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Nómadas

versión impresa ISSN 0121-7550

Nómadas  n.30 Bogotá ene./jun. 2009

 

En defensa de la imagen

In defense of the image

Felipe Agudelo Tenorio*

* Poeta y narrador. Ha colaborado con varios periódicos y revistas culturales en distintos países. Poemas, cuentos y ensayos suyos figuran en diversas antologías tanto en Colombia como en el extranjero. E-mail: felipeagudelo@yahoo.com

ORIGINAL RECIBIDO: 6-III-2009 – ACEPTADO: 25-III-2009


El presente artículo analiza el proyecto de ilustración y documentación gráfica de la revista NÓMADAS, a través de una revisión de los números editados a lo largo de sus quince años de existencia. El análisis se efectúa desde la relación ciencias sociales-arte.

Palabras clave: NÓMADAS, divulgación, ilustración, documentación gráfica, arte.

O presente artigo analisa o projeto de ilustração e documentação gráfica da revista NÓMADAS, através de uma olhada pelos números editados ao longo dos seus quinzes anos de existência. A análise se faz a partir da relação ciências sociais –arte.

Palavras -chaves: NÓMADAS, divulgação, ilustração, documentação gráfica, arte.

Illustration and graphic documentation work for the journal NÓMADAS is analyzed here from the relationship between social sciences and art, through a look of its fifteen years work.

Key words: NÓMADAS, spreading, illustration, graphic documentation, art.


Quienes nos asomamos, desde ámbitos ajenos al mundo académico, a muchas de las diversas revistas universitarias del país, no podemos dejar de sentirnos un poco intrusos, pues al andar unas cuantas páginas tenemos la sensación de no formar parte de los convidados. Comprendemos, claro está, que el objetivo primordial de aquellas es servir de vehículo de divulgación de sus propios conocimientos e investigaciones en ese importante pero reducido medio, y no la comunicación con los demás integrantes de la sociedad, aunque paradójicamente sean su objeto central de estudio y preocupación. Y pese a que, por supuesto, entendemos la necesidad y conveniencia de contar con un espacio propio y riguroso de discusión e intercambio de ideas, no podemos dejar de lamentar que la calidad, riqueza, profundidad y seriedad invertida en los artículos y esfuerzos allí reunidos, quede confinada a los recintos cerrados de los especialistas; máxime en una sociedad fragmentada como la nuestra que, cada vez más abandonada a la influencia de los llamados medios de comunicación, carece de guías y lugares ilustrados para la información, la crítica y la reflexión, pues estos han sido adelgazados hasta casi desaparecer, como si se tratara de esas modelos que agonizan en nuestras pantallas mientras hacen su recorrido por una pasarela cualquiera.

Esta no es una falla exclusiva de la Universidad, sino que atañe al conjunto de la sociedad. Todos somos en alguna medida responsables de las fracturas en los circuitos de la comunicación, sean estos de información, conocimiento, arte o saberes. Además de no ser estos los únicos puentes que han sido quebrados. Y, por supuesto, sé que entre los académicos el abismo de comunicación existente entre Universidad y ciencia, por un lado, y sociedad y Universidad, por el otro, es una problemática política sobre la que se tiene conciencia suficiente y en la que se investiga, se trabaja y se cuestiona. No voy a insistir en ello. Sobre todo, porque más que nada lo que quiero expresar es mi lamento porque una revista seria y excelente, como NÓMADAS, cuyos sucesivos números dan razón de muchos de los problemas más palpitantes y acuciantes de la sociedad colombiana –y en general– no llegue a públicos más amplios. No es mi propósito analizar el por qué de esta situación. La revista, una vez tras otra, revela el interés de quienes la conforman y con ella colaboran, por indagar en los procesos y conflictos que atraviesan el país, no sólo de una manera rigurosa, sino crítica y exigente, buscando siempre rutas de solución y respuestas incluyentes a las temáticas que aborda. Cualquiera que, superando algunas veces el obstáculo de los vocabularios innecesariamente sobreespecializados, llegué hasta sus páginas, saldrá de ellas motivado y enriquecido. Deploro por ello que más no sean los favorecidos.

Quien pueda realizar –como lo he hecho yo– el interesante recorrido por los muy diversos números presentados a lo largo de los últimos quince años, que en esta ocasión se celebran, podrá apreciar, además de lo ya señalado, una de sus más afortunadas singularidades, que es producto, entre otras, de que quienes iniciaron el proyecto: desde su misma concepción coincidieron en la importancia de proponer, en sus páginas, un espacio de interrogación y diálogo entre la investigación científica social y el arte, una convivencia que se ha mantenido y que, como veremos, ha sido fructífera.

En este número es mi propósito dar un vistazo general a la propuesta de ilustración y documentación gráfica que ha venido adelantando la revista. A su cargo ha estado Santiago Mutis Durán, quien tiene una trayectoria larga y rica como editor de revistas, libros y publicaciones en distintas universidades, editoriales y entidades interesadas en difundir el arte, la ciencia y la cultura, así como en el mundo de los proyectos editoriales independientes; además de ser uno de los principales poetas colombianos y un ensayista y crítico de arte, especializado en la plástica y la poesía, quien carga sobre sus espaldas, particularmente, el peso de un atento, profundo y amoroso conocimiento de la situación del arte hecho en Colombia. Son muchos los años que Mutis se ha tomado para pulir y afinar su percepción estética, siempre ligada a una ética de corte humanístico, debido a lo cual sostiene puntos de vista razonados y largamente meditados que lo capacitan y lo autorizan para una labor como la acometida a lo largo de los últimos doce años en NÓMADAS, y que a la vez, explica en buena parte la originalidad de los planteamientos asumidos en ella. Para Mutis, asimismo, es claro que si el propósito de una revista universitaria es ayudar a formar criterio sobre los problemas esenciales del país, para ello es indispensable considerar el aporte de las artes, tanto en lo particular de su mirada como en las posiciones asumidas por sus creadores.

Por esta razón, la novedad y el acierto de la propuesta de ilustración de la revista NÓMADAS se potencia al no haberse conformado con la idea usual de proveer un acompañamiento meramente decorativo a los ensayos incluidos, ni rebajarse a la cómoda utilización de las imágenes artísticas como simple adorno o comentario redundante de los textos que aparecen en sus páginas, pues en ésta, imagen y palabra no se repiten, sino que establecen una relación honda y sutil apelando, sin pena, a la imaginación e inteligencia del lector. Postura, por cierto, muy en contra de lo que suele ocurrir en los periódicos y revistas que circulan en el país, para no hablar de la manera como operan los noticieros televisivos en los que el presentador se limita a narrar lo mismo que la imagen dice, en una reiteración que sólo busca despojar las imágenes de sus múltiples posibilidades de lectura. No, el concepto de NÓMADAS va más allá, pues al reconocer la autonomía no servil de la imagen artística, muchas veces cerrada en su propósito, la convoca a un decir propio y, de esta manera, amplía la perspectiva desarrollada en los artículos, sirviendo en algunos casos como contrapunto. Esto se logra gracias a que las imágenes están pensadas y dispuestas de manera que constituyen un ensayo en sí mismas y, por lo tanto, sostienen una tesis y proponen una lección o dejan un interrogante abierto. Es por esta razón que las distintas ilustraciones se presentan en conjunto y se despliegan sin interrumpirse cuando concluye un artículo, acompañando y atravesando toda la sección monográfica de la revista, sugiriendo así una lectura paralela, pero nunca obvia, donde importa mucho la manera en que dialogan las imágenes entre sí, siendo relevante el cómo y al lado de qué están ubicadas, de la misma manera como el abanico de los distintos textos apunta hacia un mismo objetivo, acogiendo los diversos puntos de vista de un tema sin por ello llegar a agotarlo.

Considerada en conjunto –como una colección que responde a una idea general, digamos– la revista NÓMADAS nos ha venido ofreciendo, también, no sólo una cierta mirada a la evolución del arte plástico en Colombia, sino una panorámica que sin descuidar ninguna de sus manifestaciones y remontándose a sus primeros comienzos, no olvida ni sus vínculos con la creación artística en otros países, especialmente de América Latina, ni a las otras artes, puesto que si bien tiene un acento marcado en las expresiones pictóricas, no le son ajenas la literatura y la música.

Detrás de cada número de NÓMADAS, que tiene la fértil particularidad de rotar los directores según las exigencias de los temas que plantea, hay una investigación gráfica muy seria y larga, pues después de decidir cómo va a realizarse la ilustración del ejemplar siguiente, Mutis y sus colaboradores se dan a la tarea de sumergirse en archivos, museos y bibliotecas de todo tipo, desde oficiales hasta particulares, accediendo a colecciones tanto públicas como privadas, y además desempolvan y revisan múltiples y diferentes publicaciones de varia índole, tanto colombianas como foráneas. Esto supone relacionarse con un caudal tal de materiales, que si no se contara con un conocimiento previo, conduciría al extravío. Pero para Mutis la búsqueda de imágenes es una necesidad vital de vieja data, no un mero asunto práctico, puesto que él está convencido de su importancia y las considera uno de los grandes privilegios de la cultura, ya que nos permiten llegar más lejos que cualquier otro medio, ya que son la manera más antigua de rastrear al hombre mismo a través del tiempo. Y por esto, en sus distintas prácticas, Mutis asume la tarea de llevarlas a los ámbitos donde son más necesarias, es decir, allí donde por lo general no están, como es el caso de los mundos académicos especializados que no se preocupan por dar siquiera una mínima educación artística a sus integrantes.

La pintura, los grabados, el dibujo, tanto artístico como científico, las diversas variantes del diseño, la ilustración, los cómics, la caricatura, la fotografía de autor y la puramente documental, los sellos, las estampillas, los petroglifos, la escultura, la arquitectura, el arte precolombino y, en fin, todo aquello que es susceptible de convertirse en una imagen cautivante, sugerente y cuestionadora, a través de los procedimientos del arte y de la elección estética de los artistas, ha ido encontrando atención en las páginas de NÓMADAS, en una errancia visual acorde con los postulados de la revista y que tiene como eje a Colombia.

Este trabajo de selección, por supuesto, no está hecho sin un norte. Las ideas, el conocimiento y el gusto de Mutis se notan por todas partes, sin ningún temor y con plena conciencia de su deber intelectual de opinar y establecer criterios, apurado por llamar la atención sobre determinadas obras y ciertos artistas, interesado en rescatar valores que la sociedad requiere. Sería extenso y tedioso nombrar centenares de obras y artistas recogidos en sus páginas. Pero allí están los principales nombres de la plástica colombiana, y se rescatan a muchos del ocultamiento al que han sido sometidos por su relación problemática con el poder y la sociedad, bajo una mirada que los somete a una severa vigilancia estética, pues está interesada en señalar las que con franqueza considera sus obras mejores y que, a veces, no son las más evidentes, comerciales o reconocidas. Mención especial merece el lugar dado a la fotografía, pues casi cada número trae un fotógrafo invitado, escoltado de un texto crítico, de manera que aparecen muchos de los principales cultores de este arte, casi una antología de autores. Este es un sello de la propuesta de Mutis, pues las series con las que ilustra no son catálogos, son antologías razonadas de autores o de ciertas temáticas tratadas por diversos exponentes de la plástica colombiana. De esa manera, uno puede seguir la serie presentada y extraer enseñanzas y conclusiones o encontrar sorpresas y remendar ignorancias. Valga como ejemplo el caso de uno de los números dedicados al tema del cuerpo humano, que fue acompañado de una breve antología de cuadros y dibujos hechos por buena parte de los pintores más importantes, donde no sólo se nos ofrece la posibilidad de observar cómo se ha venido transformando la pintura colombiana, desde Vásquez y Ceballos hasta nuestros días, sino cómo se ha transfigurado el cuerpo mismo allí representado, por lo general rompiéndose y fragmentándose, de manera que se pueden ir relacionando los motivos y tratamientos de esas obras con diversos episodios de la historia política y social colombiana. También es el caso de las galerías de personajes que dan cuenta de personalidades influyentes en nuestro país, pero cuyas imágenes –cuando no sus obras– no están del todo presentes o son voluntariamente ignoradas. O los trabajos propiamente documentales, hechos en general por los mismos fotógrafos o armados por Mutis al extraer fotos de unos y otros, que ofrecen testimonio de aspectos o capítulos terribles de nuestra historia, como los del 9 de abril y/o las víctimas o los diversos actores de nuestras violencias. Es claro que en todos estos ensayos gráficos subyace la intención de contradecir y subsanar los desastres ocasionados por la renuncia a la forma que hace el nuevo arte, el más actual.

Este tejido de materiales artísticos –lo bello y lo terrible– con textos científicos –la pregunta y sus respuestas– otorga a los lectores de la revista NÓMADAS una posibilidad casi única de establecer nexos y lazos inéditos del mayor interés. Y este propósito resulta subrayado por la sección dedicada a los procesos creativos, donde se resalta la vida y obra de un científico importante junto con la de un artista. Reconociendo la creación como ese territorio común, donde un mismo espíritu los anima y ambos se debaten por no conformarse con una visión dada de la realidad, sino por querer ir más allá y quebrar las preguntas y las máscaras, para no quedarse con las cosas tal como están. Puesto que el arte verdadero ayuda a romper la mirada institucionalizada del paisaje social, en la medida en que su ver es siempre crítico e interrogativo y propone otra cosa. Y aunque para el arte, a diferencia de la ciencia, la verdad no esté entre sus prioridades, sí está en sus genes confrontarse con la realidad que el poder presenta como tal. En ese interés por el otro y en su potencial de crítica se alían y conversan el arte y la ciencia social, de una manera probablemente conflictiva, pero enriquecedora e inescapable, tal como acontece en las páginas de esta revista.

En un mundo que se retuerce al producir una infinita cantidad de imágenes destinadas a borrarse de nuestra memoria apenas las hemos visto, la idea de defender las imágenes durables, las que documentan la realidad ocultada y las del arte, esas imágenes que nos acompañan mientras la eternidad nos muele, es una de las tareas éticas imprescindibles en la lucha por proteger y conservar lo humano en nuestras sociedades.


Bibliografía

NÓMADAS, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos - Universidad Central, Nos. 1-29, Bogotá. Darío Villegas        [ Links ]