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Innovar

Print version ISSN 0121-5051

Innovar vol.21 no.41 Bogotá Sept./Dec. 2011

 

 

 

Conformación de la expectativa de formalización de la microempresa marginada en México

Nature of the Expectation of Formalization of Marginal Micro Businesses in Mexico

Conformation de L'expectative de Formalisation de la Micro-Enterprise Marginale au Mexique

Conformação da expectativa de formalização da microempresa marginalizada no México

 

José Gabriel Aguilar-Barceló*, Michelle Texis-Flores** & Natanael Ramírez-Angulo***

* Profesor investigador, Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Baja California, México. Correo electrónico: gaba@uabc.edu.mx

** Profesora investigadora, Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Baja California, México. Correo electrónico: mtexis@uabc.edu.mx

*** Profesor investigador, Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Baja California, México. Correo electrónico: naramirez@baja.gob.mx

 

Recibido: septiembre de 2010 Aprobado: mayo de 2011


 

Resumen:

Con información de 3.565 promotores de micronegocios marginados e informales que han sido apoyados por el Centro de Investigación, Asistencia y Docencia para la Micro y Pequeña Empresa (México), se analizan las motivaciones y perspectivas relacionadas con el emprendimiento, con el objetivo de conocer si estas podrían vincularse a la posibilidad de formalización. Se encuentra que el deseo de ser financiado, el tener como meta actual la expansión del negocio, percibir potencial de mercado o el pretender ser su propio jefe, favorecen sensiblemente la formalización. Claramente no favorece la formalización el no pretender ser financiado y el tener como meta empresarial únicamente la permanencia como estrategia. La competencia percibida no resulto relevante para incentivar o no la formalización. Fortalecer las competencias del capital humano que busque perfeccionar la formación empresarial es posiblemente el elemento que de forma más directa puede ser incluido en las políticas públicas, y uno de los que tiene un mayor efecto en la formalización.

Palabras clave:

microempresarialidad informal, formalización, perspectivas empresariales, análisis de correspondencias.

 

Abstract:

With information from 3565 promoters of marginal and informal micro businesses that have been supported by the Centro de Investigación, Asistencia y Docencia para la Micro y Pequeña Empresa (Center for Research, Assistance and Teaching for Micro and Small Business) (in Mexico), an analysis is made of the motivations and perspectives associated with entrepreneurship. The objective is to determine whether they would be able to formalize their businesses. It was found that the desire to be financed, having the current goal to expand their businesses, to realize market potential or to aim to be their own bosses, considerably favors such formalization. Clearly, not aiming to be financed and having a strategy of survival as the sole business objective does not favor formalization. Perceived competition has not been found to be relevant in encouraging or discouraging formalization. Strengthening human capital skills as a way of improving business training is possibly the element that most directly can be included in public policies and one of the ones that has a greater effect on formalization.

Keywords:

Informal micro-entrepreneurship, formalization, business perspectives, analysis of correspondences.

 

Résumé :

Sur base de l'information fournie par 3565 promoteurs de micro-entreprises marginales et informelles ayant reçu l'appui du Centre d'Investigation, d'Assistance et de Formation pour la Petite et Moyenne Entreprise (Mexique), une analyse est effectuée concernant les motivations et les perspectives entrepreneuriales, pour savoir si ces dernières pourraient être associées à une possibilité de formalisation. L'analyse détermine que le désir d'être financé, le fait d'avoir comme objectif actuel l'expansion commerciale, de percevoir un marché potentiel ou de prétendre être son propre chef, favorise sensiblement la formalisation de l'affaire, d'autre part il est clair que la formalisation n'est pas favorable s'il n'existe pas de prétention à être financé et si l'objectif entrepreneurial consiste uniquement en la permanence comme stratégie. La compétence perçue n'a pas fourni un résultat important permettant de stimuler ou de ne pas stimuler la formalisation. Le renforcement des compétences de capital humain cherchant à perfectionner la formation entrepreneuriale est un élément qui peut directement être inclus dans les politiques publiques, étant donné qu'il s'agit de l'un de ceux qui ont le plus d'effet sur la formalisation.

Mots-clefs :

micro entrepreneuriat informel, formalisation, perspectives entrepreneuriales, analyse de correspondances.

 

Resumo:

Com informações de 3565 promotores de micronegócios marginalizados e informais que têm sido apoiados pelo Centro de Investigación, Asistencia y Docencia para la Micro y Pequeña Empresa (México), analisam-se as motivações e perspectivas relacionadas com o empreendimento, com o objetivo de saber se estas poderiam vincular-se à possibilidade de formalização. Verifica-se que o desejo de ser financiado, de ter como meta atual a expansão do negócio, de perceber potencial de mercado ou de pretender ser seu próprio chefe, favorecem sensivelmente a formalização. Claramente não favorece a formalização o fato de não pretender ser financiado e ter como meta empresarial unicamente a permanência como estratégia. A competência verificada não se demonstrou relevante para incentivar ou não a formalização. Fortalecer as competências do capital humano, que procure aperfeiçoar a formação empresarial, é, possivelmente, o elemento que de forma mais direta possa ser incluído nas políticas públicas, e um dos que tem uma maior efeito na formalização.

Palavras chave:

microempresarialidade informal, formalização, perspectivas empresariais, análises de correspondências.

 

Introducción[1]

La microempresarialidad informal representa un complejo fenómeno que suele estar asociado a un halo de desilusión en las sociedades que lo albergan; trabajadores desprotegidos, baja productividad, marginación, competencia desleal, incumplimiento de la regulación, falta de pago de impuestos, entre otros, son escenarios a los que se asocia (Castells y Portes, 1989); no obstante, se sabe también del importante papel que desempeña como estabilizador social de corto plazo, al funcionar como válvula de escape ante las contracciones del mercado laboral.

Con el paso de los años, en México se ha venido fortaleciendo una cultura de la ilegalidad, en la cual se ha refugiado la operación de muchas mi croempresas que no cuentan con un registro formal, sin que esto represente dificultades para su operación. Con sistemas institucionales no consolidados, el regulador tendrá serias dificultades para poder monitorear y forzar el cumplimiento de la ley (Hart, 1973), por lo que algunos giros económicos, zonas y grupos sociales podrían haber recurrido a mecanismos de orden social endógenos y no necesariamente paralelos a los oficiales. Se calcula que la mitad de la fuerza laboral en México podría estar asociada al desarrollo de actividades informales, y que uno de cada cuatro es pobre (Levy, 2008).

La magnitud que el comercio informal ha alcanzado hace pensar que se ha superado la masa crítica por la cual ya no solamente se toleran socialmente los comportamientos fuera de la ley, sino que, incluso, quien se ciñe a esta parece estar en desventaja. Entonces, si la formalidad no es una opción para todos, ¿podríamos al menos conocer si la percepción que tienen los microempresarios de su proyecto microempresarial es congruente o no con las metas de formalización?, ¿pudiera ser que los beneficios de la formalidad no estén siendo adecuadamente percibidos por algunos grupos? o ¿realmente esta no representan una opción para ellos?; ¿tienen los organismos gubernamentales de apoyo microempresarial posibilidad de trabajar políticas públicas ex ante? El propósito del trabajo es el de coadyuvar a responder estas preguntas.

En la segunda sección se hace una sucinta revisión de la literatura relacionada con la formalización de emprendimientos con énfasis en el caso mexicano, para dar paso al planteamiento metodológico relacionado con el análisis de correspondencia estadística en la tercera sección; la cuarta sección describe los datos y tipos de variables por utilizar; los resultados se muestran en la quinta sección. Finalmente, la sección sexta muestra las principales conclusiones y consideraciones finales.

 

Revisión de literatura

La microempresa representa una parte importante de la estructura económica en la mayoría de los países (Mungaray, Ramírez, Aguilar y Beltrán, 2007); muchas de estas surgen del aprovechamiento de las brechas dejadas por el gran capital para sacar provecho de una pequeña oportunidad de negocio, debido a su tamaño y flexibilidad (Max-Neef, 1998).

Si bien es cierto que muchas microempresas operan bajo el resguardo de la formalidad, entendida como el registro de sus actividades ante la autoridad correspondiente, existen estimaciones de que al menos el 20% del PIB de las economías latinoamericanas podría estar siendo generado exclusivamente por las microempresas en el sector informal (Bacchetta, Ernst y Bustamante, 2009).

Algunos autores explican la creación y existencia de las microempresas informales como resultado de la incapacidad de un país para ofrecer empleo formal y como un elemento de subsistencia (Ruiz Durán, 2004). Sin embargo, otros como North, Wallis y Weingast (2005) afirman que los altos niveles de informalidad en los países en vías de desarrollo pueden interpretarse como resultado de una decisión de maximización de beneficios de los agentes privados, posiblemente con un fuerte componente afín con la visión de "salida voluntaria" y no tanto con la de "exclusión" del mercado laboral, planteada por los seguidores de la corriente dualista (Harris y Todaro, 1970).

De esta forma, el mercado informal ofrecería trabajos tan buenos en términos de rentabilidad como los del sector formal desde la perspectiva del trabajador. Así, buena parte de la informalidad se debería a que la gente valora a la baja los beneficios de la formalidad con relación a los costos que hay que asumir por ello. Lo anterior ha provocando un sistema disfuncional donde el comercio informal se percibe como más flexible, estable y rentable que el formal por parte del promotor, mientras que el grueso de los consumidores resulta indiferente ante este comportamiento diferenciado, aun tratándose de empresas que se dedican a la elaboración de alimentos.

Costos como el de tener que cumplir con el pago de cuotas a la seguridad social, llevar un control de las operaciones o tener que informar a la autoridad fiscal, han sido sobredimensionados en el entorno de muchos microempresarios informales que desconfían de las autoridades debido a la idiosincrasia que el barrio les provee. Incluso la desconfianza en el gobierno y la incertidumbre hacia el entorno económico futuro hacen que el propio trabajador no quiera aportar "hoy" para prestaciones que recibirá "mañana".

Los beneficios de la formalidad son numerosos y resultan más importantes y evidentes conforme la empresa crece (Soto, 1989). Entre estas conveniencias están las de poder establecer contratos de largo plazo con clientes y proveedores con las suficientes muestras de credibilidad, optar a mayores montos de crédito y bajo condiciones estables en el tiempo o la de poder agremiarse con asociaciones que le permitan obtener mayores clientes, proveedores, canales de financiamiento y distribución, disminuyendo de esta forma muchos de sus costos de transacción. Finalmente, pagar cuotas e impuestos puede no tener un beneficio directo (suponiendo que no exista costo por no hacerlo), pero puede ayudar a diferenciarse de otros negocios que no lo hacen.

En definitiva, ser formal debería ser internalizado como la meta de un proceso de evolución que ha llevado al proyecto a ser tan grande y con suficiente nivel de encadenamiento como para que la informalidad conlleve a la obtención de ingresos subóptimos, siendo necesario acercarse al gobierno si se quiere seguir rentabilizando de forma óptima el esfuerzo en el que se ha incurrido bajo la nueva condición (Perry, Maloney, Arias, Fajnzylber, Mason, Saavedra Chanduvy, 2007). En este mismo sentido, Santa María y Rozo (2009) indican que, en las microempresas, la informalidad es un fenómeno generalizado, y que en la mayoría de los casos tiende a desaparecer con el crecimiento de las empresas.

Asimismo, diversos trabajos han encontrado que ciertas particularidades de la conformación y operación de la microempresa predisponen, si no al éxito, el cual es un concepto ambiguo, al menos a la permanencia y posible formalización de las mismas, que son conceptos claramente definidos y medibles. Por ejemplo, existe evidencia de que a mayor ingreso, más difícil es salir de la informalidad al empleo asalariado, y cabe también la posibilidad de que ello acerque al microempresario a la formalización (Holtz Eakin, Joulfaian y Rosen, 1994), aunque seguramente tendría que cruzarse con otros elementos como educación, experiencia en el negocio, género, etc., para poder aseverarlo (Aguilar, Mungaray y Ramírez, 2009). En este sentido, la formalización puede ser una consecuencia de la configuración de un mercado de trabajo caracterizado por un empleo asalariado poco atractivo, pretendida para proteger y consolidar el emprendimiento, dados los bajos beneficios ofrecidos en el mercado laboral.

Evans y Leighton (1989) encuentran que el contar con algunos activos útiles y que no requieran mayor inversión previa permiten superar la restricción de liquidez, aumentando la probabilidad de entrada al mercado y reduciendo la de salida, nuevamente, abriendo la puerta a la formalización, más si las pequeñas empresas fueron capaces de obtener préstamos en el momento de empezar, aun siendo informales, debido a que tendrán más probabilidades de sobrevivir y crecer (Bates, 1990). Por su parte, las instituciones crediticias suelen afirmar que las empresas que promocionan sus productos y servicios, y que hacen esfuerzos por mejorar la calidad, con mayor probabilidad entrarán en la clasificación de "exitosas" para efectos de sus registros (Nafin, 1995).

Sin embargo, lo anterior se ve compensado con los obstáculos que enfrenta la población de escasos recursos al momento de pretender formalizar una microempresa, los cuales se relacionan con el entorno de marginación, el menor contacto con el mundo empresarial formal -desde la infancia en muchos casos-, un ámbito de gestación de capacidades menos fértil, las motivaciones iniciales más influidas por la necesidad, las limitaciones en los ámbitos incubadores y de capital social y una visión de muy corto plazo (Kantis, Angelelli y Moori, 2004).

 

Metodología

El trabajo se apoya en el análisis de correspondencias, entendido como una técnica estadística exploratoria utilizada para estudiar, desde un punto de vista de mapas de baja dimensionalidad, las relaciones de dependencia e independencia de un conjunto de variables categóricas (Quaglino y Pagura, 1998) por medio del análisis de la distancia entre los puntos calculados y la distribución de la información a través de tablas de contingencia (Figueras, 2003).

Para el entendimiento de lo que es una tabla de contingencia, se parte de la consideración de que X y Y son dos variables que pueden tomar las categorías {x1,...,xi,...,xr} y {y1,...,yj,...,yc}, respectivamente, pudiéndose disponer de la siguiente forma:

 

donde nij es el número de elementos de la muestra en los que simultáneamente se cumple que X=xi y Y=yj; n.. es el número total de observaciones. Esta tabla de frecuencias cruzadas recibe el nombre de tabla de contingencia o correspondencia. La frecuencia ni.jnij es el número total de casos donde se cumple que X=xi y recibe el nombre de frecuencia marginal de X=xi. La frecuencia n.jinij es el número total de casos con Y=yi y recibe el nombre de frecuencia marginal de Y=yj. Los perfiles marginales de X y Y están dados, correspondientemente, por los elementos de la última columna y de la última fila de la tabla, expresados como porcentaje respecto a n..[2].

Por otro lado, los perfiles condicionales fila describen las distribuciones condicionadas de la variable Y para las distintas categorías de la variable X, es decir, el valor de cada celda respecto a la sumatoria de la fila; por ejemplo, la representación de la primera fila estaría dada por n11/n1.,..., n1j/n1., ..., n1c/n1., donde Σjn1j/n1.=1, y así para el resto de las filas. Asimismo, los perfiles condicionales columna describen las distribuciones condicionadas de la variable X para las distintas categorías de la variable Y, es decir, el valor de cada celda respecto a la sumatoria de la columna; así, la representación de la primera columna estaría dada por n11/n.1,..., ni1/n.1, ..., nr1/n.1, y donde Σini1/n.1=1, y de esta forma para el resto de las columnas.

A través del software estadístico XLSTAT® para Excel®, se llevan a cabo análisis individuales, "dos a dos" e integral de la variables incluidas en la investigación, por medio del análisis de correspondencias múltiples. El uso de este método ayuda a descubrir interrelaciones entre las características del objeto de estudio, medir por medio de varias preguntas de un cuestionario, debido a que permite determinar factores de variabilidad, que, con distintos niveles de impacto, explican el citado concepto.

 

Datos

La información fue recolectada en las cabeceras municipales de los cinco municipios del estado, a lo largo de 2009, constituyendo una muestra de 3.565 microempresarios informales. Los datos proceden del Centro de Investigación, Asistencia y Docencia para la Micro y Pequeña Empresa (Ciadmype), que es un centro adjunto de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC de México). A partir de 2009, el gobierno del Estado de Baja California, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico y la UABC, convinieron colaborar en el marco del Ciadmype para ofrecer una asistencia integral y de cobertura amplia en beneficio de las microempresas del estado[3].

Los insumos puestos bajo estudio en el presente trabajo corresponden a una selección de variables cualitativas del instrumento "diagnóstico", el cual capta aspectos relevantes relacionados con el perfil del promotor y la operación de su unidad comercial, fundamentalmente, desde una perspectiva personal.

Las variables seleccionadas se han agrupado en tres conjuntos, vistos como "etapas" que simbolizan: el origen (tabla 2), evolución[4] (tabla 3) y destino potencial (tabla 4) de la microempresa.

El trabajo parte de un muestreo estratificado subóptimo[5], debido a que se ha dividido a la población en estratos que resaltan la dimensión territorial, pero donde también ha resultado imposible capturar la heterogeneidad en los estratos y ajustar por la alta tasa de desaparición de estas unidades y por el variable nivel de colaboración de los entrevistados.

A continuación se revisa la correspondencia existente entre las variables -vista por etapas- y su relación con las perspectivas de formalización.

 

Resultados

Seguidamente se presentan y describen los principales resultados[6], los cuales se agrupan en tres secciones: A) Análisis individual de variables, B) Análisis de contingencia "dos a dos" y C) Análisis de correspondencias múltiples. El análisis individual de variables está conformado por los histogramas de frecuencia para cada variable, su interpretación y discusión. Cabe decir que al tratarse de variables cualitativas, la mayoría de las medidas de tendencia central y dispersión no son útiles como descriptores del comportamiento de las mismas.

Alrededor del 80% de los promotores obtienen su aprendizaje solos o a través de sus familiares y amigos, sin recibir capacitación formal (figura 1a), y menos de uno de cada diez ha sido capacitado formalmente en la actividad productiva que desempeña. La necesidad de ingresos es el detonante principal para los emprendimientos informales, no llegando al 20% las iniciativas que pueden ser consideradas como de naturaleza emprendedora, tales como la realización personal, el ser su propio jefe o la flexibilidad (figura 1b).

Una cuarta parte expone que el motivo por el que inició el proyecto ha sido la falta de empleo, lo cual puede asociarse también a la necesidad de ingreso. No obstante, cabe mencionar que, paradójicamente, el pretender incrementar los ingresos como motivo puede no corresponderse plenamente con los niveles de "subsistencia", debido a que cierto grado de ambición siempre estará presente en un emprendimiento exitoso, independientemente del nivel de recursos económicos personales con los que se cuente al ser iniciado.

Dos tercios de los entrevistados mostraron optimismo en cuanto al potencial de mercado de sus productos (figura 2a). Llama la atención que más del 40% de los promotores no perciben que exista competencia cercana para su proyecto microempresarial (figura 2b); cabe la posibilidad de que no se tenga suficiente información acerca del entorno o que la afirmación tenga amparo en el poder de mercado generado en el "barrio" (Aguilar y Barrón, 2006).

El incrementar los ingresos sigue siendo el principal objetivo de la empresa después de un tiempo de operación (figura 3a); incluso es probable que muchas motivaciones iniciales con el tiempo se hayan redireccionado hacia esta. Con todo, existe un comportamiento mayoritariamente optimista por el cual 60,8% de los microempresarios pretenden expandir el negocio, lo cual contrasta con cerca del 20% que aspira -o se conforma- solo con seguir igual (figura 3b). De estar asociados "el deseo de expansión" y "los motivos económicos para operar", no existen suficientes elementos como para afirmar que la búsqueda de recursos económicos sea un generador de microempresas necesariamente de subsistencia, al menos, en el mediano plazo.

Además, aun considerando que la mayoría de los emprendimientos no responde a un proceso de "emprendimiento natural", la posición optimista de los microempresarios asistidos representa un escenario de oportunidad para las políticas de apoyo a las microempresas, cuyo diseño debe considerar el acercar y facilitar las herramientas (capitación, proveeduría de información, crédito, etc.) que permitan el desarrollo de las microempresas a merced de un beneficio social.

Dos tercios de los entrevistados contemplan la formalización como propósito, lo cual es un resultado sumamente interesante, aunque todavía poco concluyente, pues no involucra visos de concreción (figura 3c). También, casi el 64% refiere que le gustaría ser financiado (figura 3d) aunque no todos estarían dispuestos a formalizarse para conseguirlo[7]. Los microempresarios revelan sus preferencias y manifiestan la necesidad de financiamiento y el deseo de formalizarse, pero existen imperfecciones a la hora de relacionar estos dos conceptos y coligarlos con el crecimiento de la empresa, mostrando desconfianza de relacionarse con las instituciones formales para adquirir compromisos crediticios y para dar el salto a la formalización. De lo anterior se deduce la importancia de generar los mecanismos que puedan proveer ventajas palpables de formalizarse al nivel del microempresario.

A continuación se muestran los resultados del análisis del cruce "dos a dos" de variables respecto a la pretensión de formalización, mostrando en cada caso la tabla de contingencia y la prueba de independencia de chi-cuadrado (χ2) que considera las siguientes hipótesis:

H0: Las variables son independientes

Ha: Las variables están relacionadas.

Las tablas se comentan sistemáticamente, resaltando primordialmente tres componentes: aquel que corresponde a la mayor concentración de observaciones de la tabla, el relacionado con el más alto valor dentro de los mayores perfiles condicionales por fila, y aquel concerniente al más alto valor dentro de los mayores perfiles condicionales por columna. En cualquier caso la descripción es limitada, y solo pretende resaltar algunos hallazgos notables, siendo la tabla por sí misma mucho más rica en información[8].

La prueba de independencia en la tabla 6 señala que el lugar donde se adquirió la habilidad y el deseo de formalización son variables vinculadas. Un 33,1% ha aprendido por él mismo y sí quiere formalizarse. No obstante, un análisis condicional por columna indica que 49,8% de los que se quieren formalizar ha aprendido por el mismo pero 54,8% de los que no, también. Por último, es relevante resaltar que el 72% de los que se capacitaron formalmente y el 71% de los que aprendieron el oficio en un trabajo previo, contemplan la posibilidad de formalizar su microempresa. Por lo anterior, la educación técnica formal, mezclada con el espíritu emprendedor, es un presagio de la voluntad de alinearse con la legislación.

 

El test de la χ2 efectuado en la tabla 7 señala que la razón para iniciar el negocio y el deseo de formalizar son variables asociadas estadísticamente. El 27% de los promotores ha sido motivado por razones económicas y sí quiere formalizar. Llama la atención que la cantidad de los que han entrado en el mercado por tradición familiar y quieren llegar a la formalización superan en más de 2,6 veces a los que no (el diferencial más grande), lo que equivale a decir que el 72,5% de los que están siguiendo una tradición microempresarial, sí querrían formalizarse; lo anterior muestra la importancia de la cultura y del entorno del cual surge el emprendimiento; no obstante, se trata de un aspecto donde las políticas públicas tienen un menor alcance en el corto plazo.

 

La prueba de independencia en la tabla 8 muestra que la percepción acerca del estado del mercado y las expectativas de formalización sí están asociadas en su comportamiento. Los que son optimistas acerca del tamaño del mercado potencial y estarían de acuerdo en formalizar representan un 47,3% del total. De hecho, el 71,5% de los que vislumbran la formalización como meta son optimistas respecto al mercado, mientras que ese optimismo sólo lo comparte el 57,8% de los que no quieren formalizar. Entre los que quieren formalizar, la proporción de optimistas a pesimistas en lo que se refiere al mercado es de 17 a 1, mientras que entre los que no quieren regularizar la actividad de su microempresa es de 6 a 1. Sin duda, el estado de la economía y la percepción del mismo por parte del microempresario marca es detonante o inhibidor de la acción de formalizar.

 

El test de independencia de la tabla 9 indica que el nivel de competencia percibido por el promotor resulta ser independiente de su deseo de formalizar. Aun así, el 38,5% sí percibe competencia y también manifiesta deseo de formalizar, pero entre los que quieren formalizar la proporción de los que sí perciben competencia (58,3%) es similar a la de aquellos que no la perciben (57,9%). También, la proporción de aquellos que en cierto momento buscarían la formalización de entre los que perciben competencia y los que no, es muy similar (66%).

 

La prueba de independencia en la tabla 10 señala que la actual motivación y el deseo de formalización sí son variables asociadas. El 41,3% de los entrevistados expresó el deseo de formalizarse, aunque su única pretensión sea la de obtener mayor ingreso; este dato es importante pues reitera la posibilidad de que algunos de los casos que se clasifican como "autoempleo de subsistencia" llegan a tener intenciones de alinearse institucionalmente, aunque también habría que tomar en consideración que, de aquellos que no optarán por la formalización, el 66,8% aspira igualmente de forma preponderante a complementar su ingreso familiar, y resulta altamente posible que el "empleo de subsistencia" esté justamente aquí. Por otra parte, hasta el 71% de los quieren seguir siendo "su propio jefe" tienen intención de formalizarse.

 

El test de la χ2 implementado en la tabla 11 muestra que la perspectiva acerca de rumbo que debe tomar la unidad comercial y el deseo de formalización son variables que están relacionadas. El 47,6% del total manifiesta que quiere formalizarse y que su meta es expandir su microempresa. Sin embargo, si se parte exclusivamente de aquellos que quieren formalizarse, se encuentra que el 71,7% tiene la meta de expandirse; por tanto, más de siete de cada diez microempresarios consideran que el progreso requiere formalización. También, aproximadamente tres cuartas partes de los que piensan continuar como hasta ahora o incluso cerrar, prefieren no pensar en formalización.

 

Finalmente, la prueba de independencia en la tabla 12 muestra que el deseo de financiamiento y el de de formalización están relacionados fuertemente. Al 56,2% le gustaría poder formalizarse y obtener un financiamiento, lo cual representa un valor relativamente alto. Incluso, es posible afirmar que el 84,9% de los que proyectan formalizarse no descartan conseguir financiamiento en el futuro, y que el 87,9% de los que quieren financiamiento están advirtiendo la posibilidad de la formalización.

 

En este apartado se presenta un análisis de correspondencias múltiples (ACM) entre las variables consideradas. El ACM es una técnica multivariada de aplicación en los análisis exploratorios de datos multidimensionales. En el campo de las ciencias sociales, este método se utiliza para identificar la proximidad o lejanía entre categorías de respuestas derivadas de la aplicación de un cuestionario de investigación (Quaglino y Pagura, 1998). Se presenta la tabla de Burt (ver tabla 14 en el apéndice), que muestra las frecuencias cruzadas entre todas las variables consideradas por medio de tablas de contingencia "dos a dos", un extracto de los factores que explican la variabilidad entre las relaciones y el gráfico simétrico de variables que, en términos de distancia, pretende explicar la relación entre las categorías de las variables.

La tabla de Burt muestra la acumulación de las observaciones a lo largo de las categorías de las ocho variables. En dicha tabla se aprecia que: el autoaprendizaje sigue siendo la forma más habitual de adquirir la habilidad, salvo cuando se toma o retoma una empresa, en cuyo caso los familiares y amigos resultan fundamentales para la transferencia del conocimiento (filas AH-3 y AH-4). Además, es interesante notar que una visión apática acerca del futuro de la microempresa no se puede asociar a la sensación de un alto nivel de competencia; de hecho, los más optimistas suelen percibir mayor presión competitiva salvo que resulte inminente cerrar la microempres (NC/ME). Finalmente, solo cuando la visión acerca del potencial de mercado (EM/FI) y las metas empresariales (ME/FI) son muy desfavorables, es cuando la mayoría de los microempresarios no desearía financiamiento.

La tabla 13 muestra las dimensiones o valores propios que explican el comportamiento conjunto de las variables. Se trata de una recomposición de las relaciones por la cual, a mayor número de valores propios considerados, la explicación que se consigue es más cercana a la realidad, pero, al mismo tiempo, mucho más compleja.

Para este caso se utilizan los dos primeros valores propios (F1 y F2) de la tabla 13, por los cuales es posible explicar casi dos tercios de la variabilidad (inercia ajustada acumulada) entre las ocho variables incluidas (65,65%). La figura 4 muestra el gráfico bidimensional simétrico, el cual incluye la representación de la distancia entre las distintas categorías de las variables para los primeros dos valores propios.

En la figura 4 se muestran las distintas categorías de entre las cuales se han diferenciado dos agrupaciones delimitadas por medio de óvalos. El objetivo de este planteamiento es identificar las categorías más cercanas, en términos de distancia, a aquellas relacionadas con la manifestación del deseo o no, de formalizar la microempresa (FO-1 y FO-2, respectivamente)[9].

Las categorías que se asocian claramente con una manifestación positiva a formalizar son el deseo de ser financiado (FI-1), el tener como meta actual la expansión del negocio (ME-2), el percibir potencial de mercado (EM-1) y el pretender ser su propio jefe (MO-3). Con un efecto ligeramente menos contundente favorecerían la formalización la percepción de la existencia de potencial de mercado (EM-1), el tener como antecedente una tradición microempresarial formal (IN-5) y, un poco más lejana, el haber aprendido en un trabajo previo (AH-2) o a través de cursos formales (AH-1) el oficio que da lugar al emprendimiento.

Claramente no favorece la formalización el no pretender ser financiado (FI-2) y tener como meta empresarial únicamente la permanencia (ME-1). El plantearse cerrar (ME-4), pensar que no existe mayor potencial de mercado (EM-3) o pretender únicamente la flexibilidad al montar el emprendimiento (IN-7), tampoco favorecen la formalización.

 

Conclusiones

Con información proporcionada por 3.565 promotores de micronegocios informales, se analizan las variables referidas a las motivaciones y perspectivas de su emprendimiento, con el objetivo de conocer si estas se pueden asociar con las posibilidades de formalización y en qué forma lo consiguen.

Se encuentra que la forma en la que se adquirieron previamente las habilidades de operación, las percepciones que se tengan del mercado y los objetivos planteados para la empresa, aunados al deseo de financiamiento, resultan determinantes para dirigir los esfuerzos de formalización. Específicamente, pretender expandir la microempresa a través de un financiamiento dado que se percibe potencial de mercado representa el escenario que con mayor probabilidad compartirán aquellos que consideren la idea de formalización. El buscar la flexibilidad, contemplar un escenario desfavorable de mercado y el no tener pretensiones de cambiar la dinámica de operación del emprendimiento, son concepciones que están alejadas de la posibilidad de formalización.

Los emprendedores bajo condiciones adversas de desarrollo deben enfrentar procesos de aprendizaje más esforzados para poder crear microempresas orientadas a la formalidad (Kantis, et al., 2004). Para que haya más microempresarios que se atrevan a romper el círculo vicioso en el que están atrapados, las instituciones de apoyo deben brindar los medios para que los proyectos puedan crecer lo suficiente y trabajar proactivamente desde la etapa de gestación, promoviendo la formación de competencias y el cambio cultural que les haga ver lo alto de los costos de la informalidad desde la perspectiva de un negocio en crecimiento.

Los costos de la formalización microempresarial podrían disminuirse en la medida en que la capacitación permita al microempresario descubrir todas las posibilidades que tiene para hacerse de un mercado cautivo, a través de estrategias de mejora de la calidad de sus productos y de servicio al cliente y que, con las debidas herramientas de control interno y previo cumplimiento de ciertos requisitos, el crecimiento de su proyecto casi siempre será una posibilidad latente.

La microempresarialidad en México se ha venido reduciendo a la puesta en marcha del proyecto, pero no ha involucrado lo suficiente aspectos relacionados con el desarrollo de la iniciativa empresarial, lo cual constituye una oportunidad perdida para fortalecer el tejido empresarial que detone el desarrollo local en el marco de una economía de mercado (Texis y Ramírez Urquidy, 2009). Fortalecer el capital humano no escolarizado para perfeccionar la forma ción empresarial de los emprendedores, así como estimular procesos de aprendizaje empresarial que mejoren el control de sus operaciones, serán fundamentales para incrementar el control que estos promotores puedan tener de su entorno y mejorar así sus perspectivas de formalización.

 

Pie de página

[1] Se agradecen los comentarios de dos evaluadores anónimos que, sin duda, han ayudado a mejorar el manuscrito. Naturalmente, la responsabilidad por cualquier error u omisión es de los autores.

[2] Es posible visualizar la tabla en proporciones si se utiliza n.. como denominador para cada elemento de la misma.

[3] Para más infomación consultar http://feyri.tij.uabc.mx/ciadmype/Principal.html

[4] En todos los casos, las empresas incluidas han podido pasar por un proceso mínimo de maduración de la actividad desde el establecimiento.

[5] Las preguntas se asocian a momentos distintos del tiempo, pero a través de la perspectiva del promotor en un mismo momento.

[6] Por cuestión de espacio, los resultados se presentan a través de los identificadores utilizados en las tablas 2-5.

[7] El 84,9% de los que desean financiamiento indica contemplar la formalización como un paso para ello (ver tabla 12 más adelante).

[8] Se debe señalar que, por cuestión de espacio: 1) nuevamente los resultados se presentan a través de los identificadores utilizados en las tablas 2-5; 2) no se muestran las tablas condicionales, ni de proporciones, y algunos comentarios pueden estar ligados a estas, y 3) el total de observaciones utilizado puede variar de acuerdo con el tratamiento de los datos perdidos.

[9] Debido a que el factor 1 explica la mayor parte de la varianza entre categorías, la distancia "horizontal" se torna más relevante que la "vertical" en términos relativos.

 

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