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Revista Med
Print version ISSN 0121-5256
rev.fac.med vol.22 no.2 Bogotá July./Dec. 2014
EDITORIAL
¿HACIA UNA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO?
Beatriz Pescador Vargas MSca
a Docente Biomédica - Facultad de Medicina. Universidad Militar Nueva Granada
El conocimiento es el factor de desarrollo más importante en nuestro tiempo. Ya no se puede circunscribir solamente a los círculos académicos. Debe hacer parte de las agendas de gobiernos nacionales, regionales, locales y urbanos, de las organizaciones no gubernamentales, de los encargados de la salud, de los empresarios, de los gremios productores, de los ambientalistas, de los consultores. Impulsar la sociedad del conocimiento, desde la perspectiva del desarrollo territorial o regional, lleva implícita la convicción que si se guían y orientan, en esta dirección, las acciones de ciencia, tecnología e innovación y otras, se podrá lograr un impacto que se traducirá en mayor equilibrio, integración, sustentación y desarrollo social de las regiones.
El desarrollo de la cultura, la educación, la ciencia, la tecnología y la investigación, se han convertido en pieza fundamental del crecimiento económico y social de los países. Mejorar la calidad de la educación, dotar de herramientas a los estudiantes y docentes, capacitarlos en el desarrollo de nuevas y mejores habilidades, incentivarlos en la preparación de proyectos científicos e investigativos, crear los escenarios para que estén listos a enfrentar el nuevo mundo globalizado y permitir que alcancen su máxima potencia para que sean más competitivos en la construcción del tejido social al fomentar el sentido de pertenencia, la identidad cultural, el sano esparcimiento y así enfrentar la desigualdad y los conflictos, para crear una cultura de paz y humanista. La sociedad del conocimiento, entre varias alternativas, se puede caracterizar como aquella sociedad que cuenta con las capacidades para convertir el conocimiento en herramienta central para su propio beneficio.
Como afirma Faure (1973) "No basta reunir al Homo sapiens y el Homo faber, es preciso además, que se sienta en armonía con los demás y consigo mismo: Homo concors (…). Nuestro tiempo. Al que se ha llamado del mundo finito, no puede ser otro que el del hombre total; es decir, todo hombre y todo el hombre". En términos Delors (1996), aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos desde el conocimiento, lo que supone establecer que "el conocer" se constituye en un proceso fundamental, no solo para la educación, sino para la consolidación de sociedades capaces de autorregularse y superar sus problemáticas, lo cual exige a un hombre y a una mujer capaces de ser racionales y razonables, solidarios, participativos y responsables, ya no solo consigo mismos, sino en relación con los otros y con el entorno en el que habitan.
La sociedad del conocimiento puede ser mucho más inequitativa que la sociedad industrial capitalista tradicional. La potencialidad de exclusión que tiene la sociedad del conocimiento es enorme y lo hemos visto en las últimas décadas. Nuestro compromiso, con respecto a la construcción del saber, plantea la necesidad de trascender la producción de conocimiento per se y de posicionarse, en cambio en un escenario de producción de conocimiento con sentido social. La educación integral y la generación de conocimiento deben aportar a la transformación social y productiva del país, asegurando el desarrollo económico de país, porque una comunidad bien educada tendrá ventajas competitivas y podrá dar el salto a estándares de vida con más calidad. Los resultados del quehacer científico deberán ser orientados y aplicados a la solución de problemas específicos, considerando el impacto científico, social y ambiental de los métodos empleados y los productos obtenidos, útiles para el desarrollo.
En medio de todo esto está la tecnología como gran habilitadora de los procesos que permiten el desarrollo y la generación de oportunidades. Porque lo cierto es que la tecnología ha metido a la humanidad en nuevas relaciones con el mundo. La tecnología cambio la manera como interactuamos, como estudiamos, como nos comunicamos, como investigamos, como mercamos, como oímos música, como se brindan nuevos servicios a los ciudadanos y como se hacen los negocios. Porque la tecnología es el motor de muchos procesos de innovación. Y la innovación, volvemos a lo mismo, permite ampliar las oportunidades y ubicar a las comunidades en niveles altos de competencia. Con estos, hay que innovar, producir nuevas tecnologías, productos, materiales y aplicaciones, nuevas formas de hacer y de generar riqueza. Riqueza que conduzca a un mayor bienestar, incluyente, sostenible y con equidad, de todas las personas.
Los trabajos presentados en éste número, representan un aporte significativo al conocimiento, en donde la innovación en los diferentes procesos institucionales y la incorporación de las tecnologías de la información y las comunicaciones, permiten una mayor integración con los autores de la salud en el ámbito nacional y territorial; así como la conexión con los centros de investigación nacionales e internacionales del mundo.
"La política del Sistema de Ciencia, Tecnología e innovación de la Universidad Militar Nueva Granada (UMNG), es entrar a formar parte del grupo de Universidades que interactúan con el Estado y con el sector productivo en beneficio de la Sociedad Colombiana y del Sector Defensa, de acuerdo con las áreas temáticas, programas, procesos y grupos de investigación que actualmente posee, los cuales servirán de soporte a la implementación de estrategias de interacción y creación de redes colaborativas y de trabajo para cumplir objetivos comunes en el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación". (Tomado de Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación SC+T+I - UMNG)