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Innovar

Print version ISSN 0121-5051

Innovar vol.22 no.46 Bogotá Oct./Dec. 2012

 

 

 

Una mirada feminista a la historia de ideas económicas

El título del libro promete una aventura lejos de los caminos resecos del pensamiento económico tradicional. Desafortunadamente, lo cumple solo en parte. Básicamente es un libro tradicional que presenta el resumen de las ideas económicas clásicas desde adam smith hasta nuestros días en los países también clásicos del capitalismo: Inglaterra, Francia, EEUU y Alemania.

El aporte novedoso consiste en una mirada feminista a la historia de ideas económicas. La autora cuidadosamente desempolva todas las teorías, ideas y observaciones formuladas por varios economistas y filósofos sociales sobre la familia, el matrimonio, el trabajo en el hogar, la participación de la mujer en el mercado laboral.

El panorama es desalentador. Mejores cabezas económicas occidentales brillan por su machismo e insensibilidad hacia los problemas económicos de la mujer. Ningun economista clásico prestó atencion a la producción de servicios en el hogar como el cuidado de niños y ancianos, el aseo, lavado, la preparación de comida y otras actividades socialmente importantes que la sociedad puso sobre los hombros de la mujer y por las cuales no le paga nada.

En particular, la Prof. Folbre cuenta que adam smith creía que las mujeres no eran tan racionales como los hombres. David Hume toleraba las relaciones extra matrimoniales de un hombre pero condenaba Esta misma conducta en una mujer. A los dos personajes mencionados se podría perdonarles algo por haber compartido los prejuicios de su tiempo. Tal complacencia no aplica a alfred marshall quien murió diez años después de la Primera Guerra mundial. Marshall creía que el trabajo industrial poco femenino impedía a las mujeres a ser madres y que la sumisión al hombre era una de las principales virtudes femeninas. Se opuso al voto femenino y a los estudios de las mujeres en universidades.

Dos famosos intentos de abordar el tema femenino terminaron sin mucho éxito. Thomas malthus reconoció el papel de la familia en la sociedad pero su opinión acerca del aumento incontrolable de la población resultaron incorrectas. Gary Becker estudió la familia pero parece que su objeto de estudio fuera traído de la temprana edad media. En su modelo el hombre trabaja en el mercado mientras la mujer se dedica a los niños. La familia en Becker parece una micro empresa de reproducción de personas porque el amor entre el marido y la mujer no existe y la utilidad de los esposos esta expresada en el número de niños criados. Puede ser que el principal merito de Becker consiste en demostrar que la teoria económica clásica es inútil para modelar el matrimonio.

Los socialistas utópicos y marxistas apuntaron en otra dirección. Jeremy Bentham apoyaba el voto femenino y defendía derechos humanos de las mujeres. John stuart mill planteó la necesidad de la igualdad económica de hombre y mujer. Friedrich engels en su trabajo sobre la familia, propiedad privada y el estado estableció el origen social y económico de la desigualdad entre el hombre y mujer y relacionó las perspectivas de la liberación femenina con la lucha de la clase trabajadora por sus intereses. Pensando esratégicamente, marx prefirió no tocar el asunto feminista para no perjudicar involuntariamente la unión de los trabajadores como clase, mas allá del género.

La autora hace resumen de las ideas de las mujeres economistas que caracterizaron el trabajo domestico como una empresa ineficiente que no permite obtener economías de escala y fundamentaron la producción masiva de los alimentos procesados para sustituir su producción artesanal en casa.

El libro es interesante pero no llena las expectativas que genera el titulo. Primero, el libro es una representación reducida del Mundo de las ideas económicas. Ahora, cuando China tiene todo listo para ocupar el puesto de la primera economía del mundo, ignorar el pensamiento económico de las personas que tuvieron la desgracia de haber nacido fuera de europa occidental, es políticamente incorrecto.

Segundo, asociar la lujuria (lust) con la avaricia (greed) se puede solo a un nivel metafórico pensando que ambos fenómenos tienen su raíz en el deseo. A pesar de esta comunidad, son dos conceptos diferentes cuyas diferencias no están discutidas en el libro. La avaricia es un deseo egoísta de acumular bienes aprovechando todas las oportunidades, incluidas las que pueden dañar a otras personas, como en un juego de suma cero. La lujuria, siendo también un deseo, es algo opuesto a la avaricia porque no es egoísta. Desde Publio ovidio nasón se sabe que un amante disfruta un episodio erótico solo si su pareja también lo disfruta. Es un juego de no suma cero donde no cabe el egoísmo. El interés egoísta puede, hasta ciertos limites, mover la economía, pero es un obstáculo en los temas de amor.

Para entender estas relaciones no es suficiente la teoria económica clásica. La narración de la prof. Folbre, incluso dentro del estrecho marco geográfico auto impuesto por ella, podría ser mas rica si presentara resúmenes de la literatura institucionalista que utiliza las teorías de agente -principal y la de los costos de transacción para explicar el tema de familia y amor. Seguramente la prof. Folbre lo sabe y corregirá estos pequeños defectos en un futuro trabajo.

 

Bibliografia

Bergmann, B. (2010). Greed, lust and Gender. Journal of Economic Literature, XLIX, 722-724.

 

Iouri Gorbanev

Profesor, Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Correo-electrónico: yurigor@javeriana.edu.co