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Colombia Internacional

Print version ISSN 0121-5612

colomb.int.  no.63 Bogotá Jan./June 2006

 

CAMBIO INSTITUCIONAL Y PROTESTA SOCIAL EN COLOMBIA 1964-2000: análisis de series de tiempo

Marcela Velasco Jaramillo1

1 Profesora Asistente del departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes. Este trabajo hace parte de los resultados de una disertación presentada al departamento de ciencia política de la Universidad de Boston para obtener el título de doctorado.


Resumen

Este trabajo evalúa la relación entre la protesta y el desarrollo de las capacidades del Estado y de la ciudadanía en Colombia mediante un análisis estadístico. El trabajo concluye que la protesta social resulta de la pérdida de capacidades del Estado para contener la protesta y/o proteger el bienestar y los derechos de las personas, y del deterioro de las capacidades ciudadanas para acceder a recursos políticos y económicos que les permitan influenciar las políticas públicas. Esta hipótesis se examina estadísticamente utilizando el método de regresión de series de tiempo y de análisis factorial.

Palabras clave: Movimientos sociales, capacidades del estado, ciudadanía, política contestataria.


Abstract

This work evaluates the relationship between protests and state and citizen capacities in Colombia by way of statistical analysis. It concludes that social protests result from the loss of state capacities to contain protests and/or to protect people’s rights and well-being, and from the loss of citizen capacities to access political and economic resources in order to influence public policies. This hypothesis is examined statistically using time series regressions and factor analysis.

Keywords: Social movements, state capacities, citizenship, contentious politics

recibido 31/04/06, aprobado 27/05/06


Introducción

a literatura especializada sobre la contestación social en Colombia (o las huelgas, protestas y tomas llevadas a cabo por trabajadores, habitantes de barrios pobres, campesinos y estudiantes) no le ha prestado suficiente atención a la relación entre la protesta y el desarrollo de instituciones como la ciudadanía y el estado. Por lo tanto, mi trabajo evalúa la hipótesis de que la contestación aumenta en la medida en que se deterioran las capacidades ciudadanas y las del Estado. Esta hipótesis se evaluará estadísticamente utilizando el método de regresión de series de tiempo. Las series de tiempo de contestación se toman de las bases de datos de protestas del Centro de Investigación para la Educación Popular (CINEP) y las de ciudadanía y estado de las bases de datos del Departamento de Planeación Nacional, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el Banco de la República y el Banco Mundial.

No obstante, algunos estudios afirman que la protesta en Colombia resulta de los efectos negativos de la centralización política (Santana 1983; Leal 1991), de la debilidad de la sociedad civil (Archila 2003c) de un reto a las categorías políticas que justifican la exclusión de grupos enteros como portadores de derechos (Ramírez 2002), y de la ineficiencia de los mecanismos de representación (Urrutia 1966), que deja a los ciudadanos con la sola opción de utilizar la protesta para influenciar al sistema político. Otros estudios plantean que las protestas responden a necesidades materiales, como la pobreza, la falta de tierra, y los bajos ingresos, todo esto empeorado por las contradicciones de clase y la concentración de la riqueza y del poder. Así, los actores contestatarios impugnan las condiciones de dependencia, de pobreza y de subdesarrollo que deterioran su bienestar socioeconómico (Gilhodes 1970; Pécaut 1982; Zamosc 1989).

La contestación social, la capacidad del estado y las capacidades ciudadanas

En esta sección se hará un breve recorrido por los conceptos de contestación social, capacidad del Estado y capacidad ciudadana, haciendo referencia a la literatura sobre la contestación política, el institucionalismo, y los derechos ciudadanos.

Según McAdam, Tarrow y Tilly (2001) la política contestataria es una "interacción episódica, pública y colectiva entre reclamantes y los objetos de su reclamo cuando (a) por lo menos un gobierno es reclamante u objeto de reclamo y (b) si se lograra el reclamo, se verían afectados los intereses de por lo menos una de las partes" (McAdam et al. 2001: 5).Y esta definición delimita una serie de fenómenos sociopolíticos conflictivos como protestas, demostraciones, huelgas, conflictos armados, guerras civiles y revoluciones, que resultan de diferentes combinaciones de mecanismos, procesos y episodios similares2. Los procesos de contestación ponen en juego el poder, el mérito y los recursos, los cuales están distribuidos de manera no proporcional en la sociedad (Eckstein 1989; Rueschemeyer et al. 1992), y cuyo acceso asegura la auto-determinación, y una buena vida libre de necesidades. La falta de poder, la incapacidad, las desventajas y la pobreza se correlacionan con la dependencia, la miseria, la necesidad y el abuso. Por lo tanto, la gente hace reclamos para aumentar su poder, mérito, capacidades y recursos.

Por otro lado, la contestación de los trabajadores, los pobres urbanos, los campesinos y los estudiantes expande el alcance y el significado de la ciudadanía. Estos actores defienden derechos sociales y políticos previamente adquiridos, y buscan reformar y democratizar el estado. Aunque muchos actores contestatarios promulguen discursos en contra del gobierno y se conviertan en víctimas de la represión del estado, estos reconocen al estado como una institución estratégica para formalizar derechos y reclamos. Por su lado, las elites estatales responden a los episodios de protesta democratizando las instituciones, ignorando las demandas, o reprimiendo a los actores sociales. La negociación lleva a la democratización y la expansión de la ciudadanía, mientras que la represión lleva al autoritarismo. Este trabajo denomina "contestación social" las protestas de trabajadores, campesinos, estudiantes y pobres urbanos, entre otros, para distinguirla de la contestación guerrillera o paramilitar prevaleciente en Colombia3.

La capacidad del Estado supone procesos de monopolización de la fuerza, y de control de recursos, actividades y personas (McAdam et al 2002, Huber 1995, Skocpol 1985). Dicha consolidación se ve afectada por los intereses de las elites políticas, y está condicionada por procesos locales, nacionales e internacionales (Rueschmeyer et al. 1991). Además, las capacidades de los estados con altos niveles de deuda externa, déficit fiscal, economías débiles y que además están reestructurando sus instituciones son fuertemente condicionadas por actores internacionales (Weiss 2003), ya que las elites estatales les ofrecen más privilegios a los inversores internacionales, y siguen directrices políticas de países extranjeros u organizaciones financieras multinacionales (Vilas 1995).

El proceso de consolidación del estado está limitado por la contestación. Sobre este tema los institucionalistas históricos argumentan que si bien las instituciones políticas condicionan y proveen orden al comportamiento político, éstas cambian como resultado del conflicto (Steinmo and Thelen 1992)4. Las instituciones distribuyen poder y "emergen no de una preocupación compartida por lograr ganancias mutuas por medio de la cooperación, sino que surgen del conflicto político y la negociación estratégica entre actores sociales" (Thelen 2003: 215). Como el resultado del conflicto produce balances institucionales favorables para los actores más poderosos (Thelen 2003: 216), los actores contestatarios optan por ignorar las instituciones prevalecientes para así tener un impacto sobre la política (Piven y Cloward 1977).

Finalmente, la capacidad ciudadana contempla las habilidades de la población para ejercer derechos y tener bienestar. En una crítica al argumento de T.H.Marshall sobre los derechos ciudadanos, Bottomore (1998) contradice la descripción que presenta Marshall (1950) del desarrollo de los derechos civiles, políticos y sociales como producto de la evolución política, y plantea que el compromiso público (del estado) con la ciudadanía se logró por medio de acciones contestatarias y sobretodo después de que una clase social lograra transformar las instituciones a su favor (Bottomore 1992)5. Por lo tanto, la ciudadanía es una institución que se moldea a través de la contestación, y los derechos de los ciudadanos sólo son significativos si un estado con capacidades los confirma.

Por otro lado, el tener derechos aumenta las capacidades de lograr las cosas que la gente valora, como tener educación o participar en la toma de decisiones (Sen 1999). Pero, para lograr esas cosas los individuos necesitan recursos pues los derechos restringidos por la pobreza no son significativos. Según Sen (1999) cinco mecanismos privados y públicos se mezclan para promover las libertades y capacidades (capabilities) de las personas: (1) las libertades políticas proporcionan los derechos esenciales de las instituciones poliárquicas, (2) los servicios económicos le ofrecen a la gente las oportunidades de usar sus recursos para producir, consumir e intercambiar, (3) las oportunidades sociales como el acceso a la educación y a los servicios de salud mejoran la participación en los asuntos públicos, (4) las garantías de transparencia ofrecen acceso claro y veraz a la información y previenen la corrupción, y (5) la seguridad protectiva provee beneficios de desempleo y otros subsidios para aliviar las necesidades de aquellos afectados por las crisis económicas profundas.

En Colombia, seis procesos más o menos interrelacionados desalientan la consolidación de los mecanismos que lista Sen y debilitan las capacidades ciudadanas: (1) las presiones internacionales para implementar medidas neoliberales recesivas,(2) la violencia centrífuga,(3) la influencia de intereses particulares y sobretodo empresariales (nacionales e internacionales) sobre las instituciones democráticas, (4) la democracia delegativa, (5) el mal desempeño económico, y (6) la debilidad de la sociedad civil. En primer lugar, las reformas del Estado estuvieron dirigidas a reducir la intervención del Estado en la prestación de servicios sociales.Estas políticas han tenido efectos negativos sobre el alivio de la pobreza y la distribución más igualitaria de la riqueza. Segundo, el aumento de la violencia en todos los niveles sociales y políticos ha polarizado la sociedad y ha fracturado las organizaciones ciudadanas. Tercero, una versión criolla de la "ley de oro" (the golden rule) de Ferguson (1995)6 se puede observar.Aquí,las organizaciones que representan intereses privados, de sectores financieros y de importadores ejercen poder directo sobre el proceso político no sólo por medio de las elecciones, sino también por medio del uso privilegiado del lobby, las campañas en los medios de comunicación,el clientelismo y la corrupción. En cuarto lugar, la concentración de la toma de decisiones en la rama ejecutiva menoscaba las instituciones representativas y caracteriza la democracia colombiana como un sistema delegativo7 menos liberal, donde las políticas gubernamentales no se acercan a las promesas electorales, y los líderes esperan que los votantes sean pasivos. O’Donnell (1994) argumenta que en las democracias delegativas la política pública sigue un patrón errático y la sociedad protesta las políticas anti-populares. Si es necesario, las protestas populares son reprimidas violentamente. En quinto lugar, el desempleo y el deterioro de los salarios reducen los recursos de movilización y organización de los grupos marginados de la política.

Presentación de la hipótesis y organización de los datos

Como dije anteriormente, la hipótesis de este trabajo es que la contestación aumenta en la medida en que las capacidades del estado y de los ciudadanos se deterioran. La pérdida de capacidades del estado se traduce en inseguridad socioeconómica y política para los miembros del sistema político. La incapacidad estatal también incluye la inhabilidad de sus instituciones de someter a actores sociales contestatarios y obligarlos a seguir las normas constitucionales. Los ciudadanos sin recursos y sin derechos tendrán más motivaciones de hacer demandas utilizando mecanismos contestatarios si los mecanismos legales y los recursos que tienen al alcance son inefectivos, y si el estado falla en la preservación del bien común.

La serie de tiempo de contestación social fue tomada de las bases de datos del Centro de Investigación para la Educación Popular (CINEP) que recoge información anual sobre protestas sociales. Esta información ha sido publicada por Archila (2003c) quien presentó estadísticas de protestas de trabajadores, pobres urbanos, estudiantes, campesinos y otros actores entre 1958 y 1974. Los datos de los años 1975-2000 fueron publicados por Delgado (2003) quien muestra información sobre huelgas laborales, Prada (2003) sobre campesinos, y García (2003a, 2003b, 2003c) sobre pobres urbanos, estudiantes y otros actores.

Ya que los conceptos de capacidad del Estado y de la ciudadanía pueden ser evaluados con una amplia gama de indicadores empíricos —como se demostrará abajo— he decidido agrupar los indicadores que sirven para medir cada concepto en un número más pequeño de factores. El análisis factorial es un procedimiento estadístico que identifica la correlación entre un gran número de indicadores relacionados entre sí y los agrupa en un conjunto más pequeño de índices. Así,con la ayuda de la función de SPSS8 para hacer análisis factorial,se crearon índices que permiten medir los conceptos de capacidades ciudadanas y del estado.

Los siguientes criterios guiaron la selección de las variables para medir cada concepto: las estadísticas que valoran las libertades políticas y el bienestar socioeconómico de las personas (esperanza de vida, educación, salarios) fueron utilizadas para medir la capacidad ciudadana. La capacidad del estado se mide con estadísticas macroeconómicas internas y externas, y con indicadores que miden el control del estado sobre personas y recursos en su territorio.

Las capacidades del estado9

Las estadísticas utilizadas para medir las capacidades financieras y de control de actividades del estado incluyen el porcentaje del presupuesto nacional que viene del cobro de impuestos entre 1958 y 2000 (Fuente: Departamento Nacional de Planeación (DNP) 1998, 2002), el déficit fiscal como porcentaje del PIB entre 1958-2000 (Fuente: DNP 1998, 2002), y el índice de inflación entre 1958 hasta 2000 (Fuente: DNP 1998, 2002). El déficit fiscal constituye un problema para la capacidad del estado ya que se financia con deuda, y el estado se ve cada vez más obligado a seguir recetas del Fondo Monetario Internacional para reducirlo. Esto limita la autonomía política del gobierno. La tasa de inflación establece si el gobierno está aplicando políticas monetarias expansionistas o restrictivas. Las políticas monetarias expansivas son positivas si redistribuyen el ingreso para generar empleo e incrementar los ingresos de los pobres. Pero si se salen de control pueden tener efectos negativos sobre el crecimiento económico cuando se pierde la confianza en el mercado financiero y se reduce la inversión. En este trabajo, un índice bajo de impuestos como porcentaje del presupuesto, un déficit fiscal alto y un índice alto de inflación se relacionan con la reducción de las capacidades del estado.

Las estadísticas utilizadas para medir el control de actividades evalúan la habilidad del estado para proteger las propiedades y las libertades de las personas que viven en su jurisdicción. Esto se puede observar con la serie de secuestros entre 1964 y el 2000 (Fuente: DNP 1998, 2002). El secuestro es un fenómeno que afecta sobretodo a los colombianos más ricos o a los miembros de las fuerzas armadas del estado, y su incremento genera un ambiente de inseguridad que afecta la economía y que puede aumentar la fuga de capitales. Si una de las principales funciones del estado es (como mínimo) proveer protección de las vidas y propiedades de los más ricos10, entonces el incremento de los secuestros es una medida próxima de incapacidad del estado.

En teoría, un estado con capacidades le debe dar respuesta a las demandas de política pública de su población. Las demandas más importantes del pueblo colombiano son el desarrollo económico (crecimiento económico, servicios públicos y sociales, educación, salud, infraestructura, vivienda) y el fin del conflicto armado (seguridad y justicia). Estas capacidades se miden con el crecimiento anual de Producto Interno Bruto entre 1958-2000 (Fuente: World Bank 2002),y con el gasto social,el gasto en justicia y seguridad, y el gasto en infraestructura como porcentajes del total del gasto público entre 1958-2000 (Fuente: DNP 1998, 2002). Índices altos de crecimiento, y porcentajes altos de gasto público son señales de mayor capacidad del Estado.

Finalmente, el desarrollo del estado colombiano está restringido por el acceso a recursos y mercados internacionales que no siempre se presentan en buenas condiciones para el país. Los constreñimientos internacionales fueron medidos con la deuda externa entre 1958 y 2000 (Fuente: DNP 1998, 2002), la ayuda internacional como porcentaje del PIB entre 1960 y 2000, y la balanza externa como porcentaje del PIB entre 1958 y el 2000 (Fuente: World Bank 2002). Una deuda externa alta y un porcentaje alto de ayuda extranjera se relacionan con una reducción de capacidades, mientras que un porcentaje alto en la balanza externa se relaciona con un aumento de capacidades.

Las capacidades ciudadanas

Las estadísticas utilizadas para medir el bienestar socioeconómico de los ciudadanos incluyen la tasa de desempleo y los salarios. Estas son estadísticas importantes pues la población desempleada tiene mayores posibilidades de caer en la pobreza y perder seguridad económica. Los indicadores utilizados incluyen la taza de desempleo11 entre 1963 y 2000 (Fuente: DNP 1998, 2002); el salario mínimo urbano12 entre 1958 y 2000 (fuente: DNP 1998, 2002); y la esperanza de vida al nacer entre 1958-2000 (Fuente: World Bank 2002). Un nivel alto de desempleo reduce las capacidades, mientras que el incremento de los salarios y una mejor esperanza de vida al nacer se relacionan con un incremento de las capacidades de los ciudadanos.

Las estadísticas que miden las condiciones que afectan las posibilidades que tienen los ciudadanos para asociarse y presionar la política pública incluyen la escolaridad y la violencia. El número promedio de años de escolaridad entre 1958-2000 nos da una idea general del tiempo de participación de los colombianos en el sistema educativo, donde reciben información general sobre instituciones políticas como el voto y los derechos ciudadanos, y aprenden a leer y a escribir (Fuente: DNP 1998, 2000). La tasa de homicidios incluye asesinatos que resultan del crimen común, el tráfico de drogas, y la violencia sociopolítica y se usa como un indicador amplio que mide las manifestaciones económicas, políticas y sociales de la violencia (Fuente: tasa de homicidios por cada 100,000 desde 1964-2000, DNP 1998, 2002).

Como indicadores de derechos políticos utilizaré dos variables dicotómicas: (1) la implementación de las políticas de elección popular de alcaldes en 1986 y (2) la aprobación del mecanismo de la tutela en 1994 que amplió los recursos legales para reclamar derechos constitucionales (0=a los años cuando la reforma no se había implementado y 1=a los años después de la implementación de la reforma). Un puntaje igual a 1 en las variables de elección local de alcaldes y de tutela se relaciona con mayores capacidades ciudadanas, una estadística alta en la taza de homicidios apunta a una reducción de capacidades, y un promedio alto de años de escolaridad se relaciona con un incremento de las capacidades ciudadanas.

Los factores

Se hizo un análisis de componentes principales usando análisis factorial con solución de iteraciones13 con 11 variables de capacidad del estado (ver Tabla 1) y con 7 variables de capacidad ciudadana (Tabla 2).

Una rotación varimax generó la máxima distinción entre los factores al aislar las dimensiones independientes entre las variables. Este ejercicio produjo 2 factores para la capacidad del estado. Seis indicadores se agruparon en el componente 1 (sus cargas están agrupadas en el cuadro superior izquierdo), y los otros cinco indicadores se cargaron en el componente 2 (cuadro derecho inferior). El componente 1 fue denominado el "índice de capacidades fiscales y jurisdiccionales" (o índice fiscal) ya que las variables que se agruparon en este componente tienen en común que en su mayoría miden las restricciones de presupuesto, económicas y de control de actividades del estado. El componente 2 fue denominado "índice de capacidad monetaria y de política pública" (o índice de política pública) porque se agruparon estadísticas de gasto público con el índice de inflación.

Con respecto a las capacidades ciudadanas, el análisis factorial de 7 variables produjo 2 componentes. Sin embargo, el segundo componente será excluido del análisis pues sólo explica 14.8% de la variación entre las variables.

La Figura 1 muestra las series de protestas sociales y los índices de capacidad del estado y revela que la contestación social se ha incrementado en el tiempo. Se observan picos de contestación en 1971, 1975, y 1999 y picos más pequeños en 1985 y 1987.

En 1971 se registraron más de 500 actos como resultado de las invasiones campesinas de tierra, el movimiento estudiantil y la actividad sindical en contra de la violación de pactos laborales y por la mejora de sus condiciones de empleo.

En 1975 más de 750 acciones fueron registradas debido a la fuerte movilización de los sectores urbanos, incluyendo estudiantes y trabajadores, que protestaron el incumplimiento de las propuestas de apertura política y reforma social prometidas por el gobierno de Alfonso López (1974-1978), y contra el incremento de precios y el decrecimiento de los salariales reales. Hacia finales de los setenta, las protestas se reducen como resultado de la represión estatal, amparada bajo el estatuto de seguridad del gobierno de Julio César Turbay (1978-1982), que entre otras cosas, justificó la persecución política de los opositores del gobierno. Se observa luego un crecimiento de la protesta en los años ochenta como resultado de la crisis política, las violaciones de derechos humanos, y la recurrente violación de los derechos laborales, entre otras.

Las acciones contestatarias cayeron durante los primeros años del periodo neoliberal (1990-2000) cuando las instituciones democráticas fueron ajustadas a un contexto de mayor liberalización económica y mayores canales de participación. El promedio de acciones contestatarias durante este periodo se redujo a 380, aunque en 1999 más de 500 protestas fueron observadas como respuesta a la crisis de desempleo y decrecimiento que afligió a la economía nacional como resultado de la apertura económica y las reformas financieras que quebraron buena parte de la producción y el empleo nacional, y la flexibilización laboral y de los sistemas de seguridad social que hicieron más precarias las condiciones de empleo de los colombianos.

Los campesinos se movilizaron junto a algunos gremios para defender la producción agraria afectada por la importación de alimentos, el movimiento laboral protestó las medidas de privatización, los estudiantes se movilizaron en contra del alza de matrículas y los recortes presupuestales, y la clase media se movilizó para defenderse de la crisis del sistema financiero que causó la pérdida de sus viviendas, y muchos colombianos se movilizaron para pedir el respeto de la vida y de los derechos humanos.

Como se demostró arriba, el análisis factorial produjo dos componentes de capacidades del Estado. El primer factor fue denominado el Índice Fiscal y el segundo el Índice de Políticas Públicas. El Índice Fiscal demuestra que las capacidades del estado colombiano se han desmejorado entre 1964 y el 2000. Este índice es más alto entre 1964 y 1979 cuando el gobierno no estaba tan endeudado, sus déficit fiscales eran manejables, y el conflicto armado era latente15. El Índice de Política Pública muestra que las capacidades del estado eran relativamente más altas entre 1964 y 1971, y más bajas entre 1974 y 1993. Los gobiernos del Frente Nacional (19581974) gastaron una proporción más alta de su presupuesto en la modernización de la infraestructura del país, y en seguridad. Estos gobiernos mantuvieron índices de inflación relativamente bajos (comparado con otros gobiernos latinoamericanos), y le asignaron porcentajes comparativamente más altos del gasto público a la inversión social. Por su lado, los gobiernos de los noventa redujeron la tasa de inflación, y le empezaron a asignar un porcentaje importante de su gasto a la infraestructura y al gasto en justicia y seguridad16. Finalmente, las correlaciones muestran una relación inversa entre las capacidades del estado y la contestación social. Es decir, la contestación se incrementa en la medida en que el estado pierde capacidades, resultado que corrobora en parte, mi hipótesis.

La Figura 2 muestra las series de protestas sociales y el índice de capacidad ciudadana. Las capacidades ciudadanas crecieron gradualmente entre 1970 hasta 1990, y llegaron a su punto más alto entre los años 1991 y 1994.Varios factores explican el aumento de las capacidades ciudadanas: primero los avances socioeconómicos que aumentaron la esperanza de vida al nacer de la población17, segundo la implementación gradual de políticas que optimizaron la relación entre el gobierno y los ciudadanos, y finalmente, el acrecentamiento del empleo en el estado, la urbanización y el desarrollo de industrias en algunas regiones mejoraron las posibilidades de asociación de los ciudadanos en la medida en que un número mayor de personas trabajaban y vivían en condiciones más organizadas y más susceptibles a las regulaciones del estado.

El deterioro económico y una tasa de homicidios más alta explican la caída del índice después de 1995. Finalmente, la correlación entre capacidades ciudadanas y contestación social es positiva, lo que desafía mi teoría de que la contestación aumenta en la medida en que bajan las capacidades ciudadanas. En otras palabras, la correlación entre protesta y capacidad ciudadana es positiva si no controlamos estadísticamente el efecto del estado. Por lo tanto debemos evaluar la relación con una regresión múltiple.

Comprobación de la hipótesis

La hipótesis de que la contestación aumenta en la medida en que las capacidades del Estado y de los ciudadanos se deterioran será examinada usando los datos del CINEP como medida de la variable dependiente (total de protestas) y los factores que construí para medir las capacidades ciudadanas y del estado. Esta hipótesis será evaluada utilizando regresiones de series de tiempo con corrección de colinealidad utilizando el procedimiento Cochrane-Orcutt y Prais Winsten con la ayuda del programa estadístico STATA. Estas regresiones de tiempo utilizan observaciones nacionales de las variables dependiente e independiente entre los años 1964-2000.

En las ecuaciones de regresión, los coeficientes indican qué tanto cambia la variable dependiente con un incremento de una unidad en la variable independiente, controlando estadísticamente las demás variables independientes. La Beta ponderada es el coeficiente estandarizado que muestra la influencia relativa de cada una de las variables independientes sobre la variable dependiente. Entre más grande sea el Beta, más fuerte es la relación de esa variable con la variable dependiente. Finalmente, el nivel de significancia es el criterio que se usa para rechazar una hipótesis nula. Como este es un trabajo exploratorio, usaré un nivel de significancia de .10 como umbral.

La regresión presentada en la Tabla 3 prueba que la hipótesis es válida y explica el 31% de la variación en la contestación social (ver R2 ajustado)18. Además, la ecuación tiene poca colinialidad, ya que la estadística Durbin Watson original se acerca a 2. La falta de autocorrelación indica que existe un alto grado de independencia entre las observaciones de todas las variables que introduje en el modelo, lo que es muy poco común en los análisis de series de tiempo.También demuestra que los residuos de la ecuación son independientes ya que no están distribuidos de manera sistemática en la ecuación, lo que inflaría el resultado de la regresión.

La ecuación establece que el deterioro de las capacidades ciudadanas y del estado aumenta el uso de la política contestataria entre los actores sociales. Sin embargo, la contestación social es mucho más sensible al deterioro de las capacidades del estado—ya que el nivel de significancia de estas variables está por debajo del 0.01—y es menos sensible al deterioro de las capacidades ciudadanas. El índice fiscal resulta ser la variable con mayor influencia pues su Beta ponderada es de -0.78.

Por otro lado, la relación negativa que obtuvo el índice de capacidad ciudadana en la regresión comprueba que en un contexto en donde estas capacidades han aumentado (ver Figura 2) aumenta el uso de la protesta cuando el estado pierde capacidades. Es decir, los miembros del sistema político esperan seguir viendo mejorías en su bienestar político y económico, y al percibir que éste se deteriora como resultado de los reveses que sufren las capacidades del estado, están más dispuestos a utilizar la contestación como mecanismo de presión política.

En general, este trabajo esperaba encontrar que la contestación aumenta en la medida en que las capacidades ciudadanas y del estado se disminuyen. Este fue un resultado anticipado pues la pérdida de capacidades del estado se traduce en inseguridad socioeconómica y política para la gente en general. Consecuentemente, cuando los miembros de sistemas democráticos—donde la promesa de la ciudadanía es percibida como una realidad alcanzable—no tienen acceso a recursos y han perdido derechos, utilizarán mecanismos contestatarios para hacerle reclamos al estado si los mecanismos legales son inefectivos para manifestar sus preferencias de producción y consumo, sus expectativas de participación política y sus deseos de mejorar su calidad de vida. Con este trabajo he demostrado que mi proposición tiene validez para el caso de Colombia y he usado el análisis de regresiones de tiempo como método empírico para comprobar mi hipótesis.


Comentarios

2 Por ejemplo, una serie de protestas sociales puede desencadenar en una revolución (Ej. la caída del bloque soviético).

3 Otros tipos de política contestataria en Colombia incluyen el conflicto intra-gubernamental donde funcionarios del estado usan mecanismos de protesta, desobediencia o resignación a sus cargos con el fin de presionar otra rama del gobierno. Los funcionarios públicos (especialmente de la rama ejecutiva) han usado estrategias extra-constitucionales (Ej. el terror o las acciones paramilitares) para derrotar una clase social o un sector de la economía, prevenir el cambio social, o reformar el estado.

4 Las instituciones son el conjunto de reglas,normas y tradiciones formales e informales y las organizaciones y regulaciones sociopolíticas relativamente establecidas que condicionan las interacciones políticas. Estas reglas y organizaciones son afectadas por factores socioeconómicos y por la cultura política, y también por acontecimientos históricos significativos.

5 Así, la burguesía obtuvo derechos civiles contestando el poder de la monarquía y lograron los derechos a la propiedad, la vida y la libertad. Los trabajadores y otros grupos subalternos protestaron para ganar derechos políticos y sociales como el sufragio, la libertad de asociación y los seguros sociales. Bottomore argumenta entonces que las coaliciones gobernantes que representan intereses empresariales restringen los derechos ciudadanos a los civiles y políticos; y las coaliciones laboristas apoyan los derechos sociales y el aumento del gasto público para aumentar beneficios sociales (Bottomore 1992: 121).

6 Donde los grupos más prósperos del sistema político americano aumentan su influencia sobre la política pública inyectándole capital a las campañas electorales.

7 Sistemas de gobiernos mayoritarios e individualistas que concentran el poder en la oficina del presidente.

8 Programa de análisis estadístico para ciencia social.

9 Una discusión más amplia de estos factores se presenta en la tesis de doctorado que le estoy presentando al departamento de ciencia política de la Universidad de Boston.

10 Tilly (1985) argumenta que los estados se consolidan cuando le dan protección a sus “clientes” internos, o aquellos que pagan impuestos y motivan el crecimiento económico.

11 La serie usa la tasa de desempleo de las siete principales ciudades de Colombia. Como el desempleo se mide mensualmente, utilicé el indicador de septiembre ya que es el mes que citan la Organización Internacional del Trabajo y la Cepal para observar el desempleo en Colombia.

12 Se dividió el salario nominal de cada año (que no corrige la inflación) por el índice de precios al consumir de cada año, y luego se multiplicó la cifra por 100.

13 En inglés: Principal factoring with iterations solution

14 Para simplificar el análisis, un número de variables fueron recodificadas para cambiar su dirección, así un número alto siempre se relaciona con un aumento de capacidades ciudadanas o del estado. Las variables recodificadas han sido denominadas "medidas reversadas" del indicador original. Para cambiar su dirección se hizo una sustracción de todos los casos anuales del indicador más alto de la serie. Por ejemplo, en la serie de secuestros el año 1999 registra 3706 secuestros. Como supongo que un alto número de secuestros significa un deterioro de capacidades estatales, la dirección de este indicador debía ser cambiada. Para producir el "indicador reversado" se hizo una sustracción de todos los casos de la serie del indicador más alto (3706 – la serie de secuestros = medida reversada). Esto convirtió 3706 en 0, el punto más bajo para las capacidades del estado en la serie de "secuestros reversada". Al mismo tiempo, el indicador más bajo de secuestros en la serie original (44 secuestros en 1979) se convirtió en 3662, o el punto más alto para las capacidades del estado en la serie reversada.

15 Durante la mayoría del periodo del Frente Nacional (1958 hasta 1973) el déficit fiscal era menor al 1% del PIB. Después de 1979 los gobiernos han producido déficit de 2.4%, muchas veces financiados con deuda interna y externa. Las décadas de los setenta y ochenta tuvieron tasas de crecimiento más robustas (promedio de 5%). El índice baja entre 1980 y 1984 en la medida en que la deuda externa aumenta, el conflicto deja de ser latente, y el crecimiento económico baja

16 El principal objetivo de los gobiernos neoliberales es lograr la estabilidad macroeconómica para atraer capital financiero. El gasto del gobierno tiende a beneficiar a aquellos sectores más atractivos para los inversionistas, como son las telecomunicaciones y el transporte.El gobierno además está haciendo esfuerzos importantes en el gasto en seguridad y justicia para derrotar la guerrilla y el narcotráfico.

17 Por ejemplo, los años de escolaridad han aumentado de 3.1 en 1958 a 7.3 en el 2000. Sin embargo, aunque hayan aumentado, en promedio los colombianos tienen un nivel educativo elemental. El PIB per capita aumentó gradualmente de $996 en 1958 a $2438 en 1997, pero un PIB per capita de $2438 caracteriza a Colombia como un país con poco desarrollo y condiciones de vida inadecuadas para la población. Finalmente, la expectativa de vida aumentó de 56 años en 1958 a 71 en el 2000.

18 El R2 es el coeficiente de determinación múltiple y es una medida multivariada de asociación. El R2 muestra el grado de variación en la variable dependiente que es explicado por las variables independientes que fueron incluidas en la ecuación. El R2 ajustado "encoje" el valor del R2 al "penalizar" la inclusión de variables adicionales en la ecuación (O’Sullivan and Rassel 1999: 440).


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