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Revista Colombiana de Reumatología

Print version ISSN 0121-8123

Rev.Colomb.Reumatol. vol.16 no.1 Bogotá Jan./March 2009

 

Editorial

El horror autotóxico y las enfermedades autoinmunes. Escenario del desarrollo y la contribución de la inmunología a la humanidad

El acelerado y vertiginoso desarrollo de las Ciencias Biomédicas y los resultados de las investigaciones durante las últimas cinco décadas nos han permitido obtener nuevos conocimientos relacionados con los mecanismos fisiopatológicos de las enfermedades con un fondo inmunológico, entre ellas las enfermedades autoinmunes.

La permanente investigación en las áreas experimentales y clínica de la inmunología ha convertido a esta ciencia, en un escenario trans e interdisplinario. Desde su inicio, la inmunología ha contribuido al desarrollo de la medicina. Estos aportes han ido desde la descripción y comprensión de la relación hospedero-agente infeccioso, pasando por el diseño y aplicación de la vacunación, el entendimiento de la inflamación como mecanismo fisiopatológico común de muchas entidades, hasta la creación de nuevos tratamientos que incluyen la terapia biológica actual como herramienta terapéutica moderna.

El sistema inmunológico del Homo sapiens está expuesto de manera permanente a la estimulación por múltiples inmunógenos, retando nuestra inmunocopentencia por una amplia variedad de agentes externos que incluyen virus, hongos, bacterias y parásitos. Las respuestas adaptativas que se generan en el hospedero son limitadas y la mayoría de las veces resultan en el control de los fenómenos biológicos asociados al proceso inflamatorio tisular sin llegar a causar daños. De forma contraria, estas respuestas especializadas, altamente evolutivas, se pueden volcar contra estructuras tisulares de nuestro propio organismo, al no reconocer y aceptar como propios, epítopes inmunogénicos, generando estados de autoinmunidad, que de no ser controlados por mecanismos moleculares y celulares, especializados, resultantes de la función de células inmunocompetentes, ocasionan enfermedades autoinmunes que afectan a más del 5% de los seres humanos.

El aporte de los estudios de frontera del conocimiento, con la participación de la biología moderna, la bioquímica, la genética molecular y la inmunología celular han contribuido a comprender mejor los mecanismos de las reacciones autoinmunes. No resulta sorprendente el hecho de que se sigan generando nuevos paradigmas con el discurrir de los conceptos resultantes de los análisis científicos complejos. Los mecanismos involucrados de la relación infección-inmunidad innata e infección e inmunidad adaptativa, con la participación de los receptores tipo Toll; la visión-función del endotelio, como un órgano de la respuesta inmune, importante en el restablecimiento de la homeostasis o la expresión de la enfermedad; el descubrimiento de nuevas subpoblaciones de células inmunocompetentes, en especial las células T reguladoras y sus citocinas antiinflamatorias, han resultado en una mayor comprensión de los fenómenos autoinmunes.

Enfermedades tales como diabetes autoinmune TD1, artritis reumatoidea, artritis idiopática juvenil y espondilitis anquilosante son un ejemplo de cómo cambios moleculares en el complejo trimolecular MHC-péptido-TCR disparan y producen alteración en la interdicción de células inmunocompetentes, contribuyendo a los mecanismos de autoinmunidad. Otras como lupus eritematoso sistémico siguen siendo entidades de origen desconocido, en donde confluyen múltiples mecanismos inmunológicos, presentando un reto para la investigación biomédica contemporánea.

Desde muy temprano, la comunidad de inmunólogos ha demostrado que las enfermedades autoinmunes son el resultado de una vasta interacción de mecanismos resultantes de alteraciones funcionales proteómicas, en donde participan diversos sistemas genéticos. Esto ha llevado a considerar que las enfermedades autoinmunes son poligénicas y multifactoriales. Los investigadores, utilizando varios modelos experimentales para estudiar la autoinmunidad, han demostrado la susceptibilidad genética a las enfermedades autoinmunes. Los estudios de asociación del polimorfismo molecular de los productos fenotípicos de diferentes sistemas genéticos, tales como el sistema MHC, el sistema del receptor del LT, el sistema de regulación de las inmunoglobulinas así como también otras glicoproteínas de membrana, entre ellas CTLA-4 y PTPN-22, permiten, en la actualidad, candidatizar genes que predisponen a estas enfermedades.

Todo lo anterior, unido al estudio de ligamientos en familias, estudios de endogamia en modelos animales y métodos actuales de exploración del genoma humano y murino, han contribuido a la aparición de una nueva disciplina: la epidemiología genética y molecular. Recientemente, se ha podido presentar la hipótesis relacionada con el origen genético común de grupos de enfermedades autoinmunes (clusters). De probarse esta hipótesis, la relación carga genética del hospedero, factores desencadenantes del medio ambiente, incluyendo agentes patógenos, mecanismos epigenéticos e inmunocopentencia del individuo, esclarecerán en este siglo, las teorías que tratan de explicar el origen y la aparición de la autoinmunidad.

En este número de la revista, los autores Iglesias y colaboradores, en el artículo titulado Historia de la Autoinmunidad. ¿La inmunología desde dónde y hacia dónde?, revisan de manera exhaustiva no sólo el desarrollo de la inmunología, sino también resaltan los grandes aportes al conocimiento que esta disciplina ha legado a la humanidad, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos. En esta revisión se presenta cómo desde épocas anteriores al cristianismo y de sociedades e imperios como el greco, el romano y la edad media, muchos ilustres hombres estudiosos han contribuido a la generación de conocimientos inmunológicos que en varias ocasiones detuvieron y/o modificaron epidemias de la época. También los autores describen de forma clara y excelente el origen de la inmunología moderna. Se revisa cómo la contribución de los inmunólogos de la época, desde de Jenner en Inglaterra, Pasteur y sus discípulos y Eli Metschinikoff, con su teoría de la inflamación, generan la controversia y el discenso. Así Metschinikoff del Instituto Pasteur de Francia y Virchow y su escuela alemana establecen los conceptos de los efectos protectores y dañinos de la inflamación, la participación de los anticuerpos y el complemento en los mecanismos fisiopatológicos de las enfermedades resultantes de la respuesta inmune alterada. Son los albores de la inmunología celular.

No se puede dejar de mencionar cómo en este artículo, de forma clara, los autores describen la aparición en el siglo XIX de la hematología y la fisiología celular así como el concepto de la autoinmunidad, al describir los trabajos de Paul Erlich. A lo largo de la historia, cinco premios Nóbel, todos ellos investigadores del área de la inmunología, apoyados por el valioso trabajo de sus discípulos y de otros pioneros, han forjado y contribuido al posicionamiento y liderazgo de la inmunología.

De seguro, la genética molecular, la inmunogenética, la epidemiología molecular y la inmunofarmacología, unidas a otras áreas del conocimiento, permitirán en un futuro próximo, comprender el horror autotóxico y sus resultados, las enfermedades autoinmunes.

Eduardo Egea Bermejo

MD. MSc. Profesor Investigador Universidad del Norte

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