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Estudios Políticos

versión impresa ISSN 0121-5167versión On-line ISSN 2462-8433

Estud. Polit.  no.68 Medellín sep./dic. 2023  Epub 11-Dic-2023

https://doi.org/10.17533/udea.espo.n68a03 

Sección general

Primarias abiertas presidenciales en el pacto Apruebo Dignidad en Chile 2021. Tensiones irresueltas entre la institucionalización del estallido y la repolitización de la ciudadanía1 **

Open Presidential Primary Elections in Apruebo Dignidad Coalition in Chile 2021. Unresolved Tensions between the Institutionalization of the Outbreak and the Citizenship Repoliticization

Ariadna Gallo1 

Rodrigo Díaz Esterio2 

1 Profesora e investigadora del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, Universidad de Buenos Aires, e investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Argentina. Correo electrónico: doctoraag75@hotmail.com - Orcid: https://orcid.org/0000-0002-0605-2202

2 Argentina, Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, Universidad de Buenos Aires (IEALC-UBA). Correo electrónico: rodrigodiazest@gmail.com - Orcid: https://orcid.org/0009-0006-7991-4770


Resumen

En este artículo se analiza el proceso de primarias abiertas presidenciales en Apruebo Dignidad, una amplia y heterogénea coalición de centroizquierda de reciente creación en Chile, compuesta por el Frente Amplio y Chile Digno, los cuales confluyeron a partir del estallido social de 2019. Se analizan las primarias abiertas en su doble función, como mecanismo de nominación y como regla electoral. Se aborda la implementación de primarias en una novel coalición, celebradas luego de los drásticos cambios sucedidos en la composición y fisonomía de la base societal, utilizando las categorías que en la literatura sobre la temática se aplican para el análisis de sucesos de esta naturaleza. Se concluye que la aplicación de reglas electorales diseñadas en contextos políticos completamente diferentes de aquellos en los que efectivamente se implementan produce determinados efectos no considerados en el análisis académico o en el debate público. A la vez, la sujeción -voluntaria- de una nueva fuerza política emergente a una normativa ajena a su lógica de funcionamiento puede generar consecuencias no previstas por los actores que recurren a ella.

Palabras clave: Elecciones; Primarias Abiertas Presidenciales; Estallido Social; Comportamiento Político; Participación Política; Chile

Abstract

This article analyzes the presidential open primary process in Apruebo Dignidad, a broad and heterogeneous center-left coalition of recent creation in Chile, composed of Frente Amplio and Chile Digno, which converged from the Estallido Social of 2019. Open primaries are analyzed in their double function, as a nomination mechanism and as an electoral rule. The implementation of primaries in a new coalition, held after the drastic changes in the composition and physiognomy of the societal base, is addressed, using the categories applied in the literature on the subject for the analysis of events of this nature. It is concluded that the application of electoral rules designed in political contexts completely different from those in which they are effectively implemented produces certain effects not considered in the academic analysis or in the public debate. At the same time, the -voluntary- subjection of a new emerging political force to a regulation that is alien to its operating logic may generate consequences not foreseen by the actors who resort to it.

Keywords: Elections; Presidential Open Primaries; Social Outbreak; Political Behavior; Political Participation; Chile

Introducción

En este artículo se analiza el proceso de definición de candidatos en Apruebo Dignidad (AD), una coalición de centroizquierda compuesta por el Frente Amplio (FA), Chile Digno -con el Partido Comunista como fuerza pivotal- y otros sectores menores que confluyeron a partir del estallido social de octubre de 2019, el cual procuraba romper con los treinta años de historia política chilena previa. Para las elecciones de 2021, AD decidió resolver su candidatura presidencial por medio de una primaria abierta legal, en la que compitieron Daniel Jadue Jadue por Chile Digno y Gabriel Boric Font por el Frente Amplio.

Aquí nos enfocaremos en el desarrollo de la primaria abierta presidencial, instancia que, por un lado, estaba estipulada legalmente a partir de un cambio de normativa electoral adoptada en 2012 y, por el otro, fue concebida como una modalidad de participación «desde abajo» por parte de las bases formadas y gestadas al calor de las protestas y movilizaciones populares en la que se estaba jugando, de algún modo, el liderazgo que encarnaría la fuerza social emergida tras el estallido.

En ese sentido, las primarias abiertas son tanto un mecanismo de nominación de candidaturas, adoptada voluntaria y unilateralmente por los partidos (Geer, 1988; Rahat y Hazan 2001), así como una regla electoral incluida dentro del sistema electoral nacional (Freidenberg y Došek, 2016; Buquet y Gallo, 2022). En el caso de Chile, el proceso de primarias está regulado formalmente (Ley 20. 640 del 6 de abril de 2017), siendo estas abiertas a todos los ciudadanos, para quienes constituyen una instancia facultativa. A la vez, la participación en primarias es opcional para los partidos o frentes, los cuales, en caso de resolver apelar a ellas, deberán hacerlo en la fecha prevista por el Servicio Electoral de Chile (Servel), el órgano superior de la administración electoral en el país, bajo su tutela, control y regulación.

El análisis de las primarias abiertas, en su doble función, posee relevancia teórica en la medida en la que involucra decisiones de los actores en dos niveles: por un lado, de la coalición gobernante que decide acordar incorporar una normativa más inclusiva, lo cual, conforme a la teoría, tiende a restar recursos a quienes detentan el poder (Buquet, 2007) y, por otro lado, de los líderes partidarios que eligen sujetarse a esta normativa electoral, utilizando un mecanismo de competencia más abierto, renunciando así a su facultad de control y nominación (Field y Siavelis, 2008; Ichino y Nathan, 2013; Kemahlioglu, Weitz-Shapiro y Hirano, 2009; Serra, 2011; Ascencio y Kerevel, 2021). A su vez, desde el punto de vista de la coyuntura política, es relevante saber cómo transcurre el proceso mediante el cual el actual presidente resulta nominado y cómo se resuelve la correlación de fuerzas internas dentro de su coalición.

La premisa subyacente a la incorporación de primarias abiertas es que las principales unidades de competencia son agrupaciones políticas -partidos o coaliciones- que procuran trascender la coyuntura y mantenerse en el tiempo (Serra, 2011; Freidenberg, 2003; Gallo, 2021). A su vez, desde un punto de vista organizativo, las primarias abiertas representan un patrón peculiar en la relación entre los partidos y su base (Sandri y Seddone, 2020).

Por ello, en América Latina, en general,2 y en Chile, en particular, la adopción de primarias abiertas como regla electoral coincidió con una batería de reformas3 destinadas a hacer frente a la crisis de representación política y a recomponer el vínculo entre fuerzas políticas y sus bases de apoyo (Alcántara y Freidenberg, 2003; Altman y Luna, 2015; Siavelis, 2016). Sin embargo, en Chile la crisis integral de la política no sólo no se fue morigerando a partir de los cambios instrumentados, sino que se profundizó de modo tal de derivar en el estallido de octubre de 2019 y en el proceso de discusión constitucional abierto a partir de entonces. Por ello, es imprescindible evaluar los efectos de la aplicación de esta normativa a la luz de los acontecimientos políticos que transcurrieron en el ínterin y que tuvieron un impacto directo sobre la configuración y caracteres de la base social.

Por tal razón, aquí se busca analizar minuciosamente un suceso político puntual -las primarias abiertas de la coalición que procuraba institucionalizar y formalizar la fuerza social encarnada en el estallido- desenvuelto bajo reglas consensuadas casi una década antes por los principales protagonistas de una etapa histórica a la que se buscaba dejar atrás. Con ello se aspira a efectuar una contribución a la vasta literatura existente sobre elecciones primarias abiertas -en las que se analiza tanto la estructura de incentivos que provee este mecanismo como sus efectos concretos-, en particular, en lo concerniente a su función como herramienta de movilización del cuerpo ciudadano y de revinculación entre los partidos políticos y la base societal. Se trata de una cuestión pertinente, relevante y actual que atraviesa una de las áreas más indagadas en los estudios recientes sobre instituciones políticas en América Latina, a saber, las primarias abiertas presidenciales.

Para su análisis se incorporó una perspectiva que pretende ser innovativa, indagando acerca del impacto de ciertas reglas formalizadas, utilizando el armazón analítico-conceptual habitualmente aplicado en este tipo de abordaje sobre un fenómeno de gran encarnadura social. De este modo, se dará cuenta de las lagunas existentes en la literatura clásica sobre la temática y de la omisión en la discusión política, tanto de una evaluación omnicomprensiva a priori como de una consideración a posteriori de las alteraciones radicales que se sucedieron en la composición de la base societal.

1. Marco teórico y metodológico

1.1 Primarias abiertas

Las elecciones primarias abiertas son, por un lado, un método de selección de candidatos partidarios y, al mismo tiempo, constituyen una regla electoral. En primer lugar, como mecanismo de selección se autoriza a participar en la resolución de las candidaturas a todo ciudadano empadronado en el registro electoral nacional del país (Bueno, Smith, Siverson y Morrow, 2003; Altman, 2013; Cross, Kenig, Pruysers y Rahat, 2016). Así, en la medida en que con las primarias abiertas el selectorado -el individuo o conjunto de individuos a cargo de efectuar la selección (Rahat y Hazan, 2001)- está conformado por la totalidad de la ciudadanía nacional, estas suelen ser consideradas el sistema más inclusivo para nominar candidatos (Rahat y Hazan, 2001; Rahat y Shapira, 2017).

En ese sentido, una parte de la literatura sobre primarias considera que se trata de un mecanismo virtuoso que genera ventajas para fuerzas políticas y ciudadanos, a saber, apertura y transparencia política (Zovatto, 2011), reducción del control de las élites partidarias en los procedimientos de nominación (Blanco, 1996), incentivo a la participación de electores independientes en la vida política (Ware, 1996), regeneración del lazo quebrantado entre partidos y ciudadanos (Harmel y Janda, 1982; Dalton, 1998).

Por su parte, otro significativo sector de la literatura concibe que las primarias abiertas ocasionan más perjuicios que beneficios. Se argumenta que como con ellas se incluye a personas ajenas al partido, trascendiendo los límites del demos partidario -o cuerpo colectivo partidario- (Buquet y Gallo, 2022), se acarrea el riesgo de que electores opositores ejerzan un voto estratégico en una contienda ajena para ocasionar determinados resultados (Cho y Kang, 2015). A su vez, se señala que con las primarias abiertas los precandidatos deben compatibilizar la llegada a su núcleo de seguidores internos con una orientación al electorado amplio, eludiendo alusiones a la pertenencia a colectivos específicos (Key, 1964; Colomer, 2000). Esto último fomenta el desarrollo de estrategias electoralistas, reforzando el oportunismo y el carácter catch all de los actores que compiten (Boix, 1998; Burden, 1998; Sandri, Seddone y Venturino, 2015; Ignazi, 2018). Por último, entre otros aspectos perjudiciales de las primarias se subraya la conflictividad interna generada con ellas (Atkenson, 1998; Agranov, 2014; Grofman, Troumpounis y Xefteris, 2019) y la posibilidad de defecciones de adherentes de sectores internos derrotados, una vez transcurrida la contienda (Kenney y Rice, 1984; Bibby, 1996; Johnson, Petersheim y Wasson, 2010).

En segundo lugar, con las primarias como normativa electoral se busca combinar los beneficios de la inclusividad y apertura que las primarias como mecanismo de nominación de candidatos teóricamente otorga con la prevención de los riesgos mencionados, por medio de la adopción de reglas y cláusulas específicas (Buquet y Gallo, 2022). Asimismo, a partir del establecimiento de una contienda electoral nacional, con control y regulación oficial, y sujeta a un cronograma prefijado se procura incentivar que cada votante se pronuncie por su partido preferido, desalentando la injerencia en fuerzas opositoras (Boidi y Queirolo, 2009).

Paralelamente, con la utilización de primarias teóricamente se aspira a incorporar a quienes se sienten cercanos o afines a alguna de las organizaciones políticas existentes, haciéndolos partícipes de la vida interna partidaria (Paramio, 1999; Pennings y Hazan, 2001), induciéndoles, en última instancia, a formar parte del demos de alguna de ellas. De todos modos, hay que señalar que la evidencia obtenida a escala global arroja que las primarias como herramienta para movilizar votantes hasta ahora se ha limitado a incorporar instant members (Rahat y Hazan, 2001), sin garantizar un apoyo estable de estos (Dalton, 1998; Dalton y Wattenberg, 2000), una conversión de votantes en militantes (Raniolo, 2004) o una reversión de los sentimientos antipartidistas de los ciudadanos (Poguntke y Scarrow, 1996).

1.2 Utillaje conceptual para el abordaje de primarias abiertas

Con el sistema de primarias abiertas se busca lograr una mayor convergencia entre el selectorado potencial -el electorado convocado a participar en esta instancia- y el selectorado real -el conjunto de electores que efectivamente concurre a votar en primarias- (Buquet y Gallo, 2022). Asimismo, dentro del selectorado potencial pueden distinguirse cuatro clases de electores internos -configurados a partir de sus motivaciones específicas para pronunciarse de determinado modo en esta instancia- que, no obstante, constituyen tipos abstractos, con superposición entre ellos y con fronteras no tan delimitadas:

a) Miembros del demos partidario: afiliados formales, adherentes y simpatizantes intensos. Estos votantes son los únicos cuya presencia se tiene asegurada desde el vamos, en sistemas de primarias con voto opcional (Norrander, 1996; Burden y Greene, 2000). Pueden emitir un voto sincero incondicional -por su candidato partidario favorito- o, alternativamente, elegir al postulante de su fuerza con más chances en las elecciones generales, en lo que se denomina un voto compromising (Cho y Kang, 2015).

b) Interesados: independientes que no adhieren incondicionalmente a ninguno de los partidos existentes, aunque suelen exhibir preferencias puntuales respecto a las figuras individuales. Emiten un voto sincero por el postulante predilecto -particularmente si la disputa es pareja o si presenta contendientes internos diferenciados- del partido al que votarán o de alguno por los que se encuentran indecisos (Gallo, 2011).

c) Especuladores: independientes o simpatizantes no formales de alguna fuerza que consideren que el beneficio de que triunfe determinado candidato externo supera la gratificación simbólica de intervenir en el propio evento partidario. Se caracterizan por emitir un voto estratégico dentro de la primaria de un partido bien posicionado al que no votarán en las elecciones generales, eligiendo al candidato concebido como «mal menor» -voto hedging- o al candidato menos competitivo para tener mejores chances en las elecciones generales -voto raiding- (Cho y Kang, 2015).

d) Apartidarios: independientes que consideran que no les corresponde, por principio, ir a votar en una primaria partidaria. No votarían en primarias opcionales.

Con la adopción de primarias abiertas como regla electoral se da por sentado que prevalece en los ciudadanos la orientación positiva hacia una preferencia favorita -o menos mala- entre las que se presentan y que el único voto inadmisible es el voto raiding efectuado por especuladores opositores. Por tal razón se ha incorporado la simultaneidad en la competencia, la cual operaría tanto como disuasor de oposicionistas como impulsor de electores interesados sin filiación formal (Boidi y Queirolo, 2009; Cho y Kang, 2015).

En lo que sigue, se utilizará esta taxonomía para analizar detalladamente al selectorado potencial de las primarias abiertas en Chile de 2021 y al selectorado real de la fuerza política que optó por su implementación aquí analizada (Apruebo Dignidad). Para ello se desagregan los resultados tanto de las primarias como de las elecciones generales en los ámbitos de regiones, de comunas y de circunscripciones electorales, utilizando también datos históricos de elecciones anteriores para delinear apoyos permanentes y circunstanciales.

Se busca dilucidar el perfil del votante en conformidad con sus motivaciones específicas para pronunciarse o no -y de un modo u otro- en un acontecimiento electoral opcional, no dilucidatorio y celebrado por una fuerza política que encarnaba banderas y consignas contrarias a las de quienes habían consensuado las reglas a las que en esta ocasión se sujetaba. De los miembros del demos partidario-coalicional se distinguen entre miembros formales -los afiliados a los partidos de Chile Digno y Frente Amplio- y simpatizantes intensos-estables -aquellos que han acompañado a estas fuerzas en los últimos comicios-. Se considera como votantes internos, independientes interesados, a aquellos que se sumaron en esta elección votando a Apruebo Dignidad, tanto en las primarias como en las generales. Se entiende que los especuladores son los que votaron a Apruebo Dignidad en las primarias, pero no así en los comicios definitorios.

Esto permite determinar si el tipo de votante que tuvo incidencia en esa instancia se ajusta tanto a los objetivos propuestos con la regla de primarias abiertas como a los intereses políticos de la coalición que hacía uso de ella. Todo esto teniendo en cuenta que se trataba de una coalición que aún se encontraba en un proceso de construcción, no habiendo desarrollado mecanismos de integración y de mantenimiento de lealtades internas, ni una identidad coalicional supraabarcativa.

2. Análisis de las primarias abiertas de Apruebo Dignidad, 2021

2.1 Antecedentes generales de la adopción del sistema de primarias en Chile

En Chile, la necesidad de implementar reformas emergió en un contexto signado por la prevalencia del duopolio coalicional postransicional -compuesto por la concertación Nueva Mayoría y por la alianza Chile Vamos- que se encontraba en decadencia, por la consiguiente cerrazón del sistema político y por la progresiva tendencia a la desafección ciudadana, al descrédito de los partidos y a la decreciente participación cívica en las elecciones (Luna y Mardones, 2010).

Luego de que la situación crítica descripta escalara al punto de derivar en masivas movilizaciones sociales en 2011, las cuales tenían su antecedente en las protestas de 2006, desde el gobierno de Sebastián Piñera (Alianza-Renovación Nacional) se lanzó una propuesta de reforma política en la que se incluía, entre otras medidas, la Ley de Primarias Abiertas, la cual fue acompañada por los parlamentarios de ambos bloques tradicionales (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2018).

A lo largo de la discusión parlamentaria que antecedió la aprobación de la Ley se observa la línea argumental antes desarrollada en los apartados previos respecto a los beneficios de las primarias.4 Se sostuvo que con esta Ley se produciría:

Una mayor renovación […], que abrirá a los partidos a las inquietudes de los ciudadanos y hará que éstos se sientan mejor representados. […] se incrementará la libertad de elección […], todo lo cual ofrecerá incentivos apropiados para el surgimiento de una dirigencia política mejor, más renovada y más sintonizada con la ciudadanía (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 5 de septiembre 2011.).

También, de acuerdo con el senador Carlos Bianchi, «un fortalecimiento futuro de las estructuras partidarias para que las nominaciones de candidatos sean por elección de la gente y no de la cúpula de los partidos» (Senado de la República de Chile, 2013, abril 8).

Así, en 2012 se introdujo -al igual que en otros países de América Latina- la regla de primarias que, en este caso particular, serían opcionales para la ciudadanía y para las agrupaciones existentes.5 Asimismo, se estipuló que las fuerzas políticas podían elegir voluntariamente comparecer en las primarias legales, pero dando por sentado que ambos pactos históricos tendrían prevalencia en esa instancia para dirimir la correlación de fuerzas entre subpactos.

Es decir, teóricamente se buscó ampliar el selectorado, propiciar la conversión de selectores en miembros de los demos partidarios, incrementando la identificación ciudadana con los colectivos políticos ya existentes. Sin embargo, a partir de entonces, tras la aplicación de la normativa de primarias abiertas -en 2013 y 2017-, junto a las otras reglas incorporadas en un período de tiempo cercano, la crisis de representación política no logró revertirse -ni siquiera subsanarse-, sino que, por el contrario, hubo un incremento del descontento ciudadano y del descrédito respecto de los partidos tradicionales y de las instituciones democráticas (Falabella, 2022, julio 1.°).

2.2 Despolitización, repolitización informal y emergencia del pacto Apruebo Dignidad

Los drásticos acontecimientos sucedidos desde comienzos del milenio dieron lugar a la emergencia y politización de sectores muy radicales e intensos, modificando la fisonomía del selectorado y planteando el interrogante respecto a posibles articulaciones entre este último y potenciales demos partidarios nuevos de organizaciones políticas que sustituyeran a las preexistentes. Las movilizaciones de 2006 dieron comienzo a la vinculación entre demandas sociales con la crítica al régimen político vigente; luego, las manifestaciones de 2011 expandieron el campo, incluyendo a los colectivos ambientalistas y feministas (Donoso y von Bülow, 2017).

Esta nueva forma de participación social, no obstante, evidenció un elevado grado de despolitización formal (Corvalán, 2019, noviembre 13). En efecto, se trataba de individuos muy variados convergiendo en torno a agendas muy específicas y restringidas (Luna, 2016, noviembre 2) que lograron generar acción colectiva y visibilizar diversos problemas públicos, pero que no proveyeron la base para la articulación de un partido político con horizontes más amplios capaz de presentar un programa político comprehensivo (Luna y Rosenblatt, 2017). En consecuencia, si bien algunos líderes encausaron electoralmente a aquellos sectores movilizados (Luna, 2016, noviembre 2), hasta entonces no se había conseguido configurar un demos, es decir, un cuerpo colectivo amplio, continuo y estable que compartiera una identificación abstracta supraabarcativa, ni se había logrado desarrollar lealtades organizativas o proyectar un accionar en común.

Después de más de una década de intensas pero circunscriptas movilizaciones, tuvo lugar el estallido social de octubre de 2019, a partir del cual parecieron condensarse esas distintas agendas específicas en una demanda general por «dignidad» (Somma, Bargsted, Disi Pavlic y Medel, 2021; Heiss, 2022) y la redacción de una nueva Constitución.

Un año más tarde, plebiscito de entrada y elecciones de convencionales constituyentes de por medio, se logró conformar una coalición entre las fuerzas de izquierda-centroizquierda que en aquella instancia habían acompañado la opción de «apruebo» en el plebiscito de octubre de 2020, la cual resultó abrumadoramente ganadora. Pocos meses más tarde, a principios de 2021, se selló el acuerdo Apruebo Dignidad entre el Frente Amplio -compuesto por Revolución Democrática (RD), Convergencia Social (CS), Comunes y otros movimientos políticos- y Chile Digno -que reunía al Partido Comunista (PC) y a la Federación Regionalista Verde Social (FRVS)-, el cual procuraba congregar a quienes adherían a la necesidad de aprobar una nueva constitución democrática e inclusiva, y a la insignia de «dignidad» que encarnaba las demandas de los múltiples sectores movilizados durante la última década, las cuales denunciaban la crisis social generada por el neoliberalismo y que se oponían a la dirigencia política que había protagonizado la historia postransicional en Chile.

El desafío de esta novel formación, entonces, consistía en articular aquellas banderas más abstractas y abarcativas dentro de una estructura más consistente, con vínculos orgánicos estables, sin la cual se tornaba muy difícil persistir en el tiempo y eventualmente gobernar con éxito (Luna y Rosenblatt, 2017).

2.3 Apruebo Dignidad, conformación coalicional y celebración de primarias abiertas

Luego de los comicios de convencionales constituyentes en mayo de 2021, dentro de Apruebo Dignidad se contempló la opción de definir las precandidaturas presidenciales con miras a una primaria legal que congregara a toda la oposición antineoliberal y que fuera resuelta «desde abajo», esto es, por el selectorado amplio, con una significativa presencia de aquellos que habían acompañado el proceso descripto. Se aspiraba a captar el favor de quienes impugnaban a los partidos políticos -tradicionales- y a muchos de los otrora apartidarios que se hubieran vuelto interesados luego de los sucesos transcurridos desde octubre.

Paralelamente, la dirigencia de las fuerzas de la exconcertación -que ahora se denominaba Unidad Constituyente (UC)- contempló la posibilidad de sumarse a esa contienda; sin embargo, dentro de Apruebo Dignidad seguía habiendo resistencias profundas hacia aquellos partidos, a los que no se concebía como genuinamente «antineoliberales»; finalmente, las negociaciones entre ambos sectores se rompieron abruptamente horas antes de la inscripción de candidaturas (El Clarín, 2021, mayo 20).

En consecuencia, el 18 de mayo se anotaron ante el Servel para las primarias legales de Apruebo Dignidad los candidatos Daniel Jadue (Partido Comunista), alcalde de la Comuna Metropolitana de Recoleta, nominado por las fuerzas de Chile Digno, y Gabriel Boric (Convergencia Social), diputado nacional por Magallanes y referente de las movilizaciones estudiantiles de 2011, representando al Frente Amplio. El primero emergía como el frontrunner, en tanto aparecía como favorito del espacio de izquierda en la gran mayoría de los sondeos; mientras que Boric era concebido como el challenger, dado el contexto descrito, ubicándose a la zaga en todas las mediciones (Pulso Ciudadano, 2021, junio; Criteria, 2021, junio).6 A su vez, Boric tenía llegada en el mundo de la izquierda popular, juvenil y no comunista (Argote y Visconti, 2021, diciembre 22), recibiendo el apoyo de un votante más blando, no tan fidelizado como el de Jadue.

En estas primarias estaba en juego quién canalizaría la fuerza social surgida en 2019 que buscaba desmantelar los pilares sobre los que se había erigido la política chilena en las tres décadas anteriores. Sin embargo, desde ambos sectores se efectuaban mutuamente cuestionamientos al respecto: por un lado, a Boric se le objetaba su suscripción -a título personal, sin aval partidario- al Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, arreglo concebido como salida institucional pautada para dar clausura al proceso de movilización popular precedente. Por el otro, al Partido Comunista se le criticaba su participación dentro de la gestión de la Nueva Mayoría -heredera de la ex Concertación-, a la cual el Frente Amplio había cuestionado severamente, posicionándose así en la escena pública como fuerza política popular.

Como se señaló inicialmente, con las primarias abiertas como método de selección de candidatos se procura compatibilizar la llegada a los propios y la consolidación de los ya convencidos con la apelación al público amplio. En este caso, tanto Boric como Jadue intentaban atraer al vasto universo de electores disconformes con la política chilena de los tiempos recientes -del cual habían surgido los sectores anteriormente movilizados- apelando también al apoyo de los miembros de los demos partidarios de sus respectivas fuerzas políticas. Con respecto a esto último, el abanderado del Partido Comunista corría con ciertas ventajas: por un lado, provenía de un partido histórico, mucho más estructurado, lo cual le garantizaba prácticamente un triunfo en caso de que predominaran los miembros partidarios, particularmente incondicionales -quienes, como se expuso, eran los únicos cuya participación se tenía asegurada desde el inicio- y, por otro, era el predilecto de los electores más extremos y politizados (Ferrer, 2021, julio 12), quienes, como señala la literatura citada, son los más proclives a votar en primarias (Key, 1964; Ranney, 1968; Colomer, 2000).

De todos modos, conforme se iba acercando la fecha de la primaria, parecía irse acortando la distancia entre ambos contendientes (Ferrer, 2021, julio 12). Así, se comenzó a hipotetizar que si llegaban a prevalecer los votantes no orgánicos era plausible que Boric se consagrara como ganador, recibiendo el apoyo de los electores moderados (Ferrer, 2021, julio 12) y, al mismo tiempo, acopiando el voto «anti Partido Comunista» o «anti Jadue» (Pierola, 2021, mayo 29). Este último escenario implicaba una mayor convergencia entre selectorado potencial y selectorado real, pero también suponía el riesgo de una intervención de electores ajenos, emitiendo un voto estratégico.

2.4 Primarias abiertas 2021

La tercera aplicación del sistema de primarias abiertas presidenciales legales en Chile tuvo lugar el domingo 18 de julio de 2021. En ellas se inscribieron sólo dos pactos: Apruebo Dignidad y Chile Vamos, la alianza de centroderecha gobernante en la cual se alistaron cuatro contendientes.

Cada una de las dos coaliciones que se medirían en estas primarias simbolizaban uno de los polos antagónicos de la etapa bisagra que transitaba el país: por un lado, un pacto tradicional, desgastado por una gestión impopular, con componentes fuertemente ligados a la dictadura y, por el otro, una formación novedosa, gestada al calor de los procesos radicales recientemente transitados y llamada a intervenir políticamente en un nuevo entramado constitucional instaurado «desde abajo».

En las primarias abiertas concurrieron a votar 3 141 404 electores -de un universo de 14 627 497-, constituyendo tan sólo 21,36% de los habilitados. De estos, 1 752 922 correspondían a Apruebo Dignidad, 1 340 472 a Chile Vamos y 48 010 a votos blancos o nulos (Servel, s. f. a; s. f. b).

Curiosamente, las primeras primarias legales, luego de los cruciales acontecimientos sucedidos, concitaron una baja participación cívica que contrastó con las elecciones a convencionales constituyentes celebradas dos meses antes con el doble de asistentes (6 468 067), en las cuales las listas de independientes habían obtenido un inusitado apoyo (Servel, s. f. c). En ese sentido, la baja concurrencia habría expresado dos fenómenos: por un lado, las primarias no fueron concebidas públicamente como un instrumento de democratización e inclusividad, sino como una variante más de prácticas ligadas a la casta política dirigencial (Díaz y Gallo, 2022, 21-23 de julio), en un contexto de persistencia de la desvinculación de la ciudadanía con la política institucionalizada y de la desconfianza en las reglas de la democracia formal (Heiss, 2022). Por el otro, entre los sucesos de fines de 2019 y la celebración de primarias en 2021 no hubo tiempo para que se produjera un proceso de genuina politización formal intermedio que diera lugar a la configuración de una entidad partidaria que simbolizara fielmente las demandas emergidas en la esfera pública en la cual se produjera--mediante la utilización del mecanismo de primarias- una confrontación legítima acerca del candidato o proyecto que mejor los representara.

Con respecto a los resultados obtenidos, en ambos pactos se señaló a figuras jóvenes, alejadas de la política tradicional: en Chile Vamos, triunfó el independiente Sebastián Sichel -distanciado de los partidos troncales de su pacto y de la impopular gestión gubernamental-; dentro de Apruebo Dignidad se impuso Gabriel Boric (60,42%) sobre Daniel Jadue (39,58%) (Servel, s. f. b ). Empero, en la elección general Boric obtuvo el segundo lugar, consignando 1 796 851 votos, una cosecha muy similar a la de las primarias. De todos modos, finalmente triunfó en segunda vuelta sobre el ultraderechista José Antonio Kast, logrando el apoyo de 4 651 231 electores. Asimismo, en esta ocasión, tras una estrategia de moderación discursiva, Boric habría capturado el favor del denominado «mundo concertacionista», el cual lo vislumbró como un «mal menor» frente al postulante de la extrema derecha (Olmo, 2021, diciembre 20).

3. Primarias abiertas de Apruebo Dignidad, 2021: hallazgos y discusión

En este apartado se infiere que en el selectorado potencial de 2021 había una prevalencia de apartidarios, lo cual se expresa en la alta abstención interna, o sea, en la discordancia entre aquel y el selectorado real de primarias en general. Asimismo, se analiza la composición interna del selectorado real de Apruebo Dignidad en el proceso eleccionario 2021, procurando establecer el tipo de elector predominante -miembros del demos partidario, interesados o especuladores- y el tipo de sufragio emitido -sincero o estratégico- por ellos en las primarias del pacto. Esto es fundamental para establecer si el votante prevaleciente coincide, por un lado, con aquel que se aspira captar con el sistema de primarias abiertas legales y, por el otro, con aquel que pretendía atraer la fuerza política que se sometía a ellas.

En primer lugar, con el objetivo de detectar la presencia de miembros del demos partidario, se comienza con los afiliados formales, averiguando la relación entre la cantidad de votos recibidos por Apruebo Dignidad y la cantidad de miembros registrados en los partidos asociados.

Tabla 1 Votantes internos y miembros de demos formalizados. 

Subpacto Precandidato Votos Partido Fundación Afiliados Porcentaje
Chile Digno Daniel Jadue 692 862 Federación Regionalista Verde Social 2017 14 338 8,73%
Partido Comunista 1922 46 170
Total - 60 508
Frente Amplio Gabriel Boric 1 058 027 Revolución Democrática 2012 27 715 7,38%
Convergencia Social 2018 37 363
Comunes 2019 13 008
Total - 78 086
Apruebo Dignidad Total primaria 1 750 889 Total - 138 594 7,92%

Fuente: elaboración propia a partir de Servel (s. f. d; s. f. e).

Se observa que los miembros formalmente inscriptos a las fuerzas de Apruebo Dignidad constituyen un porcentaje muy limitado de la cosecha electoral, tanto de cada uno de los precandidatos como de la coalición en su conjunto. Por su parte, el núcleo de simpatizantes intensos es muy difícil de determinar en una fuerza política conformada meses atrás, al tiempo que no es claro diferenciar a aquellos que simpatizan con el conglomerado -concebido como la cristalización organizada del proceso de movilización popular de 2019- de quienes adhieren a sus fuerzas asociadas, gran parte de las cuales, como se observa en la Tabla 1, también se habían conformado recientemente.

Por otro lado, puede identificarse un conjunto estable de electores que se pronunciaron por el Frente Amplio en las elecciones generales de 2017 y luego por Apruebo Dignidad en las elecciones para convencionales, en las primarias y en las generales de 2021 (véanse Tabla 2 y Tabla 3),7 que posiblemente haya estado compuesto en gran medida por centroizquierdistas genéricos, disconformes con los políticos y agrupaciones de las últimas décadas (Santana, Montero y Rama, 2019). En consecuencia, lo más factible es que, dentro del selectorado real de AD en 2021, hayan tenido prevalencia estos individuos, posicionados en la centroizquierda o izquierda democrática no comunista -que, según los estudios de opinión, eran los que tendían a apoyar a Boric (véase apartados previos)- quienes habrían inclinado la balanza a su favor en este evento selectivo.

Tabla 2 Primarias y generales 2021 desagregadas por regiones. Apruebo Dignidad y fuerzas progresistas. 

Región Primarias Apruebo Dignidad Elecciones generales Votos perdidos Apruebo Dignidad (primarias-generales)
Daniel Jadue Gabriel Boric Total Apruebo Dignidad Apruebo Dignidad Unidad Constituyente Marco Enríquez-Ominami
Metropolitana 379 663 538 751 918 414 892 593 294 990 256 730 48 412
Arica y Parinacota 6489 8541 15 030 15 077 8423 4703 210
Tarapacá 8858 12 269 21 127 19 976 9441 6874 1352
Antofagasta 17 525 26 451 43 976 41 487 17 542 14 434 3044
Atacama 9557 10 575 20 132 20 418 27 501 5313 529
Coquimbo 24 722 36 083 60 805 68 203 35 992 18 795 -
Valparaíso 82 389 118 665 201 054 223 266 81 855 63 806 800
O’Higgins 26 696 48 615 75 311 87 861 48 274 28 293 165
Maule 23 819 43 410 67 229 78 976 56 257 27 423 440
Ñuble 9233 19 400 28 633 31 684 28 358 10 488 21
Biobío 38 761 79 591 118 352 117 325 72 905 40 100 6259
La Araucanía 19 262 37 460 56 722 65 294 48 731 21 810 51
Los Ríos 11 317 18 809 30 126 36 976 21 780 8691 45
Los Lagos 20 702 35 561 56 263 66 568 35 552 17 548 19
Aysén 2965 4606 7571 9975 6574 2017 -
Magallanes 4316 13 638 17 954 21 137 6854 6640 5
Total 686 274 1 052 425 1 738 699 1 796 816 813 407 533 554 61 352

Fuente: elaboración propia a partir de Servel (s. f. b; s. f. g).8

Tabla 3 Correlación Frente Amplio 2017-Apruebo Dignidad 2021. 

Estadísticas de la regresión
Coeficiente de correlación múltiple 0,933238694
Coeficiente de determinación R^2 0,87093446
R^2 ajustado 0,869785508
Error típico 2418,040309
Observaciones 346

Fuente: elaboración propia.

Asimismo, en la primaria de Apruebo Dignidad habría prevalecido un voto sincero, plausiblemente, efectuado en buena medida por miembros del demos partidario, pero mayormente por electores interesados centroizquierdistas, quienes suelen tener preferencias puntuales hacia figuras individuales.

Ahora bien, uno de los puntos significativos a destacar es que Apruebo Dignidad anexó una cantidad muy limitada de votos entre las primarias abiertas y los comicios generales. Es decir, la brecha entre selectorado y electorado de Apruebo Dignidad fue cuasi inexistente. Más aún, este conglomerado perdió 61 352 votos netos entre la votación de julio y la de noviembre, lo cual se torna más llamativo, en tanto la concurrencia electoral se incrementó notoriamente (126,58%) entre ambas fases (Servel, s. f. e. Cálculos propios). Esta situación va en contra del propósito teórico de este instrumento de generar una activación de la participación de electores independientes interesados entre fases y de las expectativas de los protagonistas de las primarias de Apruebo Dignidad que suponían que la comparecencia en esta instancia permitiría incrementar el apoyo de los individuos que vislumbraban al pacto como una organización política como tal.

Si bien el sector compuesto por los desertores constituyó una porción muy reducida del selectorado real de Apruebo Dignidad y su presencia no habría sido decisiva en el resultado (Servel, s. f. d; s. f. e), es fundamental aquí recordar que en primarias con voto opcional la pérdida neta de sufragios entre ambas instancias implica un signo de anomalía según las consideraciones de la literatura sobre la temática. Esta situación suele deberse a fugas de seguidores de derrotados internos tras las primarias o a la injerencia externa de opositores a través del voto estratégico -especialmente, raiding-. En este caso, con respecto al primer factor hay que decir que, si bien Apruebo Dignidad experimentó un retroceso en la votación en algunas comunas en las que Jadue se había impuesto internamente, es más factible que los votos perdidos provinieran de electores anti Jadue-anti Partido Comunista buscando neutralizar el apoyo al abanderado de Chile Digno en sus bastiones históricos (Recoleta, Conchali, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo y San Ramón). Lo llamativo allí fue la paridad entre ambos precandidatos en todas esas comunas, dándole a Boric un apoyo superior al que históricamente han obtenido sectores de la izquierda no comunista en ellas. A esto se agrega la buena performance de Marco Enríquez-Ominami en ellas en la elección general, con un promedio de 12,91% entre las cinco comunas, cuando su votación total había sido de 7,6% (Servel, s. f. e. Cálculos propios).

Respecto del segundo elemento, el voto estratégico raiding de la derecha hubiera implicado pronunciarse por el candidato de Apruebo Dignidad con mayor nivel de rechazo y más alejado del votante mediano de los que contendían en la primaria -es decir, por Jadue- para tener mayores chances en la elección general. Empero, dicha hipótesis nunca fue planteada a lo largo de la campaña (CNN Chile, 22 de noviembre de 2021) y, en tal caso, esta habría sido refutada a la luz de la distribución de apoyos obtenida -60 a 40, a favor de Boric- en la primaria de ese pacto.

De todos modos, cabe resaltar que las comunas en las que hubo una merma más sustantiva de votos hacia Apruebo Dignidad son aquellas tendientes a votar históricamente a la derecha, en las cuales, en las primarias, Boric se había impuesto por un margen muy superior a la media nacional.9 En efecto, es altamente plausible que votantes exógenos de derecha hayan intervenido en la primaria de Apruebo Dignidad, pero no para efectuar un voto estratégico raiding, sino para emitir un voto estratégico hedging. Empero, paradójicamente, también habría habido simpatizantes centroizquierdistas que efectuaron un voto análogo fundado en motivaciones similares: en ambos casos, habrían señalado a Boric con el objetivo de que fuera este -y no Jadue- el que se consagrara como candidato presidencial dentro de la coalición que creían que ganaría la Presidencia, pero a la cual no votarían en la elección general (Gómez, 2021, julio 18; Pierola, 2021, julio 19).

Aquí corresponde detenerse en lo siguiente: los electores especuladores que emitieron un voto estratégico hedging por Boric pueden dividirse -a grandes rasgos- en dos subtipos: uno más puro -el de los simpatizantes de derecha- y otro ubicado en una zona fronteriza con la de interesados, efectuando un voto sincero compromising -el de los centroizquierdistas-adherentes de la ex Concertación-.10 A saber, mientras que los primeros no se guiaron al votar por su ordenamiento de preferencias abstractas (Cox, 1997), sino que sufragaron en la interna de una fuerza política a la que sabían de antemano que nunca escogerían en una elección definitoria, los segundos, al no contar con su primera preferencia sincera compitiendo en las primarias legales, efectuaron un voto por su alternativa favorita dentro del universo de opciones presentadas, a la cual no señalaron en la elección general, pero en muchos casos sí lo hicieron en el balotaje.

Efectivamente, la existencia de un traslape entre votantes especuladores que efectúan un voto estratégico hedging e interesados que emiten un voto sincero compromising diluye los criterios según los cuales se convoca, se admite y se excluye a los electores no partidarios en el proceso de primarias abiertas. En consecuencia, aquí se torna relevante revisar la taxonomía anteriormente exhibida, cuyas categorías permiten delinear -de modo hipotético y aproximado- la composición del selectorado real a la que idealmente se aspira arribar con esta norma de selección de candidatos.

Como se expuso, en los estudios sobre primarias abiertas que han servido como marco referencial para la incorporación formal de esta regla se ha considerado que con ellas se habría de estimular la presencia de independientes interesados -cuya participación se incrementaría luego del evento interno democrático-, evitando, a la vez, el efecto distorsivo producido por la injerencia de especuladores que emiten un voto raiding -a través de la simultaneidad y también de la exclusión de afiliados externos-. En esa misma línea, la dirigencia de los partidos de Apruebo Dignidad apeló a las primarias abiertas procurando activar, primero, y ampliar, luego, la base social del nuevo conglomerado, sin contemplar dentro de sus cálculos que en un sistema con comparecencia opcional para las agrupaciones, al excluir a las fuerzas concertacionistas de su primaria, dejaría en disponibilidad a un significativo sector de votantes especuladores, susceptibles de incidir en la resolución de sus candidaturas.

En el caso aquí estudiado, ni los propulsores de la regla de primarias abiertas ni la dirigencia que debió sujetarse a esta normativa han prestado suficiente atención a cláusulas propias de las primarias -voto ciudadano opcional y participación voluntaria de agrupaciones, lo cual da lugar a una simultaneidad incompleta o parcial- o a los caracteres político-contextuales específicos -reciente declive de los dos grandes pactos tradicionales y ausencia de un posterior proceso de repolitización ciudadana que cuajara en la construcción de coaliciones sólidas e identificables-.

En efecto, aquí se ha podido observar que, por un lado, con voto interno opcional es difícil que se consiga una confluencia y articulación virtuosa entre selectorado potencial y selectorado real, particularmente si las entidades que compiten carecen de estructuración y arraigo en el electorado y si la ligazón entre sus miembros es frágil y coyuntural. Paralelamente, la simultaneidad incompleta genera un conjunto de incentivos adicional para la concurrencia de un tipo de votante discordante con aquel que se pretende atraer en la instancia de primarias, aunque inobjetablemente válido desde el punto de vista del principio de inclusividad y, al mismo tiempo, imposible de excluir a priori, sin alterar el espíritu originario de esta normativa.

A su vez, la escogencia de primarias como método de selección de candidaturas, de por sí, supone la exposición de los dos niveles constitutivos de la coalición -partidaria y suprapartidaria- en la arena electoral, en la que se exteriorizan las divisiones internas existentes (Boix, 1998; Fiorina, 1981; Freidenberg, 2003; Agranov, 2014). Por ello, siempre implica un riesgo recurrir a ellas en el caso de un agrupamiento pluripartidista de reciente conformación (Gallo, 2021). Si a esto se le agrega una prevalencia de votantes interesados -que emiten un voto sincero condicional, con inclinaciones puntuales hacia individualidades- y también de electores especuladores -que emiten un voto hedging, fundamentado en una adhesión por la negativa- puede ocurrir que el candidato ganador tienda, luego de la primaria, a distanciarse de los sectores derrotados internos de su coalición (Born, 1981; Hopkin, 2001). Si además hay un crecimiento exponencial del apoyo entre la primera y segunda vuelta puede suceder que el presidente perciba que se debe más a los electores ajenos que a los miembros del selectorado real de su propio conglomerado.11

Conclusiones

En este artículo se propuso analizar a las primarias abiertas presidenciales en su doble aspecto, como regla electoral y como método de selección de candidatos utilizado por la coalición Apruebo Dignidad en Chile en 2021, y en las cuales se detectaron fallas en ambas dimensiones. Por un lado, el presunto buen funcionamiento de la regla de primarias depende indefectiblemente de varios factores, dentro de los cuales se destaca la convergencia entre selectorado potencial y selectorado real, y la incidencia significativa del sector del selectorado convocado a expedirse en esta instancia -independientes, con una orientación positiva y sincera del voto-. Sin embargo, la normativa chilena contiene particularidades específicas -como el voto interno voluntario y la comparecencia opcional, entre otras- que operan en la dirección opuesta, cuya inclusión no había sido precedida por un diagnóstico correcto acerca de la composición, características y predisposición del voto del selectorado de primarias. A su vez, esta normativa había sido ideada en un contexto de decadencia y cuestionamiento al régimen bicoalicional que aún seguía en pie en el pais.

Sin embargo, en el tiempo que medió entre la sanción de la Ley de Primarias y la celebración del evento aquí estudiado tuvieron lugar acontecimientos políticos muy relevantes que alteraron los caracteres del selectorado -tanto potencial como real- y que, a su vez, expusieron las limitaciones de las enmiendas efectuadas y la profundización de las falencias que se buscaba paliar con ellas. Al mismo tiempo, la decisión de Apruebo Dignidad -la fuerza política emergida tras los sucesos producidos en ese ínterin- de resolver sus candidaturas mediante primarias abiertas no sirvió para establecer y dar forma al sector social recientemente movilizado, canalizando el conjunto de demandas emergentes, ni permitió que a partir de allí se gestara un demos definido y articulado del conglomerado recientemente conformado.

Así, a través del estudio pormenorizado de las primarias presidenciales de Apruebo Dignidad en 2021 se ha dado cuenta, por un lado, de las omisiones existentes a la hora de estipular cláusulas específicas sin evidencia favorable en modelos externos y de considerar posibles efectos de la aplicación de reglas electorales diseñadas en contextos políticos completamente diferentes a aquellos en los que efectivamente se aplican; por el otro, de los riesgos que ha acarreado la sujeción -voluntaria- de un agrupamiento emergente a una normativa adoptada durante una etapa histórica y aprobada por un cuerpo dirigencial al cual este buscaba reemplazar, pero que no había sido completamente desterrado del escenario político chileno. En ese sentido, los hallazgos sobre este caso son generalizables a otros países que poseen sistemas de primarias con características análogas -Colombia, por ejemplo-, al tiempo que constituyen evidencia para ser considerada en países con sistemas de primarias diferentes -Argentina y Perú, por ejemplo- en los que se busca introducir modificaciones para tornar más funcional y flexible la normativa.

Finalmente, el estudio de este caso permite repensar las limitaciones de la capacidad explicativa de las categorías utilizadas para el análisis de las primarias, no sólo con una mera finalidad teórico-abstracta destinada al refinamiento taxonómico, sino para mostrar la inadecuación del aparato conceptual comúnmente utilizado en el debate académico y en la discusión pública, del cual se desprenden las premisas sobre las que se ha sustentado la incorporación de esta norma como vía para recomponer el vínculo entre partidos políticos y base societal.

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1 Artículo derivado del trabajo colectivo sobre primarias abiertas simultáneas en América Latina dirigido por el Daniel Buquet, Universidad de la República, Uruguay, y Ariadna Gallo, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

2Las primarias abiertas como regla electoral rigen en Uruguay (1997), Honduras (2004), Colombia (2006), Argentina (2009), Paraguay (2014), Bolivia (2018), República Dominicana (2018) y Perú (2019) (Buquet y Gallo, 2022).

3En 2012 se sustituyó el registro voluntario y votación obligatoria por uno de inscripción automática y voto opcional (Ley 20.568). En 2015 se reemplazó el sistema binominal por uno proporcional (Ley 20.840).

4Pese a que las primarias locales de 2012 no arrojaban evidencia de fortalecimiento partidario (Cantillana, Contreras y Morales, 2015).

5Las primarias son opcionales para la ciudadanía en todos los países excepto en Argentina y en Perú, y para los agrupamientos, en Honduras, Colombia, Paraguay y República Dominicana. En el debate chileno, no se contempló experiencias ni aprendizajes ocurridos en aquellos países (Buquet y Gallo, 2022).

6Sobre encuestas primarias TuInfluyes (2021, junio).

7Cálculos propios a partir de Servel (s. f. f), desagregados por regiones y comunas.

8Los datos fueron desagregados por comunas y, dentro de ellas, por circunscripciones electorales —la unidad territorial más pequeña en la que se pueden observar variaciones entre elecciones del mismo ciclo—. La cifra que aparece en la última columna es distinta a la diferencia entre lo obtenido por Apruebo Dignidad en la elección general y en la primaria. En las regiones en las que no aparecen votos perdidos no se ha detectado variación en el ámbito de circunscripción electoral.

9Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea, La Reina, Peñalolén, Providencia y Huechuraba (Región Metropolitana), Reñeca Bajo, Placillas de Peñuelas y Concón (Valparaíso), Arauco, Concepción, Lebu, Los Ángeles, San Pedro de la Paz, Talcahuano (Biobío) (Servel, s. f. b). A esto se agregan otras comunas en las que hubo una pérdida de votantes internos sin que hubiera una diferencia abrumadora hacia Boric —Antofagasta (Antofagasta) y Coronel (Biobío)—, en las que el voto de derecha popular, de corte religioso evangélico, es significativo.

10En esta categoría se incluye a aquellos que, en la elección general, votaron por Yasna Provoste o por Marco Enríquez-Ominami —quienes presentaron una correlación fuerte con el voto de Apruebo Dignidad en Región Metropolitana: 0,25 y 0,429— (Servel, s. f. b. Cálculos propios) (véanse Tabla 2 y Tabla 3). El sector, a su vez, se encuentra en una zona rayana con la de votantes de Boric, tanto de primaria como general —con lo cual no se contabilizan aquí—, que hubieran votado por Paula Narváez (Partido Socialista) de haber sido ella la candidata de Unidad Constituyente.

11Paradójicamente, cuando se escriben estas líneas, entre los miembros del gabinete de Boric hay más exconcertacionistas que integrantes de los partidos de Apruebo Dignidad (Nogué y Avendaño, 2023).

**Cómo citar este artículo. Gallo, Ariadna y Díaz Esterio, Rodrigo. (2023). Primarias abiertas presidenciales en el pacto Apruebo Dignidad en Chile 2021. Tensiones irresueltas entre la institucionalización del estallido y la repolitización de la ciudadanía. Estudios Políticos (Universidad de Antioquia), 68, pp. 54-83. https://doi.org/10.17533/udea.espo.n68a03

Recibido: 01 de Febrero de 2023; Aprobado: 01 de Julio de 2023

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