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Innovar

versión impresa ISSN 0121-5051

Innovar v.19 n.34 Bogotá jul./dic. 2009

 

 

 

Ayudas públicas a la innovación: una evidencia empírica de la PYME industrial del sureste mexicano

Public support (subsidy) for innovation: empirical evidence regarding an industrial PYME from south-eastern México

Aides publiques à l'innovation: une évidence empirique de la PME industrielle du sudest mexicain

Ajudas públicas à novação: uma evidência empírica da Pequena e Média Empresa (PME) industrial do sudeste mexicano

 

Gabriel Góngora-Biachi*, Antonia Madrid Guijarro** & Domingo García Pérez de Lema***

* Maestro en Administración y candidato a Doctor de la Universidad de Cantabria, España. Profesor de la Universidad Autónoma de Yucatán, México. Correo electrónico: biachi@sureste.com

** Doctora en Economía y Profesora de la Universidad Politécnica de Cartagena, España. Correo electrónico: antonia.madrid@upct.es

*** Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y catedrático de Universidad, Universidad Politécnica de Cartagena, España. Correo electrónico: domingo.garcia@upct.es


Resumen

Este trabajo tiene como propósito estudiar la existencia de tres tipos de sesgo en el proceso de solicitud y concesión de ayudas a la innovación a la PYME industrial en México (sesgo de motivación, sesgo de selección administrativa y sesgo de información). Para ello se realiza un estudio empírico sobre 169 PYME industriales, subvencionadas y no subvencionadas. Los datos del estudio empírico han sido recogidos a través de un cuestionario dirigido al gerente de la empresa. Los resultados muestran que las empresas que solicitan ayudas públicas cuentan con una mejor tecnología. Las empresas elegidas por la Administración para otorgar las ayudas tienen tecnología fuerte-buena, estrategia exploradora-analizadora y una mayor proporción de exportaciones. Finalmente se obtiene, al analizar el sesgo de información en las empresas que no solicitan ayudas, que las mejor informadas se caracterizan por tener un mayor grado de exportación y ser más antiguas.

Palabras clave:

ayudas públicas, subvenciones, sesgo de motivación y selección, PYME, innovación.

 

Abstract

This work was aimed at studying three types of bias in support for innovation being requested and conceded in industrial PYMEs in México (motivation bias, selection and administrative bias and information bias). An empirical study was thus made of 169 subsidised and non-subsidised industrial PYMEs. Empirical study data was collected via a questionnaire aimed at company managers. The results showed that companies requesting public subsidies had better technology. The firms chosen by the Administration for subsidies to be awarded to had strong-good technology, explorer-analyser strategy and a higher percentage of exports. It was also found on analysing information bias in the firms which did not request support that the best informed were characterised by exporting more and being older.

Key words:

public support, subsidy, motivation and selection bias, PYME, innovation.

 

Résumé

L'objectif de ce travail est d'étudier l'existence de trois types d'erreur systématique dans le processus de demande et de concession d'aide à l'innovation de la PME industrielle au Mexique (erreur systématique de motivation, erreur systématique de sélection administrative et erreur systématique de l'information). Une étude empirique sur 169 PME industrielles, subventionnées et non subventionnées. Les données de l'étude empirique ont été collectées au moyen d'un questionnaire dirigé au gérant de l'entreprise. Les résultats montrent que les entreprises demandant une aide publique ont une meilleure technologie. Les entreprises sélectionnées par l'Administration pour recevoir une aide ont une technologie forte, une stratégie exploratrice d'analyse et une plus grande exportation. Finalement, l'analyse de l'erreur systématique d'information dans les entreprises qui ne demandent pas d'aide détermine que les entreprises mieux informées ont une exportation plus élevées et sont plus anciennes.

Mots-clefs:

Aides Publiques, Subventions, Erreur systématique de motivation et sélection, PME, Innovation.

 

Resumo

Este trabalho tem como propósito estudar a existência de três tipos de tendências no processo de solicitação e concessão de ajudas à inovação da PME industrial no México (tendência de motivação, tendência de seleção administrativa e tendência de informação). Para isso realiza-se um estudo empírico sobre 169 PME industriais, subsidiadas e não subsidiadas. Os dados do estudo empírico foram recolhidos através de um questionário dirigido ao gerente da empresa. Os resultados mostram que as empresas que solicitam ajudas públicas contam com uma melhor tecnologia. As empresas eleitas pela Administração para outorgar as ajudas têm tecnologia forte-boa, estratégia exploradora-analisadora e uma maior proporção de exportações. Finalmente obtém-se, ao analisar a tendência de informação nas empresas que não solicitam ajudas, que as melhor informadas caracterizam-se por ter um maior grau de exportação e por serem mais antigas.

Palavras chave:

Ajudas Públicas; Subvenções; Subsídios; Tendência de motivação e seleção; PME; Inovação.

 

1. Introducción

La globalización y la llamada nueva economía del conocimiento están forzando a las empresas a mejorar su posición competitiva a través de estrategias fundamentadas en la innovación, siendo responsabilidad de las administraciones públicas velar porque concurra un entorno favorable para ello (Comisión Europea, 2000). La economía global presiona a las empresas para que sean competitivas, motivándolas a innovar para conservarse en el mercado y tener éxito (Di Maria y Micelli, 2008). Ahn (2001) presenta un amplio estudio sobre tecnología, innovación y productividad donde diversos autores reconocen a la innovación como el recurso más importante para el desarrollo de las economías.

México, en los últimos años, ha estado perdiendo gradualmente competitividad ante países que en el pasado estaban menos desarrollados que él, por lo que el tema de la innovación -como estrategia de recuperación de esa competitividad- se ha convertido en relevante y actual (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2006), ya que las innovaciones tienen un efecto positivo sobre el crecimiento de las empresas (Simón, 1997). La política de estado mexicana en ciencia, tecnología e innovación busca el mejor funcionamiento de los mercados, la cooperación entre inversiones privadas y públicas en investigación y desarrollo, el refuerzo del sistema de ciencia, tecnología e innovación, y una mejora sustancial en la efectividad de los programas de gobierno. Así, las ayudas públicas a la innovación incentivan la transformación tecnológica. En este mismo sentido, la Organización Mundial de Comercio (OMC, 2006) considera que la innovación es un importante motor del crecimiento económico, y su fomento es un componente esencial de las políticas industriales en los países emergentes y desarrollados.

Aghion y Howitt (1998) señalan que diversos factores pueden limitar la eficiencia de las ayudas públicas a la I+D+i poniendo en entredicho su idoneidad. En primer lugar, estos autores señalan la dificultad de medir los spillover procedentes de la innovación y de predecir los outputs de este tipo de actividades. En segundo lugar, existe información asimétrica entre la Administración y los beneficiarios de la ayuda, que provocan problemas de agencia. Además, Gilchrist y Deacon (1990) señalan que la justificación de dichas ayudas a la innovación viene determinada por la concentración de las mismas en determinados sectores donde predominan grandes empresas, lo cual limita el impacto del apoyo sobre la totalidad de la industria y genera distorsiones entre empresas, y la validez de los criterios de selección para elegir los proyectos apoyados.

El objetivo de este trabajo es estudiar las características de la PYME[1] manufacturera mexicana de la región sureste que ha recibido ayudas públicas a la innovación considerando los siguientes enfoques: a) el sesgo de motivación, que implica analizar qué características tienen las empresas que solicitan una ayuda pública, b) el sesgo de selección administrativa, donde se analizan los criterios de competitividad utilizados por la Administración para conceder una ayuda pública, y c) el sesgo de información que involucra la efectividad de la Administración para dar a conocer los programas de ayudas públicas. Para ello se realizó un estudio empírico usando una muestra de 169 PYME mexicanas, de las que 29 obtuvieron ayudas a la innovación, 127 no las solicitaron y 13 las solicitaron pero no les fueron concedidas. La innovación puede presentar diferentes formas, como la creación o adopción de nuevas tecnologías y conocimientos para mejorar los procesos y productos existentes, y crear nuevos bienes y servicios. La definición de innovación utilizada en este trabajo es la que está recogida en el Manual de Oslo y que comparten los países de la OCDE y Eurostat (2006):

    … comprende los nuevos productos y procesos así como las modificaciones tecnológicas importantes de los mismos. Una innovación se considera como tal cuando es introducida en el mercado (innovaciones de productos) o utilizada en un proceso de producción (innovaciones de procesos). En ellas intervienen toda clase de actividades científicas, tecnológicas, de organización, financieras y comerciales.

Blanes y Busom (2004) señalan que los factores que determinan la participación de las empresas en los programas públicos de ayuda a la innovación han sido escasamente analizados. En el contexto mexicano no existe, hasta nuestro conocimiento, ningún trabajo que trate este tema. Aunque las reglas de operación de los programas de apoyo a la pequeña y mediana empresa (PYME) en México señalan los puntos por considerar en el momento de otorgar una ayuda, no existe evidencia del perfil que tienen las empresas que acuden a solicitar las subvenciones, ni cuáles son apoyadas por la Administración Pública. En este sentido, el trabajo pretende mejorar el conocimiento sobre las siguientes cuestiones: ¿Cuáles son las características de las PYME mexicanas que optan por solicitar una ayuda financiera a la innovación?, ¿cuáles son los criterios de selección que la Administración utiliza para asignar estas ayudas? y ¿son suficientemente difundidas las ayudas a la innovación entre las empresas?

Esta línea de investigación es relevante debido a la necesidad de controlar el proceso de distribución de las ayudas en la evaluación de las políticas públicas. El hecho de que unas empresas se beneficien de los apoyos gubernamentales está determinado, en primer lugar, por las características que han llevado a que las empresas soliciten la ayuda, y en segundo lugar, por la decisión del gobierno de otorgarla. Estos factores provocan problemas de selectividad y endogeneidad en el proceso de evaluación de la política pública puesto que la distribución de las ayudas no es aleatoria (Arvanitis et ál., 2002; Duguet, 2003; Herrera y Heijs, 2007). Además, como apunta Heijs (2001), el estudio de las empresas no beneficiarias de las ayudas puede ser un punto de partida para analizar las barreras o dificultades que dichas empresas encuentran como consecuencia del diseño del apoyo.

El resto del trabajo se organiza de la siguiente forma. En el segundo apartado se exponen las principales características de los programas de ayudas a la PYME en México. En el tercero se realiza una revisión de estudios empíricos previos y se plantean las hipótesis de investigación. En el cuarto apartado se explica la metodología usada, especificando las características de la población y la muestra, y se definen las variables de estudio. En el quinto se analizan los resultados y, posteriormente, se exponen las principales conclusiones del estudio.

 

Ayudas públicas a la PYME en México

Debido a que México, en los últimos años, ha estado perdiendo gradualmente competitividad ante países que en el pasado estaban menos desarrollados que él, el tema de la innovación como estrategia de recuperación de esa competitividad está en auge (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2006). En el caso mexicano, el estancamiento de la productividad, así como la pérdida de competitividad sustentada sobre bases robustas, son indicativos de dificultades en relación con su capacidad tecnológica e innovadora (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2006). Uno de los problemas estructurales que presenta el país es un escaso nivel de inversión privada en la ciencia y la tecnología, si se compara con otros países llamados emergentes (CIDE-UNAM, 2006). Si bien el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología mexicano (Conacyt, 2006) reconoce que la participación privada en Investigación y Desarrollo Experimental (IDE) en México se ha incrementado últimamente por los estímulos fiscales, su proporción en el gasto total es baja (33%) si se considera que en países como Japón, el sector productivo financia 73% del total, en Corea 72%, en Estados Unidos 67%, en España 47% y en Brasil 38%. De acuerdo con las estadísticas de la OCDE (2006), México ocupa el trigésimo lugar entre sus miembros en cuanto a patentes, científicos, negocios basados en tecnología, investigaciones, fuentes de empleo para científicos y porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la Investigación y Desarrollo (I+D), mostrando un gran rezago en este sentido aun en relación a otros países en desarrollo como Brasil (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2006). Este escenario y la gran importancia de la PYME[2] en la economía mexicana (OCDE, 2002; Ayyagari et ál., 2003; Guaipatín, 2003) motivan la necesidad de diseñar ayudas públicas dirigidas a incentivar la inversión en innovación en la PYME. El Fondo de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PYME), tal y como lo describe el Plan Nacional de Desarrollo de México (Poder Ejecutivo, 2001), es un instrumento que apoya a las empresas, en particular a las de menor tamaño y a los emprendedores, con el propósito de promover el desarrollo económico nacional con programas que fomenten la creación, el desarrollo y la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Los programas federales que se operan en México para el apoyo empresarial se muestran clasificados en el cuadro 1.

De estos apoyos, los canalizados a través del Fondo PYME se otorgan a través de organismos intermedios en seis categorías y 22 sub-categorías que se concentran en el cuadro 2.

Este fondo, creado por el Gobierno Federal en 2004 y renovado anualmente desde entonces, prevé el otorgamiento de apoyos transitorios destinados a promover el desarrollo económico nacional, a través del fomento a la creación, desarrollo, consolidación, viabilidad, productividad, competitividad y sustentabilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) con la finalidad de fomentar el empleo y el bienestar social.

Adicionalmente al fondo PYME, las empresas pueden recibir del Gobierno Federal diversos apoyos genéricos o sectoriales, como se presenta en el cuadro 3.

 

Revisión de estudios previos e hipótesis de investigación

El marco teórico de referencia de este trabajo se fundamenta en las aportaciones neoinstitucionalistas que elaboran una serie de postulados generales más cercanos a la realidad que los elaborados por la teoría neoclásica. En el modelo neoinstitucional, el mecanismo de precios no es suficiente para la coordinación económica y el intercambio. Los cambios en los precios no son la única guía para que los agentes tomen decisiones; también lo es el entorno institucional que los influencia. Como consecuencia de los conflictos, las imperfecciones y la descoordinación en el mercado y el intercambio, se requieren instituciones que, además de reducir los costes de transacción y de coordinar la actividad económica general, traten de equiparar los intereses colectivos a los individuales (Brosio, 1989; Williamson, 2000, Acemoglu et ál., 2001, y Bardhan, 2000). El neoinstitucionalismo reclama la acción de las instituciones para reglamentar el funcionamiento político, social y económico (De Benedictis, 1993; Foster, 1992; Brosio, 1989). El objetivo de la intervención pública no es ser un mero mediador, sino que tiene una actitud activa en cuanto a los siguientes objetivos: 1) paliar los denominados fallos de mercado y las imperfecciones del mercado, y conseguir una mejora en la asignación de los bienes y factores existentes en una economía. De este modo, y siguiendo a Petitbó y Vilalta (1999), la concesión de ayudas públicas estaría económicamente justificada si permitiera a una economía alcanzar una "mejor" situación en términos de eficiencia (una situación Pareto-superior); 2) reducir las perturbaciones cíclicas de la economía y conseguir una senda equilibrada de crecimiento. Esta justificación económica, en palabras de Petitbó y Vilalta (1999), se refiere "al grado de contribución de las ayudas públicas a un crecimiento económico equilibrado, sostenido y respetuoso con el medio ambiente, es decir, de su contribución a la estabilización económica", y 3) función redistributiva atribuida al sector público. Las ayudas estarán justificadas dependiendo de su grado de contribución a una distribución de la renta más equitativa en relación con la que proporciona el mercado, tanto a título individual como territorial.

El efecto positivo que provoca la innovación y sus características inherentes, tales como: existencia de spillover, costes elevados y de alto riesgo, y gap de tiempo entre el ciclo de vida del producto y el periodo necesario para desarrollarlo, así como la dificultad de apropiación de sus resultados (Malkin, 1990; OCDE, 1992; Geroski, 1995; Buesa et ál., 1997; Heijs, 2001), han justificado políticas públicas activas en el campo de la innovación. En suma, todas estas observaciones indican que, sin intervención pública, la actividad innovadora será insuficiente desde el punto de vista social. Sin embargo, los burócratas -que son los que diseñan e implementan las políticas gubernamentales- buscan maximizar su propia utilidad. Para alcanzar este objetivo, persiguen la maximización del presupuesto asignado a su agencia. Al aplicar esta lógica a los programas de subvenciones empresariales, Venetoklis (2001) argumenta que una proporción de las subvenciones directas concedidas a las empresas está motivada por los intentos de maximización del presupuesto de los burócratas administradores de estos programas. Como consecuencia de lo anterior, parte de las subvenciones empresariales son sobreestimadas ya que no se corresponden con las verdaderas necesidades de las empresas beneficiarias. Todo esto provoca ineficiencia en la política de subvenciones y evidencia la necesidad de evaluar la eficiencia de los programas de ayudas.

El proceso de evaluación de la intervención pública se enfrenta a la imposibilidad, por parte de los investigadores, de observar la posición contrafactual: ¿Qué hubiese ocurrido en las empresas subsidiadas si no hubiesen recibido la ayuda pública? Este problema se presenta porque no se trata de un experimento, y por tanto, no se puede observar esta posición. Las empresas que participan en los programas de ayudas no fueron seleccionadas aleatoriamente, sino que se producen dos sesgos (gráfico 1): a) sesgo de motivación: las empresas por sí solas deben solicitar la ayuda pública, y b) sesgo de selección: para poder obtener la ayuda pública, las empresas solicitantes deben cumplir los requisitos que establece la administración.

 

Storey (1999) señala que al existir sesgo de motivación (o autoselección), es probable que aquellas empresas que solicitan la ayuda sean más dinámicas y orientadas al crecimiento, aunque no difieran en términos observables (edad, sector, etc.) de las que no las solicitan. La dirección de estas empresas puede estar más abierta al cambio y ser más consciente del entorno. El riesgo que señala dicho autor es que se puede inferir que las ayudas públicas contribuyeron a un mejor rendimiento al comparar empresas subvencionadas y no subvencionadas. Sin embargo, dicha mejora del rendimiento se puede deber a la motivación más que a la ayuda pública en sí misma.

De igual forma, Storey (1999) también advierte sobre el sesgo de selección administrativa. Este ocurre cuando los administradores del programa deciden a qué solicitantes elegir. Blanes y Busom (2004) plantean que la administración pública puede dirigir sus acciones en dos sentidos a la hora de seleccionar los proyectos subvencionables: a) a la corrección de los fallos de mercado que afectan a la PYME y b) a la elección de las empresas exitosas (política llamada picking winners). En el primer caso, la administración pública preferiría a las empresas de menor tamaño y que no han realizado innovaciones por falta de recursos financieros, técnicos y humanos; en el segundo, la selección privilegiaría a las empresas de mayor tamaño, dentro de su categoría, las que dediquen más recursos a las actividades de innovación y realicen exportaciones. En este contexto, es probable que los suministradores de las ayudas opten por los "mejores" solicitantes, evitando a los "peores". La revisión de los estudios empíricos muestra como predominante la segunda de las opciones.

Autores como Lipsky (1980), Branstetter y Sakakibara (1998), Klette et ál. (1999) y Venetoklis (1999) reportan que existe selección diferenciada, y presentan evidencia empírica acerca de que las agencias prefieren conceder las ayudas a las mejores empresas. Esta elección permite a dichas agencias justificar más fácilmente que las ayudas públicas cumplieron su propósito, ya que las empresas seleccionadas han demostrado ser exitosas, teniendo un rendimiento superior al grupo de control. Este sesgo de selección administrativa provoca ruido en el proceso de evaluación de los programas, no pudiendo concluir que el éxito de la empresa apoyada se debe exclusivamente a la ayuda recibida. Por consiguiente, no se puede inferir que todas las diferencias existentes entre ambos grupos sean debidas exclusivamente a la política.

Diversos estudios empíricos revelan la existencia de sesgo, pero no diferencian entre sesgo de motivación y sesgo de selección administrativa. Por ejemplo, Busom (2000) estudia a 154 empresas españolas que en 1998 realizaron actividades de I+D, y obtiene que la probabilidad de beneficiarse de una ayuda pública se relaciona positivamente con el hecho de que parte del capital sea público, la empresa sea más antigua, pertenezca al sector farmacéutico o químico y tenga experiencia en actividades de I+D. Por el contrario, esta autora observó que el tamaño y la existencia de capital extranjero en la empresa disminuyen su probabilidad de ser ayudada. Otros trabajos interesantes son los de Wallsten (2000), Lach (2000), North et ál. (2001), Hussinger (2003), Lööf y Hesmati (2005) y Blanes y Busom (2004). Los resultados se resumen en el cuadro 4. Este cuadro muestra que existe un efecto positivo del tamaño de la empresa y la innovación sobre la probabilidad de que la empresa obtenga una ayuda pública. El tamaño empresarial ayuda a superar los costes fijos de la inversión, aumentando la probabilidad de que la empresa decida llevar a cabo proyectos de innovación y enfrente con mayores recursos los requerimientos burocráticos de la solicitud de ayuda pública (Czarnitzki y Kraft, 2004; Hussinger, 2003). Además, las empresas de mayor tamaño pueden beneficiarse en mayor medida de economías de escala, y tienen menos restricciones financieras para desarrollar un proyecto de innovación (Cohen, 1995). En este sentido, es de esperar que las empresas que deciden solicitar una ayuda pública gocen de mayor tamaño que el resto. Cznarnitzki y Kraft (2004) muestran que las empresas que pretenden competir en nuevos mercados tienen una inversión mayor en innovación que el resto de empresas, percibiendo la innovación como un factor clave para ser competitivos, lo que explicaría un comportamiento diferente entre empresas solicitantes y empresas no solicitantes.

La internacionalización ha sido identificada como otro factor que privilegia la administración pública al otorgar las ayudas. Bregman et ál. (1999) encuentran que las ayudas públicas en Israel tienen un marcado sesgo hacia los mercados exportadores. Lavy (1994) y Roper y Hewitt-Dundas (2001) describen a las exportaciones como un factor altamente relacionado con la obtención de una ayuda pública. Sin embargo, Busom(2000) no encuentra una relación significativa entre la internacionalización y la recepción de ayudas públicas.

Ante esta evidencia, se proponen las siguientes hipótesis sobre el sesgo de motivación y sesgo de selección administrativa:

Hipótesis de motivación: Las empresas que deciden solicitar ayudas financieras poseen un mayor tamaño, están dirigidas a mercados internacionales, y mantienen una mayor orientación estratégica hacia la innovación.

Hipótesis de selección administrativa: Las empresas que tienen un mayor tamaño, que dedican más recursos a su actividad innovadora y están orientadas a mercados internacionales tienen más probabilidad de obtener una ayuda financiera.

El Estado debe colaborar con los grupos que representan los distintos intereses de la sociedad civil para que puedan resolver sus conflictos y obtener los mejores resultados con equidad (Acuña y Tommasi, 1999). Ello requiere, en un sentido teórico, la obligación de la administración de poner las ayudas públicas (principio jurídico de equidad) y la información relativa a estas (principio jurídico de publicidad) al alcance de todos, y que las empresas tengan la misma probabilidad de obtenerlas (principio jurídico de selección objetiva). De esta forma se consigue la democracia necesaria para lograr la corrección a los fallos de mercado y la asignación óptima de bienes públicos (Cremer y Laffont, 2003). No obstante, trabajos previos identifican la falta de información como una de las barreras de acceso más importantes (Reger y Kuhlmann, 1995). Debido al escaso nivel informativo sobre los programas de ayudas, las empresas beneficiarias son aquellas que poseen mejores canales de información, y por consiguiente, las de mayor tamaño. Para el caso español, Buesa y Molero (1993) concluyen que las empresas menos innovadoras y las más pequeñas son las que menos conocimiento tienen acerca de las ayudas.

Este trabajo trata de analizar el grado de información que las empresas consideran tener en lo relativo a los apoyos gubernamentales. De acuerdo con lo expuesto en párrafos anteriores respecto a las ventajas que tienen el tamaño y la orientación internacional, es de esperarse que cuanto más grande sea la empresa y esté más orientada hacia mercados internacionales, más recursos dedicará a la obtención de la información. No se encontraron estudios empíricos que permitan conocer la eficiencia de la empresa en obtener información pública. Así, se explora la posibilidad de relación entre esa información y el tamaño y la orientación internacional de la empresa.

Hipótesis de información: Las empresas que no piden ayudas financieras pero que poseen un mayor tamaño y están dirigidas a mercados internacionales consideran que poseen información suficiente sobre ayudas públicas.

 

4. Metodología

4.1 Características de la muestra

La población de PYME industriales manufactureras en el estado mexicano de Yucatán, según los últimos datos del Censo Económico (2004) del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), es de 622 empresas, ubicadas principalmente en la capital del estado. De acuerdo con este instituto, la industria yucateca se caracteriza por la producción de alimentos (galletas, botanas, panes, refrescos, tortillas, salsas, entre otros) aunque también destaca la industria del vestido, la elaboración de muebles y la producción de insumos para la construcción.

En la obtención de la muestra se utilizaron las bases de datos del Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM), la de la Secretaría de Desarrollo Industrial y Comercial de Yucatán (Sedeinco) y la de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación Delegación Yucatán (Canacintra), las dos primeras, dependencias gubernamentales y la tercera una cámara empresarial de iniciativa privada. El diseño general de la muestra se basa en los principios del muestreo estratificado en poblaciones finitas. Los criterios utilizados para la estratificación deben estar correlacionados con las variables objeto de estudio teniendo en cuenta que la ganancia en precisión es, en general, decreciente al aumentar el número de estratos. Debido a lo anterior, el número de criterios y estratos debe ser moderado y congruente con el tamaño de la muestra que podamos trabajar. Así, la población de empresas ha sido segmentada según dos criterios: actividad y tamaño. El número de empresas en cada uno de los estratos construidos se obtuvo a partir de la información del Inegi. La elección de las empresas por entrevistar en cada estrato se realizó a través del muestreo aleatorio simple, de tal forma que todas las unidades tienen la misma probabilidad de ser elegidas, y las extracciones son independientes unas de otras (Anderson y Sweeney, 2008).

El método utilizado para la recolección de datos fueron las encuestas de opinión para determinar la existencia de relaciones de causa y efecto entre los fenómenos (Díaz de Rada, 2002; Hernández et ál., 2006; Creswell, 2005). La técnica para la obtención de la información consistió en una entrevista personal con el propietario o gerente de la empresa, y se usó como soporte un cuestionario. Su uso permite obtener información de forma rápida y simple, sobre todo teniendo en cuenta la característica de escasez de recursos de las PYME (Martín y Aguiar, 2004). Además, el cuestionario ayuda a conocer las ideas y opiniones de los encuestados acerca de los aspectos relativos al estudio, de manera directa y simple (Sabino, 1984), proporciona flexibilidad, relativa facilidad y rapidez al momento de aplicarlo y procesarlo, y es particularmente útil para estudios descriptivos no experimentales (Mathers et ál., 1998). El cuestionario utilizado para recoger la información fue revisado a través de un pre-test realizado a diez empresas. Esta fase permitió formular preguntas que eran confusas y difíciles de contestar, siguiendo las indicaciones de Mathers et ál. (1998), quienes abogan por cuestiones claras y consistentes. El trabajo de campo se realizó entre el 16 de diciembre de 2006 y el 28 de febrero de 2007. Para asegurar el éxito de la visita, previamente se hicieron llamadas telefónicas en las que se explicaban los objetivos generales de la investigación y se concertaba una entrevista personal con el gerente o propietario de la empresa. Dentro de la estructura organizativa de la empresa se eligió la figura del "gerente-propietario" porque, como estipula Van Gils (2005), los gerentes de las PYME son los agentes más importantes en este tipo de empresas. Durante la entrevista personal se recordó a los entrevistados que no existían respuestas correctas o incorrectas, que la información se trataría de forma anónima y que un resumen de los resultados estaría a su disposición en un breve periodo de tiempo.

Finalmente, se obtuvieron 179, encuestas de las cuales diez fueron desestimadas por diversas razones: cuatro encuestas por no cumplir el criterio de tamaño, al tener más de 250 trabajadores, y seis encuestas por existir casos perdidos en las variables de interés. Por tanto, la muestra final es de 169 encuestas válidas que representan el 27,1% de la población. En este caso, para un nivel de confianza del 95,5%, el margen de error obtenido es del ± 6% en el caso más desfavorable (P = Q = 50%, siendo P la probabilidad del fenómeno y Q la probabilidad complementaria). Este error indica el porcentaje de incertidumbre, o riesgo de que la muestra escogida no sea representativa. Un margen del 6% puede ser aceptable dada la gran dificultad de obtener este tipo de información en empresas de pequeño tamaño a través de encuestas. La distribución de la muestra se señala en la tabla 1. La clasificación sectorial utilizada proviene del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (Scian). Un alto porcentaje de la muestra pertenece a la industria alimentaria. La industria alimentaria en México representa el 18,16% del empleo (13,80% ocupado en las Mipyme) y contribuye con el 5,2% del PIB del país (Inegi, 2006). Sin embargo, la participación de empresas transnacionales que realizan investigación y desarrollo en esta actividad es escasa, junto con un conjunto de empresas pequeñas y aún de tipo familiar que conforman alrededor del 95% de las empresas del ramo, en su mayor parte desvinculadas y con escaso acceso a innovaciones tecnológicas, pero que se enfrentan a la demanda de bienes de mayor calidad e inocuidad, fundada en una normatividad exigida por los mercados globales (Del Valle, 2006).

 

Variables

Variables dependientes

Para determinar las variables dependientes, se formularon las siguientes preguntas con el fin de diferenciar los grupos de empresas de acuerdo con la solicitud y obtención de ayuda pública:

 

Sesgo de motivación

La variable dependiente tomará el valor 1 cuando identifique a las empresas que sí solicitaron una ayuda pública, y valor 0 cuando identifique a las empresas que no solicitaron ninguna ayuda pública, aunque sí habían realizado inversiones importantes. No se consideraron en la muestra aquellas empresas que no solicitaron una ayuda pública por no haber realizado ninguna inversión; lo anterior para eliminar la posible influencia que este tipo de empresas podría ejercer sobre los resultados.

 

Sesgo de selección administrativa

La variable dependiente tomará el valor 1 cuando identifique a las empresas subvencionadas, y valor 0 cuando se refiera a las empresas que solicitaron la ayuda pública aunque no la obtuvieron.

 

Sesgo de información

A partir de la segunda pregunta, referida al grado de información sobre apoyos gubernamentales, a través de una escala Likert (1: poco informado, 5: muy informado), se construyen dos grupos de empresas: "Empresas no informadas" son aquellas cuya puntuación a esta pregunta fue 1 o 2, y "Empresas informadas" cuya puntuación fue de 3 o superior. Esta variable dependiente se recodifica y tomará el valor 1 para identificar a las empresas no informadas, y valor 0 para identificar a las empresas informadas.

La tabla 2 muestra la composición de la muestra según el tipo de empresa: 29 las empresas subvencionadas, 68 las que no solicitaron ayuda pública porque no invirtieron, 59 las que no solicitaron ayudas públicas aunque sí invirtieron, y 13 las que solicitaron la ayuda pero no les fue concedida.

 

 

Variables independientes

Tamaño

Esta variable se midió a través del promedio de empleados y del volumen de ventas del año 2004. Se utilizó el número medio de empleados de este año y no el de 2006 para considerar los criterios que la administración empleó para conceder las ayudas públicas. El número de empleados fue usado como medida de tamaño de las empresas (Daily y Dollinger, 1992, 1993; Anderson y Reeb, 2003 y Westhead y Cowling, 1997, 1998).

 

Edad

Se midió a través del número de años transcurridos desde la constitución o inicio de actividades. Se espera una relación directa de la edad con el otorgamiento de ayudas públicas.

 

Estructura familiar de la propiedad

La empresa familiar tiene como característica que la propiedad y el control de la empresa recaen en miembros de la misma familia, por lo que existe influencia de la familia en la toma de decisiones y propósito de continuidad del negocio al transmitir la empresa a la siguiente generación (Sharma et ál., 1997; Romano et ál., 2000; Monreal et ál., 2002). En este trabajo se utilizó sólo una de esas variables: control y propiedad. Ésta toma el valor de 1 cuando la empresa es familiar (un grupo familiar tiene más del 50% del capital) y valor 0 cuando no es familiar. Se espera una relación directa del control de la propiedad con el otorgamiento de las ayudas públicas.

 

Formación del gerente

Es una variable binaria y toma valor 1 si el gerente tiene estudios universitarios de grado medio o superior, y valor 0 si el gerente tiene estudios primarios, de bachiller o técnicos. Se espera una relación directa entre la profesionalización de la empresa y el otorgamiento de ayudas públicas.

 

Estrategia

Para analizar el tipo de estrategia que siguen las empresas se seleccionó la tipología de Miles y Snow (1978). Esta herramienta de clasificación ha sido usada en estudios como los realizados por McDaniel y Kolari (1987), Daily y Dollinger (1993), Parnell y Wright (1993), Thomas y Ramaswamy (1996) y Zahra (2005). El criterio para establecer esta tipología refiere a la actitud de la empresa respecto al grado de innovación que esta presenta. Se establecen cuatro categorías de empresas dependiendo de la estrategia seguida[3]: exploradora, analizadora, defensiva y reactiva. A partir de esta clasificación se ha realizado la siguiente codificación: toma el valor 1 cuando la empresa sigue una estrategia exploradora o analizadora, y toma valor 0 para el resto de los casos.

 

Posición tecnológica

En el análisis se tomó en cuenta la capacidad de una empresa de innovar tecnológicamente considerando lo anterior una fuente de ventaja competitiva (Freeman, 1974; Sen y Egelhoff, 2000; Guan et ál., 2006). Usando la metodología de AECA (2005), se mide la orientación tecnológica de la empresa a través del "enfoque del párrafo" para conocer la percepción que tiene la empresa de su propia metodología. Las categorías de nivel de tecnología son: a) posición tecnológicamente fuerte o buena: la empresa utiliza tecnología desarrollada por ella misma o adquirida, intentando alcanzar mejores resultados que los competidores; b) posición tecnológica sostenible o débil: la tecnología usada en la empresa es similar o inferior a la de los competidores. La empresa solo invierte en nueva tecnología una vez que se alcanzan los resultados exitosos con la implementación. Para analizar esta información se definió una variable binaria que toma el valor de 1 cuando la empresa goza de una posición tecnológicamente fuerte o buena, y de 0 cuando su posición tecnológica es sostenible o débil.

 

Calidad

Toma el valor 1 cuando la empresa está certificada por algún organismo certificador, y 0 cuando no se encuentra certificada. La certificación ofrece ventajas competitivas en los mercados internacionales.

 

Exportación

Esta variable se midió por el porcentaje de ventas que las empresas realizan a mercados internacionales. Tiwari y Buse (2007) relacionan positivamente la actividad comercial internacional con la adquisición de tecnología e innovaciones en procesos.

 

Métodos de análisis

Para determinar si las diferencias observadas entre los distintos grupos de interés son suficientes para aseverar que tales factores tienen una incidencia significativa en el comportamiento de los grupos, se contrastaron las diferencias observadas en las medidas de posición central de los indicadores elegidos.

El test de Kolmogorov-Smirnov muestra la ausencia de normalidad en las variables utilizadas. Sin embargo, se llevaron a cabo tanto test paramétricos como no paramétricos, mostrando en las tablas de resultado la significatividad cuando se usaron test no paramétricos.

Así, los contrastes utilizados para el análisis de las variables continuas han sido: a) como prueba paramétrica el test de la varianza Anova, asumiendo varianzas iguales o distintas dependiendo de la prueba de Levene, y b) como prueba no paramétrica el test de Mann- Witney. Las variables categóricas se analizaron usando tablas de contingencia, a las que se les aplicó el test de la χ2 de Pearson con el fin de valorar si dos variables se encuentran relacionadas. Se ha intentado utilizar tablas 2 X 2 para obtener resultados más potentes, realizando en estos casos la corrección por continuidad de Yates sobre la fórmula de la χ2 de Pearson. Una vez realizado el análisis univariante, se procederá a realizar un análisis de regresión logística considerando, como variables independientes, aquellas variables que hayan mostrado una diferencia de comportamiento significativa en el análisis univariante.

 

5. Análisis de resultados

La tabla 3 caracteriza a la muestra objeto del estudio. Las ventas promedio, en miles de pesos mexicanos, son de $13 226.2 (equivalente a 912 mil euros). Se puede observar que el 80,5% corresponde a empresas familiares. Destaca que los gerentes/propietarios tienen formación universitaria en un 59,2% de los casos. Con relación a la estrategia utilizada por las empresas se encontró que 54,1% utilizan una estrategia exploradora y analizadora y un 44,7% de ellas tienen una posición tecnológica fuerte o buena. Las tablas 4 y 5 muestran las relaciones entre las variables caracterizadoras considerando el tipo de variable (categórica o continua).

La tabla 4 indica la relación entre variables dicotómicas a través del test de la Chi-Cuadrado, y la tabla 5, las correlaciones entre todas las variables analizadas.

 

Sesgo de motivación

La tabla 6 muestra los resultados obtenidos al comparar las diferencias de comportamiento entre las empresas que solicitaron ayudas públicas y aquellas que no las solicitaron aunque realizaron inversiones importantes (sesgo de motivación). Se observa que no existen diferencias de comportamiento entre las empresas solicitantes y las no solicitantes de apoyo gubernamental en términos de tamaño, edad, estructura de la propiedad, estrategia, formación del gerente y calidad. No obstante, sí que existen diferencias de comportamiento en términos de nivel tecnológico. El análisis señala que son las empresas que mantienen una tecnología fuerte-buena las que en mayor medida deciden solicitar ayudas financieras. Así, se observó que cerca del 68% de las empresas que solicitan la ayuda gubernamental posee una tecnología fuerte-buena, mientras que este porcentaje disminuye al 42,4% para el caso de las empresas que deciden no solicitar la ayuda aun realizando inversiones importantes. Con referencia a la variable de exportación, el contraste paramétrico de la varianza evidencia una diferencia significativa al 90%, aunque este resultado no es verificado por el contraste no paramétrico. Se ha de interpretar con precaución el hecho de que existan diferencias de comportamiento en términos de exportación entre los dos grupos de empresas.

 

Sesgo de selección administrativa

La tabla 7 muestra los resultados al analizar las diferencias de comportamiento entre las empresas subvencionadas y aquellas que no han obtenido la ayuda pública aunque han solicitado la ayuda finalmente (sesgo de selección administrativa). Se observa que no existen diferencias en el comportamiento entre las empresas que solicitan ayuda gubernamental y la obtienen, y aquellas que la solicitan y no la obtienen referente al tamaño, edad, estructura de la propiedad, y calidad. Sin embargo se encontraron relaciones estadísticamente significativas en la preferencia de la administración por las empresas que tienen tecnología fuerte, estrategias innovadoras y están orientadas a mercados internacionales. Así, el 67,9% de las empresas que recibieron el apoyo financiero se caracterizan por una tecnología fuerte-buena, mientras que únicamente el 42,5% de las empresas no receptoras de la ayuda mantiene este nivel de tecnología (estas diferencias son significativas al 95%). En cuanto a la estrategia, el 71,4% de las empresas que recibieron el apoyo manifestó tener una estrategia exploradora-analizadora. El 54,2% de las empresas que no lo recibieron manifestaron tener este tipo de estrategia (con un nivel de significancia del 90%).

Con relación a las exportaciones, las empresas que recibieron el apoyo dirigen el 28% de sus ventas a mercados internacionales, mientras que las que no lo reciben sólo exportan un 4% de sus ventas (estas diferencias son significativas al 95%).

Dado que en el análisis del sesgo de motivación tan sólo la posición tecnológica es significativa desde el punto de vista univariante, únicamente se realizó este análisis logístico para la explicación del sesgo de selección administrativa, introduciendo las variables que desde el análisis univariante mostraron diferencias de comportamiento significativas. Los resultados verifican el efecto positivo de la posición tecnológica (1.658) y de las exportaciones (4.456) sobre la probabilidad de obtener la ayuda solicitada (tabla 8). El modelo es significativo (χ2: 11.739 Sig.:0.003), siendo la R2 de Cox y Snell de 0.244 y la R2 de Nagelkerke de 0,343.

En síntesis, el nivel tecnológico de la PYME en México es un factor clave que determina la probabilidad de que una empresa mexicana obtenga finalmente un apoyo gubernamental. Para el caso español, la literatura previa ha llegado a conclusiones similares, mostrando cómo la experiencia previa en I+D y el alto potencial en la transferencia tecnológica provocan que la probabilidad de obtener apoyos gubernamentales a la innovación sea más elevada (Herrera y Heijs, 2007; González et ál., 2005; Blanes y Busom, 2004; Acosta y Modrego, 2001; Busom, 2000; Fernández et ál., 1996). El valor añadido de este trabajo es considerar si una determinada empresa está motivada para solicitar el apoyo gubernamental. En los estudios previos, este evento no ha sido analizado. En este trabajo se verifica que, en el Estado de Yucatán, el carácter tecnológico de la empresa es un factor determinante en la empresa en la decisión de solicitar apoyos a la innovación.

 

Sesgo de información

La tabla 9 muestra, para las empresas no solicitantes de ayudas, diferencias de comportamiento tomando en cuenta el nivel de información que estas empresas creen tener sobre los programas de apoyo (sesgo de información). Se observa que no existen diferencias significativas entre las empresas informadas y las no informadas, en relación con el tamaño, ventas, estructura de la propiedad, formación del gerente, estrategia, tecnología y calidad. Sin embargo, sí existen diferencias en términos de actividad exportadora y madurez de la empresa. Así, las empresas que se consideran informadas exportan el 12% de sus ventas, mientras que las que perciben una escasez de información únicamente exportan el 7%, siendo el nivel de significancia de esta diferencia del 95%. En cuanto a la edad de la empresa, se encuentra evidencia de que las empresas más informadas son más maduras, teniendo una edad media de 20,2 años, mientras que las empresas menos informadas tienen una antigüedad media de 16,6 años, con un nivel de significancia de 90%.

 

6. Conclusiones

En México, los esfuerzos gubernamentales de apoyo a la PYME se concentran en apoyos de carácter temporal con programas que fomenten la creación, el desarrollo y la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas en un país en desarrollo. La correcta implementación de las políticas en el campo tecnológico necesita conocer los efectos que las ayudas públicas tienen en la innovación, lo que implica un proceso de evaluación. Sin embargo, este proceso se enfrenta a la no aleatoriedad de las empresas subvencionadas. Este trabajo muestra un estudio de los sesgo de motivación, de selección administrativa y de información que se producen en los procesos de participación de las programas públicos a la innovación. Para ello, se realiza un estudio empírico usando una muestra de 169 PYME industriales manufactureras del Estado de Yucatán, considerando los siguientes factores: tamaño, nivel de ventas, estructura de la propiedad, formación del gerente, estrategia o uso de tecnología, certificación de calidad y orientación a mercados internacionales. El análisis de estos sesgos en el proceso de solicitud y concesión de las ayudas permitirá resultados más robustos en la promoción y otorgamiento de ayudas públicas.

La principal aportación de este trabajo es aislar el sesgo de motivación y de selección administrativa en el planteamiento de la investigación. En la literatura previa pocos trabajos se han centrado en esta cuestión que contamina los procesos de evaluación debido a problemas de endogeneidad (North et ál., 2001). En efecto, la mayoría de estudios previos no consideran el hecho de que la empresa solicite la ayuda financiera (sesgo de motivación); en su lugar, directamente comparan las características de las empresas subvencionadas con las características de las empresas no subvencionadas. No distinguir el posible sesgo de motivación en la evaluación de las políticas públicas puede llevar a resultados diferentes. En este sentido, se ha de destacar el valor añadido de este trabajo al considerar específicamente si la empresa en cuestión ha solicitado la ayuda financiera. De hecho, este tratamiento viene a cubrir una de las limitaciones expuestas por Blanes y Busom (2004) en su estudio.

Los resultados de este trabajo confirman parcialmente las hipótesis planteadas. El análisis del sesgo de motivación revela que las empresas que solicitan subvenciones para financiar sus inversiones se caracterizan en mayor medida por poseer una tecnología fuerte-buena. Por otra parte, también se identifican diferencias significativas en cuanto a la mayor orientación a los mercados internacionales de las empresas solicitantes; sin embargo, esta diferencia no fue confirmada por el contraste no paramétrico, y por ello es preciso ser cautos en su interpretación. Las empresas solicitantes y no solicitantes no difieren en términos de tamaño, propiedad, formación del gerente, antigüedad, estrategia, y si poseen una certificación de calidad.

Con relación al sesgo de selección administrativa, los resultados evidencian que las empresas que finalmente reciben la subvención están más orientadas a los mercados internacionales, tienen una estrategia exploradora- analizadora y disponen de una tecnología fuerte-buena. Por tanto, se comprueba que la Administración adopta una visión picking winners, eligiendo como receptoras de las ayudas a aquellas empresas que más probabilidad de éxito tienen (Lipsky, 1980; Branstetter y Sakakibara, 1998; Klette et ál., 1999; Venetoklis, 1999; Roper y Hewitt-Dundas, 2001).

Finalmente, el análisis del sesgo de información pone de manifiesto que las empresas que se consideran mejor informadas, en cuanto a la oferta de ayudas públicas, son más antiguas y se caracterizan por dedicar un mayor porcentaje de sus ventas a los mercados internacionales que las empresas que perciben una información escasa.

Los resultados obtenidos en este trabajo sugieren una serie de puntualizaciones que caracterizan el sistema de ayudas a la innovación mexicano. En primer lugar, es necesario que la Administración mejore sus canales de información, puesto que únicamente las empresas con mayor experiencia en el sector (antigüedad) y con mayor nivel de exportaciones perciben una información "buena" sobre la oferta de ayudas. En un país en vías de desarrollo, sería interesante que este tipo de información llegase a las empresas más débiles, es decir a las más jóvenes, y a aquellas que aún no han realizado una actividad exportadora. En segundo lugar, la gran importancia del factor tecnológico de la empresa, tanto para la solicitud de la ayuda como para que la Administración decida conceder una ayuda financiera a la innovación, pone de relieve que los programas están orientados a recompensar y estimular la innovación en empresas que ya son conscientes de la importancia de la relación entre tecnología y productividad. Este resultado sugiere que la Administración debería favorecer el diseño de políticas para aumentar el conocimiento que las empresas tienen sobre la necesidad de incorporar el cambio tecnológico. La relación positiva entre tecnología y productividad ha sido demostrada empíricamente en diversos trabajos (Schroeder y Congden, 2000; Kotha y Swamidass, 2000; Baldwin y Sabourin, 2002).

Algunas de las limitaciones de este estudio se comentan a continuación. La muestra se obtuvo en el estado mexicano de Yucatán, por lo que las conclusiones son relevantes para la región. El peso de la industria de la zona en el contexto de ese país es pequeño, por lo que las conclusiones regionales no representan necesariamente las condiciones nacionales. Otra limitación fue la resistencia de las empresas de exponer públicamente sus indicadores de operación por temor a las repercusiones fiscales.

Futuros estudios pueden orientarse hacia distintas problemáticas. Por una parte, sería interesante analizar a las empresas que son claramente no innovadoras, pero que, aun así, han decidido solicitar las ayudas gubernamentales a la innovación, y analizar si estos fondos han sido utilizados para generar una mayor innovación o por el contrario se destinan a cubrir necesidades operativas. Por otra parte, dada la importancia de que la política tecnológica de un país esté acompañada de una correcta difusión-conocimiento de las ayudas públicas, es relevante analizar de forma más exhaustiva las fuentes de información sobre apoyos públicos de las empresas, sus conexiones y redes con entidades gubernamentales, y la importancia de estas en la decisión de innovar y en la decisión de solicitar una determinada ayuda pública. Finalmente, otros temas de investigación de interés para profundizar son el estudio del cumplimiento del propósito de la ayuda y su impacto en la economía regional.

 

Pie de página

[1] Según la Ley para el desarrollo de la competitividad de la micro, pequeña y mediana empresa, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 2002, se considera PYME en el contexto de la industria a las empresas que tienen un número de trabajadores comprendido entre 11 y 250.

[2] En México, las empresas son aproximadamente 2 840 000 y el 99,7% de ellas micro, pequeñas y medianas empresas (MPYME). Éstas constituyen un sector estratégico para el desarrollo económico y social del país, ya que contribuyen con el 42% de la inversión y el PIB nacional y generan el 66% de los empleos.

[3] Exploradora: lleva a cabo un proceso de innovación y desarrollo continuo de nuevos productos y mercados mediante una búsqueda permanente de oportunidades en su marco de referencia. Defensiva: tiene limitado control sobre los productos y mercados donde actúa, tratando de defender sus posiciones según el criterio de eficiencia. Analizadora: actúa de modo defensivo o prospectivo según las unidades de negocio donde se encuentre y el adecuado equilibrio de eficiencia-innovación que requiere. Reactiva: no presenta estrategia genérica consistente. Reacciona al entorno sin intentar dominarlo.

 

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