OBITUARIO

Adios a Eric J. Hobsbawm (1917-2012)

Sebastián Gómez González*

* Profesor Auxiliar del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia

Dirección de contacto: sebastian@antares.udea.edu.co

En la madrugada londinense del 1 de octubre de 2012, después de vivir 95 años particularmente interesantes, falleció el gran historiador Eric J. Hobsbawm. Su legado historiográfico y crítico, ha sido uno de los más influyentes para varias generaciones de historiadores en el mundo. Sus obras, traducidas a una impresionante cantidad de idiomas, se convirtieron en referencias obligatorias para historiadores profesionales y en formación. Por fortuna, quienes escribimos y pensamos en español, tenemos la oportunidad de conocer y leer la gran mayoría de sus aportes, gracias al esfuerzo de una editorial catalana que se ha empeñado en traducir y publicar sus libros más relevantes.

Este hijo de padre inglés —ebanista de profesión— y de madre austriaca ''intelectual, cosmopolita y culta'', nació en Alejandría, creció entre Viena, Berlín, Londres y se formó académicamente gracias a una beca otorgada por la prestigiosa Universidad de Cambridge. Sería en Inglaterra, en el cenit de su adolescencia, donde Hobsbawm entró en contacto con los movimientos e ideas políticas de la izquierda británica, ideas profundamente atravesadas por la obra de Karl Marx en el contexto de la efervescencia militar que desató los dos conflictos bélicos mundiales más espectaculares y desastrosos del siglo XX. Testigo de dos guerras mundiales y, por supuesto, de dos cruciales períodos de posguerra; de vocación marxista y pionero de la vertiente historiográfica que suele conocerse como ''Historia social británica'', Hobsbawm fue uno de los exponentes más emblemáticos de una fructífera generación de historiadores, aquel conocido grupo de ''Oxbridge'', quienes, sin alejarse de la non-fiction literature ni de la clásica erudición necesaria para escribir acerca del pasado, lograron configurar una trascendental perspectiva de análisis histórico que permanece vigente hasta nuestros días: la Historia desde abajo, conocida en el mundo anglosajón como History from below.

Aparte de sus numerosos artículos publicados en la revista Past & Present, aquella difundida tetralogía, conocida entre el colloquium historicum como ''las eras'': La era de la revolución, 1789-1848; La era del capital, 1848-1875; La era del imperio,1875-1914; y La era de los extremos, 1914-1991 —esta última traducida al castellano como Historia del siglo XX—, constituyen obras fundamentales del canon reconocido generalmente por historiadores y estudiosos de las ciencias sociales; y lo son porque entre sus páginas es posible comprender la escritura del pasado como una narrativa plural que contempla procesos, ideas, consecuencias y, sobretodo, protagonistas que no necesariamente se aprecian como una suerte de ''forjadores'' del Antiguo Régimen o del mundo contemporáneo, sino que hacen parte de aquellas clases, etnias o estratos marginados; masas, muchedumbres o gentíos, nítidos representantes de las fuerzas que concurren en determinados momentos y que dan lugar a episodios que se revelan luego como hechos históricos. Además, esta forma de abordaje plural ha sido bastante relevante para el conocimiento histórico: Hobsbawm fue uno de los pocos historiadores europeos que se preocuparon por escribir tratando de alejarse de la perspectiva eurocéntrica, cuestión que es más patente en sus últimas obras, sobre todo en las relativas a lo que él mismo denominó como ''el corto siglo XX''.

Si bien la historia política es quizás el ámbito más recurrente a lo largo de su obra, es preciso recordar que las dimensiones sociales, culturales y críticas no fueron tópicos menores en sus reflexiones. Siendo judío de nacimiento, fue uno de los académicos británicos que criticó más puntillosamente al Estado de Israel, asunto presente en varios de sus libros. Además, de las obras traducidas al castellano, Rebeldes primitivos; Estudios sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales (1986); Gente poco corriente: resistencia, rebelión y jazz (1999); Bandidos (2001); A la zaga: Decadencia y fracaso de las vanguardias del siglo XX (2006), son pruebas irrefutables de una concepción suficientemente amplia que no privilegia motivos y que, al igual de sus demás aportes, no se desligan de cuestionamientos ni de concepciones que integran el conocimiento sobre el pasado en clave mundial y presencial.

Resulta valioso que Hobsbawm haya articulado una visión de la historia contemporánea reflejada hacia aquellos espacios que no suelen insertarse en los estudios sobre el pasado reciente de la humanidad: África, América Latina, Oceanía y el sudeste asiático, son referentes importantes e insoslayables para comprender las complejas dinámicas socioeconómicas que trazan el destino de nuestros días. El haber sido un frecuente viajero desde su mocedad le permitió un conocimiento de causa en perspectiva planetaria, poco usual entre los historiadores dedicados a narrar los avatares del siglo XX. Fue uno de los pocos historiadores británicos de su generación que tuvo la oportunidad de conocer de cerca una de las incandescentes facetas de la geopolítica heredada por la Guerra Fría en el ''Tercer Mundo''. Quizás por ello escribió con suma propiedad sobre las convulsiones que sacudieron la América Latina a mediados del siglo —teniendo cierto interés por la historia de Colombia—, y no vaciló en incluirlas como hechos trascendentales para sus reflexiones y explicaciones sobre el tiempo presente. En este sentido estuvieron dirigidos los derroteros investigativos de sus últimas obras, entre ellas, su biografía, Años interesantes. Una vida en el siglo XX (2003), además de tres trabajos que contemplan estudios sobre estos albores del siglo XXI, bastante pertinentes para acercarse a la intrincada contemporaneidad desde la reflexión histórica.

El activo y prolífico Eric Hobsbawm falleció. Escribió impecablemente y murió de viejo, saldando así los consabidos ''deberes morales del historiador''. Nos ha dejado una obra formidable, inteligente, plenamente válida y útil para las preocupaciones historiográficas de hoy. Quizás todos los historiadores del mundo hayan lamentado la pérdida de este ubicuo General de las tropas de Clío.

Post Scriptum: Cinco días antes del deceso de Eric J. Hobsbawm, falleció en Atlanta Eugene Genovese, durante la madrugada del miércoles 26 de septiembre, a los 82 años de edad. Genovese fue uno de los más agudos historiadores norteamericanos sobre el problema de la esclavitud y su dimensión socio económica en la cuenca del Mississippi y el sur de los Estados Unidos. Aunque difícilmente reconocida en nuestro medio, la obra de Genovese —bastante admirada por Hobsbawm—, en especial los libros Capitalismo y esclavitud (1971) y Roll Jordan Roll. TheWorld the Slaves Made (1974), ha sido un aporte seminal para la historiografía sobre sobre la esclavitud desde los siglos XVI al XIX, tanto en Colombia como en América Latina. Lastimosamente, y a diferencia de Hobsbawm, Genovese y su obra fueron sumergidos en el más oprobioso de los olvidos.