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Innovar

versión impresa ISSN 0121-5051

Innovar v.18 n.31 Bogotá ene./jun. 2008

 

 

 

Ética, economía y empresa

 

 

Ética, economía y empresa busca a través de una lectura interdisciplinaria plantear el debate actual sobre la compatibilidad entre tres conceptos que a simple vista se suponen contradictorios, en tanto su objeto o finalidad en apariencia discrepan uno del otro. En este sentido, el libro hace un intento por desentrañar los elementos morales que yacen en los postulados clásicos de la economía, al mismo tiempo que pretende denotar la complejidad misma de la ética cuando ésta es considerada como un elemento de gestión y no de cosmética dentro de la empresa.

El libro está estructurado en dos grandes partes: la primera, denominada Clásicos de la ética y la economía, donde diversos autores (académicos y consultores) hacen una lectura descriptiva de pensadores como Aristóteles, Adam Smith, Francis Fukuyama y Zygmunt Barman, terminando con los postulados del Nobel de Economía Amartya Sen. La pretensión es mostrar, a intervalos, desde la Grecia Antigua hasta nuestros días, los fundamentos éticos que subyacen a la economía y que se convierten en elementos transversales en la empresa.

La segunda parte del libro, denominada Herramientas para una ética de la economía y de la empresa, pretende abrir el paso de lo teórico a lo práctico haciendo énfasis, en particular, en reflexiones que emergen de la gestión del conocimiento; la confianza como soporte de la ética y de cualquier relación que pretenda mantener la empresa con sus stakeholders; el mobbing; el concepto de precaución aforado por H. Hans (1988) en su libro El principio de responsabilidad; y la Responsabilidad Social Empresarial, RSE, desde donde se postulan las herramientas que el Global Compact ha venido desarrollando a lo largo de los últimos años en materia de recursos humanos, medio ambiente y acción social.

Concluye el libro con la apuesta por una ética hacker alineada al nuevo concepto de empresa informacional o del conocimiento.

Aunque la primera parte del libro establece una línea de lectura frente a diversas concepciones de la economía, y su soporte moral, donde se desentraña una directa relación entre ética y economía y en algunos casos con la política[1], es de extrañar que el libro no muestre de forma explícita y rigurosa los criterios de selección de los pensadores a discutir. En este sentido, esta primera parte del libro, que ofrece la posibilidad de explorar algunas ideas seminales a la ética y a la economía, no muestra un hilo conductor ni conexión entre un pensador y otro. Así mismo, la forma de abordar las bases teóricas sólo ofrece al lector una lectura descriptiva más que crítica. Lo anterior puede entenderse en la medida en que el libro en la primera parte sólo tiene el propósito de reunir los matices necesarios para fundamentar la alianza que debe existir en nuestros días entre ética, economía y empresa.

Es de considerar que si bien en la primera parte del libro se ofrece al lector un panorama de las diversas teorías económicas en un sentido moral, se hace un olvido de los grandes enfoques éticos que emergen de la filosofía y que hoy son el soporte de la ética empresarial. Es así como un filósofo como Kant, que vivió en la misma época de Smith, no es considerado en sus aportes teóricos y antagónicos con respecto a la teoría del bienestar de Smith.

Una confrontación entre el pensamiento de Smith y de Kant habría podido aportar una discusión que es de una absoluta vigencia para el problema planteado de la relación ética- economía-empresa, pues mientras para Smith la economía del bienestar se basa en el individualismo metodológico de donde emerge la ética, el soporte de las decisiones éticas en Kant se fundamenta desde la racionalidad que debe estar carente de todo interés personal[2].

Fuera del vacío de discusión teórica ya enunciado, los diferentes textos que conforman la primera parte del libro carecen de una visión crítica. En suma, se percibe una fuerte debilidad de los autores en cuanto:

No brinda la posibilidad de hacer enlaces con las teorías de los pensadores abordados. Es decir, ¿cómo comprender el paso de Aristóteles a Smith? ¿Qué pasó con la economía, la política y la ética en un periodo como el medioevo? ¿Cuál es la relevancia y por qué se pasa de las teorías de la economía moral de Aristóteles, Smith, Fukuyama, Bauman y Sen sin ninguna justificación clara? En este sentido, un lector cauto habrá de percibir esta escogencia no sin cierta sospecha.

Pese a que es relevante enunciar y describir las teorías económicas que fundamentan hoy una ética empresarial y una economía moral, es necesario hacer un análisis crítico y tomar una posición frente a las diversas perspectivas descritas por los autores. En este sentido, fuera de que los autores caracterizan las tesis fundamentales de algunos pensadores clásicos, se vislumbra un tono de distancia ante la confrontación académica que requiere bien sea un empresario, un académico o un estudiante de una escuela de negocios. Infortunadamente, la presentación temática con espíritu crítico está lejos de autores como García Perdiguero (2003) y Comte-Sponville (2004).

Si en el mundo actual se habla efectivamente de la relación entre ética, economía y empresa como una necesidad para existir en el mundo global, habría que fundamentar el paso necesario que se dio de una economía y empresa amoral y soberana a unas instituciones morales, antes de introducir las herramientas de gestión. Si bien el libro aborda éstas en el segundo apartado sobre herramientas para una ética de la economía y de la empresa, es menester indagar a los autores sobre el sentido de lo que es una herramienta.

Existe una confusión en la segunda parte del libro que no hay que pasar por alto, en cuanto a que para el mundo académico y empresarial una herramienta es un instrumento metodológico para medir y aplicar desarrollos teóricos. Hablar de herramientas implica la posibilidad de elaborar un conjunto de indicadores con el propósito de medir, en este caso, la gestión de la ética en la economía y en una empresa alineada con factores ambientales, económicos y sociales. Contrario a lo que espera el lector sobre la instrumentalización, en esta parte del libro sólo se hace una reflexión conceptual de factores clave para la economía y la empresa, como la gestión del conocimiento, el acoso moral, el principio de precaución como sinónimo de la ética de la responsabilidad, etc. Lo que sí vale la pena señalar es que estas reflexiones proporcionan las bases para iniciar un diagnóstico de la empresa en sus relaciones con los stakeholders internos y externos, y se ofrecen como el camino para la construcción de las herramientas en materia de ética empresarial.

Cabe resaltar, igualmente, que en el ensayo 15 del libro sí se llegan a plantear herramientas en los temas de recursos humanos, medio ambiente y acción social cuando se definen indicadores como proxis de un tablero de control.

Si bien los autores dejan claro en el prólogo del libro que el intento del mismo “es reflexionar sobre la empresa en el nuevo mundo informacional que exige una responsabilidad social de ámbito global”, este aspecto sólo se trata de modo tangencial y no en profundidad. Sin embargo, es necesario reconocer el esfuerzo de los autores por encontrar los pilares necesarios en la nueva concepción de empresa y del mundo de los negocios desde un marco netamente ético, que implica una disertación del paso de una ética centrada en la convicción a una ética cimentada en el principio de responsabilidad.

En términos generales, el libro ofrece una interesante perspectiva del tránsito que se ha venido gestando en la empresa y en la economía desde una concepción ética, y aborda preguntas que no se deben pasar por alto en el medio académico o en el mundo empresarial: ¿Pueden coexistir hoy la ética y los negocios? ¿Se puede en el mundo de los negocios utilizar una ética que no sea instrumental? ¿Cuál debe ser el nuevo enfoque ético en el mundo informacional? Estas son preguntas de gran relevancia para las ciencias sociales, en particular cuando la globalización, como sinónimo de cambios profundos en varios frentes, ha exigido la incorporación de una nueva dimensión ética en el mundo de los negocios y una nueva consideración del hombre dentro de la economía y de la empresa.

La visión que arrojan los autores del libro (Ramón Alcoberro –coordinador editorial–, David Murillo, Alberto Revenga, Jordia Arnau, Ángels Gutiérrez, Irene Samper, Jordi Barba y Carlos Ráfols) emerge de una disertación de carácter interdisciplinario y con fuente tanto en el conocimiento académico como de la práctica empresarial en consultoría. En este sentido, el libro posee la riqueza de la multiplicidad de la mirada frente a un problema específico propiciando que pueda ser leído por diferentes actores: académicos, consultores, empresarios, ejecutivos y estudiantes, para iniciar el camino en la conceptualización de estos temas de profunda relevancia.

Lo que diferencia el libro de otros textos que se inscriben en esta línea del conocimiento es el hecho de abordar diferentes autores que han construido sus teorías económicas y sociales desde una concepción moral, sin inducir al lector a tomar partido por un pensador en particular; por supuesto, lo anterior puede convertirse también en una debilidad si miramos el texto como una reflexión producto del trabajo de un grupo de investigación en ética y empresa[3] del cual se esperaría una propuesta de lectura crítica para abordar la relación implícita que hoy se hace explícita y necesaria entre ética, economía y empresa.

De otro lado, la lectura del libro puede realizarse de modo asistemático en tanto si bien el libro está estructurado en dos partes bien diferenciadas, no hay que seguir una linealidad en la lectura ya que en su estructura interna se desarrollan temas que no están entrelazados y no requieren preámbulos para su entendimiento. Por lo anterior, aunque el libro procede de un grupo de investigación, claramente se vislumbra en la lectura una serie de temas producto de una reflexión o resultado de consultoría empresarial que aún carecen de unidad, pero que podrían apoyar ciertos temas específicos en un curso de ética en los negocios o de responsabilidad social empresarial.

Se debe advertir que la bibliografía reseñada tiene dos grandes debilidades: i) está limitada al ámbito español, y ii) los artículos, papers o ensayos críticos de revistas indexadas son protagonistas pero por su ausencia.

Para concluir, es importante resaltar que el libro deja todo el planteamiento de una ética que empieza a emerger con alguna fuerza en los países desarrollados y en las empresas caracterizadas por un enfoque postaylorista. Es la ética hacker por la cual ya se había preguntado M. Castells (1996) en su libro La era de la información: ¿Cuál es el fundamento ético de la empresa red? Al fin y al cabo, ¿necesita la empresa red un soporte ético? El libro bajo crítica aporta a los principios de esta nueva dimensión ética.

En suma, siguiendo a Alcoberro y nuestra posición inicial, consideramos que:

“Podemos encontrar muchos libros de gestión empresarial más o menos centrados en la estrategia y en la eficacia, pero en el nuestro pretendemos preguntarnos por algo que nos parece más grave y más valioso: el fundamento, la raíz –o en términos más filosóficos, el sentido– de lo que la empresa hace y dice. Eso significa que la ética no es una etiqueta ni una estrategia del departamento de marketing, ni siquiera un ‘recurso humano’. La ética es una forma de mirar atentamente las cosas, de darle su valor para que puedan tener su precio, en esfuerzo y en calidad, cuando sean puestas a disposición de ese mercado global que es la polis (2007, p. 14).

 

Pie de página

[1] Por ejemplo, en los postulados filosóficos de Aristóteles se entiende que tanto la economía como la política tienen la pretensión de ofrecer una vida buena al hombre. En este sentido no sería descabellado aseverar que la ética se encontraba de modo transversal en estas dos “disciplinas” en tanto la ética constituía la aspiración a la felicidad, la cual, para el hombre griego, era alcanzar la vida buena que implicaba desprenderse de cualquier noción de beneficio particular.

[2] En la ética kantiana se deben eliminar los imperativos hipotéticos pues estos son subjetivos y no buscan el bienestar común; Kant en la Crítica de la razón práctica establece el imperativo categórico el cual es una ley moral universal donde las decisiones no son buenas para sí mismo sino para la universalidad.

[3] Grupo de Ética y Empresa del Instituto de Tecnoética, Fundación Epson.

 

Referencias bibliográficas

Castells, M. (1996). La era de la información. La sociedad red (Vol. 1). Madrid: Alianza Editorial.

Comte-Sponville, A. (2004). ¿El capitalismo es moral? Barcelona: Paidós.

García Perdiguero, T. (2003). La responsabilidad social de la empresa en un mundo global. Barcelona: Anagrama.

Hans, H. (1988). El principio de responsabilidad. Barcelona: Herder.

Kant, I. (2005). Crítica de la razón práctica. México: Fondo de Cultura Económica.

 

AUTORA DE LA RESEÑA:

Lida Esperanza Villa Castaño

Economista y magíster en Filosofía. Estudiante del doctorado en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y profesora investigadora del Departamento de Administración de Empresas, de esta misma universidad. Correo electrónico: villa.null@javeriana.edu.co

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