SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.29 issue2Maladaptive Perfectionism as a Predictor of Loneliness and Low Perceived Social Support in Argentinean Children author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista Colombiana de Psicología

Print version ISSN 0121-5469

Rev. colomb. psicol. vol.29 no.2 Bogotá July/Dec. 2020  Epub Oct 20, 2020

https://doi.org/10.15446/rcp.v29n2.78430 

Artículos

Tendencias Prosociales y su Relación con la Empatía y la Autoeficacia Emocional en Adolescentes en Vulnerabilidad Psicosocial

Prosocial Trends and their Relationship with Empathy and Emotional Self-Efficacy in Adolescents in Psychosocial Vulnerability

ANYERSON STITHS GÓMEZ-TABARES1  * 

MARIELA NARVÁEZ MARÍN2 

1 Universidad Católica Luis Amigó, Manizales, Colombia

2 Universidad de Manizales, Manizales, Colombia


Resumen

El objetivo consistió en analizar las diferencias de género y la relación entre empatía, autoeficacia emocional y tendencias prosociales en adolescentes que han vivido situaciones de vulnerabilidad psicosocial, ubicados en una institución de protección en Manizales y en tres municipios de Caldas (Colombia). El estudio se realizó con una metodología cuantitativa, diseño no experimental de tipo transversal, alcance descriptivo-correlacional; la muestra fue no probabilística a disponibilidad, conformada por 69 adolescentes entre 12 y 18 años. Se usaron como instrumentos la Escala de Tendencias Prosociales revisada (PTM-R), Índice de Reactividad Interpersonal (IRI), y Escala de Autoeficacia para la Regulación Emocional (RESE). El modelo empírico muestra que la expresión de emociones positivas y el manejo de emociones negativas requieren del rol mediador de la empatía, en sus dos componentes, cognitivo y emocional, para explicar las motivaciones prosociales en los adolescentes. Por lo tanto, se concluye que es necesario articular la investigación y la intervención psicosocial y educativa en el estudio y estimulación de la prosocialidad, así como los factores positivamente asociados en poblaciones que han vivido experiencias de vulneración psicosocial.

Palabras clave: adolescente; autoeficacia emocional; empatía; hogares sustitutos; tendencias prosociales; vulneración

Abstract

The main objective was to analyze gender differences and the relationship between empathy, emotional self-efficacy, and prosocial trends in adolescents who have lived psychosocial vulnerability situations, located in a protection institution in Manizales and three municipalities in Caldas (Colombia). The methodology used was a quantitative, non-experimental cross-sectional design, descriptive-correlational scope. The sample was non-probabilistic by availability, composed of 69 adolescents between the ages of 12 and 18 years old. The instruments used were the revised version of the Prosocial Tendencies Scale (PTM-R), the Interpersonal Reactivity Index (IRI), and the Self-efficacy Scale for Emotional Regulation (RESE). As result, the empirical model showed that the expression of positive emotions and the handling of negative emotions require the mediating role of empathy, in its two components, cognitive and emotional, to explain prosocial motivations in adolescents. In conclusion, it is necessary to articulate the research, as well as a psychosocial and educational intervention in the study and stimulation of prosociality, along with positively associated factors in populations that have lived experiences of a psychosocial violation.

Keywords: adolescent; emotional self-efficacy; empathy; prosocial tendencies; substitute homes; vulnerability

El estudio de la conducta prosocial se ha considerado un campo fructífero para la investigación en ciencias sociales en las últimas décadas, justamente porque ha permitido el surgimiento de lecturas generativas en la comprensión y entendimiento de los factores psicológicos, sociales y culturales asociados a la conducta social positiva en los seres humanos (Balabanian & Lemos, 2018; Eisengerg & Morris, 2004; Gómez, 2019a, 2019b, 2019c; Martí Vilar & Lorente, 2010; Palomino-Leiva & Grisales-Arroyave, 2015; Roche, 2010). Para diversos autores (Correa, 2017; Eisenberg & Fabes, 1998; Eisengerg & Morris, 2004; Gómez & Narváez, 2018, 2019; Gómez, Narváez, & Correa, 2019; Rodríguez, Mesurado, Oñate, Guerra, & Menghi, 2017; Vásquez, 2017), la prosocialidad constituye un cambio importante en la manera en que se entienden las complejas relaciones sociales y los factores psicológicos asociados a la conducta social, pues tradicionalmente la conducta antisocial y agresiva se ha considerado el foco de atención en la investigación psicológica y social.

Lo anterior se refleja en el aumento considerable, en la última década, de literatura científica sobre este constructo y en la importancia que ha cobrado el estudio de los factores psicológicos, sociales y familiares que aportan al aprendizaje y adquisición de conductas sociales positivas en la infancia y la adolescencia (Auné, Blum, Abal, Lozzia, & Horacio, 2014; Gómez, 2019a; Gómez & Narváez, 2019; Gómez et al., 2019), de tal modo que se ha considerado, de manera sistemática y consistente, que el desarrollo y estimulación de conductas prosociales en contextos de crianza, parentalidad y educación reduce la vulnerabilidad psicosocial y es un factor protector en contra de la agresividad y la violencia, a la vez que fomenta las conductas de ayuda, el ajuste psicológico, la empatía, la regulación de emociones, las prácticas ciudadanas y la reciprocidad social e interpersonal entre los individuos (Aguirre-Dávila, 2015; Auné et al., 2014; Carlo, Mestre, Samper, Tur, & Armenta, 2010; Bouquet, García, Díaz, & Rivera, 2019; Martínez, Inglés, Piqueras, & Oblitas, 2010; Mestre, Samper, & Frías, 2002, 2004; Mestre, Samper, Tur, Cortés, & Nácher, 2006; Mesurado, Richaud de Minzi, & Mestre, 2014; Richaud de Minzi, 2014; Richaud de Minzi, Lemos, & Mesurado, 2011; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016; Samper, 2014).

Debido al valor heurístico del término y a la diversidad de tipologías establecidas para determinar qué tipo de conductas son o no prosociales, se considera importante delimitar la manera en que se entiende el concepto y los tipos de tendencias pro-sociales acogidas en esta investigación. De manera amplia, la conducta prosocial es entendida como toda conducta social positiva que tiende a la ayuda y beneficio de otras personas, independientemente de los factores motivacionales implicados (Auné & Attorresi, 2017; Correa, 2017; Garaigordobil, Aliri, & Fontaneda, 2009; Martí Vilar & Lorente, 2010). En este sentido, es importante considerar que no toda conducta prosocial es altruista, en tanto que puede estar orientada por motivaciones diferentes del altruismo y aun así considerarse prosocial, dadas las consecuencias positivas que genera (Batson & Powell, 2003; Gómez, 2019a). Para diversos autores (Auné et al., 2014; Auné & Attorresi, 2017; González-Portal, 2000) se ha considerado, de manera general, que una conducta prosocial es todo comportamiento socialmente positivo que puede implicar o no una motivación altruista. De acuerdo con Batson y Powell (2003), la conducta prosocial no debe entenderse únicamente como el resultado de una motivación altruista, dado que factores motivacionales colectivistas, morales-normativos, incluso egoístas, entre otros, juegan un papel importante en cualquier conducta social positiva, la cual depende también de factores psicológicos, sociales, culturales y de personalidad asociados (Eisenberg & Fabes, 1998). Por tal motivo, la prosocialidad se considera un constructo multidimensional (Gómez, 2019a, 2019c).

En términos generales, las conductas prosociales son adoptadas voluntariamente y están asociadas con la protección y el cuidado, el apoyo físico y emocional, el intercambio de emociones positivas, el trabajo en equipo, la cooperación con los demás, el consuelo verbal, la escucha, la solidaridad, la valoración positiva del otro y la empatia, que consecuentemente favorece la reciprocidad en las relaciones sociales e interpersonales (Carlo, Streit, & Crockett, 2018; Gerbino et al., 2017; Guevara, Cabrera, Gonzalez, & Devis, 2016; Luengo Kanacri et al., 2017; Mestre, Samper, & Frias, 2002; Padilla-Walker, Nelson, Fu, & Barry, 2017; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016). Dada la diversidad de tipologias, tendencias y motivaciones prosociales que se han establecido en la literatura cientifica (Auné et al., 2014) es importante delimitar el marco de referencia sobre el cual se habla de tendencias prosociales.

Para efectos de esta investigación se ha utilizado el modelo multifactorial, propuesto por Carlo y Randall (2002), Carlo, Hausmann, Christiansen y Randall, (2003), el cual establece seis tipos de tendencias o motivaciones prosociales, que se diferencian por los factores motivacionales, afectivos, situacionales-contextuales y cognitivos involucrados en toda conducta de ayuda. Las seis tendencias son: tendencia prosocial pública, tendencia prosocial anónima, tendencia prosocial emocional, tendencia prosocial por complacencia u obediencia, tendencia prosocial en crisis o emergencia y tendencia prosocial altruista (Auné & Attorresi, 2017; Carlo et al., 2003; Carlo & Randall, 2002; Randall & Wenner, 2014; Samper, 2014).

En coherencia con el interés de esta investigación y la evidencia empírica alcanzada en materia de prosocialidad, se ha resaltado la importancia de los factores emocionales, entre ellos la empatia, la expresión de emociones positivas, el autocontrol y manejo de emociones negativas en contextos comunitarios, educativos, de crianza y parentalidad, como predictores de la conducta social positiva, tanto en la infancia y adolescencia como en las posteriores etapas del desarrollo evolutivo. Al respecto, diversos hallazgos investigativos (Eisenberg, Valiente, & Champion, 2004; Fernández-Pinto, López-Pérez, & Márquez, 2008; Graziano, Habashi, Sheese, & Tobin, 2007; Guevara et al., 2016; Merino, López, & Grimaldo, 2019; Mestre, Samper, & Frias, 2002; Richaud de Minzi, 2014; Richaud de Minzi et al., 2011; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016; Samper, 2014) han considerado que la empatía, tanto en su componente afectivo como cognitivo, es uno de los principales predictores de la conducta prosocial, en tanto que toda conducta de ayuda implica, necesariamente, el reconocimiento y comprensión del estado psicológico de la otra persona. En este sentido, la empatía actúa como mediadora en cualquier conducta prosocial, justamente porque permite experimentar un estado psicológico coherente con la situación, con el punto de vista o los sentimientos de la otra persona. En palabras de Richaud de Minzi (2009): "la empatía involucra no solo la experiencia afectiva del estado emocional real o inferido de otra persona, sino, además, algún reconocimiento y comprensión mínimos del estado emocional del otro" (p. 188). Para Gerdes y Segal (2009) una actitud o acción empática constituye en sí misma una respuesta prosocial.

Además de la empatía y la prosocialidad, se ha considerado que los factores emocionales, especialmente la capacidad para regular estados afectivos, tales como la rabia, la ansiedad, la culpa y la tristeza, así como la capacidad de expresión de emociones positivas en la etapa de la adolescencia, juegan un papel fundamental, en tanto que son predictores de la conducta prosocial y constituyen, a la vez, factores de protección ante la violencia social (Caprara, Di Giunta, Eisenberg, Gerbino, Pastorelli, & Tramontano, 2008; Caprara, Di Giunta, Pastorelli, & Eisenberg, 2013a; Eisenberg, Fabes, Guthries, & Reiser, 2000; Gutiérrez San Martín, Escartí, & Pascual, 2011; Mestre et al., 2002; Rodríguez, Oñate, & Mesurado, 2017). En este sentido, la autoeficacia para regular estados afectivos negativos y la conciencia de las propias emociones son fundamentales para las relaciones interpersonales y la conducta social positiva. Por tal motivo, de acuerdo con Samper (2014) se ha incrementado en los últimos años el interés por comprender los factores emocionales asociados a la conducta social en la adolescencia, justamente porque es una etapa de la vida que se caracteriza por la inestabilidad emocional y problemas asociados al control de la impulsividad, la agresividad, la regulación de emociones y el estrés psicosocial.

De acuerdo con lo anterior, diversos estudios (Bandura, 1997; Bandura, Caprara, Barbaranelli, Gerbino, & Pastorelli, 2003; Caprara et al., 2008; Caprara et al., 2012; Caprara & Gerbino, 2001; Caprara, Vecchione, Barbaranelli & Alessandri, 2013b; Gerbino et al., 2016; Gómez & Narváez, 2019a) han considerado que las creencias de autoeficacia en la regulación de emociones y el uso de mecanismos como el humor juegan un papel fundamental en el ajuste psicológico, en la prosocialidad y el manejo de la agresividad en la adolescencia, lo cual permite un mayor control sobre las emociones y las acciones, en contextos potencialmente generadores de estrés o conflicto. El estudio de Caprara et al. (2013a) concluye que los sentimientos de autoeficacia, con respecto a las emociones negativas, suelen desempeñar un papel fundamental en la autorregulación conductual, lo cual posibilita la construcción de lazos sociales, el desarrollo de habilidades interpersonales, conductas prosociales y constituyen un factor que inhibe la violencia. De ahí la importancia de la investigación e intervención articulada en lo que respecta a las competencias sociales y emocionales en esta etapa del desarrollo.

La autoeficacia regulatoria de emociones negativas se puede considerar el resultado de una organización única de afecto, cognición y conducta que, bajo determinadas influencias o determinantes socioculturales, posibilita la regulación de estados emocionales como la rabia, la tristeza, el miedo, la vergüenza, la culpa, y evitar, de este modo, el desajuste psicológico o social de la persona (Caprara et al., 2013a; Gerbino et al., 2016; Lewis & Cook, 2007; Tangney, Youman, & Stuewig, 2009). Estos complejos procesos de autoeficacia para la modulación e inhibición de emociones y conductas negativas, o mantenimiento de sentimientos positivos, como la alegría, el orgullo, la confianza, entre otros, son fundamentales para la vida social y la expresión de la prosocialidad.

A pesar de que la investigación sobre los factores emocionales asociados a la prosocialidad en la infancia y la adolescencia es más escasa en comparación con la empatía (Samper, 2014), lo cual sustenta la importancia de este estudio, se ha logrado identificar un vacío importante en la investigación actual, el cual está asociado a la escasez de investigaciones con poblaciones que han vivido en condiciones de vulnerabilidad psicosocial (Gómez, 2019a; Gómez & Narváez, 2018), en este caso puntual, niños, niñas y adolescentes que han sido expuestos a experiencias sistemáticas de violencia social e intrafamiliar, abandono, maltrato físico, psicológico y sexual, y todo tipo de vulneración de derechos por parte de sus cuidadores, y que, además, han tenido que ser retirados de sus hogares de origen, para ser ubicados en programas de Hogares Sustitutos de Protección.

Al respecto, el estudio intercultural realizado por Mesurado et al. (2014), sobre comportamientos prosociales y expectativas parentales en adolescentes de bajos ingresos en tres países, Argentina, Colombia y España, muestra que las reacciones y expectativas de los padres con respecto a la empatía y la prosocialidad influyen en el desarrollo de conductas prosociales en estos adolescentes en los tres países. Y el estudio realizado por Taylor et al. (2018) con adolescentes de Belfast, Irlanda del Norte, sobre el impacto del conflicto político en las trayectorias del comportamiento prosocial y sus implicaciones para la construcción de paz, evidencia una tendencia investigativa emergente importante en el estudio de este constructo, en poblaciones en condiciones de vulnerabilidad psicosocial, y abre nuevos caminos para ubicar la prosocialidad como categoría de investigación e intervención para la trasformación social y la construcción ciudadana.

De lo planteado hasta el momento, y en vista de los vacíos, retos y tendencias actuales en prosocialidad, este trabajo busca ampliar los referentes investigativos con respecto a esta categoría, y los factores psicológicos asociados en población de niños, niñas y adolescentes que han vivido experiencias de vulneración psicosocial, tales como abandono, maltrato físico, psicológico o sexual, explotación laboral, entre otros, que han sido retirados de sus contextos sociales y familiares vulnerables, para ser ubicados con familias sustitutas.

El objetivo de este estudio fue analizar las diferencias de género y la relación entre empatia, autoeficacia emocional y tendencias prosociales en adolescentes que han sido sometidos a experiencias de violencia, maltrato y negligencia social y familiar, ubicados en Hogares Sustitutos de Protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). El modelo teórico propuesto para este estudio se muestra en la Figura 1.

Figura 1 Modelo teórico propuesto 

A partir de los resultados obtenidos en investigaciones previas y de la conceptualización teórica, se plantearon tres hipótesis:

HI: Las mujeres presentan puntuaciones significativamente más altas en las diferentes motivaciones prosociales, autoeficacia emocional y empatía, en comparación con los hombres.

H2: las tendencias prosociales, los componentes de la empatia y la autoeficacia en la regulación del afecto presentan correlaciones estadísticamente significativas en los adolescentes estudiados.

H3: Los componentes cognitivos y afectivos de la empatia y la autoeficacia emocional son predictores de las tendencias prosociales en los adolescentes estudiados.

Metodología

La presente investigación corresponde a un estudio de enfoque cuantitativo, diseño no experimental, de corte transversal (Hernández Sampieri, Fernández & Baptista, 2014). Los diseños no experimentales se caracterizan por estudiar los fenómenos o problemáticas en su contexto natural, sin realizar ninguna manipulación o control de variables (Hernández Sampieri et al., 2014; Kerlinger, 1988), en este caso, las conductas prosociales y los factores emocionales asociados, en los contextos de protección de los hogares sustitutos de protección. La transversalidad del estudio está relacionada con el hecho de que la recolección de la información se realizó en un único momento.

El alcance es descriptivo correlacional, en tanto que el interés es conocer la relación o grado de asociación entre un grupo de variables en un contexto determinado; en este caso, las tendencias prosociales y algunos factores emocionales. Según Hernández Sampieri et al., (2014) este tipo de alcances investigativos tienen valor explicativo, dado que a partir de los hallazgos se pueden construir explicaciones sobre el problema y realizar, a la vez, inferencias teóricas que permitan una mayor comprensión del fenómeno estudiado.

Muestra

Se utilizó una muestra no probabilística a disponibilidad, compuesta de 69 adolescentes, ubicados en una institución de protección con sedes en cuatro Municipios de Caldas (Colombia): Manizales, Villamaría, Chinchiná y Neira. En relación con el género el 52.2 % (n =36) son mujeres y el 47.85 (n=33) hombres. Las edades oscilan entre los 12 y los 18 años (M=14.54; DE=1.84); el 55.1 % (n =38) están en un rango entre los 12 a 14 años y el 44, 9 % (n =31) entre los 15 a 18 años. Se tomó el 100 % de la población perteneciente a estos hogares, que cumplían con los criterios de inclusión como: edad entre 12 y 18 años, estar en proceso de atención en la modalidad vulneración de la institución de protección, presentar habilidades lectoescriturales básicas, aceptar y participar firmando el consentimiento informado.

Instrumentos

Para la recolección de los datos se aplicaron los instrumentos que se describen a continuación:

Cuestionario de Tendencias Prosociales -Revisado-PTM-R. (Carlo & Randall, 2002; Carlo et al., 2003), adaptada al español por Richaud de Minzi, Mesurado y Cortada (2012). Es un cuestionario tipo Likert, diseñado para medir las tendencias prosociales en los adolescentes, con cinco opciones de respuesta (de 1= no me describe en absoluto a 5= me describe muy bien). La escala original consta de 23 ítem; sin embargo, para este estudio se aplicó una versión reducida compuesta de 17 ítem que mide 6 dimensiones:

  • Conducta prosocial pública, son conductas cuya intención es beneficiar a los demás en presencia de otras personas. El índice de fiabilidad con alpha de Cronbach para esta escala fue de .74.

  • Conducta prosocial emocional, se refiere a comportamientos destinados a beneficiar a los demás bajo situaciones o condiciones emocionalmente evocadoras. El índice de fiabilidad con alpha de Cronbach para esta escala fue de .78.

  • Conducta prosocial de emergencia, son conductas que buscan ayudar a los demás en situaciones de emergencia o crisis. El índice de fiabilidad con alpha de Cronbach para esta escala fue de .66.

  • Conducta prosocial altruista, se refiere a ayudar a otras personas cuando hay poco o ningún potencial percibido para una recompensa directa. El índice de fiabilidad para esta escala fue de .81

  • Conducta prosocial anónima, es la tendencia a ayudar a otros sin el conocimiento de la gente. El índice de fiabilidad con alpha de Cronbach para esta escala fue de .70.

  • Comportamiento prosocial de complacencia u obediencia, implica la ayuda a otros cuando la solicitan u ordenan. El índice de fiabilidad con alpha de Cronbach para esta escala fue de .79. El cuestionario ha mostrado propiedades psicométricas adecuadas en su traducción al español. El índice de fiabilidad global con alpha de Cronbach obtenido en este estudio fue de .81.

Cuestionario de Autoeficacia para la Regulación Emocional- RESÉ (Regulatory emotional self-efficacy) (Caprara et al., 2008; Caprara & Gerbino, 2001). Cuestionario de 36 preguntas tipo Likert con 5 opciones de respuesta (1=Incapaz; 2=Poco capaz; 3=Mediamente capaz; 4=Muy capaz; 5=Completamente capaz). Diseñado para evaluar la capacidad percibida para expresar el afecto positivo (pos) y para regular el afecto negativo (NEG).

La Expresión de Emociones o del Afecto Positivo (pos) mide creencias sobre la capacidad de expresar felicidad, satisfacción, interés por los demás, expresar abiertamente alegría, entusiasmo y cariño. El instrumento cuenta con dos subescalas para evaluar la autoeficacia empática: "¿eres capaz de reconocer un pedido de consuelo y de apoyo emotivo, aunque no te lo digan directamente?; ¿eres capaz de comprender si una persona está triste e infeliz?", y el humor "¿eres capaz de recurrir a tu sentido del humor cuando atraviesas un momento difícil?; ¿eres capaz de usar tu sentido del humor para sostener a tus amigos cuando los ves desanimados?".

La Regulación de Emociones o del Afecto Negativo (NEG) evalúa las creencias sobre la capacidad percibida para regular las emociones negativas de manera apropiada, especialmente la rabia, la frustración, la tristeza, la culpa y el temor. El instrumento tiene una subescala para la autoeficacia de emociones morales: vergüenza ("¿eres capaz de superar la vergüenza después de haber quedado en ridículo en frente de muchas personas?; ¿eres capaz de superar la vergüenza por no haber alcanzado aquellos objetivos que tus amigos sí alcanzaron fácilmente?")

Este instrumento ha sido utilizado con población adolescente en Italia, Estados Unidos, España y Bolivia, presentando índices de fiabilidad que oscilan entre .69 y .97 (Caprara et al., 2008). Se utilizó la versión en español adaptada por el grupo de investigación de la Universidad La Sapienza de Roma (Italia) para su implementación en Colombia. El índice de fiabilidad con alfa de Cronbach obtenido en este estudio fue de .92 para todo el instrumento. La fiabilidad por subescalas osciló entre .76 y .82.

Indice de Reactividad Interpersonal-mi (Davis, 1980;1983). Es una escala tipo Likert, compuesta por 20 preguntas de autoinforme, con cinco opciones de respuesta (desde 1= no me describe en absoluto, a 5= me describe muy bien) diseñada para medir cuatro dimensiones de la empatia: toma deperspectiva, fantasía, preocupación empática y malestar emocional. Para el presente estudio se utilizaron tres de las cuatro subescalas: (a) Preocupación Empática, mide respuestas empáticas mediadas por factores emocionales, en términos de sentimientos de calidez, compasión y preocupación por los demás. (b) Toma de Perspectiva, hace referencia a la tendencia a asumir espontáneamente el punto de vista del otro, es decir, una empatía mediada por factores cognitivos. (c) Malestar Personal, mide los sentimientos personales de ansiedad e incomodidad que surgen de la observación de la experiencia negativa de otra persona. El índice de fiabilidad de la escala total fue de .78, y las subescalas oscilaron entre .68 y .71. La consistencia interna reportada por Davis (1980, 1983) para las subescalas fue de 0.68 a 0.79, con una confiabilidad test-retest entre .61 y .81. La adaptación al español, realizada por Mestre, Frías & Samper (2004) con 1.285 adolescentes, indica la validez del instrumento para evaluar los diferentes componentes de la empatía.

Consideraciones Éticas

En concordancia con la Ley 1090 del 2006, la Resolución 008430 de 1993 y la Ley de Infancia y Adolescencia 1098 de 2006, esta investigación obedece a los principios éticos de respeto, intimidad y dignidad, asegurando la confidencialidad y el anonimato de los participantes, tal y como se establece en el artículo 26 y 50 de la Ley 1090. Se contó con el aval de la dirección de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) del Centro Regional Manizales para la aplicación de los instrumentos, y con el asentimiento informado de los/as adolescentes que hicieron parte de este estudio.

Procedimiento

La aplicación de los instrumentos se realizó de manera individual, en las distintas sedes de la fundación operadora. Cada aplicación tuvo una duración aproximada de 45 minutos, algunas veces con recesos de 10 minutos entre las pruebas.

Para el análisis se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 25 (IBM Corporation, 2017). Se realizó inicialmente un análisis de fiabilidad con alfa de Cronbach, seguido de un análisis descriptivo univariado de medias y desviaciones estándar de los instrumentos aplicados. Luego se hizo un análisis comparativo por género y rangos de edad, utilizando la prueba T de Student para muestras independientes, en aquellos casos en que las variables presentaban una distribución normal, y la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney en los casos que no presentaban dicha distribución. El análisis de normalidad se realizó mediante la prueba Kolmogorov - Smirnov. Se utilizó R Studio Cloud para calcular el tamaño del efecto de las diferencias encontradas en el análisis comparativo, el cual se estimó mediante el estadístico de eta cuadrado 2 ). Se siguió el procedimiento e interpretación establecido por Fritz, Morris y Richler (2012). Después, se efectuó un análisis de correlación mediante el coeficiente de Spearman. Finalmente, se estableció un modelo de ecuaciones estructurales con variables latentes, estableciendo los índices de bondad de ajuste y los efectos directos e indirectos de las variables predictoras. Para el análisis se utilizó el paquete estadístico AMOS versión 24 (IBM Corporation, 2017).

Resultados

En el análisis de normalidad, mediante la prueba Kolmogorov-Smirnov, se encontró que las variables: toma de perspectiva (est. =.11; p=.58), preocupación empática (est. =.08; p=.2) y manejo de emociones negativas (est. =.08; p=.2) se distribuyen normalmente; las demás variables se alejan significativamente de una distribución normal. Teniendo en cuenta el criterio de normalidad, se aplicaron pruebas paramétricas y no paramétricas con el fin de comparar los resultados promedios obtenidos en cada una de las variables de estudio.

La Tabla 1 muestra los comparativos por género, evidenciando diferencias estadísticamente significativas en la tendencia prosocial por complacencia (z=-2.442; p=.015; η 2 =.086) y en autoeficacia empática (Z=-2.411, p=.016; η 2 =.086), siendo las puntuaciones más altas observadas en las mujeres. El cálculo del tamaño del efecto mediante el índice η 2 evidencia que las diferencias estadísticas encontradas en las variables son independientes del tamaño del efecto, al presentar valores por encima de .039 (Fritz et al., 2012). Las demás variables de estudio no evidenciaron diferencias estadísticamente significativas (p < .05). En términos generales, la tendencia prosocial por complacencia presentó el promedio más alto (M=4.09; DE=.90) y la tendencia anónima el puntaje más bajo (M=3.25; DE=1.01). En cuanto a las creencias de autoeficacia emocional, la expresión de emociones positivas presentó el valor medio más alto (M= 3.98; DE=.61) y el manejo de emociones negativas el más bajo (M= 3.26; DE=.71), tanto en hombres (M=3.34; DE=.73) como en mujeres (M=3.20; DE=.68). En empatía, la preocupación empática presentó el promedio más alto (M=3.75; DE=.69), y el malestar personal fue el promedio más bajo en ambos sexos.

Tabla 1 Análisis comparativo por género de las Tendencias Prosociales, la Empatía y la Autoeficacia en la Regulación Emocional 

Femenino Masculino Total z T P n 2
Tendencias prosociales
M DE M DE M DE
Tendencia prosocial público 3.42 1.12 3.58 .88 3.49 1.01 -.447 .655
Tendencia prosocial anónimo 3.11 1.08 3.40 .92 3.25 1.01 -1.192 .233
Tendencia prosocial emergencia 4.06 .86 3.88 .82 3.98 .84 -1.027 .304
Tendencia prosocial emocional 3.97 .77 3.88 .66 3.93 .72 -.734 .463
Tendencia prosocial complacencia 4.33 .92 3.82 .80 4.09 .90 -2.442 .015* .086
Tendencia prosocial altruista 3.58 1.07 3.20 1.07 3.40 1.08 -1.355 .175
Dimensiones de la empatia
Toma de perspectiva 3.70 .89 3.68 .68 3.69 .79 .102 .919
Preocupación empática 3.84 .72 3.65 .64 3.75 .69 1.160 .250
Malestar personal 2.88 .86 2.70 .83 2.79 .85 -.610 .542
Autoeficacia en la regulación del afecto
Manejo de emociones negativas 3.20 .68 3.34 .73 3.26 .71 -.805 .424
Expresión de emociones positivas 4.03 .68 3.93 .52 3.98 .61 -.944 .345
Autoeficacia emociones morales 3.23 .77 3.38 .89 3.30 .83 -.843 .399
Autoeficacia empática 4.06 .75 3.72 .59 3.90 .69 -2.411 .016* .084
Humor 4.03 .91 3.84 .98 3.94 .94 -.936 .349

Nota: * p<0.05 ** p<0.01

En cuanto al género femenino, tanto la tendencia prosocial por complacencia, como la autoeficacia empática y la preocupación empática obtuvieron los valores medios más altos. En los hombres, las tendencias prosocial, emergencia y emocional presentaron iguales puntajes medios (M=3.88).

Además, se realizó un análisis comparativo por rangos de edad, el cual muestra que los adolescentes entre los 12 y 14 años (M=3.73; DE=.91) presentan un promedio más alto en la tendencia prosocial pública en comparación con el grupo de edad de los 15 a los 18 años (M=3.20; DE=1.05). Esta diferencia es estadísticamente significativa (z-2.304; p=.021; η2=.077). Las demás variables de estudio no evidenciaron diferencias estadísticamente significativas (p<.05) en función de los rangos de edad establecidos.

La Tabla 2 muestra los coeficientes de correlación de Spearman entre las diferentes tendencias prosociales. Se observa que la tendencia prosocial pública se correlaciona estadísticamente con las tendencias prosociales: anónima y emergencia; y negativamente con la altruista. La tendencia prosocial anónima presenta correlación significativa con las tendencias emergencia y emocional; y negativa con la altruista. Finalmente, la tendencia prosocial emergencia se correlaciona con la tendencia emocional, y esta última con la tendencia por complacencia.

Tabla 2 Correlaciones entre las diversas Tendencias Prosociales 

Tendencias prosociales T. prosocial público T. prosocial anónimo T. prosocial emergencia T. prosocial emocional T. prosocial complacencia T. prosocial altruista
T. prosocial público 1
T. prosocial anónimo .302* 1
T. prosocial emergencia .318** .409** 1
T. prosocial emocional .23 .439** .666** 1
T. prosocial complacencia -.125 .039 .089 .252* 1
T. prosocial altruista -.358** -.254* -.152 .083 .167 1

Nota: * p<0.05 ** p<0.01

En la Tabla 3 se presenta el análisis de correlaciones entre las diferentes tendencias prosociales y las dimensiones de la empatía y la autoeficacia en la regulación del afecto, evidenciando que la tendencia prosocial pública presenta una única correlación con la toma de perspectiva, mientras que las tendencias prosociales anónima, emergencia y emocional se correlacionan positivamente con la toma de perspectiva, la preocupación empática, la expresión de emociones positivas y autoeficacia empática. El malestar personal solo presentó correlación con la tendencia anónima; y el humor se correlacionó positivamente con la tendencia prosocial emergencia y emocional.

Tabla 3 Correlaciones entre las diversas Tendencias Prosociales, las dimensiones de la Empatía y la Autoeficacia en la Regulación del Afecto 

Tendencias prosociales T. prosocial Público T. prosocial anónimo T prosocial emergencia T. prosocial emocional T. prosocial complacencia T. prosocial altruista
Toma de perspectiva .276* .387** .328** .461** .054 -.149
Preocupación empática .127 .430** .547** .642** .086 .083
Malestar personal .183 .352** .177 .119 -.128 -.067
Manejo de emociones negativas -.029 .106 .200 .257* -.054 -.032
Autoeficacia emociones morales .024 .075 .191 .175 -.064 -.076
Expresión de emociones positivas .112 .350** .419** .529** .074 -.047
Autoeficacia empática .029 .303* .468** .536** .151 .037
Humor .075 .168 .262* .462** .035 .156

Nota: * p<0.05 ** p<0.01

Tabla 4 Estadísticas de Bondad de Ajuste de los Modelos Estructurales de Predicción de las Tendencias Prosociales 

Modelo X 2 df P X 2 /df IFI CFI GFI NFI RMSA
1 14.225 11 .221 1.293 .993 .993 .998 .954 .066
2 41.883 30 .073 1.396 .975 .973 .996 .917 .076

Para establecer el efecto que tienen las variables de la empatía y la autoeficacia emocional en las conductas prosociales, se evaluó un modelo de ecuaciones estructurales a través del método de mínimos cuadrados ponderados, ya que este permite trabajar con variables que no cumplen el supuesto de normalidad univariante (aunque el modelo especificado cumple normalidad multivariante) (Kurtosis=0,639; c.r.=0.317) y proporciona estimaciones consistentes y sin sesgo con tamaños de muestra relativamente pequeños (Byrne, 2016). Se han incluido como variables endógenas la toma de perspectiva, la preocupación empática, malestar personal, manejo de emociones negativas, expresión de emociones positivas y humor; como variables dependientes se tomaron las tendencias prosociales pública, anónima, emergencia, complacencia, altruista y emocional. La prueba de bondad de ajuste se realiza tomando en cuenta los valores de chi cuadrado, índices de ajuste comparativo (IFI y CFI), índice de bondad de ajuste (GFI), ajuste parsimonioso (NFI), raíz del residuo cuadrático promedio de aproximación (RMSA) y la raíz del residuo cuadrático promedio (RMR).

En primera instancia, se realizó un análisis incluyendo todas las variables dependientes e independientes con el fin de evaluar el ajuste absoluto y relativo de dicho modelo a los datos. La Tabla 4 muestra los índices de bondad de ajuste para el modelo teórico propuesto inicialmente (Modelo 1) y para los modelos obtenidos en la re-especificación del modelo inicial. A partir de la Tabla 4 puede observarse que el modelo inicial tuvo buenos resultados en cuanto a la bondad de ajuste absoluta chi - cuadrado y los índices relativos. Sin embargo, los coeficientes de regresión, varianza y covarianza no resultaron significativos, por lo tanto, se procedió a la re-especificación de este, buscando obtener valores significativos para dichos parámetros. La Tabla 5 muestra los valores no estandarizados de regresión con su respectiva desviación estándar, radio crítico y nivel de significancia.

Tabla 5 Estimados de Relaciones Directas del Modelo Empírico 1 

Est. DE. CR. P
T. P Anónimo Preocupación empática -.116 .216 -0.538 .591
T. P Emergencia Preocupación empática .204 .217 .940 .347
T. P Emocional Preocupación empática .176 .108 1.625 .104
T. P Emergencia Preocupación empática -.196 .181 -1.084 .279
T. P Emocional Humor .245 .144 1.705 .088
T. P Emocional Humor .300 .103 2.907 .004
T. P Anónimo Malestar personal .249 .127 1.962 .050
T. P Emergencia Malestar personal -.222 .103 -2.157 .031
T. P Emocional Malestar personal .174 .134 1.297 .195
T. P Público Manejo de emociones negativas -.283 .143 -1.973 .048
T. P Anónimo Preocupación empática .405 .182 2.225 .026
T. P Emergencia Preocupación empática .495 .153 3.237 .001
T. P Emocional Preocupación empática .327 .120 2.716 .007
T. P Anónimo Expresión de emociones positivas -.241 .340 -0.708 .479
T. P Emergencia Expresión de emociones positivas -.423 .334 -1.266 .205
T. P Emocional Expresión de emociones positivas -.289 .210 -1.378 .168
T. P Anónimo Expresión de emociones positivas -.003 .242 -.013 .990
T. P Emocional Toma de perspectiva .286 .166 1.721 .085
T. P Público Toma de perspectiva .442 .168 2.634 .008
T. P Público Toma de perspectiva .132 .127 1.041 .298
T. P Público Toma de perspectiva .345 .135 2.560 .010

Nota: Est=Estimaciones de los valores no estandarizados de regresión; DE=Desviación estándar; CR=Radio Critico; p= Valor de significancia estadística.

El modelo 2 que se muestra en la Figura 2, fue el que se obtuvo como resultado de reevaluar los distintos parámetros, buscando que estos resultaran significativos. Con este modelo, se logra explicar en un 54 % la variación de la tendencia prosocial emergencia; 36 % la tendencia prosocial anónima; 74 % la tendencia emocional; 19 % la tendencia por complacencia; 10 % la tendencia prosocial pública y 24 % la tendencia prosocial altruista.

Figura 2 Efectos directos de variables de empatía y autoeficacia emocional sobre las tendencias prosociales. Modelo empírico 2. 

Los efectos estimados en unidades no estandarizados se muestran en la Tabla 6, junto con los errores estándar de estimación, el radio crítico y el p valor asociado; todos los estimados son estadísticamente significativos.

Tabla 6 Efectos Estimados en Unidades no Estandarizadas para el Modelo de laFigura 2  

Est. DE. CR. p
T. P Emergencia Preocupación empática 1.016 .119 8.573 <.001
Preocupación empática Expresión de emociones positivas .912 .081 11.201 <.001
Toma de perspectiva Expresión de emociones positivas .887 .107 8.254 <.001
T. P Emocional Preocupación empática .873 .084 10.387 <.001
Malestar personal Expresión de emociones positivas .594 .145 4.086 <.001
T. P Altruismo Toma de perspectiva .592 .147 4.027 <.001
T. P Altruismo Preocupación empática .553 .164 3.376 <.001
T. P Emergencia Manejo de emociones negativas .542 .120 4.517 <.001
T. P Anónimo Malestar personal .504 .079 6.413 <.001
T. P Emocional Toma de perspectiva .364 .076 4.760 <.001
T. P Emocional Manejo de emociones negativas .344 .089 3.864 <.001
T. P Anónimo Preocupación empática .319 .105 3.052 .002
T. P Público Malestar personal .302 .079 3.846 <.001
T. P Complacencia Preocupación empática .285 .108 2.630 .009
T. P Anónimo Manejo de emociones negativas .200 .100 2.005 .045
T. P Emergencia Malestar personal .188 .071 2.659 .008
Toma de perspectiva Manejo de emociones negativas -.214 .096 -2.236 .025
Preocupación empática Manejo de emociones negativas -.251 .084 -2.986 .003
T. P Altruismo Malestar personal -.274 .090 -3.026 .002
T. P Complacencia Malestar personal -.424 .076 -5.581 <.001
T. P Emocional Expresión de emociones positivas -.585 .110 -5.324 <.001
Malestar personal Manejo de emociones negativas -.624 .154 -4,052 <.001
T. P Emergencia Expresión de emociones positivas -.679 .167 -4,063 <.001
T. P Altruismo Expresión de emociones positivas -.818 .194 -4,222 <.001

Nota: Est=Estimaciones de los valores no estandarizados de regresión; DE=Desviación estándar; CR=Radio Crítico; p= Valor de significancia estadística.

La Tabla 7 muestra los efectos totales, directos e indirectos de las variables expresión de emociones positivas y manejo de emociones negativas sobre las variables de respuesta. El efecto total más importante logrado por la variable expresión de emociones positivas es sobre la tendencia prosocial anónima (.590), seguido por el efecto sobre la tendencia prosocial emocional (.534). El menor efecto total es sobre la variable complacencia (.008). Para el caso de la variable predictora manejo de emociones negativas, el efecto total más importante se da sobre la tendencia prosocial por complacencia (.194), seguido por la tendencia prosocial emergencia (.170). El efecto más pequeño, en valor absoluto, fue sobre la tendencia prosocial emocional (.048).

Tabla 7 Efectos Totales, Directos e Indirectos, de las Variables Predictoras sobre las Variables de Respuesta 

Expresión de emociones positivas Manejo de emociones negativas
Total Directo Indirecto Total Directo Indirecto
T. P Anónimo .590 .590 -.194 .200 -.394
T. P Publica .179 - .179 -.189 - -.189
T. P Altruista .049 -.818 .867 -.094 - -.094
T. P Complacencia .008 - .008 .194 - .194
T. P Emocional .534 -.585 1.119 .048 .344 -.297
T. P Emergencia .359 -.679 1.038 .170 .542 -.372

A partir del modelo que se presenta en la Figura 2 se obtienen las siguientes cadenas causales: expresión de emociones positivas con tendencia prosocial emocional y altruista, mediado por toma de perspectiva. Por otro lado, las relaciones causales entre expresión de emociones positivas y tendencia prosocial emergencia, emocional y altruista, mediadas por preocupación empática. Además de la cadena expresión de emociones positivas con las tendencias prosociales emergencia y altruista, mediadas por malestar personal. Los efectos directos e indirectos, así como los estadísticos del test de Sobel (Holmbeck, 2002) que muestran la significancia del efecto mediador, se muestran en la Tabla 8.

Tabla 8 Efectos Directos y Mediadores para la Variable Expresión de Emociones Positivas 

Efecto directo Efecto mediador z DE p
Mediadora: Toma de perspectiva
T. P Emocional -.265 .3204 4.1161 .077 .0004
T. P Altruista -.295 .5250 3.615 .145 .003
Mediadora: Preocupación empática -.255 -2.8203 .090 .005
T. P Emergencia .2482 .9282 6.8030 .136 <.001
T. P Emocional .2017 .7917 7.6368 .104 <.001
T. P Altruista -.3195 .5005 3.2302 .156 .001
Mediadora: Malestar personal .4222 -.1178 -2.2122 .053 .027
T. P Emergencia -.5109 .1691 2.2237 .050 .026
T. P Altruista -.9793 -.1593 -2.4435 .067 .014

Nota: Z= estadístico de prueba que utiliza el test de Sobel; DE=Desviación estándar; p= Valor de significancia estadística.

A partir de esta Tabla 8 se observa que todos los efectos de mediación resultan ser estadísticamente significativos y, como todos los efectos de la Tabla 6 son igualmente significativos, esta mediación es parcial (Holmbeck, 2002).

Por otro lado, considerando la variable manejo de emociones negativas, se obtiene la cadena causal manejo de emociones negativas y tendencia prosocial emocional, mediada por toma de perspectiva. Se tienen también las cadenas causales manejo de emociones negativas y emergencia, anónimo y emocional, medidas por preocupación empática. Finalmente, las cadenas causales manejo de emociones negativas con emergencia y anónimo, mediadas por malestar personal. La Tabla 9 muestra los efectos directos, mediadores y los estadísticos del test de Sobel para evaluar la significancia de los efectos mediadores. Todos los efectos de mediación resultan ser estadísticamente significativos y la relación de mediación es nuevamente parcial (Holmbeck, 2002).

Tabla 9 Efectos Directos y Mediadores para la Variable Manejo de Emociones Negativas 

Efecto directo Efecto mediador z DE p
Mediadora: Toma de perspectiva
T. P Emocional .264 -.0756 -1.9897 .038 .047
Mediadora: Preocupación empática
T.P Emergencia .285 -.255 -2.8203 .090 .005
T.P Anónimo .120 -.080 -2.1303 .037 .033
T.P Emocional .1225 -.2175 -2.8717 .076 .004
Mediadora: Malestar personal
T.P Emergencia .4222 -.1178 -2.2122 .053 .027
T.P Anónimo -.1100 -.3100 -3.4047 .092 .001

Nota: Z= estadístico de prueba que utiliza el test de Sobel; DE=Desviación estándar; p= Valor de significancia estadística.

Discusión

El objetivo del presente estudio fue analizar las diferencias de género y la relación entre empatía, autoeficacia emocional y tendencias prosociales en adolescentes que han sido sometidos a experiencias de violencia, maltrato y negligencia social y familiar, ubicados en hogares sustitutos de protección en Manizales y tres municipios de Caldas (Colombia).

En términos generales, se aprobó parcialmente la primera hipótesis (HI), dado que solo se encontraron diferencias significativas en la tendencia prosocial por complacencia y autoeficacia empática, siendo mayor en las mujeres. Si bien el género femenino presentó promedios más altos en casi todas las tendencias prosociales y factores emocionales asociados, las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Al respecto, la investigación en Colombia en torno a la prosocialidad (Aguirre-Dávila, 2015; Betancourt & Londoño, 2017; Gómez, 2019a; Guevara et al., 2016; López et al., 1998; Plazas et al., 2010; Redondo & Guevara, 2012; Redondo, Rangel, & Luzardo 2015; Sandoval, 2006; Vásquez, 2017), ha mostrado de manera consistente que las conductas prosociales son más prevalentes en las niñas que en los niños, especialmente en escenarios sociales y educativos y, por el contrario, los niños presentan más conductas agresivas y son más externalizantes.

Esta tendencia en cuanto al género, también es consistente con diversos estudios a nivel internacional (Calvo, González, & Martorel, 2001; Caprara, & Steca, 2005; Eisenberg, Fabes, & Spinrad, 2006; Inglés et al., 2009; Mestre et al., 2002; Mestre, Samper, Frías & Tur, 2009; Tur, Mestre, & del Barrio, 2004), al encontrar que las diferencias en cuanto a las expresiones de prosocialidad, empatía y ayuda entre hombres y mujeres, son estadísticamente significativas, siendo las niñas más prosociales y lo niños más agresivos.

Explicaciones de índole social plantean que los aspectos sociocognitivos, asociados a la pro-socialidad y a la agresividad en torno al género, son producto de procesos de crianza, prácticas culturales y estereotipos sociales que influyen en los procesos de socialización, educación e interacción de pares entre hombres y mujeres (Carlo, Raffaelli, Laible, & Meyer, 1999; Eisenberg, & Fabes, 1998; Mestre et al., 2009; Mestre, Tur, Samper, Nácher, & Cortés, 2007), de tal modo que, de acuerdo con Ortiz, Apodaca, Fuentes y López (2011), Redondo y Guevara (2012), a nivel cultural se fomenta, tanto en la familia como en la escuela, la competitividad y la hostilidad en los hombres y en la mujeres, así como la inhibición de sus deseos en función del beneficio de los demás, lo cual parece fomentar el desarrollo de estereotipos de género que permean los procesos de socialización y la conducta social entre hombres y mujeres.

De allí que se podría considerar que los procesos de crianza, socialización y acompañamiento por parte de la institución de protección a los niños, niñas y adolescentes, que están ubicados en los Hogares Sustitutos, no están estructurados en función de estereotipos de género. Sin embargo, es una hipótesis que requiere de nuevos acercamientos investigativos y que no es posible corroborar en este estudio. Ahora bien, como lo plantean Redondo et al. (2015), defender estas diferencias de género en cuanto a la prosocialidad podría llevar a posturas tipificantes y estereotipos sociales y culturales; de ahí la importancia de tener cuidado a la hora de establecer explicaciones de índole causal y la necesidad de contrastar estos hallazgos desde una perspectiva intercultural (Redondo et al., 2015).

A nivel descriptivo, las tendencias prosociales por complacencia y en situaciones de crisis o emergencia presentaron las puntuaciones más altas en comparación con las demás. De igual manera, en la discriminación por género se mantiene esta tendencia, que se suma al factor emocional en los hombres. Estos hallazgos indican, en coherencia con el estudio de Carlo y Randall (2002), que las conductas prosociales que están motivadas por el deseo de complacer u obedecer a otros son más usuales entre adolescentes, pues implican la solicitud de ayuda, sea verbal o no verbal.

Por otro lado, la segunda (H2) y tercera hipótesis (H3) se lograron corroborar en este estudio, por cuanto se encontró que los factores cognitivo-emocionales de empatía y autoeficacia emocional se asocian con las diferentes tendencias prosociales. Las tendencias prosociales de emergencia, emocional y en contextos de anonimato, se correlacionaron con mayor fuerza con factores de índole emocional que cognitivos, siendo un hallazgo coherente con diversos estudios (Carlo & Randall, 2002; Carlo et al., 2003; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016; Samper, 2014). Así mismo, el modelo de ecuaciones estructurales mostró que la preocupación empática y el malestar personal, las cuales son dimensiones afectivas de la empatía (Davis, 1980, 1983; Mestre et al., 2004; Richaud de Minzi, 2014) presentan una fuerza predictiva y un efecto directo mayor en la predicción de las motivaciones prosociales.

También se encontró que la empatía, tanto cognitiva como afectiva, es mediadora entre el manejo de emociones negativas, expresión de emociones positivas y las diferentes motivaciones prosociales, siendo un hallazgo consistente con diversos estudios en conducta prosocial que han evidenciado que la empatía es una variable que media entre las emociones positivas, la agresión y la conducta prosocial en la infancia y la adolescencia (Fernández-Pinto et al., 2008; Gómez, 2019a; Mestre, Mesurado, & Samper, 2014).

Estudios previos (Carlo et al., 2010; Eisenberg et al., 2000; Gutiérrez San Martín et al., 2011; Mestre et al, 2002; Mestre et al., 2004), han establecido que la empatía presenta una relación directa con la conducta prosocial, mas no de su valor como variable mediadora entre la autoeficacia emocional y las tendencias prosociales, lo que hace que este hallazgo sea novedoso y un aporte importante a la investigación empírica en ciencias sociales en este campo de estudio. En este sentido, la empatía funciona como un modulador de las emociones positivas y negativas necesarias en el desarrollo de las diferentes tendencias prosociales en los adolescentes.

De manera específica, los efectos directos e indirectos más significativos se encontraron en las variables de malestar personal y preocupación empática, como factores que median entre las emociones negativas y positivas con las motivaciones prosociales. El modelo global muestra que las emociones positivas y negativas requieren del rol mediador de la empatía, en sus dos componentes, cognitivo y emocional, para explicar las motivaciones prosociales en los adolescentes que han sido expuestos a eventos de vulnerabilidad psicosocial, ubicados, como medida de protección, en hogares sustitutos.

Por otro lado, y en coherencia con diversos autores (Batson & Powell, 2003; Samper, 2014; Smith, Kleinbeck, Boyle, Kochinda, & Parker, 2001), la conducta prosocial no debe entenderse únicamente como el resultado de una motivación altruista, dado que factores como la complacencia, el deseo de reconocimiento o conveniencia social, situaciones de emergencia, principios normativos colectivistas a un grupo específico, la responsabilidad, situaciones emocionales evocadoras, incluso el egoísmo, pueden ser considerados móviles motivacionales a la ayuda y la prosocialidad en la adolescencia.

En este estudio se encontró que la motivación altruista presentó una puntuación baja en comparación con los demás factores motivacionales, y no reportó correlaciones significativas con las variables cognitivo-emocionales. Sin embargo, el modelo estructural mostró que las emociones positivas, mediadas por la preocupación empática y el malestar personal, tienen un efecto total positivo en la predicción de la motivación altruista, mientras que el manejo de emociones negativas, reportan un efecto total negativo.

Para diversos autores, la conducta altruista requiere procesos madurativos a nivel moral, emocional y cognitivo que se van estructurando a lo largo de la vida, resaltando la importancia de la autorregulación emocional y el desarrollo de la empatía en la infancia y adolescencia (Aguirre-Dávila, 2015; Caprara, & Pastorelli, 1993; Correa, 2017; Eisenberg & Fabes, 1998; Gómez, 2019a; Redondo et al., 2015; Richaud de Minzi, 2009). Este planteamiento es compartido por Bandura et al. (2001, como se citó en Mestre et al., 2004) quienes consideran importante el papel de los factores ambientales y biológicos en los procesos cognitivos y afectivos, al igual que en la autorregulación; así mismo el papel que estos juegan en la modulación de las interacciones entre la persona y las diferentes situaciones.

En cuanto a los aspectos situacionales, en términos de la presencia o no de espectadores, se encontró un promedio más alto en la tendencia prosocial pública, con una única correlación con la toma de perspectiva; mientras que el modelo estructural mostró que el malestar personal media entre la expresión de emociones positivas y la tendencia pública, indicando que la intención de beneficiar a los demás en presencia de otras personas está más asociada a sentimientos personales de malestar que surgen de la observación de la experiencia negativa de otra persona.

Para Carlo et al. (2003) y Carlo y Randall (2002) esta tendencia está más asociada con el reconocimiento y aceptación social que a un razonamiento moral altruista, siendo usual en la adolescencia, tal y como se muestra en el análisis de correlaciones entre tendencias prosociales, en tanto que el público y el anónimo presentan una correlación negativa con el altruismo. Esta relación negativa entre el altruismo y las tendencias pública y anónima se evidenció también en los estudios de Carlo, Knight, McGinley, Zamboanga y Jarvis (2010) y Richaud de Minzi, Mesurado y Cortada (2012), lo cual viene a corroborar sus hallazgos al indicar que el único comportamiento prosocial motivado desinteresadamente es el altruismo, las demás tendencias parecen estar más relacionadas con motivaciones extrínsecas asociadas a la evitación del malestar personal, el reconocimiento o aprobación de los demás o algún tipo de recompensa externa.

El modelo estructural presentado corrobora el hecho de que, tanto el manejo de emociones negativas, mediado por la toma de perspectiva, como la expresión de emociones positivas, mediada por la preocupación empática, son predictores de la conducta prosocial anónima. En el caso de la tendencia pública, fue el malestar personal, como factor mediador, la única variable de predicción. En general, los componentes emocionales en términos de preocupación empática, expresión de emociones positivas, autoeficacia empática y humor son los que presentan las correlaciones de mayor fuerza con las tendencias prosociales en situaciones de emergencia y las motivadas bajo situaciones o condiciones emocionalmente evocadoras. Las emociones positivas y negativas, y la empatía en su componente afectivo, son predictores de la tendencia prosocial en contextos de emergencia, por complacencia y emocional.

Estos resultados vienen a corroborar los obtenidos en otros estudios realizados, tanto con población adolescente colombiana (Guevara et al., 2016; Gómez, 2019c, Guevara, Cabrera, & Barrera, 2007; Redondo et al., 2015) como con población extranjera (Eisenberg, Valiente & Champion, 2004; Fernández-Pinto et al., 2008; Gutiérrez San Martín, Escartí, & Pascual, 2011; Mestre et al., 2002; Mestre et al., 2004; Mestre et al., 2009; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016; Samper, 2014) al señalar que la empatía, la regulación emocional y las emociones positivas son predictores importantes de la prosocialidad, el ajuste y el bienestar psicológico en esta etapa del ciclo vital. Por el contrario, el detrimento de la prosocialidad está asociado con el desentendimiento moral (Moreno-Romero, 2020)

De lo anterior se puede considerar que la capacidad de agencia y autoeficacia para la regulación de las emociones y la capacidad para experimentar un estado emocional coherente con la vivencia de los demás, juegan un papel fundamental en la adquisición y desarrollo de conductas prosociales en los adolescentes que están en procesos de protección en hogares sustitutos, de tal forma que, a pesar de las condiciones de vulnerabilidad psicosocial a las cuales fueron expuestos, los resultados y la discusión planteada indican que la estimulación de competencias cognitivo-emocionales y socio-morales, en escenarios institucionales protectores, favorecen el desarrollo de conductas sociales positivas coherentes con la ciudadanía, la solidaridad, el apoyo social, el ajuste psicológico y la adaptabilidad a diversos espacios sociales (Betancourt et al., 2019; Correa, 2017; Gómez, 2018, 2019a, 2019b, 2019c; Mestre et al., 2006; Richaud de Minzi, 2009; Richaud de Minzi & Mesurado, 2016), lo cual abre múltiples aristas por explorar, en lo que respecta a la importancia de incluir y potenciar en los programas de protección a niños, niñas y adolescentes, estrategias de intervención psicosocial y psicoeducativas para la estimulación prosocial, la elaboración emocional, la reflexión ética y ciudadana, la gestión y autorregulación de las emociones, la empatia y la capacidad de agencia social.

Los resultados de este estudio resultan relevantes por cuanto aportan información sobre los procesos cognitivo-afectivos asociados de manera directa e indirecta con la conducta prosocial, entendida de manera multidimensional; también ponen en evidencia la importancia de fomentar la empatia, especialmente su componente afectivo, en los procesos de acompañamiento institucional en Hogares Sustitutos de protección, como un factor que media entre la regulación y expresión de emociones y el desarrollo de conductas prosociales en los adolescentes que han vivido condiciones de vulnerabilidad psicosocial. Asi mismo, este estudio aporta a la comprensión de la conducta social positiva y los factores emocionales asociados en adolescentes afectados por la violencia, en sus diferentes formas y complejidades, siendo un campo poco explorado en la actualidad.

Finalmente, se resalta la necesidad de articular la investigación y la intervención psicosocial y educativa en el estudio y estimulación de la pro-socialidad y los factores positivamente asociados en niños, niñas y adolescentes que están en estos procesos de protección institucional (Gómez, 2019a; Gómez & Narváez, 2018, Gómez et al., 2019; Gómez & Durán, 2020), considerando que, los programas de restablecimiento de derechos en medidas institucionales familiares -como los hogares sustitutos y la exposición a contextos sociales, educativos y culturales protectores- aporten al desarrollo de la prosocialidad, la estabilidad emocional, la regulación comportamental y la elaboración de experiencias asociadas a las vivencias de vulnerabilidad psicosocial (Gómez, 2019c).

Limitaciones de Este Estudio

Este trabajo presenta algunas limitaciones, una de ellas es que se trata de un estudio transversal y no longitudinal. Para próximas investigaciones se recomienda corroborar los hallazgos mediante estudios de seguimiento longitudinal. A pesar de que la muestra utilizada fue a disponibilidad, es importante establecer futuros estudios con muestras más representativas.

Referencias

Aguirre-Dávila, E. (2015). Prácticas de crianza, temperamento y comportamiento prosocial de estudiantes de educación básica. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 13, 223-243. https://doi.org/10.11600/1692715x.13113100314Links ]

Auné, S. E., & Attorresi, H. F. (2017). Dimensionalidad de un test de conducta prosocial. Revista Evaluar, 17, 29-37. https://doi.org/10.35670/1667-4545.v17.n1.17072Links ]

Auné, S. E., Blum, D., Abal, J. P., Lozzia, G. S., & Horacio, F. A. (2014). La Conducta Prosocial: Estado actual de la investigación. Perspectivas en Psicología, 11, 21-33. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/4835/483547666003.pdfLinks ]

Balabanian, C., & Lemos, V. (2018). Desarrollo y Estudio Psicométrico de una Escala para Evaluar Conducta Prosocial en Adolescentes. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación e Avaliação Psicológica. ridep, 48, 177-188. https://doi.org/10.21865/RIDEP48.3.15Links ]

Batson, C. D., & Powell, A. (2003). Altruism and Prosocial Behavior. En M. Theodore., & L. Melvin (Eds.) Handbook of Psychology: Personality and Social Psychology. Nueva York: John Wiley y Sons, Inc. XIX. [ Links ]

Bandura, A. (1997). Self-efficacy: the exercise of control. New York: Freeman. [ Links ]

Bandura, A., Caprara, G. V., Barbaranelli, C., Gerbino, M., & Pastorelli C. (2003). Role of Affective Self-regulatory Efficacy on Diverse Spheres of Psychosocial Functioning. Child Development, 74, 769-782. https://doi.org/10.1111/1467-8624.00567Links ]

Betancourt-Ocampo, D., Romo-Parra, H., Habermann- Villaverde, M., Velasco-Guadarrama, E. M., Sánchez-Ibarra, A. I., Axelrod-Segal, K., … & González-González, A. (2019). Desarrollo positivo en jóvenes involucrados en voluntariado y su relación con las neuronas espejo. Revista Colombiana de Psicología, 28, 77-90. https://doi.org/10.15446/rcp.v28n2.72199Links ]

Betancourt, M., & Londoño, C. (2017). Factores sociodemográficos y psicosociales que diferencian la conducta prosocial y el acoso escolar en jóvenes. Informes Psicológicos, 17, 159-176. https://doi.org/10.18566/infpsic.v17n1a09Links ]

Bouquet-Escobedo, G., García-Méndez, M., Díaz-Loving, R., & Rivera-Aragón, S. (2019). Conceptuación y Medición de la Agresividad: Validación de una Escala. Revista Colombiana de Psicología, 28, 115-130. https://doi.org/10.15446/rcp.v28n1.70184Links ]

Byrne, B. M. (2016). Structural Equation Modeling with Amos. Basic Concepts, Applications, and Programming. New York: Routledge [ Links ]

Calvo, A. J., González, R., & Martorell, M. C. (2001). Variables relacionadas con la conducta prosocial en la infancia y adolescencia: personalidad, autoconcepto y género. Infancia y Aprendizaje, 93, 95-111. https://doi.org/10.1174/021037001316899947Links ]

Caprara, G. V., & Gerbino, M. (2001). Affective perceived self- efficacy: The capacity to regulate negative affect and to express positive affect. En G. V. Caprara (Ed.) Self-efficacy Assessment (pp. 35-50). Trento, Italy: Edizioni Erickson. [ Links ]

Caprara, G. V., & Pastorelli, C. (1993). Early Emotional Instability, Prosocial Behavior, and Aggression: some Methodological Aspects. European Journal of Personality, 7, 19-36. https://doi.org/10.1002/per.2410070103Links ]

Caprara, G. V., & Steca, P. (2005). Affective and Social Self-regulatory Efficacy Beliefs as Determinants of Positive Thinking and Happiness. European Psychologist, 10, 275. https://psycnet.apa.org/doi/10.1027/1016-9040.10.4.275Links ]

Caprara, G., Di Giunta, L., Eisenberg, N., Gerbino, M., Pastorelli, C., & Tramontano, C. (2008). Assessing Regulatory Emotional Self-Efficacy in Three Countries. Psychological Assessment, 20, 227-237. https://doi.org/10.1037/1040-3590.20.3.227Links ]

Caprara, G. V., Di Giunta, L., Pastorelli, C., & Eisenberg, N. (2013a). Mastery of Negative Affect: A Hierarchical Model of Emotional Self-Efficacy Beliefs. Psychological Assessment, 25, 105-16. https://doi.org/10.1037/a0029136Links ]

Caprara, G. V., Vecchione, M., Barbaranelli, C., & Alessandri, G. (2013b). Emotional Stability and Affective Self-regulatory Efficacy Beliefs: Proofs of Integration between Trait Theory and Social Cognitive Theory. European Journal of Personality, 27, 145-154. https://doi.org/10.1002/per.1847Links ]

Carlo, G., & Randall, B. A. (2002). The Development of a Measure of Prosocial Behaviors for late Adolescents. Journal of Youth and Adolescence, 31, 31-44. https://doi.org/10.1023/A:1014033032440Links ]

Carlo, C., Hausmann, A., Christiansen, S., & Randall, B. (2003). Sociocognitive and behavioral correlates of a measure of prosocial tendencies for adolescents. Journal of Early Adolescence, 23, 107-134. https://doi.org/10.1177/0272431602239132Links ]

Carlo, G., Knight, G. P., McGinley, M., Zamboanga, B. L., & Jarvis, L. H. (2010). The Multidimensionality of Prosocial Behaviors and Evidence of Measurement Equivalence in Mexican American and European American Early Adolescents. Journal of Research on Adolescence, 20, 334-358. https://doi.org/10.1111/j.1532-7795.2010.00637.xLinks ]

Carlo, G., Mestre, M. V., Samper, P., Tur, A. M., & Armenta, B. E. (2010). Feelings or Cognitions? Moral Cognitions and Emotions as Longitudinal Predictors of Prosocial and Aggressive Behaviors. Personality and Individual Differences, 48, 872-877. https://doi.org/10.1016/j.paid.2010.02.010Links ]

Carlo, G., Raffaelli, M., Laible, D. J., & Meyer, K. A. (1999). Why are Girls less Physically Aggressive than Boys? Personality and Parenting Mediators of Physical Aggression. Sex Roles, 40, 711-729. https://doi.org/10.1023/A:1018856601513Links ]

Carlo, G., Streit, C., & Crockett, L. (2018). Generalizability of a Traditional Social Cognitive model of Prosocial Behaviors to U.S. Latino/a Youth. Cultural Diversity and Ethnic Minority Psychology, 24, 596-604. https://doi.org/10.1037/cdp0000188Links ]

Correa, M. C. (2017). Aproximaciones epistemológicas y conceptuales de la conducta prosocial. Revista Zona Próxima, 27, 1-21. https://doi.org/10.14482/zp.27.10978Links ]

Davis, M. H. (1980). A multidimensional Approach to Individual Differences in Empathy. JSAS Catalog of Selected Documents in Psychology, 10, 85. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/34891073_A_Multidimensional_Approach_to_Individual_Differences_in_EmpathyLinks ]

Davis, M. H. (1983). Measuring Individual Differences in Empathy: Evidence for a Multidimensional Approach. Journal of Personality and Social Psychology, 44, 113-126. https://doi.org/10.1037/0022-3514.44.1.113Links ]

Eisenberg, N., & Fabes, R. A. (1998). Prosocial Development. En W. Damon (series ed.), N. Eisenberg (volumen ed.). Handbook of child psychology: Social, Emotional, and Personality Development (5a. ed., vol. 3, pp. 701-778). Nueva York: Wiley [ Links ]

Eisenberg, N., & Morris, A. S. (2004). Moral Cognitions and Prosocial Responding in Adolescence. En R. M. Lerner & L. Steinberg (Eds.), Handbook of adolescent psychology (2a. ed., pp. 155-188). Hoboken, NJ, US: John Willey y Sons. [ Links ]

Eisenberg, N., Fabes, R. A., & Spinrad, T. L. (2006). Prosocial Development. En W. Damon y N. Eisenberg (Eds.), Handbook of Child Psychology, Vol. 3: Social, Emotional and Personality Development (pp. 646- 718). New York: John Wiley & Sons. [ Links ]

Eisenberg, N., Fabes, R., Guthries, I., & Reiser, M. (2000). Dispositional Emotionality and Regulation: their Role in Predicting Quality of Social Functioning. Journal Personality and Social Psychology, 78, 136-157. https://doi.org/10.1037/0022-3514.78.1.136Links ]

Eisenberg, N., Valiente, C., & Champion, C. (2004). Empathy-related Responding. Moral, Social, and Socialization Correlates. En A. G. Miller (Ed.) The Social Psychology of Good and Evil (pp. 386-415). Nueva York: The Guilford Press [ Links ]

Fernández-Pinto, I., López-Pérez B., & Márquez M. (2008). Empatía: medidas, teorías y aplicaciones en revisión. Anales de Psicología, 24, 284-298. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/167/16711589012.pdfLinks ]

Fritz, C. O., Morris, P. E., & Richler, J. J. (2012). Effect size estimates: Current use, calculations, and interpretation. Journal of Experimental Psychology: General, 141, 2-18. https://doi.org/10.1037/a0024338Links ]

Garaigordobil, M., Aliri, J., & Fontaneda, I. (2009). Bienestar psicológico subjetivo: diferencias de sexo, relaciones con dimensiones de personalidad y variables predictoras. Behavioral Psychology / Psicología Conductual, 17, 543-559. Recuperado de: https://psycnet.apa.org/record/2008-16912-012Links ]

Gerbino, M., Milioni, M., Alessandri, G., Eisenberg, N., Caprara, M., Kupfer, A., Pastorelli, C., & Caprara, G. (2016). Self-Efficacy in Retrieving Positive Emotional Experience and Using Humor: A Validation Study of a New Instrument in Three Countries. European Journal of Psychological Assessment, 34, 409-420. https://doi.org/10.1027/1015-5759/a000356Links ]

Gerbino, M., Zuffiano, A., Eisenberg, N., Castellani, V., Luengo Kanacri, B. P., Pastorelli, C., & Caprara, G. V. (2017). Adolescents’ Prosocial Behavior Predicts Good Grades Beyond Intelligence and Personality Traits. Journal of Personality, 86, 247-260. https://doi.org/10.1111/jopy.12309Links ]

Gerdes, K. E., & Segal, E. A. (2009). A Social Work Model of Empathy. Advances in Social Work, 10, 114-127. https://doi.org/10.18060/235Links ]

Gómez, A. S., & Durán, N. (2020). Motivaciones prosociales, empatía y diferencias de género en adolescentes víctimas del conflicto armado e infractores de la ley. Revista sobre la infancia y la adolescencia, 18, 69-90. https://doi.org/10.4995/reinad.2020.12771Links ]

Gómez, A. S., & Narváez, M. (2018). Prosocialidad en niños, niñas y adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales. Retos y reflexiones para la investigación social. Diversitas. Perspectivas en Psicología, 14, 263-278. https://doi.org/10.15332/22563067Links ]

Gómez, A. S., & Narváez, M. (2019). Mecanismos de desconexión moral y su relación con la empatía y la prosocialidad en adolescentes que han tenido experiencias delictivas. Revista de Psicología, 37, 603-641. https://doi.org/10.18800/psico.201902.010Links ]

Gómez, A. S., Narváez, M., & Correa, M. C. (2019). Motivaciones prosociales y desconexión moral en adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales. Psicología desde el Caribe, 36, 1-45. Recuperado de http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/psicologia/article/viewFile/10604/214421444292Links ]

Gómez, A.S. (2019a). Prosocialidad. Estado actual de la investigación en Colombia. Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 10, 188-218. https://doi.org/10.21501/22161201.3065Links ]

Gómez, A. S. (2019b). Potenciales prosociales en niños, niñas y adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales en Colombia. Quaderns de Psicologia, 21, e1483. http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1483Links ]

Gómez, A. S. (2019c). Conductas prosociales y su relación con la empatía y la autoeficacia para la regulación emocional en adolescentes desvinculados de grupos armados ilegales. Revista Criminalidad, 61, 221-246. https://www.policia.gov.co/revista/revista-criminalidad-volumen-61-no-3Links ]

Gómez, A. S. (2018). De la cosmología peirceana a la evolución social. Reflexiones sobre el agapismo y los hábitos sociales en sentido evolutivo. Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, 39, 37-58. https://doi.org/10.15332/10.15332/s0120- 8462.2018.0118.02Links ]

González Portal, M. D. (2000). Conducta prosocial: Evaluación e Intervención. Madrid: Morata [ Links ]

Graziano, W. G., Habashi, M. M., Sheese, B. E., & Tobin, R. M. (2007). Agreeableness, Empathy, and Helping: a Person x Situation Perspective. Journal of Personality and Social Psychology, 93, 583-599. https://doi.org/10.1037/0022-3514.93.4.583Links ]

Guevara, I. P., Cabrera, V. E., & Barrera, F. (2007). Factores contextuales y emociones morales como predictores del ajuste psicológico en la adolescencia. Universitas Psychologica, 6, 269-283. Recuperado de: http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revPsycho/ article/view/116Links ]

Guevara, I. P, Cabrera, V. E, Gonzalez, M. R., & Devis, J. V. (2016). Empathy and Sympathy as Mediators Between Parental Inductive Discipline and Prosocial Behavior in Colombian Families. International Journal of Psychological Research, 8, 34-48. Recuperado de: https://revistas.usb.edu.co/index.php/ IJPR/article/view/1508/1315Links ]

Gutiérrez San Martín, M., Escartí, A., & Pascual, C. (2011). Relaciones entre empatía, conducta prosocial, agresividad, autoeficacia y responsabilidad personal y social de los escolares. Psicothema, 23, 13-19. Recuperado de: http://www.psicothema.com/pdf/3843.pdfLinks ]

Hernández Sampieri, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2014). Metodología de la investigación (6ª. ed.). México: McGraw Hill. [ Links ]

Holmbeck, G. N. (2002). Post-hoc probing of significant moderational and mediational effects in studies of pediatric populations. Journal of Pediatric Psychology, 27, 87-96. https://doi.org/10.1093/jpepsy/27.1.87Links ]

IBM Corporation (2017). IBM SPSS Statistics and amos for Windows, Versions 25.0 y 24.0 [programa de ordenador]. Armonk, NY: IBM Corporation. [ Links ]

Inglés, C., Benavides, G., Redondo, J., García-Fernández, J. M., Ruiz-Esteban, C. Estévez, C., & Huescar, E. (2009). Conducta prosocial y rendimiento académico en estudiantes españoles de Educación Secundaria Obligatoria. Anales de Psicología, 25, 93-101. Recuperado de: www.um.es/analesps/v25/v25_1/11-25_1.pdfLinks ]

Kerlinger, F. (1988). Investigación del comportamiento. México: McGraw Hill . [ Links ]

Lewis, M. D., & Cook, M. L. (2007). Changing Habits of Emotion Regulation at Transition Points in Infancy: A Dynamic Systems Analysis. Journal of Developmental Processes, 3, 67-89. Recuperado de: http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download;jsessionid=A8EDC E05D1FA56588A66B8DA4213129A?doi=10.1.1.556.9766&rep=rep1&type=pdfLinks ]

López, F., Apodaca, P., Etxebarria, I., Fuentes, M. J., & Ortiz, M. J. (1998). Conducta prosocial en preescolares. Infanc Aprendizaje, 82, 45-61. https://doi.org/10.1174/021037098320784853Links ]

Luengo Kanacri, B. P., Eisenberg, N., Thartori, E., Pastorelli, C., Uribe Tirado, L. M., Gerbino, M., & Caprara, G. V. (2017). Longitudinal Relations among Positivity, Perceived Positive School Climate, and Prosocial Behavior in Colombian Adolescents. Child Development, 88, 1100-1114. https://doi.org/10.1111/cdev.12863Links ]

Martí Vilar, M., & Lorente, S. (2010). Modelos teórico-explicativos de la prosocialidad. En M. Martí Vilar. Razonamiento moral y prosocialidad. Fundamentos. Madrid: CCS [ Links ]

Martínez, A. E., Inglés, C., Piqueras, J. A., & Oblitas, L. A. (2010). Papel de la conducta prosocial y de las relaciones sociales en el bienestar psíquico y físico del adolescente. Avances en Psicología Latinoamericana, 28, 74-84. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/799/79915029007.pdfLinks ]

Merino-Soto, C., López-Fernández. V., & Grimaldo- Muchotrigo, M. (2019). Invarianza de medición y estructural de la Escala Básica de Empatía Breve (bes-b) en niños y adolescentes peruanos. Revista Colombiana de Psicología, 28, 15-32. https://doi.org/10.15446/rcp.v28n2.69478Links ]

Mestre, A. L., Mesurado, M. B., & Samper, P. (2014). El rol mediador de la empatía, la conducta prosocial y la conducta agresiva en la depresión y la ansiedad. Ansiedad y Estrés, 20, 245-256. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4919001Links ]

Mestre, M. V., Frías, D., & Samper, P. (2004). La medida de la empatía: análisis del Interpersonal Reactivity Index. Psicothema, 16, 255-260. Recuperado de: http://www.psicothema.com/pdf/1191.pdfLinks ]

Mestre, M. V., Samper, P., & Frías, M. D. (2002). Procesos cognitivos y emocionales predictores de la conducta prosocial y agresiva: La empatía como factor modulador. Psicothema, 14, 227-232. Recuperado de: http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=713Links ]

Mestre, V., Samper, P., & Frías, M. D. (2004). Personalidad y contexto familiar como factores predictores de la disposición prosocial y antisocial de los adolescentes. Revista Latinoamericana de Psicología, 36, 445-447. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1142747Links ]

Mestre, M. V., Samper, P., Frías, M. D., & Tur, A. M. (2009). Are Women more Empathetic than Men? A Longitudinal Study in Adolescence. The Spanish Journal of Psychology ,12, 76-83. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19476221Links ]

Mestre, M. V., Samper, P., Tur, A. M., Cortés, T., & Nácher, M. J. (2006). Conducta prosocial y procesos psicológicos implicados: un estudio longitudinal en la adolescencia. Revista Mexicana de Psicología, 23, 203-215. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/2430/243020649006.pdfLinks ]

Mestre, M. V., Tur, A., & del Barrio, M.V. (2004). Temperamento y crianza en la construcción de la personalidad. Conducta agresiva, inestabilidad y prosocialidad. Acción Psicológica, 3, 7-20. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1025255Links ]

Mestre, M. V., Tur, A., Samper, P., Nácher, M. J., & Cortés, M. T. (2007). Estilos de crianza en la adolescencia y su relación con el comportamiento prosocial. Revista Latinoamericana de Psicología, 39, 211-225. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/805/80539201.pdfLinks ]

Mesurado, B., Richaud de Minzi, M. C., & Mestre, V. (2014). Parental Expectations and Prosocial Behavior of Adolescents from Low-Income Backgrounds: A Cross-Cultural Comparison between Three Countries-Argentina, Colombia, and Spain Journal of Cross-Cultural Psychology, 45, 1471-1588. https://doi.org/10.1177%2F0022022114542284Links ]

Moreno-Romero, C. (2020). Desentendimiento Moral y Atribución de Culpa: Encuentros y Desencuentros en el Estudio de la Cognición Moral. Revista Colombiana de Psicología, 29, 125-141. https://doi.org/10.15446/.v29n1.76536Links ]

Ortiz, M. J., Apodaca, P.M., Fuentes, M. J., & López, F. (2011). Papel de los padres y madres en la regulación moral de los niños y en la conducta prosocial y agresiva de los compañeros. Revista Infancia y aprendizaje, 34, 365-380. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3719607Links ]

Padilla-Walker, L. M., Nelson, L. J., Fu, X., & Barry, C. M. (2017). Bidirectional Relations between Parenting and Prosocial Behavior for Asian and European-American Emerging Adults. Journal of Adult Development, 25, 107-120. https://doi.org/10.1007/s10804-017-9272-yLinks ]

Palomino-Leiva, M., & Grisales- Arroyave, L. (2015). Prosocialidad y producciones subjetivas de niñas y niños colombianos. Desbordes-Revista de Investigaciones de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades-UNAD, 6, 13-17. https://doi.org/10.22490/25394150.1860Links ]

Plazas, E. A., Morón, M. L. Santiago, A., Sarmiento, H., Ariza, S. E., & Patiño, C. D. (2010). Relaciones entre iguales, conducta prosocial y género desde la educación primaria hasta la universitaria en Colombia. Universitas Psychologica, 9, 357-369. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/rups/v9n2/v9n2a05.pdfLinks ]

Randall, B. A., & Wenner, J. R. (2014). Adopting a Multidimensional Perspective on College Students’ Prosocial Behaviors. In L. M. Padilla-Walker & G. Carlo (Eds.) Prosocial development: A multidimensional perspective (pp. 374-392). New York, NY: Oxford University Press. [ Links ]

Redondo, J., & Guevara, E. (2012). Diferencias de género en la prevalencia de la conducta prosocial agresiva en adolescentes de dos colegios de la ciudad de Pasto-Colombia. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, 36, 173-192. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/1942/194224431009.pdfLinks ]

Redondo, J., Rangel, K., & Luzardo, M. (2015). Diferencias en comportamientos prosociales entre adolescentes colombianos. Psicogente, 18, 311-319. https://doi.org/10.17081/psico.18.34.507Links ]

Richaud de Minzi, M. C. (2009). Influencia del modelado de los padres sobre el desarrollo del razonamiento prosocial en los/las niños/as. Interamerican Journal of Psychology, 43, 187-198. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28411918021Links ]

Richaud de Minzi, M. C. (2014). Algunos aportes sobre la importancia de la empatía y la prosocialidad en el desarrollo humano. Revista Mexicana de Investigación en Psicología, 6, 171-176. Recuperado de: http://revistamexicanadeinvestigacionenpsicologia.com/ojs/index.php/RMIP/article/download/194/107Links ]

Richaud de Minzi, M. C., & Mesurado, B. (2016). Las emociones positivas y la empatía como promotores de las conductas prosociales e inhibidores de las conductas agresivas. Acción Psicológica, 13, 31-42. http://doi.org/10.5944/ap.13.2.17808Links ]

Richaud de Minzi, M. C., Lemos, V., & Mesurado, B. (2011). Relaciones entre la percepción que tienen los niños de los estilos de relación y de la empatía de los padres y la conducta prosocial en la niñez media y tardía. Avances en Psicología Latinoamericana, 29, 330-343. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3882628.pdfLinks ]

Richaud de Minzi, M. C., Mesurado, B., & Cortada, A. K. (2012). Analysis of Dimensions of Prosocial Behavior in an Argentinean Sample of Children. Psychological Reports, 111, 687-696. https://doi.org/10.2466/10.11.17.pr0.111.6.687-696Links ]

Roche Olivar, R. (2010). Prosocialidad: Nuevos desafíos: métodos y pautas para la optimización creativa del entorno. Buenos Aires: Ciudad Nueva. [ Links ]

Rodríguez, L. M., Mesurado, B., Oñate, M. E., Guerra, P., & Menghi, M. S. (2017). Adaptación de la Escala de Prosocialidad de Caprara en adolescentes argentinos. Revista Evaluar, 17, 177-187. https://doi.org/10.35670/1667-4545.v17.n2.18730Links ]

Rodríguez, L. M., Oñate, M. E., & Mesurado, B. (2017). Revisión del Cuestionario de Emociones Positivas para adolescentes. Propiedades psicométricas de la nueva versión abreviada. Universitas Psychologica, 16, 1-13. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy16-3.rcepLinks ]

Samper, P. (2014). Diferentes tendencias prosociales: el papel de las emociones. Revista Mexicana de Investigación Psicológica, 6, 177-185. Recuperado de: https://core.ac.uk/download/pdf/71038302.pdfLinks ]

Sandoval, J. J. (2006). Ambiente escolar, familiar y comunitario en relación con los comportamientos agresivos y prosociales en niños de 3 a 12 años, Medellín, Colombia, 2001. Revista Facultad Nacional de Salud Pública, 24, 189-200. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/120/12024104.pdfLinks ]

Smith, C. E., Kleinbeck, S. V., Boyle, D., Kochinda, C., & Parker S. (2001). Family Caregivers’ Motives for Helping Scale derived from Motivation-to-help Theory. Journal of Nursing Measurement, 9, 239-257. https://doi.org/10.1891/1061-3749.9.3.239Links ]

Tangney, J. P., Youman, K., & Stuewig, J. (2009). Proneness to shame and proneness to guilt. In M. R. Leary & R. H. Hoyle (Eds.), Handbook of individual differences in social behavior (pp. 192-209). New York: Guilford Press. [ Links ]

Taylor, L. K., Merrilees, C. E., Baird, R., Goeke-Morey, M. C., Shirlow, P., & Cummings, E. M. (2018). Impact of Political Conflict on Trajectories of Adolescent Prosocial Behavior: Implications for Civic Engagement. Developmental Psychology, 54, 1785-1794. https://doi.org/10.1037/dev0000552Links ]

Tur, A. M., Mestre, V., & del Barrio, V. (2004). Factores moduladores de la conducta agresiva y prosocial. El efecto de los hábitos de crianza en la conducta del adolescente. Ansiedad y Estrés, 10, 75-88. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1154255Links ]

Vásquez, É. (2017). Estudio de las conductas prosociales en niños de San Juan de Pasto. Psicogente, 20, 282-295. https://doi.org/10.17081/psico.20.38.2549. [ Links ]

Cómo citar este artículo: Gómez-Tabares, A. & Narváez, M. (2020). Tendencias Prosociales y su Relación con la Empatía y la Autoeficacia Emocional en Adolescentes en Vulnerabilidad Psicosocial. Revista Colombiana de Psicología, 29,(2), 125-147. https://doi.org/10.15446/rcp.v29n2.78430

Aprobado: 12 de Enero de 2020

*La correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse a Anyerson Stiths Gómez-Tabares, e-mail: anyerspn.gomezta@amigo.edu.co. Carrera 22 N° 67A-49. Universidad Católica Luis Amigó. Manizales-Colombia.

Creative Commons License Excepto que se establezca de otra forma, el contenido de esta revista cuenta con una licencia Creative Commons "reconocimiento, no comercial y sin obras derivadas" Colombia 2.5.