Introducción
Los estilos de vida saludable (EVS) son considerados como un conjunto de hábitos, comportamientos y conductas que permiten en los individuos alcanzar un nivel de bienestar y satisfacción plena de sus necesidades 1; no se refieren exclusivamente a la salud física, incluyen la salud mental mediante el fomento de relaciones humanas satisfactorias y convivencia pacífica; fortaleciendo así la integridad física y psicológica, la autoestima y la autonomía, la singularidad y el respeto del otro y la validación de los derechos humanos 2.
Para Rodríguez et al. 3, la educación para la salud adquiere un papel importante en el desarrollo de hábitos de vida saludables y de actitudes positivas, e indican que esta debe ser planteada desde el entorno escolar, considerando la etapa de escolarización como un periodo prioritario para la implantación y el desarrollo de intervenciones relacionadas con la salud.
Al respecto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) especifica claramente la importancia de adoptar un enfoque de intervención basado en el ciclo de vida de niños, niñas y adolescentes debido a que poseen características, capacidades y necesidades concretas cambiantes enfatizando que, mediante intervenciones positivas durante la adolescencia temprana, se pueden evitar consecuencias negativas en la edad adulta 4.
La adolescencia es un periodo crítico para el desarrollo del comportamiento en salud y del estilo de vida (EV) asociado a los diversos cambios biológicos, sociales, cognitivos y psicológicos que se experimentan en esta etapa 5; es así que identificar las particularidades de los adolescentes y el oportuno reconocimiento de sus EV permitirán potenciar las medidas de prevención en esta población 6. La intención de trabajar con y para los adolescentes surge de comprender a estos como sujetos activos, históricos y socialmente determinados. De tal manera que, al aprovechar su idealismo, energía y potencial, será posible alcanzar los compromisos existentes que configuran los grandes retos de las sociedades, centrando en ellos la esperanza de un mundo mejor 7.
Al respecto, es en la adolescencia cuando se demanda mayor consumo de alimentos ricos en energía, proteínas y micronutrientes. Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN, 2015), la desnutrición crónica afecta a 1 de cada 10 adolescentes en Colombia, concentrándose en indígenas (36,5%), los más pobres de la población (14,9%) y aquellos que viven en zonas rurales (15,7%). Además, uno de cada cinco adolescentes (17,9%) presenta exceso de peso. 8 de cada 10 permanecen más de dos horas frente a una pantalla, en especial aquellos que viven en áreas urbanas y con ingresos medios y altos 8.
Las cifras anteriores demuestran que en el país a pesar de la existencia de estrategias encaminadas a la adopción de EVS, en esta población aún no se ve reflejada su implementación. De seguir aumentando progresivamente este problema, en un mediano y largo plazo se tendría mayor número de adultos enfermos, lo que incrementaría la morbimortalidad ocasionando un menor desarrollo social y productivo por regiones.
Por esta razón, es urgente y prioritario intervenir los factores comunes de riesgo de padecer enfermedades no transmisibles (ENT) como el consumo de tabaco, exceso de alcohol, inactividad física y alimentación poco saludable. Estas ENT ponen en peligro el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); de aquí la importancia que las acciones esenciales de gran impacto contra las ENT se lleven a cabo en la atención primaria para reforzar su detección temprana y el tratamiento a tiempo, además deben enfocarse de manera integral involucrando varios sectores como la salud, las finanzas, el transporte, la educación, la agricultura y así reducir los riesgos inherentes a este tipo de enfermedades 9.
En este grupo de ENT se incluyen las afecciones cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas que son las principales causas de mala salud, muerte y discapacidad y que están experimentando un rápido aumento en la población; por lo cual se prevé que para el año 2030 superarán a las enfermedades transmisibles, maternas, perinatales y nutricionales como principal causa de defunción 10.
Teniendo en cuenta el contexto anterior, y la preocupación abordada, se crean acciones como la estrategia de escuela saludable en las Instituciones Educativas (IE), la cual inició en Colombia con un trabajo coordinado con el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y articulada a nivel intersectorial con Secretarías de Educación, IE y Universidades. Estrategia que está inmersa en el marco de los proyectos pedagógicos transversales que obligatoriamente las IE deben desarrollar 11; como lo son la educación ambiental, EVS, educación para el ejercicio de los derechos humanos, sexualidad y construcción de ciudadanía 12.
Ahora bien, considerando la adolescencia como un periodo vital en el crecimiento, desarrollo y formación de una persona; este proyecto de extensión apuntó a trabajar didácticas pedagógicas en una IE del municipio de Cereté (departamento de Córdoba) direccionadas a sensibilizar y motivar un aprendizaje significativo que genere cambios de patrones de conducta para lograr hábitos de vida saludable, tales como: el consumo de verduras, frutas, actividadfísica en todos los entornos, consumo de agua potable, y la reducción del consumo de azúcar, sal y grasa.
Este proyecto se basó en el enfoque de inclusión educativa, ya que contó con la participación activa del 100% de los estudiantes que cursan noveno grado, los docentes y padres de familia formando alianzas como parte de un proceso de mejora educativa e interviniendo en áreas como la promoción de la salud 13; entendiendo que mediante los programas educativos se pretende no sólo la transmisión de conocimiento, sino la modificación de creencias inadecuadas sobre la salud para generar verdaderos cambios de conductas en el momento más oportuno de la etapa evolutiva de los estudiantes quienes en un momento dado pudieran tomar decisiones que afecten negativamente su vida de adultos 14. Por lo anterior, se planteó identificar factores de riesgo en los estudiantes matriculados en grado noveno de una institución educativa del municipio de Cerete-Córdoba y realizar con ellos intervención de educación para la salud.
Materiales y métodos
Este estudio es producto del proyecto de extensión aprobado en la convocatoria interna de la Universidad de Córdoba en el año 2019 “Córdoba transformada”, el cual fue ejecutado en una IE del municipio de Cereté, departamento de Córdoba, Montería -Colombia. La población beneficiaria directamente del proyecto se tomó aplicando muestreo no probabilístico por conveniencia, teniendo en cuenta un grado intermedio, de tal forma que se les pudiese realizar seguimiento de impacto de las acciones antes de egresar, en total fueron 81 estudiantes de grado noveno con base en la información de matrícula formal de la oficina de registro de la IE. Teniendo en cuenta la normativa señalada en la Resolución 8430 de 1993, expedida por el Ministerio de Salud Colombiano, para la investigación en el área de la salud, este estudio es considerado sin riesgo, donde se empleó una lista de chequeo sin intervención o modificación biológica de los participantes en el estudio, para lo cual se solicitó la autorización del rector de la institución, consentimiento y asentimiento de los participantes. A los resultados y datos obtenidos en este estudio se les aplicó el principio de confidencialidad y anonimidad de los nombres de los encuestados y se trataron conforme establece la Ley 1581 de 2012 de Protección de Datos Personales en Colombia.
Además, se usó la herramienta “conoce tu riesgo” diseñada y validada por el Ministerio de Salud y Protección Social, la cual fue creada con el propósito que las personas logren identificar el riesgo potencial de enfermedades crónicas no transmisibles.
Su funcionamiento es como una calculadora que procesa las respuestas del usuario a 17 preguntas sencillas. Una vez identificadas, el sistema permite establecer la probabilidad de que se presenten dichas condiciones en los siguientes 10 años. Con los datos peso y talla calcula el IMC e identifica el riesgo cardiovascular medio, alto, muy alto y extremadamente alto (tabla de estratificación de riesgo cardiovascular de la OMS). La encuesta fue aplicada por una profesional de nutrición y dietética con experticia en la aplicación del instrumento para interpretar la información y dar recomendaciones específicas para cada nivel de riesgo detectado.
Este proyecto se desarrolló basado en la metodología Intervención y Acción Participativa (IAP) en cuatro fases:
I. Diagnóstico
La observación participante a través de talleres de socialización del proyecto a los beneficiarios (directivos, docentes y padres de familia), así como también a los estudiantes a intervenir.
Trabajo colectivo en el que se utilizaron los elementos de la cultura popular y la recuperación histórica de buenos hábitos en la comunidad. En esta fase el equipo extensionista, conformado por profesionales de la salud entre ellos, enfermera, nutricionista, odontólogo, psicóloga y un docente de educación física, previa capacitación con respecto a los instrumentos presenta al grupo (directivos, padres de familia y docentes) las estrategias disponibles en el Ministerio de Salud, explicándoles su lógica, eficacia y limitaciones en la adopción de hábitos saludables.
II. Planificación
Para la recolección de información se unificaron los criterios para la aplicación de la Matriz de Identificación del Riesgo Cardiovascular y Metabólico de la comunidad educativa a través de la estrategia “Conoce tu riesgo peso saludable”, se establecieron fechas y recursos con las directivas durante el período de duración del proyecto.
III. Acción
Se aplicó la Matriz de Identificación del Riesgo Cardiovascular y Metabólico de la comunidad educativa a través de la estrategia “Conoce tu riesgo peso saludable” y se diligenció la historia clínica nutricional a los 81 adolescentes. La información obtenida fue transcrita, sistematizada, y analizada mediante estadística descriptiva buscando dar respuesta a los criterios evaluativos. Igualmente se diseñaron talleres, para el afrontamiento de la convivencia pacífica, con respecto a las respuestas obtenidas en consulta individual por la sicóloga del equipo. Entre ellas, la percepción del deseo de irse de la casa, el ser tenido en cuenta por la familia, manifestaciones de cariño en la vida cotidiana y la capacidad de sostener conversaciones sin discutir.
IV. Intervención
La intervención, se llevó de acuerdo con los resultados obtenidos con respecto a la valoración diagnóstica que tuvieron los estudiantes sobre los alimentos, higiene, hábitos y estilos de vida saludables; demás, se desarrollaron talleres relacionados con la construcción de una cultura alimentaria sana y saludable.
El presente estudio fue sometido a aval por parte del Comité de Acreditación y Currículo del programa Administración en Salud de la Universidad de Córdoba, el cual determinó la viabilidad ética, en concordancia con la línea de investigación y pertinencia de la temática de estudio en los entornos saludables.
Resultados
La caracterización por grupo etéreo ubicó el 80,2% en las edades de 13 a 16 y un 16,7% entre 16 a 18 años, el promedio de estas fue de 14,8 años (DE: 1,04). El 58% pertenecía al género femenino y el 80% residen en un corregimiento de municipio objeto de estudio, mientras que el 20% restante proceden de corregimientos aledaños. Además, se encuentra un 59,8% con presencia de hábitos protectores y antecedentes familiares que fomentan la vida saludable de los adolescentes, mientras el 40,12% está relacionado con factores de riesgo (Tabla 1).
Tabla 1 Factores protectores y factores de riesgo.
| Variable | Factor protector % | Factor de riesgo % |
|---|---|---|
| EVS | ||
| Consumo frutas y verduras | 32,1 | 67,9 |
| Actividad física diaria | 32 | 67,9 |
| Hábitos insanos | ||
| Fuma cigarrillos, tabaco u otros | 98,7 | 1,23 |
| Condición de salud | ||
| Valores de glicemia altos | 96,2 | 3,7 |
| Antecedentes familiares | ||
| Antecedentes de HTA en padres | 88,8 | 11,1 |
| Antecedentes de HTA en abuelos y tíos | 11,1 | 88,8 |
| Convivencia pacífica | ||
| Deseos de irse de la casa para siempre | 72,8 | 27,1 |
| Siente que cuando da una opinión en casa nunca es tenida en cuenta | 90,1 | 9,87 |
| Las manifestaciones de cariño hacen parte de su vida cotidiana | 82,7 | 17,2 |
| Puedes conversar y sostener una conversación sin discutir | 82,7 | 17,2 |
| Promedio | 59,8 | 40,1 |
Fuente: datos obtenidos del proyecto de extensión, 2019.
Considerando el comportamiento alimentario, a lo manifestado con respecto al consumo de frutas y verduras el 67,9% de los adolescentes manifiestan no consumirlas diariamente, este mismo porcentaje no realizan ningún tipo de actividad física (por lo menos 20 minutos diarios). Al respecto, algunos de los entrevistados indicaron que caminaban por más de 40 minutos a diario desde la casa hasta la escuela. Con relación al consumo de algún producto derivado del tabaco (cigarrillo, tabaco en polvo o de mascar) se obtuvo un 98,7%; sin embargo, solo un adolescente reconoció que algunas veces lo hace.
Al indagar por la condición de si es diabético o realización de exámenes de glicemia previos, el 96,2% señalaron sus resultados entre valores de referencia normales mientras que un 3,7% reconocieron haber obtenido cifras altas. Según, los antecedentes familiares el 88,11% (abuelos, tíos y primos) y el 11,11% (padres) padecen Diabetes. Con respecto a padecer de hipertensión el 100% manifestaron no ser hipertensos.
Sobre los hábitos relacionados con la convivencia pacífica el 80.2% refiere que las manifestaciones de cariño, el poder conversar y sostener una conversación sin discutir hacen parte de su vida cotidiana, permitiendo un ambiente favorable en el que se desenvuelve el adolescente. Sin embargo, un 27,1%, señala haber sentido deseos de irse de su casa; al respecto uno de los participantes hizo efectiva esa acción. Mientras que el 9,87% siente que cuando da una opinión en casa nunca es tenida en cuenta.
Adicional a lo anterior, se realizó medición del Índice de Masa Corporal para la Edad (IMC/E) que es un indicador que correlaciona de acuerdo con la edad, el peso corporal total con relación a la talla. Se obtiene al dividir el peso expresado en kilogramos entre la talla expresada en metros al cuadrado 15. (Tabla 2).
Tabla 2 Medición del IMC.
| Variable | IMC Clasificación | N° | % | Media (DE) | Intervalo de confianza |
|---|---|---|---|---|---|
| <18,5 | Bajo peso | 18 | 22,8 | 17,46 (0,92) | 17,00 - 17,91 |
| 18,5-24,9 | Peso normal | 54 | 68,4 | 20,89 (1,66) | 20,44 - 21,34 |
| 25-29,9 | Sobrepeso | 5 | 6,3 | 26,17 (1,10) | 25,00 - 27,43 |
| >30-34,9 | Obesidad Clase I | 2 | 2,5 | 30,65 (0,75) | 30,00 - 32,09 |
| >35-39,9 | Obesidad Clase II | 0 | 0 | N/A | N/A |
| >40 | Obesidad Clase III | 0 | 0 | N/A | N/A |
| Cuenta de Denominación | indicador T/E | N° | % | ||
| Ade | cuado | 61 | 77,2 | 20,81 (3,07) | 19,97 - 21,65 |
| Riesgo de | retraso en talla | 18 | 22,7 | 20,27 (2,80) | 19,47 - 21,07 |
| To | tal | 79 | 100 | 20,68 (3,01) | 20,01 - 21,36 |
Fuente: datos obtenidos del proyecto de extensión, 2019.
Se evidencia, un IMC promedio de 20.93 (Kg/m^2) y con una desviación estándar de 3.38 (IC95%: 20.18 - 21.69), de acuerdo con la clasificación de normalidad propuesta por la OMS 16. Además de estudiantes con sobrepeso (6,3%) y obesidad clase I (2,5%). De igual forma, se observan las variables numéricas de IMC con relación a la estatura, destacándose, que el 77,2 % presentan un adecuado indicador, mientras que el 22,78% presentan riesgo de retraso en la talla.
Consolidando los resultados expresados en el capítulo anterior, el equipo de intervención conformado por profesionales de la salud, realizaron las siguientes actividades:
La profesional en nutrición identificó el riesgo cardiovascular y metabólico de la comunidad educativa con la estrategia “Conoce tu riesgo peso saludable,” a través de la valoración del IMC. Igualmente, realizó retroalimentación de acuerdo con el riesgo clasificado en forma individual entregándole las historias nutricionales con las recomendaciones de los alimentos para una dieta equilibrada y saludable a cada uno de los estudiantes participantes.
De acuerdo con los resultados expresados, la inactividad física alcanzó valores de 67.9%, por lo que se sensibilizó a la comunidad académica sobre los efectos negativos para la salud de esta socializando la estrategia los “once para la salud” y los alimentos no saludables a través de la gamificación.
Además, se promovió el consumo diario de frutas y verduras en la comunidad estudiantil con la socialización del juego la ruta alimenticia.
Conforme a las consultas personalizadas con la sicóloga del equipo de Bienestar Universitario de la Universidad de Córdoba, en general, se realizó actividad educativa a través de charlas para fortalecer el desarrollo de la autoconfianza con la estrategia me conozco, me amo y me respeto.
Para finalizar, se hizo entrega a los 81 estudiantes de un kit con material educativo, frutas, verduras y botellas con agua, (Tabla 3).
Discusión
En Colombia, específicamente en la región Atlántica sólo 14 de cada 100 adolescentes atienden las recomendaciones de actividades físicas (AF): 150 minutos semanales de AF moderada o 75 minutos semanales de AF vigorosa o fuerte como lo recomienda la OMS 17. Al respecto, otro estudio reportó un 32% de adolescentes que no practicaban AF al menos 60 minutos por día y un 17% que se desplaza a pie para ir a la escuela y volver a casa. Es así que al considerarse el ejercicio como un factor protector que hace parte de un estilo de vida saludable, el hecho de encontrar un déficit en esta práctica se convierte en un riesgo para desarrollar a futuro enfermedades cardiovasculares 18; la anterior reflexión es compartida por las autoras quienes a su vez reiteran la necesidad de realizar intervenciones no sólo a la población adolescente, ya que es fundamental incluir la infancia temprana con el fin de consolidar hábitos para el disfrute del deporte y uso adecuado del tiempo libre y tomando en consideración lo expuesto por Rojo y Merino 19 que relacionan la inactividad física como uno de los principales factores de riesgo que tienen las personas de padecer ENT.
En forma similar, en otra investigación Díaz et al. 20 reportaron un 25% de adolescentes que caminaban de su casa al colegio y viceversa; lo anterior indica que las cifras bajas en la realización de AF continúan siendo una constante que se ratifica en este proyecto con una minoría que manifestó caminar por más de 40 minutos diariamente. Por otra parte, Vidarte Claro et al. 21 señalan que la AF posibilita la adquisición de valores, razón por la cual debe ser retomada desde la promoción de la salud mediante la intervención de profesionales e instituciones de salud y educativas como una sinergia vital que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida; lo anterior se logró validar con la realización de esta IAP que integró directivos, docentes, y profesionales de la salud con la aplicación de estrategias desarrolladas por el Minsalud como los “once para la salud” que permitió mayor receptividad en los conceptos impartidos.
Para otros autores, la importancia de la AF se demuestra en la reducción del sedentarismo, entendiendo que la AF controla el sobre peso y la obesidad, fortalece los músculos, mejora el estado de ánimo, impulsa al desarrollo social en la calidad y la esperanza de vida de la población 22,23. Mientras que para Litano 24 la práctica de una AF de manera regular trae efectos psicológicos beneficiosos al permitir un mejor control de la ansiedad y la depresión, contribuyendo al desarrollo social facilitándoles la oportunidad de expresarse, fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. Coincidiendo con Díaz et al. 25 quienes indican que la mejoría de la condición física de una población mediante la promoción del ejercicio es la segunda forma más eficaz de reducir las enfermedades futuras.
Con relación al no consumo de algún producto derivado del tabaco (cigarrillo, tabaco en polvo o de mascar) los resultados obtenidos en este estudio corresponden a que no consumen en un 98,7%. Lo cual es favorable al comprender que este es un factor protector que estaría garantizando un EVS en los adolescentes intervenidos 18. De acuerdo a la Encuesta Mundial de Tabaco en Jóvenes (EMTJ) en escolares de 13 a 15 años para el año 2016 se observó una reducción estadísticamente significativa en la prevalencia del consumo asociando este logro a una mayor conciencia en los hogares como respuesta a las estrategias de promoción de la salud implementados en Chile 26.
De igual manera, este estudio evidenció que el 67.9% de los adolescentes no consumen frutas y verduras diariamente, lo cual guarda similitud con Aguilar 18 donde el 33 % de los estudiantes expresaron comer por lo menos una vez al día en 30 días, una fruta y en la misma frecuencia el 36 % señalaron comer verduras. Teniendo en cuenta lo expuesto por Radilla et al. 27 sobre las conductas alimentarias en adolescentes quienes consideran que son de mayor riesgo en el sexo masculino entre los 12-13 años. Las autoras resaltan la necesidad de promover en los entornos escolares hábitos que permitan generar EVS, pero estrategias interactivas e integradoras que permitan interesar al adolescente involucrándolo en el proceso de educación para la salud, dejando de lado las tradicionales charlas educativas en una sola vía.
Conclusiones
Los resultados obtenidos evidencian una brecha significativa en los hábitos de vida saludable entre los adolescentes estudiados. Si bien una mayoría presenta factores protectores, el porcentaje considerable de aquellos expuestos a factores de riesgo subraya la necesidad de implementar programas de educación para la salud focalizados en estos grupos. Por lo tanto, es fundamental continuar con la realización de estrategias que integren tanto a los escolares, padres de familia y directivos que permitan cerrar la brecha existente. Además, se recomienda realizar investigaciones adicionales para explorar en profundidad los determinantes de estos comportamientos y evaluar la efectividad de las intervenciones implementadas.
Este estudio se consideró como un primer acercamiento para el diagnóstico de EVS en adolescentes de una IE, de utilidad al adoptar estrategias lúdicas en la enseñanza de la promoción de la salud en la escuela y en edades temprana y se convierte en línea de base para futuras investigaciones en la entidad investigada y de referente investigativo en otras similares a nivel nacional e internacional.















