Introducción

Los acelerados cambios globales y el creciente fenómeno migratorio ¹ consecuencia de situaciones de tipo político, económico y social influyen en la composición de las sociedades y su distribución en los territorios ². En Colombia, un país pluriétnico y multicultural, esta situación cobra cada vez más importancia debido a la afluencia paulatina de inmigrantes, que en 2021 eran 1’821.041 personas, lo que resulta en un aumento de 28.6% en la demanda de atención en salud a esta población con respecto al año 2020 ³. En el contexto nacional e internacional, se refleja la multiculturalidad de las sociedades, lo cual implica necesidades particulares asociadas a su cultura, que pueden diferir mucho de la autóctona ^4,5, requiriendo que el cuidado de enfermería genere espacios de reencuentro, diálogo y reconocimiento de las personas que acuden a los servicios de salud.

Inmersos en este contexto y con la necesidad de acompañar las demandas multiculturales en salud, la competencia cultural (CC) y la compasión (CS) aportan a cuidados compasivos y culturalmente competentes por parte de los profesionales de enfermería. De este modo, se posibilita el alivio del sufrimiento de las personas, teniendo en cuenta tanto sus necesidades culturales como las del contexto, para centrarse en la singularidad de cada persona ⁶. Sin embargo, esto implica desafíos importantes para el cuidado ⁴.

La competencia cultural comúnmente se ha comprendido desde la visión de las habilidades que poseen los profesionales para responder a las necesidades de los pacientes en sociedades culturalmente diversas ⁷, de manera que el entrenamiento en competencia cultural debe contemplar actitudes asociadas con la afectividad cultural, la inclusión y el autoconocimiento, entre otras ⁸. Por su parte, la compasión se entiende como un valor inherente a la enfermería que, más allá de la enfermedad, ahonda en la comprensión y en un deseo profundo de aliviar el sufrimiento de las personas mediante la comprensión y acción en la relación de cuidado ⁹.

La literatura denota que la competencia cultural y la compasión han sido tratados por separado, ignorando los vínculos entre estos, como categorías esenciales del cuidado, integrados en el Modelo de Competencia Cultural y Compasiva propuesto por Irena Papadopoulos y su equipo, y que se hace evidente en las prácticas de cuidado de profesionales de enfermería ¹⁰. Además, es necesario considerar que la competencia cultural y la compasión hacen parte de la ética en enfermería y pueden contribuir a superar las disparidades en salud ¹¹, incluso la Sociedad de Enfermería Transcultural convoca a mostrar compasión y humanización como respuesta a conflictos culturales de poblaciones diversas ¹². No obstante, el desarrollo de la práctica profesional en enfermería fundamentada en la competencia cultural y la compasión debe estar respaldado por espacios de apropiación institucional sociosanitaria, de formación universitaria y de políticas que fortalezcan este enfoque, así como la superación de las barreras para su implementación ¹³.

Lo anteriormente expuesto cobra importancia al considerar que los profesionales de enfermería representan el 70% de la fuerza laboral a cargo del cuidado para la salud ¹⁴, sin embargo, el contexto donde prestan sus servicios se complejiza porque afrontan largas jornadas de trabajo, un sistema de salud cada vez más deshumanizado, permeado por las lógicas del sistema productivo y de precarización laboral, donde la exposición a la muerte, el duelo y el sufrimiento es una constante ¹⁵. Asimismo, las barreras lingüísticas y culturales, las limitaciones de los recursos para el cuidado, las contradicciones entre las normas institucionales y la ética profesional ^1,15, generan un impacto negativo sobre los profesionales de enfermería, quienes pueden experimentar ansiedad e impotencia en el cuidado, imposibilitando la expresión de sentimientos ^1,10, de manera que la competencia cultural y la compasión tienen el potencial para favorecer cuidados éticos ¹⁶.

A pesar de la existencia del Modelo de Competencia Cultural y Compasiva, que enlaza lo anteriormente expuesto ¹⁷, debe señalarse que es escasa la literatura científica que relaciona la competencia cultural y la compasión, se hace relevante un estudio de esta naturaleza. En consecuencia, el objetivo del estudio fue describir e identificar la relación entre la competencia cultural y la compasión en enfermeras de tres hospitales en Bogotá.

Materiales y métodos

En el estudio descriptivo, comparativo y transversal, participaron 93 enfermeras y enfermeros de tres hospitales en Bogotá, Colombia, que se desempeñaban en servicios de hospitalización de adultos. Se realizó un muestreo estratificado aleatorio simple en dos etapas, donde las unidades primarias fueron las 3 instituciones hospitalarias y los estratos en la segunda etapa fueron los profesionales de enfermería. El tamaño de la muestra se calculó con base en la fórmula de muestreo estratificado aleatorio simple en dos etapas para el puntaje final de los instrumentos a aplicar, con una confianza del 90%, un error de medición de 0.05 y las varianzas obtenidas de la revisión bibliográfica de la aplicación del instrumento SERVQHOS, score 3,71 y desviación 0,53. El resultado del cálculo muestral fue de 66 profesionales en enfermería: 16 profesionales para el primer hospital, 24 para el segundo y 26 en el tercero.

Resultados

Discusión

La predominancia de mujeres profesionales en enfermería es similar a otros estudios ^5,22,23. En Latinoamérica también estudios recientes han revelado una alta participación de las enfermeras en las labores de cuidado ^10,15,24 siendo los profesionales enfermeros un número minoritario ^25,26. La edad media de las enfermeras en el estudio de 29,02 años es menor con respecto a lo reportado en otros estudios en donde oscila entre los 31 a 39 años ^5,22,23. En las investigaciones latinoamericanas, la edad promedio fue de 30 años ^10,15. La experiencia laboral de 3 años es menor con respecto a 15 y hasta 21 años de experiencia reportada en estudios europeos sobre competencia cultural de enfermeras ^27,28 y en estudios en Colombia y Chile ^10,29. Esto último resulta especialmente relevante, ya que denota un fenómeno por el cual parece que algunas instituciones en Bogotá vinculan profesionales recién egresados que cambian de institución al obtener algún tiempo de experiencia, en búsqueda de mejores salarios, conllevando a rotación del personal de enfermería, lo cual constituye un desafío que debe ser atendido por las instituciones.

El bajo porcentaje de capacitación en competencia cultural es similar a los hallazgos obtenidos en un estudio realizado en Colombia que reportó que sólo el 21,2% había recibido capacitación al respecto ¹⁰, así como un estudio en Eslovaquia, donde más del 68% de los enfermeros expresó no contar con capacitación específica ³⁰. Algo similar ocurrió con la capacitación en compasión, la cual es escasa ¹⁰. Estos hallazgos denotan la necesidad de capacitación en compasión y competencia cultural para profesionales en enfermería ¹⁰, pues además de mejorar su competencia cultural ²⁷, podría favorecer el cuidado de sí mismos, el bienestar personal y el afrontamiento del estrés ¹⁵.

La competencia cultural reveló un nivel medio, dato similar en el estudio con enfermeros en hospitales en Irán, Turquía y en EE. UU. ^31-33, quienes además refirieron contar con preparación para el cuidado cultural, situación que difiere del presente estudio. Los estudios en competencia cultural predicen que a mayor experiencia profesional, mayor competencia cultural ^28,31,33, por lo cual puede pensarse que la competencia cultural puede mejorarse con mayor tiempo de experiencia profesional. Sin embargo, es fundamental el compromiso de las instituciones con la retención del personal de enfermería y la educación continuada.

En lo concerniente a las dimensiones de la competencia cultural, el estudio con enfermeros en 15 países europeos mostró mejores resultados en las otras dimensiones de la competencia cultural comparadas con el comportamiento cultural ²⁷. Los niveles en la dimensión de Conciencia Cultural son altos y resultan semejantes a los presentados en otros estudios ^34,35. La Conciencia Cultural como construcción cognitiva radica en que esta cimienta el desarrollo de la competencia cultural ³², esto implica que probablemente el nivel alto presentado por más del 40% de los participantes de este estudio influyó de manera positiva en el resultado obtenido en el nivel global de la competencia cultural. Un poco más de la mitad de las participantes del estudio reportaron un alto nivel de interés en la documentación y búsqueda de información acerca de otras culturas; no obstante, se requiere fortalecer los conocimientos y habilidades a este respecto, de manera que las enfermeras estén en capacidad de comprender la diversidad cultural y reflejar la competencia cultural en su práctica.

La dimensión de Sensibilidad Cultural presentó una puntuación mínima en los participantes 1,1%, este indicador difiere de lo mencionado en una metasíntesis, donde se hizo evidente la sensibilidad de las enfermeras en salud pública con los grupos culturalmente diversos ⁶. Por su parte, el estudio con enfermeras europeas ²⁷ difiere de este estudio dado que encontró alta sensibilidad cultural, esto puede explicarse en la medida en que esta dimensión es una construcción afectiva o actitudinal y totalmente personal, que depende de la conducta del profesional de enfermería sobre sí mismo y los demás, así como su disposición para aprender sobre las diferentes culturas ^17,18.

La escala global de compasión presentó niveles moderados, dato inferior al hallado en un estudio en Turquía donde se analizó la compasión sin que los profesionales en enfermería recibieran formación ³². La humanidad compartida y el mindfulness o atención plena al parecer son los mecanismos que permiten fortalecer la compasión, estas características han sido resaltadas en estudios similares enfocados en la compasión, que han destacado la importancia de la escucha, el uso de expresiones motivacionales a los pacientes, el manifestar interés y tener cuidado para la comunicación de asuntos que pueden ser de susceptibilidad emocional para los pacientes ^36-38.

El mindfulness es una dimensión relevante en cuanto expresa un mecanismo actitudinal caracterizado por estar atento al momento presente como base para destinar tiempo al paciente. Una revisión resume dentro de los principales hallazgos que las intervenciones basadas en mindfulness contribuyen al mejoramiento del bienestar psicológico y la autocompasión de las enfermeras ³⁹. Considerando que la autocompasión es base de la consciencia cultural y compasiva en el Modelo de Papadopoulos ¹⁷, este indicador sugiere la necesidad de propiciar espacios formativos en mindfulness para los profesionales de enfermería.

Se encontró una relación estadísticamente positiva entre la competencia cultural y la compasión, hallazgo que concuerda con el estudio en Turquía, aunque difiere en las relaciones entre subescalas ³² puesto que la relación entre estas no mostró diferencias significativas a excepción de interacción cultural e indiferencia que sí presentaron relación en los resultados del estudio. En este sentido, se necesita más investigación para comprender mejor la relación entre los constructos compasión y competencia cultural, así como el Modelo de competencia cultural y compasiva de Papadopoulos, para a partir de ello determinar las prioridades en la formación de profesionales de enfermería de manera tal que sus cuidados alivien el sufrimiento de personas culturalmente diversas.

Dentro de las principales limitaciones del estudio, cabe señalar el número de participantes a pesar de que se vinculó a profesionales de tres hospitales, no resulta representativo de los profesionales en Bogotá o en Colombia. De este modo, la extensión de los instrumentos influyó negativamente en la participación de profesionales en instituciones hospitalarias, que debido a sus actividades laborales cuentan con escaso tiempo para participar en estudios como este.

Conclusiones

El estudio refleja niveles medios de competencia cultural en los profesionales participantes, aunque es de importancia que algo menos de la mitad muestra un nivel bajo de sensibilidad cultural. Con respecto a la compasión, se evidencian niveles moderados, marcados por la humanidad compartida y el mindfulness o atención plena; no obstante, genera preocupación los altos niveles de aislamiento, desconexión e indiferencia. La relación positiva encontrada entre competencia cultural y compasión permiten señalar la importancia de abordar la compasión para mejorar la competencia cultural y viceversa, especialmente pero no únicamente desde las dimensiones antes mencionadas, de manera que los profesionales de enfermería cuenten con herramientas que les permitan desarrollar relaciones de cuidado que respondan al sufrimiento y las necesidades culturales de las personas y las familias a las que cuidan en las instituciones hospitalarias.

Lo anteriormente expuesto refuerza la necesidad de profundizar en la formación en competencia cultural y compasión desde el pregrado en las instituciones universitarias, así como trascender a la capacitación permanente desde las instituciones prestadoras de servicios de salud, de modo que se obtenga un impacto positivo en la calidad del cuidado. Sin embargo, estas instituciones requieren pasar por cambios estructurales, habilitando los espacios organizacionales para fortalecer la competencia cultural y la compasión mitigando las barreras que los profesionales en enfermería afrontan para ofrecer cuidados culturalmente competentes y compasivos en los contextos multiculturales actuales.