Introducción
En Colombia con la promulgación de la Ley Estatutaria en Salud se ratifica la responsabilidad del Estado para “formular y adoptar políticas que propendan por la promoción de la salud, prevención y atención de la enfermedad y rehabilitación de sus secuelas, mediante acciones colectivas e individuales” 1. Para el cumplimiento de esta ley, el Ministerio de Salud y Protección Social ha definido la Política de Atención Integral en Salud y el Modelo de Acción Integral Territorial 2,3.
Una de las herramientas para la implementación del Modelo de Acción Territorial son las Rutas Integrales de Atención en Salud que orientan la gestión intersectorial para desarrollar las acciones individuales y colectivas de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y cuidado de la salud. La Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud 4, es una de las tres rutas definidas a la fecha, y la que cobra interés para esta evaluación.
La Ruta de Promoción y Mantenimiento de la Salud es una herramienta operativa de obligatorio cumplimiento en Colombia, define las acciones necesarias para garantizar la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la generación de una cultura del cuidado para todos los cursos de vida y a nivel individual, familiar, comunitario y laboral. Uno de los grupos poblacionales abordados por esta ruta son las personas mayores de 60 años, clasificadas en el curso de vida “vejez” 5.
El envejecimiento es un proceso complejo de interrelación de factores sociales, biológicos y culturales que ocurre en un contexto particular. Según los procesos de determinación social que se afronten, puede ser una época con altas capacidades, condiciones y oportunidades o con vulneraciones y riesgos para la salud y la vida. Por esto, el desarrollo de los procesos de educación para la salud tiene retos específicos a abordar con las personas mayores tanto en el contenido como en las formas de implementación 6.
A pesar que la ruta integral de atención para la promoción y mantenimiento de la salud establece que las entidades encargadas de la implementación también son responsables del monitoreo y de la evaluación de los resultados 5, la literatura sobre la implementación y evaluación de la Política de Atención Integral en Salud, de su modelo y de las Rutas Integrales de Atención en Salud es aún escasa 7-10. Al respecto, Peñaranda señalan el rol fundamental que debe jugar la educación para la salud en la implementación de esta política 11.
En el marco de implementación de la Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud, una Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud del régimen especial de las universidades estatales de Colombia y cuya población asegurada son profesores y su grupo familiar, decidió implementar la ruta para el curso de vida de vejez a través de un modelo de atención primaria en salud (APS). Este proceso se vio afectado y modificado por la pandemia del Covid-19 que exigió migrar las acciones educativas a los entornos virtuales, lo cual implicó ajustes pedagógicos y metodológicos a los procesos que se desarrollaban de forma presencial.
Este artículo tiene como objetivo presentar la evaluación de las acciones de educación y promoción de la salud que esta Entidad Administradora de Planes de Beneficios de salud realizó con los afiliados del curso de vida de vejez en el contexto de la pandemia. Este asunto es pertinente y coherente con la perspectiva de la promoción de la salud y la prevención de enfermedad, encaminadas a crear entornos saludables que permita a las personas mayores continuar con su desarrollo humano.
Materiales y métodos
Se realizó una evaluación de eficacia en el corto plazo con el enfoque de investigación sobre la implementación 12 en gran medida en reconocimiento de la contribución que puede hacer para maximizar el impacto beneficioso de las intervenciones sanitarias. Como campo relativamente nuevo y, hasta hace poco, bastante descuidado dentro del sector sanitario, la investigación sobre la aplicación es algo desconocido para muchos. Por lo tanto, es necesario aclarar qué es exactamente la investigación sobre la aplicación y qué puede ofrecer. Esta guía pretende aportar esa claridad. Destinada a apoyar a quienes llevan a cabo la investigación sobre la aplicación, a quienes tienen la responsabilidad de aplicar programas y a quienes se interesan por ambos, la Guía ofrece una introducción a los conceptos y el lenguaje básicos de la investigación sobre la aplicación, esboza brevemente lo que implica y describe las numerosas oportunidades que presenta. El principal objetivo de la Guía es impulsar la capacidad de investigación sobre la aplicación, así como la demanda de investigación sobre la aplicación que esté en consonancia con las necesidades, y que sea de particular importancia para los sistemas de salud de los países de ingresos bajos y medianos (LMICs) mediante un modelo de teoría de cambio 13. Este enfoque permite la evaluación del desempeño de un programa específico y reorientar su implementación en aras de su fortalecimiento.
La evaluación de eficacia permitió identificar si los efectos en el corto plazo se relacionaban con los objetivos fijados al inicio de la intervención. Es sobre la implementación porque las acciones de la Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud continuaban en desarrollo al momento de la evaluación, a diferencia de otras evaluaciones que se realizan una vez finalizado el programa o incluso cuando este ya no existe.
La teoría del cambio se utilizó como una herramienta para acotar el alcance de la evaluación, en tanto que permitió, mediante un taller participativo, que el equipo de investigadores y los profesionales que implementaron las acciones de la Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud delimitarán los objetivos y el resultado general esperado en el corto plazo de implementación de las acciones, el cual fue: personas mayores informados y con conocimientos nuevos y/o saberes previos fortalecidos que les permite concientizarse sobre el cuidado de la salud integral y llevar a la práctica hábitos de vida saludables. Esto se logró con la identificación de todas las acciones que se planearon, para luego discutir sobre cómo estas acciones contribuían al logro de los resultados previstos y cuál era la evidencia científica que respaldaba el proceso. En síntesis, para efectos de este estudio, la teoría del cambio fue una herramienta que permitió delimitar el alcance de la evaluación 14.
En la intervención evaluada se tomaron en cuenta las siguientes acciones de educación y promoción de la salud implementadas entre 2020 y 2022: a) ciclos educativos, desarrollados en cuatro bloques de 5 a 7 sesiones cada uno. En la figura 1 se presentan las temáticas abordadas. En el período de evaluación se realizaron 467 sesiones en las cuales se contó con 2.355 participaciones de 1.105 participantes. Cabe señalar que para participar en un ciclo no era necesario haber participado en uno previo; b) entrega de material educomunicativo que se difundió por redes sociales, correo electrónico, chat e WhatsApp y la página web de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud. La frecuencia de entrega fue un producto semanal (semanario) que contenía información de fácil comprensión acerca de las temáticas abordadas en los ciclos educativos. En total se produjeron 64 semanarios y otros 16 productos respecto a temáticas específicas relacionados con la atención en salud (por ejemplo, motivación para vacunación contra Covid-19); c) asesorías educativas telefónicas por parte de un equipo interdisciplinario conformado por profesionales en nutrición, educación física, psicología, trabajo social, enfermería, artes plásticas y danza, en respuesta a riesgos en salud u otras necesidades y demandas identificadas por la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud o en las mismas sesiones de los ciclos educativos. En total, se realizaron 1605 asesorías durante el período de evaluación; d) acompañamientos familiares con énfasis en salud mental, mejoramiento de la dinámica familiar y la construcción de planes familiares participativos para el cuidado de la salud física y mental. En total, se realizaron acciones de acompañamiento a 1220 familias durante el período de evaluación.

Fuente: elaboración propia.
Nota: RPMS: Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la salud; AF: Actividad física; AS: Alimentación Saludable; DRP: Diagnóstico rápido participativo; HVS: Hábitos de vida Saludable; Parám. Entren.: Parámetros Entrenamiento; ECNT: Enfermedades crónicas no transmisibles; FR: factores de riesgo; FP: Factores protectores; HTA: Hipertensión Arterial; EL: exámenes de laboratorio; DX: Diagnóstico; SM: Salud Mental; ARPS: Arte para la salud.
Figura 1 Estrategias de educación y promoción de la salud ofrecidas a las personas mayores afiliados durante el 2020-2022.
La población universo del estudio fueron los 3,270 personas mayores (AM) afiliadas a las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios de Salud de una universidad pública del departamento de Antioquia, Colombia, que corresponden al 49,7% del total de la población afiliada según datos tomados de una caracterización poblacional realizada en 2020. Esta población estuvo expuesta a todas las actividades enunciadas anteriormente, en cuanto a los ciclos educativos, se realizaron específicamente 213 encuentros educativos para el curso de vida vejez, con 1,155 participaciones de 519 afiliados de este grupo de edad.
Se proyectó una muestra no probabilística de 400 personas mayores con igualdad de proporción entre los participantes de las acciones de educación y promoción y promoción de la salud (AMP) y el grupo control conformado por personas mayores no participantes (AMNP). Los grupos cumplieron con la siguiente definición: Grupo participante (AMP): personas mayores que participaron en al menos una de las acciones de educación y promoción y promoción de la salud. La participación fue autoreportada y verificada en las bases de datos de asistencia del sistema de información de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud. Grupo no participante (AMNP): personas mayores que no participaron en ninguna de las acciones de educación y promoción y promoción de la salud.
La participación de los afiliados a la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud en los ciclos educativos fue voluntaria. No obstante, desde esta entidad se desarrollaron estrategias para promover la participación de las personas mayores identificadas con factores de riesgo o con algún diagnóstico de enfermedad.
Los criterios de inclusión para la muestra fueron: personas adultas de 60 o más años, asegurados en la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud como cotizantes o beneficiarios entre el periodo 2020 y 2022, con acceso a internet y manejo mínimo de herramientas virtuales para dar respuesta al pretest y postest, participantes o no de las acciones de educación y promoción de la salud ofertadas durante la pandemia de COVID-19 y, que aceptaran y consintieran participar de manera voluntaria en la evaluación.
Los criterios de exclusión fueron la presencia de enfermedades crónicas en estado avanzado que limitara la capacidad de participar en actividades de educación y promoción de la salud y, el diagnóstico de deterioro cognitivo avanzado que impidiera la participación activa en la evaluación.
El instrumento de evaluación fue un cuestionario de pretest y de postest basado en los instrumentos de medición y tamizaje para la RPMS que definió la Resolución 3280 del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, el cual fue diseñado por un equipo interdisciplinario de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud. Las preguntas incluidas en el pretest y postest permitieron medir cambios en las personas mayores en cuanto al resultado general esperado indicado anteriormente con énfasis en 3 grupos de prácticas de cuidado que se trabajaron mayoritariamente dado el perfil de riesgo de la población reportado por la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud y los efectos esperados de la pandemia Covid-19 en la población, a saber: a) prácticas de cuidado de la salud nutricional: consumo de alimentos altos en grasa saturada, azucares y sodio, consumo de frutas y verduras, fraccionamiento de los alimentos y consumo de agua; b) prácticas de cuidado frente a la salud mental: higiene del sueño y consumo de alcohol y/o tabaco; c) otras prácticas saludables: realización de actividad física y demanda de servicios de salud según condición clínica.
El pretest se tomó como una prueba de entrada que identificó los conocimientos y prácticas con los que contaban las personas antes de participar de las actividades. El postest se aplicó 6 meses después de participar de las diferentes acciones. En ambos instrumentos las preguntas utilizadas fueron las mismas para los cuatro componentes analizados: salud nutricional, salud mental, actividad física y demanda de servicios de salud.
Para el diligenciamiento de los cuestionarios se utilizaron diferentes estrategias. Con las personas mayores participantes, el pretest (al inicio de las acciones) y el postest (6 meses después) fueron enviados a través de correo electrónico y por chat WhatsApp, en caso de no respuesta, los profesionales que ejecutaban las acciones de educación y promoción de la salud establecían contacto telefónico. Las personas mayores no participantes fueron contactadas telefónicamente por auxiliares de salud pública de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud para la respuesta a los cuestionarios. Para el contacto telefónico de ambos grupos se diseñó un guión explicando el propósito de la evaluación, su importancia, los aspectos éticos en cuanto a la voluntariedad de la participación, el anonimato y la confidencialidad de información.
El procedimiento para la recolección de la información cualitativa incluyó: a) tres grupos de discusión con los AMP de los ciclos educativos y 2 talleres evaluativos con personas mayores no participantes; b) revisión de forma quincenal de las bitácoras de planeación y evaluación de las acciones de educación y promoción de la salud que realizaban los promotores de salud (profesionales que implementaron las acciones); c) veinte observaciones no participante en las diferentes acciones ofertadas como fueron los ciclos educativos y las acciones de educomunicación; y, d) tres grupos de discusión con los promotores de salud. Los guiones para cada una de las técnicas fueron elaborados por los investigadores. Para este componente la muestra se configuró con base en el criterio de saturación de las categorías definidas a priori para las dimensiones evaluadas.
El procesamiento y análisis de la información incluyó para los datos numéricos estadísticos descriptivos univariados y bivariados con medidas de tendencia central y proporciones para las variables nominales con la prueba de chi cuadrado de independencia cuyo valor de significancia estadística fue de p < 0,05. Considerando las variables del pretest y el postest se realizaron estadísticos de medidas de diferenciasa nivel de los grupos e intragrupo y pruebas no paramétricas para analizar las diferencias iniciales y comparar los cambios obtenidos en ambos grupos a través de muestras pareadas de McNemar (p < 0.05). Para esto se utilizó el software estadístico de licencia libre denominado Jamovi.
Para los datos textuales se utilizó la técnica de análisis formal de contenido 15, para esto primero se codificó la información basados en una matriz de categorías que contenía las dimensiones que evaluaron los cambios en los conocimientos y en las prácticas de cuidado de la salud. Esta información se analizó en el software Atlas.ti.
El segundo momento del análisis incluyó la triangulación de los datos numéricos y textuales, esto permitió que en el análisis de los datos numéricos y textuales sobre los conocimientos y las prácticas de cuidado de salud estudiadas se analizaran coincidencias, valoraciones y/o explicaciones; permitiendo una amplia interpretación sobre el fenómeno de estudio y mayor confianza en la consistencia de las conclusiones.
Resultados
La muestra alcanzada para la prueba de entrada (pretest) fue de 354 personas mayores (148 participantes y 206 no participantes en el grupo control). En el postest fue de 228 personas mayores (100 participantes, lo que representó una adherencia del 67,6% y 128 adultos del grupo control con una adherencia de 62.1%). La adherencia general del grupo hasta el final del estudio fue del 64,4%.
Características sociodemográficas y de salud
Los grupos fueron diferentes y los contrastes se aprecian en nueve de las quince características sociodemográficas y de salud como son el sexo, estado civil, nivel de escolaridad y la ocupación. En cuanto a características de salud, hubo diferencias significativas en antecedentes de hipertensión, enfermedad mental y ser cuidador de otra persona dependiente, en los tres casos hubo mayor prevalencia de esta condición en la población de personas mayores participantes que en el control (Tabla 1).
Cambios en las prácticas de cuidado de la salud nutricional
Se aprecia una disminución en la prevalencia del consumo de alimentos altos en grasa saturada y alimentos altos en sodio en los AMP (p < 0.001 en ambas variables). No se evidenció diferencias significativas en ambos grupos en la disminución en el consumo de alimentos altos en azúcar (Tabla 2). También, en el grupo de intervención se observó un incremento en la prevalencia del hábito de consumo de comidas fraccionadas y completas (mínimo 3 comidas completas o más al día) (p < 0.001), en la toma de mínimo 3 a 5 vasos de agua al día (p < 0.001) y de la ingesta de frutas y verduras al menos dos veces al día (p = 0,317) (Tabla 2).
Tabla 2 Cambios según pretest y postest en las prácticas de cuidado frente a la salud nutricional en la muestra de personas mayores según su participación en las acciones evaluadas.

Fuente: elaboración propia.
Los datos de la indagación cualitativa también fueron similares en los grupos de participantes y no participantes. Las personas participantes en el proceso educativo indicaron que este les brindó herramientas para potenciar las prácticas de cuidado nutricional y la toma de decisiones saludables, específicamente las mujeres participantes refirieron una disminución del consumo de azúcares concentrados, mayor ingesta de agua y mayor frecuencia en el consumo de frutas y verduras.
“... Yo antes de la pandemia no le ponía casi cuidado al tema del etiquetado nutricional, ... en la pandemia me enfoqué mucho en esto y aprendí a diferenciar muy bien el contenido de azucares, grasas saturadas y sodio; y ahora soy muy estricta y trató de elegir lo más saludable”. AMP1AGD
“... Yo aprendí en los ciclos educativos y en las piezas gráficas también vi información sobre la importancia de comer varias veces al día, yo era uno de los que a veces solo me comía el almuerzo, ni desayunaba, ni comía por la noche, por eso me sentía como débil, ahora ya eso mejoro notablemente..., además frutica en la media mañana y al algo”. AMP3B3GD
“... La hidratación para mí siempre es importante, porque he aprendido la consecuencia de no consumir agua pura adicional a las comidas...” AMNP2C1GD
Cambios en las prácticas de cuidado frente a la salud mental y en los factores de riesgo
Respecto a las prácticas de cuidado de la salud mental, se aprecia una disminución en 32 puntos porcentuales en la dificultad para conciliar a diario el sueño en los AMP (p < 0.001). Este comportamiento fue inverso en el grupo control (Tabla 3). Sobre esto, las personas mayores manifestaron que la dificultad para conciliar el sueño se agravó durante la pandemia y que se asoció a preocupaciones, duelos y temores por lo que pudiera acontecer a sus familiares, amigos y vecinos. Las mujeres participantes de los ciclos educativos manifestaron mayor preocupación frente a esto en comparación con los AMP y AMNP hombres.
Según los asistentes de los grupos de discusión, esta situación se logró mitigar con el acompañamiento familiar recibido, los planes de cuidado y los ciclos educativos desarrollados por los equipos interdisciplinarios de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud. Estos profesionales escucharon y motivaron a las personas mayores a participar de diferentes acciones de educación para la salud:
“...Yo hace tiempo duermo mal, pero la promotora me enseñó que la cama es solo para dormir, yo no veo ya tv en la habitación y deje de tomar tanto café después de las 6 pm, y todo [en la habitación] lo dejo bien oscuro. Mejoró mucho mi calidad del sueño y me despierto con más ánimos...” AMPG3B2
Por otro lado, se observó un incremento en las prácticas de consumo de alcohol y/o tabaco en ambos grupos (tabla 3); de forma particular; en los grupos de discusión los AMNP hombres fueron quienes manifestaron tal situación, como una forma de afrontar problemas que se vivían al interior de la familia que se agudizaron en la pandemia. Sin embargo, los AMP expresaron que a pesar esto, los procesos de educación para la salud y los acompañamientos familiares ayudaron a minimizar situaciones a nivel personal y familiar que estaban desbordando su salud mental y emocional.
Cambios en actividad física y demanda de servicios de salud
Se observó un incremento en la práctica de realizar actividad física por 150 minutos o más a la semana en los AMP (p < 0.001), y para el grupo control (p >0.05). Al respecto, tanto en hombres como en mujeres los conocimientos y las prácticas de actividad física incrementaron en los AMP debido a la participación en las actividades virtuales. El respecto, personas del grupo participante señalaron participar tres veces por semanas de las clases de actividad física transmitidas en vivo por las redes sociales de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud, y, en ocasiones acompañados de sus parejas, lo que les generaba motivación para participar y alcanzar las metas propuestas en los planes familiares. Así lo manifestaron en los grupos de discusión:
“... A mí la actividad física nunca me falta, sino puedo salir a caminar me repito los en vivo, en la pandemia eso sí que nos ayudó..., a mí me enseñaron de la importancia de la actividad física para no deprimirme, ganar fuerza muscular para llegar al final de mi vida de forma independiente y poder hacer todas mis cosas, esto es una rutina que nunca dejo de hacer y obviamente combinada con una buena alimentación...” AMPG1B2
También se encontró que las personas mayores que participaron en las intervenciones incrementaron la asistencia a los controles médicos para el seguimiento interdisciplinario y reglamentario de las patologías crónicas ya diagnosticadas a diferencia del grupo control (p < 0.001), las cuales, según la norma y los protocolos de la Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud, deben tener controles con una periodicidad entre 3 y 6 meses (Tabla 3).
Discusión
Este estudio evaluó los cambios en los conocimientos y prácticas de cuidado de la salud nutricional, mental y física en un grupo de personas mayores aseguradas a una Entidad Administradora de Planes de Beneficios de Salud de un régimen especial del sistema de salud colombiano y que participaron en actividades de educación y promoción de la salud entre los años 2020 a 2022, periodo durante el cual se implementaron las medidas sanitarias restrictivas debido a la pandemia Covid-19. Los resultados evidencian que se presentaron cambios en algunas prácticas nutricionales, de salud mental, de actividad física y de demanda de servicios de salud que favorecieron el cuidado propio y familiar.
En el plano de la salud nutricional, resultados favorables como el incremento en la ingesta de agua, frutas y verduras, la disminución de alimentos ricos en grasas saturadas, sales y azúcares y el incremento en la prevalencia del hábito de consumo de comidas fraccionadas y completas dan cuenta de que se han logrado establecer conductas que podrían catalogarse como factores protectores en la salud 16, que están siendo interiorizados dentro de la cotidianidad por esta población 17. Estos resultados son de gran relevancia porque los comportamientos que ponen en riesgo la salud son muy resistentes al cambio, a pesar de los esfuerzos de procesos de salud mediados por la educación, debido a que existen brechas entre la intención y la acción que involucra una diversidad de factores sociales, cognitivos y emocionales que operan en conjunto 18,19 la transición epidemiológica, y los cambios de estilo de vida asociados se encuentran entre los principales impulsores del aumento de la incidencia y la prevalencia de las enfermedades no transmisibles. Prepararse para el cambio es esencial para garantizar el progreso hacia el logro de los objetivos trazados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El primer paso para los proveedores de atención sanitaria es crear programas o intervenciones específicos que orienten la elección de alimentos saludables a largo plazo durante la vejez. Por lo tanto, es imperativo identificar y comprender los factores específicos que influyen en las elecciones alimentarias de los adultos mayores y cómo estos factores limitan o fomentan el consumo de alimentos. La presente revisión se propuso identificar cómo los aspectos personales, sociales, culturales, psicológicos, situacionales e intrínsecos/extrínsecos de los alimentos guían o dificultan las elecciones alimentarias de los ancianos independientes (de 65 años o más).
Con respecto a la salud mental, la intervención educativa logró impactar los problemas de sueño en el 30% de la población participante. Esto en un contexto de sindemia, fue una contribución al mejoramiento de la calidad de vida de las personas mayores 20, teniendo presenta las afectaciones que produce en la salud física y mental los problemas de sueño 21,22.
En contraste, el aumento en las personas participantes del consumo de tabaco y el alcohol para afrontar los efectos de la pandemia en la salud mental, fue un resultado poco favorable. Al respecto, la formulación participativa de estrategias para afrontar los desencadenantes del consumo de estas sustancias y autogestionar el desincentivo del uso de las sustancias se hace necesario en este grupo poblacional.
Respecto a la evaluación de la práctica de actividad física, la diferencia en 30,3 puntos porcentuales en el reporte de actividad física en el grupo de personas mayores participantes respecto al grupo control se explica porque las acciones de educación brindadas durante los ciclos educativos abordaron temáticas relacionadas al movimiento, al entrenamiento de fuerza, la resistencia y flexibilidad. Acciones que la literatura científica ha señalado que fortalece los conocimientos previos o la adquisición de nuevas prácticas 23,24 Scopus (n=235).
Un aspecto innovador identificado en esta intervención fue la adaptación de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) mediadas por equipos electrónicos y pantallas para la implementación de las acciones de promoción y educación para la salud 25. Lo que permite afirmar que el uso racional de estas herramientas puede promover la actividad física y contrarrestar el sedentarismo. Sin embargo, el no acceso a la canasta básica digital (internet + equipo), el desconocimiento o la no adaptación sobre su uso 26 Scopus (n=66, y, las desigualdades socioeconómicas 27, pueden ser razones que explican el por qué no participó una mayor cantidad de personas mayores en esta intervención. Esto exige planear e implementar el desarrollo de estrategias mixtas, virtuales o híbridas que amplían el alcance, pero también presenciales, para permitir la inclusión de la población que no accede o no usa las TIC por falta de recursos. Sin embargo, cabe resaltar que esta intervención se realizó en el contexto de la pandemia de la Covid-19 con altas restricciones de movilidad y aglomeraciones especialmente para las personas mayores de 60 años.
Esta evaluación avizora como un reto el mantener y fortalecer las actividades de promoción y educación para la salud implementadas debido a su potencialidad en la mejora de las conocimientos y prácticas de cuidado de la salud.
Conclusiones
Las acciones de promoción y educación para la salud de una de las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios de Salud del régimen especial en Medellín, Colombia, evidencian que a pesar de las dificultades y retos que imprimió el contexto de la pandemia de la Covid-19, se presentaron cambios en los conocimientos y prácticas de cuidado de la salud en la población de personas mayores participantes de la intervención. Los cambios documentados se explican por la participación en las diferentes actividades ofertadas. No obstante, el ejercicio dejó traslucir retos para la promoción y la educación para la salud con la población participante que podrían extrapolarse al sistema de salud colombiano, como es la disminución de la brecha digital en la población mayor y continuar desarrollando acciones presenciales y en modalidades híbridas para quienes no logran acceder a las acciones a través de las TICs.
Esta evaluación es una contribución científica para fortalecer las acciones educativas en el campo del envejecimiento mediante acciones de promoción y la educación en dimensiones como la actividad física, la salud nutricional y la salud mental las cuales fueron diseñadas e implementadas con equipos interdisciplinarios.
















