SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue100Mexico and the Narcoanalysis: a Genealogy of Drug Policies in the Calderón and Peña Nieto Governments author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Colombia Internacional

Print version ISSN 0121-5612

colomb.int.  no.100 Bogotá Oct./Dec. 2019

https://doi.org/10.7440/colombiaint100.2019.02 

Tema libre

Cambios e inmutabilidades en el gobierno de Díaz Canel. La influencia de la política interna en la política exterior cubana

Changes and Immutabilities in the Government of Díaz Canel. The Influence of Internal politics on Cuban Foreign Policy

Mudanças e imutabilidades no governo de Díaz Canel. A influência da política interna na política exterior cubana

Liosday Landaburo Sánchez* 

*Es doctorando en Ciencias Sociales por la Universidad de Salamanca, España. Máster en Relaciones Internacionales con mención en Seguridad y Derechos Humanos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Ecuador. Pertenece a la red Red Latinoamericana de Estudios de Seguridad y Delincuencia Organizada (Relasedor). Entre sus últimos artículos, en coautoría con Liudmila Morales Alfonso, cuenta “Educar en Comunicación Audiovisual: retos para la Cuba ‘actualizada’”, en Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, 2017. ✉ llandaburo@usal.es


RESUMEN

Objetivo/contexto:

El artículo analiza la conexión entre las condiciones internas de Cuba y el desenvolvimiento de su política exterior, en un contexto de transición del poder.

Metodología:

La investigación es de tipo exploratorio, mediante el método inductivo, a partir de un análisis de contenido, aplicando una unidad de análisis de base gramatical a una muestra intencional compuesta por discursos, documentos institucionales y periodísticos.

Conclusiones:

El análisis evidencia una compleja situación interna, que obliga al gobierno a ponderar cambios y, a su vez, impone a la política exterior una lógica pragmática para sostener el sistema. El ritmo de las trasformaciones del modelo tendrá que acelerarse, para que solo entonces las reformas políticas, sociales y económicas funcionen.

Originalidad:

Es muy escasa la literatura científica sobre Cuba que analice el impacto de la política interior sobre su política exterior. Esta investigación aporta a ello y arroja luces sobre un contexto nacional que asimila transformaciones e inmovilidades del poder.

PALABRAS CLAVE: Cuba; diplomacia; política exterior; política interna; reformas.

ABSTRACT

Objective/context:

The article analyzes the connection between the internal conditions of Cuba and the advancement of its foreign policy, in the context of a transition of power.

Methodology:

The research is exploratory, through the inductive method, based on a content analysis, applying a grammar-based analysis unit to an intentional sample composed of speeches, institutional and press documents.

Conclusions:

The analysis evidences a complex internal situation, which forces the government to weigh changes and, in turn, imposes a pragmatic logic on foreign policy to support the system. The pace of transformations in the model will have to accelerate, before the political, social and economic reforms work.

Originality:

The scientific literature on Cuba that analyzes the impact of domestic policy on its foreign policy is very scarce. This research contributes in this regard and sheds light on a national context that assimilates the transformations and immobilities of power.

KEYWORDS: Cuba; diplomacy; foreign policy; internal policy; reforms.

RESUMO

Objetivo/contexto:

Este artigo analisa a conexão entre as condições internas de Cuba e o desenvolvimento de sua política exterior, em um contexto de transição do poder.

Metodologia:

Esta pesquisa é de tipo exploratório, mediante o método indutivo, a partir de uma análise de conteúdo, que aplicou uma unidade de análise de base gramatical a uma amostra intencional composta por discursos, documentos institucionais e jornalísticos.

Conclusões:

A análise torna evidente uma complexa situação interna, que obriga o governo a ponderar mudanças e, por sua vez, impõe à política exterior uma lógica pragmática para sustentar o sistema. O ritmo das transformações do modelo terá que ser acelerado para que, somente então, as reformas políticas, sociais e econômicas funcionem.

Originalidade:

É muito escassa a literatura científica sobre Cuba que analise o impacto da política interior sobre sua política exterior. Esta pesquisa contribui para a literatura e esclarece sobre um contexto nacional que assimila transformações e imobilidades do poder.

PALAVRAS-CHAVE: Cuba; diplomacia; política exterior; política interna; reformas.

Introducción

Desde 1959, la política exterior cubana ha funcionado como mecanismo de relojería, en pro de sostener el sistema socialista. Su proactividad, en la mayoría de los casos, le ha granjeado un papel de actor relevante en el concierto mundial (Furtak 1985; Serbin 2001; Domínguez 2010; Rojas 2015). Cuba fue protagonista durante la Guerra Fría a través del fomento de guerrillas en América Latina, la Crisis de los Misiles, el Movimiento de Países No Alineados y las guerras de liberación nacional en África, entre otros (Cardoso y Faletto 1977; García y García 2015; Rodríguez y Targ 2015).

El sello personal de Fidel Castro siempre estuvo presente. Durante toda esta etapa se consideró que la proyección internacional de la isla fue “fidelista”. La prioridad recaía más en las cuestiones políticas, que en las económicas (Domínguez 2010). La historia está llena de pruebas. Un ejemplo: en 1963 se les ofrece apoyo a las tropas argelinas en su guerra con Marruecos, cuando, en ese entonces, era una de las pocas naciones del bloque capitalista que comerciaba con la isla. Otro, cuando Cuba comienza a apoyar a Vietnam en 1979 en su conflicto con China, este último país tenía estrechos vínculos económicos con Cuba. Así fue siempre, durante la presidencia del líder de la Revolución.

En 2006 comienza el período interino de Raúl Castro debido a la enfermedad de su hermano. Poco a poco, el poder fue pasando de manos y, con ello, la política nacional y la proyección internacional del país cambiaron. La tarea fue compleja para las nuevas autoridades, pues por vez primera, en décadas, existía un nuevo presidente, aunque sin la autoridad y el carisma de Fidel Castro. La gran tarea consistía en mantener la influencia y los logros de la política exterior, pero también mudar, poco a poco, la carga simbólica “fidelista” hacia las flamantes autoridades.

Después de doce años de liderazgo de Raúl Castro, consideramos que la política exterior tomó un curso “raulista”. Esto significa, una proyección “realista y pragmática, más discreta y con menos visibilidad” (Alzugaray 2014), más a tono con la realidad del país. Ser “raulista” se tradujo en una política solucionadora de conflictos, como acoger los diálogos de paz de Colombia entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), y el acercamiento con los Estados Unidos de Barack Obama.

Con los vaivenes de las reformas y la desaparición (natural) de la llamada generación histórica,(1) existe entre 2018 y 2019 el inicio de una transición pausada del poder. Miguel Díaz Canel asumió desde abril de 2018 como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; aunque Raúl Castro ostenta el cargo de Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC). La permuta del poder ocurre de manera paulatina.

Por tanto, la hipótesis de este artículo es que la política exterior cubana, discreta y pragmática, está atravesada por el cambio de régimen formal en el gobierno (débil aún, con una transferencia incompleta del poder) en el primer año de Díaz Canel. Su legitimidad está condicionada por los sujetos sociales que validan los cambios y continuidades en las decisiones del presidente. Existe, por ende, una línea de conexión entre las condiciones internas del país -en especial, en los aspectos económicos, políticos y sociales- y el desenvolvimiento de la política exterior.

Para desarrollarla, el artículo se estructura de la siguiente forma. En primer lugar, se describe la metodología empleada para el análisis. En segundo lugar, se formula el marco teórico de la investigación a partir de los conceptos cambio de régimen político, modelo de política exterior y la influencia de la situación interna en la proyección internacional de un Estado. En tercer lugar, se analiza el contexto interno de Cuba, con hincapié en el desenvolvimiento de la economía, la discusión política alrededor de la nueva constitución y el desarrollo del trabajo por cuenta propia. Dentro de los principales hallazgos, se evidencia la necesidad del gobierno cubano de sopesar cambios. Acá se impone el pragmatismo a la política exterior, en pos de conservar el poder.

Metodología

El presente artículo corresponde a un estudio exploratorio, pues “no existen antecedentes sobre el tema en cuestión o que no son aplicables al contexto en el cual habrá de desarrollarse el estudio” (Hernández, Fernández y Baptista 2014, 97). Los cambios dentro del gobierno aún transcurren en 2019. Además, resulta inédita la conexión entre aspectos internos y su impacto sobre la política exterior, en un contexto de trasformaciones en las estructuras de poder en Cuba.

Se parte de una hipótesis, dadas sus características de punto de partida o “juicio de carácter conjetural” (Padua, Ahman, Apezechea y Borsotti 1992, 36). Mediante el método deductivo, se multiplican las posibilidades de colegir nuevas observaciones (Beveridge 1957). Como técnica de investigación, se emplea el análisis de contenido cualitativo, a través de “procedimientos interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos singulares de comunicación previamente registrados” (Piñuel 2002, 2). Se trabajó con “lógicas basadas en la combinación de categorías” (Piñuel 2002, 7), a partir de una unidad de análisis de base gramatical (López 2002, 175), en especial, el estudio de frases y párrafos que se refieran a las categorías política exterior y condiciones internas (económicas, políticas y sociales) en Cuba.

Para la aplicación de esa técnica se seleccionó una muestra intencional o de conveniencia (Fernández 2002, 38), compuesta por discursos de Raúl Castro y Miguel Díaz Canel, documentos institucionales y periodísticos. En el caso de las intervenciones de Raúl Castro, se utilizaron como criterio de selección sus discursos en fechas importantes para la nomenclatura revolucionaria, como son el 26 de Julio (Día de la Rebeldía Nacional) y el 1 de Enero (Día de la Liberación); además de una intervención en el marco de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en abril de 2018, espacio donde se concretó el traspaso de poder. Las intervenciones de Díaz Canel seleccionadas son la entrevista que ofreció a Telesur (su primera entrevista a la prensa como presidente) y el discurso dirigido a la comunidad de emigrados cubanos en Estados Unidos, ambas en septiembre de 2018. Este último fue pronunciado como parte de su primer viaje a Estados Unidos, país clave en el desarrollo de la política exterior cubana, que acoge además a la mayor comunidad emigrante de la isla.

Los documentos institucionales seleccionados fueron aquellos descriptivos de funciones gubernamentales, correspondientes al Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex). También se utilizaron datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Los documentos periodísticos fueron seleccionados a partir de un diseño transversal, que permite “seleccionar muestras de corpus textuales que difieren […] en cuanto a una toma de postura ante un tema” (Piñuel 2002, 13). Por tanto, se trabajó en primer lugar con medios cuya línea editorial es afín al gobierno cubano: Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano, y Cubadebate, principal medio digital del gobierno cubano. En segundo lugar, se trabajó con dos medios de comunicación radicados en Estados Unidos, históricamente posicionados en contra del gobierno cubano: Radio y Televisión Martí y El Nuevo Herald. Esta selección se dirigió a alcanzar el equilibrio entre las fuentes, completado mediante la inclusión de otras versiones de la realidad nacional reflejadas por medios internacionales como Sputnik, Europapress, El País, Rebelión y Reuters.

2. La influencia de la política interna en las relaciones internacionales de un Estado

Marcelo (Lasagna 1995, 394) estudia cómo las transformaciones internas en un Estado repercuten en su política foránea. Además, recalca que era una temática poco abordada en la región, y casi nulo su tratamiento por parte de las teorías de la política exterior. Dentro de los muchos factores internos, el autor afirma que los cambios en un “régimen político” recrean estas permutas en el campo externo. No obstante, aclara que mientras más institucionalizada estuviera la política foránea, el “cambio se hace bastante difícil, lo que da lugar a un periodo de estabilidad”.

Con cierta exactitud, esto último ha ocurrido con el traspaso del poder entre Fidel Castro y Raúl Castro. En 2018, los doce años de influencia “raulista” habían significado cambios dentro de la continuidad, sobre todo de métodos (Serbin 2017; Grabendorff 2015). Por ejemplo, Carlos (Alzugaray 2014) habla sobre el contraste entre ambos dirigentes, en cuanto a discursos y viajes. Verborrea abrumadora la de Fidel, con fuertes inclinaciones a la improvisación y decisiones en caliente; un lenguaje parco el de Raúl, con mínimas posibilidades de salirse del guion y disposiciones en frío.

Para (Lasagna 1995, 400), un cambio de régimen político puede derivar en tres caminos: uno radical, uno gradual y otro formal. En el caso cubano, y según las definiciones del autor, existe un “cambio de régimen suave” con “carácter formal”. Este detalle involucra “un cambio en el liderazgo central, en la facción o partido que gobierna, sin que ello suponga una alteración importante de las estructuras políticas y reglas del juego, aunque pueda haber una variación en los principios gobernantes”. En la última sesión del parlamento cubano, en julio de 2018, el nuevo presidente ratificó a la inmensa mayoría de ministros de su antecesor, incluido el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

Existe una nueva cara en la dirección del gobierno, pero Raúl Castro sigue siendo el primer secretario del PCC, organización que la constitución cubana considera, en su artículo 5, como “fuerza dirigente de la sociedad y del Estado” (Gaceta Oficial de la República de Cuba 1976). El cambio en la dirección del gobierno ha ocurrido sin sobresaltos y dentro de los cánones institucionalizados en décadas de Revolución. Díaz Canel escaló el poder desde la base, como secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas; después, secretario provincial del PCC en Villa Clara y Holguín; ministro de Educación Superior; hasta primer vicepresidente del Consejo de Estado en el último período de Raúl Castro. Todo transcurrió en un ambiente de comodidad, que se puede traducir en el eslogan que caracteriza las decisiones de Raúl Castro, “sin prisa, pero sin pausa”.

En un proceso de transición o de cambios en el gobierno, como está sucediendo en Cuba, es necesario conectar los ámbitos políticos y económicos y los sujetos sociales (Fernández 1992, 2). El autor considera que esto permitiría “vislumbrar el rango de legitimidad y gobernabilidad en la representación, participación y cambios políticos que están aconteciendo”. No en balde, (Alzugaray 2014) traza una línea de conexión entre la política exterior y la economía nacional, pues para que la primera se desarrolle de manera positiva, está condicionada al éxito de las reformas de la segunda. Solo así, con la mejora de la economía, los sujetos sociales de los que habla Fernández (1992) validarían los cambios. La Revolución, en cada una de sus etapas, siempre se ha vanagloriado de su respaldo popular, desde las leyes aprobadas por las masas en los discursos de Fidel Castro hasta el proceso masivo de discusión desplegado a raíz de los Lineamientos de la Política Económica y Social del PCC en 2011.

Esta capacidad otorgada a los sujetos sociales por parte de los líderes de la Revolución muta en una dependencia que puede ser ambivalente, pues a la vez se convierten en los apoderados de la legitimidad del poder en Cuba. Carmen (González y Carlos Taibo 1996, 18), en su libro La transición política en Europa del Este, manifestaron que los países del extinto campo socialista europeo intentaban la legitimidad popular a través del “desarrollo económico y la consecución de un nivel de vida equivalente o superior al de Occidente”. Como todos conocemos, el estancamiento económico, el inmovilismo y el divorcio de los partidos comunistas con sus ciudadanos conllevaron el fracaso del modelo (Sandvik 2017; Hobsbawm 1999). Si profundizamos un poco más, parte del “carácter ineficaz” de las economías estatizadas residía en la preponderancia del principio político por encima del económico (González y Taibo 1996, 18).

La crisis del socialismo real tenía en la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) su cuadro completo. Las reformas se le fueron de las manos a Gorbachov, representante de la nueva generación de cuadros, sobre todo debido a la desconfianza que generaban. Esa era la reacción de los ciudadanos, “acostumbrados a los bandazos de apertura y cierre en la política soviética” (González y Taibo 1996, 21). No creerles al líder y a su séquito superior deviene un tipo de erosión en la legitimidad.

Ahora bien, con todo el proceso de cambios que ocurre en 2018 dentro del país, entre ellos, las discusiones en torno a la reforma constitucional, existe una “alteración” que trastoca la política exterior. Según (Lasagna 1996, 46), “algunas dimensiones […] pueden ser modificadas, a saber: los objetivos, intereses y estrategias; el proceso de elaboración de la política exterior; y el estilo diplomático” (ver la figura 1). Dentro de “objetivo, intereses y estrategias”, el autor se refiere a la “agenda internacional de un país determinado” (Lasagna 1996, 58). Acá resalta el papel de los valores transmitidos de manera mediata y su postura ante situaciones problemáticas.

Fuente: (Lasagna 1996); elaboración propia.

Figura 1 Dimensiones modificables de la política exterior 

En la segunda dimensión, en el proceso de elaboración de la política exterior, entra en juego el “cómo, quién (o quiénes)” la implementan (Lasagna 1996, 58); o sea, el paso a paso de la toma de decisiones y su sistema burocrático. La tercera dimensión, que de cierta manera retoma el quién de la segunda, recae en el estilo diplomático. Esta forma absorbe la personalidad del líder, además de los “valores y perspectivas ideológicas de los encargados de implementarla, la tradición diplomática del país y los valores o normas no escritas del comportamiento internacional”.

Este modelo teórico de política exterior, junto con el vínculo que se establece con los acontecimientos internos, constituye una herramienta fundamental para analizar de forma exploratoria los acontecimientos en Cuba, entre cambios y continuidades, y cómo pueden modificar su política internacional. La discusión gira en torno a las variables de cambio de régimen político y a los cambios en la política exterior, que corresponden a las propuestas de (Lasagna 1995; 1996). Estas, a su vez, han sido replicadas en otros trabajos (Stuhldreher 2003).

3. ¿Qué ocurre dentro de Cuba?

La dirección de Raúl Castro durante más de una década ha sido dinámica, sobre todo en sus inicios y a mediano término. Desde que asumió el poder de forma interina en 2006, comenzó a eliminar trabas y medidas absurdas. Podemos enumerar, entre ellas, las medidas dirigidas a potenciar el consumo en la población, al permitirles adquirir líneas de celulares; el ingreso de nacionales en los hoteles y el alquiler de autos, entre otras. Además, rejuveneció la Ley Migratoria y emitió decretos dirigidos a aumentar la producción agrícola. Casi a la par de las discusiones alrededor de los Lineamientos en 2011, se amplió el trabajo por cuenta propia.

Después de la visita del presidente Obama a Cuba, en marzo de 2016, el proceso de reformas o actualización, como lo nombra el gobierno, paró en seco. Algunos consideran que este proceso se ralentizó (Ganter 2016; Dilla 2018). Lo que parecía el fin de un capítulo distendido de la Guerra Fría, fruto del deshielo de las relaciones con Estados Unidos, de pronto volvió a etapa de congelación. El proceso de enfriamiento inició con la paralización de la entrega de nuevas licencias a los trabajadores privados; además, coincidió con la muerte de Fidel Castro, el líder histórico. Hasta que llegamos al fin del periodo de Raúl Castro, con más dudas que problemas resueltos. Susanne (Gratius 2018), en un artículo titulado “Cuba sin los Castro: de delfines y sucesiones”, afirma que el éxito de Raúl tendría el celo de tres sectores: “Necesita la aprobación de las FAR,(2) el beneplácito del partido único y el apoyo de la sociedad cubana, que desde hace tiempo sigue un camino propio separado del oficialismo y su discurso histórico”. Por tanto, bajo un contexto nacional del país complicado, ¿qué elementos detectamos como influyentes en lo interno que puedan transformar la proyección de la política exterior a raíz del cambio presidencial?

Economía: carestía y bajo crecimiento

La economía, en dígitos rojos en crecimiento e inversión, encabeza esta lista (Torres 2017, 73). Para 2016 “Cuba registró el primer decrecimiento del PIB real en 23 años (-0,9%)”. Si a esto le sumamos el pago de la deuda externa al Club de Londres y de París, que el gobierno renegoció en el último lustro, al que la isla desembolsa gran parte de su PIB (“entre un 30-35% de sus ingresos corrientes por exportaciones”) (Torres 2017, 69), consideramos que existe una situación insostenible.

En su último discurso como presidente, en abril, Raúl (Castro 2018a) afirmaba que el país no se encontraba “en una situación extrema y dramática, como aquella que el pueblo cubano supo resistir y superar […] en los primeros años de la década del 90 del pasado siglo”. Tal vez no era el momento de caotizar, pero el expresidente tampoco dijo que existía una situación favorable. Ergo, a pesar de que son palabras dirigidas a desligarse de los tiempos del Período Especial,(3) el crecimiento del PIB es exiguo y las cifras actuales de la economía denotan gravedad (Cepal 2018).

Cuba se halla en la cola de la región latinoamericana en crecimiento económico (Cepal 2018). Si comparamos 2018 con 2017, detectamos que la economía se encuentra estancada. El propio Raúl (Castro 2018b), en su intervención en julio, utilizaba palabras como “tensa situación en las finanzas externas”, “discreto crecimiento de la economía en el primer semestre”. Incluso, el Caribe, como región, crece dos fracciones más que Cuba.

Hasta ahora la fórmula ha sido ahorrar en todo lo que se pueda, disminuir importaciones innecesarias e intentar el aumento en las exportaciones. Uno de los pocos cambios que ocurrieron en la última Asamblea Nacional del Poder Popular, en julio de 2018, fue la sustitución del ministro de Economía y Planificación de la etapa de Raúl Castro. Alejandro Gil asumió una de las carteras del Estado más difíciles de manejar. Representa una cara joven (58 años) para los estándares del poder en la isla, forma parte de la misma generación de Díaz Canel y, a su vez, sustituye a Ricardo Cabrisas, de 81 años.

Seis meses después, Raúl (Castro 2019), en su intervención por el aniversario 60 del triunfo de la Revolución, el 1 de enero en Santiago de Cuba, retomó el tema de la economía y dijo que estaba “agobiada por las tensiones en las finanzas externas”, en un escenario adverso. En gestión gubernamental, el estado de la economía ha sido siempre un peso muerto, una tarea pendiente, sin solución, debido a las tensiones propias del modelo de economía centralmente planificada. No en balde, el economista Pavel (Vidal 2017) sostiene que “la reforma siempre quedará incompleta si el gobierno no logra despegarse” de este modelo. Carmelo (Mesa-Lago 2015) subraya el deseo de las autoridades cubanas de “actualizar”, en vez de “transformar”.

Este panorama provoca tensiones dentro del gobierno, que teme la pérdida de apoyo popular. Por ejemplo, la escasez de pan, aceite, medicamentos y huevos, a fines de 2018 y principios de 2019, generó incomodidad dentro de la población (Alfonso 2019; Frank 2018; Agencia EFE 2018a). La carestía de estos productos afecta de manera directa a las familias cubanas.

Política: reforma constitucional

El proceso de debate de la nueva constitución fue intenso. La parte más aguda recayó en el artículo 68 del proyecto, que daba libertades al matrimonio entre dos personas (sin definir sexo). De esta manera, cumplía una de las exigencias históricas de la comunidad homosexual en el país.

Pero el anhelo duró sólo la etapa de discusiones, pues el borrador final y la nueva Carta Magna, aprobados por los diputados de la Asamblea Nacional, concibieron su eliminación. Las presiones, sobre todo de las iglesias evangélicas, tuvieron su efecto sobre los responsables de concebir la nueva constitución (Abreu 2018; Meneghini 2018). Los feligreses empezaron a colocar carteles en las calles y casas; amenazaron con recoger medio millón de firmas y llegaron a ubicar altavoces en lugares céntricos de La Habana, por ejemplo, cerca de Coppelia (González 2019); incluso utilizaron plataformas digitales como YouTube. Este tipo de protesta social y los mensajes en espacios públicos resultaron inéditos en el contexto cubano. De manera llamativa, las autoridades se enfrentaron muy poco a estas posturas, o bien para desviar por ese camino el debate de la nueva constitución, que representa una postura cómoda, alejada de otros temas peliagudos respecto al poder real; o bien por temor a la capacidad de movilización de los feligreses, un ente más organizado y con un crecimiento importante en los últimos lustros (Farber 2012).

Para las autoridades, el artículo 68 de la propuesta se transformó en el 82 de la Carta Magna aprobada, que, por supuesto, tenía una redacción más ambigua. Los vericuetos, para satisfacer tanto a los evangélicos como a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), hicieron presión sobre el gobierno en el apoyo en las urnas el 24 de febrero de 2019, pues los primeros desean reducir a cero la posibilidad del matrimonio entre personas del mismo sexo; mientras que los segundos se sienten burlados.

Esta tendencia, sin dudas, impacta en el estado de ánimo de los votantes. Así ocurrió, pues aunque la mayoría de la población votó por el sí a la nueva constitución, la sumatoria de la cantidad de ciudadanos que votaron no, en blanco, o se abstuvieron, se siguió con lupa. A lo largo de décadas, el PCC ha ventilado a la opinión pública el apoyo mayoritario a la Revolución, sobre todo, a partir del análisis de la cantidad de participantes.

Por ejemplo, entre 1976 y 2010 la cifra de participantes fluctuó entre el 95,2% y 95,9% (Guanche 2014). Para cualquier país con democracia liberal, serían unos dígitos altísimos. Por eso, la lectura histórica que le dan las autoridades oficiales de la isla es de un apoyo casi total de los ciudadanos a la Revolución.

Los números han cambiado en los últimos lustros. La Comisión Nacional Electoral (CNE) divulgó que el 85,65% del padrón electoral votó (Granma 2018) en las elecciones generales 2017-2018. Eso significa un 10% menos de participación, si lo comparamos con las cifras en promedio antes de 2010. A la par del estancamiento económico, junto con las diferencias marcadas de liderazgos entre los hermanos Castro, que, sumados al desgaste propio del poder, obligan al PCC a un margen de error mínimo, debido a la presión de mantener o mejorar los anteriores resultados. Además, ya la considerada generación histórica cede el poder poco a poco.

En ese 85,65% de participación destaca que varias provincias quedaron por debajo de esa media. En especial, La Habana, que, como capital y ciudad más poblada, resulta un termómetro del sentir ciudadano. Allí, cerca del 80% fue a ejercer su derecho al voto. Si a eso le sumamos que el 4,46 de boletas clasificaron como en blanco, eso nos ofrece casi un 75% de boletas válidas. O sea, uno de cuatro habaneros manifestó su inquietud con el sistema. Recalcamos que aún las cifras de participación son muy elevadas, pero existen fisuras dentro de la sociedad, que canalizaron a través de estas votaciones, como plebiscito, su malestar con el gobierno.

La CNE reconoció que la participación ciudadana en el referendo 2019 fue del 90,15% del padrón electoral (Granma 2019). El sí representó el 78,30% de las personas que ejercieron su derecho al voto, mientras que el no, boletas en blanco y nulas representaron el 21,7%. Existen marcadas diferencias respecto a los números del referendo constitucional de 1976, que contó con un 98% de asistencia a las urnas, y el sí ocupó el 97,7%. Las cifras evidencian en 1976 una sociedad que ofrece un apoyo unánime al proceso revolucionario; en cambio, en 2019 existen brechas que marcan el desgaste del PCC. El gobierno cuenta aún con apoyo popular; eso es innegable, pero es interesante percibir que uno de cada cinco cubanos rechaza la nueva Constitución, en un Estado que valora la unanimidad como piedra angular del sistema. Y eso que el PCC tiene el control del monopolio de las comunicaciones, y una hipotética campaña por el no carecía de legalidad. A este detalle hay que sumar que los migrantes cubanos no pueden votar, derecho que sólo les asiste a los funcionarios estatales en embajadas y consulados.

Social: trabajo por cuenta propia

Trabajo por cuenta propia es un eufemismo que se refiere a los trabajadores privados, que no reciben sueldo del Estado y pagan tributos a través de la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria). Mediante el Decreto Ley 14-1978 (Triana 2013) se autorizó su implementación. Con el proceso de rectificación de errores que inició en los 80 del pasado siglo, en ese contexto Fidel Castro afirmaba como “positiva” su eliminación gradual (Miná 1987, 153).

Con lo que no contaba Fidel, era con la caída del campo socialista, y por ende, la desaparición de todo el sistema de subsidios y ayudas que recibía de la URSS. El inicio del Período Especial llevó al gobierno a tomar medidas extremas para subsistir. Dentro de esas medidas, el Decreto Ley 141-1993 ayudó a incrementar la cifra de cubanos que realizaban actividades de servicios privadas. Por esa época, Fidel Castro aseveraba que estas actividades eran “males que persisten en nuestra sociedad, pero son necesarios de forma temporal” (Castro 1995, en Triana 2013, 2).

A inicios de los periodos presidenciales de Raúl Castro se trataron de suavizar las medidas regulatorias, que, más que poner orden, coartaban su desarrollo. La cantidad de licencias se ampliaron desde 2010. No obstante, después de la visita de Obama a La Habana, algo cambió. El gobierno entendió que las políticas desestabilizadoras de Estados Unidos hacia Cuba ya no venían acompañando a los llamados disidentes. Más bien, la Casa Blanca acompañaba a los cuentapropistas. (Landaburo 2017) aborda cada una de las medidas que tomó la administración demócrata para su acercamiento, sobre todo en cuanto a remesas, visas y reuniones cara a cara, como la de Obama con un selecto grupo de cuentapropistas en La Habana misma. El poder blando constituía una herramienta básica en la estrategia estadounidense.

Desde entonces, un paso adelante, dos hacia atrás. Así pareciera proyectarse la política estatal. Todo podría indicar que las advertencias lanzadas por Fidel Castro, una y otra vez sobre sus consecuencias, calaron las fibras de la sociedad. Aun en 2019, el trabajo por cuenta propia carece de un mercado mayorista. ¿De dónde los grandes restaurantes y hostales adquieren sus recursos?(4) Pues del mercado negro, del mercado transnacional (Landaburo 2014).

En diciembre de 2018 ocurrió un suceso interesante. En ese mes entraban en vigor nuevas normativas para el trabajo por cuenta propia. Ahí se reducía la cantidad de licencias por personas, a sólo una, y se limitaba la capacidad de los restaurantes a cincuenta sillas. Dentro de los trabajadores privados existía incomodidad y malestar (Agencia EFE 2018b). ¿Qué ocurrió? Díaz Canel, a través de su cuenta oficial en Twitter, @DiazCanelB, afirmó el 7 de diciembre de 2018, que “no hay por qué creer que las rectificaciones son retrocesos, ni confundirlas con debilidades cuando se escucha al pueblo”.

4. Las conexiones entre políticas internas y externas

Miguel Díaz Canel, un ingeniero electrónico de 59 años, es el segundo civil que ocupa la presidencia en medio siglo. Se trata de una persona que escaló desde la base hasta la cúspide del sistema. Raúl Castro, en uno de sus últimos discursos, afirmaba que es el “único superviviente” de un amplio grupo de cuadros jóvenes que la Revolución formó para ocupar altos cargos. “Ha sido el mejor”, así lo elogió. Estas palabras fueron en abril de 2018, cuando se constituyó de manera oficial la nueva administración del Estado cubano.

¿Qué significa ser “el mejor”, en ese contexto? Presumimos dónde quedó el resto del colectivo que acompañó al actual presidente. La mayoría ya abandonó la nomenclatura política del sistema, como ocurrió con Carlos Aldana, Roberto Robaina, Carlos Valenciaga, Felipe Pérez Roque, Carlos Lage Codorniú, entre otros (Fernández 2009). El ser el único superviviente se inclina más por la inmutabilidad total hacia el sistema, por ser un agente de la continuidad, que por el cambio.

Rafael (Rojas 2018), refiriéndose a Raúl Castro, decía que “encabezó las reformas entre 2012 y 2015, ejerciendo él mismo un doble liderazgo sobre el aperturismo y el conservadurismo”. ¿Cuál será el papel de Díaz Canel? ¿Hasta dónde queda marcado su grado de influencia? Rojas, en febrero de 2018, apunta al “blanco de las demandas de cambio”. El autor le apuesta más a una inclinación hacia el aperturismo, dando por concluido el proceso de “contrarreforma” de los últimos meses. Esto incluye marcas temporales, desde la visita de Obama a La Habana en marzo de 2016 hasta el cambio de mandato presidencial en abril de 2018 (Malamud 2018) En medio de estos dos sucesos, Fidel Castro murió el 26 de noviembre de 2016, que concentró a las autoridades cubanas en un duelo permanente, que tomó aires simbólicos detrás de las remembranzas al pensamiento ortodoxo del líder histórico de la Revolución en la última década de vida.

Rafael (Hernández Martínez 2018, 14), en su artículo titulado Cuba probable. La transición socialista y el nuevo gobierno, trae a colación los retos de Díaz Canel. Ahí asevera:

El nuevo presidente ha sido alguna vez profesor universitario, aprecia el valor del conocimiento para construir políticas públicas ilustradas, sabe cómo comunicarse eficazmente con la gente de la calle, así como con intelectuales, periodistas y funcionarios del Partido. Su reto mayor no radica en entenderse con los militares, sino en lograr que el sesgo tecnocrático y la lógica eficientista de los ingenieros y economistas, que constituyen la mayoría del actual gobierno no marquen la proyección del nuevo.

Díaz Canel se convierte en el primer presidente cubano con una cuenta validada por Twitter. Desde esta red social, ha invitado a otros miembros del Consejo de Estado a incorporarse a la “batalla diaria”. Los principales hashtags que utiliza son #SomosCuba y #SomosContinuidad. A pesar de ello, su metodología de trabajo es muy diferente a la de Raúl Castro.

En entrevista con Telesur, el flamante presidente hablaba sobre las directrices que había que implementar en su gobierno: primero, rendición de cuentas de los dirigentes al pueblo; segundo, “vinculación, debate y diálogo” con los ciudadanos; tercero, que los dirigentes sean capaces de utilizar la comunicación social como instrumento de trabajo; y cuarto, que siempre tengan presente alternativas para solucionar los problemas (Villegas 2018). Esta idea alrededor de la rendición de cuentas, de acercar aún más los ministros y dirigentes del PCC con los ciudadanos, y el uso de las redes sociales como canales informativos oficiales, que permiten la interacción entre usuarios, está a tono con la personalidad de Díaz Canel, un dirigente con apego a las nuevas tecnologías. Su estilo de liderazgo es más desenfadado y sencillo que el de su predecesor. De ejemplo está cada uno de sus recorridos con el Consejo de Ministros a las provincias, así como su primer viaje a Estados Unidos, para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, a finales de septiembre de 2018.

En sus intervenciones en Nueva York afirmó que no era un reformista, conservando la lógica de la inmutabilidad, pero en un contexto más íntimo, ofreció un “nuevo estilo de liderazgo” (Gámez 2018; Sputnik 2018). En su encuentro con cubanos residentes en Estados Unidos, en la sede de la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas, se dirigió a los presentes como “compatriotas” (Díaz Canel 2018). En ese evento, recordó los diálogos del gobierno con la comunidad cubana en el exterior, conocidos como Diálogo del 78, que constituyó el primer acercamiento de la Revolución con sus migrantes en Estados Unidos, después de las tensas relaciones, sobre todo en los 60. También se refirió a las ventajas de la Ley Migratoria de 2013, y trajo una y otra vez a colación el pensamiento de Martí, cuyo peso histórico hace que sea considerado el Apóstol de la independencia cubana, y que además fue una persona que vivió la mitad de su vida en Estados Unidos. “Contamos con ustedes. Somos Cuba”; así finalizó su discurso (Díaz Canel 2018). Dentro de los objetivos, intereses y estrategias del Estado cubano, en su política exterior, se mantiene como premisa la continuidad, pero existen cambios muy sutiles. Por ejemplo, ¿qué significa tener el apoyo de la comunidad de cubanos residentes en Estados Unidos? Presión política para el gobierno estadounidense y oportunidades económicas.

Grosso modo, la intervención de Díaz Canel, conciliadora y sumatoria, se dirigió a una comunidad con mucha influencia política y económica. El intercambio con el presidente constató que era una persona natural, horizontal en su interacción con los invitados. Incluso, tuvo tiempo para tocar tumbadoras y bailar casino con su esposa. Estos dos últimos detalles resultan impensables en Fidel y Raúl Castro. Por tanto, vemos un estilo diplomático más abierto y horizontal con sus semejantes, a pesar de conservar estas ideas de que no es reformista.

Acá tenemos el calibre de lo que representa el peso generacional, pues Díaz Canel no pertenece a la llamada generación histórica, conformada por quienes estuvieron en el Moncada, el Granma y la lucha guerrillera contra Batista. Un beneficio de este detalle se constató en Nueva York. La visita del flamante presidente no movilizó al “exilio cubano” como en años anteriores, como sí ocurría en los desplazamientos de Fidel Castro y su hermano Raúl a la ONU. En un contexto de rechazo casi nulo en sus desplazamientos, la agenda de Díaz Canel fue rica en encuentros con otros mandatarios, así como reuniones con estrellas de Hollywood y de la música, como Katie Holmes, Robert de Niro, Harry Belafonte y Chris Martin, entre otros. Incluso, visitó la sede de Google y alternó con directivos de la industria de viajes de Estados Unidos.

En el caso de las reuniones bilaterales, el presidente tuvo encuentros con aliados tradicionales como Irán, Bolivia, Vietnam, y países africanos, pero tuvo apertura también para entrevistarse con contrarios ideológicos, como el mandatario ecuatoriano Lenin Moreno, y con Mauricio Macri, de Argentina. El aislamiento de Cuba en la región es un muro que se derrumbó hace varios lustros, pero con el giro en América Latina hacia la derecha, existe la posibilidad de una regresión.

En el ámbito interno, en Cuba ha habido cambios, y lo demuestra la posición del presidente con respecto al cuentapropismo. Rectificar no es retroceso, hay que escuchar al pueblo, ese es el parafraseo de su trino en Twitter. Tal como afirmó en su entrevista a Telesur, “diálogo, vinculación” entre los dirigentes y el pueblo. A fin de cuentas, los ciudadanos son los agentes validadores de las políticas de un Estado, como teorizó Otto (Fernández 1992). ¿Qué significa tener el apoyo de los cuentapropistas? Pues representa contar con la anuencia del 13% de los ocupados en el país. A la vez, parece una cifra pequeña, pero tenemos que ampliar el espectro porque los cuentapropistas tienen familias que pueden servir de cajas de resonancia. Además, resulta un sector en pleno ascenso, que pasó de 57.000 en 2010 a más de 593.000 en agosto de 2018 (Figueredo, Izquierdo Ferrer y Carmona 2018). Una de las propuestas de Raúl Castro, en el proceso de reformas, era optimizar las plantillas laborales estatales, que tenían muy baja productividad. Por ende, las personas que quedaban disponibles(5) en sus centros laborales ingresaban después al grupo de trabajadores privados. Por supuesto, constituye un beneficio económico para un frente estatal que está deprimido.

Recordemos el proceso intenso de debate y discusiones alrededor del proyecto de nueva constitución. La premisa del PCC fue alcanzar el voto positivo para la Carta Magna, que a su vez significó promulgar una nueva cúspide del ordenamiento jurídico. Dentro de los cambios introducidos cabe resaltar el reconocimiento de la propiedad privada, la creación del cargo de primer ministro y el límite al período presidencial, entre otros. Pero autores como Rafael (Rojas 2019) señalan que en esta constitución triunfó la rigidez por encima de la flexibilidad. Dentro de los elementos que enumera están “la reinstalación del concepto de 'comunismo', la sustitución de 'ciudadanía' por 'pueblo' o la explicitación, por si hiciera falta, de que autonomía quiere decir, únicamente, 'independencia funcional'”. No obstante, la nueva constitución marca un punto de partida para otras transformaciones, aunque los cambios ocurren en un espacio de relativa comodidad para las autoridades en el poder.

Los cambios llegarían a impactar de cierta manera en el proceso de toma de decisiones, pues los movimientos constitucionales promueven que el poder sea más colegiado. Entonces, en algún momento impactarían el sistema burocrático del Minrex. Por ejemplo, la red de embajadas, consulados y oficinas diplomáticas es densa y profunda, si tomamos en cuenta las condiciones de la isla, como nación subdesarrollada y de sólo once millones de habitantes. Si comparamos con potencias de la región latinoamericana (ver el gráfico 1), detectamos que Cuba sólo está detrás de Brasil. Además, adelanta a Argentina, México, Perú y Colombia, naciones con economías y poblaciones que triplican, o más, a la de Cuba.

Fuente: Embassypages (2019).

Gráfico 1 Número de embajadas de países de América Latina en el mundo 

Detrás de esta densa red existe una fuerte institucionalidad de la política exterior cubana, si tomamos en cuenta sus representaciones (embajadas, consulados, oficinas) en otras partes el mundo. Su proactividad se conjuga con la misión más importante: preservar la subsistencia de la Revolución. No en balde, uno de los objetivos institucionales del Ministerio de Relaciones Exteriores es “defender la patria socialista de las campañas, amenazas y acciones hostiles en el ámbito de las relaciones internacionales” (Minrex 2019). Esta actitud de defensa tiene que girar también alrededor de la eficiencia económica. ¿Qué hace Cuba con embajadas en Fiyi y Kiribati? Son islas-Estados del Pacífico, muy lejos del área de interés del Minrex. Brasil, por ejemplo, no tiene representaciones en estos dos países.

Se entiende que el lobby internacional de la política exterior cubana gira sobre todo alrededor de crear consensos contra el bloqueo/embargo, que constituye otro de sus objetivos principales (Minrex 2019), pero resulta un derroche de recursos tener embajadas en un área tan alejada de los intereses históricos de la Revolución. El bloqueo/embargo está pensado para que la escasez de productos básicos genere crispación y descontento dentro de los ciudadanos, para que exista un levantamiento popular contra la Revolución (Hernández 2015; Hansing y Optenhögel 2015). Estados Unidos alega que, más que bloqueo, es un embargo bilateral, pero la extraterritorialidad de las sanciones económicas a Cuba está presente (Minrex 2018). El golpe a las finanzas, junto con las decepcionantes reformas económicas de Raúl Castro, debilita de manera peligrosa la economía.

La recesión la podemos comprobar en el gráfico 2. De 2012 a 2017 la economía cubana se redujo, si tomamos en cuenta la cifra de importaciones y exportaciones. Un factor clave resulta el desmoronamiento de Venezuela, su principal socio comercial. Por ejemplo, las exportaciones de Cuba hacia Venezuela en 2017 se redujeron un 85% con respecto a 2012; mientras que las importaciones cayeron un 70%. Ahora, ¿quién ocupó el lugar de Venezuela?

Fuente: ONEI (2018).

Gráfico 2 Comparación de las exportaciones e importaciones de Cuba, en miles de pesos (2012-2017) 

España crece tanto en importaciones como en exportaciones. La nación ibérica se ratifica en posiciones de privilegio, junto con China, Canadá, y la propia Venezuela, a pesar de los retrocesos. Estos países constituyen el grupo selecto. América constituye el continente que encabeza el destino de las exportaciones cubanas. Igual ocurre con las importaciones que hace Cuba. América vuelve a la cabeza regional.

El caso español es muy interesante, pues a pesar de que Mariano Rajoy (presidente hasta junio de 2018), desde el punto ideológico, no fuera afín al PCC, las estadísticas confirman que el ámbito de los negocios es diferente. Con vaivenes, así siempre han sido las relaciones entre Cuba y España. El mismísimo Franco siempre tuvo vínculos económicos con la isla, a pesar de la distancia política. Desde hace más de una década, las inversiones de los grupos hoteleros Meliá e Iberostar resultan millonarias. La visita de Pedro Sánchez a Cuba en noviembre de 2018 ratificó el estado de las relaciones entre ambos países, después de 32 años de la última visita de un presidente español a la isla.

Conclusiones

El pragmatismo siempre ha condicionado la política exterior cubana, aunque con decisiones más políticas que económicas en las primeras décadas de la Revolución. La proyección, en sus inicios, se enmarcó en una tendencia “fidelista”. A partir de 2006, los objetivos, intereses y estrategias del Minrex cambiaron. La tendencia “raulista” era la de un líder pragmático por excelencia, realista y discreto; aunque menos comunicativo. El traspaso del poder entre uno y otro se realizó en un contexto sin tantos sobresaltos. Raúl Castro formaba parte de la generación histórica; además, desde hacía años era el segundo secretario del PCC.

En 2018 ocurrió una transición pausada del poder. Existió un cambio de régimen formal en el gobierno, mediante la legitimidad condicionada por los sujetos sociales (el pueblo cubano), con capacidad de agentes validadores de los cambios y las continuidades del nuevo presidente. A la vez, existe una conexión entre lo que ocurre en el país en los ámbitos económicos, políticos y sociales, y el desenvolvimiento de la política exterior. Miguel Díaz Canel asumió el liderazgo central del gobierno, sin que ello suponga una alteración relevante en las estructuras políticas y en las reglas que condicionan su implementación. A esto se lo conoce como cambio de régimen suave, con carácter formal.

Sin embargo, con la aprobación de la nueva constitución existe una alteración en la estructura de poder y en las reglas de juego del gobierno. Se crearon nuevos cargos políticos, como el de primer ministro, y esto ofrece la posibilidad de balancear las tareas actuales que desempeña el presidente. Además, se condicionan los períodos presidenciales por persona, incluso con un mínimo y máximo de edad para las personas que se postulen dentro de la Asamblea. Pronto quedará atrás el medio siglo de Fidel Castro a la cabeza de la estructura de poder en Cuba, así como la década de Raúl Castro en la presidencia de la nación.

La derogación de la constitución de 1976 vuelca a Cuba de lleno en el siglo XXI, aunque de manera insuficiente. Las características de esta época distan demasiado de aquella en la que se aprobó la anterior Carta Magna. La Unión Soviética y el campo socialista desaparecieron, y las condiciones económicas de la isla son difíciles. Por ende, es necesario avanzar en el cambio de reglas y normas, en pos de alcanzar un “socialismo próspero”, como afirman las autoridades comunistas.

Díaz Canel, a pesar de que reafirma una y otra vez su compromiso con la inmutabilidad del sistema, demuestra destellos de proactividad. Su mirada hacia el sector cuentapropista y hacia los migrantes da pistas sobre el asunto. Su gran apuesta, por el momento, es consolidar sus pasos bajo la anuencia de la nueva constitución, y con ello, convertirse en protagonista del accionar político, en el heredero del legado de Fidel y Raúl Castro.

Su posición a favor de la rendición de cuentas de los dirigentes a sus mandantes constituye una oxigenación en la forma de hacer política. Hacerla extensiva y llevarla al pie de la letra serán tareas mayores. Este paso resulta inédito en Cuba en los últimos lustros. Además, establecer canales de diálogo entre pueblo y dirigentes compone una estrategia de comunicación social como instrumento de gobernabilidad.

La situación interna en Cuba obliga al gobierno a ponderar algunos cambios; y a su vez, presiona a la política exterior para que proteja al sistema, que sea salvaguarda de la Revolución. ¿Cómo? Pues aprovechando esa extensa red de embajadas, oficinas y consulados, dialogando con amigos y contrarios ideológicos, como se ha demostrado en los casos de Ecuador, Argentina y España. Acá, la idea es encontrar países que importen productos cubanos, países que inviertan en la isla, así como hallar destinos para la exportación de sus bienes y servicios.

En el escenario futuro, tanto las políticas internas como externas se movilizarán hacia elementos dicotómicos que marcan ciertas bifurcaciones, imposibles de evadir: ¿aperturismo o conservadurismo?, ¿cambios o inmutabilidades? A partir de ello, se formulan ciertas interrogantes sobre la continuidad del sistema: ¿bastará el cambio de constitución?, ¿qué papel desempeñarán los trabajadores por cuenta propia?, ¿será suficiente si se alcanza un hipotético crecimiento económico? En el orden interno, el ritmo de las transformaciones se acelerará. Para que las reformas políticas y económicas funcionen, habrá una transformación del modelo.

Ahora bien, existen dos puntos de quiebre a corto plazo, uno interno y otro externo. El primer catalizador interno ocurrirá a partir de la desaparición física de los últimos líderes de la generación histórica, en especial, de Raúl Castro. Con este paso, las exigencias foráneas en el concierto mundial aumentarán. El segundo catalizador de orden externo es mixto y está sujeto a la suerte de Venezuela y a las elecciones en Estados Unidos, en noviembre de 2020. Una caída de Nicolás Maduro más otro mandato de Trump serían como otra vuelta de tuerca a la difícil situación económica. En esas circunstancias, la presión al PCC se incrementa. El cambio dentro de la isla no admite postergaciones, y la división entre el éxito y el fracaso recae en una delgada línea, cuyo reflejo en la política exterior constituye, sin duda, un tema por monitorear en los años venideros.

Referencias

Abreu, Alberto. 2018. “El artículo 68: evangélicos, católicos, el movimiento LGBTI y las cortinas de humo”. Rebelión, 30 de noviembre, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=248394Links ]

Agencia EFE. 2018a. “El pan, última víctima del desabastecimiento en Cuba”. EFE, 13 de diciembre, https://www.efe.com/efe/america/sociedad/el-pan-ultima-victima-del-desabastecimiento-en-cuba/20000013-3842047Links ]

Agencia EFE. 2018b. “Cuba suaviza las nuevas normas de trabajo autónomo tras el descontento en el sector”. EFE, 6 de diciembre, https://www.efe.com/efe/america/economia/cuba-suaviza-las-nuevas-normas-de-trabajo-autonomo-tras-el-descontento-en-sector/20000011-3834696Links ]

Alfonso, Pablo. 2019. “El gris aniversario de Miguel Díaz-Canel”. Radio Martí, 18 de abril, https://www.radiotelevisionmarti.com/a/cuba-el-gris-aniversario-de-miguel-diaz-canel/236724.htmlLinks ]

Alzugaray, Carlos. 2014. “La actualización de la política exterior cubana”. Política Exterior 71: 70-82. [ Links ]

Beveridge, William Ian Beardmore. 1957. The Art of Scientific Investigation. Nueva York: W. W. Norton Co. [ Links ]

Cardoso, Fernando Henrique y Enzo Faletto. 1977. “Post scriptum a Dependencia y desarrollo en América Latina”. Desarrollo Económico 66 (17): 273-299. [ Links ]

Castro, Raúl. 2018a. “La Revolución es la obra más hermosa que hemos hecho”. Cubadebate, 20 de abril, http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/04/20/discurso-de-raul-castro-ruz/#.W38R5iRKgoALinks ]

Castro, Raúl. 2018b. “La historia ha demostrado que ¡sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá!”. Cubadebate, 27 de julio, http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/07/27/raul-castro-la-historia-ha-demostrado-que-si-se-pudo-si-se-puede-y-siempre-se-podra/#.W38YwiRKgoALinks ]

Castro, Raúl. 2019. “¡Viva por siempre la Revolución Cubana!”. Cubadebate, 2 de enero, http://www.cubadebate.cu/opinion/2019/01/02/viva-por-siempre-la-revolucion-cubana/Links ]

Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). 2018. Estudio Económico de América Latina y el Caribe Evolución de la inversión en América Latina y el Caribe: hechos estilizados, determinantes y desafíos de política. Santiago de Chile: Naciones Unidas/CEPAL. [ Links ]

Díaz Canel, Miguel. 2018. “Contamos con ustedes. Somos Cuba”. Granma, 30 de septiembre, http://www.granma.cu/cuba/2018-09-30/contamos-con-ustedes-somos-cuba-30-09-2018-21-09-05Links ]

Dilla, Haroldo. 2018. “Los avatares del reformismo en Cuba”. Nueva Sociedad, enero, http://nuso.org/articulo/cuba-los-avatares-del-reformismo/Links ]

Domínguez, Jorge. 2010. La política exterior de Cuba (1962-2009). Madrid: Ediciones Colibrí. [ Links ]

Embassypages. 2019. “Cuba. Embajadas y consulados”. Embassypages, última modificación 10 de enero de 2019; último acceso 15 de enero de 2019, Embassypages, última modificación 10 de enero de 2019; último acceso 15 de enero de 2019, https://www.embassypages.com/cuba_esLinks ]

Farber, Samuel. 2012. “La Iglesia y la izquierda crítica en Cuba”. Nueva Sociedad 242: 123-138. [ Links ]

Fernández, Flory. 2002. “El análisis de contenido como ayuda metodológica para la investigación”. Revista de Ciencias Sociales 96: 35-53. [ Links ]

Fernández, Otto. 1992. “Política, economía y subjetividad: de la transición posible a la consolidación improbable”. Sociológica 19: 1-18. [ Links ]

Fernández, Juan José. 2009. “La fiesta de la última purga cubana”. El País, 22 de julio, https://elpais.com/internacional/2009/07/22/actualidad/1248213617_850215.htmlLinks ]

Figueredo, Oscar, Lissett Izquierdo y Edilberto Carmona. 2018. “¿Qué desea conocer sobre el Trabajo por Cuenta Propia en Cuba?”. Cubadebate, 3 de octubre, http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/10/03/que-desea-conocer-sobre-el-trabajo-por-cuenta-propia-en-cuba-infografias-y-video/Links ]

Frank, Marc. 2018. “Cuba pronostica un crecimiento más débil en 2019 en medio de factores adversos”. Reuters, 17 de diciembre, https://lta.reuters.com/articulo/economia-cuba-idLTAKBN1OG0C5Links ]

Furtak, Robert K. 1985. “Cuba: un cuarto de siglo de política exterior revolucionaria”. Foro Internacional 4 (25): 343-361. [ Links ]

Gaceta Oficial de la República de Cuba. 1976. Constitución de la República de Cuba. La Habana: Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular. [ Links ]

Gámez, Nora. 2018. “En su primera visita a Nueva York, Díaz-Canel mostró dos facetas como político”. El Nuevo Herald, 1 de octubre, https://www.elnuevoherald.com/ultimas-noticias/article219302250.htmlLinks ]

Ganter, Sarah. 2016. “En Cuba todo sigue distinto”. Nueva Sociedad 266: 113-128. [ Links ]

García, Humberto y Miguel García. 2015. “Cuba y Estados Unidos: caminos a una relación de seguridad estable”. Caribbean Studies 2 (43): 259-277. [ Links ]

González, Carmen y Carlos Taibo. 1996. La transición política en Europa del Este. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. [ Links ]

González, Julio César. 2019. [ Actualización de estado de Facebook]. https://www.facebook.com/juliocesar.gonzalezpages/posts/2219824801382163Links ]

Grabendorff, Wolf. 2015. “Cuba: el doble desafío de cambios internos y externos”. Comentario Internacional, Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales 15: 155-175. [ Links ]

Granma. 2018. “Respaldo de pueblo a un sistema electoral genuino”. Granma, 18 de marzo, http://www.granma.cu/cuba/2018-03-18/respaldo-de-pueblo-a-un-sistema-electoral-genuino-18-03-2018-20-03-56Links ]

Granma. 2019. “Transparencia y apego a la ley primaron en validación de los resultados del Referendo”. Granma, 1 de marzo, http://www.granma.cu/reforma-constitucional/2019-03-01/transparencia-y-apego-a-la-ley-primaron-en-validacion-de-los-resultados-del-referendo-01-03-2019-00-03-05Links ]

Gratius, Susanne. 2018. “Cuba sin los Castro: de delfines y sucesiones”. Agenda Pública, 28 de abril, http://agendapublica.elpais.com/cuba-sin-los-castro-de-delfines-y-sucesiones/Links ]

Guanche, Julio César. 2014. “La participación ciudadana en el Estado cubano”. SELA (Seminario en Latinoamérica de Teoría Constitucional y Política) Papers 149, https://digitalcommons.law.yale.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1148&context=yls_selaLinks ]

Hansing, Katrin y Uwe Optenhögel. 2015. “Cuba: las desigualdades se tornan visibles. Consecuencias de la economía de escasez y reformas”. Nueva Sociedad 255: 4-18. [ Links ]

Hernández, Roberto, Carlos Fernández y María del Pilar Baptista. 2014. Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill/Interamericana Editores, S. A. [ Links ]

Hernández, Jorge. 2015. “El conflicto Cuba-Estados Unidos: asimetría histórica y límites político-jurídicos del cambio”. Alegatos 91 (29): 637-656. http://alegatos.azc.uam.mx/index.php/ra/article/view/56/55Links ]

Hernández Martínez, Rafael. 2018. “Cuba probable. La transición socialista y el nuevo gobierno”. Latin American Perspectives, 7 de mayo, http://laperspectives.blogspot.com/2018/04/exclusive-cuba-probable-la-transicion.htmLinks ]

Hobsbawm, Eric. 1999. Historia del siglo XX. Buenos Aires: Crítica. [ Links ]

Landaburo, Liosday. 2014. “Confabulaciones en la Cuba de las reformas: la familia transnacional cubanoamericana ante el cuentapropismo y el trabajo de la tierra”, tesis de maestría, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Ecuador. [ Links ]

Landaburo, Liosday. 2017. “Poder blando y negocios privados en Cuba: perspectivas después del 17D”. Estado & Comunes. Revista de Políticas y Problemas Públicos 4: 57-69. [ Links ]

Lasagna, Marcelo. 1995. “Las determinantes internas de la política exterior: un tema descuidado en la teoría de la política exterior”. Estudios Internacionales 111: 387-409. [ Links ]

Lasagna, Marcelo. 1996. “Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo”. Revista CIDOB d'Afers Internacionals 32: 45-64. [ Links ]

López Noguero, Fernando. 2002. “El análisis de contenido como método de investigación”. Revista de Educación 4: 167-179. [ Links ]

Malamud, Carlos. 2018. “La política exterior tras la muerte de Fidel Castro”. Política Exterior 181. https://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/la-politica-exterior-tras-la-muerte-de-fidel-castro/Links ]

Meneghini, Alexandre. 2018. “Las iglesias evangélicas de Cuba recogen firmas contra la legalización del matrimonio homosexual”. Europapress, 16 de octubre, https://www.europapress.es/internacional/noticia-iglesias-evangelicas-cuba-recogen-firmas-contra-legalizacion-matrimonio-homosexual-20181016213039.htmlLinks ]

Mesa-Lago, Carmelo. 2015. “La economía cubana en un año crucial”. Iberoamericana 57: 162-167. [ Links ]

Miná, Gianni. 1987. Un encuentro con Fidel. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. [ Links ]

Minrex (Ministerio de Relaciones Exteriores). 2018. “Cuba vs bloqueo”. Minrex, última modificación 8 de enero de 2019, último acceso 12 de enero de 2019, Minrex, última modificación 8 de enero de 2019, último acceso 12 de enero de 2019, http://www.Minrex.gob.cu/sites/default/files/2019-01/Informe%20CubaVSBloqueo%202018.pdfLinks ]

Minrex (Ministerio de Relaciones Exteriores). 2019. “Proyección. Principios de la Cancillería de la República de Cuba”. Minrex, última modificación 8 de enero de 2019, último acceso 14 de enero de 2019, Minrex, última modificación 8 de enero de 2019, último acceso 14 de enero de 2019, http://www.Minrex.gob.cu/es/proyeccionLinks ]

ONEI (Oficina Nacional de Estadísticas e Información). 2018. Anuario Estadístico de Cuba 2017 Sector externo. La Habana: ONEI. http://www.one.cu/aec2017/08%20Sector%20Externo.pdfLinks ]

Padua, Jorge, Ingvar Ahman, Héctor Apezechea y Carlos Borsotti. 1992. Técnicas de investigación aplicadas a las ciencias sociales. México: El Colegio de México/Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Piñuel, José Luis. 2002. “Epistemología, metodología y técnicas del análisis de contenido”. Estudios de Sociolingüística 3 (1): 1-42. [ Links ]

Rodríguez, Raúl y Harry Targ. 2015. “US Foreign Policy towards Cuba: Historical Roots, Traditional Explanations and Alternative Perspectives”. International Journal of Cuban Studies 1 (7): 16-37 [ Links ]

Rojas, Rafael. 2015. Historia mínima de la Revolución cubana. Madrid: Turner Publicaciones S. L. [ Links ]

Rojas, Rafael. 2018. “La sucesión sin reformas”. Política Exterior 181. https://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/la-sucesion-sin-reformas/#imprimirLinks ]

Rojas, Rafael. 2019. “La Constitución del disenso”. Cuba Posible, 23 de enero, https://cubaposible.com/la-constitucion-del-disenso/Links ]

Sandvik, Even 2017. “Cuba fue diferente. El derrumbe del socialismo euro-soviético visto desde el Partido Comunista de Cuba (1989-1992 y 2013)”, tesis de doctorado, Universidad de Bergen, Noruega. [ Links ]

Serbin, Andrés. 2001. “Cuba en el entorno regional: las relaciones con América Latina y el Caribe en el cambiante contexto regional”. Colombia Internacional 53: 43-52. https://doi.org/10.7440/colombiaint53.2001.02Links ]

Serbin, Andrés. 2017. “Cuba: legados del pasado y retos del presente”. Pensamiento Propio 45: 7-32. [ Links ]

Sputnik. 2018. “Díaz-Canel, un cubano de estos tiempos”. Sputnik, 4 de octubre. https://mundo.sputniknews.com/politica/201810041082482665-diaz-canel-lopez-levy-encuentro-migracion-cuba-eeuu/Links ]

Stuhldreher, Amalia. 2003. “Régimen político y política exterior en Argentina. El caso del primer gobierno de Carlos Menem (1989-1995)”. Perfiles Latinoamericanos 22: 79-101. [ Links ]

Torres, Ricardo. 2017. “El proceso de actualización del modelo económico y social de Cuba”. Pensamiento Propio 45: 57-80. [ Links ]

Triana, Juan Alejandro. 2013. “Las microfinanzas y el sector privado en Cuba”. Microfinancegateway, última modificación 20 de febrero de 2013, último acceso 14 de enero de 2019, Microfinancegateway, última modificación 20 de febrero de 2013, último acceso 14 de enero de 2019, http://www.microfinancegateway.org/sites/default/files/mfg-es-estudio-de-caso-las-microfinanzas-y-el-sector-privado-en-cuba-6-2013.pdfLinks ]

Vidal, Pavel. 2017. “La reforma quedará incompleta si no nos despegamos del modelo de economía centralmente planificada”. Cuba Posible, 20 de septiembre, https://cubaposible.com/pavel-vidal-la-reforma-quedara-incompleta-no-nos-despegamos-del-modelo-economia-centralmente-planificada/Links ]

Villegas, Patricia. 2018. “¡Vamos a marchar adelante con este pueblo, como lo ha hecho la Revolución siempre!”. Granma, 19 de septiembre, http://www.granma.cu/discursos-de-diaz-canel/2018-09-18/vamos-a-marchar-adelante-con-este-pueblo-como-lo-ha-hecho-la-revolucion-siempre-18-09-2018-22-09-42Links ]

CÓMO CITAR:Landaburo Sánchez, Liosday. 2019. “Cambios e inmutabilidades en el gobierno de Díaz Canel. La influencia de la política interna en la política exterior cubana”. Colombia Internacional (100): 15-38. https://doi.org/10.7440/colombiaint100.2019.02

2Fuerzas Armadas Revolucionarias.

3Eufemismo que se refiere a la etapa de crisis económica y social que vivió Cuba después del derrumbe del campo socialista europeo.

4Las dos actividades más prósperas del cuentapropismo.

5El trabajador disponible era aquel cuya plaza laboral dejaba de existir y pasaba al desempleo.

Recibido: 27 de Febrero de 2019; Aprobado: 04 de Julio de 2019

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons