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Innovar

versión impresa ISSN 0121-5051

Innovar vol.24 no.52 Bogotá abr./jun. 2014

https://doi.org/10.15446/innovar.v24n52.42504 

http://dx.doi.org/10.15446/innovar.v24n52.42504

Jóvenes vulnerables y participación móvil en Colombia: estudio sobre el grado de participación y apropiación ciudadana entre beneficiarios de programas sociales

Vulnerable Young People And Mobile Participation In Colombia: A Study Of The Levels Of Citizen Participation And Appropriation Among Beneficiaries Of Social Programs

Jeunes Vulnérables Et Participation Par Téléphone Mobile En Colombie: Étude Sur Le Niveau De Participation Et D'appropriation Citoyenne Parmi Les Bénéficiaires Des Programmes Sociaux

Jovens Vulneráveis E Participação Móvel Na Colômbia: Estudo Sobre O Grau De Participação E Apropriação Cidadã Entre Beneficiários De Programas Sociais

Elias Said-HungI

IPhD en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, profesor titular e Investigador del Departamento de Comunicación Social y Periodismo y Director del OECC de la Universidad del Norte, Colombia.
Correo electrónico: saide@uninorte.edu.co

Recibido: junio de 2011 Aprobado: septiembre de 2013

Correspondencia: Universidad del Norte. Km 5 vía Puerto Colombia. Ofic. 2-11D. Bloque D. Piso 2. C.P.- 08001000. Barranquilla, Colombia.


Resumen:

El presente estudio explora el grado de apropiación y el modelo de participación ciudadana, a través de la telefonía celular, en los jóvenes en condición de vulnerabilidad, registrados en el Sistema de identificación de beneficiaros potenciales para los programas sociales (Sisbén) en los niveles 1 y 2, habitantes de Colombia. Para tal fin, se aplicaron, en el primer trimestre de 2010, 383 encuestas aplicadas en el Distrito de Barranquilla. Los resultados indican que a pesar de que gran parte de estos jóvenes están en posesión y hacen un uso personal de teléfonos móviles, la participación social y relación con organizaciones sociales es incipiente. Se concluye explicando que la participación se da aún en escenarios tradicionales y que el modelo comunicativo predominante entre los jóvenes vulnerables es el de receptor pasivo.

Palabras clave: jóvenes, telefonía móvil, participación, apropiación, vulnerabilidad.


Abstract:

This study explores the level of appropriation and the citizen participation model, trough cellular phones, of Colombian young people under condition of vulnerability, registered in the National System of Possible Beneficiaries (Sisbén) in levels 1 and 2. With this objective, 383 surveys were applied in Barranquilla during the first semester of 2010. The findings show that despite of high penetration of mobile phones, relation between young people and social organizations through these devices is still incipient. The paper concludes explaining that participation is still hold in traditional scenarios and predominant communication model of young with vulnerabilities is referred to passive receiver.

Key words: Young people, mobile phones, participation, appropriation, vulnerability.


Résumé:

Cette étude explore le degré d'appropriation et le modèle de participation citoyenne à travers la téléphonie mobile chez les jeunes en situation de vulnérabilité, enregistrés dans le système d'Identification de bénéficiaires potentiels des programmes sociaux (Sisbén) au niveaux 1 et 2, vivant en Colombie. Pour cela, lors du premier trimestre 2010, ont été faites 383 enquêtes dans le district de Barranquilla. Les résultats montrent que bien qu'une grande proportion de ces jeunes possède et utilise personnellement un téléphone portable, la participation sociale et la relation avec des organisations sociales n'en est qu'à ses débuts. En conclusion, il est expliqué que la participation se fait encore essentiellement selon des modalités traditionnelles et que le modèle de communication dominant chez les jeunes vulnérables est celui de récepteur passif.

Mots-clés: Jeunes, téléphonie mobile, participation, appropriation, vulnérabilité.


Resumo:

Este estudo explora o grau de apropriação e o modelo de participação cidadã, através da telefonia celular, nos jovens em condição de vulnerabilidade, registrados no Sistema de Identificação de Beneficiários Potenciais para os Programas Sociais (Sisbén) nos níveis 1 e 2, moradores da Colômbia. Para essa finalidade, foram aplicadas, no primeiro trimestre de 2010, 383 enquetes aplicadas no Distrito de Barranquilla. Os resultados indicam que, apesar de que grande parte destes jovens possui e faz uso pessoal de telefones móveis, a participação social e a relação com organizações sociais é incipiente. Conclui-se explicando que a participação se dá ainda em cenários tradicionais e que o modelo comunicativo predominante entre os jovens vulneráveis é o de receptor passivo.

Palavras chave: Jovens, telefonia móvel, participação, apropriação, vulnerabilidade.


Introducción1

En el caso de Colombia, la penetración de la telefonía móvil se ubicaba, para el primer trimestre de 2009, en una media porcentual aproximada de abonados de 89,5% del total de la población2, con una cobertura de la señal cercana al 100% en casi la totalidad del territorio colombiano; mientras que al hablar de Internet, ordenadores y TV por suscripción, se presenta una penetración del 12,8, 22,8 y 43,8%, respectivamente, para 20083. Estos datos nos muestran un alto nivel de penetración de la telefonía móvil en Colombia, pese a los importantes rezagos alrededor del acceso universal de las telecomunicaciones en el país, donde se aprecia para 2008, por ejemplo, apenas un 44% de hogares con telefonía fija4, lo que trae consigo el auge de un contexto en el que los problemas de infraestructura puedan estar limitando la presencia de las redes y sistemas necesarios para hacer uso de la telefonía fija (Castells, Fernández, Linchuan, Jack & Sey, 2007).

Dichas limitaciones se acentúan más alrededor de las llamadas poblaciones vulnerables, registradas en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisbén), niveles 1 y 25, las cuales representan alrededor del 54% de la población colombiana, cuyas condiciones socioeconómicas y educativas las ponen en desventaja para incorporarse a los escenarios de transformación social, facilitados por las tecnologías de información y comunicación (TIC). En este sentido, se hace necesario pensar en contextos más favorables para promocionar los procesos de inclusión digital, que finalmente repercutan sobre la mejora de las condiciones sociales.

El uso de la telefonía móvil puede representar precisamente este escenario favorable a favor de la transformación de los mecanismos sociales de participación y constitución de las relaciones al interior del conjunto de la sociedad, en especial, al interior de colectivos vulnerables, ya que por medio de planes comerciales ajustados a los ingresos de la población se posibilita la adquisición de saldos personalizados, acordes con las necesidades y posibilidades de pago, fomentando el contacto y construcción de las relaciones sociales entre pares y colectivos allegados a su ámbito social de acción. Con esto se puede alcanzar lo que Castells et al. (2007) llaman conectividad ubicua, y que refiere a la posibilidad de hacer contacto con un interlocutor en cualquier lugar donde éste se encuentre, lo cual constituye una ventaja en términos de efectividad y rapidez en la comunicación.

Este artículo presenta los resultados de un estudio financiado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo y de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (Ottawa, Canadá), donde precisamente se explora el grado de apropiación y el modelo de participación ciudadana, a través de la telefonía móvil, en los jóvenes en condición de vulnerabilidad en Colombia. La investigación tomó como área de estudio el Distrito de Barranquilla, una de las cinco principales ciudades del país en términos demográficos y socioeconómicos, aplicando una encuesta en jóvenes de 14 a 26 años de edad, clasificados en los niveles 1 y 2 del Sisbén.

A partir de la aplicación de este instrumento, se pudo recabar un conjunto de datos que permitieron responder las siguientes interrogantes: ¿Qué rasgos caracterizan el acceso y uso de los celulares en los jóvenes en condición de vulnerabilidad, registrados en el Sisbén 1 y 2, en Colombia? ¿Cómo interactúan los jóvenes de sectores vulnerables en Colombia desde los celulares con el resto de actores sociales? ¿Cómo se está construyendo la participación ciudadana de los jóvenes de sectores vulnerables desde los soportes móviles? ¿Hasta qué punto se están generando nuevos patrones de relaciones sociales y participación ciudadana, a través del empleo de los diferentes recursos dispuestos desde los celulares? ¿Cuál es el nivel y el modelo de ciudadano móvil que se está delineando a partir del empleo del móvil en los jóvenes de sectores vulnerables?

La tecnología y la participación ciudadana digital

De acuerdo con Joyanes (1997), Castells (2000) o Cardoso (2008), por ejemplo, los avances tecnológicos de las últimas décadas no solo han traído consigo una transformación en el escenario informacional y comunicativo, sino también el fomento de un contexto social, en el que se cuenta ante sí con un auge de recursos y dispositivos orientados a favorecer, al menos potencialmente, las capacidades de compartir experiencias, conocimientos e intereses entre individuos y las diferentes comunidades articuladas. Todo esto gira entorno a la red de colaboración establecida entre ciudadanos, descrita por O'Reilly (2005) como arquitectura de la participación, desde los nuevos escenarios de intercambio y participación ciudadana generados por las Web 2.0 y el auge de la convergencia tecnológica, representadas por los dispositivos móviles, en nuestro caso de estudio.

En la actualidad, la noción de ciudadanía cobra nueva relevancia, como resultado de los avances de las TIC y la creciente digitalización de nuestras sociedades contemporáneas en diferentes niveles. El carácter polimórfico del concepto de ciudadanía, además de dar cuenta de una amplia diversidad de perspectivas para su abordaje (desde el punto de vista jurídico, filosófico o político), también trae consigo (desde la tradición herderiana), un sentido comunitario, el cual marca el proceso de inclusión de cada individuo en los diferentes grupos sociales a los que pertenece (Welzer, 2001). Es en el marco de lo aquí expuesto que autores como Marshall (1950) y Touraine (1992) han contribuido a la demarcación de este concepto, desde el punto de vista de los diferentes derechos (civiles, políticos y sociales) y obligaciones que cada individuo tiene en la sociedad a la que pertenece.

Si, al momento de hablar de ciudadanía digital, partimos de las aproximaciones conceptuales expuestas por Marshall (1950) y Touraine (1992), y ampliamos el marco bajo los parámetros expuestos por Ribble (2010), ésta pudiese ser entendida como el conjunto de normas que permiten al individuo comportarse bajo la mediación de las TIC dentro de una sociedad, desde dos dimensiones: 1) desde la perspectiva expuesta por Mossberger, Tolberg & McNeal (2008), en la que se alude a las competencias que deben tener los ciudadanos para el empleo de los recursos y dispositivos tecnológicos, además de la capacidad de acceso a éstos, y 2) desde la perspectiva expuesta por Norris (2001), en la que se entiende la ciudadanía digital como la capacidad que tiene cada individuo para el acceso a la tecnología.

Es la perspectiva expuesta por Mossberger et al. (2008) la que estimamos más completa, ya que aborda el concepto de ciudadanía desde la accesibilidad tecnológica, sin dejar de lado las competencias digitales requeridas para su uso efectivo, a través de la promoción de escenarios inclusivos de comunicación, que permitan el uso frecuente de los recursos de las TIC, del impacto de estos avances en la participación de una ciudadanía democrática y de las oportunidades que potencialmente se pueden brindar para el acceso igualitario que propendan al desarrollo social y económico (Furiati, 2008; Said, 2012).

Lo expuesto en los párrafos anteriores se encuentra representado por un ciudadano que hace uso frecuente de la tecnología, participando bajo la mediación de ésta en el ejercicio de sus deberes civiles, así como para el desarrollo de sus actividades profesionales o económicas. Es bajo esta perspectiva que la ciudadanía digital se ha convertido en una prioridad en nuestras sociedades contemporáneas, razón por la cual se requiere avanzar en propuestas que permitan el estudio y comprensión de las diferentes modalidades de participación ciudadana ejercida bajo la mediación tecnológica por parte de los individuos, en nuestro caso, de los jóvenes en condición vulnerable. Todo esto se da al momento de ubicarse socialmente, ante organismos públicos como organizaciones civiles, a favor de la transformación o desarrollo de los diferentes escenarios sociales en los que habitan estos (Arterton, 1988). Una participación ciudadana digital se caracteriza -según lo expuesto por Holzer (2004)- por un conjunto de rasgos que varían, de acuerdo con la etapa de desarrollo en la que se ubique cada sociedad, desde distintos puntos de vista, así:

  • Desde el punto de vista de diseminación de la información:
  • ◊ Participación ciudadana pasiva ejercida a través del acceso y uso de: sitios web informativos, búsqueda y recopilación de fuentes de información y aviso de la actualización de la información.

    ◊ Participación ciudadana activa, empleada a través de actividades de comunicación para requerir información, recepción de boletines informativos y conformación de grupos informativos, creación de listas de correo y mensajes colectivos (email, whatsapp, sms, entre otros).

  • Desde el punto de vista de deliberación ciudadana:
  • ◊ Participación ciudadana pasiva, a través de la participación de encuestas, acceso a anuncios de quejas y/o recomendaciones.

    ◊ Participación ciudadana activa, por medio del desarrollo de reuniones y foros, así como votación online, por medio de redes sociales, por ejemplo.

Juventud y ciudadanía digital

Tal como es señalado por Montgomery, Gottlieb-Robles & Larson (2004), el crecimiento de internet en las últimas décadas ha traído consigo un profundo cambio en el uso de los recursos de información y comunicación dispuestos a nivel social; y son los jóvenes quienes han estado al frente de dicho proceso acelerado de transformación.

Estudios como los realizados por el Pew Internet and American Life Project6 en los Estados Unidos en 2001 o un estudio revelado por la Revista Forbes7 en 2003 (ambos citados por Montgomery, Gottlieb-Robles & Larson, 2004) y referentes a los niveles de uso del internet, revelaban que los jóvenes, en primer lugar, gastaban más tiempo en internet que viendo la televisión en dicho país y, en segundo, poseían un mayor nivel de usabilidad de los mensajes de texto desde sus celulares, el uso de chats o los videojuegos, superando con creces los niveles de empleo de dichos recursos por parte de los adultos en él. Pese a las particularidades propias del país de referencia en dichos estudios, el escenario dibujado en él nos permite identificar a jóvenes, a comienzo del siglo XXI, insertos en una dinámica propia de grandes consumidores de contenidos digitales, además de ser participantes activos en el desarrollo de la nueva cultura telemática de la sociedad informacional actual. También se convierten en pilares poblacionales para el desarrollo y expansión económica de sectores vinculados a las TIC, como por ejemplo, el sector relacionado con el internet, la telefonía móvil y las industrias de contenidos (Madden, 2003; Geller, 2003).

Las tecnologías de la información y el conocimiento son herramientas claves en los procesos de la Sociedad de la Información, no sólo porque facilitan la transmisión de esta última y el acceso a ella, sino porque posibilitan la interconexión de individuos y grupos a nivel trans-local (Aguado & Martínez, 2006), creando relaciones que trascienden las barreras territoriales y disipando de esta manera los límites de espacio físico, al generar procesos de comunicación más amplios y efectivos (Hermmans, 2008).

A medida que los jóvenes han adquirido un mayor peso e interés económico alrededor de las TIC, se han abierto en el debate público global los crecientes peligros latentes, a través del acceso no controlado de éstos a la diversidad de contenidos provenientes de los avances tecnológicos, así como por el comportamiento de ellos en los escenarios digitales. Estos escenarios permiten un aumento de la pérdida progresiva de la visión amistosa y no impactante del internet y los avances tecnológicos en todo lo que se refiere, por ejemplo, a la ciberdependencia (Toharia, 2006) o ciberbulling (Flores, 2008), entre otras problemáticas; asimismo se da en todo lo referido con el empleo de dichos avances tecnológicos a favor de la pérdida o el fortalecimiento del sentido cívico al interior de dicha población.

La promoción de escenarios seguros de formación de valores ciudadanos y democráticos, desde los entornos digitales en los jóvenes, ayudará a la adquisición del conjunto de principios mencionados en el punto anterior de este documento, mencionados por Ribble, Bailey & Ross (2010), así como el aprendizaje de un conjunto de criterios y competencias cívicas que les permitan: 1) la adquisición de un rol más participativo a nivel social, desde los diferentes espacios y dispositivos digitales existentes en la actualidad, y 2) el fortalecimiento de los valores sociales adquiridos en escenarios formales de aprendizaje (escuelas, familias, entre otros), las cuales comienzan a ser insuficientes, ante el creciente abanico de oportunidades de autonomía y empleo de criterios individuales, en unos jóvenes mediados por los avances tecnológicos actuales (Flores, 2008); todo esto, bajo el marco de conceptualización de la ciudadanía y de la participación ciudadana digital expuesta en el apartado anterior.

La telefonía móvil en los jóvenes

Si analizamos algunas de las estadísticas provenientes de estudios alrededor de la relación entre la telefonía móvil y los jóvenes, realizados en los últimos años (Lenhart, Ling, Campbell & Purcell, 2010), así como estimaciones y predicciones de investigadores y profesionales del sector salud, publicidad y las telecomunicaciones (Olsen, 2008; Science Daily, 2008; Hinduja & Patchin, 2009a, 2009b; Daily Mail, 2010), vemos cómo, además de ser ésta una de las tecnologías con mayor expansión en el mundo en los últimos años, también se inserta en lo que Castells et al. (2007) han llamado como una cultura juvenil móvil, caracterizada por: 1) los altos niveles de usabilidad de dicho soporte, para el establecimiento de conversaciones y recurrente necesidad de compartir fotos e historias, provenientes de sus actividades diarias, tanto a través de la voz como de las palabras; y 2) por el impacto que está trayendo consigo en la transformación de hábitos de consumo de contenidos, hasta ahora ejercidos por otros soportes, gracias al desarrollo de las últimas generaciones de aquellos dispositivos que la soportan (Marketing Chart, 2010). Y es que, como bien lo señala Aguado & Martínez (2006), la telefonía móvil ha venido reconfigurando: 1) los tiempos cotidianos de acción social grupales y personales; 2) la canalización de mecanismos de respuestas e iniciativas sociales; 3) el consumo del ocio, y 4) la gestión de la identidad individual.

Como menciona Lenhart et al. (2010), los jóvenes están haciendo uso de los celulares para estar en contacto con amigos y padres, tanto como para establecer mecanismos de micro-organización de sus actividades personales, el acceso a recursos TIC como el internet para su participación en las redes sociales virtuales y en el envío de mensajes de correo electrónico, y la realización de múltiples tareas vinculadas con su formación, tanto positivas (contacto con compañeros y profesores) como negativas (trampas en los exámenes, entre otros). Este fenómeno se encuentra enmarcado en un contexto, en el que dicho dispositivo ha superado en número al ordenador (Beckett, 2000) y donde la personalización, la movilidad y el alcance global hacen parte del paradigma actual de las sociedades contemporáneas (Holmes & Russell, 1999).

En los Estados Unidos, los datos generados por Lenhardt et al. (2010) nos muestran una creciente reducción en la brecha entre adultos y jóvenes en cuanto acceso a los celulares8, lo cual guardaría una estrecha relación con el aumento de la penetración de este dispositivo en el mundo, en los últimos años. Dicho estudio muestra a unos jóvenes cuyo empleo de los mensajes de texto (SMS) se ha convertido en una de las principales herramientas de comunicación y contacto con amigos y familiares, así como el cambio de roles, de receptor y/o emisores, según el nivel económico que posean, representando así una percepción favorable de conectividad y sensación de seguridad, gracias a un dispositivo, cuya edad dentro de nuestras sociedades es similar a los miembros de la población estudiada en este proyecto9.

Los jóvenes no sólo han comenzado a tomar el control de sus demandas alrededor de los celulares, sino que han venido redefiniendo el cómo se establece su movilidad a través de dichos dispositivos. Además, se han convertido en uno de los principales grupos de consumo del móvil en Estados Unidos, hasta llegar a generar unos niveles de ganancia, solo en este país, de 100 billones de dólares en 2008 (CTIA-The Wireless Association & Harris Interactive, 2008).

Objetivos

El objetivo general de esta investigación consistió en explorar el modelo de participación ciudadana, a través de la telefonía móvil, en los jóvenes de sectores sociales vulnerables en Colombia.

Asimismo, se tuvieron los siguientes objetivos específicos:

  • Conocer los niveles de acceso y uso de las tecnologías y servicios de telefonía móvil en jóvenes de sectores sociales vulnerables en Colombia.
  • Establecer el tipo de relación y nivel de participación que ejercen los jóvenes de sectores vulnerables en Colombia al interior de grupos civiles, organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones públicas.
  • Distinguir las ventajas que ofrece la telefonía móvil como canal de comunicación y participación ciudadana en los jóvenes de sectores sociales vulnerables en Colombia.
  • Determinar los rasgos que caracterizan la participación ciudadana, desde la telefonía móvil, en los jóvenes de los sectores sociales vulnerables en Colombia.

Diseño y metodología del proyecto

Las variables y categorías propuestas en este trabajo (Tabla 1) fueron medidas a partir de la aplicación de una encuesta a una muestra probabilística estratificada por edad, género y estrato socioeconómico de la población de estudio: jóvenes, de ambos géneros, registrados en el Sisbén 1 y 2, cuyo rango de edad se ubican entre los 14 y 26 años de edad10. En total, la muestra estuvo integrada por 383 entrevistados, de un total aproximado de 187.40011, pertenecientes a dicha población, con nivel de confianza del 95% y α = 0,05.

Los subniveles de estratificación obedecieron a la ubicación geográfica, género y edad, además de considerarse para la construcción de dicha muestra la composición de la población objetivo a nivel nacional, de tal manera que facilitase su proyección a nivel macro, por medio de la distribución muestral establecida para la recopilación a efectuarse en las cinco localidades que conforman el Distrito Barranquilla, a saber: Norte-Centro Histórico, Riomar, Metropolitana, Sur Occidente y Sur Oriente.

Para la selección de los puntos específicos de aplicación en dichas localidades, se dio prioridad a Instituciones Educativas y unidades comerciales de amplia afluencia de personas pertenecientes a la población de estudio, tales como centros comerciales y mercados públicos informales, seleccionados previamente al levantamiento de la información.

La selección de la población de estudio (jóvenes residentes en Colombia en condición vulnerable, registrados en el Sisbén 1 y 2) se hizo sobre la base de los siguientes principios:

  • Contar con un estándar mínimo de características que definan la vulnerabilidad de estos jóvenes en términos socio-económicos, motivo por el cual se escogió al Sisbén como herramienta aplicada a nivel nacional por el Estado colombiano para organizar a los ciudadanos, de acuerdo con su estándar de vida, lo que facilita la selección técnica, objetiva, uniforme y equitativa de beneficiarios de este programa, de acuerdo con su condición socioeconómica particular (Sisbén, 2013);
  • Desde el punto de vista geográfico, la homogeneidad en las características bajo las cuales se calculan los puntajes del Sisbén (procedimientos estadísticos y econométricos validados), suponen en términos normales la viabilidad procedimental del uso de extrapolación de los datos, de tal forma que se puedan plantear hipótesis válidas sobre la población clasificada por esta metodología. En este sentido las características evaluadas para la clasificación del Sisbén son las mismas en cualquier parte del país, ya que se basan en criterios estandarizados, por lo cual los análisis realizados en base a Barranquilla son de relevancia nacional y facilitaban el proceso de ponderación aplicado a este trabajo para la comprensión del tema propuesto;
  • A pesar de la condición de vulnerabilidad socioeconómica de la población de estudio (jóvenes), la generación que hacen parte en este estudio están vinculadas al uso de las TIC, desde sus capacidades económicas y oportunidades de acceso;
  • Tomando lo expuesto por UNE (2012), MinTIC (2012, 2013) y el Banco Mundial (2013), el país presenta un contexto caracterizado por su creciente aumento de acceso tecnológico, del siguiente modo: 8 de 10 colombianos cuentan con posibilidades de acceso a internet; hay un crecimiento en las conexiones a internet en los estratos 1, 2 y 3 en el país; se han superado los 90 abonados a telefonía móvil por cada 100 habitantes en 2010, hasta ubicarse en 2012 sobre los 104,5 abonados por cada 100 habitantes; el creciente aumento que ha tenido el acceso a internet a través de la telefonía móvil en el país ha aumentado desde 2010 hasta 2012 más del 90%, llegando en 2011 y 2012, respectivamente a ubicarse en 2,7 y 3,3 millones de personas; y 5) los intereses investigativos relacionados con el tema planteado y la necesidad de avanzar en procesos académicos contribuyen a conocer en más detalle cómo se están ejerciendo procesos como la participación ciudadana en torno a poblaciones como la aquí estudiada, bajo un contexto nacional antes expuesto.

Los datos recabados, además de permitirnos comprender más sobre la temática propuesta, facilitaron el desarrollo de un modelo prospectivo, a partir del cruce de los resultados generados en este proyecto con indicadores socio-demográficos nacionales, los cuales fueron empleados para establecer la estimación en torno a la apropiación y participación ciudadana móvil al interior de la población de estudio en Colombia, en general, a partir de la ponderación de los resultados generados en Barranquilla. Esta proyección nacional se logró por medio de la ponderación de los resultados generados con los datos existentes del Sisbén12 a nivel de toda Colombia, los cuales permitieron la determinación del peso de la población de estudio en Barranquilla, así como la selección estratificada por peso de la muestra de este trabajo.

Resultados

Perfil de los jóvenes encuestados

Para conocer mejor el perfil que tienen los integrantes de la muestra tomada para el abordaje del tema propuesto, debemos decir que el 50,7% pertenecía al género masculino, mientras que el 49,3% restante, al género femenino. El 60% de los jóvenes encuestados estaba registrado en Sisbén 1 y el resto en el Sisbén 2. 66,8% estaba en posesión de título de bachillerato o se encontraban cursando estudios, al momento de llevar a cabo la encuesta, mientras que el 31,1% tenía titulación de pregrado o técnico y el 2,1% no sabía leer o escribir, poseía nivel educativo en primaria (incompleta o no) o contaba con alguna especialización.

En cuanto a su situación laboral o educativa durante el período de levantamiento de los datos que serán mostrados en este artículo, podemos indicar que, del total jóvenes encuestados en este trabajo, el 35% se encontraba estudiando, el 22,5% estaba en situación de desempleo, el 31,7% se encontraba trabajando y el 1% estaba recibiendo algún tipo de subsidio o ejerciendo trabajo doméstico no remunerado. Del total de jóvenes encuestados que trabajaban al momento de hacer la investigación sobre la que se basa este artículo, el 50,5% ejercía actividades en el sector de servicios sociales, comunales y personales; el 15,4% trabajaba en el sector transporte y almacenamiento; el 25% se encontraba en el sector comercio, reparación y servicios, y el restante 9,1% en sectores como la industria manufacturera, construcción, agropecuario o financiero.

En lo que se refiere al perfil familiar de los jóvenes encuestados, el 59% vivía en hogares compuestos entre 4 y 6 personas; el 24% vivía en hogares de más de 6 personas, y apenas un 17% habitaba en hogares de 1 a 3 personas. Dentro de estos núcleos familiares, solo el 50% de los cabezas de hogar pertenecía a asalariados fijos, mientras que el 45,1% y el 4,9% ejercían trabajos independientes o eran dueños de negocios propios, respectivamente.

Acceso y uso de la telefonía móvil

Al momento de hablar sobre el nivel de acceso y penetración del móvil en los jóvenes estudiados, los datos recabados en Barranquilla nos muestran cómo el 94,5% de todos los encuestados dijo tener celular. Por lo tanto, podemos afirmar que se aprecia una alta capacidad de acceso y posesión de este soporte, incluso por encima de la tasa de penetración nacional de los celulares para 2009 en Colombia, la cual se ubicaba en el 83,8%13. De todas las respuestas obtenidas (n = 359) del total de la muestra (N = 383), vemos cómo el 93% de los encuestados posee una modalidad de acceso desde el móvil bajo un plan prepago (en Colombia más del 80% de los usuarios móviles pertenecen a este sistema. Lizcano, 2009). Los datos muestran que la duración del ciclo de cambio de dispositivos en ellos es alta14, ya que el 76,8% de la población encuestada poseía sus celulares, al momento del desarrollo de este proyecto, desde hace 2 años o más.

Al cruzar los datos obtenidos de la variable tiempo de posesión del celular con el conjunto de variables de tipo socio-demográficos (edad, género, situación laboral, nivel de ingreso, y tipo de registro al Sisbén ), la prueba del Chi-cuadrado (Tabla 2) nos permite señalar que el género y el nivel de estudio son las variables con las cuales se encuentra una relación estadísticamente significativa con el tiempo de posesión, ya que éste parece ser mayor en las mujeres y en aquellos jóvenes con un mayor nivel formativo.

Con respecto a la gama de celulares en posesión por la población de estudio en Colombia, se aprecia cómo el 86,9% de los modelos que manifestaron los encuestados eran de gama media (49,8%) (capacidad que permite al usuario, además de las posibilidades de acciones realizadas en los celulares de gama baja, también integrar herramientas para la captura de imagen y vídeo), y baja (37,1%) (capacidad de integración de servicios y acceso del móvil limitada a la realización o recepción de llamadas, y la recepción y emisión de mensajes de texto); mientras que los celulares de gama Alta (celulares de última generación, caracterizados, entre otras cosas por: las posibilidades de acceso a nuevos servicios, tales como la conexión de PCs a través de redes móviles y aplicaciones multimedia; un ancho de banda dinámico, adaptable a las necesidades de cada aplicación; flexibilidad en el uso de bandas y estándares; una mayor velocidad en el acceso) sólo representaron el 13,1% del total. Estos datos nos llevan a señalar que, pese al bajo nivel de ingreso familiar existente en estos jóvenes, la tradición de informalidad al interior de la economía colombiana (Schneider, 2002) puede estar incidiendo en la adquisición de modelos por encima de sus capacidades de pago.

Con respecto a la modalidad de uso de la telefonía móvil, los datos muestran que la mayoría de los jóvenes tienen celulares para su uso exclusivo (88,1%), lo que marca un importante escenario de independencia en el manejo o empleo del móvil. Sólo un porcentaje reducido de los encuestados (11%) hace un uso compartido con algún miembro de la familia (8,3%), pareja (0,8%) o hermanos (1,9%). Se destaca el hecho de que en esta población es básicamente inexistente el empleo de celular sólo para trabajo (0,3%). En cuanto al fin del uso de los celulares en los jóvenes, los datos mostrados en la Tabla 3 nos permiten evidenciar cómo la mayoría del grupo de jóvenes encuestados manifestó hacer uso del celular con fines familiares, sociales, de estudio, de amistad y de trabajo/negocio.

Según la frecuencia y tiempo de uso, los resultados nos muestran que, en general, el móvil se emplea diariamente, de tres a cuatro horas diarias15; es decir, en un promedio aproximado hacen uso de este dispositivo 210 minutos diarios16, bien sea jugando, escuchando música, llamando, recibiendo llamadas, enviando y recibiendo mensajes de texto u otras actividades alrededor del empleo de este soporte. Si cruzamos estos datos obtenidos con las variables socio-demográficas, la prueba del Chi-cuadrado (Tabla 4) nos permite señalar que la situación laboral, el nivel de estudio y el nivel de ingreso familiar son las categorías que presentan una relación estadísticamente significativa con el tiempo de uso diario del celular. Lo anterior nos permite señalar que el tiempo de uso es mayor en estudiantes, que en jóvenes con mayor nivel de formación y con mayores recursos económicos.

Participación ciudadana móvil

Si analizamos la relación y nivel de participación de los jóvenes de sectores vulnerables al interior de grupos civiles, ONG e instituciones públicas, vemos cómo apenas un reducido porcentaje de ellos manifestó poseer algún tipo de afiliación a instituciones juveniles sociales (23%) o religiosas (27,6%). Al cruzar estos datos con las variables socio-demográficas, la prueba del Chi-cuadrado (Tabla 5) nos permite señalar que el género, la situación laboral y el nivel de estudio son los factores relacionados estadísticamente significativos con la afiliación o no de los miembros de la población de estudio en instancias o agrupaciones civiles. Según estos datos, la afiliación en los jóvenes estudiados a agrupaciones civiles será mayor cuando sean mujeres, estudiantes, y cuando su nivel de formación sea mayor.

De todos los encuestados que manifestaron estar afiliados a alguna organización o grupo social, los datos muestran que los jóvenes –más que promotores– son actores beneficiarios o de apoyo (Tabla 6) de dichas organizaciones y que la mayoría de ellos (60,9%) manifestaron tener dos años o menos en este tipo de agrupaciones. Según las co-relaciones de estudio, el tiempo de afiliación en los jóvenes estudiados a agrupaciones civiles será mayor cuando el nivel de formación sea más próximo a niveles universitario y se encuentren en condición de estudiante.

Los datos arrojados por el estudio (ver Tabla 7) también nos permitieron observar que:

  • Un alto porcentaje del contacto ejercido entre estas instancias de organización ciudadana y lo jóvenes estudiados está siendo realizado por medio de recursos tradicionales (como el contacto directo).
  • Las llamadas por telefonía móvil fueron el principal recurso tecnológico de contacto, muy por encima del envío de mensajes de texto, las llamadas por teléfono fijo u otros tipos de contacto por internet.
  • Son los grupos civiles locales donde se aprecia una mayor presencia de la mediación comunicativa ejercida desde el celular, a través de las llamadas y mensajes de texto.

Los datos obtenidos nos permiten ver también cómo un alto porcentaje de los encuestados (75,1%) manifestó reconocer que el uso del móvil como herramienta de participación ciudadana era "Muy importante" (42,5%) o "Importante" (32,6%). Estos resultados (Tabla 8) muestran cómo los mismos jóvenes reconocen, al menos formalmente, las ventajas que la telefonía móvil puede generar en el aumento de escenarios de comunicación y participación social.

Con el fin de determinar la asociación existente entre el perfil del uso de la telefonía móvil por parte de los jóvenes colombianos y la participación de éstos en distintos tipos de organización social (tomando como referente la variable "afiliación o participación en organizaciones sociales en los últimos seis meses"), se aplicó el procedimiento propuesto por Rodríguez & Mora (2001), quienes proponen tres estadísticos básicos para determinar la asociación entre variables nominales, como las que ocupan este estudio:

  • El coeficiente Phi, el cual nos permite evaluar el grado de asociación entre dos variables, pero sólo está normalizada, es decir oscila entre 0 y 1 en tablas de 2x2. En tablas con otras características toma valores >1. En estos casos lo recomendable es utilizar el Coeficiente de Contingencia.
  • El Coeficiente de Contingencia, que es una extensión de Phi para el caso de tablas mayores a 2x2, tampoco es una medida normalizada para este tipo de tablas pues oscila entre 0, para el caso de no asociación, y Cmax, valor que nunca alcanza el 1.
  • La V de Cramer es también una extensión del coeficiente Phi, pero en este caso, y a diferencia del coeficiente de contingencia, sí se encuentra normalizada. La V de Cramer oscila entre 0 y 1 (valores cercanos a 0 indican no asociación y los próximos a 1 fuerte asociación).

La interpretación de estos indicadores sigue la siguiente regla general:

En el supuesto caso que los estadísticos seleccionados manifestaran relación y/o asociación entre las variables, deberemos valorar su significación estadística (Rodríguez & Mora; 2001). Este procedimiento se realizará a través de la Prueba Chi-cuadrado de Pearson. Esta prueba se basa en las diferencias entre las frecuencias observadas y esperadas de las variables examinadas y se usará para contrastar la Hipótesis de independencia entre las variables dependiente (características del uso de telefonía móvil) e independiente (afiliación o participación organizaciones sociales), la cual será rechazada si la significación (P-Valor) asociada a este estadístico es menor o igual a 0,05 (Nivel de confianza al 95%).

Tenido en cuenta lo anterior, en la Tabla 10 se presentan aquellas variables que registraron evidencias de asociación con la variable participación en organizaciones sociales (grupos juveniles, religiosos, sociales, culturales, deportivos, educativos y/o políticos).

Tal como se presenta en la Tabla 10, se evidencian asociaciones entre la participación en organizaciones sociales y las variables vinculadas a los planes de celulares de que disponen los jóvenes estudiados (quienes tenían plan prepago poseían una asociación estadísticamente más fuerte sobre quienes tenían plan postpago), el uso o no que hagan de determinados recursos y servicios vinculados a estos dispositivos (acceso a redes sociales, mensajes multimedias, cámara, video y agenda, por ejemplo), así como al uso o no que hagan de este tipo de dispositivos con fines vecinales, de estudio, la percepción que tienen en torno a la importancia del celular como recurso o canal de participación de actividades relacionadas con su comunidad y el rol en el que tienen en cuanto al uso del celular (receptor mayoritario de llamadas mensajes, emisor mayoritario de llamadas mensajes o un usuario indistinto – tanto emisor como receptor). Por tanto, con base a lo expuesto en la Tabla 10, podemos establecer una relación entre un conjunto de rasgos afines al sentido de apropiación y acceso que tienen los jóvenes analizados con la telefonía móvil y la participación ejercida por éstos como ciudadanos, enmarcados en una creciente digitalización de nuestras sociedades, a pesar de la condición de vulnerabilidad socioeconómica que puedan presentar.

Para el establecimiento de los factores que inciden en el reconocimiento de las ventajas que ofrece el móvil como canal de comunicación y participación ciudadana en los jóvenes de sectores sociales vulnerables, se llevó a cabo la reducción factorial de las variables estimadas para el estudio, con el propósito de simplificar, reducir o extraer, de manera puntual, aquellos elementos que ejercen una influencia significativa sobre la identificación en los jóvenes estudiados, sobre la importancia del móvil en la participación ciudadana. Se pueden reconocer un total de 10 factores, los cuales logran explicar el 91,9% de la variabilidad del conjunto de datos:

  • Factores asociados con el contexto laboral y afiliación a los grupos civiles, en los que el tipo de profesión, la condición o no de trabajador en los jóvenes estudiados y la afiliación a grupos civiles en éstos, incidirían favorablemente en el reconocimiento de las ventajas.
  • Factores comunicativos con los actores sociales, en los que el aumento en el empleo de dispositivos y recursos TIC facilitaría el reconocimiento de las ventajas.
  • Factores asociados con los medios de contacto con los actores sociales, en los que los procedimientos de toma de contacto ejercidos por los actores sociales con los miembros de la población de estudio ayudaría al aumento del reconocimiento de las ventajas.
  • Factores sociales y tecnológicos, donde la capacidad de reconocimiento de las problemáticas sociales en sus comunidades y/o localidades, la afiliación a grupos civiles, así como el tipo de móvil y los servicios existentes en él aumentarían la posibilidad de que los jóvenes de la población de estudio distingan las ventajas.
  • Factores asociados con el sector laboral, diferencias generacionales y procedimientos de convocatorias de grupos civiles, en los que el sector de trabajo, la adultez en los jóvenes y los medios de comunicación empleados por los grupos civiles para el contacto con éstos aumentarían la distinción de las ventajas.
  • Factores vinculados con el poder adquisitivo familiar y la usabilidad del móvil en los jóvenes analizados, en los que la precariedad en el ingreso familiar y el uso de este dispositivo aumentarían el reconocimiento de las ventajas.
  • Factores asociados al número de miembros familiares y tiempo de afiliación en grupos civiles, donde la presencia de un alto número de miembros en la familia y un mayor tiempo al interior de un grupo civil ayudarían a que los jóvenes analizados reconocieran más las ventajas.
  • Factores socio-educativos, en los que el registro en mejores categorías en el Sisbén, el aumento en el nivel de estudio y la condición de género masculina en los jóvenes analizados aumentarían el reconocimiento de las ventajas.
  • Factores asociados con el tipo de actividad en grupos civiles y rol ante el celular, donde el aumento de actividades más afines con el devenir diario de la comunidad y la alternancia indistinta de roles en éstos contribuirían a la distinción de las ventajas.
  • Factores comunicativos y tecnológicos vinculados con la participación ciudadana, donde el tipo de procedimientos comunicativos empleados para el contacto entre los jóvenes y las instituciones públicas y ONG, así como el mayor reconocimiento de la importancia del móvil en la participación ciudadana contribuirían a la distinción de las ventajas.

Consideraciones finales

Los rasgos que caracterizan a los jóvenes estudiados nos permiten apreciar un contexto socio-cultural y tecnológico en el que los escenarios de adquisición de competencias y/o habilidades alrededor de las TIC resultan aún escasos, y a la vez importantes en torno a la formación de la ciudadanía móvil. Estos rasgos pueden estar afectando, no sólo a la forma en que se relacionan los jóvenes vía celular, sino también al aprovechamiento de los recursos móviles para la formación de los aspectos relacionados con la ciudadanía digital, la e-democracia y la e-competencia.

Los resultados obtenidos nos muestran a unos jóvenes regidos por estrategias estáticas de acción social alrededor del empleo de los celulares para el ejercicio de la participación ciudadana desde los grupos civiles existentes en sus entornos sociales. Por tanto, la ciudadanía digital, ejercida desde el aprovechamiento de los celulares para el ejercicio de la participación ciudadana, parece encontrarse en estado incipiente (bajo). Ello se da como resultado del comportamiento pasivo de los sujetos, especialmente en lo que se refiere al cómo se dan las relaciones entre los jóvenes estudiados y las agrupaciones e instancias civiles. Lo aquí expuesto guardaría relación con la participación ciudadana pasiva expuesta por Holzer et al. (2004), tomado como referente en este trabajo, tanto en lo referido a la diseminación de la información como en la deliberación ciudadana ejercida por la población objeto de estudio.

El escenario actual –delineado en torno a la ciudadanía móvil desde los jóvenes vulnerables– nos lleva a ubicar el desarrollo de este tipo de ciudadanía de forma elemental, ya que la diseminación de la información y el fomento de la deliberación ciudadana parecen estar siendo aplicadas de una forma más vertical que horizontal. Y es que los resultados generados nos permiten resaltar la incipiente promoción, desde los celulares, de nuevos mecanismos de participación social (Zavestoski & Shulman, 2002; Zavestoski, Shulman & Schlosberg, 2006).

Si bien es cierto que la naturaleza propia de los avances TIC traen un potencial contexto de mediación que puede ampliar las actividades sociales de los jóvenes, es evidente la falta de articulación de una perspectiva al interior de las instituciones públicas, ONG y grupos civiles, que permita dar un sentido mayor de usabilidad de las tecnologías móviles y estimule el ejercicio activo de los derechos de los ciudadanos. El resultado es que las relaciones sociales ejercidas por los jóvenes vulnerables estudiados se centren más en esferas como el ocio, las amistades y la familia.

La integración de la teoría con los datos recogidos en este proyecto nos lleva a plantear dos modelos de participación en los jóvenes analizados, según sus dimensiones sociales de actuación: por una parte, asumiendo un rol receptor-pasivo desde los celulares (Gráfica 1), en el que son más consumidores de información difundida por los diferentes actores sociales; y por la otra, asumiendo un rol de emisor-activo, ante sus familiares y amigos, a través de las llamadas y envío de mensajes de textos desde los celulares (Gráfica 2).

La dominación del modelo 2, sobre el modelo 1, nos lleva a afirmar que el conjunto de prácticas democráticas desde el uso de los celulares, en la actualidad, parece limitarse a escenarios tradicionales de comunicación y diálogos, como los expuestos a lo largo de este informe, reduciéndose así el aprovechamiento de los dispositivos móviles como un medio alternativo de participación social y de deliberación de la ciudadanía.


Notas

1Agradecimiento: Este trabajo se llevó a cabo con la ayuda de fondos asignados al IEP por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo y de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, Ottawa, Canadá.
2Cálculo efectuado a partir de los datos suministrados de abonados por la Sistema Unificado del Sector de las Telecomunicaciones en Colombia, donde se muestra cómo para el corte del año mencionado aquí, fue de 40.276.901 abonados en alguna de las tres compañías prestadoras de servicio de telefonía móvil, así como a partir de la proyección población estimada por el DANE para 2009, el cual se ubicaba en 44.977.758 habitantes.
3Datos extraídos de la Encuesta de Calidad de Vida elaborada por el DANE para 2009 (DANE, 2009).
4Ibid.
5Cálculo efectuado a partir del número total de inscritos en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisbén) en Colombia, 24.402.453 millones de personas, de un total de 44.977.758 habitantes en dicho país para 2009. Sisbén es una herramienta de identificación, que organiza a los individuos de acuerdo con su estándar de vida y permite la selección técnica, objetiva, uniforme y equitativa de beneficiarios de los programas sociales que maneja el Estado, de acuerdo con su condición socioeconómica particular.
6http://www.pewinternet.org/
7http://www.forbes.com/technology/
8Mientras que los adultos en los Estados Unidos poseían un nivel de penetración del 90% para septiembre de 2009, los jóvenes (de 12 a 17 años) tenían un 75%, para el mismo período de tiempo, según Lenhart et al. (2010).
9Según CTIA-The Wireless Association & Harris Interactive (2008), la primera publicidad de celulares se realizó en 1983.
10Rango etáreo de juventud establecido en Colombia, a partir de la Ley nº 375 del 4 de julio de 1997.
11Cálculo extraído a partir de la estimación elaborada de habitantes registrados al Sistema de Identificación de Potenciales beneficiarios de Programas Sociales (Sisbén) en Barranquilla, pertenecientes a los estratos 1 y 2, 794.069 personas para marzo de 2009, según el peso relativo porcentual que tienen los jóvenes del rango de edad tomado en consideración en este proyecto, al interior de la población general residente en Barranquilla, según proyecciones calculadas por el DANE (2009), es decir, 278.240 habitantes de un total proximado de 1.179.098 como total general.
12http://www.sisben.gov.co.
13Según datos de la Encuesta de Calidad de Vida 2009, realizada por el DANE.
14N = 383 / n =362.
15La media obtenida fue de 3,99; siendo 3 la opción "De dos a tres horas diarias", y 4 la opción, la más cercana a la media, "De tres a cuatro horas", con una N = 383 y un n = 383.
16Este cálculo de minutos diarios de uso se sacó a partir de la suma del tiempo mínimo (tres horas) y máximos (4 horas) de la opción más cercana a la media obtenida en el marco de este proyecto, y luego dividiendo ello entre el número de opciones sumadas; obteniéndose así una media de 3,5 horas diarias mensuales de media (210 minutos).


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