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Nómadas

Print version ISSN 0121-7550On-line version ISSN 2539-4762

Nómadas  no.53 Bogotá July/Dec. 2020  Epub July 05, 2021

https://doi.org/10.30578/nomadas.n53a12 

Procesos de creación

La Pestilencia: un himno contra la podredumbre y la corrupción. ¡Fango!

La Pestilencia: um hino contra a podridão e a corrupção. Lama!

La Pestilencia: A Hymn Against Rottenness and Corruption. Mud!

Andrés Durán* 

* Productor radial, locutor y escritor, conocido por Elexpresodelrock.com, proyecto web que dirige desde hace más de 30 años sobre la actualidad de la escena musical en este campo. También produce y presenta, en la estación radial Radiónica, los programas Rock and roll Radio, Bluesónica, Desayuno con... y Expreso Radiónica. Correo: duranandres@yahoo.com


Resumen

Este artículo presenta la historia de la banda de punk colombiana La Pestilencia y analiza los contenidos de su producción discográfica desde el año 1989, cuando dio a conocer su primer trabajo. La banda escribió un capítulo muy importante en la historia del rock nacional por hacer una denuncia crítica de la realidad colombiana, tanto en las letras de sus canciones como en las portadas de sus seis álbumes. Desde la experiencia del autor, personal y como productor radial, el texto muestra el lugar de la banda como referente en el país al promover, mediante la música y de forma innovadora, cierto tipo de verdades sobre hechos de corrupción, desigualdad y violación de los derechos humanos que pocos se atreven a ver y denunciar.

Palabras clave: La Pestilencia; banda musical; rock colombiano; punk; realidad colombiana; denuncia social

Resumo

Este artigo apresenta a história da banda de punk colombiana La Pestilencia e analisa os conteúdos da sua produção discográfica desde o ano 1989, quando deu a conhecer seu primeiro trabalho. A banda escreveu um capítulo muito importante na história do rock nacional por fazer uma denúncia crítica da realidade colombiana, tanto nas letras de suas músicas como nas capas de seus seis álbuns. Desde a experiência do autor, pessoal e como produtor radial, o texto mostra o lugar da banda como referente no país ao promover, mediante a música e de forma inovadora, certo tipo de verdades sobre fatos de corrupção, desigualdade e violação dos direitos humanos que poucos se atrevem a olhar e denunciar.

Palavras-chave: La Pestilencia; banda musical; rock comolombiano; punk; realidade colombiana; denúncia social

Abstract

This article presents the history of Colombian punk band La Pestilencia and analyzes the con-tents of their record production since 1989, when they released their first work. The band wrote a very important chapter in the history of national rock for making a critical denunciation of Colombian reality, both in the lyrics of their songs and on the covers of their six albums. From the author's experience, personally and as a radio producer, the text shows the place of the band as a reference in the country by promoting, through music and in an innovative way, certain types of truths about acts of corruption, inequalities, and violations of human rights that few dare to see and denounce.

Keywords: La Pestilencia; Musical Band; Colombian Rock; Punk; Colombian Reality; Social Denunciation

Hablar de La Pestilencia es narrar sobre un capítulo básico en la historia del rock colombiano, una banda de punk que incorporó de forma innovadora, en su música, las realidades colombianas y las influencias de géneros como el metal. También ha sido testigo de las últimas tres décadas de la historia colombiana y nos la ha contado de forma cruda y sin censura, por medio de sus canciones. Aquí presento un acercamiento a cada uno de sus trabajos y a sus letras llenas de armonías contestatarias y de denuncia social; es mi experiencia personal y como productor radial con la historia del punk colombiano y con la historia de La Pestilencia.

Durante los años ochenta en Colombia se hicieron muy visibles la corrupción, el apogeo del narcotráfico, la aparición de los sicarios y de las autodefensas. Se puede recordar cómo se hizo más frecuente la violencia en Colombia, y se volvieron temas del día a día el secuestro, las masacres y los atentados. En esta década se robustecieron Pablo Escobar y el Cartel de Medellín; fue asesinado el Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, y por tanto el gobierno colombiano anunció la extradición de narcotraficantes. El país comenzó a oír hablar de "Los Extraditables", grupo que cometió múltiples asesinatos tanto de civiles como de funcionarios estatales.

En resumen, el país se bañó en una violencia extrema por el actuar de diferentes grupos armados legales e ilegales, que incluían a narcotraficantes, guerrilla, paramilitares y delincuencia común, lo que llevó a que el miedo y la zozobra fueran parte del diario vivir de los colombianos.

Mi historia personal comienza en 1989, cuando llego de Los Ángeles (California) y regreso después de algunos años a la ciudad de Bogotá. Yo me había ido de un país muy diferente y me encuentro con una nación en intensa violencia. Precisamente ese año es uno de los que recuerdo con más hechos dolorosos en el país, por citar algunos: la masacre de La Rochela cometida por paramilitares, la explosión en pleno vuelo del avión de Avianca, atentados con dinamita en varias ciudades, el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, el asesinato selectivo de varios jueces, policías, políticos y hasta de un árbitro de fútbol y el recordado atentado contra la sede del DAS en Bogotá. El llamado “narcoterrorismo” de los carteles de Medellín y de Cali (Miranda, 2019) se apoderaba del país y, de paso, el temor se apoderaba de todos nosotros.

Mi padre vivía en el centro de Bogotá, sobre la Avenida (calle) 19, desde hacía unos veinte años, por lo que para mí era bien conocido este epicentro musical que ocurría en las llamadas "casetas" del centro, en las cuales se podía acceder a música en formato vinilo y casete. Recuerdo de aquella época las casetas de Pedro, la de Saúl y en especial un almacén que estaba localizado en el centro comercial Los Cristales, en la carrera 9a con 18, local 409, llamado Mort Discos. El dueño de dicho almacén era el bien conocido en el ámbito metalero y punkero como El Sastre, cuyo nombre real es José Ramírez.

El Sastre tenía este almacén con Héctor Buitrago, fundador de La Pestilencia, así que fue en este sitio donde tuve el primer contacto con la banda, mucho antes de que el primer disco de La Peste saliera al mercado. De hecho, tuve el placer de conocer a Héctor Buitrago, ya que casualmente la novia de él y la mía, por aquel entonces, eran amigas, por lo que departimos en varias ocasiones. Fue una buena experiencia para mí y aprendí mucho de él, ya que él venía de la escuela del punk, había viajado a Inglaterra, tenía su colección de vinilos y además el almacén. Por otro lado yo llegaba de Los Ángeles, influenciado por el lado metalero. Mientras él estaba lanzando un disco, de forma independiente, a través de Mort Discos, yo estaba trabajando al lado del ya fallecido Gustavo Arenas, de la Rock-ola, más conocido como Dr. Rock, en la producción del álbum Espías Malignos, de la banda de metal bogotana Darkness.

Así que, en 1989 tuve la fortuna de tener en mis manos, antes de trabajar en la radio Rock, el disco debut de La Pestilencia titulado: La muerte un compromiso de todos, cuyo título es una sátira a un lema del gobierno colombiano de entonces que era: La vida un compromiso de todos. Dilson dice que el álbum se llamó así "ya que era tanta la desesperanza que vivía Colombia que lo más real era decir eso: La muerte igual va a llegar" (Díaz, 2017). Y más con los acontecimientos violentos de la década.

Este es el trabajo con la famosa carátula donde aparece un personaje bastante extraño que está licuando pollitos, en una cocina bastante sicodélica con elementos punk, acompañados de la frase: La Muerte... Y en la contracarátula, a blanco y negro, la frase: Un compromiso de todos. El diseño es de Ernesto Plazas. Incluía además un insert, un material importante ya que esto no viene en la versión de CD o en las nuevas reediciones de vinilos que se consiguen actualmente, ya que es una hoja de fotocopia. Tiene las letras de las canciones Sangre por sangre, Cartoneros, Los mitos se acaban, Metástasis cancerosa, Olé, Destrucción y muerte, Vive tu vida y Ciencia de la autodestrucción.

A diferencia de otros vinilos, en este trabajo no se nombraron los lados como 1 y 2; vale la pena decir que no existían los CD o los DVD en esta época, sino mordisco 1 y mordisco 2, haciendo alusión al almacén donde se promocionaba y vendía este material que, además, en su momento, fue de edición limitada. El vinilo está compuesto por un total de dieciocho temas, que fueron grabados y mezclados en Grabar Estudios por el maestro Arturo Astudillo, líder de la icónica agrupación The Flippers, en colaboración con Guillermo Noriega. Entre los temas ya clásicos están: Fango, Vive tu vida, Tercos y Olé.

Sobre la canción Tercos, Dilson alguna vez dijo durante un show de la banda:

Claro llega uno con la cresta así, en esa época teníamos cresta y yo tenía cresta y bigote, 'la puta cagada'. Mi mamá me decía: ¿Por qué está tan feo mijo? Y cada que me veía la policía me cogían. ¡Y tam!, encanado un montón de veces.

Y dije: la chimba voy a hacer una canción que se llame Cerdos [...]. Y así la escribí huevón porque tenía odio a la lata, parce. Es que era muy loco, era caminar y me cogían que por boleta. en serio, yo les decía: pero díganme mis derechos... No, es que usted es una boleta, usted se va conmigo por feo. Esto es de chiste, pero lo cuento en serio. Entonces decimos: Cuáles son los cerdos. Son títeres de verde. Son unos salvajes. Le pegan a la gente. Pero ellos son más tontos. Les pega su teniente. (Palabras publicadas en la Fan Page de la Banda).

Volviendo al disco, en los agradecimientos de este sobresalen Arley de Neurosis, Camilo Ferans de Génesis, Lucho Barrera (que era nada más y nada menos que el director de Metal en Estéreo, en 88.9 FM), a los pollitos de los que tanto se hablaba por estar siendo licuados en la portada y a La Manzarda que era un sitio importante de encuentro para los rockeros en ese momento y que se puede decir fue el primero de metal en Chapinero, en el cual tocaron La Pestilencia, Darkness y muchas de las agrupaciones del movimiento de ese entonces.

Como este disco salió en 1989, no tuve el placer de lanzarlo y programarlo en radio, ya que solo hasta enero de 1990 yo comenzaría a trabajar en la radio rock colombiana en 88.9 FM - La Superestación. Lo que sí recuerdo es que estuve en varios conciertos de la promoción de este disco, que, por cierto, no eran multitudinarios y en los que imperaba a veces un ambiente bastante hostil. Viene a mi mente una presentación en un bar clandestino cercano a la Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde se podía ver a los punkeros haciendo pogo con navaja en mano. Era algo peligroso, bastante denso y por ende underground. No estoy diciendo que todos los shows fueran así, había unos con más público, más dramáticos, con más o menos peleas. Pero, en la época primaria de La Pestilencia tuve la fortuna de poder apreciar en varias ocasiones el grupo en vivo con su alineación original.

Sobre el pogo, vale la pena hablar del tema Fango, ya que es uno de los más recordados y preferidos de los seguidores de la banda. Dilson, sobre esta canción, dice:

es un tema relacionado con el pogo, de mucha cosa; una de las canciones que siempre ha gustado de Pestilencia, siempre hay que tocarla. De unos años para acá, nos hemos dado cuenta que la canción de cierre tiene que ser Nada me obliga o Fango. Ha sido una canción que toda la vida ha sido muy emblemática de La Pestilencia. Por los recuerdos de la gente con los pogos tan brutales. Fango solita vuelve y retoma el puesto. (Díaz, 2020, s. p.).

Podredumbre y corrupción

todo es causa en la nación

burocracia y ambición

anarquía es la solución

fango, fango, fango, fango.

Trece millones desterrados

un ministro asesinado

otros masacrados

un barco ha naufragado

fango, fango, fango, fango.

De quienes han integrado la banda, puedo decir que hoy en día continúo en contacto con mi amigo Héctor Buitrago, quien fue el bajista original y actualmente el líder de Aterciopelados. También hacía parte de la banda el antioqueño Dilson Díaz en las vocales, que es en el único miembro original ya que, después de este disco, el guitarrista Francisco Nieto, también amigo mío, se fue para Neurosis y La Derecha, y ahora está en las 1280 Almas. De los miembros originales de La Pestilencia es a quien más admiro, por su recorrido profesional y por su calidad humana. En la batería estaba Jorge León Pineda, a quien tuve también el placer de conocer y quien trabajaba para los periódicos La República y El Tiempo. Recuerdo que era una persona culta, muy sensible y sencilla, pero de la que no he vuelto a saber nada.

Como se puede escuchar en el primer trabajo de La Pestilencia, Jorge León Pineda hizo muy bien su trabajo incorporando los conocimientos en jazz que tenía. Francisco Nieto hizo unas guitarras excelentes siendo muy joven; Héctor fue el cerebro que se inventó todo al lado de Dilson. Tengo entendido que Héctor viajó a Medellín para reencontrarse con Dilson y a partir de ese momento inició un nuevo ciclo para la banda; por eso podemos decir que La Pestilencia tiene dos ciudades de origen: Bogotá y Medellín.

Eso es lo que puedo recordar de la época del álbum La mu e rte... un compromiso de todos, que fue mi primer acercamiento a La Pestilencia. Un álbum cuyas letras consideran vigentes muchos rockeros colombianos y con las cuales aún se identifican. Como melómano y seguidor del rock colombiano, sin lugar a dudas recomiendo este álbum.

Llegaron los años noventa, una década que como la anterior fue en extremo violenta. En 1991 Colombia, debido a las altas tasas de homicidios, fue considerado el país más violento de este lado del mundo. El conflicto armado interno se recrudeció y con ello la ejecución de masacres (Redacción El Tiempo, 2000). Por otro lado la ciudad de Medellín, en 1991, recibió el título de la ciudad más violenta del mundo (Museo Casa de la Memoria, 2017). Tanto los asesinatos como los secuestros, las masacres y los atentados con bombas; el conflicto del Cartel de Medellín, Pablo Escobar y el Cartel de Cali con el Gobierno; y el conflicto interno con las guerrillas, siguieron siendo el tema de conversación para la mayoría de los colombianos, que vivíamos entre el pánico y el desasosiego. A pesar de todo este panorama desolador, en 1991 entró en vigor la nueva Constitución Política de Colombia, gracias a una iniciativa estudiantil llamada "la séptima papeleta". En 1993 fue dado de baja Pablo Escobar, pero eso no significó la desaparición del narcotráfico ni de la violencia que reinaba en el país.

Fue en ese mismo año que La Pestilencia lanzó su segundo trabajo titulado Las nuevas aventuras de La Pestilencia, en el cual ya no están Héctor Buitrago y Jorge León Pineda. Dilson trabajó en la composición y en las letras estando en Medellín, ya que Francisco Nieto estaba en Bogotá. Fue producido bajo el sello Mórbida Producciones y con la producción ejecutiva de la conocida tienda de discos de Antonio Lozano The Beatles Abbey Road, y grabado y mezclado por Federico López y Byron Ospina. El nombre del álbum tiene que ver con el retiro de dos de sus integrantes y que significaba una nueva "aventura" (Díaz, 2017). Es un álbum que significó un cambio en muchos aspectos debido a la salida de sus dos miembros fundadores, pero que continuó con la esencia de la crítica directa y sin tapujos de la realidad nacional.

Después de esto la banda se radicó definitivamente en Medellín y perdí contacto con ellos, pero igual, durante la promoción del disco, me visitaron en 88.9 FM donde hicimos una entrevista y lanzamiento a través del vinilo, ya que este no se programó en CD, sino directamente de las tornamesas a las casas de los oyentes. Estábamos muy contentos de tener un segundo álbum de La Pestilencia, después del famoso La Muerte un compromiso de todos. Fue un buen regreso, aunque algo triste al no encontrarme con Jorge León ni con su fiindador Héctor Buitrago, quien ya se hallaba trabajando en su nuevo proyecto con Delia y los Aminoácidos y posteriormente con Aterciopelados.

El álbum tiene trece temas, de los cuales sobresale Soldado mutilado, además de Voten por mí y Verde paz que siguen mostrando su actitud de denuncia e inconformismo. Llama la atención a quienes no agradecen en el cuadernillo de este disco: "A los científicos, químicos aportando a la destrucción del planeta, a los toreros asesinos1, a los que experimentan con la vida animal y humana, a los explotadores del mar, a la tala de árboles, a los cazadores de animales, a los cortadores de piel y a ustedes muchas gracias por su aporte inhumano. Me dan asco".

Sobre el tema ya icónico Soldado mutilado, ellos eran críticos hacia el sistema de fuerzas armadas. "Se origina a partir de la historia de una señora a la cual le matan un hijo mientras prestaba servicio militar en el Ejército. Que ella va a reclamar el cadáver y lo que le entregan es una bandera de Colombia". Es una canción que sigue tomando fuerza, y hoy la usan hasta en internet para los videos que muestran las filas en Transmilenio, que parecen un pogo al ritmo de Soldado mutilado (Díaz, 2020):

Por las medallas de tu país soldado mutilado

has sido condecorado

sin un brazo estas deformado

bendición te da la nación.

Por las medallas de tu país, soldado mutilado

por las medallas de tu país, soldado mutilado

por las medallas de tu país, soldado mutilado

por las medallas de tu país, soldado mutilado.

También el mensaje de inconformismo puede verse en la carátula del disco que con un diseño muy llamativo, muestra visualmente el pensamiento y posición de la banda. En esta aparece un grupo muy particular de médicos a punto de hacer una cirugía, reflejando el pensamiento animalista de la banda: los médicos son un ratón, un gato, un perro, un mono y un conejo, y el paciente es un ser humano. El nombre del álbum aparece en letras rojas simulando ser sangre.

Durante los años 1993 y 1997 el país siguió presenciado una serie de actos violentos y de corrupción, de algunos políticos relacionados con el gobierno de turno. Puedo recordar la crisis por el llamado Proceso 8000, por infiltración de dineros ilegales a la campaña de Samper, la intensificación del conflicto armado con las guerrillas de las FARC y el ELN y la caída del Cartel de Cali. También comenzamos a escuchar sobre paramilitarismo.

Y precisamente en el año de 1997 La Pestilencia lanza El Amarillista, el cual no salió en vinilo y se prensó únicamente en CD. Tiene 10 temas, de los que sobresalen: Valores de miedo, De Película (Conejo), Colonia USA (terror punk) y Desaparecidos. Este trabajo sale bajo el sello Hit Musical de Medellín. La grabación, la ingeniería y la mezcla fueron realizadas por Dilson en los estudios de Lorito Records, y producido por La Pestilencia en abril de 1997. En mi opinión, es un gran disco y sigue conservando la postura y lenguaje típico del grupo. Dilson cuenta que el nombre de este álbum proviene de la intención de la banda de hacer un trabajo caótico, con muchas más referencias sobre Colombia y lo que se estaba viviendo en ese momento. Adicionalmente, como una fuerte crítica a la prensa en general: "Y en la ciudad los noticieros buscan sangre y mujeres bellas para seguirnos recreando"2.

Vale la pena hablar sobre De Película (Conejo), que refleja perfectamente la violencia y la injusticia reinante en el país en aquellos años:

Este tema fue inspirado en la situación del país, donde finalmente reina la impunidad. La canción habla de dos delincuentes que salen a hacer el cruce, pero no es un cruce-cito normal. Deben ir y matar a un candidato presidencial, que termina siendo una movida bastante grande, seria y peligrosa. Es triste el asesinato del candidato, uno de tantos, Galán. (Díaz, 2020).

Para la época en que escribieron la letra de De Película (Conejo), dieron captura al supuesto responsable de la muerte de Galán. Dilson dice: "y cuando uno se da cuenta, resulta que no tenía absolutamente ningún vínculo con nadie y pagó no sé cuántos años en la cárcel, era obvio que habían cogido a alguien de chivo expiatorio. Era imposible negar eso y uno dice, "¿Pero en serio me querés meter los dedos a la boca, y me vas a decir que es verdad?" (Díaz, 2020). Años después, como bien sabemos, Alberto Júbiz Hazbum salió libre, al comprobarse que no era culpable del crimen del que se le acusó:

Este mes no habrá

impuesto de guerra

será de rumba nacional

sonó un disparo como un cañón

y cayó el señor.

Todo el pueblo corrió

dos agentes del gobierno

a un imbécil cogieron

En esta guerra cómplice

han pagado muchos inocentes

familias derrumbadas

pierden toda esperanza

en un país que lo tiene todo.

El arte de la carátula también llama la atención: es negra y amarilla con el nombre de La Pestilencia en letras rojas, un cuerpo desmembrado que es observado, emulando al periódico El Espacio, el medio más amarillista de ese tiempo. Y con una advertencia muy particular: "Es responsabilidad del propietario, cualquier trastorno o perjuicio causado por este material". Al abrir la portada se ven cuerpos desmembrados y titulares amarillistas. El arte del CD viene con un crucigrama que se resuelve con las palabras de los títulos de las canciones. Fuera de eso, por dentro viene una hoja de periódico con titulares, exabruptos, alusión a la tauromaquia y hasta el presidente Samper; es decir, toda una crítica al sistema. Yo tengo este CD y es un material especial que está autografiado por los integrantes de la banda y con su respectiva dedicatoria y agradecimiento. En definitiva, un documento sonoro y visual de esos años caóticos en Colombia.

Para finalizar esta historia en los años noventa, recuerdo dos momentos al vivo con La Pestilencia, en los últimos años de la década. El primero fue su segunda presentación en Rock al Parque en 19973. Un público totalmente receptivo a las palabras de Dilson. Él con su estilo contundente y directo para expresarse. El público cantando las canciones, el suelo moviéndose y un Dilson diciendo: "¡Desmontemos esta farsa, hps!". El segundo, su presentación como telonero del histórico primer concierto de Metallica en Colombia. En una plaza totalmente llena con el público pogeando y coreando: "Peste, Peste". Y Dilson dirigiendo un "No" colectivo a toda voz: "No queremos ley ni queremos religión, no, no queremos ya esa puta represión"4.

Llegó el nuevo milenio y el panorama no era alentador. El año 2000 fue un año muy violento (Caracol Radio, 2020). De esta década, recuerdo los intentos de negociaciones para alcanzar la paz con la guerrilla, la violencia política en el país, el proceso de desmovilización de los paramilitares, la masacre de Bojayá y el secuestro de Ingrid Betancourt. Continuaron además los atentados, los secuestros y los asesinatos selectivos de políticos, periodistas y líderes sociales. Y si miramos hoy, veinte años después, en 2020 a pesar de un proceso de paz, los escándalos por corrupción y la violencia no han dejado de acompañarnos.

Y es en los primeros años de la década del 2000 que llega a mis manos el álbum Balística (2001), un trabajo que le permite a La Pestilencia ingresar a la programación de la radio colombiana y firmar un contrato con un sello disquero internacional. El tema Soñar Despierto llega al número uno en las emisoras. Es un álbum en donde se percibe un cambio en el sonido de la banda, buscando una proyección en el mercado internacional. Fue lanzado bajo el sello El Buitre Song Records y se lanzó únicamente en CD. Consta de 13 temas entre los que sobresalieron: Soñar despierto, Anuncia tu muerte y Pestilente asesino. El nombre del álbum proviene de "ver el país desde el punto de vista "balístico": El estar en la calle y presenciar tantos asesinatos y de ver a cada persona tomar la justicia por propia mano, derivado de la falta de gobierno que no da otra opción a algunos. "Balística era lo que quedaba en las calles por la descomposición nacional que lleva a matarse los unos con los otros" (Díaz, 2017).

La Pestilencia para este álbum es: Dilson (voz), Juancho (bajo), Gambe (guitarra) y Marcelo (batería); y como músico invitado Andrés Popa (samplers). Este disco tiene la particularidad que fue grabado en Índigo Ranch Studios, en Los Ángeles; producido y mezclado por Richard Kaplan y La Pestilencia, y masterizado por Jim Grimaldi en el año 2000. Esta cuarta producción es el primer acercamiento para que Dilson Díaz se radicara definitivamente fuera del país, en Los Ángeles, Estados Unidos. Recuerdo también que Balística fue el último trabajo que se pudo lanzar en la radio comercial a través de 88.9 FM, ya que esta emisora salió del aire en agosto de 2005, y el siguiente álbum de la banda fue lanzado hasta diciembre de ese año.

De este álbum sobresale, como lo comenté antes, el tema Soñar despierto, el cual Dilson compuso durante un momento de crisis personal: "Cuando estaba pasando por un momento difícil de introspección y de analizarme, de no gustarme muchas cosas de mí mismo. No soy ejemplo del futuro, hay un reproche conmigo mismo" (Díaz, 2020):

Generaciones

haciendo violencia

poder y muerte.

De dónde valores, si me crié en la nada

y en el miedo.

Yo no puedo soñar despierto

Yo no puedo soñar despierto.

Seguimos tocando

y ustedes brincando.

De nuevo la portada de este disco retrata la actualidad violenta de Colombia. Aparece el cargador de un arma de fuego y sus cartuchos. En las artes del CD se presentan fotos alusivas a armas, donde aparecen los miembros de La Pestilencia de una manera casi oculta. En la contracarátula aparece una mano empuñando un arma, un rostro y el icónico Sagrado Corazón. Representa una crítica al porte de armas, al sicariato y a la problemática de violencia de nuestro país.

El siguiente álbum, lanzado en el 2005, corresponde a Productos Desaparecidos, trabajo con el cual, por primera vez en Colombia, la banda obtuvo Disco de Oro en ventas en su género, y recibió nominación a los Grammy Latinos del 2006, en varias categorías. Este trabajo tiene quince temas, entre los que sobresalen: Nada me obliga, Amazonas international airport, ¡¡¡No!!!, Pacifista y Productos desaparecidos. Sobre el nombre del álbum, "es un viaje musical a partir de lo introspectivo, que se une a la soledad que vive una persona, que lo lleva la depresión y a la necesidad de renovarse" (Díaz, 2020). En este trabajo La Pestilencia estaba conformada por: Dilson Díaz (voz y coros), Juan Gómez (bajo y guitarra), Marcelo Gómez (batería), Carlos Marín (guitarras) y Andrés Popa (teclados, sintetizadores y samplers). Fue producido por Dilson y La Pestilencia, mezclado por Mark Needham y grabado en su totalidad en Hollywood (California).

Los títulos de las canciones de este álbum permiten ver que la agrupación estaba pasando por una fase de cambio, desde Balística -con un arte gráfico más directo con sus cartuchos y armas en la carátula- a este Productos desaparecidos, que tiene un arte más amigable y en el que si bien conservan elementos del punk de los ochenta y la denuncia política y social, también se le da cabida a nuevos temas y reflexiones. Se evidencia un cambio gigantesco, incluyendo la firma de contrato con un sello disquero mayor: EMI Colombia. De este disco también estuvimos realizando el lanzamiento correspondiente en 99.1 FM y fue el primero de la banda que difundí en la frecuencia joven de la entonces Radiodifusora Nacional de Colombia.

De este álbum sobresale el tema Nada me obliga, que trata sobre la individualidad. Dilson dice que: "En Balística, con 14-16 (sector de limpieza) se hablaba de ese país desgarrador, en este tema se habla de lo desgarrado que estoy por dentro y de la necesidad de sacar muchas cosas tristes, muchas frustraciones, y de salir adelante" (Díaz, 2020):

Quisiera poderme ir solo, solo

sin depender de alguien

y hacer mi vida solo.

Salir al mundo y ver qué encuentro

Puede ser amor, puede ser el odio

no quiero que me ate nada, nadie

odio los pasaportes, fronteras y gobiernos.

En la carátula de este disco aparece el dibujo de un niño, con la boca abierta de la cual salen unos tubos que van conectados a un televisor, mientras su cabeza es sostenida por una mano, poniendo en evidencia el inconformiso sobre los medios de comunicación y que siempre ha expresado la banda, a pesar de sus cambios. Vale la pena anotar que el arte de esta carátula recibió nominación internacional como Best Recording Package, en los Grammy Latinos de 2006, y como Mejor carátula de un CD.

Llegamos a la segunda década del 2000, en que la banda lanza el álbum Paranormal (2011), a través del sello Emi Colombia. De los 11 temas que lo conforman se destacan: Pesticida, Descalzo y vacío, Llanto llueve y Hoy de nuevo. Este álbum muestra cómo "en Colombia, con más de 50 años de conflicto armado, aún se asusta y por poco se niega la naturaleza del país como territorio paramilitar. Un país que se acostumbró a la guerra y a vivir con normalidad. El título lo dice muy claro: Paranormal" (Díaz, 2017). Este trabajo fue producido por Dilson Díaz (voz, teclados), Marcelo Gómez (batería) y Carlos Marín (guitarra bajo). Mezclado y masterizado por Dilson Díaz, música por La Pestilencia, y grabado en los Herds Studios de Los Ángeles, California.

Con respecto al contenido de las letras en este álbum, vale la pena resaltar Llanto llueve, que fue inspirada en la historia del periodista Clodomiro Castilla, asesinado en 2010. Dilson comenta que "el periodista venía denunciando muchísimas cosas y, claro, empezaron las amenazas. Fue a todos lados a decir que lo iban a matar, finalmente nunca llegó esa protección del Estado y lo mataron debajo de la cama donde el hijo lo estaba tratando de esconder. Cuando hice la letra lloré muchísimo porque la historia es tenaz, pero es una cosa que pasa todos los días en nuestro país" (Díaz, 2020):

Le hemos gritado al país que la vida

exclamando para que se desarmen

le hemos temido al país por sus iras

y llorado por los miles que yacen.

Ante el miedo no seremos cobardes

la justicia aquí no a todos imparten

silenciando palabras y escritores

es su culpa cobardes.

Y llegamos a la más reciente producción de La Pestilencia llamada País de titulares y que fue lanzada en el 2018 a través del sello El Buitre Song Records, es decir que regresan al formato independiente con el cual habían lanzado el Balística en el 2001. Tiene un total de 12 temas de los que resaltan: El muro hay que romperlo, Qué buen ciudadano soy, Hermano y Les vale huevo. Fue producido por Dilson Díaz (voz y bajo), Marcelo Gómez (batería), Carlos Marín (guitarra y teclados) y llega Isabel Valencia (bajo), primera mujer en la historia de la banda. Fue mezclado por Nicolas Essig y grabado en los Herds Studios de Los Ángeles, California. Un disco que hace poco tuve la oportunidad de lanzar en mi espacio Expreso Radiónica, en la radio pública y que continúa mostrando el desacuerdo ante lo que vive el país, con la clase política y el gobierno.

Un tema en particular que llamó mi atención es Hermano5 y que muestra cómo a los miembros de la banda también les ha llegado la realidad de este país. Dilson cuenta: "Marcelo me pasó la música de una canción para que yo le hiciera la letra, me dijo que era dedicada a Diego, su hermano, que fue desaparecido. Un día salió de su casa y nunca más volvió. Me parece súper simbólica porque nos llegó esa tristeza de ni siquiera saber y no poder encontrar nada de su hijo, de su hermano":

Queda un retrato

muchos recuerdos

en la familia

niñez y abrazos.

En mi corazón te recuerdo hoy

con mi música, te recuerdo hermano.

La carátula del álbum es muy alusiva a todo lo que está ocurriendo en Colombia con la corrupción, los escándalos de los políticos, los militares, la guerra, la pederastia, la niñez desamparada, entre otros y cómo durante muchos años en el país se repiten una y otra vez los mismos titulares de corrupción, desigualdad y violación de los derechos humanos. Como dice Dilson: "Abramos los ojos Colombia: más de medio siglo y seguimos en las mismas" (Colectivo Sonoro, 2018).

Después de toda esta versión condensada de la historia, concluyo que, aun cuando La Pestilencia está radicada hace ya bastantes años en el exterior, sigue atenta a la situación del país y continúa con su esencia de denunciar y visibilizar esta situación en cada uno de sus temas y música. Cada hecho violento e injusto ha influido de manera directa en el concepto de una banda que, a pesar de sus cambios de alineación, de sellos disqueros y de sonidos, sigue alimentada de la denuncia social y de indignación, convirtiéndose en un referente en el país de cómo promover a través de la música este tipo de verdades que pocos quieren decir y ver, y que en muchas ocasiones no son vistas, quizás, como políticamente correctas. Que son reflejo de esa realidad que a diario vemos en televisión, que aún duele, atemoriza y desconcierta, ya sea porque los homicidios selectivos y masacres siguen ocurriendo, porque la delincuencia común se lleva vidas a diario o porque ciertos sectores de la política siguen relacionados con la delincuencia y la corrupción.

Solo me queda por decir que, por mucho tiempo más, los espectadores podrán gritan y corear: "Peste, Peste, Peste", mientras La Pestilencia siga tocando aquellas canciones con las que se identifican colombianos de todas edades, que no dejan de mostrar esa adolorida realidad colombiana, y que siguen sonando y estando más vigentes que nunca, a pesar de que ya hayan pasado más de 30 años: ¡Fango!

Bibliografia

1. CARACOL Radio, 2000, "Colombia rompió todos sus récords de violencia en el 2000", 30 de diciembre, tomado de: <https://caracol.com.co/radio/2000/12/30/nacional/0978159600_097561.html>. [ Links ]

2. CARACOL, 2019, "Los hechos más violentos que golpearon a Colombia en 1989", 18 de agosto, tomado de: <https://www.youtube.com/watch?v=06rPmUeUttY&ab_channel=NoticiasCaracol>. [ Links ]

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1"Veinte años que Olé la hicimos a lo último del disco. Pero qué bueno encontrarnos con una gente que viene peleando que con los animales no se juegue más. Para que se siga preservando la 2. vida de nosotros, de ellos, vosotros, de todo el mundo. Y han logrado cosas muy importantes en otros países. Se ha logrado que en los circos no haya animales, vamos a ver si lo logramos en Colombia. Y vamos a ver si en Colombia algún día, un hijo de puta día, la plaza de toros simplemente sea un escenario de conciertos. ¡Olé! No más humillación. No más perversión. No más fiesta brava. No más congregación. De desquiciados mentales. Que como hordas salvajes. Gritan olé. Cuando su sangre se esparce. Por la arena". Palabras de Dilson Díaz durante el show de La Pestilencia 5. en el marco de Febrero Animalista, iniciativa de la Revista Cartel Urbano para proteger a los animales de la humanidad. (febrero de 2020).

2Como dice Dilson Díaz respecto de la canción Brazos cruzados: "mientras se dé paz con hambre, con desigualdad, con poca educación; mientras esos factores sigan ocurriendo, va a ser complicado que se implemente una paz en el país" (entrevista para la Revista Arcadia, 2016).

3La Pestilencia se ha presentado en varias ocasiones en el festival Rock al Parque: 1996, 1997, 1998, 1999, 2003, 2006, 2011, 2014. Presentación de La Pestilencia, 1999, publicado en la Fan Page de la Banda.

4Presentación de La Pestilencia, 1999, publicado en la Fan Page de la Banda.

5Llegó a ser número uno en la Top 25 Radiónica, noviembre de 2018, en la Radio Pública.

Recibido: 06 de Julio de 2020; Aprobado: 06 de Octubre de 2020

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