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Nómadas

versión impresa ISSN 0121-7550

Nómadas  n.30 Bogotá ene./jun. 2009

 

Editorial

Para mostrar lo que ha significado la revista NÓMADAS a lo largo de sus quince años de existencia, bastaría destacar el espacio teórico y metodológico de las ciencias sociales críticas en América Latina que ha ayudado a construir y socializar, delineado a través de la articulación de sus mapas monográficos. Espacio que expresa la continua indagación que las líneas de investigación del IESCO como sustento de la publicación, han llevado a cabo, no sin titubeos ni vaivenes frecuentes, pero que dan cuenta de una manera particular de entender algunos de los problemas sociales relevantes que aquejan la región. No obstante, también es necesario aludir a las políticas que definieron la revista y a la forma en que se realiza, pues ambas cuestiones muestran un tipo especial de vinculación del equipo de investigación que la ha sostenido. Todo esto conforma la novedad permanente de NÓMADAS: su constante aventura y su modo habitual de conducta que le ha permitido enfrentar las fuerzas del poder institucional y del saber convencional.

Hablar de lo primero significa hacer una especie de cartografía crítica de los temas que ha abordado esta publicación, de sus propuestas y de sus realizaciones, alcanzadas apelando a una relativa autonomía y no sin obstáculos y resistencias diversas. Se trató de la creación de un camino propio y de un particular régimen que permitió hacer visible y ofrecerle un lugar de discusión a algunas ideas singulares, configuradas desde posiciones distintas, pero que no se limitan a campos específicos, tales como los de los estudios culturales, la teoría crítica o el pensamiento descolonial. Todo ello sin la pretensión de ilustrar nada, de representar nada, tampoco de proponer y defender una (ninguna) verdad; trazado no exento de dudas, de las cuales son manifestación los contenidos de sus treinta números que se mueven entre un buen grado de novedad y cierto nivel de replicación de lo ya dicho. En todo caso, podemos afirmar que la diferencia de NÓMADAS se encuentra allí: la publicación no se delimitó en un territorio teórico específico y tampoco creyó llegar a algún lugar. No buscó ser alguien, es decir, alcanzar una identidad, simplemente quiso "levantar campamentos en la brisa del alba", pues siempre ha sido trashumante.

Para ejemplificar lo dicho, bastaría hacer referencia a su primer ejemplar. Allí se enuncia cómo apoyados en su capacidad de decisión e invención, los estudiosos de esta latitud podrían construir visiones plurales para enfrentar los límites de un racionalismo con arraigo europeo. Se disponía, entonces, un espacio para el análisis de los problemas sociales desde un énfasis cultural, para el caso el estudio de la s "identidad es cultural es". Pero también se esbozaban las políticas que orientarían la publicación: difundir avances de los estudios realizados por los nacientes equipos de investigación, construir un ámbito para la discusión de los mismos, reflexionar sobre los procesos de creación de la ciencia y el arte, examinar los problemas relacionados con el desarrollo de la producción de conocimiento en la Universidad e impulsar una política de investigación en la institución.

No cabe duda que esta perspectiva, planteada de manera esclarecida por María Cristina Laverde Toscano, quien fundó NÓMADAS y supo liderar su realización por cerca de doce años como nadie más pudiera haberlo hecho, ha sido plasmada a lo largo de su existencia. Pero el momento de su nacimiento expresó, además, un punto de cambio "neural", un giro que demostró la posibilidad de la investigación crítica en el marco de una Universidad profesionalizante que desde un comienzo y a la manera tradicional, asumió ser "humanista". Se trató de una fuerza distinta impulsada por un grupo capaz de dibujar un espacio insólito y de producir el acontecimiento de constituir lo plural como componente integral de la ética de producción de conocimiento.

Así, mediante una serie de provocaciones cargadas de afectos y alentadas por la creación de pensamiento, NÓMADAS se ha situado lejos del nihilismo contemporáneo (donde "todo es vano"), del relativismo (por el cual "todo vale") y de la fascinación, la inmovilidad y la auto-complacencia de cierto posmodernismo. Al poner en circulación un conjunto de problematizaciones que desbordan inscripciones fáciles y vagas, esta apuesta ha persistido en el reto que incita al lector a pensar contra sí mismo, a pensar lo imperdonable y lo insoportable.

En este trasegar, la revista ha intentado provocar una constante polémica sobre las complicidades entre la ciencia y el Estado, el conocimiento y la dominación, y la subordinación de las prácticas éticas a la depresión de la vitalidad como rasgo predominante del mundo actual. De esta manera, ha contribuido a esclarecer el interrogante de por qué durante más de medio siglo nuestra sociedad ha sido comprendida desde el lugar del déficit, la carencia y la deuda. En ese sentido, al bosquejar parte de las distancias que nos separan de aquello que somos capaces colectivamente, NÓMADAS se inscribe en un movimiento afirmativo que no se lamenta por lo que no somos (ni seremos), sino que pregunta por aquello que efectivamente conforma nuestra actualidad.

Por ello, no ha esgrimido la certeza de la ciencia, más bien muestra el riesgo que supone conocer en condiciones impredecibles e indagar acerca de lo que escapa a la repetición de lo mismo. NÓMADAS renuncia así a la sentencia del juez o a la verdad del sacerdote, con el fin de resquebrajar el tribunal que pronuncia máximas sobre el mundo y hacer estallar aquella verdad obsesionada por la creación de objetos y técnicas, discípulos y séquitos. A lo largo de sus treinta números se perfila en ella la emergencia de la cultura como objeto de pensamiento, la agonía del pensamiento humanista, así como el deseo incesante de disolver cualquier unidad universal: yo, familia, escuela, razón, derecho, Estado, etc.

No cabe duda de que la elaboración de la revista expresa la ambivalencia y la complejidad de la experiencia contemporánea: un oficio de edición y circulación cercano a lo artesanal, en donde cada paso y decisión son pensados largamente con el compromiso de todo un equipo, pero que termina enfrentando las dinámicas globales de producción de conocimiento, las cuales, al esgrimir la eficacia como valor supremo, proponen una forma ya determinada para recorrer y poblar territorios: atravesar la experiencia con la ilusión de alcanzar lo homogéneo y lo útil. NÓMADAS, en cambio, deambula desde la comprensión del presente hacia las prácticas sociales, desde la intimidad al afuera, desde lo inconmensurable y el exceso a lo que demanda solicitud y limitación. Por ello, la revista ha explorado múltiples posibilidades de relación entre el conocimiento, la moral, la estética, la experiencia de sí y la insumisión.

Para ahondar en lo que ha habido de nuevo en la publicación, al reconocer lo insoportable de las innumerables miserias que ha creado nuestro presente, por las páginas de la revista discurren también manifestaciones de una política radical no complaciente con aceptar lo dado como sinónimo de bondad. En ese sentido, ha intentado efectuar diversos tránsitos: de la identidad a los procesos de subjetivación, de la mujer a los géneros, de la resistencia a la insubordinación, del abordaje de lo macrosocial al estudio de las prácticas concretas con que se piensa y se actúa, del acatamiento de un canon metodológico a la creación de procedimientos que construyen preguntas en función del contexto y del otro estudiado, de la veneración de cofradías científicas locales a la apertura hacia el mundo. Estas trayectorias, que en ocasiones son vistas como síntomas de vaguedad y de parálisis, han logrado explicitar el horror que conlleva parte de nuestra experiencia colectiva, como abrebocas de lo que supone develar la gramática del engaño que invade al mundo.

Lo anterior ha sido posible con la existencia de un grupo en donde han convergido distintas fuerzas y posiciones, pero capaz de crear y mantener lo múltiple y lo polivalente, de hacerse cargo y darle forma a un dispositivo que abrió la producción de pensamiento y el análisis de campos de problemas por fuera de las disciplinas. Un colectivo en constante devenir y cambio que se fue constituyendo en el "entre" de la producción de los distintos números monográficos de la revista, y en ese transcurrir asumió la nobleza, el privilegio del vulgo, del excluido y del "raro", transformándose a sí mismo continuamente. A él se debe la permanencia y el valor indiscutible de NÓMADAS. Valor que hoy asume como nuevo reto delinear y articular propuestas que emergen para consolidar trayectorias apreciables, y para dar lugar al estudio de problemas que aparecen como de ineludible abordaje, todo lo cual significará, al mismo tiempo, una adecuación y mejoramiento formal de la publicación.

A todas y a todos los que nos han dado su apoyo, lo mismo que a los lectores y suscriptores que siempre han alentado nuestro quehacer, queremos decirles que por NÓMADAS seguirá trasegando el sujeto insumiso que afirma: soy incapaz de unidad, pero sobre todo de juicio y de razón. Es mi vida la que está en contra del consenso del Todo, del Universal, y eso no me hace triste. Insisto en repetir: "hay que continuar, no puedo continuar, voy a continuar...".

Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos