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Revista Colombiana de Reumatología

Print version ISSN 0121-8123

Rev.Colomb.Reumatol. vol.13 no.3 Bogotá July/Sept. 2006

 

REVISIÓN DE TEMAS

 

Evaluación radiográfica del daño anatómico en la artritis reumatoide

 

Radiographic evaluation of anatomical damage in rheumatoid arthritis

 

Angélica Vargas Guerrero1, Carlos Pineda Villaseñor2

1 Adjunto, departamento de Reumatología, Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, México 14080, D. F., México.
2 Subdirector de Investigación, Instituto Nacional de Rehabilitación, México D. F., México.


 

Resumen

En este artículo revisamos los diferentes métodos de evaluación radiográfica del daño anatómico producido por la artritis reumatoide; sus ventajas y limitaciones, así como las principales características.

Palabras clave: artritis reumatoide, métodos de evaluación radiográfica, erosiones, disminución del espacio articular.


 

Summary

In this article we reviewed the different radiologic methods of evaluation of the anatomical damage produced by rheumatoid arthritis; its advantages and limitations, as well as the main characteristics.

Key words: rheumatoid arthritis, methods of radiographic evaluation, erosions, narrowing of the joint space.


 

Introducción

La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria autoinmune de evolución crónica, que resulta en destrucción de las articulaciones sinoviales, discapacidad y complicaciones extra-articulares. En los pacientes con AR, el daño anatómico articular se correlaciona con el deterioro funcional a largo plazo1, 2; por lo que el control de la progresión anatómica es uno de los objetivos prioritarios del tratamiento de la AR3.

La radiología convencional es una técnica de imagen diagnóstica que puede ser utilizada para estimar la magnitud del daño en un momento específico de la enfermedad, así como para evaluar su progresión a través del tiempo.

La evaluación radiográfica del daño estructural actualmente es considerada como el estándar de oro en los estudios de eficacia en AR2 y es ampliamente utilizada en ensayos clínicos como una medida de desenlace primario; más aún, la evaluación radiográfica del daño articular es requerida por la administración de alimentos y medicamentos (FDA) como una medida de progresión de la enfermedad en ensayos clínicos de drogas modificadoras de la enfermedad4.

Varios métodos de evaluación radiográfica se han desarrollado para estimar la magnitud del daño anatómico; entre los más utilizados en ensayos clínicos controlados5 se encuentran los métodos de Sharp6, Larsen7 y sus modificaciones.
Esta revisión tiene por objeto presentar un panorama de la evolución de los diferentes métodos de cuantificación del daño anatómico producido por la AR, su estado actual, ventajas, limitaciones, características principales y tendencias.

 

Métodos de evaluación radiográfica

Existen diversos métodos de evaluación radiográfica, algunos de ellos valoran de forma global al paciente (ej. Steinbrocker y Kellgren), mientras que los más utilizados actualmente califican articulaciones individuales (ej. Sharp y Larsen así como sus variantes). Estos métodos han sufrido múltiples modificaciones con el objetivo de mejorar la calidad de los mismos; sin embargo, hasta la fecha ninguno de los instrumentos es aceptado universalmente.

La mayoría de los métodos de cuantificación incluyen la evaluación de las mismas áreas articulares (interfalángicas proximales [IFP], metacarpofalángicas [MCF], interfalángica del primer dedo [IF], carpos, así como metatarsofalángicas [MTF]), dado que estas zonas anatómicas se han considerado representativas de las anormalidades radiográficas en pacientes con AR.

El daño articular en la AR ocurre de forma temprana, principalmente en pies y posteriormente en manos. Es por eso que actualmente la mayor parte de los estudios utilizan métodos que incluyen la evaluación de pies8, 9.

Por otra parte a través del tiempo, se han descartado de algunos métodos otras articulaciones por no estar comúnmente afectadas o por la dificultad para su evaluación radiográfica (huesos ganchoso y grande, articulaciones radio-cubital distal y semilunar-pisciforme).

En 1971, Sharp y colaboradores10 propusieron un método de evaluación de manos y carpos, que incluía 29 articulaciones para erosiones y 27 para disminución de espacios articulares (DEA). Las erosiones se calificaban en una escala de 0 a 5, con un puntaje que oscilaba de 0 a 290 puntos; mientras que la DEA iba de 0 a 4, con una puntuación de 0 a 216. Esta versión incluía la evaluación de quistes subcondrales; actualmente la técnica ya no es utilizada.

En 1985, Sharp11 modificó su propio método de evaluación, ahora considera 34 áreas para erosiones y 36 áreas para DEA en manos. La escala de erosiones va de 0 a 170 puntos, mientras que la de DEA va de 0 a 144, con un puntaje total de 0 a 314 puntos. Para fines prácticos, esta modificación es considerada el método de Sharp original11. En las Tablas 1 y 2 se comparan las características de los principales métodos de evaluación radiográfica.

En 1983, Genant y colaboradores12 desarrollaron un método de evaluación radiográfica de manos y pies. La técnica considera cambios erosivos en 32 sitios en las manos y 12 en los pies; así como DEA en 22 y 12 respectivamente. Este método utiliza un grupo de radiografías de control para realizar comparaciones.

En 1998, Genant13 modificó su método; con este instrumento únicamente se evalúan las manos, lo que puede comprometer su capacidad para detectar signos radiográficos tempranos14. Las erosiones son evaluadas acorde a una escala de cero a ocho puntos y la DEA en una escala de cero a nueve puntos, con incrementos de 0,5. Las calificaciones de erosiones y DEA son independientes y se reportan en una escala normalizada de 0 a 100 cada una de ellas. Esta versión es la que se utiliza actualmente.

En 1989, van der Heijde15, 16 modificó el método descrito por Sharp (SvdH), reduciendo el número de articulaciones evaluadas para erosiones a 32 en manos y 30 para DEA, introduce la evaluación de pies en 12 zonas para erosiones y DEA. El puntaje total va de 0 a 448 y resulta de la suma de la calificación de erosiones y DEA. En las figuras 1 y 2, se esquematizan las articulaciones evaluadas en este método y la forma en la que se aplica el método; mientras que las figuras 3 y 4 muestran algunos ejemplos. Por ser un método detallado requiere de entrenamiento para alcanzar una mayor eficacia, además de consumir mayor tiempo en su ejecución14; es uno de los más empleados en los estudios clínicos controlados y en algunos estudios epidemiológicos.

En 1999, van der Heijde17 describió el método SENS (Simple Erosion Narrowing Score), el cual es una forma simplificada de evaluar radiografías y está basado en el método de SvdH. Para erosiones y DEA se evalúan las mismas áreas que en el método de SvdH, esto es en 32 articulaciones de manos y en 12 de pies; mientras que para DEA en 30 y 12 respectivamente. Se asigna un punto a cada articulación en caso de presentar erosiones (no importando su magnitud) y un punto en caso de DEA (independientemente de su grado); el puntaje máximo es de dos para cada articulación evaluada. La calificación total del SENS va de 0 a 86. Este método es apto para su aplicación en la práctica clínica diaria, así como también en estudios epidemiológicos, es especialmente útil durante los primeros años del padecimiento. En la figura 5 se muestra un ejemplo de evaluación mediante este método.

En 1974, Larsen desarrolló un método de evaluación del daño articular, el cual ha sufrido múltiples modificaciones (1977, 1978, 1984, 1985, 1987 y 1995). Este sistema se apoya en un grupo de radiografías de referencia para realizar comparaciones. Distingue seis estadios que van de cero (normal) hasta cinco, reflejando deterioro gradual y progresivo; a su vez provee una medida global del daño articular.

En 1995, Larsen18 desarrolló un método para evaluación radiográfica en estudios a largo plazo. Las diferencias principales con el método original son: la supresión de los pulgares y de la primera metatarsofalángica; la subdivisión del carpo en cuatro cuadrantes; la supresión del edema de los tejidos blandos y de la osteoporosis (ya que en ocasiones son imposibles de evaluar debido a diferencias en la película radiográfica, equipo, etc.) y la distinción entre erosiones de diferentes tamaños. Esta modificación incluye 32 articulaciones o zonas articulares en manos y pies, que se observa en la figura 6. Este método evalúa con la misma escala las erosiones como la DEA, que se observan en la tabla 2 y figura 7; alcanza una calificación total que oscila de 0 a 160 puntos.

También en 1995, Rau y Herborn19 propusieron otra modificación al método de Larsen (Rau/Larsen). Esta técnica evalúa 32 articulaciones, con seis grados cada una y con un puntaje total de 0 a 160. En esta modificación los estadios son descritos como una medida cuantitativa de la superficie articular destruida y por lo tanto se puede aplicar más fácilmente. Sin embargo, persisten algunas limitaciones del método original como son la inclusión de inflamación de tejidos blandos y osteoporosis, que no solo dependen de la técnica sino que pueden presentar mejoría y por lo tanto regresión del estadio 1 al 0; además de que evalúa el carpo como articulación única.

En 1998, Rau y colaboradores20 desarrollaron el método de Ratingen, que se deriva del método de Larsen. Esta técnica evalúa cambios definitivos (erosiones y DEA), sin tomar en cuenta la extensión del proceso erosivo.

En el 2000, Wolf y colaboradores21 propusieron una nueva técnica para la evaluación de erosiones “Short Erosión Scale” (SES), que representa una variante del método de Larsen de 1995. En su planeación se utilizó un análisis Rasch que determina el número mínimo de articulaciones necesarias para conseguir una representación lineal de la magnitud del daño con una escala y dimensión adecuadas. Considera 12 articulaciones con un puntaje total de 0 a 160. Las articulaciones son calificadas como en el sistema Larsen de 1995.

Existen algunos otros métodos de cuantificación radiográfica del daño estructural que han resultado poco útiles en la práctica clínica ya que se requiere mayor tiempo para su ejecución y es poco lo que aportan a la sensibilidad y a la confiabilidad22. Algunos otros combinan dos métodos establecidos e incluyen diferentes parámetros como anquilosis, dislocación o marcada (sub)luxación. Introducen la clasificación P para las articulaciones post-operadas y la categoría X para aquellas articulaciones que no pueden ser evaluadas23. Algunos otros sistemas están diseñados para evaluar cuantitativamente el daño en zonas anatómicas complejas como la relación carpo: metacarpiana propuesta por Trentham y Masi24.

 

Anormalidades evaluadas

La radiología convencional detecta diversas anormalidades en la AR que incluyen: inflamación fusiforme de los tejidos blandos que rodean a las articulaciones, osteopenia periarticular, disminución concéntrica de los espacios articulares, quistes óseos subcondrales, erosiones marginales, subluxaciones, anquilosis ósea y fibrosa, etc. Las anormalidades distintivas en las etapas iniciales de la AR son las erosiones y la disminución de espacios articulares; sin embargo, las erosiones se detectan radiográficamente en tan solo una minoría de pacientes con AR temprana, con una prevalencia de 8-40% a los seis meses25. En las etapas avanzadas las subluxaciones, las alteraciones en la alineación ósea, y la anquilosis se tornan de mayor importancia. Sin embargo, ninguno de los métodos de evaluación radiográfica disponibles actualmente evalúa todas estas características. Las erosiones y la DEA son altamente específicas de AR, pero poco sensibles26; se pueden evaluar de manera confiable, brindando información aditiva e independiente; además de que los métodos de evaluación radiográfica más utilizados actualmente las incluyen27. En la tabla 3 se comparan las alteraciones anatómicas comprendidas en diferentes métodos de evaluación radiográfica.

 

Erosiones y DEA: mecanismos fisiopatogénicos independientes en la AR

Actualmente se reconoce un mecanismo fisiopatogénico para las erosiones y otro diferente para la DEA, por lo que su inclusión en los diferentes sistemas de evaluación del daño anatómico es importante.

Radiográficamente, la destrucción cartilaginosa se detecta como DEA28 , 29; es causada por la acción de metaloproteasas (estromelisina y colagenasa) secretadas por los sinoviocitos ante el estímulo de la IL-1; esta citocina a su vez inhibe la secreción de proteoglucanos a partir de los condrocitos30. La duración y gravedad de la sinovitis tienen una estrecha asociación con la magnitud de la destrucción cartilaginosa.

Las erosiones óseas son causadas por la activación persistente de osteoclastos localizados en áreas marginales (interfase membrana sinovial-hueso). La maduración de los osteoclastos es iniciada por la sobre expresión del receptor RANK (Receptor Activator of NFkB), el cual, al unirse a su ligando (RANKL) dispara y mantiene su activación31. El TNF-a facilita la diferenciación de los precursores del osteoclasto, mientras que la IL-1 induce su activación; ambas citocinas tienen efecto sinérgico entre ellas y con la IL-17.

 

Impacto de las erosiones frente a DEA en los métodos de evaluación radiográfica

Hasta el momento no hay consenso acerca del peso que debe otorgarse a las erosiones y a la DEA en los métodos de cuantificación del daño. La proporción que guardan las diferentes técnicas de evaluación entre erosiones y DEA son mayores o iguales a 1; para el método de Sharp 1,2, para SvdH 1,7 y para el SENS de 1.

 

Otras anormalidades

Los quistes óseos no se contemplan actualmente en los principales métodos de evaluación radiográfica. Por otra parte, la osteoporosis se ha excluido de técnicas como la de Larsen (1995) y Ratingen, dado que fácilmente puede verse influida por la técnica (radiografía sobre/infra- expuesta)32. En el caso de las luxaciones y subluxaciones, estas pueden impedir la evaluación de erosiones ya sea parcial o totalmente y dificultar la evaluación de la DEA. Además de que contracturas en flexión o la flexión condicionada por inflamación de vainas tendinosas pueden simular DEA32.

 

Articulaciones que deben ser incluidas en los métodos de lectura

En LA AR todas las articulaciones sinoviales se ven afectadas por el proceso inflamatorio; sin embargo, no es posible incluir todas las articulaciones en un método de cuantificación del daño, por lo que un grupo representativo de estas es el que debe ser seleccionado. Las articulaciones que son elegibles para incluirse en un método de evaluación son las que reúnen los siguientes requisitos: 1) estar afectadas en la mayor parte de los pacientes, 2) ser técnicamente fáciles de evaluar en las placas radiográficas, 3) correlacionar con el daño en otras articulaciones, 4) mostrar daño desde etapas iniciales del padecimiento, 5) mostrar progresión del daño y 6) agregar información relevante al de otras articulaciones previamente incluidas en el sistema de evaluación.

El evaluar las pequeñas articulaciones de manos, carpos y pies tiene varias ventajas: la mayoría de pacientes con AR tienen alteraciones a estos niveles; los cambios patológicos en las pequeñas articulaciones son más fácilmente visibles y detectables en comparación con los de las grandes articulaciones; su inclusión aporta un número significativo de articulaciones a evaluar; el daño radiográfico sobre las pequeñas articulaciones de las manos ha mostrado que correlaciona con el estado físico-funcional; los cambios erosivos y la DEA, se presentan desde etapas relativamente iniciales del padecimiento; a pesar de que algunos métodos de evaluación sólo emplean las alteraciones en las manos, diversos estudios de cohorte incipiente de pacientes con AR temprana han mostrado que las articulaciones metatarsofalángicas se erosionan más tempranamente y muestran mayor grado de daño, por lo que hay claras ventajas en incluir las manos y los pies en los métodos de evaluación del daño anatómico, sobre todo en AR temprana.

Dependiendo del método de evaluación, el carpo es evaluado como una sola articulación o como diferentes áreas. El tarso se excluye habitualmente debido a la pobre visualización de sus articulaciones en la mayor parte de las radiografías. Los siguientes puntos pueden ser tomados en cuenta para decidir qué articulaciones incluir en un método de evaluación: 1) frecuencia relativamente alta de afección en AR; 2) infrecuentemente afectada en otros padecimientos; 3) facilidad con la que la radiografía se realiza; 4) facilidad para evaluar; 5) reproducibilidad de la posición en la que se obtiene la radiografía; 6) reproducibilidad de la calificación dada por dos o más observadores. Al combinar los puntos uno y dos, las articulaciones seleccionadas deben cubrir el espectro de la enfermedad; por ejemplo, articulaciones que se dañan fácil o tempranamente (sensibilidad) y articulaciones que se dañan con menos facilidad o tardíamente (específico). Desde una perspectiva metodológica, a mayor número de articulaciones evaluadas, mejor el método en cuanto a confiabilidad y respuesta; sin embargo, su factibilidad se convierte en un problema.

 

¿Deben ser evaluados ambas manos y pies?

Debido a que la poliartritis de la AR es bilateral y simétrica, la pregunta es muy pertinente; sin embargo, en las etapas iniciales las erosiones son asimétricas. La simetría es juzgada por grupo de articulaciones y no por articulaciones individuales. Scott y colaboradores33 encontraron que el daño articular es completamente simétrico en el 63% de los casos; sin embargo, otros autores han encontrado un alto porcentaje de enfermedad unilateral o parcialmente simétrica34, 35. Por lo que, evaluar una sola mano o pie, puede acarrear una considerable pérdida de información y no debe ponerse en práctica, por lo menos con los datos disponibles en el momento actual.

 

Técnica radiográfica

Los estudios radiológicos dependen importantemente de su calidad técnica, especialmente en relación con la reproducibilidad. La radiografía convencional constituye una técnica que evalúa de forma bidimensional un objeto tridimensional32. Idealmente los estudios radiográficos deben tener una adecuada posición (posteroanterior [PA] de manos y pies); el grado de exposición de la película radiográfica puede influir directamente en la apropiada evaluación de erosiones. Las radiografías de alta resolución son esenciales para detectar enfermedad erosiva temprana14; con esta finalidad se puede utilizar película radiográfica de grano fino, emulsionada por un lado y un chasis de alta velocidad con pantalla de tierras raras36. Debido a la necesidad de evaluar pequeños cambios óseos y articulares que aparecen con el paso del tiempo, los criterios para determinar la calidad de una radiografía en un estudio clínico controlado son más estrictos que en la práctica clínica habitual. Con la finalidad de optimizar la interpretación y reproducibilidad de los resultados en los ensayos clínicos controlados que evalúan la progresión radiográfica, es necesario llevar un registro (bitácora) de los parámetros utilizados para la adquisición de imágenes de cada paciente (kVp, mAs, etc.); además es deseable usar el mismo equipo de rayos X.

 

Estrategias de lectura

Un grupo de radiografías puede ser ordenado de diferentes maneras para su evaluación. Estrategia aleatoria: es independiente del paciente y de la secuencia cronológica en la que se tomaron las radiografías. Por ejemplo todas las radiografías de todos los pacientes mezclados. Tiene la desventaja de que la calidad técnica de las radiografías puede variar de forma importante y por lo tanto influir en su evaluación.

Estrategia pareada: agrupa todas las radiografías del mismo paciente sin conocimiento de la secuencia cronológica. Tiene la ventaja de poder comparar variaciones en la técnica (ej. posición, exposición).

Estrategia cronológica: evalúa todas las radiografías de manos y pies del mismo paciente con conocimiento y ordenamiento de la fecha en que fueron tomadas. Proporciona mayor información al lector; sin embargo, puede influir en la evaluación de las radiografías subsecuentes. Es más sensible al cambio, principalmente en el seguimiento a largo plazo (más de tres años)37.

Algunos estudios han concluido que la estrategia pareada es la más adecuada para la evaluación14,22. Mientras tanto van der Heijde y colaboradores37 concluyeron para el método de SvdH que el orden cronológico era más sensible al cambio que las otras técnicas y que esta diferencia se incrementaba a mayor seguimiento.

 

Número de lectores

El número de lectores puede variar desde uno a diez; la inclusión de más de un evaluador reduce los errores, arroja resultados más precisos e incrementa la confiabilidad de los puntajes de progresión, por lo que se sugiere la calificación de por lo menos dos o tres de ellos22. Un mayor número de evaluadores requiere de más tiempo para entrenamiento (esencial para unificar criterios) e incrementa los costos.

 

Variaciones Inter/intraobservador

Debe evaluarse la reproducibilidad intra e interobservador, la cual se realiza en los puntajes absolutos o en la progresión. Con frecuencia los coeficientes de correlación de Pearson o Spearman se reportan como medidas de reproducibilidad; sin embargo, son medidas de asociación y no de concordancia, por lo que los coeficientes de correlación y los índices kappa son las pruebas estadísticas más apropiadas36. Los resultados se pueden comprender mejor con las gráficas de Bland y Altman. Diversos estudios han demostrado que no existen diferencias significativas entre lectores experimentados y sin experiencia (a pesar de que existe mayor concordancia entre los primeros)20, 38 ni entre radiólogos o reumatólogos22.

 

Tiempo requerido para la evaluación

Diversos autores han calculado el tiempo requerido para realizar la lectura radiográfica con diferentes métodos. En un estudio se reportó que el tiempo necesario para evaluar siete radiografías de manos y pies, dependía del método: 3,9 minutos con la técnica de Larsen, 19 minutos con la de Sharp, 25 minutos con la de SvdH y 9 minutos con la de Ratingen39 . Otros estudios arrojan tiempos similares, mientras que con el método SENS el tiempo requerido para evaluar el mismo número de radiografías fue de 7 minutos17. Cabe destacar que el tiempo calculado para la evaluación es por observadores entrenados y experimentados, destacando que los métodos de Sharp y SvdH requieren mayor tiempo debido al grado de detalle que analizan.

 

Reparación o curación del daño articular

Dada la disponibilidad de terapias antirreumáticas más efectivas en inducir la remisión e inhibir la progresión del daño articular de la AR, recientemente se ha enfatizado la importancia de incluir la curación, recorticación o reparación de las erosiones en los métodos de cuantificación seriada del daño estructural40. Van der Heijde28 menciona que en su experiencia la “curación” de erosiones ocurre rara vez; incluso, si la superficie ósea presenta alguna remodelación, ésta no suele ser completa, por lo que asume la irreversibilidad del daño, y la lleva a dos consideraciones: 1) Preferentemente las radiografías se deben evaluar en orden cronológico, ya que pequeños cambios en la posición pueden llevar a errores de apreciación y 2) “una vez que se reporta una erosión, esta deberá ser siempre incluida en la calificación como erosión”; esta consideración conlleva a la regla de que en la evaluación cronológica de los estudios radiográficos, no puede existir un descenso del puntaje32, 37.

Por otro lado, se menciona que cuando un puntaje negativo supera el error calculado, puede indicar “curación”9. Hasta el momento no existe cura o algún medicamento que de forma regular pueda reparar completamente el daño articular; sin embargo, sí hay algunos tratamientos capaces de reducir el ritmo de progresión, por lo cual, es importante considerar estos cambios en el puntaje, para identificar retrasos en la progresión de la enfermedad41. Un comité de expertos evaluó una serie de imágenes concluyendo que la reparación del daño óseo en AR sí ocurre y resulta en cierto grado de mejoría40.

 

Correlación entre la puntuación radiográfica y la cuenta articular

Pincus y colaboradores42 reportaron que no existe correlación significativa entre la puntuación radiográfica y la cuenta de articulaciones dolorosas (p > 0,1). Sin embargo, sí existe correlación con la cuenta de articulaciones inflamadas (p < 0,05), con los puntajes de deformidad articular y limitación funcional (p < 0,001), lo cual apoya la evolución crónica del daño articular.

 

Confiabilidad y sensibilidad al cambio

Confiabilidad

El valor de cualquier método de evaluación utilizado para medir una variable clínica depende de la confiabilidad demostrada por su reproducibilidad inter e intraobservador.

Los métodos más detallados son los más confiables, como lo demostró Wassenberg y colaboradores43, en donde los métodos de Sharp y SvdH destacaron sobre los métodos de Ratingen y de Larsen.

Van der Heijde44 encontró buenos coeficientes de correlación (ICC) para el método de SvdH (0,99) y para el SENS (0,98), lo cual indica una alta confiabilidad intraobservador con ambos métodos durante los primeros cinco años. Otro estudio demostró adecuados coeficientes de correlación intra (0,90) e interobservador (0,99) entre los métodos de Sharp, Larsen y el índice carpo-metacarpiano; sin embargo, la reproducibilidad fue mejor para cambios en el puntaje con el método de Sharp45, 46. Un estudio comparativo entre los métodos de Larsen, Larsen/Rau, Sharp, SvdH y SENS demostró que todos los métodos tenían una alta concordancia intraobservador, predominantemente el Sharp y SvdH, existiendo disminución de la concordancia interobservador al incrementar la gravedad del daño47.

El método de Larsen ha demostrado adecuada correlación con el puntaje total del método de SvdH (p < 0,001), así como, de forma independiente, con los puntajes para erosiones y DEA (p < 0,001)42.

En conclusión, los métodos de Sharp y Larsen se desempeñaron de manera similar en AR temprana, pero la reproducibilidad del sistema de Sharp para cambios en la calificación fue mejor.

 

Sensibilidad al cambio

La sensibilidad al cambio es útil para determinar si un método de evaluación radiográfica puede detectar un cambio a través del tiempo. Diversos autores han comparado la sensibilidad al cambio entre diferentes métodos de evaluación, algunos han utilizado el promedio de respuesta estandarizado (PRE – Standardized response mean), mientras que otros usaron el cambio mínimo detectable (CMD – minimal detectable change [también llamado diferencia mínima detectable DMD – Smallest detectable difference]), o el coeficiente G.

La variabilidad intra e interobservador, el intervalo entre las lecturas y el número de mediciones en un periodo determinado afectan considerablemente la precisión, la sensibilidad al cambio y la validez del método de SvdH48. Un estudio mostró que la sensibilidad al cambio en radiografías de manos es similar con los diversos métodos salvo el SENS (en el que fue menor)49. Por otra parte se ha reportado que el método de SvdH es más sensible al cambio que el método de Sharp; este a su vez, más que el de Rau/Larsen y el de Larsen47.

El PRE se considera una expresión del cambio, que se calcula al dividir el promedio de la diferencia de puntajes en dos momentos entre la desviación estándar (DE) del cambio en el puntaje. Un valor mayor de 0,80 refleja un alto potencial para detectar cambios. Piamela y colaboradores50 demostraron una adecuada sensibilidad al cambio con los métodos de Larsen, Larsen modificado y Sharp, con un PRE de 0,80, 0,88 y 0,72 respectivamente.

La DMD se basa en el error calculado, considerándose como el grado de cambio que puede ser distinguido del error calculado en forma confiable51. Se calculó la DMD para diversas técnicas, encontrando los siguientes resultados: 2,3% para los métodos de Sharp y SvdH, 3,2% para el de Larsen y 3,3% para el de Ratingen; siendo que los valores menores indican mejor precisión43. Un estudio demostró que el método SENS tiene una sensibilidad y confiabilidad tan buenas como el SvdH en la detección de progresión, tras comparar los coeficientes de confiabilidad (0,80 y 0,91 con el SENS y 0,81 a 0,90 con el SvdH), así como, la DMD (7 a 24 con el método de SvdH [de un máximo de 448] y 4 a 6 para el SENS [de un máximo de 86])17.

 

Métodos computados de evaluación radiográfica

Métodos basados en computadora

La mayor difusión y utilidad del Internet y la computación ha llevado a su aplicación en diversas áreas de la clinimetría; de esta manera los métodos de evaluación radiográfica se están adaptando a esta tecnología. Estudios recientes han demostrado que mediante las técnicas de evaluación radiográfica automatizadas y basadas en computadora, se obtienen puntajes mayores a los reportados con los métodos tradicionales. Lo anterior se ha atribuido a una mejor visualización en la pantalla, a la posibilidad de realizar ajustes en brillo, contraste, escala de grises y magnificación, para una mejor evaluación y cuantificación de las variables de interés52. Los resultados indican que los métodos cuantitativos computarizados mejoran la medición del espacio articular en relación con las escalas semicuantitativas de los métodos tradicionales52. Los métodos computados utilizados para la evaluación radiográfica de la DEA ofrecen resultados cuantitativos y confiables; sin embargo, tienden a requerir mayor tiempo, por lo que su uso clínico se ha limitado. La reciente introducción de métodos automatizados ha minimizado esta desventaja; sin embargo, requieren ser validados y actualmente no están disponibles para su empleo en la práctica diaria.

En el 2003, el grupo de la Universidad de Viena desarrolló un programa de cuantificación del daño estructural asistido por computadora que aplica los métodos de Larsen y Ratingen, el “X-Ray RheumaCoach”. Las ventajas de este método son: un cálculo más preciso y rápido de las calificaciones e índices, capacidad de almacenamiento, rápido acceso a la base de datos, además permite realizar cálculos cruzados con otras técnicas de evaluación y análisis estructurado de los datos53.

Arbillaga y colaboradores54 compararon la confiabilidad para evaluar las erosiones y la DEA de radiografías convencionales con radiografías escaneadas, digitalizadas y expuestas en Internet que fueron evaluadas mediante el método de Sharp/Genant, demostrando una adecuada concordancia (ICC = 0,887) para erosiones; sin embargo, esta metodología mostró una pobre concordancia (0,365) para la DEA. La calificación global mostró adecuada concordancia (0,769) entre el método convencional y el digitalizado; siendo que las radiografías digitalizadas con menor anormalidad tendieron a ser calificadas con puntajes mayores, predominantemente en el caso de DEA. Otro estudio detectó buena concordancia entre la lectura de radiografías convencionales y digitalizadas (0,89) evaluadas con el método de Larsen modificado; sin embargo, el análisis de las imágenes digitalizadas requirió de mayor tiempo para su cuantificación, lo cual se compensa con la posibilidad de almacenamiento y recuperación computarizada de imágenes55.

 

Conclusiones

El objetivo de esta revisión fue analizar los principales aspectos que deben tomarse en cuenta en la evaluación radiográfica del daño anatómico producido por la AR. Los puntos a considerar son:

1. Las articulaciones del carpo, IFP, MCF, IF y MTF son las áreas anatómicas evaluadas en la mayoría de los métodos de cuantificación del daño anatómico, dada su frecuente afección por la AR y accesibilidad para su análisis radiográfico.

2. Se deben incluir radiografías de pies, debido a que las articulaciones MTF suelen afectarse, incluso antes que las pequeñas articulaciones de manos.

3. Las proyecciones radiográficas a evaluar son: posteroanteriores de manos y pies.

4. Las erosiones y la DEA son mediciones confiables de gravedad y progresión en la AR, que pueden proveer puntajes independientes o conjuntos; y reflejan diferentes mecanismos fisiopatogénicos de daño estructural.

5. El método de evaluación radiográfica del daño articular debe elegirse con base en los objetivos del estudio, o bien aplicar una técnica simplificada para su empleo en la práctica diaria.

6. La evaluación radiográfica debe realizarse al menos por dos lectores independientes, entrenados en la técnica de evaluación.

7. El tiempo requerido para la lectura con los diversos métodos de evaluación radiográfica varía dependiendo del grado de detalle y tipo de alteraciones que evalúa.

8. La confiabilidad preferentemente debe evaluarse mediante el ICC.

9. La sensibilidad al cambio debe compararse con otros métodos, preferentemente mediante PRE.

10. En un futuro, las técnicas digitales y las basadas y/o asistidas por computadora serán más ampliamente utilizadas para cuantificar el daño de forma más precisa y reproducible.

 

Referencias

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