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Innovar

versão impressa ISSN 0121-5051

Innovar v.20 n.36 Bogotá jan./abr. 2010

 

 

 

LA AUDACIA DE LA ESPERANZA. REFLEXIONES SOBRE CÓMO RESTAURAR EL SUEÑO AMERICANO

 

Edición original en Inglés: The Audacity of Hope, Thoughts on Reclaiming The American Dream, New York, Three Rivers Press, Random House, 2006, The Number One New York Times Best Seller.

Edición en Castellano: Barack Obama, La audacia de la esperanza. Cómo restaurar el sueño americano, Ediciones Península, Barcelona, 2008.

 

Se presentan en retrospectiva hechos históricos de la vida del autor. Barack Obama fue elegido presidente de los Estados Unidos de América el 4 de noviembre de 2008. El contenido es denso en ideas y valores; detalles de su biografía crean un ambiente agradable de lectura.

Punto central de reflexión es el rescate de valores originales del pueblo americano que han sido traicionados por la forma de hacer política; los políticos no representan estos valores originales que subsisten en el pueblo americano. Es necesario cambiar la forma de hacer política, dice; él no sabe todavía cómo hacerlo, afirma, pero es urgente hacerlo, con la audacia de la esperanza.

Este hombre posee una energía positiva sin precedentes. Los acontecimientos históricos ocurridos, comprueban que ha cautivado al pueblo que lo eligió por el Partido Demócrata y que ha logrado también la adhesión de 2/3 del Partido Republicano y la simpatía de buena parte del mundo, quien ve en él la salida del túnel espantoso de violencia e injusticia, alimentados por la avaricia y la corrupcion del sistema capitalista desregulado y en bancarrota.

Dos libros sobre su vida y obra precedieron su elección, caso raro entre sus predecesores; el contenido de sus discursos de campaña, y su designación como canditato por el Partido Demócrata, y luego, su elección presidencial, contienen esta autobiografía. El primero, sobre la búsqueda de sus orígenes africanos; viajó a Kenia con su esposa Michèlle, para saber sobre su padre, a quien conoció fugazmente a los ocho años. El segundo, objeto de esta reseña, trata sobre su vida; lo escribió ya como senador por el Estado de Illinois; trata el sistema político y los valores del pueblo americano; los dos libros han sido best sellers del New York Times. La narrativa es fluida y agradable, el lenguaje límpido y claro, tiene una diegésis interesante, de quien, en sus años universitarios, hiciera estudios de literatura inglesa en Los Ángeles; gran admirador de Shakespeare; continuó estos estudios en Princenton y Ciencia Política y Relaciones Internacionales en Columbia University de Nueva York. Es un gran orador, su elocuencia, memoria y uso del lenguaje son impecables.

La oportunidad de conocer los valores y necesidades de la clase media y del pueblo americano más humilde fueron los tres años como trabajador social en Chicago; al despedirse de ellos, les confesó, que aspiraba llegar a muy altos destinos; optó entonces por una beca para estudiar leyes en la Universidad de Harvard. Allí se convirtió en líder estudiantil, luchando por la causa de un profesor negro que estaba siendo asediado por racismo. Brillante estudiante y célebre orador, fue elegido director de la prestigiosa revista de Leyes de la Universidad, evento publicado en primera página del diario New York Times, destacando el hecho de que por primera vez un estudiante de color ocupaba ese cargo. Desde entonces, empezó su vida pública desde la universidad y luego como Profesor de Derecho Constitucional, durante diez años, en la Universidad de Chicago; en el capítulo sobre la Constitución explica su método de trabajo con sus estudiantes, algo así como el método socrático.

La constante de su vida es la sencillez y autenticidad, nada arribista. Afirma los orígenes de su familia africana de padre negro y madre blanca. El poder no se le sube a la cabeza. "En las reuniones que solía sostener con sus electores", cuenta:

"Y en ocasiones alguien me toma la mano y me dice que tiene muchas esperanzas puestas en mí, pero que teme que Washington me cambie y que acabe siendo como todos los demás en el poder". "Por favor, siga siendo como es, me dicen, por favor, no nos decepcione".

"Los valores originales de los padres fundadores de Estados Unidos han sido traicionados por los políticos", afirma, "valores que hay que representar en el Congreso", en donde son escasos los verdaderos líderes..." todos están comprados por grupos de interés", cuyo lobby es enorme -;dicen los votantes.

Obama, mestizo criado en barrios pobres de Djacarta, aun así, gozó de una situación privilegiada, por ser el hijo de la mujer americana que trabajaba en su Embajada; la clave de su éxito fue su educación en las mejores universidades; demostró brillantemente ser un modelo de superación, valor muy apreciado por los americanos. Allí le inculcaron sus valores, eso explica por qué es tan respetado por las élites y clases altas que ven en él alguien que comparte su cultura.

En su disertación sobre demócratas y repúblicanos, explica cómo la manera de hacer política en los Estados Unidos de América no representa los valores de la América profunda de los padres fundadores. "Tengo la convicción que es necesario representar y responder a esos valores del pueblo", dice. Lo sorprendente de Obama es el cambio de método de hacer política con base en el pueblo; la organización que creó para su campaña, la financiación popular y no de las grandes empresas como era costumbre, revolucionó para siempre la forma de hacer política, no solo en Estados Unidos sino que abrió la posibilidad de seguir este ejemplo en otros países. Se puede hacer política de otra manera, sin el financiamiento de los grandes intereses. Las enormes dificultades de la economía norteamericana ante el desastre del neoliberalismo esperan ahora la acción inmediata de su equipo de gobierno, pues es comprensible que no actúa solo y que estará limitado por la gran maquinaria del Gobierno.

El libro en referencia consta de un prólogo, nueve capítulos y un epílogo. En el prólogo explica que ya cumple diez años de estar en la política. El capítulo primero hace un análisis de los partidos Demócrata y Republicano. Cuenta de su suerte para su elección como senador del Partido Demócrata por el Estado de Illinois, cuando sus dos más terribles opositores republicanos quedaron descalificados ante los votantes por problemas de divorcio. Plantea que las diferencias que separan a los dos partidos son irreconciliables en temas cruciales para la vida de los norteamericanos. Los republicanos no han podido gobernar.

"En todo el espectro de temas, los americanos estaban en desacuerdo: sobre Irak, sobre los impuestos, sobre el aborto, las armas, los Diez Mandamientos, el matrimonio homosexual, la inmigración, el comercio, la educación, el medio ambiente, el tamaño del gobierno y el papel de los tribunales". La privatización de la seguridad social ha dejado al 40% de la población sin asistencia médica y sin medicamentos, cuyo acceso es ruinoso. Sobre ellos, disienten vehementemente Republicanos y Demócratas. Existen entonces serias diferencias que son evaluadas por los electores en la campaña por la nominación de candidatos y luego en la elección presidencial.

El capítulo segundo trata sobre los valores, tema crucial para el autor que los ha investigado como trabajador comunitario en Nueva York y en Chicago. Sostiene que los valores inculcados por los padres fundadores de la Unión están vivos y latentes en el pueblo. El problema reside en que los políticos han traicionado estos valores, no los representan, y por tanto plantea la necesidad de cambiar la manera de hacer política. ¿Cuáles son estos valores? Democracia, todos los hombres han sido criados iguales, unidad de la Nación, límites del poder, la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, libertad e igualdad en la búsqueda de oportunidades; la gente concibe el mundo a partir del lenguaje de los valores. Estos valores se basan en un optimismo básico ante la vida y la fe en el libre albedrío y la confianza en el trabajo como medio de superación. "Nuestro sistema de autogobierno y nuestra economía de libre mercado dependen de que la mayoría de los americanos comparta estos valores", dice. Y que esos valores se vean recompensados. Aunque somos individualistas, familia, comunidad y patriotismo nos unen. Valoramos la constelación de actitudes que expresan el respeto mutuo hacia el otro: honestidad, justicia, humildad, bondad, cortesía y compasión.

De la existencia de esos valores a la práctica de los mismos existe una distancia. Enfrentarse a los problemas de la cultura actual pone a prueba los valores. "En 1980 el salario de un ejecutivo era cuarenta y dos veces lo que ganaba un asalariado típico. En 2005, esa proporción era de 262 a 1. Los conservadores mantienen esta posición, diciendo que es favorable al éxito de las empresas, cuando en la práctica no es así. Ya lo vemos en la crisis actual. Esto ya es un problema cultural. Muchas empresas del mundo, impulsadas por la avaricia de sus directivos imitaron esos métodos de gestión; vemos que los resultados son una catástrofe. Los valores de justicia distributiva han sido traicionados", dice.

El tercero lo dedica al análisis de la Constitución americana; en este narra su descubrimiento de la anquilosada política que se vive en Washington. Ejemplo de ello es el Senador Birth de 91 años, quien es el decano del Senado. Expone la técnica parlamentaria del obstruccionismo político, utilizada por los demócratas para defenderse del abuso de poder de las mayorías republicanas; esta técnica es usada también por la oposición francesa, en la Asamblea Nacional. Afirma la necesidad de crear un mercado de ideas, en el sentido de llegar a acuerdos, en una abierta discusión creativa de nuevas ideas: "Todos abiertos (dice, citando a Madison), a la fuerza de los argumentos". Es interesante la manera de enseñar la Constitución a sus alumnos en un franco diálogo sobre los problemas institucionales enfrentados con las necesidades vitales de la Nación. Allí demuestra su vasto y profundo conocimiento de los orígenes y evolución de los Estados Unidos, lo cual le da autoridad y energía para convencer al pueblo del final de la crisis actual, al igual que se ha salido de las anteriores (la guerra de secesión, la gran depresión).

El capítulo cuarto lo dedica a la política. Como buen profesor de Derecho Constitucional es relevante en su crítica a la manera de hacer política en los Estados Unidos. Al criticar a los conservadores dice: "(...) adoctrinaban a la juventud americana en un peligroso relativismo moral (...) Hacerse con el control de los Tribunales en general y de la Corte Suprema, en particular, se ha convertido en el Santo Grial para toda una generación de activistas conservadores (...) El reeleccionismo es abismal: (...) en la Cámara de Representantes, el porcentaje de miembros reelegidos se sitúa alrededor del noventa y seis por ciento (...) Año tras año mantenemos a los granujas donde están (...) la técnica consiste en hacerse a un nombre, por medios publicitarios; luego los electores, ocupados y distraídos vuelven a votar por los mismos de siempre. La democracia en los Estados Unidos funciona intensamente, durante las campañas electorales. Para ello se requiere mucho dinero y la dificultad principal está en la recolección de fondos, para hacerse conocer de los electores; todo lo recogido se va en los medios, radio, TV, prensa, encuestas que hacen y deshacen figuras; esta financiación, hace que no siempre se elijan los mejores, sino los más hábiles para conseguir fondos; claro, se necesitan ideas y argumentos para convencer, pues el solo dinero no basta". Obama cuenta casos de candidatos muy ricos al Senado pero que no tienen argumentos para convencer o están amarrados por los grandes intereses. Su campaña presidencial mostraría, más tarde, la original idea de conseguir financiación directa del pueblo, de los pequeños electores. Toda una innovación y un éxito, en su búsqueda por la transformación del poder.

El capítulo quinto explica las oportunidades de su calidad de senador de los Estados Unidos. Este es el capítulo central del libro, donde muestra a su país como el país de las oportunidades. Un país en donde la libertad de educarse, de emprender y progresar no tiene límites. Esta es la razón por la cual ha sido objeto de todo tipo de inmigración del mundo entero, en búsqueda del sueño americano, el que disfrutaron los padres fundadores y la inmigración programada de europeos para poblar ese inmenso territorio. Su intención es el rescate de esos valores, pues del sueño se ha pasado a la pesadilla para los nuevos inmigrantes.

Un viaje semanal a su casa en Chicago le ha servido para descansar en familia y para dialogar y mantener relaciones con sus electores; los viajes oficiales al extranjero, le han permitido conocer presidentes y jefes de Estado, embajadores, el manejo de la política exterior, y los asuntos públicos de otros Estados.

En el capítulo sexto habla de sus convicciones y la fe. Sobre la fe sorprende la fuerza como cuenta la influencia de la religión en la política americana; habla hasta del marketing religioso y de esa angustia de la soledad en un mundo en donde, a pesar de tenerlo todo, dinero y comodidades, siempre falta algo para llenar esa terrible soledad, en esa autopista que conduce hacia la nada; impresionante franqueza de un político, en una sociedad marcada por la religión y por este hecho, difícil de tocar para lograr votos; dice que Reagan, Jerry Falwel, Pat Robertson, Ralph Reed, Karl Rove y por último George Bush movilizaron a esa infantería cristiana.

En el capítulo séptimo hace una disertación sobre las razas humanas, convencido de que el asunto racial es clave en la vida política nortemericana. Cuenta allí de manera muy interesante la experiencia de ser un hombre de color que quiere superarse con los estudios y los obstáculos que encuentra, en un país que ha sufrido en el pasado por la segregación racial, y cómo esto se ha ido superando hasta el punto de ser elegido al prestigioso puesto de Senador de Illinois, y hoy a la Presidencia de los Estados Unidos de América.

En el capítulo octavo diserta sobre lo que ocurre en países extranjeros, en el otro lado de nuestras fronteras. Cuenta desde su niñez en Hawái, primero, y luego en Djakarta con su madre blanca, cuyo amor le sostiene todavía, después de su prematura desaparición. En fin, en el capítulo noveno habla de su familia; en el epílogo cuenta cómo sus costumbres diarias no han cambiado para nada. Aunque vive en Washington como Senador, regresa cada semana a su casa en Chicago, conserva su mismo peluquero, sus mismos amigos y se pasea con su mujer Michelle por el Hyde Park.

En materia internacional, el capítulo sobre el mundo más allá de nuestras fronteras, es central en el desarrollo del pensamiento Obama. Este ha sido construido sobre la base de sus conocimientos adquiridos en la Universidad de Columbia de Nueva York, en Ciencia Política y Relaciones Internacionales y de su experiencia como hombre internacional; ha viajado desde niño, con su madre, desde la lejana Hawái, a diferentes países; recorrió los Estados Unidos, estudiando en diferentes universidades de élite académica, tanto de la costa este, como del oeste. Su vida en la pequeña infancia en Indonesia, los viajes con su madre y luego sus visitas oficiales a Europa, Asia, la Unión Soviética y su mención de Suramérica y el Caribe, le han otorgado una experiencia acumulada importante.

Después de la experiecia de las dos guerras mundiales, los Estados Unidos se convirtieron en el policía del mundo, interviniendo como potencia imperial, en donde debían y en donde no debían; "esta situación debe continuar siendo así", afirma, "pero debe compartir responsabilidades con otras potencias del mundo y las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas. No tenemos enemigos sino amigos en todo el mundo", es la enseña de su política internacional.

El último capítulo sobre la familia es todo un programa de servicios de bienestar para las familias americanas, a la manera de los que existen en Europa, construido a partir de sus propias vivencias familiares. Cuenta su manera de vivir con su esposa y sus hijos, detalla las dificultades de la vida en pareja, las penurias de tiempo con el trabajo y la educación de los hijos; su franqueza hace muy atractiva su personalidad, para llegar a ser como un ícono; es como el escritor que narra lo que le ocurre a la gente como seres humanos, describiendo valores universales. Habla hasta de las hormigas en la cocina.

El epílogo es consecuente con la narración de su vida. Cuando llegó a la Convención Demócrata, por ejemplo, muestra una escena familiar en donde, momentos antes de salir al estrado dice: "Michelle y yo, entre bastidores, veíamos por televisión lo que sucedía en el escenario, cuando empecé a ponerme un poco nervioso. Le dije a Michelle que sentía el estómago un poco movido. Me abrazó fuerte, me miró a los ojos y me dijo: 'No se te ocurra pifiarla amigo'". El discurso fue elocuente, la nominación ganada. Una muestra más de la fuerza de la pareja que está hoy en la Casa Blanca.

 

Francisco Rodríguez Vargas

Doctor en Ciencias Sociales Universidad de París I Panthéon Sorbonne. Profesor titular Universidad Nacional de Colombia y profesor invitado de la Universidad de París. Correo electrónico: rodiez@orange.fr

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