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Revista Colombiana de Psicología

Print version ISSN 0121-5469

Rev. colomb. psicol. vol.22 no.1 Bogotá Jan./June 2013

 

Decisiones sobre Crianza de los Hijos en Familias Reconstituidas

Child-rearing Decisions in Stepfamilies

Decisões sobre a Criação dos Filhos em Famílias Reconstituídas

Karen Ripoll-Núñez
Karen Martínez Arrieta
Ángela María Giraldo Gallo
Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

La correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse a Karen Ripoll Núñez, e-mail: kripoll@uniandes.edu.co.
Departamento de Psicología, Universidad de los Andes, Cra. 1 Este 18 A 10, Bogotá, Colombia.

Artículo de investigación científica
Recibido: 19 mayo de 2011 - Aceptado: 9 de abril de 2013


Resumen

Con el propósito de identificar las experiencias de padres y madres en familias reconstituidas sobre la toma de decisiones referentes a la crianza de los hijos, se entrevistó a nueve mujeres y tres hombres con segunda o tercera unión marital. El análisis de las temáticas identificadas indicó que padres y madres perciben mayor autonomía en decisiones relacionadas con la crianza de sus hijos. Sin embargo, los participantes coinciden en que su pareja actual se involucra en la crianza y participa en las decisiones sobre sus hijos. Se discuten los resultados con base en la literatura existente acerca de la toma de decisiones y la crianza en familias reconstituidas.

Palabras clave: familias reconstituidas, relaciones de pareja, toma de decisiones, crianza, relaciones padres-hijos.


Abstract

The purpose of this study was to identify the experiences of mothers and fathers in stepfamilies with regard to child-rearing decisions. After interviewing nine mothers and three fathers that were in their second or third marital union, data analysis of the identified issues indicated that biological mothers and fathers perceive a greater autonomy in decisions related to the upbringing of their children. However, they also perceive their current partners to be involved in the child-rearing process and related decisions. Results are discussed on the basis of the existing literature on decision-making and child-rearing in stepfamilies.

Keywords: reconstituted families, couple relationships, decision-making, child-rearing, parent-child relationships


Resumo

Com o propósito de identificar as experiências de pais e mães em famílias reconstituídas sobre a tomada de decisões referentes à criação dos filhos, entrevistou-se a nove mulheres e três homens com segunda ou terceira união marital. A análise das temáticas identificadas indicou que pais e mães percebem maior autonomia em decisões relacionadas com a criação de seus filhos. Contudo, os participantes coincidem em que seu companheiro atual se envolve na criação e participa das decisões sobre seus filhos. Discutem-se os resultados com base na literatura existente sobre a tomada de decisões e a criação em famílias reconstituídas.

Palavras-chave: famílias reconstituídas, relações de casais, tomada de decisões, criação, relações pais-filhos.


El término familia reconstituida se refiere a un sistema familiar en el cual al menos una de las personas que conforman la pareja tiene hijos de uniones anteriores (Ganong & Coleman, 2004). A pesar de que este término no parece ser el más apropiado, no existe en español una palabra que describa el significado del término en inglés stepfamily.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) realizada en el 2010, solo el 43% de las familias en Colombia están conformadas por padres y madres biológicos y sus hijos. Es decir, menos de la mitad de los hogares tienen una estructura familiar nuclear tradicional (Profamilia, 2010). Por otra parte, en el 14% de las familias conviven hijos de relaciones anteriores de uno o ambos cónyuges. Es así como las familias reconstituidas son una de las estructuras familiares alternativas a la familia nuclear tradicional en Colombia. La escasa investigación sobre los procesos y relaciones que caracterizan a las familias reconstituidas en nuestro país mantiene un vacío importante en el conocimiento de psicólogos que trabajan con estas familias en diferentes contextos (clínico, educativo).

Buena parte de la literatura existente sobre familias reconstituidas proviene de estudios realizados en Estados Unidos y Europa, pero esos estudios no alcanzan a reflejar las diferencias que pueden existir entre familias reconstituidas anglosajonas de clase media y aquellas de otras culturas, como por ejemplo familias latinoamericanas. Como lo señalan otros autores (Coltrane, Gutiérrez, & Parke, 2008), es necesario comprender las similitudes y las diferencias en los patrones de relación en familias reconstituidas de otras culturas, de manera que podamos ayudar a las parejas en dichos contextos a afrontar los retos que implica formar y mantener este tipo de estructura familiar.

Algunos estudios indican que en otras culturas estas parejas son menos estables (Van Eeden-Moorefield & Pasley, 2008) y, por lo tanto, es necesario identificar e intervenir sobre aquellos factores de riesgo que hacen a estas parejas más proclives a la separación. La literatura sobre comunicación y toma de decisiones en relaciones de pareja señala que la crianza de los hijos de uniones anteriores es una de las áreas sobre las cuales se presentan más conflictos en familias reconstituidas (Stanley, Markman, & Whitton, 2002). Adicionalmente, estudios empíricos indican que la formación de una nueva unión marital tiene efectos sobre los hijos (Braithwaite & Baxter, 2006). Específicamente, la expresión de afecto y el monitoreo en las relaciones tanto con madres/padres biológicos como con padrastros/madrastras influyen tanto en los logros académicos como en el ajuste psicológico de los hijos en familias reconstituidas (Pasley & Moorefield, 2004).

Como se explicará más adelante, a medida que las familias reconstituidas se desarrollan, a través del tiempo van creando estrategias para manejar diversos asuntos, entre ellos la crianza de los hijos (Anderson & Sabatelli, 2007). Debido a que la mayoría de estudios se ha concentrado en los primeros años de formación de estas familias (Ganong & Coleman, 2004), existe un vacío en el conocimiento acerca de las experiencias de padres y madres en familias con mayor tiempo de convivencia y en las cuales ya se han desarrollado estrategias en relación con la participación de diferentes figuras parentales en la crianza de los hijos (Anderson & Sabatelli, 2007). Por otra parte, la literatura empírica que se presenta a continuación indica que existen diferencias en la manera como se involucran padrastros y madrastras en la crianza de sus hijastros, determinadas en parte por las expectativas sociales sobre el género y el papel que desempeñan las madres y los padres biológicos en la formación de la relación entre su nueva pareja y sus hijos (Ganong & Coleman, 2004). Sin embargo, esta literatura no identifica las experiencias de los padres biológicos sobre las diferentes maneras en que su nueva pareja va involucrándose en la crianza de sus hijastros. Estos dos vacíos en la literatura llevan a formular las siguientes preguntas de investigación: (a) ¿cuáles son las experiencias de padres y madres con respecto a la participación de su pareja actual en las decisiones sobre la crianza de sus hijos de uniones anteriores?; (b) ¿en cuáles aspectos de la crianza de sus hijos mantienen autonomía en sus decisiones?; (c) de acuerdo con la experiencia de padres y madres, ¿cómo llegó a involucrarse su nueva pareja en la crianza de sus hijos? y (d) ¿en qué medida participa la expareja (padre/madre biológico no residente) en decisiones relacionadas con la crianza de los hijos?

Desarrollo de las Familias Reconstituidas

Desde una perspectiva del desarrollo de la familia durante el ciclo vital, las familias reconstituidas atraviesan cuatro grandes fases en su conformación: cortejo y preparación para la unión marital, fase temprana, intermedia y tardía (Anderson & Sabatelli, 2007). En la fase de preparación para la unión marital la principal tarea que afronta la pareja es lograr aclarar sus expectativas con respecto a la vida juntos y a los roles que desempeñarán en relación con la crianza de los hijos (Visher & Visher, 1996). Una vez inicia la convivencia en familia, se requieren al menos 2 o 3 años —fase temprana— para que la familia desarrolle una identidad como tal y se integre a la nueva pareja al núcleo familiar. En la fase intermedia, se vuelven a definir los roles que cumplen los padres/madres biológicos en la crianza de sus hijos, al tiempo que se van haciendo más claros los roles de otras figuras como la expareja y la nueva pareja. Finalmente, en la fase tardía, se estrechan los lazos entre los hijos y las diferentes figuras paternas (biológicas y no biológicas) de acuerdo con la manera como se han definido los roles en la etapa anterior.

Si bien esta perspectiva propone fases en el desarrollo de las familias reconstituidas, es importante aclarar que ese proceso no es lineal. Es decir, es posible que debido a cambios evolutivos de los individuos y a transformaciones en las relaciones dentro y fuera de la familia, sea necesario volver a definir roles o a establecer límites en diferentes momentos del ciclo vital (Coleman & Ganong, 1990). Así mismo, esta teoría plantea que existen diferentes trayectorias y logros en el desarrollo de las relaciones dentro de estas familias.

De acuerdo con este modelo teórico, en el presente estudio se esperaba que en las experiencias narradas por los participantes se evidenciaran diferentes maneras en las que estas familias definen los roles que cumplen los padres/madres biológicos y sus nuevas parejas. Así, mientras en algunas familias podría esperarse poca participación de la nueva pareja en la crianza de los hijos, en otras esta figura podría llegar a tener tanta importancia como los padres biológicos (Anderson & Sabatelli, 2007).

Decisiones y Roles en la Crianza

Además de las perspectivas del desarrollo, otras dos aproximaciones teóricas que permiten comprender la manera como se toman decisiones y se definen los roles en relación con la crianza de los hijos en familias reconstituidas son la perspectiva de género (Williams, 2000) y el modelo contextual sobre determinantes del involucramiento paterno (Flouri, 2004). A continuación se discuten los resultados de estudios empíricos sobre relaciones padres-hijos en familias reconstituidas a la luz de estas dos perspectivas.

Crianza y Perspectiva de Género

Los estudios sobre crianza en familias reconstituidas resaltan el papel de las expectativas sociales sobre los roles de género en la definición de las relaciones padres-hijos. Esto es especialmente relevante al comparar los roles que asumen las figuras maternas (madre biológica y madrastra) y las paternas (padre biológico y padrastro).

Las madres biológicas tienden a mantener la custodia de los hijos y convertirse en la principal figura de cuidado después de la disolución de la unión marital (Ganong & Coleman, 2004). Se ha encontrado que las madres tienen más expectativas de autonomía en decisiones relacionadas con la crianza de los hijos (Allen, Baucom, Burnett, Epstein, & Rankin-Esquer, 2001) y esto se le atribuye a creencias culturales —ideología de la maternidad (Williams, 2000)— que posiblemente les hacen sentir que deben tener más responsabilidad que su nueva pareja en las decisiones relacionadas con sus hijos.

En el caso de las madrastras, las expectativas sociales sobre su rol en la familia son mucho más claras que las expectativas sobre los padrastros. Especialmente en familias donde los hijastros residen permanentemente con su madrastra, se espera que ellas se involucren emocionalmente con ellos y asuman diversas tareas de cuidado propias del rol materno tradicional (alimentación, apoyo emocional y supervisión escolar, entre otros) (Orchard & Solberg, 1999).

De acuerdo con esta perspectiva, esperábamos que se les asignaran tareas de cuidado y apoyo emocional tanto a las madres como a las madrastras. Así mismo, anticipábamos que las madres mantendrían autonomía en decisiones relacionadas con la crianza de sus hijos.

Perspectiva Contextual

Flouri (2004) plantea un modelo contextual sobre el involucramiento paterno en el cual interactúan cinco factores: características del padre, características de la madre, relación entre los padres, características del hijo y factores del contexto. Este modelo resulta especialmente relevante para entender los roles que asume la nueva pareja en la crianza en familias reconstituidas.

Como lo indican los estudios (Ganong & Coleman, 2000), los intentos para establecer un vínculo entre padrastro (o madrastra) y sus hijastros pueden verse afectados por diversas situaciones. Así, por ejemplo, si el padre/madre biológico tiene una relación demasiado cercana con sus hijos y mantiene límites muy estrictos en el involucramiento de su pareja en la educación de sus hijos, esto puede hacer más difíciles los intentos del padrastro/madrastra de acercarse emocionalmente a ellos (Ganong & Coleman, 2004).

Por otra parte, el modelo de Flouri (2004) permite entender los resultados de otros estudios sobre la relación que mantiene el padre biológico no residente después de la separación conyugal. Como lo señala Pryor (2008) la relación con el padre biológico que no reside con los hijos depende de factores como: (a) la calidad de la relación entre exesposos, (b) la edad de los hijos al momento de la separación de los padres y (c) la formación de nuevas uniones maritales. En general, entre más jóvenes sean los hijos en el momento de la separación y nuevo matrimonio de sus padres biológicos, existe mayor probabilidad de que el contacto con el padre no residente se reduzca (Aquilino, 2006). Así mismo, la relación con el padre no residente puede verse afectada por el desarrollo de la relación con el padrastro. Es decir, puede hacerse más cercana si el hijo percibe al padrastro como un intruso, pero también puede hacerse más lejana si se desarrolla una buena relación con el padrastro (Pryor, 2008).

De acuerdo con estos resultados, esperábamos encontrar que el padre/madre biológico es quien regula, en cierta medida, el acceso de su nueva pareja a diferentes roles en la crianza de los hijos. Así mismo, esperábamos que la participación de la expareja en la crianza de los hijos fuese menor en los casos en que existiera una relación cercana entre los hijos y la nueva pareja (padrastro o madrastra).

Método

Participantes

Participaron 9 madres y 3 padres que se encontraban en una nueva unión marital y convivían con sus hijos de uniones anteriores. La edad de los hombres oscilaba entre 32 y 48 años (M=42, DE= 8.72). La edad promedio de las mujeres era de 41.56 años (DE=9.04) y oscilaba entre 25 y 52 años. El 55.6% de mujeres y el 33.3% de los hombres habían completado estudios universitarios. Adicionalmente, 33.3% de los hombres tenían estudios de posgrado. El 100% de los hombres y el 44.4% de las mujeres trabajaban tiempo completo. Por otra parte, el 11.1% de las mujeres trabajaba medio tiempo y el 22.2% se dedicaba al hogar. La Tabla 1 presenta información relevante sobre los participantes, su pareja actual y los hijos que conviven con ellos. En cada familia se entrevistó al padre o madre biológicos. Es importante señalar que en todos los casos, uno o más hijos de uniones anteriores convivían con el/la participante y su nueva pareja (ver Tabla 1).

La duración promedio de la relación de pareja actual de los participantes era de 6.33 años (DE=4.21 años); 10 de los participantes tenían 4 años o más de convivencia con su nueva pareja. Aproximadamente el 16.67% estaban casados y el 83% vivía en unión libre. El 50% de los participantes tenía hijos producto de su relación actual. El número de hijos de uniones anteriores de las madres y los padres participantes oscilaba entre 1 y 3.

Instrumentos

Se diseñó una entrevista semiestructurada que exploraba: (a) los roles asumidos por el padrastro/madrastra en la crianza de los hijastros, (b) la toma de decisiones sobre la crianza y (c) la participación del padre/madre biológico no residente en la educación de los hijos. Los entrevistadores usaron la guía de entrevista de manera flexible e indagaron sobre detalles y ejemplos específicos para obtener descripciones de las experiencias de los participantes.

Procedimiento

Los participantes fueron seleccionados a partir de un muestreo por conveniencia, principalmente se contactaron a través de conocidos. Para participar en el estudio, el participante debía cumplir con dos requisitos: (a) tener al menos un hijo producto de una relación de convivencia anterior y (b) estar conviviendo con una nueva pareja. Antes de iniciar la entrevista, los participantes leyeron un formato de consentimiento en el que se explicaron los objetivos del estudio y los procedimientos a seguir para proteger su identidad y la confidencialidad de los datos. Las entrevistas, con una duración promedio de 75 minutos, fueron grabadas en formato de audio. Posteriormente, se transcribieron textualmente para facilitar su análisis. En las transcripciones se remplazaron los nombres de los participantes y de sus hijos por seudónimos.

Análisis de Datos

Se empleó el método de comparación constante (Strauss, 1987). Este proceso consiste en la codificación y el análisis simultáneo de los datos (Willig, 2001). Dos investigadores leyeron cada uno el 50% de las entrevistas y las codificaron de manera independiente, empleando codificación abierta. A partir de la codificación inicial, el equipo de investigación construyó el árbol de categorías. A continuación, cada investigador leyó y codificó el 50% de las entrevistas que no le correspondió analizar en la primera codificación, empleando el árbol de categorías. Adicionalmente, en momentos específicos durante el proceso de codificación, se escogieron al azar entrevistas —4 en total— y estas fueron codificadas por los dos investigadores en forma paralela. Luego se contrastaron los resultados del ejercicio de codificación con las entrevistas elegidas al azar y se discutió en reuniones del grupo de investigadores, tanto las similitudes como las discrepancias en el uso de los códigos. En el proceso de codificación se empleó el programa para análisis cualitativo de datos ATLAS.ti 5 (Muhr, 2004). Una vez finalizado el proceso de codificación, se identificaron temáticas a partir de las respuestas codificadas y se elaboraron memorandos interpretativos (Strauss & Corbin, 1990).

Resultados

A partir del análisis inicial de las transcripciones, se construyó un árbol de categorías (ver Figura 1). En la parte superior del árbol se presentan las categorías relacionadas con la percepción que tienen los participantes de la manera como toman decisiones sobre sus hijos: (a) de forma independiente, (b) con su pareja actual (padrastro o madrastra de sus hijos) y (c) con su expareja (madre o padre biológico de sus hijos). En cada caso se encuentran subcategorías identificadas.

En esta sección se presentan las temáticas centrales que emergieron del análisis de las transcripciones, en relación con cada pregunta en este estudio. Para ilustrar las temáticas se presentan fragmentos textuales de las transcripciones, que inician con el seudónimo del participante, su edad y el número de la unión marital en la que se encuentra (segunda o tercera).

Decisiones Independientes

Padres y madres reportaron que sí toman decisiones de manera independiente en relación con la crianza de sus hijos. En los relatos se pudo identificar que esas decisiones autónomas dependen de factores como el sexo del hijo y el asunto del que se trate. Por ejemplo, las madres prefieren hablar con las hijas adolescentes sobre problemas íntimos y personales, como sus relaciones amorosas o de amistad con jóvenes del otro sexo. Así mismo, madres y padres biológicos comentaron que prefieren conservar autonomía en decisiones relacionadas con permisos y salidas.

En la crianza de hijas adolescentes, las madres biológicas sienten que es su responsabilidad estar más involucradas con el fin de prevenir situaciones riesgosas como un embarazo o consumo de sustancias psicoactivas. Sin embargo, si se trata de un hijo varón, ellas prefieren que la pareja actual trate estos temas con él.

Andrea (38 años, segunda unión):"En la de las niñas creo que la mujer como mamá tiene que ser amiga de las niñas y juega un papel muy importante en el sentido de poder saber sus problemas ya íntimos, personales; y en la del varón trato que sea mi pareja el que lo lleve porque de pronto para mí esa etapa es un poco más difícil".

En otros casos los padres y las madres biológicos justifican tomar decisiones autónomas debido al estilo parental, generalmente más estricto, de su pareja actual.

Diana (42 años, segunda unión):"yo sé que él es muy rígido con muchas cosas de mis hijos, él es muy estricto, entonces yo hay veces de pronto no le comento. Por ejemplo, cuando mi hija vivía con nosotros que ella tenía su novio y todas esas cosas, iba a salir con otros amigos y a David no le gustaba."

Las decisiones autónomas de los padres y las madres biológicos casi en todos los casos hacían referencia a reglas y permisos en la crianza de los hijos. En algunos casos, se mantiene esta autonomía para evitar conflictos de poder entre los miembros de la pareja y para que los hijos tengan claro quién tiene autoridad sobre ellos.

Tatiana (51 años, segunda unión):"Autónoma y él (pareja actual) se queda callado, es más, si hay alguna controversia él se para y sigilosamente sale precisamente para evitar todo esto... porque o si no la niña va a pensar que además de su madre hay otra persona que quiere, en un momento dado, reprimirla".

Involucramiento de la Pareja Actual:"Es como un Ejemplo de Papá"

Padres y madres entrevistados resaltaron la participación de sus parejas en diversos aspectos de la educación de sus hijos. Uno de estos aspectos es el trabajo escolar. En ocasiones, la pareja se involucra en el trabajo escolar porque tiene habilidades que el padre/madre biológico no posee.

Fabiana (45 años, segunda unión):"Las tareas todas, pero todas o sea de sentarse a hacer maquetas con el niño... les ayuda a buscar libros, además le gusta, porque él (pareja actual) es como todo culto, digamos sabe de todo, entonces se sienta y les explica.

Por otra parte, la pareja también se involucra en actividades de recreación en familia o en pasar tiempo en actividades de ocio con los hijastros.

Pablo (48 años, segunda unión):"En los juegos participamos, como familia, como un núcleo. Así cuando hay reuniones de fiestas y cosas de ese tipo".

Por último, los relatos de los participantes indicaron que sus parejas también se involucran en rutinas familiares cotidianas y en el cuidado de los hijastros.

Nidia (33 años, segunda unión):"Nicolás (pareja actual) es el que lo acuesta, Nicolás es el que lo arropa, le da el beso de buenas noches, o sea es lo que nunca ha tenido él como ejemplo de papá".

Julián (32 años, segunda unión):"Pues... obviamente al niño le ayuda con tareas, con la organización de la ropa... en todo lo que es de casa, todo".

La Pareja como Figura de Autoridad:"Otra Persona a Quien le Deben Respeto"

Una forma particular de involucramiento de la nueva pareja en la crianza es su participación en la disciplina de los hijos. En algunos casos, la participación se limita a apoyar a los padres biológicos en asuntos como el control de la hora de llegada y el monitoreo de las salidas sociales de los hijos.

Pablo (48 años, segunda unión):"...Pero todo esa parte (salida de hijos a una fiesta), pues digamos es más la mujer dada a estar pendiente de esos pequeños detalles, porque si por mí... yo llego, me acuesto a ver televisión y me quedo dormido, el televisor se apaga solo. Pero ella (pareja actual) me dice:"llámelos, ¿qué hubo?... ¿dónde están?".

Así mismo, la pareja se involucra con opiniones y sugerencias sobre las normas y consecuencias en la disciplina de los hijos. Sin embargo, la pareja actual no necesariamente asume un rol de autoridad, sino que son los padres biológicos quienes ejercen directamente control sobre los hijos.

Diana (42 años, segunda unión):"Mi hijo, cuando vivía conmigo, que de pronto se portaba mal o hiciera tal cosa. Entonces él (pareja actual) veía las cosas desde otro punto de vista que yo no las veía, entonces me ayudaba a reaccionar y a corregir las cosas".

Sin embargo, en otros casos, se ha formado un equipo con la nueva pareja y esta ejerce funciones como figura de autoridad de manera directa, por ejemplo, haciendo cumplir las reglas cuando el padre/madre biológico está ausente.

Andrea (38 años, segunda unión):"ellos entienden que ya hay otra persona y que a esa persona le deben respeto. Entonces por ejemplo cuando van a salir a algún sitio ya no se dirigen casi a mí, porque lo ven como el apoyo mío".

Por último, es importante señalar que, en algunos casos (2 participantes), la pareja actual no se involucra en asuntos relacionados con la disciplina de los hijos. En ocasiones esto sucede porque los dos miembros de la pareja así lo han convenido, especialmente para evitar conflictos al interior de la familia. En otros casos, porque los hijastros son adolescentes o jóvenes adultos y no aceptan la autoridad del padrastro/madrastra.

Tatiana (51 años, segunda unión):"Bueno él (pareja actual) desde el primer momento puso de presente que él no se mete en las cosas que debo hablar con ella [hija], o sea él ni hace el papel de papá, ni está haciendo las veces de consejero... cuando yo tengo algún conflicto con ella, él simplemente se calla, él no interviene, la respeta muchísimo y eso hace que las cosas funcionen".

Convertirse en Figura de Autoridad:"Si el Papito Corrigió en Esto, Eso se Hace"

Al indagar sobre el proceso que llevó a la nueva pareja a involucrarse en la disciplina y convertirse en figura de autoridad ante los hijos, se identificaron diferentes rutas. En primer lugar, algunas madres señalaron que su pareja actual se involucró en la disciplina porque el comportamiento de sus hijos se había vuelto inmanejable. Es decir, su nueva pareja se convirtió en figura de autoridad como solución a un problema particular y a partir de ese momento continuó ejerciendo esa función.

Fabiana (45 años, segunda unión):"Los niños mismos llegaron a una edad en que son insoportables, y ahí sí nos sentamos primero los dos y después todos... y él (pareja actual) cambió las reglas y dijo ‘yo nunca he estado de acuerdo con que el niño vea televisión hasta las 11 de la noche todos los días, de ahora en adelante entre semana no ve televisión'".

Otros padres y madres identificaron el inicio de ese proceso en los primeros meses de convivencia con su nueva pareja. Por ejemplo, algunos habían conversado con los hijos sobre la autoridad que tendría su pareja una vez empezaran a vivir juntos. Es importante resaltar que en estos casos, se trataba de parejas que iniciaron su relación cuando sus hijos aún eran pequeños.

Laura (38 años, segunda unión):"Claro, yo les dije en este momento, si él llega a vivir con nosotros, él es como el papá de la casa, cualquier orden, cualquier cosa, no es que yo desautorice, ni que... si el papito (pareja actual) corrigió en esto, eso se hace, si yo corrijo en esto, el papito también dice, se hace, nunca ha habido una desautorización de los dos ante ellos".

En tercer lugar, se encontraron participantes que describieron un proceso gradual basado en el diálogo entre los miembros de la pareja. En estos casos, madre o padre biológico invitó a su nueva pareja a decidir juntos cómo se manejaría la disciplina de los hijos y, así, el padrastro/madrastra fue involucrándose como figura de autoridad en la crianza.

Laura (38 años, segunda unión):"Son compartidas, casi siempre hablamos los dos, yo le digo que me ayude a pensar qué hago o sea siempre se comenta para llegar a un acuerdo".

Es importante señalar que algunos de los participantes que involucraron de esta manera a su nueva pareja en la disciplina de los hijos, lo hicieron porque se sentían identificados con la perspectiva —"filosofía de vida"— de su pareja y esto les inspiraba confianza.

Fabiana (45 años, segunda unión):"lo que pasa es que con Fabián estamos muy de acuerdo en la vida misma, entonces no hay algo que yo crea que o que esté en desacuerdo con él y que yo diga: no, voy a tomar yo la decisión y mis hijos tal cosa".

Por último, aunque solo se encontró un caso, otro mecanismo que lleva a la nueva pareja a convertirse en figura de autoridad es que se haya vinculado tanto a las decisiones que toma la madre biológica, como a las que toman los padres biológicos en conjunto, sobre sus hijos.

Nidia (33 años, segunda unión):"No aquí las decisiones son entre los dos, hay unas que se tomarán entre los tres (padres y nueva pareja) sobre todo lo del niño".

Involucramiento de la Expareja:"Yo no me Puedo Sentar a Hablar con Él"

En general, los relatos de los participantes indicaron que mantener una participación activa de la expareja en la crianza de los hijos es difícil por diversas razones. En primer lugar, aunque algunos participantes hacen intentos de llegar a acuerdos con su expareja acerca de la crianza de los hijos, es difícil mantenerlos debido a divergencias de pensamiento sobre la educación de los hijos o a la relación conflictiva que existe entre los dos.

Camilo (36 años, segunda unión):"coincidimos en que teníamos que tener unas reglas claras para un lado y para el otro y que fueran las mismas reglas porque o si no el niño se enloquecía ¿no? Aquí una cosa, allá otra... Y hemos tratado de hacer lo mejor posible respecto a eso, es difícil, porque ella tiene una forma de ser muy diferente a la mía".

María (25 años, segunda unión):"Con él es un problema, yo no me puedo sentar a hablar con él, porque él no permite nada, él es una persona muy violenta y además no se deja hablar".

En otros casos, mantener el involucramiento de la expareja se dificulta debido a circunstancias como el lugar de residencia. Esto mismo hace que también el contacto con los hijos sea limitado.

Andrea (38 años, segunda unión):"Alejado, pues porque vive en otra ciudad, los llama por teléfono pero no es lo mismo".

Por último, aunque solo lo mencionó una de las madres, existen actitudes y creencias sobre los roles de género que utiliza la expareja para justificar su bajo involucramiento en la crianza de los hijos. Específicamente, esta madre relató que su expareja piensa que el cuidado de los hijos le debe corresponder a la madre.

Nidia (33 años, segunda unión):"El papá de mi hijo es una persona muy seca. Él jamás se ha metido a preguntarme si nuestro hijo va bien o mal en el colegio... Porque él siempre me ha dicho que la que lo está criando soy yo".

Decisiones con la Expareja:"Somos Mundos Totalmente Diferentes"

Al conversar con padres y madres sobre el tipo de decisiones que toman con su expareja acerca de sus hijos, algunos reportaron que su expareja se ha vinculado en momentos críticos en los que se han presentado problemas académicos. Así mismo, otros padres comentaron que su expareja participa en decisiones relacionadas con salidas o viajes escolares y fiestas.

Fabiana (45 años, segunda unión):"El colegio, por ejemplo, pues fue algo que los dos decidimos; ellos han cambiado dos veces de colegio y los dos cambios nos tocó sentarnos a los dos y mirar qué pasaba y cómo los cambiábamos y todo. También por ejemplo la ida a las excursiones, las primeras fiestas".

Quienes señalaron que no toman decisiones con su expareja, explicaron que esto se debía a que cada uno de los progenitores tiene puntos de vista diferentes en relación con aspectos como la educación o la religión.

Pablo (48 años, segunda unión):"No porque es que somos dos mundos totalmente diferentes. Por qué, porque ella siempre está pensando en su parte religiosa, ¿si? Y yo no, no veo la vida en esa forma... con ella pues hemos radicalizado nuestros puntos de vista, ella dirá que yo soy el equivocado, yo digo que ella es la equivocada, entonces desde ahí fue que empezó el problema para que nos separáramos".

Discusión

Este estudio se propuso conocer las experiencias de padres y madres biológicos en familias reconstituidas al tomar decisiones en relación con la crianza de los hijos y, específicamente, la manera como perciben la participación de su pareja actual y expareja en este tipo de decisiones. A continuación se analizan los resultados en relación con las preguntas planteadas en esta investigación, teniendo en cuenta la literatura revisada sobre el tema.

La Autonomía de Madres y Padres Biológicos

Con respecto a la toma de decisiones de manera autónoma, se observó que padres y madres biológicos prefieren mantener autonomía en la disciplina de sus hijos, así como tratar asuntos específicos relacionados con el momento del desarrollo que atraviesan sus hijos, en especial en la adolescencia. Como se esperaba, las madres mostraron preferencia por manejar de manera autónoma algunas de las responsabilidades relacionadas con la disciplina y el monitoreo de sus hijos. Sin embargo, esto parecía estar más relacionado con la edad o el sexo de los hijos, así como con creencias acerca de asuntos de la crianza que corresponden al padre de cada sexo; por ejemplo, las madres manejan los asuntos de las hijas. Es posible que dichas creencias sobre la importancia de la figura materna estén asociadas a la ideología sobre la maternidad (Williams, 2000), que propone la perspectiva de género para explicar el comportamiento de las madres biológicas en familias reconstituidas. Sin embargo, como lo señalan otros autores (Hanson, McLanahan, & Thomson, 1998), el involucramiento en la crianza de los hijos ocupa un lugar central en la vida de las madres después del divorcio, especialmente debido a que es más común que los hijos queden al cuidado de la madre y, por lo tanto, durante la transición del posdivorcio se estrechan los lazos afectivos con dicha figura parental. Por lo tanto, esta tendencia de las madres a mantener autonomía y control sobre las decisiones relacionadas con la crianza de sus hijos podría explicarse también a partir de la teoría del ciclo vital de la familia aplicada a los cambios en las relaciones familiares que generan transiciones, como el divorcio o la formación de nuevas uniones maritales (Anderson & Sabatelli, 2007).

Por otra parte, aunque los padres (hombres) reconocieron que toman decisiones autónomamente sobre sus hijos, no se identificó el mismo sentido de responsabilidad y necesidad de permanecer involucrados en la vida cotidiana de sus hijos, que era evidente en las narraciones de las madres. Este tipo de responsabilidades sobre la crianza y la vida cotidiana de los hijos tendían a depositarse en la nueva pareja. Como se mencionó en la introducción, esta tendencia se ha encontrado en otros estudios (Orchard & Solberg, 1999) y refleja las ideologías sobre los roles de género que permean la vida familiar. Sin embargo, es necesario investigar más sobre la percepción de los padres sobre los roles que ocupa su nueva pareja (madrastra), tanto en los casos en que los hijos viven con la pareja como en aquellos en los que no residen juntos (Coleman, Troilo, & Jamison, 2008).

La Nueva Pareja y su Transición a Figura Parental

Como se esperaba, la participación de la nueva pareja en las decisiones sobre los hijos y su involucramiento en diferentes aspectos de la crianza están regulados en cierta medida por el padre/madre biológico. Los análisis permiten concluir que el apoyo que padres y madres biológicos reciben de su pareja actual se evidencia principalmente en el manejo de rutinas, la administración de consecuencias, el monitoreo de los hijos y el apoyo en las tareas escolares. En este sentido, las responsabilidades asumidas por padrastros y madrastras indicarían que ello-as asumen roles paternos o maternos con sus hijastros, como lo indican estudios en otros países (Ganong & Coleman, 2004).

Al igual que lo indican estudios realizados en otros países (e.g., Hetherington & Stanley-Hagan, 2000; Marsiglio, 1992), las narraciones de los participantes permiten evidenciar una gran variabilidad en el grado y tipo de involucramiento de los padrastros en la crianza de sus hijastros. Así mismo, se hallaron diversas maneras en las que padrastros y madrastras asumen su rol como figura de autoridad. En algunos casos, como lo han señalado otros estudios, la nueva pareja apoya en la disciplina pero no actúa como si fuese la figura paterna principal (Fine, Coleman, & Ganong, 1998; Hetherington & Stanley-Hagan, 2000). En otros, sin embargo, la nueva pareja adquiere un papel más visible y se constituye en figura de autoridad dentro de la familia.

Una contribución interesante de este estudio es el intentar identificar las diferentes maneras en las que la nueva pareja se convierte en figura de autoridad. En este sentido, se observó que mientras en algunos casos esto ocurre de manera gradual, en otros ocurre debido a las necesidades que se presentan en momentos puntuales en relación con el control y la disciplina de los hijos. A partir de los relatos de los participantes de este estudio, se encontró que la nueva pareja generalmente se convierte en figura de autoridad con el respaldo del padre/madre biológico y su rol se basa en cualidades especiales que ofrece a la familia (e.g., estilo parental). Estas observaciones coinciden con lo propuesto por Papernow (1993) en relación con el rol de padrastros y madrastras. Se requiere investigar en el futuro acerca de estos procesos, empleando diseños longitudinales que permitan rastrear el desarrollo de los roles de padrastros y madrastras en las familias reconstituidas.

Los análisis de los relatos indicaron la importancia de factores señalados por Flouri (2004) en la formación de la relación entre padrastros/madrastras e hijastros. Entre las características de los hijos que resultaron relevantes en esta muestra están la edad y el sexo. Como se señaló en la sección de resultados, en las parejas que empezaron a convivir cuando los hijos eran pequeños, el involucramiento del padrastro y su participación en decisiones sobre los hijos ocurrió de manera más temprana. Por otra parte, el sexo de los hijastros influye en la relación con su padrastro, en la medida en que la madre biológica motiva a su nueva pareja a acercarse especialmente a los hijos varones. Algunos autores han señalado que las madres tienen expectativas sobre este tipo de apoyo en la crianza de los hijos —especialmente de los hijos varones— cuando forman nuevas uniones (Anderson & Sabatelli, 2007; Ganong & Coleman, 2004). Los mismos autores señalan que estas expectativas pueden no coincidir con las de su nueva pareja, quien podría preferir no involucrarse en la crianza de sus hijastros adolescentes. Por lo tanto, las creencias y expectativas de cada miembro de la pareja sobre la crianza de los hijos deben ser objeto de análisis cuidadoso en intervenciones clínicas y educativas para familias reconstituidas.

Por otra parte, al aplicar el modelo de Flouri (2004) a los relatos de los participantes, es posible argumentar que variables del contexto —como el contacto limitado con el padre biológico no residente— resultaron importantes en la formación de la relación y en que el padrastro se convirtiera en figura de autoridad. Finalmente, en varios casos se observó que la relación cooperativa entre el padre/madre biológico y la nueva pareja permite el desarrollo de la relación padrastro-hijastros. Estos resultados coinciden con lo encontrado por otros autores en familias anglosajonas (Dunn, Davies, O'Connor, & Sturgess, 2000). Sin embargo, se requiere estudiar más a fondo estas dinámicas familiares en investigaciones que cuenten con muestras de mayor tamaño.

Los Padres no Residentes

En relación con la participación de la expareja en las decisiones sobre la crianza de los hijos, podría plantearse que los resultados de este estudio concuerdan con los de otras investigaciones sobre el tema. Se ha encontrado que aproximadamente la mitad de las parejas divorciadas desarrollan relaciones caracterizadas por desentendimiento, poca comunicación y cooperación entre exesposos (Baum, 2004; Hetherington & Stanley-Hagen, 1999). En el presente estudio, nueve de lo-as padres/madres entrevistados (75%) percibían la participación de su expareja en la crianza de sus hijos como nula o limitada. Solamente dos participantes evaluaron positivamente la participación de sus exparejas en las decisiones sobre sus hijos. Por supuesto, este resultado puede obedecer a la composición particular de la muestra. El 75% eran mujeres y, por lo tanto, existen expectativas sociales que les asignan mayor responsabilidad en la custodia y el cuidado de los hijos. Por otra parte, un alto porcentaje (83,3%) había formado una nueva relación cuatro o más años atrás. Precisamente, sobre este último aspecto la literatura indica que el tiempo transcurrido desde el divorcio y la formación de nuevas uniones conyugales son factores que contribuyen al distanciamiento del padre biológico no residente (Pryor, 2008).

Limitaciones del Estudio e Investigaciones Futuras

Esta investigación se basó en un estudio de carácter preliminar y exploratorio sobre las experiencias de padres y madres en familias reconstituidas. Teniendo en cuenta las diferentes variables que pueden influir en las decisiones que toman las parejas sobre la crianza en este tipo de familias, es necesario realizar estudios en el futuro en los que: (a) se empleen muestras de mayor tamaño y de carácter probabilístico, que permitan generalizar los resultados a una población definida, (b) se empleen diseños longitudinales que faciliten identificar trayectorias de desarrollo de las relaciones al interior de la familia, (c) se tomen en cuenta las perspectivas de la nueva pareja, la expareja y los hijos y (d) se utilicen diferentes métodos de recolección de información, tanto de autorreporte como observacional.

En conclusión, esta investigación permitió ilustrar de manera exploratoria algunas de las dinámicas implicadas en el desarrollo de las relaciones entre figuras parentales e hijos, al interior de las familias reconstituidas. El estudio se centró en familias que llevaban varios años conviviendo, para intentar identificar las características de las relaciones padres-hijos después de que se ha consolidado el vínculo marital. El análisis permitió reconocer la influencia de los padres biológicos en el involucramiento de su nueva pareja en las decisiones relacionadas con la crianza de los hijos. Es necesario continuar investigando las trayectorias de desarrollo que siguen las familias reconstituidas y que llevan a la formación de la identidad del grupo familiar. Esta línea de investigación puede aportar al desarrollo de intervenciones más efectivas que faciliten el funcionamiento exitoso de estas familias y proporcionen bienestar a sus integrantes.


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