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Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión

Print version ISSN 0121-6805

Rev.fac.cienc.econ. vol.16 no.1 Bogotá Jan./June 2008

 

EL PROFESOR UNIVERSITARIO EN LA CONTEMPORANEIDAD*

LILLYAM LÓPEZ P.**
UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA

* Reflexión teórica del proyecto de investigación: "Las representaciones sociales sobre el trabajo académico de los profesores universitarios de la Universidad de la Amazonia", que se lleva a cabo en la Universidad Distrital, en su doctorado interinstitucional de educación.

** Estudiante del Doctorado Interinstitucional en Educación. Universidad Distrital "Francisco José de Caldas". Bogotá. 2008. Licenciada en Lingüística y Literatura, Magíster en Tecnología Educativa. Docente Universidad de la Amazonia. lillyamlopez@yahoo.es

(Recibido: Abril 11 de 2008- Aprobado: Mayo 15 de 2008)


Resumen

La educación, la Universidad y en particular, el profesor universitario son considerados como los portadores de una gran responsabilidad ante los continuos cambios que afronta nuestra sociedad. Este texto pretende efectuar una reflexión acerca de las relaciones entre el contexto de la sociedad y la universidad, en los ámbitos latinoamericano y colombiano que invite a pensar el papel del profesor universitario, los obstáculos y condiciones de realización de su trabajo académico. Se busca la comprensión de la complejidad de su papel a fin de revalorar su función desde una postura crítica donde se analice lo complejo, contingente y alternativo. El texto presenta tres apartados:los avatares de nuestra sociedad, la universidad y el rol del profesor universitario.

Palabras claves: modernización, desarrollo, educación, universidad, profesor universitario, trabajo académico.


UNIVERSITY PROFESSOR: A CONTEMPORARY VIEW

Abstract

Education, university and university professors, in particular, are regarded as key elements before the continuous changes society is going through. This paper attempts to reflect particularly upon the relations between society and university and to ponder about the role university professors play, their working obstacles and conditions in Latin America and Colombia. The paper mainly revises, from a critical view, the complexity of their role in order to revaluate it based on three main issues: our society and its problems; university; and, the role university professors play.

Key words: modernization, development, education, college, university professor, academic work.


1. Introducción

"La medida que se tenga del mundo es nuestra libertad" (Virilo, 1997:45)

El actual contexto mundial ha transitado por el fin de la guerra fría al colapsar la Unión Soviética y su sistema totalitario, las confrontaciones bélicas sectorizadas y búsqueda simultánea de cooperación. Las tendencias del fenómeno de la globalización, entre otras son, el poderío de las corporaciones globales e internacionales, crecimiento del comercio mundial en especial, los mercados financieros globales, conformación de bloques regionales de comercio, crecimiento de la inversión directa extranjera, la interconexión por la influencia de los cambios en las tecnologías de la información y la comunicación y la movilidad de la población. Esto supone que la educación, la universidad y en particular, el profesor universitario son vistos como los portadores de una gran responsabilidad ante los continuos cambios que afronta nuestra sociedad.

En este texto se pretende efectuar una reflexión acerca de las relaciones entre el contexto de la sociedad y la universidad, en el ámbito latinoamericano y colombiano que conduzca a pensar en el papel del profesor universitario, los obstácul os y condiciones de realización de su trabajo académico.

En esta perspectiva, se desarrollan los siguientes tres apartados: el primero, reflexiona sobre las características predominantes de la sociedad a partir de los años ochenta y la modernización1 en Latinoamérica y Colombia; el segundo apartado presenta una reflexión de la educación y la Universidad en América Latina y Colombia y el tercero, expone una propuesta acerca del papel del profesor ante las particularidades analizadas.

En el tratamiento del tema confluyen las voces de varios autores. La apuesta es problematizar y reflexionar sobre nuestra propia realidad para no permanecer indiferentes.

2. Por los avatares de nuestra sociedad

Una reflexión sobre algún aspecto de la educación implica necesariamente un razonamiento acerca de la sociedad en la cual acontece. En este sentido, la pregunta es sobre ¿cuál es la caracterización de la sociedad en los últimos veinticinco años? Algunos autores como Alain Touraine (1969) y Hard y Negri (2000) ubican como relevantes, los siguientes procesos (ver gráfico 1).

Gráfico 1. Avatares de la sociedad cotemporánea2

• Crecimiento económico. Una política mundial a impulsar es el incremento del mercado y del consumo, por consiguiente, el aumento del capital. Los procesos sociales y culturales han de estar orientados a fomentar el crecimiento y consolidación del capital. En tal sentido, se inicia el debilitamiento del Estado como benefactor y promotor de bienestar en pro de la consolidación de un Estado Supervisor. Así la autonomía del Estado se debilita.

• El papel del conocimiento. Se valora como factor clave del crecimiento económico, éste no es solamente el resultado de la acumulación de capital. Por tal motivo, se privilegia la creatividad y la innovación como capacidades esenciales de los nuevos profesionales, capacidades que están interrelacionadas con la investigación. En esta perspectiva, la investigación como producción de conocimiento es considerada como una de las funciones prioritarias de la universidad por cuanto se constituye en motor de cambio y transformación. El conocimiento impregna todas las esferas, la producción de conocimiento está muy relacionada con el crecimiento económico, por eso es considerada como una fuerza productora. En este contexto, la educación es analizada como la palanca que coadyuva al conocimiento y por ende, al cambio y la transformación. Por tal razón, un lema permanente es el de "educación continua para todos" y la creación constante de conocimiento relacionadas con las necesidades del mercado.

• Dominación social. Para asegurar la eficacia de los procesos de producción y circulación del capital se requiere cada vez más establecer la formación de sistemas organizacionales jerarquizados y controladores de las relaciones entre sus diversos elementos. Hay una persistente represión de las clases dominantes hacia las manifestaciones de resistencia expresados en los diversos movimientos sociales.

La dominación busca la legitimación social a través de la manipulación cultural, la cual crea necesidades sutiles encaminadas al consumo y a mantener en constante alienación la población en pro de la reducción del conflicto social. Los medios de comunicación, por ejemplo, son el vehículo más utilizado para integrar, seducir y manipular; se educa a partir de los intereses del sistema. La integración social es otra forma de dominación, une los objetivos del individuo al poder; al igual que el control político de la organización, mediante ésta articula al individuo a las organizaciones. La participación por la que se aboga es una participación dependiente. "Los actores sociales se ven inducidos a participar, no solamente en el trabajo propiamente dicho, sino también en el consumo y en la formación, en los sistemas de organización y de influencia que los movilizan" (Touraine, 1969: 9).

Alian Touraine con gran espíritu analítico oteó en el horizonte y formuló anticipadamente aspectos que se cimentaron en los años 80 en adelante, en cuanto "Nuestro tipo de sociedad está aún más "movilizado" por el crecimiento económico que cualquier otro. Los particularismos de la vida privada, de las sociedades locales, de los géneros de vida, se ven penetrados y destruidos por una creciente movilidad geográfica y social, por la difusión de publicidades y propagandas, y por una participación política más amplia que en otro tiempo" (Touraine, 1969:7).

Además de estas características otros perfiles de nuestra sociedad se manifiestan en los siguientes términos,

• Sociedad movilizada por el crecimiento económico. Puesto que "(...) en una sociedad disciplinaria, toda la sociedad, con todas sus articulaciones productivas y reproductivas, es subsumida bajo el comando del capital y el Estado, y que la sociedad tiende, gradualmente pero de modo indetenible, a ser dirigida únicamente por criterios de producción capitalista" (Hard & Negri, 2000: 217).

• Sociedad programada. Allí el "progreso de la economía aparece como el resultado, como el signo más visible del funcionamiento de la sociedad, es decir, como el resultado de su aptitud para regir las tensiones que nacen necesariamente de la oposición entre las inversiones y el consumo individual" (Touraine, 1969: 49). La globalización de la producción capitalista, su mercado mundial y las relaciones globales de poder, hacen posible el proyecto capitalista de reunir el poder económico y el poder político. De esta manera, los procesos de globalización, constituyen además, una fuente de definiciones jurídicas que tienden a proyectar una única figura supranacional de poder político. Lo que se va configurando es la idea de un único poder que ultra determina a todas las potencias, las estructura de una manera unitaria y las trata según una nueva y común producción de normas e instrumentos legales de coerción que garantizan los contratos y resuelven los conflictos.

• Alta movilidad geográfica, la movilidad de la población y la migración en búsqueda de mejores oportunidades de vida, parece ser una constante.

• Gran difusión de la publicidad y la propaganda a fin de crear hábitos culturales de consumo como la música, la moda, el cine, entre otros. Según Hard y Negri, los medios contemporáneos han suministrado instrumentos poderosos para conformar la opinión pública y la percepción pública de la sociedad. Estos mantienen algo cercano a un monopolio sobre lo que aparece ante la población en los medios masivos de comunicación.

• Participación política amplia pero con carácter dependiente. "En la sociedad del espectáculo, que alguna vez fue imaginada como la esfera pública, el terreno abierto de la participación y el intercambio político se evapora por completo. El espectáculo destruye cualquier forma colectiva de socialidad-individualizando a los actores sociales en sus automóviles separados y frente a pantallas de video separadas-imponiendo al mismo tiempo una nueva socialidad masiva, una nueva uniformidad de la acción y el pensamiento" (Hard & Negri, 2000: 276).

• Integración en interrelación entre la producción económica, la vida social, la educación, el consumo y la información. La educación cada vez la pueden ofrecer otros actores distintos a la familia y la escuela. Las tecnologías de comunicación se han instaurado como las grandes mediadoras del aprendizaje.

• Sistema laboral controlado, jerarquizado en pro de la eficacia. Inducción hacia el trabajo a fin de producir para consumir. En esta óptica es "(.) preciso actuar tanto sobre las necesidades y actitudes como sobre el trabajo" (Touraine, 1969: 9).

• Descentralización y flexibilidad. La desterritorialización es la fuerza principal; la circulación es la forma de comunicación social en la que los lenguajes se vuelven funcionales. En este sentido, la comunicación es la forma de producción capitalista con la que el capital somete total y globalmente bajo su régimen a la sociedad, suprimiendo todo camino alternativo. Por eso, la comunicación está completamente desterritorializada: "La deterritorialización es la fuerza principal y la circulación la forma por la cual se manifiesta la comunicación social. De este modo y en este éter los lenguajes se vuelven funcionales para la circulación y disuelven toda relación de soberanía. Tampoco la educación y la cultura pueden evitar someterse a la sociedad circulante del espectáculo. Aquí alcanzamos un límite extremo del "proceso de disolución de la relación entre orden y espacio" (Hard & Negri, 2000: 293-294). Los avances en las telecomunicaciones y las tecnologías de la comunicación han propiciado la desterritorialización de la producción y disgregado las fábricas de masas y las ciudades factorias. Se pueden transportar productos inmateriales por todo el mundo con mínimo costo y demora a través de ágiles mecanismos de comunicación y control.

• Un slogan permanente es el "cambio" para ejercer con mayor propiedad los hilos del poder y del control. La disciplina continúa siendo su rasgo más característico aunado a los mecanismos sutiles de control. "(.) la dirección del crecimiento económico.ha estado a cargo de.actores sociales particulares.que imponen mediante todos los instrumentos de control social que tienen a su alcance, la participación dependiente de los miembros de la sociedad: no solamente el objetivo general del crecimiento, sino un desarrollo dirigido por los aparatos y por las exigencias de su fuerza y de su poder" (Touraine, 1969: 21).

• Como producto de la industrialización hay una transformación de la sociedad de clases por el de la sociedad de masas. Es una sociedad que oscila entre la sociedad disciplinaria3, en la cual el poder se economiza en espacios diferenciados y la sociedad de control. En ella el poder se in visibiliza y todo es permanente, continuo y transparente.

Se argumentan que la sociedad de control, de la que ya existe una alta tendencia, funciona mediante la modulación ""como un molde auto-deformante que cambia continuamente, de un instante a otro, o como un tamiz cuyo patrón se modifica de un lugar a otro"... se enfrenta a múltiples variables complejas que cambian continuamente y admiten una variedad, siempre incompleta pero sin embargo efectiva, de soluciones" (Hard & Negri, 2000: 166). En estas modulaciones se moldea la vida, el cuerpo, el alma, la política, prácticamente todo el entramado social es atravesado por las líneas sutiles del poder biopolítico.

Según estos mismos autores, el biopoder, es la subsunción real de la sociedad bajo el capital, del orden productivo globalizado. La producción, es considerada como una máquina que llena de vida inteligente, se expresa a sí misma en la producción, reproducción y circulación (de trabajo, afectos y lenguaje). Imprime un nuevo sentido colectivo al reconocer la cooperación como virtud y civilización.

Por otra parte, cada vez la sociedad tiene mayores procesos de complejización. Por ejemplo, el poder se afianza mediante mecanismos de control a través del cambio de lo mixto a lo híbrido, la subjetividad, donde el poder se ejerce básicamente sobre ésta.

Pero al tiempo que el poder se ejerce de manera compleja, la multitud productiva también lo ejerce; especialmente, en las luchas de resistencia que instaura para emanciparse y visibilizarse.

Ahora, el cuestionamiento es ¿cuáles son las características que además de compartir en el ámbito global, nos hacen países particulares en el plano internacional?, como latinoamericanos ¿qué singularidades nos atraviesan?

3. El transitar latinoamericano

Si bien es cierto no se puede estar deslindado del acontecer mundial, especialmente en lo referente a compartir las inequidades, durante la guerra fría, Latinoamérica tiene particularidades como su subordinación al capital mundial, "(.) diversas formas económicas, sociales y culturales podían ser todas potencialmente subsumidas bajo la dinámica de la producción y los mercados capitalistas" (Hard & Negri, 2000: 284). Esto promovió una acelerada transformación en todos los campos bajo la égida de la "modernización y el desarrollo" que en el fondo cimenta el desarrollo capitalista, por cuanto, modernización significa: "(...capitalización, es decir, incorporación dentro del ciclo expansivo de la producción y acumulación capitalistas. De este modo el entorno no-capitalista (territorio, formas sociales, culturas, procesos productivos, fuerza de trabajo, etc.) es subsumido formalmente bajo el capital" (Hard & Negri, 2000: 204).

La modernización fue tomada como vehículo para la industrialización de los países. El paso de la agricultura a la industria. Sin embargo, la agricultura permaneció; pero, en algunos sectores transformada, en una agricultura industrializada. Si bien es cierto, que para nuestro contexto la modernización no ha concluido, si existe la exigencia y presión del sector servicios que la hace tener una caracterización actual diferente, que se expresa en los requerimientos y cambios cuantitativos del empleo.

Un discurso para instaurar la modernización fue el del "desarrollo" y sus componentes estratégicos fueron: acumulación, industrialización, planeación y ayuda externa. Se aspiraba que el capital para invertir proviniera de los ahorros, de ahí la importancia de determinar la "tasa de ahorro". De tal manera que cada economía tendría una "tasa natural de crecimiento", definida como la tasa máxima permi rida por el aumento de su población, la acumulación de capital y el progreso tecnológico" (Escobar, 2006: 140).

Siguiendo al mismo autor, los teóricos del desarrollo consideraban que el desarrollo se lograba mediante la aplicación más o menos directa de incrementos en el ahorro, la inversión y la productividad para lo cual se requería de una fuerza de trabajo cada vez más especializada. Por otra parte, se consideró que la industrialización era la clave del desarrollo por la producción de bienes de mayor valor comercial. Pero, el efecto fue el contrario,"la estrategia de industrialización vía sustitución de importaciones agravó precisamente aquellos factores que buscaba corregir: incrementó la vulnerabilidad por falta de divisas, exageró algunos aspectos de los desequilibrios sectoriales y exacerbó la tendencia inflacionaria del proceso de crecimiento" (Escobar, 2006: 161).

Otras prácticas del discurso del desarrollo fueron: la planeación; la intermediación de organismos internacionales para establecer una nueva relación entre el capital internacional y las economías periféricas; la distinción de campos específicos como el de la economía, la política, la cultura, entre otros; y, la existencia de centros de decisión en cada uno de los países.

En la modernización, el Estado-Nación se instituyó en el baluarte de la modernidad y el desarrollo. A su vez, el desarrollo se fundamenta en el capital, la ciencia y la tecnología; el progreso humano depende del desarrollo y la aplicación en el mayor grado posible de la investigación científica. En este sentido, el desarrollo de un país depende ante todo de un factor material: primero, el conocimiento, y luego, la explotación de todos sus recursos naturales.

Según Arturo Escobar (2006), la tecnología fue teorizada como una especie de fuerza moral que operaría creando una ética de la innovación, la producción y el resultado. La tecnología contribuía así a la extensión planetaria de los ideales modernistas. El concepto transferencia de tecnología se convertiría con el tiempo en componente importante de los proyectos de desarrollo. La tecnología era considerada neutral y benéfica y no como instrumento para la creación de los órdenes sociales y culturales; por tal razón, no hubo conciencia de que la transferencia no dependía únicamente del aporte de los elementos técnicos sino que los factores culturales y sociales tienen mucha incidencia. En este marco, se ha de pensar en la diversidad y multiplicidad, antes que en la uniformidad, como ha ocurrido en la aplicación de diversos planes de desarrollo.

En esta óptica, el desarrollo se convirtió en un discurso esperanzador que se posicionó en el imaginario popular como la panacea del cambio, la transformación y el bienestar. Alimentó una forma de concebir la vida social como problema técnico, como objeto de manejo racional que debía confiarse a un grupo de personas, los profesionales del desarrollo. Desde esta perspectiva, el discurso del desarrollo y su materialización se instauraron en prácticas de realidad y verdad; el crecimiento económico quedó ligado a la renovada fe en la ciencia y la tecnología. Se necesitaba un tipo de conocimiento preciso mediante la aplicación de las nuevas ciencias sociales "científicas" (macroeconomía, sociología, estadística, análisis de sistemas, investigación de operaciones, la demografía, entre otras). La selección fue arbitraria puesto que el "desarrollo tenía que basarse en una producción del conocimiento que suministrara un cuadro científico de los problemas sociales y económicos y de los recursos de un país. Ello implicaba establecer instituciones capaces de generar tal conocimiento. El "árbol de la investigación" del Norte fue trasladado al Sur, y con ello América Latina entró a formar parte del "sistema trasnacional de conocimiento" (Escobar, 2006: 82).

Igualmente, el desarrollo se asoció con formas totalitarias de ejercicio del poder, este se regularizó. Por tal razón "las formas de poder que han surgido no funcionan tanto por medio de la represión, sino de la normalización; no por ignorancia sino por controldel conocimiento; no por interés humanitario, sino por la burocratización de la acción social" (Escobar, 2006: 109). Pero al tiempo en Latinoamérica se gestaron movilizaciones de carácter político, especialmente del sector de los sindicatos, estudiantes y campesinos que han actuado como expresiones de resistencia y liberación.

Simultáneamente, se han generado movilizaciones geográficas mediante la emigración a otros países en aras de un mayor bienestar social en procura de obtener la liberación que significa "(...) la destrucción de fronteras y patrones de migración forzada, la reapropiación del espacio y el poder de la multitud para determinar la circulación y mezcla global de individuos y poblaciones" (Hard & Negri, 2000: 320). Surgen nuevas formas de resistencia al desarrollo y a la reconstrucción de órdenes culturales en los grupos y movimientos sociales.

El impacto del discurso del desarrollo en lo cultural tiene en muchos casos efectos nefastos por cuanto construye el imaginario de la población latinoamericana, como "diferente" pero, "inferior". Se olvida de una caracterización propia y básica de Latinoamérica: "lo hibrido, diverso, múltiple" de ahí que coexisten "en tiempo y espacio a pesar de venir de diferentes temporalidades culturales - formas premodernas, modernas, amodernas e incluso antimodernas" (Escobar, 2006: 408). La modernidad en América Latina ha sido caracterizada como un proceso complejo de hibridación que abarca tradiciones y modernidades diversas.

La hipótesis actual es que ya no se sustituye lo tradicional por lo moderno, sino la modernidad híbrida caracterizada por intentos de renovación por parte de múltiples grupos. Esto confluye en lo manifestado por Martínez Boom, el desarrollo debe entenderse como "el reconocimiento de un nuevo modo de configuración social, que supone el modelo de vida urbana, la incorporación de la ciencia y la tecnología, el uso de los medios de comunicación y la escolarización" (Martínez, 2004: 70).

Los años ochenta, considerados como "la década perdida", es la época de fractura del desarrollo. En primer lugar, hubo cambios contextuales drásticos: intentos de ajuste y estabilización económicas, me didas de austeridad, caída de los niveles de vida de la clase media y popular, caída industrial, consolidación de fuertes políticas económicas neoliberales y de libre mercado; en segundo lugar, hubo un aumento significativo de la exclusión social y la violencia.

En conclusión, los resultados no fueron alentadores, los niveles de pobreza se acrecientan pese ser la razón inicial para impulsar el desarrollo; el intercambio de los productos endógenos se deterioró por la necesidad del cambio tecnológico y porque sus precios cambian continuamente como resultado de las tendencias inflacionarias. Pero, el principal obstáculo al desarrollo es la baja disponibilidad de capital que acarreó altos índices de endeudamiento con los organismos internacionales.

3.1 El contexto colombiano

Con la Misión Currie el desarrollo se instauró como el discurso salvador y promotor de la modernización; se concibe que sólo a través del desarrollo Colombia podrá llegar a ser un 'ejemplo inspirador' para el resto del mundo subdesarrollado. El desarrollo trae la luz, es decir, la posibilidad de satisfacer 'requerimientos sociales científicamente verificados'. Esta fe en el mesianismo del desarrollo estaba fundamentada en el acceso estratégico a las materias primas y la guerra a la pobreza.

A partir de los años 90 se dió la apertura total a la economía, al tiempo que la privatización de los servicios y la modernización del Estado. Dichas políticas son confrontadas desde diversos ángulos ante la crítica situación del país especialmente por los altos índices de violencia fratricida proveniente de varios campos: guerrilla, paramilitarismo, aparatos represivos del Estado, delincuencia común y la más álgida, la familiar. Aunque la sociedad civil ha reaccionado con la participación en marchas históricas como las del 4 de febrero y 6 de marzo de 2008 aún se buscan alternativas para superar la violencia consuetudinaria en el país.

Respecto al desarrollo, sus teóricos son conscientes de que no existe un sendero único que conduzca al desarrollo dado los complejos problemas a enfrentar. Según Martínez Boon (2004) el desarrollo ha implementado diversas estrategias, a partir de los años ochenta se impulsan varios enfoques, el de las «necesidades básicas insatisfechas» y planificación a nivel local hasta el «desarrollo sostenible» o «desarrollo humano» orientado a la modificación de las condiciones del conjunto de la población.

Los discursos del desarrollo han impactado también los de la educación puesto que "los postulados del desarrollo pretendieron demostrar discursivamente que existía una conexión «lógica» y «natural» entre capital humano, estructura social y sistema educativo, conexión que dio origen al mito del desarrollo y del progreso continuo, y que para el caso de la educación tiene unas mismas líneas de acción, una misma discursividad, unos mismos propósitos y un sólo destino" (Martínez B., 2004: 33). La pregunta es ¿cómo se ve la educación, en particular, la universidad, en el ámbito mundial, latinoamericano y colombiano?

3.2 La Universidad

En el mundo global caracterizado por la dominación de la lógica de los mercados internacionales, se acentuó el discurso sobre la importancia de la educación para asumir las aceleradas transformaciones de la globalización contemporánea. La modernización de la educación empleó una serie de estrategias para relacionar educación y productividad del trabajo, puesto que

"La modernización educativa comprende el conjunto de estrategias adoptadas desde distintas instancias y centros de poder con el fin de racionalizar la educación bajo la perspectiva de la mirada sistémica, de tal forma que los sistemas educativos se ordenen en consonancia con los cambiantes objetivos políticos y las estructuras económicas de tal suerte que proporcionen respuestas flexibles a las presiones económicas que proceden de las agencias nacionales o internacionales" (Martínez B., 2004: 15).

En la reciente modernización educativa se emplearon estrategias como: introducción del modelo curricular, que regirá la enseñanza; la profesionalización docene; nuevas formas de gestión del sistema educativo e instauración de mecanismos de evaluación y acreditación y, la incorporación de las nuevas tecnologías.

La universidad adquiere cada vez mayor importancia estratégica en el ámbito de la modernización de tal modo que "(.) la esencia misma de la universidad, acrecentar el conocimiento a través de la investigación y sus lógicas de acción y la transmisión de esos conocimientos a través de la formación avanzada" (Misas, 2004: 22), se proclama para la institución educativa por excelencia e impulsar así la modernización educativa. De ahí que en las últimas décadas las estrategias son las que, los discursos de los organismos internacionales como el Banco Mundial se impone, reconocen la importancia de la educación superior, asociada a mejores competencias y habilidades, mayor productividad y a mejorar la calidad de vida; dándole un matiz instrumentalista a su función. "La idea central de los economistas neoliberales es vincular a toda costa la educación superior con la economía de mercado" (Misas, 2004: 49).

Un aspecto de la relación educación-mercado es el discurso de la "educación continuada, para toda la vida", que impulsa a una constante revisión del quehacer de la universidad, especialmente en la función de extensión, a fin de competir con las ofertas educativas que se hacen desde las plataformas tecnológicas y por tanto, dar respuesta a las "necesidades de formación y actualización" exigidas por los avances tecnológicos.

Por lo anterior, la universidad actual vivencia múltiples tensiones, entre otras: la pertinencia de los saberes; la creación de nuevos saberes y la conservación de los antiguos, dicha tensión se resuelve a favor de la investigación y diversificación de los programas de formación; la burocracia jerarquizada de sus estructuras de gestión o la apertura de las mismas; la calidad de los procesos o la rentabilidad de los mismos; la formación del espíritu científico o el desarrollo de competencias y habilidades; valoración del profesorado por su papel vital o la acumulación de funciones y exigencias académicas del mismo en detrimento de la investigación; la rigidez académica basada en la lógica disciplinar o la multidisciplinariedad e interrelación disciplinaria; las relaciones entre ciencia y tecnología; las relaciones entre ética, estética y ciencia; la articulación entre investigación y docencia; la calidad y la ampliación de la cobertura; lugar de integración al sistema social o lugar de contrastación y contestación; la representación ideal del quehacer universitario y las prácticas científicas y pedagógicas.

Otra problemática de la universidad es la constante presión para atender la alta demanda y la disminución del apoyo financiero por parte del Estado. Por otra parte, se acentúa la distancia entre la investigación que realizan en las universidades de los países industrializados y las de los que no lo son. En aquellas se concentran altos volúmenes de inversión y apoyo del Estado y del sector privado, por tanto, tienen la mayor concentración y acumulación del conocimiento.

Según Carlos Tunnermann (1998), los temas del debate sobre la universidad son: "a) La educación superior y sus objetivos en el umbral del siglo XXI..., b) El papel de las ciencias sociales en el análisis de la problemática mundial..., c) La integración entre docencia e investigación... d) Medidas para asegurar la democratización y al mismo tiempo promover la calidad de la educación superior..., e) La diversificación de los sistemas de educación superior y su vinculación con el sector productivo... , f) El papel de la educación permanente en la educación superior... , g) Independencia intelectual y libertad académica como condición esencial para la conducción de la docencia y las investigación..., h) El impacto de la globalización en los planes y programas de estudio de las instituciones de educación superior... , i) La necesidad de abordar de manera comprensiva el problema del financiamiento de la educación superior" (Tunnermann, 1998: 120-121).

La preocupación dominante en estos debates generales sobre la educación es el tema de las relaciones entre educación y mercado, es decir, una concepción economicista: financiamiento de la educaciónsuperior, impacto de la globalización, diversificación del sistema, entre otros.

3.3 En América Latina

En la última década del siglo XX, el discurso del desarrollo económico también incidió en la educación, en sus prácticas se privilegió la planificación de la educación y los recursos humanos y del desarrollo integral de la sociedad latinoamericana. En este sentido, se postula "la teoría de la movilidad social", allí la educación es vista como factor de mejoramiento económico y ascenso social. Es la clave esencial del bienestar, desarrollo social y económico; por tanto, ha de ocupar un lugar estratégico en la definición de políticas.

Se instaura entonces el concepto de "cooperación técnica"4, lo cual posibilita "la utilización de los avances científicos y tecnológicos producidos por los países desarrollados. El concepto de cooperación técnica va a ser muy importante en tanto que diluye cualquier idea de país imperialista y país dependiente, adicionalmente que incorporaba la idea de articulación de diversas naciones para la solución de problemas comunes" (Martínez B., 2004: 57).

Según Martínez (2004), se organizó una red para la educación y para la difusión de los conocimientos y tecnologías transferidas, conformada por: organizaciones internacionales y bilaterales de ayuda, universidades y fundaciones noteamericanas, universidades e instituciones de investigación y tecnología en el Tercer Mundo y, los propios gobiernos latinoamericanos. Los países industrializados buscaban obtener influencia política y económica en el ámbito mundial, defendían sus intereses nacionales y garantizaban la dependencia y subordinación tecnológica. La solución a los problemas se hizo enfatizando la perspectiva de la planificación y los avances de la tecnología.

La situación crítica para los países latinoamericanos es que el modelo de desarrollo a adoptar debe basarse en los parámetros y modelos de los países considerados como desarrollados y guiarse por los patrones occidentales de progreso. En esta tónica y en aras de mantener la racionalización de los recursos y de la inversión, se impulsaron los siguientes mecanismos de desarrollo:

• La profesionalización. Se inició un proceso de transferencia tecnológica, de ciencia y conocimientos desarrollados especialmente en Estados Unidos y se utilizaron todos los avances científicos en todos los órdenes para formar los "recursos humanos".

• Los procesos de institucionalización. Los organismos actuaron como catalizadores para vincular la educación a la tarea del desarrollo y promover la difusión y aplicación de los avances tecnológicos. La práctica más recurrida ha sido la planeación, la cual contempla cinco pasos: diagnóstico; determinación de escenarios; definición de fines, objetivos y metas; definición de medios; elaboración de mecanismos de evaluación y control. El interés primordial era la eficacia y eficiencia en la utilización de los recursos, soportado en la teoría del "capital humano". El mecanismo para obtener recursos del orden internacional fue la elaboración de planes de desarrollo.

Igualmente, desde las últimas décadas del siglo XX, la educación se asumió como "capacitación para el trabajo, entrenamiento o desarrollo de aprendizajes efectivos, que sería la finalidad asignada desde una ingeniería de la educación y (.) del realismo educativo interesado en la competencia y la productividad" (Martínez B., 2004: 3). Esto se pone de manifiesto en la Conferencia Mundial de Educación para Todos, realizada en Jomtien (Tailandia) en 1990. Su declaración final es la «Satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje»5.

Como parte de las políticas de inclusión para lograr la convivencia pacífica y la cooperación internacional se impulsó entonces la expansión de la educación, en la perspectiva de ser "(.) la estrategia fundamental que permitía garantizar el ingreso, retención y calificación de la población por parte de la escuela. Desbloquear la escolarización significaba, entonces, incluir el mayor número de sectores sociales a las tareas de la modernización social." (Martínez B., 2004: 49). En este sentido, la educación se consideró factor esencial para el aumento de la productividad y para la formación de los cuadros técnicos requeridos en el proceso de industrialización.

Actualmente, el énfasis se coloca, en la adquisición de «competencias básicas» y en aprendizajes «relevantes y pertinentes» que respondan a demandas del entorno, según el paradigma productivo; "(...)se desplaza la enseñanza, como acontecimiento complejo de saber, por el aprendizaje, entendido no como la capacidad general de aprender sino como mera adquisición de ciertas competencias determinadas por sus resultados efectivos" (Martínez B., 2004, 7).

Los discursos enfatizan en el aprendizaje, hay un incremento de las agencias de control simbólico, se trasladan las responsabilidades del Estado a la sociedad civil; el valor central está en el mercado educativo y, el eje del discurso sobre la educación está centrado en la calidad, competencias y evaluación del sistema educativo. Es decir, según Martínez B., atravesamos una transición de la escuela expansiva a la escuela competitiva. La lógica del desarrollo está cimentada en las competencias-competitividad, en esta óptica "(...) la regulación proviene del mercado en tanto establece estándares para evaluar los rendimientos de la institución, de los maestros y de los estudiantes, y los hace públicos para orientar las decisiones de la demanda; de esta manera se garantiza el control que antes ejercía la planeación" (2004, 15).

3.4 ¿Y en las universidades?

Los anteriores aspectos atañen, también, a las universidades como instituciones educativas de primer orden, en especial, los discursos de la globalización y sociedad del conocimiento. En este sentido, las políticas de ampliación de cobertura y oportunidades de acceso para mejorar la equidad han irrumpido en la universidad. Específicamente, las políticas del Banco Mundial proponen jerarquizar las universidades de tal manera que unas se dediquen o enfaticen en la investigación y en la educación de altísima calidad ubicándose así en la pirámide del sistema y por ende, favorecidas en la inversión y, otras, como las universidades provinciales o regionales, han de hacer énfasis en la enseñanza y preparación para el trabajo, con competencias y habilidades requeridas por las necesidades locales; el interés es producir gran número de graduados.

Igualmente, la política ha sido la de desistimular el gasto público en el nivel universitario, se considera que el gasto total por estudiante es un indicador de la "productividad" del sistema universitario. "Sólo recientemente el Banco ha reconocido que cada vez es más importante la educación superior6, y que está cada vez más asociada a mejores habilidades, a mayor productividad y a una creciente capacidad humana para mejorar la calidad de vida" (Misas, 2004: 206).

Según Carlos Tunnermann (1998) las tendencias en las universidades a partir de 1980 son: expansión de la matrícula, disminución de la inversión pública en el sector, diversificación, privatización creciente, alejamiento del Estado respecto a su financiación y regulación. Estas tendencias están relacionadas con los impactos negativos de los modelos de desarrollo adoptados en la región: el incremento de la deuda externa; el aumento del valor de las importaciones de bienes y servicios; la participación relativamente débil en las exportaciones mundiales; y el bajo nivel de inversión. Estos factores contribuyen a la inequidad social y educativa ante el desempleo abierto y encubierto, sostenido incremento de la pobreza y el crecimiento de la marginación de grupos sociales desfavorecidos.

Se formula que las grandes tareas de la educación superior y en particular la universidad latinoamericana son: el mejoramiento de los procesos de calidad de la enseñanza, la incorporación de la ciencia y la tecnología, la vinculación al sector productivo de manera activa, actuar como centro de pensamiento crítico y contribuir con la investigación a la resolución de los problemas del país, entre otros. Además, "la universidad debe así mismo poder pronunciarse con plena responsabilidad sobre los problemas éticos y sociales como una especie de poder intelectual que la sociedad necesita para que la ayude a reflexionar, comprender y actuar" (Tunnermann, 1998: 85).

Actualmente, la universidad aborda discursos similares a los de los otros niveles de educación: reformas educativas, desarrollo y educación, calidad, acreditación, evaluación y competencias, profesionalización docente, descentralización y gestión docente, discuros permeados por la relación entre educación y modernización, educación y mercado, educación y tecnológias de la comunicación y no por la investigación como eje vinculante para el bienestar, la innovación y la creatividad.

3.5 La Universidad en Colombia

Las expectativas de relacionar educación y desarrollo no han cumplido su cometido; según la comisión para la Misión de la modernización de la universidad, la educación en ".. .los últimos 15 años ha sufrido un freno que se origina en problemas institucionales, debidos al centralismo de la administración, bajos niveles de coordinación, malos canales de información y limitada participación de la comunidad. La educación en Colombia se rezagó hasta el punto, que no ha servido como instrumento eficaz para fortalecer el desarrollo" (Jaramillo et al., 1994: 103).

La investigación como la impronta de la universidad, sólo caracteriza a seis universidades según Gabriel Misas (2004). Pero sin convertirse en el eje fundamental de ninguna de ellas, pese a los avances en este campo, esto porque,

"Actualmente el 38% de los docentes sólo cuentan con formaciones de pregrado y ningún entrenamiento en labores de investigación. La planta profesoral de las universidades públicas que tienen una mayor participación de docentes de tiempo completo, con formación de posgrado y experiencia investigativa, present a un porcentaje elevado de sus miembros en edad cercana a la jubilación. Para llevar a cabo labores de investigación, profundizar la formación en los posgrados y ofrecer una educación de calidad se requiere una mayor participación de profesores de tiempo completo en la planta de docentes. Las universidades -especialmente aquellas que tienen estudios de posgrado- requieren una relación más fuerte con la investigación. Únicamente a través de la investigación se pueden poner a prueba las teorías, las técnicas y las metodologías transmitidas en los procesos de educación" (Misas, 2004: 239-240).

También en la educación superior se ha experimentado la expansión de la oferta universitaria y el acceso masivo a ese nivel, en las tres últimas décadas se ha pasado de la formación de élites como acontecía en la primera mitad del siglo XX a la formación de masas que ofrece oportunidades a las clases media y baja:

Esta expansión se ha visto acompañada de: i) ampliación de la brecha, a lo largo de los noventa, entre los asalariados con 16 o más años de estudio y aquellos que tienen primaria incompleta; ii) aumento de una forma apreciable de la tasa de desempleo profesional; iii) un alargamiento del tiempo de búsqueda para obtener el primer empleo una vez finalizados los estudios; y iv) la reducción de las posibilidades de obtener empleo en su profesión o disciplina. (Misas, 2004: 117-118).

Es decir, la expansión no ha estado acompañada de políticas que posibiliten la ampliación y acceso al empleo y en general, a mejores condiciones de vida.

Igualmente, la creciente demanda por el acceso masivo a la educación superior, conllevó a la privatización de la educación universitaria ante la proliferación de universidades de carácter privado, agenciadas desde la política jurídica del Estado en el decreto Ley 80 del 807. En este sentido, el decreto Ley 80 del 80 se centró en definir: los tipos de educación existente, los niveles que se podían crear y los requisitos que debían llenar; los títulos que se podían expedir y la tarea del Instituto Colombiano de Fomento a al Educación Superior (ICFES) como la máxima instancia de supervisión del cumplimiento de estas reglamentaciones.

Colombia, ha delegado la responsabilidad de la educación superir al sector privado. La enseñanza continúa con un enfoque tradicional de transmisión de conocimientos con base en la experiencia profesional de los docentes lo cual contribuye a la profesionalización de la educación superior en detrimento de la formación científica. En este sentido, la privatización y la estratificación, tendencias que caracterizan la expansión, han reforzado el viejo rol de la universidad, de reproducir y perpetuar las profundas desigualdades de la sociedad colombiana.

En 1990, se establecieron políticas y reglamentaciones encaminadas a supervisar y controlar el servicio de la calidad educativa de las universidades. Aunque con la Ley 30 de 19928 establece la autonomía universitaria, como la posibilidad de organizarse, darse sus estatutos, organizar y desarrollar programas, dar títulos, además de otras labores (formativas, académicas, docentes, científicas y culturales) seleccionar profesores y definir regímenes para el cumplimiento de su misión social y función institucional; la consolidación del sistema de acreditación que también fue establecido en la Ley 30/92 (Art. 53), ha fundamentado al Estado-interventor, restringiendo la autonomía de las universidades supeditadas a la autofinanciación y a los cada vez más escasos aportes del Estado. Con la autorregulación "...el problema de la calidad de la Educación Superior ha dejado de ser un asunto exclusivo del Estado y pasó a ser compartido con las mismas universidades y sobre todo de sus comunidades" (Jaramillo et al., 2004: 102), ante la reiterada posición que ve a la universidad como la solución para los problemas de desarrollo económico del país. El sistema de acreditación fue punto de apoyo para la modernización y autorregulación delegada directamente por la ley a las universidades.

La pregunta entonces, es por el rol de la universidad. Este depende de la concepción que se tenga de la universidad. En este trabajo asumimos la posición de la universidad como sistema, de acuerdo con los planteamientos de Fernando Cepeda Ulloa (1994) al concebir la universidad como "comunidad académica y de 'institución universitaria' vista como "sistema", caracterizado por la comunicabilidad de saberes, interacción de lo nacional y lo regional y la interacción con la realidad extrauniversitaria.

Al respecto, su papel estaría centrado en la investigación para contribuir a la definición de las políticas regionales y subregionales en pro de potencializar lo cultural, científico y tecnológico. Precisamente lo investigativo es el componente neurálgico de la universidad. Aunada a la investigación, la crítica es otra de las tareas propias de la universidad por cuanto las sociedades requieren centros de pensamientos y critica independientes. Especialmente para el análisis de los diversos lenguajes. Otra perspectiva es la de la creatividad y la innovación que posibilite plantear diversas alternativas a una misma realidad. Flexibilidad y cambio son elementos del nuevo paradigma al que no se puede permanecer indiferente, especialmente, en lo relacionado con el empleo de las tecnologías de la información y la comunicación. Igualmente, la función social del conocimiento ha de ser una de las preocupaciones esenciales. La asociación de investigación y crítica en la universidad concita a la participación en el análisis de los conflictos sociales de alcance general a fin de formular caminos de acción.

La critica y la apropiación reflexiva han de caracterizar la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación a la educación, hecho actualmente ineludible, por las numerosas disertaciones acerca del tema, se asocian a este fenómeno conceptos como: cooperación e interacción, solidaridad y generosidad, accesibilidad, movilidad, diversidad, flexibilidad, autonomía, colectivización, equidad, reciprocidad. Esto plantea un reto para la reflexión en el accionar crítico del profesor universitario.

Por otra parte, la conexión sobre la importancia y relevancia actual de la educación y la universidad se materializa en el papel del profesor, el cual también ha sido analizado como factor clave de dicha conexión. Es coincidente el argumento que los profesores son esenciales para los procesos de cambio y transformación. En esta dinámica el cuestionamiento es acerca de su papel.

4. Rol de los profesores universitarios

Los profesores universitarios como profesionales según Touraine (1969), se encuentran en una situación mixta, por una parte, requieren de la existencia de una institución racionalizada, en este caso, la universidad; por otra, tienen por objeto el mantenimiento o el reforzamiento de la capacidad de producción de los hombres y no la producción material. Como profesionales se definen por su competencia científica, componen una categoría que, a veces se une a los tecnócratas, y a veces los combate. Esto puede implicar que tengan un prestigio superior o se pueden replegar en un corporativismo doblemente irracional y que irrita tanto a los burócratas como a los consumidores. Los profesores tienen una posición dual, tienen la mayor facilidad para hacer oír su voz y al mismo tiempo no pueden decir nada, por la rigidez del sistema universitario.

Siguiendo a Hard & Negri (2000) el trabajo académico del profesor universitario se caracteriza por ser inmaterial porque produce un bien inmaterial, un servicio, un producto cultural, conocimiento o comunicación; su producto es intangible, tiene mayor valor si realiza un proceso continuo de innovación. En el trabajo inmaterial se ejecutan tareas como: identificación y resolución de problemas y, actividades estratégicas. Por otra parte, la realización de este trabajo implica establecimiento de relaciones sociales y por ende, de redes afectivas, manejo de la información y sistemas de comunicación.

Construir relaciones sociales es establecer contacto humano (virtual o real), producir intercambio y comunicación afectiva; en este sentido, involucra la cooperación e interacción social, aspectos que enriquecen dada su complejidad al producir y reproducir directa y simultáneamente todos los aspectos de la vida social. La cooperación ofrece la posibilidad de valorizar el trabajo y toma forma de interactividad cooperativa a través de redes lingüísticas, comunicacionales y afectivas. Además, viabiliza el derecho a comunicarse, construír lenguajes y controlar redes de comunicación, lo cual puede incidir en la constitución de una sociedad en la cual la base del poder esté definida por la expresión de las necesidades de todos (poder político); por cuanto las acciones comunes del trabajo, la inteligencia, la pasión y el afecto configuran un poder constituyente.

El trabajo inmaterial también implica manipulación del conocimiento y de la información. Se realizan tareas analíticas y simbólicas que entrañan a su vez tareas inteligentes y creativas y, tareas simbólicas rutinarias. Es un trabajo que interrelaciona los poderes del conocimiento, el afecto, la ciencia y el l enguaje. Desde esta óptica puede generar la creación en la que se pasa de lo virtual a lo posible y a lo real.

El profesor universitario al considerársele como factor clave del cambio de la universidad y dada las posibilidades de construcción de redes de conocimiento, critica y cooperación, está llamado a ejercer un papel fundamental en la sociedad contemporánea. Específicamente su tarea estaría encaminada dentro de las posibilidades y las contingencias a:

• Ser productores y reproductores de nuevos saberes. Su trabajo fundamentalmente se relaciona con el saber, por una parte, se apropia de él y mediante los procesos de enseñanza reproduce los fundamentos históricos, epistemológicos y éticos de una determinada disciplina; por otra, con los procesos de investigación produce nuevos saberes que nutren el campo disciplinar o el ámbito cultural.

• La socialización de la comunidad estudiantil a través de la conformación de redes y la calidad humana, el establecimiento de relaciones de colegiabilidad y trabajo conjunto interdisciplinario en el análsisis de los problemas regionales y nacionales. Una alternativa sería la realización de prácticas sociales como lo propone el grupo que realizó el estudio sobre Modernización de la Universidad 9o, la realización de proyectos en los que se puedan concertar la docencia, la investigación y la extensión; además, articula y potencia la labor de diversos grupos de estudiantes y docentes alrededor de un objetivo compartido.

• La formación integral, humanista y ética del nuevo ciudadano. Por tanto, el profesor ha de vivenciar los mismos valores que aspira formar. La docencia exige mayor responsabilidad y compromiso personal para contribuir a la construcción del proyecto personal de los estudiantes. "Es evidente que ante la debilidad en el país de los valores de la modernidad, del tejido social, y de la conformación de una individualidad auténtica y valerosa; se hace imprescindible implementar en todos los ámbitos estrategias -manifiestas y ocultas- de conformación de nuevas subjetividades" (Jaramillo et al., 1994: 129).

• La promoción de la integración regional pero incorporando a la vez en la enseñanza una visión compleja y sistémica del mundo en la comprensión de lo internacional. Es decir, la problematización del aquí y del ahora desde diversas perspectivas con la confluencias de diferentes saberes, sin dejar de visualizar el contexto internacional.

• La difusión y creación de valores culturales propios, fortaleciendo así la cultura e identidad nacional y la promoción y análisis de una cultura de paz y ecológica.

• La mediación en pro de la conciencia crítica de la sociedad para configurar un modelo de convivencia a través de la gestión de la diversidad en el aula, incorporación de las tecnologías de la información en la enseñanza y el trabajo en equipo: "La critica puede abrir nuevos sistemas de posibilidad para nuestras vidas colectiva e individual" (Popkewitz, 1994: 28).

• Vivenciar y estimular la formación en valores, entre ellos la justicia y la responsabilidad.

• Cultivar una actitud permanente de búsqueda e indagación para confrontar las diversas informaciones que conlleve al análisis de la complejidad de la realidad.

• Reflexionar sobre las diversas prácticas del trabajo académico que conduzca a la posibilidad de resolver problemas, la autorreflexión y el descubrimiento de particularidades.

• La formación en nuevos enfoques pedagógicos que se alimenten de las tendencias pedagógicas, filosóficas y sociológicas hoy en debate.

• Complejizar la enseñanza y los aprendizajes para trabajar tensiones entre: teoría y práctica, lo objetivo y lo subjetivo, pensamiento y acción, poder y saber, entre otros.

Finalmente, "(....) un elemento importante del trabajo intelectual consiste en ofrecer una postura autocrítica respecto a los fenómenos sociales, incluyendo los correspondientes a los campos sociales de los intelectuales. Esta postura supone un análisis de las condiciones que configuran los campos en los que trabajan los intelectuales, sus conexiones con sistemas más generales y sus propias condiciones internas de compromiso y autonomía" (Popkewitz, 1994: 237); es decir, que el trabajo intelectual en este caso de los profesores universitarios, requiere de la critica para comprender las relaciones entre el "yo" y la sociedad, el desenmascaramiento de lo obvio y comúnmente aceptado en los discursos de la vida cotidiana y la comprensión de las sutilezas del poder a través de los discursos de modernización y progreso, por ejemplo.

Algunos obstáculos que se visualizan para lograr este rol:

• El estatismo acompañado de rutinas y tradición en los estilos docentes. Existe un tipo de docente que se repite, no investiga y es amigo de prácticas autoritarias; está poco dispuesto a considerar la necesidad de compartir o intercambiar el saber. En contraposición, otro tipo de docente se interesa en generar procesos de cambio, es innovador en su pensamiento y práctica pedagógica, está convencido de la importancia de la investigación en la labor del docente y del estudiante, de establecer una relación mas dinámica con el contexto nacional e internacional y considera al estudiante como actor importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

• La raigambre positivista que consolida la postura rígida del profesor y el desinterés de muchos profesores frente a la proyección del conocimiento.

• El cambio y complejidad de la dinámica propia de la realidad en especial, de los cambios científicos y tecnológicos.

• La indiferencia externa o social, puesto que la actividad intelectual y científica del profesor universitario todavía no logra obtener el reconocimiento esperado en los ámbitos político, económico y social, lo cual incita al aislamiento del profesor.

• La desvalorización del trabajo académico del profesor, aunque los discursos de las reformas enfatizan en la importancia de su figura, los discursos de los reglamentos de la labor docente y sus prácticas van en contravía. Persiste: la disminución del sentido de la labor investigativa docente expresada en la poca consulta a los docentes investigadores para definir políticas o para diseñar propuestas que aporten a la formualción de planes y programas gubernamentales o privados.

• La poca comprensión de los profesores acerca de su papel dentro del proyecto ético-formativo que exige la educación.

• Las expectativas de algunos estudiantes que esperan una formación eficiente, a nivel técnico y disciplinar y no político.

• El espíritu individualista y competitivo de algunos docentes dificulta la conformación de grupos de investigación. Predomina el trabajo aislado, el recelo y la incomunicación cotidiana.

• La ausencia de creatividad investigativa: reducción a réplicas acríticas de problemas y métodos descontextualizados.

• El Estatuto Docente no ha logrado cumplir con la función de impulsar la investigación y tener un impacto sobre la conformación de grupos de investigación y extensión.

• La poca integración e interrelación entre la docencia, la investigación y la extensión, los cuales en muchos casos aparecen como momentos claramente separados del trabajo académico.

• La falta de coherencia en las políticas y programas de formación pedagógica y de gestión administrativa universitaria de los docentes.

Cumplir este papel requiere concebir la universidad como sistema y en este sentido algunas de las prácticas institucionales serían:

• Analizar la calidad de vida y contexto cultural del profesor universitario y en general de la comunidad universitaria10. Es importante indagar cómo se construye colectivamente la excelencia académica.

• Indagar acerca del grado de satisfacción del trabajo que realiza el profesor.

• Establecer diversos espacios para para intercambiar saberes. Crear en las universidades una cultura de reflexión y critica de los problemas de la universidad, de la región y de la nación. Es decir, generar una cultura que vele por la participación.

Aspectos que se tornan vitales por cuanto el profesor universitario en la contemporaniedad es considerado el eje de la universidad; a la figura del profesor universitario, cada vez se la presenta como de gran importancia para obtener la calidad del servicio educativo. (Conferencia Mundial sobre Educación Superior: La educación superior en el siglo XXI. Visión y acción, Sistema Universitario Estatal (SUE):SUERREN (Programa Nacional de Reentrenamiento de Profesores). No obstante, esta marcada importancia en los discursos sobre las relaciones entre calidad, evaluación, acreditación, desarrollo y papel del profesor, poco se analizan las condiciones específicas de realización de su trabajo académico y las representaciones sociales que sobre el mismo tienen los profesores.

Desde esta perspectiva, efectuar la reflexión acerca del "profesor universitario en la contemporaneidad" contribuye por una parte, a repensar el trabajo académico por cuanto el contexto de su trabajo exige la preponderancia de la eficiencia y eficacia como estrategia para obtener la calidad, mayor conexión entre la docencia y la investigación y por ende, la formación del espíritu científico, el sentido crítico y reflexivo respecto a su quehacer académico y la exigencia de asumir protagonismo en la transformación institucional en los ámbitos de la docencia, investigación y la extensión. Dicha exigencia pone en la palestra del escenario universitario al profesor, las presiones sobre su desempeño son cada vez más numerosas especialmente las de ser un trabajador de la cultura y del ámbito de lo simbólico; además, un trabajador comprometido con el destino social de su entorno lo cual implica un permanente análisis acerca de su quehacer pedagógico, cultural, político y tecnológico.

Por otra parte, a pensar el papel del profesor universitario como mediador de la cultura y la educación dado que la cultura, dimensión global de la sociedad, permea todas las prácticas sociales, ideológicas, científicas y tecnologías. Mercedes Charles lo expresa así:

"La cultura es fruto de la práctica social, de la relación del hombre con el hombre y de los hombres con la naturaleza y con el cosmos. Si la cultura es fruto de las relaciones entre los hombres y a través de ellas se manifiestan sensiblemente los contenidos esenciales, no podemos situarla a nivel plenamente superestructural, que podría sugerir oposición entre la realidad y el pensamiento, entre las ideas y las prácticas. La cultura permea todas las prácticas, tanto simbólicas como materiales" (1992; 52).

Esto es la actividad creadora del hombre y desarrollo del mismo, o el espacio social y cotidiano donde se integran diferentes ambientes: educativo, social, tecnológico, científico, artístico, comunicativo, recreativo y ético.

En este mismo sentido, Martín-Barbero concibe la cultura como el marco interpretativo de los procesos de comunicación, donde se articulan los conflictos y adquieren diferentes sentidos de la realidad social a partir de situaciones concretas. Por eso, en la redefinición de la cultura es básico la compresión de su naturaleza comunicativa; es decir, "su carácter de proceso productor de significaciones y no de mera circulación de informaciones y por tanto, en el que el receptor no es un mero decodificador de lo que en el mensaje puso el emisor, sino un productor también" (1993; 228). El hecho de no reconocer estos aspectos explica la existencia de procesos desconceptualizados y de relaciones sociales, comunicativas y educativas, ubicadas únicamente en el terreno de la información. Al respecto el mismo autor dice:

"La comunicación no se agota, no debe agotarse en aquella función instrumental que, de alguna manera está ligada a la concepción pedagogística de la política. Entonces romper con algo puede significar recomponerlo todo. Porque el esquema político de llevar la verdad se corresponde con aquella concepción de la comunicación en la que comunicar es hacer llegar un mensaje de un polo a otro" (1989; 209).

Pero si en cambio, la cultura es la dimensión mediadora para la educación y la comunicación, la relación que se establece es dialógica, porque implica pensar la cultura como punto de realización de los procesos comunicativos-educativos, como un fenómeno de encuentro, el lugar en el cual las personas viven, se relacionan, y producen conocimientos. Así las cosas, la cultura es el ámbito y producto de la comunicación de sujetos concretos en un devenir dinámico. Es una práctica social que ocurre en contextos históricos específicos, o campo en el que las ideas, las ideologías y las concepciones del mundo se contraponen.

Identificar pues, los principios y fenómenos de los contextos culturales situados, permitirá desechar los elementos que son consecuencia de la dominación. El mismo proceso cultural va generando estas oportunidades de reflexión crítica y producción colectiva de ideales que posibiliten a los individuos descubrirse en su obra como productores directos en su interrelación con los demás. En esta dirección la educación es el proceso que influye efectivamente en la formación de los individuos y está inmerso dentro del proceso de desarrollo de la sociedad.

Así mismo, la educación es un proceso social activo y consciente que garantiza la asimilación de la experiencia social, nacional y universal, y sobre todo, que los individuos se relacionen creadoramente con tales experiencias, se autotransforme a través del saber, del arte y del trabajo; es decir, "la educación es un proceso mediante el cual una sociedad inicia y cultiva en los individuos su capacidad de asimilar y producir cultura" (Florez, 1994, 21) . En este contexto, la pedagogía será, entonces, la disciplina que desarrolla y sistematiza el saber acerca del cómo de la educación, en el contexto cultural de una formación social particular y el profesor, mediador para generar espacios de análisis de nuestra cultura y promover una conciencia social que allane el camino de la autodeterminación y geste un orden social que brinde mejores garantías a las potencialidades intelectuales, estéticas y productivas de la nueva generación.

5. Comentarios Finales

Las dinámicas y aconteceres de la sociedad en general, de Latinoamérica y Colombia en particular, no pueden ser ajenas al desenvolvimiento académico, administrativo e investigativo de la Universidad.

El contexto o entorno presiona a la Universidad optar por una visión sistémica donde lo complejo, lo contingente y lo improbable, sea asumido por actores como los profesores universitarios con potencialidades comunicativas de autorreflexión y autorregulación sobre su trabajo académico.

Reflexionar sobre el papel del profesor universitario implica contextualizar su labor con el tipo de sociedad y de universidad como institución comprometida con el saber, la investigación, la enseñanza y la formación de sujetividades con sentido critico de lo ético, estético y científico.

Igualmente, es necesario caracterizar el tipo de trabajo que realiza, los obstáculos y condiciones para su realización, buscando la comprensión de la complejidad de su papel y las intencionalidades que subyacen a la marcada importancia de su trabajo en el impulso de las reformas para acentuar el papel del profesor universitario como intelectual crítico, propositivo y como mediador de la cultura y la educación.

Se aboga entonces porque el profesor universitario asuma una postura crítica donde analice lo complejo, contingente y lo alternativo en aras de ser cada vez más nosotros mismos.


1 De acuerdo con L. A. Costa Pinto, "el concepto de «modernización» es perfectamente compatible con la estratificación de la sociedad internacional contemporánea, ya que todo consiste en adoptar pautas sociales ya existentes y predominantes en las estructuras de mercado y de poder del mundo moderno, dando por descontado que sólo por ser dominantes estas pautas son necesariamente deseables. En este sentido, una sociedad es considerada tanto más «moderna» cuanto más se parece a otra y más integrada está en las constelaciones económicas, culturales y políticas existentes y prevalecientes. En: http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/3/REPNE_014_147.pdf.

2 Elaboración propia, a partir de la lectura de Touraine (1969) y Negri & Mitchel (2000).

3 "La sociedad disciplinaria es aquella sociedad en la cual el comando social se construye a través de una difusa red de dispositivos o aparatos que producen y regulan costumbres, hábitos y prácticas productivas. La puesta en marcha de esta sociedad, asegurando la obediencia a sus reglas y a sus mecanismos de inclusión y / o exclusión, es lograda por medio de instituciones disciplinarias (la prisión, la fábrica, el asilo, el hospital, la universidad, la escuela, etc.) que estructuran el terreno social y presentan lógicas adecuadas a la "razón" de la disciplina" (Hard & Negri, 2000:25). Foucault es el autor que caracteriza este tipo de sociedad.

4 Fernando Cepeda (1994) plantea que en el campo de la educación aparecen diferentes misiones (entre ellas la Misión Alemana), organizaciones como la Agencia para el Desarrollo Internacional, el Servicio Cooperativo Interamericano, Fundaciones como la W. K. Kellogg, Rockefeller, Fulbright, Ford, etc, y la Alianza para el Progreso, para ofrecer recursos externos y asesorías a las universidades.. A mediados de los años 60, priman las ayudas para la planeación física y construcción de edificios, y la capacitación de docentes en el exterior. Los nuevos convenios de cooperación interinstitucional se relacionan más con el mejoramiento de la infraestructura, la investigación, la extensión, las innovaciones tecnológicas y la producción cooperativa del conocimiento.

5 "Según la Conferencia Mundial de Educación para Todos, las necesidades básicas de aprendizaje se refieren a «los conocimientos, actitudes y valores necesarios para que las personas sobrevivan, mejoren su calidad de vida y sigan aprendiendo" (Martínez B., 2004, 8).

6 En especial a partir del año 2000, con la publicación de Higher Education in Developing Countries: Peril and Promise.

7 Es el decreto expedido el 22 de enero de 1980 por el cual se organiza el sistema de educación postsecundaria o superior. En el artículo 47° establece que: "Solo puede tener reconocimiento institucional como universidad la entidad que tenga aprobados al menos tres programas de formación universitaria en diferentes áreas del conocimiento y acredite una significativa actividad de investigación y suficientes y adecuados recursos humanos y físicos. Esta reservado a estas instituciones el empleo de la denominación de universidad". En: http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-102556_archivo_pdf.pdf Dada la experiencia, el punto central y significativo de la esencia de la universidad, la investigación, no tuvo mayor relevancia en la creación de las universidades.

8 Ley 30 de Diciembre 28 de 1992 por la cual se organiza el servicio público de la Educación Superior. En: http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85860_archivo_pdf.pdf En la ley 30 de 1992, el Estado mantiene su misión de "regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación" a través del Ministerio de Educación Nacional. Transforma la labor de regulación del ICFES por el CESU (Consejo Nacional de Educación Superior) institución de consenso, compuesta por miembros de diferentes comunidades universitarias.

9 Las prácticas sociales tienen un carácter integrador, involucra a la comunidad universitaria y se convierten en una herramienta fundamental para el fortalecimiento de ésta con el propósito de desarrollo académico y social. integran docencia, investigación con labores de extensión. El conocimiento teórico, de carácter general, deberá vincular la individualidad y la generalidad para construir conocimientos particulares. Este saber particular ha de ser útil para solucionar problemas concretos, adaptable a situaciones semejantes, para producir conocimiento socialmente. En este sentido, deberán incidir en la actualización curricular (Cfr. Jaramillo, et al., 1994: 152).

10 La comunidad universitaria se entiende como "una agrupación de estamentos -directivos, administrativos, docentes y estudiantes-que tienen como objetivo desarrollar una cultura común del discurso crítico mediante la producción de nuevos saberes y la socialización de nuevos miembros en campos específicos del trabajo intelectual ya sean de carácter científico o humanístico. Su organización es de carácter colegiada." (Jaramillo, Sáenz Obregón, Beltrán Ibáñez. 1994, p. 97).


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