EDITORIAL

RANNIERY ACUÑA CORDERO, MD. MSC^a

^a Pediatra Neumólogo, Epidemiólogo Clínico Hospital Militar Central Editor Revista MED. Correspondencia: ranniery.acuna@unimilitar.edu.co

Desde el nacimiento de la Revista MED, durante el segundo semestre de 1.991, el talento humano que ha fungido como editores, comité editorial, comité científico y pares evaluadores han dispuesto lo mejor de ellos mismos. No solo como colaboradores activos, sino además focalizando toda su experticia clínica y su enorme acervo científico, en la no-fácil tarea de propender por la difusión del conocimiento generado y construido; con más ganas que recursos, con más pasión que formación, eso sí, siempre motivados por la esencia de cualquier publicación médica: los investigadores.

Esta titánica tarea, ejecutada de manera sincronizada por cada uno de nuestros antecesores, ha llevado a la Revista MED a alcanzar un posicionamiento sólido, tan alto y tan consistente que ni siquiera aquellos quienes colaboramos con su gestación en 1.991, llegaríamos a imaginar nunca que su posicionamiento a nivel nacional resultaría tan relevante. Accediendo el Sistema Nacional de Indexación y Homologación de Revistas Especializadas de CT+I en Junio de 2015, nos encontramos con el hecho de que nuestra revista, además de hacer parte de las 542 Indexadas y reconocidas actualmente por Colciencias, está clasificada en la Categoría A2, el penúltimo peldaño para obtener la mejor clasificación y con la que cualquier revista científica y su cuerpo editorial se obsesiona en su trabajo del día: la Categoría A1. El impacto y la difusión resulta de tal magnitud que solo 4 revistas que difunden producción científica en el tópico de la Medicina, o las áreas afines, están en una categoría superior a la nuestra: Biomédica, Colombia médica, Revista de la Asociación Colombiana de Psiquiatría y Revista de salud pública. Visto de otra forma, la Revista MED, sin constituirse propiamente como órgano oficial de difusión de ninguna Asociación, está técnica y administrativamente al mismo nivel o incluso superior con respecto al gran inventario de revistas médicas del país. Esta connotación se constituye en motivo de beneplácito para los intereses de aquellos investigadores, quienes optan por confiar en nuestros estrictos procesos de selección y evaluación para lograr la visualización de sus productos.

Sin embargo el magnífico trabajo de editores, comités editoriales y comités científicos que nos antecedieron no finalizó allí. Sus esfuerzos se encaminaron, adicionalmente, a permitir la difusión de los productos de investigación prensados en la Revista, al interior de la Comunidad Científica Hispanoamericana y Latinoamericana, a través de la marcación en bases de datos tan prestigiosas como PUBLINDEX, LATINDEX, SciELO, LILACS y Dialnet. Sus buenas intenciones y las decisiones tomadas durante el último quinquenio sin duda culminaron en una buena marcación de artículos, aunque objetivamente, consideramos que pudo ser superior. El hecho de no concebirse como una publicación 100% virtual, depender en gran parte del contenido impreso y, sobre todo no disponer de una plataforma electrónica para su quehacer administrativo y, por ende, acelerar y optimizar los procesos que acompañan la selección, evaluación, retroalimentación y publicación de los contenidos científicos, mermó de alguna manera, la marcación y métrica de la revista. Para el momento actual el seguimiento del contenido de la Revista con base en el número de accesos, como los sistemas Source Normalized Impact per Paper (SNIP) o SCImago Journal Rank (SJM), resulta imposible; o lo que es lo mismo, somos invisibles para gran parte del planeta.

De otro lado, la innovación está definida como cualquier cambio que introduce alguna novedad o varias en un ámbito, contexto o producto. Varias son las novedades que la revista implementará entre 2015 y 2016, iniciando quizá por la más importante, la adquisición, implementación de una plataforma OJS (Open Journal System) con la que estarán perfectamente registrados y sistematizados todos los procesos administrativos en que incurra la revista. Desde la recepción misma del artículo, los mecanismos de evaluación, sometimiento de correcciones y la publicación del producto final, también por vía electrónica. Esto garantizará una mayor celeridad, homologación de procedimientos, optimización de la calidad de los productos científicos prensados y, por sobre todo, ser medidos a nivel global. Solo hasta que llegue ese momento podremos conocer de primera mano realmente qué tan útil resultan nuestros contenidos a las comunidades científicas internacionales.

La segunda estrategia de innovación está relacionada con la adquisición de los DOI (Digital Object Identifier) para ser usados en cada artículo de la revista. No es más que un identificador único y permanente para publicaciones electrónicas. Los DOI brindan la información pertinente para identificar la localización de un producto científico en Internet, como bibliotecas virtuales, bases de datos, etc, a través de metadatos. Para ello DOI demarca su respectivo título, tópico y nombre del autor o autores. Además de ubicar en forma más eficiente un documento, estos identificadores salvaguardan la autoría y propiedad intelectual del producto accedido. Finalmente, brindan la oportunidad de agilizar la difusión de artículos que ya han sido aprobados, pero que por tiempos editoriales no han podido aún ser incluidos o prensados en los números correspondientes de las revistas.

Todas estas innovaciones perecerán irremediablemente si no hay estrategias que estimulen la generación y apropiación del conocimiento en nuestros investigadores. Es así como la Revista liderará algunos conversatorios de reducido número, pero en extremo prácticos, facilitados por expertos investigadores que tendrán como únicos objetivos enseñar la mejor forma de facilitar la concreción del conocimiento, desaprender los temores que acompañan a los procesos de investigación y cómo ser más eficaces en la transmisión de resultados; ojalá siempre orientados a satisfacer los innumerables interrogantes de las necesidades en salud que tanto reclaman las comunidades de nuestro país.

Innovación, apropiación de conocimiento y mejor posicionamiento son entonces las directrices que la Revista MED plantea a su Comité Editorial, al Comité Científico y a sus colaboradores administrativos para los años 2015 a 2016. Sin embargo, ninguno de estos esfuerzos resultarán fructíferos si ustedes, los investigadores y sus respectivos grupos de investigación, deciden no acompañarnos en este proceso de renovación.