulo aventajado de Hegel, penetra en el pensamiento del maestro y lo traduce desarrollando una nueva teoría del conocimiento y una nueva epistemología. Se redescubre el movimiento mismo del pensar y conocer, y se funda una nueva concepción del mundo. La ciencia social había dado un salto cualitativo que era necesario comprender y apropiar.

Darío Mesa Chica experimentó la conciencia de ser un afortunado al existir en una etapa histórica posterior a este salto cualitativo de la filosofía y del pensamiento científico y político. En adelante su tarea personal ha sido estudiar a estos dos pensadores, el desenvolvimiento de su reflexión, la fuerza de su construcción conceptual y la aplicación de esta elaboración teórica a la interpretación y comprensión de la historia y el presente internacional y nacional. Otra de las preocupaciones intelectuales del profesor Mesa Chica fue comprender el proceso histórico moderno de formación de los Estados nacionales en Europa y posteriormente en América y Asia, concomitante con la formación del capitalismo y el desarrollo de la idea de igualdad humana a que dicho capitalismo es capaz de llegar. El impacto que produjeron tanto las movilizaciones obreras en Medellín de los años treinta como en Bogotá de la década siguiente, junto con sus primeras aproximaciones al pensamiento social, lo llevaron a vincularse por varios años al Partido Comunista colombiano. No obstante, su “deseo de saber” lo distanció de los miembros del Partido y del Partido mismo comenzando los años cincuenta. Con su capacidad excepcional venía buscando, como todo hombre culto, “lo positivo de cada cosa” en las manifestaciones más disímiles del espíritu del hombre. Su disposición para el estudio corría pareja con su condición pedagógica. Durante más de 40 años de vida activa, se destacó por su preocupación por formar a otras generaciones de colombianos en la lectura y comprensión de las más representativas manifestaciones del pensamiento filosófico y científico social.

Así, Darío Mesa Chica se hizo conocer en los círculos intelectuales, con la acepción que fue adquiriendo el sustantivo en la sociedad europea moderna (ver Snow, 1959) y bogotana a comienzos de los cincuenta. Después encontró que en una sociedad como la colombiana de mitad del siglo, el escenario más adecuado para poder llevar adelante esta empresa intelectual de apropiación de la cultura universal y la labor pedagógica de aproximar a sus discípulos y colegas a las vertientes de dicha cultura, era la Universidad Nacional de Colombia, a la que se incorporaría como profesor en 1966, al regreso de su estadía por dos años en Alemania Oriental (República Democrática Alemana). En la UN su tarea central fue estudiar y divulgar la naturaleza y lógica de las principales tendencias del pensamiento teórico filosófico y social mundial, y traducirlo a sus colegas en el Departamento de Sociología. Las armas teóricas –gnoseológicas y epistemológicas– que reconoció en los principales teóricos europeos fueron su obsesión constante. Durante sus años como docente organizó seminarios permanentes, con duración de varios meses y en algunas ocasiones hasta dos años, sobre el contexto, las relaciones de los autores con la época, y las singularidades del pensamiento de teóricos. Entre sus múltiples ejercicios académicos, hay constancia de algunos de ellos que podemos destacar:

  • Seminarios sobre el pensamiento de G. F. W. Hegel a través de obras como La filosofía del derecho, La ciencia de la lógica y Lecciones sobre la filosofía del espíritu. Allí buscó una comprensión sistemática de la obra de este pensador alemán, de gran valor para las ciencias sociales contemporáneas.
  • Diversos seminarios sobre el pensamiento de Karl Marx desde la juventud, escritos como La cuestión judía, pasando por El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Manifiesto del Partido Comunista, hasta las Tesis de Feuerbach y El Capital, siempre preocupado por identificar los aspectos gnoseológicos, epistemológicos y lógicos del pensamiento de este autor central del mundo occidental moderno.
  • Aproximaciones sobre la significación y los aportes del escrito de Karl von Clausewitz, De la guerra, en las que buscaba la comprensión de esta reflexión ya clásica sobre este fenómeno social humano.
  • También, sus seminarios sobre la obra de de Nicolás Maquiavelo en los textos de El Príncipe y los Discursos sobre las primera y segunda década de Tito Livio, siempre involucraron una comprensión del contexto en el que el autor escribía, sus fuentes y el nominalismo en el que se fundaba su obra.

Los estudiantes de Ciencias Sociales y de Sociología de los años setenta y ochenta reconocen que el profesor Mesa fue el encargado de introducir, a través de cursos y seminarios permanentes, el pensamiento y sistema conceptual de Max Weber, pensamiento desarrollado a través de textos tales como Economía y sociedad, Ética protestante y el espíritu del capitalismo, Historia económica general, Ensayos sobre la ciudad en Occidente, Sobre la democracia burguesa en Rusia, Tránsito de Rusia al semiconstitucionalismo y Ensayos sobre metodología sociológica. Estos seminarios fueron desarrollados en la Universidad Nacional de Colombia, cuando en muchas universidades de Latinoamérica Weber todavía era un pensador desconocido. Sus conferencias y disertaciones ofrecidas ante auditorios de estudiantes y profesores de la Universidad Nacional de Colombia también involucraron los procesos históricos modernos de las sociedades latinoamericana y europea. De algunas de estas disertaciones se conservan notas de asistentes, grabaciones, textos condensados. Otras constancias quedan de estos ejercicios académicos. Podemos relacionar el seminario de profesores “Estado nacional y poder político en Colombia”, ofrecido en 1980; el seminario interno de profesores “Idea de razón de Estado” de Friedrich Meinecke; la conferencia sobre “La cultura científica en la cultura colombiana del siglo XX”, ofrecida a profesores de Ingeniería, en 1979; la conferencia “¿En dónde estamos?”, dictada a profesores y estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia en 1982; la conferencia “La Universidad ante la revolución científica y técnica”, ofrecida a profesores de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional de Colombia en 1983; la conferencia “Sobre Weber y los marxistas”, ofrecida a los profesores de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia en 1988; los seminarios de Maestría “La filosofía del derecho de Hegel” ofrecidos en 1989 y 1990; “Pensamiento de Miguel Antonio Caro”, en 1990; el “Examen de la política mundial”, dictado en 1991; los seminarios con profesores y luego ofrecidos en programas académicos sobre el pensamiento de “Uribe Uribe”, “Rafael Reyes”, en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Sus disertaciones y conferencias sobre pensadores latinoamericanos, en las que evidenciaba los principales problemas de método, o gnoseológicos y epistemológicos planteados por los autores, sus relaciones con otros teóricos y con manifestaciones como la pintura o la literatura y con la época en la que aparecieron dichos trabajos, y con tendencias en la ciencia natural como la física, la química, la matemática, son una limitada muestra de la aproximación al pensamiento teórico y estético mundial que promovió el profesor Mesa Chica. Fue conocida la rigurosidad y precisión del profesor en la traducción de los textos para no tergiversar los conceptos y las sutilezas del pensamiento de los autores clásicos. Estos seminarios, en los que reiteraba, con el don de gentes propio del maestro, la fuerza reveladora de los conceptos al ser aplicados sobre la historia colombiana, latinoamericana, europea, soviética, china, africana, japonesa o norteamericana, produjeron diferentes efectos sobre los colegas cercanos y lejanos de la Universidad Nacional de Colombia y la comunidad académica nacional. Por ejemplo, en la conferencia titulada “Max Weber y los marxistas” (Mesa, 1988), además de mostrar de manera precisa cómo la aproximación de los marxistas europeos y soviéticos a la obra del sabio alemán, durante gran parte del siglo XX, se había dado a través de la interpretación de Lenin, advierte que hay “[una] congelación teórica del marxismo tras la muerte de Marx”. Aquí, en esta frase, dejó consignada la necesidad de una vertiente de trabajo teórico de primer orden para los sociólogos y filósofos colombianos y latinoamericanos, en primer lugar. Si en los ochenta sorprendió a los académicos, políticos e ideólogos de Bogotá, es decir, al país determinante, podemos suponer el efecto psicológico que sobre espíritus teóricamente menos preparados, con poca información sobre la historia colombiana, latinoamericana, europea, asiática, tanto en la Universidad como en otros escenarios políticos, podría tener en las décadas de los cincuenta y sesenta, su preparada y orientadora interpretación de las corrientes teóricas y de los procesos histórico-sociales que se vivían en los países determinantes del mundo.

El escaso conocimiento que hay en Colombia acerca de la obra intelectual del profesor Darío Mesa Chica se debe a varias razones, entre las que podemos arriesgarnos a destacar una: la ausencia de medios de divulgación de los seminarios ofrecidos durante su vida académica. Su dominio de idiomas – leerlos y comprenderlos– y su pasión y disciplina personal para aproximarse a decenas de autores y cientos de libros, documentos, revistas, periódicos, en archivos y actuales, para comprender el aporte de cada uno de ellos al pensamiento científico social, en el caso de los primeros, y para identificar tendencias teóricas e históricas, en el segundo, quizá sea común en los países europeos, pero es extraño en Latinoamérica y, sobre todo, en Colombia. Esta labor no estuvo orientada por la erudición, sino por el “espíritu de sutileza”, identificado como un elemento de la cultura científica, que permitiera establecer las relaciones entre los fenómenos, sus pesos específicos y comprenderlos. Ya hemos advertido que su esfuerzo estuvo en ver el proceso de formación de los Estados nacionales en Europa, América y Asia de la mano de la formación del capitalismo moderno inaugurado en Europa. Tener la convicción de poder ser un “ciudadano del mundo” con la información que se recibe por distintos canales y contar con la prueba irrefutable de que es posible “comprender” los fenómenos sociales, políticos, culturales y económicos sin necesidad de experimentarlos directamente, aunque dicha “experiencia mental” exija una capacidad intelectual alerta y sensible a detalles a veces imperceptibles, quizá fue otro factor que se convirtió en “distanciamiento” del colegaje promedio de la Universidad colombiana contemporánea al profesor Darío Mesa Chica. Por supuesto, su dedicación no excluía el reconocimiento de la experiencia directa. Sólo que siempre señalaba que no se debía caer en el error del “activismo”, del “nominalismo” o del “realismo” propios de los intelectuales y académicos, en varias disciplinas del conocimiento. Cada conferencia, seminario o ensayo del profesor Mesa Chica se convertía en una aventura intelectual sugestiva por la penetración de sus argumentos, la incorporación de las pruebas empíricas de la más diversa índole y la rigurosidad de su gramática, además de la riqueza de su vocabulario. “Donde no hay un concepto aparece una palabra”, solía decir citando a Hegel.

En 1991, en el desarrollo del curso III de la Maestría en Sociología Política, el profesor Darío Mesa Chica orientó el seminario “Examen de la política mundial”, en el que reiteraba lo que había aprendido y señalado insistentemente: apersonarse de teoría y conceptos –“la luz que ilumina el camino”– para aproximarse a los hechos, elevándose de nuevo a los conceptos sobre lo estudiado, en una dinámica permanente para así dar cuenta de lo real, en este caso, la realidad internacional a partir de la disolución de la Unión Soviética. En este ejercicio inédito en la sociedad colombiana, latinoamericana y europea, se dan las indicaciones para conceptualizar lo que acaba de ocurrir, algo que era impensable e inaprensible para teóricos e investigadores sociales y para la mayoría de la población mundial: la disolución del llamado socialismo real. Allí el profesor Mesa Chica señala hacia la interpretación de las nuevas tendencias a partir de teóricos como Hegel, Marx y Weber, retomando a Golbery do Couto e Silva y Karl von Haushofer.

La revolución científica y técnica, y su impacto en la sociedad contemporánea, la lucha por el control de ciencia más avanzada como la fusión nuclear, la guerra por el control de espectro electromagnético mundial y la órbita satelital, la genética humana, las transformaciones de la sociedad tradicional, sus valores predominantes, su cultura y efectos en los individuos, familias, el Estado y la economía, en la productividad del trabajo, son varios de los problemas teóricos y prácticos sugeridos. En todo caso siempre insiste en la necesidad de atenerse a la unidad del objeto y en la articulación de los elementos, para captar el movimiento de los fenómenos en su dinámica (captar “en lo concreto pensado, lo concreto real”). Como ya era inevitable, ese movimiento permanente entre conceptos y fenómenos, aproximación necesaria del espíritu humano para llegar a nuevos conceptos y las lecciones para el presente y el futuro del país que daban estos fenómenos históricos, hacen parte de las provocaciones intelectuales sugeridas a los asistentes.

Hemos dicho al comenzar que el significado de la obra intelectual del profesor Darío Mesa Chica en la ciencia social colombiana y latinoamericana está por precisarse. Ensayos y trabajos suyos publicados, tales como Mito. Revista de las clases moribundas, 1955, Treinta años de nuestra historia, 1957, El problema agrario en Colombia, 1965, Reflexiones sobre el programa de Sociología de la U.N., 1968, 1976, La vida política después de Panamá, 1980, El espíritu científico en la cultura colombiana del siglo XX, 1980, ¿En dónde estamos?, 1982, La Universidad ante la revolución científica y técnica, s.f., Max Weber y los marxistas, 1988, Seminario para el estudio de Clausewitz, 2000, Seminario sobre la filosofía del derecho de Hegel, 2001, además de otros artículos de periódicos, son apenas una pequeña evidencia del dilatado trabajo teórico y pedagógico del profesor Mesa Chica.

Resultados de investigaciones tales como La teoría de la acumulación originaria, de Carmenza Gallo, El Minotauro imperial, de Fernando Uricoechea, Ética, trabajo y productividad en Antioquia y Biografía intelectual y política de Alejandro López, I.C., de Alberto Mayor Mora, La cultura colombiana de los años 20, de Carlos Uribe Celis, La empresa colombiana entre la tecnocracia y la participación. Del taylorismo a la calidad total, de Anita Weiss de Belalcázar, Estrategias empresariales y diferenciación obrera, de Anita Weiss y Wigberto Castañeda, Arbitrariedad y benevolencia en el trabajo industrial, de Carmen Marina López y Gina Castellanos, Colonización, coca y guerrilla, de Jaime Eduardo Jaramillo, Fernando Cubides y Leonidas Mora, La expedición botánica, de Gabriel Restrepo, son, entre otros, y respetando las singularidades y los aportes intelectuales individuales de los autores, producto de la inspiración y las múltiples sugestiones del profesor Darío Mesa a través de seminarios permanentes impartidos en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Bogotá. La producción académica del Departamento de Sociología, luego de 30 años, deberá ser tema de otra investigación.

Pero también en el plano de la acción hay algunas resonancias del pensamiento teórico del profesor Darío Mesa. El programa de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, fue el primer objeto de su labor transformadora, en una coyuntura histórica como la que vivía Colombia en los sesenta y setenta. Aquí se generaron conflictos intelectuales y personales con académicos y amigos. En esta coyuntura, decimos, orientó la reforma curricular del programa hacia la apropiación consistente, crítica (analítica) y científica de las principales expresiones del pensamiento filosófico, sociológico, político y económico occidental moderno. Allí planteó y desarrolló, en las conferencias conocidas, su idea de un programa “nacional, científico y político” (Mesa, 1968, 1976). Esta decisión se anticipó en más de dos decenios a las tendencias que observamos en las escuelas de sociología de América Latina en los años ochenta y noventa, según se pudo establecer en el Congreso de Sociología realizado en Bogotá en diciembre de 2006. Otros programas de la Universidad Nacional de Colombia fueron receptores de estas ideas y trataron de llevarlas a la práctica para enfrentar adecuadamente las tendencias de la revolución científica y técnica que se imponía en los países determinantes del mundo actual. Posteriormente, en los noventa, se avanzó en la “reforma académica” de la Universidad Nacional de Colombia retomando algunas de las recomendaciones centrales dadas por el profesor Darío Mesa Chica desde los sesenta (concentración en los teóricos fundamentales de la disciplina respectiva, lectura de sus obras, preferiblemente en sus idiomas originales o en sus versiones en inglés –de no existir traducciones al español de excelente calidad–, matematización del conocimiento, dominio de herramientas de investigación empírica, etc.).

Sociólogos egresados se han desempeñado (diáspora) como asesores o consultores del alto gobierno u organismos internacionales, profesores universitarios y, a través de la prensa nacional y de revistas de circulación masiva, expresan sus opiniones sobre los problemas de la vida nacional e internacional. Un estudio sobre egresados nos daría luces sobre los efectos indirectos del pensamiento del profesor Mesa Chica en la sociedad colombiana. Para el presente y futuro de los estudiosos de las ciencias sociales y los investigadores de la historia de las ideas en Colombia, queda la tarea de reconstruir hasta donde sea realizable, el aporte intelectual del profesor Darío Mesa Chica. La sencillez del mismo profesor ha impedido que su obra sea más divulgada en el presente. A los dirigentes, a los hombres de acción, les quedan múltiples hipótesis, interpretaciones y sugerencias, que fueron presentadas durante los más de 40 años de vida intelectual activa del profesor Mesa Chica, para ponerlas en práctica en un país con las singularidades de Colombia en los comienzos de este siglo XXI. Si “el pensar está hecho para ser”, en tanto ese pensar es una elaboración conceptual adecuada, entonces de lo que se trata es de realizarlo con la acción.

Es probable que con la obra del profesor Darío Mesa Chica ocurra lo que ha sucedido con el trabajo de otros pensadores, científicos sociales y preceptores en el mundo: que con el transcurso del tiempo se descubra su verdadera dimensión y significado para la cultura colombiana de la segunda mitad del siglo XX, y se reconozca la fuerza de sus argumentos para la nación del siglo XXI. Lo cierto sí es que sólo a partir del conocimiento de su obra podremos estar en condiciones de superarla.

 

Bibliográfia

Mesa, D. (1968). Sugestiones para discutir sobre el departamento de sociología. manuscrito no publicado.        [ Links ]

Mesa, D. (1976). Fundamentos del programa de sociología, Universidad nacional de colombia. Manuscrito no publicado.        [ Links ]

Mesa, D. (1988, diciembre). Weber y los marxistas. Revista colombiana de sociología, 6(1), 27-35.        [ Links ]

Snow, C. P. (1959). The two cultures and the scientific revolution. New York: university press.        [ Links ]

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